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DERECHO CONTRACTUAL

Concepto de contratos:
Artículo 1137 del C. Civil: Hay contrato cuando varias personas se
ponen de acuerdo sobre una declaración de voluntad común
destinada a reglar sus derechos.

Elementos
1) Pluralidad de partes
2) Consentimiento o declaración de voluntad común
3) Regulación de derechos patrimoniales

Relación del acto jurídico y el contrato


El acto jurídico es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato
establecer entre las personar relaciones jurídicas, tales como crear,
modificar, transferir, conservar o aniquilar derechos.

Notas específicas del acto jurídico:


a) fin inmediato: establecer entre las personas relaciones jurídicas,
tales como crear, modificar, transferir, conservar y aniquilar
derechos. Lo caracteriza el fin jurídico, o sea el nacimiento,
modificación o extinción de una relación jurídica.
b) la autonomía de la voluntad elemento interno del acto jurídico,
ya que el negocio jurídica es la actuación de la libertad de la
persona en el campo del derecho…es un acto de autonomía
privada encaminada a un fin que el ordenamiento considera
merecedor de tutela.

Concepto amplio del contrato en el sistema jurídico argentino,


a diferencia de otros sistemas legislativos
Si hay una relación de género y especie entre el acto jurídico y el
contrato, ya que el acto jurídico es el género y el contrato es una de
sus especies, de esto se deduce las siguientes consecuencias:
El concepto del contrato es amplio, en nuestro sistema jurídico. En
otros tiene un concepto limitado como en el sistema francés, en el
cual el contrato es aquella convención en virtud de la cual una parte
se obliga hacia la otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa, en
definitiva el contrato únicamente fuente de las obligaciones.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, en un fallo publicado en el
Derecho E-D 49-483, conceptualizó al contrato como el acto jurídico
bilateral y patrimonial en el cual están en presencia dos partes, que
formulan una declaración de voluntad común en directa atinencia a
relaciones patrimoniales y que se traduce en crear, conservar,
modificar, trasmitir o extinguir obligaciones.
Ejemplos de contratos que demuestran la amplitud de su concepto:
crear derechos, ser fuentes de obligaciones de dar, hacer o no
hacer como acontece con la compraventa, la locación, etc; trasmitir
derechos tanto en su aspecto activo, como en la cesión de créditos,
o en su aspecto pasivo, como en la cesión de deudas, o con relación a
una conjunción de créditos y deudas como acontece en el cambio de
posición contractual; modificar relaciones jurídicas ya
existentes, como ocurre en la novación objetiva o subjetiva, por
acuerdo entre acreedor y deudor; asegurar derechos, como
acontece con la fianza; extinguir derechos por medio del mutuo
distracto o rescisión bilateral de la transacción etc.
Un concepto actualizado de contrato: El contrato es el acto
jurídico entre vivos mediante el cual dos o mas partes manifiestan su
consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir
relaciones jurídicas patrimoniales.

Característica del contrato:


1) Es una pieza fundamental del sistema de tutela de
crédito, porque la teoría contractual diseña un sistema de
responsabilidad garantista, orientado hacia la tutela del crédito.
Esta finalidad toma como punto de partida que en la obligación
contractual existe un programa de conducta predefinido por las
partes, razón por la cual el ordenamiento debe disponer los
medios para que el acreedor cuente con los instrumentos
necesarios, si la conducta debida no se presta en la especie
pactada por parte del obligado.
2) Es un instrumento de distribución de riesgos, porque
brinda a los particulares un programa de conducta conforme a
la cual se puede establecer cuales son las prestaciones debida
por cada una de las partes y cuales son los riesgos asumidos
por cada contratante, conforme a la reglamentación de
intereses que contiene.
3) El contrato es un acto jurídico de previsión, teniendo en
cuenta que el respeto por los pacto es un principio cuya
bondad nadie puede discutir, pero por ello, no se puede hacer
del contrato un instrumento de opresión o de injusticia.
4) En el contrato campea la autonomía de la voluntad, ya
que hay libertad para celebrar o no celebrar un contrato, y en
su caso, hay libertad para establecer su contenido en tanto no
afecta la moral o las buenas costumbres, o sea contrario al
orden público.
5) Tiene fuerza vinculante, el contrato es jurídicamente
vinculante porque las partes están ligadas por su
consentimiento tan rigurosamente como lo estarían por la ley
misma. En tal sentido el art. 1197 del C. Civil, dispone que las
convenciones hechas en los contratos forman para las partes
una regla a la cual deben someterse como la ley misma. Con
ello se afirma la raíz moral de la fuerza obligatoria del contrato.
5.1) Los contratantes deben atenerse al contrato y cumplirlo
(pacta sunt servanda) o indemnizar la acreedor por la inejecución
de lo debido.
5.2) Las convenciones se sobreponen a las leyes supletorias,
vigentes al tiempo de la celebración del contrato y a las dictadas
con ulterioridad.
5.3) Los tribunales deben caber respetar y cumplir las
estipulaciones contractuales como si se tratara de la ley, pudiendo
interpretarlas y decidir su alcance conforme a la buena fe. Sólo por
excepción están facultados para prescindir de lo convenido cuando
ello importa la transgresión de una ley imperativa, o exista
extralimitación de las facultades (abuso del derecho), o el propio
sentido del contrato conduce a la extinción o modificación.
5.4.) Los derechos que surgen del contrato tienen garantía
constitucional de la propiedad, según fallos de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación.

Concepción liberal y solidarista en materia contractual


Velez Sarsfield estructuró la teoría general del contrato en base al
principio contenido en la nota del art.943 del C. Civil, donde dice:
“finalmente dejaríamos de ser responsables de nuestras acciones si la
ley nos permitiera enmendar todos nuestros errores, o todas nuestras
impudencias. El consentimiento libre, prestado sin dolo, error, ni
violencia y con las solemnidades requeridas por las leyes debe hacer
irrevocables los contratos”. Por eso se decía que las partes eran el
mejor juez de sus propios intereses y el acatamiento ciego del
contrato era el principio superior del progreso en una sociedad libre.
El respeto por el libre juego de las voluntades individuales pudo
expresarse en esta fórmula: “lo que libremente querido es justo” de
ahí que el siglo XIX fue testigo de la máxima exaltación de la voluntad
individual como poder jurígeno.

En el año 1968 con la reforma de la Ley 17.711, irrumpe en el


Código Civil el “derecho solidarista”, que generó el derecho
contemporáneo de la justicia contractual, atemperando la
concepción individualista clásica del contrato, siendo su expresión los
siguientes institutos: la teoría de la imprevisión ( art. 1198 segunda
parte C. Civil), la teoría de la lesión (art. 954 C. Civil), la regla que
veda el ejercicio antifuncional de los derechos o el ejercicio abusivo
de los derechos subjetivos (art. 1.071 C. Civil), la equidad en materia
contractual (art. 656 y 1.638 del C. Civil). Además el principio de
buena fe negocial para presidir la vida del contrato, desde su
celebración y hasta su extinción, lo cual significa la penetración de
criterios éticos en el derecho de los negocios. Las mencionadas
figuras han ampliado la posibilidad de intervención de los jueces en la
vida del contrato, con una tendencia dirigida a encontrar soluciones
justa y aceptable, con relación a las distorsiones o desajustes que
pueden generarse por el contenido de los contratos.

Clasificación de los contratos según el Código Civil


1) Unilaterales y bilaterales: los primeros son aquellos en que
una sola de las partes se obliga hacia la otra sin que ésta le
quede obligada. Los segundos cuando las partes se obliguen
recíprocamente la una hacia la otra.
2) A título oneroso o a título gratuito. Los primeros cuando las
ventajas que procuran a una de las partes no le es concedida
sino por una prestación que ella ha hecho, o sea son aquellos
en cada una de las partes asume un sacrificio para conseguir
una ventaja. A título gratuito cuando aseguran a una de las
partes alguna ventaja, independientemente de toda prestación
por su parte, o sea cuando una de las partes obtiene una
ventaja sin sacrificio a su cargo.
3) Consensuales o reales. Promesa aceptada de celebrar un
contrato real. Los primeros quedan concluidos para producir sus
efectos propios desde que las partes hubiesen recíprocamente
manifestado su consentimiento. Los reales quedan concluidos
desde que una de las partes haya hecho a la otra entrega o
tradición objeto del contrato.
4) Típicos o atípicos: Para facilitar el tráfico negocial y cumplir
su función ordenadora, la ley regula supuesto de contratos que
responden a los tipos mas frecuentes que propone la realidad
negocial, pero a su vez admite la posibilidad de que los
interesados celebren otras variedades que no están disciplinado
específicamente. Los contratos atípicos son aquellas que
carecen de una concreta reglamentación legislativa.
Tipicidad social: Un hecho que contribuye a identificar los
contratos atípicos, es la denominada tipicidad social, que se
contrapone a la tipicidad legislativa. Se habla de tipicidad social
para hacer referencia a aquellos contratos que, si bien no
tienen una disciplina normativa establecida en la ley, poseen
una manifestación frecuente en el tráfico como fenómeno
social, de modo tal que esa continuidad los dota de un nombre
jurídico por el cual son conocidos y de una disciplina que por su
reiteración pasa a ser propia y es consagrada por vía
doctrinaria y jurisprudencial.
5) Conmutativos y aleatorios El Código Civil conceptúa los
contratos aleatorios en el art. 2051, diciendo que serán
aleatorios cuando sus ventajas o pérdidas para ambas partes
contratantes, o solamente para una de ellas, dependen de un
acontecimiento incierto y regula el contrato de juego, de
apuesta, de suerte y oneroso de renta vitalicia. En todos ellos la
relación entre sacrificio y ventaja, no es factible de ser
apreciado desde la celebración del contrato por ello depende de
un acontecimiento incierto, es decir el evento es incierto
cuando no se sabe si acaecerá, o bien, cuando se ignora en el
momento en el cual ha de verificarse.
El contrato es conmutativo cuando la relación entre el sacrificio
y la ventaja que se deriva directamente del negocio es
susceptible de ser apreciada en forma inmediata y cierta desde
el momento de la celebración del contrato.

Otras clasificaciones:
1) Contrato de consumo:
Genéricamente se hace referencia al “derecho del consumidor”
que comprende un conjunto de normas e instituciones cuya
finalidad en proteger al consumidos en las relaciones jurídicas a
que da lugar el consumo. Vivimos hoy en la llamada sociedad de
consumo porque todos somos consumidores, razón por la cual el
derecho del consumidor, es la disciplina jurídica de la vida
cotidiana de la sociedad actual. Se evidencia una disparidad entre
empresarios y proveedores, por un lado, y consumidores por el
otro que se traduce en una situación de vulnerabilidad de los que
consumen bienes y servicios, por múltiples factores, tales como
dificultades e insuficiencia en la información de los consumidores,
defectos del estructura competitiva de los mercados,
standarización de los contratos, deficiencias en las condiciones de
seguridad en el ámbito en que se desenvuelve el consumo y
dificultades para el acceso del consumidos a la justicia.
La Constitución Nacional en el art. 42: los consumidores y
usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de
consumo, a la protección de su salud, seguridad, e intereses
económicos; a una información adecuada y veraz; a la libertad
de elección y a condiciones de trato equitativo y digno. Las
autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la
educación para el consumo, a la defensa de la competencia
contra toda forma de distorsión de los mercados, al control de
los monopolios naturales y legales, al de la calidad y la
eficiencia de los servicios públicos, y a la constitución de
asociación de consumidores y de usuarios. La legislación
establecerá procedimientos eficaces para la prevención y
solución de conflictos y los marcos regulatorios de los servicios
públicos de competencia nacional, previendo la necesaria
participación de las asociaciones de consumidores y usuarios y
de las provincias interesadas en los organismos de control.
Ley de Defensa del Consumidor (leyes 24.240, 24.568,
24.787, 24.599 y 26.361).
Art. 1: Establece el objeto de la normativa dando un concepto
de consumidor “la presente ley tiene por objeto la defensa
del consumidor usuario, entendiéndose por tal a toda
persona física o jurídica que adquiere o utiliza bienes o servicios
en forma gratuita y onerosa como destinatario final, en
beneficio propio o de su grupo familiar o social. Queda
comprendida la adquisición de derechos en tiempos
compartidos, clubes de campo, cementerios privados y figuras
afines. Se considera asimismo consumidor usuario a quién, sin
ser parte de una relación de consumo, como consecuencia o en
ocasión de ella adquiere o utiliza bienes o servicios como
destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o
social, y a quién de cualquier manera está expuesto a una
relación de consumo.”
Art. 2: Proveedor. Es la persona física o jurídica de naturaleza
pública o privada, que desarrolla de manera profesional, aún
ocasionalmente, actividades de producción, montaje, creación,
construcción, transformación, importación, concesión de marca,
distribución, y comercialización de bienes y servicios,
destinados a consumidores o usuarios. Todo proveedor está
obligado al cumplimiento de la presente ley. No están
comprendidos en la presente ley los servicios de profesionales
liberales que requieran para su ejercicio título universitario y
matrícula otorgado por colegios profesionales reconocidos
oficialmente o autoridad facultada para ello, pero si la
publicidad que se haga de su ofrecimiento. Ante la presentación
de denuncias, que no se vincularen con la publicidad de de esos
servicios, presentadas por los usuarios y consumidores, la
autoridad de aplicación de esta ley informará al denunciante
sobre el ente que controle la respectiva matrícula a los efectos
de su tramitación.
Art. 3: Relación de consumo. Normas aplicables -
Interpretación Es el vínculo jurídico entre el proveedor y el
consumidor usuario. Las relaciones de consumo se rigen por el
régimen establecido en esta ley y sus reglamentaciones, sin
perjuicio de que el proveedor, por la actividad que desarrolle,
esté alcanzado asimismo por otra normativa específica. En caso
de duda sobre la interpretación de los principios a que
establece esta ley prevalecerá la más favorable al consumidor.
Art. 4 Información: El proveedor está obligado a suministrar
al consumidor en forma cierta, clara y detallada todo lo
relacionado con las características esenciales de los bienes y
servicios que provee y las condiciones de su comercialización.
El información debe ser siempre gratuita para el consumidor y
proporcionada con claridad necesaria que permita su
comprensión.
Art. 8 Efectos de la publicidad: Las precisiones formuladas
en la publicidad o en anuncios prospectos, circulares u otros
medios de difusión obligan al oferente se tienen por incluidas
en el contrato del consumidor.
La materia publicidad y consumidores está extensamente
tratada por la doctrina nacional, razón por la cual, como simple
referencia, manifestamos a que la ley, en orden al objetivo en
defensa a los consumidores y usuarios, regula la relación
existentes entre los términos publicidad y consumo, ya que por
medio de aquella, se persuade y se seduce al público, con
propósitos comerciales, manipulando imperceptiblemente la
conducta de los consumidores, y también por el número de
personas a quien llega esos mensajes. De ahí que la publicidad
es el principal medio de información precontractual,
determinando las líneas rectoras de la contratación
predispuestas. Logra la credibilidad del público consumidor,
generándole una expectativa razonable, por eso es lógico que
esa información integre el contrato posterior, aún cuando no
haya sido recogida en el mismo.
La ley pretende que desde el período previo a la formación del
contrato se brinde a los consumidores por parte de los
proveedores, una información seria y completa respecto a los
bienes y servicios ofrecidos. Se ha equiparado la publicidad a la
oferta, por lo que ambas deben ajustarse a la naturaleza y
características de los productos, analogía que era impensable
en la doctrina jurídica de años atrás.
Art. 37. Interpretación: Sin perjuicio de la validez del
contrato, se tendrán por no convenidas: a) las cláusulas que
desnaturalicen las obligaciones o limiten la responsabilidad por
daño; b) las cláusulas que importen renuncia o restricción de
los derechos del consumidor o amplíen los derechos de la otra
parte; c) las cláusulas que contengan cualquier precepto que
impongan la inversión de la carga de la prueba en perjuicio del
consumidor. La interpretación del contrato se hará en el sentido
más favorable para el consumidor. Cuando existan dudas sobre
los alcances de su obligación, se estará a la que sea menos
gravosa.

2) Contratos de cambio y asociativos


Los contratos de cambio suponen un trueque o una
atribución de ventaja o prestaciones que hacen entre sí las
partes. En los contratos de cambio cada parte recibe una
prestación de la otra parte en recompensa de la propia: la
prestación que corresponde a una, constituye la
contraprestación de la otra. Las prestaciones tienen un
contenido típico e invariable y deben guardar una relación de
equivalencia. Ejemplos: compraventa, o permuta (doy para que
me des) locación de servicio o de obra (doy para que hagas).
Los contratos asociativos: Las partes unen sus esfuerzos y
prestaciones para el desarrollo de una actividad conjunta en
vistas de un fin común. Pueden ser celebrados por más de dos
partes, por un número indeterminado de ellas, razón por la cual
son contratos abiertos en el sentido que el negocio no queda
necesariamente restringido en el negocio a los que intervinieron
en la negociación primitiva en el momento de su celebración,
sino que existe la posibilidad jurídica de que, con posterioridad,
entre a participar en el acuerdo otros interesados. Las partes
unen sus prestaciones para la consecución de un fin común
mediante el desarrollo de una actividad conjunta. Por ello cada
contratante satisface su interés no en la prestación de la otra
parte, sino en la participación en el resultado útil obtenido de
esa asociación de prestaciones y de la consecuente actividad
común. En los contratos asociativos las prestaciones son
atípicas y pueden tener el más diverso contenido, pueden ser
de diverso valor y no guardan una relación de equivalencia
entre ellas.
En estos contratos cada una de las partes asume obligaciones
no hacia una parte determinada, sino con respecto a todas las
otras e, igualmente, adquiere derechos con respecto a todas
ellas, Haciendo uso de una imagen geométrica, puede decirse
que en los contratos asociativos las partes se encuentran como
dispuestas en círculo. En los contratos de cambio se ubican,
como si cada una de las dos partes estuviesen en el extremo de
una línea. Las prestaciones de las partes son atípicas y pueden
tener el más diverso contenido, por ejemplo en la sociedad,
pueden ser de diverso valor y no dan relaciones de
equivalencias entre dichos aportes, motivo por el cual no existe
una relación de reciprocidad entre prestaciones, las cuales se
unen en cuanto están al servicio a una actividad y objetivo
común.
La función del contrato asociativo no se agota con el
cumplimiento de las prestaciones a cargo de las partes, pues
ello constituye el punto de partida para la realización de una
actividad que permita la consecución del fin común.

Estructura del contrato

Tres elementos estructuran el contrato: el consentimiento, el


objeto y la causa.
1) el consentimiento es el querer común, es una resultante
negocial que se forma cuando coincidencia plena y armónica de
la aceptación respecto de la oferta. Por ello, el consentimiento
no es la voluntad expresada por una de las partes más la
voluntad de la otra, sino que es un resultante negocial
integrada por la oferta y su aceptación.
1.1. En el Código Civil la oferta o propuesta para celebrar un
contrato es la declaración unilateral recepticia, tendiente a la
formación de un determinado contrato, que debe contener
dos requisitos: el de la dirección de la oferta, dirigida a
persona o personas determinadas y el contenido o sea todos
los elementos del contrato que se quiere celebrar. Esta
oferta es frágil o revocable, porque el proponente u oferente,
la puede retractar por su sola voluntad unilateral antes de
que sea aceptada por el destinatario, salvo que el oferente al
formular la oferta hubiere renunciado a su facultad de
retractarla o se hubiera obligado a permanecer en la oferta
por un tiempo determinado (oferta en firma).
1.2. Por su parte la aceptación, también es una declaración de
voluntad recepticia formulada por el destinatario de la
oferta, que cuando es armónica y congruente en un todo con
la oferta o propuesta, da lugar al consentimiento. Cuando el
destinatario de la oferta, al aceptar la propuesta, le
introduce algún cambio o modificación, caduca la propuesta
originaria y ello importa la formulación de una nueva oferta.

