ESCUELA SUPERIOR POLITECNICA DEL LITORAL

LICENCIATURA EN NUTRICION
LICNUT

MORFOFISIOLOGÍA

EL SER HUMANO ESTA DISEÑADO PARA SOLO COMER O MORIR DE

HAMBRE

RAZONES VÁLIDAS.

El organismo del ser humano está diseñado desde el principio para enfrentarse a periodos de
hambre, de ahí que fuimos inteligentemente diseñados para poder acumular reservas
energéticas para someternos a épocas donde los regímenes alimentarios sean poco apropiados
o escasos.

Una de las principales razones para soportar esta teoría es el metabolismo que comprende al
conjunto de todos los cambios y reacciones físicas y químicas de los substratos absorbidos en el
aparato gastrointestinal que tienen lugar en las células de los organismos, mediante el cual
ocurre la oxidación de dichas substancias alimenticias con el fin de proveer energía para el
mantenimiento de la vida.

Por lo visto en el concepto el resultado final del metabolismos es el mantener con vida al ser
humano, tenga o no alimentos, claro está, durante un tiempo determinado que
aproximadamente duraría 1 semana.

La fase catabólica que comprende el desdoblamiento de los compuestos orgánicos, desde su

forma compleja hasta la simple con liberación de energía, de la que se dispondrá el organismo
para sus actividades es la parte que explica el hecho de que podremos soportar periodos de
hambre. Así es como todo los nutrientes desde carbohidratos, grasas y proteínas son
desdoblados y convertidos en energía. El exceso de carbohidratos se convertirá en glucógeno
que se almacenará principalmente en el hígado mientras que el exceso de grasa se almacenará
en el tejido adiposo. Estas son las principales reservas de energía para el periodo de hambre al
que se puede someter el cuerpo.

El cuerpo en cuanto empieza a recibir menos nutrientes, disminuye automáticamente su

metabolismo para que el proceso de desnutrición no se acelere. El catabolismo disminuye, en
otras palabras, el cuerpo trata de hacer durar al máximo las calorías ingeridas y para ello hace
más lento el ritmo al que se utiliza la energía. Así se consumirán poco a poco las reservas de
energía que hemos almacenado tanto glucógeno como material graso acumulado.

Pero aún cuando ya se han consumido estas reservas energéticas, el cuerpo recurre a medidas
extremas aprovechando las proteínas del cuerpo. Así el hígado retira el nitrógeno propio de las
proteínas y lo incorpora a la urea, mientras que el restante de la proteína será utilizado como
última reserva energética que el cuerpo consumirá. Cabe indicar que este es un caso extremo,
pero demuestra el diseño del sistema corporal para resistir periodos de hambre hasta la
supervivencia. Cuando se ingieren alimentos suficientes el cuerpo volverá a la normalidad, el
metabolismo tendrá la velocidad adecuada, y el cuerpo empezará, una vez repuestos los niveles
energéticos, a almacenar nuevamente reservas energéticas para poder soportar otro periodo de
hambre.