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esta Ciudad; 4) OSCAR HÉCTOR CAMILIÓN, argentino, D.N.I. 4.491.576, nacido el 6 de enero de
1930 en la C.A.B.A., hijo de Oscar Juan CAMILIÓN y de Lucía FERNÁNDEZ, jubilado, con domicilio
en la calle Montevideo Nº 1597, piso 4º, de esta ciudad; 5) MARÍA JULIA ALSOGARAY, argentina,
DNI n°5.380.299, nacida el día 8 de octubre de 1942 en Capital Federal, de estado civil divorciada,
hija de Alvaro Carlos (f) y de Edith Gay (f), de profesión ingeniera industrial, domiciliada en Junín
1435 de esta Ciudad; 6) JOSÉ DOMINGO CORONEL, argentino, DNI n°8.133..011, de nacionalidad
argentina, nacido el día 12 de marzo de 1946 en Capital Federal, de estado civil casado, hijo de José
Domingo y de Alcira Moyano, con domicilio particular en la calle Obispo Salguero 115 1°B de la
Ciudad de Córdoba y Lavalle 750 13°A de la Ciudad de Buenos Aires, de profesión contador público;
7) RAÚL ALBERTO CASTELLINI, argentino, DNI n° 10.748.435, nacido el día 29 de abril de 1953 en
Funes, Departamento de Rosario, Provincia de Santa Fe, de estado civil soltero, hijo de Luis
Alberto (f) y de Chrimhilde Gisella Schmidt (v), de profesión ingeniero, domiciliado en Av. Coronel
Díaz 2636 3°A de esta Ciudad y fines de semana en Av. Rosario 971, Funes, Provincia de Santa Fe; 8)
HERIBERTO JORGE JOSÉ GERARDO BAEZA GONZÁLEZ, DNI n°6.846.117, nacido el día 9 de julio de
1931 en Guaymallén, Mendoza, hijo de Heriberto Baeza González y de Alicia García de Rosas, de
ocupación jubilado, domiciliado en Guido 2660 4° piso de esta Ciudad; 9) JOSÉ ALBERTO
TORZILLO, DNI n° 7.618.628, nacido el 7 de marzo de 1949 en Tandil, Provincia de Buenos Aires,
hijo de José (f) y de Delmira Graciana Colombo (f), de profesión contador público, domiciliado en
Arribeños 1774, unidad 5 de esta Ciudad; 10) ENRIQUE KAPLAN, argentino, DNI n°4.524.696, nacido
el día 29 de enero de 1944 en Zárate, Provincia de Buenos Aires, hijo de Lázaro (f) y de Clara
Barisnik (f), desocupado, domiciliado en Soldado de la Independencia 850 1°A de esta Ciudad.
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VISTOS Y CONSIDERANDO:
I. La querella formuló requerimiento parcial de elevación a juicio a fs. 7626/97
respecto de las personas identificadas en los puntos 1 a 9 y a fs. 7963/95 respecto de Enrique
Kaplan, sin perjuicio de la prosecución del trámite de la presente causa en relación con los
imputados cuya situación procesal no ha sido resuelta. Lo propio hizo el titular de la Fiscalía
Federal n°11 a fs. 7926/50 y 8146/51, respectivamente.
Al expedirse respecto de la vista conferida en los términos del artículo 349 del
Código Procesal, se opusieron a la elevación a juicio las defensas de Cavallo (fs. 8017/9) , Granillo
Ocampo (fs. 8044/79), Coronel (fs. 8084/94), Castellini (fs. 8095/99), Torzillo (fs. 8126/30) y Kaplan
(fs. 8174/8208).
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Cfr. decretos secretos Nro.2.452/55,5315/56,4139/69yleyes secretas Nro.18.302/69,19.867/72,20.659/74,21.627/77y22.085/79.-
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Poder Judicial de la Nación
El Sr. Agente Fiscal analizó más adelante los elementos de prueba colectados en la
causa y brindó las razones por las cuales la maniobra general investigada estaba debidamente
acreditada para proceder a elevar la causa a la etapa plenaria:
“… dada la complejidad de la maniobra de sustracción que integra el objeto
procesal de la presente investigación, se habrán de exponer los fundamentos por los que se la
considera debidamente acreditada, respetando la cronología según la cual fue ideada, instaurada y
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Nación cancela con alguno de los medios previstos la orden de pago (transferencia bancaria a la
cuenta del acreedor generalmente).
“El mecanismo descripto, faculta a los organismos públicos a administrar partidas
presupuestarias en la cuenta única del estado con fondos cuya liberación sólo puede acordarse
mediante la emisión de una orden de pago que se cancela en la cuenta del acreedor, no teniendo
en ningún caso la posibilidad de administrar dinero en efectivo ni poseer cuentas que permitan a
sus titulares disponer fondos en tal forma.
“Ahora bien, a diferencia de la ejecución descripta, cuando los fondos que le son
asignados a los organismos resultan ser de carácter reservado, éstos deben presentar una orden
de pago confeccionada en un formulario especial -firmada por el secretario administrativo, el
director administrativo y el responsable contable del organismo- ante la Contaduría General de la
Nación, quien previo a confirmar la posibilidad de pago -verificar la existencia del crédito
presupuestario, de la cuota correspondiente y de constatar que hayan firmado las personas
obligadas a hacerlo- remite la orden de pago a la Tesorería General de la Nación para que realice la
entrega a través del Banco Nación, depositando el dinero directamente en la cuenta de los
organismos, quienes tienen acceso directo al efectivo, no poseyendo la Contaduría ni la Tesorería
General de la Nación registro del uso efectivo de esos fondos, ni de su destino.
“De lo expuesto, se infiere que en el sistema contable del estado sólo quedan
registrados, con expresa mención de su destino, los fondos públicos al ser acreditados en la
cuenta autorizada de algún proveedor, pero no así los reservados, en los que la transferencia
bancaria a la cuenta del organismo receptor es suficiente para considerar que se ha producido el
gasto, sin interesar qué ha ocurrido con los fondos o qué aplicación han tenido.
“Otra particularidad del régimen de ejecución de las partidas de fondos
reservados, se advierte en los organismos autorizados a administrarlas, los cuales debían tener
funciones vinculadas a la Seguridad del Estado -Cfr. decreto secreto Nro. 5315/56- y se encontraban
enumerados taxativamente por la ley secreta Nro. 18.302/69, siendo éstos la Unidad de
Organización-Presidencia de la Nación, el Comando Jefe del Ejercito, el Comando Jefe de la
Armada, el Comando Jefe de la Fuerza Aérea, la Secretaría de Informaciones de Estado, la
Dirección Nacional de Gendarmería, la Prefectura Nacional Marítima, la Policía Federal y la
Dirección Nacional del Servicio Penitenciario Federal, habiéndose agregado posteriormente La
Junta de Comandantes en Jefe (Estado Mayor Conjunto) -Ley 19.867/72- el Ministerio de Defensa -
Ley 20.659/74-, el Ministerio de Planeamiento -Ley 21.627/77- y el Ministerio del Interior -Ley
22.085/79-.
“Así las cosas, el acceso al dinero en efectivo que poseían tales organismos del
Poder Ejecutivo sumado a la inexistencia de sistemas de control financiero o contable que puedan
alertar acerca de posibles irregularidades en su administración, explica porqué se recurrió a las
partidas de fondos reservados para utilizarlas a los fines ilícitos investigados en autos.
“En lo sucesivo, se expondrá cómo fueron obtenidas las sumas necesarias para
conformar el fondo de dinero efectivo que posibilitó solventar el sistema de sustracción de
marras.
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habían sido presupuestadas para otros organismos2 y funciones del Estado (Cfr. Resolución de la
OA Nro. 849/04 de fs. 426/58Vta. y normas remitidas por la Secretaría Legal y Técnica de la
Presidencia de la Nación a fs. 2297/2299 y 2317/8).
“Como resultado de tales decisiones, se incrementó considerablemente el total
anual de fondos reservados del Estado Nacional durante el período analizado, pues la suma de
$143.212.500 utilizada en 1989, ascendió a $283.755.900 en 1991, a $398.632.500 en 1994 y se
mantuvo en la franja de los $350/400 millones en los ejercicios posteriores hasta 1999 (Cfr. fs. 1233
y 1211 Vta.).
“En función a lo argumentado hasta el momento, puede concluirse que si las leyes
de presupuesto contemplaban el total de gastos reservados que se estimaban necesarios en cada
ejercicio financiero, el constante incremento de esas partidas durante la ejecución del presupuesto
resulta indicador de que una parte de esos fondos fue utilizada para alimentar el sistema de
sustracción investigado en autos, máxime si se contempla que a dicho dinero se accedía en
efectivo y sin el requisito de la rendición de cuentas sobre su destino final.
“Abonan lo expuesto, los extremos vertidos por el citado contador Popritkin,
quien del análisis de los fondos reservados de los años 1988 a 2001 concluyó que existieron serias
falencias en los sistemas de control en los más altos niveles jerárquicos de los organismos
receptores que facilitaron su utilización para fines ajenos al interés del Estado (Cfr. fs.1212) y que
ello habría obedecido en parte a la inexistencia de documentación que acredite el destino de los
mismos (Cfr. fs.1264).
“Ahora bien, habiendo explicado porqué se recurrió a las partidas de fondos
reservados y cómo fueron obtenidas las sumas necesarias a los fines ilícitos investigados en autos,
este Ministerio Público se habrá de avocar en lo sucesivo a la etapa final del sistema de sustracción
al que se viene haciendo referencia.
“En esa dirección, la prueba recabada en el sumario indica que el fondo general de
dinero en efectivo que se conformaba en la forma anteriormente expuesta, fue aprovisionado
originalmente en la Secretaría General de la Presidencia (1989/1994) y luego, desde su creación en
reemplazo de aquella, en la Jefatura de Gabinete de Ministros (1994/1999), y que desde allí se
distribuía mensualmente a los titulares de los distintos Ministerios y Secretarías de Estado, quienes
se encargaban de poner los fondos definitivamente fuera de la esfera de custodia de la
administración, ya sea apropiándose de su totalidad o haciéndolo respecto de una parte y
otorgándole a los funcionarios de menor jerarquía la posibilidad de sustraer la restante.
“Diversos testimonios recabados durante la instrucción han sido contestes en tal
sentido, pudiendo citarse ejemplificativamente los dichos juramentados de Wilfren Roberto
Martínez Medina, Secretario Privado del ex Ministro de Justicia Raúl Enrique Granillo Ocampo3, de
los choferes del Ministerio de Justicia y de la Secretaría de Recursos Naturales respectivamente,
Valentín Alberto Torrilla y Pablo Juan Kozlowski, de las Secretarias de la Jefatura de Gabinete de
2
Tales como los Ministerios de Economía e Interior, la Secretaría General de la Presidencia y la Jefatura de Gabinete.
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Tanto en el presente sumario como en la causa seguida a María Julia Alsogaray por el delito de enriquecimiento ilícito
(Nro. 648 del TOCF 4 de esta ciudad).-
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Ministros Dora Di Pasquo y Judith Vaio y del Secretario Privado de la Dirección de la Comisión
Nacional de Valores, Adrián Eduardo De Santis.
“En idéntica dirección, se cuenta con las expresiones vertidas en sus respectivas
declaraciones indagatorias por los imputados María Julia Alsogaray (fs. 6514/27), Mabel Behal (fs.
6450/6460Vta.) y Raúl Alberto Castellini (fs. 6528/36), entre otros.
“Nuevamente lo afirmado ha sido corroborado en lo sustancial por el perito
contador Alfredo Rubén Popritkin al elaborar el informe técnico glosado a fs. 1260/71, en el que
sostuvo que el fondo general para sobresueldos “ha funcionado primero en la Secretaría General
de la Presidencia y, más tarde, en su reemplazo, en la Jefatura de Gabinete, a partir de su
creación”, expresando asimismo que “estos organismos han abastecido de Sobresueldos a los
distintos Ministerios y Secretarías del Estado Nacional” y que desde allí “se han atendido las
necesidades de financiamiento del Fondo de Sobresueldos del Ministerio de Economía, que ha
abastecido a los funcionarios del Banco de la Nación Argentina”.
“Sin intentar ahondar sobre cuestiones que serán abordadas al tratar la situación
de cada uno de los imputados en particular, resta mencionar que las jurisdicciones del Poder
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Ejecutivo donde se remitieron fondos reservados para su sustracción fueron los Ministerios de
Economía, Justicia, Trabajo, Interior y Educación, el Banco Nación, la Secretaría de Recursos
Naturales y Desarrollo Sustentable de la Presidencia de la Nación, la Subsecretaría de Acción de
Gobierno de la Secretaría General y la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación.
“En efecto, en el sumario se determinó que a dichas jurisdicciones arribaba
mensualmente una suma de dinero en efectivo que era generalmente recibida por los Titulares de
las mismas, quienes o bien la sustraían en su totalidad o bien lo hacían respecto de una parte,
otorgando la posibilidad a los funcionarios a su cargo de hacerlo respecto de la restante4.
“La misma operatoria, fue también implementada en el ámbito del Ministerio de
Defensa de la Nación, pero al tratarse de uno de los organismos autorizados a administrar fondos
reservados de acuerdo a lo establecido en el Art. 28 de la ley 20.659, las sumas sustraídas no
provenían de la Secretaría General de la Presidencia ni de la Jefatura de Gabinete, sino que
pertenecían a las partidas que en tal concepto le eran asignadas anualmente a dicha cartera por
Ley de Presupuesto.
“Los lineamientos trazados hasta aquí permiten tener por acreditada, con el grado
de provisionalidad característico de esta etapa, la maniobra de sustracción investigada en la
presente, esto es, la plataforma fáctica dentro de la cual tuvo lugar la conducta reprochada a los
imputados. En lo sucesivo, se habrá de profundizar el análisis desarrollado con respecto al
comportamiento exteriorizado por cada uno de ellos en tanto implicó un aporte a dicha
maniobra”.
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Ver declaraciones testimoniales e indagatorias recibidas, las declaraciones juradas patrimoniales y de impuesto a las
ganancias a las que se tuvo acceso, los informes técnico contable practicados al respecto y los que fueron remitidos por
distintos organismos del Estado a requerimiento de este Ministerio Público, entre otros.-
7
Sobre la base de este cuadro general de imputación, el Fiscal hizo referencia a la
calificación legal de los hechos y a los elementos de prueba en los cuales sustentaba su postura de
elevar a juicio las actuaciones. Así lo explicó:
“De la calificación Legal y la responsabilidad de los imputados. A criterio de este
Ministerio Público el evento que integra el objeto procesal de la presente, descripto en forma
genérica en el acápite II y puntualmente respecto de cada imputado en el punto III, reúne los
elementos típicos de la figura de peculado prevista por el Art. 261 primer párrafo del Código Penal
y por la cual deberán responder en carácter de autores Carlos Saúl Menem y Oscar Héctor
Camilion mientras que como partícipes necesarios deberán hacerlo Domingo Felipe Cavallo, Raúl
Enrique Granillo Ocampo, María Julia Alsogaray, Raúl Alberto Castellini, Heriberto Baeza González,
José Alberto Torzillo y José Domingo Coronel (art. 45 del ordenamiento de fondo).
“Para fundamentar dicho encuadre normativo, se habrán de exponer en primer
término las exigencias típicas de la figura de peculado, para luego aplicarlas al caso en concreto y
exponer sucintamente la responsabilidad de los distintos imputados.
“En esa dirección, cabe señalar liminarmente que la primer parte del Art. 261 del
Código Penal castiga al funcionario público que “substrajere caudales o efectos cuya
administración, percepción o custodia le haya sido confiada por razón de su cargo”.
“La acción reprimida resulta ser la de sustraer, que remite a la idea de que el objeto
debe ser separado o apartado de la esfera de la administración pública en la que legalmente se
encuentra, es decir, ponerlo fuera del alcance de la custodia en que fue colocado, con
prescindencia de que el funcionario haya querido incorporarlos a su propia tenencia o los haya
dispuesto como podría hacerlo su dueño, puesto que, como acertadamente expresa Creus,
sustrae el que quita, aparta, separa o extrae la cosa de la esfera de custodia en que se encuentra,
aunque no lo haya regido por aquellas direcciones de la voluntad5.
“Lo relevante en este delito es, entonces, que se aparta, se separa o se extrae, sin
perjuicio de la existencia o no de la finalidad en particular -de apoderamiento, apropiación e
incluso de restitución- que excede la mera vulneración del vínculo administrativo en cuestión6. En
efecto, a diferencia de los conceptos de apropiación o apoderamiento donde se exige que el bien
ingrese en el ámbito patrimonial propio del sujeto o de un tercero, para consumar la sustracción
analizada sólo se requiere que el bien sea quitado de la esfera de custodia confiada al autor.
“En lo que respecta al objeto del delito, los caudales o efectos a los que se refiere
la figura analizada deben pertenecer a la administración pública, esto es, tratarse de bienes
públicos y el detrimento patrimonial debe producirse a las arcas del Estado.
“A su vez, el sujeto activo debe tratarse de un funcionario público7 que se
encuentre en una especial relación funcional con el bien en cuestión, es decir, que sólo puede ser
quien en razón de su cargo se le ha confiado la administración, percepción o custodia de caudales
o efectos públicos, entendiéndose a la administración como la facultad administrativa de aplicar
5
Cámara Nacional de Casación Penal, Sala II (Madueño-Fégoli-Mitchell), Reg. 2933.2, Causa Nro. 2256 “López Hugo Luís
s/ recurso de casación”, Rta. 5/11/99.-
6
D´Alessio Andrés, “Código Penal. Anotado y Comentado”, Edit. La Ley, Año 2004, Pajs. 840/841.
7
Todo el que participa accidental o permanentemente del ejercicio de funciones públicas, sea por elección popular o por
nombramiento de autoridad competente (Art. 77 del CP).
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los bienes a las finalidades legalmente determinadas, es decir que se debe tener la facultad de
disposición sobre ellos, a la percepción como la facultad de recibir bienes para la administración
pública, para ingresarlos o reingresarlos y, finalmente, a la custodia como la actividad de cuidado y
vigilancia de los bienes, la cual requiere que el funcionario detente la tenencia material o al menos
simbólica de ellos.
“De lo expuesto, se sigue que el funcionario incompetente para realizar esas
funciones no puede ingresar en el círculo del peculado, aun en el supuesto de que los bienes le
hayan sido confiados por el sólo hecho de ser funcionario, por cuanto el peculado es una especial
violación de los deberes del cargo y únicamente se puede dar cuando la entrega de los bienes
quede comprendida en la competencia propia de aquel8.
“Sin perjuicio de tales cualidades, que hacen al peculado un delito especial en el
que el sujeto activo debe reunir determinadas calidades sin las cuales el delito no es posible, no se
excluyen los principios de cooperación delictuosa, pudiendo ser participe primario quien no reúna
en sí la calidad de funcionario público con manejo de bienes requerido para el autor, si se acepta
que la complicidad primaria abarca toda intervención necesaria en el delito por la que se pone una
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condición de resultado, sin cumplir la acción típica reservada al autor y coautor, y teniendo en
cuenta que las calidades personales típicas se comunican a los efectos de la agravación de la
penalidad, si son conocidas por el partícipe9.
“Ahora bien, si trasladamos lo expuesto a la hipótesis de hecho que integra el
objeto procesal de la presente, vemos que se adecua plenamente a la figura en estudio, puesto
que se trató de una compleja maniobra delictiva mediante la cual se apartaron sistemáticamente
fondos reservados de la esfera de custodia de la administración pública en la que legalmente se
encontraban, la cual, al obedecer a un idéntico plan delictivo, debe ser considerada como un delito
único que perduró en el tiempo y que atravesó distintas etapas.
“Asimismo, contó con la participación de numerosos funcionarios, cada uno de los
cuales lo hizo en un estadio particular de la evolución del ilícito y con una tarea determinada,
pudiendo discriminarse, a los fines de la responsabilidad, la actividad de quienes que tenían a su
cargo la administración de tales fondos de quienes no poseían esa cualidad, pero brindaron un
aporte ineludible para su sustracción.
“Dentro del primer grupo de imputados se encuentra la máxima autoridad del
Poder Ejecutivo Nacional, Carlos Saúl Menem, quien ideó, implementó y bregó por sostener en el
tiempo dicho sistema de sustracción, y el ex Ministro de Defensa Oscar Héctor Camilión, quien
tenía a su cargo la administración de los fondos reservados que fueron objeto de sustracción en el
ámbito de la cartera a su cargo.
“La responsabilidad del ex Presidente encuentra fundamento en nuestra Carta
Magna, que en su versión anterior establecía que el Presidente de la Nación ejercía la titularidad
del Poder Ejecutivo de modo unipersonal y tenía a su cargo la administración general del país, de
recaudación de las rentas nacionales y de ejecución del Presupuesto (Art. 86, Incs. 1 y 13).
8
Carlos Creus, Delitos Contra la Administración Pública, Editorial Astrea, año 1981, Pag. 229/330.
9
CCC Fed. Sala II Valerga Aráoz, D´alessio y Ledesma, “Ministerio de Justicia s/ denuncia” Rta. 6/06/86, en Boletín de
Jurisprudencia, Año 1986, Nro. 2, Pag. 310.-
9
Asimismo, la reforma de 1994 agregó que dicha figura “es el jefe supremo de la Nación, jefe del
gobierno y responsable político de la administración general del país” (Art. 99, Inc. 1); que
“supervisa el ejercicio de la facultad del jefe de gabinete de ministros respecto de la recaudación
de las rentas de la Nación y de su inversión, con arreglo a la ley o presupuesto de gastos
nacionales” (Art. 99, Inc. 10) y que “puede pedir al jefe de gabinete de ministros y a los jefes de
todos los ramos y departamentos de la administración, y por su conducto a los demás empleados,
los informes que crea convenientes, y ellos están obligados a darlos” (Art. 99, inc. 17).
“De acuerdo a tales prerrogativas constitucionales, resulta evidente que solo el
único titular del Poder Ejecutivo podía tomar la decisión de implementar un sistema ilícito como el
descripto, que prevea el actuar coordinado de Ministros, Secretarios y Subsecretarios de Estado, y
de impartir las ordenes necesarias para su ejecución y subsistencia en el tiempo.
“En el caso del ex Ministro de Defensa Camilión, su responsabilidad como autor se
fundamenta en el contenido del Art. 28 de la ley 20.659 que en fecha 28 de marzo de 1974
incorporó a la cartera a su cargo como organismo autorizado por la ley 18.302/6910 para la
inclusión en su presupuesto de créditos administrados de acuerdo al régimen establecido en el
decreto-ley Nro. 5315/56, esto es, a la utilización de fondos de carácter reservados en servicios
atinentes a la “Seguridad de la Nación”.
“En lo que respecta al segundo grupo de imputados a los que se hiciera referencia
anteriormente, esto es, quienes no reunían las cualidades necesarias para ser considerados
autores pero se encargaron de ceder fondos públicos de la cartera a su cargo para engrosar los
fondos reservados de otras jurisdicciones para que luego fueran sustraídos -Raúl Enrique Granillo
Ocampo- o de poner a éstos últimos fuera de la esfera de custodia de la administración pública, ya
sea distribuyéndolos en las diferentes jurisdicciones del Poder Ejecutivo Nacional -Domingo Felipe
Cavallo, María Julia Alsogaray, José Domingo Coronel, Raúl Alberto Castellini, Heriberto Baeza
González y José Alberto Torzillo- o sustrayéndolos para sí -Domingo Felipe Cavallo, Raúl Enrique
Granillo Ocampo, María Julia Alsogaray, Heriberto Baeza González y José Alberto Torzillo-, serán
considerados partícipes necesarios, en tanto su actividad implicó un aporte ineludible para apartar
los fondos de la esfera de custodia de la administración pública en la que legalmente se
encontraban.
“A su vez, corresponde poner de manifiesto que aún cuando al momento de
formular los respectivos reproches existen supuestos en los cuales a una misma persona se le
imputaron diferentes conductas, en realidad nos encontramos ante un único hecho ilícito y cada
una de esas conductas deben ser consideradas como una forma de aportar a su ejecución, no
implicando en ningún caso una reiteración delictiva.
“Ahora bien, sin perjuicio de las especificaciones que se efectuarán al tratar la
responsabilidad de cada uno de los imputados en particular, cabe señalar que tanto las
características principales de la maniobra de sustracción investigada -entidad, permanencia en el
tiempo y cuantía de los funcionarios intervinientes-, cuanto las condiciones personales de las
10
Que incluíatambién laUnidadde Organización – Presidencia delaNación; elComando Jefe delEjercito;el ComandoJefe de laArmada;el ComandoJefe dela
FuerzaAérea;laSecretaríadeInteligenciadelEstado;laDirecciónNacionaldeGendarmería,PrefecturaNacionalMarítima;PolicíaFederalylaDirecciónNacionaldel
ServicioPenitenciarioFederal.-
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“DE LA PRUEBA. A fin de hacer más clara la lectura del presente, dada la cantidad y
complejidad del material reunido, como también de los hechos investigados, en este apartado
sólo se mencionará la prueba colectada, dejando su valoración para el momento en que se
analicen la materialidad de los hechos y la responsabilidad de cada uno de los imputados.-
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1) Declaraciones testimoniales:
Las personas que prestaron declaración testimonial en autos son:
- Wilfren Roberto Martínez Medina (fs. 9/11Vta., 47/Vta., 100/Vta., 222/3 y 1515/Vta.).
- Valentín Alberto Torrilla (fs. 17/8 y fs. 787/8).
- Graciela Susana Ponte (30/4).
- Judith Rosario Vaio (fs. 40/1/Vta.).
- Sandra Marcela Speranza (42/3).
- Mónica Graciela Gallina (fs. 44/5Vta.).
- Dora Ofelia Di Pasquo (fs. 171/2Vta. y 856/Vta).
- Alejandro Héctor García (fs. 271/Vta.).
- Adrián Eduardo De Santis (fs. 771/4).
- Pedro López (fs. 803/4).
- Raúl Tarcisio Peralta (fs. 885/6Vta. y 1487).
- Carlos Jorge Bernardello (fs. 887/8 y 1486).
- Lidia Angélica Gibellieri (fs. 1028/9).
- Haydee Antón (fs. 1037/Vta.).
- Héctor Daniel de Arriba (fs. 1150/1).
- Roberto Edgardo Tolosa (fs. 1152, 3964/Vta.).
- Alfredo Rubén Popritkin (1281/2).
- Pablo Juan Kozlowski (fs. 1283/4).
- Héctor Daniel Bravo (fs. 1313/4).
- Álvaro Javier Erize (fs. 1423/4).
- Juan Pablo Kozlowski (fs. 1451/2).
- Elisa María Avelina Carrió (fs. 1510/11).
- Cesar Sergio Duró (fs. 1512/3Vta.).
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- Nelida Susana Vega de Barrio (fs. 1610/11).
- José Gabriel Dumont (fs. 1863/90Vta.).
- Roberto Di Martino (fs. 2180/Vta.).
- Raúl Enrique Rigo (fs. 2263/4).
- Ernesto Mario Furlone (fs. 3451/2).
- Fernando De La Rúa (fs. 3723/4Vta.).
2) Informes:
- Informe del Ministerio de Defensa (fs. 643/4).
- Informes de la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación (fs. 944, 2297/9, 2317/8)
- Informe del Banco Nación de fs. 1156/61.-
- Informe y constancias aportadas por la AFIP a fs. 1240/53.-
- Informe técnico presentado por el Dr. Alfredo R. Popritkin (fs. 1260/1271).
- Informe del Ministerio de Relaciones Exteriores (fs. 1287/90).
- Informe Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia (fs. 1292/5).
- Informe de la Secretaría de Presupuesto del Ministerio de Economía (fs. 1537/40).
- Informes del Ministerio de Economía (fs. 1550/7, 1576/89, 1694/1722, 1773/8, 2078/86, 2259/Vta.,
2382/3, 2388/92, 2717/Vta., 3676/80).
- Informe de la Comisión Técnica Asesora Pública Salarial del Sector Público (fs. 2393/7).
- Informe del Ministerio de Defensa (fs. 2610/15).
- Informe del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (fs. 3889/90).
3) Testimonios:
- Testimonios de la causa Nro. 648, caratulada “Alsogaray María Julia s/ enriquecimiento ilícito”,
del registro del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nro. 4 de esta ciudad (fs. 105/114, 116/165,
327/395, 1123/47 y 4546/93).
- Testimonios de la causa Nro. 512/01, caratulada “NN sobre malversación de caudales públicos”,
del registro del Juzgado Federal Nro. 3 Secretaría Nro. 6 (fs. 491/559, 1210/34).
- Testimonios de la causa Nro. 8830, caratulada “Sarlenga, Luis s/ contrabando de armas y material
bélico” del registro del Juzgado Nacional en lo Penal Económico Nro. 3 (fs. 602/18, 623/7).
- Testimonios de la causa Nro. 3418/02 (fs. 1148).
- Testimonios de la causa Nro. 9235, caratulada “Menem Carlos Saúl s/ enriquecimiento ilícito” del
registro del Juzgado Nacional en lo Penal Económico Nro. 3, Secretaría Nro. 6 (fs. 1275/9)
- Testimonios de la causa Nro. 19.344/03, caratulada “NN sobre delito de acción pública”, del
registro del Juzgado Federal Nro. 7 Secretaría Nro. 13 (fs. 3787/96).