2) La oferta en la formación del consentimiento en la Ley


de Defensa del Consumidor.
El art. 7 dispone que la oferta dirigida a consumidores
potenciales indeterminados, obliga a quien la emite en el tiempo
en que se realice, debiendo contener la fecha precisa de comienzo
y de finalización, así como también sus modalidades, condiciones o
limitaciones. La revocación de la oferta hecha pública es eficaz una
vez que haya sido difundida por medios similares a los empleados
para hacerla conocer.
La norma plantea las siguientes cuestiones:
-dirección de la oferta: a diferencia del Código Civil, la oferta
está dirigida al público en general, o sea a potenciales
consumidores de bienes y servicios.
- obligatoriedad de plazo de duración y revocación de la
oferta: también a diferencia del Código Civil que permitía la
revocación de la oferta antes de ser aceptada, la Ley de Defensa
del Consumidor, establece y regula un sistema diametralmente
opuesto, denominado de la oferta vinculante o no revocable, en
virtud del cual quién emite una oferta a potenciales consumidores
de bienes y servicios, queda atado o vinculado a dicha propuesta.
Otra diferencia con el Código Civil radica en que la Ley de Defensa
del Consumidor introduce la cuestión relativa al plazo de duración
de la oferta, ya que exige la fecha precisa del comienzo y
finalización, obligando a su emisor, durante ese tiempo, a
permanecer en ella. Por ello la ley en análisis importa una reforma
al derecho tradicional, porque la oferta clásica podía ser emitida
con o sin plazo de duración, mientras que en la Ley de Defensa del
Consumidor la oferta debe llevar un plazo determinado y cierto.
Según el texto legal, “la revocación de la oferta hecha pública es
eficaz una vez que haya sido difundida por medio similares a los
empleados para hacerla conocer”, lo que plantea la cuestión si ella
solo se refiere a la oferta sin plazo de vigencia, o si también la
revocación es admitida en la propuesta con plazo de duración, por
cierto antes de ser aceptada. Si analizamos integralmente el
dispositivo, la retractación surge referida a la oferta a persona
indeterminada sin plazo de vigencia, por cuanto al ser emitida con
dicho plazo (exigencia legal), queda obligado su emisor durante
ese tiempo y la revocación es ineficaz.
Si afirmáramos que la revocación de la oferta al público, cuando es
realizada por los medios estipulados en la ley y antes de ser
aceptada, es posible, estando vigente el plazo de duración por el
cual fue emitida, por cuanto ello eventualmente no genera daños y
no está expresamente prohibido por el texto legal, afirmamos que
de esa manera no se tiene en cuenta que la Ley de Defensa del
Consumidor, que ha establecido un nuevo sistema ya sea que lo
denominemos vinculante, obligatorio, etc.
- modificaciones introducidas a la oferta por el
destinatario:
Según el sistema del Código Civil, si al aceptar la oferta se
introduce modificaciones a la misma, se produce la caducidad de
la propuesta originaria y ello importará la formulación de una
nueva oferta. El sistema de la Ley de Defensa del Consumidor no
trata esta cuestión, de manera que si la oferta dirigida al público
en general, es modificada cuando se acepta, el oferente originario
tiene la facultad de aceptarla y celebrar el contrato o de
rechazarla.
- muerte o incapacidad sobreviviente del proponente –
antes de haber sabido la aceptación:
Estimamos que si la ley obliga y vincula a quien emite la oferta al
público durante la fecha de vigencia de la misma, carece de
significación la muerte o incapacidad del oferente, de manera que
si la aceptación se produce después de la muerte del oferente,
pero antes de concluirse el plazo de duración de la propuesta, el
contrato queda celebrado.
- oferta al público sin plazo de vigencia o duración:
Esta oferta aparece como violación de la exigencia legal expresa
relativa al tiempo de su comienzo y finalización, razón por la cual
puede interpretarse que esa propuesta sin plazo vincula al emisor
por el tiempo que va desde su exteriorización o llegada a los
destinatarios, y hasta su revocación. Otro criterio de interpretación
indica que la oferta obliga en este caso en función a las
condiciones de uso, es decir considerando la naturaleza del
negocio propuesto y las circunstancia del caso, para poder
determinar el plazo de vigencia vinculante de esa propuesta al
público sin plazo de duración.

3) Contratos celebrados por vía adhesión o contratos de


contenido predispuesto por una de las partes que no sean
contratos de consumo.

Los contratos por adhesión a condiciones generales,


constituyen un modo de formación del consentimiento, impuestos
por la producción en masa de bienes y servicios que se colocan de
manera sistemática y regular en el mercado, lo que trajo como
contrapartida jurídica la standarización de las condiciones
contractuales y la contratación en masa o serie. Se lo puede
observar desde dos puntos de vista, uno, desde la óptica del
adherente, quién no puede debatir ni discutir las condiciones del
contrato, solo le queda aceptar o rechazar el contenido
predispuesto del negocio, otro desde la óptica del estipulante o
predisponerte, o sea de quien redacta unilateralmente el
contenido del negocio.
Concepto: Las condiciones generales del contrato, pueden ser
definidas como las cláusulas predispuestas unilateralmente por
una de las partes, que suele denominar estipulante, de modo
general y uniforme, en vista de la celebración de una serie de
negocios contractuales de idéntico contenido, subordinados en su
conclusión a que la oferta se acepte tal cual se formula, sin
posibilidad real de modificación.

Cláusulas abusivas o vejatorias, son aquellas que el


predisponerte o estipulante, aprovechándose de su posición
dominante, las introduce cuando redacta unilateralmente el
contenido del contrato. Por ejemplo que el predisponerte
establezca todos los derechos a su favor y todas las obligaciones
para el adherente, que se obligue a todos los adherentes a litigar
en una jurisdicción distinta a las de su domicilio.
Reglas de interpretación de estos contratos: a) en caso de
duda a favor del adherente y contra del predisponerte o
estipulante; b) en caso de contradicción entre condiciones
generales y las que fueron especialmente pactadas por la partes,
prevalece éstas últimas por representar más genuinamente la
voluntad de las partes.

4) el objeto del contrato en nuestro sistema jurídico


El concepto debe construirse en función de las disposiciones
contenidas en el Código Civil argentino en los actos jurídicos, la teoría
general del contrato y en otras disposiciones particulares, en
atención a los requisitos sobre la base de los cuales esta categoría
jurídica autónoma tiene concreción práctica. De este modo cabe
entenderse por objeto de los contratos “las prestaciones y las cosas a
las cuales ellas pueden referirse, amén de los bienes, relaciones y, en
su caso, la actividad que configuran los medios e instrumentos, en sí
mismo considerados, de los cuales se vale la disciplina contractual
para que se verifiquen la función concreta del negocio de que se
trate”.
El objeto debe cumplir los siguientes requisitos: a) posibilidad
material y jurídica; b) determinación; c) licitud y d) patrimonialidad.

5) la causa del contrato:


La causa del contrato es la integración armónica de la autonomía
de la voluntad exteriorizada o bilateralizada cuando se forma el
consentimiento de las partes, en orden a los fines prácticos que
ellas persiguen obtener con la contratación, con las funciones que
la ley asigna a los contratos, en razón a los importantes fines
económicos y sociales que persiguen los contratos, merecedores
de tutela jurídica.

La capacidad no es un elemento que estructura el contrato,


porque es un presupuesto del consentimiento, ya que la ley
quiere que los contratantes tengan capacidad negocial, o sea que
entiendan lo que hacen y las consecuencias de sus actos.
Sin perjuicio de lo cual el Código Civil se refiere a la capacidad
contractual, estableciendo en el artículo 1160 del C. Civil las
personas que no pueden contratar. “No pueden contratar los
incapaces por incapacidad absoluta, ni los incapaces por incapacidad
relativa en los casos en que le es expresamente prohibido, ni los que
estén excluidos de poder hacer con personas determinadas o
respecto de cosas especiales, ni aquellos a los que le fuere prohibido
en las disposiciones relativas a cada uno de los contratos, ni los
religiosos profesos de uno u otro sexo, sino cuando comprase bienes
muebles a dinero de contado, o contratasen por sus conventos, ni los
comerciantes fallidos sobre bienes que correspondan a la masa del
concurso, sino estipularen concordato con sus acreedores.
El código Penal establece la figura del “penado interdicto”, como
aquella persona condenada a reclusión o prisión por más de tres años
y mientras dure la privación de su libertad, a quién se le asigna un
curador para poder celebrar contratos en su nombre.

Forma
1) Concepto: “La forma es el conjunto de las prescripciones de la
ley, respecto de las solemnidades que deben observarse al tiempo de
la formación del acto jurídico, tales son: la escritura del acto, la
presencia de testigos, que el acto sea hecho por escribano público, o
por un oficial público o con el concurso del juez del lugar (art. 973 C.
Civil).
2) Regla: Principio de la libertad de las formas: “Cuando por
este código o por las leyes especiales no se designe forma para algún
acto jurídico, los interesados pueden usar de las formas que juzgaren
convenientes. (art. 974 C. Civil). Significa la libre elección por las
partes de los modos de exteriorizar la voluntad.
3) De las formas de los contratos:
a) la formalidad del contrato puede provenir de un acuerdo de partes,
ya que éstas pueden volver formales a negocios que por la ley no lo
son, en uso de la autonomía de la voluntad (art.1197 C. Civil).
b) legales, cuando la ley establece una determinada forma para la
validez del negocio jurídico:
1) relativamente formales, son aquellos que cuando se omite la
exteriorización exigida por la ley queda privado de sus efectos
propios, pero engendra la obligación de hacer escritura pública como
ocurre en la compraventa inmobiliaria, porque admiten la conversión
del negocio jurídico. Es decir se utiliza una declaración incapaz de dar
vida a un determinado negocio, por defecto de la forma prescripta por
la ley pero tiene aptitud para producir otros efectos jurídicos.
2) absolutamente formales o solemnes: cuando la exteriorización es
requerida bajo sanción de nulidad, de manera que omitida la forma el
negocio queda privado de sus efectos propios. La forma es entonces
exigida ad sustantian actus, es decir que tiene valor constitutivo.
Ejemplo: donación de bienes inmuebles, transacción sobre derechos
litigiosos, etc.

Contratos formales ad probacionen:


1) la fianza: “La fianza puede contratarse en cualquier forma:
verbalmente, por escritura pública o privada, pero si fuese negada en
juicio, sólo podrá ser probada por escrito” (art. 2006 del C. Civil)

2) la prueba por testigos: “Los contratos que tengan por objeto una
cantidad de más de diez mil pesos, deben hacerse por escrito y no
pueden ser probados por testigos” (art. 1193 C. Civil).

Prueba
Los contratos se prueban por el modo que dispongan los códigos
procesales: por instrumentos públicos, por instrumentos privados, por
confesión de partes, por presunciones legales o judiciales, etc.
Los contratos que tengan una forma determinada por las leyes no se
juzgarán probados sino estuvieren en la forma prescripta, a no ser
que hubiese habido imposibilidad de obtener la prueba designada por
la ley o que hubiese habido un principio de prueba por escrito en los
contratos en los contratos que pudiesen hacerlo por instrumento
privada, o cuando una de las partes hubiese recibido alguna
prestación y se negare a cumplir el contrato. En estos casos son
admisibles los medios de prueba designados.
Se juzgará que hay imposibilidad de obtener o de presentar prueba
escrita del contrato, en los casos de depósito necesario o cuando la
obligación hubiese sido contraída por incidentes imprevistos en que
hubiese sido imposible formarla por escrito.
Se considerará principio de prueba por escrito, cualquier documento
público o privado que emane del adversario, de su causante o de
parte interesada en el asunto, o que tendría interés si viviera y que
haga verosímil el hecho litigioso.

CONTRATO DE MUTUO EN EL CODIGO CIVIL


Concepto:
Habrá mutuo o empréstito de consumo, cuando una parte entregue a
la otra una cantidad de cosas que esta última está autorizada a
consumir, devolviéndole en el tiempo convenido, igual cantidad de
cosas de la misma especie y calidad, en el mutuo gratuito, mientras
que en el oneroso, se debe devolver lo recibido más otro tanto. (art.
2240 C. Civil).

Caracteres:
Es un contrato real, porque se perfecciona con la entrega que el
mutuante hace al mutuario respecto de la cosa fungible.
Es unilateral, porque el único obligado después de la entrega de la
cosa, es el mutuario a restituirla en el mutuo gratuito y en el oneroso
a restituirla con otro tanto.
Es no formal, ya que las partes pueden utilizar la forma que crea más
conveniente para tutelar sus intereses.
Es conmutativo, porque los sacrificios y ventajas son conocidos por
las partes desde la celebración del contrato.

Promesa aceptada de celebrar un contrato real


Se trata del siguiente supuesto: Las partes en un instrumento
privado, firmados por ella, establecen que el mutuante entregará en
préstamo al mutuario una determinada suma de dinero en una fecha
pactada. Si el mutuante no entrega el dinero, cabe la pregunta en
que situación se encuentra el mutuario. Como se trata de un contrato
real que se perfecciona con la entrega de la cosa, el mutuario no
puede pedir el cumplimiento del contrato, pero nace a favor del
mismo la posibilidad de demandar judicialmente la reparación de los
daños, si la promesa de mutuo es onerosa y el mutuario en ese caso
tendrá que probar los extremos de la responsabilidad civil.
Imputabilidad, antijuricidad, relación de causalidad y dañosidad.
Elementos que lo tipifican:
El objeto del contrato son siempre cosas fungibles, las cuales son
trasmitidas en propiedad del mutuante al mutuario, de ahí que el
mutuario puede disponer libremente de la cosa fungible recibida,
usarla, consumirla, donarla y disponer de ella libremente, porque su
obligación es restituir otra cosa de la misma especie y cantidad en el
mutuo gratuito y otro tanto más cuando es oneroso.

INTERESES
Concepto:
Los intereses son aumentos que las deudas pecuniarias devengan en
forma paulatina, durante un tiempo dado, sea como precio por el uso
de un dinero, o como indemnización por un retardo de una obligación
dineraria. Son los frutos civiles que produce un capital y se traducen
en el rédito o provecho financiero que aquello generan. Los intereses
se originan gradualmente, en función de un capital, de una tasa y de
otros parámetros y que computados debidamente puede tener fuerte
incidencia en la determinación del precio por la liquidez ajena.

Caracteres:
Periódicos: los intereses dependen funcionalmente del tiempo,
maduran temporalmente.
Accesorios de la deuda principal, que consiste en la entrega del
capital adeudado, por ello, la extinción del crédito por capital detiene
el curso de los intereses y el pago del crédito no se considera íntegro
hasta el abono de los mismos.
Proporcionales al tiempo y al capital prestado.

Especies: Hacen referencia a la función económica.


1) intereses compensatorios: también llamados retributivos o
lucrativos, aluden al precio que se paga por la utilización de
un capital ajeno, con independencia del dolo o culpa del deudor,
corriendo contra éste como un accesorio de la obligación a su
cargo.
2) Intereses moratorios: conocidos también como
resarcitorios o indemnizatorios, se deben en caso de mora
del deudor en el cumplimiento de la obligación, que priva
ilegítimamente al acreedor de su derecho a percibir
oportunamente el capital y, por ello, debe reparar el daño
causado. Constituyen una forma de indemnización, y requieren
para su procedencia que el incumplimiento sea imputable al
deudor
3) Intereses punitorios: a) significa en una sanción por medio
de intereses agravados tendientes a que el deudor cumpla con
la obligación a su cargo. Además del interés puro, en su
composición se encuentra un elemento adicional, un “plus”
económico que se proyecta a la tasa como pena. Establecen el
efecto de la mora en una obligación dineraria y también actúan
como pena civil; b) otra doctrina entiende que se trata de un
interés moratorio convencional, al que debería aplicarse el
régimen jurídico de la cláusula penal porque predetermina las
consecuencias de la mora y requiere de su configuración, como
condición ineludible para su procedencia.
Los intereses punitorios pueden establecerse por voluntad de
las partes y también es factible que surjan de la propia
ley, supuesto denominado punitorio legal. Así acontece, con los
intereses sancionatorios que castigan la inconducta procesal
maliciosa, consistentes en maniobras que persiguen dilatar el
cumplimiento de una obligación de dinero o de valor.

Distintos tipos de tasa de interés:


Activa es la que cobra un banco a los clientes que solicitan asistencia
crediticia.
Pasiva: es la tasa que paga la entidad financiera a los depositantes.
Por cierto la activa es superior a la pasiva.
Positiva: cuando la tasa supera la inflación efectiva, lo contrario
importa una tasa negativa con perjuicio del acreedor.
La tasa de interés simple es la que produce el interés proporcional
al capital, tiempo y tasa, calculándolo desde el comienzo del plazo
desde que corren los intereses en forma directa hasta su conclusión.
Es compuesta cuando los intereses devengados se suman
periódicamente al capital, originando intereses sobre el monto así
obtenido.
Fija: es la tasa que permanece sin cambio durante el plazo pactado y
variable, la que puede modificarse tomando como referencia la
evolución de otra tasa representativa.
Cuando el interés se calcula en forma directa sobre el total del
capital adeudado, sin tenerse en cuenta las amortizaciones parciales,
la tasa de interés se aplica sobre el capital inicial por todo el plazo de
la operación. Por el contrario puede aplicarse sobre saldos, es decir
teniendo en cuenta el remanente del capital una vez percibida cada
cuota de amortización.
Tasa de interés nominal es la utilidad o producto monetario de los
fondos invertidos, mientras que la real es el rendimiento de lo
invertido expresados en bienes y servicios, que se obtiene
deduciendo la tasa de inflación al tipo de interés nominal.
Las tasas de interés referenciales se utilizan como pautas para
comparar tasas que en su aplicación han sido cuestionadas, con el
objeto de determinar su procedencia.
Interés adelantado se cobra a la fecha del otorgamiento del
préstamo, determinando que se entregue menos capital del que se
contrata, aumentando la tasa de interés. El interés vencido se paga
o capitaliza cuando concluye el tiempo de su colocación.

Libertad contractual para establecer intereses:


Art. 621 dispone que la obligación puede llevar intereses y son
válidos los que se hubieren convenido entre deudor y acreedor. La
validez del convenio sobre el pago de intereses, es consecuencia de
la función económica de los mismos. Así por ejemplo el mutuario se
beneficia con el uso de un capital ajeno, justificándose por ende la
retribución de ese servicio con el pago de los intereses
compensatorios pactados por las partes, los que serán válidos si son
razonables, es decir adecuados a la moral, a las buenas costumbres y
a las normas que se apliquen.

Los intereses en la actividad financiera: dentro de esta actividad


no se concibe que los negocios jurídicos sean a título gratuito,
fundamentalmente porque el banco intermedia entre la oferta y
demanda de dinero, razón por la cual todas las operaciones que
realizan son onerosas y llevan la aplicación de intereses. Es
indudable que serán menores lo que correspondan a operaciones
pasivas con relación a los establecidos para las operaciones activas, y
la diferencia entre ambos resulta la ganancia del banco.

Anatocismo: Prohibición legal y facultamiento de convenirlo


El principio indica que “no se deben intereses de los intereses (art.
623 C. Civil) lo que significa que por regla está prohibido el
denominado anatocismo.
Sin perjuicio de ello la ley admite que las partes pueden convenir o
pactar en forma expresa que se autorice la acumulación al capital
con la perioricidad que acuerden las partes o cuando liquidada la
deuda judicialmente con los intereses, el juez mandase pagar la suma
que resultare y el deudor fuese moroso en hacerlo.
También expresa la ley que “serán validos los acuerdo de
capitalización de intereses que se basen en la evolución periódica de
la tasa de interés de plaza” (art. 623 C. Civil)

La refinanciación de deudas y la capitalización de intereses:


Cuando la amortización de una operación bancaria cae en estado de
mora, el banco puede convenir con el cliente, mediante la celebración
de un contrato la refinanciación de la misma, teniendo como
resultado inmediato que el deudor sal del estado de mora y tienen a
su favor una nueva modalidad de pago de la obligación, extendida en
el tiempo con un determinado con un nuevo número de cuotas de
importe determinado.
La cuestión de importancia en la refinanciación está vinculada a los
intereses, ya que para que estos no se pierdan en perjuicio del banco,
primero deben ser determinados en cuanto al monto que por ellos se
adeuden respecto de la obligación originaria incumplida. Luego al
monto obtenido se lo debe capitalizar, es decir se lo debe sumar al
capital adeudado, generándose así una nueva acreencia, a la cual se
le aplicará una determinada tasa de interés para la amortización
futura del crédito refinanciado, pudiéndose utilizar distinto sistemas
tales como el francés, el alemán, etc. para que esto sea válido todas
estas operaciones debe estar reflejado en el instrumento que
contenga la refinanciación.

CONTRATO DE APERTURA DE CREDITO


La idea del crédito se asocia a la entrega del dinero, sin embargo hay
modalidades que consisten, antes que en esa entrega, en una
promesa de crédito. Tales es el caso de la apertura de crédito, por
medio de la cual la entidad financiera pone a disposición del
cliente, por determinado tiempo, una suma de dinero de la
que aquél dispondrá según su voluntad, mediante una o
varias extracciones.
Por esta operación activa el banco se compromete mantener
una cierta disponibilidad de crédito o margen crediticio, a
favor del cliente durante un cierto tiempo y a una
determinada tasa de interés aplicable a los montos
efectivamente utilizados por el cliente, más una comisión por
el servicio.
Una característica que pueda sumir la apertura de crédito es que si
bien el banco se obliga hasta una cantidad determinada y durante un
cierto tiempo las órdenes de pago que le diera el cliente, también
asumir frente a terceros obligaciones dinerarias en
cumplimiento de órdenes que le imparte el acreditado, en
este supuesto se vincula la apertura del crédito con el
mandato.
Es importante destacar que el acreditante-banco carece de derecho
para exigir al cliente que utilice efectivamente el crédito proveniente
de la disponibilidad, en tanto el contrato se concluye a favor de éste
último y es quién detenta el derecho a optar o no por su utilización.
Sí le cabe el derecho al banco de verificar el destino de los fondos,
cuando esta facultad se haya incorporado a la relación causal del
negocio concluido, incluso en este caso, cuando la finalidad sea por
ejemplo un pago a favor de tercero, será válido que después de la
solicitud del cliente para usar la disponibilidad, pueda existir un
mandato para ejecutarla de acuerdo a la manda otorgada por el
cliente.

Caracteres:
Contrato consensual, bilateral, oneroso, conmutativo y de ejecución
continuada, no formal, de contenido complejo.

Funcionamiento y obligaciones de las partes:


En general se advierten tres etapas en la operación de apertura de
crédito.
Primera etapa: el cliente solicita al banco un crédito hasta
determinada suma de dinero, para poder disponer de el, en una o
varias remesas a partir de una fecha determinada. Para ello debe
concretarse la apertura de crédito por parte del banco y las medidas
que adopten para atender los requerimientos del cliente – apertura de
una cuenta -. Concluye con la determinación total del crédito, el plazo
de restitución de las sumas que reciba, el tipo de interés y la forma
de calcularlo, la amortización, las garantías exigidas, y la comisión
que cobrará el banco.
El banco por el hecho de tener disponibilidad dineraria a favor del
cliente, para cuando éste lo requiera, ya está cumpliendo el contrato
pactado con el cliente, razón por la cual éste debe remunerarlo por
esa disponibilidad que debe mantener el banco.
Con el perfeccionamiento del contrato y notificada al cliente la
disponibilidad, éste ya puede utilizar el crédito otorgado. En
consecuencia, existen obligaciones para las partes: el banco debe
atender los pedidos de fondos que efectúe el cliente; el cliente debe
pagar la comisión pactada, utilice o no el crédito concedido y, en caso
de hacer uso de él, debe el interés convenido sobre el monto
efectivamente utilizado y por el tiempo que dispuso de éste.
Segunda etapa: se caracteriza por la utilización del crédito que se
materializa con extracciones o libramiento contra cuentas, que el
banco debe satisfacer hasta que se complete el importe total o se
cumpla el tiempo por el cual se convino la disponibilidad.
Puede suceder que, no habiendo vencido el plazo y no habiendo aún
el cliente utilizado toda la disponibilidad, se modifiquen las
condiciones patrimoniales que se evaluaron para la concesión del
crédito o se registre atrasos en los pagos de los servicios o
incumplimiento en otros compromisos con la entidad. En este caso de
no haberse convenido suficientemente estas contingencias, es
aplicable el principio rector del art. 1202 del C. Civil y en su defecto el
art. 216 C. de Comercio, por lo que en ambos casos cesará la
disponibilidad concedida.
Tercera etapa: el cliente está obligado a pagar al banco la comisión
pactada, los intereses sobre las sumas efectivamente utilizadas y la
amortización del capital.

