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Escuelas del derecho positivo.

Introducción.

En el siguiente trabajo intentaremos explicar la diferencia entre derecho positivo y derecho natural,
de cómo dice el derecho positivo que es una creación del ser humano no como el natural que dicen
ya estaba en el mundo.
También hablaremos de algunos juristas, teóricos pensadores o filósofos que cada uno explica su
manera de ver, entender o explicar el derecho positivo y sus diferentes escuelas.
Hablaremos del derecho positivo como formalista y sociológico y de sus respectivas escuelas y
corrientes así como de sus pensadores, el siglo en que fueron y los países de origen.

Hablaremos también del derecho positivo mexicano, como se regula en nuestro país y quienes son y
mediantes que órganos lo realizan.

Tocando ya el tema de las escuela del derecho positivo hablaremos de los glosadores, de cómo
realizaron su actividad, hacia que años iniciaron con su labor y cual fue el objeto de su labor hacia
con le derecho romano de Justiniano.

En si la labor de los glosadores, fue leer, entender y después saber como aplicar el derecho de
Justiniano ya que era es mas completo y complejo de la época, así pues podrían aplicarlo a los
siglos posteriores del imperio romano. Conoceremos también las formas de glosa que hubo ya que
podía ser marginal o interlineal.
Pero ya en el siglo VIII la gran cantidad de glosadores trajo muchos conflictos como el
entendimiento o las contradicciones que ellos mismos podían llegar a tener. Esto llego al grado de
que se realizaban glosa de la glosa. Este problema pudo terminar gracias al glosador Francesco
Accursio quien recopilo todas las glosas en una sola llamada la magna glosa así pudo poner fin a tal
controversia.

Después hablaremos de la escuela exegética sus características y sus métodos, y de cómo ellas llegan
a formar parte del derecho positivo.

DERECHO POSITIVO

El Derecho positivo es el conjunto de leyes escritas en ámbito territorial, que abarca toda la creación
jurídica del Legislador, tanto del pasado como la vigente, recogida en forma de Ley.
El concepto de Derecho positivo está basado en el iuspositivismo, que es una corriente de
pensamiento jurídico que considera al Derecho como una creación del ser humano. El hombre crea
el Derecho, las leyes (siendo estas la voluntad del soberano) crean Derecho. Al contrario del
Derecho natural, en el cual el Derecho estaba en el mundo, y el ser humano se limitaba meramente a
descubrirlo y aplicarlo.
En este sentido, el Derecho positivo descansa en la teoría del normativizmo, elaborada por el teórico
del Derecho Hans Kelsen en el siglo XX, y que estructura al Derecho según una jerarquía de normas.
Desde el punto de vista de otros pensamientos jurídicos, que no excluyen la existencia del derecho
natural

Así, se entiende el derecho positivo como un derecho puesto o dado desde el Estado. El positivismo
jurídico se divide en formalista y sociológico. El primero estudia las formas jurídicas y surge en el
siglo XIX con dos escuelas como precursoras de esta corriente: en Francia la Escuela Exégesis, y en
Alemania la Escuela Dogmática alemana. En cuanto al positivismo jurídico de carácter sociológico,
estudia el impacto del derecho positivo en la sociedad. Sus escuelas precursoras son en Francia la
Escuela Social francesa, y en Alemania el Movimiento del Derecho Libre alemán, ambas del siglo
XIX-XX.

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La concepción del positivismo jurídico abarca un solo derecho, lo que también se conoce como
monismo jurídico: el derecho positivo. En cambio, para el naturalismo o derecho natural, existen dos
derechos (dualismo jurídico): el derecho positivo y el derecho natural. Este último se define como el
conjunto de principios o valores superiores a los cuales podemos acceder a través de la capacidad
humana y que prevalecen sobre el derecho positivo y son siempre válidos. El origen de esta doctrina
es tan antiguo como el Derecho, y puede rastrearse intelectualmente desde el paso del mito al logos
en la Grecia Antigua.
Derecho Positivo. Se denominan así a todas las normas de carácter jurídico que se encuentran
vigentes en un lugar y tiempo determinados. Por ejemplo, la Constitución Política vigente en nuestro
país fue expedida en, 1917, ella se constituye en tanto esté vigente, en derecho positivo. Para
comprender mejor lo antes dicho vamos a definir los conceptos de derecho y de positividad.
Concepto de Derecho. Existe consenso general de que derecho es el conjunto de normas jurídicas
obligatorias, cuya inobservancia conllevan a imponer una sanción; tales normas tienden a regular la
conducta externa de los hombres a fin de consolidar y desarrollar el orden en sociedad.
Positividad. Desde el punto de vista gramatical este vocablo implica lo cierto, lo verdadero o bien lo
que no ofrece duda. En efecto, si, unimos los dos conceptos mencionados se llega al conocimiento
de lo debemos entender por derecho positivo. Así, en sentido estricto, se establece como el conjunto
de normas que regulan la conducta externa de los hombres, respaldadas para el caso de ser
vulneradas de un castigo para el infractor, y- las mismas deben además estar vigentes, esto es, con
factibilidad de aplicarse de inmediato porque tienen el reconocimiento social de ser válidas.

