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Guía Metodológica de Investigación Temática

para Estrategias de Comunicación Popular

Preparada por Luis Jaime Ariza Tello

Introducción

La INVESTIGACION TEMATICA se refiere a un conjunto de modos de trabajo y de técnicas que han venido
desarrollándose como herramienta de los Comunicadores Populares vinculados con procesos comunitarios
en el Litoral del Pacífico colombiano desde 1987, para aproximarse al conocimiento de determinados
aspectos de la vida comunitaria sobre los cuales ellos mismos, o las poblaciones con las que trabajan,
pueden diseñar o producir comunicación.

Sin embargo, las características de este modo de abordar los problemas de acopiar información relevante
para la toma de decisiones en una comunidad, para la negociación de las organizaciones comunitarias con
instituciones públicas o privadas, y para el fortalecimiento de procesos educativos, organizativos y de
comunicación en zonas y vecindarios rurales y/o urbano-marginales, han permitido enriquecerlo y hallar
aplicaciones, o diseñar instrumentos y formas de participación que lo hacen altamente productivo para
propósitos de la acción social y política de las poblaciones o los grupos que reivindican la construcción de
comunidades, el dominio por parte de éstas de herramientas para la producción y el desarrollo de sus
saberes, o el incremento de sus niveles de gestión, de su capacidad de negociación y su autonomía.

¿Para qué hacer investigación?

Tradicionalmente se ha pensado que la investigación, en general, es una actividad exclusiva para personas
que han realizado estudios universitarios o para quienes tienen alguna vinculación con instituciones privadas
u oficiales. También se cree que para hacer investigación es necesario contar con mucho dinero y con
herramientas sofisticadas o especiales.

En cierto modo, puede afirmarse que siempre que nos planteamos con suficiente claridad una pregunta, y
que seguimos procedimientos ordenados y sucesivos para alcanzar una respuesta satisfactoria a ella,
hacemos investigación. Por supuesto, hay diversos tipos de investigación de acuerdo con los propósitos que
se persiguen en cada caso y con los modos como se resuelven los interrogantes que se desean aclarar.

Las investigaciones que llamamos científicas, por ejemplo, tienen por objeto comprobar la validez de
explicaciones generales (teorías) o explicaciones particulares (hipótesis) sobre hechos o fenómenos que son
objeto de estudio de una ciencia. En nuestro caso, por las características comunitarias del trabajo que
realizan nuestras organizaciones, pensamos en un tipo de investigación que sirva para hallar respuestas
sobre hechos o fenómenos vinculados con la vida de una población, y cuyos resultados permitan orientar la
realización de actividades para beneficio de ella.

Cuando se habla de Investigación Temática, por ejemplo, estamos refiriéndonos a un tipo de actividad que
se hace con la población, y con orientación de personas de la misma población que tienen un interés
particular en resolver o aclarar problemas o situaciones que la afectan parcial o globalmente. Por otra parte,
y como se verá en esta guía metodológica, los recursos y las herramientas de este tipo de trabajo
investigativo son básicamente los mismos que emplean comúnmente las organizaciones comunitarias para
el desarrollo de sus proyectos.

La INVESTIGACION TEMATICA es un modo de trabajo adoptado por los Comunicadores Populares del
Litoral del Pacífico colombiano para captar o producir información, realizar análisis y elaborar conclusiones
sobre vivencias, creencias, formas de actuar y realizaciones de una población. Los resultados de esta
modalidad de investigación han tenido como fin, en esta experiencia, constituir archivos y bases de
consulta, o disponer de recursos de registro e información para el diseño y la elaboración de productos de
comunicación que sirvan a organizaciones, grupos, comunidades o poblaciones para expresar y hacer
públicas sus ideas, deseos u opiniones acerca de las distintas experiencias que viven.

