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DE AGOSTO DE 1809
El 10 de agosto de 1.809 irremediablemente es un hecho histrico de gran trascendencia ms all de la fragilidad y la inoperancia reinante en aquel momento entre sus miembros, incluso va ms all de las perspectivas romnticas que algunos autores le imprimieron al movimiento intentando dar un icono capaz de fomentar la unin de este pas tan pequeo pero tan dividido, lo cierto es que la intencin de los prceres criollos de aquel entonces pretenda la instauracin de un proyecto poltico-econmico tendiente a restablecer la importancia de la Real Audiencia de Quito y en el que el ejercicio del poder dentro de un territorio determinado fuese pleno sin la intervencin de otros estamentos administrativos que de una forma u otra intervenan en sus competencias. A modo de corolario de esta parte del texto la pretensin de aquellos patriotas fue la de tomar el poder en un momento de confusin en la metrpoli espaola, para de esta manera resolver sus necesidades y dejar en claro las verdaderas jurisdicciones sobre los territorios que pertenecan a la Real Audiencia que por intereses de otras administraciones como los Virreynatos de Lima y Per no se hallaban bajo su direccin. El problema fue, tal y como lo seala el Dr. Enrique Ayala Mora en su obra Nueva Historia del Ecuador: lo que no alcanzaron a ver claramente los prceres quiteos es que las dems provincias de la Presidencia se opondran a sus intentos, que por los mismo no tenan posibilidades de xito, y que pese a todas su proclamas conservadoras, por otra parte tan sinceras, su actitud era revolucionaria y no poda ser aceptada por ningn virrey o representante local del poder espaol. Lo que queran los quiteos de 1.809, visto desde una perspectiva imperial, era tomar el poder en sus manos, ejercerlo irrestrictamente en un territorio muy amplio y utilizarlo para efectuar transformaciones de importancia en el orden econmico y poltico. Eso, si es que en s mismo no era ya la independencia de todo poder imperial, llevaba irremisiblemente hacia ella y deba ser arrancado de cuajo. En otras palabras, los insurgentes del 10 de Agosto, aunque no lo hayan pretendido directamente, haban encendido una llama que no se apagara sino con la independencia de su patria y de toda Hispanoamrica.