TARJETA DE CREDITO – LEY 25.065

GENERALIDADES:
Todo el sistema de tarjeta de crédito tiene su causa jurídica en
dos contratos: uno entre el organismo emisor y el establecimiento
comercial y el otro entre el emisor y titular de la tarjeta, de manera
que la ley de tarjeta de crédito 25.065 regula dos contratos: 1) el de
emisión de la tarjeta de crédito y 2) el que contempla las
relaciones jurídicas entre el emisor y los proveedores de
bienes y servicios.
El sistema de la tarjeta de crédito se perfecciona por la vía de los
acuerdo por adhesión a condiciones generales predeterminadas, sin
perjuicio del respeto y observancia de las normas de orden público
que establece la ley 25.065. Lo que significa que la redacción de las
cláusulas de éstos contratos corresponde a una sola de las partes
(Bancos o Cajas de Créditos), mientras que el cliente o usuario de la
tarjeta se limita a aceptarlas o rechazarlas, sin poder modificar la
redacción, esto es así ya que responden al negocio jurídico celebrado
masivamente.
Estos contratos de contenido predispuestos, redactados en
formularios o en base a condiciones generales, constituyen
verdaderos contratos como actos jurídicos de génesis bilateral, salvo
que: a) conculquen las normas de orden publico establecidas por la
ley de tarjeta de crédito, por ejemplo en materia de jurisdicción, se
debe necesariamente establecer aquella que corresponda al del
domicilio del usuario; que el banco emisor en forma unilateral puede
rescindir el contrato de tarjeta de crédito b) existan cláusulas
abusivas o vejatorias, en virtud de las cuales, por ejemplo, la de
trasladar costos al usuario en forma abusiva, o si se tratan de
cláusulas sorpresivas que no son razonablemente previsibles.
La interpretación de los contratos de tarjeta de crédito se
aplica: a) la ley de defensa del consumidor N 24.240 ; b) las normas
de la ley de tarjeta de crédito Nº 25.065 y c) los principios de
interpretación de los contratos de contenidos predispuestos o
celebrados por vía de la adhesión.
La ley de defensa del consumidor se aplica en todos los casos a los
contratos entre el emisor y usuario de la tarjeta de crédito.

EL SISTEMA DE TARJETA DE CREDITO


Es un conjunto complejo y sistematizado de contratos
individuales, cuya finalidad es:
a) posibilitar al usuario efectuar operaciones de compra o locación
de bienes o servicios u obras, obtener préstamos y anticipos de
dinero del sistema, en los comercios e instituciones adheridas.
b) Diferir para el titular responsable el pago o las devoluciones a
fecha pactada o financiarlo conforme alguna de las modalidades
establecidas en el contrato.
c) abonar a los proveedores de bienes o servicios los consumos del
usuario en los términos pactados. (art. 1 Ley 25.065).

Es decir que constituye un sistema integrado por una serie de


relaciones jurídicas diversas, cada una con autonomía y
regulación propia, celebradas entre diversas partes contratantes y
que engendran derechos y obligaciones diversos en cada relación,
aunque dirigidas todas a un mismo fin común.

Cualquiera sea la forma que adopte, es un contrato de uso de crédito


eventual y puede ser explicado por la vía de la asunción privativa de
deuda, utilizando como medio indirecto la concesión de crédito. Tiene
similitudes con el contrato de apertura de crédito, ya que
dispone de un margen a su favor y otorgado por una empresa
especializada, para que contrate el usuario servicios o bienes en
determinados establecimientos, con los cuales a su vez, la empresa
tiene pactada una comisión.

Es una operación de crédito minorista al consumo rotativo, dado que


permanentemente se renueva, de riesgo crediticio ampliamente
fraccionado y comúnmente es a sola firma o con garantía de fianza
Las etapas del sistema de la operación son las siguientes: 1) el
cliente solicita el crédito a la entidad financiera; 2) aceptado el
pedido, se firma el contrato y se extiende la tarjeta, que autoriza al
beneficiario a gastar hasta determinado monto en los comercios
adheridos; 3) el comerciante presenta la factura a la entidad
financiera y cobra su importe en las condiciones que se hayan
convenido y 4) el cliente amortiza su obligación con la entidad.

LA TARJETA DE CREDITO
Es un documento nominativo legitimante, intransferible, cuya
finalidad es permitir al usuario beneficiarse con las facilidades de
pago pactadas con el emisor y las resultantes del contrato celebrado
entre éste (emisor-banco) y el proveedor del bien o servicio
(comerciante) requerido por el usuario, de origen eminentemente
contractual.

Genéricamente se denomina tarjeta de crédito, al instrumento


material (plástico) de individualización del usuario, que puede ser
magnético o de otra tecnología, emergente de una relación
contractual previa entre el titular y el emisor (banco)

CONTENIDO Y CARACTERISTICAS DE LA TARJETA DE CREDITO


La ley 25.065 en el art. 5, regula el contenido y las características
físicas de la tarjeta o plástico.

El plástico o tarjeta debe contener la identificación del


usuario poseedor de la tarjeta, a saber:
a) su nombre y apellido
b) numero interno de inscripción
c) su firma ológrafa
d) la fecha de emisión de la misma
e) los medios que aseguran la inviolabilidad de la misma
f) la identificación del emisor y de la entidad bancaria
interviniente.
Las consecuencias de la emisión de una tarjeta defectuosa, es decir,
cuando no se ha cumplimentado con los contenidos mínimos
previstos en la ley, se limitan a una eventual responsabilidad
administrativa ante la autoridad de aplicación y la asunción de
riesgos derivados de su uso fraudulento.

PARTES INTERVINIENTES EN EL SISTEMA


Emisor: es la entidad financiera, comercial o bancaria que emita
tarjetas de crédito, o que haga efectivo el pago. De manera que el
usuario de la tarjeta se obliga al pago por los consumos que efectúa,
con el banco o entidad financiera y no con la marca de la
tarjeta (Visa, Mastercard etc) y tampoco con el comerciante adherido.

Titular de la tarjeta: aquél que está habilitado para el uso de la


tarjeta de crédito y se hace responsable de todos los cargos y
consumos realizados personalmente o por los autorizados por él
mismo, o sea las tarjetas adicionales.

En ocasiones, el usuario titular puede no coincidir con el solicitante


de la tarjeta, supuesto que se da, por ejemplo, con las tarjetas
provistas por las empresas a sus dependientes, caso en el que será la
empresa la obligada al pago de los consumos y de los
financiamientos, sin perjuicio de las obligaciones que se trasladan al
usuario relativas al modo de la utilización de la tarjeta.(tarjetas
corporativas)

Usuario titular, adicional o beneficiario de extensiones: aquel


que está autorizado por el titular para realizar operaciones con
tarjetas de crédito, a quien el emisor le entrega un instrumento
(plástico) de idénticas características que el titular.

Tarjeta de compra: aquella que las instituciones comerciales


entregan a sus clientes para realizar compras exclusivas en sus
establecimientos o sucursales (tarjeta Falabella, tarjeta Disco, etc)

Tarjeta de débito: aquella que las instituciones entregan a sus


clientes para que el efectuar compras o locaciones, los importes de
las mismas sean debitados directamente de una cuenta de ahorro o
cuenta corriente del titular.

Proveedor o comercio adherido: aquel que en virtud del contrato


celebrado con el emisor, proporciona bienes, obras o servicios al
usuario, aceptando percibir el importe mediante el sistema de tarjeta
de crédito.

CARACTERES DEL CONTRATO DE TARJETA DE CREDITO


a) El negocio jurídico es típicamente legal en cuanto al contenido,
complejo, de crédito, plural, de constitución múltiple y sucesiva,
integrado por adhesión y de cumplimiento continuado, diferido o
periódico.

b) El contrato de tarjeta de crédito es plurilateral, oneroso,


consensual, conmutativo, de tracto de tracto sucesivo, formal, de
adhesión y de crédito.
La mayoría de la doctrina entiende que es un contrato formal, porque
el art. 8 de la ley 25.065 requiere que sea celebrado por escrito,
agregándose que el artículo 7 que debe ser redactado claramente,
debiendo otorgarse ejemplares para el emisor, el titular, el eventual
fiador del usuario titular. Por el contrario la doctrina minoritaria
entiende que es un contrato no formal, porque ninguna forma es
exigida con viso de solemnidad para que pueda perfeccionarse este
contrato.
La mayoría de la doctrina estima que el contrato es consensual
porque se perfecciona por el acuerdo celebrado por las partes, en
orden al art. 8 de la Ley 25.065, se advierte que tiene un “perfil real”,
porque la citada norma expresa: el contrato de tarjeta de crédito
entre el emisor y el titular queda perfeccionado cuando se firma el
mismo, se emita la respectiva tarjeta y el titular las reciba de
conformidad”.
Frente a esta situación la doctrina minoritaria, a estar al texto del
artículo 8 de la ley, que exige la entrega y recepción de la tarjeta,
entiende que es un contrato real, que recién se perfecciona cuando
se dan estos dos supuestos.
Frente a esta situación, el jurista Ricardo Lorenzetti expresa que es
consensual porque la entrega de las cosas en los contratos reales es
exigible como modo de perfeccionamiento del contrato (ad
consttittutionen), mientras que en los contratos consensuales desde
el sólo consentimiento. La tarjeta o plástico no es la cosa a la que se
hace referencia en los contratos reales, porque no es el objeto del
contrato, ni estamos ante una obligación restitutoria referida a la
tarjeta de crédito. El mutuo ha sido concebido como real por que se
entrega el dinero con la obligación de restituirlo, pero no porque se
entregue el documento donde consta al contrato. En el contrato de
tarjeta de crédito su objeto es el crédito y la tarjeta es la
documentación emitida, según lo dice el art. 4 de la Ley 25.065.
Incluso puede darse el caso que por la evolución tecnológica se
prescinda del plástico, con lo cual se desbarataría la idea de un
contrato real. De manera que la entrega de la tarjeta no convierte al
contrato en real.
También puede pensarse, a la luz de la redacción del artículo 8 de la
ley 25.065, que el contrato tiene una etapa o fase de celebración que
queda concluida con la aceptación de la solicitud o con la firma del
contrato y luego una etapa o fase de cumplimiento con la entrega del
plástico o tarjeta, razón por la cual ésta segunda etapa no lo
transforma en contrato real.

c) El negocio jurídico de la tarjeta de crédito es complejo, dado que se


trata de un sistema conformado por una serie de relaciones de
diverso carácter que participan de distintos tipos contractuales y que
convergen a una finalidad común

d) El sistema de tarjeta de crédito es un conjunto complejo y


sistematizado de contratos individuales. Ellos son los celebrados
entre: a) el ente bancario y cada usuario del sistema; b) la entidad
emisora y cada comercio adherido y c) el comerciante y el usuario
que tiene una relación de hecho

e) Es un negocio jurídico que por esencia es plural o masivo, en


cuanto al conjunto de las relaciones bilaterales involucradas en su
operatoria, sin embargo no existe un antagonismo de intereses, sino
una coordinación de ellos hacia una finalidad común del instituto.

f) La tarjeta es sustitutiva del dinero y como tal es un medio de pago

CLASES DEL SISTEMA DE TARJETA DE CREDITO


Puede ser abierto o cerrado.
Es abierto cuando la figura del administrador del sistema y el emisor
se encuentra divididas en dos personas físicas o jurídicas distintas,
por ejemplo Banco Río emisor de la tarjeta Mastercard o Visa, como
administradoras del sistema.
Es cerrado cuando coinciden las figuras mencionadas, por ejemplo
Tarjeta del Banco de Córdoba, ya que la entidad bancaria es emisora
y administradora del sistema.

CONTENIDO DEL CONTRATO DE EMISION DE LA TARJETA DE


CREDITO
Concepto: Es aquél por el cual una empresa especializada estipula
con el cliente la apertura de un crédito a su favor, a efectos de que
éste contrate bienes o servicios en determinados establecimientos,
con los cuales a su vez la empresa tiene pactada una comisión. La
definición precedente describe básicamente el contacto jurídico
habido entre el Banco emisor y el usuario titular de la tarjeta de
crédito, pero al mismo tiempo ubica la relación dentro de lo que se ha
dado en denominarse “el sistema de tarjeta de crédito”.

El contenido de contrato de emisión de tarjeta de crédito está


regulado por el art. 6 de la Ley 25.065, y debe contener los
siguientes requisitos:

a) plazo de vigencia, especificando comienzo y cese de la relación


b) plazo para el pago de las obligaciones por parte del titular
c) porcentual de montos mínimos, de pagos conforme a las
operaciones efectuadas.
d) Montos máximos de compra o locaciones, obras o retiro de
dineros mensuales autorizados
e) Tasas de intereses compensatorios o financieros
f) Tasas de intereses punitorios
g) Fecha de cierre contable de operaciones
h) Tipo y monto de cargos administrativos o de permanencia en el
sistema (discriminados por tipo, emisión, renovación, envío y
confección de resúmenes, cargos por tarjetas adicionales para
usuarios autorizados, costos de financiación desde la fecha de
cada operación o desde el vencimiento del resumen mensual
actual o desde el cierre contable de las operaciones hasta la
fecha de vencimientos del resumen mensual actual, hasta el
vencimiento del pago del resumen mensual, consultas de saldo
de cuenta, entre otros).
i) Procedimiento y responsabilidades en caso de pérdida o
sustracción de tarjetas.
j) Importes o tasas por seguro de vida o por cobertura de
consumos en caso de pérdida o sustracción de tarjetas.
k) Firma del titular y de personal apoderado de la empresa
emisora.
l) Las comisiones fijas o variables que se cobran al titular por el
retiro de dinero en efectivo.
m) Consecuencia de la mora.
n) Una declaración en el sentido que los cargos en que se haya
incurrido con motivo del uso de la tarjeta de crédito son debidos
y deben ser abonados contra recepción de un resumen
periódico correspondiente a dicha tarjeta.
o) Causales de suspensión, resolución y/o anulación del contrato
de tarjeta de crédito.

FUNCIONES DEL SISTEMA DE TARJETA DE CREDITO


Las principales funciones son: 1) evitar el desplazamiento de dinero o
de cheques; 2) resulta un medio masivo de financiación para la
adquisición de bienes o contratación de servicios; 3) es un
instrumento de pago, de garantía y de crédito.

a) La función emisora que consiste en el otorgamiento de las


tarjetas a los usuarios y el posterior cobro a éstos de los cargos
en que incurrieran.
b) Función de adhesión, que se refiere a la incorporación de
establecimientos comerciales al sistema, para la aceptación de
la tarjeta, y a los pagos a dichos establecimientos adheridos.
c) Función de administración o coordinación que comprende
la determinación de los lineamientos y reglas de operación del
sistema y la organización de las relaciones de las partes que lo
integran.

OBJETO DEL CONTRATO


Es producir un otorgamiento o apertura de un crédito de uso
eventual limitado o ilimitado, un diferimiento de pago a favor del
usuario titular, una garantía de pago y una posibilidad y
ampliación de la clientela del proveedor de los bienes o servicios y
una directa utilidad pecuniaria por medio de cánones y comisiones
por parte y a favor de la empresa emisora, ya que para la empresa
emisora el objeto esta dado por la propia operatividad y
rentabilidad del sistema, y el beneficio, en el supuesto de que se
trate de una empresa especializada, está representado por los
cánones y comisiones. Cuando la empresa emisora es además la
propia empresa comercial, el objeto es producir una apertura de su
comercio a nuevos segmentos del mercado consumidor y en una
ampliación de su cartera de clientes.

PRECIO O CONTENIDO PATRIMONIAL DEL CONTRATO


En el contrato de tarjeta de crédito el precio está representado por
el canon periódico o intereses que abona el usuario titular por la
disponibilidad del crédito concedido, o por la comisión que el
proveedor debe abonar a la empresa emisora sobre el total de
ventas efectuadas.
Para el usuario el precio está constituido por el canon anual o
periódico que debe pagar para mantener su crédito abierto y su
tarjeta habilitada.
Para el proveedor adherido, el precio está constituido por el monto
de la comisión o gasto de administración que le son descontados al
abonarles las operaciones por parte de la empresa emisora.
Para la entidad emisora el precio está constituido por el monto de
las liquidaciones que debe abonar al proveedor adherido.

RESUMENES DE CUENTA
El emisor tiene la obligación de remitirle al titular mensualmente el
resumen periódico de las operaciones efectuadas, ello presupone
que se haya realizado operaciones con la tarjeta durante ese
período, dado que no tendría sentido el envío de un resumen sin
tal detalle.

La ley de tarjeta de crédito, en al art. 23, establece contenidos


mínimos que debe tener los resúmenes de cuenta.

El resumen de cuenta debe ser enviado al domicilio constituido por


el titular en el contrato de emisión, o en el que posteriormente
denuncie de modo fehaciente. Conforme interpretación
jurisprudencial, el incumplimiento del emisor de su obligación de
enviar el resumen de cuenta, no impide la mora del titular ante la
falta de pago, en tanto exista una cláusula en el contrato de
emisión que ponga en cabeza del titular el deber de obtenerlo
concurriendo a la sede de la entidad emisora.

El resumen mensual de operaciones tiene una doble finalidad: por


un lado poner en conocimiento del usuario cuales han sido las
operaciones celebradas por el mismo, para su control y eventual
impugnación, y por el otro lado dejar determinada la deuda cierta
y líquida que el usuario debe abonar.

El resumen debe ser recibido por el titular con una anticipación


mínima de cinco (5) días anteriores al vencimiento de su
obligación de pago, independientemente de lo pactado en el
contrato de la tarjeta de crédito. En el supuesto de no recepción
del resumen el titular dispone de una canal de comunicación
telefónica proporcionado por el emisor durante la 24 hrs. del día
que le permitirá obtener el saldo de la cuenta y el pago mínimo
que podrá realizar.

IMPUGNACION DE RESUMEN DE CUENTA


El usuario tiene la carga de revisar diligentemente cada uno de los
conceptos de las cuentas mensuales y observarlas si no
coincidieran con sus propios cálculos de compras y egresos.
Conforme con el art. 26 de la ley el titular puede cuestionar la
liquidación dentro de los treinta días de recibida, detallando
claramente el error atribuído y aportando todo dato que sirva para
esclarecerlo por nota simple girada al emisor.
El emisor debe acusar recibo de la impugnación dentro de los siete
días de recibida, y dentro de los quince días siguientes deberá
corregir el error si lo hubiere. El plazo de corrección se ampliará a
60 días en las operaciones realizadas en el exterior (art. 27)
Mientras dure el procedimiento de la impugnación el emisor no
podrá impedir ni dificultar el uso de la tarjeta de crédito o de sus
adicionales mientras no se supere el límite de compra.
El pago del mínimo que figura en el resumen antes del plazo de
impugnación o mientras se sustancia el mismo, no implica la
aceptación del resumen practicado por el emisor. Es aconsejable
que pague el monto mínimo que figura en la liquidación, para
evitar después pagar intereses punitorios si la impugnación a la
liquidación resulta rechazada.

OBLIGACIONES DEL BANCO EMISOR


a) redactar los contratos con los recaudos previstos en el art. 7 de
la ley 25.065, con los contenidos establecidos en el art. 6 de la
misma ley.
b) Entregar al titular la tarjeta personalizada y codificada,
destacándose que dicha tarjeta como documento es propiedad
del emisor.
c) Informar sobre la nómina de los comercios adheridos al
sistema, con las actualizaciones correspondientes.
d) Liquidar mensualmente los gastos en que ha incurrido el
usuario o sus autorizados.
e) Remitir el resumen de cuenta al domicilio constituido, salvo que
en el contrato el usuario hubiera asumido la obligación de
retirarlo en la sede del banco emisora de la tarjeta.

OBLIGACIONES DEL USUARIO TITULAR


a) abonar las liquidaciones que resulten del uso de las tarjetas.
Tales liquidaciones deberán efectuarse mensualmente, aunque
su vencimiento no necesariamente debe coincidir con el cierre
del mes.
b) Pagar la cuenta periódica por la utilización de la tarjeta y
además el saldo que surge de los gastos o los cargos
administrativos, que es el costo operativo que la empresa
traslada al cliente.
c) Revisar diligentemente cada una de los conceptos registrados
en las cuentas mensuales y observarlos, sino coincidieren con
su propio registros de compras y egresos.
d) Identificarse documentadamente y firmar los cupones al
realizar las operaciones, ello como deber genérico de
colaboración activa del tenedor de la tarjeta en el manejo de la
cuenta.
e) Custodiar adecuada y diligentemente la tarjeta plástica.
f) Denunciar el extravío o sustracción de la tarjeta
inmediatamente al conocimiento del hecho perjudicial

OBLIGACIONES DEL COMERCIANTE ADHERIDO


a) aceptar las operaciones de los clientes mediante la utilización
de la tarjeta.
b) Verificar la identidad del usuario, así como la habilitación de la
tarjeta e integrar de modo suficiente las notas de cargo.
c) Solicitar autorización para las operaciones que la exigen
d) Pagar a la entidad emisora
e) Remitir el resumen con los cupones utilizados en las
operaciones del mes.
f) No alterar los precios en las negociaciones con tarjeta de
crédito, de modo que no haya diferencias entre las operaciones
de contado y con tarjeta.