Derecho Positivo Mexicano.

Ahora bien, de lo expuesto surge la inquietud de saber, ¿Cuál es el derecho que se encuentra vigente
en nuestro país?.
Sin lugar a dudas será aquél que se encuentre aprobado por los medios y canales adecuados de
difusión y por tanto, constituye el derecho que se aplica en el presente en nuestro país. Esos medios
y canales adecuados pueden sustituir una ley vigente y, en ese momento deja de ser derecho positivo
para convertirse en un antecedente histórico de carácter legislativo. Cabe mencionar que en el
sistema jurídico mexicano sólo es válida la norma que proviene de una ley, pues esta es la única
fuente de nuestro derecho.
Las Fuentes del Derecho. Positivo como ya hemos señalado es el conjunto de normas jurídicas que
se encuentran vigentes en un lugar y en un tiempo determinado otro modo el derecho se origina en
las normas, pero sólo en las de carácter jurídico ya que las morales, religiosas o de trato especial
resultan irrelevantes en el campo del derecho.
Luego entonces, Si las normas jurídicas son el medio para configurar el derecho, se impone
preguntar ¿cómo surgen o bien de dónde se originan?. El lugar donde brota el agua viva se le
denomina manantial o fuente.
Esta expresión llevada imaginariamente al mundo del derecho significa el lugar de creación de las
normas, de ahí que fuente sea de esta manera, el punto donde nace.
Existen tradicionalmente tres fuentes de derecho: las históricas, las formales y las reales
Se entiende por fuente histórica, el conjunto de documentos, libros, códigos, papiros, inscripciones y
leyes que estuvieron vigentes en el pasado, y que ahora nos permite conocer cual fue el derecho que
rigió en determinadas épocas.
Las fuentes reales son las razones de convivencia social, esto es, las opiniones y los puntos de vista
de persona u agrupaciones que servirán al legislador, si tal es su criterio, de constituir las normas
jurídicas.
Cuando se habla de fuentes formales se refiere a los procedimientos o métodos mediante los cuales
en el presente, se concreta la validez y por ende la fuerza obligatoria de la norma jurídica.
También las fuentes históricas en buena medida representan una valiosa información, sin las cuales
desconoceríamos las disposiciones que tuvieron vigencia en otras épocas y que hoy sirven de
antecedente a las modernas instituciones jurídicas.

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No pasa desapercibido tampoco que las fuentes reales recogen aspiraciones legítimas de un pueblo,
las cuales en caso de ser escuchadas por un buen gobernante, pasarían a formar parte del derecho
positivo; de otro modo quedarían plasmadas tan solo como una inquietud de orden social.
Para algunos autores la fuente por excelencia del mundo jurídico es la formal porque esta es la que
realmente origina el derecho. las fuentes formales suelen dividirse en: Ley, Costumbre,
Jurisprudencia y Doctrina.
La Ley es una regla que se origina en el poder publico, cuyas características principales son la de ser
general, abstracta, permanente y coercible. Es general porque va dirigida a todos sin distinción
alguna; abstracta implica que no va dirigida a nadie en especial; permanente en atención a que se
mantiene con plena validez, es decir, de manera indefinida hasta que la misma sea revocada por los
mecanismos adecuados. A tales características debemos agregar el de estar provista de una sanción,
pues la Ley se define como una regla obligatoria emanada del poder Estatal y que en nuestro país,
aquella sólo la pueden elaborar órganos de carácter legislativo. La costumbre es el conjunto de usos
o hábitos comunes a una sociedad, a los cuales se les da carácter obligatorio. O sea, la costumbre
constituye una regla social que la propia colectividad estima obligatoria. Dentro de nuestra esfera
jurídica, la costumbre únicamente puede considerarse fuente del derecho si así lo señala una Ley.
La jurisprudencia se define como la interpretación que hacen los tribunales competentes al aplicar la
Ley a los supuestos en conflicto que se someten a su conocimiento. En México la jurisprudencia
judicial es la interpretación de la ley, firme y reiterada dé observancia obligatoria, que emana de las
ejecutorias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, funcionando en pleno o salas y por los
Tribunales Colegiados de Circuito.
Como puede apreciarse en la organización de la Suprema Corte de Justicia existen también
tribunales colegiados de circuito que, por mandato de la ley, pueden crear jurisprudencia la que, en
esencia, es igual de obligatoria para los tribunales inferiores.

