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Hay varias referencias de un tránsito de la inocencia hacia la madurez:
en el principio de la película y cuando está a punto de entrar Angel al filme , Salvador fuma por
primera vez ,
-¿Desde cuándo?, le pregunta su amigo sorprendido en el terminal de buses;
tránsitos a cuasi-video clips musicales intensos y climáticos, Cordero intoxica a su
público con el contacto fugaz de lo Real.
Con un hábil manejo de la edición que fluye entre escenas de trance detenido a jump-
cuts que aceleran la acción, la historia se narra en un continuo presente. La acción
siempre se precipita hacia adelante. Y en ese discurrir frenético del tiempo, el espacio
de lo Real irrumpe intercalado a la sobre exposición de la imagen que es parte de cada
desesperado intento por evadir la realidad de Angel: cada vez que enciende su cigarrillo
de base, de tóxico, el ritmo cambia, el exceso de luz borra los bordes de la realidad, y
caliente!, caliente!, un nuevo asesinato se precipita. Es, pareciera ser, lo Real dejándose
ver por un instante. Un instante que se hace imposible de sostener por parte de Angel -
que lo desborda- : ver el futuro, el pasado, su presente: todo al mismo tiempo: el Aleph.
El cegador contacto con lo Real. Que hipnotiza al público, que lo hace imaginar que
puede identificarse con lo que ve en la pantalla. Dice Martín-Barbero que el cine media
vital y socialmente en la constitución de una nueva experiencia cultural de lo popular
urbano: el cine conecta con el hambre de las masas por hacerse socialmente visibles y
al permitir al pueblo verse: lo nacionaliza. Pero detengámonos en la táctica de Cordero,
ese momento de epifanía, el momento en que el tiempo deja de ser tiempo, de
borramiento de bordes, en el que la luz invade la pantalla y un cierto aura cubre la
acción: es también el momento en que el personaje central se droga. Se escapa de la
realidad. Cinco veces durante el filme el pulso de la acción se acelera, una luz
blanquecina inunda la pantalla y todo Ecuador3 se intoxica junto a Angel. Ahora, amen
luego cuando pide la pistola que ha encargado a su primo y que éste vendió sin su
consentimiento, Angel se niega, diciéndole,
-Eso es para gente grande. Compadres. , Salvador no protesta;
y en referencia a su poca experiencia sexual, cuando la novia/prostituta de Angel le pregunta si
es coco (virgen) y él ofuscado y negándolo pregunta quién le ha dicho eso, sólo para algunas
tomas después, reconocerlo frente a Mayra.
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Quisiera seguir los argumentos de Shaviro sobre la experiencia de mirar una película,
argumentos que alejan cualquier interpretación estable, anclada en un orden simbólico:
Cinema invites me, or forces me, to stay within the orbit of the senses. I am
confronted and assaulted by a flux of sensations (…)I am viscerally affected
by this image and this sound, without being able to have recourse to any frame
of reference, transcendental reflection or any Symbolic order. No longer does a
signifying structure anticipate every possible perception; instead, the continual
metamorphoses of sensation preempt, slip and slide beneath, and threaten to
dislodge all the comforts and stabilities of meaning.
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Recordemos que Ratas, ratones y rateros ha sido la película ecuatoriana más taquillera de la
historia del cine ecuatoriano y que en cualquier video club de barrio se puede encontrar una
copia pirata del film, para degustación y disfrute casero.
de lo sintomático4, la operación del director sigue la línea que hemos venido planteando
como estrategia del cine,
What film offers its viewers is something far more compelling and
disturbing: a Bataillean ecstasy of expenditure, of automutilation and
self-abandonment -neither Imaginary plenitude nor Symbolic
articulation, but the blinding intoxication of contact with the Real.
Ratones y rateros
Everyone’s a thief. Crime is a matter of access.
The only reason the mugger robs you is because
he doesn’t have access to the books. If he did, he’d
be a lawyer. I’m not sure what you have access
to”- he gave me a look as if I was guilty of
something I myself was too afraid to say out loud-
“but whatever it is that you have access to, that is
what you will steal.”
Bodega Dreams, Ernesto Quiñonez
En la tercera escena de la película, Marlon - el amigo y compinche de Salvador-
verbaliza la división que separa a Angel de su primo,
El diálogo se lleva a cabo mientras los dos están robando las plumillas de un auto y
a punto de que Marlon rompa la ventana del mismo carro para robar el radio. El nos
se pronuncia en el momento en que estalla el vidrio: como énfasis es muy efectivo.
La sintaxis de los ratones es esa, cuidarse entre sí y cagar, pero sólo un poco, a los
demás. Otra de las máscaras sintácticas de los ratones es la subversión. Son lo
popular proponiendo una estética de lo vulgar frente a la torpe ética burguesa.