EL DESCUENTO
Concepto:
La asistencia crediticia al comercio, para financiar capital de giro,
utiliza comúnmente esta operación. Porque es común que el
empresario reciba a sus clientes documentos de crédito como una
forma de instrumentas sus acreencias. Y tal situación y como
dichos papeles son pagaderos a fecha futura, el empresario puede
retenerlos hasta el vencimiento y cobrarlos él directamente o bien
“descontarlos” en un banco.
Es una operación donde se exhibe la actuación “transformadora”
en la liquidez que realizan los bancos. Porque el banco recibe de
sus clientes documentos comerciales (títulos valores u otros
documentos negociables) y le entrega su monto de dinero, menos
un “descuento” equivalente al interés por el tiempo que resta para
el vencimiento de los mismos.
No es una “compra” de títulos o de créditos, porque el cliente-
supuesto vendedor-queda ligado a la operación y responde por el
efectivo pago de los documentos descontados.

Descripción de la operación:
El cliente poseedor de documentos de créditos no vencidos – sean
pagarés, letras de cambio, facturas, cupones de tarjetas de crédito
o cualquier otro documento que exhiba un crédito – lo presenta al
banco solicitando su “descuento”.
El banco si decide aceptar la operación, previo análisis de los
documentos a descontar y solvencia de los libradores y
suscriptores, establece la tasa de interés a aplicar y procede a
descontar del valor nominal total de los documentos recibidos, el
importe correspondiente al interés por el tiempo que falta para
que esos documentos puedan ser cobrados por el banco.
La operación recibe de ahí su nombre “el descuento”, que al
valor nominal se hace del interés calculado sobre el tiempo
que falta para que cada documento venza.
Es una típica operación bancaria con pago de intereses por
adelantado.
Aceptada la operación el cliente debe endosar los documentos
descontados. Si se trata de documentos no endosables,
corresponde su cesión, a favor del banco lo que puede
instrumentarse por título privado y por separado, debiendo
notificarse al deudor cedido.

Autoliquidable:
En principio es una operación segura para el banco porque el
documento queda en poder del banco y éste se asegura el
recupero del crédito, es autoliquidable.

Títulos descontables:
- El pagaré, era el título mas utilizado, que contiene una promesa
incondicionada de pago efectuada por el librador a favor del
beneficiario, es esencialmente negociable por la vía del endoso.
En Córdoba con la ley de sellos disminuyó considerablemente
su uso en los últimos años, siendo hoy reemplazado por el
cheque a pago diferido.
- Las facturas, certificados de obra, etc.
- Cupones de tarjetas, que los comerciantes tienen que cobrar de
los bancos emisores de tarjeta. Cuando el banco descontante es
a su vez el banco emisor-pagador reviste mayor seguridad.
- En general cualquier instrumento de crédito puede ser
descontado, debiendo el banco analizar la naturaleza del
documento y la solvencia de su emisor.
- Debe tratarse de un documento con vencimiento a fecha fija y
no a la vista y, lógicamente a plazo y por un monto
determinado.
- El plazo de vencimiento de los créditos descontados no deben
superar los 180 días (plazo límite que el BCRA establece para
préstamos con cobro de intereses por adelantado).

Responsabilidad del cliente:


Es conveniente resaltar que el último obligado al pago por esta
operación es el cliente. Porque el banco recibe los documentos a
descuento con la garantía final de pago de su cliente, de modo que si
el emisor o librador del documento no paga, debe hacerlo el cliente.
Los recibe con cláusula de “buen fin” o “con responsabilidad”, es
decir sujetos a su efectivo cobro, pero no libera de responsabilidad al
cliente, quien como endosante de esos documentos, o avalista, sigue
ligado a su suerte.
En este sentido se ha destacado que la obligación del banco solo
consiste en la interpelación de pago al tercero, y no obliga a su
ejecución. Probado que el tercero no pago, el banco no está obligado
a iniciar las acciones ejecutivas contra éste. Si el descontado inicia
acción ejecutiva contra el tercero debe llevarla a buen fin, a menos
de que sea sustituido por el descontante.

Documentos de favor:
El inconveniente del sistema es cuando los comerciantes
presentan al banco documentos “de favor”, es decir que no
instrumentan reales operaciones de los comerciantes con sus
clientes.
Ello no le quita validez al instrumento desde el punto de vista
legal, y el banco puede exigir el pago al tercero y al cliente.
Por ello, debe exigir que cada documento se aclare el nombre y
apellido o razón social del librador y su domicilio.

El redescuento:
Es aquella operación por la cual el banco descontante de los
documentos procede a su vez a “redescontarles” en otro banco o
al BCRA.

ANTICIPO BANCARIO:
No es más que un caso especial de apertura de crédito (simple o
en cuenta corriente bancaria), garantizado con una cobertura
(prenda de títulos valores o mercaderías). El anticipo es una
especie de apertura de crédito con garantía, el contrato de
apertura es el género. Es una operación de crédito garantizada
con cobertura, es la concesión que el anticipante hace al
anticipado de una cantidad proporcional al valor de la cosa. Es
decir que el valor de la garantía siempre tiene que ser mayor que
la obligación del banco. La diferencia se llama descarte. Si
disminuyere el valor del bien dado en prenda en un porcentaje
importante el banco debe notificar al cliente, quién ofrecerá una
garantía mayor, en caso contrario el banco puede dar por
finalizado el contrato y ejecutar los bienes que tenga en garantía.
El cliente puede reembolsar parte de lo retirado y pedir la
devolución parcial de los títulos y mercaderías dados en caución.
En los contratos de apertura de créditos pueden darse títulos en
garantía prendaria. En este contrato es obligatorio prestar dicha
caución.
El cliente usara del dinero que ponga a disposición del banco
cuando el mismo exija que se lo acredite. Es una fuente de crédito
en previsión de una necesidad del beneficiario o acreditado.
El anticipo puede ser simple, cuando el beneficiario recibe
directamente una suma que se le otorga en crédito (es parecido al
mutuo) pero no es un mutuo, porque éste es un contrate que se
exige que se entregue el dinero en una oportunidad, en vez en el
anticipo puede recibirlo el cliente en varias oportunidades.
El anticipo en cuenta corriente bancaria el dinero está a
disposición del cliente y éste puede retirarlo y devolverlo cuantas
veces lo necesite.
Se pueden otorgar garantía sobre documentos (pagarés, letra de
cambio, acciones, certificados de depósitos, etc.) o sobre
mercaderías (obras de arte, alhaja.). En general en nuestro se
opera con prenda con registro, flotante o fija, con descuento de
documentos o título públicos.

Las obligaciones del cliente


se resumen en constituir la garantía prendaria, la constitución
de esta garantía a favor del banco integra el sinalagma, y su falta
obsta a la posibilidad de exigirla a aquel que autorice la
disponibilidad.
También la de pagar los intereses porque se trata de un crédito,
de una operación activa, el cliente debe los intereses por el tiempo
de utilización de los fondos y por las sumas efectivamente usadas.
Tiene que pagar la comisión, por ser este contrato una
modalidad específica de la apertura de crédito, donde el Banco se
obliga a mantener una disponibilidad, que significa la prestación
de un servicio anexo a la simple entrega de fondos, comisión a
fijarse por acuerdo de las partes.
Debe reembolsar el capital esto se hará en las condiciones de
amortización pactadas, generalmente en un pago único a 180 día
o a uno menor.

FACTORING
Nociones Generales:
El factoring es un contrato de colaboración empresaria,
perteneciente al derecho financiero, que fue incorporado a nuestra
legislación mediante la Ley 18.061 de Entidades Financieras. Sus arts.
17 inc e) y 20 inc e) facultaron a los bancos comerciales, de
inversión y compañías financieras a “otorgar anticipos sobre
créditos provenientes de ventas, adquirirlo, asumir sus
riesgos, gestionar su cobro y prestar asistencia técnica y
administrativa”. Cuando se sancionó la nueva Ley de Entidades
Financieras, su art 24 inc. d) refiriéndose a las operaciones permitidas
a las entidades financieras, reprodujo la sanción de los arts. 17 inc. e)
y 20 inc. e) de la ley que derogaba, operatoria también comprendida
en las facultades de los bancos comerciales, en virtud del amplio
espectro que les posibilitaba el art. 21 de la nueva ley: “Los
bancos comerciales podrán realizar todas las operaciones
activas, pasivas y de servicios que no le sean prohibidas por
la presente ley o por las normas que con sentido objetivo
dicte el B.C.R.A. en ejercicios de sus facultades” y el 24 inc. d)
relativo a las compañías financieras cuando dice: “otorgar
anticipos sobre créditos provenientes de ventas, adquiririlos,
asumir sus riesgos, gestionar su cobro y prestar asistencia
técnica y administrativa”.
Se advierte que la Ley de Entidades Financieras lo regula en
forma precaria, dejando por ello librada a la autonomía de la
voluntad de los contratantes, múltiples posibilidades para fijar el
contenido del contrato o sea, la reglamentación de intereses que
entienden actuar en el complejo de sus relaciones negociales. Es la
voluntad traducida en precepto, porque el contrato tiene un
contenido reglamentario consistente en la voluntaria formulación de
un precepto de autonomía privada, en la cual la voluntad contractual
se articula en una serie de determinaciones que constituye las
mencionadas reglas y reciben el nombre de cláusulas, pactos y
condiciones.
De ello se desprende que sobre el factoring se hayan dado
distintos conceptos, que en definitiva van a traducir los disímiles
contenidos contractuales asignados por las partes, y las diversas
finalidades prácticas perseguidas por los contratantes.
En términos generales, se observa al factoring como una
operación que instrumenta la prestación de una serie de servicios del
banco o una empresa especializada, a un cliente vinculado con la
atención financiera, administrativa y contable de su cartera de
créditos, por un precio previamente estipulado.
Lorenzetti, expresa que si una empresa necesita de crédito
puede contraer un préstamo con garantía real o personal. Más
novedoso es que ofrezca la solvencia de otros, sus clientes, cediendo
a la entidad bancaria los créditos que tiene contra ellos; en este caso
se produce una cesión en garantía o bien en prenda sobre esas
acreencias. Más novedoso es que ofrezca sus créditos actuales o
futuros a cambio de dinero: si el acreedor lo cobra de un tercero
satisface su interés; si no lo cobra y asumió el riesgo de esa
incobrabilidad, soporta esa pérdida; si esto no ocurrió los compensará
con otros créditos que le ofrecerá la empresa. Si quiebra la empresa,
el factor no será atraído como cesionario por que es propietario y no
garante.
Se han dado muchas definiciones sobre el factoring, algunas
de ellas descriptivas y económicas. Así se ha dicho que el
factoring “supone un contrato permanente entre una sociedad y los
clientes, por el cual la primera se encarga de comprar las deudas
comerciales de éstos último con sus compradores y el cobro de los
mismos”. También se ha sostenido que “es el contrato mediante el
cual, una empresa especializada denominada factor, presta el servicio
de colaboración (de asistencia técnica y financiera) a otra empresa,
comercial o industrial, obligándose la primera, mediante un precio en
el que se computa el costo (lato sensu) de prestación del servicio, a
adquirir una determinada masa de créditos que tuviere la otra por su
actividad empresaria en relación a terceros, y durante un lapso
determinado”.
También se ha conceptualizado el factoring teniendo en
cuenta los aspectos normativos, dentro de las definiciones legales
tenemos una aproximación en la ley 18.061 que lo considera una
actividad a fin a lo de los bancos, y lo conceptúa como un complejo
de operaciones, que consiste en otorgar anticipos sobre créditos
provenientes de ventas, adquirirlos, asumir sus riesgos, gestionar sus
cobros y prestar asistencia técnica y administrativa.
La más importante definición la suministra la Convención
Unidroit sobre factoring internacional que lo conceptúa “como
un contrato celebrado por una parte como el proveedor y la otra la
empresa de factoring, denominada factor en virtud del cual: a) el
proveedor puede o debe ceder al factor créditos nacidos de contrato
de venta de mercadería celebrados entre el proveedor y sus clientes,
con exclusión de aquellos que versan sobre las mercaderías
compradas a título principal para su uso personal, familiar o
doméstico; b) el cesionario debe hacerse cargo de dos de las
siguientes funciones: el financiamiento del proveedor,
particularmente el préstamo o pago anticipado; llevar las cuotas
relativas a los créditos, la cobranza de los mismos, la protección
contra el incumplimiento de los deudores y; c) la cesión de los
créditos que debe notificarse a los deudores.”
Es decir el factoring importa técnicamente una financiación que
transforma a los créditos a cobrar –documentados o no- por el
cliente, en dinero en efectivo, incrementando el índice de liquidez
correspondiente.
El “factor”, el banco, brinda al cliente todos esos servicios y,
especialmente, le provee la financiación mediante la compra o no de
la cartera de créditos que éste posee y que provienen de sus ventas
(bienes y servicios).
El factoring es un convenio de efectos permanentes establecido
entre el contratante y el factor. El primero se obliga a transferir al
factor todas o la parte de facturas que posee de terceros deudores, y
a notificarles de esta transmisión, en contrapartida, el factor se
encarga de efectuar el cobro de estas deudas, de garantizar el
resultado final, incluso en caso de morosidad del deudor, y de pagar
su importe sea por anticipado, a fecha fija o por deducción de los
gastos de su intervención. El factor garantiza el buen resultado de la
operación incluso en caso de morosidad momentánea o permanente
del deudor, a cambio de la percepción de la comisión que cobra por el
riesgo que él asume y los servicios que presta y un interés si paga por
adelantado.
Según Lorenzetti, el factoring más que un contrato es un
sistema operativo que puede involucrar varios contratos y
modalidades, lo que ha motivado intentos clasificatorios que no han
aportado demasiado a la definición de las prestaciones y de las reglas
aplicables. En el factoreo puede identificarse un cúmulo de
prestaciones, cuya importancia puede variar sustancialmente en los
casos concretos, trasmitiendo esas mudanzas a la conformación típica
del negocio. Para que exista este contrato es necesario una
causa compleja que refleja una mixtura de finalidades típicas.

Relaciones entre las partes del contrato de factoring y


los terceros deudores del cliente:
El contenido del contrato de factoring, rige entre las partes que
lo celebran, y por ende no puede perjudicar la posición jurídica de los
deudores del cliente, ya que estos son terceros con respecto al
contrato de factoring. Esto se ven con claridad cuando se factorean
créditos de consumo, como pues en este caso la aplicación de la ley
de protección de los consumidores, no podrá ser conculcada por
cláusulas abusivas originadas en el factores. Sin perjuicio de ello, las
relaciones entre cliente y la empresa de factoring o banco se regirá
por ellos hubieren convenido en el factoring.

Servicios:
a) prevención: el servicio preventivo está destinado a
identificar los riesgos de incobrabilidad y evitarlos. Esta asistencia
encuentra su fundamente en que la relación que se establece en
factoring tiene vocación de permanencia, no se trata de un crédito
sino de una asistencia periódica compartiendo riesgo. El banco o
empresa de factoring lo primero que hace es conocer comercialmente
al cliente y evaluarlo debe saber a quién vende, que cobra, su
número de clientes y de factores, de reclamaciones, margen de
ganancias, relación de precio con otros productos del mercado, y
además información financiera sobre el saldo de clientes, gastos de
cobro, impagos, costo financiero y en tercer lugar información jurídica
o sea tipo de contrato que se utiliza con los clientes.
b) cobranza extrajudicial: mediante cobradores a domicilio a
un menor costo que el de mercado
c) cobranza judiciales: tramitación de los juicios contra los
deudores

Financiamiento:
Así como en el préstamo dinerario es el deudor quien asume la
obligación de restitución, en el factoreo es el cliente del deudor el que
paga. Esto es así porque se presta el dinero contra la cesión de
carteras de crédito con las siguientes modalidades:
a) financiación de contado sin asunción del riesgo para
el banco o factor: el cliente se obliga a ceder sus créditos
actuales o futuros, y una vez aprobado por el factor, éste le
da el dinero correspondiente al valor nominal del crédito del
deduce el costo del tiempo estipulado del recupero y el
precio del servicio que presta. Luego intenta cobrarlo y si no
lo logra de un período pactado entre parte, la factura o el
título es devuelta cedente o endosante o compensada con
otras. En este supuesto se hace un trasmisión “pro
solvendo” sin asunción de riesgo de insolvencia.
Sistema con responsabilidad del cliente.
b) financiación al vencimiento promedio: igual que en el
caso anterior pero se promedian los plazos de las facturas o
títulos y esa es la fecha de cálculo de los intereses, se lo
utiliza cuando hay mucha variación de fecha.
c) Financiamiento con asunción del riesgo por parte del
banco o factor: la empresa de factoreo asume el riesgo de
la incobrabilidad, sin recurso de recupero contra el cliente
cedente. En este caso se hace una transferencia pro
soluto. ( sistema sin responsabilidad del cliente).
d) Cesión deudas: si bien la modalidad más frecuente del
factoring es la financiación basada en la cesión de créditos
de la empresa contra sus clientes, sin embargo una empresa
puede verse acosada por sus proveedores y pretender un
aplazamiento en la exigibilidad de sus obligaciones para con
ello. Obtiene así un financiamiento mediante el cual el factor
paga a los proveedores, con recurso contra la empresa. Es
una cesión de deudas, específicamente una ex
promisión de deudas( la delegación por la que un
deudor da a otro que se obliga hacia el acreedor no
produce novación si el acreedor no ha declarado
expresamente de exonerar al deudor primitivo. Art.
814 C. Civil). Algunos autores lo llaman “ factoring
indirecto”.
e) Préstamo sobre inventario: el factor o banco conoce
mejor que nadie la actividad comercial de su cliente y su
flujo de mercaderías sobre todo con el transcurrir del tiempo.
Esto lo habilita a otorgarle créditos sobre la mercancía o
materias primas en proceso de transformación. Cuando la
empresa vende esta materia prima o mercadería aunque le
agregue valor le pagará al banco.

Hacia una delimitación y caracteres:


El factoring es un contrato atípico, mixto, en el que prevalece la
cesión de crédito y que tiene elementos de la locación de
servicios, del mutuo financiero y de la garantía en un vínculo de
colaboración de larga duración, donde el núcleo del factoreo es
el cambio traslativo de un crédito por dinero, lo que hace
aplicable las normas de cesión onerosa de derecho, y en el caso
en que nos hay transmisión de la propiedad es una transmisión
pro solvendo en la que está presente una finalidad indirecta de
garantía sin riesgo de incobrabilidad.

El problema de la cesión global de créditos futuros:


Se trata de celebrar un contrato que permita la cesión de gran
cantidad de los créditos en un solo acto, en tal sentido la cesión de
créditos es el instrumento medular en el factoreo pero es
necesario modificarla para permitir la cesión global de créditos o la
cesibilidad de títulos valores creditorios.
Para ello, las partes pueden utilizar un contrato preparatorio o
un contrato preliminar. En el primero se establecen los Standard o
pautas que se tendrán en cuenta si se concretan las cesiones
específicas, pero no hay obligatoriedad de celebrar las posteriores
cesiones específicas (pacta de modo contrayendo), mientras que
en los preliminares, las partes se obligan a ir a las cesiones
posteriores específicas (pacta de contrahendo
La cesión global no exime de cumplir con el requisito de la
determinación del objeto. Es necesario que en el contrato se
describa adecuadamente el servicio, el préstamo y los tipos de
créditos que se ceden con la mayor precisión posible.
Normalmente el facto se reserva la facultad de aceptación o
rechazo, lo que no implica indeterminación del objeto, ya que se
trata de una mera condición.

Cesión, pro soluto, pro solvendo y prenda de créditos:


Calificado el vínculo como una global de créditos debemos
establecer si la misma es una cesión común mediante la cual se
dan los créditos en propiedad y en pago del crédito
recibido por el factor o banco. O bien es una cesión pro
solvendo, caso en el cual el factor recibe los créditos con la
facultad de cobrarlos a los terceros, cobrarse y si no lo logra,
puede devolverlo, no hay transmisión de la propiedad, ni
riesgo de incobrabilidad.
Cuando es una cesión pro soluto, se aplica las reglas generales
de la cesión y cuando es una cesión pro solvendo el facto intenta
cobrar el crédito y sino lo puede hacer, como no garantiza ante la
insolvencia lo devuelve al factoreado.
Otra modalidad distinta es que los créditos se reciban
con el fin de garantizar el préstamo dado,
instrumentándose mediante cesiones en garantía o
fiduciaria, ya que nada impide que las partes así lo pacten,
aplicándose las normas sobre prenda de crédito.
Sin embargo, se conformaría una modalidad que se aparta de lo
que se conoce como factoring, ya que en éste las finalidades
financieras y de garantía están fusionadas: no se da un crédito
como garantía accesoria sino en sustitución de la obligación
principal, se paga con un crédito por ello el factor no es tenedor
sino es propietario.
El acreedor prendario no puede disponer del crédito ni de su
uso y goce mientras que el factor puede enajenarlo.
El acreedor prendario se obliga a restituir la cosa una vez
pagada la deuda principal, el factor no asume su obligación.
La prenda es un contrato unilateral, mientras que el factoring
es bilateral. El primero es real y el segundo es consensual.
La constitución de prenda, en tanto derecho real de garantía,
requiere cumplir con el principio de especialidad. En cambio en el
factoring, solo se requiere cumplir con la enunciación de un objeto
determinado o determinable.

