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Ley 25.561
Emergencia Pública y
Reforma del Régimen
Cambiario
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Indice Cronológico
A continuación se presenta un cuadro donde se detalla el tratamiento legislativo
de la ley 25.561 ordenado los datos cronológicamente desde su presentación original
hasta la publicación en el Boletín Oficial.
Sanción
Fecha: 05/01/02
(Texto de la Sanción. 180)
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Cámara de Diputados
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Lo que puede caracterizarse como un proceso recesivo que hoy presenta inusitada
agudeza, demandaba en sus primeras insinuaciones la adopción de actos de gobierno
que paulatinamente permitieran un reacomodamiento de los distintos componentes de la
economía a las modificaciones que exigía el sistema monetario.
Las graves urgencias del momento obligan a transitar la etapa de adaptación aludida
con mayor prontitud, por lo cual hemos intentado dotar a las normas modificatorias
contenidas en el proyecto que se eleva a consideración del Honorable Congreso de
instrumentos de amortiguación o mitigación de las consecuencias que es dable esperar
se produzcan en una primera etapa de implementación.
En tal sentido, y visto la situación de marcada crisis por la que atraviesa nuestro país, se
considera necesario declarar la emergencia pública en materia social, económica,
administrativa, financiera y cambiaria.
En tal sentido, la norma proyectada establece que el ejercicio de tales facultades por
parte del Poder Ejecutivo nacional estará fundamentalmente orientado a reordenar el
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
En base a las razones de emergencia antes descritas, resulta perentorio que el Poder
Ejecutivo nacional arbitre el nuevo sistema que determinará la relación de cambio entre
el peso y las divisas extranjeras y que establezca, en su consecuencia, las pertinentes
regulaciones cambiarias.
A los fines antes mencionados, resulta menester sustituir las disposiciones contenidas
en la ley 23.928, modificada por la ley 25.445, disponiendo la derogación, modificación
y ratificación de diversos artículos de dicha norma, en orden a establecer nuevos
principios de orden monetario y cambiario.
Los cambios impulsados por el proyecto confirman el marco de acción del Banco
Central de la República Argentina, preservando y fortaleciendo su rol como garante
principal del sistema monetario, financiero y cambiario, en forma acorde a las
disposiciones contenidas en la norma que se somete a consideración.
A tal efecto, se determina que las reservas del Banco Central de la República Argentina
en oro y divisas extranjeras estarán afectadas en su totalidad al respaldo de la base
monetaria, debiendo dicha entidad reflejar en su balance y estados contables el monto,
composición e inversión de las reservas, por un lado, y el monto y composición de la
base monetaria, por el otro.
Asimismo, se confirma que los bienes que integran las reservas del Banco Central de la
República Argentina constituyen prenda común de la base monetaria, resultando
inembargables y con afectación exclusiva para su efectivo y permanente respaldo.
Habida cuenta de las modificaciones que se promueven por el proyecto que se somete a
consideración respecto al sistema monetario, financiero y cambiario, resulta ineludible
establecer un conjunto de disposiciones tendientes a favorecer una adecuada
recomposición de las relaciones jurídicas, económicas y patrimoniales que
indudablemente se verán modificadas a tenor de los cambios a introducirse.
Asimismo, el proyecto dispone que el Poder Ejecutivo nacional deberá adoptar las
medidas necesarias para preservar el capital perteneciente a los ahorristas que hubiesen
realizado depósitos en pesos o en divisas extranjeras en entidades financieras,
previéndose la reestructuración de las obligaciones originarias, a fin de tornar
compatible el cumplimiento de los compromisos y vencimientos, en forma acorde a la
evolución de la solvencia del sistema financiero.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Habida cuenta de que las medidas que se propician por el presente proyecto establecen
una modificación de la relación de cambio de la moneda nacional respecto de las divisas
extranjeras, se contempla que el Poder Ejecutivo nacional deberá establecer las medidas
tendientes a disminuir el eventual impacto que se produzca sobre el patrimonio de las
personas físicas y jurídicas que mantuviesen con el sistema financiero deudas
nominadas en dólares estadounidenses u otras divisas extranjeras.
Asimismo, se propone disponer que los precios y tarifas resultantes de dichas cláusulas
quedarán establecidos en pesos a la relación de cambio un peso igual un dólar
estadounidense.
En vista de los cambios propuestos, se establece que ello en ningún caso justificará o
habilitará a las empresas contratistas o prestadoras de servicios públicos a suspender o
alterar el cumplimiento de sus obligaciones.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Teniendo en cuenta que de los cambios que se promueven para consideración del
Honorable Congreso de la Nación pudieran derivarse efectos indeseados o conductas
que trasunten en una eventual distorsión de los mercados o comportamientos de
naturaleza monopólica, se incorpora entre sus disposiciones facultar al Poder Ejecutivo
nacional a regular, transitoriamente, los precios de insumos, bienes y servicios críticos,
a fin de proteger los derechos de los usuarios y consumidores.
Por otra parte, se incluye la invitación a los estados provinciales, a la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires y a las municipalidades a dictar normas de adhesión que recepten
diversas disposiciones comprendidas dentro del proyecto.
Mensaje 26
Eduardo A. Duhalde.
Jorge M. Capitanich.
PROYECTO DE LEY
TITULO I
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
TITULO II
Art. 2º – El Poder Ejecutivo nacional queda facultado, por las razones de emergencia
pública definidas en el artículo 1º, para establecer el sistema que determinará la relación
de cambio entre el peso y las divisas extranjeras, y dictar regulaciones cambiarias.
TITULO III
Art. 3º – Deróganse los artículos 1º, 2º, 8º, 9º, 12, 13 y 14 de la ley 23.928 con las
modificaciones incorporadas por la ley 25.445.
Art. 4º – Modifícase el texto de los artículos 3º, 4º, 5º, 6º, 7º y 10 de la ley 23.928 y su
modificatorio, que quedarán redactados del siguiente modo:
Artículo 6º: Los bienes que integran las reservas mencionadas en el artículo anterior
constituyen prenda común de la base monetaria, son inembargables, y pueden aplicarse
exclusivamente a los fines previstos en la presente ley. La base monetaria en pesos está
constituida por la circulación monetaria más los depósitos a la vista de las entidades
financieras en el Banco Central de la República Argentina, en cuenta corriente o cuentas
especiales.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Artículo 7º: El deudor de una obligación de dar una suma determinada de pesos cumple
su obligación dando el día de su vencimiento la cantidad nominalmente expresada. En
ningún caso se admitirá actualización monetaria, indexación por precios, variación de
costos o repotenciación de deudas, cualquiera fuere su causa, haya o no mora del
deudor, con las salvedades previstas en la presente ley.
Artículo 10: Mantiénense derogadas, con efecto a partir del 1º de abril de 1991, todas
las normas legales o reglamentarias que establecen o autorizan la indexación por
precios, actualización monetaria, variación de costos o cualquier otra forma de
repotenciación de las deudas, impuestos, precios o tarifas de los bienes, obras o
servicios. Esta derogación se aplicará aun a los efectos de las relaciones y situaciones
jurídicas existentes, no pudiendo aplicarse ni esgrimirse ninguna cláusula legal,
reglamentaria, contractual o convencional –inclusive convenios colectivos de trabajo–
de fecha anterior, como causa de ajuste en las sumas de pesos que corresponda pagar.
TITULO IV
Capítulo I
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Art. 7º – Los saldos deudores de titulares de tarjetas de crédito y todo préstamo vigente
al 31 de noviembre de 2001 que fueran pactados en pesos y transformados a dólares por
el decreto 1.570/01, correspondientes a consumos realizados en el país, serán
consignados en pesos y pagaderos en pesos. Sólo podrán consignarse en dólares, u otras
divisas, los consumos realizados fuera del país. Los créditos y saldos deudores
pendientes de pago a la fecha de promulgación de la presente ley, serán cancelados, en
su totalidad, en pesos a la relación de cambio un peso ($ 1) = un dólar estadounidense
(u$s 1).
Capítulo II
Capítulo III
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
TITULO V
TITULO VI
Art. 13. – Facúltase al Poder Ejecutivo nacional a regular transitoriamente los precios
de insumos, bienes y servicios críticos, a fin de proteger los derechos de los usuarios y
consumidores de la eventual distorsión de los mercados o de acciones de naturaleza
monopólica u oligopólica.
TITULO VII
Art. 14. – Todos los contratos, de cualquier naturaleza, que se celebren a partir de la
sanción de la presente ley se regirán por las previsiones del artículo 1.197 del Código
Civil.
Art. 15. – Invítase a las provincias, Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipios a
adherir a las disposiciones de los artículos 8º, 9º y 10 de la presente ley.
Art. 16. – Suspéndese la aplicación de la ley 25.466, por el término máximo de dos (2)
años, o hasta la oportunidad en que el Poder Ejecutivo nacional considere superada la
emergencia del sistema financiero, con relación a los depósitos afectados por el decreto
1.570/01.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Art. 17. – Suspéndese la aplicación de la ley 25.557, por el término de hasta ciento
ochenta (180) días. Por el mismo plazo quedan suspendidos los despidos sin causa
justificada. En caso de producirse despidos en contravención a lo aquí dispuesto, los
empleadores deberán abonar a los trabajadores perjudicados el doble de la
indemnización que les correspondiese, de conformidad a la legislación laboral vigente.
Art. 18. – Los resultados netos negativos que tengan su origen en la aplicación del tipo
de cambio a que se refiere el artículo 2º de la presente ley sobre activos y pasivos en
moneda extranjera existentes a la fecha de su sanción, sólo serán deducibles en el
impuesto a las ganancias en la proporción de un veinte por ciento (20 %) anual en cada
uno de los primeros cinco ejercicios que cierren con posterioridad a la vigencia de la
ley. Lo dispuesto precedentemente sólo será de aplicación para los sujetos cuyos
ingresos anuales o patrimonio superen los límites establecidos en el artículo 127,
capítulo XIII, del título I, de la ley 11.683, texto ordenado en 1998 y sus
modificaciones.
Art. 19. – Modifícase el artículo 195 bis del Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación, el que quedará redactado del siguiente modo:
Art. 20. – La presente ley es de orden público. Ninguna persona puede alegar en su
contra derechos irrevocablemente adquiridos. Derógase toda otra disposición que se
oponga a lo en ella dispuesto.
Eduardo A. Duhalde.
Jorge M. Capitanich.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
5 de enero de 2001
TITULO I
TITULO II
Artículo 2º.- El PODER EJECUTIVO NACIONAL queda facultado, por las razones de
emergencia pública definidas en el artículo 1º, para establecer el sistema que
determinará la relación de cambio entre el peso y las divisas extranjeras, y dictar
regulaciones cambiarias.
TITULO III
De las modificaciones a la Ley de Convertibilidad
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Artículo 3º.- Deróganse los artículos 1º, 2º, 8º, 9º, 12, 13 y 14 de la ley N° 23.928 con
las modificaciones incorporadas por la ley N° 25.445.
Artículo 4º.- Modifícase el texto de los artículos 3º, 4º, 5º, 6º, 7º y 10 de la Ley Nº
23.928 y su modificatorio, que quedarán redactados del siguiente modo:
"Artículo 3º.- El BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA podrá comprar
y vender divisas con sus propios recursos o emitiendo los pesos necesarios para tal fin,
al precio establecido conforme al sistema definido por el PODER EJECUTIVO
NACIONAL, con arreglo a lo dispuesto en el Artículo 1º de la Ley de Emergencia
Pública y de Reforma del Régimen Cambiario.
"Artículo 4º.- En todo momento, las reservas del BANCO CENTRAL DE LA
REPUBLICA ARGENTINA en oro y divisas extranjeras serán afectadas al respaldo de
la base monetaria. Cuando las reservas se inviertan en los depósitos, otras operaciones
a interés, o a títulos públicos nacionales o extranjeros pagaderos en oro, metales
preciosos, dólares estadounidenses u otras divisas de similar solvencia, su cómputo a
los fines de esta ley se efectuará a valores de mercado.
"Artículo 5º.- El BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA deberá reflejar
en su balance y estados contables el monto, composición e inversión de las reservas,
por un lado, y el monto y composición de la base monetaria, por otro lado.
"Artículo 6º.- Los bienes que integran las reservas mencionadas en el artículo anterior
constituyen prenda común de la base monetaria, son inembargables, y pueden aplicarse
exclusivamente a los fines previstos en la presente ley. La base monetaria en pesos está
constituida por la circulación monetaria más los depósitos a la vista de las entidades
financieras en el BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA, en cuenta
corriente o cuentas especiales.
"Artículo 7º.- El deudor de una obligación de dar una suma determinada de pesos
cumple su obligación dando el día de su vencimiento la cantidad nominalmente
expresada. En ningún caso se admitirá actualización monetaria, indexación por
precios, variación de costos o repotenciación de deudas, cualquiera fuere su causa,
haya o no mora del deudor, con las salvedades previstas en la presente ley.
Quedan derogadas las disposiciones legales y reglamentarias y serán inaplicables las
disposiciones contractuales o convencionales que contravinieren lo aquí dispuesto.
"Artículo 10.- Mantiénense derogadas, con efecto a partir del 1º de abril de 1991, todas
las normas legales o reglamentarias que establecen o autorizan la indexación por
precios, actualización monetaria, variación de costos o cualquier otra forma de
repotenciación de las deudas, impuestos, precios o tarifas de los bienes, obras o
servicios. Esta derogación se aplicará aun a los efectos de las relaciones y situaciones
jurídicas existentes, no pudiendo aplicarse ni esgrimirse ninguna cláusula legal,
reglamentaria, contractual o convencional -inclusive convenios colectivos de trabajo-
de fecha anterior, como causa de ajuste en las sumas de pesos que corresponda pagar."
Artículo 5º.- Mantiénese, con las excepciones y alcances establecidos en la presente ley,
la redacción dispuesta en el artículo 11 de la ley N° 23.928, para los artículos 617, 619
y 623 del Código Civil.
TITULO IV
Capítulo I
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Capítulo II
Artículo 8º.- Dispónese que a partir de la sanción de la presente ley, en los contratos
celebrados por la Administración Pública bajo normas de derecho público a partir de
la sanción de la Ley N° 23.928, comprendidos entre ellos los de obras y servicios
públicos, quedan sin efecto las cláusulas de ajuste en dólar o en otras divisas
extranjeras y las cláusulas indexatorias basadas en índices de precios de otros países y
cualquier otro mecanismo indexatorio. Los precios y tarifas resultantes de dichas
cláusulas, quedan establecidos en pesos a la relación de cambio UN PESO ($1) = UN
DOLAR ESTADOUNIDENSE (U$S 1).
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Capítulo III
TITULO V
TITULO VI
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TITULO VII
Artículo 14.- Todos los contratos, de cualquier naturaleza, que se celebren a partir de
la sanción de la presente ley se regirán por las previsiones del artículo 1.197 del
Código Civil.
Artículo 15.- Invítase a las Provincias, Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Municipios
a adherir a las disposiciones de los artículos 8º, 9º y 10 de la presente ley.
Artículo 18.- Los resultados netos negativos que tengan su origen en la aplicación del
tipo de cambio a que se refiere el artículo 2º de la presente ley sobre activos y pasivos
en moneda extranjera existentes a la fecha de su sanción, sólo serán deducibles en el
Impuesto a las Ganancias en la proporción de un VEINTE POR CIENTO (20%) anual
en cada uno de los primeros cinco ejercicios que cierren con posterioridad a la
vigencia de la ley. Lo dispuesto precedentemente sólo será de aplicación para los
sujetos cuyos ingresos anuales o patrimonio superen los límites establecidos en el
artículo 127, Capítulo XIII, del Título I, de la Ley Nº 11.683, t.o. en 1998 y sus
modificaciones.
Artículo 19.- Modifícase el artículo 195 bis del Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación, el que quedará redactado del siguiente modo:
"Cuando se dicten medidas cautelares que en forma directa o indirecta afecten,
obstaculicen, comprometan o perturben el desenvolvimiento de actividades esenciales
del Estado Nacional, las Provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las
Municipalidades, de sus reparticiones centralizadas o descentralizadas, o de entidades
afectadas a alguna actividad de interés estatal, podrá interponerse recurso de
apelación directamente ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. La
presentación del recurso tendrá por sí sola efecto suspensivo de la resolución dictada.
"La Corte Suprema de Justicia de la Nación requerirá la remisión del expediente.
Recibido éste, conferirá traslado con calidad de autos a la parte que peticionó la
medida por el plazo de CINCO (5) días. Contestado el traslado o vencido el plazo para
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Artículo 20.- La presente ley es de orden público. Ninguna persona puede alegar en su
contra derechos irrevocablemente adquiridos. Derógase toda otra disposición que se
oponga a lo en ella dispuesto.
SR. MATZKIN, JORGE RUBEN.- Señor presidente: venimos hoy a este recinto con
urgencia con el propósito de legislar y de otorgar instrumentos idóneos y un marco
jurídico adecuado para poder cambiar, variar, modificar y torcer el rumbo de nuestro
país.
El rumbo que debemos torcer es el que nos lleva ineludiblemente al caos; y de
esto estamos hablando.
Voy a intentar hacer un esfuerzo con el objeto de utilizar adjetivos equilibrados
en la descripción que efectúe, de tal modo que no generen visiones apocalípticas pero
que tampoco me impidan describir el país real, el país de la crisis.
Si me pidieran un resumen para describir la actual crisis política e institucional,
se me ocurre pensar que cuando los historiadores que tengan la responsabilidad de
describir los días de nuestra contemporaneidad escriban sus libros, incluirán un capítulo
que seguramente se llamará La quincena de los cinco presidentes.
Este es el máximo resumen para describir la crisis política e institucional que
hemos tenido, y por esto no creo que sea necesario que haga comentarios adicionales.
La crisis social y económica del país avanza a la velocidad del sonido, tirando al
correr cifras de ubicuidad. La desocupación supera el 18 por ciento; si incluimos a los
subocupados, hay más de 5 millones de argentinos con dificultades de trabajo. El índice
más clásico, que es la medición del producto bruto, ha caído un 5 por ciento en el tercer
trimestre del año anterior, y hay estimaciones privadas que señalan que si se anualizara
el indicador, la caída llegaría a un 10 por ciento; este es el índice más significativo
desde el punto de vista económico.
La producción industrial se vino abajo, como todas las demás, y su descenso ha
superado el 11 por ciento. Las importaciones cayeron un 40 por ciento, pero no la de los
espejitos de colores que se venden en la calle Florida, sino las de bienes de capital, que
son las que realmente marcan signos de inversión y la posibilidad de tener una
economía más competitiva, que nos permita ser mejores.
Hay otro índice que empleamos con frecuencia, vinculado con el consumo de los
servicios públicos, siendo el más clásico el de la energía eléctrica, que cayó un 6 por
ciento. Las ventas de los supermercados, que son un índice elocuente del consumo,
disminuyeron un 9 por ciento; la construcción, gran generadora de mano de obra, cayó
un 20 por ciento.
Se fugaron del país depósitos que ya no están en el sistema; no sé dónde los
podemos buscar, porque han hecho como las langostas: pegaron el salto antes del
guadañazo. Son bastantes los que se fueron: algo más del 20 por ciento de los depósitos,
17 mil millones de dólares, ya no están. Creo que la crisis de los años 30 en los Estados
Unidos, una de las más grandes en la historia económica moderna, se produjo cuando
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
los depósitos cayeron un 17 por ciento. En nuestro caso la caída ya superó el 20 por
ciento.
También hemos perdido reservas; teníamos una buena cantidad para poder hacer
algunas cosas. Se fueron más de 10 mil millones de dólares sólo en un año.
¿Saben los señores diputados cómo anduvo la recaudación impositiva del mes de
diciembre de 2001 respecto de igual mes del año anterior? Disminuyó un 33 por ciento,
o sea que los fondos para financiar al Estado cayeron un tercio. Además, se cree que
cuando se terminen de elaborar los datos sobre la situación fiscal del año que acaba de
finalizar, el déficit podría superar los 10 mil millones de pesos.
SR. MATZKIN, JORGE RUBEN.- Ya hay una presión sobre la Tesorería vinculada
con compromisos en que ha incurrido el gobierno y que no puede pagar por una cifra
superior a los 5 mil millones de pesos. Son deudas a proveedores, a contratistas, en fin,
gastos generales del Estado.
La inversión, que es el otro índice clásico que todos aspiramos que mejore,
porque hasta tanto alguien invente algo distinto es el único elemento que puede generar
nuevos puestos de trabajo, ha caído un 30 por ciento.
No hay crédito para el sector oficial ni para el privado. No hay un peso. Ocurre
como en el tango: "¿Dónde hay un mango, viejo Gómez?" La cadena de pagos está
cortada. Podría seguir usando el tiempo y la gentileza de los señores diputados para
abundar sobre este tema, pero para sintetizar podría decir que con la mitad, o quizás la
cuarta parte de los datos que he dado a efectos de ir caracterizando o mensurando las
dificultades que tenemos, cualquier país del mundo estaría en crisis.
Lo único que tenemos por ahora es una descripción que, números más o
números menos, no escapa al conocimiento de los señores legisladores. La situación
social también es extremadamente compleja, y quizás es uno de los aspectos más
vulnerables de la crisis por la cual atravesamos.
Seguramente muchos integrantes de esta Honorable Cámara se preguntarán qué
podemos hacer o qué podemos inventar para superar la crisis. En mi opinión hay más de
una alternativa. Por ejemplo, la totalidad de la Cámara podría utilizar la mitad del
tiempo en analizar y señalar las responsabilidades por las que estamos en esta situación.
También podríamos hacer al revés, es decir, que la mitad de la Cámara utilice la
totalidad del tiempo en esa tarea. Pero lo que no podemos hacer es que la totalidad de la
Cámara utilice la totalidad del tiempo en hacer ese análisis. Es más; creo que sólo en el
día de hoy podríamos usar la totalidad del tiempo en analizar la totalidad de las
propuestas o en buscar alternativas que nos permitan salir de esta situación. A fin de
ubicar el contexto en el cual voy a efectuar esta exposición, aclaro que esa es la
intención del bloque Justicialista.
A nuestro partido le ha tocado hacerse cargo del gobierno en una forma un tanto
apresurada. Este gobierno, que tiene 72 horas de viejo, viene a presentar su programa
que consta de una serie de propuestas de aplicación inmediata. Son propuestas posibles
que apuntan a solucionar los problemas más graves que enfrentamos en estas horas, en
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estos minutos y en estos segundos. Los economistas dirían que es un programa de corto
plazo.
A fin de esbozar rápidamente las características de este plan diría que consta de
cuatro patas. La primera es la fiscal, y en este sentido la semana próxima tendremos la
oportunidad de empezar a trabajar sobre esta materia cuando ingrese a la Honorable
Cámara el presupuesto para el año en curso. En ese momento veremos que la política
fiscal deberá financiarse sólo con los recursos provenientes de la recaudación. Por lo
tanto, tendremos que hacer los esfuerzos que sean necesarios para acordar un
presupuesto equilibrado. No podemos hacerlo de otra manera en este contexto de caída
de la recaudación y del producto bruto interno.
Estos no son datos de tecnócratas, porque cuando se habla de caída del producto
bruto estamos hablando de menos puestos de trabajo y de cuánta menos gasa
enviaremos a un hospital. Estas son las cosas que tendremos que tratar con mayor
detalle, ya que deberemos adoptar una política fiscal austera como forma ineludible para
salir de la crisis.
La semana próxima también tendremos que abocarnos al tratamiento de la
segunda pata en la que se sustenta este programa, que es la financiera. Tendremos que
legislar sobre la modificación de normas fundamentales, como la Carta Orgánica del
Banco Central y la ley de entidades financieras.
También tendremos que trabajar sobre las acciones posteriores al default, es
decir, a la suspensión de los pagos que hemos decidido en relación con nuestra deuda
externa. Tendremos que sentarnos a conversar con nuestros acreedores en la búsqueda
de acuerdos ciertos y reconocidos, que nos permitan seguir relacionados con el mundo.
Fundamentalmente, todo esto debe permitir que los argentinos sigan viviendo y
mejorando su calidad de vida, preservando la dignidad de cada uno. Esta es la tercera
pata.
La cuarta pata de la propuesta que traemos a consideración de la ciudadanía
argentina se relaciona con una responsabilidad directa que tendremos a partir del día de
hoy: la política monetaria y la política cambiaria.
Hace casi once años, en marzo de 1991, en este mismo recinto, sancionamos la
ley 23.928, llamada de convertibilidad.
Recuerdo perfectamente la defensa que hicimos de esa norma; teníamos las
mismas dudas y las mismas preocupaciones de cómo sería el futuro.
El peronismo fue con una propuesta y jugó su carta, y ahora no renegamos en
absoluto de todo eso. Estamos absolutamente convencidos de que se trató de un
magnífico instrumento de política económica, que resultó muy apto para un
determinado país, para una determinada realidad y para una determinada situación
interna e internacional. Esa norma cumplió con objetivos que se correspondían con el
deseo mayoritario de la población de aquella época. La gente nos pedía a gritos que por
favor lográramos la estabilidad económica. Usted debe acordarse de ello, señor
presidente, porque era legislador. ¡Nos pedían que paráramos la inflación!
De la misma forma, en años anteriores la gente le pedía al doctor Alfonsín que
afianzara la estabilidad política. Tanto el doctor Alfonsín como el doctor Menem
lograron comprender el pedido mayoritario de la gente y actuaron en consecuencia.
El país tuvo estabilidad política y estabilidad económica. Entonces, como si
fuera una secuencia histórica, uno se pregunta qué le pedía el país a de la Rúa: le pedía
estabilidad social. La estabilidad política, económica y social constituían una coherencia
histórica e ineludible. Cada una debía ir consolidándose, para avanzar en las que
necesitaran mayor cohesión.
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sistema de relación entre el peso y las divisas extranjeras, es decir, estamos otorgando
facultades al Poder Ejecutivo para dictar regulaciones cambiarias.
Esto es algo que tenemos que señalar con claridad para que no haya
equivocaciones, para que nos pueda entender el menos avezado: estamos
instrumentando la salida de la convertibilidad, de la que se podría pensar que existe
virtualmente, aunque hubo no menos de una docena de hechos -leyes y decretos- que la
fueron mutando, que no le dejaron siquiera la intención.
La convertibilidad se terminó mucho antes de hoy. Solamente estamos
instrumentando su deceso.
Estamos proponiendo un nuevo sistema de cambios. En ese sentido, la pregunta
que podemos compartir con el resto de las señoras y señores diputados es si tenemos
alguna duda acerca de lo que vamos a hacer, y con honestidad intelectual debo decir que
sí tenemos muchas dudas. Claro que tenemos dudas, ¿acaso hay alguien en la Argentina
de hoy que no tenga dudas? ¿Hay alguien en este recinto que tenga absolutamente todo
en claro?
Hoy tenemos las mismas dudas que cuando se sancionó la ley de convertibilidad,
pero vamos a ir para adelante. ¿Corremos riesgos? Sí, lo sabemos; sin embargo, iremos
resolviendo la situación por lo que se podría denominar la teoría del riesgo mayor.
Cuando uno tira sobre la mesa -y lo hemos hecho- todos los riesgos, y alguno que se nos
pudo haber quedado debajo, corresponde decidir cuál es el riesgo que no se quiere
correr. Tiene que haber uno por sobre todos los demás que no se está dispuesto a correr.
Por ejemplo, nosotros no estamos dispuestos a correr el riesgo del caos y la
desintegración ni el de no actuar para responder al que consideramos el deseo prioritario
de la mayoría de la población argentina. Si clavamos la estaca allí y sostenemos que no
correremos ese riesgo, en rigor estamos diciendo que vamos a correr todos los otros que
estén por debajo de aquél. Esto es legítimo, razonable y es lo que haremos.
Proponemos establecer una nueva paridad cambiaria. Somos conscientes de que
nos estamos metiendo con la moneda, uno de los símbolos más importantes de los
países modernos. En realidad, el sistema que propiciamos no es nuevo porque la
República Argentina ha transcurrido la mayor parte de su vida monetaria con sistemas
de cambio inconvertibles. La convertibilidad ha regido en muy pocas ocasiones en la
historia argentina.
La primera gran definición es que proponemos volver a un régimen no
convertible de la moneda argentina. El peso argentino no será convertible como lo fue
hasta ahora.
Si nos preguntaran si estamos contentos, deseosos o apurados por dejar la
convertibilidad deberíamos responder que no. En última instancia, no nos disgustaba
que el peso estuviera en paridad con la moneda del país más desarrollado del mundo.
Eso no es malo desde un punto de vista conceptual, pero aquí la cuestión no es querer
sino poder. Es así de simple: no podemos más, y por ende abandonamos el sistema.
Pero, atención, señoras y señores diputados: adoptamos esta actitud porque
todavía, y no sé por cuánto tiempo más, tenemos la posibilidad de hacerlo y decidirlo en
el marco de las instituciones. Porque también existe la posibilidad de que si no
actuamos nos tengamos que ir porque el mercado nos llevará de las cejas, lo que
constituiría la peor opción. No hay mucho margen; es escaso pero aún lo tenemos, y
queremos usarlo. Proponemos abandonar este sistema por voluntad propia y esperamos
que nos vaya bien.
Tendremos una nueva moneda no convertible y una nueva paridad entre el peso
argentino y las divisas extranjeras. En mi opinión, esta es la decisión más trascendente
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que hoy nosotros estamos dispuestos a adoptar. Más allá de la propuesta que sometemos
a consideración del cuerpo, sostenemos que la convertibilidad casi no existe más.