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5) Documentación reservada:
En cuanto a la documentación que obra reservada en el marco de la presente, habida cuenta de su
cuantía, considera este Ministerio Público que corresponde remitirse a las certificaciones que a su
respecto han sido efectuadas en autos -fs. 4922/24Vta., 4936/4948Vta., 4954/5, 5040/5054,
5057/5063Vta. y 5106/5145Vta.- y al detalle efectuado en cada una de las declaraciones
indagatorias materializadas, a fin de evitar una trascripción que torne verdaderamente tediosa la
USO OFICIAL
13
“En otras palabras, para compensar las distorsiones o los desajustes salariales
entre las distintas jerarquías del P.E.N. (según los dichos de algunos imputados) se recurrió a un
medio ilegal.
“En esta instancia del proceso resulta indudable que las conclusiones arribadas en
la sentencia dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal nº 4 en la citada causa nro. 648,
respecto a que funcionarios de la más alta jerarquía de la administración pública nacional que
cumplieron funciones durante las presidencias del Dr. Carlos S. MENEM se encontraban
involucrados “en un flujo irregular de dinero extraídos de las cuentas de fondos reservados
previstos en la ley secreta 18.302”, se han visto plenamente comprobadas en el transcurso de la
presente investigación en donde pudo ser develado el real alcance y la dimensión de la maniobra.
En efecto, se ha podido determinar la existencia de un consolidado sistema de sustracción de
fondos públicos elaborado y puesto en práctica por parte de las máximas autoridades del P.E.N.,
con intervención del propio ex presidente, mediante el cual, bajo el pretendido amparo de las
disposiciones de la citada ley secreta, se destinó dinero público que fue entregado sin control
alguno y con absoluta informalidad y discrecionalidad a manos de funcionarios públicos para
alimentar sus bolsillos.
“Debemos aquí señalar que el carácter reservado de esos gastos y el régimen
específico y diferenciado en su ejecución respecto de las partidas presupuestarias, resultó ser
plenamente funcional al desarrollo de ese sistema ilegítimo”.
14
Poder Judicial de la Nación
ingresos “en virtud de la Ley 18.302 (S)”. Esa circunstancia se advirtió, cuanto menos, en las
declaraciones efectuadas por los siguientes ex funcionarios:
- Domingo Felipe CAVALLO (1991, 1992 y 1993), ex Ministro de Economía;
- Juan SCHIARETTI (1992 y 1993), ex. Secretario de Industria y Comercio de ese Ministerio;
- Carlos SÁNCHEZ (1993, 1994 y 1995), ex Subsecretario de Economía y ex Secretario de Comercio e
Inversiones de esa cartera;
- Guillermo HARTENECK (1993 y 1994), ex Subsecretario de Inversiones de ese Ministerio;
- Joaquín Alberto COTTANI (1993), ex Subsecretario de Financiamiento de esa cartera;
- Alfredo ALDACO (1994), ex Director de Integración Económica del B.N.A.;
- Enrique Miguel N’HAUX (1994), ex asesor del directorio del B.N.A.;
- Ricardo Juan A. COSSIO (1992), ex Director de la D.G.I.;
- Raúl Eduardo GARCÍA (1992 y 1993), ex Subsecretario de Combustibles y ex Presidente del
ENARGAS;
- José Armando CARO FIGUEROA (1995), ex Ministro de Trabajo y Seguridad Social;
- Elías JASSAN (1994), ex Secretario de Justicia;
USO OFICIAL
15
organismos autorizados a recibirlos hacia otras dependencias que carecían de tales recursos, por
resultar ajenas a las tareas de inteligencia y seguridad del Estado a las que están destinados
legalmente.
“1.2) Actos oficiales en los que se reconoció la utilización de fondos reservados
para el pago de sobresueldos:
“Como se hizo referencia en el punto anterior y con relación a los sucesos que
ratifican la percepción de esas sumas por parte de los altos funcionarios, debe narrarse lo ocurrido
en: a) una reunión del Gabinete de Ministros celebrada a fines de 1992 o principios de 1993; b) una
reunión de Gabinete en el seno del Ministerio de Economía Obras y Servicios Públicos llevada a
cabo a fines de 1991 o principios de 1992; y c) la reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda
de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, celebrada el 16 de marzo de 1994.
11
El nombrado reconoció la existencia de dicha reunión.
16
Poder Judicial de la Nación
1331/1346) deja entrever que la percepción de sumas provenientes de F.R. por parte de altos
funcionarios del P.E.N. no abarcaba casos puntuales, sino que era una situación generalizada.
“Concretamente, es dable mencionar que uno de los legisladores allí presentes citó
el reportaje realizado por el diario “Página/12” al entonces Secretario de Ingresos Públicos, quien
luego de ser interrogado sobre la existencia de pagos a funcionarios provenientes de F.R., y al
habérsele preguntado cuál era su remuneración y si percibía un “sobresueldo”, contestó: “Me
reservo la respuesta porque la sociedad aún no está en condiciones de tomar con tranquilidad
ciertas realidades de la Argentina” (Ver. fs. 1334).
“Asimismo, cabe citar las palabras de otro de los diputados, quien dirigiéndose al
interpelado señaló: “Usted dice que con los fondos reservados que el Congreso de la Nación vota
hay funcionarios que perciben una complementación”. A lo que TACCHI contestó, en línea con la
opinión que sostuvo previamente en esa reunión: “Yo digo que tienen que desaparecer los fondos
reservados…” (fs. 1342); respuesta que constituye una clara evasiva, pero que no osa contradecir
la afirmación del legislador.
USO OFICIAL
17
Julio Maier que “…la declaración del imputado, obtenida por un procedimiento respetuoso de estas
reglas, puede ser valorada ampliamente por los jueces para fundar sus juicios o decisiones sobre la
reconstrucción del comportamiento atribuido, objeto del proceso, si a la vez respeta las demás reglas
de garantía que la rigen (asistencia técnica, declaración judicial, conocimiento previo de la
imputación)”12.
12
Derecho Procesal Penal, t. I, Editores del Puerto, Bs. As., 2004, p. 666-667
13
Las copias de dicha presentación obran fs. 623/626.
18
Poder Judicial de la Nación
19
explicó antes de aceptar el cargo, ello se debía a una decisión del Ejecutivo por la cual el monto de las
remuneraciones de sus Ministros, Secretarios y Subsecretarios debía exteriorizarse de modo de evitar
el efecto ‘enganche’, y que ello constituía una práctica administrativa normativamente impuesta”.
“Refirió que: “Se me explicó luego, también, que no se firmaba recibo por la
percepción de esas sumas por provenir de la Ley 18.302, por lo cual, por ser secretos, eran declarados
conforme lo dispuesto por el art. 5° del Decreto – Ley “S” 5315/56, por el responsable de su
administración, mediante planilla mensual global”.
20
Poder Judicial de la Nación
por su sistema diferenciado de control, permitieron a las autoridades del Poder Ejecutivo disponer
de una gran masa dineraria de gastos que claramente distaban de ser inherentes a la seguridad,
inteligencia o defensa del Estado.
“En esta fase es preciso distinguir los casos del Ministerio de Justicia y del
Ministerio de Defensa.
“En relación al Ministerio de Justicia, si bien esa cartera no disponía de F.R., en el
período en que GRANILLO OCAMPO se desempeñó como Ministro (1997 a 1999), se han
corroborado diversas transferencias de créditos presupuestarios de ese Ministerio a la Jefatura de
Gabinete de Ministros, que luego transfería importes equivalentes a la SIDE; operatoria que
evidentemente estuvo dirigida a alimentar el mencionado fondo común.
“En lo que respecta al Ministerio de Defensa, que en el período investigado sí
percibía F.R., al menos en el período en que fue titular Oscar Héctor CAMILIÓN (abril de 1993 a
julio de 1996), el nombrado habría utilizado mensualmente parte de los F.R. que administraba para
distribuirlos entre los altos funcionarios de esa repartición, al tiempo que retiraba para sí el
remanente de la cuenta bancaria donde eran depositados.
USO OFICIAL
“El reproche particular en este caso es que, si bien la cartera a cargo de CAMILIÓN
estaba legalmente facultada para percibir F.R., nada habilitaba al ministro a otorgarles a dichos
fondos un destino distinto de aquel para el que originalmente habían sido previstos. Esto es, la
seguridad y defensa del Estado.
“3ª).- El retiro mensual de sumas de dinero de ese fondo común, por parte de
personal designado a esos efectos por cada dependencia en la que se percibían sobresueldos, y la
posterior distribución en el seno de cada una de esas reparticiones entre los agentes de mayor
jerarquía.
“4ª).- Por último, describiremos la percepción final por parte de esos funcionarios
de las sumas distribuidas –reconocida por muchos de los imputados en las presentes actuaciones-.
“El funcionamiento del sistema conforme a los lineamientos esbozados surge del
plexo probatorio reunido en autos, que abarca los informes elaborados por la Oficina
Anticorrupción -Resolución O.A. 849/04- (fs. 426/458) y el perito Cdor. Alfredo POPRITKIN (fs.
1260/1271), los estudios periciales contables realizados en la causa Nº 512/2001 del Juzgado
Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 3 (glosados a fs. 506/511, 519/541, 555/558 y
1210/1233), el testimonio de funcionarios clave del sistema presupuestario (Roberto E. TOLOSA -fs.
1152/1154 y 3964-; César DURO, Contador Gral. de la Nación -fs. 1512/1513-), los informes del
Ministerio de Economía (fs. 1691/1723) y la Oficina Nacional de Presupuesto (fs. 1773/1778), así
como las declaraciones de testigos (MARTÍNEZ MEDINA, fs. 7/10, 100, 105/106 y 128/12914; Judith
Rosario VAIO, fs. 40/41; Dora O. DI PASCUO, fs. 11115 y 171/173; Adrián Eduardo DE SANTIS, fs.
14
Las dos última citas corresponden al testimonio del nombrado en la causa “ALSOGARAY, María Julia s/
enriquecimiento ilícito”, Expte. Nº 648 del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 4.
15
Declaración de la nombrada en la causa “ALSOGARAY s./enriquecimiento ilícito”.
21
772/774; e imputados ALSOGARAY, fs. 1123/1143 -causa por enriquecimiento ilícito- y 5989/6000; y
CAMILIÓN, fs. 623/626 y 1616/1620).
22
Poder Judicial de la Nación
23
con funciones que no eran propias de la administración presupuestaria de la cartera a la cual
reportaba, haya sido visitado tan frecuentemente por los secretarios privados de un importante
número de altos funcionarios del P.E.N. y que, tal como lo declarara María Julia ALSOGARAY, era
sabido, o siempre se oyó nombrar que la persona que repartió el dinero era AIELLO.
“Sobre las funciones específicas de AIELLO, el entonces Subsecretario adjunto de
Administración de la Jefatura de Gabinete de Ministros, Alejandro Héctor GARCIA, testificó que le
competía la administración presupuestaria y de los recursos humanos de ese ministerio.
Específicamente, refirió que se ocupaba de la ejecución del presupuesto de ese ministerio
(contrataciones, contabilidad y logística; cuestión patrimonial y servicios generales del
organismo). Asimismo, refirió que ni AIELLO ni RAMOS tenían asignada ninguna partida
presupuestaria del Ministerio, salvo el hecho de administrar un crédito para la construcción de
viviendas de origen externo (italiano) y que el control del mismo se efectuaba a través de la Ley de
Administración Financiera (Cfr. testimonios vertidos a fs. 271). En lo que se refiere a este punto
particular, el mismo AIELLO, en su presentación de fs. 1653/4, explicó que al ser asignado a la
Secretaría de Coordinación Administrativa de la Jefatura de Gabinete, trabajó en el proyecto de
cooperación “Ítalo Argentino de Vivienda”.
“Por otra parte, las manifestaciones de algunos imputados, como ALSOGARAY y
CAMILIÓN, también resultaron coincidentes con los dichos de MARTINEZ MEDINA.
“Sobre el particular, interesa destacar que en los relatos de todos ellos aparece la
Secretaría General de la Presidencia o la Jefatura de Gabinete de Ministros, como la dependencia
desde la cual era coordinado el sistema, donde se concentraba el dinero proveniente de los
organismos que administraban F.R. (exceptuando el caso del Ministerio de Defensa) y se repartía
entre los distintos Ministerios y Secretarías de Estado.
“Al respecto, en el acto de prestar declaración indagatoria, María J. ALSOGARAY
señaló:
“Asumí como Secretaria de Estado en el año 1991, habiéndome sido informado en el
primer trimestre del año 1992 por el Dr. BAUZÁ [Secretario General de la Presidencia], que recibiría
cada mes una suma complementaria al sueldo percibido a raíz del atraso [sic] que sufrían los sueldos
en los cargos políticos de la administración pública”.
“Continuó diciendo que, en dicha oportunidad, también le refirió que ese sistema
de pagos complementarios ya se encontraba implementado desde hacía tiempo atrás, siendo
beneficiarios del mismo todos los titulares de los ministerios y secretarías (Cfr. fs. 6514 vta.).
“Esas mismas explicaciones fueron brindadas por la Ingeniera María Julia
ALSOGARAY en la carta de lectores publicada el 23 de abril de 2005 en el diario La Nación (ver fs.
1095). Allí, la nombrada relató que, al ingresar a sus funciones en la Secretaría de Recursos
Naturales, fue convocada por el entonces Secretario General de la Presidencia, Eduardo BAUZÁ, a
su despacho en la Casa Rosada. Refirió que éste le dijo que comenzaría a cobrar mensualmente
una suma de dinero acorde a su situación de Secretaria de la Presidencia, la cual, según explicó
provenía de fondos secretos y estaba destinada a complementar los salarios de los funcionarios de
nivel político. En su publicación ALSOGARAY también mencionó que al preguntarle a BAUZÁ sobre
24
Poder Judicial de la Nación
la operatoria de distribución, éste le había indicado que ello quedaba a su criterio, porque se
trataba de fondos que no exigían rendición de cuentas. Asimismo, en esa oportunidad, la ex
funcionaria hizo alusión a la reunión de gabinete en la que Domingo CAVALLO informó a todos los
presentes que había que empezar a declarar “el sobre”, apuntando ALSOGARAY que nadie había
preguntado de qué sobre se trataba, de manera que evidentemente todos lo sabían. Afirmó en
ese sentido: “Yo cumplí la instrucción recibida: distribuí el sobre entre los funcionarios de mi cartera
y les pedí que lo declararan”.
“No obstante, las explicaciones de la nombrada que resultan más ilustrativas
provienen de la causa seguida en su contra por el delito de enriquecimiento ilícito, conforme habrá
de verse a continuación.
“En el marco de la indagatoria formalizada en esos actuados, se le preguntó a
ALSOGARAY si durante su actuación como Secretaria de Estado había recibido F.R. para la
Secretaría a su cargo, a lo que contestó “… que no recibió fondos reservados para la Secretaría de
Recursos Naturales, dado que por presupuesto nacional no se habían asignado fondos reservados a
dicha Secretaría”.
USO OFICIAL
“Seguidamente, cuando se le preguntó por el organismo del que había recibido los
F.R. consignados en sus declaraciones juradas, respondió:
“Que lo que declaró la dicente haber recibido, fue una retribución complementaria de
su ingreso como funcionaria, que se instrumentaba a través de la entrega en efectivo, primero a
través de la Secretaría General de la Presidencia y luego a través de la Jefatura de Gabinete, sin ningún
tipo de comprobantes”.
“Se le preguntó además durante que período había recibido F.R. y de qué forma le
eran entregados, a lo que contestó “…que los fondos para la declarante eran retirados de la
Secretaría General de la Presidencia y luego de la Jefatura de Gabinete, por un subsecretario; según
recuerda primero fue Kaplan y luego Castellini”.
“Asimismo, manifestó “…que los montos percibidos eran variables y su distribución
era discrecional por parte de la cabeza de la jurisdicción. Explica que la cabeza de la Secretaría en
forma personal, recibía fondos que luego distribuía entre el personal inferior, también en forma
discrecional. Que la dicente retenía los montos totales que declarara en sus declaraciones juradas. En
cuanto a los montos totales que la dicente recibía y luego distribuía, deben haber sido entre $ 30.000
y $ 40.000 mensuales y que sobre el final de su gestión rondaba entre los $ 20.000 y $ 22.000, de los
cuales la compareciente retenía entre $ 8.000 y $ 10.000, según el caso, y como dijera consta en las
declaraciones juradas correspondientes” (fs. 1133 vta./1134 vta.).
25
alguno. Asimismo, manifestó que ante su pregunta se le había precisado que “todos los Ministros
de Gabinete y los Secretarios a cargo de repartición también recibían asignaciones similares, tanto en
el caso de que tuvieran en su presupuesto gastos reservados o no” (Cfr. escrito de descargo
presentado en ese acto, agregado en copia a fs. 1401/1402; ver indagatoria a fs. 602/617 vta.).
26
Poder Judicial de la Nación
cual, en algunos casos, habría encontrado obstáculos en la naturaleza propia de esas partidas,
dado que éstas debían ser destinadas exclusivamente a inteligencia y seguridad del Estado). En
segundo lugar se encuentra el desvío de dinero que se efectuaba desde organismos no
autorizados a recibir F.R. por Ley de Presupuesto hacia otros que sí lo estaban y que podían
disponer del dinero libremente, sin rendición de cuentas y en efectivo; tal desvío, se efectivizaba
mediante el dictado de normas del P.E.N. (decretos, resoluciones y decisiones administrativas).
“En concreto, en punto a la utilización de partidas presupuestarias de F.R. para el
pago de sobreasignaciones a los funcionarios políticos del P.E.N., existen diversos indicios que
permiten confirmar esa hipótesis. Entre esos indicios reseñaremos un aceitado mecanismo de
transferencias de fondos entre diversos organismos que, a su vez, tenían por destino
dependencias como la SIDE, facultados para percibir F.R. Al ingresar los fondos o partidas
presupuestarias a estas últimas, los mismos eran pasados a dinero en efectivo y de ese modo se
imposibilitaba todo tipo de control sobre su ejecución o destino. Posteriormente eran
direccionados a la Secretaría General de la Presidencia de la Nación y luego a la Jefatura de
Gabinete de Ministros, desde donde se repartían al resto de las dependencias de la A.P.N., para
USO OFICIAL
27
transfieren a otros (gastos figurativos), quienes se benefician con la transferencia (contribuciones
figurativas)16.
“En este sentido, se verificó la existencia de numerosas actos del P.E.N. (en su
mayoría decretos) que dispusieron transferencias presupuestarias a la SIDE, entre los años 1993 y
1999, así como el aumento del crédito en partidas presupuestarias de F.R. de los demás
organismos autorizados a recibirlos, en igual período de tiempo (Cfr. Resolución O.A. 849/04, pp.
18/19 y 22/24; se cita informe de la Oficina Nacional de Presupuesto).
“En el mismo orden de ideas, el estudio pericial realizado en la causa 512/2001
(“N.N. s./malversación de caudales públicos”), del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional
Federal Nº 3, Secretaría Nº 6 (agregado en copia a fs. 506/511 y 1210/1233), señaló entre sus
conclusiones, que “de la documentación analizada surge que el Poder Ejecutivo disponía desafectar
fondos del presupuesto previstos para un determinado destino y asignarlos a otros en calidad de
‘Gastos Reservados’ ” (Cfr. informe pericial contable de fs. 1210/1233; ver fs. 1212).
“Sobre este punto, es razonable entender que las leyes de presupuesto
contemplaban el total de gastos reservados que se estimaban necesarios en cada ejercicio
financiero, de modo tal que el reiterado incremento de esas partidas durante el período
investigado abona la sospecha de que parte de esos fondos eran utilizados para alimentar el
sistema de pagos a altos funcionarios del P.E.N.
“En concreto, cabe citar algunos ejemplos de modificaciones presupuestarias
referenciados en el aludido informe pericial, como así también en el suscripto por el Decano del
Cuerpo de Peritos Contadores Oficiales, Dr. Alfredo PERALTA, que luce agregado a fs. 555/558.
“Respecto del Ministerio de Relaciones Exteriores, año 1993, se señaló el Decreto
N° 1369 del 5-07-1993, que modificó el presupuesto nacional; y las Resoluciones N° 921 del 26-08-
1993 y N° 116 del 29-09-1993 del Ministerio de Economía, las cuales reasignaron $ 8 millones,
previstos para el pago de intereses de la deuda externa, a los F.R. de aquella cartera.
“Al año siguiente, las Resoluciones N° 425 del 9-02-1994 y N° 1004 del 28-03-1994,
ambas del Ministerio de Relaciones Exteriores, dispusieron la reducción del crédito de la partida de
F.R. y su aplicación a otros gastos. Pero, posteriormente, por Decreto N° 1819 del 13-10-1994, se
transfirieron a esa partida $ 4 millones (destinados previamente a un programa del P.N.U.D. y a la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura), y al mes siguiente $ 5,5 millones, por
Decreto N° 2030 del 16-11-1994 (no se aclara la procedencia del crédito).
“En 1995, la Resolución N° 94 de la Secretaría de Hacienda, de fecha 28-02-1995,
redujo en $ 500.000 el crédito presupuestario de F.R. del Ministerio. No obstante, con
posterioridad, se reasignaron a esa partida $ 10,4 millones, a través de los Decretos N° 332 del 9-03-
1995, N° 220 del 2-08-1995, N° 470 del 14-09-1995, y N° 967 del 22-12-1995.
“En 1996, durante el mes de agosto, los Decretos N° 920 (7-08-96) y N° 955 (16-08-
96) reasignaron $ 4,4 millones c/u a los F.R. del Ministerio de Relaciones Exteriores (Cfr. fs.
1215/1217).
16
Ver testimonial de César Duro obrante a fs. 1512/1513 e informe confeccionado por la Lic. Nélida Vega a fs. 1773/77.
28
Poder Judicial de la Nación
“El incremento de las cantidades de F.R. utilizados por los organismos que habrían
contribuido a la conformación del fondo general de sobresueldos se desprende claramente del
mencionado estudio. En este sentido, aunque tales aumentos no se produjeron al mismo tiempo
en todas las reparticiones aludidas, se evidencia que a partir 1991 existió una clara tendencia
ascendente, conforme surge del Anexo A de dicho informe (Cfr. fs. 1233).
“En el caso de la SIDE, el monto de los F.R. gastados en 1991 fue de $ 197.958.900,
superando al total del período anterior en un 126% (1990: $ 87.548.300). A partir de entonces, los
fondos se siguieron incrementando, hasta alcanzar la cifra de $ 269.367.300 en 1994.
Posteriormente, entre 1995 y 1997, la suma promedio fue de $ 253.485.000, mientras que en 1998 y
1999 treparon a $ 287.840.300 y $ 300.088.000, respectivamente.
“Respecto del Ministerio de Relaciones Exteriores, el total de F.R. empleados en
1991 fue de $ 3.352.000, que supone 609 veces la suma utilizada el año anterior ($ 5.500). A su vez,
USO OFICIAL
“En el ámbito del Ministerio de Justicia, para la época en que Raúl GRANILLO
OCAMPO fue Ministro (años 1997 a 1999) también se dieron sucesos puntuales que se enmarcaron
dentro de la maniobra investigada. En concreto, la transferencia de créditos presupuestarios
desde el Ministerio de Justicia al Tesoro Nacional, el cual a su vez los transfirió a la Jefatura de
Gabinete de Ministros, siendo finalmente transferidos a la SIDE; conforme lo referido por Roberto
Edgardo TOLOSA, a fs. 1152/1154. El testigo recordó que esa operación era de aproximadamente
tres millones y medio de pesos.
“Este tipo de operaciones de transferencias de fondos desde el Ministerio de
Justicia para incrementar las partidas de F.R. de la SIDE, en los años 1998 y 1999, ha quedado
plenamente demostrada a lo largo de este sumario y del trabajo elaborado por esta Oficina a
través de los actos que a continuación se detallarán.
“En primer lugar, por Decreto “S” N° 1014/98 del 1-09-1998, se había ordenado
transferir $ 1.000.000 del presupuesto de ese Ministerio a la SIDE (nomenclador 3.9.2. “Gastos
reservados”, de ese organismo). Pero al mes siguiente, el Decreto “S” N° 1264/98 (23-10-1998) dejó
29
sin efecto ese acto y dispuso la transferencia de $ 2.000.000 del presupuesto del Ministerio de
Economía a la SIDE. La derogación del Decreto N° 1014 habría estado motivada en que los fondos
girados desde el Ministerio de Justicia provenían de fuente de financiamiento 13, que
corresponden a gastos con afectación específica y son el producto de actividades del organismo
(p.e.: la prestación de servicios a terceros), mientras que la ley de presupuesto no preveía esa
fuente de financiamiento respecto de la SIDE (Cfr. Resolución 849/04, pp. 12/13).
“Posteriormente, se sucedieron tres (3) actos administrativos que dispusieron la
transferencia de créditos presupuestarios desde el Ministerio de Justicia a la Jefatura de Gabinete
de Ministros: las Decisiones Administrativas N° 545/98 (5-11-1998), N° 81/99 (26-03-1999) y N°
402/99 (27-10-1999); las dos primeras por la suma de $ 1.000.000 cada una y la tercera por $
450.00017.
“La Decisión Administrativa N° 545/98 fue dictada dos meses después y por el
mismo monto que el frustrado Decreto N° 1014/9818.
“En concreto, como la J.G.M. tampoco tenía prevista fuente de financiamiento 13,
la transferencia ingresó primeramente a la Tesorería General de la Nación, que luego la acreditó en
el presupuesto de la J.G.M. con fuente de financiamiento 11 “Tesoro Nacional” (Cfr. Resolución
cit., p. 13; informe de la Oficina Nacional de Presupuesto, fs. 1776).
“Es dable destacar que en el Ministerio de Justicia no se halló ningún expediente o
documentación que respaldase el dictado del Decreto N° 1014/98 y de las mencionadas decisiones
administrativas (Cfr. Resolución cit., pp. 11/12; se cita Nota Nº 265/2002 de la Dirección de
Programación y Control Presupuestario e informe del Subsecretario de Coordinación de esa
cartera).
“Al mismo tiempo en que la J.G.M. era asistida económicamente con recursos
provenientes del Ministerio de Justicia, aquella dependencia, a su vez, derivaba fondos a la SIDE.
Ello tuvo lugar, en 1998, a través de los Decretos N° 378 (3 de abril), N° 740 (23 de junio), N° 1278 (4
de noviembre), N° 1306 (6 de noviembre) y N° 1416 (7 de diciembre); y en 1999, mediante los
Decretos N° 42 (27 de enero), N° 291 (26 de marzo), N° 576 (26 de mayo) y N° 1023 (16 de
septiembre) -conforme Resolución O.A., p. 15; se cita informe de la Oficina Nacional de
Presupuesto del 2/08/2002-.
“La proximidad en el tiempo entre los actos que dispusieron transferencias del
Ministerio de Justicia a la J.G.M., y desde esta última dependencia a la SIDE, permitiría sostener
que se trató de una triangulación para trasladar fondos de la mencionada cartera ministerial al
17
Tales operaciones se denominan técnicamente “erogaciones figurativas” y consisten en movimientos internos del
presupuesto por el que un organismo transfiere fondos legalmente autorizados (gastos figurativos) a otra entidad
(contribución figurativa). Es decir, la operación se registra como “gasto figurativo” para el organismo cedente y como
“contribución figurativa” (recurso) para el ente receptor, que la aplica para financiar algún gasto (por ejemplo, bienes y
servicios, personal, etc.) -Cfr. fs. 1775-.
14 La primera de esas transferencias estaba destinada a diversas partidas de gastos corrientes de la J.G.M. (3.1.1.
“Energía eléctrica”, 3.1.4. “Teléfonos, télex y telefax”, 3.3.1. “Mantenimiento y reparación de edificios y locales”, etc.).
En las dos decisiones posteriores estuvo dirigida exclusivamente a la partida 3.4.1 “Estudios, investigaciones y proyectos
de factibilidad”.
30
Poder Judicial de la Nación
organismo de inteligencia (sin perjuicio de que la J.G.M. pudiera transferir parte de sus propios
recursos a la SIDE). En este sentido, se observó que la Decisión Administrativa N° 545/98 fue
emitida entremedio de los Decretos N° 1278 y N° 1306 de 1998, con sólo un día de diferencia. Al
tiempo que la Decisión Administrativa N° 81/99 y el Decreto N° 291/99 fueron dictados en la misma
fecha.
19
CORONEL ingresó a la SIDE el 10 de noviembre de 1998, esto es, el martes de la semana siguiente al dictado de la
Decisión Administrativa 545 y los Decretos 1278 y 1306 -emitidos entre el miércoles 4 y el viernes 6-. Asimismo, registra
otro ingreso el día 26 de marzo de 1999, fecha en que fueron emitidos la Decisión Administrativa 81 y el Decreto 291 (Cfr.
Resolución O.A. 849/04, p. 16).
20
El hermano del ex Ministro, Nicolás Abraham GRANILLO OCAMPO, está casado con la hermana de DÍAZ LUJÁN. Cfr.
Resolución O.A. 849/04, p. 17.
31
de QUINIENTOS OCHENTA MILLONES DE PESOS a favor de la SIDE y cerca de VEINTE MILLONES
DE PESOS a favor del Ministerio de Relaciones Exteriores y del Ministerio de Defensa, con partidas
que originalmente habían sido presupuestadas para otros organismos y funciones del Estado.
Sobre estas normas, cabe destacar que en la mayoría de ellas las partidas originarias
correspondían al Ministerio de Economía, Ministerio del Interior, Secretaría General de la
Presidencia y Jefatura de Gabinete, y que muchas de ellas fueron dictadas con carácter reservado.