CONTRATO DE DEPÓSITO:
En el Código Civil, el contrato de depósito se clasifica en voluntario y
necesario, el primero difiere del segundo, porque el depositante elige
a la persona del depositario, mientras que el segundo se efectúa por
fuerza mayor, razón por la cual el depositante no tiene la libre
elección de la persona del depositario.
Se incluye como deposito necesario a los objetos que el viajero
introduce en las posadas, hoteles o pensiones.
El depósito voluntario que es el que nos interesa, puede ser de dos
tipos o clases:
a) depósito regular: es aquel que se verifica cuando una de las
partes, el depositario se obliga a guardar gratuitamente una cosa
mueble o inmueble que le confía el depositante y a restituir la misma
e idéntica cosa. El contrato de depósito es un contrato real y por ende
no se considerará concluido sin la tradición de la cosa depositada.
Las obligaciones del depositario son: a) guardar y conservar la cosa;
b) guardar secreto respecto de la cosa depositada; c) no usar la cosa
depositada; d) restituir la misma e idéntica cosa que recibió al
depositante de manera que el depósito regular solo transfiere la
tenencia de la cosa. En el depósito regular bancario el depositario
recibe los valores para conservarlos y se obliga a restituirlos sin
utilizarlos, sea que los ha recibido sin tomar conocimiento de su
contenido en cajas cerradas o hayan sido individualizados como
depósito abiertos.
b) depósito irregular: se caracteriza porque la cosa entregada por
el depositante al depositario es fungible y porque se transmite en
propiedad, de manera que al concluir el contrato el depositario debe
restituir al depositante otra cosa en igual cantidad y calidad que la
recibida.
Los depósitos en general que realizan los clientes con los bancos son
depósitos irregulares, donde la cosa fungible depositada es dinero,
que se transmite en propiedad del cliente al banco, razón por la cual
al tratarse de un contrato a título oneroso, el banquero restituirá al
cliente otra cantidad de cosas igual a la recibida más los intereses. El
depósito irregular bancario es aquél por el cual se le transfiere al
depositario la propiedad de dinero o títulos y éste se obliga a devolver
la misma especie y cantidad de cosas depositadas.
El depósito queda incorporado al elenco de las operaciones
bancarias, transformándose en la más importante de ellas, ya
que no puede concebirse seriamente la posibilidad de que los
bancos, cuya actividad profesional es la intermediación entre
la oferta y demanda de dinero, se desenvuelvan sin la
captación de ahorro, cuyo principal vehículo es el depósito en
sus distintas formas.
También se apunta que el depósito bancario es una operación por la
cual el depositante entrega a la entidad financiera una suma de
dinero con el compromiso de su restitución en la misma especie, con
fecha prefijada o cuando aquél lo solicite.
De esta enunciación se distingue los depósitos de dinero a la
vista, de aquellos a plazo.
Los depósitos de dinero a la vista están representados por
entrega de suma de dinero a los bancos, respecto de los cuales el
cliente conserva la disponibilidad total, pudiendo requerir su
reembolso ad nutum. Esta característica no puede ser
desdibujada, ni siquiera cuando la atracción de los depósitos esté
precedida de incentivos especiales, por ejemplo premio por
permanencia de la imposición durante un tiempo preestablecido.
En la especie de depósitos a la vista pertenece las operaciones
de caja de ahorro y cuenta corriente bancaria, la distinción entre
ambas se encuentra en la frecuencia con que el depositario debe
atender las órdenes de extracción del depositante, que se vincula
con la finalidad del negocio, así la cuenta corriente tiene una
movilidad muy superior a la caja de ahorro y existe en la primera
la posibilidad – impropia – de una cuenta específica de depósitos –
de tener saldo deudor. Es cierto que también se enuncian otras
diferencias, las que últimamente se han diluido ya que hoy, no es
función exclusiva de la cuenta corriente registrar operaciones
diversas como por ejemplo, los pagos de servicios. Sucede que con
la aparición de las tarjetas de crédito y las búsqueda por parte de
los bancos de nuevos clientes, aquellas operaciones también,
aunque en menor medida se fueron registrando en las
tradicionales cajas de ahorro para atender las necesidades de
clientes con giro más acotado. De tal modo, la diferencia
estructural entre la cuenta corriente y el depósito bancario a la
vista, se reduce a la mayor disponibilidad y al escaso o nulo
devengamiento de intereses en la segunda de las imposiciones.
Ello sin olvidar que todos los depósitos bancarios de dinero tienen
la misma naturaleza jurídica y están sometidos a una única
disciplina sustancial, puesto que las diferencias se encuentran
siempre en los detalles, salvo, claro está la importancia que tienen
la posibilidad de incorporar el servicio de cheque a la cuenta
corriente. Se trata entonces de modalidades de una misma
especie, depósitos a la vista, distinta de los depósitos a
plazo fijo, donde la imposición genera la indisponibilidad absoluta
durante el plazo convenido. Salvo la rescisión anticipada con la
pérdida del rendimiento en los supuestos en que esté
expresamente pactada.
Éste extremo lo diferencia del depósito a plazo fijo, donde
aparece como elemento caracterizante el término en virtud del
cual el depositante renuncia a la disponibilidad inmediata sino
transcurrió el plazo pactado, salvo excepciones.

DEPOSITO EN CAJA DE AHORRO


Caracteres:
Este contrato es unilateral, desde que luego de la imposición sólo
el banco queda obligado a restituir los fondos. No obstante existen
a cargo del cliente obligaciones iniciales y funcionales para la
existencia y ejecución del contrato.
Es oneroso por tratarse de un negocio bancario y financiero: de
un lado el cliente sacrifica la disponibilidad de su capital por un
tiempo a cambio de un rendimiento, y del otro, el banco obtiene
recursos satisfaciendo el pago de los intereses convenidos.
Para asegurar algunos márgenes de rendimiento, se prevén límites
a las sucesivas extracciones que pueden hacerse en el curso de un
tiempo preestablecido. La disponibilidad del dinero por parte del
banco constituye un beneficio para él y una contraprestación del
cliente y debita al cliente otros cargos, por ej. Por mantenimiento
de cuenta. Los aludidos cargos son difíciles de justificar, desde que
la circulación del dinero y la posibilidad para el banco de desplegar
su actividad propia con los recursos de los ahorristas, lejos de
generar gastos, dan vida al circuito de la intermediación y
benefician al banquero. La existencia no puede desnaturalizar la
obligación de custodia.
No formal ya que no hay exigencia legal para que sea celebrado
bajo una forma especial, aunque es corriente la instrumentación
bajo formalidades reglamentarias.
Sin embargo, se ha dicho que los depósitos en caja de ahorro
deben probarse con los comprobantes de depósito.
Contratos de contenido predispuesto a condiciones
generales, razón por la cual exigen la adhesión del cliente y
además el sometimiento a los reglamentos que disciplinan el
negocio jurídico, en particular las normas reglamentaria del
B.C.R.A. contenidas en la OPASI 2 y Com. A 3042.
De difusión masiva con respecto a las personas físicas
dentro de la clientela general del Banco del consumidor usuario
bancario, esto se verifica por la gran demanda, la vinculación
funcional y jurídica con otros servicios bancarios y finalmente por
la exclusión normativa de las sociedades comerciales,
cooperativas y empresas estatales.
Pueden ser titulares entidades religiosas, asociaciones,
fundaciones y entidades no oficiales que tengan por finalidad la
asistencia social,
la salud pública, caridad, beneficencia, educación, etc.
Objeto inmediato: la entrega del dinero por parte del ahorrista y
la recepción por parte de la entidad financiera con la finalidad de
guarda.
Objeto mediato: el dinero ya sea moneda de curso legal o
moneda extrajera (dólares estadounidenses) o bien documentos
representativos de dinero, como son los cheques, éstos últimos
cuando sean efectivamente acreditados y durante el plazo de
acreditación responde el banco por la custodia del título por el
mandato que tiene.
Causa desde la óptica del cliente: el motivo determinante del
depósito de caja de ahorro, o sea acrecentar un capital que se va
integrando con nuevos depósitos y los intereses devengados, sin
soslayar la posibilidad de disponer de los fondos con alguna
amplitud, de acuerdo con las condiciones pactadas que sean
compatibles con las normas del B.C.R.A., como así mismo el
motivo determinante de seguridad que califica la actividad
bancaria y en particular a los negocios de custodia.
Causa desde la óptica del banco: la licitud del beneficio que
obtienen el banco derivada de la libre disponibilidad, lo que a su
vez constituye la causa de pago de los intereses.
En determinadas circunstancias la cuenta de caja de ahorro
es el soporte técnico contable para refundir allí otras
operaciones, por ejemplo, el otorgamiento de una tarjeta de
crédito, caso en el que, en ocasiones, la bonificación del costo lo
es por el período inicial, o bien no alcanza a las tarjetas adicionales
o solo es procedente la bonificación de costo por mantenimiento,
Usualmente los bancos cuando otorgan préstamos de mutuo
obligan al mutuario a abrir cajas de ahorro donde se deposita el
importe del préstamo y se debitan posteriormente las cuotas de
amortización, conteniendo las condiciones del mutuo la
obligatoriedad de mantener abierta la caja de ahorro hasta la
completa cancelación del mutuo. Consideramos que esta
modalidad conculca los intereses del mutuario como usuario del
servicio bancario, pudiendo invocar las situaciones previstas en el
art. 37 de la ley de defensa del consumidor.
Modalidades de la apertura de la cuenta: Se debe distinguir
entre la propiedad de los depósitos o titular de la cuenta (a
nombre) y la legitimación para operar en la cuenta (a orden).
a) A nombre y a la orden del mismo sujeto: en este caso el
más común de todos los posibles, la titularidad del derecho de
crédito disponible en poder de la entidad es de la misma
persona a cuya orden funciona la cuenta.
b) A nombre conjunto y a la orden recíproca de dos o más
personas: la titularidad de los fondos acreditados en la cuenta
pertenecen a todas las personas a cuyo nombre se abrió. La
restitución del dinero puede ser exigida al banco en su totalidad
por cualquiera de los titulares de la cuenta, por tratarse de una
obligación disyuntiva de origen contractual sujeta al régimen
legal de las obligaciones solidarias.
c) A nombre y a la orden colectiva de dos o más personas:
la cuenta solo puede ser operada de todos los titulares a cuya
orden ha sido abierta.
d) A nombre de uno o más sujetos y a la orden recíproca de
otro u otros: los propietarios de los fondos son los que figuran
como titulares de la cuenta (a nombre) y la legitimación o
facultad para retirar los fondos, reside en los sujetos a cuya
orden recíproca o conjunta funciona.
e) A nombre de asociaciones, fundaciones, entidades
religiosos, artísticas, educativas, etc. y a la orden de sus
representantes legales o apoderados especiales, que
puede ser en forma conjunta o indistinta: en este caso la
cuenta se abre a nombre de la persona jurídica y a la orden de sus
representantes o apoderados especiales.
Las cuentas de caja de ahorro al igual que las de cuenta corriente
no se pueden abrir a nombre de una denominación de
fantasía, ya que debe tratarse de una persona física o jurídica, sin
perjuicio que luego de ello se adicione el nombre de fantasía, pero
siempre debe contener la identificación del ordenante de la
cuenta, es decir la persona que podrá extraer los fondos
depositados.

Denuncia del origen de las sumas de dinero depositadas:


por disposición del B.C.R.A.

DEPOSITO PLAZO FIJO:


Se caracterizan por tener una fecha de vencimiento en que el
depositante tiene derecho a retirar la suma depositada.
Según la doctrina en ocasiones los bancos autorizan a hacer la
restitución con anterioridad, caso en el que se pierden los
intereses devengados total o parcialmente. En consecuencia lo que
las partes incorporan de modo explicito al contrato irregular es el
plazo para la restitución, o si se quiere, el preaviso convenido
anticipadamente. En otros términos, en los depósitos a plazo fijo el
reembolso queda diferido hasta el vencimiento del plazo pactado.
La circunstancia de incorporar un plazo indeterminado para hacer
exigibilidad de la restitución, pone en primer plano la persecución
de un lucro por el arrendamiento del dinero por sobre el interés
de satisfacer simplemente un deseo seguridad. Por ello es una
inversión.
Modalidades:
a) transferibles: fueron establecidos por la ley 20.663 y ofrecen
la posibilidad de ser transferidos si se necesitan recursos
líquidos, negociando con el tomador la quita que sufrirá.
Cuando se efectúan estos depósitos las entidades emiten un
“certificado de depósito a plazo fijo nominativo
transferible” que es un título de crédito transmisible por
endoso, el que debe ser puro y simple y a favor de determinado
beneficiario, no siendo válidos los endosos al portador o en
blanco. A tal efecto, al dorso del certificado existen espacios
destinados especialmente para registrar el nombre del
endosatario, la firma del endosante y la fecha. El banco sólo
está obligado al momento del vencimiento, a identificar al
beneficiario que se presenta para el retiro de los fondos, pero
no a comprobar la autenticidad de los endosos. El reembolso
efectuado de conformidad con este procedimiento libera a la
entidad, salvo que haya procedido con dolo o culpa grave. La
remuneración se establece al tiempo de la imposición,
habiéndose incorporado como variante el depósito con cláusula
de repacto de intereses.
b) Intransferibles: constituye la forma tradicional, en la que sólo
el o los titulares pueden retirar los fondos al vencimiento. En
cuanto a los documentos que se utilicen para la extracción,
deben reunir las características propias de un recibo, que
pueden estar insertos en el mismo formulario.
Este tipo de imposición no circulan por la vía del endoso sino por
medio de la cesión de crédito, debiendo ser notificado por ende a
la entidad bancaria como deudora cedida.
La remuneración se establece al tiempo de la imposición,
habiéndose incorporado como variante el depósito con cláusula de
repacto de intereses.
Nuevas modalidades permitidas de plazo fijo:
Debe ser constituidas por inversores de más de $ 100.000, con
plazos superiores a 180 días, que contengan las siguientes
particularidades:
1) en las inversiones a plazo constante, transcurridos los primeros
30 días se puede automáticamente extender por un mes la
duración del depósito original y aunque la tasa es fija durante el
plazo originariamente pactado, pueden luego redactarla.
2) En las inversiones con opción de cancelación anticipada el
depositante podrá exigir el dinero antes del vencimiento,
siempre que hayan transcurrido por lo menos 30 días desde su
colocación original. El derecho a ejercer dicha opción es
remunerado y debe fijarse su costo al inicio de la operación.
3) En las inversiones con opción de renovación por plazo
determinado, el depositante tiene el derecho de renovar
automáticamente por más tiempo. La tasa de interés es fija
durante el plazo original, pero se debe determinar además la
tasa de interés que entrará en vigencia en caso de que el
depositante opte por renovar su depósito.
4) En las inversiones a plazo con retribución variable, ésta puede
ser alterada en función de algún índice o activo financiero con
cotización habitual en el mercado local o externo.

Requisitos:
1) Constitución: los fondos deberán ser impuestos por el
titular o sus representantes en las oficinas de la entidad
depositaria, en los lugares habilitados al efecto, y el
cajero receptor otorgará el certificado representativo del
depósito con sello y firma, salvo que se utilicen sistemas
de escritura mecanizado de seguridad. Los titulares
deberán consignar los números de inscripción ante la AFIP
o los motivos por los cuales no están inscriptos.
2) Entrega de certificados: en el momento de la
imposición, debe entregarse al titular o a sus
representantes el certificado definitivo, no admitiéndose
el uso de recibo provisional.
3) Prohibiciones: no se admitirán depósitos a plazo fijo
constituidos a nombre de otras entidades financieras
comprendidas en la ley 21. 526, o con renovación
automática, salvo los supuestos autorizados por la OPASI,
con plazo indefinido o con la obligación de restituirlos
antes de su vencimiento. Tampoco se admitirán los que
tengan vencimientos en días inhábiles.
4) Integración de los certificados y obligaciones del
banco: los certificados de depósitos a plazo fijo serán
extendidos en fórmulas impresas en papel con fondo de
seguridad, con el fin de prevenir adulteraciones y todo
tipo de alteración en su texto.
5) Contenidos mínimos: a) la inscripción que corresponda
de acuerdo con la denominación para cada tipo de
depósito; b) nombre y domicilio de la entidad receptora;
c) lugar y fecha de emisión; d) nombre, apellido, domicilio
y documento de identidad del depositante y/o del
representante cuando corresponda; e) importe
depositado; f) tasa de interés nominal y efectiva (mensual
o anual según corresponda) y período de liquidación de
intereses; g) fecha de vencimiento y lugar de pago; h) dos
firmas autorizadas de la entidad depositaria debidamente
identificadas; i) certificación de autenticidad del
certificado; j) en los casos de certificados nominativos
transferibles, a pedido del tenedor debidamente
identificado, la entidad financiera emisora hará constar en
su reverso la autenticidad del documento y que el
depósito se encuentra asentado en los registros de la
entidad, mediante texto, fecha, sello y firma de dos
funcionarios.
6) Depósitos nominativos transferibles: deben contener
la inscripción certificado de depósito a plazo fijo
nominativo transferible y demás condiciones previstas en
la OPASI 2.
En esta modalidad los certificados serán transferibles por
vía de endoso, el que deberá ser puro y simple, toda
condición a que se lo subordine se lo considerará no
escrita. Los endosos indicar con precisión al beneficiario y
no serán válidos al portador o en blanco.

DEPOSITO DE TÍTULOS VALORES


En la sociedad la expansión de las empresas de capital y la
intervención del público en la participación societaria, como
accionistas o tenedores de valores mobiliarios, generó en el ahorrista
inversor una nueva necesidad, cual es la custodia de dichos valores
pero distinto a las custodias comunes, agregándose una custodia
activa que disipará además del riesgo de la tenencia el de la
gestión

Concepto: es el contrato en virtud del cual una persona física o


jurídica entrega en custodia valores o títulos de crédito y la entidad
bancaria se obliga a custodiarlos y devolverlos posteriormente,
porque la propiedad de los títulos continúan perteneciendo al
depositante el banco asume solamente la obligación de custodiarlo,
mediante el pago de una compensación llamado derecho de
comisión. En definitiva es la entrega de un título para su custodia, por
el pago de un precio en dinero.
Caracteres:
1) real: se perfecciona con la entrega del título.
2) Bilateral y oneroso: porque la entidad bancaria se
obliga a custodiarlo y a restituir el mismo título que
recibió, mientras que el cliente se obliga a pagar la
comisión.
3) Otorga la tenencia y no la propiedad del título.
Objeto y causa:
El objeto mediato lo constituyen los títulos de la deuda pública o
privada, títulos valores, acciones de sociedades, etc. y la causa o el
motivo determinante de este negocio es el deseo disipar de la guarda
particular de los títulos.
Obligaciones del Banco: Guardar y custodiar la cosa, no usarla,
guarda secreto y restituir la misma e idéntica cosa.
Observación: se puede convenir adicionalmente que el banco
gestione el cobro de los interese o dividendos que genere el título,
otorgándole mandato suficiente a esos efectos. En este supuesto
deberá restituirse el título con más las rentas recibidas.

PAGO POR DEBITO AUTOMATICO


El servicio de pago por débito bancario automático se ha impuesto
luego de un acuerdo de intereses empresario y social, donde
confluyen, por un lado las aspiración de los usuarios para liberarse de
las incomodidades del pago y el riesgo permanente de no poder
cumplir en tiempo propio con sus obligaciones, y por otro lado, la
voluntad de las entidades bancarias de descongestionar la atención
de los clientes, y fundamentalmente, incorporar nuevos clientes para
aumentar los beneficios.
El antecedente de esta operatoria lo encontramos en el mandato se
otorgaba al banco para efectuar pagos por cuenta y orden de la
clientela, persiguiendo por ello una comisión, ya sea medio del
mandato con o sin representación.
Ámbito de aplicación:
El servicio de débito automático requiere para su operatividad la
existencia de una cuenta corriente o de una caja de ahorro y con
autorización expresa del cliente, pueden efectuar los débitos de firma
indistinta cuando hubiese más de una cuenta aún de distinta especie.
Es improbable hablar de débito automático sin la existencia de otro
negocio jurídico que le sirva de soporte a este mecanismo.
Los servicios que son objeto de pago mediante el débito automático,
más usuales son: suministro de energía eléctrica, de agua, gas; los
tributarios como pago de las contribuciones, tasa , impuestos o las
cuotas de clubes, de prestación de servicios médicos prepagos.
Obligaciones del cliente:
4) Tener habilitada una cuenta corriente o caja de ahorro o
cuenta múltiple en la entidad bancaria pagadora;
5) Mantener saldos suficientes en las cuentas para cancelar
los importes de los servicios de que se traten o créditos
otorgados contra el cual se pueda debitar.
6) Efectuar los pagos a los proveedores de modo directo,
hasta tanto reciba la facturación con la leyenda que
indique que los importes serán debitados en su cuenta
bancaria.
7) Individualizar los servicios que ordena pagar e informar
los datos necesarios para identificar la prestación que se
debe satisfacer con el pago.
8) Abstenerse de cerrar las cuentas hasta obtener la baja del
último débito automático.

Obligaciones del Banco:


1) efectuar los débitos de las comisiones y servicios vinculados al
funcionamiento de las cajas de ahorro y cuentas corrientes.
2) Pagar las facturas de los proveedores que indique el cliente en
tiempo propio.
3) Sino hubiere fondos a la fecha del vencimiento de la obligación,
deberán hacer los pagos con posterioridad con las modalidades
que establezca el proveedor, sino mediare orden en contrario
del cliente y siempre que el banco hubiese convenido con el
proveedor esa facilidad.
4) No deberá efectuar los pagos cuando mediare orden en
contrario del cliente.
5) Abstenerse de suspender el servicio de modo intempestivo y
sin comunicación fehaciente al cliente.
Reversión de las operaciones debitadas- Com A 2434
B.C.R.A.:
En los convenios deberá incluirse una cláusula que prevea la
posibilidad, ante una instrucción expresa del titular de la cuenta,
de revertir operaciones debitadas, para lo cual el cliente dispondrá
de 60 días corridos contados desde la fecha de vencimiento del
plazo que se establezca para el envío de los resúmenes de cuotas
mensuales.
La orden de revertir la operación deberá estar acompañada de una
invocación suficientemente fundada en una justa causa.
Es posible que en el convenio celebrado entre el banco y
proveedor o comerciante acreedor del cliente se inserte una
cláusula según la cual el pago efectuado queda sujeto a condición
resolutoria, que operaría si hubiese orden del cliente de revertir la
operación de débito.
Dentro del convenio que las entidades financieras celebran con sus
clientes para la adhesión al sistema del débito automático, pueden
convenirse condiciones y modalidades adecuadas a los casos
particulares de que se trate con respecto a la reversión de las
operaciones, etc., estando vedado la obligación de permanecer
adherido al sistema de débito automático en contra de la voluntad
del cliente.

