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Dimensión Nacional
de Pastoral Catequética
ORIENTACIONES BÁSICAS
PARA LA
CATEQUESIS CON ADULTOS
DIMENSIÓN NACIONAL DE PASTORAL CATEQUÉTICA
PROCESO NACIONAL DE INICIACIÓN CRISTIANA CON ADULTOS (PNICA)
1. PRESENTACIÓN
Junto a las grandes intuiciones, orientaciones y acciones, ha habido sin duda espa-
cios importantes que van poco a poco llenándose, como es el de la catequesis con adultos.
La renovación la catequesis con adultos es relativamente reciente.
por ser los adultos en la familia los primeros educadores de sus hijos, podrían desempe-
ñar mejor dicho compromiso tan olvidado en las últimas décadas.
1. Por diversas causas, gran parte de los cristianos no llegan a una madurez de fe y de
vida cristiana, por carecer de procesos de acompañamiento especialmente en su etapa
adulta, porque la formación recibida en la niñez, no es suficiente para ayudarle a vivir el
cristianismo de adultos. Viven la fe en un nivel prevalentemente infantil. La catequesis se
vuelve ocasional y frecuentemente no responde a realidades concretas de las personas.
Son los estudios psicológicos más recientes que han cambiado la idea de que la adul-
tez no llega a ser percibida como un estado adquirido, sino más bien como una capacidad
de afrontar nuevos retos, de posiciones ante ellos y de superar las dificultades que presen-
tan. Ser adulto lleva hoy consigo un permanente ejercicio de aprendizaje.
¿Quién es el adulto? Nos encontramos con un concepto muy condicionado por los
diversos contextos socioculturales, espaciales y temporales. De ahí la dificultad de dar una
definición de adulto que pueda aplicarse universalmente a todos; pero si podemos valer-
nos de los aportes de las ciencias psicológicas, sociales, pedagógicas, así como de un con-
texto sociocultural y religioso.
Ante este conjunto de factores y la gran variedad de llamarse y ser hoy adulto, se
presenta la necesidad de tener un punto indispensable de referencia para respetar al des-
tinatario adulto y proyectar bien toda la atención pastoral a él dirigida (Cfr. COINCAT 31,
3
1998).
2 Cf. CONGREGACION PARA EL CLERO, Directorio General para la Catequesis, Nueva Secam, México, 1997, 28.
3 COINCAT es el Consejo Internacional de Catequesis.
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PROCESO NACIONAL DE INICIACIÓN CRISTIANA CON ADULTOS (PNICA)
Adulto procede del verbo latino adolescere, que significa crecer, del cual también
procede la palabra adolescente, derivada del participio presente de dicho verbo adoles-
cens y significa el que está creciendo o desarrollándose, mientras que adulto se deriva del
participio pasado achiltum y, por tanto, significa el crecido, el que ha terminado de crecer o
de desarrollarse.
del mundo en el que tendrán que vivir. Este hecho implica el cuidado activo por el bien de
los otros y el compromiso por mejorar el mundo en que viven. Los que fracasan en esto
caen en un estado de auto absorción en el cual las necesidades y el confort personal ocu-
pan el primer lugar.
Esta responsabilidad explica que surjan, quizá por primera vez en la vida, las gran-
des cuestiones de interés religioso; las comunidades cristianas pueden ofrecer un
ambiente favorable para estabilizar esta transición; ellas proponen también una visión
del mundo y opciones éticas que pueden ser transmitidas a las generaciones futuras.
La virtud propia de esta etapa es el cuidado y la solicitud por todo aquello que se
ha dado a luz en el transcurso de la vida.
El adulto...5
· Pretende y desarrolla una vida autónoma en lo económico y en lo social.
· Cuando tiene buena salud, está dispuesto a correr riesgos temporales de entrega
corporal en situaciones de exigencia emocional.