Otra cuestión relevante es que la mayoría de las reasignaciones presupuestarias dispuestas tenían
como destino las partidas “Gastos Personal” o la subpartida “Otros Gastos Personal” (ver Decretos
N° 1141/92, N° 2656/92 1580/92, N° 2188/93, N° 1682/94, N° 104/94, N° 407/95 “R”, N° 778/95, N°
607/96, N° 1184/96 “R”, N° 1571/96 “R”, N° 865/97 “R”, N° 992/97 “R”, N° 330/98 “R”, N° 378/98
“R”, N° 379/98 “R”, N° 739/98 “R”, N° 740/98 “R”, N° 813/98 “R”, N° 1014/98 “R”, N° 1036/98 “R”,
N° 1264/98 “R”, N° 1278/98 “R”, N° 1383/98 “R”, N° 1416/98 “R”, N° 42/99 “R”, N° 204/99 “R”, N°
291/99 “R”, N° 336/99 “R”, N° 470/99 “R”, N° 513/99 “R”, N° 576/99 “R”, N° 640/99 “R”, N° 822/99
“R”, N° 999/99 “R”, N° 1015/99 “R”, N° 1023/99 “R”, N° 1280/99 “R”, las Resoluciones MEOySP N°
207/93, N° 510/93 y 1080/93 y las Resoluciones de la Secretaría de Hacienda del Ministerio de
Economía N° 19/92, N° 24/92, N° 43/92, N° 153/92, N° 212/92, N° 230/92, N° 242/92, N° 286/92 y N°
331/92).
32
Poder Judicial de la Nación
que parte de esos fondos fueron luego remitidos a la Secretaría General o la Jefatura de Gabinete
de Ministros, para que desde allí pudieran repartirse discrecionalmente, en sobres, entre los
distintos ministerios y/o secretarías de Estado.
“Debe agregarse además que, el citado estudio pericial señaló que “existen serias
falencias en los sistemas de control en los más altos niveles jerárquicos de los organismos receptores
USO OFICIAL
[de F.R.], que facilitan su utilización para fines ajenos al interés del Estado”.
“En este sentido, de las indagaciones efectuadas en el peritaje contable, surge que
el dinero en efectivo correspondiente a F.R. del Ministerio del Interior (1994-1999)21 y del
Ministerio de Relaciones Exteriores (1989-1999)22, fue entregado en persona a los titulares de esas
carteras (exhibiéndose en algunos casos los recibos correspondientes), quienes en ningún caso
documentaron la utilización de esos recursos, imposibilitando así cualquier eventual rendición de
cuentas. En cuanto a los F.R. del Ministerio de Defensa, conforme la pericia aludida, no sólo no se
habría documentado el uso de los mismos, sino que tampoco habría registro de los fondos
ingresados (fs. 1212 vta., 1214 vta. y 1218; ver tb. sobre este punto, informe del Cdor. POPRITKIN, fs.
1263 vta.).
“Respecto de la SIDE, durante el estudio pericial le fueron requeridos los registros,
documentación y rendiciones relacionadas con F.R., sin que ese organismo brindara información
alguna al respecto (Cfr. informe del Cdor. POPRITKIN, fs. 1268).
“En suma, el incumplimiento sistemático durante el período analizado de las
previsiones contenidas en el art. 5 del Decreto-Ley “S” 5315/56 por parte de los organismos que
administraban F.R., implica la imposibilidad posterior de constar la utilización legítima o ilegítima
de esos fondos, situación ésta que habría favorecido el desenvolvimiento de la maniobra
investigada en autos.
“En relación a las modificaciones presupuestarias referidas, cabe citar asimismo el
testimonio de Roberto Edgardo TOLOSA, que se desempeñó como Director de Presupuesto de los
Sectores Administrativo, de Defensa y Seguridad de la Administración Nacional, desde 1994 en
adelante (fs. 1152/1154).
21
Ejercido por Eduardo BAUZÁ (1989-90), Julio MERA FIGUEROA (1990-91), José Luis MANZANO (1991-92), Gustavo
BÉLIZ (1992-93), Carlos RUCKAUF (1993-95) y Carlos Vladimiro CORACH (1995).
22
Ejercido por Domingo CAVALLO (1989-91) y Guido DI TELLA (1991-95).
33
“El nombrado manifestó que en la Dirección que dirige cada año se prepara el
proyecto de presupuesto de la administración nacional dentro del cual se encuentran los F.R., y
explicó que para ello se toman las cifras del presupuesto del año anterior y se procede a realizar
ciertas depuraciones, que consisten en restar las cifras que a su criterio no se encuentran
justificadas o exceden el promedio histórico del organismo.
“Continuando con el relato, señaló que el proyecto de presupuesto era notificado
a los organismos destinatarios de esas partidas, quienes en todas las oportunidades manifestaban
que el total asignado (compuesto por F.R. y demás créditos presupuestarios) no era suficiente
para afrontar sus gastos, y que “tales pedidos eran sujetos a la evaluación de la Dirección,
realizándose los ajustes que consideraran pertinentes”.
“Llegado a este punto, el deponente manifestó: que “… en esta etapa de
elaboración del presupuesto, el dicente recibía una orden del Subdirector o del Director de
Presupuesto, consistente en incorporar o incrementar los gastos reservados de alguna de las
reparticiones en cuestión, lo cual no estaba sujeto a la evaluación de la Dirección. Que si bien sabe
que la orden la daba el Subsecretario de Presupuesto, desconoce quién se la ordenaba a éste. Que por
ello y más allá del criterio que imperaba en la Dirección para realizar los ajustes reseñados
anteriormente, se asignaban las partidas solicitadas mediante la orden referida. Que desea agregar
que la orden se daba en forma verbal y que no existen constancias que den cuenta de ella, así como
tampoco las hay de la justificación del incremento o incorporación por parte del beneficiario” (el
resaltado nos pertenece).
“Por otra parte, una vez aprobado el proyecto y durante la ejecución del
presupuesto, señaló que también se producían modificaciones que incrementaban los gastos
reservados, que al igual que en el caso anterior, la orden la daba el Director a instancias del
Subsecretario, siempre en forma verbal, aunque el pedido era justificado luego por escrito -
consignando meramente que se procedía “de acuerdo a instrucciones recibidas de la
superioridad”23.
“Sobre el particular, se le preguntó si en el transcurso de los años 1989 a 1999
había advertido alguna irregularidad en la asignación de F.R. a los organismos autorizados, a lo
que el testigo respondió afirmativamente, indicando que los casos más cuestionables fueron los
del Ministerio de Relaciones Exteriores, Ministerio del Interior y SIDE. Al respecto, manifestó que
“… en el caso del Ministerio del Interior se comenzó a solicitar una partida en el año 1994 que
anteriormente no se asignaba y que en el caso del de Relaciones Exteriores y la Secretaría de
Inteligencia del Estado la cifra aumentó considerablemente en el año 1991”24. Y agregó que “… lo que
le llamó la atención de estos casos es que curiosamente tanto la incorporación del Ministerio del
Interior como los aumentos restantes, se encontraban amparados por la orden anónima a la que se
23
Refirió que “… al efectuar estas modificaciones en los fondos reservados, el dicente debía restarle créditos a otras
entidades para poder comP.E.N.sar el aumento, puesto que el monto total era inmodificable -salvo por ley-“.
24
Señaló que tales extremos podían advertirse fácilmente en la planilla que le fue exhibida durante ese acto,
confeccionada por el Cdor. POPRITKIN (glosada a fs. 1148 -refoliado-).
34
Poder Judicial de la Nación
refirió anteriormente y no por la evaluación criteriosa efectuada por el dicente en la Dirección que
preside” (el resaltado es nuestro).
“Por último, destacó que “… otra cuestión que le llamó la atención fue un traspaso
de fondos desde el Ministerio de Justicia -de sus recursos afectados para determinado destino- al
Tesoro Nacional, el cual a su vez transfirió a la Jefatura de Gabinete de Ministros, quien a su vez,
transfirió los créditos finalmente a la Secretaría de Inteligencia del Estado”. Y agregó que la
operación había sido de aproximadamente $ 3,5 millones y que en ese momento se encontraba
como Ministro GRANILLO OCAMPO.
“De este modo, las explicaciones brindadas por el funcionario técnico refuerzan la
hipótesis de que las partidas de F.R. eran engrosadas para alimentar el sistema de pago a altos
funcionarios del P.E.N.
reservados recibieron:
“En otro orden de ideas, cabe mencionar el intento del P.E.N. de incorporar, entre
las jurisdicciones habilitadas para administrar F.R., a organismos que no guardaban relación alguna
con actividades de inteligencia o seguridad del Estado, como otro indicio de la existencia de la
maniobra.
“Así, el proyecto de Ley de Presupuesto de la Administración Nacional del año
1993, a través de su artículo 24, pretendió modificar sustancialmente lo dispuesto en el art. 1 de la
Ley “S” 18.302, incorporando entre las jurisdicciones autorizadas al Poder Judicial de la Nación, a la
Corte Suprema de Justicia de la Nación, a los restantes Ministerios del P.E.N. que para ese
entonces no percibían F.R. y a la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción
y la Lucha contra el Narcotráfico (Cfr. Resolución O.A. 849/04, pp. 25/26).
“Sobre el particular, entendemos que no existía otra razón para asignar F.R. a
organismos que no realizan tareas de inteligencia o seguridad del Estado, que la finalidad de
otorgarles la posibilidad de manejar dinero en efectivo, sin necesidad de rendir cuentas sobre el
empleo de esos recursos.
“No obstante, tal propósito no llegó a concretarse, dado que el Congreso optó por
excluir el artículo citado y tampoco introdujo modificaciones a la ley secreta (Cfr. Resolución cit., p.
26).
“Al margen de ello, en el año 1994, se amplió la nómina de organismos autorizados
a recibir F.R. con la inclusión del Ministerio del Interior, por disposición de la Ley de Presupuesto
de aquel año (Ley 24.307, art. 32).
35
alimentar el sistema investigado, habría obligado a quienes lo dirigían a incrementar
considerablemente el crédito presupuestario de dichos organismos, a través de modificaciones
presupuestarias operadas durante la ejecución del ejercicio financiero.
“En ese marco, se observa que la facultad del P.E.N. de realizar tales
modificaciones mediante decretos o decisiones administrativas resultaba altamente funcional al
mecanismo ideado.
“Los organismos provistos de F.R. que abastecieron el sistema de pagos a
funcionarios habrían sido la SIDE, el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio del Interior
(desde 1994). Al tiempo que el Ministerio de Defensa habría utilizado parte de sus propios F.R.
para distribuirlos entre los agentes de mayor jerarquía (Cfr. informe del Cdor. POPRITKIN, fs. 1264
vta./1265).
“A su vez, entre las dependencias citadas, la SIDE habría ocupado un rol
preponderante, por ser el organismo que más dinero recibió bajo la forma de F.R. y el que más vio
incrementada esa asignación durante el período analizado, habiendo concentrado
aproximadamente el 70% de las sumas giradas por el Ministerio de Economía (Cfr. informe cit., fs.
1268).
“Por otra parte, a los fines de determinar si los F.R. recibidos por el Ministerio de
Relaciones Exteriores, el Ministerio del Interior y la SIDE, eran suficientes para sostener el sistema
que se investiga, se efectuó una estimación del total de las sobreasignaciones en cuestión
(computando $ 100.000 mensuales por cada Ministerio -exceptuando al Ministerio de Defensa-, $
40.000 por cada Secretaría de Estado, más las sumas que se habrían pagado en el Banco Nación),
que se cifró en aproximadamente $ 58 millones por año.
“Esa cifra fue luego comparada con el total anual de F.R. gastados en las
reparticiones citadas, observándose que todos los años del período analizado (1989-1999) arrojan
importantes remanentes.
“Asimismo, se concluyó que los F.R. recibidos por el Ministerio de Defensa eran
también suficientes para solventar el funcionamiento del sistema en el ámbito de esa cartera (Cfr.
informe cit., fs. 1270/1271).
36
Poder Judicial de la Nación
el entonces Subsecretario de Coordinación, José Domingo CORONEL, para ser integradas al fondo
general de sobresueldos (Cfr. Resolución O.A. 849/04, que alude a un informe de la SIDE y a la
declaración de MARTINEZ MEDINA en la investigación preliminar).
25
Conforme el siguiente cuadro probatorio: declaración indagatoria de ALSOGARAY en causa por enriquecimiento ilícito
-fs. 1123/1147- y en este proceso -fs. 6514/6527-; declaraciones testimoniales de Haydee ANTÓN -fs. 1037/1038- y Mabel
BEHAL -fs. 108 vta./109, testimonio en causa “ALSOGARAY s./enriquecimiento ilícito-; fs. 867/868-; declaración
indagatoria de BEHAL -fs. 6450/6460 vta.-; declaraciones testimonial e indagatoria de Alberto Noé CARBALLO -fs.
1037/1038 y fs. 6012/6019-; declaraciones testimoniales de los choferes de Enrique Kaplan, Pablo Juan KOZLOWSKI -fs.
1283/1284- y Héctor Daniel BRAVO -fs. 1313/1315-; declaración de MARTÍNEZ MEDINA en causa “ALSOGARAY
s./enriquecimiento ilícito” -fs. 105/106-.
26
Conforme declaración indagatoria de ALSOGARAY en causa por enriquecimiento ilícito -fs. 1123/1147- y en este proceso
-fs. 6514/6527-; declaraciones testimoniales e indagatoria de Mabel BEHAL (fs. 108 vta./109 –en causa “ALSOGARAY
s./enriquecimiento ilícito-; fs. 867/868 y 6450/6460 vta.).
37
“Asimismo, Ernesto Mario FURLONE, en su carácter de contador de ALSOGARAY, a
fs. 3451 confirmó que la nombrada había recibido sobresueldos durante su desempeño como
Secretaria de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, relatando que periódicamente se reunía
con ella para preparar las declaraciones juradas. En ese marco refirió que, en una oportunidad, la
nombrada le había hecho saber que debía declarar sumas provenientes de F.R. y le pidió que se
comunicara con Ricardo COSSIO, entonces Director de la D.G.I., para averiguar la manera en que
dichos ingresos debían ser declarados, quien le había indicado, a su vez, que debía darle
tratamiento de ingreso exento de impuesto a las ganancias con el nombre de una ley secreta.
Agregó el testigo que ALSOGARAY le había dicho que no existían constancias de los cobros
efectuados en tales conceptos, sino que únicamente recibía el dinero en un sobre cerrado.
“Por último, en el ámbito del Ministerio de Defensa, las sumas provenientes de F.R.
de la propia cartera habrían sido distribuidas por Heriberto Jorge José BAEZA GONZÁLEZ (1993-
1996), entonces Secretario de Asuntos Militares y José Alberto TORZILLO (1994-1996), Secretario
de Presupuesto y Administración de dicho Ministerio (Cfr. declaraciones testimoniales e
indagatorias de José Augusto RODRÍGUEZ LARRETA -fs. 1039, 2272 y 6544/50- y Ricardo Ernesto
LAGORIO -fs. 2465 y 5943/5951-, y declaración testimonial de Guillermo Federico ETCHECHOURY -
fs. 4490). Ello, al margen del remanente de F.R. que el ex Ministro CAMILIÓN retenía para sí (Cfr.
se desprende de sus propias manifestaciones y de los testimonios de Lidia Angélica GIBELLIERI -fs.
1028/1029- y Carlos Jorge BERNARDELLO -fs. 887/8 y 1486-).
38
Poder Judicial de la Nación
completo. Sólo se hará alusión a su intervención concreta en un ilícito cuya existencia se encuentra
probada con el grado de certeza exigido para pasar a la siguiente etapa.
Al serle conferida la vista en los términos del artículo 349 del CPPN, la defensa de
Carlos Menem se limitó a plantear la excepción de prescripción de la acción penal, a lo cual se le
dio trámite por separado, pero no efectuó ninguna presentación dirigida a oponerse a la elevación
39
a juicio del expediente. No obstante ello, en virtud de lo normado en el artículo 351 in fine,
corresponde indicar las razones por las cuales los elementos de prueba reunidos respecto del
nombrado son suficientes para fundar la elevación a juicio del expediente a su respecto.
Ello surge en primer lugar de lo ya expuesto hasta aquí respecto de la acreditación
de la maniobra general, y centralmente de que el nombrado era el máximo responsable del PEN al
momento en el cual se desarrollaron los hechos.
En concreto, ha sido probado en autos que la maniobra investigada constituía la
acción típica de sustracción, y que ésta comenzó cuando nació el riesgo de la separación de los
bienes públicos de la esfera de custodia estatal, esto es, cuando se implementó el sistema de
distribución de sumas de dinero: designando a los agentes que se encargarían de desarrollarlo,
cumpliendo cada uno algún rol o tarea específicos; estableciendo en forma definitiva el modo en
que se llevaría a cabo e impartiendo las órdenes concretas de disponer de fondos secretos para
este fin distinto, volcadas o no en normas o actos formales. Desde aquí ya dio inicio a la tentativa
del ilícito del peculado, que habría de consumarse parcialmente al quedar librada al azar la
posibilidad de su apropiación.
Este comienzo de ejecución del delito estuvo a cargo de Carlos Menem. Fue él
quien con sus directivas dio inicio a la maniobra, siendo el responsable máximo del Estado con la
competencia final para disponer el destino de los fondos públicos; por cierto, un fin diferente al
asignado por el Congreso Nacional.
En el plano fáctico, más allá de la competencia funcional que efectivamente tenía
sobre la materia propia del sistema instaurado, lo cierto es que Carlos Menem no sólo tomó la
decisión que dio inicio al funcionamiento del sistema, sino que dispuso el modo en que se
ejecutaría (con el asesoramiento técnico de sus colaboradores), dio las órdenes correspondientes
a aquellos funcionarios que debían disponer de los fondos de que los desviaran a otros
organismos para su posterior distribución, designó a los agentes que tendrían a su cargo el
reparto del dinero entre las distintas carteras ministeriales e impartió la directiva final de otorgarlo
a los funcionarios del Poder Ejecutivo a su cargo. Con esta conducta ya se inició el riesgo prohibido
por la norma, puesto que desde aquí el bien jurídico tutelado por ésta se vio expuesto a peligro.
Volviendo al análisis de la figura de peculado, el rol que le cupo a Menem en la
división de las tareas requeridas para configurar el ilícito constituyó un aporte que integra la
realización típica en conjunción con algunos de sus agentes más cercanos. Cada uno de ellos tuvo
un rol determinado que en conjunto fueron necesarios para realizar por completo el tipo. Menem,
por su parte, dispuso de los medios y los funcionarios de su gobierno para dar inicio al sistema. Ello
no sólo se desprende de lo ya expuesto hasta aquí; además ha sido corroborado en concreto por
los dichos de las personas que han brindado su testimonio durante la investigación, las cuales
fueron contestes en afirmar que aquél ejerció la presidencia de un modo absolutamente
personalista, concentrando todo el poder de determinación sobre los asuntos de Estado, y que
por él pasaban todas las decisiones que hacían a la competencia del Poder Ejecutivo Nacional en
su conjunto, entre las cuales se encontraba, claro está, la disposición de millonarias sumas de
40
Poder Judicial de la Nación
dinero (extraídas de fondos secretos) para ser aplicadas a engrosar los salarios de sus Ministros y
Secretarios de Estado.
Partiendo de la base de la existencia del sistema, obran agregadas en autos
pruebas concretas acerca de la intervención dolosa de Menem en los hechos por los cuales se
desviaron fondos reservados a organismos que no debían rendir cuentas de su destino con la
finalidad de hacer uso de ellos indiscriminadamente. Entre ellas, resulta contundente el hecho que
el ex Presidente suscribió personalmente algunas de las normas de transferencia de fondos (vgr.
decreto 1014/98, por el cual se dispuso transferir $1.000.000 del Ministerio de Justicia a la SIDE;
decreto 1264/98 por el cual se dejó sin efecto el anterior y se transfirieron $2.000.000 del
Ministerio de Economía a la SIDE). Sobre estas normas y sus implicancias se expidieron
extensamente tanto el contador Popritkin como el Lic. Tolosa (ver fs. 1260/71 y 1152/4
respectivamente).
Más allá de esta intervención específica en el hecho, varios testigos se refirieron a
la utilización de fondos reservados para fines ajenos a la seguridad e inteligencia nacionales. Así,
pueden resaltarse los dichos de Tarcisio Peralta, quien relató que por orden de Ema Gatica
USO OFICIAL
concurría a la Secretaría de Estado y al PAMI a retirar dinero por orden de ésta, de Bauzá, de
Corach y de Ramón Hernández, en sumas que siempre eran variadas (a veces retiraba $300.000, a
veces $500.000, etc.). Aseguró que ese dinero se lo entregaba en mano a cualquiera de los
funcionarios mencionados y era destinado a distintos fines. Luego afirmó que la íntima amistad
que unía a María Ema Gatica con el Presidente Menem le permitía a Aiello hacer todo tipo de
negociados corruptos (aclarando que Aiello era hermano por parte de madre de Gatica). Otro dato
aportado por el nombrado fue que en el mundial de Italia ’90 le habían entregado a él un millón y
medio de dólares para que Menem pudiera viajar a presenciarlo (ver fs. 885/6).
Deben ser destacadas también las distintas oportunidades en las cuales el Sr.
Domingo Cavallo efectuó relatos sobre el punto. Así, en la carta de lectores publicada por éste en
La Nación, refería que Menem había dispuesto que los “reintegros por gastos protocolares” se
hicieran utilizando el dinero destinado a gastos reservados (ver fs. 1622/3). En la publicación
efectuada en su propia página web (www.cavallo.com.ar), el ex Ministro de Economía refirió que
había sido Menem quien había tomado la decisión de que el pago de esos sobresueldos fuera
secreto: “…predominó el criterio de evitar que ese reintegro de gastos tuviera difusión y el
Presidente decidió que se pagaran en forma secreta. Recuerdo que tanto los asesores legales de los
órganos responsables de administrar los fondos de la ley secreta 18.302 como la Secretaría Legal y
Técnica de la Presidencia, el Ministerio de Justicia y la Procuración del Tesoro opinaron que ese
encuadre legal era posible” (ver fs. 1596/7). Estas circunstancias dan por sentado que Menem no
sólo conocía el sistema, sino que era quien lo había ideado, había efectuado consultas técnicas
para su implementación y había dispuesto su inicio y ejecución.
A modo de indicio también puede ser citada la nota periodística publicada en los
diarios La Nación y Clarín el 28/5/04, relevando las declaraciones efectuadas por Carlos Menem
ante el diario chileno El Mercurio por medio de las cuales reconocía que los funcionarios de su
gobierno cobraban sobresueldos (ver fs. 1370 y 1423).
41
Otro ex funcionario del gobierno menemista aportó detalles acerca del modo en
que se trataba internamente la cuestión. El Dr. Caro Figueroa relató cómo a principios de 1994
había conversado con Cavallo acerca del sistema, acordando ambos en que debía ser modificado,
tras lo cual “Cruzamos la calle y lo fuimos a ver al Presidente. Le planteamos que había que
reemplazar el régimen de remuneraciones de los altos cargos sincerando la situación, incluso ante la
opinión pública. Si bien no recuerdo con precisión, por esa misma fecha el Ministro de Economía
declaró públicamente que gastaba diez mil pesos para vivir. Y el Presidente nos dijo que estaba de
acuerdo, que le lleváramos un decreto a la firma, con la única condición de que lo excluyeran de ese
decreto. Ese fue el origen del decreto 838/94. Demoramos hasta julio pero finalmente salió” (ver fs.
5986).
Amén de ello, resulta improbable y sin sustento en los elementos de prueba
obtenidos en el proceso que los funcionarios de inferior jerarquía al Presidente hayan ideado y
puesto en práctica un sistema de sobresueldos de estas características sin su anuencia. El
conocimiento que el ex Presidente tenía sobre la existencia de ese sistema surge no sólo de que se
trató de un asunto de público conocimiento, dado a publicidad incluso por los periódicos de
distribución masiva, sino también de situaciones puntuales ocurridas en el seno del gobierno
mismo que de ningún modo podían ser desconocidas por Menem, entre las que pueden
destacarse la reunión de gabinete cuyos detalles fueron aportados por María Julia Alsogaray, en la
que aquél estaba presente y en la cual se dieron indicaciones de cómo declarar estos ingresos, así
como la presencia de Carlos Tacchi en el Congreso Nacional dando directivas sobre cómo declarar
los fondos percibidos, cuya versión taquigráfica obra agregada en estos autos principales (ver fs.
1331/1346).
Además, todas las personas que declararon en el expediente, integrantes del
Poder Ejecutivo a cargo de Menem, refirieron que la percepción del plus salarial era una situación
conocida por todos, de manera que difícilmente pueda alegarse un desconocimiento del
nombrado sobre ello. La propia Alsogaray relató que tras la publicación efectuada por Página 12
acerca del contenido de sus declaraciones juradas, Menem le había comentado que esperaba que
esto no le trajera problemas (ver fs. 6526).
De tal conocimiento se desprende su anuencia, la cual como hipótesis de mínima
resulta suficiente para atribuirle responsabilidad omisiva por el ilícito investigado, en tanto era el
máximo funcionario competente por los fondos públicos involucrados en el sistema en cuestión.
Pero la entidad que revistió el sistema, la mecánica propia que se le imprimió y las cuantiosas
sumas involucradas dan cuenta de que este sistema no se instituyó por decisión de funcionarios
subordinados a Menem, sino que fue la decisión política adoptada por el Presidente de la Nación,
como el máximo responsable del Estado y el único funcionario competente para dar las órdenes y
las directivas a sus ministros de poner en práctica un sistema de pagos de estas características.
Tengo así por probado que Carlos Menem, en su carácter de Jefe de Estado, tomó
la decisión y dio la orden definitiva para dar inicio al funcionamiento de este sistema, designando a
los funcionarios que ejecutarían cada una de las acciones necesarias para su funcionamiento y
dotándolos de la autoridad suficiente para ello, disponiendo concretamente el traspaso de los
42
Poder Judicial de la Nación
fondos requeridos para alimentar el fondo general de sobresueldos necesario para disponer del
dinero en efectivo, determinando el modo y los espacios públicos en los cuales estas acciones se
desarrollarían, etc.
Tal conducta desplegada por él constituyó un aporte constitutivo de una maniobra
ejecutada en coautoría con sus ministros y funcionarios de mayor confianza, que dio inicio a la
acción típica de sustracción que aquí se está investigando. Con tal aporte comenzó el riesgo de
que los caudales dispuestos fueran sustraídos de la esfera del patrimonio estatal, puesto que el
sistema estaba instituido con tal informalidad que daba lugar a que el dinero fuera destinado a
cualquier fin, no sólo a los fines remunerativos supuestamente perseguidos. Y en tal sentido
resulta indiferente que quienes hayan actuado a continuación de él fueran también funcionarios
competentes, puesto que lo relevante es que por orden de él se montó un esquema de
distribución que daba lugar a la apropiación final, y tras esa orden no adoptó ningún mecanismo
para el control del destino de los fondos; todo lo contrario, la esencia misma que le otorgó era la
informalidad, la entrega “en negro” necesaria para la distribución arbitraria.
Más allá de ello, lo cierto es que este aporte concreto efectuado por Carlos Menem
USO OFICIAL
43
de normas que transfirieron millonarias sumas hacia la Secretaría de Inteligencia del Estado, las
cuales fueron objeto de sustracción en la forma explicada en el acápite anterior (Cfr. Resolución
de la OA Nro. 849/04 de fs. 426/58Vta. y documentación remitida por la Secretaría Legal y Técnica
a fs. 2297/2299 y 2317/8).
“Prueba de ello, resultan ser los cuadros que lucen agregados a fs. 1233 y 1260, de
los cuales surge claramente el significativo aumento que dicha maniobra implicó en las partidas de
gastos reservados que fueron adjudicadas a la Secretaría de Inteligencia del Estado en el período
investigado, pues de los $90.019.500 y $87.548.300 que percibió en los años 1989 y 1990
respectivamente, pasó a erogar $197.958.900 en 1991, un promedio de aproximadamente
$250.000.000 en el período 1992/1998 y $300.088.000 en el año 1999 (sumas de dinero que,
conforme lo oportunamente sindicado, eran equivalentes a dólares estadounidenses).
“Otro extremo que define la intervención en los hechos del ex Presidente Menem,
fue su concurrencia en la reunión de gabinete llevada a cabo entre fines de 1992 y principios de
1993, en la que Cavallo dio precisas directivas para que las sumas percibidas con motivo de dicho
sistema ilícito sean consignadas en las declaraciones juradas de los funcionarios, en una
proporción que les permitiese justificar sus gastos mensuales. Al respecto, la imputada María Julia
Alsogaray fue precisa al señalar que en esa oportunidad “estaba presente el Presidente de la
Nación porque no se hacían reuniones de Gabinete sin el Presidente”, siendo aún mas elocuente al
señalar que “esas reuniones se hacían siempre con el Presidente y con un número sustancial de
Ministros” (Cfr. indagatoria de fs. 6514/6527).
“En función de la naturaleza de la cuestión planteada y las directivas formuladas,
es innegable que dicha convocatoria, desde una perspectiva institucional, reflejó una clara
manifestación de la voluntad presidencial en favor del funcionamiento del sistema ilícito que ya se
encontraba instaurado en el seno del Poder Ejecutivo Nacional.
“En igual sentido, debe valorarse la reunión que a principios del año 1994 mantuvo
el imputado con Cavallo y el entonces Ministro de Trabajo José Armando Caro Figueroa en la que,
ante la propuesta efectuada por los nombrados de reemplazar el sistema ilícito en cuestión y
sincerar la situación ante la opinión pública, les manifestó que estaba de acuerdo y les pidió que le
llevaran un decreto a la firma, con la única condición de que lo excluyeran del mismo (Cfr.
declaración indagatoria de Caro Figueroa de fs. 5976/5987Vta).