El nombre de “investigación temática”, que hemos adoptado para la propuesta de trabajo que presentamos,
es un reconocimiento al trabajo alfabetizador de Paulo Freire, un educador popular brasileño, quien dedicó
gran parte de su vida a la alfabetización comunitaria. Una de sus propuestas para adelantar esta actividad
con la población consistía en que las mismas personas que se iniciaban en la lecto-escritura hicieran
inventarios (listados) de palabras, relacionadas con aspectos importantes de sus experiencias cotidianas en
el trabajo, en el hogar, recreativas, comunitarias, etc., de modo que la adquisición y el desarrollo de sus
habilidades para leer y escribir siempre estuviera relacionado con sus vivencias y, además, contribuyera al
desarrollo de sus formas de pensamiento y de expresión, al afianzamiento de su tradición y de su cultura, al
fortalecimiento de sus organizaciones y, finalmente, a su liberación.

Las gentes del Pacífico colombiano que se han vinculado con propuestas de educación y comunicación
popular han mostrado que la investigación temática puede servir a otros fines diferentes de la alfabetización,
y han enriquecido los modos de llevarla a cabo con el apoyo y los aportes de pedagogos y comunicadores
sociales que se han comprometido con sus procesos sociales y comunitarios, manteniendo una vinculación
constante con grupos y organizaciones durante los diez últimos años.

Complementariamente, la Investigación Temática, al vincular activamente a sectores de una población en la


descripción y la reflexión acerca de su realidad, se ha convertido en una importante herramienta para la
recuperación y la validación de elementos de la historia, la tradición y la cultura de las comunidades.

Campos de Aplicación

La Investigación Temática ha sido de especial importancia en el desarrollo de planes, programas y proyectos


de Alfabetización Comunitaria, en los cuales ha tenido un valor estratégico. En este campo, se ha planteado
que las personas y los grupos que se inician en la lecto-escritura propongan temas de su interés, alrededor
de los cuales realicen discusiones y efectúen los aprendizajes y el desarrollo de destrezas necesarios para el
dominio de la lectura y la escritura alfabéticas.

En el Litoral del Pacífico, por ejemplo, la Fundación Habla/Scribe promovió desde el año 1.987 la realización
de Talleres y Jornadas de Investigación Temática con el fin de que distintos Colectivos de Comunicación
Popular, constituidos para impulsar y desarrollar el Proyecto Gente Entintada y Parlante del Pacífico
Colombiano, crearan BASES DE ARCHIVOS, al tiempo que avanzaran en el diseño y la producción de
impresos y audio-impresos para uso de las comunidades que atendían. Como resultado de esta labor,
algunas de las Fundaciones de Comunicación hoy existentes cuentan con una importante colección de
registros, y han producido decenas de materiales para usos comunitarios e institucionales.

La Investigación Temática, sin embargo, no tiene sólamente un uso instrumental y directo. Además de
facilitar el acopio, la clasificación y el empleo de información para la producción de comunicación sobre las
vivencias de una población, permite que quienes en ella participan acrecienten su conciencia sobre los
valores de la cultura, las tradiciones y las formas organizativas de las comunidades con las que trabajan. En
la medida que se vincula activamente a distintos grupos y personas de esas poblaciones en la recuperación
de saberes, la reconstrucción de la historia y la evaluación de sus experiencias, la Investigación Temática se
convierte en importante herramienta de apoyo para las organizaciones comunitarias en la orientación de sus
acciones, y para la reflexión y la toma de decisiones sobre aspectos que les afectan.

Esto significa que los resultados del trabajo de Investigación Temática pueden servir a distintos fines de las
organizaciones y los grupos comunitarios que la realizan. Uno de los usos más frecuentes, en el caso de las
Fundaciones de Comunicación y Educación Popular, es el diseño y la producción de materiales informativos
y didácticos, que se entregan a las comunidades para que ellas mismas desarrollen iniciativas educativas y
de análisis de sus condiciones. También se han elaborado series y colecciones de impresos y audio-
impresos que recogen décimas, cuentos, mitos y leyendas de la población, o descripciones sobre el uso de
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diferentes recursos, y documentos que recogen la historia de un proceso comunitario. Con estos materiales
se contribuye de manera importante en el fortalecimiento y la difusión de los valores culturales de las
comunidades, así como en los procesos de construcción de una identidad colectiva y de integración de
etnias, comunidades y poblaciones.

