Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
presenta:
Baobab
OFF:
Hola, me llamo Silvia y acabo de nacer. Mi madre me acurruca entre sus brazos. Está
contenta. Mi padre también lo está, por eso ha salido al jardín.
Silvia mira hacia el árbol, que mágicamente va extendiendo poco a poco sus ramas como
si estuviera desperezándose.
Va desapareciendo la imagen de la madre y la pequeña, aunque continúa la voz en off...
Crecía tan rápido como el tiempo.
Y pasaron una a una las estaciones:
El verano...
Brilla el sol sobre el ciclorama ámbar.
El otoño...
Hace viento y caen algunas hojas sobre tonos ocres...
El invierno...
Nieva sobre blanco......
Y luego la primavera...
Asoma el sol entre las flores...
Y así, mientras yo cumplía años, mi Baobab cumplía estaciones...
Y cumplió muchos veranos...
Y otoños...
... inviernos... y primaveras...
Las estaciones pasan rápidamente.
Un día, cuando cumplí cinco años, tuve una gran fiesta...
Segunda rama.
Cumple-estaciones feliiiz!
En una esquina del escenario se ilumina una gran tarta con cinco velas encendidas, el
papá y la mamá de Silvia cantan cumpleaños feliz. La niña, embobada, sopla y apaga
las velas.
Tercera rama.
La fiesta del baobab.
Quinta rama.
Un año pasa volando.
Sexta rama.
...Y Llegó el gran día
Pasamos al espacio de Silvia. Vuelve a sonar el despertador. Silvia
se levanta de un brinco.
Silvia: Hoy es el único día del año que no me cuesta levantarme. Bueno, hoy y el
día de Reyes. Tengo que ir a la escuela, pero esta tarde tendré una gran fiesta
en casa y después... después me espera la mejor fiesta del mundo.
Saca de debajo del almohadón un paquete. Abre el paquete, saca
un cuaderno y mira un dibujo.
Es mi regalo para Baobab.
Sobre el ciclorama se ve el dibujo: es Silvia junto al Baobab.
Lo he pintado yo.
Espero que le guste. He pintado un montón.
VOZ DE MAMÁ: Silvia, el desayuno se te enfría...
Silvia: Ya voy, mamá, bajo enseguida.
Se va terminando de vestir sin dejar de ver sus pinturas, al mismo
tiempo que sobre el ciclorama sale cada uno de los dibujos que Silvia ha
pintado y comenta :
Baobab en la playa
Se le ve con bañador, junto a una sombrilla.
Baobab jugando al escondite...
Se esconde detrás de una piedra mucho más pequeña que él.
Baobab tocando la guitarra...
Se le ve dentro de una televisión como si fuera una estrella del rock...
Baobab se hace famoso...
Silvia sale de su habitación y sobre el ciclorama vemos otros
dibujos de Baobab: en el patio jugando, comiendo una hamburguesa,
disfrazado de Charlot, esquiando...
La última imagen es una gran sonrisa de Baobab que va fundiéndose con
la realidad.
Séptima rama
Hay quien piensa que los árboles
molestan...
Lorelai: Y aquí iría la pista de tenis, junto a la sauna y la piscina cubierta, ¿López
está usted tomando notas de todo esto?
López: Por supuesto señorita Lorelai, siempre a sus ordenes señorita Lorelai, como
usted guste, señorita Lorelai...
Lorelai: Mira que eres pelota López... No te aguanto.
López: Por supuesto señorita Lorelai, lo que usted mande señorita Lorelai...
Lorelai: Qué asco de hombre
Entran Silvia, su padre y su madre.
Papa: Buenos días. ¿Puedo ayudarles en algo?
Lorelai: Depende, ¿es usted el dueño de estas tierras?
Papa: Pues la verdad es que sí. ¿Sería tan amable de decirme que hace usted aquí,
por favor?
Lorelai: Por supuesto, permítame que me presente, mi nombre es Lorelai Martínez
López les acerca una tarjeta.
Lorelai: ... promotora urbanística y diseñadora de “Espacios ideales para ti que tienes
pasta” SA y estoy aquí para comprarle este pequeño trozo de tierra por la
cantidad que usted pida...