En fin, el tema de la jurisprudencia es trascendental porque además de ser un conjunto de tesis que
constituyen un valioso material de orientación y enseñanza, también tiene por objeto señalarle a los
jueces la solución de multiplicidad de cuestiones jurídicas que contemplan, que suplen las lagunas y
deficiencias del orden jurídico positivo
En ese orden de ideas por ejemplo se ha establecido jurisprudencia sobre la interpretación de ciertas
palabras señaladas en alguna disposición jurídica, la que puede dar lugar a distintas traducciones, tal
podría ser el caso de lo que debe entenderse por "honestidad", para muchos es quizá sinónimo de
fama pública, pero para otros puede ser la forma personal de conducirse ante los demás. En ese
sentido la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sustentado lo siguiente. Es, "virtud positiva,
conciencia del propio pudor, y tal estado moral y modo de conducta apegado a ese estado".
Jurisprudencia la Sala (1437). Informe 1981 de la Suprema Corte de Justicia de la nación.
Tal opinión buena o mala expresada por más Alto Tribunal de nuestro país debe de ser seguida,
aceptada y aplicada por los organismos inferiores sujetos a su jerarquía.
La Doctrina constituye la serie de estudios que en el ámbito jurídico llevan, a cabo los investigadores
y los doctos de la ciencia jurídica. Sobre esto debe decirse, todos los estudios que realizan los
conocedores del derecho son sumamente útiles porque coadyuvan a desentrañar muchas dudas y
aclaran diversas cuestiones. Los puntos de vista de estudiosos del derecho o doctrinarios sólo tienen
valor si la Ley así lo dispone.
De lo anterior se desprende que la ley es la única fuente efectiva del derecho. La costumbre, la
jurisprudencia y la doctrina pueden también ser fuente en la medida y forma que así lo disponga la
propia Ley.
Como ha quedado precisado, el ordenamiento jurídico mexicano está basado fundamentalmente en
la legislación como fuente productora de normas, por lo que su Constituci6n Política constituye su
ley suprema, de ella y sin que puedan contravenirla se derivan todas las demás leyes secundarias
como pueden ser las reglamentarias, los códigos todas las disposiciones de carácter ha y en general
obligatorio.

ESCUELAS DE DERECHO POSITIVO

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Glosadores.-
La Escuela de Los Glosadores es un grupo de juristas vinculado a la recepción del Derecho
Romano Justinianeo en occidente, que se desarrolló desde fines del siglo XI, hasta mediados del
siglo XIII.
En el siglo X se produjo en Italia el redescubrimiento del Derecho Romano del Corpus Iuris Civilis
(Derecho Romano Justinianeo), que se encontraba en unos libros que el emperador de oriente
Justiniano había mandado a realizar en el siglo VI.
En este contexto de recepción de un orden jurídico desconocido surge esta escuela de juristas, a la
cual se le denominó "de los Glosadores" por utilizar principalmente la Glosa en sus análisis del
Corpus Iuris Civilis.
Al ser el Derecho Romano Justinianeo muy vasto y complejo, y al constituir un derecho nuevo en
occidente, se hizo necesario que alguien se encomendara a la tarea de aclarar su sentido para lograr
su comprensión y posterior aplicación en el contexto del Sacro Imperio romano Germánico, que se
sentía continuador de la tradición del Antiguo Imperio.
La escuela de los glosadores comenzó a desarrollarse a fines del siglo XI en la Universidad de
Bolonia, razón por la cual también se la conoce como "escuela de Bolonia". Dicha universidad había
sido creada en 1088 por el monje Irnerio y sus primeros profesores fueron los cultivadores de este
tipo de análisis jurídico.
La Glosa consistió en analizar un texto, aclarando y explicando el significado de sus palabras o
fragmentos, hasta llegar a hacer una interpretación general de éste. Es decir, la glosa en un primer
momento era de significado, luego lo fue de sentido. Así, pues, el método de la glosa experimentó un
desarrollo, originalmente fue una simple apuntación gramatical o lexicográfica, hasta llegar a ser una
explicación acerca de la razón del texto.
La ciencia cultivada por los glosadores, descansa en varios presupuestos.
Desde el punto de vista político, la glosa descansa sobre la idea de que si el Sacro Imperio romano
germánico era el continuador del Antiguo Imperio, el derecho de éste último debía ser también el
derecho del primero. Por tanto se consideró al Corpus Iuris Civilis como el derecho que debía regir
en el Sacro Imperio.
Desde el punto de vista dogmático, se desprende una idea muy relacionada con el presupuesto
político. Si el Corpus Iuris Civilis había sido derecho vigente en el Imperio romano, resultaba obvio
que en su continuador, el Sacro Imperio, también se le considerara de la misma manera.
Filosóficamente, la ciencia jurídica glosadora encontró su autoridad natural en el Derecho Romano
Justinianeo. Se le otorgó a este derecho tal autoridad, que fue el objeto de estudio casi exclusivo de
la ciencia de la época. El Corpus Iuris gozó de tanta admiración por parte de los Glosadores, que se
le consideró un regalo de Dios, una obra perfecta, y por lo tanto imposible de criticar. Incluso
cuando notaban errores en la obra Justinianea, como interpolaciones o contradicciones, la actitud
generalizada fue atribuir aquellas fallas a una falta cabal de comprensión de la obra por parte de los
mismos juristas y no a la obra en sí.
Desde una mirada científica, la escuela de los Glosadores se relaciona con el método utilizado por el
pensamiento escolástico, es decir, se inspiró en las artes del triuvium: gramática, retórica y
dialéctica.
La Glosa, en la práctica, se realizaba en los mismos textos que los juristas iban leyendo. De acuerdo
a en qué lugar de la hoja se hacía, se clasifica en Glosa Interlineal y Glosa Marginal.
Glosa Interlineal: Fue aquel tipo de glosa que se realizaba entre las líneas del texto. Por esto fue una
glosa breve, ya que el espacio para escribir entre línea y línea era reducido. Se limitó a citar
ejemplos, sinónimos, e incluso derivar al lector a otros pasajes del Corpus Iuris Civilis.
Glosa Marginal: Fue aquella glosa que se realizaba en los márgenes de las hojas. En consecuencia,
había más espacio para desarrollar las ideas, y por tanto, fue mucho más extensa que la Glosa
Interlineal
Al analizar este género jurídico desde el punto de vista de su finalidad, se pueden distinguir dos
tipos: un fin próximo y un fin lejano.
La finalidad próxima era explicar el contenido del Corpus Iuris Civilis para obtener un mejor
entendimiento de él al ser una obra muy extensa y compleja.

