Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Este galeno, según su relato, dedicó más de cinco años de su vida profesional a
practicar abortos a mujeres que por una u otra razón rechazaban el embarazo y las
cuales asistían a esta clínica con la finalidad de interrumpir su gestación.
Razones mercantiles llevaron a este médico a realizar más de tres mil abortos,
ignorando intencionalmente, que la vida se inicia desde el mismo momento de la
concepción y que, el dolor y el miedo forman parte de la vida misma. Fue sólo, al
realizar un aborto guiado por un equipo de ecografía, cuando ante las imágenes
percibidas en la pantalla del ultrasonido pudo darse cuenta del crimen tan horrible que
cometía en ese instante y los que había cometido en ocasiones anteriores.
Brincaba de un lado a otro dentro del vientre, evitando así, ser atrapado por la
boca de aquel animal de metal que quería devorarlo. Sin embargo, en vano fueron sus
esfuerzos. Durante varios minutos luchó por sobrevivir, pero al final, la fatiga lo venció y
uno de sus pies fue alcanzado por aquel tubo de acero. Un gesto de dolor se reflejó en
su rostro, su pequeña boca se abrió para expresar un quejido o tal vez un grito de
angustia o de auxilio. Sus brazos y sus manos se alzaron como suplicando piedad.
Pero nadie lo escuchó. Luchó incansablemente para zafarse de aquel monstruo que le
tragaba, pero sus fuerzas fueron mermando y al final todo su cuerpo fue hecho pedazos
y devorado por aquel instrumento. Todos los fragmentos de aquella vida inocente
fueron vaciados en un recipiente de vidrio, cuyo destino desconocido le negó hasta el
derecho a una feliz sepultura.