“La actividad exteriorizada por el ex Presidente de la República durante los diez
años de su mandato, cuyos hechos más trascendentes han sido descriptos anteriormente, sumado
las características de la maniobra de sustracción investigada, esto es que se haya materializado
dentro de la organización administrativa del gobierno, que haya abarcado en forma simultánea y
coordinada una gran cantidad de funcionarios de distintos Ministerios y Secretarias de Estado, que
se haya prolongado extensamente en el tiempo y que haya insumido considerables sumas de
dinero, permiten inferir fundadamente a este Ministerio Público, con el grado de provisionalidad
que es propio de esta etapa procesal, que contó con su permanente anuencia, además de haber
sido él quien lo ideó e implementó.
44
Poder Judicial de la Nación
“Las declaraciones que el imputado formuló al periódico chileno “El Mercurio” son
elocuentes en el sentido indicado, pues, tras ser requerida su opinión sobre la condena dictada a
su ex funcionaria María Julia Alsogaray por el delito de enriquecimiento ilícito, admitió que los
sobresueldos venían de de los años 70” y que en todos los gobiernos que se sucedieron los
funcionarios recibían una especie de sobresueldo (Cfr. artículos publicados en los diarios “La
Nación” y “Clarín” de fecha 28 de mayo de 2004, agregados a fs. 1370 y 1423).
“En igual sentido, debe ponderarse la exposición efectuadas en el año 1994 por el
entonces Secretario de Ingresos Públicos, Dr. Carlos Tacchi, ante Comisión de Presupuesto y
Hacienda Cámara de Diputados de la Nación, de las cuales surge con evidente claridad el carácter
público que había adquirido la cuestión en el año 1994 y los esfuerzos que constantemente se
realizaban desde las mas altas esferas del Poder Ejecutivo por intentar justificar la maniobra,
denotando la voluntad de mantenerlo en funcionamiento (fs. 1331/1346).
“Para finalizar este acápite, corresponde descartar el argumento introducido por el
imputado al brindar su descargo por escrito en autos -fs. 6339/55-, consistente en que la
administración general del país y la ejecución del presupuesto no le correspondían a él sino al Jefe
USO OFICIAL
45
“El Dr. Carlos Saúl MENEM instauró durante el periodo en que ejerció la primera
magistratura del país un método mediante el cual, conforme fuera debidamente explicado a lo
largo de esta presentación, se utilizaron fondos públicos provenientes de partidas asignadas por
Ley de Presupuesto a gastos reservados para entregar sumas de dinero a funcionarios del P.E.N.,
en forma adicional y paralela al salario que éstos recibían mensualmente.
“El modo en que se llevó a cabo la maniobra dentro de los resortes de la
organización administrativa del gobierno, su alcance general, que abarcó en forma simultánea y
coordinada distintos Ministerios y Secretarias de Estado, y la prolongación en el tiempo hasta la
finalización de su extenso mandato, revelan con total claridad que el sistema de pagos contó con
la decisión original y la permanente aquiescencia de la máxima autoridad del Poder Ejecutivo
Nacional.
“El Presidente de la Nación en nuestro diseño constitucional es el titular del Poder
Ejecutivo de modo unipersonal y tiene a su cargo la administración general del país (anterior
artículo 86, inc. 1, de la Constitución Nacional).
“La reforma de 1994 agregó que “es jefe de gobierno y responsable político de la
administración general del país” (art. 99, inciso 1º); supervisa “el ejercicio de la facultad del jefe de
gabinete de ministros respecto de la recaudación de las rentas de la Nación y de su inversión, con
arreglo a la ley o presupuesto de gastos nacionales del país” (art. 99, inc. 10º) y pide “al jefe de
gabinete de ministros y a los jefes de todos los ramos y departamentos de la administración, y por su
conducto a los demás empleados, los informes que crea convenientes, y ellos están obligados a
darlos” (art. 99, inc. 17º).
“Desde la óptica de dichas atribuciones constitucionales resulta patente que
solamente el titular único de un Poder Ejecutivo fuerte podía tomar la decisión de establecer un
sistema ilícito de pago que alcanzara a ministros de despacho e impartir las ordenes necesarias
para su implementación a los funcionarios que, de acuerdo a cada etapa de la maniobra y sus
específicas competencias, tuvieran sucesivamente responsabilidades en la administración de los
fondos públicos que finalmente fueron sustraídos conforme el plan establecido.
“El funcionamiento de dicho sistema surge del plexo probatorio reunido en autos
conforme fuera señalado en el capítulo correspondiente a la descripción general de la maniobra
(cfr. informes elaborados por la Oficina Anticorrupción -Resolución O.A. 849/04-, de fs. 426/458 y
el perito Cdor. Alfredo POPRITKIN de fs. 1260/1271; los estudios periciales contables realizados en
la causa Nº 512/2001 del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 3, glosados a fs.
506/511, 519/541, 555/558 y 1210/1233; el testimonio de funcionarios clave del sistema
presupuestario, Roberto E. TOLOSA, de fs. 1152/1154 y 3964 y César DURO, Contador Gral. de la
Nación, de fs. 1512/1513; los informes del Ministerio de Economía obrantes a fs. 1691/1723 y la
Oficina Nacional de Presupuesto, de fs. 1773/1778; así como las declaraciones de los testigos
MARTÍNEZ MEDINA, fs. 7/10, 100, 105/106 y 128/12927; Judith Rosario VAIO, fs. 40/41; Dora O. DI
27
Las dos últimas citas corresponden al testimonio del nombrado en la causa “ALSOGARAY, María Julia s/
enriquecimiento ilícito”, Expte. Nº 648 del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 4.
46
Poder Judicial de la Nación
PASCUO, fs. 11128 y 171/173; Adrián Eduardo DE SANTIS, fs. 772/774; e imputados ALSOGARAY, fs.
1123/1143 -causa por enriquecimiento ilícito- y 5989/6000; y CAMILIÓN, fs. 623/626 y 1616/1620).
“Por otra parte en la reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la
Honorable Cámara de Diputados de la Nación, celebrada el 16 de marzo de 1994, el entonces
Secretario de Ingresos Públicos, Dr. TACCHI, dejó entrever que la percepción de sumas
provenientes de fondos reservados por parte de altos funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional
constituía una situación generalizada que aún no podía ser puesta en conocimiento a la sociedad
(cfr. fs. 1331/1346).
“En términos más explícitos, el ex Ministro de Economía, Obras y Servicios
Públicos, Domingo Felipe CAVALLO, reconoció públicamente que fue el ex presidente quien
decidió el pago en forma secreta de los denominados sobresueldos (cfr. fs. 1596/1597). A su vez el
ex Ministro de Trabajo y Seguridad Social, Dr. Armando CARO FIGUEROA, relató que mantuvo
conversaciones con el Dr. CAVALLO referidas a ese sistema de pagos, señalándole que le parecía
hipócrita y poco transparente, y que ambos decidieron ir a ver al ex Presidente a quien le
plantearon que había que reemplazar el régimen de remuneraciones de los altos cargos. En dicho
USO OFICIAL
encuentro, el Dr. Carlos Saúl MENEM se mostró de acuerdo les dijo que estaba de acuerdo y pidió
que le llevaran un decreto a la firma, con la única condición de que lo excluyeran de ese decreto
(cfr. fs. 5986).
“Otra circunstancia que define su grado de intervención en los hechos está dada
por su presencia en la reunión de gabinete durante la cual el ex ministro CAVALLO y sus
colaboradores dieron indicaciones técnicas respecto a que debía declararse el dinero percibido
como provenientes de fondos de la Ley 18.302. Es innegable en virtud de la naturaleza de la
cuestión planteada y las directivas formuladas que dicha convocatoria, desde una perspectiva
institucional, reflejó una nueva manifestación de la voluntad presidencial en favor del
funcionamiento del sistema. Resultan esclarecedores en este sentido los dichos de María Julia
ALSOGARAY que dan cuenta de que en esa reunión, el Dr. CAVALLO manifestó que había que
declarar los sobres porque los organismos fiscales estaban mejorando sus métodos y podían
haber discrepancias entre las declaraciones de gastos e ingresos (respecto de este suceso resultan
demostrativas las declaraciones testimonial e indagatoria de María J. ALSOGARAY, fs. 1030/1031
vta. y 5989/6000 vta. -ver fs. 5997 vta.-; declaración indagatoria de CAVALLO, fs. 6630/6641 -ver fs.
6632 vta./6633-29; publicación en la página web del nombrado -fs. 1596/1597-; declaración
indagatoria de José Armando CARO FIGUEROA, fs. 4284/4293 vta. -ver fs. 4293-).
“Dentro de este desarrollo del cuadro indiciario y probatorio reunido, que da
sustento al reproche que se le formula al ex Presidente de la Nación, cabe hacer mención al
contenido de los artículos publicados en los diarios “La Nación” y “Clarín” de fecha 28 de mayo de
2004, en los que se reprodujeron declaraciones de Carlos Saúl MENEM formuladas al periódico
chileno “El Mercurio”. Dichas publicaciones son contestes respecto a que el nombrado, tras ser
requerida su opinión sobre la condena dictada a su ex funcionaria María Julia ALSOGARAY por el
28
Declaración de la nombrada en la causa “ALSOGARAY s./enriquecimiento ilícito”.
29
El nombrado reconoció la existencia de dicha reunión.
47
delito de enriquecimiento ilícito, admitió que los “sobresueldos vienen de los años 70” y que en
todos los gobiernos que se sucedieron “los funcionarios recibían una especie de sobresueldo” (cfr
fs. 1370 y 1423).
“La valoración racional de aspectos medulares como las considerables sumas de
dinero que fueron desviadas y destinadas a los pagos ilícitos, la cantidad de funcionarios de alta
jerarquía que percibieron sobresueldos y el conocimiento generalizado en áreas relevantes de la
administración pública nacional del sistema ilícito implementado, resultan decisivos a la hora de
delinear la responsabilidad del Dr. Carlos Saúl MENEM en su configuración bajo el amparo del
dictado de actos administrativos en los que se encubrió su autentica finalidad.
“El ex Presidente dispuso la conformación de un fondo general de sobresueldos
que fue alimentado con el aporte de organismos que tenían asignados fondos reservados y el
desvío de sumas desde organismos no autorizados a recibir fondos reservados a dependencias
que sí lo estaban, lo que se instrumentó mediante el dictado de diversas normas en las que, en
algunos casos, tuvo directa intervención. La administración de dicho fondo funcionó en el ámbito
de la Secretaría General de la Presidencia y luego de la reforma constitucional de 1994, en la
Jefatura de Gabinete de Ministros. Por su sistema diferenciado de control esta modalidad le
permitió al Poder Ejecutivo disponer de una gran masa dineraria que en apariencia sería afectada a
cuestiones vinculadas con la seguridad, inteligencia o defensa del Estado, pero que en realidad
terminaron siendo aplicados a una finalidad ilícita.
“Puntualmente, en el marco de la maniobra correspondiente al ámbito del
Ministerio de Justicia, se verificó que el Dr. Carlos Saúl MENEM suscribió dos decretos a través de
los cuales se decidió la ilegítima transferencia de fondos del Ministerio de Justicia a la Secretaría
de Inteligencia. Mediante Decreto “S” N° 1014/98 del 1 de septiembre de 1998, el ex presidente
dispuso transferir $ 1.000.000 del presupuesto de ese Ministerio a la SIDE (nomenclador 3.9.2.
“Gastos reservados”, de ese organismo); al mes siguiente mediante el Decreto “S” N° 1264/98 (23-
10-1998), dejó sin efecto ese acto y dispuso la transferencia de $ 2.000.000 del presupuesto del
Ministerio de Economía a la SIDE.
“Conforme fuera señalado en el capítulo donde se explicó el engrosamiento del
fondo común de sobresueldos mediante transferencias “inter-organismos”, la derogación del
Decreto N° 1014 habría estado motivada en que los fondos girados desde el Ministerio de Justicia
provenían de fuente de financiamiento 13, que corresponden a gastos con afectación específica y
son el producto de actividades del organismo (p. e.: la prestación de servicios a terceros), mientras
que la ley de presupuesto no preveía esa fuente de financiamiento respecto de la SIDE (Cfr.
Resolución 849/04, pp. 12/13).
“Con relación al dictado del Decreto “S” 1014/98, pudo establecerse la ausencia de
constancias documentales que dieran sustento a la modificación presupuestaria dispuesta en esa
norma y, por otra parte, se determinó que durante ese año y el siguiente el Ministerio de Justicia
asistió económicamente a la Jefatura de Gabinete de Ministros que a su vez derivó fondos a la
Secretaria de Inteligencia del Estado (en 1998 Decretos N° 378; N° 740; N° 1278; N° 1306; N° 1416 y
en 1999 N° 42; N° 291; N° 576 y N° 1023) perfeccionado una triangulación (cfr. Resolución OA cit. pp.
48
Poder Judicial de la Nación
11/12 y 15; fs. 1153 vta. de la declaración de Roberto Edgardo TOLOSA y fs. 1268 vta. informe técnico
del Cdor. POPRITKIN).
“En este contexto, fueron traspasados fondos desde el Ministerio de Justicia hacia
el organismo de inteligencia para ser utilizados en el sistema de pago descripto, conforme la
imputación formulada respecto del ex ministro Raúl GRANILLO OCAMPO y el ex Subsecretario de
Coordinación José Domingo CORONEL.
“Resulta incuestionable que en uso de atribuciones presidenciales en materia de
autorización de gastos y ordenación de pagos el Dr. Carlos Saúl MENEM dispuso el destino de
fondos públicos a través de los numerosos decretos que reasignaron partidas presupuestarias
para engrosar los gastos reservados, fundamentalmente del organismo de inteligencia. Prueba de
ello resultan, además de las transferencias detalladas a lo largo de esta presentación, las normas
remitidas por la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación (cfr. fs. 2297/2299),
mediante las cuales se dispusieron modificaciones al Presupuesto General de la Administración
Nacional, reasignando más de quinientos setenta millones de pesos en favor de la Secretaría de
Inteligencia, con partidas que inicialmente habían sido presupuestadas para otros organismos y
USO OFICIAL
funciones del Estado (Decretos N° 1580/92, N° 2188/93, N° 1682/94, N° 104/94, N° 407/95 “R”, N°
778/95, N° 607/96, N° 1184/96 “R”, N° 1571/96 “R”, N° 865/97 “R”, N° 992/97 “R”, N° 330/98 “R”, N°
378/98 “R”, N° 379/98 “R”, N° 739/98 “R”, N° 740/98 “R”, N° 813/98 “R”, N° 1014/98 “R”, N°
1036/98 “R”, N° 1264/98 “R”, N° 1278/98 “R”, N° 1383/98 “R”, N° 1416/98 “R”, N° 42/99 “R”, N°
204/99 “R”, N° 291/99 “R”, N° 336/99 “R”, N° 470/99 “R”, N° 513/99 “R”, N° 576/99 “R”, N° 640/99
“R”, N° 822/99 “R”, N° 999/99 “R”, N° 1015/99 “R”, N° 1023/99 “R” y N° 1280/99 “R”).
“En base a las argumentaciones expuestas y en la inteligencia de que el Estado no
puede alcanzar sus objetivos de cualquier modo, esta parte considera que se encuentra acreditado
de modo suficiente que el Dr. Carlos Saúl MENEM ejerció facultades de disposición de bienes de la
administración pública nacional aplicándolas a finalidades contrarias al orden jurídico”.
En cuanto al valor jurídico otorgado por la OA a esta conducta, entendió: “El art.
261, C.P., sanciona cualquier maniobra, omisiva o comisiva, que redunde en la sustracción de
caudales o efectos cuya administración o custodia le haya sido confiada al autor por razón de su
cargo.
“En su carácter de Presidente de la Nación, el Dr. Carlos Saúl MENEM estuvo a
cargo de la administración de los fondos públicos asignados presupuestariamente a gastos de
seguridad e inteligencia y como tal ostentaba una posición de garante respecto de la intangibilidad
y adecuada disposición de los caudales. Contrariamente al cumplimiento de dicho deber y
persiguiendo una finalidad ilícita instauró un sistema mediante el cual se utilizaron fondos públicos
provenientes de partidas asignadas por Ley de Presupuesto a gastos reservados para entregar
sumas de dinero a funcionarios del P.E.N., en forma adicional y paralela al salario que éstos
recibían mensualmente, en cuyo contexto suscribió dos decretos a través de las cuales se decidió
la ilegítima transferencia de fondos del Ministerio de Justicia a la Secretaria de Inteligencia.
49
“Explica BUOMPADRE que “El funcionario ‘administrador’ es aquel que, con arreglo
a los ordenamientos respectivos, posee facultades de disposición de los bienes, es decir que tiene
legalmente facultades para aplicarlas a finalidades determinadas por el orden jurídico…30”. A la hora
de determinar las competencias para la autorización de los gastos y ordenación de pagos el
anterior artículo 86, inciso 13, y la norma constitucional del art. 99, inc. 10, erigen al Presidente de
la Nación en el ordenador máximo de la hacienda u “ordenador primario”. En razón de ello cabe
concluir que, en un marco de coautoría, el Dr. MENEM tuvo el dominio funcional del hecho, es
decir, tanto el dominio sobre la decisión de llevar adelante y continuar este ilícito como el dominio
sobre su configuración concreta, toda vez que en su carácter de titular del Poder Ejecutivo de la
Nación estaba obligado a destinar y supervisar la utilización de los fondos de carácter reservados
hacia los fines lícitos para los que estaban previstos: inteligencia y seguridad del Estado.
“La calidad de coautor del delito de peculado responde a que el co-dominio
funcional del hecho es consecuencia de una decisión común respecto del sistema ilícito que
vincula a los protagonistas entre sí en una actuación conjunta y coordinada para obtener el
resultado acordado. En este razonamiento se tiene por acreditado que el Dr. Carlos Saúl MENEM
implementó un sistema en el que, de acuerdo al plan establecido, tuvieron intervención otros
coimputados con responsabilidades en la administración de los fondos de carácter reservados que
fueron finalmente girados a la Jefatura de Gabinete y al Ministerio de Defensa, para su posterior
distribución y apartamiento definitivo conforme a la finalidad ilícita convenida.
“En cuanto al aspecto subjetivo se desprende sin hesitación alguna de las
probanzas arrimadas al proceso, particularmente de las propias condiciones y circunstancias en las
que instauro e implemento el sistema y la forma en que en sostenidamente dirigió su accionar
fuera del deber de sus funciones en esa materia, que su comportamiento fue llevado a cabo con
conocimiento y voluntad realizadora de apartar fondos públicos de la administración pública
nacional”.
El estado de la causa respecto del imputado Menem, tal como fue evaluado por los
acusadores, y conforme fuera analizado también con extensión en el auto de procesamiento,
resulta suficiente para proceder a la siguiente etapa procesal. No corresponde aquí agregar más a
dicho auto que lo afirmado entonces por este Tribunal, máxime porque la defensa no ha aportado
argumentos para oponerse a la elevación a juicio y porque la tarea desarrollada por el Fiscal y la
querella ha terminado de fundar suficientemente el cierre de esta etapa. De este modo, entiendo
por demás fundada la solicitud de la acusación de elevar la causa a juicio en relación con Carlos
Saúl Menem.
30
Buompadre, Jorge E., Derecho Penal. Parte Especial, tomo 3, Ed. Mave, Buenos Aires, 2003, p. 255.
50
Poder Judicial de la Nación
parte de distintos funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional durante los dos períodos
presidenciales de Carlos Saúl Menem.
La actividad desarrollada por el imputado se suscitó mientras se desempeñaba
como Ministro de Economía, entre el 31 de enero de 1991 y el 26 de julio de 1996, y estuvo
representada por los siguientes aportes:
1) Haber impartido, en una reunión de gabinete celebrada entre fines del año 1992
y principios del año 1993, precisas directivas a los funcionarios públicos presentes, entre quienes
se encontraban el Presidente de la Nación conjuntamente con los Ministros y Secretarios de
Presidencia, para que consignasen en sus declaraciones de ingresos ante la Administración Federal
de Ingresos Públicos las sumas incorporadas a su patrimonio como consecuencia del sistema de
sustracción que venía siendo ejecutado, en una proporción que les permitiese justificar sus gastos
y poder posteriormente alegar que esos montos tenían una finalidad salarial compensatoria.
Asimismo, brindando también su asesoramiento técnico durante la ejecución de
dicho sistema ilícito, mantuvo a principios del año 1994 una reunión con los entonces Presidente
de la Nación y Ministro de Trabajo, Carlos Saúl Menem y José Armando Caro Figueroa, cuya
USO OFICIAL
Al expedirse en los términos del artículo 349 del código de rito, la defensa de
Cavallo se opuso a la elevación a juicio de la causa a su respecto, instando su sobreseimiento. A tal
efecto, argumentó sintéticamente: i) que jamás había sospechado que las sumas percibidas en
carácter de “sobresueldo” en los años 1991, 1992 y 1993, provenían de un hecho ilícito; ii) que, de
31
Respecto de quien a fs. 4369 se declarara extinguida por muerte la acción penal.
51
haberlo conocido, de ninguna manera las habría recibido; y iii) que, quien descreyera de esa
actitud o de su honestidad, deberá convenir en que, puesto a delinquir, al menos no las habría
declarado, “puntual e íntegramente”, como lo hizo; lo cual era una exhibición rotunda de su falta
de conocimiento de cualquier ilicitud.
Para dar sustento a tales afirmaciones, en primer lugar alegó el defensor que en los
años en los cuales se había desarrollado la maniobra atribuida a Cavallo nadie conocía el texto de
la ley secreta 18.302, ni siquiera el nombrado. Pese a ello, entendió el Dr. Oderigo, los dos
acusadores habían exprimido los argumentos y habían compuesto una interpretación de los
sucesos “francamente disparatada”.
Por otro lado, a criterio del defensor, de las pruebas en las cuales tanto los
acusadores como este Tribunal habían sostenido la imputación contra Cavallo “no pueden
extraerse, ni cercanamente, las consecuencias cargosas que pretenden…”.
Frente a estas consideraciones efectuadas por la defensa –que son las que tienen
alguna referencia al hecho investigado— debe indicarse que resultan en su esencia afirmaciones
genéricas sin correlato fáctico. La única cuestión concreta que se cuestiona es la falta de
conocimiento de Cavallo acerca del origen ilícito del dinero que recibía. Ya en el auto de
procesamiento dictado a su respecto se analizó acabadamente la concurrencia de dolo en la
realización de la conducta imputada (que no es exclusivamente el cobro de sobreasignaciones
dinerarias) y a ello la defensa no ha agregado ningún elemento nuevo que permita conmover el
criterio ya sentado en dicho resolutorio, en el cual se dijo que Cavallo, en su carácter de máxima
autoridad técnica en la materia, había asistido al entonces Presidente en el asesoramiento e
impartido directivas a los funcionarios acerca de cómo justificar los fondos recibidos
irregularmente.
Tal conducta constituyó el aporte efectuado por el ex Ministro de Economía, en
una clara división de funciones de la maniobra de peculado que se está investigando. Ello ocurrió,
al menos, en la reunión de gabinete aludida por María Julia Alsogaray, en la cual además estaban
presentes no sólo el Presidente de la Nación sino la mayoría de sus ministros. Alsogaray recordó
expresamente que el Dr. Cavallo había dicho en aquella reunión “Hay que declarar el sobre porque
los organismos técnicos fiscales están mejorando sus métodos y podría llegar a haber discrepancias
entre lo declarado como gastos y lo declarado como ingresos”. El contenido de esta orden del ex
Ministro da cuenta de un funcionario con decisión e intervención concreta en el sistema que se
encontraba en funcionamiento dentro del PEN, de un funcionario que había analizado
detenidamente el estado de la cuestión, que seguramente lo había conversado en distintas
oportunidades con el Presidente y, centralmente, que advertía con claridad la irregularidad del
sistema en el que estaba interviniendo y del cual estaba recibiendo dinero para su beneficio
personal.
A una reunión de Gabinete “ampliada” se refirió también el Lic. Santiago Montoya
en su testimonial de fs. 1565, indicando que el Dr. Cavallo había ordenado a todos los allí presentes
que quienes recibían dinero debían tributarlo del modo en que a continuación les indicaría Carlos
Tacchi (quien así lo había hecho).
52
Poder Judicial de la Nación
Una situación similar fue aludida por Carlos Sánchez en su indagatoria, recordando
que en una reunión llevada a cabo en el salón Padilla del Ministerio de Economía a la que habían
asistido la totalidad de funcionarios del equipo de Cavallo (aproximadamente cien personas), éste
les había informado que ese mecanismo de cobro contaba con la opinión favorable de los órganos
responsables de administrar los fondos de esa ley secreta, indicándoles asimismo que debían
volcar dichas sumas en sus respectivas declaraciones juradas (cfr fs. 3626/33).
El conocimiento que el Sr. Cavallo tenía respecto de los hechos surge de tales
eventos e incluso de sus alegadas gestiones para regularizar el pago de sumas en negro a los
funcionarios, que habrían desembocado en el dictado del decreto 838/94.
Es decir, al menos desde su ingreso a la función en el año 1991, intervino en el
funcionamiento del sistema, en los términos ya detallados, asesorando en distintos ámbitos y en
reiteradas oportunidades a los funcionarios acerca de cómo justificar sus ingresos, conducta que
resulta un aporte esencial en la ejecución del sistema instaurado en la órbita del PEN.
Ello no desaparece por la valoración negativa que pudo tener acerca del sistema, la
que lo habría impulsado a normativizar el cobro de sobresueldos. Es irrelevante si el ex Ministro
USO OFICIAL
consideraba que era incorrecto el modo en que se abonaban las sumas a los funcionarios, lo
concreto es que, conociéndolo en toda su extensión, intervino en su funcionamiento, asesoró a
los funcionarios, avaló la distribución de dinero en la órbita de su propio Ministerio por parte de
Murina y, a la postre, cobró también parte del dinero desde su ingreso a la función en el año 1991.
Para realizar tal intervención, además, tuvo que haberse instruido previamente,
con la profundización técnico legal que ello implica, que acentúa el nivel de conocimiento acerca
de toda la realización del tipo y su ilegalidad. Nótese que Alsogaray refirió que en la mencionada
reunión de gabinete (acontecimiento reconocido por Cavallo en su descargo) se le había
preguntado al ex Ministro acerca de cómo declarar estos nuevos ingresos ante la DGI,
respondiendo éste que iba a consultarlo con los técnicos, tras lo cual llegó a todos los funcionarios
la indicación de declararlos como “ley 18.302”, que era una ley secreta (carácter que sólo revestían
las normas vinculadas con seguridad e inteligencia nacionales, lo cual debía ser conocido o al
menos presumido por todos los funcionarios involucrados, todos ellos ocupando los más altos
cargos del Estado Nacional).
En la misma línea adquiere valor el relato ya mencionado del ex Ministro de
Trabajo Caro Figueroa acerca de las reuniones mantenidas con Cavallo y con éste y el Presidente
Menem.
Además de ello, todos los eventos que dan cuenta de su intervención en la
realización de la maniobra investigada, a la postre, fueron reconocidos por Cavallo en las
presentaciones efectuadas en autos, más allá que les otorga allí un valor diferente, en razón de
que entiende que todos esos aportes significaron esfuerzos por desterrar el sistema.
En forma adicional, debe considerarse que en la órbita del Ministerio a cargo de
Domingo Cavallo el hoy fallecido Luis Murina distribuía con su aval los fondos que debían ser
entregados a los funcionarios de esa cartera, de manera tal que el ex Ministro también aportó el
espacio físico y el personal de la órbita de su Ministerio para la entrega de dinero. Un caso
53
concreto de la distribución que allí operaba fue el pago que hacía Murina mensualmente, por
orden de Cavallo, al Sr. Enrique Miguel N’Haux.
También refirieron haber cobrado estos fondos de manos de Murina (un
funcionario de extrema confianza del ex Ministro Cavallo) los siguientes agentes: Oscar Chialvo
(Presidente de la Comisión Liquidadora del Instituto Nacional de Reaseguros – fs. 4181/91); Juan
Schiaretti (Secretario de Industria y Comercio del Ministerio de Economía – fs. 5895/5906); Carlos
Sánchez (Subsecretario de Economía y Secretario de Comercio e Inversiones del Ministerio de
Economía – fs. 3626/45); Horacio Pericoli (Director del Banco Nación – fs. 5584/94); Guillermo
Harteneck (Subsecretario de Inversiones del Ministerio de Economía – fs. 5606/16).
De ello dan cuenta además las declaraciones juradas presentadas ante la AFIP por
algunos funcionarios de la órbita del Ministerio de Economía, en las que éstos volcaron la
percepción de fondos en virtud de la ley 18.302, como son los casos de Sánchez, Schiaretti, Tacchi,
Cottani, Harteneck y Cossio32, y las declaraciones juradas presentadas ante la Escribanía General de
la Nación por otros, con el mismo contenido, como son los casos de Cirio, Leguiza y Chialvo33.
Cabe apuntar aquí –aunque esta circunstancia tiene valor para todo el análisis de la
prueba efectuado en el presente resolutorio—, que la jurisprudencia de la Excma. Cámara del
Fuero y de la CSJN sostiene que los dichos vertidos por los coprocesados tienen valor probatorio
cuando no tratan de descargar su propia responsabilidad en sus consortes de causa34 y cuando
poseen, además, particular firmeza y estricta coherencia35, tal como sucede en este caso, en el
cual todos los declarantes efectúan un reconocimiento de la propia conducta sin sostener su
defensa en la responsabilidad de sus coimputados, de manera que su relato tiene valor probatorio,
máxime considerando que todos ellos dan cuenta de los hechos en forma coincidente entre sí y
respecto de todos los restantes elementos de prueba colectados.
