Vous êtes sur la page 1sur 1

Existen cuatro tipos de fuerzas o interacciones entre las partículas que componen la

materia, y que son las responsables de la estructura del universo tal y como la
conocemos, motivo por el que son conocidas como fuerzas fundamentales.

La primera de estas fuerzas (o si lo preferimos, la primera de estas


interacciones), es la gravitatoria. La fuerza gravitatoria es creada por una masa, y
es siempre atractiva, tal y como se enuncia en la Ley de Gravitación Universal de
Newton. Aunque se trata de una fuerza sumamente débil en comparación con las
otras, es sin embargo la responsable del giro de los planetas alrededor del Sol, de
que los cuerpos caigan al suelo, del movimiento de las galaxias, y de muchas otras
cosas.

La segunda fuerza fundamental es la electromagnética. En 1860 el físico escocés


James Clerk Maxwell demostró que las fuerzas electrostáticas y las fuerzas
magnéticas, que se creía eran de distinto origen, no eran sino dos manifestaciones
distintas de un nuevo campo de fuerza que denominó electromagnético y cuya
causa creadora es la carga eléctrica. La fuerza electrostática había sido observada
desde el comienzo de los estudios sobre la electricidad, y tal como se describe en la
Ley de Coulomb es de tipo atractivo si las cargas en juego son de distinto signo, y
de tipo repulsivo (es decir, las cargas se repelen) si las cargas en juego tienen el
mismo signo. Faraday había observado ya que la electricidad que circulaba por un
conductor producía un campo magnético. Maxwell demostró que si la carga
creadora del campo eléctrico está en movimiento, y no estática, la fuerza descrita
por la Ley de Coulomb está acompañada de una fuerza de tipo magnético, como la
creada por un imán.

La fuerza electromagnética juegan un papel fundamental en muchos procesos


cotidianos. Es la responsable de las reacciones químicas, que se producen debido a
cambios en la distribución de carga de átomos o moléculas, pero también de
fenómenos como el rozamiento, la cohesión de un tejido, la formación de
disoluciones o la electricidad. Su magnitud es trillones de veces mayor que la de la
fuerza gravitatoria.

El tercer tipo de fuerza es la llamada interacción nuclear fuerte o interacción


fuerte. Esta fuerza se observa a escala muy reducida. De hecho, opera únicamente
en las dimensiones de un núcleo atómico. La interacción nuclear fuerte es la
responsable de que los átomos puedan existir, dado que en principio las fuerzas
electrostáticas de repulsión separarían inmediatamente los protones de un núcleo
atómico; de hecho, esta interacción es 137 veces mayor que la electromagnética.

El cuarto y último tipo de fuerza que puede ser observada en la naturaleza se


denomina interacción nuclear débil o interacción débil. De forma análoga a lo que
ocurre en los núcleos atómicos, otras partículas como los electrones interaccionan
también entre ellas, pero con una fuerza muy pequeña, de hecho mucho más
pequeña que la fuerza electromagnética, pero es una fuerza básica para entender
conceptos como la fusión nuclear.

El físico alemán Werner Heisenberg propuso en 1932 una teoría que sugería
que todas las interacciones entre la materia eran debidas a la transferencia de
ciertas partículas llamadas partículas de intercambio. En el caso de la atracción y
repulsión electromagnéticas dicha partícula sería el fotón; para la fuerza
gravitatoria, el gravitón; para la interacción fuerte, los mesones, y para la
interacción débil, las partículas W , W y Z .
+ - 0

Vous aimerez peut-être aussi