Marco Palacios
compilador
La unidad nacional
en America Latina
Del regionalismo a la nacionalidad
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El Colegio de MéxicoAMERICA LATINA: TRAVESIAS HACIA
LA NACION MODERNA
Marco Palacios
El Colegio de México
Del 3 al 7 de noviembre de 1981 se reunié en El Colegio de México y bajo
los auspicios de la institucidn un seminario que tenia por tema “la cuestion
regional como cuestién nacional en América Latina.”*
A contraluz, en su espectro mds amplio, el tema alude a las mediacio-
Mes todavia nebulosas entre “‘sociedad” y “naturaleza”; de forma mas
especifica, a las relaciones que se forjan en el proceso mediante el cual las
civilizaciones se apoderan de la naturaleza en ambitos territoriales determi-
nados. Los grados de complejidad analitica y descriptiva asociados a tales
Nexos y ataduras y los todavia pendientes problemas epistemoldgicos y
metodoldégicos concernientes a “sociedad”, ‘‘naturaleza”, “espacio” y a
‘Una pretendida conjuncién copulativa que aspira fundirlos en una legalidad
conceptual nueva que sea a la vez més inclusiva y mas concreta, obligan a
Ia prudencia y a Ja duda. Actitudes mas necesarias en cuanto escuchamos
* Fueron ponentes, Héctor Aguilar Camin (México) ; German Carrera Damas (Ve-
nezuela); José C. Chiaramonte (Argentina); Frank Moya Pons (Repiiblica Dominicana
y Haiti); Rafael Quintero (Ecuador); René Zabaleta (Bolivia) y Dario Fajardo (Co-
Jombia). Fueron invitados a participar como comentaristas Carlos Sempat Assadour-
tlan, José Luis Coraggio, Alberto Federico y Lorenzo Meyer. Desafortunadamente
‘Aguilar Camin, Moya Pons y Darfo Fajardo no pudieron adaptar sus trabajos a la
forma exigida para este libro. Malcolm Deas cedié generosamente su articulo para que
fpareciera en esta seleccién, a peticién del editor. La ponencia de Aguilar Camin y el
@xtenso comentario que le hizo en el Seminario Lorenzo Meyer, enriquecieron los
debates. Lorenzo Meyer tuvo la generosidad y paciencia de reescribir su comentario
para que la dimension mexicana no desapareciera del libro.
il12 Marco Palacios
teorizaciones sobre “lo espacial” que bajo un lenguaje cientificista, escon-
den un anémico positivismo y una vocacién autoritaria mas visible cuando
vienen emparentados con el marxismo vulgar.
Con todo y todo, las nuevas orientaciones sobre el tema regional tien-
den a descalificar, o al menos a colocar en un saludable plano relativista, las
otrora verdades “universales” postuladas inter alia por tres influyentes co-
rrientes del enfoque regional: a) por algunas acepciones decimonénicas de
la disciplina geografica, prorrogadas hasta hoy, que identifican rigidamen-
te la nocién del espacio y de los ecosistemas con territorios bien acotados
por las condiciones naturales; b) por algunas acepciones historico-juridicas
que asignan al balance del centralismo-federalismo una vida propia de suerte
que el centro politico o las periferias politicas (provincias, regiones, muni-
cipios) destellan como protagonistas independientes, sujetos con voluntad
integradora de la historia nacional. Aqui cabria recordar que dentro de
estas corrientes han surgido postulados revisionistas que critican funda-
mentalmente la insuficiencia teérica y ambigtiedad valorativa de nociones
clisicas tales como “‘centralismo politico”, “descentralizacién administra-
tiva” o “autonomia local’; c) finalmente y para cerrar el ejemplo, parecen
insuficientes los enfoques légico-deductivos (tildados de neoclésicos) de la
llamada ‘“‘ciencia regional”. Pese a la sofisticacion de su utillaje conceptual
y metodoldgico, reducen la “‘cuestién regional” a matrices matemiticas,
manipulables légicamente en un sistema de “variables independientes” de
tipo cartesiano: habré regiones y sus caracteristicas serdn tales segtin se in-
tegren y comporten frente a una matriz de funciones x 0 y.
