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Filosofia fuera de los muros Sobre las practicas filosdficas extra-académicas oe ce ee oe ap Peel ert Par eee ener enr et aes person Perea) ere erat eer enreneremnr ec eter re Papers aes Las practicas extra-académicas vistas desde la academia Es difcl adivinar quiénes serfan los participantes de es- te meta-debate floséfico, es decir, de este intento de pen- sar floséficamente précticas flloséficas diversas y “hetero- doxas”, a diferencia de las tareas comunes de la flosofia producidas a partir de la universidad. Claramente, en prin- cipio, se crataria de todos aquellos que se ocupan (0 a quienes les gustaria ocuparse) de practicas de este tipo; se- fa un grupo de personas, de tamafio considerable y bas- ‘ante heterogéneo, ligadas a sitios, materiales, intenciones y dindmicas diferentes, ales como los cafés filos6ficos, laf losofia clinica (philosophical counseling 0 “*flosofia pricti 2")! cursos de flosofia en ambientes no universitarios, les como museos, organizaciones no gubernamentales,em- resas, etc; grupos de estudio informales; intervenciones medisticas; libros de divulgacién; istas de discusi6n y pigi- ras de internet, etcétera. La filosofia para (0 junto con) ni- fos podria tener un papel dentro de las pricticas filos6fi- cas que se dan “fuera de la academia”, como podrian ser- o,iquién sabel, incluso la ensefianza de Ia filosofia en el ni- ‘vel medio, cuyos problemas y concepciones suelen ser en- tendidos generalmente como “escolares” 0 “académicos”, Jo que abriria el espacio para una larga discusién. A pesar de toda esta heterogeneidad, parece razonable aceptar una primera definicion de Ia prictica filos6fica ex- ‘tra-académica como aquella que se da fuera de la universi- dad y que involuera, fundamentalmente, a no-universiea- ros, es decir, codas aquellas personas que estén motivadas para conocer las reflexiones elaboradas por otros, para re flexionar sobre ellas y, esencialmente, para compartir sus ropias reflexiones en piblico, independientemente de su formocién escolar, su ocupacién ingresos... En esta defini 50] NOVEDADES EDUCATIVAS - Nt = Enero 2005 Filipe Ceppas ign, una prictica extra-académica no es necesariamente | tuna préctica no-académiea. Sabemos que algunas de estas pricticas mantionen relaciones tensas con la academia, pe- fo tal vez no le sean tan ajenas como parecen serlo 2 pri- mera vista, en el sentido de que se llevan a cabo sin ningu- fa relacién inmediata con el ambiente universiaria’ Sin uda, seria antipstico evocar, ya desde el inicio las restric- clone: socioldgicas e institucionales capaces de problema- tizar las “independencias” de formacién, ocupacion e ingre- s08 que tan generosamente acabamos de postular. Pero Ia rmayoria de nuestros interlocutores mas inmediatos (y. I vez en nuestro pais, Brasil,buena parte de las personas que parciclpan efeccivamente de estos movimientos de prict- 2s floséfieas heterodoxas) no sean quizas los partcipan- tes “no-académicos ideales", es deci, aquellos que los me- dios de comunicacién privilegian y vulgarmente son toma- ddos como referencia cuando se habla de filosofia en am- bientes no ~ universitarios: la empresaria, el dentista, el ama de casa, el abogado, etcétera, La cuestién sirve para indicar, en primer lugar, desde dénde se acostumbra a provocar el meta-debate, quién lo promueve ya quién se moviliz: para evita entrar en el ci- mma de “en contra o a favor” que eternamente suscitan la prensa o los polemistas de boisilo. Por otro:lado, es tam- bien bajo la sombra de una visién pastoral del conocimien- 0 que los medios de comunicacion festejan los cafés 0 las clinieas flos6fieas: la armonizacién social a través de fa (2- *2) cultura,o lo“ifei” que se torna accesible”, o el reen- ‘cuentro del ama de casa consigo misma © con algo mayor ‘que ella, la sociedad, el arte, las grandes cuestiones de la existenca... Frente a estas imagenes recurrences, el co- mentario crtico corre el riesgo de quedar restringido a lo politicamente correcto, por temor al elitimo intelectual. © incluso puede ser acusado de sexismo por el desprecio con el que trata a las amas de casa, cuyo trabajo garantiza las condiciones materiales para la produeci6n de profeso- ree de flosofia,bien casados y con hijos: La verdad es que tetas instantineas periodisticas sobre el ama de casa o el entista, que buscan elercer el pensamiento de un modo ‘ms asidvo y mejor, se manejan con el sentido comin aca- démico y no-académico acerca del destino de la flosofia.A ‘veces, la prensa la coloca en el estante de autoayuda.