Sólo dejaremos algunas pocas normas que por cierto nos van a resultar útiles,
sobre todo cuando alguien quiera, por ejemplo, avanzar sobre nuestras reservas, porque
les vamos a poder decir que son inembargables. Vamos a continuar teniendo normas de
esta naturaleza.
Una vez que tengamos el paraguas de la emergencia económica, que demos la
posibilidad de fijar un nuevo tipo de cambio y una nueva relación monetaria, que
dejemos muy poco de la convertibilidad, procuraremos ver cómo resolver algunas
cuestiones. Es muy amplio el abanico y muy escasas las posibilidades de algunas
relaciones. Esa es la inteligencia que quisiéramos tener más que nadie, porque va a
recaer en nosotros la responsabilidad de asignar costos. Esto tiene precios. Queremos
ver cómo podemos hacer para resolver la ecuación a fin de que esos costos sean
pagados en forma equitativa, entendiendo por tal que dichos costos sean pagados
primero por los que tienen mayor capacidad y finalmente por los que tienen menos,
porque la solución no alcanzará para todos.
Dentro de la propuesta que estamos haciendo nos ocupamos de generar una
salida, por ejemplo, para las personas que están endeudadas en dólares; pero como dicha
realidad no alcanza para todos, hicimos un corte en un determinado lugar. Queremos
que el eventual impacto sea lo menor posible o que directamente no exista en algunos
sectores, como el de las viviendas, limitadas por cierto a un determinado monto.
Procuramos dar a las pequeñas y medianas empresas y a algunos otros sectores un
manto de protección.
Estamos diciendo que el costo que significará atender a estos sectores se
compensaría con el producido por otro sector de la sociedad, la renta petrolera, que
viene como consecuencia de lo que eventualmente podría ser el hecho del príncipe, la
nueva relación.
SR. MATZKIN, JORGE RUBEN.- También algo vamos a decir de todos aquellos que
se han quedado dentro del "corralito", es decir, de todos los depósitos, de los 65 mil
millones de pesos que están en la iliquidez, que no pueden hacerse efectivos, que no son
para hacer transacciones sino que están encerrados. También debemos tener un mensaje
para ellos. Sólo vamos a decir lo que podamos decir. No los vamos a engañar ni vamos
a decir cosas que no estemos en condiciones de afirmar sin saberlas, pero lo que
tengamos en claro lo vamos a expresar. Estos son momentos de seriedad y de prudencia
que requieren que actuemos con mucho cuidado en estas cuestiones extremadamente
sensibles.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
han celebrado contratos como podrían ser los de alquileres, algo tan común. Sobre eso
también vamos a hacer propuestas.
Señor presidente: no encuentro las palabras, y cuánto lo lamento. No es la
primera vez que venimos a este recinto a pedir a los distintos bloques políticos que nos
acompañen en decisiones de esta naturaleza. Siento en cada poro de mi piel que estamos
viviendo momentos históricos trascendentes, con dificultades de comprensión por la
propia contemporaneidad de lo que ocurre, como es natural. Ojalá no nos
equivoquemos, porque no tenemos márgenes de equivocación como los hemos tenido
en otras épocas. Ojalá logremos que este cuerpo pueda consensuar estas propuestas y
podamos impulsarlas y explicarlas sin complejidades, de manera simple.
Lo que tienen que comprender todos los argentinos, y no solamente "los
entendidos", es que estamos tomando medidas para salir de esta difícil situación. Es
cierto que al hacerlo corremos el riesgo de equivocarnos, pero no nos queda otra
alternativa; no hay margen para otras cuestiones ni para tiempos distintos.
No sé qué palabras podría utilizar para persuadir a todos los bloques políticos a
fin de que entiendan que, aunque sea hoy, precisamos que nos acompañen. Hoy
precisamos de la colaboración de todos; quizás mañana podamos seguir discutiendo
como lo hemos venido haciendo en forma ininterrumpida desde 1983, y ojalá lo
podamos hacer en los próximos 1983 años. (Aplausos.)
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
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que la política empezó a soltarse un poquito más- sino al resto de la última década; casi
sin excepción, todos quedamos comprendidos en esa regla general.
Discutir el asunto que estamos debatiendo era tabú en las campañas electorales;
en todo caso, el candidato que resultaba electo recién empezaba a hablar de estos temas
cuando ocupaba su banca, pero era difícil que lo hiciera, repito, durante la campaña
electoral. Se buscaban subterfugios, generalizaciones, a pesar de que todos conocíamos
cuál era el meollo de la situación que vive la Argentina.
Como bien se dijo aquí, tampoco viene a cuento repartir esas responsabilidades:
debemos compartirlas prácticamente entre todos. Ello, con excepción de lo que algunos
partidos respetables pero muy pequeños -que no tienen posibilidades reales de conducir
los asuntos del Estado- puedan exhibir en el marco de un discurso ideológico que, si
bien es respetable, poco tiene que ver con la realidad del mundo de hoy y de nuestro
país. Esto comprende no sólo a los partidos tradicionales sino también a los nuevos,
aunque en realidad no lo son tanto porque algunos de ellos incubaron en aquellos y
compartieron responsabilidades en los últimos años.
Debemos encarar nuestro objetivo siendo equilibrados en el juicio; no hablo de
optimismo ni de alegría -lo cual sería mucho más absurdo-, pues si lo hiciera estaría
faltando el respeto a los que sufren y a quienes han muerto a raíz de las circunstancias
que recientemente ha vivido la Nación.
Tampoco debemos vivir este momento como una tragedia, porque lo trágico
sería que siguiéramos dejando librada a las fuerzas del mercado la salida de la crisis.
Nos llevaron a la crisis, y si tuvimos debilidad desde la política hoy no tenemos derecho
a seguir exhibiendo esa debilidad para salir de esta situación.
Por ello, es importante debatir el proyecto en tratamiento y consensuar. Estamos
frente a un hecho histórico. Esta reunión no tiene ni la bulla ni las características de las
asambleas legislativas recientemente realizadas, pero es tanto o más importante que
ellas. Tenemos la oportunidad de ir hacia un nuevo régimen económico abandonando
aquél que asfixió a la Argentina durante mucho tiempo. Cada uno pondrá a la crisis la
fecha de partida que quiera; de todas formas no venimos a discutir esto. Estamos
hablando de un régimen económico que nos llevó a la actual situación, cuyas
consecuencias no vale la pena describir porque están suficientemente reflejadas en las
crónicas periodísticas de los últimos días, que no son más que la autopsia de ese
régimen. Ahora, le hemos abierto la panza al cadáver, pero hacía mucho tiempo que olía
mal. Antes de ser cadáver pasó por terapia intensiva y había síntomas claros de que iba
a colapsar. El intento de sostener el sistema -y lo que es peor, de resucitarlo cuando ya
era cadáver- es lo que nos llevó a esta situación.
No estamos dando una buena noticia a la sociedad, pero tampoco le estamos
dando una mala. Es cierto que nuestra gente se había adaptado -más allá de que fuera
una ficción- a la idea de que un peso valía un dólar. Es cierto que se había creado la
ilusión de la estabilidad monetaria. No será fácil que la gente pase de un sistema a otro
con tranquilidad, pero está en nuestra responsabilidad -si es que la tenemos- tratar de
evitar que nuestra sociedad viva este proceso sólo como una tragedia. Lo es porque la
ficción desapareció, esa ficción que durante años encubrió -como si fuera una cortina de
humo- la tragedia que significaba la destrucción del trabajo, de la producción y de las
economías regionales, y que ahora puede significar la destrucción de los ahorros de los
argentinos, que espero podamos defender con este proyecto.
Pero además de ser una tragedia es una oportunidad. La mal llamada clase
política argentina, la dirigencia política, tiene la responsabilidad de mostrar este proceso
como una oportunidad, porque lo es.
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del mundo estén preparando la Armada Invencible para venir a la Argentina, si es que
seguimos avanzando con este proyecto de ley.
Se trata de uno de los mecanismos que se ha encontrado para salir de esta
situación, sin tener que afectar a unos ni a otros: deudores o depositantes del sistema.
Me parece que todo eso es válido, como también lo es el hecho de que esta
norma plasme algo que desde hace mucho tiempo la mayoría -no todos los que estamos
acá- venía planteando de diferentes formas: la necesidad de pesificar y desdolarizar las
tarifas de los servicios públicos, eliminando las cláusulas indexatorias que han
permitido a estas empresas durante una década -no obstante la vigencia de una ley de
convertibilidad que además de consagrar el uno a uno especificaba la prohibición de
indexar- ganar posiciones en los precios relativos de la economía argentina cuya
contrapartida es lo que han perdido los asalariados y productores de otros bienes de
nuestro país.
¡Bienvenida esa iniciativa! Forma parte de un contexto que no solamente es
justo cuando se trata de desdolarizar la economía argentina, sino que además -si se
lograra ese objetivo- contribuirá a paliar el efecto que esperemos no se produzca sobre
el salario real de los trabajadores. No tenemos que apostar a que necesariamente se va a
producir ese efecto. Esta no es la Argentina de las décadas pasadas. Aun las propias
dificultades pueden significar que la decisión que habrá de adoptarse no desate -no debe
hacerlo- un proceso inflacionario que sí, efectivamente, podría perjudicar el salario y los
ingresos de los trabajadores.
Sintetizando, con el fin de que podamos discutir cada uno de los artículos en
particular, reitero que estamos ante una decisión trascendente, tanto para la economía
real como para la economía cotidiana de nuestros compatriotas. Vamos a atender las
preocupaciones de quienes han sido víctimas de una situación que desde hace muchos
años viene arrastrándose en nuestro país.
Estamos también ante una oportunidad que trasciende los datos de la economía
real, al menos por ahora. Tal vez se refleje en el futuro, porque estamos ante la
posibilidad de recuperar la autonomía monetaria de la Argentina, que estuvimos a punto
de perder. Una dolarización insensata hubiera sido el final de esta trágica película.
Estamos frente a la oportunidad de recuperar la autonomía cambiaria para poder
movernos con un poco más de realismo en un mundo complejo, y no seguir atados a la
locura mesiánica de quien buscaba salvar su prestigio aunque esta situación nos llevara
a un baño de sangre.
Estamos ante la oportunidad más trascendente de recuperar la autonomía
política, porque tal vez podamos salir del corsé que significaba la acción de los grupos
concentrados de la economía que aterrorizaban a la política, por el hecho de que al
acumular todo el poder le imponían los límites de lo que podíamos hacer o decir.
Estamos recuperando autonomía para el Parlamento, que de ahora en más podrá abrir el
camino a una legislación que atienda el interés general y no el particular. Estamos
padeciendo, en definitiva, el dolor del hambre y la miseria de nuestro pueblo, las
muertes que ocurrieron. Estamos frente a la oportunidad de volver a construir una
Nación que cuente con instrumentos de política cambiaria y monetaria, una Nación que
decida libremente si va a mantenerse o no en el espacio regional del Mercosur, que las
actuales circunstancias vuelven a plantear como una oportunidad.
Las muertes y todo lo que pasó no habrán sido en vano si recuperamos esta
autonomía, si recuperamos esta posibilidad de ser nuevamente una Nación
independiente en un mundo globalizado, que tiene a su disposición las herramientas
para servir al pueblo argentino de la mejor manera posible. (Aplausos.)
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SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.
SR. NATALE, ALBERTO A..- Señor presidente: voy a compartir el tiempo que me
fuera asignado con otros colegas del Interbloque Federal, por lo que sintetizaré mi
exposición.
Vamos a votar en contra de la devaluación monetaria que contiene el proyecto
de ley en consideración. Se vuelve a equivocar el diagnóstico, tal como ocurrió en
marzo de 2001. La causa del problema económico de la Argentina no es de naturaleza
cambiaria sino fiscal. Lo hemos dicho hasta el hartazgo en este recinto y lo previnimos
en los últimos años del gobierno justicialista.
Ya en 1995 señalábamos el riesgo de déficit fiscales que obligaban a un
endeudamiento creciente y lo reiteramos durante el gobierno de la Alianza. Dijimos que
estos endeudamientos iban a sumirnos en una crisis letal, porque el día que no nos
prestaran más dinero no íbamos a poder pagar sueldos, jubilaciones ni contratistas, y
fatalmente el colapso se produciría por el lado del sistema financiero, tal como ocurrió a
partir del colapso bancario que, desgraciadamente, se desató el 30 de noviembre último.
Hay responsabilidades políticas que han llevado a este desenlace, pero también
debemos señalar que hubo responsabilidad del Fondo Monetario Internacional, que no
supo encender a tiempo las señales de alarma siendo que se veía claramente cómo el
endeudamiento creciente de nuestro país habría de llevarnos a este colapso.
En este momento hay que decir la verdad. El gobierno devalúa porque quiere y
no porque deba hacerlo. Es una decisión que ha adoptado en función de un criterio
político y que como tal debemos respetar aunque no lo compartamos; pero no es una
necesidad impostergable sino una decisión de naturaleza política.
Debo señalar que en el Banco Central hay suficientes reservas como para
mantener la paridad uno a uno entre el dólar y el peso. Tengo sobre mi banca el informe
del Banco Central al 31 de diciembre de 2001. La tenencia de oro y divisas representa
14.658 millones de dólares, y los títulos nacionales a valor de mercado equivalen a
4.950 millones, lo que hace un total de reservas de 19.608 millones.
Este importe debe respaldar la circulación monetaria en manos del público, que
es de 10.960 millones de pesos, más los depósitos de las entidades financieras en el
Banco Central, que ascienden a 6.435 millones, lo que representa un total de 17.395
millones. En síntesis, 19.608 millones de pesos de reservas, entre oro, divisas y títulos a
valor de mercado, para garantizar 17.395 millones de la misma moneda, tal como lo
impone la ley de convertibilidad.
Es cierto que la depreciación del euro y el real -las monedas de Europa y Brasil,
respectivamente, un continente y una nación con los que la Argentina mantiene
importantes corrientes de comercio exterior- ha generado en su momento perturbaciones
para nuestras exportaciones como consecuencia de la apreciación del dólar que se
registró prácticamente durante diez años por el crecimiento económico de los Estados
Unidos.
Pero no es verdad que la depreciación de las monedas europea y brasileña ha
sido un factor enajenante de nuestro comercio exterior. En una década la Argentina
triplicó sus exportaciones, y saltó de 8 mil a casi 25 mil millones de dólares en 2001. De
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manera tal que no se puede sostener con validez que la paridad cambiaria haya sido un
factor retardatario de nuestro comercio exterior.
SRA. GODOY, NORMA.- ¿Me permite una interrupción, señor diputado, con la
autorización de la Presidencia?
SR. NATALE, ALBERTO A..- No, señora diputada, prefiero continuar con mi
exposición.
La devaluación acarreará aumento de precios. Esto es inexorable. Primero se
incrementarán los precios de los bienes transables internacionalmente, lo que es fatal y
no se podrá evitar. Al respecto es necesario tener en cuenta que como hoy la República
Argentina exporta e importa cuantitativamente mucho más que durante los años 80, ese
incremento de los precios de los bienes transables internacionalmente como
consecuencia de la devaluación habrá de tener una onda expansiva muy fuerte. Como
los argentinos estamos mentalmente dolarizados, será inexorable que el aumento se
traslade a los precios de los demás bienes, ya sea porque utilizan insumos importados o
directamente porque la sensación generalizada así lo impondrá.
Este fenómeno disminuirá el nivel de vida de todos los habitantes, pero en
particular de los sectores de ingresos fijos, los asalariados, y temo que comience la
carrera de precios y salarios que la historia argentina ha conocido de sobra durante más
de medio siglo.
En esa carrera de precios y salarios el que pierde siempre es el salario porque el
ajuste de este último se produce después que aumentan los precios. Es una ilusión
pensar que con las medidas que se propician en la iniciativa en consideración aumentará
la inversión en la República Argentina, y todos sabemos que es imprescindible que la
inversión aumente para que haya creación genuina de puestos de trabajo. Incluso el
texto que estamos analizando prevé el problema del desempleo al limitar los despidos
por 180 días y duplicar las indemnizaciones por ese concepto. Esto significa que se
considera que una consecuencia fatal de todo esto será la disminución de la demanda de
trabajo.
Mal que les pese a quienes propician esta iniciativa, se vuelve a una economía
intervencionista, deficitaria, dirigista e inflacionaria. Además, como sucede en todos
estos procesos, habrá muchos perdedores y también algunos ganadores. Enhorabuena si
ganan los productores agrarios porque bien se lo merecen; pero habrá otros ganadores
que no lo merecen. Ya veremos las caras de algunos industriales que se enriquecieron a
costa del pueblo, que vendieron sus empresas en suculentas cantidades de dinero y
después no reinvirtieron ese dinero en la Argentina sino que lo depositaron en bancos
extranjeros, a mucho mejor resguardo que el que ofrecía el sistema financiero argentino.
Volveremos a ver las caras de funcionarios y burócratas que decidirán a quién se le
asigna el dólar oficial y a quién no, y quienes tengan la suerte o el privilegio de recibir
dólares oficiales podrán competir y utilizar sus actividades económicas con mayores
beneficios que aquellos que deban recurrir al mercado secundario, paralelo, o como se
lo quiera llamar.
Por más controles que se puedan imponer, volveremos necesariamente a las
fraudulentas subfacturaciones y sobrefacturaciones de nuestro comercio exterior, que
permitieron obtener pingües ganancias a muchos inescrupulosos importadores y
exportadores.
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SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
SR. JOBE, MIGUEL ANTONIO.- Señor presidente: en nombre del bloque Unidad
Federalista, que compone el Interbloque Federal de Partidos Provinciales, vengo a
sumar mi voz en este recinto. Trataré de ser lo más breve posible a fin de que mis
compañeros puedan hacer uso de la palabra.
Quiero expresarme de la misma forma que lo hiciera aquí el señor presidente de
la Nación, doctor Eduardo Duhalde, quien dijo que la Argentina estaba quebrada y
fundida. Con el mismo énfasis deseo señalar que el proyecto de ley en consideración
perjudicará fundamentalmente al obrero y al empleado argentinos. Esto se va a producir
-es necesario decirlo- como consecuencia de la salida de la convertibilidad y de la
devaluación.
Los trabajadores arrancaron mal en esta carrera porque tienen un salario fijo y no
pueden recuperar sus ingresos; entonces, el primero que pierde es el trabajador
argentino. Debemos señalarlo así, con todas las letras, para que se entienda; y es preciso
que todos nosotros, como representantes del pueblo, lo expresemos de esta manera.
Se requiere que el país dé trabajo a la gente; ésta debe tener la posibilidad de
ganar su sustento diario con el sudor de su frente. Así lo señalamos cuando se consideró
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la reforma laboral; solucionaremos los problemas no con planes Trabajar sino apostando
a la pequeña y a la mediana industria, con gente que quiera trabajar. Desde hace tiempo
venimos diciendo que la gente no quiere dádivas sino ganar su salario honestamente, un
haber digno y no devaluado.
Por lo expuesto, adelanto mi voto negativo en general al proyecto de ley en
discusión. En cuanto al debate en particular, fundamentalmente acompañaremos dos
artículos. Por un lado, aquél que se refiere a la pesificación, porque no es justo que
quien ha comprado una casa, ha reformado la que tenía para vivir mejor o ha invertido
en su empresa, hoy deba pagar los costos de la actual situación. Esos costos debe
pagarlos el sector financiero, porque se llevó mucha plata; entonces, como los socios
deben ser tales tanto en las ganancias como en las pérdidas, ese sector deberá aportar lo
que corresponda para ayudar al trabajador y al pequeño y mediano industrial argentinos.
Otro de los artículos que vamos a acompañar es el que se refiere a las tarifas.
Nadie discute que hace quince o veinte años muchas de las empresas brindaban pésimos
servicios. Si bien a partir de la privatización algunas de ellas han mejorado la calidad de
vida de los argentinos, también han causado perjuicios para la Nación porque se han
llevado las ganancias. Entonces, deberán traer esas ganancias para que nuestro pueblo
no se vea perjudicado con el alto costo de los servicios.
Si no logramos que en nuestra sociedad haya equidad, lamentablemente no
tendremos destino como país. Me duele mucho decirlo.
Esta será una noche especial porque es la Noche de Reyes; no quisiera pensar
que este proyecto sea un amargo regalo para el pueblo argentino.
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SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
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Así esta dirigencia política llegó a este fracaso, por abonar ese pensamiento mágico y no
dar la pelea política, por no decir al pueblo argentino cómo funcionaba el régimen de
convertibilidad, a quien supuestamente beneficiaba.
Lamentablemente creo que todavía no hemos aprendido la lección y seguimos
con pensamientos mágicos y con esta suerte de realismo mágico que nos han vendido: si
les va bien a los de arriba, va a gotear para los de abajo; lo que es bueno para los
bancos, para los grupos económicos concentrados y para las empresas privatizadas, es
bueno para el país, y por cierto esto no es exactamente así.
¿Cómo se pudo llegar a esta situación? ¿Por qué se sostuvo la convertibilidad?
Porque la convertibilidad es un instrumento, pero un instrumento dúplice; es como un
cuchillo que corta de los dos lados. Por una parte se instaló en la sociedad en general la
idea de que la convertibilidad era la madre de la estabilidad, y es cierto, tuvimos
estabilidad.
Pero además, por la naturaleza del régimen, no sólo trajo la estabilidad sino dos
terribles problemas: la desindustrialización y el endeudamiento externo y la fuga de
capitales. Hay que entender cómo funciona el régimen de convertibilidad. En su
momento el ex ministro Cavallo decía que era un seguro antiinflacionario, pero
realmente resultó costosísimo. Fue una solución que se tuvo que tomar en su momento
frente a la emergencia, pero de esa solución no se salió, y por cierto los economistas
discuten acerca de la conveniencia de tener un cambio fijo o uno flexible.
Lo cierto es que pocos países adoptaron la convertibilidad. Fíjense que países
como Australia y Canadá, que tienen una estructura productiva parecida a la nuestra, es
decir una estructura agroexportadora que no fija precios en el plano internacional,
cuentan con un sistema de cambio flexible. Ese mecanismo les permite adaptarse a los
cambios, y las crisis no encuentran la rigidez que sí hallan en la Argentina.
Por otro lado, debemos tener en cuenta que la convertibilidad comprende tres
aspectos. El primero tiene que ver con el tipo de cambio, o sea, con el valor al cual se
fija el dólar. Así, cuando se sancionó la ley de convertibilidad se fijó el dólar en un nivel
muy bajo, a pesar de que alguien había hablado de la necesidad de establecer un dólar
recontra alto.
Con esa decisión se tuvieron en cuenta los intereses de quienes estaban pensando
cómo la Argentina hacía frente a su endeudamiento externo, en detrimento de quienes
procuraban encontrar la forma de cómo la Argentina debía relacionarse con el mundo
para que la globalización no fuera tan perjudicial.
Si analizáramos la secuencia histórica sobre el tipo de cambio en la Argentina,
veríamos que la misma persona -el doctor Cavallo- fijó en 1982 un tipo de cambio
equivalente hoy a cuatro pesos. De ese modo se licuaron las deudas de los grupos
locales, que estaban en pesos. Luego, como todos sabemos, fijó el tipo de cambio en un
peso. Como el tipo de cambio es el que define el perfil productivo de un país, no se
puede utilizar esa herramienta para defender intereses particulares.
Por otra parte, diría que la convertibilidad funcionó como la tablita de Martínez
de Hoz, pero para siempre. Con esto me estoy refiriendo a otro aspecto de la
convertibilidad, ya que este sistema de alguna manera sirvió para garantizar a los grupos
económicos y a los sectores del capital concentrado de la Argentina un mecanismo para
fugar capitales.
En el proceso de fuga de capitales esos grupos económicos encontraron en el
Estado a un gran proveedor de los dólares que se iban. Digo esto porque usaron al
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Estado y al endeudamiento externo para conseguir los dólares que luego fugaban.
Tengamos en cuenta que por cada dólar en el que se endeudó la Argentina hubo un
dólar de fuga. Por eso hablamos de una deuda perversa, ya que funcionó como un
sistema de fuga de capitales.
En ese sentido quiero rescatar la tarea que llevó a cabo la comisión que presidió
la señora diputada Carrió, que se encargó de investigar las operaciones de lavado de
dinero. Esa comisión entregó a esta Honorable Cámara un informe que pone de
manifiesto la vinculación que existió entre el lavado, el endeudamiento externo, la fuga
de capitales y la evasión fiscal. No tengo dudas de que este es el verdadero problema
que debemos enfrentar, porque además de la desocupación y de la desindustrialización
se llevaron fuera del país 130 mil millones de dólares.
En mi opinión es muy difícil que la Argentina salga de este problema si no
aborda las cuestiones vinculadas a la fuga de capitales. Algunos dirán que la fuga de
capitales tiene que ver con inversiones que se hacen fuera del país, pero eso no es cierto.
Por ejemplo, en el informe Basualdo sobre fuga de capitales se demuestra que entre el
84 y el 89 por ciento de la fuga de capitales corresponde a activos financieros, es decir,
plata que se fue de la Argentina.
Me pregunto qué vamos a hacer con esta herencia. Estamos tratando de idear un
país productivo e industrializado, pero me gustaría saber también qué vamos a hacer con
la deuda y con la fuga de capitales. Por ello, reitero que esta Cámara tiene la obligación
de crear una comisión que se encargue de investigar la deuda y la fuga de capitales, para
determinar las responsabilidades políticas. Acá hubo responsables políticos de este
endeudamiento y de esta fuga de capitales. Debemos decir cuáles fueron los grupos que
se beneficiaron y demostrar que podemos rearmar un régimen y un sistema que no
permita que estos grupos sigan beneficiándose.
Sé que muchos están pensando en la figura de Domingo Cavallo. A mí me
gustaría hacer un juicio político a Domingo Cavallo y a todos los responsables del
endeudamiento, pero también me agradaría que tomemos conciencia de que existen
otros personeros.
Me asombró mucho que hace diez días se convocara a una reunión al señor
Daniel Marx. Se lo hizo para analizar el problema de la deuda argentina, olvidando que
fue el responsable durante estos últimos años del manejo de las finanzas externas
argentinas. Y me preocupa aún más cuando escucho versiones de que el señor Daniel
Marx va a participar de las negociaciones que se harán la semana próxima en
Washington. Les quiero recordar que este señor tiene impedida la salida del país por la
denuncia que junto con el señor diputado Bravo y las señoras diputadas Carrió y Ocaña
hemos formulado por malversación y por el negociado incurrido en el "megacanje".
Nuestra tarea consiste en este "Nunca más" que debemos construir; si eludimos
esta responsabilidad vamos a volver a chocar con el mismo problema.
Acá se habla del déficit y de la emisión irresponsable que culminó con la
hiperinflación. ¿Saben que no es así? ¿Saben que la emisión irresponsable no se la llevó
el pueblo, como tampoco se llevó los dólares de la deuda externa?
Cuando enterramos el anterior régimen, el de la hiperinflación -hoy estamos
enterrando el de la convertibilidad-, el señor Roque Fernández hizo un balance y dijo en
qué se fueron los 41 mil millones de dólares que faltaban en concepto de déficit en la
Argentina. ¿Saben lo que dijo el señor Roque Fernández, que fue ministro de Economía
de Menem? Todos saben quién es. Dijo que con esos 41 mil millones de dólares se
benefició el Tesoro en menos de la cuarta parte. Después agregó textualmente: "La
perseverante gestión de diversos grupos de presión ha conseguido apropiarse de más de
tres cuartas partes de la emisión. Créditos externos subsidiados, entidades intervenidas y
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estamos en una zona donde rige el dólar, hemos adoptado el dólar como moneda de
pago.
Esto no se está derogando por medio de esta iniciativa, sino que se mantiene.
Pero no sólo sucede eso, sino que a la par que se mantiene la posibilidad de pagar en
dólares tendremos una moneda que no podrá ser indexada, porque el proyecto de ley
enviado por el Poder Ejecutivo dispone que no se puede indexar.
Entonces, ¿qué puede pasar en una economía donde existe, por un lado, la
cultura del dólar, y por el otro, un peso que ya no será más convertible, que no se sabe
qué respaldo tiene y que no se puede indexar? ¿Quién puede firmar un contrato en
pesos? Nadie, porque no se mantendrá el valor de las obligaciones que se contraigan en
esta moneda, dado que no se sabe cómo se podrá sostener el valor de ese capital. En
definitiva, avanzamos hacia una dolarización de facto.
Sé que se han hecho esfuerzos para que esta devaluación no sea traumática, pero
creo que no van a servir porque estamos volviendo a lo mismo, a nudos gordianos que
no estamos desatando. Estamos volviendo a la idea de salvar a los bancos. Si un
depositante confió en una entidad bancaria y depositó en ella su dinero, aquélla tiene
que devolvérselo, tiene que cumplir el contrato. Para eso el señor Pou sostuvo durante
muchos años que era necesario extranjerizar la banca porque así tendríamos bancos
sólidos; pero resulta que llegado el momento, ¿dónde está la solidez de esos bancos?
Están pidiendo descuentos en el Banco Central para devolver sus préstamos con las
casas matrices, cuando tendría que ser exactamente al revés, es decir, que sus casas
matrices financien sus operaciones en la Argentina.
Estamos ante un caso de fuerza mayor, pero también hay corresponsabilidad de
los bancos. Y tampoco se puede alegar la propia torpeza, porque existe una enorme
responsabilidad de los bancos en toda esta situación. Ellos eran conscientes de lo que
estaba pasando. Ellos sabían qué pasaba con el dinero que se prestaba.
