NUEVO ORDEN
Los Jóvenes, Sus Recursos y Su Futuro
Descubriendo al Genio Dormido
“Todas las personas nacemos con un
potencial por desarrollar ilimitado.
Exactamente igual que una semilla de
un gran árbol. Comenzamos nuestra
andadura en la vida y siendo niños
nuestra mente no entiende de
limitaciones todos pensamos en
realizar grandes cosas. Pero igual que
le ocurre a esa semilla que empieza a
crecer con toda su fuerza y comienza
a recibir el tratamiento para convertirse
en Bonsai nosotros dejamos que a
base de repetirnos mil y una vez estas
malditas palabras "Tú no puedes"
nuestros sueños se vayan quedando
cada vez más y más pequeños. Esos
niños que éramos soñadores
entusiastas vamos convirtiéndonos en
hombres y mujeres Bonsais. Dejamos
que otros y la sociedad nos arrastre a
un nivel de mediocridad y frustración.
Y muchas veces nos consolamos al
compararnos con los demás diciendo:
"Si estoy igual o mejor que mi vecino".
Nos hemos convertido en Bonsais
dentro de un bosque de Bonsais.”
(José María Vicedo)
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Los Jóvenes, Sus Recursos y Su Futuro, Carlos José Yunén, 2009
Ing. Carlos José Yunén , M.S., M.L.S.
Juventud, oh, juventud… época de
grandes sueños, de extremas
ansiedades, de tentaciones sin límites,
de energía inagotable… de
desenfrenos irreflexivos, de
reflexiones delirantes… de amor
incondicional, de ideales nobles, de
creatividad infinita, de opciones
interminables.
Época hermosa; como lo es cualquier
etapa de la vida cuando se la disfruta
en toda su dimensión, en su momento
preciso, de la manera adecuada.
Es la época de forjar la persona y la
personalidad, como al acero, para
que quede templada para el resto de
su vida. Como la espada de acero,
basta un mínimo error, y su hoja
estará contaminada, torcida, opaca.
Sin remedio, sin posibilidad de
corrección. Para siempre.
Es la época de las oportunidades, de
los caminos que se despliegan
desinteresadamente, de las puertas
que se abren de par en par, si tan sólo
pudiéramos saber el secreto de cómo
abrirlas y de cómo cruzar su umbral,
para, triunfantes y entusiastas,
transitar construyendo un nuevo camino,
una nueva senda, una nueva realidad.
Nuestros jóvenes no son el futuro de la
Patria, no son profesionales en potencia,
tampoco son los hombres de mañana.
No. Simplemente, son seres humanos
como todos, viviendo - aquí y ahora - una
etapa hermosa de sus vidas, la cual a
veces nos apresuramos en desintegrar
en sus propias caras, al hacerles vivir
para mañana, para lo que serán, para lo
que vivirán, sin dejarles espacio para el
aquí y el ahora.
Contradictoriamente, formamos a
nuestros jóvenes para ser viejos. Les
hablamos de esta hermosa fase en su
vida, la cual no les permitimos vivir,
disfrutar y experimentar a plenitud,
debido al afán adulto de infundir tantas
preocupaciones acerca del mañana. Más
que orientarlos y apoyarlos, les
señalamos el camino, un único camino, y
los colocamos frente a él, un poco para
asegurar que no se atrevan a elegir otro.
"La mayor desgracia de la juventud actual
es ya no pertenecer a ella."
Salvador Dalí
 Los cargamos de responsabilidades por adelantado y a plazos,
de preocupaciones para mañana, y así, poco a poco y
continuamente, los despojamos de lo único que tienen, les
quitamos el presente.
Los llenamos de temores, de frustraciones, de programas, de
expectativas ajenas, de destinos predeterminados por las
tendencias y preferencias de los adultos a su alrededor.
