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Paraiso mendocino……..

Algunas imágenes del Parque Provincial Aconcagua

Foto:Agustina Barros Cerro Aconcagua. Pared


Oeste

Cerro Aconcagua.
Glaciar Pared Sur Autor: Caethantera Pulvinata.
Pablo Betancourt Autor: Agustina Barros.

Tambo Incaico.
Guanacos. Qº de Vacas. Campamento
Confluencia. Foto: Pablo
Berlanga

Vista desde Piedras Montañistas. Ascenso


Blancas. Ruta Normal. por Qda. de Vacas.

¿Por qué lo protegemos?

Con el fin de conservar los valores naturales y culturales de la zona, Aconcagua fue declarado Parque Provincial
en 1.983 con 71.000 hectáreas. La importancia de este Parque reviste en que se encuentra emplazado en el
imponente marco de Los Andes Centrales albergando en su interior invaluables riquezas patrimoniales.

El área protegida posee uno de los recursos naturales más valiosos del planeta, el agua dulce, la cual se encuentra
contenida en los glaciares y cabeceras de cuencas. Otro valor de vital importancia es la diversidad animal y
vegetal que alberga, ejemplo de esto son las vegas que por su variedad y productividad son una de las bases
fundamentales del sostenimiento de la cadena trófica altoandina. Sin dudas, el Cerro Aconcagua (6962m) que da
nombre a la reserva, es la principal atracción siendo la montaña más alta del Hemisferio Occidental.

Aconcagua alberga importantes hallazgos arqueológicos que ayudaron a trazar un tramo del camino Qhapaq Ñan
, mejor conocido como Camino del Inca, el cual se extiende desde Colombia hasta Argentina y Chile,
atravesando siete provincias argentinas, siendo su límite más austral de distribución la provincia de Mendoza.
Generalidades

El Parque Provincial Aconcagua cuenta con cumbres que superan los 5000m elevándose de forma imponente
hacia el cielo abierto, hasta alcanzar su máxima expresión en la cumbre Norte del Cerro Aconcagua (6962m).
Esta particularidad atrae la atención de montañistas y caminantes de los más diversos lugares del mundo ya que
es la montaña más alta del Hemisferio Occidental.

Ubicado entre los 60º 50´ Long. Oeste y 32º 39' Lat. Sur, se encuentra a una distancia de 180km de la Ciudad de
Mendoza. Con sus más de 4000m de desnivel, el Parque posee dos accesos para iniciar el ascenso al “Centinela
de Piedra”, a los 2450m en la Quebrada de Vacas y a los 2800m en la Quebrada de Horcones.

La palabra “Aconcagua”, como la mayoría de la toponimia indígena, ha generado polémicas en cuanto a su


significado en español. La concepción más reconocida proviene de la lengua Quechua ( Akon – Kahuak) que
significa “Centinela de Piedra”, sin embargo, en la lengua Aymara los vocablos Kon – Kawa podrían ser
traducidos como “Monte Nevado”.

¿Cómo es el parque?

Sus particularidades ambientales hacen que el lugar sea frío y seco durante todo el año con temperaturas que
oscilan entre los -2º por la noche a 30º durante el día en verano y -15º por la noche a 10º durante el día en
invierno a los 2800m; inversamente, a medida que se asciende en altitud, la temperatura comienza a disminuir. El
área suele ser ventosa y en ocasiones soporta violentas ráfagas que superan los 200km/h.

Los recursos hídricos del Parque incluyen numerosos glaciares que abarcan una extensión aproximada de 32km 2
, entre los que se encuentran los Ventisqueros Güssfeldt, Horcones Inferior y Superior, las Vacas y Glaciar de los
Polacos.

Los deshielos de estos gigantes helados vierten sus aguas en los Ríos Horcones Superior e Inferior, por la
Quebrada de Horcones, y en el Río Vacas por la Quebrada del mismo nombre. En menor medida, el área recibe
también el aporte de agua en forma de precipitaciones principalmente níveas, que alcanzan una media anual entre
400-600mm. La región del Aconcagua forma parte de la Cuenca Alta del Río Mendoza, la cual abastece de agua
para riego y consumo humano a una población superior a 1.000.000 de habitantes.

La Cordillera de los Andes, producto de la interacción de las placas de Nazca y Sudamericana, se levantó hace
aproximadamente 25 millones de años dando lugar a notables resaltos en el relieve , que quedan claramente
expresados en la elevación exuberante del Cerro más alto del Continente Americano, lo que se denomina faja
corrida y plegada. Las caprichosas formas del paisaje en este sector de los Andes Centrales, en forma de “U”, se
deben principalmente al modelado de los cuerpos de hielo (glaciares) que ocuparon posteriormente la mayoría de
los valles mencionados , hasta aproximadamente 15.000 años atrás.

Habitantes de altura

A pesar de sus rigurosas condiciones ambientales, Aconcagua presenta una variedad de vida vegetal y animal
adaptada al clima.

En los meses de verano la vegetación presenta una vistosa floración que sorprende al visitante con diferentes
formas y predominancia cromática del amarillo, la cual es corta debido a las inclemencias climáticas. Para
refugiarse del viento y el frío, así como de la fuerte insolación de verano, algunas plantas tienen un aspecto
achaparrado y de matas con forma de cojín, como la yareta, el cuerno de cabra, donde su mayor volumen se
encuentra enterrado, y la leña amarilla, con alturas que pueden alcanzar alturas hasta los 3m). En la zona
predominan los pastizales abiertos como de huecú y coirones.

Entre las rocas y hasta una altitud de 4.300m pueden encontrarse algunas hierbas perennes como la cola de
quirquincho y la escarapela. En los cursos de agua y vertientes se concentran las vegas y mallines, localmente
conocidos como la “Selva de los Andes Áridos” por tener una gran biodiversidad; en su cobertura vegetal pueden
apreciarse juncos, ciperáceas y diferentes especies de pastos.