Los limites de estos tres enfoques regionales fueron sefialados en los
debates del Seminario por los “‘regionalistas”. Queda al juicio del lector
decidir en qué medida los historiadores ponentes los acataron o descarta-
ron, implicita o explicitamente. Valga, en esto de reticencias, una critica
emanada de los historiadores frente a definiciones o hipotesis de los regio-
nalistas: su sefialada incapacidad de comprender la historicidad de la regi6n,
puesto que asumen una noci6n estatica de “regi6n” valida, segun se dijo, para
situaciones histéricas en las que el capitalismo ya es el modo dominante de
produccion. A este respecto el Seminario pudo abrir un debate tangencial
entre “regionalistas” e historiadores.
El sdlo listado de los problemas que surgen cuando la apertura del foco
se expande tanto, desbordaria la tematica més modesta y acotada del Se-
minario. En mi condicién de coordinador, presenté una invitaci6n propo-
niendo mojones y apuntando los propésitos generales del seminario. La
invitacion formulaba ideas de tono concreto recogidas en la gran mayorfa
de las ponencias, bien para criticarlas o bien para destacar algunos de sus
elementos.
Pensamos que la “‘cuestién regional como cuestién nacional” deberia
considerarse un drea privilegiada para la investigacin hist6rica. La propuesta
de Otto Bauer sobre “el cardcter nacional” entendido como “un precipita-
|mérica Latina: travesias hacia la nacién moderna 13
de procesos histéricos pasados que se vuelve a modificar por obra de
sos histéricos subsiguientes”, aparecia con la virtud de concisién que
un buen punto de partida. La formulacién de Bauer sugiere, entre
fas cosas, que el cardcter nacional es una realidad sujeta a transformacio-
‘objetivas que poco tiene que ver con “el alma nacional” inmodificable
‘eterna.
No era objetivo central del Seminario describir los estereotipos del
icter nacional” en los parses latinoamericanos, ni explicar cuales serian
Jas peculiaridades que hacen que un argentino se reconozca como tal y no
se sienta mexicano, chileno y asi sucesivamente. Se pretendia debatir en
torno a conceptos centrales que hicieran inteligibles y ubicaran en un terreno
tomiin las diversas investigaciones empiricas sobre el tema y con criterios
que, sin mermar la peculiar riqueza de cada situacién nacional, permitieran
aprehender el signo de las transformaciones histéricas mis 0 menos comu-
nesa la vasta region latinoamericana.
Se proponia entonces partir de enfoques y estudios sobre la formaci6n,
consolidacion y constitucion relativa del Estado Nacional en América Latina
como un proceso medular que ayudaria a dar cuenta y razén de los nexos
‘organicos e histéricos —econémicos, politicos, ideolégicos y mentales—
entre las regiones o unidades provinciales, la nacion y el Estado.
Se trataba pues de distinguir y definir recurrencias especificas entre las
fegiones y la nacion y entre ésta y el Estado y de explicar, con base en las
investigaciones empiricas que se presentaran, cudl ha sido la parabola seguida
por diversas naciones latinoamericanas desde el colapso de] Estado espafiol
en América hasta recientes experiencias surgidas de su incorporacin al
sistema capitalista intemacional. Puesto que el Seminario hacia parte de
luna serie, al parecer interrumpida, sobre “‘la cuestion regional latinoame-
ficana”, se dejaban de lado, entre otros, los temas referentes al impacto del
imperialismo en la regionalizacién de las naciones latinoamericanas y se
privilegiaban los procesos de unificacién polftica interna. Como es obvio,
la pretension resulta impracticable en las historias de México, el Caribe y
Centroamérica.
Respecto a la construccién interior del Estado nacional en América
Latina se han identificado mas que analizado aquellas regiones en las que
el “colonialismo interno”, basado en un orden de desigualdades interétni-
cas heredadas del colonialismo luso-hispano las acenttia pari passu con la
incorporacién de las nuevas naciones soberanas al mercado mundial. Un
caso obvio seria el de la reasignacién de dos recursos basicos, la tierra y la
fuerza de trabajo que tal incorporacién ahonda y propulsa sistematicamente
Y que en naciones como México, Guatemala, Ecuador, Pert, Bolivia y Para-
guay, conformadas por grandes conglomerados indigenas fuertemente
localizados, significa a la postre la reedicion de la derrota indigena a manos
de ladinos, mestizos, cholos y por supuesto blancos.
Las dimensiones de la etnicidad asociada al tema regién-estado nacio-