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EPIFISIOLISIS

INTRODUCCIÓN
Cuando vemos una pieza ósea, siempre encontramos lo mismo:
- DIÁFISIS: con canal medular.
- METÁFISIS: sin canal medular. Zona engrosada del hueso.
- FISIS, PLACA DE CRECIMIENTO EPIFISARIA, CARTÍLAGO
EPIFISARIO o FISARIO.
- EPÍFISIS: esta porción está rodeada de zona cartilaginosa:
• Cartílago articular (a nivel de la articulación): es lo que puede degenerarse
dando artrosis (adultos), osteocondritis (frecuentes en más jóvenes...), etc.
• Cartílago fisario(visto antes).

La FISIS o CARTÍLAGO DE CRECIMIENTO está localizada entre la metáfisis y


la epífisis de los huesos largos de los niños, a partir de los cuales se realiza su
crecimiento.
La región de la formación ósea en el centro del cuerpo o DIÁFISIS de un hueso
largo se llama CENTRO DE OSIFICACIÓN PRIMARIO. Al nacer, los cuerpos o
diáfisis se osifican en gran parte, pero casi todos los extremos o EPÍFISIS aún son
cartilaginosos. La mayor parte de los CENTROS DE OSIFICACIÓN SECUNDARIOS
aparecen en las epífisis durante los primeros años después del nacimiento. Las células
del cartílago epifisario se hipertrofian y hay invasión de tejido conjuntivo vascular. La
osificación se disemina en todas las direcciones y sólo permanecen cartilaginosos los
cartílagos articulares y una placa transversal de cartílago, la PLACA EPIFISARIA DE
CARTÍLAGO (o fisis). Al concluir el crecimiento, la placa es reemplazada por hueso
esponjosos; se unen las epífisis y las diáfisis y cesa el alargamiento del hueso. En casi
todos los huesos esta fusión tiene lugar alrededor de los 20 años.

LESIONES DE LAS FISIS EN NIÑOS: EPIFISIOLISIS.

Se define como EPIFISIOLISIS traumática o fractura fisaria aquella con afectación


en el cartílago de crecimiento. También pueden añadirse los traumatismos sin afectación
fisaria directa, es decir, que no presentan línea de fractura que atraviese la fisis, pero con
capacidad de alterar la función futura del cartílago de crecimiento.

La FISIS es, por tanto, una región inmadura del hueso que crece por la
OSIFICACIÓN ENDOCONDRAL.

¾ ¿Hacia dónde crece el hueso?


La placa de crecimiento tiene una capa de células germinales con elevado
potencial de crecimiento y otra zona donde se empieza a osificar la placa. En una
lesión, siempre se suele romper por el mismo lugar. Así, podemos estudiar el
crecimiento del hueso introduciendo una membrana impermeable de plástico entre
la placa de crecimiento (fisis) y la metáfisis. Observamos que el hueso sigue
creciendo porque el potencial de crecimiento son las células germinales, y siempre
crecerá hacia la zona metafisaria (no soldándose nunca a ella porque el plástico se
interpone) aunque no se osificará, ya que hemos cortado la vascularización; por eso
se dice que debería llamarse “placa de crecimiento metafisario”.

¾ Tipos de placas
Encontramos dos tipos de placas (por sus dos formas distintas):
1- Forma de DISCO: son las responsables del crecimiento longitudinal de los
huesos largos.
2- Forma de ESFERA: son redondas y se hallan en los huesos pequeños:
- Del carpo, es decir, los 8 huesos pequeños de la muñeca (mano).
- Del tarso (pie).
- En todas las epífisis (en los centros de osificación secundarios) y apófisis.

¿Cuántas placas puede tener cada hueso?


˜ Huesos LARGOS (“huesos mayores”)→ Tienen epífisis y fisis en ambos
extremos; es decir, tienen dos epífisis y dos placas de crecimiento (fisis).
Recordad que en las epífisis se produce un crecimiento esférico, además
del crecimiento en longitud por las placas de crecimiento. Estos huesos
son: fémur, tibia, peroné, húmero, cúbito y radio.