López: Si me indica usted cuánto quiere, mañana mismo pasarán las máquinas a
llevarse de aquí todo lo que molesta, las hierbas, las madrigueras de los
conejos, ese árbol por ejemplo...
Silvia: ¿Que? De eso nada, papá díselo tu, diles que no pueden llevarse a Baobab, ¡y
menos hoy!
Papa: Un momento, un momento, miren: de vender nada de nada y ni se les ocurra
tocar una rama de ese árbol, es de la familia.
López: ¿De la familia? Vamos, señor mío, le estoy ofreciendo todo el dinero que
quiera solo por un trozo de tierra. Con el dinero que mi jefa les ofrece
podrán ustedes comprarse 1400 árboles como ese.
Silvia: Pero no serían Baobab, él es mi mejor amigo, nacimos el mismo día ¿sabe
usted?
Mama: Mire, este árbol es muy querido por toda nuestra familia, no lo cambiamos
por nada, le tenemos mucho cariño.
Baobab sonríe como sonríen los árboles, ayudado por el viento...
Silvia: ¿Ve? Lo sentimos, pero Baobab se queda
Papa: Mi hija ya lo ha dicho todo, lo siento señor mío, el árbol se queda
En ese momento Lorelai, que se había mantenido un tanto al margen de
la conversación, ya que estaba muy ocupada en imaginar el sitio del
campo de golf, estalla...
Lorelai: ¡¡¿¿QUEEEE??!!! ¿Que por culpa de un árbol mugriento mis clientes se van
a quedar sin piscina climatizada? Ni soñarlo, señor mío, usted no sabe con
quién se las esta jugando.Cuando Lorelai Martínez se propone algo lo
consigue y nadie se va a oponer, y mucho menos un limonero de tres al
cuarto...
Silvia: No es un limonero señora, es un baobab, es un árbol tropical...
Mama: Esta usted muy alterada, ¿quiere que le prepare una tila?
Silvia y su padre se ríen cómplices
Lorelai: No, muchas gracias, señora. Tendrán noticias mías. Cuando Lorelai Martínez
se propone algo, lo consigue. Sale.
López: Sí, señorita Lorelai, a sus ordenes señorita Lorelai, lo que usted mande...
Sale.
Mama: No entiendo por qué no me ha aceptado la tila. Le habría venido muy bien
¿no creéis?
Todos ríen
Silvia: Papa, tu no permitirías que nadie le hiciera daño a Baobab ¿verdad?
Papa: No, hija, por nada del mundo. Vamos a casa, hay que preparar todavía la
fiesta de cumpleaños.
Mama: Sí, vamos.
Silvia: Le susurra a Baobab Hasta la noche...
Octava rama.
...y los malos, que malos son
Entran Lorelai y López
Lorelai: No puedo comprender, ni siquiera imaginar que la gente le tenga cariño a un
trozo de madera ...
Entran los padres de Silvia.
Lorelai: un trozo de madera que si sirve para algo es para hacer leña...
López: Señorita Lorelai...
Lorelai: en mi chimenea de mi chalet de la sierra...
López: Señorita Lorelai...
Lorelai: ¡¡¡Te he dicho mil veces que no me interrumpas mientras pienso en voz
alta!!! Ve a los padres de Silvia Hola... mmm... ¿se lo han pensado mejor,
verdad? Ya decía yo que ustedes tenían cara de inteligentes. Si me firman
este contrato mañana por la mañana nuestras máquinas quitarán este
“matojo” de aquí. ¿Hemos quedado en alguna cantidad... ?
Padre: Señora...
Lorelai: Señorita.
Padre: Señorita Lorelai... Queremos que abandonen nuestras tierras, por favor.
López: Creemos, la Srta. Lorelai y yo, que todo ha sido un malentendido, verá usted
no comprendemos muy bien cómo unos padres ejemplares, como ustedes,
permiten que una niña meta sus narices en un asunto como éste. Hoy es el
árbol, mañana que va a ser ¿una montaña? Entendemos que no quieran
ustedes que la niña se enfade, pero ¿qué es un árbol para nosotros? Un
fastidio, hay que regarlo, cuidarlo. ¡Ni que fuera una persona!