La Investigación Temática ha facilitado a muchas organizaciones establecer archivos de imágenes, a partir


de los cuales se han diseñado y producido afiches, volantes y carteles para hacer la promoción de los
eventos que realizan.

Finalmente, la Investigación Temática es la base de la Animación Cultural, proceso en el cual la población


discute sobre los usos diversos que puede darse a productos de comunicación que ponen en circulación
diferentes organizaciones, al tiempo que reflexiona acerca de sus vivencias, sus modos de pensar y
entender el mundo, su historia y sus expectativas frente al futuro.

El Sentido de la Investigación Temática

Las acciones comunitarias requieren, para llegar a consolidarse y precisar sus líneas de trabajo, contar con
información suficiente y adecuada sobre los aspectos en los que se pretende alcanzar resultados a corto,
mediano o largo plazo.

Mucha de esa información puede obtenerse por fuera de las organizaciones y aún por fuera de las
comunidades con las que trabajamos. Por ejemplo, la información que se relaciona con planes, programas y
proyectos institucionales se puede recolectar consultando documentos y libros, solicitándola en entidades
oficiales o privadas, o realizando intercambios de materiales entre grupos u organizaciones.
Pero hay otro tipo de información sobre la cual siempre es necesario trabajar. Se trata de aquella que se
refiere a las comunidades mismas con las cuales actúan los grupos y las organizaciones que se interesan
por el bienestar y el desarrollo de las poblaciones. Si una organización no conoce los modos de pensar y las
motivaciones que existen frente a determinada situación, las diferentes posiciones que en una población hay
sobre los distintos aspectos que la afectan, cómo siente y a qué patrones de conducta responde, entonces
es muy difícil que sus propuestas y sus acciones sean entendidas y aceptadas.

La Investigación Temática se ocupa preferencialmente de este segundo tipo de información. Y aunque se


trata de asuntos muy cercanos a las organizaciones, muchas veces son los que menos se conocen. Por
ejemplo, aunque podamos saber que la mayoría de la población del Pacífico deriva su subsistencia de la
pesca, la agricultura y la minería, es posible que no contemos con información exacta acerca de cuál es el
porcentaje de la población que labora en cada una de estas actividades, y puede que no conozcamos bien
las diferencias entre los problemas que enfrentan los pescadores de los ríos y los que viven a orillas del mar.

Para un proyecto de Investigación Temática es importante no sólo contar con datos que describan las
situaciones que viven diferentes grupos o sectores de una población sino que interesa, además, conocer
aspectos que indirectamente contribuyen a que esas situaciones se den. En ese sentido, la Investigación
Temática profundiza en aspectos más amplios del contexto en el que se presenta cada situación.

Pensemos, por ejemplo, en el tema de la salud. En una primera aproximación, una organización puede
orientar su trabajo de investigación a recoger datos en un hospital, o en un puesto de salud, para saber
cuáles son las enfermedades que más se presentan en una población; qué tipo de atención se ofrece a los
pacientes y con qué regularidad; con qué personal, equipos y medicamentos se cuenta; con qué frecuencia
el médico atiende consultas; qué tratamientos se emplean corrientemente.

Pero el tema de la salud no se conoce completamente si sólamente contamos con una versión sobre el
mismo. La organización que trabaja sobre este aspecto, entonces, podrá adelantar un proyecto de
investigación temática para saber qué relación existe entre los tipos de enfermedades más frecuentes en la
población y las condiciones de vida de las personas que la integran. Para ello, será necesario hacerse
muchas preguntas sobre aspectos que los mismos organismos de salud normalmente desconocen: qué
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hábitos y costumbres se asocian con determinadas enfermedades, qué piensa la gente sobre las
enfermedades, cómo han sido tratados tradicionalmente síntomas y enfermedades, qué historias o cuentos
hay en la población sobre estos asuntos.