Los pagos efectuados por Murina a los funcionarios del Ministerio de Economía
indican de que la distribución se llevaba a cabo con la anuencia del titular de esa cartera, Domingo
Cavallo. Pero su conducta no concluye allí, puesto que además en su caso particular él se llevaba
parte del dinero que estaba destinado a su Ministerio, tal como le fuera imputado oportunamente
en la declaración indagatoria prestada a fs. 5856/66. Esta conducta constituyó la conclusión de la
maniobra de peculado que se le atribuye.
De este modo, el ex Ministro realizó un aporte esencial para la implementación y
para el desarrollo del sistema, por su asistencia técnica y por ser uno de los titulares de los
ministerios en los cuales se recibían y se distribuían fondos entre los funcionarios. Este aporte es
constitutivo de la conducta típica de peculado realizada en conjunto con los demás funcionarios
involucrados.
32
Ver certificación de fs. 4936/49.
33
Ver sus DDJJ reservadas en Secretaría (sobres 16 y 19, Caja I).
34
CCCFed, Sala II, causa nº17.755 “Yoma”, rta. 24/5/01, reg. 18.691 y causa nº26.985 “Kaplan”, rta. 9/12/08, reg. 26.293 en
la cual la Sala II dejó sentado que no se encontraba vedada la posibilidad de evaluar como cargosos los dichos vertidos
por un coimputado por las razones expuestas.
35
CSJN Fallos 215:324.
54
Poder Judicial de la Nación
Acusación fiscal: “Al igual que en la situación anterior, los elementos de convicción
aunados al sumario resultan suficientes para tener por acreditados los distintos aportes que el ex
Ministro de Economía Domingo Felipe Cavallo efectuó al sistema de sustracción investigado en
autos, los cuales fueron individualizados en el acápite III.B.
“En relación al asesoramiento técnico brindado durante la ejecución del mismo, se
acreditó que, en instancias en las que dicho sistema se encontraba institucionalizado y resultaba
imposible ocultarlo ante los ojos de la sociedad debido a que el nivel de vida alcanzado por las
personas implicadas resultaba incompatible con el salario que percibían en razón de su cargo, el
nombrado intentó apaciguar la situación de intranquilidad que se había generado en el seno del
Poder Ejecutivo.
“Concretamente, en una reunión de gabinete llevada a cabo entre fines de 1992 y
principios de 1993, Cavallo dio a los presentes -Presidente de la Nación, Ministros, Secretarios de la
Presidencia y algún Diputado o Senador- precisas directivas para que las sumas sustraídas sean
declaradas en sus declaraciones de ingresos ante la Administración Federal de Ingresos Públicos
USO OFICIAL
36
QuienasuvezaportóunacopiadelformulariodelaDGIqueleentregaronenesaoportunidadyqueteníaescritodóndedebíaconsignarseesasuma.-
55
Caro Figueroa y Carlos Saúl Menem -ex Ministro de Trabajo y Presidente de la Nación,
respectivamente- cuya motivación principal fue la de reemplazar el régimen de distribución de
dinero instaurado en favor de los altos cargos del Poder Ejecutivo y sincerar la situación ante la
opinión pública, lo que dio origen al decreto Nro. 838 de fecha 27 de mayo de 1994, por el que se
aumentaron considerablemente los sueldos básicos de las autoridades superiores del P.E.N. y se
les asignó un importe mensual -equivalente al sueldo- en concepto de reintegro de gastos para
afrontar los gastos protocolares que la función les requiera, sin el requisito de la rendición de
cuentas.
“Dicha actividad, se tiene por probada a partir de las manifestaciones vertidas por
el imputado José Armando Caro Figueroa en su ampliación de indagatoria, quien, ante la pregunta
de esta Fiscalía sobre si había tenido conversaciones con el Dr. Cavallo en relación al cuestionado
sistema, dijo: “Efectivamente conversé de este tema con el Ministro de Economía, a quien
prácticamente no conocía, en el mes de febrero de 1994, señalándole que el sistema me parecía
hipócrita y poco transparente. Yo había asumido en diciembre de 1993. Entonces, él (estábamos
en su despacho) me dijo ‘comparto tu punto de vista; vamos a verlo al Presidente’. Cruzamos la
calle y lo fuimos a ver al Presidente. Le planteamos que había que reemplazar el régimen de
remuneraciones de los altos cargos sincerando la situación, incluso ante la opinión pública. Si bien
no recuerdo con precisión, por esa misma fecha el Ministro de Economía declaró públicamente
que gastaba diez mil pesos para vivir. Y el Presidente nos dijo que estaba de acuerdo, que le
lleváramos un decreto a la firma, con la única condición de que lo excluyeran de ese decreto. Ese
fue el origen del decreto 838/94. Demoramos hasta julio pero finalmente salió” (conf. fs. 5976/87).
“También se han probado debidamente en autos los aportes efectuados por
Cavallo para poder sacar definitivamente los fondos reservados de la esfera de custodia de la
administración pública, tanto en lo que atañe a las sumas de las que se apropió como las que
distribuyó para que sean sustraídas por otro (Cfr. acápites III.B.2 y III.B.3).
“En relación al primero de ellos, se acreditó que al tiempo que se desempeñaba
como Ministro de Economía de la Nación, percibió la suma de setenta y dos mil setecientos treinta
y seis pesos ($72.736) durante el año 1991, setenta y dos mil ciento treinta y dos pesos ($72.132)
durante el año 1992 y setenta y seis mil pesos ($76.000) en el año 1993, provenientes de partidas
presupuestarias asignadas a gastos reservados en virtud de la ley 18.302 “S”.
“Dicha actividad, además de haber sido reconocida por el propio Cavallo en la
entrevista brindada al Diario La Nación en fecha 15 de mayo de 2005 -Cfr. fs. 1622/3- y en su
declaración indagatoria -fs. 5856/5858-, es cuestión que se comprueba con las declaraciones
juradas que el imputado presentó ante la Dirección General Impositiva en los años 1991, 1992 y
1993, en donde consignó expresamente la percepción de esas sumas.
“En relación a la distribución de dinero supra señalada, se ha probado en autos,
con el alcance exigido en esta etapa del proceso, que el imputado le ordenó al Director General de
Administración de su Ministerio, Luís Murina, que le entregase a Enrique Miguel N´haux una suma
de dinero en efectivo mensual de esos fondos, lo cual fue cumplimentado por Murina mientras
N´haux desempeñó funciones laborales en el Banco Nación -marzo de 1991 a mayo de 1995- y el
56
Poder Judicial de la Nación
Ministerio de Economía -enero y septiembre de 1996-, haciéndole entrega de dos mil pesos
($2000) mensuales en un primer momento y luego de cuatro mil ($4000) o cinco mil pesos ($5000)
mensuales.
“Dicha actividad, se considera probada a partir de lo expresado por Enrique Miguel
N´haux al prestar su declaración indagatoria en autos -Cfr.5967/5975-, lo reconocido públicamente
por el propio Cavallo -Cfr. fs. 1622/3- y el contenido de la declaración jurada de impuesto a las
ganancias presentada por N´haux en el año 1994, de la cual surge que en ese período percibió un
total de $30.000 de fondos reservados provenientes del Art. 1 de la ley 18.302 “S” -Cfr. fs. 1812 y
2233-.
“Para concluir este acápite, cabe mencionar que todos los eventos que dan cuenta
de su intervención la maniobra investigada fueron reconocidos por Cavallo en el descargo
presentado por escrito en autos (fs.6630/41), mas allá de que le haya otorgado un valor diferente,
al estimar que significaron esfuerzos por desterrar el sistema.
“A criterio de este Ministerio Público, carece de relevancia que el ex Ministro haya
considerado incorrecto el modo en que se abonaban las sumas a los funcionarios si, conociendo el
USO OFICIAL
57
que la intención de otorgarle mayor transparencia o el afán de blanquear el mecanismo ilegal de
apropiación de F.R., nunca pudo haber subsanado el vicio originario que convertía a la acción que
se le imputa en ilícita. Ese vicio radica en el simple hecho de que los fondos de sobresueldos
utilizados provenían de recursos públicos que, de un modo u otro, habían sido presupuestados
como F.R. o convertidos en tales. Entonces, por el carácter mismo de los F.R. y en función de las
leyes especiales que para ese entonces los regulaban, esos recursos nunca pudieron haber sido
destinados para acabar en los bolsillos de funcionarios públicos que nada tenían que ver con las
actividades de seguridad, inteligencia o defensa del Estado.
“Por tal razón, entendemos que Domingo CAVALLO fue uno de los principales
responsables de la realización de la maniobra ilícita desplegada durante los dos gobiernos del Dr.
Carlos MENEM, teniendo una preponderante intervención en cada una de las fases anteriormente
descriptas. Para sostener dicha afirmación debe tenerse en especial consideración que CAVALLO
debió haber sido el garante de la correcta aplicación de los fondos o recursos del sector público
nacional, al menos entre los años 1991 a 1996. Esta responsabilidad surge claramente de las
disposiciones constitucionales y del texto de la Ley de Ministerios.
“Ello es así, por cuanto según la Ley de Ministerios (T.O. 1992 s/ Decreto N° 438/92,
del 12/03/1992), entre otras, son funciones propias de todos los Ministros, en materia de su
competencia. Por tanto, CAVALLO debía cumplir y hacer cumplir la Constitución Nacional y la
legislación vigente (Art. 4°, inc. b, ap. 1); refrendar y legalizar con su firma los actos de
competencia del Presidente de la Nación (Art. 4°, inc. b, ap. 4); representar política y
administrativamente al Ministerio que encabezaba (Art. 4°, inc. b, ap. 6); resolver por sí todo
asunto concerniente al régimen administrativo de su respectivo Ministerio ateniéndose a los
criterios de gestión que se dicten, y adoptar las medidas de coordinación, supervisión y contralor
necesarias para asegurar el cumplimiento de las funciones de su competencia (Art. 4°, inc. b, ap.
9); y entender en la administración de los fondos especiales correspondientes a los distintos
sectores del área de su competencia (Art. 4°, inc. b, ap. 10). Asimismo, el Art. 7° lo obligaba a
refrendar todos los actos del P.E.N. que hayan sido de su competencia en razón de la materia de
que se trate, creando el Art. 5° una responsabilidad sobre todos los actos que legaliza y
solidariamente los que acuerda con sus colegas; ello, de conformidad con los arts. 100, primera
parte y 102 de la Constitución Nacional.
“Asimismo, entre sus competencias propias como Ministro de Economía, Obras y
Servicios Públicos, Domingo F. CAVALLO debía entender en la elaboración y control de ejecución
del Presupuesto Nacional, como así también en los niveles del gasto y de los ingresos públicos, de
acuerdo a las pautas que fije el Poder Ejecutivo (Art. 19, inc. 3); entender en la recaudación y en la
distribución de las rentas nacionales, conforme con la asignación de Presupuesto aprobada por el
Congreso (Art. 19, inc. 4); entender en la conducción de la Tesorería en el régimen de pagos y en
la deuda pública (Art. 19, inc. 5) y en lo referente a la contabilidad pública y en la fiscalización de
todo gasto e inversión que se ordene sobre el Tesoro de la Nación (Art. 19, inc. 6).
“Aún después de la reforma constitucional del año 1994, que erigió al Jefe de
Gabinete de Ministros como el responsable de ejercer la administración general del país (C.N. Art.
58
Poder Judicial de la Nación
100, inc. 1), de enviar al Congreso los proyectos de Ley de Ministerios y de Presupuesto Nacional
(C.N. Art. 100, inc. 6) y hacer recaudar las rentas de la Nación y ejecutar la Ley de Presupuesto
Nacional (C.N. Art. 100, inc. 7), esas funciones siguieron siendo implementadas por intermedio de
la Oficina Nacional de Presupuesto y por la Secretaría de Hacienda, dependencias éstas que
continuaron funcionando en la órbita del Ministerio de Economía.
“En función de esos deberes, Domingo Felipe CAVALLO debió, antes de
preocuparse por blanquear la apropiación ilegal de recursos, haber hecho lo necesario para que
las compensaciones salariales, el aumento de las retribuciones por el desempeño de las funciones,
o cualquier otro concepto, hayan sido sufragados por recursos habilitados para cumplir con tales
fines, además de haber contado con las debidas venia y supervisión por parte del Poder
Legislativo. Este camino era el único legalmente viable para cumplir con tal propósito, aunque en
aquel caso, el remedio elegido haya podido causar algún tipo de malestar político en la población
o en los sectores de la oposición.
“Por el contrario, si contrarrestamos el secreto empleado en la matriz de
sobresueldos, con la publicidad y transparencia que los actos de gobierno debieron tener,
USO OFICIAL
podemos concluir que nada de democrático ni de legal tuvo el intento de evitar esos conflictos
recurriendo a oscuros mecanismos tendientes a ocultar esa suerte de gratificaciones o mejoras
absolutamente discrecionales; situación que torna a aquellos funcionarios que debieron garantizar
las leyes y el orden constitucional en los máximos responsables del sistema de sustracción
clandestinamente instituido.
“En otro orden de ideas, las renombradas reuniones celebradas en el Gabinete de
Ministros y en el ámbito de de su propia cartera, para hacer que todos los funcionarios públicos
consignaran en sus declaraciones juradas los sobresueldos que percibían, son una clara prueba de
lo difundido y diseminado que se encontraba la maniobra de apropiación de F.R. y del cabal
conocimiento que al respecto tenía el ex Ministro. Se presenta aquí que esa práctica disgregada
evidentemente se oponía con la finalidad de defensa y seguridad que exclusivamente debieron
tener los F.R.
“Asimismo, en lo referente a la distribución de F.R., se le atribuye a CAVALLO el
haber ordenado a Luis MURINA que entregase mensualmente una suma de dinero a los
funcionarios de menor jerarquía del Ministerio de Economía y de los organismos descentralizados
que funcionalmente se encontraban en la órbita de esa cartera.
“Igualmente, se le imputa haber cobrado, al tiempo en que se desempeñaba como
Ministro de Economía, la suma de $ 72.736 en 1991, $ 72.132 en 1992 y $ 76.000 en 1993,
provenientes de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados en virtud de la Ley “S”
18.302.
“Por otro lado, durante su gestión como Ministro de Economía Obras y Servicios
Públicos, CAVALLO dispuso mediante la firma de Decretos de carácter “reservado” o “secreto” y
Resoluciones Ministeriales, modificaciones presupuestarias que significaron reasignaciones de
partidas en favor de la SIDE para convertirlas en F.R., por un total de más de DOS CIENTOS
SETENTA MILLONES y, a favor del Ministerio de Relaciones Exteriores y Ministerio de Defensa, por
59
una suma cercana a los VEINTE MILLONES (ver Decretos N° 1141/92, “R” N° 1580/92, N° 2656/92, N°
2188/93, N° 1682/94, N° 104/95, N° 407/95, N° 778/95, y N° 607/96; como así también las
Resoluciones del MEOySP “R” N° 207/93, N° 510/93, y N° 1080/93 y las Resoluciones de la Secretaría
de Hacienda del MEOySP N° 19/92, 24/92, 43/92, 153/92, 212/92, 230/92, 242/92, 286/92 y 331/92).
“Hecha esta introducción corresponde adentrarse en el análisis concreto de la
prueba de cargo que obra en su contra.
“Dentro del ámbito del Ministerio de Economía Obras y Servicios Públicos
declararon haber cobrado ingresos “en virtud de la Ley 18.302 (S)”, en sus declaraciones juradas
presentadas ante la D.G.I., correspondientes al Impuesto a las Ganancias: el mismo CAVALLO
(1991, 1992 y 1993), el ex. Secretario de Industria y Comercio de ese Ministerio Juan SCHIARETTI
(1992 y 1993); el ex Subsecretario de Economía y ex Secretario de Comercio e Inversiones, Carlos
SÁNCHEZ (1993, 1994 y 1995); el ex Subsecretario de Inversiones Guillermo HARTENECK (1993 y
1994); el ex Subsecretario de Financiamiento, Joaquín Alberto COTTANI (1993); el ex Director de
Integración Económica del B.N.A., Alfredo ALDACO (1994); el ex asesor del directorio del B.N.A.,
Enrique Miguel N’HAUX (1994); el ex Director de la D.G.I., Ricardo Juan A. COSSIO (1992); y el ex
Subsecretario de Combustibles y ex Presidente del ENARGAS, Raúl Eduardo GARCÍA (1992 y 1993).
Igualmente, declararon la percepción de sumas en concepto de la citada ley secreta ante la
Escribanía General de la Nación, los siguientes funcionarios de esa cartera: el ex Subsecretario de
Política Económica, Alejandro Emilio MAYORAL (1993); el ex Subsecretario de Economía
Agropecuaria de la S.A.G.yP., Jesús Antonio LEGUIZA (1994, 1995 y 1996); el ex Subsecretario de
Producción Agropecuaria, Félix Manuel CIRIO (1994); el ex Director del B.N.A., Horacio Ernesto
PERICOLI (1995); el ex Presidente de la Comisión Liquidadora del Instituto Nacional de
Reaseguros, Oscar Cayetano CHIALVO (1993 y 1994); y el ex Secretario de Energía, Carlos Manuel
BASTOS (1993 y 1994). Esta situación necesariamente debía contar con el visto bueno del Ministro,
ya que por su informalidad, al no haber ninguna norma que fijara quienes debían ser beneficiados
con la gratificación, quedaba librado al puro arbitrio del ministro decidir a qué agentes les
correspondería.
“En otro orden de ideas, en el proceso sustanciado ante el TOF N° 4, María Julia
ALSOGARAY reconoció haber recibido una retribución complementaria de su ingreso como
funcionaria que se instrumentaba a través de la entrega en efectivo, primero a través de la
Secretaría General de Presidencia y luego a través de la Jefatura de Gabinete, sin ningún tipo de
comprobantes. Refirió que en un primer momento estos fondos no eran declarados y que en
determinado momento, probablemente en el año 1992 o 1993, el entonces Ministro de Economía,
Dr. CAVALLO, les comunicó en una reunión de gabinete que debían ser declarados en las
declaraciones juradas ante la D.G.I. y con posterioridad se les comunicó a los ministros y
secretarios de presidencia que debían tributar; cuando le preguntaron bajo que fórmula debían
declararse se les indicó que debían hacerlo como “fondos Ley Secreta Nro. 18.302”. En otra
oportunidad, ALSOGARAY declaró que Domingo CAVALLO informó a todos los presentes que
había que empezar a declarar “el sobre”, apuntando ALSOGARAY que nadie había preguntado de
qué sobre se trataba, de manera que evidentemente todos lo sabían.
60
Poder Judicial de la Nación
funcionarios del equipo económico de aquel entonces -aproximadamente 100 personas-, el Dr.
CAVALLO nos informó que ese mecanismo contaba con opinión favorable de los órganos responsables
de administrar los fondos de esa ley, indicándonos también que debíamos declarar dichas sumas en
nuestras respectivas declaraciones juradas, lo que así hice.” Sobre esta reunión se expresó también
Santiago Montoya, quien entre 1991 y 1995 se desempeñó como Director de un programa del BID
en el ámbito del Ministerio de Economía. En su testimonial, MONTOYA refirió que en una de las
reuniones ampliadas del Gabinete CAVALLO les manifestó a todos que los que recibían dinero por
compensación de gastos debían tributarlo en sus declaraciones en la forma en la que
seguidamente les iba a indicar TACCHI (ver declaración de fs. 1565).
“Por su parte, Oscar Cayetano CHIALVO, quien prestó funciones en el Instituto
Nacional de Reaseguros y en la privatización de la Caja Nacional de Ahorro y Seguros, en su escrito
de descargo de fs. 4181/4191, refirió “recuerdo que en una de las periódicas reuniones que se
realizaban en el Salón Padilla del Ministerio de Economía, en la que frecuentemente participaban la
totalidad de los funcionarios del Ministerio de Economía, el Dr. Cavallo informó que esta forma de
pagos adicionales contaba con opinión favorable de los óranos competentes, debiendo constar en
nuestras declaraciones juradas de Impuesto a las Ganancias”. Sobre esa instrucción luego refirió que
“el procedimiento de cómo dejar constancia en las declaraciones Juradas, fue detalladamente
explicado a todos los presentes por el Sr. Secretario de Ingresos Públicos de ese entonces Dr. Carlos
Tacchi”.
“Como ya se ha hecho referencia, con relación al Ministerio de Economía, la
distribución del dinero procedente de F.R. habría sido efectuada por el Lic. Luís MURINA,
Subsecretario de Administración, y hombre de confianza y muy allegado al Ministro CAVALLO (ver
testimonial de José Luis FERNÁNDEZ VALONI de fs. 2508/10). Esa distribución llevada a cabo por
MURINA alcanzó también a organismos autárquicos o descentralizados que funcionaban en la
órbita de esa cartera, como el Banco Nación o la Comisión Nacional de Valores.
61
“Sobre los pormenores de la entrega de fondos en la Subsecretaría a cargo de
MURINA, Oscar CHIALVO refirió que “iba a la Secretaría de Administración, que estaba a cargo del
Dr. Luis MURINA, donde me entregaban los fondos que tengo declarado. No recuerdo haber firmado
ningún recibo por esos fondos”. Con relación a las rendiciones de cuentas sobre los mismos dijo
que nunca se le exigió que tenía que hacer una rendición porque según el declarante era “parte
integrante de su sueldo”, o un “suplemento a sus ingresos” (ver acta de fs. 4183/4191). Por su parte,
Adrián Eduardo DE SANTIS, secretario privado del Dr. Hernán Martín PÉREZ REDRADO en la
Comisión Nacional de Valores, también describió detalladamente el mecanismo de cobro de
sobresueldos por parte del nombrado MURINA, refiriendo que en ciertas ocasiones REDRADO le
avisaba que se había cruzado con Luis MURINA y que ya estaba “lo de él”, y por ende el dicente
concurría a la oficina de MURINA en el 5° piso del Ministerio de Economía, donde era atendido por
su secretaria, quien lo hacía pasar al despacho de su jefe. Que MURINA extraía de la caja fuerte o
de un cajón varios fajos de billetes de cien pesos o dólares, que en total sumaban $ 46.000 y se los
entregaba en mano, debiendo firmar como recibo un cuaderno donde figuraba fecha, monto y
firma (ver fs. 771/4, coincidente con lo certificado por la Fiscalía a fs. 667).
“Por otro lado, en oportunidad de prestar declaración, Enrique Miguel N’HAUX (fs.
975/977, 1458/1459 y 5967/5975), asesor del Directorio de Banco Nación desde marzo de 1991 a
mayo de 1995 y en el Ministerio de Economía de enero a septiembre de 1996, señaló que Luis
MURINA era quien manejaba los fondos reservados en el Ministerio, debido a la confianza que
tenía con CAVALLO. Que a partir de 1992 comenzó a cobrar un sobresueldo de aproximadamente
$2000 por mes, y que se lo entregaba el mismo MURINA, cuya oficina se encontraba en el 5° piso
del Ministerio. Que por ello, firmaba un recibo común sin membrete. Sobre la forma en que
comenzó a cobrar los sobresueldos, expresó que no existió una comunicación oficial, sino que
MURINA le avisó que a partir de determinado momento debía comenzar a retirarlos y que eso lo
hacía entre el primero y el diez de cada mes, y que el dinero se le entregaba en efectivo y en mano.
Según N’HAUX, MURINA cumplía con las entregas como ejecutor de las órdenes de CAVALLO.
Asimismo, manifestó haber visto también a MURINA concurriendo al banco con una mochila en la
que dedujo llevaba dinero para entregar personalmente a funcionarios de la entidad, suponiendo
que los destinatarios eran el presidente y los directores. Finalmente, describió que la orden de
declarar el sobresueldo fue bastante posterior al cobro efectivo. Que él empezó a percibirlo en el
año 1992, pero tiene entendido que desde que CAVALLO estaba en Cancillería ya se cobraba ese
dinero, y que quien lo pagaba y distribuía era Guillermo SEITA (Jefe de Gabinete de CAVALLO
cuando éste era Canciller y luego Secretario de Relaciones Institucionales, en el Ministerio de
Economía). Finalmente relató que SEITA también fue el principal operador político de CAVALLO.
Que todo esto se lo confesó en un café el Embajador José Luis FERNANDEZ VALONI, quien fuera
Secretario de Administración de CAVALLO cuando era Canciller.
“Por último, debe tenerse especialmente en cuenta el nivel cultural, de educación y
la trayectoria pública de Domingo Felipe CAVALLO. Esos datos son relevantes por cuanto de ellos
se desprende que CAVALLO nunca pudo haber desconocido el origen ilícito que tenían los F.R.
utilizados para solventar esta maniobra. En ese sentido, podemos enunciar que el nombrado ha
62
Poder Judicial de la Nación
tenido una sobresaliente formación profesional, habiéndose recibido con honores de contador
público y de economista, doctorándose en Economía en dos oportunidades, en la Universidad
Nacional de Córdoba y en la Universidad Harvard. Asimismo, ha recibido varias distinciones
académicas, entre las que se destaca un título de Doctor honoris causa en Economía, por parte de
la Universidad de París, pabellón de La Sorbonne, entre otras altas distinciones, y ha tenido una
reconocida actividad como profesor universitario. Por otro lado, CAVALLO ha desarrollado una
extensa carrera pública, habiendo sido Diputado Nacional por la provincia de Córdoba (1987-1989),
Diputado Nacional por la Ciudad de Buenos Aires (1998-2002), Subsecretario de Desarrollo del
Gobierno de la Provincia de Córdoba (1969- 1970), Vicepresidente del Directorio del Banco de la
Provincia de Córdoba (1971-1972), Presidente del Banco Central de la República Argentina (1982),
Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de la Nación (1989-1991)37 y
luego Ministro de Economía y Obras y Servicios Públicos de la República Argentina (1991-1996)”.
En cuanto a la valoración jurídica de la conducta de Domingo Cavallo, la querella
estimó lo siguiente: “Conforme surge de las constancias colectadas en autos y descriptas en esta
presentación, Domingo Felipe CAVALLO ha tenido un rol preponderante en cada una de las fases
USO OFICIAL
“De este modo, la calidad de coautor no puede serle sólo atribuida a aquellos
funcionarios que estaban facultados para disponer de los F.R., sino que su intervención se vio
37
Debe señalarse que durante el período indicado CAVALLO fue el responsable de la administración de los F.R. que el
Ministerio de Relaciones Exteriores percibía, los cuales eran retirados personalmente por el Ministro.
63
complementada, como presupuesto necesario, por quienes tenían la obligación de control sobre
el correcto empleo de los fondos del Tesoro Nacional. En concreto, esta infracción de deberes
operó en el caso haciendo las veces de una división de tareas, necesaria en una matriz en la que
intervenían los más altos funcionarios de la administración de un gobierno, en miras a la
consumación de un plan común. De este modo, el aporte de CAVALLO contribuyó con la salida del
control administrativo de los fondos y su posterior beneficio personal; máxime cuando él tenía
pleno conocimiento del destino final que se le otorgaba a los F.R..
“Igualmente debe tenerse presente que otra de las hipótesis descriptas en orden a
la conformación del fondo de sobresueldos estaba constituida por las denominadas transferencias
inter-organismos. Es decir, modificaciones presupuestarias, para las que se encontraba habilitado
el Ministro de Economía, que significaban reasignar partidas presupuestarias originalmente
previstas para otros fines, para ser destinadas a partidas de F.R. en dependencias como la SIDE
que luego, con dinero en efectivo, alimentaba al fondo administrado desde la Secretaría General
de la Presidencia o la Jefatura de Gabinete.
“Asimismo Domingo Felipe CAVALLO intervino en las fases inferiores de la
maniobra ya que fue quien encomendó a Luis MURINA –por la confianza que los unía- que
distribuyese mensualmente una porción del dinero sustraído, en concepto de sobresueldo, a los
funcionarios de menor jerarquía del Ministerio de Economía Obras y Servicios Públicos y de los
organismos descentralizados que funcionalmente se encontraban en la órbita de esa cartera;
operando el nombrado MURINA como una suerte de ejecutor de las órdenes de CAVALLO38.
Finalmente en la última fase de ejecución de la maniobra, el mismo CAVALLO reconoció haber
cobrado sobresueldos y así lo asentó en sus declaraciones juradas.
“Desde la faz subjetiva, es innegable el conocimiento de CAVALLO respecto del
origen ilícito de los fondos empleados para el pago de los sobresueldos. Al respecto, él mismo ha
reconocido e instado al resto de los funcionarios públicos a que los declarasen en concepto de
“fondos Ley secreta 18.302”. Huelga exigirle a CAVALLO, por su nivel de instrucción y su vasta
trayectoria pública, el conocimiento de que los F.R. sólo podían tener como destino legalmente
válido los gastos en materia de seguridad, defensa del Estado o inteligencia, y como contrapartida,
que el destino que a través del sistema informal y clandestino se le estaba dando, nunca estuvo
apuntado a cumplir con esos fines sino como una prebenda a funcionarios públicos entre los que
él mismo estaba incluido”.
38
Según testimonios de Enrique Miguel N’HAUX.
64
Poder Judicial de la Nación
habilitados para ser recibidos por otro, fueran trasformados en recursos de fuente 11 -rentas
generales- y remitidos mediante el dictado de otros actos a la Secretaría de Inteligencia del Estado
para ser extraídos definitivamente del mecanismo de control previsto por la Ley de Administración
Financiera del Estado y luego ser retirados en efectivo para su utilización en el sistema de
sustracción investigado en autos.