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La finalidad lejana era que, una vez aclarado y explicado su sentido, el Derecho Romano Justinianeo
se convirtiese en derecho vigente. Esta idea surge al tener el mismo ideario político que los
emperadores del Sacro Imperio.
Los Glosadores también cultivaron otros estilos jurídicos, como:
La Suma: Fue una versión resumida del Corpus Iuris de Justiniano, o de alguna de sus partes. La más
famosa fue la Summa Codici del jurista boloñés Azo.
Los Brocardos: Eran principios o máximas de derecho extraídas del Corpus Iuris, redactadas en
forma breve para su fácil memorización y aplicación. Un ejemplo claro es aquel brocardo que versa:
"A lo imposible nadie está obligado".
Los Vocabularios: Fueron verdaderos diccionarios jurídicos, donde se exponían palabras extraídas
del Corpus Iuris ordenadas alfabéticamente con sus significados.

Los Glosadores no sólo se abocaron a la tarea de aclarar el significado del Derecho Romano
Justinianeo, sino que también hicieron importantes aportes al estudio del derecho. Algunas tareas
relevantes desempeñadas por los Glosadores fueron:
Reconstruir el texto íntegro del Corpus Iuris Civilis a partir de todos los fragmentos conocidos. Ésta
fue una tarea previa a la glosa. Una vez completado el Corpus completo, recién pudo aclararse y
explicar su sentido.
Realizar una nueva clasificación del Corpus: Dividieron el Digesto en tres partes a medida que
lograban reconstruir sus partes. La primera que lograron reunir la llamaron simplemente 'Digesto', la
segunda la llamaron 'Digesto Nuevo' y la tercera, 'Infortiatum'. Reclasificaron el Código dejándolo
constituido de 9 libros en vez de 12. Crearon el 'Volumen', donde agruparon los 3 libros restantes del
Código junto con las Instituciones y las Novelas.
Separaron la enseñanza del derecho de las otras ramas del saber. Con los Glosadores volvieron a
occidente las escuelas de derecho.
A mediados del siglo XIII era tan grande la cantidad de Glosadores, que su tarea se fue desvirtuando.
Se creó gran confusión en la aplicación del derecho porque cada glosador podía interpretar
libremente, y de esta forma se fueron acumulando grandes cantidades de opiniones de diversa
naturaleza. Algunos glosadores afirmaban algo y otros lo contradecían. Incluso se llegó al extremo
de glosar las propias glosas.
Esta situación de inseguridad e incerteza jurídica fue superada en parte gracias al considerado último
Glosador: Francesco Accursio.
Accursio creó una gran obra jurídica: La Magna Glosa, que recopiló y ordenó las grandes cantidades
de glosas previas a su creación. Su prestigio fue tan grande, que muchas veces tuvo más importancia
que el propio Corpus Iuris Civilis, llegando a ser la glosa más usada en los tribunales.
No obstante este gran aporte de Accursio, la glosa ya había decaído, y con el correr del siglo XIII,
fue superada e incluso reemplazada por una segunda gran corriente jurídica: Los Comentaristas.