Lo anterior significa que mediante las herramientas de la Investigación Temática las organizaciones
construyen, con apoyo directo de la población, una visión diferente sobre las situaciones y los problemas
que se desean transformar o resolver. Esta visión diferente es la visión de la población, que frecuentemente
se ignora por parte de los investigadores académicos y de las instituciones, y que muchas veces puede
aportar elementos más adecuados para el mejoramiento de las condiciones de vida de una comunidad.

La Investigación Temática, pues, hace posible el diálogo entre los saberes propios de las comunidades y los
conocimientos que llegan a ellas desde afuera. A través del conocimiento profundo de sus propias
circunstancias, características y posibilidades, las poblaciones tienen mayores elementos para decidir qué
les conviene más, y pueden aprovechar de mejor manera los aportes que personas ajenas a ellas realizan,
así como rechazar aquello que se les pretenda imponer como solución y resulte afectando negativamente
distintos aspectos de su vida colectiva.

Características de la Información
en la Investigación Temática

La base del trabajo de Investigación Temática es la búsqueda y la obtención de información relevante para
los fines de una organización o un grupo.

Una información es relevante cuando afirma, modifica o contradice la visión que tenemos sobre una
situación o un problema que nos interesa.

En el primer caso, diremos que una información afirma nuestra visión cuando los datos que obtenemos
pueden servir como ilustración o ejemplo de las ideas que nos hemos formado sobre un asunto particular.
Por ejemplo, si estamos buscando información sobre el cólera, partimos de la idea de que el consumo de
agua sin hervir favorece las posibilidades de contagio; pero cuando entrevistamos a un grupo de personas
que han padecido la enfermedad nos dicen que en sus vecindarios el agua para el consumo diario es
extraída de pozos y que nadie la hierve porque no les gusta el sabor del agua hervida. La información
obtenida, entonces, AFIRMA la idea de que el agua sin hervir es una de las condiciones que facilitan la
propagación del cólera.

En el segundo caso, decimos que una información modifica nuestra visión cuando los datos que
encontramos en la investigación nos obligan a hacer ajustes o cambios en las ideas que tenemos sobre
determinado aspecto, aunque no a desecharlas por completo. Por ejemplo, podemos iniciar una
investigación partiendo de la idea de que la población no se interesa por los planes y los programas que
proponen los organismos gubernamentales; sin embargo, tras realizar una serie de charlas y entrevistas con
un amplio sector en una localidad, informando sobre las características de un programa particular, es posible
que cambiemos nuestra opinión, al comprobar que generalmente sí hay interés por parte de la población,
aunque este se pierde muchas veces porque algunas instituciones excluyen a las comunidades de la
ejecución de sus proyectos, porque no suministran adecuada y oportuna información sobre las acciones que
desarrollan, o porque sus funcionarios no hacen esfuerzos por acercarse al lenguaje y a las formas de
pensar de la gente. En consecuencia, MODIFICAMOS nuestra idea inicial, entendiendo que hay otros
factores que explican el supuesto desinterés comunitario.

En el tercer caso, nuestra visión inicial sobre una situación o un problema puede tener que desecharse, o
cambiarse por una nueva visión, cuando encontramos que la información que obtenemos en el trabajo con
la gente contradice las ideas que previamente teníamos sobre un aspecto particular. Podemos creer, por
ejemplo, como muchas personas que viajan al Pacífico desde lugares del interior del país, que tomando
píldoras de complejo B quince días antes de visitar la región podemos evitar contraer la malaria; sin
embargo, al buscar información sobre casos de malaria en un número importante de viajeros encontramos
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que muchos de ellos, que siguieron el consejo anterior, resultaron afectados. En este caso tendremos que
cambiar nuestra idea previa y aceptar que el complejo B quizás reduzca el riesgo de ser picados por
zancudos transmisores de la malaria, pero que en ningún caso hay una garantía absoluta de que no se
contraiga la enfermedad.