* Pe- ro, para bien de la seriedad y el compromiso con la calidad de la informacién, nunea se cansa de traer.asimismo, la mo~ nnétona reserva del fiésofo laureado:"“algunas de esas prc- tleas corren el riesgo de no ser prop! .nence floséficas”. La ensefionza de fa Mosofia Sise trata de decir lo obvio, spor qué no decir que una fiosofia exera-académica no es nl nunea serd algo diference de aquelloa lo que podriamos denominar tout court floso- fia,a secas? Desputs de todo, a reserva del académico 36- lo afirma que lo que no es filosdico no es flosofa,.De lo que se trata es de entender aquello en fo cual wna flo- {ofa excra-academica re ditingue de una flosofia académ cen qué medida ela seria “no-académica” © mejor aun, Santxaeademica”. Sabemor que, en este dtimo sentido, Nietzsche y Schopenhauer identifaron a I flosofa uni- versitaria de sus das como una no-flosofia, es decir;como lo peor. Los profesores de flosofia universicarios serfan eras “eneiclopedias ambulances”, "comerciantes extedré- ticos sometidos alos inereses del Estado”, etcéters. Pero ia flosofia en Nietzsche y Schopenhaver nunca deja de ser savante,“culta” © “erudita”.Al menos, dialoga todo el tiempo on la tradicin, Una de las cuestiones ahora, seria saber (© 2postar) fi es posible realizar este didlogo en conjuntot més numerosos y signiieativos de ejercicios autoddacras, on una incensidad y efectos més relevantes atin de los que fe pueden predecir a partir de la academia, quitandole ts xclusvidad del soporte ofrecido por una serie de activi dades:la enseftanza sistemdtia, ls evalaciones, la produc- ion de Investigaciones de largo alcance, minucios plural péblica, libre y tutelada, al mismo tiempo, etcéters. Para Branzar, seria precio, inicialmence, esborar una casfca- clon a partir de fa caracteriscicas centrales de las prict- cat exara-académicas Sus intenciones, efectos y dingmicas ne ton lar mismas en todor lor lugares, no son indepen- Giences de quien le observa, las dicey las hace. Es asi que, bor ejemplo, desde que estas novedades legaron al Basil ‘oe que extudiamos y erabajamor en lr universidades e=- cuchamos comentarios excépticos 0 incluso jocosos sobre ¢! tema. En especial, la idea de una filosofia clinica es, habi- Saimente, ridiclizada de inmediato por lor profesores que se avreven a decir al respecto, Pero cuando ae dice: “te2o no ¢= ni puede ser filosofia en cualquier sentido s6- “io cel cérminc' se estd diciendo,en otras palabras. que Ia soaricion de précticas floséficas extra-scadémicas involi- cra tlempre una discusion entre las diferentes concepclo- ner robre Ia filosofia.En estos casos, como es habitual, tos que te daponen a hablar se apuran a desautorizar ca- les prdcticas es porque de ninguna manera quieren ver dis- cutidas sus propias perspectivas flosdficas, aunque, even- cualmente, aprecien un modelo més © menos popperiano de racionalidad, Si taneo se apuran es tambien, porque problematizan el hecho de que se colocan en el lugar de la Sutoridad, y precisamente en una siwacién que niega el fentido de un tal gest filosofia extra-academica se ha- eo, en principio, sin fa bendicion de la academia. Por fo taneo, si desde fa academia idenciicamos en las pricticas floséficas no académicas algo Importance a ser pensado y.tal ver, experimentado, aumimos que no tiene fondo ducurrir sobre dichas prictcas comme ai uiviése- mos el privlgio de comprenderlas mejor que aquellos {que inviercen sus energias en ella. No es que es0 nos im- Dida un abordaje “critica”, sino que es necezario acarar en ombre de quién se realiza: obviamente que no es en nom- bre de una florofia mas auténcia. www.neveduccom Vida y emancipacién icra! jBxtral A comienzos de la década de 1980,y, de un modo mds significative, a mediados