Escuela exegética.-
Los comentaristas del código Civil Francés de 1804, estuvieron de acuerdo en que, cuando los jueces
han de aplicar una ley expresa y clara, no hay necesidad de realizar juicios de valor en relación a lo
justa o injusta que podía ser una ley, sino aplicarla estrictamente; ahora bien, si el texto de la ley
tenía elementos que lo volvieran oscuro o dudoso, los jueces debían tratar de encontrar por medio
razonamiento la intención real del legislador, contraponiéndola con la expresión gramatical del texto,
siendo la primera la que debía prevalecer. Esta es la característica primordial del método exegético y
de la escuela de la Exégesis.

ITINERARIO DE UN EXEGETA EN SU TRABAJO:

CRITICA TEXTUAL. El objetivo es reconstruir lo más fielmente posible el texto original; tarea
compleja que se lleva a cabo reconstruyendo ante todo la historia de la transmisión del texto. La
crítica textual nos asegura que el texto bíblico fue especialmente respetado en cuanto texto sagrado.

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ANÁLISIS LITERARIO. Comprende tanto la lectura sincrónica del texto
(traducción, estudio de la composición, reconstrucción del ambiente vital), como la lectura
diacrónica que tiene la finalidad de ir más allá del texto actual para estudiar su formación (búsqueda
de las fuentes, historia de las formas e historia de la redacción). De importancia capital para señalar
la intención de un texto y su verdad es la determinación del género literario. Cada uno de estos
géneros no sólo se distingue por determinadas características de forma y de estilo, sino que tiene su
propia intención y su verdad, por ejemplo, las parábolas son un relato ficticio en donde todo el peso
se encamina hacia la comprensión de una verdad superior (la presencia del reino de Dios en la
acción de Jesús). Los relatos de milagros están estructurados de manera que pongan de relieve el
poder de Jesús. Los dichos enmarcados dentro de un relato llaman la atención sobre la palabra del
Señor. Estas breves alusiones bastan para demostrar hasta qué punto es esencial para comprender un
texto el conocimiento de su género literario.

CRÍTICA HISTÓRICA. La Biblia es el relato de la "historia de la salvación"


y por consiguiente, la realidad o no realidad de lo que en ella se narra no es
indiferente a su comprensión. La exégesis, que quiere comprender los evangelios, no
puede sustraerse de la tarea de valorarlos históricamente. La cuestión básica es
determinar algunos criterios que permitan distinguir lo que es histórico de lo
que no lo es.

Críticas contra la Exégesis Histórico-Crítica:


Es un saber reservado (posible para pocos), arqueológico y cerrado, porque
subraya la historicidad de la palabra, su individualidad, su vínculo con un tiempo
y ambiente determinado, aumentando la distancia entre el texto y el lector.
La exégesis corre el peligro de encerrarse en el pasado, ella tiene que ayudarnos a
encontrar en el texto un sentido abierto, no cerrado, pues la Biblia no es un texto
cerrado en el pasado, muerto; es más bien un libro que se mantiene perennemente
vivo dentro de una comunidad que lo lee continuamente.
El contexto histórico concreto en que nació el texto es de especial importancia,
pero no es el único contexto ni el único factor que contribuye a su significado.
La exégesis crítica, identifica demasiado el sentido del libro con la intención del
autor que lo ha escrito .La Biblia es más bien un mensaje que proviene de alguien
que quiere decirnos algo y en este caso es capital la intención, sin embargo, no es
menos cierto que el texto no se reduce simplemente a la intención del autor que lo
ha escrito; de todas formas, la finalidad de la exégesis no es reconstruir la
intención del autor, sino descubrir el sentido de su escrito; su escrito es la carta
que Dios nos dirige a nosotros.
Tiene una ilusión de objetividad, de poder llegar a la intención del autor, al texto
en sí, cuando en realidad ningún conocimiento histórico puede separarse del
sujeto, de su presente, de su cultura, es más, nunca es posible alcanzar el pasado
en sí mismo, lo que se puede alcanzar es un conocimiento del pasado.

• EXÉGESIS Y FE. Un problema de gran importancia es la relación entre la


exégesis hecha científicamente y la fe, muchos exegetas son al mismo tiempo
fieles a su ciencia y a su fe, lo que es también un problema. Según algunas formas
de Cristianismo, existen dos tipos de exégesis, la revelada y racional:
o La Exégesis revelada considera que el Espíritu Santo inspiró a los autores de
los textos de las escrituras, así que las palabras de estos textos llevan consigo una
revelación divina.
o La Exégesis racional se basa en la idea de que los autores han tenido su propia
inspiración, así que sus trabajos son resultado de la inteligencia humana.
Si un exegeta trabaja con una visión de la realidad en la que por principio no se
admite a Dios ni los milagros, frente a los datos evangélicos se comportará, aun

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usando el mismo método, de una forma bastante distinta que otro exegeta para el que
Dios y los milagros son nociones reales. La exégesis es una ciencia, pero tiene que ser
responsablemente asumida en la fe. La crítica literaria y la crítica histórica no
bastan para interpretar la Biblia; por sí solas no logran captar entre el follaje de
la letra los frutos del Espíritu (san Gregorio Magno). Finalmente, se debe tener
presente que la fe no es la única luz y que está a su vez su vez requiere la luz que le
viene de las diversas técnicas de la investigación.