¡Qué bien hubiera venido que dos años atrás se impusiera un derecho de
exportación al petróleo, cuando su precio era de 27 dólares, con el objeto de destinarlo a
un subsidio para el desempleo, tal como se propiciaba en un proyecto de ley de mi
autoría! En cambio, ahora se propicia que el derecho de exportación del petróleo se
destine a los bancos. Evidentemente no hay cambio alguno; sigue existiendo ese
realismo mágico de que llueve hacia arriba.
En relación con el grave problema de la deuda externa, cabe preguntar por qué
no se desdolariza también. ¿Por qué nos quedamos a mitad de camino? Estamos de
acuerdo con que se desdolaricen las tarifas de las empresas privatizadas, pero ¿por qué
no desdolarizamos la deuda externa?
Los señores Cavallo, Marx y Liendo concretaron un canje local de deuda por 55
mil millones de dólares que pertenecen a tenedores locales de títulos. ¿Por qué no
devolvemos pesos indexados, con las quitas que correspondan? Estoy hablando de
desdolarizar en serio, no una sola parte de la economía ni de modo encubierto, al
sostener que se van a renegociar los contratos. ¡Vaya a saber cómo terminan esas
renegociaciones! Con seguridad en manos de la comisión encargada del seguimiento de
las privatizaciones, que fue la que permitió la dolarización de las tarifas que no figuraba
en ninguno de los contratos.
Resulta claro que no se pueden seguir implementando políticas y medidas que
están destruyendo al Estado argentino. Alguien sostuvo en este debate que en diciembre
pasado los ingresos del Estado cayeron un 33 por ciento. Lo cierto es que esta
disminución no se registró por una caída de la actividad, sino porque están vigentes
todos los decretos suscriptos por el señor Cavallo que permiten a los grandes grupos
económicos pagar los impuestos con títulos de la deuda que compran a 40 y entregan a
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SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.
La Presidencia le recuerda que tiene siete minutos para hacer uso de la palabra.
SRA. OCAÑA, MARIA GRACIELA.- Señor presidente: así como muchos señores
diputados preopinantes han expresado que asistimos al fin de la convertibilidad, yo diría
que estamos observando una de las últimas etapas del fin de un régimen impuesto hace
veinticinco años en la Argentina. Hoy estamos terminando con la paridad cambiaria,
una paridad que fue fijada por años en forma arbitraria al servicio de intereses muy
concretos del capital financiero y de sectores concentrados del empresariado.
¿Estamos ante un cambio que algunos de mis colegas calificaron como
revolucionario en las relaciones con estos sectores de poder? Creo que no, porque
continuamos -estoy convencida de ello- con el mismo comportamiento por parte de
algunos lobbies sectoriales que siguen saqueando al país, ahora desde propuestas con las
que intentan licuar deudas o consolidar privilegios inadmisibles para los sectores
financieros. Todo esto sucede -como todos sabemos- ante la mirada angustiada de un
pueblo que observa cómo lo único que no se defiende ni se ha defendido es su salario y
los derechos de los depositantes de los fondos que confiaron en la Argentina y no se
fueron.
Con preocupación vemos la diferencia existente entre el borrador que se nos
hizo llegar en el día de ayer y la versión que hoy ingresó al Parlamento, en la que no
figura el artículo 6°, que aunque en forma general reconocía en uno de sus enunciados
la devolución de los depósitos y el mantenimiento de su valor, tanto en dólares como en
pesos. Esta promesa no está en el proyecto que ingresó esta tarde en la Cámara de
Diputados.
El ARI va a proponer en el debate en particular que dicho enunciado sea
nuevamente incluido en el articulado. La preocupación surge del hecho de que sigue
vigente la suspensión de la intangibilidad de los depósitos. Además, queremos que los
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Por otro lado, hubiésemos deseado que también se analizaran los problemas de
competitividad de la economía -el famoso costo argentino- dejando para el final el
tratamiento de la cuestión relativa al tipo de cambio. No repetiré lo que aquí se ha dicho
en cuanto al impacto negativo que la devaluación tendrá sobre el ya regresivo esquema
de distribución del ingreso en la Argentina, o la transferencia de recursos entre distintos
sectores, sobre todo aquellos de ingresos fijos y quienes exportan bienes.
Hubiésemos querido que lo social no fuera relegado a un lejano plano, pues se
trata de la problemática más dramática de nuestro país. El señor diputado Matzkin se
refirió a las "patas" del nuevo programa económico; entre las cuatro patas a las que hizo
referencia señaló la monetaria y la cambiaria, pero ninguna alusión hizo al problema de
la exclusión y la pobreza en la Argentina. Este último punto debe formar parte de
cualquier programa económico serio en nuestro país.
¿Cuándo lograremos entender que el problema central de nuestra economía es la
depresión? La depresión y la falta de reactivación de nuestra economía se relacionan
con un mercado interno absolutamente desintegrado, con un aparato productivo
desquiciado y con la aplicación de las políticas económicas que hemos conocido durante
los últimos doce años.
Nos preocupa mucho la amenaza inflacionaria. Ya estamos asistiendo a un
torneo de remarcación de precios en el país. Estamos viendo -hoy se anuncia en los
medios- que el efecto inmediato de la devaluación será un aumento en el precio del
trigo, y por ende del pan, quizás el alimento básico de la canasta familiar.
Estamos viendo que comienzan a escasear algunos medicamentos. El problema
de falta de insulina -hay millones de diabéticos en el país- ya ha entrado en la zona
crítica del desabastecimiento por obra y gracia de los especuladores.
Es cierto que en su artículo 13 el proyecto contiene una norma que no podemos
soslayar ni dejar de rescatar. La pregunta que surge es hasta dónde el aparato estatal -
desmantelado durante años, con abandono de todo tipo de regulación y presencia en la
economía- está en condiciones de controlar tanto la escalada de precios -fruto de la
especulación- como el propio desabastecimiento.
Lamentablemente, la cultura especulativa de todos estos años de modelo de
especulación financiera ha calado hondo en la conducta de los agentes económicos.
Tememos lo que pueda ocurrir; ya se comienzan a percibir los primeros signos.
En cualquier país la devaluación produce remarcación de precios. En el nuestro
estamos viendo el espectáculo inverso: la remarcación precede al anuncio de
devaluación. Esto no hace sino alertarnos sobre episodios que eleven aún más el nivel
de crisis económica y de conflictividad social en la Argentina.
Hubiésemos querido comenzar discutiendo los otros aspectos, que a nuestro
juicio son prioritarios, aquellos que aquí se han señalado y que de alguna manera hemos
adelantado. No entendemos que, justamente, se empiece al revés, es decir por la
discusión de uno de los aspectos del modelo de convertibilidad, que es el tipo de cambio
fijo, sabiendo que la devaluación de la moneda tendrá como resultado inmediato los
efectos negativos que aquí se han comentado.
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bien y en otros muy parcialmente- los efectos negativos que va a provocar esa
devaluación.
Sobre todo no entendemos que esto se plantee en el marco de una amplísima
delegación de facultades, tal como la que se prevé en el artículo 1°.
Este Congreso ha estado predispuesto a sesionar y debatir aun en las
circunstancias más difíciles y adversas. Demostramos estar dispuestos a debatir con
franqueza y firmeza en el marco de nuestras convicciones, pero con mucha sensatez, los
problemas de los argentinos y las soluciones que necesita el país.
Habría que haber puesto en consideración cada uno de los temas en este
Congreso, que debería sesionar en forma permanente en lugar de reeditar imágenes que
nos retrotraen a decisiones que ya tomó otras veces, mutilándose y privándose de
facultades, cuando todos sabemos que no fueron usadas tan exitosamente, que
constituyeron cheques en blanco que se prestaron a la discrecionalidad y poco hicieron
para resolver los problemas concretos de los argentinos.
Se ha dicho aquí que no se necesita fundamentar demasiado la emergencia. Yo
quiero decir que desde 1989 vivimos en emergencia, que una ley de emergencia sucedió
a otra, y éstas han tenido un muy dudoso éxito para resolver los problemas que
recurrentemente tenemos que debatir.
No creo que la vía de mutilar las facultades del Congreso sea un mecanismo
idóneo para resolver los problemas de la Argentina. Por el contrario, sostengo la
necesidad del pleno funcionamiento del Congreso, y que la verdadera unidad nacional
debe darse en este marco, en la discusión cristalina, transparente, de cara a la sociedad,
de cuáles son los instrumentos que los argentinos necesitamos para salir de la crisis. No
conozco otra unidad nacional que no pase por esta discusión franca, seria y responsable
de los problemas del país. No confundamos unidad nacional con componendas de
cúpulas políticas, porque no es lo mismo.
En este mismo recinto se han hecho promesas a los argentinos, que la Asamblea
Legislativa aplaudió de pie y que generaron esperanzas y expectativas en muchos
argentinos. Se habló de la implementación de un seguro de empleo y formación; se
prometió a los argentinos la creación de un Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil;
se habló de la creación de un millón de puestos de trabajo. Hoy estos temas aparecen
absolutamente ausentes de las prioridades de la nueva política económica que se pone
en marcha. Esto nos preocupa y requiere una explicación.
No habrá resolución de la crisis -lo decimos con dolor y preocupación- mientras
permanezcan intactas las causas que empujan a la desesperación -y en muchos casos, a
la violencia- a millones de argentinos que hoy no tienen para comer. Esto es grave y no
se dio nunca en nuestro país. Esta también es una exhortación para que en la agenda de
los problemas nacionales se incorpore esta cuestión como un tema prioritario.
Hay millones de argentinos que deambulan día a día buscando un trabajo que no
consiguen, volviendo a sus casas sin el pedazo de pan para poner sobre la mesa para que
se alimente su familia, para que coman sus hijos. Este no es un tema menor ni
secundario, no es un tema que pueda ser relegado. Si no, vamos a estar abordando desde
la superficialidad y desde la orilla la problemática económica y social de nuestro país.
Nuestra bancada va a votar en contra de este proyecto de ley por las razones que
se han expuesto, porque creemos que la devaluación era el último tema que había que
tocar a la hora de encarar los problemas que angustian y afligen hoy a nuestros
compatriotas. No hay referencias claras y serias al problema de los millones de
argentinos que están atrapados en el "corralito". En este mismo recinto transmitimos
una propuesta, una idea, que precisamente no fue nuestra. La rescatamos de la iniciativa
de algunos dirigentes del Frente Nacional contra la Pobreza: la creación de un
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fideicomiso con la deuda de los grandes deudores del sistema financiero, para ir
atendiendo al pago de las cuentas menores.
En este mismo Congreso se aprobó por unanimidad excluir del congelamiento de
los depósitos a los sueldos y las jubilaciones, y en este proyecto estamos suspendiendo
por seis meses la aplicación de esa iniciativa. Me duele que lo que ayer firmamos con la
mano hoy lo borremos con el codo, porque esa norma no solamente daba respuesta a
una demanda justa sino que además iba a jugar un rol positivo en la reactivación de la
demanda y en el movimiento de la actividad económica argentina.
Dejo constancia de mi preocupación por ese tema.
Finalmente, por las razones que hemos explicitado adelanto nuestro voto
negativo, sin perjuicio de que durante el debate en particular acercaremos nuestras
observaciones y propuestas a efectos de que el proyecto que hoy se va a sancionar sea
corregido en algunos puntos que nos preocupan. (Aplausos.)
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no se va a devaluar. Pero los sectores que tienen poder, que poseen más información
sobre la debilidad estructural de la economía argentina se llevaron el dinero y por eso
ahora el sistema cayó en estado de insolvencia y no se pueden devolver los depósitos a
los pequeños y medianos ahorristas.
Este es un claro ejemplo acerca de cómo desde el Estado se permitió la adopción
de medidas a favor de ese poder y en contra de la gente. Cuando el anterior ministro de
Economía, Cavallo, anunció el famoso "corralito", ni bien una persona concurrió al
primer cajero automático ya no tenía disponibles sus fondos. Pero también anunció el
control de la fuga de divisas, y sin embargo esa medida no fue aplicada en términos
inmediatos, permitiendo a los poderosos realizar todos los dibujos jurídicos necesarios
para anticiparse a los efectos negativos que sobre sus intereses pudiera causar esa
medida. Este es otro ejemplo más de cómo el Estado -en este caso, con nombre y
apellido- defiende intereses concretos.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
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SR. ALESSANDRO, DARIO PEDRO.- Señor presidente: hace menos de una semana
estábamos en este recinto donde una holgada mayoría parlamentaria decidió dar
gobernabilidad a la Argentina, salir de una situación de vacío de poder -que sabemos
que nunca termina bien-, poner fin a una situación de acefalía que se había provocado
en el país y restablecer una autoridad legal y legítima, porque el gobierno que elegimos
aquí tenía legalidad y legitimidad y la sigue teniendo.
Nos fijamos dos objetivos. Este país necesitaba gobernabilidad para salir de la
situación en la que se encontraba, y esa gobernabilidad tenía que ir en el sentido de
cambiar el rumbo económico porque era éste lo que nos estaba llevando a la situación
de falta de gobernabilidad. Son dos objetivos difíciles de cumplir cuando hay una
situación de crisis, pero es necesario llevarlos adelante.
¡Por eso, no voy a permitir de ninguna forma las expresiones vertidas hace unos
momentos en el sentido de que aquí se había constituido un pacto delincuencial de
repartija de cargos! ¡El Congreso tomó una decisión responsable para que el país no se
anarquizara, porque sabemos que con la anarquía el que más sufre es el pueblo
argentino en su conjunto! Me siento profundamente ofendido por esas expresiones.
Hubo una mayoría parlamentaria -con cuyas decisiones se podrá estar de
acuerdo o no- que hace seis días resolvió algo que la sociedad ha acogido con
beneplácito, por lo que de ninguna manera podía dejar pasar las expresiones vertidas
hace un rato por un señor legislador.
En segundo lugar, quiero decir que hoy estamos tratando nada más y nada
menos que la forma de salir ordenadamente del régimen de convertibilidad o, mejor
dicho, el modo de oficializar una situación de hecho. Esto explica la urgencia en hacerse
cargo de esta situación. Aquí no se trata de una situación ideal en la que al desplegarse
un programa se puede ubicar una medida en el séptimo, octavo, noveno o décimo lugar.
¿Acaso no sabemos que hace quince días que hay feriado cambiario en la Argentina?
¿No sabemos que en el exterior dijeron, antes de que se expresara aquí, que el régimen
de convertibilidad no iba más y había que buscarle una salida?
No estamos en una situación ideal en la que el gobierno que llega puede definir
un orden de prioridades. Estamos ante una realidad que se impone. Es el conjunto de la
dirigencia política, económica y social de la Argentina el que tiene no sólo que buscar a
quién denunciar sino encontrar los caminos de solución para la crisis.
Por eso, nosotros decidimos constituir esta mayoría parlamentaria para dar una
salida a los problemas que vive la Argentina. Consideramos que el tema del régimen
cambiario es algo que nos impone la realidad y que hay que atender. Solucionar esa
cuestión se relaciona con muchos conceptos que se han señalado aquí, como por
ejemplo repartir mejor los ingresos, generar trabajo y ocuparse de las economías
regionales.
No se trata simplemente de analizar cómo mejoramos la situación de los que ya
están exportando en la Argentina, porque evidentemente la modificación del tipo de
cambio posibilita intervenir competitivamente en el mercado internacional y estar en
mejores condiciones para exportar nuestros productos; también tiene otras ventajas, que
se traducen en el mercado interno. Indudablemente, una modificación del tipo de
cambio -o sea, una devaluación- opera como protección para las empresas e industrias
que están en la Argentina. Vamos a sustituir productos importados por productos
locales. No se trata simplemente de lo que vamos a exportar, que de por sí es muy
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devolución de sus ahorros. De allí que apoyamos y reivindicamos esta medida; todos
sabemos que durante las últimas cuarenta y ocho horas hubo lobbies para que no
figurara la disposición a la que acabo de aludir, es decir, la creación de un derecho a la
exportación de hidrocarburos.
El proyecto en análisis también tiende a corregir otra de las anormalidades que
hemos vivido en los últimos años: un régimen único, de cambio fijo. A pesar de no
haber inflación, existía un sector que podía seguir aumentando los precios; me refiero a
las empresas de servicios públicos. Veamos lo que sucedió a partir de 1991: mientras
los precios del sector industrial sólo aumentaron un 14 por ciento, el valor de los
servicios públicos se incrementó en un 108 por ciento.
Por lo tanto, venimos a corregir una situación de naturaleza estructural y
desigual que vivió la economía argentina. Hemos tomado la decisión de que se
pesifiquen las tarifas porque no es posible que éstas sigan indexándose sobre la base del
dólar o de la tasa LIBOR, como sucedía a pesar de haber vivido nuestro país una época
deflacionaria.
Otra de las anormalidades a la que es necesario poner fin se relaciona con el
endeudamiento durante los años de la convertibilidad. Si me permite, señor presidente,
daré lectura del pasaje de un libro escrito por el economista argentino Walter Graziano,
intitulado Las siete plagas de la Argentina. Bajo el título El imperio del sinsentido,
leemos lo siguiente: "Deflación no es contrario a inflación, es algo mucho peor, y hoy la
economía se encuentra en deflación. Si con inflación se indexan los sueldos..."
SR. ALESSANDRO, DARIO PEDRO.- Continúo, señor presidente. "Si con inflación
se indexan los sueldos, los salarios, las deudas, las tasas de interés, en deflación hay una
variable fundamental que no puede reducirse: el endeudamiento, porque la tasa de
interés no puede ser menor que cero. Si un ministro..." -como lo hizo- "...decide bajar
los sueldos, los precios, las tarifas públicas, supongamos el 10 por ciento, el problema
es que la tasa de interés sigue siendo positiva..." -y en la Argentina fueron muchísimo
más que positivas- "...y las deudas, lejos de contraerse, siguen aumentando. Puede
ocurrir que un país necesite una deflación importante para encontrar su nuevo punto de
equilibrio y volver a crecer, para ordenar sus salarios, sus precios, sus tarifas públicas.
Lo que no puede lograr es reducir las deudas, las cuales por el contrario aumentarán
algo, y si una empresa, por ejemplo, tenía un nivel de deuda de cien y de ganancias de
diez, tras un proceso de deflación continua probablemente tenga un nivel de deuda de
ciento diez y un nivel de ganancias de cuatro. La deuda es mucho más difícil de pagar,
la rentabilidad es mucho menor, y es probable que los propios intereses de la deuda
transformen incluso lo que era exigua ganancia en pérdida. Este razonamiento es el que
llevó no sólo al keynesianismo sino también a otras escuelas económicas a desaconsejar
procesos deflacionarios como forma de ajuste de las variables. Esta es la causa por la
cual los países tratan de evitar las deflaciones, y esta es la razón por la cual no existe
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deflación prolongada en los anales de la historia mundial que haya concluido bien. La
deflación que se produjo en los Estados Unidos, por ejemplo, en la década del 30,
durante tres años, y que no conducía a ningún buen final, se interrumpió por medio del
New Deal."
Con esto quiero significar que estamos atendiendo preferentemente la situación
de endeudamiento de los argentinos por dos vías: una general, posibilitando una
reestructuración de la deuda, y otra vía particular y explícita, con los escasos recursos
que tenemos, por la cual se pesifican las deudas de hasta 100 mil pesos.
De acá en adelante debemos prestar especial atención acerca de cómo seguir
enfrentando este problema de la pesificación y la reestructuración de las deudas, no sólo
las de los particulares -los que tienen créditos hipotecarios, prendarios y personales-
sino también las deudas de las empresas, que están atravesando una mala situación. Si
en nuestro país las empresas se funden, no hay más trabajo y no hay salarios.
Por eso es muy importante prestar atención a este proceso que se ha vivido en la
Argentina, en el que todo ha tenido que deflacionarse para poder mantener la
convertibilidad, salvo una cosa: las deudas, porque la tasa de interés siempre tiene que
ser positiva.
Por esta razón, el artículo 6°, que explicita el mecanismo de reestructuración de
las deudas, para nosotros cobra un rol fundamental en este proceso de oficialización del
abandono de la convertibilidad que a partir de hoy llevamos adelante en la Argentina.
También quiero marcar los tres elementos que, a nuestro juicio, deben tenerse en
cuenta para el manejo del conjunto de la comunidad política, económica y social de
nuestro país en horas tan difíciles: hay que tener firmeza en la toma de decisiones, tal
como se está haciendo en este momento, porque sin duda hay una acción muy fuerte de
sectores concentrados de la economía para que, por ejemplo, no se pesifiquen las tarifas
o para que no se aplique el derecho de exportación al sector de hidrocarburos. Vamos a
acompañar esa actitud de firmeza para que puedan llevarse adelante estas medidas.
Hay que tener mucha responsabilidad para no proponer salidas y soluciones
demagógicas que sabemos que después no se pueden cumplir y terminan en una nueva
defraudación.
También llamamos a obrar con mucha prudencia aun a quienes no están de
acuerdo con estas medidas. No debemos agitar apocalípticamente problemas que
indudablemente se pueden dar en esta situación, ya que la Argentina necesita como
prioridad recuperar un marco de convivencia y de paz social que hoy está perdido.
Pensamos que estas tres reglas deben ser llevadas adelante no sólo por la
dirigencia política sino también por la dirigencia económica y social de nuestro país.
Por último, quiero referirme a cuáles eran las opciones que teníamos, para ver
con toda honestidad y crudeza qué es lo que podíamos hacer en el país. Desde mi punto
de vista, y creo que desde el de la mayoría, no cabe duda de que el régimen de
convertibilidad ya no era sustentable. Esto no lo decíamos únicamente en el país sino
que también se comentaba en el exterior, en los círculos académicos y en aquellos que
deciden dónde se hacen las inversiones. En el exterior consideraban que la Argentina en
algún momento, más antes que tarde, iba a tener que salir de la convertibilidad, y el
momento llegó.
Entonces, para no engañarnos, debemos reconocer que las alternativas no eran
múltiples. Una era la que algunos proponen, la dolarización. No estamos en absoluto de
acuerdo con ella, la combatimos y la combatiremos, porque lejos de solucionar los
problemas de competitividad, los eterniza, y tampoco resuelte los problemas que tiene la
Argentina para afrontar sus compromisos. Además, nos saca el prestamista de última
instancia, que vuelve a ser el Banco Central, y ata para siempre las decisiones de
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SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
SR. CARBONETTO, DANIEL.- Señor presidente: hoy es un día histórico. Digo esto
porque el 27 de marzo de 1991 se inició una etapa cuyos resultados, después de once
años de vigencia del modelo de convertibilidad y de neoliberalismo, nos arrojaron a una
situación social, económica y productiva de verdadera bancarrota del país. Por eso es
histórico que le pongamos fin a ese régimen.
Es cierto que buscar responsabilidades en el pasado hoy no tiene importancia, al
menos en una noche como ésta. Pero también es cierto que la memoria tiene que servir
para no volver a cometer los errores del pasado.
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Queda en claro que ese modelo tendría que haber sido un instrumento de corto
plazo que permitiera apaciguar las presiones inflacionarias del momento y las
incertidumbres de los ciudadanos. Quizás se lo tendría que haber concebido de un modo
distinto para que durara un poco más, mediante una canasta múltiple de monedas, con
una previa devaluación al estilo del tradicional colchón cambiario. Pero en las
condiciones en que se lo concibió fue inevitable que nos llevara a esta combinación
perversa, apoyado en una serie de filosofías y de políticas que comenzaron a ponerse de
moda en el mundo después del consenso de Washington.
Atar una moneda como la argentina a la moneda más dura del mundo, que está
respaldada por el crecimiento de la productividad más alto del planeta, fue un verdadero
dislate técnico. El modelo no se agotó, sino que fue mal concebido, y los resultados se
fueron viendo año tras año.
Si se hubiese atado nuestra moneda al dólar durante uno o dos años no hubiera
sido demasiado grave, porque sólo se habría producido un retraso cambiario que podría
haber sido corregido estableciendo una igualdad entre el peso y el real en lugar de
hacerlo entre el peso y el dólar, para seguir detrás de la flotación sucia de aquella
moneda. Les puedo asegurar que cualquier proyección que hiciéramos hacia el pasado
con una relación entre el real y el peso nos daría como resultado un país totalmente
diferente: no tendríamos decenas de miles de pequeñas empresas quebradas, no habría
tantos pequeños empresarios del interior del país que terminaron en el suicidio, no
tendríamos un 53 por ciento de la población económicamente activa de la Argentina
excluida de lo que llamamos el sector moderno de la economía. A estos datos
tendríamos que sumar los del desempleo abierto -probablemente la próxima medición
arroje un índice cercano al 20 por ciento- y los del desempleo no abierto, o sea, el
llamado sector informal de la economía. Nos encontraremos así que con eso, más el
subempleo moderno, se supera el 50 por ciento de nuestra población excluida de la
economía moderna.
El producto de estos casi once años de convertibilidad y de un modelo neoliberal
fue simplemente la exclusión y la destrucción de la trama empresarial argentina.
También se hizo ver esto en el sector externo.
Hace años que era obvio -por lo menos desde 1996 en adelante- que la Argentina
era absolutamente incapaz de crecer a tasas razonables del 6, 7 u 8 por ciento, y al
mismo tiempo exportar más de lo que importaba.
Cuando el retraso cambiario es acompañado, además, por una apertura
indiscriminada de las importaciones; cuando es acompañado por un desmantelamiento
evidente de la Aduana y por la tolerancia que en un momento tuvo esta Cámara al
discurso único, que no dejaba otra posibilidad que la del chantaje de los economistas de
la ortodoxia a la clase política argentina, se produce lo que vimos en los años pasados:
una falta de competitividad creciente de la industria y de la producción nacional, que no
pueden enfrentar el juego de los precios relativos con los bienes transables.
Esa pérdida de competitividad trae consigo el verso neoliberal para contarnos -
¡cuántos creyeron en eso!- que por vía de la flexibilización laboral -¿recuerdan que al
principio se hablaba de modernización?- se iba a solucionar todo. Después sancionaron
una ley tras otra de modificación de las relaciones laborales para debilitar
permanentemente la capacidad de negociación de los trabajadores. Poco a poco el
resultado se hizo evidente: r por invasión de manufacturas extranjeras, por debilidad de
la clase trabajadora argentina y por caída del poder adquisitivo del salario, llegamos a
tener un mercado interno en reducción constante a lo largo de los años.
Se nos venía encima la depresión. En la Marcha Federal los trabajadores
denunciaron todo esto. Es más: en el documento de 1994 proyectamos casi sin
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equivocarnos la realidad que se venía sobre los argentinos hasta el 2000. Lo hicimos sin
reproches. Pero lo cierto es que la ortodoxia recurre a chantajes permanentes.
¿Cómo puede haber producción local importante y una trama empresarial sólida
cuando la concentración del ingreso llega a cifras pavorosas en el país?
En aquel gobierno justicialista del general Perón, allá por los años cincuenta, la
mitad de la producción del país se transformaba en masa salarial y alimentaba un
mercado interno próspero. La otra mitad era masa de ganancias, que iba a reinversión, al
consumo de las familias empresarias y a los impuestos.
Así se industrializó la Argentina, y por aquella época los habitantes de nuestro
país podíamos tener no solamente como algunos dicen producción de manufacturas
finales, sino también de motores. Incluso, motores de avión. Esa era la Argentina
próspera, con una división razonable del ingreso entre los sectores del trabajo y los
empresariales.
Después de dictaduras y de gobiernos con relativa proscripción, desde 1955 a
1969, esa participación de los trabajadores en el ingreso nacional cayó -si mi memoria
no me confunde- alrededor del 37 por ciento.
Posteriormente y durante casi tres años, esa participación volvió a crecer el 50
por ciento. ¿Qué pasó con el mercado interno y con la participación de los trabajadores
en el ingreso nacional en los últimos cincuenta años? ¿A cuánto cayó esa participación?
¿Tal vez hoy estemos entre el 35 y el 37 por ciento, como algunos países, tal el caso de
los Estados Unidos? No. ¿Bajamos al 20 por ciento? Hoy las estimaciones privadas -
porque esto ya no se mide más desde el Estado- indican una participación total de la
masa salarial del 19 por ciento en el conjunto de la producción. Vale decir que no
tenemos mercado interno, no hay sistema empresario ni crecimiento en estas
condiciones de concentración del ingreso. Y esto es lo que se agigantó a partir de la
sanción de las leyes de flexibilización laboral, en la idea de que bajando el gasto público
y el salario de los trabajadores públicos se generaría confianza internacional y se
lograría un equilibrio fiscal que permitiría recuperar la confianza de los inversores.
En esa época no nos preguntábamos para qué iban a venir inversores extranjeros
cuando teníamos un país en recesión, sin mercado interno y con uno externo casi
inaccesible por el atraso cambiario. Si nos hubiéramos dado cuenta a tiempo, el
Congreso habría detenido ese proceso. Pero no fue así y tuvimos que sufrir las
consecuencias de este verdadero atraco a las reservas internacionales de nuestro país,
porque desde hace diez o doce meses ya se sabía lo que podía ocurrir. De manera que si
algún sentido tenía el "corralito", lo tenía en ese momento, antes de que se llevaran diez
o doce mil millones de dólares más de reservas. Sin embargo, se insistió en el principio
del equilibrio fiscal, en un déficit cero que jamás íbamos a conseguir disminuyendo el
gasto público, porque más rápido caerían los ingresos fiscales.