1- Placa de crecimiento
(extremidad distal del
fémur).
2- Epífisis distal del fémur.
3- Epífisis proximal del
peroné.
4- Epífisis distal del
peroné.
5- Epífisis proximal de la
tibia.
6- Placa de crecimiento
(extremidad proximal de
la tibia).
7- Líneas de Harris (signos
de detención temporal
del crecimiento).
8- Placa de crecimiento
(extremidad distal dela
tibia).
9- Epífisis distal de la tibia.
10- Astrágalo.

Imagen de extremidad distal de fémur, tibia y


peroné para observar las distintas placas de
crecimiento.
˜ Huesos TUBULARES CORTOS→ Sólo tienen una epífisis y una fisis
(en un solo extremo). Estos huesos son: las falanges, metacarpianos y
metatarsianos (en mano y pie, respectivamente) y huesos del pie.
• En todas las falanges, primer metacarpiano y primer
metatarsiano, la epífisis y la fisis son PROXIMALES.
• En el resto de estos huesos, son DISTALES.
Esto es importante saberlo ya que, por ejemplo, en un niño con lesión en
las epífisis del 2º al 5º metacarpiano (nudillos), hemos de tener en cuenta
que:
- Si está afectada la base del meta, será una fractura.
- Si está afectada la cabeza del meta, será una epifisiolisis.

1- Diáfisis de falange distal del dedo gordo.


2- Epífisis de falange distal del dedo gordo.
3- Diáfisis de falange proximal del dedo gordo.
4- Epífisis de falange proximal del dedo gordo.
Observamos como en las falanges y 5- Epífisis del 2º metatarsiano.
primer metacarpiano, la epífisis y la 6- Diáfisis del 2º metatarsiano.
placa de crecimiento son proximales, 7- Diáfisis del 1º metatarsiano.
a diferencia del resto de 8- Epífisis del 1º metatarsiano.
metacarpianos, que son distales. 9-15 Huesos del pie

¿Cómo se produce el crecimiento a nivel de las placas?


Tiene lugar un crecimiento uniforme entre ambas placas (esféricas y de disco),
produciéndose, según la placa:
‘ OSIFICACIÓN CENTRÍPETA: la placa esférica crece hacia adentro,
desde la zona germinal, que está en la periferia. Al remodelarse el hueso se
expande hacia fuera (osificación hacia fuera).
‘ OSIFICACIÓN METAFISARIA: la placa discoidal es la responsable del
crecimiento longitudinal del hueso, ya que crece desde la zona germinal
próxima a la epífisis hacia la metáfisis o zona diafisaria proximal.
De esta manera, el hueso crece al mismo tiempo en longitud y anchura.

FRENADO CON GRAPAS:


Existe la posibilidad de frenar el crecimiento de las fisis mediante el uso de
grapas. Cuando quitamos las grapas el hueso sigue creciendo. Esto es importante
tenerlo en cuenta para el tratamiento de alteraciones en el crecimiento, como por
ejemplo:
- Acortamiento: cuando existen diferencias en el crecimiento longitudinal entre
ambas extremidades, y un miembro es más largo que el otro. La técnica consiste
en grapar la fisis de manera que se fijan las grapas por un lado a la epífisis y, por
otro, a la metáfisis, y se mantiene el tiempo suficiente para que se consiga la
corrección. Así, el hueso no crecerá en longitud, pero sí puede seguir creciendo
en anchura gracias a la placa esférica, creciendo de manera anormal (el
crecimiento en longitud y anchura debe ser armónico, y ahora ya no lo es,
porque crece en anchura pero no en longitud).
- Deformidad: cuando se producen variaciones en el crecimiento angular, y crece
más por un lado que por el otro. Si provocamos el cierre de un lado, en un hueso
normal, observaremos que éste crecerá torcido, es decir, el lado bloqueado se
mantendrá fijo, sin crecimiento, mientras que el otro continuará su ritmo normal
de crecimiento. Para solucionar este problema, ponemos una grapa en el lateral
que más ha crecido y frenamos de este modo el crecimiento de ese lado para
compensar.