EXEGÉSIS JURÍDICA.
El Método Exegético en lo jurídico es la utilización como procedimiento de
exposición, enseñanza, construcción científica o aplicación práctica del estudio
riguroso de los libros, capítulos y secciones de las leyes, bajo las doctrinas y métodos
de interpretación de la escuela exegética, la cual sostiene que frente a una ley oscura
o dudosa debe de recurrirse a la voluntad o intención del legislador que la dictó.
Características principales de la Escuela Exegética:
Culto al texto de la ley: con la creación del Código de Napoleón de 1804, se
consideró que estos estaban dotados de sabiduría y que no había necesidad de
interpretarlos, no cabía la posibilidad de la incertidumbre jurídica pues todo el
derecho estaba plasmado en la legislación; aspecto de la doctrina que pasó
inadvertido por muchos, debido al gran celo con que fue disimulado por los exegetas,
ya que si proclamamos la omnipotencia jurídica del legislador, proclamamos
deliberadamente nuestra sumisión incondicional al Estado.
Concepción iusnaturalista en cuanto a la Noción del Derecho: Los Exegetas
creyeron en la existencia de principios absolutos, inmutables, anteriores y superiores
a cualquier legislación positiva, tales como: la personalidad del hombre, el derecho a
la vida, a la libertad, a la propiedad, a la constitución de la familia y estos debían mantenerse
mientras no fueran descartados por la letra y el espíritu de la ley positiva.

La palabra exégesis significa "extrae el significado de" un texto dado. La exégesis suele ser
contrastada con la eiségesis, que significa insertar las interpretaciones personales en un texto dado.
En general, exégesis presupone un intento de ver el texto objetivamente,
mientras que eiségesis implica una visión más subjetiva.
La cuestión de la interpretación, lejos de haber sido solucionada por la escuela gramatical, comienza
a hacerse tópico en el siglo XIX después de la codificación napoleónica. El movimiento iluminista,
de la mano del racionalismo jurídico del siglo XVIII, creyó satisfechas sus aspiraciones con la
sanción de los códigos, creyendo crear leyes perfectas, claras y precisas, que habrían de suministrar
soluciones a todas las controversias humanas, entendiendo que desaparecería de esta forma el
problema de la interpretación, limitando a los jueces a la tarea mecánica y automática de aplicar tal
norma a tal punto que Montesquieu llegó a decir que los jueces “solo son la boca que pronuncian las
palabras de la ley, seres inanimados que no pueden debilitar ni la vigencia ni el rigor de ella”.1, se
dice, también que cuando Napoleón supo de la publicación de los primeros comentarios al código de
1804 exclamó: “Mi código está perdido”. Napoleón creía que sus proezas y grandes méritos
militares, quedarían en el olvido, pero no lo haría así su Código, que sería recordado universalmente
por su grandeza y completitud. Sin embargo, una vez iniciado el proceso de aplicación judicial, y su
correspondiente análisis fáctico, quedó en evidencia, que la codificación no podía hacer superflua a
la labor de interpretación, volviéndose inútil la tentativa de lograrlo.
Estos hechos, llevaron a los juristas de la época, ante la imposibilidad de evitar la interpretación o
explicarla convenientemente, a buscar un método perfecto, que aplicado a las leyes diera
automáticamente como resultado su verdadera interpretación, surge el denominado método
exegético. Éste, aplicando el método racional-deductivo –acto gnoseológico o acto de conciencia del
sujeto
que conoce. Es la intelección o intuición intelectual. Supone un contacto directo y estrecho entre el
sujeto y el objeto, ya que el último no revela su existencia a través de la intuición sensible sino que

