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suficiente.»¿Y quién es este Espíritu Santo?

Es todo es vuestro, disponed a toda


aquel que prometió Jesús el Cristo en el
Evangelio: «No os dejaré nunca solos, por el vuestra voluntad,
Espíritu Santo estaré siempre con vosotros, Él dadme vuestro amor y gracia
os sostendrá y consolará siempre.»Incluso
cuando pensamos estar solos, el Espíritu que esta me basta.
Santo está ahí. Su presencia es invisible, sin
embargo, no nos deja jamás.

Oh Señor toma nuestras vidas,


cámbialas, transfórmalas,
para que amen como vos amas.

Tomad Señor y recibid toda mi


libertad,
mi memoria, mi entendimiento y
toda mi voluntad,
todo mi haber y mi poseer,
Vos me lo disteis, a Vos, Señor,
lo torno;
“Dios solo puede amar” En tus manos, oh, Dios me abandono. Modela
esta arcilla, como hace con el barro el alfarero.

S
i para algunos la oración en soledad es ardua, la Dale forma, y después, si así lo quieres, hazla
belleza de una oración cantada, incluso entre dos pedazos. Manda, ordena: “¿qué quieres que
o tres, sostiene incomparablemente la vida interior. haga? ¿qué quieres que yo no haga? Solo me
A través de palabras sencillas, cantos largamente queda decir a ejemplo de tu Madre: “Hágase
repetidos, puede irradiar un gozo. Una oración común, en mi según tu Palabra.”
cantada juntos, permite que ascienda el deseo de Dios y
entrar en una oración contemplativa. La oración cantada
es una de las expresiones más esenciales en la
búsqueda de Dios. Los cantos breves y repetitivos Toma mis manos, te pido
destacan el carácter meditativo. Con pocas palabras Toma mis labios, te amo
dicen una realidad fundamental, rápidamente captada Toma mi vida, oh Padre
por la inteligencia. Infinitamente repetidos, esta realidad tuyo soy, tuyo soy.
es poco a poco interiorizada por toda la persona. Los
cantos meditativos nos abren también a la escucha de
Dios. En una oración común, estos cantos permiten que
todos los participantes permanezcan juntos en la espera Cuando nuestra oración personal parece pobre
de Dios, sin que el tiempo sea demasiado limitado. y nuestras palabras torpes, no nos
Incluso sin que nos demos cuenta, los cantos detendremos en el camino.¿No es uno de los
prolongan en nosotros una oración, en el silencio de deseos más profundos de nuestra alma
nuestro corazón. realizar una comunión con Dios? Tres siglos
después de Cristo, un creyente africano de
Me pongo en tus manos, oh Señor, nombre Agustín escribía: «Un deseo que llama
Te entrego toda mi vida a Dios es ya una oración. Si quieres orar sin
No me sueltes nunca Señor cesar, no ceses nunca de desear…»
Mi fuerza eres Tú y mi alegría.
Yo quiero ser, Señor amado
como barro del alfarero
toma mi vida hazla de nuevo
yo quiero ser un vaso nuevo.

A propósito de la oración, San Agustín escribe:


«Orar mucho, no es, como algunos piensan,
rezar con muchas palabras. Evitemos en la
oración las muchas palabras, y oremos mucho
en el silencio del corazón. »

Jesús estoy aquí


Jesús que quieres de mí
Mis manos están vacías
Que puedo ofrecerte
La esperanza se renueva cuando con toda
humildad nos confiamos a Dios. Existe una
fuerza interior que nos habita y está ahí para
todos. Esta fuerza se llama Espíritu Santo.
Susurra en nuestros corazones: «Abandónate
a Dios con total sencillez, tu poca fe ya es

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