La enfermedad de Blau (síndrome familiar de carácter autosómico


dominante de artritis inflamatoria granulomatosa acompañada de dermatitis y
uveítis) es una enfermedad que presenta, entre otras manifestaciones, un varo de
tibia, que se produce porque su cartílago de crecimiento tiene un “puente”, de
modo que crece más de un lado que del otro y la pierna se tuerce hacia adentro;
así, cuando llegue un niño con un varo de tibia, también debemos pensar en ella.
No obstante, no debemos olvidar que en edades tempranas es fisiológica la
presencia de una etapa varoide en el crecimiento, por lo que no todo niño que
llegue con un varo ha de presentar patología. Si se confirma esta situación, no
hay que hacer nada, ya que esta etapa varoide se corrige sólo con el crecimiento
(en un “verano”, o en uno, dos o tres años), evolucionando de forma natural a
una etapa valgoide posterior.
Por tanto, podemos decir que la presión que se ejerce sobre las placas de
crecimiento, por la ganancia progresiva de peso del niño, va a estimular el
crecimiento; así tenemos:
o Presiones en placa > 6,6 gr/mm2 , ESTIMULAN el crecimiento.
o Presiones en placa > 3,7 gr/mm2 , INHIBEN el crecimiento.
(Algunos autores hablan de 7 gr/mm2 y 4 gr/mm2, respectivamente).
¾ Histología: ¿Cómo está dispuesto el cartílago de crecimiento?
1. EPÍFISIS ÓSEA.
2. COMPONENTE CARTILAGINOSO:
• Zona de crecimiento: es la capa más próxima a la epífisis. Es la zona
potencialmente más proliferativa, y está formada por:
- Células germinales: zona de reservorio con gran capacidad de
crecimiento.
- Células proliferativas: las mitosis sucesivas que sufren van empujando
a las células para que se dispongan en columnas.
- Células en empalizada: columnas de células separadas por tabiques de
sustancia fundamental.
• Zona de cartílago de transformación: vemos tres zonas:
- Hipertrófica: las células maduran y aumentan de tamaño. Son
metabólicamente activas. Se observan como en “pila de monedas”.
- Degenerativa: los tabiques se van adelgazando y los condrocitos
degeneran y mueren.
- Calcificada: casi ha desaparecido la matriz de los tabiques intercelulares
y se depositan sales de calcio.
• Zona de osificación: las lagunas de los condrocitos aumentan de tamaño y
son invadidas por capilares (entrada vascular) y osteoblastos, que depositan
matriz ósea (osteogénesis).
3. METÁFISIS ÓSEA: hay un proceso de remodelación del hueso a este nivel, que
hace que el hueso inmaduro, por fuerzas mecánicas, sea reemplazado
progresivamente por hueso dispuesto en laminillas.

Histología del cartílago de crecimiento con sus principales capas


El cartílago de crecimiento es una estructura relativamente frágil, por lo que
resulta una zona frecuente de lesión en niños. Todas las epifisiolisis se rompen, es
decir, tienen el plano de clivaje en la zona de cartílago de transformación, por la
zona o capa de degeneración del cartílago; la capa germinativa queda indemne. Por
tanto, al reducir la lesión y tras su consolidación, el crecimiento del hueso puede ser
normal.
La afectación de la fisis no se da sólo por el mecanismo directo del traumatismo,
sino que también puede ser debido a la alteración de la vascularización.