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su esencia se percibe a través de la inteligencia o la razón; es decir, yendo de lo abstracto a lo
concreto2- llevó a
Francia al formalismo jurídico, entendiendo por el mismo una teoría de la interpretación jurídica, en
la que el poder legislativo tiene la fuerte virtud de la “plenitud hermética del ordenamiento
jurídico”3.
Los principales expositores de esta escuela fueron Photier, quien redactó el código de fundación
junto a Toullier, quien fue su comentarista; en su fase de apogeo (1830-1880) Buget, Duranton y
Aubri y Rau, y en su etapa de
decadencia (1880-1900) Baudry Lacantinierie.
Esta escuela tuvo como objeto, circunscribir la esfera de acción de los Jueces e intérpretes, dentro de
márgenes estrechos, dados por la ley, creyéndose consolidar así la seguridad jurídica en que estaba
interesada por sobre todas las cosas la sociedad francesa de la época.
Este método se caracterizó por recurrir al texto de la ley, es decir, que el intérprete debía abocarse
única y exclusivamente, a la aplicación de la misma, y no a interpretarla según tal o cual
subjetividad. El derecho, se resume a la ley, conocer la ley es conocer el derecho, porque la ley es el
derecho, se hizo culto al texto de la misma por considerarse única fuente del derecho.
Por tanto “no corresponde al intérprete indagar las costumbres, las
condiciones históricas, sociales y económicas, ni guiarse por el repertorio de
valoraciones y convicciones sociales vigentes, pues todo lo que sea ajeno a la
razón del legislador es extraño al derecho positivo”4.
Ante esta perspectiva, cabían tres posibilidades a la hora de ser analizadas las
leyes por el intérprete:

Que la ley sea clara y expresa.

Que la ley sea oscura o dudosa, presentando complicaciones al


momento de ser interpretada.

Que no exista ley expresa y específica sobre el punto.


En los casos en que la ley era clara y expresa, como mencionábamos anteriormente, no se presentaba
ninguna dificultad, puesto que el juez, prescindiendo de su propio juicio valorativo acerca de lo que
prescribe la norma –sea justa o injusta para él- , debe aplicarla estrictamente. Siguiendo el principio
dura lex, sed lex.
Si el texto de la ley, era oscuro, es decir, presentaba alguna duda a la hora de ser aplicada, el
intérprete debía recurrir a la interpretación gramatical y a la interpretación lógica para establecer su
sentido y alcance. La primera fue explicada en el punto anterior. Y la segunda, pretende desentrañar
por medio del razonamiento, el pensamiento real, psicológico del legislador al tiempo de dictar la
norma. Aplica el principio de ratio legis (razones de la ley), en ese sentido, las notas al código
comienzan a ser relevantes, como también los trabajos preparatorios y los debates parlamentarios
(son las que permiten contextualizar los pensamientos que quiso reflejar el legislador en el texto de
la norma). Al respecto Demente decía: “la voluntad del legislador es lo que constituye una ley. El
espíritu del legislador constituye una guía tan segura que a menudo es necesario hacerlo prevalecer
sobre sus términos, en el sentido de que no hay que admitir todas las consecuencias autorizadas por
la letra de la ley, ni desechar todas aquellas que no resulten de ella clara y necesariamente”.
En caso de que no exista ley para determinado caso, se acudía a la aplicación de leyes análogas, y
ante la ausencia de estas se debía recurrir a los Principios Generales del Derecho.
La aplicación de leyes análogas se fundaba en una interpretación de voluntad presunta del legislador
(siendo las situaciones iguales, el legislador hubiera consagrado una disposición igual: ubi eadem est
legis ratio, ibi eadem est legis
dispositio). En defecto de leyes análogas se recurría entonces, a los Principios
Generales del Derecho, aunque los intérpretes de esta escuela, se mantuvieron reacios a aplicar estos,
ya que esto significaba admitir la quiebra del sistema supuestamente omnicomprensivo (esto nos
recuerda al principio de efectividad