Con esto quiero decir que hay muchas cosas que discutir respecto de este
modelo, pero el núcleo de él es la convertibilidad. Por eso desde el Polo Social nos
felicitamos todos de que ahora se presente una iniciativa que le pone fin a la
convertibilidad. Esto es muy útil, porque nos saca del peligro de la dolarización y nos
permite avanzar hacia otros caminos. Pero las felicitaciones sólo caben en ese aspecto.
Este modelo que fracasó y fue socialmente perverso fue técnicamente inviable
desde un comienzo. No había que esperar once años para saberlo. Mientras tanto,
durante esos once años hubo muchas desesperanzas y se sacrificaron muchas vidas de
argentinos.
No volvamos a cometer el mismo error. No hay duda de que la iniciativa bajo
estudio, que elimina este sistema de cambio, es saludable. Tampoco hay dudas de que la
pesificación es positiva y que la instalación del control de cambios es una buena
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medida. Bienvenida la decisión de pensar que las rentas petroleras y las de otros
monopolios del país deben ser objeto de una acción impositiva orientada a poner límite
a esto.
¿Cómo no vamos a estar de acuerdo con el hecho de que, por fin, se corrijan las
tarifas de los servicios públicos, que se pesifiquen y que, incluso, se plantee respecto de
algunas de ellas una reprogramación más profunda de precios?
Allí acaba lo saludable de esta iniciativa y comienzan los problemas. En una
publicación que realizó el Polo Social tuvimos oportunidad de discutir el tema de la
convertibilidad. En particular, desde el movimiento obrero -en mi caso, como asesor
económico del Movimiento de Trabajadores Argentinos- señalamos que había que salir
de la convertibilidad; y hacíamos alusión al núcleo duro del modelo. Pero también que
se puede devaluar a favor o en contra de los argentinos; en contra de los más
necesitados y humildes del país o de quienes concentraron todas las ventajas y fueron
los privilegiados de esta segunda década infame.
Lamentamos decir que más por carencias que por sus contenidos -aunque
también por alguno de sus artículos-, este proyecto de ley en lugar de constituir un
programa para el corto plazo, reactivador y redistribuidor de ingresos, lleva ínsito el
pecado recesivo que podría atentar profundamente contra la paz social.
Aquí se habló de la teoría del riesgo mayor. Ahora bien: sumar recesión a la
devaluación y carecer de un programa para el corto plazo compensador de todos esos
efectos implica justamente no evitar el riesgo mayor. En nuestra opinión no sólo se
requiere pensar en dar alguna satisfacción a los pequeños ahorristas sino que además es
necesario recordar que el país tiene piqueteros y un 56 por ciento de excluidos.
También debemos tener en cuenta cuál será el impacto de estas medidas
devaluatorias sobre el salario real, cómo afectarán la demanda de consumo masivo, las
ventas de las empresas y el nivel de desempleo en dos o tres meses más.
Estamos convencidos de que la gravedad de la crisis y un pueblo crecientemente
movilizado a lo largo de los últimos meses ya no dejan espacio para negociar con
demasiados intereses. No negamos que aquí se rompieron algunos huevos a la hora de
hacer la tortilla, pero es necesario romper más huevos para preparar una tortilla que
realmente responda a las necesidades del país. Esto no cierra desde un punto de vista
económico pero tampoco socialmente.
Es indudable que está por nacer un nuevo modelo. Por eso este es un día
histórico. Pero también debemos recordar el histórico día en que comenzó la
convertibilidad. Por favor, no caigamos en semejantes errores por apresuramiento.
Nuestro bloque considera que más allá de los feriados cambiarios es necesario
sancionar un proyecto de ley. Por eso proponemos trabajar esta noche, y si es necesario
mañana, para cambiar esta iniciativa y entregar al Poder Ejecutivo nacional un
instrumento que en verdad modifique el sistema cambiario y simultáneamente garantice
la reactivación, el empleo y el poder adquisitivo, pues de lo contrario el resultado
pondrá en riesgo el mandato del nuevo presidente.
En la última Asamblea Legislativa nuestra bancada se pronunció por otorgar un
mandato de dos años a un presidente elegido por el bloque Justicialista. En
consecuencia, hoy no podríamos aprobar esta iniciativa que se convertiría en el
principal atentado para el éxito de este nuevo gobierno.
Es fácil ponerse de acuerdo en materia cambiaria. No es muy claro cuál es el
sistema que sustituiría al actual, pero hay libertades que el Poder Ejecutivo necesita
porque no se puede avisar a todos los especuladores cómo pueden especular mejor hasta
el martes o miércoles próximos. Probablemente se recurra a un tipo de cambio fijo más
alto o a una devaluación por la vía de la misma canasta, por ejemplo agregando el real;
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pero cualquiera sea el camino que se siga todos estamos de acuerdo en romper el
corazón de la convertibilidad.
El problema surge cuando no se encuentra una sola medida orientada a lograr la
recuperación del mercado interno, salvo la sustitución eficaz de importaciones, que
tendrá una marcha muy lenta y que sólo puede tener efectos muy mediatos, en el orden
de los tres o cuatro meses. Al principio quizá sea muy difícil esperar una reactivación.
Tampoco hay garantías para la gente que espera una respuesta clara de esta ley,
incluso para los cien mil endeudados que tienen que aguardar que el Poder Ejecutivo
haga uso de la facultad que nosotros le otorgamos. Tenemos que ser claros y definitivos.
¿Para qué otorgar la facultad si esto puede figurar directamente en la ley y así dejar en
claro el tema para todos los ahorristas, que superan el millón?
Recordemos que para ellos el hecho de que esta medida se adopte por ley -ya no
como una facultad del Poder Ejecutivo sino como una medida clara del Congreso-
traería absoluta tranquilidad, y esto es fundamental, porque la teoría del riesgo mayor es
precisamente recesión, incertidumbre y caos social. Si realmente queremos aplicar la
teoría del riesgo mayor, debemos eliminar la recesión y la incertidumbre.
Ciertamente es difícil llevar a cabo una devaluación con reactivación. Desde el
punto de vista macroeconómico implica creatividad y meticulosidad en la aplicación de
un conjunto de medidas que van a afectar los elementos cambiarios pero también la
política de corrección de precios y salarios y de congelamiento parcial de algunos
precios. Asimismo, importa aplicar una política fiscal que en las condiciones en que nos
encontramos no puede ser restrictiva, porque de lo contrario terminaremos diciendo que
el presupuesto que vamos a discutir la semana próxima -eso esperamos- tiene que
hacerse sobre la base de una recesión del 3 o 4 por ciento en el país. Si uno supone que
la Argentina no va a crecer más del 3 o 4 por ciento, el ingreso fiscal se calculará sobre
esa base, o sea que será muy modesto, muy bajo. Y si queremos déficit cero el gasto
público deberá ser igual; habrá equilibrio fiscal pero eso será una profecía
autocumplida. Podemos discutir políticas reactivadoras que nos permitan metas de
crecimiento muy superiores, lo que permitiría hacer uso del gasto público precisamente
como instrumento de recuperación de la actividad económica.
Estas son viejas discusiones, pero nunca deja de estar presente la sombra del
New Deal. Tampoco dejan de estar presentes aquellos dos años clave de la política
peronista de 1944 y 1945, es decir, aún antes de las elecciones que llevaron al general
Perón al gobierno. Todo su trabajo desde la Secretaría de Trabajo y Previsión se orientó
a conquistar una participación mucho más fuerte del salario a través de convenios
colectivos, utilizando eso como palanca de reactivación de la economía.
Nos hubiera gustado que esta ley garantizara los propósitos que son comunes a
todos los presentes, que son al mismo tiempo de reactivación y de devaluación.
En primer lugar nos hubiera satisfecho ver en el texto de la ley claras medidas
protectivas -inamovibles, por tanto- de todos los argentinos endeudados en dólares por
una cifra parecida a la que figura en la norma, pero no con un facultamiento al Poder
Ejecutivo sino con una disposición legal.
En segundo lugar, nos hubiera agradado encontrar claras medidas de resguardo a
los pequeños ahorristas, pero estableciendo un cronograma preciso desde el punto de
vista del "corralito". El cronograma puede ser distinto; se puede hacer esperar a los
ahorristas más o menos, pero hay que decirles ya, y si es posible por ley, cuáles son sus
derechos respecto de sus ahorros. No queremos más incertidumbre en estos dos
sectores.
En tercer término, nos hubiera gustado -esto es esencial- observar que se
incluyeran en la norma algunos aspectos vinculados con la política de precios y salarios.
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SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.
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nuestro punto de vista, para que haya una salida virtuosa de la convertibilidad es
imprescindible tocar otras variables de la economía.
De acuerdo con nuestra óptica, la Argentina no logra arrancar como
consecuencia de la falta de demanda; nuestros productores y comerciantes no tienen a
quién venderle a raíz del escaso poder de compra de los argentinos, cuyas causas son el
desempleo, los bajos salarios y las magras jubilaciones.
Por lo tanto, para cambiar las reglas de juego debemos comenzar por un shock
redistributivo, como ha sido ampliamente plebiscitado a lo largo y a lo ancho de nuestro
país, en favor de un seguro de empleo y formación para todas las madres y padres
desocupados y al aumento de los haberes jubilatorios. Esto permitirá, por un lado, que
ningún hogar quede en situación de pobreza, y por el otro, la reactivación de la
economía, que tiene capacidad ociosa en todos los rubros.
Hay que revisar la apertura externa porque si no, evidentemente un shock de
demanda sería absorbido por las importaciones. Hay que ser explícitos en la necesidad
de dejar de pagar las deudas y sus intereses dado que finalmente se ha sincerado el
default, porque con las actuales restricciones externas la Argentina no podrá crecer.
Finalmente, tenemos que financiar al Estado con recursos genuinos, básicamente
eliminando dos instrumentos que sirvieron para vaciar al Estado en la década anterior,
que fueron la privatización de la seguridad social y la quita de los aportes y
contribuciones patronales que realizaban las grandes empresas, en una brutal
transferencia de ingresos del sector de la producción y del trabajo al área restringida de
las finanzas. Ello inició este círculo perverso por el cual muchos prohijaron el déficit de
la Argentina, porque fue un negocio formidable de los grupos económicos, de los
bancos y de las AFJP -y de sus personeros, como Domingo Felipe Cavallo- prestarle a
una Argentina deficitaria a intereses de usura.
Hemos presentado -porque evidentemente hay alternativas a este modelo
económico- aproximadamente cuarenta proyectos que viabilizan esos instrumentos para
un programa que atienda integralmente la emergencia económica y social de los
argentinos y que dé cuenta de la gravedad de la situación, que por supuesto no se
soluciona tocando simplemente un instrumento menor, como es la convertibilidad.
Esperamos que en este Congreso nos decidamos mayoritariamente a tratar este paquete
de medidas.
Voy a tratar de hacer un aporte para esclarecer por qué es necesario salir de la
convertibilidad. Básicamente hay dos razones: la convertibilidad está frenando la
posibilidad de exportar. Es necesario modificar la paridad de cambio para que nuestros
precios sean competitivos y se puedan generar divisas para aplicar a la reactivación y al
crecimiento de la Argentina.
En segundo lugar, la convertibilidad impide ejercer políticas monetarias
orientadas a la inversión en infraestructura y vivienda, que es el principal factor de
reactivación.
Al salir de la convertibilidad deberemos atender sobre todo a dos grandes grupos
que pueden ser los perdedores. El primero de ellos -como es claro- está constituido por
los deudores, aquellos que tienen deudas en dólares; y el segundo son los consumidores,
especialmente los de menores recursos.
Si se devalúa, los exportadores pretenden en el mercado interno -como ya lo
están demostrando- la suba que se verificará en la exportación. Ya hemos visto cómo ha
subido la harina, y probablemente ello se contagie a todos los otros productos: los
alimentos, los artículos exportables, la carne, el pescado, los lácteos, etcétera.
De modo que una ley de emergencia debe tener en cuenta, en primer lugar, que
se beneficie a los exportadores, y también que se permita al Estado invertir. El primer
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la buena voluntad de algunos empresarios, pero creemos que el Congreso tendría que
establecer un sistema de fijación de precios máximos que permita penalizar prácticas
especulativas y de desabastecimiento.
Además, para proteger a los ciudadanos, debemos comprender cuál es la
capacidad desestabilizadora que tienen las firmas que controlan los precios de los
insumos más usuales, como el acero, los plásticos, pinturas y vidrios, entre otros. Estos
bienes son producidos por pocas firmas que tienen un gran poder en el mercado, ya que
se trata de artículos que se usan en casi todos los bienes terminados. Si no se controlan
sus precios -con este proyecto no se los va a controlar-, sus políticas podrán impactar
sobre el conjunto de manera desestabilizadora. Supongo que esto no es lo que quiere el
gobierno nacional.
Una consideración aparte merece el tema de los medicamentos. Al respecto,
proponemos que ante el desabastecimiento y la evidente especulación que se observa en
algunos sectores este Parlamento se ocupe de sentar las bases para una negociación con
los grupos locales productores de medicamentos. Esta negociación tendría que apuntar a
que el Estado se pueda hacer cargo de la producción de genéricos para atender las
enfermedades infecciosas, oncológicas, de HIV, cardiovasculares, etcétera. En este
escenario es imprescindible establecer una política de control de precios máximos para
los medicamentos.
¿Qué otra cosa quiere saber la gente? ¿Qué es lo que todos están esperando
conocer? Muchos quieren saber qué es lo que pasará con sus ahorros, que fueron
incautados por los bancos. Lamentablemente, tenemos que decir con total franqueza que
este proyecto sólo contiene expresiones de buenos deseos. Digo esto porque mediante
esta iniciativa se suspende por el término máximo de dos años -el texto agrega: "...o
hasta la oportunidad en que el Poder Ejecutivo nacional considere superada la
emergencia del sistema financiero..."- lo que hemos aprobado recientemente para
prevenir el incendio de los últimos días de diciembre; me refiero a la ley de
intangibilidad de los depósitos y de los salarios. De aprobarse este proyecto se suspende
la aplicación de esa norma, e insólitamente se convalida el decreto 1.570, por el que el
pueblo se llevó puesto a Cavallo y a de la Rúa.
SRA. CASTRO, ALICIA AMALIA.- Peor es el destino de los que tomaron créditos
con particulares, es decir que no lo hicieron en el sistema financiero, en el que sí se
pesifican las deudas hasta un monto determinado, para lo cual el Estado crea un
impuesto con el que sale en auxilio de ese sistema. En este sentido no es ocioso recalcar
que los que han tomado crédito fuera de las instituciones financieras -con constructoras
o con particulares- generalmente son más pobres que los que tomaron créditos en el
sistema financiero, que impone más exigencias para otorgarlos. Estas personas son
discriminadas. En el caso de los acreedores el Estado no sale en su auxilio como sí lo
hace en auxilio del sistema financiero. En el caso de los deudores, todo el peso de la
devaluación caerá sobre ellos, sin que el acreedor pueda tener las compensaciones que
prevé la ley para los bancos.
Por ejemplo, un deudor hipotecario que debe 50 mil dólares, para no ser
ejecutado deberá abonar 50 mil pesos a cuenta de una suma que desconoce. Ese monto
no libera al deudor, y al cabo de ciento ochenta días, es decir, seis meses, tendrá que
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negociar con el acreedor que ya se quedó con 50 mil pesos -que hasta ayer eran 50 mil
dólares- cuánto más le debe. Si, por ejemplo, en seis meses un dólar llegara a valer
cuatro pesos, y esa persona ya entregó 50 mil pesos, ese dinero sólo habrá servido para
cancelar el 25 por ciento de su obligación. En ese caso, el deudor quedaría debiendo 150
mil pesos.
Todo eso se parece mucho a aquella malhadada resolución 1.050. En realidad,
constituye un sistema de deuda infinita, que este Congreso no puede aprobar.
Otra cosa que se está preguntando la gente tiene que ver con la desdolarización
de las tarifas de servicios públicos. Todos quieren saber qué va a pasar con el pago de la
luz, el gas, el teléfono, el agua y los peajes, cuyas tarifas ya son confiscatorias, por lo
que resultan escandalosas en nuestro país.
Existe un artículo que dice que en los contratos celebrados por la administración
pública a partir de la ley de convertibilidad quedan sin efecto las cláusulas de ajuste
dólar. Pero en otro artículo se autoriza una renegociación entre el Estado y las empresas
de servicios públicos privatizados, considerando entre otros conceptos la rentabilidad de
las empresas.
Todo eso nos hace ver claramente que las empresas prestadoras de servicios
públicos podrán pactar un nuevo aumento de sus tarifas, no con una cláusula dólar pero
sí con una indexación, por ejemplo, vinculada con la inflación existente, más algún otro
rubro.
Tenemos a disposición de quienes lo deseen una increíble cantidad de ejemplos
sobre la renegociación de los contratos de las empresas de servicios públicos
privatizadas en la última década en la Argentina. Ninguna de esas renegociaciones
benefició a los consumidores, ya que siempre los han perjudicado. Siempre han
beneficiado a los concesionarios y perjudicado al Estado.
La renegociación de los contratos de las empresas privatizadas es -como suele
decir el señor diputado Gutiérrez- un invento argentino, como la birome y el dulce de
leche. Además, estas renegociaciones han sido una enorme fuente de corrupción y de
desgracia para los argentinos.
Por ejemplo, la concesión Aeropuertos Argentina 2000 nació de una
privatización hecha por decreto que fue muy criticada por la Alianza. Una vez celebrado
ese contrato, se cambiaron sus términos en beneficio del concesionario, quien, por
ejemplo, pudo subir un 400 por ciento las tasas aeroportuarias a los consumidores y a
las empresas de aviación.
Por ese mecanismo endeudó considerablemente a las empresas y se quedó con
varias empresas de aviación que no pudieron cancelar sus deudas. Se quedó con LAPA
y con el 30 o 40 por ciento de Southern Winds. También intentó quedarse con
Aerolíneas Argentinas, pero esa pretensión no la convalidamos entre diferentes sectores
sociales. En realidad, ese había sido antes el sueño de Yabrán.
Además, lo que sucede es que el gobierno que rigió hasta la semana pasada
nombró en el organismo regulador del sistema nacional de aeropuertos a Armando
Canosa, que había sido secretario de Transportes de Menem y que fue quien,
casualmente, cambió las cláusulas del contrato para beneficiar al concesionario.
También tuvo relaciones muy cercanas con las modalidades de María Julia Alsogaray y
del señor Demarco Naón, aquel personaje que en su casamiento arrojaba pepitas de oro
a sus invitados. Esto no nos sorprende, porque a través de adecuaciones de impacto
ambiental el concesionario se las arregla para presentar al Estado unas facturas en virtud
de las cuales deja de pagar el canon que le corresponde. En realidad, fue un contrato
hecho para la ambición de quien no piensa pagar nada al Estado durante los próximos
treinta años. Así se renegocian los contratos en la Argentina y por eso el Parlamento
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debe estar atento, más de lo que lo ha estado hasta el presente. Sin embargo, la
ciudadanía sí está atenta a estos negocios.
A fin de explicar cómo nos va ahora es conveniente determinar cómo nos fue el
primer día de la convertibilidad. ¿Qué cambió? ¿Qué leemos hoy en un diario
extranjero? Que subieron la harina y el pan; que hay desabastecimiento de remedios que
pone en riesgo a un grupo importante de enfermos terminales; que un muchacho se
suicidó cuando lo despidieron del trabajo; que Aerolíneas Argentinas no retomó a los
cincuenta y ocho tripulantes de cabina que había despedido durante la gestión anterior, a
pesar de la promesa de reincorporarlos; que el concesionario Aeropuertos 2000 no ha
sido intimado por el gobierno para que pague los doscientos cincuenta millones de
dólares que debe -situación que realmente me sorprende, porque estamos diciendo que
nos hallamos en emergencia económica-; que siguen las colas en los bancos; que no se
liberaron los depósitos; que la gente está muy enojada; que la Corte llevó a cabo un
nuevo per saltum, naturalmente destinado a proteger al sistema financiero, y que la
Argentina pagó setenta y ocho millones de dólares por su deuda externa.
Además, hemos asistido a los más ominosos chantajes y presiones de las
empresas de servicios públicos privatizadas. En ocasión de la Asamblea Legislativa me
referí a este tema cuando aludí al descarado chantaje del ex presidente Felipe González
y del ministro Piqué, y ahora es el propio presidente del gobierno español, José María
Aznar, quien ejerce presión para que las tarifas de las empresas españolas
concesionarias de servicios públicos privatizados no sean desdolarizadas, intentando
con ello seguir remesando al exterior esas escandalosas masas de dinero que esas
mismas empresas no obtendrían en sus países de origen.
Vale decir que a toda costa quieren mantener su tasa de rentabilidad y pretenden
estar exentos de la aplicación de la ley. Es que están acostumbrados a negociar con
dirigentes políticos corruptos, venales y prebendarios; en una palabra, están cebados.
Si la dirigencia política es nuevamente vulnerable a las presiones de las
empresas privatizadas, la ciudadanía sabrá encontrar otros caminos. Así, por ejemplo,
los ciudadanos podrían decidir un día cualquiera de enero dejar de usar la línea
telefónica durante veinticuatro horas para protestar ante la amenaza de una suba de
tarifas. Y seguramente lo harán.
Es oportuno recordar que las revoluciones que se produjeron en América Latina
y que nos liberaron de España tuvieron su origen en el peso de los impuestos con que la
corona sometía a las colonias.
Los invito a que hagamos una reflexión de sentido común: si la dirigencia
política sigue siendo cómplice de los grupos de poder económico más concentrado,
vulnerable a las presiones de los lobbies de todo signo, color y pelaje, nacionales y
extranjeros, y prosigue teniendo este ridículo sometimiento a los organismos
multilaterales de crédito ...
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El país ahora está mucho peor. Hasta el mismo miembro informante y el Poder
Ejecutivo lo han dicho, y no se lo asignan solamente a la desastrosa gestión y
administración de gobierno del doctor de la Rúa y de Cavallo, como obviamente no
podrían hacerlo.
SR. ZAMORA, LUIS FERNANDO.- Vale volver sobre esas expresiones. El miembro
informante dijo que Alfonsín consiguió la estabilidad política y el justicialismo la
estabilidad económica en la década del 90, y que falta la estabilidad social, que ha
quedado como deuda. Ha dicho que de la Rúa no supo hacerlo; palabras más, palabras
menos.
Al mismo tiempo dice que hay crisis política, económica y social. ¿Cuál es la
estabilidad política de la que hablan? ¿La que hizo que Alfonsín se tuviera que ir del
gobierno antes de tiempo? ¿Cuál es la estabilidad económica? ¿La descripción que hizo
el diputado Matzkin de cómo está el país después de la década Menem-Duhalde-
Cavallo-Fernández-de la Rúa-Cavallo? ¿Qué estabilidad económica se logró? ¿Qué
estabilidad tuvo el trabajador que tenía empleo en 1990? Ese 40 por ciento de la
población activa con problemas de trabajo -desocupados o subocupados, expresión ésta
según la cual el que hace una changa ya no es más desocupado- ¿qué estabilidad tuvo?
¿Qué estabilidad tuvo el salario de los trabajadores? ¿Qué estabilidad tuvo la riqueza
nacional? ¿El país pudo conservar esa riqueza? La descripción del miembro informante
lo desmiente.
Entonces, no se puede decir que han hecho logros extraordinarios pero que ha
quedado una tarea pendiente, cuando hace una semana la estabilidad política se
contrarrestó con la realidad de un pueblo echando a un presidente y repudiando las
instituciones, entre ellas, a ésta, y agregando al Poder Judicial, que está encabezado por
la Corte Suprema. ¿Qué estabilidad política consiguieron? Ni estabilidad política ni
estabilidad económica. Cavallo decía hace pocas semanas que si no conseguía 1.260
millones de dólares del FMI la Argentina entraba en cesación de pagos. ¿Dónde está la
estabilidad económica?
Ustedes mismos dicen que en estos momentos históricos y trascendentes no hay
medidas indoloras. Pero hace veinte años que vienen diciendo que las medidas son
indoloras.
¿Dónde está la estabilidad económica? ¿Quién tiene estabilidad económica?
¿Los que tienen los 120 mil millones de dólares fugados? ¿Los bancos, los grandes
grupos económicos, Macri, Pérez Companc, Shell, Esso, Repsol?
¿Por qué digo esto? Porque son las nuevas burlas, los nuevos fraudes, las nuevas
estafas que el Poder Ejecutivo -que, entre paréntesis, es un presidente que ni siquiera fue
elegido por la población- envía al Congreso y éste las avala, las reafirma y las defiende
con energía y entusiasmo, tratando de despertar expectativas. La expresión utilizada fue
"se tuerce el rumbo por el que se venía y este es un momento histórico porque empieza
otro distinto, opuesto."
En realidad, esta estabilidad económica no existe; estalla como una burbuja. Esto
lo saben todos; no hace falta que yo lo diga. Fue una gigantesca mentira artificialmente
mantenida. La estabilidad económica es crecimiento y prosperidad perdurables. Si
ustedes mismos reconocen que esto está por estallar, están reconociendo que montaron
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una gigantesca mentira desde hace veinticinco años, y en especial desde hace dieciocho,
durante los cuales la responsabilidad fue de las instituciones que votó el pueblo, ya que
todo eso se ha instrumentado desde el poder.
Cuando se discutió la ley de convertibilidad, desde el bloque del MAS
denunciamos esto que se estaba montando. No fuimos adivinos ni pronosticamos con
exactitud. Nos equivocamos en algunas cosas en cuanto al ritmo y a los tiempos, pero
ya en ese entonces -y esto lo pueden comprobar si releen nuestro discurso- hablábamos
de los despidos, de la caída del empleo y de lo que iban a implicar la pérdida de las
riquezas nacionales y las privatizaciones.
Si se traen a colación las frases que se utilizaron en ese momento se advertirá la
similitud con las de ahora, en cuanto a que son golpes de efecto. Dijo Cavallo: "Tengan
confianza en la solidez del sistema bancario". Mientras esa frase se extendía y un sector
de la población lo creyó, se fueron 70 mil millones de dólares, además de los 50 mil
millones que se habían ido durante las épocas de Alfonsín y los militares. El sistema
bancario era sólido para los que fugaron capitales, pero no para la población que
depositó sus ahorros y hoy los tiene cautivos.
Nos decían que la estabilidad llegó para quedarse -no sé si recuerdan esta frase-
y nos hablaban de la revolución productiva. Nosotros sostuvimos lo contrario. Como
alguien dijo desde el bloque radical, esa era una opinión de movimientos minoritarios y
de ideas testimoniales, sin posibilidades de llegar al gobierno. Esta fue una
caracterización que adelantó un miembro del bloque radical.
A partir de ello me surgió la necesidad de hacer un alerta, tanto al bloque radical
como al justicialismo, a los que se consideran mayoritarios: nosotros no nos matamos
por el poder como se matan ustedes, pero sí nos matamos porque la población lleve
adelante nuestras ideas, por aportarlas a un debate colectivo y que la población las tome.
Hacemos el máximo esfuerzo para que finalmente imponga nuestras ideas de la forma
que estime más conveniente, ya sea autodeterminándose, autoorganizándose o mediante
el método que elija para llevarlas adelante. La idea es lograr un cambio de fondo que
derrote estas políticas que vienen desde las instituciones. Me refiero a este sistema
capitalista basado en la barbarie y en la explotación, en la mentira y en el fraude de las
instituciones, que gobierna para los de arriba.
Además, sería realmente discutible que en estos momentos el radicalismo, por
ejemplo, considere que tiene más posibilidades de llegar al poder que nosotros con
nuestras ideas. Deberían subestimar menos la fuerza del pueblo y la que pueden tener
estas ideas, y frente a su propio fracaso sobreestimar menos las posibilidades de esos
dos partidos. Quizá no están advirtiendo que hay cambios en el país. No estoy hablando
de que una agrupación como la nuestra llegue al poder; esas son expresiones de ustedes,
que entienden que para llevar adelante sus ideas tienen que alcanzar el poder. Me refiero
a la ebullición que se está produciendo en los cerebros de millones de argentinos: las
ideas que ustedes consideran como únicas alternativas comienzan a ser cuestionadas y
se valorizan otras. No por casualidad un demagogo como Rodríguez Saá lo primero que
dijo fue que había que suspender el pago de la deuda externa hasta que el último de los
argentinos tuviera trabajo.
El gobierno nacional ha tomado la decisión de adoptar estas medidas,
principalmente la devaluación. En realidad, no han tomado ninguna decisión sino que,
como de costumbre, han acatado. Así lo hicieron antes los gobiernos de Alfonsín, de
Menem y Duhalde, del doctor de la Rúa; así lo hizo Cavallo. No toman decisiones sino
que acatan las disposiciones del Fondo Monetario Internacional. ¿Recuerdan los señores
diputados aquello de las "relaciones carnales"? Hoy estamos frente a una situación
igual.
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No estamos hablando del pequeño productor que está inundado por el agua y
asfixiado por las deudas. La Federación Agraria no ve nada de todo esto; se lo llevan los
grandes exportadores.
¿En quién piensan cuando dicen que esto beneficia al pueblo? ¿En Soros? A él le
van a estar dando cuarenta centavos más por dólar que trae a la Argentina, al igual que a
Bunge y Born, a Nidera y a Cargill.