Como padres, debemos estar conscientes de que la mejor
manera, quizás la única, de educar y preparar a nuestros
jóvenes para el mañana consiste en permitirles vivir y
experimentar su presente plenamente. La mejor manera de
prepararlos para ser los hombres del mañana, es dándoles las
herramientas para liberar su pleno potencial hoy, ahora, a partir
de este momento, en cada minuto de sus vidas, para que la
puedan hacer más completas, más auténticas, más intensas, y
más significativas para forjar su propio destino, su propia
personalidad, su propia persona, su propia consciencia.
No nos toca ser sus directores, sino sus facilitadores; no nos
toca hacerles el camino, sino permitirles tener las herramientas
y el conocimiento para hacerlo. No nos toca enseñarles ese
conocimiento, sino facilitar el proceso para que lo descubran.
Pero, nos sentimos desorientados; hasta ahora, ninguno ha
descubierto, ni escrito, el manual esencial para ser padres. Lo
hemos ido aprendiendo con la experiencia, con los tropezones,
y ellos, nuestros hijos, han sido los sujetos del laboratorio en
que hemos ido aprendiendo, a veces mediante el poco
sofisticado método de la prueba y el error.
De hecho, nuestra juventud ha sido sumida en un mundo
estructurado a imagen y semejanza de nuestros ancestros. Sí,
a pesar de la tecnología, del internet, del facebook, del chat, de
las bibliotecas electrónicas y del iPhone, los mecanismos que
ponemos a su alcance para aprender y desarrollarse están
desfasados, cuando menos, unos trescientos años.
Pero, nuestros jóvenes, al igual que todos los seres humanos,
nacieron con todos los recursos dentro de sí. Todos poseemos
todos los recursos que necesitamos, sólo que por lo regular no
nos enseñan a descubrirlos, a liberarlos, a utilizarlos, a
potencializarlos. Lo que nos corresponde es proveerles de las
herramientas necesarias par aprender, para desarrollarse, para
vivir.
Para comenzar, sería tan fácil sencillamente si aprendieran a
utilizar su cerebro y su mente. No, no lo digo con ironía ni
como una burla. Si aún no se ha escrito el manual de padres,
mucho menos nos hemos ocupado de conocer el manual de
uso del más maravilloso recurso que posee el ser humano: la
tríada formada por su cerebro, su mente y su voluntad.
El Cerebro - Ese Gran Desconocido:
“No llegué a mi comprensión de las leyes fundamentales
del universo a través de mi mente racional”. Albert Einstein
Físicamente, el cerebro posee dos mitades o hemisferios, una
a cada lado, derecho e izquierdo, unidas por un tronco
neuronal llamado el cuerpo calloso, el cual funciona como una
súper carretera que transporta impulsos e información entre los
hemisferios.
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Los Jóvenes, Sus Recursos y Su Futuro, Carlos José Yunén, 2009
El cerebro se activa con la
práctica; la ejercitación continua Nuestros jóvenes no
del cerebro lo hace más ágil, más son el futuro de la
rápido, más resistente, más Patria, no son
certero. Para conseguir una profesionales en
activación integral, es potencia, tampoco
imprescindible trabajar ambos son los hombres de
hemisferios, así como la mañana. No.
sincronización entre ellos. Simplemente, son
seres humanos como
El hemisferio izquierdo está más
todos, viviendo - aquí
asociado con la mente consciente;
y ahora - una etapa
este hemisferio es el encargado
hermosa de sus
del procesamiento de los
vidas
esquemas y modelos
estructurados del cerebro; es
analítico, ordenado, culto, austero,
detallista, formal, ve el mundo como blanco y negro, es
cuantitativo, de pensamiento lineal.
El hemisferio derecho, por su parte, está más relacionado con
el inconsciente; es unas 60,000 veces más rápido que el
izquierdo, y está a cargo de todas las funciones relacionadas
con la intuición, las relaciones, los sentimientos; es altamente
artístico, ve el mundo en colores, percibe sensaciones, posee
pensamiento sistémico, tiende a ver el todo. Es expresivo y
sensorial, es investigador y estratega.
Integrar el cerebro en su funcionamiento y aprovechamiento
es, ante todo, un acto de responsabilidad con uno mismo;
también, es el mejor regalo que podemos hacernos, ya que
estaremos aprovechando el recurso más precioso y preciado
con el que contamos.