Los animales que habitan el Parque Aconcagua presentan diversas estrategias para hacer frente al medio. Los
mamíferos poseen forma redondeada y un pelaje suave y denso que los abriga y protege permitiéndoles adaptarse
a los bruscos cambios de temperatura de este ambiente extremo. Los guanacos, pumas y zorros tienen la
capacidad de desplazarse a regiones más bajas que les resultan favorables en épocas de nevadas. En el caso de los
ratones de montaña y otras especies sedentarias como lagartos, lagartijas y sapos, ahorran energía hibernando y
moviéndose sólo de día ya que no pueden viajar largos trayectos.

Dentro de los reptiles, el sapo andino, endémico de esta cordillera, es de particular interés ya que indica la pureza
del agua. La avifauna del lugar es diversa, avistándose ejemplares de aves muy pequeñas como el picaflor
andino, y otras de mayor envergadura como halcones, matamicos y el emblemático cóndor andino. Las especies
más atrevidas a la presencia humana como los comesebo, camineras, viudita, gauchito y chingolos son
comúnmente vistos en los campamentos bajos del Parque. Las vegas, arroyos y ríos se encuentran pobladas
por aves acuáticas como pato crestón, del torrente y el chorlo de vincha.

Patrimonio Cultural

La región del Aconcagua ha sido transformada ancestralmente por el paso del hombre. Desde los aborígenes,
el ferrocarril, la ruta trasandina, hasta la actual práctica del montañismo; el paisaje natural se ha visto
moldeado por la cultura. Los alrededores del macizo fueron ocupados por distintos grupos sociales.

Los ejércitos del legendario Imperio Inca procedentes del Cuzco, invadieron el sector de la Cordillera Central
, dejando su huella en la zona de Aconcagua, con una extensa red vial: el camino del Inca o Qhapac Ñán. Éste
unía una gran diversidad de parajes y grupos sociales como los de Chile, Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador y
Colombia. En la zona del cerro un grupo de expedicionarios hallo, en el flanco de la actualmente llamada
“Pirámide” del Aconcagua, un fardo funerario de origen incaico, de un niño con ofrendas asociadas (sacrificio
ritual o “capacocha”), indudable evidencia de su paso por el territorio.

Espectáculo visual

El Parque ofrece un paisaje de montañas de inmensas proporciones, con largos y profundos valles que
contienen grandes espacios abiertos y vistas infinitas que se pierden a la distancia. Del mismo modo, también
brinda ríos rápidos y caudalosos marrones o rojizos, y arroyos de aguas blancas espumosas que bajan por las
laderas alimentando pequeñas praderas y humedales de pastos verdes llamados “Vegas”.

Las diferentes formaciones geológicas ofrecen una variedad cromática de rocas grises, pardas, rojizas, blancas
y veteadas. Éstas forman las distintas montañas que flanquean los vastos valles. El cordón montañoso
presenta grandes desniveles entre la base y las distantes y elevadas cumbres.

Al adentrarse en el Parque y superando los 4000m, desaparecen a la vista los arbustos, hierbas y pastos, y
protagoniza la escena el reino de alta montaña en el que dominan las rocas partidas por el congelamiento, los
gigantescos cascajales o acarreos de roca, los glaciares de valle, las inmensas laderas que bajan desde las altas
cimas, las grandes paredes de roca, los ventisqueros colgantes, los campos de nieve con formas de
“Penitentes” y un imponente cielo azul oscuro. Espacios infinitos donde el hombre dimensiona una escala
natural gigantesca en proporción a la pequeñez y fragilidad humana.

Qué esperar del clima en Aconcagua

Las personas que transitan por los valles y montañas del Parque, dan cuenta de la rigurosidad del lugar.
Aconcagua se diferencia de otros cerros y cordilleras del mundo, las que son considerablemente más benignas
para los visitantes al ser de menor altitud y tener mayor humedad y precipitaciones. Por ello es necesario
advertir a aquellos que visitan Aconcagua que deben ser precavidos y respetuosos ante estas dificultades, con
mayor razón si nunca han concurrido a áreas de montaña de gran altitud.

Al llegar al área los visitantes se encuentran inmediatamente expuestos a la fuerte radiación solar, producto de
la diafanidad de un cielo de altura, puro y mayormente despejado. Esta exposición acompañara al visitante
durante toda su estadía. Por su árido clima el aire es sumamente seco y provoca la pérdida de grandes
cantidades de líquido corporal, lo cual, sumado a la permanente radiación de los agresivos rayos ultravioletas,
obliga a tomar las pertinentes medidas de protección como hidratarse continuamente y utilizar un adecuado
protector solar (factor 65).

El aire seco posee muy poca humedad en suspensión, por ello casi no posee “inercia térmica”, al caer el sol en
el horizonte, en el atardecer, desaparece la fuente de calor y en minutos se enfría el ambiente bajando muchos
grados la temperatura. A esto se denomina “amplitud térmica” que en el caso de Aconcagua es extrema,
pasando en el mismo día de temperaturas de más de 25º C a – 5º C en los valles bajos, y a medida que se
asciende a mayores altitudes aumenta la amplitud térmica.

Ascendiendo por los senderos del Parque, el aire seco de altitud y la falta de oxigeno demandan del visitante
un mayor esfuerzo físico del usual lo cual se suma a la dificultad propia de transitar por intrincados senderos
de montaña caracterizados por pendientes variadas en grandes espacios abiertos y solitarios.

Fuente: Parque Provincial Aconcagua - Secretaría de Medio Ambiente - Gobierno de Mendoza

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