¿Cuánto pasarán a tener quienes poseen ciento veinte mil millones de dólares en
el exterior? Tenían ciento veinte mil millones de pesos si los canjeaban y los traían a la
Argentina. ¿Cuántos miles de millones de pesos más tendrán? Todo depende si el
cambio será a 1,30, 1,40 o 1,50.
El que tiene cien millones de dólares, sin moverse, sentado en una silla, quizás
haciendo un llamado telefónico a Duhalde, conseguirá cuarenta millones de pesos en un
segundo. ¿De dónde sale eso? ¿De arriba? Sale del bolsillo de los trabajadores, de las
jubilaciones, de la caída del poder adquisitivo, de la destrucción de las fuentes de
trabajo y de la recesión que se acentúa. De allí sale esa formidable ganancia de los
delincuentes que fugaron capitales gracias a estas políticas económicas que generaron
inestabilidad política y económica, y faltaba la social.
¿Por qué no se obliga a los bancos extranjeros para que sus casas centrales
traigan el dinero que sus filiales dicen no tener? ¿Por qué tiene que salir el Estado a
socorrerlos si el sistema bancario era sólido?
Además, cada préstamo hipotecario para comprar una vivienda, un departamento
o un elemento de trabajo -un auto para hacer de fletero o taxista-, se pesifica y hay que
cubrir al banco.
¿Ustedes tienen presentes las tasas de interés usurarias que han pagado quienes
pidieron un crédito hipotecario para comprarse una vivienda? Sacaron un crédito por
veinte años y luego de diez años de haber pagado las cuotas con sangre, todavía no han
comenzado a pagar el capital; estuvieron pagando intereses. Y ahora sale el Estado a
socorrer a esos bancos porque las deudas se pesifican.
Decían que en las tasas de interés estaba contemplado el riesgo. Entonces tienen
todas: las tasas de interés por el país con riesgo y luego, cuando el riesgo se concreta, el
socorro del Estado, que sale del bolsillo del pueblo.
Ni siquiera han anulado el megacanje o la refinanciación de la deuda local que
hizo Cavallo con una tasa de interés del 7 por ciento, cuando en ese momento la tasa de
referencia en el mundo era menor al 2 por ciento. Fue un gigantesco negociado llevado
adelante por delincuentes.
Sin embargo, la propiedad privada del trabajador se puede tocar; se le puede
bajar el 13 por ciento al empleado del Estado o al jubilado. Pero la propiedad privada de
los grupos económicos no se puede tocar, y si se ven afectados en algo, el Estado tiene
que salir a cubrirlos y socorrerlos.
Ahora se van a apoyar en el sector industrial; este es el nuevo invento.
Efectivamente, el proyecto está más apoyado en el sector industrial que en el financiero,
pero no porque esté combatiendo al financiero. ¿Es beneficioso para el país que se
apoye en el sector industrial? ¿El sector industrial va a sacar al país adelante? Me
gustaría, pero está todo extranjerizado.
Todos los sectores de la economía fueron rematados a precio vil por Menem y
Duhalde en la década del 90, con Cavallo, y lo continuó de la Rúa. Con algo de esto ya
había empezado Alfonsín. El sector de la industria y el de los bancos están en manos
extranjeras, y también los terratenientes son foráneos.
¿Qué sector industrial sacará al país adelante? Las telefónicas y Repsol harán lo
mismo que hace el resto de las empresas: girar sus ganancias al exterior. Las remesas de
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SR. ZAMORA, LUIS FERNANDO.- Señor presidente: termino diciendo que existe
un programa alternativo. Seguramente, este gobierno no lo va a llevar adelante, pero
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SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.
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SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Santiago del
Estero.
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SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.
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El barril sin fondos que resultó ser el Estado para tomar créditos en la última
década es lo que fue desproveyendo a la actividad industrial de los fondos necesarios
para desarrollarse; no hay que responsabilizar a otras políticas que en alguna medida
tuvieron éxito.
Fue así como nos financiamos con inflación y emisión monetaria hasta que la
convertibilidad erradicó esa inflación. Fue en ese momento cuando la Argentina creció
y se generó confianza. La reactivación que hoy pretendemos en ese momento se
produjo, porque la estabilidad justamente trae crédito y consumo.
Por eso es que pienso que vamos a retroceder. Nuevamente dejaremos de contar
con el crédito necesario para que los consumidores puedan desenvolverse normalmente.
Recuerdo que en épocas inflacionarias quienes producíamos teníamos que mirar
mucho más cuándo y cómo vender antes que cómo producir mejor. Eso puede volver a
pasar en esta Argentina y por eso quiero advertir sobre las precauciones y prevenciones
necesarias; el gobierno debe tener prudencia y sabiduría para actuar con máxima
responsabilidad.
Se dijo aquí que los planes de competitividad estaban destinados a la oferta y no
al consumo y que no habían tenido éxito. En realidad no fue así; hay algunos sectores
que sí lo tuvieron. Por ello es que encontré preocupación en algunos sectores
industriales para que se mantengan estos planes de competitividad.
Por ejemplo, en el caso de los bienes de capital estaba prevista una bonificación
que iba directamente al consumidor. Pagaban el 10,5 por ciento de IVA en lugar del 21
por ciento, lo cual motivaba ventas. De cancelarse estos planes mucho temo que la
recesión se acentúe.
Consultado por mí un funcionario de Economía del anterior y fugaz gobierno de
Rodríguez Saá sobre la continuidad de estos planes me dijo que no podían crear un
millón de empleos y mantener dichos planes, con lo cual en realidad el millón de
empleos no estaba destinado a eso sino que eran un subsidio a la desocupación. Pero si
no se tiene en cuenta lo que se está produciendo o los productores que todavía subsisten,
realmente esa desocupación tenderá a ser mayor y la creación de empleo por parte del
Estado irá en ese sentido. El trabajo genuino viene de la actividad privada.
El señor diputado Zamora ha dicho que en la Argentina no hay industria
nacional. Quiero desmentir relativamente esa consideración. Conozco muchos sectores
industriales, pertenezco a uno de ellos, de capitales nacionales, que están haciendo
esfuerzos para sobrevivir en un momento donde no hay actividad, donde realmente hay
que poner el país en marcha.
Aunque erremos tiene que haber una interacción. Puedo asegurar que todavía
hay bastante industria en el interior del país a pesar de que hemos tenido épocas
realmente difíciles, y debemos apoyarla.
Esta noche he visto como si hubiera un enfrentamiento entre el Estado y la clase
productiva. He escuchado decir que se trasladaba el poder a los sectores productivos.
Según mi criterio creo que es peligroso pensar de esta manera, se trate de empresas
pequeñas, medianas o grandes. No debemos olvidar que todas producen riqueza y
generan ocupación genuina. No puede existir un enfrentamiento entre el poder político y
la clase productiva. Debemos mirar lo que sucede en otros países, como Brasil, y luchar
para que esta situación deje de existir.
Se me han hecho llegar algunas preocupaciones, como la de las mutuales de la
provincia de Santa Fe, que son alrededor de 400. Ellas prestan y tienen muchas veces
que cobrar en pesos, teniendo sus deudas en dólares; me han informado que la nueva
situación traería un caos para ellas. También en alguna medida se generaría una
situación difícil para el campo, y los productores han hecho llegar sus preocupaciones.
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De todas maneras quiero hacer notar que el campo tuvo un boom espectacular
desde el año 1991 hasta la fecha. Con la anulación de las retenciones agropecuarias y
con la tecnificación, con la genética de semillas, con los nuevos fertilizantes y
herbicidas y con el avance en las maquinarias agrícolas está en un nivel internacional.
Creo que no tenemos que errar el camino. He escuchado decir al señor diputado
Moreau -creo que fue este legislador- que la convertibilidad produjo el
desmantelamiento de la actividad productiva. No considero que esto haya sido así. Creo
que el gasto público en todas las épocas fue una competencia para la actividad privada,
y ha generado una presión impositiva que ha asfixiado su forma de actuar. No nos
olvidemos que antes del 91 tuvimos el 89, cuando los sueldos eran magros. También
antes tuvimos el "rodrigazo", con María Estela Martínez de Perón, y la actividad
realmente estaba muy comprometida. No debemos errar en los diagnósticos, y este es un
debate a fondo en el que lógicamente tendremos que exponer nuestras opiniones.
He escuchado también al diputado Zamora combatir al capitalismo; dejaba
traslucir que la mejor manera de tener un país sería encaminarlo al comunismo. Nadie lo
dice pero creo que esa es la idea que algunos tienen; si así fuese sería honesto que lo
dijeran. Recordemos que en el comunismo se dice que las fuentes de producción deben
estar en manos del Estado, porque es lo mejor para la sociedad, mientras que en el
capitalismo se señala que tienen que estar en manos privadas, porque eso es lo mejor
para la sociedad. Personalmente he visto a legisladores que hoy están aquí presentes
congratularse en forma sincera con regímenes como el de Cuba, donde sí reina un
sistema distinto al nuestro.
Debemos tener en cuenta todas esas cuestiones para no errar la política de
gobierno, para saber que debemos administrarnos bien y para que los emprendimientos
de la actividad privada sean cada vez mayores. Esto es lo único que puede generar
riqueza y empleo. No importa si los capitales son nuestros o si provienen de afuera. Es
necesario implantar la idea de que este país es bueno para invertir y para ganar dinero.
De ese modo los ahorros no van a quedar en los bancos sino que se invertirán en algún
negocio.
El país tiene un gran desafío por delante. Es necesario que gobernemos con
responsabilidad. También creo que debemos permanecer en Occidente. Esto depende de
nosotros. Hay un mundo que es libre y creo que allí es donde nos corresponde estar.
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cambio, que seguirá siendo fijo. En vez de existir una relación de uno a uno entre peso y
dólar, de acuerdo con las versiones periodísticas será de 1,30 o 1,40 pesos por cada
dólar, pero continuará siendo fijo. ¿Cómo vamos a sostener este nuevo tipo de cambio
fijo que hacia adentro del país nos permita decir que hemos salido de la convertibilidad,
mientras hacia fuera damos la idea de que seguimos con la convertibilidad? ¿Cómo
vamos a manejar el mecanismo de expansión y absorción de la moneda, que era muy
preciso con la convertibilidad, dado que dólar que entraba significaba la emisión de un
peso, y por cada dólar que salía ese peso se retiraba? Ahora se dice que por cada dólar
que entre se emitirá un peso, pero que no se va a retirar un peso por cada dólar que se
vaya. La consecuencia de esto será una reducción de la garantía de las reservas con
respecto a la base monetaria, puesto que desaparece el criterio de equilibrio. Esto nos
acercará vertiginosamente a una inflación sin control, a las condiciones que se dieron a
fines de la década del 80.
Además nos mentimos, porque se dice que la emisión de moneda estará apoyada
por las reservas no monetarias, que es una especie de trampa para nosotros mismos y
que me recuerda lo que hacía Cavallo cuando en forma muy hábil manejaba las
estadísticas y convencía a los argentinos de que la deuda no era tan grande.
Por eso he dicho que para salir de la convertibilidad se está eligiendo un camino
vergonzante, cuando en realidad podríamos salir de la coyuntura a través de un gran
consenso interno acompañado con negociaciones que nos den la posibilidad de resolver
el problema de nuestra deuda externa definitivamente. De ese tema este proyecto no
habla una sola palabra.
También se ha dicho que no se iba a pagar la deuda externa, pero eso tampoco es
cierto, porque en las últimas horas se han pagado más de 70 millones de dólares por
servicios de la deuda.
Otro núcleo al que conviene hacer referencia se vincula con la intención de
atenuar los efectos negativos. Este gobierno, fruto del apuro, llega sin un plan concreto,
y cuando comienza a pergeñar ideas se da cuenta de cuáles son los reales intereses que
debe tocar. Por eso, el hecho de que se adopten medidas para sostener a los bancos
significa que una vez más se perderá una herramienta muy importante para redistribuir
la riqueza. Me refiero al impuesto a la exportación de combustibles, que ahora se
propicia destinar al financiamiento de los bancos, que han estado entre los más
beneficiados por el modelo en la última década.
Por otra parte, el Estado comienza a ser cómplice de algo que debería evitar. La
República Argentina está exportando petróleo cuando no debería hacerlo porque es
sabido que a este ritmo de producción las reservas no alcanzarán para más de diez años.
En ese sentido, todos conocemos lo que significa para un país perder este recurso no
renovable. El Estado no sólo no evita o por lo menos no regula la exportación de un
recurso muy limitado y no renovable, sino que trata de financiar con esa actividad a los
bancos que, reitero, han sido los principales beneficiarios de esta última década.
Asimismo se plantea la renegociación de los contratos de los servicios
privatizados, sin incluir una herramienta fundamental: el control del Congreso de la
Nación con la sanción de leyes debatidas en los recintos de las Cámaras de Diputados y
de Senadores, a fin de que las decisiones no queden circunscriptas a la sede de una
secretaría.
Además, a última hora se propicia modificar el artículo 6°, en el que se
establecían garantías a los pequeños ahorristas para que pudieran recuperar sus ahorros
en la moneda de origen. Sin embargo esto no es lo más preocupante.
En mi opinión lo más preocupante es la enorme delegación de atribuciones del
Poder Legislativo al Ejecutivo. Asumí como diputado nacional el pasado 10 de
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SRA. WALSH, PATRICIA.- Señor presidente: adelanto el voto negativo del bloque
Izquierda Unida y expreso el profundo rechazo que sentimos por este proyecto. Del
mismo modo que señaló el señor diputado que hizo uso de la palabra precedentemente,
soy una de las diputadas que ingresó a la Cámara el último 10 de diciembre. Esta es la
segunda sesión en la que participamos. También en estas dos últimas semanas hubo dos
asambleas legislativas.
Debo decir que muchos de los diputados que hemos ingresado el 10 de
diciembre realmente estamos tratando de resistir el estupor que nos produce comprobar
una y otra vez las metodologías que se han transformado en usos y costumbres
perfectamente establecidos en esta Cámara. Me refiero a que seguramente los que
hemos ingresado recientemente somos quienes más vulnerados nos sentimos cuando
una hora antes del llamado a sesión nos presentan un proyecto de ley ómnibus que tiene
veintiún artículos de los cuales por lo menos dieciocho -si no son los veintiuno- tienen
trampa. Cuanto más desarrollado y detallado está el artículo, mayor es la trampa.
Por esa razón, además de la objeción metodológica -que, si se quiere, es
secundaria- señalo que nuestra crítica contiene un fuerte cuestionamiento político. Uno
de los diputados que intervino anteriormente expresó que este es un proyecto de ley
vinculado a la emergencia, y a la hora de definirla, según el proyecto que hemos
conocido, se habla de emergencia social, económica, administrativa, financiera y
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Eso también señala responsabilidades políticas. Habría que ser un tonto, un ingenuo o
un niño para no advertir que existen acuerdos que se tornan visibles en cada una de las
cuestiones que se plantean en la Cámara; ese acuerdo se llama "Partido Justicialista-
Unión Cívica Radical". No tengo por qué agraviar; no diré si eso es delincuencial o no.
Simplemente es un acuerdo.
Los más de treinta muertos no los pusieron ni el PJ ni la UCR; los puso la calle,
la gente que reclama cambios profundos que implican no seguir con esas políticas, o en
todo caso, con una misma política económica. Frecuentemente hablamos del modelo,
pero en realidad se trata de la continuidad de una política económica que comienza el 24
de marzo de 1976 con el golpe militar. Si los señores diputados quieren, podemos
remontarnos apenas un poco más atrás, hasta la época de Celestino Rodrigo, en 1975,
para retomar el 24 de marzo de 1976 y luego con José Alfredo Martínez de Hoz...
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SRA. WALSH, PATRICIA.- Muy bien, voy a utilizar los diecisiete minutos que me
quedan.
Esa continuidad de la política económica de la última dictadura militar se
expresó durante el gobierno de Raúl Alfonsín; durante la década de Carlos Saúl Menem;
durante el gobierno de Fernando de la Rúa; aunque no tan claramente, también estaba
expresada en la semana de Adolfo Rodríguez Saá, y por supuesto estará presente a partir
de este proyecto de ley en la presidencia de Eduardo Duhalde; y voy a explicar por qué.
La concesión de poderes especiales tiene un plazo establecido de dos años. Esto
no es casual; justamente ese es el plazo del mandato presidencial del doctor Duhalde.
Incluso al analizar uno por uno los artículos -espero que así lo hagamos a continuación-
nos damos cuenta de que la continuidad de uno de los aspectos quizás más sentidos -no
digo que sea el único- por los sectores medios de nuestra población, el famoso mal
llamado "corralito", está absolutamente garantizada hasta dentro de dos años, que es
cuando termina este mandato. ¿Qué le vamos a dejar al próximo gobierno? ¿La pesada
herencia?
No se puede seguir burlando a nuestro pueblo de esta forma. Aquí se habló del
"corralito" incluso antes de la renuncia de Fernando de la Rúa. Se dijo que era una
barbaridad y que había que legislar para que la gente pudiera retirar los depósitos. Sin
embargo, dentro de los veintiún artículos está previsto el per saltum, estableciendo la
competencia de la Corte Suprema de Justicia.
Quizás no exista nada más desprestigiado y que haya sido objeto de un
cacerolazo más fuerte en nuestro país que la Corte Suprema de Justicia. Y ahora nos
dicen, sentados en las bancas, que demos a la Corte la posibilidad de retirar el
expediente en cinco días, de forma tal de embromar -podría usar una palabra más fuerte,
pero no soy guaranga- a la gente que está iniciando acciones judiciales y que cuenta con
el apoyo y asistencia de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, entre
otras instituciones, para que pueda tramitar sus justos reclamos.
El dinero depositado en los bancos es de los depositantes y nos dicen que la
visita del ministro de Justicia fue de cortesía.
Hay muchas clases de lobbies en nuestro país. Lamento que los cooperativistas y
monotributistas no los tengan, porque hace unas horas los acabamos de embromar. El
único argumento para embromarlos es que tenemos que recaudar.
¿Qué vamos a recaudar? ¿Cómo le vamos a sacar a quien no tiene, a quien no
debe y a quien no puede?
La responsabilidad la tienen quienes presentan proyectos de ley ómnibus y en
cada artículo ponen una trampa. Es verdad lo que se señaló aquí cuando se dijo que
desapareció la palabra "totalidad" al hacer referencia a las reservas. Si seguimos, hay
por lo menos diez o quince trampas en cada artículo.
Muy bien lo dijo la señora diputada Alicia Castro: hagan la cuenta aquellos que
tienen créditos; esta noche pueden alegrarse porque pagan en pesos. Hagan la cuenta, no
vaya a ser que una vez que deleguemos al Poder Ejecutivo que resuelva en esta
cuestión, la cuenta empiece a dar mal, como han dado mal las cuentas de todos los
trabajadores, jubilados, pensionados y desocupados en este país desde hace tantos años.
Hace por lo menos veinticinco años que esas cuentas nunca cierran para los que
están abajo, y siempre cierran para los que están arriba.
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simplemente la damos de baja porque se cree que es posible quedarse con el dinero de
los depositantes.
Eso es lo que la calle está diciendo. Por eso y por muchas otras cosas más es que
suenan las cacerolas. Existe una protesta social que no se va a calmar. En su momento
pensaron que el problema se podía resolver con la salida del ministro de Economía
Domingo Felipe Cavallo, pero no fue así.
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También podríamos dejar la bandera a media asta todo el año mientras le sigamos
delegando al Poder Ejecutivo poderes extraordinarios, para que haga lo que quiera. En
ese caso, sería mejor que cada uno de nosotros nos vayamos a nuestras casas.
(Aplausos.)
SR. ESAIN, DANIEL.- Señor presidente: en nombre del Frente de Integración Social
para un Cambio en Libertad, de Mendoza, voy a tratar de ser breve atento a lo avanzado
de la hora.
Hace pocos días en este recinto la Asamblea Legislativa eligió a un presidente
para que cumpla un mandato.
Vivimos una situación de crisis social y económica. Tenemos un modelo que se
nos acaba de caer en la cabeza.
He escuchado a algunos diputados defender de muy buena fe ese modelo del
Fondo Monetario Internacional. No es mi especialidad la economía, pero quiero
recordar que hace muy pocos días en el diario matutino de mayor circulación en el país
el actual Premio Nobel de Economía decía que el Fondo Monetario Internacional no
había sido creado para obligar a los países a tener políticas recesivas; había sido creado
para generar la expansión de la economía. También sostenía -más allá de la propia
responsabilidad que le corresponde a nuestro país- que existía una cuota de
responsabilidad indelegable del Fondo Monetario Internacional por las consecuencias
políticas, económicas y sociales que hoy estamos viviendo. Hemos sido una especie de
conejito de Indias.
Muchas veces en nuestro país la dirigencia ha estado a contrapelo de las ideas
que gobernaban el mundo. Los hombres que se han educado en Chicago ahora vienen
en franco retroceso. Sólo nos queda pensar que se está viviendo en muchas partes del
mundo -sobre todo en Latinoamérica- una nueva concepción del pensamiento que aleja
definitivamente a nuestra sociedad de este liberalismo a ultranza, que nos ha cambiado
hasta el léxico y los valores.
En una época fue más importante hablar de éxito que de prestigio. El éxito no
tiene valor axiológico alguno. Se nos cambió hasta la forma de pensar. Se exacerbó
hasta límites insospechados la competencia, y si era por encima del cadáver del
adversario, mejor. En esos laberintos la sociedad fue perdiendo principios básicos como
el de la solidaridad. Esto es lo que debemos recuperar.
El Poder Ejecutivo ha enviado un proyecto de ley por el que se solicita que se le
otorguen algunas facultades conforme al artículo 76 de la Constitución Nacional. No se
puede negar la crisis en la que nos hallamos, pero me da la impresión de que en el
ámbito de la norma que vamos a apoyar en general -señalando nuestras diferencias
durante el debate en particular- hay un análisis que merece ser profundizado.
Durante la Asamblea Legislativa celebrada hace pocos días sostuvimos nuestras
dudas en cuanto a la fortaleza del Congreso para designar un presidente de la Nación
que completara el período del mandatario renunciante.
Quienes han estudiado en profundidad el artículo 76 de la Constitución
Nacional, a tenor de la reforma introducida en el año 1994, sostienen que el Poder
Ejecutivo cuenta, por un lado, con los decretos de necesidad y urgencia y, por otro, con
la facultad de solicitar esta delegación de poder en casos excepcionales. Pero esta
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problema de esta Presidencia sino una decisión del bloque Justicialista. Hecha esta
aclaración, tiene la palabra el señor diputado por Corrientes.
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SR. BRITOS, ORALDO N..- El señor diputado no tiene nada que hablar; sólo los
bloques pueden hacerlo.
SRA. GONZALEZ, MARIA AMERICA.- En nombre del bloque del Frepaso ratifico
lo dicho por el presidente de nuestra bancada, el señor diputado Vitar. Simplemente
quiero decir que una vez más como diputada -ahora en mi segundo mandato- me siento
muy honrada de ocupar esta banca para trabajar. No me gusta venir a ocupar un lugar
para que me paguen un sueldo muy importante en este momento, teniendo en cuenta la
situación que está viviendo el país.
Es por eso que por segunda vez digo que no voy a delegar mi trabajo en una
tercera persona. Le digo al señor presidente de los argentinos que prácticamente
contando con mayoría en la Cámara de Diputados, con el nivel que tienen muchos de
los colegas que forman parte tanto de la oposición como del oficialismo y del resto de
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las bancadas, no sería necesario en modo alguno que se le atribuyan poderes legislativos
que exceden su mandato.
Adviertan -supongo que ya lo están corrigiendo- que estamos otorgando poderes
al señor presidente de la Nación incluso hasta después de que termine su mandato, si es
que termina en el año 2003; y esperamos que no sea antes.
Por otro lado, quiero decir a la bancada oficialista que el año pasado declaramos
aquí la intangibilidad de los depósitos. Lo hicimos a mano alzada, en respuesta a una
sociedad que hoy nos vuelve a reclamar. En este proyecto, el Partido Justicialista, en
acuerdo con la oposición, increíblemente suspende dicha intangibilidad.
Eso sí: nos enorgullecemos de dar respaldo a los bancos. Escuché a un colega
decir que los bancos son meros intermediarios. ¡Pobres banqueros! Son sociedades de
beneficencia que han perdido dinero durante todas estas décadas.
Ahora, para que los lobbies no nos presionen, para dejarlos tranquilos, les
decimos que no se preocupen porque el Poder Ejecutivo los respalda con un derecho a
la exportación de hidrocarburos.
Me pregunto qué dirán los representantes de los distintos sindicatos y los
representantes del pueblo a los trabajadores. Habrá que decirles que se queden
tranquilos porque los diputados de la Nación establecen que no podrán hacer uso del
derecho de propiedad que tienen sobre sus salarios. Los que voten a favor nuevamente
dirán sí a los bancos.
El Poder Ejecutivo dispondrá de qué manera les aseguramos que no pierdan, que
no dejen de ganar lo que han venido ganando durante estos doce años, hasta hoy
inclusive. Pero nadie resguarda los salarios; nos apropiamos de ellos.
Hace poco una diputada dijo que si nos apropiamos de algo que no es nuestro, es
hurto. La persona...
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SR. BUSSI, RICARDO ARGENTINO.- Señor presidente: voy a ser breve en aras de
acelerar el debate y ceder la palabra a los diputados Cortinas y Conca, que integran el
Interbloque Provincial de Partidos Federales. Solicito la inserción de mi discurso en el
Diario de Sesiones, y quiero dejar expresa constancia de que el bloque de Fuerza
Republicana se opone terminantemente al proyecto en tratamiento.
SR. CONCA, JULIO CESAR.- Señor presidente: para justificar mi voto quiero
recordar cómo voté en oportunidad de la segunda Asamblea Legislativa, cuando apoyé
la designación del actual presidente de la Nación, doctor Eduardo Duhalde. A su vez,
también apoyé la posibilidad de constituir un gobierno de unidad nacional que
inmediatamente concertara quince o veinte medidas que conformaran un programa de
gobierno al cual todos nos debíamos sumar sobre la base de esos objetivos prefijados.
También en aquella oportunidad defendí la continuidad de la ley de
convertibilidad, del uno a uno, y solicité que se contemplara la situación de los
depositantes y que en un cronograma se estableciera la devolución de los depósitos en la
moneda de origen.
Solicité asimismo la aplicación de la ley que había sancionado el Congreso de la
Nación referida a la liberación de los salarios y jubilaciones con el objeto de que se
pueda cobrar el ciento por ciento de ellos.
Además, señalé la necesidad de proteger a los deudores en dólares ante la
posible modificación de la paridad cambiaria.
Así fue mi voto en aquella oportunidad. En función del proyecto que ha llegado
a consideración de esta Honorable Cámara y analizando el contenido del mismo,
estamos de acuerdo con la emergencia que allí se establece, pero no con la delegación
de facultades.
Creemos que es impreciso y ambiguo, fundamentalmente en lo que se refiere a
la facultad que se le otorga al Poder Ejecutivo para establecer la relación de cambio
entre el peso y las divisas extranjeras. En este proyecto no se establece cuál será el
sistema que determinará esa relación. Tampoco se establece ninguna precisión respecto
de la posibilidad de emisión por parte del Banco Central de la República Argentina. Si
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analizamos detenidamente el proyecto existe la posibilidad de que esa emisión sea sin
límite y sin la intervención del Congreso.
En lo que respecta al canje de bonos emitidos por las provincias, no se especifica
a qué bonos se refiere y con qué se canjearán, es decir, si se lo va a hacer con emisión
monetaria o con los famosos LECOP. En este sentido, y haciéndome eco de lo que
planteó el señor diputado del bloque FISCAL, considero que la provincia de San Juan,
en la que no hubo emisión de bonos, estará en una situación de desventaja frente a otras
provincias que sí lo hicieron, especialmente la de Buenos Aires.
Por otro lado, no se hace ninguna propuesta para los depositantes que se
encuentran dentro del "corralito". Si bien es cierto que se hizo alguna modificación, ésta
estará supeditada a la solvencia del sistema financiero, lo cual no se va a producir nunca
y por ende no habrá ninguna solución para esos depositantes.
Tampoco estamos de acuerdo con la suspensión de las leyes de intangibilidad de
los depósitos y la que permitió la liberación de los salarios y de las jubilaciones y
pensiones.
En cuanto a la necesidad de implementar un control de precios, cabe señalar que
el Estado no cuenta con un aparato suficiente como para que ese control sea efectivo.
Tampoco estamos de acuerdo con la eliminación de las instancias judiciales y la
instauración del per saltum.
SR. CONCA, JULIO CESAR.- Sólo voy a utilizar mi tiempo, señor presidente.
SR. CONCA, JULIO CESAR.- Por otra parte, quiero señalar que el desorden
económico, político y social no nos permite una salida ordenada de la convertibilidad.
En nuestra opinión una solución inmediata consistiría en el mantenimiento de la norma
con una modificación en la paridad cambiaria. Creo que tendríamos que pensar en las
personas que tienen ingresos fijos, que se van a ver perjudicadas con la sanción de este
proyecto que deja sin efecto la ley de convertibilidad.
Por lo expuesto, no puedo acompañar con mi voto la aprobación en general de
esta iniciativa.
Por último, solicito que se incorpore al Diario de Sesiones el resto del discurso
que pensaba pronunciar.
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SR. CORTINAS, ISMAEL RAMON.- Señor presidente: también voy a ser breve y
pediré la inserción de mi discurso en el Diario de Sesiones porque entiendo que este
tema ha sido debatido con suficiente amplitud.