de los afios 90, la flosofia comienza a ganar las calles, los cafés, los teatros, los estantes de los bestsellers, los consultorios, las aulas escolares, etcéte- ra! Las pricticas floséficas que transcurren fuera de la uni. ‘versidad son “extras” también en este sentido de algo que un dia llegé a ser un acontecimiento extraordinario, a pesar de ‘que actualmente ya se trate de una noticia triads. Hoy esas pricticas parecen algo muy comdn, alejadas de las grandes Promesas que despertaban y que, eventualmente, ain des- plertan. Una prictica filoséfica puede ser extra-académica el como un café puede ser extrofuerte, de buena calidad, que propicia una intensificacién del pensamiento académico. Pero parece que nadie quiso ocuparse de esto, dejando que tales pricticas se cristalizaran en iniciativas privadas, més © menos lucrativas. Durante todo este tiempo, a reflexién sobre su ex- ‘tension y significado no obauvo una proyeccién expresiva* Los cafés filoséficos, por ejemplo, surgieron como una propuesta inquietante. En un ambiente “pablico”, al que cualquiera puede acceder por el precio de un café, como ‘mucho, las personas tienen la oportunidad de debatirfilo- séficomente sobre un tema que elias consideran importan- te, 0 bien para pensar. Decir que tienen la oportunidad no es lo mismo que decir que deban hacerlo: no hace falta ser filésofo 0 considerarse un poco filésofo para estar alll; nadie ‘esti obligado a hablar. Nada impide que se llegue a la con- clusién de que la filosofia se hace, necesariamente, con la ayuda de algun “profesional”-Y de hecho, se sabe que la ma- yoria de lot cafés filos6ficos estin conducidos por “fléso- fos profesionales”. Mis adn, la mayoria de los cafés flos6ft- cos realizados en Brasil, predominantemente en San Pablo, tlenen como modelo a la vieja cétedra académica sobre asuntos previamente elegidos por sus organizadores. En ‘otras palabras, de los cafés filoséficos aparentemente solo portamos el nombre. {No seré que es inevitable que la filosofia sea,"en dltima instancia", una actividad académica? En un ripido e incisive comentario sobre esta cuestién, Jacques Ranciére ideneificé una oposicién incémoda en el Imaginario respecto de este sibico movimiento de popula rizacién de la filorofia; una oposicién compuesta por la ada que mira al cielo y aquella que mira a la tierra, ambas siempre presentes en las “imagenes filoséficas” (sefialadas cen el fresco de Rafael). En este sentido, "la” flosoffa,en Ia tradicién de los grandes fildsofos convocados a los cafés para ayudar a la vida a entenderse, mantiene frecuente- ‘mente una cierta identificacién entre la reflexion y la supe- racién de los propios limites de la vida cotidiana. Podemos leer a Schopenhauer para aprender a relativi- zar nuestros males de amor. Pero Schopenhauer pide otra ‘cosa: que nos substraigamos de la visién del mundo donde fesos males ocurren, que aprendamos a no querer més, a tornarnos espectadores (Ranciére, 2002). Es decir que lo que esti en discusién es el propésito mismo en nombre del cual se convoca Ia filosofia al coti- diano. Sin una reflexién previa I filosofia corre el riesgo nnada trivial de transformarse en una mera distraccién de lo cotidiano, mds alld de las buenas o las malas intenciones.’ NOVEDADES EDUCATIVAS = Nt 169+ Enero 2005 [51 orto tanto, ra no ot solamente una cuestiénrelatia a las formas alernativas de evar adelance cualquier pro- puesta de “flosofa en las cals” No depend dristcn- mente de una concapciin acerea de lo que es la fos Sino que, al conerari, express una eenaion recurrence en tos discursosflosafcos, ance i cual eodo ineeneo Ge ref. ibn flosSfen “sobre lon grandes vem tradicci6n en los eérminos~ termina fracasando cuando no fexpone esta tensién desde el inicio. Se trata, por lo tanto, de una cuestion que clertas concepciones especificas de la filosofia, ncluso, pueden considerar come menor. pero que no se puede ignorar Es evidente, por otro lado, que una prictica filoséfica ex travacadémica puede constituirse legitimamente a partir de tal cuestién, y que esta prictica puede siempre dejar ex: puestas las heridas del propio pensamiento en Ia dispersién de lo real: puede no querer disimular sus proplas difculea- des al pensarse como extro-académica y, al mismo tiempo, como desconfiada de la charlataneria de lo cotidiano, de los “segin mi opinién” del diversionismo. Pero éste no parece hhaber sido el caso en gran parce de las inicativas que mar- ‘cron esta sibita popularidad de la fllosofia, cuya “mision” fue siempre y explicitamente la de servir como soporte aunque sin seguridad nil garantia alguna para que el indivi- ‘duo que quisiese o fuese capaz de hacerlo pudiese enfren- ‘ar mejor los problemas de la vida. Se trata de una bella ‘en el fondo, antigua idea del potencial esclorecedor e teropéi- co de la flosofia, que al fin y al cabo podemos evaluar co- ‘mo mas luerativa para sus propleladores y menos efectiva para el desarrollo de la flotofia entre los “no-fidsofor la medida en que,por lo menos. el potencial esclarecedor de la flosoffa poco puede hacer a menos que tombién sea colec- ‘vo y emancipader. Es imposible pensar el ezclarecimiento fuera de los marcos de la emancipacién, de la conseruccién colectiva, salvo en sus movimientos de inversién y regresion. Por lo tanto, la cuestion es la siguiente: qué podemos espe- rar de todas estas iniciativas que se dan a sf mismas el nom bre de filosofia (cafés, novelas, consultas, etc), en términos del fortalecimienta del individu hacia movimientos colecti- vyos de emancipaciént A juzgar por el material disponible, na- da.Tal ver el “mérito” de la cliniea floséfica consista en ad- mitir sin pudores, cuando esti dispuesta a hacerlo, que re- ‘nuncia a la dimensién emancipadora, reduciendo radical- mente a la filosofia a su dimensién eerapéuties. Las pricticas y el enriquecimiento de la teoria La critica que coménmente se le hace a la reclusién de la flosofia detras de “los friot muros de Ia universidad”, res- ‘gvardada en una""torre de marfil”, etc, se basa en una salu- dable reaccién a las dindmicas (o inercias) bastante selecti- ‘vas, competiivas y castradoras de la vida académica. La f- losofia debe poder ser algo més que “solamence” un discur- so rumiado en las aulas, articulos, libros y congresos: por més interesanter e importantes que puedan resultar esta pricticas académieas. Sin embargo, no es preciso defender luna oposicién esquemitica encre vida y universidad para in- vertir en este mds que, en principio, Ia flozofia puede dar. 2 NOVEDADES EDUCATIVAS - N* 169 - Enero 2005 Por lo menos es necesario admitir que en un café no cabe todo y cualquier mundo posible; que es imposible que no fexista alli una regularidad, una “dindmiea” cualquiera que ella sea, y que siempre va a depender de quien la lleva a ca bo; que el editor Impondré, eventualmente, a tapa del libro: fen fin, como otro cualquier emprendimiento regular més © menos colectivo, mis © menos comercial, ex necasario ins louie reglas, Instiuucionalizar, idlar con instieuciones: por fo, las pricticas extra-académicas acaban no siendo exe aparente mundo donde "todo ser creado de Ia nada”, tan- {Gr veces anunciado por el discurso sobre Ia filorofia libera- da de los limites institucionales universicarios. Los “flésofos pricticos” crean sus asociaciones, sus disidencias, reallzan Sus congresos y habitan en las universidades. Por lo tanto hhabria que profundizar en la lectura sincomatica de ese ho- ror a los “muros frios” de la universidad. Para los fildsofos que consideran que las pricticas extra- académicas son s6lo una moda, un soporte ocasional pars la formacion de personas interesadas en la flosofia, una ex- periencia tedricamente inofensiva, este horror a la acade- ‘mia revela, sin embargo, una cierta ingenuidad. Para los mas aferrados a los criterios académicos, se trata de populis- ‘mo, proselitismo, incompetencia, demagogia. Pero, si trara- mos de evitar esas categorias conspirativas, debemos no- tar que el llamado a una filosofia “mds verdadera”, que i= era radicalmente de los constrefimientos del “academi- clsmo”, etc. lleva agua para el molino de la creciente inicia- ‘iva para la liquidacién de las universidades como el espa- clo ezencial para la construccién de taberes y para la crea

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