Para ello, existen ejercicios físicos e intelectuales específicos,
así como métodos de estudios y aprendizaje que permiten
aprender y pensar con ambos hemisferios, explotando al
máximo el potencial dormido de este increíble recurso.
Los ejercicios físicos de sincronización cerebral nos obligan a
utilizar los dos hemisferios simultáneamente y para cosas
distintas, al procurar que un lado del cuerpo realice ciertos
movimientos, mientras que el otro lado lleva a cabo
movimientos distintos.
Los ejercicios intelectuales tienen que ver con ponernos en la
posición de tener que pensar en los extremos, evaluar todos
los aspectos de las situaciones, pensar en otros puntos de
vista, polarizar el pensamiento, entre otros.
El problema radica en que el sistema tradicional de educación,
reflejo de una sociedad altamente mecanizada y condicionada,
está sumamente (para no decir totalmente) orientada hacia el
hemisferio izquierdo. Basta reflexionar acerca de la forma
tradicional en que se publican y ordenan los libros:
mayormente blanco y negro, lineales… y así mismo las clases:
lineales, fragmentadas por tópicos como si éstos estuvieran
aislados. Absolutamente nada de pensamiento sistémico e
iintegral.
Debemos proveer métodos y herramientas para el uso efectivo
del cerebro, de manera integral, liberando todo su potencial.
 La Mente Inconsciente:
Hablemos ahora de la mente inconsciente. Tradicionalmente,
nos focalizamos hacia la mente consciente; hacia los
pensamientos que pensamos conscientemente, hacia lo que
vemos de manera obvia y directa, a lo que sentimos y
percibimos de manera inequívoca, visible, evidente. Estos
procesos, dirigidos por, o radicados en, principalmente el
hemisferio izquierdo del cerebro, en el consciente.
El consciente constituye apenas el 5% de nuestra capacidad
mental, y puede realizar unas 3 a 7 operaciones
simultáneamente.
El inconsciente, el otro 95%, por su parte, es muchísimo más
“activo” que el consciente. Puede realizar unas 64,000
operaciones simultáneamente, y regula todo el funcionamiento
involuntario de nuestro cuerpo y su fisiología (respiración,
digestión, hormonas, pulso, etc.). Se
puede asociar más directamente con el
hemisferio derecho del cerebro.
Las características de la mente
inconsciente son:
• Es literal, o sea, asume y
determina las cosas tal cual son
dichas, sin interpretación.
• Carece de análisis, acepta lo que
se le dice como instrucciones, sin
inducciones, deducciones ni
interpretaciones.
• Sin sentido del humor: sólo
entiende lo que se le dice, tal cual
y sin interpretaciones jocosas.
¿Cuáles son sus virtudes? La mente inconsciente es:
• Inocente
• Hacedor de mi realidad
• Programable
• Para la mente inconsciente, pensar es igual que hacer.
Esta maravillosa y extraordinaria parte de nuestra mente es la
que guarda nuestros programas, nuestras creencias, nuestros
paradigmas, nuestros patrones de reacción, la forma en que
pensamos y sentimos acerca de nosotros mismos; la manera
más profunda de cómo interpretamos al mundo.
Inocente y programable como es, la mente inconsciente
guarda las llaves del más alto potencial del ser humano… o las
creencias destructivas que lo llevan al fracaso. La forma en
que hablamos a nuestros jóvenes, los decretos y creencias
que les trasmitimos, la forma en que les educamos, incluso los
métodos que utilizamos para transmitir la información (no el
conocimiento, porque el conocimiento se crea dentro de cada
quien, no se transmite), todo esto forja programas, formas y
normas de actuación, estilos de vida, muros limitantes o
umbrales hacia el éxito infinito.
Recuerda: el inconsciente es literal; asume como cierto lo que
se le dice. Y si el mensaje viene con la autoridad y la emoción
que confiere el título de padre o madre, la fijación de la
creencia generada por el mensaje es más fuerte y más
duradera.
