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Dormía tranquilamente un león, cuando un ratoncillo


se puso a correr sobre su cuerpo.
e despertó el león, y se movió en todas direcciones
buscando a ver quién era el intruso que le molestaba.
Lo observaba una zorra, y le criticó por creer que tenía
miedo de un simple ratoncillo, siendo él todo un señor
león.
-- No es miedo del ratoncillo -- dijo el león--, sino que
me sorprendió que hubiera un animal que tuviera el
valor de pisotear el cuerpo de un león dormido.
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Una serpiente y un águila luchaban entre sí en un
conflicto mortal. La serpiente llevaba la ventaja, y
estuvo a punto de estrangular al ave.
Un campesino las vio, y corriendo, desenrolló a la
serpiente y dejó al águila salir libre. La serpiente,
irritada por la fuga de su presa, inyectó su veneno en
el cuerno de bebida del campesino.
El hombre, ignorante de su peligro, estuvo a punto de
beber, pero en eso el águila bajó y le golpeó su mano
con su ala, y, agarrando el cuerno de bebida en sus
garras, se lo llevó a lo alto y lo derramó, salvándole así
su vida.

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LA CIGARRA Y LA HORMIGA

Era un día de verano y una hormiga caminaba por el


campo recogiendo granos de trigo y otros cereales
para tener algo que comer en invierno. Una cigarra la
vio y se sorprendió de que fuera tan laboriosa y de que
trabajara cuando los demás animales, sin fatigarse, se
daban al descanso.
La hormiga, de momento, no dijo nada; pero, cuando
llegó el invierno y la lluvia deshizo el heno, la cigarra,
hambrienta, fue al encuentro de la hormiga para
pedirle que le diera parte de su comida. Entonces, ella
respondió: "Cigarra, si hubieras trabajado entonces,
cuando yo me afanaba y tú me criticabas, ahora no te
faltaría comida."

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uEDRO Y EL LOBO
uedro era un chico que cuidaba ovejas en el pueblo, un dia
estaba muy aburrido y decidió hacer un juego, empezó a
gritar desesperadamente -El Lobo, el lobo, auxilio me come!!!,
la gente que alcanzo a escuchar corrió a ayudarlo, cuando
llegaban donde él estaba uedro se atacaba de la risa y se
burlaba de ellos , la gente regreso muy molesta al lugar
donde estaban. Cuando todos se fueron uedro volvió a gritar
- Auxilio!! El Lobo!! Auxilio me come!! mas gente corrió a
rescatar a uedro y cuando llegaron a donde el estaba se
daban cuenta que de nuevo uedro estaba atacado de la risa y
burlándose de la gente de buen corazón. Todos regresaron
muy molestos a sus quehaceres y de repente volvieron a
escuchar a uedro que gritaba - AUXILIO!!! EL LOBO !!!
AUXILIO ME COMEEEEE!!!! la gente ya no creyó nada y no
fueron a ver a uedro, aunque estaba vez era cierto el lobo se
comió a uedro y el por ganarse la fama de mentiroso obtuvo
su merecido.

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EL ZORRO Y LA CUERVA
Este era un zorro y una cuerva.
La cuerva tenía un trozo de queso en la boca que el
zorro deseaba y él le preguntó si se lo podía compartir.
uero la cuerva no le respondió.
Entonces el zorro le dijo: déjame ver como cantas
debes tener una hermosa voz.
La cuerva, engreídamente dejó soltar un horrible
chillido que hizo que el queso cayera de su boca y el
zorro lo devoró velozmente.

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LA LIEBRE Y LA TORTUGA
En el mundo de los animales vivía una liebre muy orgullosa y
vanidosa, que no cesaba de pregonar que ella era la más veloz y
se jactaba de ello ante la lentitud de la tortuga.
- ¡Eh, tortuga, no corras tanto que nunca vas a llegar a tu meta! -
decía la liebre burlándose de la tortuga.
Un día, a la tortuga se le ocurrió hacerle una inusual apuesta a la
liebre.
-Estoy segura de poder ganarte una carrera -le dijo.
- ¿A mí? -preguntó asombrada la liebre.
- í, a ti. uongamos nuestras apuestas y veamos quién gana la
carrera.
La liebre, muy ufana, aceptó.

