Ex libris
Josep Fontana
Wilhelm Reich
Psicologia de masas
del fascismo
UNIVERSITAT POMPEU FABRA
Oi HNN
1001282754
editorial ayusoCapitulo 1
La ideologia de la familia
en la psicologia de masas del fascismo
1, Fiihrer y estructura de masas
Si la historia del proceso social dejara a los historia-
dores burgueses el tiempo de entregarse a consideracione
sobre el pasado de Alemania desde hace algunos decenios,
verian seguramente en el triunfo de Hitler durante el
periodo 1928-33 la prueba de que son los grandes hom-
bres los que hacen la historia, inflamando a las masas
con «sus ideas». De hecho, uno de los caracteres funda-
mentales de la propaganda nacional-socialista es el
edificarse sobre la base de esta ideologia del fiihrer.
Dado que no conocen el mecanismo de su éxito, los
propagandistas nazis no pueden comprender el sustrato
histérico de su propio movimiento. Cae por tanto dentro
de toda légica que el nazi Wilhelm Stapel haya escrito
en su época en Cristiandad y Nacional-socialismo (Chris-
tentum und Nationalsozialismus, Hanseatische Verlag-
lagsanstalt): «Al ser el movimiento nacional-socialista
un movimiento elemental, no se le puede abordar con
ayuda de ‘argumentos’. Los argumentos sélo podrian
ser efectivos si el movimiento se hubiese desarrollado
con la ayuda de éstos.» Conforme a esta caracterizacién,
los discursos en los mitines nazis se distinguen a un nivel
concreto por las muy habiles medidas para manipular
los sentimientos de los individuos masificados, y evitar
en la medida de lo posible el desarrollo de una argu-
LA IDEOLOG{A DE LA FAMILIA 51
mentacién concreta. En Mein Kampf, Hitler pone el
acento repetidas veces en la idea de que la tactica apro-
piada en el plano de la psicologia de masas debe renun-
ciar a cualquier argumentacién y limitarse a exponer
a las masas, continuamente, «el gran objetivo final».
A qué se asemeja el objetivo final después de la toma del
poder, podemos verlo facilmente en el fascismo italiano;
asimismo las recientes érdenes de Géering contra las
organizaciones econémicas de la clase media, el rechazo
de la «segunda revolucién» esperada por sus partidarios,
la no ejecucién de las medidas socialistas prometidas, etc.,
revelan ya la funcién objetiva propia del fascismo.
Hasta qué punto es Hitler ignorante del mecanismo de
su triunfo, nos lo demuestra el punto de vista siguiente:
«Tan sélo esta gran linea, que jamais debe
abandonarse, permite con una insistencia conse-
cuente que debe permanecer siempre la misma,
aproximarse al objetivo final. Entonces podra
comprobarse con asombro a qué inmensos resul-
tados, apenas comprensibles, conduce tal perse-
verancia.» (Mein Kampf).
No puede explicarse en :ningin caso el triunfo de
Hitler por su papel objetivo en la historia del capita
lismo, ya que si ese papel hubicra constituido el contenido
inmediato de la propaganda, hubiera tenido como resul-
tado el contrario de aquel en el que se confiaba. La
investigacién sobre los efectos producides por Hitler en
el plano de la psicologia de masas debe partir de la hipé-
tesis de que un dirigente (Fiihrer) 0 simplemente el
representante de una idea no puede obtener un triunfo
(si no en un periodo histérico prolongado, por lo menos
en un periodo limitade) mas que si sus posturas perso-
nales, su ideologia o su programa tienen resonancia en
una amplia capa de individuos masificados. Aparece
entonces una mds amplia cuestién: jde qué situacion52 WILHELM REICH
histérica _y-seeiolégica Pxovienen estas estructuras de
masas? De este modo la problematica de la psicologia
de masas se desplaza de la metafisica a la realidad de la
vida social. Unicamente cuando la estructura de la perso-
nalidad de un «Fiihrer» corresponde a las estructuras
de los individuos de masas en grandes estratos de la
poblacién aquél puede hacer historia. Y el problema de
saber si hace historia de una manera definitiva o tan s6lo
provisional depende exclusivamente de que su programa
vaya en la direccién del proceso social o en sentido
contrario. Por esto no es solamente erréneo, sino que
Ileva a la confusién politica el intentar explicar el éxito
de Hitler exclusivamente por la demagogia de los nacional-
socialistas, por el