VASCULARIZACIÓN:
La vascularización de la fisis es doble: tenemos una circulación que entra por la
epífisis y otra que lo hace por la metáfisis. Cada uno de los componentes del
cartílago de crecimiento tiene su propio sistema de nutrición, aunque no se han
descrito anastomosis vasculares, a través del cartílago de crecimiento, entre los
vasos epifisarios y metafisarios, siendo las arterias pericondrales (anillo periférico
vascular) la única conexión entre ambos sistemas.
Los vasos epifisarios irrigan la epífisis y el núcleo secundario de osificación, así
como la zona de crecimiento de la placa (capa proliferativa); sin embargo, no llegan
a la capa de células hipertróficas.
Los vasos metafisarios son responsables de la reabsorción del cartílago
calcificado y de la osificación. Las arterias metafisarias no llegan a la capa
proliferativa.
La metáfisis se halla muy bien vascularizada a través de las arterias provenientes
de las ramas terminales de la arteria nutricia, así como de las arterias metafisarias.
La arteria nutricia irriga la porción central de la metáfisis y las arterias metafisarias
irrigan la porción periférica.
Consiguientemente, los tres componentes de la placa de crecimiento poseen su
propia vascularización. Mientras la metáfisis y las estructuras periféricas cuentan
con una abundante vascularización, solamente la zona proliferativa de la placa de
crecimiento está adecuadamente vascularizada. No existen vasos en la zona
hipertrófica; esta zona es totalmente avascular.
Cuando se produzca una lesión en estos vasos que dé lugar a una interrupción
del aporte sanguíneo, la zona subsidiaria comenzará a “morir”, sustituyéndose por
tejido diafisario que se mete creando un puente, cuyo resultado final es la ruptura de
la placa y, por tanto, el hueso no seguirá creciendo. Ante esta situación, obviamente,
hay que actuar. Ejemplos de interrupción vascular:
- Una lesión en los vasos epifisarios a nivel de la fisis proximal de la tibia daría
lugar a una necrosis isquémica que alteraría el crecimiento longitudinal de la
tibia a nivel proximal, que supone el 40% del crecimiento en longitud tibial.
- Un traumatismo a nivel de la cabeza femoral podría afectar a los vasos
epifisarios dando lugar a una necrosis avascular, cuyo resultado final sería una
deformidad a ese nivel por la falta de crecimiento.

¾ Zonas de lesión más frecuentes


En general, las placas con mayor potencial de crecimiento son las que se
lesionan con mayor frecuencia; y estas son:
ƒ Cercanas a la rodilla:
- Por un lado, la fisis de la extremidad distal del fémur. Son las más
importantes debido a las dismetrías que produce.
- Por otro lado, la fisis de la extremidad proximal de la tibia.
ƒ Alejadas del codo:
- Las fisis de la extremidad distal de cúbito y radio.
- La fisis de la extremidad proximal del húmero.

¾ Etiología de las lesiones de la placa


• Traumáticas: son muy frecuentes.
• Tumores benignos, malignos y quistes.
• Infecciones: son muy graves en aquellos casos en los que la placa está
dentro de la articulación. Un ejemplo sería la artritis de cadera, ya que si no
se diagnostica precozmente, el exudado puede producir una compresión de
los vasos epifisarios de la cabeza femoral y producir su necrosis.
• Stréss repetidos: por ejemplo un hueso mal puesto puede crear un roce
continuo en la placa.
• Enfermedades metabólicas.
• Quemaduras: se produce una retracción de las partes blandas, impidiendo el
crecimiento correcto de la fisis.
• Yatrogénas (RX o cirugía). Ejemplos:
- Radioterapia→ niño con un angioma al que se le trata con radioterapia
para quitárselo y, al hacerlo, dañas la placa.
- Cirugía→ al reseccionar un tumor o un quiste raspándolo con una
cuchilla, dañamos la placa por el raspado.

¾ Mecanismos de lesión
Las fuerzas lesionales pueden ser por:
• Cizallamiento.
• Tracción (por ejemplo, en una contracción muscular brusca que produce un
arrancamiento de la inserción del músculo).
• Compresión (por ejemplo, una lesión por aplastamiento).

Hemos de tener en cuenta que la placa es más débil que:


1- El hueso: en niños son más frecuente las epifisiolisis que las fracturas óseas.
2- El ligamento: en niños son más frecuentes las epifisiolisis que las lesiones de
ligamentos, a diferencia de los adultos, en los que se producen lesiones
ligamentosas.
3- La cápsula articular: en niños son más frecuentes las epifisiolisis
(desprendimientos de la placa) que las luxaciones.

¾ Clasificación de las epifisiolisis


La Clasificación de Salter y Harris (1963) es la más empleada por su sencillez y
porque permite incluir la inmensa mayoría de las fracturas fisarias. Está basada en:
• Mecanismo lesional
• Relación de la línea de fractura con la placa de crecimiento en la imagen
radiológica.
• Método de tratamiento.
• Pronóstico.

