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La sexualidad es una parte normal de la experiencia humana. Sin embargo, los tipos de
comportamiento sexual y las actitudes acerca de la sexualidad que se consideran normales varían
mucho en las diferentes culturas y entre éstas. Por ejemplo, la masturbación, que durante un
tiempo fue considerada como una perversión e incluso una causa de enfermedad mental, es
ahora reconocida como una actividad sexual normal durante la vida. Se considera que más del 97
por ciento de los varones y el 80 por ciento de las mujeres se ha masturbado. Aunque la
masturbación es normal y es a menudo recomendada como una opción de “sexo seguro”, puede
causar culpabilidad y sufrimiento psicológico originado por la actitud desaprobadora de otros.
Esto puede producir un considerable sufrimiento y puede incluso afectar al desarrollo sexual.
De forma similar, la homosexualidad, que una vez fue considerada como anormal por la profesión
médica, ya no es considerada una enfermedad; está ampliamente reconocida como una
orientación sexual que está presente desde la niñez. La prevalencia de la homosexualidad es
desconocida, pero se estima que cerca del 6 al 10 por ciento de los adultos tiene exclusivamente
relaciones homosexuales a lo largo de sus vidas. Un porcentaje mucho mayor de personas ha
experimentado actividades sexuales con personas de su sexo en la adolescencia, pero como
adultos tienen un comportamiento heterosexual.
Las causas de la homosexualidad y de la heterosexualidad son desconocidas. No se han
identificado influencias hormonales, biológicas o psicológicas que contribuyan sustancialmente a
la orientación sexual de la persona. Los homosexuales descubren que son atraídos por personas
del mismo sexo, al mismo tiempo que los heterosexuales descubren que son atraídos por
personas del otro sexo. La atracción parece ser el resultado final de influencias biológicas y
ambientales y no una elección deliberada. Por lo tanto, la expresión popular “preferencia sexual”
tiene escaso sentido.
En general, los homosexuales se acomodan correctamente a su orientación sexual, aunque deben
superar los prejuicios y la desaprobación social. Este ajuste puede tardar mucho tiempo en
conseguirse y puede estar asociado con un estrés psicológico importante. Muchos hombres y
mujeres homosexuales sufren una discriminación social y en sus lugares de trabajo, que agrava
su estrés.
Para algunas personas heterosexuales y homosexuales, la actividad sexual con diferentes
parejas es una práctica frecuente durante su vida. Tal tipo de actividad puede indicar una baja
capacidad para establecer relaciones emocionales íntimas. Ésta puede ser una razón para buscar
consejo profesional, especialmente desde que la transmisión de ciertas enfermedades (por
ejemplo, la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana, sífilis, gonorrea y cáncer
cervical) está asociada con el hábito de tener muchas parejas sexuales.
Parafilias
Fetichismo
En el fetichismo, la actividad sexual utiliza objetos físicos (el fetiche), a veces prefiriéndolos al
contacto con las personas. Las personas fetichistas pueden llegar a estimularse y disfrutar
sexualmente vistiendo las prendas interiores del otro, vistiendo con cuero o goma o tomando,
frotando u oliendo objetos como zapatos de tacón alto. Las personas con este trastorno pueden
no ser capaces de realizar la función sexual sin sus fetiches.
Travestismo
En el travestismo, un hombre prefiere de modo ocasional vestirse con ropas de mujer, o menos
frecuentemente, una mujer prefiere vestirse con ropas de varón. En ningún caso, sin embargo, el
deseo de la persona es cambiar de sexo, como en el caso de los transexuales. El intercambio de
vestimentas no se considera siempre un trastorno mental y puede que no afecte de modo adverso
a las relaciones sexuales de la pareja. El travestismo se considera un trastorno solamente si
ocasiona sufrimiento, deterioro de algún tipo o una conducta insensata que puede conducir a
lesiones, a la pérdida del trabajo o a la prisión. Los travestidos también intercambian sus
vestimentas por razones diferentes a la estimulación sexual, por ejemplo, para reducir la
ansiedad, para relajarse o para experimentar el lado femenino de sus personalidades, por lo
demás, masculinas.
Pedofilia
La pedofilia es una preferencia por la actividad sexual con niños pequeños. En las sociedades
occidentales, la pedofilia es generalmente considerada como el deseo de tener actividades
sexuales con niños de 13 años de edad o menos. Una persona a quien se diagnostica pedofilia
tiene como mínimo 16 años y es por lo menos 5 años mayor que el niño víctima.
Aunque las leyes varían de un país a otro, en líneas generales se considera que una persona
comete un delito tipificado de violación cuando el niño tiene 16 años o menos y el adulto es
mayor de 18 años. Los delitos tipificados de violación a menudo no corresponden a la definición
de pedofilia.
Una persona con pedofilia se angustia o se preocupa intensamente por fantasías sexuales
relacionadas con niños, aunque no tenga lugar ninguna relación sexual. Algunos pedófilos sienten
atracción sólo por los niños, a menudo de un grupo de edad específico, mientras que otros se
sienten atraídos tanto por niños como por adultos. Los pedófilos pueden ser tanto mujeres como
hombres y las víctimas pueden ser niñas o niños. Los pedófilos pueden tener como objetivo niños
de sus familias (incesto) o pueden abusar de niños de su comunidad. Pueden utilizar la fuerza o
la coerción para someter sexualmente a los niños y pueden proferir amenazas para evitar que la
víctima los denuncie.
La pedofilia puede tratarse con psicoterapia y fármacos que alteran la conducta sexual. Este
tratamiento puede ser solicitado de modo voluntario o solamente tras una detención por el delito y
sus consecuentes procesos legales. Algunos pedófilos pueden responder al tratamiento; otros no.
La encarcelación, incluso a largo plazo, no cambia los deseos ni las fantasías de los pedófilos.
Exhibicionismo
En el exhibicionismo, una persona (generalmente un varón) muestra por sorpresa sus genitales a
extraños y hacer esto la excita sexualmente. La exposición puede seguirse de masturbación. Casi
nunca buscan un contacto sexual, por esto los exhibicionistas raramente cometen violación. En
general, los exhibicionistas que son detenidos tienen menos de 40 años. Aunque las mujeres
pueden exhibir sus cuerpos de modo provocativo, el exhibicionismo raramente es considerado un
trastorno psicosexual en las mujeres.
Voyeurismo
En el voyeurismo, una persona se excita sexualmente con la visión de alguien que se está
desnudando, que está desnudo o realizando una actividad sexual. Lo que les excita es el acto de
la observación y no la actividad sexual con la persona observada. Es particularmente frecuente
algún grado de voyeurismo entre niños y varones adultos y la sociedad considera las formas
leves de este comportamiento como normales. Cuando se trata de un trastorno, el voyeurismo
puede llegar a ser el método preferido de actividad sexual y puede consumir incontables horas de
búsqueda.
En general, los voyeuristas son varones. Se han desarrollado mucho la cantidad y variedad de
material y de espectáculos con un contenido sexual explícito para las mujeres heterosexuales
(por ejemplo, los espectáculos de desnudo masculino), pero a la participación en estas
actividades le falta el elemento de la observación secreta, que es lo característico del
voyeurismo.
Masoquismo y sadismo