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Los Jóvenes, Sus Recursos y Su Futuro, Carlos José Yunén, 2009
La comunicación constructiva con el inconsciente permite
liberar y utilizar recursos de desarrollo, de memoria, de
aprendizaje, de creatividad y de transformación personal, de
forma segura y asegurada.
Pero, ¿Cómo comunicarme con el inconsciente? ¿Cómo
hacerme su amigo? ¿Cómo integrarlo a mi mundo consciente?
¿Cómo sacar el máximo de la integración de los hemisferios
cerebrales? ¿De la inteligencia?
Pues, hablemos entonces de las inteligencias de percepción.
Inteligencias de Percepción:
“Tu cara me suena familiar” fue la expresión con la que alguien
saludó hace poco a un amigo. “Tu cara me suena familiar”. A
ver, ¿cómo suena una cara? ¿O acaso nunca hemos oído
expresiones como “ya veo lo que estás
pensando”, o “siento que las cosas comienzan
a moverse en el sentido correcto”?
¿De dónde surgen estas “particularidades” en
el lenguaje?
¿Resulta familiar el cuadro de algún amigo
que tiene “memoria fotográfica” para recordar
perfectamente – y reconstruir en su mente – la
imagen completa, completita, de la joven que
hace dos horas caminó por su lado y lo pasmó
con su belleza? ¿O el caso del profesor que
siente como vibran las cuerdas de las
matemáticas en lo más hondo de su pecho, a
medida que se van revelando ante él los
misterios de fórmulas intrincadas? ¿Y qué
decir de la joven que escucha las voces de los
sentimientos de su amado, mientras su corazón le habla con
palabras musicales a los oídos de la razón?
¿De dónde surgen estas “particularidades” en la forma de vivir
la vida?
El cerebro posee, en lo más íntimo de sus procesos, lo que se
ha llamado las “inteligencias de percepción”. Estas
“inteligencias” constituyen el lenguaje que cada cerebro usa,
de manera preponderante, para entender al mundo,
comunicarse, y reprogramarse.
Así, las personas cuyo canal primordial es el “visual”, son los
que interpretan al mundo primordialmente por los ojos; estas
personas son impecables, con movimientos coordinados,
tienen vista fotográfica y perciben colores, matices, orden y
estética.
Las personas “auditivas” son de movimientos lentos, con
mucho diálogo interno; piensan y analizan todo, son serios,
estáticos, su postura tiende a presentar su cabeza ladeada, y
hablan con palabras “auditivas”: pienso, oigo, escucha, suena,
conversemos…
Finalmente, las personas “kinéticas” o “kinestésicas” entienden
al mundo a través de sensaciones (olfato, gusto, tacto),
emociones y movimientos. Estas personas visten
generalmente de manera informal, tocan, codean y ríen a
carcajadas. Son muy “activos” físicamente.
 Es de suma importancia conocer nuestra configuración en
cuanto a estos tres canales, de forma que podamos hacer más
eficiente la comunicación con nosotros mismos, pues ésta es la
clave de la comunicación con nuestra mente inconsciente y,
por lo tanto, la clave de nuestra programación para la
excelencia. Saber auto-programarnos nos abre las puertas
para la liberación del potencial dormido. De igual manera, es
importante conocer y comprender los canales preferenciales de
nuestros interlocutores (clientes, empleados, parejas, hijos,
amigos, profesores, alumnos...) pues esto nos ayuda a
comunicarnos con ellos de forma más efectiva.
La Programación Mental:
Implícitamente estamos diciendo que, si podemos cambiar el
programa, podemos cambiar la calidad de nuestras vidas. En
este postulado radica la esencia fundamental de la PNL: en
conseguir y poner en práctica la capacidad de auto-
programarnos y de cambiar los programas que traemos en
nuestros cerebros.
La programación mental es el proceso mediante el cual
conseguimos esos objetivos.