Según lo visto anteriormente tenemos cinco tipos o grados:


˜ GRADO 1: Epifisiolisis pura. Existe una separación completa entre la epífisis
y la metáfisis, sin fragmentos óseos intercalados.
La línea de fractura suele afectar a la zona hipertrófica,
quedando la zona de reserva germinal y proliferativa con la
epífisis, asegurando el crecimiento longitudinal del hueso.
Este tipo de fractura está causada por fuerzas de
cizallamiento y resulta más común en traumatismos
obstétricos y en la primera infancia.
A causa de la ausencia de desplazamiento el diagnóstico radiológico puede
ser muy complicado, siendo el único signo un ligero ensanchamiento en la
fisis, por lo que el diagnóstico clínico tiene gran importancia.

˜ GRADO 2: Es el más frecuente. Radiológicamente el trazo de fractura se


encuentra a lo largo de la fisis, pero llega a adentrarse en la metáfisis, por lo
que queda un fragmento metafisario generalmente de forma triangular y de
tamaño variable. Este fragmento metafisario que queda
unido a la fisis se llama “signo de Thurstan Holland”.
La línea de fractura se sitúa también en la zona
hipertrófica; sin embargo, esta línea cambia la dirección y
se propaga por la metáfisis. El crecimiento fisario no se
altera, pues las células germinales permanecen ancladas a
la epífisis y la circulación epifisaria no se interrumpe.
Se observa especialmente a partir de los ocho años de edad. Está causado
por fuerzas de cizallamiento. El desplazamiento de la fractura es variable y
puede resultar completo.
˜ GRADO 3: Es poco frecuente. Se trata de una fractura intraarticular con
afectación fisaria.
El plano de fractura se extiende desde la superficie
articular hasta el cartílago de crecimiento. Se ve afectada
la fisis y toda la epífisis.
Normalmente ocurre en niños en edades avanzadas
cercanos al final del crecimiento esquelético, por lo que el
pronóstico de crecimiento futuro resulta generalmente
bueno y el hecho de que se dé en este rango de edad
minimiza las posibilidades de alteración del crecimiento.
Suele estar producido por fuerzas de cizallamiento.

˜ GRADO 4: Estas epifisiolisis presentan afectación de la superficie articular,


que se extienden a través de la epífisis, todas las capas de
la fisis y la metáfisis, lo que implica una completa
separación longitudinal de todas las zonas de la fisis
incluyendo la capa germinal, por lo que se trata de una
lesión grave debido a que existe riesgo de secuelas en el
cartílago de crecimiento y en el articular.
El mecanismo suele ser de cizallamiento y puede
haber desplazamiento.

˜ GRADO 5: Son epifisiolisis raras. Se trata de una lesión directa por un


mecanismo puro de compresión de la capa germinal, con lo
que se produce una alteración del crecimiento por daño
fisario.
El diagnóstico es complicado, pues al ser inusual el
desplazamiento, no suelen apreciarse cambios en las
radiografías iniciales. Por lo común, este diagnóstico se
efectúa cuando, pasado el tiempo, se observa un cierre fisario
precoz y una disminución del crecimiento del hueso.

A continuación, vamos a ver una imagen consecutiva de los cinco grados para que
os hagáis una idea de conjunto:
Además de estos cinco grados, existe un GRADO 6 que aparece en la
“clasificación de Ogden” (es una clasificación que presenta nueve grados, en la que
los cinco primeros son como los de Salter y Harris, añadiendo un sexto en el que
también se afecta la fisis; los tres últimos grados tratan de lesiones que, sin ser
puramente fisarias, afectan a los mecanismos de crecimiento ), complementando a
la ya vista de Salter y Harris. En este GRADO 6 se produce una afectación
periférica de la fisis, provocada por pequeños traumatismos cercanos a dicha
zona. Con frecuencia se forman puentes óseos periféricos que dan lugar a
desviaciones angulares.