Los actos administrativos que dispusieron las transferencias desde el Ministerio de
Justicia fueron los siguientes: 1) El Decreto Nro. 1014 de fecha 1 de septiembre de 1998, que ordenó
la transferencia de un millón de pesos -$1.000.000- a la Secretaría de Inteligencia del Estado, el cual
fue luego dejado sin efecto por el decreto Nro. 1264/98, de fecha 23 de octubre de 1998, que
ordenó la transferencia de dos millones de pesos -$2.000.000- a dicho organismo de inteligencia
pero de fondos del Ministerio de Economía; 2) La Decisión Administrativa Nro. 545 de fecha 5 de
noviembre de 1998, que ordenó la transferencia de un millón de pesos -$1.000.000- a la Jefatura de
Gabinete; 3) La Decisión Administrativa Nro. 81 de fecha 26 de marzo de 1999, que ordenó la
transferencia de un millón de pesos -$1.000.000- a la Jefatura de Gabinete y 4) La Decisión
Administrativa Nro. 402 del 27 de octubre de 1999, que ordenó la transferencia de cuatrocientos
cincuenta mil pesos $450.000 a la Jefatura de Gabinete (es importante tener en cuenta que las
sumas de dinero citadas eran equivalentes a dólares estadounidenses en virtud a lo dispuesto por
la Ley de Convertibilidad –Nro. 23.928-).
Por su parte, los actos que contemporáneamente al dictado de las mencionadas
normas ordenaron la derivación de fondos desde la Jefatura de Gabinete hacia la Secretaría de
Inteligencia del Estado fueron los Decretos Nro. 1278 de fecha 4 de noviembre de 1998), Nro. 1306
del 6 de noviembre de 1998, Nro. 1416 del 7 de diciembre de 1998, Nro. 42 del 27 de enero de 1999,
Nro. 291 del 26 de marzo de 1999, Nro. 576 del 26 de mayo de 1999 y Nro. 1023 de fecha 16 de
septiembre de 1999.
65
Finalmente, cabe señalar que la actividad consistente en retirar los fondos en
efectivo para luego ser entregados al imputado con el objeto de ser utilizados en el sistema de
sustracción investigado en autos fue llevada a cabo, al menos respecto de una parte de ellos, por
el imputado José Domingo Coronel, Subsecretario de Coordinación del Ministerio de Justicia,
quien a tal fin concurrió a las oficinas de los Sres. Ricardo Abdón Díaz Luján y Losada,
Subsecretario y Director de Finanzas respectivamente de la Secretaría de Inteligencia del Estado,
los días 27 de junio de 1997, 15 de octubre de 1998, 2 de noviembre de 1998, 10 de noviembre de
1998, 16 de noviembre de 1998, 26 de marzo de 1999, 22 de abril de 1999 y 5 de mayo de 1999.
2) Asimismo, en el marco de la misma maniobra de sustracción, se le imputa el
haber sustraído durante veintisiete meses seguidos la suma de cincuenta mil pesos ($50.000) en
efectivo de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados que provenían del fondo
general de dinero en efectivo que se aprovisionaba en la Jefatura de Gabinete de Ministros de la
Nación, los cuales fueron retirados sistemáticamente en los primeros días de cada mes por parte
de su secretario privado, Wilfren Roberto Martínez Medina, de la oficina del Jefe de Asesores de la
Subsecretaría de Coordinación de dicha Jefatura, Rodolfo Alberto Aiello39, sita en Av. Julio A. Roca
782, 9° piso, de esta ciudad -ex edificio SOMISA-.
39
Respecto de quien a fs. 6707 se declarara extinguida por muerte la acción penal.
66
Poder Judicial de la Nación
Todas estas cuestiones han sido, como se dijo, planteadas por la defensa a lo largo
de todo el expediente; la ilegalidad de la inclusión del informe del perito Popritkin fue la primera
cuestión introducida por la defensa de Granillo en el incidente de nulidad n°1, rechazado por este
Tribunal y confirmado tal rechazo por el Superior con fecha 10 de noviembre de 2005. Los
cuestionamientos a los testimonios de Martínez Medina fueron efectuados en cada uno de los
escritos presentados por esa defensa ante el Tribunal e incluso fueron motivo de denuncia por
separado ante distintos juzgados federales, frente a lo cual este Juzgado ha dicho reiteradamente
que no pueden ser soslayados en tanto se condicen con todo el plexo probatorio reunido en la
USO OFICIAL
causa, como los dichos de los demás testigos (tal como se mencionará a continuación) e incluso el
reconocimiento de distintos imputados. La arbitrariedad o no de la selección efectuada por la
Fiscalía instructora para formular las imputaciones no es un elemento que pueda incidir en la
responsabilidad de las personas respecto de quien sí se ha acreditado que han intervenido en un
ilícito.
En definitiva, estos planteos ya fueron materia de análisis por parte de este
Tribunal y por la Excma. Cámara del Fuero, arrojando como resultado el auto de procesamiento
dictado a su respecto y confirmado por el Superior, así como la decisión de este Tribunal de
clausurar la etapa de instrucción en relación con Granillo. No corresponde por ello reeditar estas
cuestiones ya analizadas y resueltas, máxime porque no se han aportado elementos que permitan
desvirtuar las conclusiones a las cuales ya se ha arribado.
Lo cierto es que la realización de la conducta atribuida a Granillo ha sido
reiteradamente analizada y sopesado su disvalor como incurso en la figura de peculado, para lo
cual existen numerosos elementos de prueba, a algunos de los cuales pretende la defensa
quitarles valor, como el informe del perito Popritkin o los dichos de Martínez Medina, pero que no
sólo tienen valor en sí mismos para dar cuenta del accionar doloso del ex Ministro de Justicia sino
que son contestes con los restantes elementos de prueba aunados, y que dan cuenta de la
existencia del sistema, de la utilización de fondos asignados presupuestariamente a distintas
carteras del PEN (entre ellas el propio Ministerio a cargo de Granillo Ocampo) y del retiro de ese
dinero por parte de los titulares de los distintos organismos, entre los cuales está incluido el
nombrado.
En efecto, se ha dicho ya en autos que Granillo Ocampo realizó un aporte que
constituyó parte de la realización de la maniobra de peculado aquí investigada. Fue uno de los
funcionarios que, por orden del ex presidente Menem, desvió fondos del Ministerio de Justicia a
su cargo para alimentar el aquí denominado “fondo general de sobresueldos”. Prueba de ello son
67
las normas por él suscriptas, detalladas con profundidad en el estudio pericial elaborado por el
Contador Popritkin y en la presentación de la Oficina Anticorrupción, cuyas copias obran
reservadas en Secretaría.
En ese sentido, en forma conteste a lo expuesto por Martínez Medina en sus
declaraciones (en cuanto a que entre los años 1997 y 1999 se habían transferido $2.000.000 del
Ministerio de Justicia a la SIDE que después eran retiradas y entregadas en efectivo a Granillo), la
investigación llevada a cabo por la querella, en forma coincidente con las conclusiones elaboradas
por el perito Popritkin, pudo dar con cuatro normas que habían dispuesto el traspaso de fondos
del Ministerio de Justicia a cargo de Granillo Ocampo a otras jurisdicciones del PEN. Tales normas
fueron el decreto 1014/98 por el cual se transfirió $1.000.000 del Ministerio de Justicia a la SIDE
(suscripto por el ex presidente Menem y Roque Fernández), norma que fue dejada sin efecto por
el decreto 1264/98; la decisión administrativa nº545/98 firmada por Granillo Ocampo, Jorge
Rodríguez y Roque Fernández, por la que se transfirió del Ministerio de Justicia a la Jefatura de
Gabinete $1.000.000; la decisión administrativa nº81/99 que nuevamente modificó el presupuesto
del Ministerio de Justicia transfiriendo $1.000.000 a la Jefatura de Gabinete; la decisión
administrativa nº402/99 que transfirió del Ministerio de Justicia a la Jefatura de Gabinete $450.000
(firmadas ambas por los tres funcionarios antes mencionados).
El estudio técnico realizado sobre el punto determinó que mientras que la Jefatura
de Gabinete recibía fondos del Ministerio de Justicia, transfería a su vez dinero a la SIDE, lo cual
ocurrió al poco tiempo del frustrado dictado del decreto 1014/98 que debió ser dejado sin efecto.
Así lo explicó el Contador Duro (Contador General de la Nación): “…. Que el decreto 1014/98 del 1º
de diciembre, en primer lugar había determinado una reducción del crédito presupuestario de un
gasto (6.3) del Ministerio de Justicia, financiado por fuente 13 por un millón de pesos y aumentado el
crédito presupuestario del rubro gastos figurativos (6.9) del mismo ministerio por el mismo monto.
Luego, esos gastos figurativos habrían sido transferidos como tales a la SIDE a la que la misma norma
le había creado, por lo tanto, una fuente de financiamiento 13 y un inciso de gastos figurativos. Esta
transferencia se operó a través de una orden de pago (c41) del Ministerio de Justicia a la Tesorería
General de la Nación, a favor de la SIDE para que le fuera pagado en efectivo (….). Se creaba una
contribución figurativa en la SIDE con fuete 13, que solo puede crearse por ley, no por decreto, de
acuerdo a lo previsto por la ley 23.156, cuando se refiere a las fuentes de financiamiento 12 y 13”. En
cuanto al decreto 1264, el nombrado explicó: “…dejó sin efecto el 1014 y efectuó una transferencia,
esta vez de $2.000.000 provenientes del Tesoro a la SIDE (…). Políticamente resultaba necesario
derogarlo ya que alguien tiene que haberse dado cuenta de que esto no podía hacerse así como se
hizo, es decir, creando una fuente de financiamiento 13 para la SIDE. El Tesoro tenía esos $2.000.000,
pero destinados a Economía, no a la SIDE”.
Continuó explicando Duro respecto de las decisiones administrativas suscriptas por
Granillo Ocampo, que la 545/98 “redujo el crédito presupuestario de un gasto con afectación
específica de fuente 13 del Ministerio de Justicia y aumentó el de gastos figurativos, para luego
reasignarlos a favor de la Jefatura de Gabinete de Ministros. Se baja por modificación presupuestaria
el crédito proveniente de la fuente de financiamiento 13 del Ministerio de Justicia y se le amplía el
68
Poder Judicial de la Nación
69
En definitiva, Raúl Granillo Ocampo suscribió normas para desviar fondos de su
Ministerio a otras áreas de gobierno, siendo el primer intento hacerlo a la SIDE, aunque el dinero
luego debió ser remitido a la Jefatura de Gabinete por las imposibilidades técnicas explicadas, y tal
conducta constituyó otro de los aportes que fueron imprescindibles para realizar la maniobra de
peculado que se investiga, puesto que los fondos desviados desde su Ministerio habrían sido
utilizados para alimentar el fondo general de sobresueldos, del cual además él mismo se nutrió
después para retirar dinero en efectivo para sí mismo. De este modo, resulta responsable del ilícito
de peculado investigado en el tramo correspondiente.
Ello, tanto por haber efectuado un aporte para el desarrollo del sistema ilícito
instaurado en la órbita del PEN (como habilitar la utilización de fondos de su Ministerio) como por
la intervención concreta en la culminación del circuito irregular, retirando dinero público para
incorporarlo a su patrimonio.
El paso que aquí se conformará, de elevar las actuaciones a la etapa de juicio,
encuentra así sustento bastante en lo dicho hasta aquí y en los requerimientos de elevación a
juicio formulados por la Fiscalía y por la querella, los cuales no poseen vicio de ningún tipo ni
merecen un análisis legal en contra por parte de este Tribunal y no han podido ser desvirtuados
por los argumentos defensistas, que se limitaron a afirmar ineficazmente la falta de valor
probatorio de los elementos que han sido valorados.
Acusación fiscal:
“Con relación a la intervención del ex Ministro de Justicia Raúl Enrique Granillo
Ocampo en la maniobra de sustracción que integra el objeto procesal de la presente, tal como
puede apreciarse en el punto referido a su imputación (III.C), pueden distinguirse dos aportes.
“Por un lado, el haber sustraído durante veintisiete meses seguidos la suma de
cincuenta mil pesos -$50.000- en efectivo de partidas presupuestarias asignadas a gastos
reservados y, por otro, el haber cedido fondos de la cartera a su cargo para que, mediante el
dictado de distintos actos administrativos, sean transferidos a la Secretaría de Inteligencia del
Estado, directa o indirectamente a través de la Jefatura de Gabinete, para ser extraídos
definitivamente del mecanismo de control previsto por la Ley de Administración Financiera del
Estado y de allí ser retirados en efectivo para su utilización en el sistema de sustracción
investigado en autos.
“La primer intervención de Granillo Ocampo, se encuentra debidamente acreditada
en autos a partir de las manifestaciones del Secretario Privado del imputado, Wilfren Roberto
Martínez Medina, quien manifestó que en el período comprendido entre el 26 de junio de 1997 y el
9 de diciembre de 1999 concurrió los primeros días de cada mes, por solicitud de su jefe, a la
oficina que Rodolfo Alberto Aiello poseía en la Jefatura de Gabinete, sita en Av. Julio A. Roca 782,
9° piso, de esta ciudad -ex edificio SOMISA-, oportunidades en las que éste le entregaba
personalmente la suma de cincuenta mil pesos -$50.000-, la cual era luego entregada al imputado.
“Dicha versión de los hechos, resulta ser conteste con la de otros testigos que
declararon en el sumario. En efecto, Valentín Alberto Torrilla, chofer del Ministerio de Justicia
desde 1972, afirmó que en varias oportunidades lo había trasladado a la Jefatura de Gabinete de
70
Poder Judicial de la Nación
40
Oportunamente reservadas en la presente.-
41
Ver también la declaración testimonial de Martínez Medina de fs. 9/11Vta.
71
“Los actos administrativos dictados con tal designio fueron la decisión
administrativa Nro. 545 de fecha 5 de noviembre de 1998; la decisión administrativa Nro. 81 de
fecha 26 de marzo de 1999 y la decisión administrativa Nro. 402 del 27 de octubre de 1999, que
ordenaron la transferencia de un millón de pesos -$1.000.000-, un millón de pesos -$1.000.000- y
cuatrocientos cincuenta mil pesos -$450.000- a la Jefatura de Gabinete respectivamente y fueron
firmados por Granillo Ocampo conjuntamente con el entonces Jefe de Gabinete Jorge Alberto
Rodríguez y el Ministro de Economía Roque Fernández.
“En relación a estos actos, cabe señalar que como la Jefatura de Gabinete tampoco
tenía prevista una fuente de financiamiento 13, la transferencia debió ingresar primeramente a la
Tesorería General de la Nación para que esta la acredite en el presupuesto de la primera pero con
fuente de financiamiento 11 correspondiente al “Tesoro Nacional” (Cfr. informe de la Oficina
Nacional de Presupuesto de fs. 1776).
“Al respecto, el Contador General de la Nación Cesar Duro, fue preciso al señalar
que la decisión administrativa Nro. 545/98 “redujo el crédito presupuestario de un gasto con
afectación específica de fuente 13 del Ministerio de Justicia y aumentó el de gastos figurativos,
para luego reasignarlos a favor de la Jefatura de Gabinete de Ministros. Se baja por modificación
presupuestaria el crédito proveniente de la fuente de financiamiento 13 del Ministerio de Justicia y
se le amplía el presupuesto a la Jefatura de Gabinete. Como este organismo no tenía prevista
fuente de financiamiento 13 se le pide al Tesoro que envíe $1.000.000 y el Tesoro luego le envía ese
importe a Jefatura de Gabinete; con este mecanismo se desdibuja la fuente de financiamiento y
desaparece el problema de que la Jefatura de Gabinete no pueda recibir aportes provenientes de
fuente 13 por no tenerla prevista en la ley de presupuesto. En la decisión administrativa referida se
le pide dinero al Ministerio de Justicia para financiar al Tesoro que a su vez financió a la Jefatura de
Gabinete” (Cfr. 5254/66).
“Asimismo, se ha podido demostrar que contemporáneamente al dictado de las
mencionadas normas en el Ministerio de Justicia, desde la Jefatura de Gabinete se derivaron
fondos a la Secretaría de Inteligencia del Estado, concretamente mediante el dictado de los
Decretos Nro. 1278 de fecha 4 de noviembre de 1998, Nro. 1306 del 6 de noviembre de 1998, Nro.
1416 del 7 de diciembre de 1998, Nro. 42 del 27 de enero de 1999, Nro. 291 del 26 de marzo de 1999,
Nro. 576 del 26 de mayo de 1999 y Nro. 1023 de fecha 16 de septiembre de 1999.
“En cuanto a la proximidad en el tiempo entre los actos que dispusieron
transferencias del Ministerio de Justicia a la Jefatura de Gabinete y desde esta última dependencia
a la Secretaría de Inteligencia, cabe señalar, a modo de ejemplo, que con la decisión administrativa
Nro. 545 del 5 de noviembre de 1998, el Ministerio le transfirió a la Jefatura de Gabinete la suma de
un millón de pesos -$1.000.000- y ésta, al día siguiente, se los transfirió a la SIDE mediante el
decreto Nro. 1306/98. Idéntica triangulación y por igual monto -$1.000.000-, se advierte si se
compara la decisión administrativa Nro. 81 del 26 de marzo de 1999 y el decreto 291 de igual fecha.
“La situación descripta, fue puesta de resalto en autos por Roberto Edgardo
Tolosa, Director de Presupuesto de los Sectores Administrativo, de Defensa y Seguridad de la
Administración Nacional, quien señaló que le había llamado la atención “un traspaso de fondos
72
Poder Judicial de la Nación
desde el Ministerio de Justicia -de sus recursos afectados para determinado destino- al Tesoro
Nacional, el cual a su vez transfirió a la Jefatura de Gabinete de Ministros, quien a su vez, transfirió
los créditos finalmente a la Secretaría de Inteligencia de Estado. Que recuerda que la operación
era de aproximadamente tres millones y medio, no recordando el año en el que se suscitó pero si
que se encontraba Granillo Ocampo como Ministro” (fs. 1152/4).
“En función de todo ello, puede concluirse fundadamente en esta etapa del
proceso que existió una maniobra conforme la cual, el Ministerio de Justicia, como organismo
recaudador con afectación específica (fuente 13), efectuó transferencias de fondos al tesoro para
que luego fueran remitidos a la SIDE vía Jefatura de Gabinete, lográndose que dinero que no podía
ser enviado a ese organismo fuera igualmente exportado a través de una maniobra que
transformaba el recurso proveniente de una fuente de financiamiento 13 en una 11, que sí podía ser
recibida por la SIDE.
“Es decir, que en instancias en las que la Jefatura de Gabinete era asistida
económicamente por partidas presupuestarias correspondientes al Ministerio de Justicia para
rubros o partidas tan diferentes como energía eléctrica, teléfonos, telex, tel/fax, fotocopiadoras,
USO OFICIAL
Acusación de la querella:
“Conforme surge del análisis de los hechos, la actuación de Raúl Enrique
GRANILLO OCAMPO consistió, por un lado, en haber dictado en su carácter de Ministro de Justicia
-conjuntamente con otros imputados-, distintos actos administrativos que implicaron la
transferencia de fondos de esa cartera a la SIDE, a través de la Jefatura de Gabinete, la cual recibía
los créditos presupuestarios y transfería luego importes equivalentes al organismo de inteligencia.
“En concreto, dicha conducta, que estuvo dirigida a engrosar los F.R. de la SIDE,
corresponde a la segunda fase de la maniobra, puesto que el destino final de esos recursos era el
fondo común que funcionaba en la Jefatura de Gabinete de Ministros, que se utilizaba para el
pago de sobreasignaciones en las distintas dependencias del P.E.N..
73
“El otro comportamiento que se atribuye al nombrado es el haber percibido
mensualmente una suma proveniente de F.R. ($ 50.000), que era retirada de las oficinas de AIELLO
en la Jefatura de Gabinete, suceso éste que se incardina en el cuarto tramo de la maniobra.
“Es por ello que, en punto a determinar el grado de participación que corresponde
atribuir al nombrado, se observa que concurren en el caso los requisitos de la coautoría funcional
o coautoría caracterizada por el dominio funcional del hecho, que consisten en la existencia previa
de un plan común y en la realización de una fracción de conducta imprescindible en la etapa
ejecutiva.
42
ZAFFARONI, E. R.- ALAGIA, A. - SLOKAR, A.: Derecho Penal Penal Parte General, 2ª ed., Ediar, Bs. As., 2002, p. 785.
74
Poder Judicial de la Nación
75
H.1) Haber sustraído mensualmente, entre los años 1991 y 1999, las sumas de
cuarenta mil pesos ($40.000) hasta mediados de 1994 y luego de veinte mil pesos ($20.000),
provenientes de partidas asignadas por la Ley de Presupuesto a gastos reservados en virtud del
Art. 1 de la ley Nro. 18.302 “S”, las cuales fueron retiradas de la Secretaria General de la Presidencia
y la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación respectivamente, por parte del Subsecretario
de la cartera a su cargo Enrique Kaplan, desde el inicio de su gestión hasta enero de 1999, y por
Raúl Alberto Castellini, desde febrero hasta diciembre de ese año.
H.2) Haber otorgado a los funcionarios públicos de la cartera a su cargo la
posibilidad de sustraer una parte restante de dicho erario mediante la implementación de una
distribución interna que fue llevada a cabo por Enrique Kaplan desde el inicio de su gestión hasta
enero de 1999 y por Raúl Alberto Castellini desde febrero hasta diciembre de ese año.
76
Poder Judicial de la Nación
“En primer lugar, se cuenta con las manifestaciones de Pablo Juan Kozlowski,
chofer de Enrique Kaplan, quien reconoció haberlo trasladado al ex edificio SOMISA, donde se
encontraba la oficina de Aiello, oportunidades en las que lo aguardaba en el segundo subsuelo
conjuntamente con el resto de los choferes (Cfr. fs. 1283/4). También Héctor Daniel Bravo, quien
reemplazó al nombrado durante los últimos meses de Kaplan en el organismo, afirmó haberlo
llevado a ese edificio en tres o cuatro ocasiones (fs. 1313/4).
“Asimismo, en el marco de la causa seguida a Alsogaray por el delito de
enriquecimiento ilícito, Martínez Medina afirmó haberse cruzado con Kaplan cuando concurría a
las oficinas de Aiello a retirar el sobre destinado al Ministro de Justicia -Cfr. fs. 105 vta.-, y las
secretarias de Aiello, Dora Ofelia Di Pasquo, Mónica Graciela Gallina y Sandra Marcela Speranza,
afirmaron haber visto a Kaplan en esa dependencia -Cfr. fs. 111/Vta., 146Vta./147Vta.-.
“Por su parte, quien se desempeñó como secretaria privada de Alsogaray durante
toda su gestión en la Secretaría de Recursos Naturales, Haydee Antón, afirmó que en esa cartera
se recibían sumas provenientes de fondos reservados que eran retiradas los primeros días de
todos los meses por Kaplan de la oficina que Aiello poseía en la Secretaría General de la
USO OFICIAL
Presidencia, lo cual era una circunstancia conocida por todos en la Secretaría (fs. 1037/Vta.).
“Ahora bien, en relación a la distribución del dinero a los funcionarios de la
Secretaría de Medio Ambiente, se cuenta con las manifestaciones de los imputados Alberto Noé
Carballo y Mabel Behal, ex Subsecretarios de Ambiente Humano y Coordinación respectivamente
de dicha cartera. El primero, señaló que además del sueldo cobraba otras sumas de manos de
Kaplan, en concepto de lo que llamó “gastos de protocolo y ceremonial” -Cfr. fs. 6506/13.- y la
segunda afirmó que además del sueldo y los gastos protocolares correspondientes al cargo de
Subsecretaria, percibía mensualmente otra suma que le era entregada en mano, en un sobre
blanco, por Kaplan hasta enero o febrero de 1999 y de ahí en más por Castellini, no firmando
comprobante alguno por ello -fs. 6450/6469Vta.-.
“En cuanto a las sumas que Alsogaray retuvo para sí, además de haberlo
consignado expresamente en sus declaraciones juradas -reservadas en la presente-, ha sido
reconocido por ella tanto públicamente -fs. 1325-, como en el marco de la causa que se le siguió
por el delito de enriquecimiento -fs. 1133/1134Vta.- e inclusive en la indagatoria prestada en este
sumario -fs. 6514/27-.
“Ello se corresponde con lo declarado por la nombrada Haydee Antón, quien
resultó ser elocuente al señalar que “… el Subsecretario Enrique Kaplan los primeros días de todos
los meses llevaba un sobre y se lo entregaba a María Julia… en un primer momento Kaplan fue muy
reservado, puesto que lo traía en el bolsillo interior de su saco…con el paso del tiempo comenzó a
traerlo en la mano, hasta que en los últimos años se lo entregaba directamente a la dicente para que
ella se lo entregase a María Julia”.
“Asimismo, Ernesto Mario Furlone, quien se desempeñara como contador de la
imputada en la época de los hechos, señaló “como contador personal de María Julia me reunía una
vez al año a fin de recabar la información necesaria para presentar las correspondientes declaraciones
de impuesto a las ganancias y bienes personales ante la AFIP. Que en tales circunstancias ella me
77
manifestó que debía consignar como ingreso un monto percibido en concepto de fondos reservados
y, toda vez que yo no sabía como ponerlo, ella me indicó que me comunicara con el entonces Director
de la DGI, Ricardo Cossio, a fin de consultarlo sobre la cuestión. Al hacerlo, éste me indicó que tenía
que darle el tratamiento de ingreso exento de impuesto a las ganancias con el nombre de ley secreta
número tal, la cual no recuerdo en este momento” (fs. 140 y 3451/Vta.).
“En igual sentido, quien reemplazó a Furlone como contador de Alsogaray, Carlos
Javier Piazza, se refirió a los ingresos declarados por ella en virtud de la Ley “S” 18.302 (Cfr.
testimonios de la causa seguida a Alsogaray por el delito de enriquecimiento ilícito a fs.
143Vta./144vta).
“En función de lo afirmado, el descargo de la imputada consistente en no haber
recibido nunca el dinero asignado a los funcionarios políticos de la ex Secretaría de Recursos
Naturales, ni haberlo retirado personalmente, ni haber distribuido en forma personal las sumas
que eran destinadas a los Subsecretarios, desconociendo consecuentemente la suma global
retirada por Kaplan de la Presidencia de la Nación y el monto que recibía cada uno de los
funcionarios a su cargo (fs. 6515), no resulta suficiente para desvirtuar el plexo probatorio reunido
en su contra.
“En efecto, de acuerdo a las características del sistema investigado, luego de que
los fondos eran retirados de la Secretaría General de la Presidencia o la Jefatura de Gabinete, eran
las máximas autoridades de cada dependencia destinataria de los mismos los que definían la
forma en que los mismos serían extraídos definitivamente de la esfera de custodia de la
administración pública, ya sea sustrayendo la totalidad para sí o haciéndolo respecto de una parte
del mismo y concediendo a los funcionarios a su cargo la posibilidad de sustraer la restante.
“Aún cuando hubieran encomendado a otras personas el retiro del importe
asignado al organismo y la posterior entrega de las cantidades correspondientes a los funcionarios
designados para percibirlas, conservaban en todo momento el control de la operatoria, pudiendo
modificar los aspectos atinentes a su ejecución con absoluta discrecionalidad.
“Tales extremos se corresponden con las manifestaciones efectuadas
públicamente por la propia imputada, quien señaló “fui convocada por el entonces secretario
general de la Presidencia, Dr. Eduardo Bauza, a una reunión en su despacho de la Casa Rosada, donde
me comunicó que mensualmente recibiría una suma de dinero acorde a mi situación de secretario de
la Presidencia. Dicho dinero, que según me explicó provenía de fondos secretos votados por el
Congreso de la Nación para reparticiones del Poder Ejecutivo, estaban destinados a complementar la
remuneración de los funcionarios de nivel político y a cubrir otros gastos. Ante mi pregunta sobre la
operatoria de distribución, el ministro me dijo que quedaba a mi criterio pues se trataba de un monto
del que no se rendía cuentas; el sobre con los fondos sería entregado mensualmente a la persona que
yo designara al efecto”-lo destacado me pertenece- (Cfr. fs. 1325).
“A ello se suman las manifestaciones efectuadas por Mabel Behal al momento de
brindar su descargo en autos, quien luego recibir un sobre blanco con tres mil trescientos pesos -
$3.300- de parte de Enrique Kaplan, le preguntó a la imputada de que se trataba ese emolumento,
78
Poder Judicial de la Nación
recibiendo como respuesta que ese dinero que se venía cobrando desde hacía mucho tiempo y
que había que declararlo pero que no tributaban impuestos (fs. 6438/60).
“En ese sentido, resultan ilustrativas las consideraciones efectuadas por el Tribunal
Oral Federal Nro. 4 en la sentencia dictada en la causa Nro. 648, seguida a María Julia Alsogaray
por el delito de enriquecimiento ilícito (Confr. fs. 327/394), en cuanto sostuvo que “En concreto y
respecto a las alegaciones de la defensa en cuanto al desconocimiento de María Julia Alsogaray sobre
el origen ilícito de estos fondos, entendemos que ello resulta a todas luces inadmisible, valorando a
tal fin su nivel cultural, la educación recibida, las altas jerarquías detentadas en cargos de la
administración pública nacional y el poder legislativo, su necesaria experiencia y sentido común, su
trayectoria política; todo lo cual debió hacerla asumir que las sumas que intentan justificar debían
necesariamente provenir de una fuente antijurídica. Abona lo expuesto las circunstancias objetivas
que se comprobaran y a las que hemos hecho referencia, tales como la falta de recibos, descuentos,
contabilidad o registros, las circunstancias acerca de los lugares y personas que los pagaban, la
discrecionalidad con que se manejaban, el necesario conocimiento que debía tener acerca de las
finanzas públicas y a la imposibilidad siquiera de suponer que algún funcionario pudiera tener tal
USO OFICIAL
discrecionalidad en el manejo de fondos estatales que les permitieran a su antojo distribuirlos. Ambas
características, las personales y las objetivas en cuanto a la forma en que la operatoria se desarrolló,
nos llevan al convencimiento que debía suponer que el origen de los mismos provenía de un acto
cuanto menos antijurídico”.