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del ordenamiento jurídico que se formula diciendo “ha de obedecerse al primer constituyente” que es
aquel del que emana un orden efectivo. Curiosamente, el Código Civil de nuestro país –según relata
Aftalión- fue sancionado en 1870 a “libro cerrado”, los juristas suelen obviar esta dificultad
confiriendo a Vélez Sarsfield la dignidad de “El legislador”)
En última instancia, se elaboraron ciertas máximas o adagios (llamadas también reglas para la
aplicación de la ley) para tratar de saber qué es lo que las normas querían expresar, a saber:
Donde la ley no distingue no debemos Distinguir .
No puede el intérprete en caso de enunciados generales, diferenciar a la hora de su aplicación. Es
decir, si la ley ha sido enunciada en términos generales, el intérprete no debe hacer distinciones para
aplicarla en unos casos y en otro no.
Cesando las razones de la ley, cesa su disposición.
Es cuando un legislador no ha tenido en cuenta algún caso a la hora de sancionada la norma, por lo
que no puede ser ésta contemplada por el intérprete, por más que pueda entenderse comprendida por
el enunciado de la misma. Es decir, que si el legislador, al momento de legislar, no ha previsto
ciertas cosas en la ley, aunque este complicada en su letra, no debe aplicarse. Es una excepción a la
anterior.
Lo que se dice de una cosa, se niega de otra; la inclusión de una, excluye
a la otra.
Se usa para demostrar que si la ley se refiere a un caso dado, lógicamente no
comprende a otros.
Con más razón todavía (“Argumentum a potiori”)
SI aplicamos el argumento por analogía, debemos resolver en forma idéntica todos los casos
similares que han sido contemplados en la ley. Es decir, si en el supuesto A, debe ser B, en atención
a ciertas cualidades de A, y s iC posee esas cualidades en mayor grado aún, la razón dice que en el
supuesto C debe ser B, a potiori.
Como conclusión creemos oportuno citar lo que el tratadista alemán Werner
Goldschmidt señala como notas distintivas de ésta escuela:
-El Derecho positivo lo es todo, y todo Derecho positivo está constituido por la
ley; culto al texto de la ley; sumisión absoluta.
-Interpretación dirigida a buscar la intención del legislador. Los códigos no
dejan nada al arbitrio del intérprete; éste no tiene por misión hacer el Derecho;
el Derecho está hecho.
-Descubierta esa intención y establecido el principio fundamental que consagre, es preciso obtener
todas las consecuencias, dar a la norma la extensión de que sea susceptible, sirviéndose de un
proceso deductivo; y sin más punto de apoyo que el raciocinio y la habilidad dialéctica.
-Se niega valor a la costumbre; las insuficiencias a la ley se salvan a través
de la misma mediante la analogía.
-Se tienen muy en cuenta los argumentos de autoridad, con el consiguiente
respeto a las obras de los antecesores.
-En suma, se atribuye al Derecho un carácter eminentemente estatal:"Dura
lex sed lex". Las leyes naturales sólo obligan en cuanto sean sancionadas por
las escritas.
La postura estrictamente exegética, estaba condenada al fracaso porque la
faena de desentrañar la voluntad o intención psicológica del legislador, aunque
pueda ser una interesante investigación histórica o biográfica, nunca puede ser erigida, con carácter
absoluto, en el criterio de verdad para la interpretación, entre otras razones porque hay leyes acerca
de las cuales sus autores nada han dicho, dice Aftalión anunciando el principio del fin.
Con la publicación de obra “método de interpretación y fuentes del derecho privado positivo” en el
año 1899, Gèny, le dará la partida de defunción a la exégesis, porque la va a incluir en su
metodología, ocasionando un cambio desde la concepción interpretativa intelectualista empirista
positivista (por apuntar ante todos a datos empíricos: las palabras de la ley y la intención psicológica
del legislador), propuesto por la escuela exegética, a un método intelectualista racionalista, que recae
en la concepción dogmática de la interpretación.

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Conclusión.-

Como pudimos ver en este trabajo hablamos de la escuelas del derecho positivo, que para saber del
derecho positivo tenemos que estar consientes de que el derecho positivo es el que esta vigente y en
el que se basan los juristas para la realización de leyes y de sus fuentes así pues para poderlo aplicar.
Dentro del derecho positivo encontramos algunas de sus escuelas como lo son los glosadores o los
exegetas.
En los glosadores pudimos ver la gran labor que realizaron con la interpretación de la obra de
Justiniano.
Los glosadores en si lo único que hicieron fue recopilar el digesto y tratar de interpretarlo y así
aplicarlo a su tiempo. Ahí están realizando un derecho positivo, porque lo hicieron vigente y lo
acoplaron a su época, basado en las fuentes, ya hayan sido historias o formales etc.
También hablamos del derecho positivo mexicano, que en realidad fue un poco difícil de entender
aunque pues así comprendí como es que se lleva acabo en México el poseso de legislación y
creación de leyes .
Ahora bien cuando hablamos de la escuela exegética o la exegesis podemos comprender por ejemplo
como cuando los jueces han de aplicar una ley expresa y clara, no hay necesidad de realizar juicios
de valor en relación a lo justa o injusta que podía ser una ley, sino aplicarla estrictamente; ahora
bien, si el texto de la ley tenía elementos que lo volvieran oscuro o dudoso, los jueces debían tratar
de encontrar por medio razonamiento la intención real del legislador, contraponiéndola con la
expresión gramatical del texto, siendo la primera la que debía prevalecer. Esta es la característica
primordial del método exegético y de la escuela de la Exégesis.

Me intereso hablar de este tema porque lo considere de suma importancia para la comprensión de
cómo crear, interpretar una ley basado en algunas de sus fuentes.
Y derecho positivo es el que se encontrara vigente en un lugar y tiempo determinado así que llegue
al entendido de que para la formación del derecho es necesario conocer sus fuentes y como se realiza
el derecho o como dicen en el derecho positivo es el creado por el hombre y yo concuerdo mas con
esto que con el derecho natural porque yo no creo que el derecho ya haya estado aquí en el planeta y
que el hombre solo tenga que ajustarse a el.

Bibliografía :
García Martínez Roberto
Instituciones de derecho privado
Eudeba
Buenos aires arg.
1986.

Ochoa Sánchez Miguel Ángel


Derecho positivo mexicano
Mc’graw Hill
México
1992.

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