¾ Diagnóstico
Podemos saber la edad de un niño por el codo, ya que lo último que se osifica
a este nivel es el epicóndilo (lateral) y lo hace aproximadamente a los 11 años; así,
si observamos una radiografía del codo de un niño en la que el epicóndilo lateral aún
no aparece (porque no está calcificado), sabremos que tiene menos de 10-11 años
(menos de 11-14 años, aproximadamente, según bibliografía. Y el cóndilo medial lo
hará, más o menos, a los 6 años).
El codo es una articulación muy compleja con seis núcleos de crecimiento, y las
lesiones no se ven en las radiografías por el cartílago de crecimiento que hace que la
zona sea radiotransparente.
En el estudio radiológico de un recién nacido que, por ejemplo, ha tenido
problemas en el parto o se ha caído de la cama, no veremos ningún desplazamiento
epifisario.
Así, si en una articulación existen signos radiológicos de luxación y signos
clínicos de fractura (equímosis, dolor, tumefacción, deformidad e impotencia
funcional), se trata sin duda de una epifisiolisis, es decir, un desprendimiento
epifisario. Ejemplo: tenemos un niño con signos clínicos de fractura en el codo, que
presenta una radiografía con signos de luxación → No debemos hacer nada, ya que
es un desprendimiento epifisario.

Características de la lesión ósea en edad de crecimiento:


1) Gran potencial de curación:
- Gran capacidad osteogénica: permite una aceleración del proceso de
consolidación.
- Autocorrección de ciertas desviaciones.
2) Afectación de la fisis, con sus diversas secuelas.

¾ Pronóstico de las epifisiolisis


Depende de varios factores:
• Tipo de lesión: el peor pronóstico corresponde a los tipos 3, 4 y 5.
• Edad del niño: mayor potencial de afectación del crecimiento en los niños
más pequeños.
• Localización: las fisis más pequeñas y uniplanares, como la del peroné distal,
tienen mejor pronóstico que las grandes y onduladas, como las de la zona de la
rodilla. Además, por su vascularización, algunas epifisiolisis poseen un
especial riesgo de necrosis avascular, como la de la extremidad proximal del
fémur.
• Método de reducción: las epifisiolisis reducidas de forma cruenta o tardía, y
aquellas en las que se emplean instrumentos de osteosíntesis para manipular
sobre el cartílago de crecimiento, tienen mayor potencial de lesionarlo.
• Indemnidad de la piel: si es abierta o cerrada. Aunque son poco frecuentes,
las epifisiolisis abiertas presentan un elevado riesgo de contaminación e
infección.
¾ Tratamiento
Existe una regla general que dice que “cuanto más joven es el paciente,
menos indicaciones quirúrgicas hay” . Hacemos “osteosíntesis ad minimum”, es
decir, se debe recurrir al tratamiento quirúrgico sólo cuando sea necesario y no de
forma sistemática, ya que a veces es mejor dejar la lesión un poco desviada, pues
ella sola se corregirá.
El tratamiento estará en función del tipo de fractura, según la clasificación de
Salter y Harris:
o TIPO 1:
- Por un lado tenemos un tratamiento conservador con una reducción
cerrada (ortopédica). En general, el 90% de este tipo van a solucionarse así.
Cuando ha de realizarse una reducción cerrada tiene que resultar lo más
cuidadosa posible y evitar maniobras violentas y repetidas, para lo cual, el
niño debe estar sedado o anestesiado. A continuación, se inmoviliza con un
vendaje de yeso convencional.
- Por otro lado, el 10% restante va a requerir un tratamiento quirúrgico con
una fijación interna (osteosíntesis). Existen ocasiones en las que no se logra
la reducción ortopédica por la interposición del periostio y hay que abordar
quirúrgicamente la lesión para retirar el tejido y así poder reducir la lesión de
manera correcta e inmovilizarla mediante una aguja.

o TIPO 2: el tratamiento es similar al visto anteriormente. El fragmento


metafisario suele ser de ayuda para estabilizar la fractura:
- Tratamiento conservador con reducción cerrada (ortopédica).
Generalmente se reducen bien con manipulación cerrada cuando están
desplazadas. El tratamiento con yeso es igual que en el tipo 1.
Tratamiento ortopédico en
una epifisiolisis tipo 2 de
radio distal.
A) Estado inicial.
B) Tras la reducción.
- Tratamiento quirúrgico con fijación interna (osteosíntesis). Para ello
empleamos:
a) Agujas de Kirschner: lisas y de pequeño calibre, cuya orientación debe
ser lo más perpendicular posible a la placa fisaria y se ha de impedir
que dañen el anillo vascular pericondral. Las agujas tienen que retirarse
tan pronto como exista estabilidad en la fractura.
b) Tornillos: atraviesan la metáfisis pero no la placa de crecimiento (la
fisis no se toca).

