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Algunos de los pasajes que estos predicadores citan al respecto están en el Antiguo Testamento y
en realidad - por el contexto - son pasajes que se refieren al pueblo de Israel.
Otros mencionan Hec 2.16, donde Pedro cita a Joel (”derramaré mi Espíritu sobre toda carne”),
pero estudiando a Joel, entendemos que en el Antiguo Testamento el Espíritu Santo solo reposaba
sobre ciertos hombres.
“Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne” implica que sería sin distinción entre reyes, nobles,
pobres y siervos. Cualquiera, sin importar su raza o posición social, puede ser lleno del Espíritu
Santo. Y esta profecía se cumplió efectivamente en Hechos capítulo 2.
¿Realmente está en la Biblia el tan “famoso avivamiento final”? ¿Qué dice Dios al respecto?
¿Y acaso Dios no hará justicia a sus
escogidos, que claman a él día y noche?
¿Se tardará en responderles? (8) Os digo
que pronto les hará
justicia.Pero cuando venga el Hijo del
Hombre, ¿hallará fe en la tierra? (Luc
18:7-8)
Jesús, en el contexto, estaba hablando de confiar en Dios, de que él nos hará justicia y que
oremos. En medio de este tema, el maestro se pregunta si encontrará confianza en Dios? ¿Si
estarán rendidos ante él?. La respuesta – por implicación – es NO.
Esta descripción es contraria al famoso avivamiento del que predican. Más bien, la Biblia habla de
la apostasía en los últimos tiempos.
Hitler decía que si repites constantemente una mentira, la gente llegará a creerla como una
verdad. Muchos realmente han llegado a creer en tal avivamiento.
También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. (2Ti
3:1).
En este texto tampoco se dice que en los postreros días vendrá un gran avivamiento.
Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios,
blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, (3) sin afecto natural,
implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, (4)
traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, (5) que
tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita. (2Ti 3:2-5)
Amadores de los deleites más que de Dios: resulta que ahora tenemos Cruceros en el Caribe por
2-3 mil dólares, con comediantes cristianos, pláticas de motivación y cuando se les ha cuestionado
estas actividades, sustentan que “al ser hijos del Rey, merecen lo mejor”.
Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los
edificios del templo. (2) Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo,
que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada. (Mat 24:1-2)
Los discípulos estaban muy orgullosos de sus edificios y de la suntuosidad de los mismos.
¿Ustedes creen que el Señor está interesado en los grandes auditorios de mil millones de dólares?.
Él no habita en templos hechos de hombres.
¡Qué preguntas tan profundas le hicieron a Jesús!. Vemos que él les contestó: “habrá un gran
avivamiento, se someterán las naciones ante mí”. No, ni tampoco les respondió que cuidaran la
unidad entre ellos.
Ellos preguntaron ¿qué señales habrá?, y él les respondió lo que ellos no esperaban:
Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. (Mat 24:4)
En este texto, la palabra engañar es : “hacer bajar en la mente, perturbar, desviar”. Miren,
fíjense, disciernan que nadie los engañe; velad. Lamentablemente, si algo distingue a la iglesia de
hoy en día es el engaño.
Pero en medio de esto, no se turben en su mente, porque esto es necesario que pase pero no es
el fin. Quiero enfatizar que estas son las palabras de Jesús, este texto es Jesús hablando.
Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrápestes,
y hambres, y terremotos en diferentes lugares. (8) Y todo esto será principio de
dolores. (9) Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos
de todas las gentes por causa de mi nombre. (Mat 24:7-9)
Este es un panorama oscuro de la vida. El v.9 tampoco habla de avivamiento. Más bien de
persecución para aquellos que predican el verdadero evangelio.
Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se
aborrecerán. (Mat 24:10)
Es la 3ra vez que Jesús dice muchos. Tropezarán: en el original “se escandalizarán”. El pasaje
habla de traidores, de que nos quedaremos sin amigos cuando hablemos sus palabras.
Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos(Mat 24:11)
Esta es la segunda vez que repite este concepto haciendo un énfasis en los engaños que vendrán.
Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. (Mat 24:12)
¿Habla este pasaje de avivamiento o de paz?. No, habla de maldad, en el griego quiere
decir “gente sin ley”. Hay gente que está en las iglesias que no se someten ni a Dios. El texto no
dice: “El amor de Dios se hará ferviente, muchos predicarán y vendrá el avivamiento”.
El amor de muchos (nuevamente muchos) se
enfriará. Amor aquí se refiere a fervor, al anhelo de
guardar algo. No se refiere a los celos de los hombres;
Dios nos anhela celosamente. Ese celo o anhelo por
Dios se diluirá. Es como si en 5 galones de agua se
exprime un limón: eso no sabe alimonada. Así está el
evangelio de hoy en día: es un evangelio diluido.
Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas
las naciones; y entonces vendrá el fin. (Mat 24:14)
Para testimonio: significa “para que no digan que no les predicaron”. No dice que se convertirán
todos. Dice que será predicado el evangelio. A Jesús no se le convirtieron todos a los que él les
predicó. Dios ama a todos y quiere que todos se arrepientan, su sacrificio fue por todos pero no
todos creen.
Jesús no buscaba hacer un show con su poder. Cuando caminó sobre el agua lo hizo de noche,
para que nadie lo viera. Muchos predicadores se suben al púlpito y se transforman para desplegar
“su poder”. Jesús en ese momento se escondió de las multitudes. Lo buscaban porque les había
dado de comer. En el original la palabra que se usa es: “ustedes me buscan porque ayer comieron
como animales”. Esas multitudes estaban interesadas en lo que Jesús les daba, no en Jesús
mismo. A Jesús no le interesaban esas multitudes.