La Identificación o la Elección de los Temas de Investigación

Un primer aspecto que debemos resolver con los grupos que vinculamos en una propuesta de investigación
temática es la definición y la precisión con respecto a los temas que queremos conocer.

Por ejemplo, es necesario que podamos nombrar exactamente el tema en cuestión y que estemos en
capacidad de hacer colectivamente un listado de aspectos relacionados con el mismo, estableciendo
las conexiones entre ellos de manera que todas las personas que participen en la actividad investigativa
puedan distinguir y clasificar la información que recogen; de hecho, no todos los datos que nos aporte una
comunidad tienen la misma importancia o utilidad según cuál sea el propósito de la investigación.

Una primera discusión grupal con quienes participen en la actividad investigativa nos permitirá elaborar
mapas, gráficos y listados en los que se precisen todos y cada uno de los asuntos que nos interesa conocer.
Por ejemplo, si queremos hacer una investigación sobre las prácticas agrícolas relacionadas con la
preparación de terrenos para la siembra, podemos hallar en una conversación con nuestros equipos de
trabajo que los campesinos actúan de manera diferente de una zona a otra en un mismo río, y que muchas
prácticas están asociadas con creencias y tradiciones en una zona, mientras en otra existe una alta
influencia institucional.

Al mismo tiempo que se identifican los temas se puede proceder a la conformación de equipos de trabajo en
los que se agrupen quienes más experiencia o conocimiento tienen sobre determinados aspectos, con
quienes más habilidad han desarrollado para la realización de entrevistas, la elaboración de notas escritas,
la producción de dibujos o el registro fotográfico, el registro sonoro o audiovisual, etc.

La Formulación de Objetivos para la Investigación

Es importante que los grupos que participan en actividades de investigación temática definan claramente los
objetivos del trabajo. Para este fin, es importante que se busque responder colectivamente a preguntas
como “¿cuáles aspectos del tema a investigar son los más relevantes?”, “¿qué tipo de proyectos editoriales
queremos realizar o estamos en capacidad de asumir como organización?”, ¿de cuánto tiempo disponemos
para realizar nuestro trabajo de acopio de información y sistematización de la misma?”, “¿de qué recursos
-humanos, técnicos, logísticos, financieros- disponemos para el trabajo?”.

Por supuesto, hay otras preguntas que pueden formularse. Pero lo esencial es que la respuesta que demos
a estas preguntas, con las cuales nos anticipamos al trabajo que queremos realizar, permitan aclarar los
objetivos de la investigación. Se trata de que hagamos coincidir nuestros deseos (que comúnmente
desbordan los límites de la imaginación) con las capacidades y las posibilidades reales de nuestros equipos
de trabajo. Es mejor realizar varios proyectos pequeños de investigación que un proyecto muy ambicioso;
con el último podemos fracasar fácilmente por querer abarcar más de lo que estamos en capacidad de
hacer, o podemos desanimarnos al darnos cuenta que se requiere mucho más tiempo del que inicialmente
calculábamos para la ejecución.

Los objetivos de la investigación deben indicarnos qué tema abordamos, cuáles aspectos privilegiamos, en
qué vecindarios o zonas vamos a trabajar, con qué grupos de población buscaremos información y qué
productos o resultados deberán obtenerse del trabajo.

Es conveniente que estos objetivos se discutan con todos los integrantes del equipo, que se acuerden
colectivamente y se tengan presentes durante todo el trabajo, de manera que la información que colectemos
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sea la que realmente estamos necesitando para nuestros proyectos de comunicación.

Las Fuentes y la Producción de Información

La información que se obtiene en desarrollo de una Investigación Temática puede ser directamente
producida por los investigadores, o se obtiene a través de personas que la poseen.