· Puede y desea compartir una confianza mutua con quienes quieren regular los
ciclos de trabajo, recreación y procreación, a fin de asegurar también a la descen-
dencia todas las etapas de un desarrollo satisfactorio.
· Posee un concepto de sí mismo como capaz de tomar decisiones y autodirigirse.
· Juega un papel social, que conlleva responsabilidades desde el punto de vista eco-
nómico y cívico.
· Forma parte de la población económicamente activa y cumple una función pro-
ductiva.
· Actúa independientemente en sus múltiples manifestaciones de la vida.
· Su inteligencia sustituye a la instintividad.
· Además de su preocupación por el Saber, requiere del Saber hacer y el Saber ser.
5 Cfr. Lic. Néstor Fernández Sánchez, articulo citado.
Contexto socio-cultural
Algunas de las situaciones y datos que caracterizan el contexto en que se desen-
vuelve el adulto de hoy en nuestro México son:
ü Todavía hay un alto índice de pobreza en nuestro país, y de mexicanos que viven
en extrema pobreza.
ü Se dice que 9 millones de personas en México son indígenas, concentrados en
Chiapas en su mayoría, y siguen siendo los más desprotegidos de nuestro país.
ü Parte de la inseguridad que vivimos se debe a la falta de aplicación de las leyes.
ü Se acentúa la importancia del Tener sobre el Ser.
ü La globalización de la cultura derivada de la introducción de la tecnología en las
comunicaciones.
ü El acelerado avance de la ciencia y tecnología.
ü La mundialización de los sistemas económicos.
ü La crisis ecológica que se acentúa cada vez más.
ü Las desigualdades y fricciones entre grupos sociales, basadas en distintos facto-
res tales como la cultura, la identidad, la función de los géneros, la religión y el sta-
tus económico.
ü La cultura de la muerte que, de día a día, se va generalizando.
ü La movilidad de la población.
ü El llamado a la sociedad civil para que contribuya en la solución de los proble-
mas mundiales y la creciente influencia de las organizaciones no gubernamentales.
ü Los cambios relevantes en cuanto a la distribución del trabajo y el desempleo.
6 Para una visión de la realidad mas actualizada podemos ver la I parte del documento de nuestros Obispos: Que en Cristo nuestra
paz, México tenga Vida Digna, CEM, México 2010, especialmente los números 27-98.
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Contexto religioso
ü La mayoría de los mexicanos se profesa católico, pero muchos con una concien-
cia fragmentada, mal formada; “que igual va a misa el domingo y después vota por
leyes contrarias; que igual defiende a las focas que son asesinadas cruelmente, y por
otro lado aprueba el aborto etc)”.
ü"Existe una falta generalizada de formación integral en la vida de fe, que ha llevado
a asociar la vida cristiana con el cumplimiento de ciertos ritos, en particular con la
asistencia a la misa dominical; a aceptar formas laicistas que identifican inconscien-
temente lo religioso con el culto privado, y en la dificultad creciente de comprender la
dimensión social de la fe. Así, el divorcio entre la fe y la vida, se ha agravado, dando
origen a una difícil situación que va desde la incapacidad de comprender y responder
a la luz de la fe a las diversas realidades y propuestas que surgen en la sociedad con-
temporánea, hasta el abandono de la misma fe, incluso por el deseo de encontrar solu-
ción a problemas espirituales y morales diversos" (CEM, Del Encuentro con Jesucristo
a la solidaridad con todos, 109, México 2000). Juntamente con estas limitaciones
podemos apreciar a un pueblo sumamente religioso, con una fe vivida intensamen-
te al interior de la religiosidad popular.
entregarse a Jesucristo por la fe, se profundiza poco a poco y se desarrolla en sus corolarios
implícitos" (CT 25).
