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Habitar bajo el abrigo del Altísimo

Salmos 91:7 “Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra, mas a ti no llegará”

Desde el día en que Dios creó al hombre, le ha dado una protección extrema, en el principio tenía
el hombre un huerto del cual obtenía su alimento, no tenían necesidad de vestuario, ni de una casa con
puertas y ventanas. Dios le había dado algo perfecto, algo incomparable.
Cuando el hombre le falla a Dios, pierde casi absolutamente todo, ya no tenían un huerto
hermoso, la comodidad para conseguir el alimento, ahora ellos eran encargados de trabajar la tierra,
criar animales, etc. Pero hay algo que me impresiona y es el amor de Dios hacia su creación, la
misericordia que tiene para con nosotros siendo pecadores porque a pesar de que el hombre le había
fallado, el les entrega túnicas de pieles, y los vistió. Y con esto les estaba demostrando que a pesar de todo
el seguiría siendo su sustento, aquel que les iba a proveer de lo que necesitasen.
Existe una pirámide construida por un psicólogo inglés de nombre Abraham Maslow, este
personaje estudió las necesidades del ser humano, y cuando llegó a su conclusión creó la pirámide ya
mencionada. Y él señala que la necesidad más primordial del hombre, o la necesidad básica sin la cual el
hombre no podría vivir, es el aire, el alimento y el abrigo. Cuando supe esto de inmediato me di cuenta
que en gran parte tenía la razón, pero luego pensé en que lo que primero puso Dios en el hombre fue
aliento, hálito, aire, luego le muestra los alimentos, los frutos de los árboles, que estaban en el huerto, él
hombre con esto podía vivir, y mantenerse, pero ese día en que él hombre le falló a Dios, necesitó de algo
más, ya no era tan solo el aire y los frutos, sino que requirió también de un “abrigo”, y este psicólogo
estaba casi bien en lo que decía, pero se le fue lo más importante, una necesidad aún mayor, y esta es
Dios, ¡porque Dios nos da el aire, Dios nos da la alimentación, y también Dios nos da el abrigo! Hay una
necesidad en mi vida, sin la cual no puedo vivir, es Jesucristo, por eso vengo a saciarme cada día, es por
eso, que vengo a llenarme de él, cada tarde, Si tienes a Dios lo tienes todo, sino tienes a Dios no tienes
nada, absolutamente nada. David decía “mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo”.
En este mensaje quisiera centrarme, en que luego de que el hombre, es echado del huerto,
requirió de un abrigo, requirió de una vestimenta, y a pesar de todo, de igual manera Dios le brindó de
ese abrigo, sabe hoy en día la gente busca de que vestirse, hoy en día la gente acude, a tiendas para
comprar su ropa, y es necesario, pero también es de suma importancia, vestirse con el abrigo de DIOS,
Pablo aconseja a los romanos, y les dice: “sino vestíos del SEÑOR JESUCRISTO, y no proveáis a los
deseos de la carne” Iglesia es tiempo de vestirse de poder de Dios, es tiempo de vestirse de Espíritu, este es
el mejor traje, que usted puede usar.
En una oportunidad También el mismo Pablo, refiriéndose a los efesios, les dice: Vestíos de toda
la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
Hay una vestidura preparada para los hijos de Dios, úsela iglesia, esa vestidura nos da la firmeza,
esa vestidura nos da seguridad, en lo que creemos.
Cuando David, quiso enfrentarse al gigante, Saúl le pidió que se pusiera sus vestiduras, esas
vestiduras tuvieron que haber sido hermosas, y de mucha seguridad, pues eran las vestiduras de un rey,
pero aún así David, se rehusó a ponerse esa vestimenta, pues el estaba vestido de un mejor traje, él estaba
vestido con el poder de Jesucristo.
En el verso que leíamos encontramos una promesa, y es que e mal no nos puede dañar, pero
muchas veces creemos que esto es una falsedad, puesto que hemos recibido en una gran cantidad de
oportunidades el daño, o maldades, pero sabe que es porque hemos malinterpretado este verso, ya que ¡la
promesa de que caerán a tu lado mil y diez mil a tu diestra, mas a ti no llegará, es para aquellos, que
habitan bajo el abrigo del altísimo! ¡Así comienza diciendo el capítulo 91, el que habita a abrigo del
altísimo, le quiero decir que muchas veces hemos salido de este abrigo, pero hoy, aún el Señor nos invita
a habitar bajo su abrigo! En el libro de Isaías 4:6 una promesa que dice así “Y habrá un abrigo para
sombra contra el calor del día, para refugio y escondedero contra el turbión y el aguacero” Sabe el
turbión y el aguacero es algo similar, es una lluvia repentina, pero con gran fuerza, llevando tras sí todo
lo que encuentren a su paso, el abrigo de Dios, lo tuvieron los israelitas que estuvieron insertos en el
desierto, pero aún así murmuraron contra Dios, pero para nosotros también esta la promesa, de un
abrigo, los israelitas lo desaprovecharon, pero yo lo voy a aprovechar al máximo, es que es un abrigo, que
nos aleja del mal, y Dios quiere vestirte, con ese abrigo. Pablo le dice a Timoteo, “Así que teniendo,
sustento y abrigo, estemos contentos con esto” Pablo sabía que lo mejor que podemos tener es el abrigo de
Dios. Si usted ya está cansado, de todo lo malo que ofrece este mundo, entonces ¡Habite al abrigo del
altísimo! ¡Vístase con esas vestiduras! ¡No busque su propia ropa, use lo que Dios le da! ¡Es lo mejor que
usted puede tener! ¡Abríguese con Dios, él quiere ser su abrigo, su ayudador, su sustento, su fortaleza, su
pronto auxilio en las tribulaciones! Aleluya…!!!

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