Todos los animales se reunieron para presenciar la carrera. El


búho señaló los puntos de partida y de llegada, y sin más
preámbulos comenzó la carrera en medio de la incredulidad de
los asistentes.

Confiada en su ligereza, la liebre dejó coger ventaja a la tortuga y


se quedó haciendo burla de ella. Luego, empezó a correr
velozmente y sobrepasó a la tortuga que caminaba despacio,
pero sin parar. ólo se detuvo a mitad del camino ante un prado
verde y frondoso, donde se dispuso a descansar antes de concluir
la carrera. Allí se quedó dormida, mientras la tortuga siguió
caminando, paso tras paso, lentamente, pero sin detenerse.

Cuando la liebre se despertó, vio con pavor que la tortuga se


encontraba a una corta distancia de la meta. alió corriendo con
todas sus fuerzas, pero ya era muy tarde: la tortuga había ganado
la carrera.

Ese día la liebre aprendió, en medio de una gran humillación, que


no hay que burlarse jamás de los demás. También aprendió que
el exceso de confianza es un obstáculo para alcanzar nuestros
objetivos.
LO MURCIÉLAGO Y LA
COMADREJA

Cayó un murciélago a tierra y fue apresado por una


comadreja. Viéndose próximo a morir, imploró el
murciélago por su vida. Le dijo la comadreja que no
podía soltarle porque de nacimiento era enemiga de
los pájaros. El murciélago replicó que no era un pájaro
sino un ratón, librándose con esta astucia.

Algún tiempo después volvió a caer de nuevo en las


garras de otra comadreja, y le suplicó que no lo
devorara. Contestó esta comadreja que odiaba a todos
los ratones. El murciélago le afirmó que no era ratón
sino pájaro. Y se libró así por segunda vez.

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LO DO ECARABAJO

uacía un toro en una pequeña isla, y dos escarabajos


se alimentaban de su boñiga. Llegado el invierno, uno
de ellos dijo al otro que iba a cruzar el mar a fin de que
su compañero tuviera suficiente alimento, mientras él
pasaría el invierno en tierra firme. Agregó que si
encontraba comida en abundancia le traería a él
también.
Cuando el escarabajo llegó al continente, encontró en
él muchas y frescas boñigas, por lo que se estableció
allí y se alimentó abundantemente. uasó el invierno y
volvió a la isla. Al verle su compañero gordo y
saludable, le reprochó que no le hubiera llevado nada
de lo prometido.
- No me culpes a mí -repuso-, sino a la naturaleza del
lugar, porque se puede encontrar con qué vivir en él,
pero es imposible alzar vuelo con tanta carga.
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LO JÓVENE Y LA RANA

Varios jóvenes, jugando cerca de un estanque, vieron


un grupo de ranas en el agua y comenzaron a
apedrearlas. Habían matado a varias, cuando una de
las ranas, sacando su cabeza gritó:
- uor favor, paren muchachos, que lo que es diversión
para ustedes, es muerte y tristeza para nosotras.
Moraleja: Antes de tomar una acción que creas que te
beneficia, ve primero que no perjudique a otros.
 
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Una tortuga, cansada de arrastrar siempre su concha
por la tierra, suplicó al águila la levantase por los aires
lo más alto que pudiera.

Así lo hizo la reina de las aves, remontando a la


tortuga por encima de las nubes. Al verse a tal altura,
la tortuga exclamó:
- ¡Qué envidia me tendrán ahora los animales que
por el suelo se mueven, al verme encumbrada entre
las nubes!

Al oír esto el águila fue incapaz de soportar tanta


vanidad y soltó a la ilusa que, al caer sobre peñascos,
se deshizo en mil pedazos.

Moraleja:

         
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