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Coordinación de Activismo

COMUNICADO DE PRENSA

20 de enero de 2009

República Democrática del Congo: Los gobiernos que lancen ofensivas


contra grupos armados deben evitar bajas civiles

Amnistía Internacional ha pedido hoy, 20 de enero, a los gobiernos de la


República Democrática del Congo, Uganda y Ruanda, cuyas fuerzas están
llevando a cabo ofensivas militares dentro de la República Democrática del
Congo contra el Ejército de Resistencia del Señor y las Fuerzas Democráticas
de Liberación de Ruanda, que respeten escrupulosamente el derecho
internacional humanitario y de los derechos humanos durante las operaciones
militares.

La organización ha pedido asimismo a los grupos armados Ejército de


Resistencia del Señor y Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda que
detengan de inmediato los ataques contra civiles y respeten el derecho
internacional humanitario.

“Cuando son atacados, tanto el Ejército de Resistencia del Señor como las
Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda tienen una táctica establecida
de someter a la población civil a abusos deliberados y atroces contra los
derechos humanos”, ha manifestado Andrew Philip, investigador de Amnistía
Internacional sobre la República Democrática del Congo. “Las represalias
sistemáticas de ambos grupos armados son totalmente predecibles, y deben
ser contrarrestadas de forma efectiva.”

Amnistía Internacional ha pedido a los tres gobiernos que elaboren planes


claros para prevenir los ataques de represalia contra la población civil por parte
de las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda y el Ejército de
Resistencia del Señor, y que garanticen que los civiles no pagan el precio de
estas ofensivas militares. Los gobiernos deben tomar todas las precauciones
posibles durante la planificación de las operaciones militares y en el transcurso
de los ataques, con el fin de evitar bajas civiles.

“Muchas decenas de miles de civiles congoleses se encuentran atrapados en


estas amplias ofensivas gubernamentales. El Ejército de Resistencia del Señor
y las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda también tienen entre
ellos a miles de civiles: tanto familiares como adultos y niños secuestrados. Las
fuerzas gubernamentales deben distinguir cuidadosamente en todo momento
entre civiles y combatientes.”

La fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU en la República Democrática


del Congo (MONUC) también debe estar lista para intervenir con el fin de
proteger a la población civil, y debe asumir la responsabilidad especial de
escoltar a las personas que huyen de las zonas de conflicto a lugares seguros,
según ha manifestado Amnistía Internacional. “Las nuevas resoluciones 1856 y

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1857 del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la República Democrática del


Congo subrayan que la protección de la población tiene una prioridad absoluta
en todas las operaciones de la MONUC. La situación actual es una prueba
importante de la aplicación que la MONUC hace de estas resoluciones en la
práctica”, ha manifestado Andrew Philip.

Información complementaria
Por invitación del gobierno de la República Democrática del Congo, 2.000
soldados ruandeses, según los informes, han cruzado hoy la frontera y han
entrado en la provincia de Kivu Septentrional, en el este de la República
Democrática del Congo, para unirse a las unidades del ejército congolés en
operaciones para desmantelar las Fuerzas Democráticas de Liberación de
Ruanda. Las operaciones militares anteriores contra este grupo armado fueron
infructuosas, y las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda
respondieron a ellas con represalias sistemáticas contra los civiles y obligando
a grandes grupos de población a desplazarse a otros lugares.

Las tropas de Uganda, por su parte, se unieron a mediados de diciembre de


2008 a las fuerzas gubernamentales congolesas en una ofensiva contra
combatientes del Ejército de Resistencia del Señor en el territorio de Haut-Uélé,
en el noreste de la República Democrática del Congo. Según los informes, al
menos 500 civiles han muerto, muchos centenares –incluidos niños– han sido
secuestrados, y decenas de pueblos han sido saqueados y quemados en las
represalias del Ejército de Resistencia del Señor. Se cree que
aproximadamente 100.000 personas han tenido que desplazarse a causa de la
violencia.

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