Mientras roban, encuentran una pistola, encañonan al cuidador y escapan; el
espectador vitorea sus logros. La música extra-diagética, Guajira Mora, funciona
como partitura de la acción y subraya el elemento popular/subversivo5. Tampoco es
casual que el coche que roban, una convertible chillón amarillo, pertenezca a alguien
de la alta burguesía que ha tenido que penetrar ese sector de la ciudad para
conseguir su cédula de identidad. Para poder identificarse como ciudadano en el
Registro Civil. Como si el carro, la manera de comportarse y su ropa no fueran
suficiente identificación, no propusieran suficiente diferencia.
El director continua mapeando al Ecuador y enfatizando su escritura visual y
auditiva.
Si los ratones proponen una rabelesiana gramática jocosa, exenta de normas y
decoro, juguetona y poco amenazante para el orden; las ratas se inmiscuyen en
asuntos más graves y merodean las veredas del poder, rozando sus esencias:
subrayando sus secretos. Transgrediendo sus tabúes. Amenazando a la ley.
Así los señala Angel mientras cuenta la historia del dedo que le falta a su primo
Salvador,
Si el Estado es el corrupto mayor, qué le queda a la rata sino entrar en la trampa para
luego tratar de escapar. En la trampa de la ley. La tarifa extraoficial o el billete es la
otra cara de esa ley . Dice Taussig en The Magic of the State,
Like the official and the "extra-official", the true and the
forged are flip-sides of stately being; neither could exist
without the other.
(…)
This term is exemplary of that wonderful phenomenon
wherein what is opposed to the rigor of Law partakes of
its language and power, the tarifa extraoficial, for
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Los versos de la música que acompaña esta escena, arreglados en versión rock por el
grupo "Los perros callejeros", son coplas populares de los Andes, "Cantares del pueblo
ecuatoriano", recopilados en el Siglo 19 por Juan León Mera, compositor del Himno
Nacional ecuatoriano y representante de la "alta" cultura. Las coplas recogidas por él
son, sin embargo, el primer intento por mantener un registro de las tradiciones
populares ecuatorianas, a pesar de su "sanitización" al transcribirlas.
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Cárcel.
instance, belonging both to the world of officialdom and
to a burlesque of that world in its meaning an illegal
bribe that is so routinized that it is essential to
governing. What brings this into the orbit of the magic
of the state, of course, in concert with the trickery
involved by mimesis and alterity, is the simultaneous
admission and negation of this otherwise glaring but
necessary contradiction. For corruption to be maintained
as an open secret at this intensity there has to be a stout
denial that it occurs. It completely misses the point to
say that the state is corrupt, because for corruption to be
systematic there has to exist its systematic opposite, the
rule of Law.
Antes de seguir pensando en esta configuración, veamos otro ejemplo, esta vez de
la corrupción de los ratones: de su sapada: de su viveza criolla. Marlon y
Salvador intentan vender a un incauto chofer un tapacubo robado de su propio auto.
El parlamento musical del grupo Tanque, enmarca la escena,
Y comienza la negociación,
Todos contentos. El chofer cree que ha hecho un buen negocio, que se portó más
vivo que el guambra, el guambra sabe que es más sapo que él.
¿Pero cuál de ellos es más gil, si el Presidente7 robó todo?
La escena es casi un sketch, un guiño carnavalesco al espectador; una levedad que
se irá perdiendo a medida que Angel se convierte en el personaje central de Ratas,
ratones y rateros. En la medida en que la jerarquía de la rata se impone sobre la de
los ratones. Pero hasta este punto de la cinta los pequeños crímenes de los jóvenes
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Recordemos que a fines del '97 Abdalá Bucaram huyó del país dejando las arcas del Estado
vacías y que en el '99, Yamil Mahuad, comenzó ya el proyecto de dolarización, que terminó con
su régimen y precipitó a Ecuador al caos político y económico. Huyó también de la ley hacia los
Estados Unidos. "Tamme" del grupo Tanque, hace la pregunta retórica antes mencionada a un
presidente que huye del país en avión. La Compañía TAME, cuyas siglas quieren decir,
Transporte Aéreo Militar Ecuatoriano, es la compañía de las fuerzas armadas y de su
comandante en jefe, el Presidente de la República.
parecen más bien un ensayo utópico de subversión de poderes, presente en el
propio lenguaje8. Dicen Shohat y Stam que,
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La alusión más directa es cuando, luego de robar un carro, huye junto a Salvador de la sierra
(Quito) a la costa (Guayaquil) y al pasar por el camino más transitado de Ecuador, Santo
Domingo de los Colorados, tiene que parar frente al rostro esculpido del "Poder brutal", debido
al ataque epiléptico (¿Posesión espiritual?) de Salvador. El rostro del Diablo insertado en la
montaña tiene una curiosa historia. Un camionero que transitaba ese camino a diario, era hasta
hace cinco años el único camino que unía a la costa con la sierra y por eso de gran importancia
económica, tuvo una visión. El Diablo se le apareció y le ordenó que esculpiera su imagen. El
camionero semi
-analfabeto
sucres, dejó su trabajo y sin un
y durante ningún
año, conocimiento artístico,
esculpió el "Poder reunió
brutal" . Esavarios millones de zona
zona geográfica,
transitoria entre climas, vegetaciones y culturas distintas, a las cuatro de la tarde se ve cubierta
en neblina todos los días, los precipicios son violentos y en las tierras aledañas, los shamanes
más poderosos de Ecuador, de la tribu de los Colorados, llevan a cabo sus transacciones con el
más allá. Luego de que el ataque de Salvador termina, lo vemos a él sentado, descansando.