Todo el espectro ideológico representado en esta Cámara ha tenido oportunidad
de expresarse, y como hombre de la democracia debo decir con absoluta franqueza que
respeto profundamente los diferentes criterios y pensamientos que puedan llegar a tener
los hombres y mujeres que componen este cuerpo.
También es necesario -lo he remarcado en oportunidades anteriores- que desde
esta Cámara se den señales claras con respecto a lo que el pueblo argentino está
demandando de nosotros.
Hay un país que nos está mirando y no nos está pidiendo discursos demagógicos
ni de los otros. En virtud de ello, y atento a que una vez más tenemos que votar casi a
libro cerrado, en razón de la emergencia que vivimos, adelanto que votaré
negativamente.
Por medio de este proyecto se delegan facultades al Poder Ejecutivo en materia
de política financiera y cambiaria. Entiendo que las soluciones que se pueden proponer
por medio de este proyecto de ley no son las que la gente está pidiendo en este
momento.
Llevamos más de ocho horas de debate y me imagino que el público que ha
seguido por los distintos medios esta sesión debe estar bastante confundido. Ha
escuchado todo tipo de argumentos, pero nadie le ha dicho hasta ahora cuál será su
futuro a partir de mañana.
Ratifico lo que ya dije desde el bloque Autonomista en la Asamblea Legislativa:
no vamos a poner obstáculos al presidente que ha resultado electo y apoyaremos toda
iniciativa que tienda al bien común y a encontrar la solución para los problemas de la
gente.
De ninguna manera lo que he dicho debe ser interpretado como que tenemos un
compromiso con el Poder Ejecutivo. Nosotros tenemos un compromiso con nuestros
representados, porque no somos nada más que eso: los mandatarios de un pueblo que
nos colocó en este lugar para que diéramos solución a los problemas que padece.
SRA. CARRIO, ELISA MARIA AVELINA.- Señor presidente: voy a hablar de tres
cuestiones.
La primera de ellas tiene que ver con el aspecto institucional. ¿De qué modo se
articula este proyecto? Por un lado, esta iniciativa se articula sobre la base de una
delegación de facultades al Poder Ejecutivo, y por el otro, se vincula con el control de la
actual Corte Suprema de Justicia de la Nación. Es el mismo esquema que se utilizó en
marzo del año pasado.
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además se agrega una incerteza mayor al decir que la economía estará dirigida por un
dólar libre, no por el del cambio fijo, que regulará todo el comportamiento económico.
Y esto va más allá de la buena voluntad del gobierno porque en el país aumentará el
comportamiento individual de saqueo: tomar o asegurarse grandes ganancias en muy
corto tiempo.
El comportamiento especulativo que ha sido característico de la República
Argentina desde 1976 hasta el presente se agravará con esta situación. Por eso era
necesario adoptar antes algunas medidas por medio de acuerdos democráticos que
permitieran establecer primero el tipo de cambio fijo y después la fluctuación. Sin esas
medidas previas esto puede ser un nuevo desastre, y no por la mala voluntad del
gobierno, pues no se modifica el comportamiento individual, y en consecuencia social y
racional, porque se sancione una ley o se pronuncie un discurso.
Esta incerteza del régimen cambiario origina una incerteza mayor en algunas de
las cuestiones que, aunque mal, fueron por lo menos elementos de construcción del lazo
social en nuestro país en los últimos diez años. Pero se libera el tipo de cambio y no se
establece otro sistema en sustitución. Esto representa un problema vinculado a la
cohesión social que acarreará enormes consecuencias para la sociedad, el Estado y las
instituciones.
La tercera cuestión es el famoso "corralito", para el que por supuesto hay una
salida. Es mentira lo que aquí se dice en el sentido de que lo único que algunos
perseguimos es que vayan presos quienes fugaron o robaron el dinero del país. Eso no
es verdad; hay un mecanismo, pueden encontrarlo pero no quieren, porque el Banco
Central protege el vaciamiento de bancos en la República Argentina. Lo hizo Pou y
ahora lo está haciendo Maccarone.
¿Qué es lo que hay hacer para encontrar el dinero? Es muy fácil. Al analizar los
bancos caídos e investigados en el país observarán que los diez o quince primeros
deudores son empresas autovinculadas. Es decir que el dinero de los ahorristas se prestó
a empresas vinculadas a los bancos.
Asimismo, cuando se analiza la caída de los bancos se aprecia que esas empresas
autovinculadas a su vez efectuaron transferencias a empresas fantasmas con radicación
en Uruguay, y desde allí fueron a la banca norteamericana, ya sea el Citibank o el MTB.
Si se quisiera saber más el presidente del Banco Central debería ir con sus inspectores al
Banco General de Negocios, al Banco de Galicia, al Citibank, y ver las listas de las
empresas fantasmas para comprobar si están radicadas en la Argentina y estudiar la
relación con las autovinculadas. Allí encontrarán los miles de millones que están fuera
del país, que pertenecen a esos bancos y que están en sus casas matrices.
Por medio del acuerdo internacional anticorrupción se puede solicitar al
gobierno de los Estados Unidos no que nos preste plata sino que devuelva la que los
banqueros de este país se han robado.
El señor Escasany sacó 400 millones de dólares antes de que el doctor Cavallo le
hiciera el favor de establecer el "corralito" para salvarlo a él. Banco pobre, banquero
rico.
Claro que hay una salida, señor presidente. Llegó la hora de crear una banca
nacional en serio que dé crédito. Y esto no lo decimos nosotros; quien anticipó la crisis
rusa, Larouche, actual candidato demócrata a la presidencia de los Estados Unidos,
sostiene exactamente lo mismo respecto de la Argentina: "La actual banca nacional -90
por ciento de la cual está dominada por bancos extranjeros- está en completa bancarrota
y se encuentra paralizada. El único modo de ponerla otra vez de pie y devolverle a los
ciudadanos argentinos sus ahorros actualmente congelados en los bancos es crear una
nueva banca nacional reorganizada. El gobierno central usaría entonces esta banca para
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canalizar crédito dirigido, emitido en una moneda nacional inconvertible para costear la
creación de empleos en las actividades correctas que iniciarían la recuperación de la
economía. Esto, junto con la moratoria que ya se declaró, son pasos programáticos
necesarios."
También es interesante que todos leamos cuando anteriormente analiza cómo
empieza a quebrar el sistema financiero internacional, lo que se verá en el mundo el año
que viene. Advierte a los gobiernos de todos los países que si siguen las restricciones de
los organismos internacionales y no solucionan el problema del vaciamiento de sus
bancas van a voltear gobierno tras gobierno hasta que llegue la desintegración nacional
total. No es una cuestión irracional, pero es totalmente injusto que no aprovechemos
esta crisis para encontrar los caminos. Si los quieren ver, están; el problema es que
muchas veces no los quieren ver.
En consecuencia, además de señalar esta falta de certeza queremos decir que
estos ahorristas que están entre 10 mil y 30 mil dólares son los hombres decentes que
creyeron en la banca financiera y en el país.
¿Por qué el señor Cavallo no controló la pérdida de reservas durante el año
pasado? Porque el señor Liendo, ese delincuente mayor de la Argentina, conciliaba con
el señor Mulford y Escasany. Ya van a estar las pruebas, que existen, que muestran
cómo arreglaban el megacanje y cobraban 200 millones de dólares antes de que la
Argentina estallara. Ellos fueron los que articularon los decretos de necesidad y
urgencia para vaciar prácticamente a toda la Nación; fue el asalto final.
No es cierto que Duhalde rompe la convertibilidad: la rompió Cavallo el día que
puso el "corralito". Ese día se supo en la Argentina que un peso no valía un dólar y que
nadie podía recuperar su peso ni su dólar. Ese día terminó la convertibilidad; no ahora.
Nosotros no vamos a arrojar sobre el actual presidente responsabilidades que no
tiene, pero sí decimos a todos una vez más que si no damos alguna certeza -como la red
alimentaria o algún tipo de seguro de desempleo en forma inmediata- o no tomamos
medidas concretas, en realidad esto será peor que antes y el riesgo de ilegitimidad es
enorme.
No me importa que me llamen apocalíptica, porque en todo caso lo que ha hecho
este bloque y quien habla es haber advertido hace un año paso por paso lo que estaba
pasando. En estas bancas había economistas que sabían lo que estaba sucediendo y que
me llamaban apocalíptica, y yo los llamo cómplices porque vaciaron la Argentina. No
importa qué banca hayan ocupado; sabían que estaban robando y nos trataron de locos.
(Aplausos.)
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SR. RODRIGUEZ, JESUS.- Otra diferencia puede ser que en la primera de aquellas
crisis había un estado de violencia en la Argentina, y en la segunda había terrorismo de
Estado, que hoy no tenemos. Otra diferencia -no menor- es que hoy existe una crisis
social muy profunda, sin duda mucho menor a la que nuestro país vivía en aquellos
tiempos.
Una similitud si se quiere dramática es que aquellas crisis dispararon cambios y
modificaciones en la estructura institucional de la Argentina. En la primera se abrieron
las puertas al golpe de Estado de 1976, sin caer en la ingenuidad de creer que ese golpe
tuvo lugar por esa única causa; y en la segunda, esa dictadura que se enseñoreó en la
Argentina en 1976 empezó a tener un proceso de degradación que luego terminó con su
agotamiento.
Además, hay otro episodio: el default, que no puede ser motivo de alegría o de
satisfacción. El default es el reflejo de un fracaso en el modo de organización de las
actividades económicas de la Argentina, y dicho fracaso se debe a que durante los
últimos diez años nos ha gobernado un esquema que pudo durar porque había
disponibilidad de recursos externos. El éxito -entre comillas- de la convertibilidad
entendida como el crecimiento económico está directa y unívocamente asociado a la
posibilidad de disponer de recursos financieros internacionales, recursos que empezaron
a menguar a mediados de 1994, cuando el crecimiento de las tasas de interés en los
Estados Unidos redujo la disponibilidad de financiamiento para economías como la
argentina. Nuestro país dispuso de recursos financieros internacionales como el resto de
los países de América latina. Sin duda, en ese sentido los años noventa son la contracara
de lo que fueron los ochenta, cuando la región tuvo un flujo neto positivo: se fueron más
recursos financieros que los que entraron. Para que tengamos una idea, sólo en dos años
de la década del noventa hubo recursos disponibles superiores a los que existieron
durante toda la década del ochenta. Por eso me llama mucho la atención que algunos
pretendan hacernos creer que ésta fue la década perdida de América latina.
¿Cómo puede calificarse "perdida" la década de la recuperación de la
democracia en Latinoamérica? En todo caso puede haber sido perdida la década del
setenta, porque durante ella existieron recursos pero los gobiernos democráticos de
nuestra región no pudieron hacer uso de esa disponibilidad, entre otras cosas por el
autoritarismo y los golpes militares.
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crecimiento, llegando a superar los 300 mil millones de dólares de producto bruto
interno.
Fueron muchos los elementos que permitieron una transformación profunda y
resolver la lucha contra la hiperinflación. Sin embargo, esta ley de convertibilidad se fue
debilitando a partir de no poder resolver, desde mi humilde punto de vista, dos
cuestiones fundamentales.
A partir del efecto "tequila" y de las crisis internacionales que tocó sufrir a la
Argentina, que se insertaron en los esquemas productivos de nuestro país, la
convertibilidad se fue encerrando en un corsé de hierro que cada vez fue más difícil
sortear.
Teníamos que buscar la forma de mantener la alta productividad que se había
logrado en la Argentina con la convertibilidad, y al mismo tiempo conseguir una baja en
la tasa de desempleo. Pero lo cierto es que se dio un fenómeno nuevo en la economía
Argentina: teníamos una alta tasa de crecimiento y de productividad, pero a la par la
tasa de desocupación iba creciendo.
Esa situación fue debilitando y socavando los cimientos de una paridad
largamente anhelada por el conjunto de la sociedad argentina. A mi juicio una de las
causas principales que dieron lugar a ese problema, que no pudimos resolver a través
del modelo teórico de la convertibilidad, ha sido planteada con coraje en el proyecto que
hoy estamos analizando. Me refiero a este nuevo esquema de alianza y de modelo de
país que queremos proyectar.
El esquema de la convertibilidad hubiese sido posible si junto con el modelo de
modernización y de transformación del Estado se hubiera aumentado la competitividad
en un mundo que se globalizaba más allá de nuestra voluntad y de nuestro pensamiento.
Este esquema hubiese sido posible si junto con el sistema productivo de la Argentina,
que tenía que ajustarse a un tipo de cambio fijo que estaba atado a la moneda del país
más poderoso del mundo, se hubiera mantenido la competitividad económica en
términos internacionales, para lo cual teníamos que bajar los costos de la producción
argentina.
Sobre ese punto se desarrolló otro enfrentamiento dialéctico profundo y fuerte
que no pudo ser resuelto por el modelo teórico y práctico de la convertibilidad. Alguna
vez pregunté en este recinto cómo se podía aumentar la competitividad de un país que
pasó de ocho mil millones a veinticinco mil millones de dólares de exportaciones. En
ese sentido, existían dos áreas en las que se podía ajustar. En primer término, se lo podía
hacer a través del modelo de reforma laboral y del ajuste salarial, para conseguir el
objetivo de la competitividad en el ámbito internacional.
La otra área es la que no pudimos doblegar ni vencer, a pesar de que en este
Congreso lo intentamos en varias oportunidades. Hombres y mujeres de los distintos
bloques políticos nos vimos derrotados una vez tras otra. Queríamos bajar el costo de
las tarifas y de los servicios monopólicos concentrados. En esta fuerte línea de
confrontación se fue agudizando la primera gran contradicción entre la alta
productividad y el alto desempleo. Por eso finalmente terminó bajando la productividad
de la economía argentina y creciendo el nivel de desempleo en nuestro país.
El tema del costo de los servicios se planteó en una discusión que se dio no
sobre la forma en que se privatizó sino sobre cómo estos sectores mantuvieron sus
posiciones dominantes y de abuso monopólico. Cada vez que esta Cámara intentó
sancionar proyectos de ley que se vinculaban con la creación de organismos de control
antimonopólico, para poner coto a esta nueva forma de dominación económica,
aparecían muchos libertarios y fiscales de la República diciendo que el Congreso
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argentino quería crear otra comisión de peaje, entre comillas, cuando nosotros lo que
deseábamos era poner límite al poder concentrado y monopólico de la Argentina.
Eso es importante recordarlo, porque esta batalla que estamos librando -y que
fuimos perdiendo en reiteradas oportunidades- constituye algo que debemos resolver.
Posiblemente lo haremos por una vía que a ninguno nos gusta, porque debemos hacerlo
en una Argentina casi trágica, para cambiar las esperanzas del país.
Lo haremos con las mismas dudas que tuvimos cuando votamos la ley de
convertibilidad, como ha dicho el señor diputado Matzkin. Son las dudas que surgen
cuando se quiere introducir cambios profundos en la vida de los argentinos.
Lo que queda claro es que en este modelo, que fue concentrando esquemas
económicos, siempre estuvo en debate quiénes eran los ganadores y quiénes los
perdedores.
Quedó en claro quiénes eran los perdedores. Este proyecto de ley está intentando
cambiar la historia; no pretende que los perdedores sean los que empiecen a pagar el
cambio de modelo argentino. Estamos buscando que los ganadores de la economía
concentrada empiecen a modificar sus relaciones internas en la Argentina y comiencen a
pagar algo de lo mucho que se llevaron de este país. (Aplausos.)
Si hoy leyésemos la prensa internacional de algunos países europeos nos
encontraríamos con las atrocidades y barbaridades que dicen de la Argentina y de sus
dirigentes. Y esto lo hacen porque estamos apostando a un cambio histórico en el país,
para que empiecen a pagar y a equilibrar la justicia social aquellos que mucho ganaron
en esta Argentina.
Es vergonzoso lo que la prensa internacional ha escrito sobre nosotros. Algún
diario español dijo que el gobierno de ese país tendría que buscar, incluso, a aquellos
que fuesen capaces de cambiar hasta el sistema político y democrático de la Argentina.
Hoy se está diciendo esto porque estamos tocando los intereses de los poderosos de
afuera, que ahora pretenden decidir los destinos de nuestro país.
Celebro que esta noche el Congreso de la Nación, con sus más y con sus menos,
sea capaz de pararse frente a la historia y enfrentar a un poder concentrado que nos
derrotó batalla tras batalla.
Para concluir, hago moción de que la Cámara se aparte de las prescripciones del
reglamento a efectos de acordar preferencia para que en la próxima sesión, con o sin
despacho de comisión, sean tratados los proyectos contenidos en los expedientes 7647-
d-2001 y 7649-d-2001, presentados el primero por el señor diputado Di Cola y el
segundo por los señores diputados Caviglia, Melillo, Lafalla y Lamisovsky, entre otros,
por los cuales se propicia la creación de una comisión especial que tendrá por objeto
investigar, analizar y evaluar los hechos referentes a la posible fuga de capitales de
bancos localizados en la República Argentina. (Aplausos.) Vale decir que no se trata
solamente de hacer denuncias sino de obrar en todos los frentes, como corresponde a un
Congreso que representa al pueblo de la Nación.
Por eso pedimos con humildad que nos acompañemos para sancionar esta
iniciativa y que también nos acompañemos, como decía el señor diputado Rodríguez, en
la búsqueda de ampliar la agenda parlamentaria y asumir la responsabilidad que nos
compete ante nuestro pueblo por el momento histórico que nos toca vivir. (Aplausos.)
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-- Asentimiento.
Se va a votar en general.
-- Resulta afirmativa.
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SRA. CORDOBA, STELLA MARIS.- Señor presidente: quiero señalar que estoy de
acuerdo con el espíritu de esta ley en tanto entiendo es el primer paso para abandonar un
modelo económico perverso que produjo a los argentinos la más profunda crisis en
términos de exclusión social.
Esta situación sólo se revierte cambiando los ejes en las relaciones de poder, y
como lo dijo el señor presidente de la Nación en la Asamblea Legislativa quiero
participar de una nueva política de Estado en virtud de la cual desde estas instituciones
formemos una nueva alianza con los sectores del trabajo y de la producción.
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SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
SR. RIVAS, JORGE.- Señor presidente: paradójicamente, la idea que subyace en una
demanda de delegación de facultades extraordinarias en el Poder Ejecutivo nacional es
que el sistema republicano no sirve para gobernar un país en crisis.
Cuando se compara este artículo 1° con el intento de armado de una agenda
parlamentaria amplia para discutir cómo se sale de la situación en que nos encontramos,
la contradicción es absolutamente flagrante.
El artículo 76 de la Constitución Nacional tiene un criterio absolutamente
restrictivo, al extremo de que prohíbe toda delegación de facultades, la cual sólo podría
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SR. BRAVO, ALFREDO PEDRO.- Señor presidente: simplemente, quiero decir que
este procedimiento no me parece serio. Ha llegado a mi banca una nueva versión de tres
documentos anteriores que se han ido modificando, pero no todos los integrantes del
ARI tienen copia de estas modificaciones. Por lo tanto, antes de cada votación nos
veremos obligados a reclamar la lectura de cada uno de los artículos.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Así se hará, señor diputado, para que no quede
ninguna duda de lo que se está votando.
SR. BRAVO, ALFREDO PEDRO.- De todos modos, tratándose de una norma de esta
envergadura no me parece serio tener que conocer el texto final de un artículo a través
de la lectura del secretario, cuando cada uno podría tenerlo en su banca, leerlo y
reflexionar en silencio, sin necesidad de perturbar la marcha de esta sesión, para poder
emitir con responsabilidad su opinión.
SR. PRESIDENTE BRITOS.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
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SR. BRAVO, ALFREDO PEDRO.- Señor presidente: simplemente deseo solicitar que
este texto que ha llegado a mis manos sea repartido entre los miembros de la Cámara,
para que todos sepamos qué vamos a votar.
Hubo modificaciones al proyecto original y usted sabe muy bien, señor
presidente, que la sesión programada para las 21 del día de ayer se suspendió porque el
texto del Poder Ejecutivo todavía no había llegado. Hoy comenzamos pasadas las cuatro
y media de la tarde, cuando estaba previsto comenzar a las dos y media, y ahora nos
encontramos con un nuevo texto que -vuelvo a repetir- circunstancialmente llegó a mis
manos en este momento.
En un debate de esta naturaleza hay que actuar con seriedad y los votos deben
ser conscientes y responsables.
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SR. PRESIDENTE BRITOS.- La Presidencia aclara que estas propuestas han sido
hechas por el Partido Justicialista.
Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
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Solamente quiero decir que esta norma no se aplica para casos excepcionales sino que
se aplica para autorizaciones genéricas, como es este caso. Por lo tanto, nuestro bloque
no propone ninguna modificación al artículo en tratamiento.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.
SRA. CASTRO, ALICIA AMALIA.- Señor presidente: estoy señalando por qué creo
que es inoportuno ceder facultades extraordinarias al Poder Ejecutivo cuando el pueblo
decidió participar en estas cuestiones. Tengamos en cuenta que primero se lo privó de la
voluntad expresa y manifiesta de elegir al sucesor del gobierno que había derrocado, ya
que la Asamblea Legislativa se arrogó esas facultades. Luego, en su primer acto de
gobierno, el presidente de la Nación le pide a este Parlamento que le ceda facultades
extraordinarias que son propias del Poder Legislativo.
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SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- La Presidencia reitera que usted dispone del tiempo
que se ha acordado. No la ponga en una posición que la haga aparecer como que no le
quiere otorgar más tiempo. Usted dispone del plazo que se acordó con la persona que
participó en representación de su bloque en la reunión de la Comisión de Labor
Parlamentaria.
SRA. CASTRO, ALICIA AMALIA.- Entonces, para fundamentar por qué este
artículo no debe formar parte del proyecto en tratamiento voy a citar dos intervenciones
que tuvieron sendos legisladores en la sesión en la que se consideró la delegación de los
superpoderes al ministro Cavallo que, desde mi punto de vista, pueden resultar muy
ilustrativas.
SRA. CASTRO, ALICIA AMALIA.- En ese caso, solicito que se suprima el artículo
en tratamiento, y además pido que se inserten en el Diario de Sesiones las exposiciones
de los señores diputados Lamberto y Torres Molina, en las que señalaron que cuando se
ceden superpoderes se vulnera la Constitución Nacional. Evidentemente, asistimos al
funeral de la República.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.
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Además, debo decir que los conceptos claros y precisos del señor diputado
Iparraguirre hubieran ahorrado algunos discursos estentóreos, si los señores diputados
hubiesen prestado atención cuando habló. Y esto lo manifiesto porque no estamos
efectuando delegación de facultades. Ahórrense los discursos. Simplemente, estamos
estableciendo bases programáticas, tal como lo establece la Constitución Nacional para
cuando es necesario establecer un sistema de emergencia. Lamentablemente, algunos
señores diputados no han entendido nada.
-- Resulta afirmativa.
SR. CAFIERO, MARIO ALEJANDRO.- Señor presidente: que quede constancia del
voto negativo del bloque ARI, tanto en general como en particular respecto del artículo
1°.
SR. MATZKIN, JORGE RUBEN.- Señor presidente: anticipo que nuestro bloque no
va a aceptar modificaciones a este artículo.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
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El sentido de todo esto consiste en que aceptamos por esta coyuntura que el
Poder Ejecutivo asuma las atribuciones que la Constitución establece en el artículo 75,
inciso 11, para el Congreso Nacional; pero como las facultades se conceden por dos
años, un tiempo muy prolongado, en ese lapso se podría modificar más de una vez el
tipo de cambio, y eso no responde al espíritu de la iniciativa en consideración.
El sistema de cambio que se instaure puede ser fijo o flotante con determinación
del mercado, con intervención del Estado que fije las bandas, un sistema de canasta o el
que fuere. Pero lo que no se puede hacer en dos años es cambiar más de una vez el tipo
de cambio. En todo caso, lo que sí podría hacer el Poder Ejecutivo es fijar factores de
ponderación dentro de un mismo sistema de cambio.
Por lo tanto, corresponde aclarar que por única vez el Poder Ejecutivo puede
modificar el sistema cambiario por esta delegación de facultades. Eso significa que si
quisiera modificarlo nuevamente dentro de ese período de dos años, tendría que recurrir
a una ley dictada por el Congreso Nacional.
-- Resulta afirmativa.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.
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circunstancia que minará dicho respaldo del peso en relación con el dólar, que debe ser
del ciento por ciento.
Como se ha hecho referencia a acciones especulativas que habrán de producirse
en relación con el dólar...
-- Resulta afirmativa.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
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SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.
SR. GUTIERREZ, JULIO CESAR.- Señor presidente: con respecto al artículo 4°,
quiero decir que la convertibilidad se cae a raíz de que no se cubría el ciento por ciento
de la base monetaria con las reservas que debía tener el Banco Central. En los últimos
meses, y cuando vino el ministro Cavallo y cambió las autoridades del Banco Central,
se fugaron muchas reservas. Al perderse las reservas también se perdió la posibilidad de
continuar con la convertibilidad.
Sabemos de las actitudes que habrá de tener mucha gente cuando se establezca
un nuevo tipo de cambio. Se va a especular con el tipo de cambio. Habrá un mercado
negro o paralelo que presentará una diferencia entre el dólar oficial, financiero o
comercial -como se lo quiera llamar- y el dólar negro o paralelo para especular y, a su
vez, tratar de hacer maniobras de sobrefacturación o subfacturación. Es necesaria la
intervención del Banco Central para defender determinada paridad. Si no ponemos
ningún límite a la utilización de reservas el Banco Central no podrá intervenir frente a
esos ataques especulativos. Esta es mi preocupación.
Propongo que no se elimine el último párrafo del artículo 4° de la ley 23.928,
que establecía un límite a la cantidad de títulos públicos que deben tener las reservas del
Banco Central, porque hoy la Argentina, que no tiene acceso a los mercados
internacionales, puede correr el riesgo de que se le quiten reservas al Banco Central y
que todas sean en títulos públicos, lo que significará una merma considerable de las
mismas, y cuando tengamos estos ataques especulativos el dólar se irá a un precio
sideral.
Creo que hay que mantener la redacción a fin de que exista un límite a la
cantidad de títulos públicos nacionales que deben tener las reservas del Banco Central.
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SR. ESAIN, DANIEL.- Señor presidente: con respecto al artículo 10 de la ley 23.928,
que se modifica en virtud del artículo 4° y que dice "mantiénense derogadas", quiero
expresar con todo respeto a la comisión que interpreto que lo que está derogado no se
puede mantener, de modo que solicitaría que se redactara de otra manera que tuviera
alguna otra referencia jurídica.
SR. MATZKIN, JORGE RUBEN.- Señor presidente: adhiero a las explicaciones que
ha dado el señor diputado Pernasetti en cuanto al artículo 10 de la ley 23.928, al que se
refiere el artículo 4°. En lo que respecta a las propuestas de modificación formuladas, la
comisión desea mantener la redacción de la totalidad del artículo, con la salvedad hecha
por el señor diputado Rafael González.
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habido todo tipo de actualizaciones y aumentos de tarifas, ya sea por la vía de dolarizar
esas tarifas o de remitirse a factores de corrección externos, como la tasa LIBOR en el
caso de los peajes...
-- Resulta afirmativa.
SR. CAFIERO, MARIO ALEJANDRO.- En este artículo queda claro que los
discursos van por un lado y la realidad por otro. Se habla en contra de la dolarización y
de la necesidad de desdolarizar, pero manteniendo la redacción de este artículo la
dolarización va a continuar en la Argentina. Por eso proponemos su eliminación.
SR. MATZKIN, JORGE RUBEN.- No tengo nada que opinar porque no hay
propuesta alternativa.
-- Resulta afirmativa.
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SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
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SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Hay dieciocho oradores anotados para hacer uso de la
palabra sobre este artículo, por lo que sería conveniente que los señores diputados
abrevien sus discursos.
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SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por San Juan.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Para una aclaración tiene la palabra el señor diputado
por Buenos Aires.
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que yo había utilizado ocho minutos, pero quiero aclarar que la mayor parte de este
tiempo fue utilizada por el señor diputado Pernasetti.
SR. VITAR, JOSE ALBERTO.- Señor presidente: como la modificación que iba a
proponer al artículo 6° fue incluida en el primer párrafo del artículo 7°, no voy a hacer
uso de la palabra.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Cruz.
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principio que pretende proteger la norma. Debemos evitar que se excluya a un sector
importante de la población que por mejorar su perfil de endeudamiento efectuó una
nueva hipoteca.
Por otra parte, quisiera que la comisión contemple la posibilidad de incluir
además el nivel de las tasas que van a tener estos créditos reestructurados. En ese
sentido, me permito proponer que las tasas de los créditos reestructurados se mantengan
en los niveles pactados originariamente.
Por último, propongo un tercer agregado para atender la situación de muchos
argentinos que por desfases en sus economías familiares se han visto en la necesidad de
tomar créditos hipotecarios para solucionar el inconveniente que ese desfase les
producía. Asimismo sugiero que se incorpore una cláusula que establezca "créditos
hipotecarios que no tengan por objetivo la adquisición de bienes suntuarios y que no
sean superiores a 50.000 dólares".
En definitiva, son tres las modificaciones que estoy proponiendo.
