Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Esta es la función más alta que los creyentes pueden cumplir en la tierra y la única
que continuará en el cielo.
Adorar “en espíritu”, servir a Dios “en espíritu” (Filipenses 3:3), ya no es, como
lo fue en el Antiguo Testamento, un culto material con sus ceremonias, sacrificios,
ritos y música de instrumentos. Ahora se expresa con cánticos espirituales, con
oraciones de adoración, es decir, el fruto de labios de los creyentes que confiesan su
nombre (Hebreos 13:15).
Según la guía del Espíritu Santo, el culto se dirigirá al Padre o al Hijo, no solamente
por habernos salvado y preparado para la gloria, sino sobre todo para hablar al
Padre de las perfecciones y de la obra de su Hijo, así como para recordar el amor
del Hijo hasta la muerte, el único que nos ha permitido acercarnos a Dios como
adoradores.