Pensando en los adultos podríamos decir que la catequesis va dirigida a los que,
mostrando interés por el evangelio carecen de una experiencia de encuentro gozoso con
Jesucristo, les falta una síntesis orgánica y significativa del contenido de la fe, no tienen un
suficiente conocimiento y manejo de la Palabra de Dios, carecen de un nivel adecuado de
experiencia comunitaria, del deseo de dar a conocer su fe y de un empeño en trasformar
cristianamente su entorno vital.
Comporta todas aquellas iniciativas y acciones que una comunidad realiza con los
fieles cristianos ya maduros en el seno de la comunidad (Cfr. AG 6f, RM 33 y 48), se encami-
na a seguir educando en la fe a los catequizados para la vida y misión de la Iglesia.
Se necesita entonces un trabajo serio de educación de adultos (Cfr. ChL 57)8, para
que la totalidad de la acción evangelizadora funcione bien. Su papel es entonces de funda-
mentación, pues encontrarán en ella una consolidación de su vida interna como comuni-
dad de creyentes y de su actividad externa como misión. De hecho la catequesis, junto a su
función de iniciación, frecuentemente tiene que asumir tareas de misión (Cfr. DGC 52); fre-
cuentemente acuden personas a la comunidad a pedir un servicio careciendo aún del
kerigma.
responsable debe ser considerada como la forma principal de catequesis a la que todas las
demás formas de catequesis de alguna manera se ordenan (Cfr. CT 43; DGC 59). Esto impli-
ca que la catequesis de otras edades, aunque tienen su propia importancia, debe referirse
y articularse con ella en un proyecto catequético coherente de pastoral en la comunidad
local, es decir, que los procesos catequéticos de la Iglesia no deben realizarse por separa-
do, sino de forma unitaria y coherente. La catequesis de adultos debe ser el principio orga-
nizador que da coherencia a los distintos procesos de catequesis; ella debe ser la meta que
inspire la catequesis de las primeras edades, así como la de la tercera edad.
Los objetivos del catecumenado no pueden ser otros que los de la iniciación cris-
tiana global:
1) Adhesión y vinculación afectiva y efectiva a Cristo
2) Cambio de vida y perdón de los pecados
3) Introducción al misterio y experiencia de la salvación de Dios, por Cristo, en el
Espíritu.
4) Acogida y aceptación de la convivencia y pertenencia a la comunidad.
5) Participación en las tareas de edificación de la Iglesia.10
*** Esto debe ser un proceso catecumenal hoy: un proceso que compromete la vida,
que lleva a revisar las actitudes y actos en un esfuerzo de transformación según el evangelio
y sus exigencias rectamente interpretadas por la Iglesia, en la vida personal, social, econó-
mica y política etc.***
La finalidad del Proceso es ofrecer a los adultos un itinerario formativo que lleve a la
confesión de fe, esto es, la entrega confiada del hombre a Dios, realizada en la Iglesia, para el
servicio del mundo:
Para promover una correcta catequesis con adultos es necesario estar atentos a la
verdadera identidad de la catequesis, a sus tareas y al carácter adulto que se necesita
garantizar. Cuando se habla de finalidad y de objetivos, se entiende clarificar el modelo de
cristiano a promover y el tipo de comunidad eclesial a construir a través de la obra forma-
tiva de la catequesis.
discípulos (Mc 4, 10), los enseña a orar (Lc 11, 1), los acompaña, los estimula a imitar sus
actitudes (Mt 11,29) y los envía a evangelizar (Lc 10,1; Mc 16,14).
Pedagogía experiencial. El Dios que salva y libera no está ausente de las situacio-
nes que vivimos porque Dios es Señor del mundo y, desde allí, llama al cambio y a la
conversión.
13 Hoy los estudios avanzados sobre los adultos, hablan más bien de ANDRAGOGÍA, que de Pedagogía, para referirse a los
adultos. La definen como la disciplina que se ocupa de la educación y el aprendizaje del adulto, a diferencia de la Pedagogía, que se
aplicó a la educación del niño. A últimas fechas se ha dado suma importancia a los conceptos andragógicos para identificar la forma
en que se logra el aprendizaje en la Educación con Adultos de forma tal que éstos logren el desarrollo autosostenido e integral que
les lleva a ubicarse como individuos capaces de contribuir a logros profesionales, de crecimiento personal y de intervención
comunitaria y social. (Cfr. Lic. Néstor Fernández S. Artículo citado.)
