Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
6.4.5. Comente los términos pedasos, sinquenta, pezaron, cossas asufre, paso, haçer,
aderessar, vasallo.
Introducción
Pedasos: la [s] y la [z] diferenciaban muy pocos pares mínimos y además se añadía la
grafía de [ts], que todavía diferenciaban menos pares mínimos. Con este hecho, añadido
al progresivo ensordecimiento de las sibilantes en las variedades septentrionales, las
confusiones de grafía eran múltiples. El resultado moderno de este vocablo es pedazo
[peda0o]. En la época del texto la pronunciación debía ser con la grafía ç: pedaços [ts].
Pezaron: 1140 del latín pensare. El conjunto consonántico latín <-ns-> dará en
castellano [z]. Entonces se pronunciaba [pezaron]. La graía <z> representaba el fonema
[dz], no obstante con la desafricación que afectaba a los sonidos africados de esta época
se confundía el fricativo dental con el fricativo alveolar [z]. Debemos recordar que el
ensordecimiento de las sibilantes también afectaba al sistema fonológico del castellano
y, es por esto que hoy nos llega [s]: [pesaron].
Cossas: esta grafía es producto del ensordecimiento que sufrían las sibilantes. La
confusión gráfica era una consecuencia inevitable si atendemos a la variedad de grafías
que confluían para sonidos tan parecidos (que ya no se diferenciaban fonológicamente).
La pronunciación antigua era con una <-s-> intervocálica que era sonora [z]; en catalán
sigue siendo sonora: [´kaza]. En francés también lo es: [{oz]. La ley 112 de C. Lleal en
el español moderno, desde el s. XV, es la de la pérdida de sonoridad.
FILOLOGÍA HISPÁNICA Juan Gutiérrez Cuadrado
HISTORIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA II Trabajo sobre correspondencia
Paso: <<el “aviso, buque de guerra ligero” (pataxe) pasó>>. En este caso, la fricativa es
sorda no sonora como muestra su grafia que hubiera representado [z]. Esto confirma
que en 1587 la confusión entre [s] y [z] era un hecho. Sólo observar el catalán nos
permite constatar que del mismo modo en este verbo la fricativa es sorda: passar. En
1335 paso ya era acción de pasar. Deriva la semántica léxica desde el latín pandere a
passus. Como apreciamos también era sorda la fricativa. En francés, que conserva
distinción fonológica entre [s] y [z], como el catalán, en posición de ataque silábico se
escribe: passer. Es evidente, pues, que se trata de confusión en la grafía debido al
ensordecimiento del par sonoro de las sibilantes.
Haçer: en realidad la grafía ç era representación del sonido [ts]. En otras ocasiones
hemos encontrado la escritura de hazer. Esta vacilación entre [ts] y [dz] es sin duda
consecuencia del ensordecimiento que se estaba produciendo en toda Castilla. Se debía
a que el habla dialectal tomado como vulgar en épocas pasadas del habla de Burgos,
más innovador y que ensordecía las sibilantes, se empezaba a imponer. Con la
desafricación que de igual modo sucede se confluye en la [s] dental que dará lugar a la
[0] de hoy. La [h] inicial ya no se aspira en Castilla. Se recupera la grafía en los lugares
que se había perdido. En los casos que se conserva [f] inicial se mantiene, sobre todo,
lengua culta. Muchas otras se han perdido, fuere [f] o [h]. En este caso la [f] inicial del
latín fere pasó a ser aspirada y ahora ya no se pronuncia en la mayor parte de Castilla.
Vasallo: de nuevo se confunde la grafía de [z] con la que aquí correspondería de –ss-
del fonema, que ya no lo es tanto, de [s]. En catalán se mantiene la escritura con vassall;
vassallatge. Proviene del celta *vassallos, derivado de vassos (servir). La pronunciación
nunca fue la de [baza o] sino la de [basa o]. Como es habitual en la época la conusión
de las grafías es notable. Se mezclan las grafías de los segmentos sonoros y las de los
FILOLOGÍA HISPÁNICA Juan Gutiérrez Cuadrado
HISTORIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA II Trabajo sobre correspondencia
sordos (ya no tenían apenas carácter distintio). Recordemos que –s- intervocálica en la
época alfonsí era un fonema sonoro [z]. Ahora y aquí se trata de uno sordo [s] pese al
error tipográfico.
Veynte: deriva del latín viginti. En esta época, en cuando el segmento vocálico anterior
cerrado [i], se escribía indistintamente <i,j,y>. En cuanto tenía valor consonántico la
utilización variaba entre y o entre i,j. Podía referirse al fonema de [y] como el caso de
[yente]. La alternancia gráfica dependía de los escribas y de los tipos de letras.
Horquetas: del latín furca (horca). En catalán dará forca. En castellano la f- inicial se
aspiró y la grafía pasó a ser la <h>. Posteriormente la <h> deja de aspirarse y pasa a ser
muda.
Fuerça: del latín fortis para fuerte; pero “fuerza” proviene del vocablo del latín vulgar
de fortia del s. III. En romance diptongará y el grupo consonántico dará como resultado
[ts] escrito con ç. La f- inicial se ha mantenido. En algunas variantes sí que se había
aspirado y dio como resultado [hwertsa]. Se atestigua con f- inicial desde 1115 en
romance.
Ynbia: del latín tardío inuiare. Aparece “enviar” ya en 1140. La confusión ente [b]
oclusiva y fricativa es evidente. Por el betacismo del hablante castellano (proceso
temprano en el romance; ley 12 de C. Lleal). Este vocablo tenía la raíz de uia que sufrió
la anteriorización del wau como en todos sus derivados. Así esta –b- es consecuencia de
la confusión gráfica que existia a raíz de la confusión fonológica entre la fricación y
oclusión que en la época ya símplemente aparecía en contextos complementarios y no
ya concurrentes para ser productivas en la distinción de significados. La y- inicial es una
confusión provocada por las vacilaciones de timbre entre vocales átonas. Aquí se
confunden e- e y- que se representaba con esta grafía a causa de que, señalado arriba, el
segmento vocálico anterior cerrado se representaba con tres grafías distintas.