La realidad es que continuamente nos estamos programando;
desde pequeños somos programados por nuestros padres, por
nuestros profesores, por la televisión, por la publicidad, por la
sociedad, por las religiones... y por nosotros mismos. Cada vez
que recibimos un mensaje y lo aceptamos sin cuestionar, éste
se va al inconsciente, y se constituye en una regla, en un
programa, en una creencia... cada vez que nos damos un
decreto, cuando nos decimos una opinión acerca de nosotros
mismos, estamos agregando programas a nuestra gramática
interna, a nuestro inconsciente.
Y, dado que el inconsciente es literal, sin análisis y sin sentido
del humor, él ejecuta las órdenes recibidas.
Con la PNL, tenemos en nuestras manos el instrumento para
hacer de la programación un acto consciente, premeditado,
focalizado hacia objetivos específicos. Así, evitamos ser
víctimas de la programación implícita, y tomamos control de
nuestras propias existencias.
Darle a nuestros hijos las herramientas para construir su propia
programación es, definitivamente, un regalo y una herencia que
llevarán con ellos por siempre.
Existen varias formas para programarnos; todas ellas se
fundamentan sobre el descubrimiento de que para el cerebro,
pensar es lo mismo que hacer. ¡Ah! ¿No lo puede creer? Pues
haga una sencilla prueba. A ver: imagínese que entra a su
restaurant favorito; vea la imagen claramente, con sus colores
y formas favoritos; desde que usted entra en él, los olores le
hacen sentir la delicia de los manjares que usted estará
degustando dentro un corto espacio de tiempo. La iluminación,
perfecta para su gusto, produce un delicado balance de
matices, tonalidades y sombras. A medida que usted camina
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Los Jóvenes, Sus Recursos y Su Futuro, Carlos José Yunén, 2009
hasta encontrar su mesa favorita, va mirando cómo las
personas a su alrededor disfrutan sus platos con placer
extremo. Al escucharlos conversar acerca de los sabrosos
alimentos, de su vistosa y delicada presentación, de su
perfecta combinación de ingredientes y de la calidad impecable
de su sabor, su estómago comienza a sentir lo obvio: ¡usted
tiene hambre! De hecho, usted no puede esperar para sentarse
y degustar los deliciosos y atractivos platos que estarán ante
su vista dentro de unos instantes...
En este momento, amigo lector, amiga lectora, ¿qué siente
usted? ¿en qué está pensando? ¿cuáles palabras pasan por
su mente? ¿qué parecen estar viendo sus ojos?
Definitivamente, para el cerebro, pensar es igual que hacer. La
mente inconsciente no distingue entre la realidad y la fantasía.
De todos los diversos tipos de programación posibles, el más
obvio y el más utilizado por nosotros con nosotros mismos, es
el de los decretos. Cada frase que nos decimos a nosotros
mismos constituye un decreto para nuestro inconsciente.
Cada frase que un profesor, un padre o una madre le dice a un
niño o a un joven, se va forjando en su interior, y se va
constituyendo, con la repetición, en un programa, en una
creencia, en un modelo de pensamiento y de actuación… en
una verdad inconsciente, inconscientemente aceptada y
grabada.
La PNL aporta las herramientas para descubrir los programas
limitantes, y reprogramar a la persona para el logro ético y
ecológico de mejores realidades.
Recomendación: comencemos a crear el hábito de decirnos
cosas positivas, frases enaltecedoras, ideas de grandeza,
palabras de excelencia.
Como podemos apreciar, tenemos en nuestras manos el regalo
de vida perfecto para nuestros jóvenes: ayudarles a vivir un
proceso de desarrollo más promisorio, que les permita
aprovechar hoy los recursos que ya traen consigo y que el
mundo se esfuerza por minimizar. Facilitarles el camino para
que construyan hoy un presente más hermoso, de más éxito,
de mayor plenitud; un presente que se prolongue por cada día
de su vida, y que así, sólo así, día a día y paso a paso, sean
capaces de forjar un mejor futuro, mediante sus acciones y sus
opciones de hoy.
Podemos regalarles la
forma y las técnicas para
aprender mejor, para
relacionarse mejor, para
comunicarse mejor, para
vivir mejor, para que,
sencillamente, construyan
un mundo mejor como
seres plenamente
realizados.