GARANTIAS
1) La adecuada calificación del cliente: la verdadera garantía
de la entidad bancaria, es la calificación del cliente antes del
otorgamiento de la asistencia crediticia, pues esto determinará la
compatibilidad o armonía entre el desarrollo de la actividad
ordinaria del cliente, ya sea comercial, industrial o de servicios,
con los desembolsos o amortizaciones que deberá hacer a la
entidad bancaria, por la asistencia crediticia recibida.
Es importante conocer el patrimonio del cliente a efectos de
conocer su solvencia, pero a ello hay que agregarle el
conocimiento sobre su capacidad de pago, es decir conocer cuál es
el flujo de caja, sus ingresos para poder determinar la posibilidad
de cumplir los compromisos que contraigan con la entidad
bancaria. El Banco, como toda actividad especulativa comercial y
financiera, va a tener riesgo, pero no debe comprar juicios. En
definitiva se debe saber como podrá pagar el cliente los
compromisos que asuma con el banco, de allí que es esencial
conocer y determinar su flujo de ingresos y egresos por medio de
una adecuada calificación del cliente.
Asimismo la entidad bancaria deberá adecuar los vencimientos a
las reales posibilidades de pago del prestatario, la ponderación del
empleo del capital prestado que hará el cliente, la determinación
de los niveles de los intereses activos.
El mecanismo general de administración de crédito y en particular
el de la concreción, está orientado por la disminución del riesgo a
la menor expresión posible, y por eso, el riesgo se maneja con la
selección y la exigencia de garantías.

2) El patrimonio general del deudor como segunda


garantía. El patrimonio del deudor es la prenda común de los
acreedores, ya que el patrimonio está integrado por todos bienes,
créditos, acciones, títulos y derechos creditorios, a lo cual se
agrega las condiciones de seriedad y honorabilidad del cliente en
su reputación de buen pagador y que sus bienes estén ya
afectados en garantías de otras obligaciones.
Asimismo, antes de la asistencia crediticia, para darle seguridad a
la operatoria, utilizan los registros de deudores.

3) Sistema de garantías reales y personales:


Existe un sistema general de garantía, integrado por las
denominadas reales y personales.
En las primeras, las reales, se afecta una cosa al cumplimiento de
una obligación y en las segundas, las personales, se extiende la
responsabilidad a otra persona ajena al contrato de préstamo.
Las garantías reales más usuales son dos: la HIPOTECA Y LA
PRENDA CON REGISTRO y la personal de FIANZA.
También se utiliza la suscripción de pagarés por el monto del
financiamiento, especialmente cuando el instrumento del
préstamo no da acción ejecutiva de cobro.
A esto se anexa la contratación de seguros con respecto a las
cosas afectadas con prenda o hipoteca y también los seguros de
deudas, que llevan implícito un seguro de vida de los prestatarios,
para cancelar el saldo impago de la obligación.

4) La hipoteca:
“La hipoteca es el derecho real constituido en seguridad de un
crédito en dinero, sobre los bienes inmuebles, que continúan en
poder del deudor” (art. 3108 C.Civil).
La doctrina la conceptúa como el derecho real establecido por la
ley y convencionalmente constituido, sobre uno o varios inmuebles
especial y expresamente determinados, para garantizar, previa
publicidad para hacerla oponible a terceros, por medio del jus
persequendi (que permite caer sobre la cosa afectada en cualquier
mano que se encuentre) y del ius preferendi (derecho a cobrar con
privilegio sobre el precio obtenido en la ejecución forzada del
inmueble), un crédito cierto y determinado en dinero, del cual
resulta accesorio, permaneciendo el o los inmuebles en poder del
propietario constituyente que puede ser el deudor del crédito
garantizado, o un tercero que afecta su inmueble sin obligarse
personalmente, conservando dichos constituyente la facultades
inherentes a su derecho de propiedad sobre la cosa, siempre y
cuando su ejercicio no redunde en perjuicio de la garantía que lo
afecta.

Caracteres:
1) Es un derecho real en tanto otorga al acreedor una
prerrogativa que se manifiesta en una doble finalidad: derecho de
persecución y derecho de preferencia sobre la cosa hipotecada.
2) convencional porque se constituye por el deudor de una
obligación o por un tercero no deudor, lo que se instrumenta en un
contrato.
3) accesorio con relación principal garantizada.
4) indivisible dado que cada una de las cosas hipotecadas
garantiza una deuda y cada parte de ellas están obligadas al pago
de toda la deuda y de cada parte de ella. De allí que aunque se
pague una partes de la deuda, la hipoteca continúa afectando la
totalidad del inmueble hipotecado, aunque de ello no puede
concluirse que el crédito no sea indivisible. (art. 3112 C.Civil)
5) especialidad respecto del inmueble: en el acto constitutivo
de la hipoteca se debe consignar la situación de la finca y sus
linderos y si fuere rural al districto al que pertenece y si fuere
urbana, la ciudad o villa y la calle en que se encuentre (art. 3131
inc. 3 C.Civil). Una designación colectiva de los inmuebles que el
deudor hipoteque como existentes en un lugar o ciudad
determinada, no basta para dar a la constitución de la hipoteca la
condición esencial de la especialidad del inmueble gravado: “la
escritura hipotecaria debe designar separada e individualmente la
naturaleza del inmueble”. (art. 3132).
A propósito el art. 2313 establece que las cosas son inmuebles por
su naturaleza por accesión o por su carácter representativo. En
material de hipotecas la ley se refiere Al suelo y los edificios, que
son los inmuebles por excelencia, por oposición a las cosas
muebles, no obstante que se extiende a los accesorios y mejoras
que entran en la categoría de inmueble por accesión (art. 3110)
porque la hipoteca se extiende a todos los accesorios, mientras
estén unidos al principal, y debe advertirse que la accesoriedad
puede responder a una accesión o incorporación física art. 2315) o
a una accesión moral art. 2316. Quedan excluidos los inmuebles
por carácter representativo o dicho de otro modo los derechos
reales sobre inmuebles (art. 3120). En definitiva inmuebles por
accesión son aquellos que se incorporar al suelo o a la edificación
para satisfacer su uso (el del inmueble) de acuerdo con su destino,
excluyendo en consecuencia aquellos que están destinados al
servicio de sus ocupantes. El criterio propuesto es el de
determinación por la función que satisfacen las cosas incorporadas
al inmueble considerando a éste desde una perspectiva
económica, con prescindencia del destino que le asignan sus
propietarios u ocupantes.
La hipoteca se extiende a todas las mejoras sobrevivientes al
inmueble, sean mejoras naturales, accidentales o artificiales
aunque sea en el hecho de un tercero. La palabra mejoras
comprende toda modificación material del inmueble, y en
consecuencia es justo que ellas queden incluidas en la hipoteca
porque lo accesorio sigue lo principal.
6) especialidad en el crédito: se debe constituir la hipoteca por
una suma de dinero cierta o determinada (art. 3109). Por su parte
el art. 3131 inc. 4 establece que el acto constitutivo de la hipoteca
debe contener la cantidad cierta de la deuda. Por ello por encima
de dicha suma determinada la garantía no existe, con excepción
de los accesorios porque la hipoteca además del capital los
intereses o rentas debidos por el plazo de dos años y los que
corran desde el momento de la ejecución hasta la fecha de su
efectivo (art. 3936 C. Civil). A su vez 3131 inc. 2 del C.Civil,
establece que el acto constitutivo de la hipoteca debe contener: la
fecha y la naturaleza del contrato que accede.
El principio de especialidad de la hipoteca en lo relativo al
crédito “requiere en primer lugar la expresa mención en el acto
constitutivo de la causa fuente de la obligación”.
Refinanciación y garantía hipotecaria: el art. 3152 establece
que la hipoteca garantiza tanto el principal del crédito, como los
intereses que corren desde su constitución, si estuvieren
determinados en la obligación. Al constituirse la hipoteca por un
crédito anterior, los intereses atrasados, si los hubiere, deben
liquidarse y designarse en suma cierta. La indicación de que la
hipoteca comprende a los intereses atrasados, sin designación de
importancia, es sin efecto alguno.
Pérdida de la garantía hipotecaria: el incumplimiento de los
requisitos de la especialidad de la cosa y en el crédito provoca la
nulidad de la garantía, pero no la del crédito que sigue subsistente.
Créditos a términos, condicionales o eventuales:
El art. 3153 “La hipoteca garantiza los créditos a término,
condicionales o eventuales, de una manera tan completa como los
créditos puros y simples”; en tanto “en las obligaciones
condicionales es indiferente que la condición suspensiva o
resolutoria”. Si es suspensiva, el efecto de la hipoteca se suspende
como la obligación misma; pero una vez cumplida la condición,
tiene efecto retroactivo para una y para otra, y si falta, falta
también para una y para otra; si la condición es resolutoria,
suspenden el efecto de la obligación y de la hipoteca; peso si se
realiza, todo está concluido, la obligación y la hipoteca, y las cosas
vuelven al estado que tenían antes.

Respecto de la posibilidad de constituir hipotecas que


aseguren el cumplimiento de créditos eventuales, es precisa
la determinación del monto máximo cubierto con la garantía y la
causa fuente de la obligación garantizada, para no afectar el
principio de la especialidad.

Hipoteca abierta y de máximo:


La indeterminación del crédito suele verificarse con frecuencia en
la contratación bancaria bajo las modalidades de la hipoteca
abierta y la de máxima.
En las primeras (abiertas) suele predisponerse el aseguramiento
de todas las operaciones que haya realizado o realice el deudor en
el futuro con el banco. En efecto en la actividad bancaria era
común la utilización de hipotecas en garantía de operaciones de
crédito pasadas, presentes y futuras, sin individualizarlas y
referirlas concretamente a ninguna operación determinada,
previniendo un plazo de validez. Aquí la indeterminación es
relativa al monto del crédito y a su causa fuente.
En las hipotecas de máximo, aún estableciendo un límite al monto
de crédito, se mantiene la imprecisión respecto de la causa fuente
de las obligaciones aseguradas, si tampoco se refiere a una
operación previamente individualizada.
En ambos supuesto la violación al principio de la especialidad es
notoria, puesto que ni siquiera es posible aceptar el “principio de
la progresiva integralidad”, admitido por ejemplo para determinar
los alcances de las fianzas de créditos futuros e indeterminados.
Actualmente se las utiliza cuando se describe en el instrumento
constitutivo la causa de la obligación, por ejemplo en los casos de
los contratos de apertura de crédito y de tarjeta de crédito, como
accesorios del contrato de cuenta corriente, si se los consideras
como supuesto de obligaciones eventuales. Ello es posible siempre
que se trate de casos de hipotecas constituidas en garantías de
créditos eventuales, pero que ampara operaciones contratadas y
existentes, porque en este caso se cumplirá la obligación de
expresar el contrato causal al cual accede la hipoteca (el de
apertura de crédito). En cuanto al monto cabe fijar una suma
máxima, es decir que en este caso no estamos en presencia de
una hipoteca abierta y no caben objeciones sobre su validez

Extinción de la hipoteca:
La hipoteca se acaba por la extinción total de la obligación
principal sucedida por alguno de los medios designados para la
extinción de las obligaciones (art. 3187).
El pago de la deuda hecho por un tercero, subrogado, a los
derechos del acreedor no extingue la hipoteca. (3189)
Si el acreedor, novando la primera obligación con su deudor, se
hubiere reservado la hipoteca que estaba constituida en seguridad
de su crédito, la hipoteca continúa garantizando la nueva
obligación (3190).
La hipoteca se extingue por la renuncia expresa y constante en
escritura pública, que el acreedor hiciere de su derecho
hipotecario, consintiendo la cancelación de la hipoteca. El deudor
en tal caso, tendrá derecho a pedir que así se anote en el registro
hipotecario y en la escritura de la deuda.(art. 3193).
Los efectos de la inscripción de la hipoteca se extinguen
pasado veinte años desde que fue registrada (art. 3197).
Excepto las inscripciones correspondiente a los bancos oficiales,
tales como Nación, Hipotecario y los bancos provinciales que se
hubieren adherido a la Ley Nacional.

PRENDA
Concepto: es un contrato por el cual el deudor o un tercero a su
nombre entrega al acreedor la cosa muble, en seguridad y
garantía de una operación comercial (art. 580 C.Comercio).
Clases: a) con desplazamiento y b) sin desplazamiento.
El C. de Comercio describe a la prenda con desplazamiento.
Es real y en garantía de una obligación comercial.
Este tipo de prenda se utiliza para garantizar créditos
documentados, por el cual el banco retiene el conocimiento en
prenda de pago de lo adeudado por el comprador.
Exige la transmisión de la posesión de la cosa del acreedor.
Puede también efectuarse prenda con registro sobre las
mercaderías, pero no es frecuente.
No es sólo garantía del acreedor sino que tiene publicidad hacia los
terceros, que conocen la indisponibilidad del deudor. Impide que
un deudor de mala fe, efectúe nuevamente un contrato de prenda
con otros acreedores.
El acreedor tiene la mera tenencia del bien, pero sirve de garantía
hacia su crédito y se le otorgan acciones y facultades necesarias
para preservar sus derechos.
Es un contrato real.
Caracteres:
a) indivisible: el deudor si no paga íntegramente la obligación
garantizada no se libera, a pesar de haber pagado parcialmente
la misma.
b) Debe ser una cosa mueble o crédito. Se pueden dar papeles
de crédito. El acreedor cartulario transfiere al acreedor
pignoraticio la facultad de cobrar su crédito, y en consecuencia,
debe Abstenerse de cobrar él aunque el deudor quiera hacerle
el pago.
Los títulos siguen siendo de propiedad del titular pero se
entregan en garantía. El cliente cede al banco la disponibilidad de
los títulos y autoriza a restituirle otros de la misma especie. Si
fueran títulos nominativos, la sola entrega no basta, debe
notificación al deudor cedido.

Prenda con registro:


La prenda como la hipoteca constituye una garantía real donde se
afecta una determinada cosa mueble o semoviente a una
determinada obligación, y significa para el acreedor una
preferencia especial de cobro sobre el producido del bien
prendado, sin perjuicio de que por el saldo impago el acreedor
puede caer sobre el patrimonio del deudor. Si la prenda, al igual
que la hipoteca, es constituida por un tercero a favor del acreedor,
única y exclusivamente se responderá sobre el producido del bien
afectado, quedando liberado el tercero por saldo impago que se
hubiere producido.
En la actividad financiera se utiliza este tipo de garantía en la
financiación para la adquisición de automotores, sin perjuicio de
ser utilizada cuando se adquieran otros bienes muebles
registrables., por ej. Tractores, embarcaciones, etc.
Esta garantía tiene como agregado para el beneficio del deudor o
prestatario, la utilización inmediata del bien objeto de la prenda
con registro.
El derecho real de prenda constituido a favor del acreedor,
mediante la inscripción registral, garantiza cualquier clase de
obligación y si bien usualmente recae sobre cosas muebles de
propiedad del deudor, también puede ser objeto de prenda cosas
muebles de propiedad de un tercero, y en ambo casos las cosas
quedan en poder de éstos.
En consecuencia el deudor prendario conserva la tenencia
del bien de su propiedad que constituye la garantía real a
efectos de poder continuar con su actividad económica, por ello se
dice que es un derecho real sin desplazamiento.
El contrato de prenda con registro es consensual, por que
produce sus efectos de las partes desde su celebración, sin
perjuicio que solamente será oponible a terceros desde su
inscripción al pertinente registro.
Es formal porque se debe utilizar el formulario establecido por la
ley 15.348 que se denomina contrato de prenda con registro, sin
perjuicio de lo cual se puede inscribir conjuntamente con el
formulario el contrato de mutuo celebrado entre el banco y el
cliente donde constan las condiciones del préstamo.
Es unilateral, porque después de celebrado el contrato, él único
que queda obligado es el prestatario y el constituyente de la
prenda.
Es oneroso, como todos los contratos bancarios.
Es accesorio de la obligación principal garantizada, y tiene
las características de la especialidad en cuanto al objeto y
al crédito, y también es indivisible como la hipoteca.
Tanto la prenda con registro, como la hipoteca, pueden
constituirse simultáneamente con la relación jurídica que
garantiza y actúa como soporte indispensable, pero no hay
ningún inconveniente legal en que se constituyan después
del nacimiento de la obligación principal.
Sobre una misma cosa mueble o semoviente, se pueden
constituir distintas prendas con diferentes o idénticos
acreedores, pero referidas a obligaciones distintas, en tal
sentido serán denominadas prendas de primer grado,
prenda de segundo grado y así sucesivamente, y en tal sentido
será el orden de preferencia de cobro de los acreedores respecto
de las obligaciones garantizadas. Sin perjuicio de ello, durante la
vigencia de un contrato prendario, el dueño de los bienes no
puede constituir, bajo pena de nulidad, otra prenda sobre éstos,
salvo que lo autorice por escrito el acreedor (art. 7).
Efectos contra terceros: Para que se produzca efectos contra
terceros debe estar inscripta, y para que ese efecto contra el
tercero se produzca desde el momento de celebrarse el contrato,
la inscripción debe solicitarse dentro de las 24 hrs. Pasado ese
término la prenda producirá efectos desde el momento en que el
contrato se presenta al registro.
Clases de prenda con registro
1) Prenda fija: pueden prendarse todos los bienes muebles o
semovientes y los frutos o productos aunque estén pendiente o
se encuentren en pie. Las cosas inmuebles por su destino,
incorporadas a una finca hipotecada, sólo prendarse con la
conformidad del acreedor hipotecario. (agregar 11, 12 y 13)
2) Prenda flotante: se constituye sobre mercaderías y materias
primas en general, perteneciente a un establecimiento
comercial o industrial, cuando tenga por objeto el pago de
obligaciones cuyo plazo no exceda de 180 días. Este tipo de
prenda afecta las cosas originariamente prendadas y la que
resulte de su transformación, tanto como las que se adquieran
para reemplazarlas; y no restringe la disponibilidad de todas
ellas, a los efectos de las garantías.(art. 15 y 16)

Enajenación de los bienes prendados: el dueño de los bienes


prendados no puede enajenarlos, pudiendo hacerlo solamente en el
caso de que el adquirente se haga cargo de la deuda garantizada,
continuando en vigor la prenda bajo las mismas condiciones en que
se constituyó, inclusive en cuanto a la responsabilidad del
enajenante. La transferencia se anotará en el registro y se notificará
al acreedor mediante telegrama colaciona. (art 9)

Cláusulas nulas: es nula toda convención establecida en el contrato


prendario que permita al acreedor apropiarse de la cosa prendada
fuera del remate judicial o que importe la renuncia del deudor a los
trámites de la ejecución en caso de falta de pago, salvo lo dispuesto
por el art. 39.
Facultad otorgada a los bancos de ejecución y cobro: cuando el
acreedor sea el estado, sus reparticiones autárquicas y los bancos y
demás entidades financieras autorizadas por el B.C.R.A., o una
institución bancaria o financiera de carácter internacional, sin que
tales instituciones deban obtener autorización previa alguna, ni
establecer domicilio en el país, ante la presentación del
certificado prendario, el juez ordenará el secuestro de los
bienes y su entrega al acreedor, sin que el deudor pueda
promover recurso alguno. El acreedor procederá a la venta de
los objetos prendados, en la forma prevista por el art. 585 del
C. de Comercio, sin perjuicio de que el deudor pueda ejercitar,
en juicio ordinario, los derechos que tenga que reclamar al
acreedor. El trámite de la venta extrajudicial no se
suspenderá por embargos de bienes ni por concurso,
incapacidad o muerte del deudor.
El art. 585 del C. de Comercio, expresa que en defecto de pago al
vencimiento, y cuando no se hubiese pactado un modo especial de
enajenación el acreedor podrá proceder a la venta de las cosas
tenidas en prenda, en remate, debidamente denunciado con diez días
de anticipación. Si la prenda consiste en títulos de rentas, acciones de
compañías u otros papeles de comercio negociables en las bolsas o
mercados públicos, podrá hacerse la venta por medio de corredor, al
precio de cotización al día siguiente del vencimiento.

