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Introducción
El autor
Situado al autor, voy a pasar a analizar los mitos, en tanto me han sorprendido
o enseñado circunstancias que ignoraba y también en tanto considero, desde mi
posición de alumno y no de erudito en la materia, que no se encuentran bien hilvanado
o no me acaba de convencer.
El mito de los hombres excepcionales
Algo de hombre extraordinario tendría Colón, cuando se atrevió, tras ser rechazado
por la monarquía portuguesa, a buscar patrocinadores para su viaje en los Reyes
Católicos, embarcar en un duro viaje arriesgando su vida por los posibles motines de a
bordo, y desembarcar en un Nuevo Mundo, con independencia de que estuviera o no
equivocado. Alguien que se atreve a tamaña aventura algo de “extraordinario” tiene.
Igualmente sucede con Hernán Cortes. Todos sus biógrafos coinciden en afirmar
que era hijo de unos hidalgos venidos a menos, que estudió en Salamanca donde
aprendió perfectamente a escribir (de hecho fue escribano de Diego Velázquez) y que
era especialmente ambicioso y aventurero y, sobre todo, un gran estratega militar.
Algo de excepcional tendría, cuando se atreve a introducirse en el continente
americano, dejando atrás una relativa tranquilidad en Cuba con Diego Velázquez.
Restall afirmará que fue la búsqueda de oro, riquezas o poder lo que le motivó. Pues
entiendo, que aunque fuera así, algo de excepcional tendría cuando se atrevió a
realizar todos esos pasos y fue capaz de arrastrar a otros, conseguir aliados, etc.
Los datos que aporta con las tablas en este capítulo (pg.71 y 72) señalan lo que la
historiografía ya acepta: Los primeros conquistadores iban por su cuenta y riesgo a
América, en busca de una mejor vida (riquezas y/o status) y para ello invertían todo lo
que tenían en la Península en la empresa.
El mito de la completitud
Consiste este mito en pensar que toda América quedó en pocos años bajo dominio de
los conquistadores. Bajo el guión de exploración, expansión, descubrimiento e
invasión, se legó a la completitud de la empresa.
El mito de la comunicación
Consiste este mito en dos vertientes: o bien los conquistadores y los indígenas no se
comunicaban de ninguna manera, o bien que se comunicaban perfectamente. Para
desmontar el mito, Restall propone una solución intermedia: había comunicación entre
ambos bandos, aunque no perfecta, y para ello utiliza el ejemplo de Malinche.
En fin, son dudas que me han surgido a bote pronto y que supongo deben ser fruto de
mi ignorancia en el tema.
Este mito consiste en pensar que la población indígena sufrió una merma extrema a
causa de enfermedades y las guerras. Sin embargo, Restall demuestra que no fue así,
mostrando para ello varios signos de vitalidad indígena con posterioridad a la
conquista.
Dentro de este mito se encuentra el submito de la apoteosis, por el cual, los indígenas
tenían la creencia que los invasores españoles eran dioses.
Creo que Restall, en su afán de intentar demostrar que las sociedades indígenas no
eran incultas ni supersticiosas, no es objetivo al tratar este submito.
El mito de la superioridad
Este mito lo define Restall con un argumento circular “los españoles conquistaron a los
indígenas porque eran superiores y eran superiores porque conquistaron a los
indígenas” y establece cinco explicaciones míticas y cinco antimíticas de porqué fue
posible la conquista.
Algunas de las antimiticas podría incluirse en las que el autor llama míticas, o
viceversa ¿qué es la espada de acero sino un mejor armamento?
Pienso que todas las causas, las míticas y las antimíticas, son complementarias,
sucediendo todas en mayor o menor grado, y facilitando de esta manera la conquista
de América.
Conclusión
Muchas de las conclusiones de Restall ya eran conocidas por mí, a través de la lectura
de otros libros y revistas. Por ello considero que su libro quizá sea más de divulgación
entre la población profana en el tema, que para sectores ya iniciados en la historia. Lo
que no quita, y como no podía ser de otra forma, que haya aprendido mucho con él.