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SR. ESAIN, DANIEL.- Señor presidente: solicito que se introduzca una modificación
referida al monto para las pequeñas y medianas empresas, elevándolo a 250 mil pesos o
dólares, siempre y cuando la empresa demostrare que afectó integralmente el crédito al
rubro o la producción a la que se dedica.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
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muy precisas: fijar el sistema del tipo de cambio y reglamentar o instrumentar el paso de
dólares a pesos de los créditos de hasta 100 mil dólares en las condiciones de los cinco
incisos mencionados. No hay facultades para blanquear o modificar el endeudamiento
con el sector financiero por montos superiores a 100 mil dólares.
Para que todo esto quede claro sugiero otra modificación, de modo que donde
dice: "Al efecto dispondrá las normas necesarias para su adecuación" se suprima la
expresión "dispondrá las normas necesarias para su adecuación", del mismo modo que
se suprimió "Sin perjuicio de ello" en el texto que leyó el señor miembro informante. En
consecuencia, el texto quedaría redactado del siguiente modo: "Al efecto el Poder
Ejecutivo nacional queda facultado para reestructurar...". Así no cabrá duda de que el
párrafo primero es el enunciado y el segundo es lo que está autorizado, y lo que se
obtenga de la renta petrolera o cualquier otro medio que se autorice sólo puede ser
destinado a compensar el desequilibrio que traigan al sistema los créditos de hasta 100
mil dólares que pasan a pesos.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Para una aclaración tiene la palabra el señor diputado
por la Capital.
SRA. WALSH, PATRICIA.- Señor presidente: en nombre del bloque Izquierda Unida
adhiero a la propuesta del señor diputado Zamora, del bloque de Autodeterminación y
Libertad, y voy a explicar los fundamentos de mi posición.
Se ha mencionado reiteradas veces en distintas intervenciones el principio de
equidad que estaríamos tratando de resguardar. En este proyecto de ley de emergencia
están faltando, creo que de manera evidente, disposiciones referidas a jubilados,
pensionados, desocupados y demás; podríamos hacer una larga lista.
La propuesta del señor diputado Zamora plantea una forma de incluir a jefes y
jefas de hogar en situación de desocupación.
Por otro lado, si uno preguntara quién está pagando la pesificación, si se
resolviera de acuerdo con lo que se ha propuesto originariamente, algún distraído podría
pensar que tras un cuarto de siglo de superganancias y un discurso presidencial donde
supuestamente se privilegia la producción sobre la acumulación financiera, se va a
cargar el costo sobre los bancos. Pero es un error, porque se pagará con un bono. Se dice
que será con un derecho a la exportación de hidrocarburos, pero como en todo el
proyecto de ley no se hace otra cosa que facultar al Poder Ejecutivo a decidir la alícuota,
si ésta es baja -como seguramente lo será si siguen funcionando los lobbies
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SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Recuerdo a los señores diputados que aquellos que
quieran insertar sus discursos en el Diario de Sesiones lo pueden solicitar.
Tiene la palabra el señor diputado por Santiago del Estero.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
SR. RODIL, RODOLFO.- Señor presidente: en la copia que llegó a mi poder supongo
que se ha deslizado un error material en el inciso e), que dice: "A los créditos de
personas físicas o jurídicas que cumplan con los requisitos de micro, pequeña y mediana
empresa". En el texto que tengo sobre mi banca falta la palabra "empresa" antes de
"(MIPyME)".
Además, entiendo que al decir "A los créditos", están incluidos todo tipo de
créditos que hayan tomado las micro, pequeñas y medianas empresas. No sé si tengo
mal la copia o se ha deslizado un error material. De ser así, ruego a la comisión que lo
subsane.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
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SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.
SRA. MONTEAGUDO, LUCRECIA.- Señor presidente: voy a hablar del Título IV,
Capítulo I, artículo 6°.
A continuación explicaré nuestra propuesta. A nuestro juicio, falta una norma
expresa en relación con la preservación del capital de los ahorristas de menor cuantía
que figuraba en el anteproyecto que la mayoría nos hiciera llegar en el día de ayer,
cuando se refería a "preservar el capital perteneciente a los ahorristas que hubieran
realizado depósitos en entidades financieras a la fecha de entrada en vigencia del
decreto 1570/01.
Creemos que la supresión de este párrafo aumenta el grado de inseguridad de los
ahorristas y contradice las propias palabras del presidente Duhalde, cuando se
comprometió a que los depósitos serían devueltos en la moneda originaria en la que
fueron pactados. En tal sentido, estimamos que por lo menos debe incluirse esta
protección con respecto a los ahorristas titulares de depósitos de menor cuantía.
Si bien compartimos la inclusión del párrafo que establece la relación de cambio
un peso igual a un dólar en relación con los deudores hipotecarios, prendarios y
pequeñas y medianas empresas, creemos que no basta con facultar al Poder Ejecutivo
nacional. A nuestro criterio, dicha protección debería ser expresa y no condicionada a la
decisión del Poder Ejecutivo nacional.
También entendemos que las medidas compensatorias destinadas a evitar el
desequilibrio en las entidades financieras deben limitarse a las entidades nacionales
públicas y cooperativas, toda vez que las sucursales de entidades extranjeras pueden
recurrir al auxilio de sus casas matrices si es que desean seguir operando en el mercado
argentino.
Por otra parte, estos bancos y otros que integran la mal llamada banca privada
nacional ya se han visto sumamente beneficiados por el ahorro que captaron en nuestro
país y transfirieron al exterior amparados en una legislación absolutamente permisiva y
contraria a los intereses de la Nación y de su pueblo.
No podemos admitir que el Estado compense a las entidades que fueron parte
esencial del saqueo de divisas que se fugaron del país.
Para nosotros el texto del artículo 6° debería ser el siguiente: "El Poder
Ejecutivo nacional garantizará medidas tendientes a disminuir el impacto producido por
la modificación de la relación de cambio dispuesta en el artículo 2° de la presente ley,
sobre el patrimonio de las personas físicas o jurídicas que mantuviesen con el sistema
financiero deudas o créditos nominados en dólares estadounidenses u otras divisas
extranjeras. Al efecto dispondrá las normas necesarias para su reestructuración
garantizando la equidad social y los derechos de los más desprotegidos. Sin perjuicio de
ello el Poder Ejecutivo nacional reestructurará las deudas con el sector financiero,
estableciendo la relación de cambio un peso igual un dólar, en deudas con el sistema
financiero cuyo importe en su origen, no fuese superior a 100.000 dólares con relación a
créditos hipotecarios, créditos personales, créditos prendarios y de empresas pequeñas y
medianas. El Poder Ejecutivo nacional garantizará y preservará el capital perteneciente
a los ahorristas que hubiesen realizado depósitos en entidades financieras, priorizando la
devolución en la moneda originaria en que fueron pactados, de aquellos que no superen
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SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
SR. MATZKIN, JORGE RUBEN.- Señor presidente: voy a justificar las razones por
las que la comisión ha decidido insistir en el texto que ha elaborado. Los señores
diputados han formulado distintas propuestas y trataré de responder a sus inquietudes.
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El artículo en tratamiento se refiere a dos grandes temas: por un lado, a los deudores del
sistema financiero, y por el otro, a los ahorristas del sistema. En relación con la primera
parte se han formulado proposiciones vinculadas con el sector agropecuario, por
ejemplo, en lo relativo a las maquinarias e implementos agrícolas, que no están
previstas con tal nombre.
Siempre hemos sostenido que los productores agropecuarios -si hablamos de
tractores suponemos que estamos haciendo referencia a dichos productores- pertenecen
en un porcentaje decididamente alto a las pequeñas y medianas empresas; es decir que
de esa manera están ingresando a la posibilidad de la refinanciación hasta los 100.000
dólares, independientemente de cuál sea la forma, el origen o la instrumentación de la
deuda que tengan. Puede tratarse de un crédito a sola firma, prendas, pagarés, hipotecas.
Es por ello que consideramos que como pymes pueden ingresar sin mayores
dificultades.
Cuando tuvimos que trabajar para formular esta propuesta con algunas
limitaciones debimos tener en cuenta, con la escasa información disponible en 72 horas
de gobierno, cuánto cuesta este subsidio que habremos de otorgar a los que están
endeudados, dónde establecíamos el corte y a quiénes elegíamos dentro de la amplia
gama de posibilidades.
Esto fue lo que tuvimos que hacer cuando hablamos de asignar con
responsabilidad los costos que tiene esta fiesta. Lo que hasta ahora se ha incluido cuesta
aproximadamente ocho mil millones de pesos. Se trata de una cifra muy importante que
requiere financiamiento.
El financiamiento que hemos previsto es el que surge de captar el mayor valor,
la plusvalía originada por el hecho del príncipe ante una eventual devaluación. Tratamos
de capturar ese valor, no la renta anterior.
Sacamos una fotografía y no tocamos absolutamente nada de la renta petrolera
anterior, ni de las participaciones de las provincias, ni de sus regalías. Si la relación era
buena, seguirá siendo buena, y si era mala, continuará de la misma manera.
Pretendemos apropiarnos del mayor valor de las exportaciones de hidrocarburos.
De esta manera obtendríamos una cifra que oscila entre mil y mil doscientos
millones de pesos por año. Los ocho mil millones constituyen un stock por una única
vez; en cambio, el flujo que se produce por las exportaciones es de mil a mil doscientos
millones de pesos por año para hacer frente a ese stock con más sus intereses.
Esto es algo que pensamos que puede realizarse, pero en la medida que
incorporemos nuevos deudores tendremos que buscar nuevas fuentes de financiamiento.
Es por ello que en este momento no tenemos posibilidades de introducir nuevos
deudores, que sabemos que existen, sobre todo aquellos que están fuera del sistema
financiero.
En el caso de la vivienda son innumerables los deudores, pero no sabemos
cuántos son. Pueden ser deudores por préstamos de cooperativas, de mutuales, por
financiación de los propios constructores de los edificios, de la usura o de las
escribanías. Es compleja la forma en que se compran y venden inmuebles. No sabemos
cuántos son los deudores y cuál es el costo de incorporarlos. Incluirlos en forma
irresponsable, por el solo hecho de ponerlos, no nos parece serio.
Sin embargo, sabemos que existen, por lo cual pensamos que vamos a tener que
volver sobre esta cuestión a medida que dispongamos de información suficiente y de la
posibilidad de encontrar financiamiento que permita su inclusión. No nos parece justo
que se incorpore o no a un deudor por la compra de una vivienda única en virtud de
establecer como línea divisoria el solo hecho de estar o no en un banco. Sin embargo,
explicamos nuestra imposibilidad de proceder ahora de otra manera.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Hay otros comentarios que formularon algunos señores diputados y solicito a los
señores diputados Schiaretti y Rafael González que me ayuden a brindar las
correspondientes explicaciones.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
expuestas por el señor diputado Matzkin y por el diputado que está en uso de la palabra,
ya que atendiendo a esas razones no entiendo por qué se abarcó un espectro más amplio
respecto de los créditos que quedan incluidos. Es decir, si antes en el inciso a) se
establecía que el beneficio era para las viviendas familiares y únicas y ahora sacamos la
expresión "familiares y únicas", se amplía el espectro a aquellas otras personas que
tengan más de una propiedad.
Por lo tanto, las argumentaciones expuestas por los señores diputados se
contradicen con la eliminación de esos dos términos. Entonces, pediría que se incluyan
nuevamente los términos excluidos para proteger a aquél que compró su casa propia y
es la única propiedad que tiene y no a las propiedades para fines de semana.
SR. SCHIARETTI, JUAN.- Señor presidente: los primeros cuatro incisos del párrafo
segundo se refieren a los créditos hipotecarios destinados a la compra de vivienda,
construcción, refacción y/o ampliación de vivienda, a la prenda vehicular y a los
créditos personales. Por su parte, el último inciso se refiere a cualquier tipo de crédito
que hayan tomado las empresas consideradas -de acuerdo con la legislación vigente-
micro, pequeñas y medianas. Además, para que no existan problemas respecto de la
naturaleza jurídica de lo que se considera micro, pequeña y mediana empresa, hacemos
mención a las personas físicas o jurídicas que cumplan con los requisitos establecidos
por la legislación vigente.
Como si eso fuera poco, en una resolución de la SEPYME se establecen los
montos de facturación máximos para que una empresa sea considerada micro, pequeña
o mediana. Por ejemplo, en el sector industrial se considera a una empresa mediana
cuando tiene un nivel de facturación de hasta veinticuatro millones de pesos al año,
mientras que a las del sector agropecuario se las considera medianas cuando facturan
hasta seis millones de pesos anuales.
Por lo tanto, a las empresas micro, pequeñas y medianas de cualquier naturaleza
jurídica -incluso las cooperativas- que cumplan con esos requisitos, hasta cien mil pesos
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
se les pesificarán las deudas con una relación de un peso un dólar, y en el caso de que
las deudas superen ese monto, hasta cien mil pesos se pesificarán con la relación uno a
uno.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
SR. SCHIARETTI, JUAN.- Señor presidente: el señor diputado Llano nos ha hecho
notar que con respecto a los créditos hipotecarios se habla en el inciso b) de "refacción
y/o ampliación de vivienda", pero debería decir: "construcción, refacción y/o
ampliación de vivienda". Quiero manifestar que aceptamos esta proposición.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Río Negro.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
SR. MATZKIN, JORGE RUBEN.- Señor presidente: el último párrafo del artículo 6°,
vinculado con la situación de aquellas personas que están dentro del "corralito",
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
SR. MATZKIN, JORGE RUBEN.- No tengo más nada que agregar, señor presidente.
-- Resulta afirmativa.
SR. POLINO, HECTOR TEODORO.- Señor presidente: estamos de acuerdo con esta
disposición y simplemente voy a proponer una precisión. Dado que la norma alude a
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
SR. ZOTTOS, ANDRES.- Señor presidente: advierto con beneplácito que la bancada
mayoritaria haya receptado el pedido referente al agregado de un párrafo en el artículo
7º, dado que la anterior redacción omitía otras operaciones de financiación, como las
vinculadas a cuentas corrientes.
SR. VITAR, JOSE ALBERTO.- Señor presidente: quiero plantear un tema que
preocupa a mi provincia y que se vincula con los productores cañeros y los ingenios
azucareros, que ante la imposibilidad de acceso al crédito bancario se han endeudado a
través del sistema de warrants.
No es mi intención aburrir a la Cámara explicando en qué consiste el sistema de
warrants, pero quiero señalar que era la única posibilidad que tenían de acceder a cierto
financiamiento. Más de la cuarta parte de la producción de azúcar de mi provincia -sé
que similar situación se da en otras provincias azucareras- está afectada por esta
situación.
Se trata de operaciones en dólares que se hallan fuera del sistema financiero,
porque los bancos actúan simplemente como agentes financieros, y son financiados
fundamentalmente por inversores del exterior.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
SR. FALU, JOSE RICARDO.- ¿Me permite una interrupción, señor diputado, con la
venia de la Presidencia?
SR. FALU, JOSE RICARDO.- Señor presidente: en relación con el planteo efectuado
por el señor diputado Vitar, cabe señalar que no es necesario introducir modificación
alguna porque el warrant está fuera del ámbito judicial; se ejecuta de modo súbito fuera
del sistema judicial. En cuanto el deudor no paga su deuda, el acreedor remata
privadamente la mercadería entregada como garantía del crédito tomado.
Con seguridad la devaluación generará un grave problema, pero comparto lo
expuesto por el señor diputado Pernasetti, porque si el warrant fue otorgado a través del
sistema financiero los tomadores de crédito -como una micro, pequeña o mediana
empresa- quedan amparados, y si es entre particulares se contempla lo dispuesto por el
artículo 1.198 del Código Civil y todo el sistema previsto en este último para las
obligaciones entre particulares. En consecuencia, a mi juicio el warrant está
comprendido dentro de esta normativa.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
SR. VITAR, JOSE ALBERTO.- Señor presidente: no ignoro que el tema puede estar
contemplado en el artículo 11. Lo que sucede es que de acuerdo con la redacción de ese
artículo me temo que quienes se ven afectados por ese tipo de operatoria negociarán en
una situación de absoluta debilidad.
Por lo expuesto, propongo un agregado al artículo 7° que no provoca daño
alguno, porque no tiene ningún impacto sobre el sistema financiero ni sobre las cuentas
fiscales. Mi propuesta es que se agregue la siguiente frase: "Estarán contempladas
también aquellas obligaciones contraídas por pequeños productores primarios mediante
cualquier título de crédito mobiliario." Esto llevará tranquilidad a mucha gente y no
afecta en absoluto el espíritu de la norma.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
SR. CARBONETTO, DANIEL.- Señor presidente: nuestro bloque desea proponer que
se agregue un artículo a continuación del 7°.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
-- Resulta afirmativa.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
SR. MATZKIN, JORGE RUBEN.- Este artículo se refiere a que en los contratos de la
administración pública, como son los contratos de obras y servicios públicos, quedan
sin efecto las cláusulas de ajuste en dólar y en otras divisas extranjeras y en general todo
tipo de cláusulas indexatorias. Además, decimos que los precios y las tarifas que sean
resultantes de esas cláusulas quedan establecidos sobre la base de una relación de
cambio de un dólar igual un peso. ¿Quiénes quedan incluidos dentro de esta cláusula?
Como nosotros deseamos que queden incluidos todos, no podemos dejar la redacción
original que dice que estarán incluidos todos aquellos a partir de la sanción de la ley
23.928, porque antes de la sanción de esta ley ya había casos que nosotros deseamos
que también queden incluidos.
Por eso creo que lo correcto es eliminar esa mención, con lo cual quedaría
incluida la totalidad de los casos, como serían los peajes, por ejemplo.
SR. POLINO, HECTOR TEODORO.- Discúlpeme, señor presidente, pero sigo sin
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
entender. Por eso pido al presidente de la comisión que lea textualmente cómo quedaría
redactado el artículo.
SR. MATZKIN, JORGE RUBEN.- El artículo 8° diría así: "Dispónese que a partir de
la sanción de la presente ley, en los contratos celebrados por la administración pública
bajo normas de derecho público, comprendidos entre ellos los de obras y servicios
públicos, quedan sin efecto las cláusulas de ajuste en dólar o en otras divisas extranjeras
y las cláusulas indexatorias basadas en índices de precios de otros países y cualquier
otro mecanismo indexatorio. Los precios y tarifas resultantes de dichas cláusulas,
quedan establecidos en pesos a la relación de cambio un peso igual un dólar
estadounidense."
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
SR. CAFIERO, MARIO ALEJANDRO.- Señor presidente: deseo hacer una pregunta
al señor presidente de la comisión para que me conteste por sí o por no. ¿Se considera
que las telefónicas prestan un servicio público?
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
SR. ESAIN, DANIEL.- Señor presidente: he pedido la palabra para solicitar una
aclaración por parte de la comisión y eventualmente para proponer una modificación.
El artículo en consideración establece: "Dispónese que a partir de la sanción de
la presente ley, en los contratos celebrados por la administración pública bajo normas de
derecho público..." El pedido de aclaración para la comisión es si esta norma abarca a
todas las administraciones, atento a que en el país no sólo se han privatizado servicios
en el orden nacional sino también en los órdenes provincial y municipal.
Si esto no estuviera comprendido, vamos a solicitar un agregado en razón de que
se trata de una cuestión financiera y de cambio, sobre la que creemos que el Congreso
tiene plenas facultades de acuerdo con lo establecido por el inciso 11 del artículo 75 de
la Constitución Nacional. Este inciso habla de "Hacer sellar moneda, fijar su valor y el
de las extranjeras..."
Queremos saber concretamente si cuando el texto habla de administración
pública se está refiriendo a las tres administraciones, la nacional, la provincial y la
municipal. Si no, habría que hacer un agregado en el que expresamente se diga que el
artículo se refiere a las privatizaciones en cualquier ámbito de la administración, ya sea
este nacional, provincial y/o municipal.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
lo que indica el artículo 9°. Además, la existencia de este último artículo es lo que me
impide aprobar el 8°.
Cabe recordar que una de las acciones que en su momento le reprochamos a
Domingo Felipe Cavallo fue el hecho de que las tarifas se establecieran en dólares. Por
eso, hoy estamos pagando la luz, el gas, la nafta y el teléfono más caros del mundo.
Ahora encontramos que a través del artículo 9° se autoriza la renegociación de
los contratos; pero nuestro bloque impulsa la restatización de los servicios públicos. De
todos modos, nos gustaría saber quién va a renegociar esos contratos. No debemos
olvidar la experiencia que hemos tenido con María Julia Alsogaray, Dromi y Barra.
Además, en caso de litigio, ¿va a fallar la Corte Suprema de Justicia de la Nación o los
tribunales de Nueva York? Seguramente en ninguno de los dos casos van a fallar a favor
del pueblo argentino.
Por otra parte, qué va a pasar con el personal que desempeña funciones en estas
empresas de servicios públicos privatizadas. A pesar de que son las 3 y 50 de la mañana
y de que algunos están distraídos quiero dejar constancia de mi preocupación por la
posibilidad de que se produzcan despidos del personal que se desempeña en esas
empresas como consecuencia de las medidas que se adoptan. Ya hemos excluido a los
jubilados y pensionados y en este caso también estamos excluyendo a los asalariados de
las empresas privatizadas. Entiendo que la situación que se está prefigurando es bastante
alarmante.
-- Resulta afirmativa.
SR. POLINO, HECTOR TEODORO.- Señor presidente: como aquí se ha dicho, los
argentinos hemos inventado algunas cosas importantes: la birome, el dulce de leche, el
colectivo y también la renegociación de los contratos.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Los contratos se hacen para ser cumplidos, salvo que varíen sustancialmente las
condiciones existentes en el momento en que se firmaron.
Si contara con tiempo suficiente podría señalar lo que ha ocurrido empresa por
empresa, pero me voy a referir fundamentalmente a dos.
Cuando se privatizó ENTEL en el pliego se acordó la tarifa en pesos y se
estableció que se ajustaría de acuerdo con la variación del índice de precios al
consumidor de nuestro país.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
SRA. CORDOBA, STELLA MARIS.- Señor presidente: las objeciones que tenía
respecto del artículo en consideración fueron satisfechas por las explicaciones brindadas
por el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda en relación con la creación
de nuevos mecanismos para que el Congreso de la Nación pueda participar y seguir de
cerca la renegociación a la que se hace referencia.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.
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SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
quiero hacer una aclaración referida al artículo anterior. Me gustaría que quede claro
cuál es la voluntad del legislador de acuerdo con lo expresado por el señor diputado
Matzkin, en el sentido de que las empresas prestadoras de servicios telefónicos están
incluidas en lo dispuesto en el artículo 8°.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
cadena de pago de las pymes, ya que los vencimientos son a treinta días y la cadena de
pago de las pymes es a ciento veinte días, con lo cual se produce un desfinanciamiento.
Por otro lado, proponemos que se preserven los contratos, el nivel de empleo y
de salarios de los trabajadores de las empresas concesionadas. Por último, de acuerdo
con lo planteado por el miembro informante de la comisión, adherimos a lo que se ha
manifestado en cuanto a la comisión de trabajadores y usuarios, y aceptamos lo relativo
a la ratificación por ley del Congreso.
SR. MATZKIN, JORGE RUBEN.- Señor presidente: la comisión considera que los
artículos 8° y 9° se corresponden entre sí y conforman una unidad coherente que no
deseamos modificar. Por tal motivo, sostenemos su redacción de acuerdo con lo que
oportunamente he expresado.
-- Resulta afirmativa.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
-- Resulta afirmativa.
SR. MATZKIN, JORGE RUBEN.- Señor presidente: propondremos una muy breve
modificación, que dará mayor importancia a este artículo. Daré lectura de la parte
específica para que quede en claro lo que proponemos.
El artículo establece: "Las prestaciones dinerarias exigibles a la fecha de
promulgación de la presente ley, originadas en contratos celebrados entre particulares,
sometidos a normas de derecho privado, ...", y a esta altura proponemos agregar:
"pactados en dólares". Esta es la única modificación que propiciamos; a partir de allí el
artículo continúa con la redacción con la que figura en el proyecto de ley aprobado en
general.
Explicaré brevemente en qué consiste la propuesta. Si no se pusiera la cláusula
"pactados en dólares" el artículo quedaría circunscripto a aspectos vinculados con
actualizaciones o indexaciones, pero no resultan comprendidos aquellos contratos que
hubieran sido originalmente pactados en moneda extranjera. Con esta propuesta
creemos cerrar el ciclo de comprensión, quedando incluido un universo mucho mayor.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
y para aquellos casos que no resulte líquido o vencido el plazo de 180 días, se atenderá
al valor que fije la tasación judicial respectiva." Esta es nuestra propuesta.
SR. LLANO, GABRIEL JOAQUIN.- Señor presidente: deseo formular una consulta a
la comisión.
En el caso de obligaciones dinerarias de plazo no vencido, por ejemplo un canon
de alquiler en dólares de plazo no vencido, ¿es exigible su cumplimiento teniendo en
cuenta que no ha vencido?
Daría la impresión de que este tipo de obligaciones pactadas en contratos en
dólares no quedaría incluido en la redacción de este artículo.
Por otra parte, considero que sería conveniente agregar, a continuación de la
modificación ya anunciada por la comisión, lo siguiente: "en los que se hubiesen
establecido cláusulas de ajuste en dólares o en otras monedas extranjeras". Puede darse
el caso de un contrato en pesos sujeto a una cláusula de ajuste en otra divisa que no sea
el dólar.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
carácter de pago a cuenta. La resolución del contrato motivada en la falta de acuerdo por
la aplicación de la presente ley, no generará derecho a indemnización alguna por
incumplimiento de prestación.
"El Poder Ejecutivo nacional queda facultado a dictar disposiciones aclaratorias
y reglamentarias sobre situaciones específicas, sustentadas en la doctrina del artículo
1198 del Código Civil y el principio del esfuerzo compartido."
-- Resulta afirmativa.
SR. MATZKIN, JORGE RUBEN.- Señor presidente: al final del artículo vamos a
agregar una frase que diga: "...previo acuerdo con todas las jurisdicciones provinciales".
Este artículo está vinculado con la posibilidad de que el Poder Ejecutivo rescate
por razones de sana política monetaria todas las monedas que circulan por las
provincias. Nos referimos a los distintos tipos de bonos. Se nos ha requerido desde
distintas provincias que esto tenga lugar previo acuerdo con todas las jurisdicciones
provinciales, y esto es lo que estamos proponiendo incluir al final del artículo.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
-- Resulta afirmativa.
SR. POLINO, HECTOR TEODORO.- Señor presidente: la primera parte del artículo
señala: "Facultase al Poder Ejecutivo nacional a regular, transitoriamente, los precios de
insumos, bienes y servicios críticos...", luego de lo cual proponemos agregar la
expresión "y tasas de interés".
Por otra parte, al final del artículo, luego de la palabra "oligopólicas", proponemos
agregar lo siguiente: "dándoles una adecuada intervención a las asociaciones de usuarios
y consumidores debidamente registradas en el contralor y cumplimiento de esta norma."
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
SR. VITAR, JOSE ALBERTO.- Señor presidente: las propuestas que pensaba realizar
ya han sido efectuadas por los legisladores preopinantes.
SR. ESAIN, DANIEL.- Señor presidente: desde nuestro punto de vista el artículo en
tratamiento guarda una estrecha relación con el siguiente, es decir, el 14.
Ha quedado en claro que la voluntad de este Congreso es proteger los derechos
de los usuarios y de los consumidores. Sin embargo, en el artículo 14 se establece que
todas las relaciones contractuales se regirán por el artículo 1.197 del Código Civil.
SR. ZAMORA, LUIS FERNANDO.- Señor presidente: voy a proponer que el artículo
13 sea reemplazado por el siguiente: "Se establece que los precios de insumos, bienes y
servicios críticos, serán los que regían al 30 de noviembre de 2001, a fin de proteger los
derechos de los usuarios y consumidores de la eventual distorsión de los mercados o de
acciones de naturaleza monopólica u oligopólica. Esos precios deberán ser reducidos si
se comprobaran ventajas obtenidas por las modificaciones en el tipo de cambio."
161
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Es muy común que para fijar las comisiones se pongan de acuerdo dos o más
empresas. Entonces, con este agregado de las prácticas colusivas no pretendemos dilatar
el debate, sino impedir estas prácticas que utilizan algunas empresas para establecer los
precios.
A veces estos perjuicios los sufre el trabajador en las comisiones que debe
percibir. En consecuencia, como se han tomado el trabajo de poner "monopólica u
oligopólica", me parece que podríamos agregar lo de prácticas colusivas, porque lo que
abunda no daña.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Santiago del
Estero.
-- Resulta afirmativa.
-- Resulta afirmativa.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
163
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
-- Resulta afirmativa.
164
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Evidentemente esto no se condice con todo lo que han expresado en este cuerpo
la bancada oficialista y la principal oposición. Si tal como lo han expresado el señor
diputado Matzkin y miembros del bloque radical lo que se pretende es cuidar a la gente
y sus ahorros, suspender la aplicación de esta ley implica enviar un mensaje
tremendamente contradictorio.
Dado que varios de mis colegas se han referido a este tema durante la
consideración en general, no me extenderé en este debate en particular y solicitaré la
inserción de mi discurso en el Diario de Sesiones; pero mi propuesta es que este artículo
se suprima y que dejemos a la gente la confianza de que sus ahorros serán devueltos de
una u otra manera. Ese es el mensaje que el señor presidente de la Nación brindó luego
de prestar juramento ante la Asamblea Legislativa.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
SR. BASTEIRO, SERGIO ARIEL.- Señor presidente: esta sesión estuvo marcada por
la desprolijidad porque a lo largo de ella hemos tenido más de un texto. Solicito que se
dé lectura nuevamente del artículo 16 porque ignoro a qué versión corresponde lo que
leyó el señor diputado González.