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PROCESO NACIONAL DE INICIACIÓN CRISTIANA CON ADULTOS (PNICA)
miento.
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A su vez, en su papel de educando, el adulto:
·Se acerca al acto educativo con disposición para aprender, responsable y cons-
ciente de la elección del tema a atender.
· Puede pensar en términos abstractos, es capaz de emplear la lógica y los razona-
mientos deductivos, hipótesis y proposiciones para enfrentar situaciones proble-
máticas.
· Se torna de un ser dependiente a uno que autodirige su aprendizaje.
· Aprovecha
su bagaje de experiencias como fuente de aprendizaje, tanto para sí
mismo como para los que le rodean.
· Suele mostrarse como analítico y controvertible de la sociedad, la ciencia y la tec-
nología.
· Regularmente rechaza las actitudes paternalistas de los educadores.
· Mantiene una actitud de participación dinámica pero asume posiciones desapro-
batorias cuando se siente tratado como infante.
· Rechaza la rigidez e inflexibilidad pedagógica con que es tratado por los profeso-
res que frenen indirectamente el proceso de autorrealización, aspiración natural y
propia de la juventud y de los adultos en general.
· Es buscador de una calidad de vida humana con fuertes exigencias de que se le res-
pete su posibilidad de crecer como persona y se le acepte como crítico, racional y
creativo.
· Parte de su propia motivación para aprender y se orienta hacia el desarrollo de
tareas específicas.
· Busca la aplicación y práctica inmediata de aquello que aprende.
· Se centra en la resolución de problemas más que en la ampliación de conocimien-
tos teóricos.
5.2. La metodología
Todos estos rasgos propios de los adultos, condicionan la misma metodología, en la
que para empezar debemos partir de este criterio: el adulto es el primer agente de su pro-
pia formación y crecimiento en la fe.
La Guía Pastoral para la Catequesis en México, hablando de los métodos en los núme-
ros 135 al 139 nos dice "todos los métodos catequísticos se componen de tres elementos
principales que la catequesis nunca pierde de vista:
Las etapas de la catequesis con adultos nos hablan de una gradualidad inspirada en
la misma tradición cristiana y en la naturaleza misma de la catequesis que acompaña el
proceso de conversión de la persona. La conversión es permanente, no se da de una vez
para siempre y de forma definitiva (Cfr. DGC 89).
Una catequesis bien llevada tiene siempre como punto de referencia el proceso
catecumenal; aunque en general entre nosotros, la catequesis no esté dirigida a catecúme-
nos que no han escuchado el evangelio y no han sido introducidos dentro de la Iglesia, sino
que nos dirigimos a quienes ya están dentro de la Iglesia por el bautismo, por lo tanto, su
conversión se fundamenta en el bautismo ya recibido cuya virtualidad debe desarrollarse
después (RICA15 295; CT 44).
El núcleo central será siempre “Cristo que anuncia la salvación, ese gran Don de
Dios que es liberación de todo lo que oprime al hombre, pero que es sobre todo la libera-
ción del pecado y del maligno, dentro de la alegría de conocer a Dios y de ser conocido por
El, de verlo, de entregarse a El” (DGC 101, EN 9).
ð Jesús anuncia que Dios es Padre, que está en medio de sus criaturas actuando con
su amor y poder (Cfr. EN 9).
ð Jesús indica que el reinado de Dios es un don de salvación íntegra: libera del pecado
e introduce en la comunión con Dios (Cfr. Lineas Comunes 52).