Cláusula usual en los préstamos bancarios con garantía de


prenda. Por lo general los banco inserta cláusulas que los faculta
para debitar automáticamente los importes adeudados por cualquier
concepto en las cuentas corrientes aún en descubierto, caja de
ahorros u otras cuentas del deudor. Cuando se debita en descubierto,
es decir sin provisión de fondos, se produce novación y el banco
pierde la garantía prendaria por ese importe debitado en la cuenta
corriente.
Comunicación A 2591 del B.C.R.A.: establece las pautas mínimas
del contrato de crédito sobre garantía prendaria sobre automotores.
Extensión temporaria del privilegio del acreedor prendario:
El privilegio del acreedor prendario se conserva hasta la extinción de
la obligación principal, pero no más allá de cinco años contados desde
que la prenda se ha inscripto, al final de cuyo plazo máximo la prenda
caduca. Podrá sin embargo reinscribirse por igual término el contrato
no cancelado, a solicitud de su legítimo tenedor dirigida al encargado
del registro antes de caducar la inscripción. Si durante la vigencia se
promoviera ejecución judicial, el actor tiene derecho a que el juez
ordene la reinscripción por el indicado término todas las veces que
fuere necesario.
Transmisión del contrato prendario: el contrato prendario
inscripto es transmisible por endoso y el endoso también debe ser
suscripto en el registro para producir efectos hacia terceros. El
endoso puede ser en propiedad, procuración y en garantía.
Solidaridad: Están obligados solidariamente al pago el deudor
prendario y los endosantes del certificado.
Cancelación de la inscripción prendaria ( art. 25): La inscripción
será cancelada en los siguientes casos:
a) cuando así lo disponga una resolución judicial;
b) cuando el acreedor o el dueño de la cosa prendada lo solicite
adjuntando certificado de prenda endosada por su legítimo
tenedor; el certificado se archivará en el registro con la nota
que se ha cancelado la inscripción;
c) el dueño de la cosa prendad puede pedir al registro la
cancelación de la garantía inscripta adjuntando el comprobante
de haber depositado el importe de la deuda en el banco oficial
más próximo al lugar donde está situada la cosa, a la orden del
acreedor. El encargado del Registro notificará la consignación al
acreedor mediante carta certificada dirigida al domicilio
constituído en el contrato. Si el no

FIANZA
“Habrá contrato de fianza, cuando una de las partes se hubiere
obligado accesoriamente por un tercero, y el acreedor de ese
tercero aceptase su obligación accesoria”. (art. 1986)
Partes: el acreedor y el fiador. El deudor no es parte del contrato
y éste puede celebrarse en contra de la expresa voluntad del
deudor.
Caracteres:
La fianza civil es un contrato consensual, no formal, unilateral, a
título gratuito, típico, accesoria.
Carácter no formal: la fianza puede contratarse en cualquier
forma verbalmente, por escritura pública o privada, pero si fuere
negada en juicio sólo podrá ser probada por escrito. Esta última
cuestión alude a que es un contrato formal ad-probatione.
Accesoriedad: si la obligación principal es nula la fianza es nula,
lo mismo si es anulable la obligación principal, la fianza será
anulable.
Excepción al principio de la accesoriedad: cuando se afianzan
obligaciones asumidas por incapaces de hecho, en cuyo caso el
acreedor puede ir directamente contra el fiador.
Art. 478 del C. Comercio: para que una fianza se considere
mercantil, basta que tenga por objeto asegurar el cumplimiento de
un acto o contrato de comercio, aunque el fiador no sea
comerciante.
En consecuencia su carácter comercial deviene del contrato
comercial al cual accede, en tanto lo accesorio tiene la naturaleza
jurídica de lo principal.
El art. 8 inc. 3 del C. de Comercio, declara acto de comercio
“toda operación de cambio, banco, corretaje o remate” y en tal
sentido la fianzas bancarias son comerciales.
Diferencias entre la fianza civil y comercial: la fianza civil
puede simple o solidaria, en tanto que la comercial siempre es
solidaria y no pueden invocar los beneficios de división y de
excusión.
Capacidad:
No pueden ser fiadores:
a) los menores emancipados por matrimonio y por habilitación de
edad, ni aún con autorización judicial.
b) los administradores de bienes de corporaciones en nombre de
las personas jurídicas que representan.
c) Los tutores, curadores y representantes necesarios en nombre
de sus representados, aunque sean autorizados por el juez.
d) los administradores de sociedades, salvo que tuvieren poderes
especiales.
e) los mandatarios en nombres de su constituyente, salvo que
tuvieren poderes especiales.
f) los que tengan órdenes sagradas, a no ser por sus iglesias, por
otros clérigos o por personas desvalidas.
Todo ello a más de la capacidad contractual regulada en el art.
1160 del C. Civil.
Fianza entre cónyuges: Uno de los cónyuges puede ser fiador
de las obligaciones contraídas por el otro, porque el contrato de
fianza se concierta entre el cónyuge y el tercer acreedor, de modo
que no habría motivos para impedirlo. Pero no puede afianzar al
tercero que contrata con su propio cónyuge porque esto implicaría
admitir un contrato gratuito entre cónyuges, lo que es contrario a
lo dispuesto por el art. 1807 del C. Civil
Clases de fianza:
1) Pura y simple : es aquella en que el fiador goza del beneficio
de división y excusión y de requerimiento previo.
El art. 2012 del C. Civil dice que el fiador no puede ser
compelido a pagar al acreedor, sin previa excusión de todos los
bienes del deudor.
Ello significa que el acreedor deberá acreditar haber excutido los
bienes de su deudor para poder demandar al fiador el
cumplimiento del contrato.
El beneficio de división resulta del art. 2024 del C. Civil, si
hubiese dos o más fiadores de una misma deuda, que no se hayan
obligado solidariamente al pago se entenderá divida la deuda
entre ellos, por partes iguales, y no podrá el acreedor exigir a
ninguno de ellos sino la cuota que le corresponda.
2) Fianza solidaria: art. 2003 del C. Civil, la fianza será
solidaria con el deudor principal, cuando así se hubiese estipulado
o cuando el fiador renunciare al beneficio de excusión de los
bienes del deudor o cuando el acreedor fuese la hacienda pública
nacional o provincial.
En la fianza solidaria el fiador pierde los beneficios de excusión y
de división, pero conserva el beneficio formal del requerimiento
previo, porque aunque sea solidaria la fianza sigue siendo
subsidiaria.
3) Gratuita u onerosa: si el que paga, para que el fiador afiance,
es el deudor la fianza no deja de ser gratuita, por la siguiente
razón: si “las partes” de la fianza son acreedor y el fiador, y no
siendo el acreedor quien paga la retribución, no hay razón alguna
para considerar que es contrato de fianza se haya vuelto oneroso.
4) Casos en que la fianza es solidaria: art. 2013 C. Civil, No
le es necesaria el acreedor la previa excusión en los casos siguientes:
1) Cuando el fiador renunció expresamente este beneficio;
2) Cuando la fianza fuese solidaria
3) Cuando se obligó como principal pagador.
4) Si como heredero sucedió al principal pagador
5) Si el deudor hubiese quebrado, o se hallare ausente de su
domicilio al cumplirse la obligación:
6) Cuando el deudor no puede ser demandado judicialmente
dentro de la República;
7) Si la afianza fuere puramente natural;
8) Si la fianza fuere judicial;
9) Si la deuda fuere a la haciende nacional o provincial.

Diferencia entre el fiador solidario y el principal pagador.


Art. 2004 y 2005.
El 2005 del C. Civil remite a los arts. 699 y siguientes, o sea los
codeudores solidarios.
Art. 2005: cuando alguien se obligare como principal pagado,
aunque sea calificado como fiador, será deudor solidario, y se le
aplicarán las disposiciones sobre codeudores solidarios.
Art. 699: La obligación mancomunada es solidaria, cuando la
totalidad del objeto que ella puede, en virtud del título constitutivo o
de una disposición de la ley, ser demandada por cualquiera de los
acreedores o a cualquiera de los deudores.

CESION DE CRÉDITOS
Concepto: habrá contrato de cesión de crédito cuando una de las
partes se obliga transferir a la otra parte el derecho que le compete
contra su deudor, entregándole el título si existiere.
Sistema del Código Civil: se trasmite la propiedad del crédito
cedido.
Partes: cedente y cesionario.
Terceros interesados: a) deudor cedido; b) acreedores del cedente
y c) subsiguientes cesionarios.
Clases de cesión: a) cesión venta; b) cesión permuta; c) cesión
donación.
Caracteres: a) fijos: consensual y formal; b) variables según la
forma que adopte la cesión. En la cesión venta y cesión permuta será
bilateral y onerosa; mientras que en la cesión donación será unilateral
y gratuita.
Efectos entre partes: según la doctrina mayoritaria, entre las
partes una vez producido el consentimiento, los efectos son directos e
inmediatos. Según la doctrina minoritaria, los efectos se producen
después de la notificación del deudor cedido o de su aceptación.
Efectos respecto de terceros: el contrato de cesión de créditos es
oponible a terceros, después de la notificación al deudor cedido, por
acto auténtico o sea que tenga fecha cierta.
Conflictos entre el acreedor del cedente y el cesionario: si el
acreedor del cedente embarga el crédito antes de la notificación al
deudor cedido, tiene prioridad sobre el cesionario, en cambio si la
notificación al deudor cedido es anterior a la fecha del embargo tiene
prioridad el cesionario.
Conflicto entre los subsiguientes cesionarios: para establecer
quién de ellos incorpora el crédito cedido a su patrimonio, no interesa
la fecha de cada contrato de cesión, sino que importa la fecha de la
notificación al deudor cedido. Si se notifica en el mismo día, ingresa al
patrimonio al cesionario a prorrata, ya que el término se cuenta en
días y no por horas.
Facultades del deudor cedido al tiempo de la notificación del
contrato de cesión: como el deudor cedido es un tercero respecto
del contrato de cesión de crédito que celebraron cedente y
cesionario, el deudor cedido al tiempo de ser notificado de la
existencia de la cesión, puede oponer al cesionario todas las defensas
y excepciones que podía oponer al cedente. Los contratos no
perjudican a terceros.
Cesión o cambio de posición contractual: en vez de cederse un
crédito determinado, se cede un conjunto de derechos y obligaciones,
es decir que un tercero viene a ocupar el lugar y grado que una de las
partes tenía en el contrato, razón por la cual estamos frente a un
cambio de posición contractual.
Garantía del cedente: el cedente responde frente al cesionario, en
los casos cesión venta y cesión donación, por la existencia y
legitimidad del crédito cedido, pero no responde por la solvencia del
deudor, salvo que la insolvencia fuera anterior y pública. En la cesión
donación al ser un contrato a título gratuito el cedente no responde
por garantía de evicción frente al cesionario, salvo que se hubiere
obligado a responder o cuando cedió un derecho sabiendo que era
ajeno.

CESION DE CREDITOS EN GARANTÍA


Cesión y autonomía de la voluntad
La autonomía privada se manifiesta con dispar intensidad en las
diversas categorías negociales y correlativos ámbitos del derecho
privado. En el contrato es donde tiene sus perfiles más nítidos y
genuinos, en cuanto a la libertad de las partes para celebrar el
negocio y también para configurar su contenido.
La libertad contractual y la fuerza creadora que en el campo
jurídico la ley reconoce a la voluntad individual, significa abrir un
camino idóneo para que la iniciativa privada encuentre los
instrumentos aptos para satisfacer sus intereses recíprocos en una
recíprocos en una realidad social y económica cambiante, en
permanente evolución.
Es el desarrollo y la complejidad del fenómeno económico, se
advierten las nuevas figuras contractuales, creadas por las
exigencias del tráfico e impulsadas por la realidad de la vida, o la
mezcla de las existentes, o modificaciones de las mismas. Allí
ponemos examinar los fines prácticos perseguidos por las partes
en la contratación y consecuentemente en la función que ésta
cumple desde el punto de vista social y económico.
El orden jurídico reconoce la autonomía privada al permitir a las
partes en la contratación, regular intereses propios en las
relaciones recíprocas. Las partes pueden concluir contratos que
pertenezcan o no, a los tipos que tienen una disciplina particular,
con tal que vayan dirigidos a realizar intereses merecedores de
tutela jurídica.
Por ello, en ejercicio de su libertad negocial, las partes pueden
crear figuras contractuales enteramente nuevas no previstas por el
legislador, como así también dar vida a contratos que entrañan
una combinación de elementos propios de los tipos legislados, o
prever cláusulas que signifiquen modificar los efectos normales de
los aludidos tipos aun introducir variantes al régimen de
prestaciones que ellos suponen, etc.
De ahí que, a la par de la transmisión de los derechos
patrimoniales en propiedad, a título oneroso o gratuito, regulada
por el Código Civil, las partes comenzaron a pactarla como una
cesión de créditos en garantía, con la siguiente característica: si la
obligación principal garantizada se cumple, la cesión queda sin
efecto; caso contrario, el cesionario tiene el derecho de gestionar
el cobro del crédito cedido y si tiene éxito en ello, debe aplicar su
producido al pago de la obligación garantizada.
Es decir, se tomó a la cesión de créditos como un vehículo para la
transmisión de derecho, donde la voluntad de las partes ya no
perseguía la cesión de ellos en propiedad (situación contemplada
en la ley), sino la transmisión con una finalidad de garantía.
Por la importante frecuencia que tiene en su manifestación como
fenómeno social, esa reiteración la ha dotado de un nombre
jurídico por el cual es conocida “cesión en garantía”, y de una
disciplina reconocida por vía doctrinaria y jurisprudencial, incluso
en proyectos de ley.
La autonomía negocial en la cesión en garantía, por las razones
expuestas, tiene un papel decisivo, para determinar, por ejemplo,
si ella importa un negocio fiduciario, una prenda de créditos, u
otro.
Aquí encontramos plena vigencia y validez al consensualismo, con
lo límites generales de la autonomía en el campo convencional, en
cuanto el contrato no debe tener un objeto ilícito, contrario a la
moral y a las buenas costumbres, y esa autonomía por cierto, no
puede constituir un recurso para pretender eludir alguna norma
imperativa.
Además la finalidad perseguida por las partes con la cesión en
garantía, debe ser merecedora de la protección jurídica. Con ello
significamos que la función que desempeñe ese contrato será
relevante en el ámbito jurídico, cuando el negocio esté dirigido a
realizar intereses dignos de tutela.
Si las partes celebraron la cesión de créditos como un vehículo
para transmitir derechos en garantía, y es situación no está
contemplada en la ley, la autodisciplina que los contratantes se
den, constituirán los principios regulatorios a que debe someterse
ese negocio jurídico en particular.
A modo de conclusión
En el campo de las relaciones creditorias el rol del contrato no se
limita a crear o constituir esas relaciones, sino que también entre
otros negocios, puede transmitir la relación creditoria, tanto en su
aspecto activo (cesión de créditos), como el pasivo (asunción de
deuda) y asimismo como un conjunto de créditos y deudas (cesión
de contrato).
El contrato de cesión de créditos, en nuestro sistema legal, es
consensual, queda perfeccionado con el mero consentimiento de
las partes.
La cesión de derechos hace surgir la obligación de efectuar la
sucesión transmitiva del derecho, pero no es esa transmisión
patrimonial elemento perfeccionador del contrato.
Un efecto de la cesión es la transmisión de la propiedad del crédito
como lo afirma el art. 1.457, pero si ese efecto de la cesión apunta
a la etapa de cumplimiento, y no al de nacimiento o
perfeccionamiento del contrato de cesión. Por ello es que la
oponibilidad frente a terceros del cumplimiento, (no del
perfeccionamiento) del contrato de cesión, es decir, de la
transmisión al cesionario del derecho del cedente, es cuestión
diversa de la existencia jurídica de la convención misma.
La doctrina universal ha consagrado como principio general que
puede ser cedido todo derecho integrante del patrimonio, con tal
que esté en el comercio y que la cesión no esté prohibida por la
ley (intransmisibilidad legal) o por una cláusula legítima y válida
del propio título del crédito (intransmisibilidad convencional), en
otras palabras, pueden cederse todos los bienes que no sean
cosas, a menos que la ley o una convención prohíba su cesión
(todo derecho, por modal, condicional o problemático que sea,
puede ser cedido).
En la actualidad es generalmente aceptada la cesión de créditos
en garantía.
Para que las partes convengan la cesión de créditos con finalidad
de garantía, es innecesario determinar si se trata de un contrato
causado o abstracto.
La transmisión de créditos en garantía, tiene la siguiente
característica: si la obligación principal se cumple, la cesión queda
sin efecto; caso contrario el cesionario tiene el derecho de
gestionar el cobro del crédito cedido y si tiene éxito en ello, debe
aplicar su producción al pago de la obligación asegurada.
La doctrina nacional frente a la transmisión de créditos en garantía
adopta dos posiciones. Algunos entienden que se trata de un
negocio fiduciario, en el que se transmite el crédito en propiedad
pero con fines de garantía, en virtud del cual el adquirente debe
restituir el derecho al transmitente una vez cumplida la finalidad; y
otro consideran que a la referida cesión, válida en virtud del
consentimiento, se le aplican las normas de la prenda de créditos.
En ejercicio de la libertad negocial, las partes pueden crear figuras
contractuales enteramente nuevas no previstas por el legislador,
como así también dar vida a contratos que entrañan una
combinación de elementos propios de los tipos legislados, o prever
cláusulas que signifiquen modificar los efectos normales de los
aludidos tipos y aún introducir variantes al régimen de
prestaciones que ellos suponen, etc.
De ahí que, a la par de la transmisión de los derechos
patrimoniales en propiedad regulada por el Código Civil, las partes
comenzaron a pactarla como una cesión de créditos en garantía,
pues, ante el incumplimiento de la obligación principal, el
cesionario tenía el derecho de gestionar el cobro del crédito
cedido, para aplicar su producido al pago de la obligación
garantizada.
Es decir, se tomo a la cesión de créditos como un vehículo para
transmitirlos con fines de garantía, lo que hoy tiene el nimen iuris
de cesión de créditos en garantía.
La autonomía negocial en la cesión en garantía, tiene un papel
decisivo, para determinar si ella importa un negocio fiduciario, o
una prenda de créditos. Además por tratarse de una figura no
regulada específicamente en la ley, la autodisciplina que los
contratantes se den, constituirá los principios regulatorios a que
debe someterse cada negocio jurídico en particular.
Aquí encontramos plena vigencia y validez al consensualismo, con
los límites generales de la autonomía en el campo convencional,
en cuanto al contrato no debe tener un objeto ilícito, contrario a la
moral y a las buenas costumbres, y esa autonomía, por cierto no
puede constituir un recurso para pretender eludir alguna norma
imperativa.
Además, la finalidad perseguida por las partes con la cesión en
garantía, debe ser merecedora de la protección jurídica. La función
que desempeñe ese contrato será relevante en el ámbito jurídico,
cuando el negocio esté dirigido a realizar intereses dignos de
tutela.
En definitiva, la cesión de créditos como vehículo para la
transmisión de créditos que no sean en propiedad, puede operarse
con la finalidad de transmitir derechos a título de garantía, ya sea
como prenda de créditos o como negocio fiduciario de acuerdo a lo
pactado por las partes en el contenido de cada negocio en
particular.
En efecto, “habrá constitución de prenda cuando el deudor, por
una obligación …entregue al acreedor..o un crédito en seguridad
de la deuda”, “si el objeto dado en prenda fuese un crédito o
acciones que no sean negociables por endoso, el contrato, para
que la prenda quede constituida, debe ser notificado al deudor
cedido del crédito dado en prenda y entregarse el título al
acreedor, o a un tercero aunque él sea superior a la deuda”,
“Todas las cosas muebles y las deudas activas pueden ser deudas
en prenda”, “no puede darse en prenda el crédito que no conste
de un título por escrito” (arts. 3204, 3209, 3211 y 3312 c. civil).
Además, el C. de Comercio dispone que “pueden darse en
prenda…títulos de deuda pública, acciones de compañías o
empresas y en general cualesquiera papeles de crédito
negociables en el comercio”(art. 583).
De manera que cuando el crédito conste por escrito, por vía de la
cesión de crédito, se lo puede transferir en garantía como prenda.
A partir de los arts. 1197, 1143, 994 y concordantes del C. Civil, es
posible realizar negocios fiduciarios, sin confundirlos con la figura
del fideicomiso regulada y tipificada por la ley 24.441(EDLA 1995-
A63), concibiéndolos de acuerdo a la doctrina mayoritaria, como
aquellos negocios “seriamente queridos, que tienen la
característica consistente en la incongruencia o heterogeneidad
entre el fin contemplado por las partes y el medio jurídico
empleado para lograrlo”, es decir hay una desproporción entre el
fin económico perseguido y el medio utilizado, que pone de
manifiesto la confianza que el fiduciante tiene respecto del
fiduciario, conceptuando la doctrina minoritaria al negocio
fiduciario como “una manifestación de voluntad para atribuir a otro
una titularidad del derecho en nombre propio pero en interés, o
también en interés del transferente o de intercero”, donde la
atribución del adquirente es plena, pero asumiendo el mismo un
vínculo obligatorio en atención al destino o empleo de los bienes,
sin darse desproporción entre medio y fin, porque la atribución
patrimonial es indispensable para la obtención del fin práctico de
las partes.
De ahí que, si las partes hubieran convenido enajenar la propiedad
del crédito con una finalidad de garantía, estarían ante un negocio
fiduciario, caracterizado por su fundamento de confianza (fiducia)
y el exceso del medio técnico empleado (cesión aparente de
propiedad) respecto de la finalidad perseguida (garantía).
Existen diferencias consecuencias y efectos entre ambas formas
de pactarse la cesión en garantía, así tenemos:
Si se estipula como negocio fiduciario:
a) concede al acreedor una garantía mas intensa que la prenda de
créditos, pues al transmitirse fiduciariamente la propiedad del
crédito, le permite al mismo disponer de él, pudiendo inclusive
ceder el crédito a terceros.
b) El cedente se encuentra privado de la legitimación para
perseguir el cobro del crédito cedido en garantía.
c) En la quiebra del cedente, corresponde analizar si es
procedente llevar a la masa, las sumas que percibiera el
acreedor garantizado con la cesión como negocio fiduciario y
que dicho acreedor haga valer su crédito ante la quiebra,
mediante la correspondiente verificación, o por el contrario,
determinar si se ha operado una transmisión real de la
titularidad del crédito, aunque lo haya sido con una finalidad de
garantía (“enajenación-aseguratoria”).
La doctrina entiende que en caso de concurso o quiebra, la masa
carece de derecho para reinvindicar la cosa objeto del negocio
fiduciario. También se daría esa situación cuando el dominio
fiduciario se constituye sobre papeles de comercio al portador,
puesto que al respecto la entrega constituye título suficiente para
transmisión de la propiedad del papel, sea con finalidad de
transmitir el dominio, sea con finalidad de garantía.
Cuando se trata de papeles a la orden o endosables y se acredita
que el endoso tuvo una finalidad de garantía (fiducia cum
creditore), esta situación podrá ser invocada entre el fiduciante y
el fiduciario, sin que puedan afectarse los derechos de terceros de
buena fe que hayan adquirido el título, pero con el alcance
otorgado por el art. 586 de C. de Comercio, es decir que la
mencionada finalidad de garantía lo es como derecho real de
prenda.
Si se pacta como prenda de créditos:
a) El cesionario reconoce en el cedente la titularidad de los
derechos transmitidos, razón por la cual, como acreedor
prendario, debe efectuar los actos necesarios para la
conservación del crédito cedido y puede cobrar el crédito y sus
frutos civiles (conf. Arts. 587 C. Comercio; 3231 y 3225 C. Civil).
b) El cedente, deudor prendario, continúa siendo el titular del
crédito cedido en garantía.
c) El cedente conserva la legitimación para perseguir el cobro del
crédito cedido en garantía. En caso de inactividad del cesionario
como acreedor prendario, respecto del cobro del crédito, el
cedente como deudor prendario, puede ejercer las acciones que
surjan del derecho transmitido.
d) Frente al concurso o quiebra del cedente, el acreedor
(cesionario) puede invocar la pertinente preferencia frente a los
demás acreedores, si el crédito transmitido en garantía consta
por escrito, se notifica al deudor cedido y se entrega el
documento, de conformidad a las claras prescripciones de los
arts. 3212 y 3209 del C. Civil. Puede darse en prenda el crédito
que conste de un título por escrito, y si el objeto dado en
prenda fuese un crédito o acciones no negociables por endoso,
el contrato, para que la prenda quede constituida, debe ser
notificado al deudor del crédito dado en prenda y entregarse el
título al acreedor, o a un tercero aunque él sea superior a la
deuda.
En el ámbito bancario se recurre frecuentemente a la
cesión de derechos en garantía, advirtiéndose en la
instrumentación de la misma, que las entidades bancarias
usualmente hacen constar en los contratos los siguientes
extremos, a saber:
- La cesión no produce novación objetiva y subjetiva con relación
a la obligación garantizada, ni liberación del deudor originario.
- El cedente libera al banco de ejecutar derechos y acciones y
medidas cautelares tendientes al cobro de los derechos
cedidos, salvo que la entidad bancaria resolviere
unilateralmente lo contrario.
- El cedente renuncia en forma expresa al derecho que le
confieren los artículos 1481 y concordantes del C. Civil.
- Si el deudor cedido no abonare en todo o en parte al banco
cesionario el importe correspondiente a la cesión, la cedente
atenderá y abonará directamente todas las obligaciones al solo
requerimiento del banco.
- El cedente otorga mandato irrevocable a favor del banco para
que el mismo, en forma unilateral, impute los montos que
perciba del deudor cedido, a las obligaciones pendientes de
abono y adeudadas por el cedente, aplicándole los importes
percibidos primero a gastos e intereses y el saldo que hubiere a
capital.
- La cesión queda condicionada a que el crédito transferido exista
en la medida y en la extensión en que fue cedido, que no
reconozca gravámenes o embargos el crédito cedido y no
hubiere sido transmitido en todo o en parte con anterioridad a
favor de otra persona física o jurídica.

