Vous êtes sur la page 1sur 41
Discurso pedagégico y discurso politico en la construccién del objeto Nacién Chitena. El Manual de Istoria de Chile de Vicente Fidel Lopez, 1845 Uhre Naraja de Amous . Trstinao de Linguistica 5/ 409 4icopias Unser de Buenos es En el discurso politico revolucionario que se despliega en torno a las guerras de la ; Independencia hispanoamericana, el término {Racin Yarticula la voluntad democratica, 9f),:. ohh atte el deseo de libertad y auionomia colectivas. scesiad de contra Wn Head tO iar de camvoear 3 Wsinios socio par de convocar a distintos seciores sociales. La heterogeneidad y diversidad-de-tas “2.4 Tepreseniaciones asociadas_a_los usos del termino faclitan los complejos juegos o/ 7-7, discursivos_destinados_a. lograr_vna_trosiBzagion ampli come fa-due sequetian Nas 7d lev ‘areas del momento. Cuando, con posterioridad a 1a efapa Militar, los Estados se organizan, la representacion de “nagjén” define su contorno cifigndose al territorio que S~2e+¥-?> se recorta ¥ apelando a la comunidad de raza y de lengua, aunque con sus propias 07, fous — acentuaciones segin los rasgos propios de Ta esirictura de poder que en cada caso : consolida. Los manuales escolares de historia patria surgen por igperativo del aorato at a estatal cuando se comienza a_ampliar_el sistema educative destinado-a atender los 3 /p.4.< by ré\uerimientos dé Ta sociedad industrial, que avanza con variados ritmos, y son los textos qué -ebGY Corstruir und Fepresentacién de nacién donde los futuros ciudadanos#!! 279 ¥!> puedan anclar Tos conocimientos historicos y asignar un sentido trascendente a la moral Civica que se les_imparte. Sin embargo. esa representacion no es qena a la lucha ideologica y si bien va.a tener una forma dominante esta sujeta a los avatares de las relaciones de fuerza poliuea. El Manual de Istoria de Chile de Vicente Fidel-1-opez es, ‘en ese sentido, particularmente representativo: construye en sus Lecciones Preliminares el objeto discursivo Nacién Chilena insistiendo en un cierre étnico, al seguir las orientaciones sociales més conservadoras, y esbova en el primer capitulo de la Etapa de L ta Revolucion um cierre mas politico desde la perspectiva de los sectores liberales, cuya ‘Po 4 posicién es subordinada en esa etapa. En este trabajo analizo como se entraman el” ae discurso pedagégico y el discurso politico y cémo tanto la Nacién Chilena’, en la f"*- & primera parte del manual, como fa “verdadera nacién chilena”, en la segunda, designan al otro. Para fundamentar el recorrido analitico abordo la historia escolar como género, Jas_circunstancias en que este _texto_fundacional ‘aparece, la_problemalica dé la construccin de objetos discursizos.y_me detengo en los trayectos que permilen detinear €f objeto en sus dos cierres La historia escolar Se ha sefalado insisientemente ta retacién de la historia escolar, es decir, de aquetls versién de! pasado destinada a circular en el aparato educativo, con la puesia en marcha por los Estados nacionales de un dispasitivo oficial de la memoria colectiva (Pérez Siller y Radkau Gascia, 1998). Si bien Ta historia eScolar-no es ef nico “lugar de ~fmemorid” (Nora TBAT ya que convive, entre ottos. con archivos, monumentos, fombFes de los lugares publicos, conmemoracién de las efemérides patrias. simbolos nacionales, imagenes en billetes © monedas, fue en su origen y por largas décadas el procedimiento mas efectivo.para suministrar una representacién de la nacion a partir de la cual Tos sujetos consiruyeran_su identidad social y en la cual afirniaran y dieran EE] objto diseursivo es designado con maylsculas por el mismo texto y es la en este wahajo. sentido _a las experiencias compartidas (Riekenberg, 1991; Romero, 2004; Carretero, ‘Rosa y Gonzaler, 2006), La identidad nacional se fue conformando gracias a esos textos que estructuraban narrativamente el pasado, proporcionaban modelos pasa orientar el accionar de los futuros ciudadanos, prescribian