“Las argumentaciones expuestas, permiten tener por acreditados, con el alcance
exigido por esta etapa preliminar del proceso, los aportes efectuados por María Julia Alsogaray en
el sistema de sustracción investigado y su consecuente responsabilidad”.
Acusación de la querella:
“Conforme surge del análisis de los hechos, la actuación de la nombrada consistió,
por un lado, en haber distribuido entre los altos funcionarios de la Secretaría a su cargo sumas
provenientes de F.R., que eran retiradas de la Secretaría General de la Presidencia y luego de la
Jefatura de Gabinete de Ministros. Y por otro, en haber percibido durante su gestión una
sobreasignación mensual que tenía el mismo origen que las sumas referenciadas. En concreto,
estos montos eran una parte del total remitido al organismo, que la encartada retenía en su
beneficio.
“De acuerdo al esquema esbozado al inicio, la primera de esas conductas
corresponde a la tercera fase de la maniobra, en la cual las sumas destinadas al pago de
sobreasignaciones eran retiradas de la Secretaría General de la Presidencia o la Jefatura de
Gabinete, para luego ser distribuidas en el ámbito de cada Ministerio o Secretaría. En tanto que el
otro comportamiento que se atribuye a la nombrada se incardina en el cuarto tramo de la
maniobra, relativo a la percepción de esos importes.
“En concreto, a los fines de ponderar la intervención de la encartada, es preciso
tener en cuenta que el sistema de pago de sobreasignaciones estaba basado sobre la estructura
orgánica del Estado, y por ende, seguía el orden jerárquico de la Administración Pública, de tal
79
forma que el manejo del dinero destinado a cada Ministerio o Secretaría recaía en su titular, quien
podía encomendar a un subalterno el retiro de la remesa y el reparto de esas sumas dentro del
organismo, pero conservaba en última instancia el poder de decisión sobre esos fondos (podían
decidir, por ejemplo, cuánto dinero asignar a los funcionarios de la dependencia a su cargo y qué
cantidad retener para sí).
“Al respecto, dado que se trató de un sistema informal, una vez retirada la remesa
de la Secretaría General de la Presidencia o la Jefatura de Gabinete, los titulares de cada
repartición adquirían pleno poder de disposición sobre esas sumas, puesto que no existían
mecanismos de control sobre su aplicación, no se documentaba ninguna de las operaciones, ni se
exigía rendición de cuentas.
“En suma, en ese tramo de la maniobra los fondos permanecían aún dentro de la
esfera de tenencia de la Administración Pública y eran entregados a los responsables de cada
dependencia para que dispusieran de ellos con absoluta discrecionalidad.
“Por todo ello, entendemos que la actuación de la nombrada habría sido un aporte
imprescindible para la ejecución de la maniobra, puesto que posibilitó que los altos funcionarios de
la dependencia a su cargo percibieran sobreasignaciones a lo largo de toda su gestión como
Secretaria de Recursos Naturales.
“Asimismo, la intervención de ALSOGARAY se integra en el marco de un plan
criminal donde la encartada debía cumplir un rol determinado, que consistió en la distribución de
las sumas provenientes de F.R. en el ámbito de la Secretaría de Recursos Naturales.
“Es por ello que, en punto a determinar el grado de participación que corresponde
atribuir a la nombrada, se observa que concurren en el caso los requisitos de la coautoría funcional
o coautoría caracterizada por el dominio funcional del hecho, que consisten en la existencia previa
de un plan común y en la realización de una fracción de conducta imprescindible en la etapa
ejecutiva.
“En lo que respecta a la percepción en su propio beneficio de sumas procedentes
de F.R., se trata de otro aporte de la encausada a la ejecución del delito, que reviste carácter
necesario e imprescindible, atento su virtualidad en orden a la consumación del peculado, que se
perfecciona con la separación o el apartamiento de los bienes del dominio público.
“En suma, corresponderá que la conducta de ALSOGARAY sea valorada
unitariamente, pero teniendo en cuenta que intervino en distintos momentos del iter criminis, con
aportes que son también claramente diferenciables.
“Finalmente, en caso de que se considere que la posición de la encartada no le
permitía ser coautora del delito investigado, su intervención resulta punible de todos modos a
título de partícipe necesario.
“En lo referente al aspecto subjetivo de la conducta, entendemos que las
manifestaciones de la propia ALSOGARAY y de otros funcionarios de la Secretaría a su cargo
(Mabel BEHAL, Haydee ANTÓN), permiten tener por acreditado que la nombrada obró con el
conocimiento requerido en la figura”.
80
Poder Judicial de la Nación
secuencias fácticas reprochadas a María Julia Alsogaray, estuvo representado por haber retirado
mensualmente de la oficina del Sr. Rodolfo Alberto Aiello, ubicada en la Jefatura de Gabinete de
Ministros, entre febrero y diciembre de 1999, distintas sumas de dinero provenientes de partidas
asignadas por la Ley de Presupuesto a gastos reservados y luego haberlas distribuido para su
sustracción a los funcionarios de más alta jerarquía de la Secretaría de Recursos Naturales de la
Presidencia de la Nación.
Al momento de expedirse en los términos del artículo 349 del CPPN –amén de las
excepciones a las que se dio curso por vía incidental y que no serán reeditadas aquí— la defensa
hizo referencia nuevamente a la falta de conocimiento de Castellini respecto del c0ntenido de los
sobres que retiraba mensualmente de la Jefatura de Gabinete, agregando que, en caso de saber
que se trataba de dinero, tampoco tenía por qué conocer su vinculación con un ilícito. A criterio de
la defensa, entonces, no podría subsumirse la conducta del nombrado en la figura de peculado,
que requería según la doctrina dolo directo para su realización.
También descartó la posibilidad de sostener la participación criminal de Castellini
en la maniobra investigada: “…nada indica en la causa que la conducta de Raúl Alberto Castellini
haya sido en exceso de una orden o un pedido de traslado de sobres de una dependencia a otra
que, por no registrar elementos de clandestinidad o sospechosos en cuanto a su licitud, jamás
podrían suponer su participación dolosa en alguna clase de delito (y menos aún en la compleja
figura elegida por los requirentes).
“No existen en la causa elementos objetivos para señalar una participación
consciente de nuestro defendido en los eventos, desde que la propia Alsogaray, cuya declaración
ha sido el único elemento tomado en cuenta para el procesamiento como indicáramos, señaló que
en 1999, año en el que a partir de febrero ya no estaba Kaplan, los pagos se hicieron ocasionales,
cada dos o tres meses…”.
81
Entendió el defensor como corolario que a la intervención de su pupilo debía
aplicarse el principio de “prohibición de regreso” correspondiente a la teoría de la imputación
objetiva de Jakobs en tanto resultaba un aporte inocuo que no podía ser considerado típico.
Estos argumentos se corresponden con los que han sido sostenidos por la defensa
a lo largo de todo el expediente. Fueron objeto de análisis en los recursos interpuestos a favor de
Castellini y analizados sobradamente por este Tribunal y por el Superior. De todos modos, vale
aclarar que la imputación dirigida al nombrado no se limita al mero hecho de retirar los sobres con
dinero de la Jefatura de Gabinete, sino que también incluye la distribución del dinero entre los
funcionarios de la Secretaría de Recursos Naturales, respecto de la cual difícilmente pueda
alegarse que era realizada sin conocimiento de la entidad de la conducta y de su ilicitud.
Su responsabilidad en la maniobra investigada está acabadamente fundada por
ambos acusadores, como se detallará a continuación, lo cual sustenta a criterio de este Tribunal la
clausura de esta etapa instructoria a su respecto.
Acusación fiscal:
“Tal como surge de las circunstancias expuestas (…), la actividad acreditada en
autos respecto de Raúl Alberto Castellini, la cual debe enmarcarse dentro del sistema de
sustracción investigado en la presente y, en particular, en la acontecida en la Secretaría de
Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable, fue la de haber retirado mensualmente de la oficina
de Rodolfo Alberto Aiello distintas sumas provenientes partidas asignadas a gastos reservados y
luego haberlas distribuido para su sustracción a la Titular y los distintos funcionarios de dicha
dependencia.
“Al respecto, además de las circunstancias expuestas en el acápite anterior,
vinculadas a la prueba que permite tener por acontecida la sustracción de fondos reservados en el
ámbito de la Secretaría a cargo de María Julia Alsogaray y el aporte efectuado por Castellini, cabe
señalar que se cuenta en autos con las propias manifestaciones del imputado, quien sin perjuicio
de negar su intervención en el hecho, manifestó haber concurrido en seis o siete oportunidades al
ex edificio de SOMISA a retirar un sobre para la Secretaría de Recursos Naturales, que en la
mayoría de los casos le fue entregado por Aiello, el cual según le informó Alsogaray contenía
dinero (Cfr. fs. 6528/6536Vta).
“Asimismo, se cuenta con las manifestaciones de Mabel Behal en su declaración
indagatoria, quien afirmó a partir de febrero de 1999 fue Castellini quien continuó con la tarea que
hasta ese entonces cumplimentaba Kaplan, consistente en entregarle una suma mensual en un
sobre blanco distinta a la percibida por su sueldo o los gastos protocolares correspondientes al
cargo de Subsecretaria. Asimismo, al serle preguntado por este Ministerio Público sobre quién
concurría a la Jefatura de Gabinete a retirar esos fondos, contestó “…Kaplan y Castellini, porque
ellos mismos me lo dijeron…” -fs. 6450/6469Vta.-“.
Acusación de la querella:
“Según se expresara en el examen de los hechos, la conducta que se atribuye al
encartado consiste en haber retirado de la oficina de Rodolfo AIELLO en la Jefatura de Gabinete
82
Poder Judicial de la Nación
intervención y por no haber aportado la defensa elemento alguno que permita desvirtuar el
cuadro de sospecha alcanzado. En efecto, se ha determinado en autos que la conducta de
Castellini encuadra en una participación criminal en la maniobra atribuida a Alzogaray.
Los elementos de prueba colectados se corresponden con los analizados para la
maniobra general y en particular los que se mencionaron para acreditar que el sistema de pago de
sobresueldos regía también en la Secretaría de Recursos Naturales, los cuales resultan suficientes
para tener por probado que el imputado cumplió con el rol que la acusación le atribuye en la
presente investigación, conducta que lo hace partícipe necesario del delito de peculado atribuido
a Alsogaray.
Recuérdese que todas las personas que prestaron declaración en autos fueron
contestes en indicar a Castellini y a Kaplan como los funcionarios que ejecutaban de propia mano
la entrega del dinero y esta circunstancia no fue desvirtuada suficientemente por ellos en sus
respectivas presentaciones, de manera que el estado de sospecha que fundó su llamado a
indagatoria permanece inalterado y permite sostener la hipótesis delictiva sostenida por la
acusación.
En cuanto al modo en que corresponde valorar su accionar, debe indicarse que
éste constituyó un aporte indispensable en la maniobra desplegada por la titular de la Secretaría,
en los términos previstos en el artículo 45 del CP, puesto que él fue uno de los funcionarios que
retiraba de la oficina de Aiello las sumas de dinero en cuestión, por orden de Alsogaray, y luego,
también respondiendo a sus indicaciones, la distribuía entre los funcionarios. Es decir, Castellini
fue durante el tiempo que duró su mandato en la Secretaría de Recursos Naturales, quien ejecutó
materialmente la distribución del dinero por cuya administración era competente María Julia
Alsogaray.
Esta circunstancia se encuentra debidamente acreditada, más allá de que no se
han establecido los pormenores y las cifras exactas de tal distribución. Lo cierto es que cumplía
83
con dicha tarea y no se ha logrado desvirtuar que conocía cada uno de los elementos disvaliosos
de su conducta, siendo además funcionario de alto rango dentro de la Secretaría de Presidencia.
Su aporte ha sido esencial en el curso del ilícito atribuido a la ex Secretaria de
Medio Ambiente, en tanto resultó un engranaje fundamental dentro del sistema de distribución de
dinero implementado. Esto es, más allá de no haber ostentado la calidad de administrador de los
fondos, participó en tal sistema del modo disvalioso en que éste se desarrolló –el cual fue
extensamente analizado— es decir, entregando el dinero sin la implementación de registro
alguno, ni la adopción de las formalidades propias de una correcta administración del dinero
público.
84
Poder Judicial de la Nación
resultó ajeno a la maniobra a la que se viene haciendo referencia, puesto que, por un lado, sustrajo
parte de los fondos reservados cuya administración le fue confiada en razón de su cargo y, por
otro, otorgó a distintos funcionarios a su cargo la posibilidad de sustraer una parte restante de ese
erario.
“En lo que respecta al primer aporte, a partir de las declaraciones testimoniales de
Carlos Jorge Bernardello -fs. 887/8 y 1486-, Lidia Angélica Gibellieri -fs. 1028/9- y Héctor Daniel de
Arriba -fs. 1150/1-, Tesorero, Directora General de Programación Presupuestaria y Director General
de Administración del Ministerio de Defensa respectivamente, se ha probado en autos, con el
alcance provisorio de esta etapa procesal, que la Ley Nacional de Presupuesto le asignaba a dicha
cartera, en la época en la que era presidida por Camilión, la suma anual aproximada de
$40.000.000 -ver fs. 1148-, la cual era ejecutada mensualmente.
“Que asimismo, ese dinero era depositado en la cuenta Nro. 2659/16 que el
Ministro de Defensa poseía en la sucursal Plaza de Mayo del Banco de la Nación Argentina y que
de ella se transfería una parte de dinero denominado internamente como de “inteligencia” a la
cuenta propia del Ministro Nro.1890/38, siendo éste el único autorizado a operarla.
“Que tal como la denominación del rubro lo indicaba, dicho erario debía ser
asignado en su totalidad a los servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas -Armada, Aérea y
Ejército-, pero ello no acontecía en la realidad puesto que siempre quedaba un remanente
mensual en la cuenta que oscilaba entre veinte mil ($20.000) y cincuenta mil pesos mensuales
($50.000), el cual era entregado por Gibellieri en efectivo y en un sobre a Camilión, quien no
firmaba recibo ni rendía cuentas de su utilización.
“Para lograr la impunidad de la maniobra, Camilión consignaba en un acta mensual
que dicho remanente había formado parte del dinero que le era girado a las tres fuerzas,
85
conservando una copia de la misma en su poder y enviando el original a la Dirección General de
Administración del Ministerio43.
“Lo narrado, también se encuentra avalado por el propio reconocimiento que
efectuara Oscar Héctor Camilión en la declaración indagatoria prestada en la causa Nro. 8830
caratulada “Sarlenga, Luís s/ contrabando de armas y material bélico”, de trámite ante el Juzgado
Nacional en lo Penal Económico Nro.3, en cuanto sostuvo que durante toda su gestión en el
Ministerio de Defensa percibió la suma de treinta mil ($30.000) pesos mensuales en concepto de
sobresueldo, el cual le llegaba en un sobre cerrado y respecto del cual no existían recibos, siéndole
entregado por la Tesorería del Ministerio de Defensa (véase fs. 602/617 y escrito de descargo de fs.
623/626).
“No desconoce esta representación que las circunstancias invocadas formaron
parte de un planteo defensita efectuado en el marco de otro proceso, no obstante lo cual tales
dichos serán valorados como prueba de cargo en esta causa toda vez que el nombrado los ha
ratificado en su escrito de descargo de fs. 1401/1402, y su declaración indagatoria de fs. 1616/1620.
“Ahora bien, en lo que respecta al segundo aporte que se le reprocha a Camilión,
cabe referir que de las declaraciones testimoniales brindadas en autos por Augusto José
Rodríguez Larreta44 y el fallecido Guillermo Federico Etchechoury45 surge que mientras se
desempeñó como Ministro de Defensa, le otorgó a los distintos funcionarios a su cargo la
posibilidad de sustraer una parte de los fondos reservados cuya administración le fuera confiada
en razón de su cargo (Cfr. fs. 1039, 2272/2273 y 4490/1).
“Dichas circunstancias, se corroboran con las expresiones brindadas por el
imputado Ricardo Ernesto Lagorio46 al formular su descargo en autos, quien reconoció haber
percibido mensualmente, en instancias en las que se desempeñaba en el Ministerio de Defensa -de
principios de 1994 a julio de 1996-, la suma de cinco mil pesos ($5000) para gastos inherentes a su
función, respecto de la cual no debía rendir cuentas de su gasto. En cuanto a los pormenores de la
recepción de ese dinero, especificó que se lo entregaba el Subsecretario Torzillo en su oficina, en
un sobre blanco con el logo del Ministerio de Defensa (fs. 6498/6505).
“A criterio de este Ministerio Público, la valoración conjunta de los elementos
reseñados, permite afirmar en forma conclusiva y con un grado de probabilidad cierta, que
durante su gestión a cargo del Ministerio de Defensa, Oscar Héctor Camilión, con la colaboración
necesaria de los funcionarios de su cartera, sustrajo una parte de los fondos reservados cuya
administración le fue confiada en razón de su cargo”.
Acusación de la querella:
“Conforme surge del análisis de los hechos, la actuación del nombrado consistió,
por un lado, en haber utilizado parte de los F.R. del Ministerio de Defensa para ejecutar el sistema
de pago de sobreasignaciones a altos funcionarios en el ámbito de esa cartera, y por otro, en
43
Sobre lo expuesto en estos últimos párrafos, ver particularmente la declaración de Gibellieri antes citada.
44
Vocero y asesor de Oscar Camilión en el Ministerio de Defensa desde 1993 hasta 1996.-
45
Secretario de Planeamiento en el Ministerio de Defensa desde el 5 de abril de 1993 hasta el 6 de agosto de 1996.-
46
Jefe de Gabinete del Ministerio de Defensa desde abril 1993 hasta fines de ese mismo año y Subsecretario de Política y
Estrategia de dicha cartera desde el 30 de diciembre de 1993 hasta agosto de 1996.-
86
Poder Judicial de la Nación
haber retirado de esos recursos una suma mensual en su propio beneficio, todo ello durante su
gestión como Ministro.
“En primer lugar, debe señalarse que atento a que el Ministerio de Defensa
disponía de F.R. legalmente asignados, el pago de sobreasignaciones en esa cartera se financió en
base a esos recursos, puesto que no había necesidad de recurrir al fondo común que funcionaba
en la Jefatura de Gabinete.
“En ese marco, CAMILIÓN, quien en su carácter de Ministro tenía a cargo la
administración de los fondos, habría utilizado mensualmente una parte de esos recursos para
distribuirlos entre los funcionarios de mayor jerarquía, suceso éste que corresponde a la tercera
etapa de la maniobra investigada.
“Por otra parte, el retiro de sumas mensuales para su propio beneficio se incardina
en el cuarto tramo de la maniobra, que coincide con el momento consumativo del delito.
“En consecuencia, se deduce que la actuación del nombrado habría significado un
aporte imprescindible para la ejecución de la maniobra, puesto que posibilitó que los altos
funcionarios de la cartera a su cargo percibieran sobreasignaciones a lo largo de toda su gestión
USO OFICIAL
87
defensa no ha alegado argumento alguno en la oportunidad de expedirse en los términos del
articulo 349 del CPPN, de manera que la imputación sostenida por los acusadores es concluyente y
válida para la celebración del juicio oral en el cual podrá dilucidarse en forma definitiva si le cabe al
ex Ministro de Defensa responsabilidad por la maniobra de peculado que se le atribuye.
Sólo respecto del imputado Torzillo se formuló oposición a la elevación a juicio por
parte de su defensor. Alegó para ello distintas cuestiones, como la falta de acreditación por parte
de la acusación del carácter necesario de la participación de su defendido y del conocimiento del
origen ilícito del dinero distribuido.
Por otro lado, hizo referencia al período en el cual Torzillo había cumplido
funciones, afirmando que había ingresado al Ministerio de Defensa en agosto de 1994 cuando ya
había entrado en vigencia el decreto 838/94, en virtud del cual se entregaban sumas de dinero en
88
Poder Judicial de la Nación
concepto de gastos protocolares a los funcionarios de esa cartera sin necesidad de rendir cuentas.
Así, entendió el defensor que no se encontraba acreditado que el dinero que distribuía y percibía
Torzillo proviniera de partidas asignadas a gastos reservados.
Concluyó que no había sido probada ni mínimamente su responsabilidad penal y
que se había sostenido su acusación exclusivamente por lo que había sido y no por lo que había
hecho, violándose el principio de responsabilidad por el hecho y adoptado el de responsabilidad
por la persona.
No obstante lo expuesto por el defensor, entiendo que la clausura de la instrucción
respecto de los nombrados se encuentra debidamente justificada por las razones expuestas ya en
el auto de procesamiento dictado a su respecto, en cuanto a que había sido probado no sólo que
Oscar Camilión retiraba para sí sumas abultadas de dinero en forma mensual, sino que varios de
sus funcionarios percibían dinero proveniente de fondos de carácter secreto, como era el caso de
Rodríguez Larreta, Lagorio y Etchechoury. Los imputados Torzillo y Baeza, quienes revestían en
ese entonces las funciones de Subsecretario de Presupuesto y Administración y Secretario de
Asuntos Militares del Ministerio de Defensa, fueron sindicados por éstos como aquellos que
USO OFICIAL
cumplían con la función de distribuidores del dinero entre los funcionarios de esa cartera, tal como
relataron en sus respectivas declaraciones.
Amén de ello, también se encontró acreditado que ambos imputados percibían
mensualmente estas sumas de dinero. Ello, por cuanto así ha sido referido por Rodríguez Larreta y
por el hecho que todos los funcionarios de ese rango del Ministerio de Defensa percibían esas
sumas, resultando inverosímil que precisamente quienes colaboraron en la distribución del dinero
permanecieran ajenos del cobro. Por otro lado, el Sr. Lagorio identificó a Torzillo como el que le
hacía entrega del dinero por fuera de su salario, con lo cual queda desvirtuado el argumento de la
defensa en cuanto a que la imputación reposa exclusivamente en el cargo que ejercía, puesto que
hay indicios concretos en la causa que permiten afirmar la comisión de la conducta endilgada a
Torzillo.
En cuanto a los restantes argumentos, debe indicarse que el carácter necesario de
la participación atribuida a Torzillo y a los coimputados de éste que cumplieron similar función ya
ha sido analizada en autos; el sistema de reparto de dinero de origen ilegítimo consistía
precisamente en la distribución de sumas de dinero a los funcionarios de alta jerarquía de distintas
reparticiones del PEN, para lo cual aquellos que efectivamente efectuaban tal distribución
cumplían un rol que era trascendente para el funcionamiento del sistema puesto que sin ese
aporte el sistema no habría funcionado. Alguien debía retirar el dinero de los lugares de
distribución (en el caso del Ministerio de Defensa era esta misma repartición) y disponer
materialmente de él, hacer entrega de su parte a cada funcionario asignado. Tan necesario era tal
aporte que el sistema consistía precisamente en tal reparto.
Las restantes cuestiones traídas a colación por la defensa fueron objeto de
tratamiento a lo largo de todo el expediente y no corresponde su reedición.
Amén de ello, el sustento para proceder a la siguiente etapa es detallado
correctamente por los acusadores del siguiente modo:
89
Acusación fiscal:
“En lo que respecta a los aportes efectuados por los imputados Baeza González y
Torzillo, habiendo sido prestados en el ámbito del Ministerio de Defensa en instancias en las que
era presidido por Camilión, corresponde remitirse a lo apuntado en el acápite anterior en lo que
respecta a la prueba que permite tener por acontecida la sustracción de fondos reservados en el
ámbito de dicha cartera.
“En cuanto a la concreta intervención de los imputados en dicho ilícito, cabe
señalar que se encuentra debidamente acreditada en esta instancia a partir de los dichos
juramentados de Augusto José Rodríguez Larreta, quien los sindicó como los funcionarios del
Ministerio de Defensa que percibieron sumas mensuales provenientes de los gastos reservados
que le eran asignados al Ministerio de Defensa y que, asimismo, se encargaba de distribuir parte
de las mismas a los distintos empleados del Ministerio -fs. 1039 y 2272-.
“Con relación a las entregas de dinero efectuadas puntualmente por Torzillo, se
cuenta con las citadas expresiones vertidas por Ricardo Ernesto Lagorio, quien luego de reconocer
que mientras se desempeñó como Subsecretario de Política y Estrategia del Ministerio de Defensa
-de principios de 1994 a julio de 1996- percibió mensualmente la suma de cinco mil pesos ($5000)
para gastos inherentes a su función, manifestó “…me lo daba el Subsecretario de Presupuesto o
Administración (no recuerdo el cargo), Sr. Torzillo, en un sobre con el logo del Ministerio de Defensa,
en su oficina, por lo cual yo firmaba un recibo, y contra la firma de ese recibo a mi me entregaban el
sobre…” (fs. 6498/6505).
“A partir de ello, este Ministerio Público encuentra como acreditado, con el
alcance exigido por esta instancia, los aportes indispensables efectuados tanto por Baeza
González como por Torzillo en el sistema de sustracción investigado y su consecuente
responsabilidad”.
Acusación de la querella:
Respecto del Sr. Torzillo, la OA señaló: “Según se expresara en el examen de los
hechos, la conducta que se atribuye al encartado consiste, por un lado, en haber distribuido entre
los funcionarios de más alta jerarquía del Ministerio de Defensa sumas provenientes de F.R.
asignados a esa cartera, y por otro, en haber percibido mensualmente para sí una de esas
cantidades, todo ello durante su desempeño como Secretario de Presupuesto y Administración
del Ministerio de Defensa.
“Se considera que la actuación de TORZILLO debe entenderse como participación
necesaria en el delito de peculado, atento la colaboración que habría prestado a CAMILIÓN al
cumplir con la distribución de las sumas desviadas por el entonces Ministro entre los altos
funcionarios de la cartera a su cargo, conducta que es causal a la sustracción de los caudales
consumada con la percepción de esos importes. A su vez, el hecho de haber percibido esas
cantidades en su propio beneficio constituye otro aporte del encausado a la ejecución del delito,
que reviste carácter necesario e imprescindible, atento su virtualidad en orden al
perfeccionamiento del delito.
90
Poder Judicial de la Nación
91
Los requerimientos de elevación a juicio formulados por el Fiscal y la querella son
elocuentes y definen con detalle y corrección la plataforma fáctica de la imputación sostenida
respecto de Coronel.
Acusación fiscal:
“Tal como se adelantara precedentemente, la actividad acreditada en autos
respecto de José Domingo Coronel en instancias en las que se desempeñaba como Subsecretario
de Coordinación del Ministerio de Justicia, la cual debe enmarcarse dentro del sistema de
sustracción investigado en la presente y, en particular, a la maniobra analizada en el acápite
anterior, fue la de haber concurrido en varias oportunidades a la Secretaría de Inteligencia del
Estado a retirar dinero en efectivo proveniente de partidas asignadas gastos reservados que
posteriormente entregó al entonces Ministro de Justicia, Raúl Enrique Granillo Ocampo, a los fines
de ser utilizado para solventar dicho sistema ilícito.
“En cuanto a los elementos de prueba que permiten sustentar dicha tesitura, cabe
señalar que Coronel fue sindicado por Martínez Medina, quien formaba parte del círculo de
confianza de Granillo Ocampo, como la persona que concurría a la Secretaría de Inteligencia a
retirar el dinero transferido desde el Ministerio de Justicia, para luego entregarlo al titular de esa
cartera (Cfr. fs. 433Vta. y 5256/Vta)-.
“En efecto, se acreditó que el imputado ingresó a dicho organismo, al menos en
ocho oportunidades, los días 27 de junio de 1997, 15 de octubre de 1998, 2 de noviembre de 1998,
10 de noviembre de 1998, 16 de noviembre de 1998, 26 de marzo de 1999, 22 de abril de 1999 y 5 de
mayo de 1999, y que alguna de esas fechas coinciden con las principales transferencias efectuadas
desde el Ministerio de Justicia a la Jefatura de Gabinete y, desde esta última, a la Secretaría de
Inteligencia del Estado (Cfr. inf. de la OA de fs. 5255/66).
“Concretamente, se determinó que el imputado ingresó a la SIDE el 10 de
noviembre de 1998, esto es, el martes de la semana siguiente al dictado de la Decisión
Administrativa 545/98 y los Decretos 1278/98 y 1306/98, que fueron emitidos entre el miércoles 4 y
el viernes 6 de ese mes. También ingresó el 26 de marzo de 1999, fecha en que se emitió la
Decisión Administrativa 81/99 y el Decreto 291 (Cfr. Resolución O.A. 849/04).
“Al mismo tiempo, según lo informado por ese organismo de inteligencia, Coronel
se dirigió a las oficinas de los Sres. Ricardo Abdón Díaz Luján y Losada, Subsecretario y Director de
Finanzas respectivamente, quienes precisamente resultaban ser los funcionarios responsables de
la administración financiera de sus respectivas dependencias. Al respecto, la Oficina
Anticorrupción señaló a fs. 5264vta que “La mayoría de esas visitas (ocho), conforme surge del
informe de la Secretaría, se dirigieron al entonces Director de Finanzas de la SIDE, lo que también
fortalece la hipótesis de que el motivo de aquellas numerosas concurrencias fue la de retirar dinero.
En este sentido, no debe soslayarse que las reuniones fueron personales, en la sede de la Secretaría de
Inteligencia del Estado, que los funcionarios públicos que se reunían eran responsables de la
administración financiera de cada uno de los organismos que participan en la maniobra, y que tales
visitas son contemporáneas a los envíos de dinero por parte del Ministerio de Justicia a Jefatura de
Gabinete y de ésta a la SIDE”.