Ttº quirúrgico de una epifisiolisis tipo 2


del fémur distal. A)Estado inicial. C)Tras
la reducción cerrada y osteosíntesis.

o TIPO 3: el tratamiento es quirúrgico, exclusivamente, con una reducción


abierta y fijación interna (osteosíntesis). Se debe intentar conseguir la
reducción anatómica, que con frecuencia ha de hacerse de forma abierta. Para su
fijación interna colocamos:
a) Agujas de Kirschner: igual que en el tipo 2.
b) Tornillos: colocados si es posible atravesando la epífisis, pero sin cruzar
la placa de crecimiento.

Tto
quirúrgico de
una
epifisiolisis
tipo 3 de la
tibia distal.
B)Estado
inicial;
C)Tras la
reducción
abierta y
osteosíntesis.
o TIPO 4: el tratamiento también es exclusivamente quirúrgico, con reducción
abierta y fijación interna. La osteosíntesis debe intentar llevarse a cabo
atravesando la epífisis (fragmento epifisario - fragmento epifisario) y/o metáfisis
(fragmento metafisario - fragmento metafisario), ya que podemos encontrar
diferentes planos de fractura. Además de la fijación interna otra solución es la
colocación de fijadores externos.

o TIPO 5: son diagnosticadas en fase de secuelas. En caso de sospecha


diagnóstica, Salter recomienda instaurar un tratamiento de descarga durante
tres semanas. La RMN puede aportar información precoz de edema y cambios
esqueléticos a nivel fisario.

¾ Secuelas:
El 15 % de las epifisiolisis dejan secuelas. Entre estas secuelas tenemos:
- Dismetría longitudinal de miembros: acortamiento, que es más importante
en las extremidades inferiores, ya que producen cojera. El tratamiento sería
frenar el tratamiento con grapas.
- Desviaciones axiales: tanto en varo como en valgo. El tratamiento sería con
fijadores externos. Ejemplo: el caso de un codo en valgo se produce por una
epifisiolisis de la extremidad proximal del radio, que provoca su acortamiento
y la desviación del antebrazo hacia fuera; el tratamiento, ya sea por estética o
porque esté sufriendo un estiramiento continuo o una compresión el nervio
cubital dando una parestesia en el 4º dedo lateral y 5º dedo (mano paralítica),
sería hacer una liberación quirúrgica del nervio que se conoce como neurolisis
y trasponiéndolo por delante para que no se elongue más.
- Necrosis epifisaria: se produce si existe una lesión en el foco.
- Epifisiodesis: es la complicación más frecuente y característica de un
traumatismo fisario, que se refiere a la alteración del crecimiento de la fisis
afecta y puede darse un enlentecimiento del crecimiento o un cierre fisario
prematuro provocado por la formación de un puente óseo post-traumático
entre epífisis y metáfisis. Los grandes puentes fisarios dan lugar a una
detención completa del crecimiento en la fisis afecta, mientras que los
pequeños suelen provocar deformidades angulares.
Para tratar la formación de los puentes óseos que se forman en las
epifisiodesis, podemos:
• Resección del puente fisario: se consigue una corrección angular tras la
excisión de un puente óseo y el relleno con grasa autóloga. Las
indicaciones para la resección del puente fisario son: por un lado, que
su tamaño sea inferior al 50% del total de la superficie de la fisis, y por
otro lado, que el crecimiento restante del niño sea superior a dos años
(de 0 a 2,5 cm). Se lleva a cabo mediante una cucharilla o una fresa
mecánica guiada por radioscopia, y se rellena el hueco con materiales
como grasa, cera ósea y silicona para evitar la recidiva.
• Osteotomía correctora: debe realizarse cuando existe una angulación
mayor de 15-20º, en el momento o después de la resección del puente
óseo. Cuando tenemos una lesión fisaria angulada, se va enderezando
la pieza y corregimos la desviación, mientras seguimos alargando la
fisis (porque había un acortamiento).