En el primer caso, se trata de REGISTROS DIRECTOS que hacemos sobre objetos o situaciones que
podemos observar presencialmente. Por ejemplo, los registros fotográficos, de video o mediante dibujos,
son la mayor parte de las veces registros directos, aunque en muchas ocasiones podemos encontrar
registros que ya existen entre la población, que pueden reproducirse para nuestros archivos.

Los registros que obtenemos mediante entrevistas también son directos, ya que como investigadores
seleccionamos personas que poseen determinados conocimientos y empleamos un cuaderno de notas, un
cuestionario o una encuesta, y en algunos casos una grabadora, para retener la información que nos
suministran.

También son registros directos las observaciones que los mismos investigadores hacen, basados en sus
conocimientos y experiencias, sobre situaciones que interesa documentar.

Quien realiza una labor de Investigación Temática trabaja principalmente apoyado en INFORMANTES
(personas que aportan sus conocimientos a la investigación) y en la OBSERVACION directa que realiza
sobre las situaciones en las que quiere profundizar.

La selección de las fuentes depende de los temas y los aspectos que se identifiquen como ejes de nuestro
trabajo. Por ello, es conveniente que una vez listados éstos anotemos al frente de cada uno cuáles son las
fuentes. Cuando se trata de informantes, podemos anotar su localización e inclusive el tipo de actividad que
realizaremos para registrar la información que nos ofrezcan. Igualmente, estos aspectos que consignamos
en nuestros proyectos de investigación temática servirán para confeccionar itinerarios (rutas) para los grupos
que conformemos y establecer fechas (cronograma) para las actividades que acordemos.

El Registro

Registrar es CAPTAR y CONVERTIR EN MATERIAL UTIL un conjunto de datos e informaciones que


podemos obtener de distintas maneras.

Para que la información que recogemos llegue a ser útil es necesario que sea clara, confiable, completa
(aunque no siempre es posible cumplir esta condición), verificable y utilizable.

La claridad de los registros depende en gran medida de la calidad que logremos al realizarlos y del uso de
instrumentos adecuados para obtenerlos.

Si queremos hacer un registro sobre la vivienda, por ejemplo, podemos emplear equipos fotográficos o de
video, hacer dibujos sobre planos y fachadas, hablar con personas de la comunidad expertas en construir
casas, entrevistar varias familias para conocer los usos que se dan a los diferentes espacios de una
vivienda, etc.

Cada tipo de registro proporciona una información diferente, pero si los registros son adecuados todos
pueden resultar útiles. La fotografía y el video permitirán describir y comparar los tipos de vivienda
característicos de la población; los dibujos de los planos permitirán disponer de información sobre
dimensiones, formas de división y usos del espacio en las viviendas; las entrevistas con los expertos
permitirán recoger datos acerca de los tipos de materiales que se emplean para cada parte de la vivienda,
los costos que tiene construirla, el tiempo que se emplea en la construcción, la duración del material, etc.;
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mediante encuestas o charlas con las familias que habitan estas viviendas podremos conocer otros aspectos
sobre cómo se usa la vivienda, qué actividades se desarrollan en su interior, qué relación hay entre la
distribución espacial de la vivienda y las costumbres o las tradiciones de la población, etc.

Algo que podemos deducir del ejemplo anterior es que, de acuerdo con las preguntas que nos hagamos, o
con los propósitos que nos llevaron a iniciar la investigación, decidiremos qué tipo de registro es el más
conveniente para obtener la información que necesitamos.

Por otra parte, si queremos contar con registros permanentes, que sirvan no sólo para la situación inmediata
en la que estamos trabajando sino también para futuros trabajos, es importante entonces que tengamos
registros claros y de buena calidad. Una descripción verbal puede ser menos adecuada que una fotografía,
para el caso de la vivienda; aunque resulta más adecuada cuando se describe la forma como se prepara un
plato típico. En algunos casos será necesario contar tanto con un registro gráfico como con una descripción
verbal, como cuando deseamos describir la coreografía de una danza.