92
Poder Judicial de la Nación
Acusación de la querella:
“Según se expresara en el examen de los hechos, durante su desempeño como
Subsecretario de Coordinación del Ministerio de Justicia, el nombrado concurrió en reiteradas
oportunidades a la SIDE, de donde habría retirado el dinero correspondiente a las transferencias
efectuadas desde aquella cartera, para luego entregarlo al entonces Ministro GRANILLO
OCAMPO.
“Se considera que la actuación de CORONEL debe entenderse como participación
necesaria en la maniobra, atento la colaboración que habría prestado al nombrado en la
realización de la conducta tendiente a aportar recursos de esa cartera al fondo común para el
USO OFICIAL
47
Que comprenden, entre otras, asistir al Ministro en el diseño de la política presupuestaria, y brindar asistencia en la
formulación y programación de la ejecución presupuestaria y en las modificaciones que se proyecten durante el ejercicio
financiero. A los fines de ilustrar sobre la competencia del nombrado se tomaron los objetivos indicados en el Decreto
357/2002 y modificatorias -Organigrama de de la Administración Nacional centralizada-. Vid. apartado XVII (Ministerio de
Justicia, Seguridad y Derechos Humanos).
93
Sobre la base de la plataforma fáctica dentro de la cual tuvo lugar la conducta de
Enrique Kaplan –esto es la implementación y ejecución del sistema que posibilitó la sustracción de
fondos reservados en forma periódica por parte de distintos funcionarios del Poder Ejecutivo
Nacional durante los dos períodos presidenciales de Carlos Saúl Menem— la imputación que se le
dirige en concreto se refiere a la conducta desplegada desde su posición de Subsecretario de
Relaciones Jurisdiccionales de la Secretaría de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable de la
Presidencia de la Nación, esto es, una de las carteras que mientras fue presidida por María Julia
Alsogaray recibió mensualmente dinero en efectivo del fondo general que era aprovisionado en la
Secretaría General de la Presidencia y la Jefatura de Gabinete de Ministros respectivamente.
En función de ello, se atribuya a Enrique Kaplan que desde esa posición retiró
mensualmente de la oficina del Sr. Rodolfo Alberto Aiello, ubicada en la Jefatura de Gabinete de
Ministros, en el período comprendido entre el 24 de enero de 1992 y febrero de 1999, distintas
sumas de dinero provenientes de partidas asignadas por la Ley de Presupuesto a gastos
reservados en virtud del Art. 1 de la ley Nro. 18.302 “S” y luego las distribuyó para su sustracción a
los funcionarios de más alta jerarquía de la Secretaría de Recursos Naturales de la Presidencia de la
Nación, reteniendo para sí una parte de dicho erario.
94
Poder Judicial de la Nación
48
CCC Fed. Sala II Valerga Aráoz, D´alessio y Ledesma, “Ministerio de Justicia s/ denuncia” Rta. 6/06/86, en Boletín de
Jurisprudencia, Año 1986, Nro. 2, Pag. 310.-
95
tenían a su cargo la administración de tales fondos de quienes no poseían esa cualidad, pero
brindaron un aporte ineludible para su sustracción.
“Es dentro de este segundo grupo de imputados que (debe) interpretarse el
accionar del imputado, pues si bien no reunía las cualidades necesarias para ser considerado autor,
prestó un aporte ineludible para sacar fondos públicos fuera de la esfera de custodia de la
administración pública en la que legalmente se encontraban, ya sea distribuyéndolos a sus pares en
el ámbito de la Secretaría de Recursos Naturales o sustrayendo una parte para sí.
“Al respecto, se comparten las expresiones vertidas por el Dr. Eduardo R. Freiler al
votar por la confirmación del procesamiento del Kaplan en el presente sumario49, cuando opinó
que su situación se ajustaba a la figura del partícipe necesario, en tanto, si bien prestó una
colaboración primordial al suceso acaecido, lo hizo sin ostentar la calidad personal especial que
exige el tipo penal bajo estudio, pues los bienes sustraídos no se encontraban bajo su
administración, percepción o custodia.
“Por su parte, tal como fuera afirmado por esta parte en autos, tanto las
características principales de la maniobra de sustracción investigada -entidad, permanencia en el
tiempo y cuantía de los funcionarios intervinientes-, cuanto las condiciones personales del imputado
-nivel cultural, educación recibida, cargos desempeñados, experiencia y sentido común-, persuaden a
este Ministerio Público a considerar, en esta etapa preliminar del proceso, que actuó con el
conocimiento y la voluntad exigida por la faz subjetiva de la figura penal en estudio.
(…)
“Habiéndose individualizado las circunstancias fácticas que integran el reproche
formulado a Kaplan en la presente y su significación jurídica, se habrán brindar en el presente
acápite los motivos por los que este Ministerio Público estima demostrado en autos, con el
alcance exigido por esta etapa preliminar del proceso, la materialidad de dicho aporte y la
consecuente responsabilidad del imputado.
“Los elementos de prueba aunados al sumario resultan suficientes para tener por
acreditado que entre enero de 1992 y febrero de 1999, Enrique Kaplan retiró mensualmente de la
oficina del Sr. Rodolfo Alberto Aiello, ubicada en la Jefatura de Gabinete de Ministros, distintas
sumas de dinero provenientes de partidas asignadas por la Ley de Presupuesto a gastos
reservados en virtud del Art. 1 de la ley Nro. 18.302 “S” que luego distribuyó para su sustracción a
los funcionarios de más alta jerarquía de la Secretaría de Recursos Naturales de la Presidencia de la
Nación, reteniendo a su vez, una parte para sí del mismo.
“Al respecto, se cuenta en autos con el descargo brindado por quien se
desempeñó como titular de dicha cartera durante todo ese período, María Julia Alsogaray, del
cual surge que durante casi toda su gestión como Secretaria de Estado se recibieron en la
dependencia a su cargo sumas provenientes de fondos reservados, las cuales fueron retiradas
mensualmente de la oficina de Rodolfo Aiello y luego distribuidas entre todos los funcionarios de
la Secretaría por parte de Enrique Kaplan hasta febrero de 1999 -fs. 6514/27-.
49
Sala I de la CNACCF, Causa Nro. 44.395, “Kaplan, Enrique s/ procesamiento y embargo”, Rta. 8/7/10, Reg. Nro. 654.-
96
Poder Judicial de la Nación
“Tales expresiones, resultan ser contestes con distintos elementos de prueba que
han sido incorporados a la presente. Veamos el porqué de lo afirmado.
“En primer lugar, se cuenta con las manifestaciones de Pablo Juan Kozlowski,
chofer de Enrique Kaplan, quien reconoció haberlo trasladado al ex edificio SOMISA, donde se
encontraba la oficina de Aiello, oportunidades en las que lo aguardaba en el segundo subsuelo
conjuntamente con el resto de los choferes (Cfr. fs. 1283/4). También Héctor Daniel Bravo, quien
reemplazó al nombrado durante los últimos meses de Kaplan en el organismo, afirmó haberlo
llevado a ese edificio en tres o cuatro ocasiones (fs. 1313/4).
“Asimismo, en el marco de la causa seguida a Alsogaray por el delito de
enriquecimiento ilícito, Martínez Medina afirmó haberse cruzado con Kaplan cuando concurría a
las oficinas de Aiello a retirar el sobre destinado al Ministro de Justicia -Cfr. fs. 105 vta.-, y las
secretarias de Aiello, Dora Ofelia Di Pasquo, Mónica Graciela Gallina y Sandra Marcela Speranza,
afirmaron haber visto a Kaplan en esa dependencia -Cfr. fs. 111/Vta., 146Vta./147Vta.-.
“A su turno, quien se desempeñó como secretaria privada de Alsogaray durante
toda su gestión en la Secretaría de Recursos Naturales, Haydee Antón, afirmó que en esa cartera
USO OFICIAL
se recibían sumas provenientes de fondos reservados que eran retiradas los primeros días de
todos los meses por Kaplan de la oficina que Aiello poseía en la Secretaría General de la
Presidencia, lo cual era una circunstancia conocida por todos en la Secretaría (fs. 1037/Vta.).
“Ahora bien, en relación a la distribución del dinero a los funcionarios de la
Secretaría de Medio Ambiente, se cuenta con las manifestaciones de los imputados Alberto Noé
Carballo y Mabel Behal, ex Subsecretarios de Ambiente Humano y Coordinación respectivamente
de dicha cartera. El primero, señaló que además del sueldo cobraba otras sumas de manos de
Kaplan, en concepto de lo que llamó “gastos de protocolo y ceremonial” -Cfr. fs. 6506/13.- y la
segunda afirmó que además del sueldo y los gastos protocolares correspondientes al cargo de
Subsecretaria, percibía mensualmente otra suma que le era entregada en mano, en un sobre
blanco, por Kaplan hasta enero o febrero de 1999 y de ahí en mas por Castellini, no firmando
comprobante alguno por ello. Asimismo, al serle preguntado por este Ministerio Público sobre
quién concurría a la Jefatura de Gabinete a retirar esos fondos, contestó “…Kaplan y Castellini,
porque ellos mismos me lo dijeron…” -fs. 6450/6469Vta.-.
“Otro elemento a considerar en torno a la distribución de ese dinero en el ámbito
analizado, resultan ser las declaraciones juradas de la Ingeniera Alsogaray -reservadas en la
presente-, en las que consignó expresamente la percepción mensual de gastos reservados, lo cual
se condice con lo reconocido por ella tanto públicamente -fs. 1325-, como en el marco de la causa
que se le siguió por el delito de enriquecimiento -fs. 1133/1134Vta.- e, inclusive, en la indagatoria
prestada en este sumario -fs. 6514/27-.
“Ello, se corresponde a su vez con lo declarado por la nombrada Haydee Antón,
quien señaló que “… el Subsecretario Enrique Kaplan los primeros días de todos los meses llevaba un
sobre y se lo entregaba a María Julia… en un primer momento Kaplan fue muy reservado, puesto que
lo traía en el bolsillo interior de su saco…con el paso del tiempo comenzó a traerlo en la mano, hasta
97
que en los últimos años se lo entregaba directamente a la dicente para que ella se lo entregase a
María Julia”.
“Por su parte, en lo que específicamente atañe a la percepción mensual de sumas
de dinero provenientes de partidas asignadas a fondos reservados, coincide este Ministerio
Público con lo afirmado en autos por el Superior50 en el sentido de que se tiene por acreditada a
partir de las manifestaciones vertidas en autos por María Julia Alsogaray y Alberto Noé Carballo,
quienes afirmaron que Kaplan había percibido los denominados “sobresueldos”. En igual sentido,
Mabel Behal declaró que fue Kaplan quien le explicó qué era el dinero que le entregaba,
agregando que se trataba de una práctica habitual que los Subsecretarios lo recibieran.
“En función de lo afirmado, el descargo del imputado consistente en negar la
intervención en el hecho que se le imputa y afirmar que la imputación se sustenta exclusivamente
en testimonios de personas con intereses contrapuestos a los suyos, alguno de los cuales resultan
ser imputados en la presente y que por ello pretenden perjudicarlo -fs. 5805/14 y 7035/7050-, no
resulta suficiente para desvirtuar el plexo probatorio reunido en su contra, máxime cuando las
expresiones criticadas resultan ser contestes entre sí y con el resto de los elementos de prueba
aunados al sumario.
“Al respecto, al confirmar el procesamiento dictado en autos respecto del
51
imputado , el Superior expresó que “si bien es cierto que las declaraciones de los coimputados
deben ser analizadas con extrema cautela, pues declarar sin obligación de decir verdad, sin prestar
juramento y sin la amenaza de las penas que incriminan el falso testimonio (Conf. Francisco Muñoz
Conde, Búsqueda de la verdad en el Proceso Penal, Hammurabi, Buenos Aires, año 2000, página 69), lo
cierto es que no puede quitársele todo tipo de credibilidad cuando, como en el caso, coinciden con el
resto de los testimonios habidos en la causa y no han aparecido elementos que lo controviertan”
(Causa Nro. 42.100, “Taddei, Ricardo s/ ampliación de procesamiento con prisión preventiva, Rta.
9/9/08, Reg. Nro. 1020, de la Sala I de la CNACCF).
“En esa misma oportunidad, también se afirmó que “la crítica defensista, que
centralmente se dirige a minimizar la entidad probatoria del descargo efectuado por los coimputados
de su pupilo, encontrará un adecuado ámbito de tratamiento durante la sustanciación del juicio oral,
donde en un contexto de plena contradicción e inmediación podrá discernirse con mayor precisión el
valor de la versión brindada por (ellos)…” (Causa Nro. 43.609, “López Sanabria, Adolfo p/
procesamiento”, Rta. 30/3/10, Reg. Nro. 254).
“En función de todo ello, estimando suficientemente acreditado, con el alcance
exigido por esta etapa preliminar del proceso, el aporte efectuado por Enrique Kaplan en el
sistema de sustracción investigado y su consecuente responsabilidad, es criterio de este Ministerio
Público que corresponde impulsar el sumario a su respecto a la siguiente etapa del debate oral”.
Acusación de la querella:
50
Idem supra.-
51
Idem supra.-
98
Poder Judicial de la Nación
52
Cfr. el acta de su declaración indagatoria (ver fs. 6517 y vta.) y el requerimiento de elevación a juicio efectuado por este
organismo el 30-03-2010 (ver. pág. 97).
99
sumas entre los funcionarios designados para su percepción (en el apartado siguiente
abordaremos este punto).
“Luego de que KAPLAN se desvinculara del organismo (febrero de 1999) y hasta el
cese definitivo del mecanismo pesquisado (diciembre de 1999), esa actividad habría sido
desarrollada por Alberto CASTELLINI (conforme declaración indagatoria de ALSOGARAY en estos
actuados y en la causa por enriquecimiento ilícito; declaración testimonial de BEHAL en causa
“ALSOGARAY s/enriquecimiento ilícito” y su declaración indagatoria en este proceso).
“2. La conducta del encartado. La intervención de Enrique KAPLAN en la maniobra
objeto de investigación comprende dos conductas diferentes. Por un lado, el haber retirado de la
oficina de Rodolfo Alberto AIELLO, ubicada en la J.G.M. (antes, Secretaría General de la
Presidencia), sumas de dinero provenientes de partidas asignadas a F.R. según la Ley Secreta
18.302, y haberlas distribuido entre los funcionarios de mayor jerarquía de la Secretaría de
Recursos Naturales, en el período comprendido entre fines de 1991 y febrero de 1999, durante su
desempeño como Subsecretario de Relaciones Institucionales de esa dependencia (Cfr. acta de
declaración indagatoria, fs. 5808). Por otro, el haber cobrado mensualmente una parte de esas
sumas, durante ese mismo lapso de tiempo (Cfr. acta de declaración indagatoria -ampliación-, fs.
7043).
“2. A) Retiro y distribución de sumas provenientes de F.R. En orden al primero de
tales comportamientos, existe un importante caudal probatorio que permite tenerlo por
acreditado, que abarca la declaración indagatoria de ALSOGARAY en esta causa -fs. 6514/6527- y en
el proceso por enriquecimiento ilícito -fs. 1123/1147-, la declaración testimonial de Haydee ANTÓN -
fs. 1037/1038-, la declaración indagatoria de Mabel BEHAL -fs. 6450/6460 vta.- y su testimonio en la
causa “ALSOGARAY s./ enriquecimiento ilícito” -fs. 108 vta./109-, la declaración indagatoria de
Alberto Noé CARBALLO -fs. 6506/6513-, las declaraciones testimoniales de Pablo Juan KOZLOWSKI
-fs. 1283/1284-, Héctor Daniel BRAVO -fs. 1313/1315-, y el testimonio de MARTÍNEZ MEDINA, Dora
Ofelia DI PASCUO, Mónica Graciela GALLINA y Sandra Marcela SPERANZA, en el proceso por el
enriquecimiento ilícito de ALSOGARAY -fs. 105/106, 111, 146 vta./147 vta.-.
“En punto a los dichos de ALSOGARAY en este proceso, luego de explicar que el
propio BAUZÁ (entonces Secretario General de la Presidencia) le había informado sobre la
existencia del sistema, manifestó:
“… luego de que me fuera informado este mecanismo de pago de complementos
salariales le solicite al Sr. KAPLAN, en su carácter de Subsecretario de Relaciones Institucionales y por
su relación anterior con todo el Gabinete de Ministros, al haber ejercido el nombrado el cargo de
Director de Ceremonial de la Presidencia de la Nación, que se encargara del dinero siguiendo las
directivas que le serían impartidas en la Secretaría General de la Presidencia, tal como me lo indicó el
Sr. BAUZA”.
“[El] Sr. Enrique KAPLAN recibía el sobre personalmente o por medio de otra persona
de manos de Rodolfo AIELLO -quien fuera designado por el Dr. BAUZÁ a tales efectos, conforme me lo
comentara el mismo KAPLAN-, y me entregaba, por si o por terceros, el importe que me estaba
asignado” (fs. 6515).
100
Poder Judicial de la Nación
101
Graciela GALLINA y Sandra Marcela SPERANZA, todas ellas secretarias de AIELLO, señalaron haber
visto a KAPLAN en esa dependencia (Cfr. fs. 111, y 146 vta./147 vta.). A su vez, tales dichos
concuerdan con lo declarado en estos autos por Pablo Juan KOZLOWSKI, chofer de KAPLAN en la
Secretaría de Recursos Naturales, quien afirmó que el ex edificio SOMISA era uno de los destinos
del ex funcionario (fs. 1283/1284). También Héctor Daniel BRAVO, quien reemplazó a KOZLOWSKI
durante los últimos meses de KAPLAN en ese organismo, declaró haberlo llevado a ese lugar en
tres o cuatro ocasiones -cabe recordar que el retiro de los fondos se producía normalmente una
vez por mes- (fs. 1313/1314). Finalmente, el propio AIELLO, al prestar testimonio en la causa
seguida a ALSOGARAY por enriquecimiento ilícito, declaró que veía a KAPLAN asiduamente -
aduciendo que éste venía a ver al Arq. RAMOS- (fs. 111 vta.).
“En suma todas estas probanzas, valoradas en su conjunto, permiten comprobar
que el encartado intervino en el tercer tramo de la maniobra investigada, que consistió en retirar
el dinero del fondo común de sobresueldos y distribuirlo entre los funcionarios de mayor jerarquía
dentro del ámbito en el que cumplía funciones.
“No obstante, cabe puntualizar que aún cuando KAPLAN y CASTELLINI se
ocuparan de retirar y repartir las sumas provenientes de F.R., era María Julia ALSOGARAY quien
conservaba el poder de decisión sobre la distribución de ese dinero y controlaba la ejecución del
sistema de pagos en el ámbito de la Secretaría a su cargo. Se arriba a esta conclusión a partir de las
características que han podido establecerse en torno al mecanismo pesquisado, que muestran que
una vez que los fondos eran retirados de la Secretaría General de la Presidencia o de la J.G.M., el
control sobre los mismos recaía en las máximas autoridades de cada organismo al que estaban
destinados.
“Por lo demás, la delegación de esas actividades en personal subalterno no es un
rasgo privativo de la Secretaría de Recursos Naturales, sino que también ha tenido lugar en otras
dependencias abarcadas por la maniobra, como el Ministerio de Economía o el Ministerio de
Defensa (Cfr. punto 7 del apartado IV).
“2. B) Percepción de sumas provenientes de F.R. El otro comportamiento que se
atribuye a KAPLAN es el haber cobrado mensualmente sumas provenientes de F.R., durante su
desempeño como Subsecretario de Relaciones Institucionales.
“Tales montos serían una porción del dinero que el encartado retiraba de la
Secretaría General de la Presidencia o de la J.G.M., y posteriormente distribuía entre los altos
funcionarios de la Secretaría de Recursos Naturales.
“La convicción de que el encausado habría realizado esta conducta se sustenta,
por un lado, en las constancias que sitúan a la Secretaría de Recursos Naturales entre las
dependencias abarcadas por la maniobra investigada y que han permitido sindicar a KAPLAN como
el encargado de retirar y distribuir la remesa destinada a ese organismo. Esas probanzas dieron
cuenta de que tanto la Secretaria ALSOGARAY como otros funcionarios con rango de
Subsecretarios -que era la jerarquía de KAPLAN-, percibieron sumas mensuales provenientes de
F.R.. Asimismo, permitieron determinar que el nombrado cumplía un rol destacado en relación a
102
Poder Judicial de la Nación
esos pagos. Este último dato no es menor, ya que implica que el encartado conocía el
funcionamiento del sistema de sobresueldos y aceptaba participar en su ejecución.
“Por otro lado, los dichos vertidos por ex funcionarios del organismo, como
Alberto Noe CARBALLO y Mabel BEHAL, lo señalan directamente como uno de los beneficiarios
del mecanismo pesquisado. El primero de los nombrados, quien prestó declaración testimonial al
inicio de la causa, manifestó que KAPLAN cobraba tales complementos (fs. 1038 y vta.), y en el
mismo sentido se pronunció Mabel BEHAL al prestar declaración indagatoria en estos actuados
(Cfr. fs. 6459). Lo expresado por ésta última se condice con su testimonio en la causa
“ALSOGARAY s./enriquecimiento ilícito”, donde declaró que “… en los niveles superiores se
recibía el sueldo y gastos protocolares, con recibo, y había un dinero que mensualmente se les
entregaba hasta el nivel de subsecretario que no requería firmar ningún recibo…” (fs. 109).
“Asimismo, también ALSOGARAY aludió al pago de sobresueldos a subsecretarios
de la cartera a su cargo (Cfr. fs. 6515), aunque omitió individualizar a los beneficiarios (a excepción
de BEHAL; ver fs. 6526 vta.).
“En conclusión, se halla acreditado, con el grado de sospecha exigido en esta
USO OFICIAL
etapa, que KAPLAN intervino en la última fase de la maniobra investigada, que consistió en la
percepción final de sumas provenientes de F.R., dentro del ámbito en el que cumplía funciones”.
103
que lo hicieron (estas consideraciones fueron oportunamente desarrolladas en el requerimiento
de elevación a juicio formulado respecto de la encartada).
“Ahora bien, mediante la conducta desplegada en orden al retiro y reparto de tales
fondos, KAPLAN habría colaborado con su superior en punto a la ejecución de la maniobra en el
ámbito de esa Secretaría. En concreto, de no haber contado con la colaboración del encartado,
que obró bajo las instrucciones de la nombrada, la ex funcionaria habría tenido que recurrir a otros
medios para poder cometer el delito.
“En lo que respecta a la percepción en su propio beneficio de parte de ese dinero,
se trata de otro aporte imprescindible para la comisión del delito, puesto que ese comportamiento
implicó la separación definitiva de esos fondos de la esfera de custodia del Estado. En concreto, la
conducta de KAPLAN, sumada a la de otros funcionarios de la Secretaría que también cobraban
esos montos (BEHAL; CARBALLO; ALSOGARAY), resultó esencial para el perfeccionamiento del
delito, ya que sin ese aporte no habría podido consumarse en el seno de ese organismo.
“En suma, considerando la entidad de sendos aportes efectuados por KAPLAN en
distintos momentos del iter criminis, los cuales resultaron esenciales para la comisión del ilícito, se
considera que la actuación del nombrado debe ser valorada unitariamente como participación
necesaria en el delito de peculado.
“En cuanto a la faz subjetiva del comportamiento, entendemos que el encartado
conoció el alcance de su intervención y obró voluntariamente en tal sentido. En relación al primer
aporte, ello se desprende de las manifestaciones de ALSOGARAY, BEHAL, CARBALLO y ANTÓN.
Respecto del segundo, surge de los dichos de ALSOGARAY, BEHAL y CARBALLO. Además, en
relación a esto último, corresponde tener en cuenta que el encausado conocía la naturaleza del
dinero percibido, por haber intervenido en el retiro y posterior distribución de los fondos.
(…)
“En definitiva, KAPLAN se encuentra procesado en orden al retiro y distribución de
sumas provenientes de F.R. por decisorio del 10-09-2007 (fs. 6101/6147), temperamento que ha
sido confirmado por la Sala II de la Excma. Cámara del Fuero el 3-07-2008 (fs. 6964/6973 vta.), la
cual esgrimió respecto del encartado la calificación legal de partícipe necesario en el delito de
peculado, en lugar de la intentada por V.S. (partícipe necesario en administración fraudulenta en
perjuicio de la Administración Pública), encuadre que se corresponde con el criterio que han
mantenido en lo sucesivo ambas instancias en punto a la significación jurídica de la maniobra
investigada.
“Posteriormente, con fecha 29-05-2009 (fs. 7115/7151 vta.), V.S. resolvió ampliar el
procesamiento de KAPLAN, en relación al cobro mensual de una parte de las sumas aludidas,
decisión que el Superior declaró nula, por considerar que no se había explicado el modo de
concurrencia entre este comportamiento y el anterior (resolución del 22-12-2009).
“Ello motivó que V.S. dictara, con fecha 29-04-2010, una nueva decisión de mérito
en orden a ese mismo supuesto (fs. 7813/7816 vta.), donde explicitó que no era posible trazar una
relación concursal entre sendos comportamientos, ‘puesto que el cobro del dinero, al igual que en
el caso de ALSOGARAY, no fue más que la consumación del ilícito que ya venía cometiendo
104
Poder Judicial de la Nación
imputación que se le dirige, cabe concluir que se hallan reunidos los presupuestos necesarios para
que esta causa sea elevada a juicio en relación al encartado. Sin que obste para así proceder la
pendencia del recurso de casación interpuesto por la defensa del nombrado contra la resolución
del 3-07-2008 de la Excma. Cámara del Fuero, conforme lo normado en el art. 353, segundo
párrafo, del código ritual.
“Por lo demás, se ha dicho que “… el estándar cognitivo exigido para el
procesamiento (probabilidad positiva de condena) es necesario y a la vez, suficiente para elevar el
caso a juicio”, concluyendo que “… a) no debe elevarse a juicio un caso si no existe, como mínimo, un
grado de conocimiento tal que pueda calificarse de probabilidad positiva en el sentido ya expuesto, y
b) No se requiere más que esa probabilidad positiva para elevar el caso a juicio” (Cfr. PARENTI, P. -
PELLEGRINI, L., “El Procesamiento en el Código Procesal Penal de la Nación”, en PLAZAS, F. - HAZAN,
L. (comps.): Garantías constitucionales en la investigación penal, Ed. del Puerto, Bs. As., 2006, p.
423).
“En suma, es claro que para pasar a la etapa siguiente, no es necesario ostentar un
mayor acercamiento a la verdad que el ya obtenido con el procesamiento, en tanto la probabilidad
de la comisión del hecho y la intervención del imputado no haya disminuido sensiblemente
mediante la producción probatoria posterior.
“Por último, la prolongación excesiva de la instrucción en sucesivos apéndices en
los que se busca cada vez un ulterior perfeccionamiento de la hipótesis incriminatoria no hace más
que desvirtuar su verdadera naturaleza (que es la de preparar la etapa de juicio), hipertrofiándola,
hasta vaciar de contenido la instancia de debate, en la que existirá la posibilidad de discutir la
imputación ampliamente y donde cualquier respuesta diversa a la certeza sobre la acusación
conduciría a que los imputados fuesen absueltos”.
105
Así las cosas, por todas las razones expuestas hasta aquí, entiendo que
corresponde proceder en los términos del artículo 351 del CPPN y elevar en forma parcial la
presente causa a la etapa oral a los efectos de la celebración del correspondiente juicio, en
relación con la situación procesal de las personas respecto de las cuales se ha formulado
requerimiento acusatorio.
El plexo probatorio reunido, como se ha dicho reiteradamente a lo largo de todo
este auto, es suficiente y completo para así proceder. Con éste ha quedado acreditado con el
grado de sospecha exigido en esta etapa del proceso, la existencia del sistema de pago a
funcionarios del PEN de sobreasignaciones por fuera de su remuneración legal, que implicó
durante las dos presidencias de Carlos Saúl Menem la sustracción de partidas de dinero asignadas
a gastos de seguridad e inteligencia, su retiro de los puntos asignados, su distribución entre
Ministros, Secretarios y Subsecretarios de Estado y su apropiación por parte de éstos.
Está acreditado además que esta distribución de dinero se hacía fuera de los
mecanismos regulares, utilizando dinero en efectivo, en negro, sin recibo, sin constancia ni
rendición de cuentas. Y se ha probado, a los efectos del acto procesal que aquí se está
disponiendo, que cada una de las personas cuya situación se resuelve en este auto, intervino en
dicha maniobra, en distintas etapas, ya sea en las instancias de decisión e implementación, en la de
retiro y distribución o en la de recibo y apropiación.
ACLARACIÓN FINAL:
Sin perjuicio de la elevación a juicio que aquí se dispone, deberán extraerse
testimonios de la presente causa, los cuales quedarán radicados aún en esta sede para la eventual
prosecución del trámite respecto de las personas cuya situación procesal resta analizar y resolver.
En razón de lo expuesto, en concordancia con lo dictaminado por el Sr. Agente
Fiscal, oídas que fueron la querella y las defensas y de conformidad con las normas que regulan la
materia, es que;
RESUELVO:
I. ELEVAR LA PRESENTE CAUSA A JUICIO respecto de:
I.1. CARLOS SAÚL MENEM –de demás condiciones personales obrantes en el
encabezado— en orden al delito que le fuera imputado, calificado como peculado, establecido en
el artículo 261 del Código Penal.
I.2. DOMINGO FELIPE CAVALLO –de demás condiciones personales obrantes en el
encabezado— en orden al delito que le fuera imputado, calificado como peculado, establecido en
el artículo 261 del Código Penal.
I.3. RAÚL ENRIQUE GRANILLO OCAMPO –de demás condiciones personales
obrantes en el encabezado— en orden al delito que le fuera imputado, calificado como peculado,
establecido en el artículo 261 del Código Penal.
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