¾ Una de las epifisiolisis más graves es la que afecta a la CABEZA DEL FÉMUR
Se da en niños y adolescentes; tiene dos formas de presentación:
- De lenta aparición: por alteraciones hormonales, que se descubre por dolor
en la ingle.
- De aparición aguda: por la asociación de éstas con un traumatismo.
En general, suele ser insidiosa y que, por un traumatismo mínimo, comience a
presentarse.
Las influencia de alteraciones hormonales se ha sospechado por las siguientes
razones: 1)Es más frecuente en varones y casi desconocida en niñas tras la
menarquia; 2)Aparece sobre todo en la adolescencia; 3)Las personas afectadas
suelen ser obesas y con inmadurez sexual, con rasgos del síndrome de Fröhlich, o
son muy altas y delgadas, lo que sugiere un aumento en la producción de hormona
del crecimiento y es frecuente en niños que reciben esta hormona; 4)Algunos casos
se asocian a hipotiroidismo juvenil o hipogonadismo; 5)Suele ser bilateral; 6)En
menos del 30% existe un antecedente traumático (no hay tendencia hereditaria).
Por tanto, si va a consultar un varón prepuberal con hábito adiposo-genital
(explorar para ver si los testículos han bajado, si son pequeños, si tiene un pene
pequeño...), hay que descartar esta posible lesión.

¾ A continuación, os mostramos cinco radiografías que hemos querido colocar al


final, para que observéis cómo se verían en radiografía y sin tratamiento los cinco
grados de Salter y Harris:

Grado 1: Grado 2:
Epifisiolisis Epifisiolisis
pura de la en el extremo
cabeza distal del
femoral. fémur en el
Existe una que la epífisis
separación se desplaza y
completa arrastra un
entre la fragmento
epífisis y la triangular
metáfisis. pequeño de
metáfisis.

Grado 3: Grado 4:
Epifisiolisis Epifisiolisis
de la del cóndilo
extremidad humeral
distal de la lateral. Se ve
tibia. Se ve afectada la
afectada la epífisis, todas
fisis y toda la las capas de
epífisis (se ve la fisis y la
el fragmento metáfisis.
detrás del
peroné).

Grado 5:
Epifisiolisis
en el extremo
distal de la
tibia. Se trata
de una lesión
directa de la
placa fisaria
por un
mecanismo
puro de
compresión.
Bueno como vamos llegando al final de las clases de trauma, y puesto q me sobra toda esta
página, hoy toca dedicatoria.....y eso que estas cosas no me van mucho....pero me quiero
acordar de las dos primeras personas que conocí:
El primero y no por ello más importante, jejeje, es Javi Ros. Sé que el chaval parece que
vive en su mundo, que suele llegar siempre tarde a todos lados, que suele perder las
radiografías de sus amigos y el muy ruin le hecha la culpa a su madre (“sabes que tengo
cosas buenas y malas”...jajaja), pero es buena gente, de hecho hay pocos como él. A parte
de romper una lanza a su favor en el tema de las comisiones (a mí sinceramente sus clases
de ojos me parecieron bastante correctas), quería agradecerle todo lo que ha hecho por mí
en lo referente a mi brazo, que la verdad ha sido bastante.....aunque algunos caminos le
eran familiares....jajajaja. Tas portao cabrón!! Podría seguir diciendo cosas pero él las sabe.
Ahora toca, jejeje, mi buen amigo Tao. Eres un crack!!! Esas llamadas viviendo los mejores
goles, esas celebraciones, ese hablar de todo un poco, jajajaja. Sabes que me llevo uno de
los mejores momentos contigo...aquel día en el hospital, en ese banco, axo, axo....jajajaja,
me pijo el culo....esa cruz te perseguirá siempre! Sabes q como al truxa te tengo algo
especial, xq fuisteis los dos primeros q conocí.. y eso marca. Te agradezco enormemente que
día tras día me recuerdes....”ya veras cuando te kiten la escayola”....q hijo puta!.... o mejor
aún: “si es q no estás en forma, si no, no te hubiese pasao nada”..... jajajajaja. A ver si
conoces a mi hermano de una vez!!! Tenemos pendiente una visita a Madrid....q hay cumplir
ya!!!
Juanjo

-Cuentan que La bella durmiente confesó un día : “se me olvidó poner el

despertador”......Moraleja: ¡nunca debes dormirte!

-Sabes que le decía Batista al Enterrador......¡¡¡¡eres más aburrido que una

pecera de ostras!!!!

Lorena & Juanjo

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