Enrique Oizumi, S.J.
- Fe y Alegria
Educación para la
transformación
Aunque suene redundante repetirlo, es con
fe y alegría que Enrique Oizumi ha dedicado
su vida a iluminar la de muchos niños. Sus
palabras reflexivas, llenas de esperanza
expresan la felicidad de sus logros, de sus
retos y de nuevos desafíos.
La trayectoria de Enrique es larga. Como
él mismo dice, riendo: “63 años es mucha
historia”. Es paceño; empezó su formación
como religioso en Cochabamba, luego
estudió letras en Perú, filosofía en Ecuador,
teología en España e hizo varios postgrados
en diversas partes del mundo. Ha
desempeñado diferentes cargos en la
administración de colegios, hoy Coordinador
de Educación de la Compañía de Jesús en
todo el Cono Sur, lleva adelante el
funcionamiento de 50 colegios de esta
región y, además, la formación a directores
de establecimientos y a pastoralistas.
Enrique se incorporó a Fe y Alegría al
celebrarse los 30 años de la institución en
1996. La primera lucha que tuvo que librar
en su nuevo puesto fue conseguir
financiamiento y solucionar varias
debilidades estructurales de la institución.
Enrique inició un proceso de fortalecimiento
institucional, respaldado por AVINA, lo que
“permitió que Fe y Alegría sea lo que es
hoy. Sin Avina, no pudiera haber logrado el
reconocimiento nacional e internacional, la
posición, la capacidad de propuesta, de
diálogo con financieras, control del sector
económico y transparencia. AVINA le dio el
arranque.”
Pero ¿qué es Fe y Alegría? El objetivo de
Fe y Alegría no es la educación en sí misma,
sino “la educación para la transformación
social”. En otras instituciones el enfoque es
cultivar las capacidades y los valores de
una persona, pero en Fe y Alegría, la
educación es un medio que, al cultivar a
personas con capacidades, pretende incidir
en la construcción de un nuevo modelo de
país, de una nueva Bolivia.
La red de colegios consta de 439 unidades
educativas que atienden a 160.000 alumnos,
además de más de 30 unidades de
educación técnica alternativa, 30 institutos
técnicos superiores y 5 escuelas de
educación especial. En el ámbito no formal,
la Compañía trabaja con padres de familia,
hace trabajo de formación de educadores,
trabajo pastoral con distintas poblaciones
y educación por la radio. Mientras que lo
formal está plasmado en las estadísticas,
lo informal es mucho más amplio pero
difícilmente cuantificable con números.
...en Fe y Alegría, la educación es un medio
Fe y Alegría intenta captar que, al cultivar a personas con capacidades,
financiamiento para crear valor
pretende incidir en la construcción de un
agregado a la gestión de los colegios.
nuevo modelo de país, de una nueva Bolivia.
Por ejemplo, un valor agregado de
estos colegios son las aulas de apoyo.
Cuando los niños tienen problemas con
alguna materia, se trabaja con ellos
individualmente en un aula de apoyo. En el
área rural, en las Yachay Wasi (“casas de
estudio”, en quechua) se ayuda a los
estudiantes, fuera del horario normal, en
aulas donde hacen sus tareas con la ayuda
de un profesor. Se ha observado un mejor
rendimiento académico de los alumnos de
las Yachay Wasis al comparar las notas de
éstos con otros estudiantes del área rural.
Otros logros en el ámbito rural han sido el
manejo de fondos destinados a la
alimentación y la creación de una cultura
de alimentación equilibrada. Fe y Alegría
tiene un presupuesto muy bajo para la
alimentación, un dólar por alumno. ¿Cómo
sacarle el jugo a este dólar? La solución:
los niños trabajan en la tarde en una huerta
donde cultivan vegetales. Así, hacen
ejercicio físico, aprovechan los frutos de su
labor y tienen una dieta más balanceada.
Este programa de alimentación ha incidido
en un mejor desarrollo físico de los niños
comparado con el de otros niños de la zona.
Los colegios Fe y Alegría promueven la
conciencia del valor de la cultura nativa en
los chicos y los incentivan a crear vínculos
con su entorno. Por ejemplo, ahora los
alumnos indígenas no tienen vergüenza de
hablar su lengua nativa. Ese es un logro
real. El éxito personal de los chicos también
tiene impacto en las familias y comunidades
de los alumnos. A través del éxito de los
niños, la comunidad se da cuenta de su
valor y fortalece su capacidad de salir
adelante.
Un caso concreto de éxito es el de un
estudiante, el mejor alumno de una Yachay
Wasi, huérfano desde los cuatro años, que
acaba de ganar una beca universitaria para
estudiar medicina en Venezuela. Otro
alumno, Sergio, ingresó a la Universidad
en Chuquisaca, y ha sido el mejor alumno
del año en la facultad de derecho. Él iba a
dejar sus estudios porque no podía pagarlos,
pero se logró conseguir una beca de $50
por mes para que pudiera continuar sus
estudios. Ahora él sigue con sus estudios
de derecho agrícola, inglés e informática.
La experiencia de Enrique lo faculta para
diagnosticar el estado de la educación en
1
Bolivia, un diagnóstico que resulta, presentar un proyecto de educación especial
desgraciadamente, lamentable. Hay muchos dentro de un par de años. Su sueño de
aspectos que afectan negativamente el nivel “jubilación dorada” es tener un trabajo
de la educación escolar boliviana. flexible que le permita escribir, pintar y orar,
Primeramente, “la educación nunca ha sido pero que sea significativo para Bolivia.
política del Estado sino política del gobierno”,
lo que significa que nunca ha habido un
proyecto educativo que se extienda de un
gobierno a otro. Todos comienzan a
desarrollarse, pero se truncan con el cambio
de gobierno, y eso pasa por la “mezquinidad
funcionaria del Ministerio de Educación”,
donde la educación está hipotecada
políticamente. Por otra parte, el magisterio
está tradicionalmente en oposición
sistemática a cualquier gobernante. Los
bajos salarios y la falta de vocación, entre
otras causas, producen a un maestro más
dispuesto a hacer huelga que a educar.
Otro factor negativo es la actitud de los
padres, quienes en muchos casos ven el
colegio como depósito de los niños, donde
el nivel de la educación no importa con tal
de que su hijo salga bachiller. Frente a esta
realidad, Fe y Alegría pone énfasis en la
calidad de educación que ofrece.

Enrique lleva once años en la institución y

ya le toca cambiar de puesto. Va a hacerlo
en unos tres años, cuando se defina qué
rumbo va a tomar la educación en Bolivia.
Su intención es preparar a Fe y Alegría para
este cambio. En este momento, su gran
preocupación es dejar la institución en las
mejores condiciones posibles, lo que implica
consolidarla administrativa y
económicamente, de modo que profesores
y alumnos puedan enfrentar el cambio que
se viene.

Enrique quiere prepararse para los nuevos

desafíos que le tocarán después de dejar
su presente puesto. Le gustaría continuar
trabajando en Fe y Alegría, pero esta vez
en el área de educación especial para niños
discapacitados. En Bolivia este es un campo
muy desatendido. Enrique calcula que se
puede ayudar a unos 50 u 80 niños en el
área de La Paz, niños doblemente
afectados, porque son pobres y disca-
pacitados. Enrique se está preparando para
esta tarea, informándose y formándose para