ð Jesús anuncia la justicia de Dios: proclama el juicio divino y nuestra responsabili-
dad, está al servicio del Reino (Cfr. RM 20).
ð Jesús manifiesta que la evangelización incluye la dimensión de un más allá, hacia
donde se encamina el hombre ya desde aquí.
Signos. En esta etapa se sugiere algún rito de admisión (Cfr. RICA 9-13).
Descripción. Esta etapa tiene 4 momentos: 1er. Momento: Maestro donde vives I,
(DIOS SE REVELA EN LA HISTORIA); 2º Momento: Maestro donde vives II, (JESUCRISTO,
PLENITUD DE LA REVELACIÓN); 3er. Momento: Maestro donde vives III, (LA IGLESIA,
MISTERIO Y SACRAMENTO DE SALVACION); 4º Momento: Maestro donde vives IV, (EL
HOMBRE RESPONDE A DIOS CON LA GRACIA).
Esta iniciación a la vida cristiana tiene mucha relación con los sacramentos de ini-
ciación cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía.
Signos. Se sugiere en esta etapa realizar la entrega de los Evangelios (RICA 93;
MPD 8).
Se trata de una comunidad que vive en medio del mundo y debe animar desde dentro las
realidades temporales y ordenarlas de tal forma que se hagan continuamente según Cris-
to.
“La acción evangelizadora de la Iglesia, y en ella la catequesis, debe buscar más deci-
didamente una sólida cohesión eclesial. Para ello es urgente promover y ahondar una autén-
tica eclesiología de comunión, a fin de generar en los cristianos una sólida espiritualidad ecle-
sial" (DGC 28).
Signos. Se sugieren las entregas del símbolo de la fe como recuerdo gozoso de las
maravillas obradas por Dios para la salvación de los hombres y como fuente de alegría; el
Padre Nuestro para conocer más profundamente el nuevo Espiritu de hijos.
Descripción. La Iglesia existe para evangelizar (Cfr. EN 14), esto es, para llevar la
Buena Nueva a todos los ambientes de la humanidad y con su influjo transformar desde
dentro, renovar la misma humanidad (Cfr. EN 18).
7.4. Su formación
La formación del catequista es un punto medular de los procesos catequísticos.
Hoy no hay de otra, todos los documentos y las exigencias de la vida urgen la formación. La
formación del catequista nace de la convicción de que: "cualquier actividad pastoral que
no cuenta para su realización con personas verdaderamente formadas y preparadas pone
en peligro su calidad. Los instrumentos de trabajo no pueden ser verdaderamente eficaces si
no son utilizados por catequistas bien formados. Por tanto la adecuada formación de los cate-
quistas no puede ser descuidada a favor de la renovación de los textos y de una mejor organi-
zación de la catequesis" (DGC 234).
Acentuaciones:
ü Proceso catequético orgánico y progresivo.
ü Que abarque todo el arco de la vida, desde la infancia hasta la ancianidad.
ü La catequesis de adultos como paradigma.
ü Que lleve a los cristianos a la lectura y meditación de la Palabra de Dios.
ü Formación integral: doctrina, oración, celebración, vida comunitaria, apostola-
do y servicio.
ü Dimensión vocacional y proyectos de vida.
ü Subsidios que tengan como base: el Catecismo de la Iglesia Católica y del Com-
pendio de la Doctrina Social de la Iglesia.
ü Que acompañe la fe ya presente en la religiosidad popular.
ü Formación permanente de los catequistas.
ü Que inicie, forme y acompañe a todos en su ser de discípulos y misioneros de
Jesucristo.
ü La misa dominical como el momento privilegiado (DA 304).
Si queremos que las Parroquias sean centros de irradiación misionera en sus propios
territorios, deben ser también lugares de formación permanente. Esto requiere que se orga-
nicen en ellas variadas instancias formativas que aseguren el acompañamiento y la madura-
ción de todos los agentes pastorales y de los laicos insertos en el mundo (DA 306).
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