normas de moral civica y sefialaban la figura del otro, extranjero, traidor 0 barbaro. Su-efic ica se debid, asimismo, a que articulaban el saber narrative de las sociedades iradicionales* Gon la legitimacion de la acciin politica propia de las sociedades modernas, constituyéndose de esamanera ~ar él entramado de base de las ceremonias civicas evocadoras y actualizadoras del (ct 1 azaapugBEMBDREGE SUEaTESTEGECETENENETEGEETTESDTSZSENNaTaUTECEEOTSIEOETIE! En Ia configuracién de una representacién social (Jodelet, 1989) de la nacién, la historia e§cblar RF invervenido de manera decisiva 6 solo porque ha sido uno dé los espacios privilesiados_de consiruccién discursiva de aquella sino también porque al hacerlo"Fa logrado articular Ja dimension cognitiva y ta emocional, lo que habilita los procesos identificatarios. Los printéfos manuales de historia destinados a Ta escuela primaria exponen las huellas del esfuerzo de una construccién que. al mismo tiempo que debe definir los origenes “étnicos”, debe desplegarse desde una perspectiva politica que opere tanto un recorte simbélico del territorio dentro de cuyas fronteras se desarrolle 1a economia como una delimitacién del pueblo en nombre del cual se instaure ta democracia representativa. El prélogo, “A los alumnos”, y las Lecciones Preliminares del Marna! de Istoria de Chile son, en ese sentido, — itustrativas. Constituyen los sectores de! texto donde se impone el-“modo de discurso disertativo” en el que él historiador se dirige directamente al lector y expone su “opinidiy ponderada ‘como estudioso de los asuntos humanos” (White, T1992). Al capitulo I de las Lecciones, “Del significado de la palabra Istoria”, que vincula al relato del pasado con la identidad nacional, le suceden el Il, “Del territorio de Chile y de sus peculiaridades”, que recorre la préspera geografia seflalando las posibilidades de explotacion econdmica, y el Ill, “Cuales son las razas de qe esté poblado el territorio chileno”. que define el sector de la poblacién que constituye la Nacién Chilena e indica al “otro” que, anémalamente. ‘ocupa parte de Ia geografia nacional. También debemos considerar la Leccidn I de fa Epoca de fa Revoluucidn donde se propone un cierre mis politico del objeto discursivo al que se designa como “verdadera nacion chilena”, en un yesto casi polémico respecto de la primera configuracin derivada de las Lecciones Preliminares. | Manual responde en su zona centralmente disertativa a la perspectiva de época de los historiadores filoséficos, segin los cuales “la historia debe servir de guia, juzgar, crientar y explicar los caminos a seguir”. para ello hay que fabricar una imagen del pasado que sea itil al porvenir, lo que requiere una historiador parcial, que manifieste abiertamente sus preferencias” (Subercaseaux, 1997: 67). Esto se adecua a los requerimientos de la historia escolar, cuyos espacios textuales primeros son, como sefiala Regine Robin (1980) un “condensado de ideologta” ~ La imiportancia de ellos se ee ara Jean-Franedi L.votat (1979: 38), el relatos ta forma por execlencin del saber tradicional, // as historias populares “cust Tos Exitos acasos que corona las tenialivas de los biroes,v eos / exitos o estos fracusos 0 bien dan su legitimidad a instituciones de la sociedad (funcidin de Jos mites), 0 ( bisn representan modelos positivs 0 negatvos(héees feces 0 desdichados) de inegracién a las insticiones lablecidas (Ieyendas, cuenies)" En esta cita, como en las otras que aparecen a To largo del trabajo, la traduecign es mi Regine Robin (1980) al aalizar manuales de historia escolares, compructa ta fancién idoologica de prologos ¥ advertencius: “cualesquicra sean las variantes estilsticas, Xi todos pur reeJucitse un esquema bésico: definicién o aforismo 0 enunciade conminatorio sobre Ie historia en ‘general + figura retoriea dela comparacion por contraste: aver vs hny + enunciacio conminatorio i. >preforinativo sobre les