En los casos en que los registros verbales son necesarios, tendremos que decidir qué técnica o qué equipo
de trabajo es más adecuado para realizarlo. Hay ocasiones en las cuales basta con tomar notas de una
entrevista, pero habrá situaciones en las cuales la información que obtenemos es tan compleja, variada y
amplia, que será recomendable emplear una grabadora con el fin de garantizar que no se escapen aspectos
importantes de la misma.

En cada caso y frente a cada tema de investigación es necesario que los grupos que adelantan el trabajo
discutan cuál es el tipo de registro más adecuado.

Herramientas y Técnicas
para el Registro de Información

La principal herramienta para la realización de un proyecto de Investigación Temática es el PLAN DE


TRABAJO.

Un buen Plan de Trabajo se organiza a partir de los interrogantes que se formulan acerca de un tema de
interés para las personas, los grupos o las organizaciones que trabajan con una comunidad o una población.
Esos interrogantes deberán referirse siempre a los conocimientos, las prácticas, las tradiciones y la cultura
de la comunidad, pues el objetivo principal de la Investigación Temática es acopiar la mayor cantidad de
información sobre las formas como la comunidad entiende, vive y siente con respecto al tema en cuestión.

Como se indicó anteriormente, podemos comenzar el diseño del Plan de Trabajo haciendo un listado de
preguntas sobre los aspectos que queremos conocer mediante nuestra investigación, para formular los
objetivos del trabajo. Por otra parte, podemos preguntarnos si en una comunidad hay personas especialistas
en el tema, si hay diferentes ideas sobre el mismo, si las ideas que hay en la comunidad son contradictorias
con ideas foráneas, si hay una tradición en la comunidad alrededor de prácticas relativas al tema de
investigación; también podemos preguntarnos si toda la población tiene conocimiento sobre el tema o si hay
sectores que no se interesan por él o no lo consideran importante, cómo actúan, qué dicen corrientemente,
qué manifestaciones del arte y de la cultura de la comunidad tienen relación con el tema. Por supuesto,
pueden plantearse muchos más interrogantes, dependiendo de que asunto se trate.

Un segundo paso puede consistir en hacer un listado de las personas y los grupos de la comunidad que
pueden aportar información sobre el asunto, así como sobre los lugares o las situaciones en los que se
realizan prácticas que tienen que ver con él. En muchos casos será necesario que ese listado contenga
nombres y direcciones, y aún algunos datos sobre los posibles informantes. Recordemos que para muchos
temas, podemos considerar importante el aporte de informantes externos a la comunidad.

Un tercer momento en el diseño del Plan consistirá en verificar si los recursos disponibles la recolección de
información o el registro de datos es adecuado para satisfacer las demandas de la investigación, y si
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contamos con recursos suficientes para iniciar el trabajo. Entre los recursos debemos contar no sólo con
medios de desplazamiento a los lugares donde se harán los registros; también es importante saber qué
tiempo tiene disponible cada persona comprometida con el trabajo, qué horarios son más favorables para
realizarlo, qué tiempo se destinará para cada entrevista o para cada salida a hacer registros.

Cumplidos estos pasos, se podrá elaborar un cronograma de trabajo, en el que se anotan responsabilidades
individuales y grupales para el desarrollo del trabajo. Para facilitar el desarrollo de la labor colectiva, puede
pensarse en la realización de JORNADAS DE INVESTIGACION TEMATICA, es decir en EVENTOS
mediante los cuales se pueda congregar en un mismo espacio, en sesiones más o menos largas (una
mañana, una tarde, un día de trabajo), tanto a los integrantes del equipo de investigación como a un grupo
de informantes. Así se podrá en una misma sesión comparar versiones y complementar las informaciones
que alguno de los informantes nos dan. Al mismo tiempo, estas jornadas servirán para hacer ajustes en el
Plan de Trabajo, ya que muchas veces los mismos informantes nos pueden hacer sugerencias importantes o
dar nombres de otras personas que pueden contribuir de manera importante con la investigación.