CAJAS DE SEGURIDAD
El Proyecto unificado del Código Civil y Comercial de 1998,
que no es ley en la República Argentina, conceptúa al servicio
de caja de seguridad el prestador responde frente al usuario por la
idoneidad de la custodia de los locales, por la integridad de las
cajas y por el contenido de ellas, pero puede convenir con el
usuario la limitación de su responsabilidad por un monto máximo.
No responde por caso fortuito externo a su actividad ni por vicio
propio de las cosas guardadas. La prueba del contenido de la caja
de seguridad puede hacerse por cualquier medio

Características
La empresa bancaria pone a disposición de su clientela cajas
individuales acorazadas en un local apropiado y se encarga de su
custodia y de su integridad externa, por un tiempo determinado y
mediante un pago en dinero por el servicio que se presta.

Es un contrato atípico porque no está regulado en una ley, razón


por la cual la jurisprudencia le aplica por analogía las normas del
depósito, teniendo en cuenta la razón de ser de éste contrato, que
el cliente lo celebra buscando la seguridad que le brinda la entidad
bancaria, o sea tiene una configuración de custodia, en la medida
en que el banco ejecuta una vigilancia del recinto donde se
encuentra la caja, ignorando el contenido de la misma.

El banco cede un espacio al cliente que lo utiliza para guardar


cosas y retirarlas por sí mismo o por persona autorizada, sin que
intervenga el banco de la recepción o entrega, circunstancia que
ilustra sobre las características de este contrato en el cual las
personas buscan a poner a buen recaudo o conservar con
seguridad dinero, títulos, documentos u objetos.

Diferencias con la locación de cosas:


Si bien hay una utilización de un espacio o caja, la finalidad
perseguida por el cliente del banco desborda o va más allá de ese
uso, porque persigue seguridad.
El banco pone a disposición del cliente de un especio vacío, y
además se obliga a defender de todo ataque extraño el derecho de
uso concedido. En la locación el locatario tiene la posesión de la
cosa arrendada porque la usa y goza a su favor mientras que en el
servicio de caja de seguridad la cosa permanece en poder del
banco.
En la locación no existe un deber de vigilancia activa de la cosa
arrendada, lo que ocurre precisamente con el servicio de cajas de
seguridad.
En la locación tradicional el locador no interviene en el uso de la
cosa arrendada, lo que no acontece en el servicio de cajas de
seguridad, porque la entidad bancaria interviene activamente en el
desenvolvimiento del contrato, cuando se abre o cierra la caja de
seguridad, utilizándose la llave que posee el cliente y la llave que
posee el banco, debiendo verificar la identidad del usuario cada
vez que se abre o cierra la caja.
En la locación de cosa, es el locatario o inquilino es el que tiene a
su cargo los gastos ordinarios de conservación y mantenimiento,
ocurriendo lo contrario con las cajas de seguridad.

Descripción de la operación:
Celebrado el contrato y contra el pago de un canon generalmente
semestral o anual, el banco concede al cliente el uso de una caja
fuerte, ubicada en un lugar especial y extremadamente seguro por
su obligación en el edificio por el material con que está construido
y por la vigilancia que le presta.
La caja se identifica mediante algún código con números o letras,
o combinación de ambos, y se le entrega la llave al cliente.
La titularidad de la caja puede registrarse de una o más personas,
y en este caso a la orden recíproca, extremo que los habilita a su
utilización sin la concurrencia de los otros cotitulares, en cualquier
caso pueden extenderse autorizaciones a otras personas a hacer
uso de la caja, siempre que media conformidad de la entidad
prestadora.
El contenido de la caja es discrecional para el usuario y no debe
dar cuenta al banco, aunque se le advierte que no podrá introducir
sustancias explosivas, tóxicas o corrosivas.

Interpretación- cláusula que prentenden eximir de


responsabilidad:
Los mayores conflictos en esta especie negocial han derivado del
incumplimiento del deber central de custodia del recinto y, en menor
medida de la falta de integridad de la caja como evento autónomo de
aquella primeras faltas. En efecto la fractura de las medidas de
seguridad (defecto de custodia) y consecuentemente el robo del
contenido de las cajas ponen en evidencia una prestación defectuosa
de la banca. Estos fenómenos seguidos a la resistencia de responder
con apoyo en cláusula exonerativas constituyen el mayor
desencuentro entre banco y usuarios, lo que se vincula a la custodia
a la cuestión de las cláusulas abusivas y la tutela reparatoria.

SECRETO BANCARIO

Antecedentes normativos:

Art. 18 Constitución Nacional: “Es inviolable la


correspondencia epistolar y los papeles privados…”

Art. 57 C. de Comercio: Ninguna autoridad, juez o tribunal, bajo


pretexto alguno, puede hacer pesquisas de oficio, para inquirir si
los comerciantes llevan o no libros arreglados.

Art. 39 de la Ley de Entidades Financieras 21.526: “Las


Entidades comprendidas en esta ley no podrán revelar las
operaciones pasivas que realicen. Solo se exceptúan de tal deber,
los informes que requieran:
a) los jueces en causa judiciales, con los recaudos establecidos
por las leyes respectivas;
b) el B.C.R.A. en ejercicio de sus funciones;
c) los organismos recaudadores de impuestos nacionales,
provinciales o municipales, sobre la base de las siguientes
condiciones
- debe referirse a un responsable determinado
- debe encontrarse en curso una verificación impositiva con
respecto a ese responsable, y
- debe haber sido requerido formal y previamente.
Respecto de los requerimientos de información que formule la
Dirección General Impositiva (hoy AFIP) no serán de aplicación las
dos primeras condiciones de este inciso.
d) Las propias entidades para casos especiales, previa
autorización expresa del B.C.R.A.

En este ultimo caso, “ambas entidades (la de origen y la de destino


de la información) gestionarán en forma conjunta la excepción
mediante una presentación en la que deberán precisar, como mínimo
los siguientes datos:
- Entidad originante de la información.
- Entidad destinataria de la información.
- Nombre o denominación del cliente sobre el cual se brindará
información.
- Motivo sobre el cual se requieren los datos, así como cuál será
su posterior tratamiento.
- Operación pasiva comprendida.
- Compromiso de la destinataria de no dar a la información otro
uso que el referido y de guardar respecto de ella el secreto
legal.
- Firmas y aclaraciones de personas habilitadas para el
comprometer a las entidades (com BCRA “A” 2911, punto 2.5)
- Por último se señala que el personal de las entidades deberá
guardar absoluta reserva de las informaciones que llegan a su
conocimiento.

En cuanto a las excepciones contempladas en el inc. a del


art. 39 de la citada ley, se ha propuestos que esto informe
deben ser otorgados cualquiera fuese el fuero del cual viene el
requerimiento, atendiendo a la siguiente modalidad:
1) Los informe peticionados por los jueces en materia penal o
criminal en que está interesada la sociedad para el
esclarecimiento de la verdad, deben ser evacuados en forma
gratuita y como carga pública de colaboración, como cualquier
sujeto de derecho, con la protección social y en contra del
crimen individual y organizado.
2) Los informes peticionados por los jueces laborales también
deben ser gratuitos, en razón de la naturaleza de la contienda y
de la carencia de recursos de los trabajadores en litigios,
cuando sean pedidos por estos.
3) Los informes peticionados por jueces civiles y comerciales en
causas donde están ej. juego el interés patrimonial de los
litigantes, deben ser remunerados como un servicio del banco a
las partes del juicio, en razón de los gastos que ocasiona el
informe y el tiempo empleado por el personal en la respuesta
judicial.
El legitimado activo para el requerimiento es el juez, y no sus
auxiliares, fiscales o instructores policiales, desde que la ley
24.144 no ha contemplado otra legitimación, ni puede oponérsele
a la citada enunciación cuestiones de índole procedimental o
administrativa que contengan delegaciones en otras autoridades.

En cuanto a la excepción del art. 39, inc. b, referida a la


facultad del BCRA, en el ejercicio de sus funciones, aparece
plenamente justificada en tanto es consecuencia necesaria de la
relación de la banca central con las entidades financieras y del
poder público rector del ente rector.
En el inc. c), se privilegia al AFIP, respecto de los otros
organismos recaudadores, lo cual ha merecido una fuerte crítica,
ya que el AFIP puede solicitar informes sobre un responsable o
sobre varios en forma genérica, sin necesidad de que esté en
curso una verificación impositiva. Solo se limita el accionar del
ente recaudador nacional a la demostración de un requerimiento
formal y previo respecto del informa solicitado. Sin embargo los
organismos recaudadores provinciales y municipales deben
cumplir el condicionamiento vinculado con un responsable
determinado en curso de verificación impositiva y con
requerimiento formal y previo.
El tratamiento diferenciado reconoce como antecedente la ley
23.371 que estableció los supuestos en que no requerirá el secreto
bancario y bursátil, Así lo establece el art. 1 “El secreto establecido
en el título V de la ley 21.526 y en los arts. 8, 46 y 48 de la ley
17.811 no regirá para las informaciones que, en cumplimiento de
sus funciones legales, solicite la DGI (hoy AFIP) o cualquiera de las
entidades o sujetos comprendidos en los regímenes de las citadas
leyes y sus modificaciones. Esta información podrá ser de carácter
particular o general y referirse a uno o varios sujetos determinados
o no, cuando el los mismos no se encuentran bajo fiscalización.
A las excepciones de origen legal previstas por la ley
24.144 se suma le ley 23.737, modificada parcialmente por
las leyes 23.975, 24.112 y 24.424, que reprime el narcotráfico
y lavado de dinero, y según la cual el juez de la causa tiene
facultades suficientes para levantar el velo de cualquier operación
financiera, en el territorio nacional, en la lucha del crimen
organizado.
También se incluye la creación de la Fiscalía Nacional de
Investigaciones Administrativas, cuyo art. 6 de la ley 21.383,
posibilita a este organismo estatal forzar el secreto financiero en
las causas que tramita.
Además de las excepciones normativas, la doctrina ha considerado
otros supuestos: 1) cuando las informaciones son requeridas por
personas que, con el cliente del banco, comparten la protección
del secreto; 2) cuando este último releva al banco de su deber de
discreción, ya sea expresa o tácitamente; 3) cuando el interés
privado del cliente deba ceder a otros intereses de jerarquía
superior.

CONCEPTO:
En una primera aproximación al concepto del secreto bancario, se
lo ha definido como una prohibición; es una orden legal de
abstenerse, de no hacer, sea por acción o por omisión: las
entidades no deben revelar, es decir no dar a conocer. Es un deber
de silencio a cargo de los bancos respecto de los hechos
vinculados a las personas con quienes mantiene relaciones
comerciales.
Se trata de un deber inherente a la naturaleza de la actividad
bancaria, a la profesión del banquero, razón por la cual puede
deducirse que el deber de secreto financiero es una especie dentro
del género del secreto profesional, que se encuentra implícito en la
relación vinculatoria, entidad financiera-cliente.
Avanzando aún más, se ha dicho que “consiste en un deber de
silencio” y que “es una obligación de no hacer, impuesta a la
entidad financiera, por los hechos e informes que conoce en virtud
de su actividad profesional.

INTERÉS JURIDICO TUTELADO:


Los especialistas en “derecho bancario” encuentran una raíz
constitucional en el deber “de guarda” del secreto, por su eventual
relación con la correspondencia epistolar y los papeles privados.
Aunque en líneas generales, se podría decir que existe cierto
consenso en el hecho de que para un número importante de
estudiosos, existiría una convergencia de los dos bienes jurídicos
tutelados por el llamado “secreto financiero”. Por un lado, el
derecho a la privacidad y seguridad de las personas, con mención
del art. 156 del Código Penal, protegería el derecho a la intimidad
de las personas, cuya violación, en definitiva, ataca a la libertad. Y
por el otro la protección se orienta a la preservación y
mantenimiento del sistema financiero, que es uno de los pilares de
la propia subsistencia de la sociedad en el que aquél se inserta.

EXTENSION:
De acuerdo con la enunciación genérica del secreto bancario y con
la previsión legal que la contiene, se concluye que tal reserva se
extiende a favor del cliente por un doble camino: uno subjetivo,
donde el principal obligado es el banco y sus agentes, y otro
objetivo, vinculado a las operaciones que alcanza, esto es, a las
pasivas, con las excepciones previstas en el art. 39 de la Ley de
Entidades Financieras. Surge evidente que el secreto financiero
no es absoluto.
Una primera aproximación al tema lleva a destacar que
únicamente las “operaciones pasivas”, esto es, aquellas en las
cuales el banco aparece como “tomador” de los fondos
suministrados por el cliente, están amparados por el deber de
confidencialidad
En la actividad bancaria actual, las operaciones pasivas
comprendidas en el secreto bancario legalizado están
constituidas por: los depósitos a la vista en cuenta corriente
bancaria; los depósitos de dinero en caja de ahorro; los depósitos
en moneda nacional o extranjera a plazo fijo, transferibles o
intransferibles; los depósitos judiciales; las usuras pupilares de la
Opasi II y las referidas a las rentas de menores de edad y los
sujetos de tutela; los avales y fianzas bancarios; las operaciones
de pases; las emisiones de obligaciones negociables, reguladas por
las leyes 23.576 y 23.962 y las Com. A 1905/7 del B.C.R.A.; los
debentures; los bonos de participación; los depósitos de títulos; la
emisión de cartas de créditos de bonos y cédulas hipotecarias, la
venta de títulos y de giros y las transferencias (jurisprudencia).
De la enunciación precedente no surge las operaciones de
servicios u otras contingencias negociales vinculadas a las
operaciones activas o pasivas, supuestos ambos que están
alcanzados por el secreto bancario si revelan los activos
del cliente. En tal sentido a dicho la jurisprudencia que la
declaración de bienes ejecutadas en oportunidad de la
apertura de la cuenta corriente está amparada por el
secreto bancario.
De la enunciación contenida en el art. 39 podría conjeturarse que
las denominadas operaciones accesorias o de servicios no
están alcanzadas por el beneficio del secreto bancario. Sin
embargo, dentro de la especie surge con notoriedad la misma
preocupación y el mismo interés por esa reserva, desde que esas
operaciones revelan aspecto de esa órbita patrimonial que
es dable mantener en la confidencialidad.
Entre las denominadas operaciones accesorias o de servicios,
encontramos el alquiler de las cajas de seguridad, la
compraventa de divisas, los pagos de sueldo de las
empresas, los pagos a jubilados, el estudio de mercado a
pedido de la clientela, la cobranzas de impuestos, tarifas
de servicios públicos y otras recaudaciones, la recepción de
valores en custodia y otros depósitos regulares; la
recepción de valores al cobro; la administración de
propiedades; la administración de carteras de valores
mobiliarios y los peritajes encomendados por los clientes.
De allí que la exclusión de la reserva de modo genérico aparece
excesiva, debiendo en tales supuestos juzgarse adecuadamente la
procedencia del requerimiento. Por ejemplo en los servicios de
caja de seguridad se entiende que solo es procedente su
difusión cuando existan, a juicio del magistrado a cargo de la
instrucción, indicios suficientes para presumir que allí pueden
encontrarse objetos útiles para el descubrimiento y comprobación
de la verdad, con los recaudos propios del allanamiento.
La amplitud de la exclusión contenida en el art. 39 de la ley de
entidades financieras es muy vasta y, en ciertos casos, delicada.
De allí nuestra adhesión a la postura que entiende que el secreto
debió limitarse a las operaciones pasivas y servicio y de
informaciones que los bancos obtuvieren de sus clientes. De ese
modo se excluyeron las operaciones activas, para facilitar la
creación de centrales privadas y oficina de riesgos.
El deber de guardar reserva respecto de estas operaciones se
extiende, desde la órbita subjetiva, a las entidades que en razón
de su actividad tomen conocimiento de hechos o informaciones de
clientes de bancos. Por ejemplo, los bancos corresponsales, las
auditorias externas contratadas por el banco o impuestas por el
BCRA (art. 56 de la ley 22.051), las empresas de servicios
(computación) y las centrales de riesgo.
Cabe recordar en este punto, las empresas de servicios
informativos que tienen por objeto la recolección de datos del
sistema financiero nacional, en particular los relativos a la
existencia de acciones judiciales o procesos universales que
comprometen en forma directa a la clientela bancaria.
En otro orden las centrales de riesgo y registros de deudores,
como ordena el BCRA, tienen por finalidad reunir información
sobre los riesgos de créditos, el grado de endeudamiento de los
clientes y el cumplimiento de sus obligaciones. Su fundamento
reside en crear un control interbancario de los créditos aprobados
a la clientela, para disminuir abusos y evitar que una misma
persona pueda operar a la vez en varios bancos, y sobrepasar los
límites normales de la solvencia. Ambos en su desenvolvimiento,
podrían ocasionalmente acceder a información relativa a
operaciones pasivas, respecto de las cuales les alcanza idéntica
restricción que a los bancos que la suministran.
Mayor dificultad representa el tratamiento que corresponde
otorgarle a la información financiera recibida por las empresas o
bancos emisores de tarjetas de crédito, en particular frente a los
requerimientos del AFIP. Tal como sucede con las cuentas
corrientes, la síntesis de la información que revela, por ejemplo, el
nivel de consumo y gastos lleva necesariamente implícita la
revelación de las operaciones activas destinadas a cubrir los
saldos. Su revelación colisiona, entonces, con el interés tuitivo que
contiene la reserva bancaria.
De igual modo, debe extenderse la obligación del secreto a
aquellos organismos financieros y particulares que hubiesen
accedido a la información luego de obtenido el levantamiento del
secreto bancario para alguna de la excepciones previstas por la ley
24.441, sea en forma directa, eje. Jueces, funcionarios de AFIP,
partes en procesos judiciales, o indirecta, por ej. Peritos o terceros
que intervienen en procesos a los cuales se ha incorporado la
información relevada de secreto.
La extensión objetiva del secreto bancario a operaciones distintas
de las tuteladas legalmente, puede alcanzarse convencionalmente
con la cláusula expresa de reserva información. Pero ella no podrá
invocarse frente a los supuestos previstos en el art. 39 de la ley de
entidades financieras.
En efecto, las operaciones activas y pasivas y de servicios que no
tienen ahora expreso amparo legal, pueden ser formalizadas con
el expresa inclusión de un pacto de reserva, discreción o secreto
bancario y profesional. En esta inteligencia, se puede incluir dicho
pacto en los contratos vinculados con cajas de seguridad,
mandatos y comisiones referidas a operaciones inmobiliarias y
operaciones de las sociedades de bolsa de los bancos sobre títulos
valores, pase o reporte, en todos los contratos crediticios activos y
en los nuevos contratos de leasing, factoring, underwriting y
fideicomiso, así como en los nuevos productos de la industria
financiera que se vayan creando en razón de la ingeniería
financiera actual y de las necesidades de comercio y de la
industria.
La vigencia, validez y legitimidad de las cláusulas contractuales de
confidencialidad, en las operaciones bancarias, es oponible a los
pedidos de informes de organismos legislativos y, en particular, de
comisiones especiales, como también a instituciones privadas o
públicas que no sean las mencionadas en el art. 39 y 40 de la ley
de entidades financieras, que como ley especial, regula la
actividad contractual de la industria financiera.

BIBLIOGRAFIA
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Ley de Cheques 24452
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Ley de Entidades Financieras Nº 21.526
Carta Orgánica del B.C.R.A. Ley 24.144, 22.529 y 24.318
Ley sobre Cajas de Créditos Cooperativas Nº 26173
Comunicación A 4712 B.C.R.A. – Reglamentación de las Cajas
de Créditos.

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