Madre: López, le recuerda que los árboles están vivos y en esta familia Baobab es
uno más.
Lorelai y López se miran con complicidad...
Lorelai: Exacto. Están vivos pero... qué ocurriría si el árbol cae enfermo...
López: Habrían perdido la oportunidad de ganar una buena cantidad de dinero a
causa de...
Lorelai: ...el capricho de una niña, y hoy por hoy los árboles tropicales están
expuestos? a...
López: ... una terrible epidemia que los hace enfermar...
Lorelai: ... rápidamente...
López: ... se les caen las hojas...
Lorelai: ... se les cae la corteza...
López: ...contaminan la tierra...
Lorelai: ... y son peligrosos sobre todo...
López: ... para...
Lorelai y López: ... los niños...
Padre: Vaya, no conocía esta enfermedad. ¿Y dice usted que ataca solo a los árboles
tropicales?
Madre: ¿Y a los niños?
Lorelai: Sí, y es muy frecuente por esta zona. Se llama...
López: ...enfermedad de los árboles tropicales.
Lorelai: Hagamos una cosa. Sólo nos llevaremos el árbol de aquí si cae enfermo, así
matamos dos pájaros de un tiro. Si el árbol está sano su hija seguirá
disfrutando del limonero...
Madre: Baobab, es un baobab...
López: ...y si el árbol cae enfermo, nosotros nos lo llevamos y así le ahorramos el
disgusto a su hija de verlo morir, y ustedes ganan un buen dinerito...
Padre: Visto así, parece otra cosa.
Lorelai: No hay nada más importante para nosotros que la felicidad...
López: ... y la salud...
Lorelai: De un niño...
Madre: Estamos de acuerdo con ustedes. Firmaremos.
Padre: Pero recuerden, sólo si el árbol cae enfermo.
Lorelai: Claro, claro Mientras los padres firman, aparte a López.. No quedes con
los amigotes esta noche. Tenemos trabajo.
López: Sí, creo que este árbol se va a poner muy malito está noche...
Lorelai y López ríen como se ríen los malos de las películas.
Octava rama.
... Cumplestaciones ¿feliz?
Lo que ocurriría esa noche es que cuando los malos (que van disfrazados) vuelven
para enfermar a Baobab (con un spray o algo parecido) no lo consiguen ya que Baobab es
un árbol bastante fuerte. Pero mientras discuten sobre otras manera de cargárselo ven
entrar a la niña en el árbol. Y se cuelan en la fiesta.(esta escena sería la más comica) Allí
descubren el corazón del árbol, y sobre este el spray sí hace efecto.
Al día siguiente el árbol esta terriblemente jodido y los malos aparecen para hacer
cumplir su contrato. La niña, que es más lista que el hambre, intuye que algo va mal, ya que
uno de los malos se ha dejado puesto algún elemento del disfraz de la noche anterior. Y
pide a sus padres que la dejen a solas con el árbol para poder despedirse de él, lo hacen pero
antes de irse la madre le da a la niña una tetera de tila para que se la tome ya que la ve muy
alterada. Entra y ve un panorama bastante chungo, los duendes le informan de la gravedad
de Baobab y el medico-mago arbóreo que ya esta allí sentencia que el árbol lo que necesita
es un poco de “infusiorum tililae” ante lo cual todos se ponen tristes ya que no saben lo
que es. Mientras el médico recoge sus bártulos Silvia y los duendes se lamentan de lo
ocurrido, y la niña lamenta no poder comentarlo con sus padres, ya que lo único que harían
estos sería darle una tila para tranquilizarla. Cuando el medico-mago arbóreo escucha la
palabra tila la reconoce y admite que así es como llaman los humanos a la “infusiorum
tililae”. Ante lo cual ellos se ponen contentos (un poquito de fiesta) y vierten la tila sobre
Baobab. La niña sale fuera y ve que ya han vuelto los padres con los malos y que además
ha venido un policía para asegurarse del cumplimiento del contrato, para desenmascararlos
le coloca encima la bufanda mágica a López que confiesa lo ocurrido.