Como ya hemos aclarado cuáles son los aspectos que nos interesa investigar, los responsables de cada
tarea podrán elaborar cuestionarios o formatos de entrevista, y formularios de encuesta o fichas para el
registro de la información que se puede obtener directamente de los informantes (generalmente será
información oral). Igualmente, se podrá decidir si es necesario usar equipos de registro, como grabadoras o
cámaras de video, dependiendo de los aportes que puedan ofrecer los distintos informantes.

Los coordinadores del trabajo deberán asegurarse de que todos los colaboradores en el trabajo investigativo
manejan un mismo lenguaje y tengan información suficiente sobre los aspectos en los cuales se debe hacer
énfasis durante la realización de las jornadas. Igualmente, debe verificarse que todos trabajen sobre una
misma guía de entrevistas o con cuestionarios iguales, ya que muchas veces una pregunta importante
puede ser interpretada de manera diferente por cada investigador y, en consecuencia, las respuestas que se
obtengan no concuerden.

El manejo de equipos también deberá revisarse antes de emprender el trabajo de campo. Es conveniente
que cada grupo de investigación cuente con personas que se especialicen en el manejo de grabadoras,
cámaras fotográficas o equipos de video. El trabajo de Investigación puede también permitir que se vinculen
personas de la comunidad que tienen habilidades para el dibujo, para componer coplas o décimas, y que
aportan unas formas de registro que pueden ser directamente aprovechadas por el grupo para producir
comunicación.

Una buena práctica es realizar ensayos de entrevistas entre los mismos integrantes del grupo investigador.
Cuando se pueda, también es aconsejable realizar pruebas con los formularios que se hayan diseñado,
efectuando un análisis posterior sobre los resultados obtenidos a fin de hacer ajustes o cambios.

Una vez adelantada la labor de campo, el grupo deberá reunirse para evaluar la cantidad y la calidad de los
registros realizados. Como resultado de esta labor, podrá saberse si es necesario ampliar el tiempo de
investigación o si se cuenta con material suficiente para los propósitos que hicieron necesario este trabajo.

La actividad siguiente consiste en clasificar, catalogar y sistematizar la información recolectada, de manera


que pueda ser utilizada inmediatamente o en el futuro, tanto por el grupo que realizó el trabajo como por
otros grupos y aún por personas de la comunidad que lo soliciten.

La clasificación puede hacerse atendiendo a los aspectos que se abordaron en desarrollo del trabajo de
campo y al tipo de registros resultantes. Cuando se trate de documentos escritos o notas de trabajo, es
conveniente realizar una copia del material, de manera que podamos disponer de un original en archivo y de
una copia de trabajo. A cada texto se le puede adjudicar un código y se confecciona una ficha, que facilitan
su ubicación rápida en cualquier momento. Para asegurar la conservación de los originales pueden
adquirirse legajadores o elaborarse carpetas, que se pueden a su vez identificar con códigos de colores de
acuerdo con los temas de interés del grupo investigador o productor de comunicación.

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También puede ser conveniente duplicar los casetes de audio y de video que se produzcan durante la
investigación. Siempre deberá protegerse este material retirando las lengüetas que tienen en el lomo los
casetes, para evitar que se borre la información allí consignada.

Con las fotografías se debe obrar de manera similar. Si no se cuenta con recursos suficientes para hacer
duplicados, pueden hacerse hojas de contacto, sobre las cuales se numera cada registro.

Si hacemos fichas para cada material, tendremos mejores posibilidades de aprovecharlo para la producción
de comunicación. Cada fotografía, cada casete, cada texto ya legajado, deberán tener una ficha de
catalogación, en la que se anotan al menos el número del material, los temas que incluye, el nombre de los
informantes que aportaron la información o de los lugares en que se efectuó el registro y la fecha del mismo.

Luis Jaime Ariza Tello


FUNDACION HABLA/SCRIBE
Cali, junio-septiembre de 1996

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