Angel lo ronda, se mueve atrás de él, al momento de comenzar un diálogo entre los dos, el
rostro de Angel cubre al del Diablo en el campo visual de la toma; cuando se mueve, el perfil de
ambos marca como fondo el primer plano del rostro de Salvador.
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Robar.
que tener más ambición, ustedes se juegan la vida por
cuatro reales, como si fuera por cuatro melones12.
(…)
- Aquí en Quito nadie me conoce y con ésto (señalando
su pelo), ni hablar. Nos organizamos con un grupo de
gente que no esté fichado por los rayas y nos hacemos el
billete, familia.
- ¿Qué tienes en mente?
- Autos, casas y hasta bancos si quisiéramos.
Las relaciones sociales de Ratas, ratones y rateros están todas atravesadas por el
crimen, por la disolución, por la mercantilización. Las diferentes clases sociales
sólo se rozan en ese contacto: J.C. comprándole armas y drogas a Angel, o
proponiéndole que robe su propia casa, por temor a su padre; Carolina
pidiéndole grifa a su primo, porque en su medio no podría conseguirla, ella
mismo pasándoles billete a los chapas13 para que no la lleven a la cárcel. La
familia de Salvador rota, los lazos de confianza descompuestos,
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Millones.
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Policías.
El único grupo que pareciera formar una comunidad es la de los propios ladrones,
que se cuidan entre sí. Claro, hasta que el dinero - la tentación de tener más de él-
rompe las alianzas.
El crimen no habla un lenguaje parroquiano sino globalizado y sus posibilidades
son infinitas,
- ¿Para qué necesitas plata con tanta urgencia?
- Yo tengo que salir del país.
- ¿Para ir a dónde?
- A Colombia, a la Johnny.
- ¿Qué vas a hacer allá?
- Lo mismo, familia, lo mismo.
Ese lo mismo habla de un mundo mucho más grande que Ecuador. Un mundo igual
pero diferente, donde las mercancías con las que escapa Angel al final de la película
tendrán igual valor. Las mercancías son lo importante, no el sitio, ni la gente, ni el
lugar. El crimen es un trabajo más,
- Nos sacamos la lotería Angel. Así sí se trabaja bien.
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Dice Taussig en The Devil and Commodity Fetishism in South America, "The fetishism that is
found in the economics of precapitalist societies arises from the sense of organic unity between
persons and their products, and this stands in stark contrast to the fetishism of commodities in
capitalist societies, which results from the split between persons and the things that they
produce and exchange. The result of this split is the subordination of men to the things they
produce, which appear to be independent and self-empowered".
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Dice Marx, "The whole mystery of commodities, all the magic and necromancy that
surrounds the products of labor as long as they take the form of commodities, vanishes
therefore, so soon as we come to other forms of production".
opina, ni camina, ni se perturba por nada. Que sólo impone su cuerpo, su cuerpo
moribundo, sobre su familia. Las referencias al Diablo son directas, es un diablo
de cuerpo presente, sin mediación mágica. Un Diablo posmoderno que deja
claro que las mercancías dominan a sus creadores, que la producción es el fin de
la economía, que las leyes del mercado triunfan siempre sobre las éticas.
Ese es el mundo de Ratas, ratones y rateros . El segmento final de la película
entrelaza las historias de los dos primos. Mientras Salvador paralizado mira al
vacío: su padre muerto, un cadáver bajo su cama, la abuela a su cargo, solo;
Angel en el auto robado - suena la música extra-diagética de "Nuestro
Juramento", el himno nacional ecuatoriano, en voz de J.J.- con las joyas y las
pistolas en su poder, prende su tóxico y escapa.
El mundo de Angel se impone, con su peso, como el de única viabilidad. El
mercado como último horizonte.
Gabriela Alemán
Febrero 2001
Bibliografía
Alliez, Eric y Michael Feher, "The Luster of Capital", Zone 1/2, 1989.
Findlay, Mark, The Globalisation of Crime, University of Cambridge,
Cambridge, 1999.
Jameson, Fredric and Masao Miyoshi ed., The Cultures of Globalization, Duke
University Press, Durham, 1998.
Kittler, Friedrich, "Gramophone, Film, Typewriter", in October, 39, MIT Press.
Shaviro, Steven, The Cinematic Body, University of Minnesote Press,
Minneapolis, 1993.
Shohat Ella and Robert Stam, Unthinking Eurocentrism, Routledge, New York,
1994.
Taussig, Michael Mimesis and Alterity, Routledge, New York, 1993.
The Devil and Commodity Fetishism in South America,
University of North Carolina Press, Chapel Hill, 1980.
The Magic of the State, Routledge, New York, 1997.
Quiñonez, Ernesto, Bodega Dreams, Vintage, New York, 2000.