valores. esencialmente la Patria, La definicién, el afonismo y el enunciado Var Cor bi, gat nentn 9 (or bite bared - E, wovndies acentia cuando los manuales no. presentan ilustraciones, como en el caso que analizamos, es decir, que no pueden valerse de la expresividad propia de la imagen (Dorra, 1998}. EL texto y sus circunstancias La obra de Vicente Fidel Lépez. que se publica por primera vez en 1845 y se reedita oficialmente en 1846, es el texto que Ia Universidad de Chile adopia “para la ensefianza en las escuelas de la Republica” en eb momento en que con la apertura de nuevas escuelas primarias se trata de ampliar el nimero de niftos escolarizados. Al respecto, Marie-Noélle Sarget (1987) sefiala que en 1842 solo asistian a dichos establecimientos 10.000 alumnos, es decir el 1% de la poblacién. La referencia que da Diego Barros Arana (1905, 1 Il: 394) muestra el aumento de la escolaridad a lo largo de esos aos al mismo tiempo que su insuficiencia: “En 1848 existian en toda la Republica cerca de trescientas escuelas gratuitas, fiscales. municipales 0 conventuales; pero habia muchos lugares en que en varias leguas a la redonda no se hallaba una sola [...] La asistencia esas escuelas no pasaba en 1850 de 17.000 nifios”. Armando de Ramén (2001: 106), por su parte, sefiala: “En 1853, el niimero de nifios en estado de recibir educacion basica se caleulaba en 215.000, pero la recibian efectivamente solo 23.000, apenas poco mas det 10%". La progresi6n que estos datos evidencian, incluso con sus limitaciones, expone tuna preocupacién por la enseflanza primaria que también se habia manifestado en 1842 en la creacion de la Escuela Normal en Santiago, primera en América del Sur, y a cuyo frente fue designado el educador argentino Domingo Faustino Sarmiento. Para atender la falta reconocida de maestros, esta institucién pensionaba a veintiocho alumnos, aunque podia recibir a otros, que “contraian la obligacién de servir siete afios como preceptores en el lugar que les designare el gobiemo™ (Barros Arana, 1913, Vol XIV 261). En 1860, la ley Monit garantizé la educacién primaria gratuita (no obligatoria pero abierta a todos) que siguié en vigencia hasta 1920 (Collier y Sater, 1998: 99). El Manual es uno de los pocos libros de enseftanza que adoptaron la “ortografia nacional”, aprobada por la Facultad de Humanidades en 1844 a partir de Ja Memoria de Sarmiento aunque siguiendo fundamentaimente las orientaciones de Andrés Bello {Amoux y Lois, 1998). ELtexto escolar interviene, asi, doblemente en la representacion _ideologica de la nacién expone la lengua comun, légitima, en la qué deberan Nevarse'a: Zeabo Jas transacciones dentfodel Estado y construe discursivamenté el objeto Nacin _Chilena.a-parir ae und lectura oficial del pasaad, Loper. ests bisrubicads para réalizar ‘esa tarea ya que, por un lado, era miembro dé fa Generacién argentina de 1837, para la cual el “irasfondo que animaba sus representaciones y practicas [...] y que la constituy6 como tal era la creacién de una nacién® (Wasserman, 1997: 13) y, por el otro, participa activamente, durante su exilio, en los proyectos intelectuales y politicos de la Generacién chilena de 1842, que constituye para el historiador Mario Géngora el punto de inflexién de la primera definicién de nacion (Stuven, 2000: 68), La obra de Lopez esta precedida por la “Recomendacién qe la Universidad izo de esta obrita al Supremo Gobiemo”, firmada por ef decano de la Facultad de Humanidades, donde sostiene: “Ia facultad a creido ge agella obra merece ser adoptada para la enseflanze del ramo en los establecimientos nacionales de educacion”. Debemos recordar que la Universidad de Chile, fundada en 1842, tenia entre sus tareas la de ‘conminatorio abren el discarso y conribuyen a dart al inanual la caractritioa de & discus mitt Ja de una initacin sla accidn == WassernmaW EHETAE por “navidn” en ese contexto “el nombre del proyecto con ef cual buseaban

Vous aimerez peut-être aussi