SR. BASTEIRO, SERGIO ARIEL.- Señor presidente: en la copia que yo tengo -por
eso pedí la aclaración- el artículo 16 dice que se suspende la aplicación de la ley 25.557
por el término de hasta noventa días.
SR. BASTEIRO, SERGIO ARIEL.- Si ese texto corresponde al artículo 17, pediré la
palabra oportunamente.
Observo que varios señores diputados tienen la misma copia que yo. Esto vuelve
a demostrar la desprolijidad en que incurrió la comisión al traer al recinto más de una
propuesta.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
-- Resulta afirmativa.
SRA. CASTRO, ALICIA AMALIA.- Pido la palabra para referirme al artículo que
acaba de ser aprobado.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Santiago del
Estero.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
SRA. OCAÑA, MARIA GRACIELA.- Señor presidente: dejo constancia del voto
negativo del ARI respecto del artículo que acaba de aprobarse.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
SR. ZAMORA, LUIS FERNANDO.- Señor presidente: propongo que en este artículo
17, ahora 16, se elimine la suspensión de la aplicación de la ley 25.557 para que de
hecho quede ratificada su plena vigencia.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.
SRA. ALARCON, MARIA DEL CARMEN.- ¿Me permite una interrupción, señora
diputada, con el permiso de la Presidencia?
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Señora diputada: le ruego que nos ayude a terminar
bien la sesión. Dispone de un minuto para exponer y proponer modificaciones.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
van a entrar al sistema financiero, es decir al "corralito" que convalida esa misma ley-,
esto no sirve para nada.
Proponemos reemplazar esa cláusula por el llamado al Consejo del Salario
Mínimo, Vital y Móvil.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Fe.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
SR. BASTEIRO, SERGIO ARIEL.- Antes de hacer la propuesta quiero remarcar que
sobre los veintiún artículos que tiene esta iniciativa, este artículo 17 es el único que
establece una mínima red de contención para los trabajadores. En el resto de los
artículos se consagran protecciones a la banca, a las empresas privatizadas, a los
pequeños ahorristas y a los pequeños y grandes deudores. Ninguno de los veintiún
artículos, con excepción del que ahora estamos tratando, plantea una red de contención
para los trabajadores.
Por otro lado, si bien resulta necesario evitar los despidos, quiero señalar que en
los últimos doce años se ha experimentado una pérdida más que importante en el nivel
del salario real, ya que durante la vigencia de la ley de convertibilidad la posibilidad de
recibir aumentos salariales estaba atada a un aumento de la productividad. Esto hizo que
los salarios quedaran virtualmente congelados durante más de doce años, lo cual
produjo una pérdida en el salario real de aproximadamente el 60 por ciento, a pesar de
que siempre se dijo que durante ese período prácticamente no hubo inflación.
SR. BASTEIRO, SERGIO ARIEL.- Señor presidente: propongo que al final del
artículo en tratamiento se incorpore un párrafo que disponga la derogación de la norma
que puso en vigencia la reducción del 13 por ciento en el salario de los trabajadores
estatales y de la administración pública, así como también en las jubilaciones que se
vieron afectadas por la ley del déficit cero.
Por otra parte, entendemos que es necesario implementar un salario mínimo, que
no es otra cosa que el seguro de empleo y formación de 380 pesos. De esta manera los
trabajadores activos tendríamos la posibilidad de fijar el piso del salario real, lo cual
resulta imprescindible para afrontar las consecuencias de esta devaluación y de la
inflación que, seguramente, van a provocar las medidas que se están adoptando.
171
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Hace poco tiempo este cuerpo sancionó la ley de intangibilidad de los depósitos,
que nosotros también votamos. Esa norma se aprobó en un contexto en el que en forma
desesperada el gobierno que se fue buscaba instrumentos y herramientas que le
permitieran mejorar la confianza de los ahorristas, para que dejaran de sacar lo que
estaban sacando. Esa fue la intención que se persiguió con la sanción de esa norma, pero
lamentablemente no sirvió de nada. La desconfianza fue creciendo y la ley no resultó
útil. Pero no sólo no resultó útil sino que en este momento está actuando como una
especie de boomerang.
Digo eso porque en el día de ayer, bajo la lluvia, había una fila de abogados de
una cuadra y media en las puertas del despacho del juez Silva Garretón, que
fotocopiaban las sentencias que algunos privilegiados habían obtenido para ver si
podían cobrar sus sueldos. Eso no lo hicieron todos los trabajadores argentinos sino los
que tuvieron la suerte de contar con un abogado o acercarse al juez.
Les aseguro que ningún trabajador de mi provincia pudo hacerlo. Tampoco creo
que ningún trabajador de esta Cámara de Diputados haya tenido esa posibilidad.
Además, cuando vayan unos pocos más privilegiados se terminará el dinero y nadie
cobrará. ¡Esto es lo que está sucediendo y lo tenemos que decir así de claro! Por eso
estamos pidiendo la suspensión de la ley hasta tanto puedan cobrar todos y no unos
pocos vivos o vivas.
SR. MATZKIN, JORGE RUBEN.- ¡Nos hacen discursos desde el bolsillo! ¡Todos en
este recinto saben de qué estoy hablando!
-- Resulta afirmativa.
SR. CAFIERO, MARIO ALEJANDRO.- Señor presidente: que quede constancia del
voto negativo del ARI.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
-- Resulta afirmativa.
SRA. CASTRO, ALICIA AMALIA.- Señor presidente: entiendo que este gobierno va
a utilizar el per saltum para mantener el cepo y la confiscación inconstitucional de los
salarios.
Un Estado es ante todo un orden jurídico, y entiendo que en este momento
estamos velando el Estado de Derecho en la Argentina.
SR. ESAIN, DANIEL.- Señor presidente: entiendo que este artículo consagra el per
saltum con una garrocha, porque abarca hasta la violación de los sistemas de justicia
provincial.
En ese sentido, si existe la necesidad de suspender las medidas precautorias,
sería más elegante jurídicamente decir que se suspenden, porque el estado de necesidad
así obliga. Pero no se puede generar un antecedente jurídico de esta magnitud y
envergadura.
Además, voy a solicitar una aclaración a la comisión respecto de la expresión
"...alguna actividad de interés estatal..." ¿Consideran dentro de ese concepto a la
actividad financiera?
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
SR. POLINO, HECTOR TEODORO.- Señor presidente: con este artículo estamos
matando el derecho a la defensa contra la arbitrariedad y la prepotencia del poder.
Además, la redacción de este artículo permite cualquier abuso del Poder Ejecutivo
nacional. La primera vez que se dictó un fallo en relación con esta cuestión fue el 6 de
setiembre de 1990 en la causa "Dromi, José R. s/avocación en: Fontela, Moisés E. c/
Estado nacional s/amparo", donde la Corte manifestó que deben darse tres
circunstancias a tal fin, las que no están contempladas en este proyecto de ley.
En primer lugar, debe darse en causas en las que exista la competencia federal.
En segundo término, que quede demostrado que el tema entraña una cuestión de
gravedad institucional y no -como se establece aquí- que los planteos obstaculicen,
comprometan o perturben el desenvolvimiento de actividades esenciales del Estado
nacional. En tercer lugar, procede cuando constituye el único medio eficaz para la
protección del derecho federal comprometido.
Esto significa que la redacción del artículo en debate permite cualquier cosa.
Estamos modificando una norma sustancial, la protección de los derechos más
elementales del ciudadano, que cuando ve perturbado o restringido algún derecho puede
recurrir a la Justicia.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- La Presidencia hace saber una vez más al señor
diputado que se ha excedido en el tiempo de que dispone para hacer uso de la palabra.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Son los tiempos acordados por los presidentes de los
bloques, señor diputado.
Tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
SR. RIVAS, JORGE.- Señor presidente: en el mismo sentido expresado por quienes
me precedieron en el uso de la palabra, solicito la supresión del artículo que
consideramos. En realidad, se trata lisa y llanamente de una denegación del acceso a la
administración de Justicia a los ciudadanos que se encuentran afectados por esta
situación.
Tal cual lo dijo antes la presidenta de nuestro bloque, esto viene a cerrar la
delegación de facultades al Poder Ejecutivo. El atildado actual ministro de Justicia y
pulcro constitucionalista argentino en estos días ha hecho su visita para cerrar sin lugar
a dudas un pacto que permita que la Corte Suprema siga funcionando como lo ha hecho
históricamente, con la ductilidad que la caracteriza, como un apéndice de cualquier
Poder Ejecutivo. Por lo tanto, en el mismo sentido que ya lo hicieron otros señores
diputados, solicitamos la supresión de este artículo.
SR. ZAMORA, LUIS FERNANDO.- Señor presidente: me parece una buena idea que
se aborde este tema en este proyecto, aunque en un sentido contrario al que se propone.
Sugiero el siguiente texto: "En el caso de decisiones judiciales que dispongan
medidas cautelares que en forma directa o indirecta se refieran a actividades del Estado
nacional, las provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las municipalidades, de
sus reparticiones centralizadas, o de entidades afectadas a alguna actividad de interés
estatal, queda excluida expresamente la posibilidad de interponer recurso de apelación
directamente ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, debiendo las partes seguir
la vía ordinaria de apelación."
SRA. FERRERO, FERNANDA.- Señor presidente: del mismo modo que el ahora
artículo 15, el 18 es inconstitucional.
Según lo dispuesto por el artículo 18 de la Constitución Nacional no se puede
aplicar un per saltum ni obviar la segunda instancia.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Hay una frase muy importante dentro de este artículo que clarifica este tema, y
que dice así: "La presentación del recurso tendrá por sí sola efecto suspensivo de la
resolución dictada." Por lo tanto, los ciudadanos no podemos apelar a ninguna instancia,
y nuestra propuesta es que este artículo se suprima.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Santa Cruz.
SR. ACEVEDO, SERGIO.- Señor presidente: quiero dejar sentado que en este tema
mi posición es igual a la planteada por el señor diputado Esain.
Entiendo que el per saltum no es necesario, aunque sí se requiere que las
apelaciones tengan efecto suspensivo cuando estén en juego los intereses que trata la
presente disposición.
Por otra parte, considero que en el futuro se debe reglamentar aquella cuestión
de que las sentencias contra el Estado tengan carácter declarativo y se incorporen al
presupuesto de la Nación a los efectos del pago de las mismas, con excepción de
aquellas de naturaleza laboral y alimentaria.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
que puedan entablar en los tribunales del exterior los lobbies y los intereses de las
empresas privatizadas afectadas, estableciendo así la emergencia de la Nación en lugar
de imponerla a la gente que está reclamando judicialmente por su salario!
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.
SR. URTUBEY, JUAN MANUEL.- Señor presidente: pido disculpas porque quizá por
la hora y mi corta edad a veces uno pierde un poco la paciencia. Solicito que seamos
algo serios si no puede ser del todo. Este artículo modifica el 195 bis del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación.
Con el objeto de evitar interpretaciones capciosas, de las que algunos señores
legisladores se quejaron, en esta disposición se especifica con claridad cuáles son las
entidades estatales.
Por otra parte, se abrevia y agiliza el trámite, evitando una serie de cuestiones
burocráticas que establece el artículo 195 bis del Código Procesal Civil y Comercial de
la Nación.
Por último -coincidiendo con el señor diputado Acevedo- se establece un efecto
suspensivo, porque muchas veces la reparación ulterior pasa a ser total y absolutamente
ilusoria.
Si se desea podemos discutir toda la noche. Eligieron el enemigo perfecto para
hacer política. Lo cierto es que esto está establecido en el artículo 195 bis del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación, y esta disposición otorga una mayor precisión
para evitar una mala utilización.
Por lo expuesto, la comisión no acepta modificaciones, si es que alguien propuso
alguna.
-- Resulta afirmativa.
Se va a votar.
177
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
-- Resulta afirmativa.
SR. PRESIDENTE CAMAÑO.- Puede dar lectura de esos artículos, señor diputado.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
-- Resulta afirmativa.
-- Resulta afirmativa.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
TITULO I
TITULO II
ARTICULO 2º.- El Poder Ejecutivo nacional queda facultado, por las razones de
emergencia pública definidas en el artículo 1º, para establecer el sistema que
determinará la relación de cambio entre el peso y las divisas extranjeras, y dictar
regulaciones cambiarias.
TITULO III
ARTICULO 3º.- Deróganse los artículos 1º, 2º, 8º, 9º, 3 de la Ley N° 23.928 con las
modificaciones incorporadas por la Ley Nº 25.445.
180
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
ARTICULO 4º.- Modifícase el texto de los artículos 3º, 4º, 5º, 6º, 7º y 10 de la Ley Nº
23.928 y su modificatorio, que quedarán redactados del siguiente modo:
"Articulo 3º.- El BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA podrá
comprar divisas con sus propios recursos o emitiendo los pesos necesarios para tal fin, y
venderlas, al precio establecido conforme al sistema definido por el Poder Ejecutivo
nacional, con arreglo a lo dispuesto en el artículo 1º de la Ley de Emergencia Pública y
de Reforma del Régimen Cambiario.
"Articulo 4º.- En todo momento, las reservas del BANCO CENTRAL DE LA
REPUBLICA ARGENTINA en oro y divisas extranjeras serán afectadas al respaldo de
la base monetaria. Cuando las reservas se inviertan en los depósitos, otras operaciones a
interés, o a títulos públicos nacionales o extranjeros pagaderos en oro, metales
preciosos, dólares estadounidenses u otras divisas de similar solvencia, su cómputo a los
fines de esta ley se efectuará a valores de mercado.
"Articulo 5º.- El BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA deberá
reflejar en su balance y estados contables el monto, composición e inversión de las
reservas, por un lado, y el monto y composición de la base monetaria, por otro lado.
"Artículo 6º.- Los bienes que integran las reservas mencionadas en el artículo anterior
constituyen prenda común de la base monetaria, son inembargables, y pueden aplicarse
exclusivamente a los fines previstos en la presente ley. La base monetaria en pesos está
constituida por la circulación monetaria más los depósitos a la vista de las entidades
financieras en el BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA, en cuenta
corriente o cuentas especiales.
"Articulo 7º.- El deudor de una obligación de dar una suma determinada de pesos
cumple su obligación dando el día de su vencimiento la cantidad nominalmente
expresada. En ningún caso se admitirá actualización monetaria, indexación por precios,
variación de costos o repotenciación de deudas, cualquiera fuere su causa, haya o no
mora del deudor, con las salvedades previstas en la presente ley. Quedan derogadas las
disposiciones legales y reglamentarias y serán inaplicables las disposiciones
contractuales o convencionales que contravinieren lo aquí dispuesto.
"Articulo 10.-. Mantiénense derogadas, con efecto a partir del 1º de abril de 1991, todas
las normas legales o reglamentarias que establecen o autorizan la indexación por
precios, actualización monetaria, variación de costos o cualquier otra forma de
repotenciación de las deudas, impuestos, precios o tarifas de los bienes, obras o
servicios. Esta derogación se aplicará aun a los efectos de las relaciones y situaciones
jurídicas existentes, no pudiendo aplicarse ni esgrimirse ninguna cláusula legal,
reglamentaria, contractual o convencional -inclusive convenios colectivos de trabajo- de
fecha anterior, como causa de ajuste en las sumas de pesos que corresponda pagar."
TITULO IV
Capítulo I
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
ARTICULO 7º.- Las deudas o saldos de las deudas originalmente convenidas con las
entidades del sistema financiero en pesos vigentes al 30 de noviembre de 2001, y
transformadas a dólares por el Decreto Nº 1570/2001, se mantendrán en la moneda
original pactada, tanto el capital como sus accesorios. Derógase el artículo 1° del
decreto 1570/2001. Los saldos deudores de titulares de tarjetas de crédito y los
débitos correspondientes a consumos realizados en el país, serán consignados en pesos y
pagaderos en pesos. Sólo podrán consignarse en dólares u otras divisas, los consumos
realizados fuera del país. Los saldos deudores pendientes de pago a la fecha de
promulgación de la presente ley, serán cancelados en pesos a la relación de cambio UN
PESO ($ 1) = UN DOLAR ESTADOUNIDENSE (U$S 1).
Capítulo II
ARTICULO 8º.- Dispónese que a partir de la sanción de la presente ley, en los contratos
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Capítulo III
TITULO V
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
TITULO VI
TITULO VII
ARTICULO 17.- Los resultados netos negativos que tengan su origen en la aplicación
del tipo de cambio a que se refiere el artículo 2° de la presente ley sobre activos y
pasivos en moneda extranjera existentes a la fecha de su sanción, sólo serán deducibles
en el Impuesto a las Ganancias en la proporción de un VEINTE POR CIENTO (20%)
anual en cada uno de los primeros cinco ejercicios que cierren con posterioridad a la
vigencia de la ley. Lo dispuesto precedentemente sólo será de aplicación para los sujetos
cuyos ingresos anuales o patrimonio superen los límites establecidos en el artículo 127,
Capítulo XIII, del Título I, de la Ley Nº 11.683, t.o. en 1998 y sus modificaciones.
ARTICULO 18.- Modifícase el artículo 195 bis del Código Procesal Civil y Comercial
de la Nación, el que quedará redactado del siguiente modo:
"Cuando se dicten medidas cautelares que en forma directa o indirecta afecten,
obstaculicen, comprometan o perturben el desenvolvimiento de actividades esenciales
del Estado Nacional, las Provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las
Municipalidades, de sus reparticiones centralizadas o descentralizadas, o de entidades
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
ARTICULO 19.- La presente ley es de orden público. Ninguna persona puede alegar en
su contra derechos irrevocablemente adquiridos. Derógase toda otra disposición que se
oponga a lo en ella dispuesto.
ARTICULO 20.- Créase a todos los efectos de esta ley la Comisión Bicameral de
Seguimiento la cual deberá controlar, verificar y dictaminar sobre lo actuado por el
Poder Ejecutivo. Los dictámenes en todos los casos serán puestos en consideración de
ambas Cámaras. La Comisión Bicameral será integrada por seis senadores y seis
diputados elegidos por las Honorables Cámaras de Senadores y Diputados de la
Nación, respetando la pluralidad de la representación política de las Cámaras. El
Presidente de la Comisión será designado a propuesta del bloque político de oposición
con mayor número de legisladores en el Congreso.
ARTICULO 21.- El Poder Ejecutivo nacional dará cuenta del ejercicio que hiciere de
las facultades que se le delegan al finalizar su vigencia y mensualmente, por medio del
Jefe de Gabinete de Ministros en oportunidad de la concurrencia a cada una de las
Cámaras del Congreso, conforme a lo previsto en el artículo 101 de la Constitución
Nacional.
Eduardo Camaño
Eduardo Rollano
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Cámara de Senadores
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
6 de enero de 2002
Sr. Presidente (Maqueda). -- Antes de darle la palabra al señor senador Lamberto, voy
a relatar lo que se acordó ayer en la comisión de labor parlamentaria. Ayer se ha
convenido con los presidentes de bloque que en el tratamiento en general de este
proyecto hagan uso de la palabra los miembros informantes, de acuerdo con lo que dice
el Reglamento, y cada bloque parlamentario tendrá media hora, que podrá usarla una
persona o ser distribuida entre sus miembros. En el tratamiento en particular, en cada
artículo cada bloque parlamentario tendrá cinco minutos.
Sr. Gioja. -- Señor presidente: quiero aclarar que el tiempo del miembro informante del
proyecto está fuera de la media hora de cada bloque.
187
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
En los últimos días tuvimos sesiones en donde debatimos durante horas acerca
de cuestiones menores. Por lo tanto, quiero dejar sentada mi posición en el sentido de
que no creo conveniente que no hablemos, entre los representantes de las provincias y
del pueblo, sobre estas cuestiones.
Sencillamente considero que un lapso de media hora para cuestiones tan
importantes como las que vamos a debatir --y después me comunicaron cinco minutos
por bloque para la discusión en particular de cada artículo-- no va a ayudar a esclarecer
los temas en consideración.
Esta ha sido la mecánica resuelta por la mayoría, y con criterio democrático
deberá ser aceptada. Pero considero que no es una buena medida.
Contrariamente, cuando uno tiene buenas razones para defender las cosas que
propone, cuanto más se discuta, se debata y más conocimiento tenga la opinión pública,
seguramente mayor grado de legitimidad van a tener las cosas que resuelvan estos
cuerpos.
Histórica y normalmente, cada vez que no se pudo discutir algo en serio y
profundamente, ya sabemos quiénes fueron los que pagaron.
No seremos nosotros --los que estamos sentados acá, en la Cámara de
Diputados, en el Poder Ejecutivo ni los ministros--, sino los que están en la calle los que
terminarán pagando.
Por eso digo que cuando hay buenas razones para defender los proyectos que
uno presenta, no le tenemos que tener miedo al tiempo de uso de la palabra.
Sra. Avelín. -- Señor presidente: respetando la decisión de los bloques mayoritarios --y
reconociendo la minoría que uno representa--, al no haber participado en la reunión de
labor parlamentaria, recién estoy tomando conocimiento de lo decidido ayer.
Me parece señor presidente, a través del espíritu de consenso que ha animado a
este Poder Legislativo desde que hemos asumido, que es razonable la postura de la
senadora preopinante.
No sé si hacer una moción, pero al menor quiero sugerir que la Presidencia
quede facultada para que en el caso de que algún senador --más allá del bloque al que
represente-- desee hacer uso de la palabra por un tiempo razonable y prudencial, se le
permita exponer.
Creo que es importante que todos puedan expresarse y dar los fundamentos. Tal
vez en algunos puntos se pueda aportar algo que enriquezca no sólo el debate, sino que
también haga posible la sanción de la mejor ley posible.
Dejo esta idea a consideración del cuerpo, y solicito a la Presidencia la
posibilidad de que se amplíe, si es necesario, el tiempo de exposición.
Sr. Presidente (Maqueda). -- La Presidencia aclara que en la reunión de presidentes de
bloque de ayer no estuvieron solamente los bloques mayoritarios, sino todos los
bloques. Usted no pudo estar presente, pero fue notificada.
Tiene la palabra el señor senador Gioja.
Sr. Gioja. -- Señor presidente: es público y notorio --creo que está en los anales de las
sesiones de este Senado-- que no es intención del justicialismo, nunca lo ha sido y
mucho menos el día de hoy, cercenar la palabra de ningún legislador. Lo que sí creímos
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sr. Passo. -- Señor presidente: coincido con el criterio que ha expresado la senadora por
Santa Cruz y también entiendo las razones que se esgrimieron, seguramente con toda
responsabilidad, en la reunión de labor parlamentaria; y creo que podemos encontrar un
punto intermedio en función de colaborar y poder comenzar con esta sesión.
En principio, los senadores sabemos que vamos a hacer el gran esfuerzo de tratar
una ley importante remitiéndonos al texto básico que viene de la Cámara de Diputados
para no demorar la sanción de esta ley. Pero si al no introducir modificaciones hay que
sumarle la necesidad de votar una ley casi sin que la mayoría de los senadores hable, me
parece que deja muy mal parado al cuerpo.
Creo, señor presidente, que usted puede abrir --si así lo desea--, una lista de
oradores para que todos aquellos que quieran expresarse se registren y por encima del
tiempo de los bloques se le asigne cinco minutos a cada senador; es el tiempo suficiente
para en una esforzada síntesis poder dejar expresada su posición.
Sr. Maestro. -- Señor presidente: creo que podemos compatibilizar las inquietudes de
los diversos legisladores y las posiciones que están sosteniendo los dos bloques de la
mayoría y que expusimos en la reunión de labor parlamentaria sobre la convicción --que
le expresamos ayer al señor presidente-- de que usted tendría la suficiente prudencia y
habilidad como para no cercenar el uso de la palabra cuando fuera necesario y viera que
el debate está enriqueciendo la consideración del proyecto, a fin de permitir la libre
expresión. Así como supo conducir de esa forma las dos asambleas legislativas y ha
merecido el reconocimiento del conjunto de los legisladores de ambas Cámaras,
también en esta oportunidad, confiamos en que sin perjuicio de haber puesto una norma
inicial para tratar de encauzar el desarrollo del debate en esta sesión, que usted pueda
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
encontrar también la forma de que sea exitoso el conjunto del debate. Confiamos en que
así va a ser y de nuestra parte pedimos que se comience con el orden previsto de los
oradores.
Conferencia
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sr. Presidente (Maqueda). -- Perdón, señor senador. Se le solicita que tome un poco
de distancia del micrófono porque no se lo escucha con claridad.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Eramos casi los que mirábamos con desdén a los hermanos de América latina, con
monedas desvalorizadas, y con un insolente peso dolarizado que permitía comprar todo
barato y producir todo caro en la Argentina.
Sin duda, a la luz de este sistema venían capitales que permitían a determinados
sectores de la sociedad contar con niveles de vida muy por encima de las propias
posibilidades del país. Entonces, un día nos encontramos con que en la verdulería que
ya no había naranjas de Concordia sino de Israel; que la bicicleta que algún bicicletero
fabricaba en el zaguán ya no tenía sentido porque había una de China que valía mucho
menos. O que los motores que producían nuestras industrias no podían competir, porque
había algunos que los vendían por kilo.
Esto no ocurrió en el último año. Hace tres o cuatro años que la economía dejó
de crecer y había que empezar a pensar que debían realizarse ajustes internos para hacer
competitiva la economía.
¡Pero cuán difícil es romper un instrumento que todo el mundo quiere, que nos dio
tranquilidad y que nos da la sensación de que somos ricos! ¡Somos tan ricos que hasta
con la convertibilidad creamos dólares! Como el caso de los dólares bancarios. Se
creaban como una cuenta contable y hoy están en un corralito y no se pueden sacar. A
través del sistema bancario realizamos nuestra propia emisión de dólares que nos daba
la sensación de que la Argentina tenía reglas económicas totalmente distintas a las
reglas del mundo.
Y alguien dijo: "En este sistema la Argentina va a estallar". "Tiene una deuda
alta, empiezan a encarecerse los intereses porque hay dificultades para conseguir el
crédito, no produce, importa, tiene alto desempleo. Por algún lado va a estallar". Los
mejor informados empezaron a irse del país: primero, los que sabían y preanunciaban
que iba a pasar lo que pasó, después los sectores medios y, luego, ocurrió la estampida,
cuando les cerraron la puerta en la cara y les dijeron "no va más". Y llegó el estallido
social.
Todo esto ocurrió en la Argentina. Y fuimos testigos, porque a veces
confundimos el instrumento con el fin. La convertibilidad fue un fenomenal instrumento
para salir de la inflación.
Pero mantener el tipo de cambio fijo todo el tiempo es como sacarle los
amortiguadores al auto: los golpes se reciben en el cuerpo. El tipo de cambio fijo todo el
tiempo es una barrera infranqueable a los desajustes de la economía.
Cuando existe un tipo de cambio fijo todo el tiempo los ajustes se hacen en la economía
real. Por eso tenemos el 23 por ciento de desempleo, las fábricas cerradas y no podemos
competir; y no porque nuestros empresarios no fueran eficientes, nuestros trabajadores
diestros o nuestros técnicos no fueran capaces. El único motivo es que hay una relación
cambiaria que nos impide la vinculación con el resto del mundo.
Este costo y decisión dolorosos que debemos tomar hoy ya lo han adoptado
México, Brasil y Chile. Estas salidas siempre son dolorosas, porque son el
reconocimiento de una realidad que no nos atrevimos a enfrentar en determinado
momento.
¡Cuán distinta hubiese sido esta decisión un año atrás! ¡Cuán distinta hubiese
sido esta decisión con 30 mil millones de dólares de reserva en el Banco Central! ¡Cuán
distinta hubiese sido esta decisión en otras circunstancias, con crédito externo y con un
riesgo país de 600 puntos! Pero la debemos tomar en uno de los momentos más
difíciles.
Hoy el Congreso de la Nación Argentina está tratando la ley de salida de la
convertibilidad; felizmente la analiza el Congreso. La democracia ha continuado y el
sistema ha funcionado. No hizo falta dictar un decreto de necesidad y urgencia.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sr. Lamberto. -- Un sistema de moneda convertible funciona bien cuando hay flujo de
capitales, cuando ingresan capitales que permiten monetizar la economía.
Ahora bien, cuando el proceso es inverso, la economía se desmonetiza; no hay
medios de pago. Y en la Argentina llegamos a esta situación; hoy no tenemos medios de
pago. Pero como además no tenemos quien nos preste, porque estamos en default, hay
que recrear los instrumentos para monetizar la economía. Sin moneda no existe
actividad productiva.
Esto lo vimos cuando se tomó la idea de bancarizar al país pensando que todo el
mundo sabía manejar una tarjeta de crédito, cuando el 40 por ciento de la población
nunca había visto otra forma de pago que no fuera el billete; entonces, vimos los
efectos.
Es fundamental encontrar el mecanismo para que la producción vuelva a
funcionar. Y esta es, quizás, una de las decisiones más trascendentes que debemos
tomar: recrear una nueva alianza productiva en nuestro país, haciendo una Nación
distinta, tal vez menos arrogante, menos prepotente, más humilde, en la que nos
sintamos más hermanados a América latina. Pero un país donde se pueda volver a
trabajar.
Mi viejo me contaba que, cuando él era joven, un chopp valía diez centavos,
pero nadie lo podía tomar. Yo no quiero volver a ese país, porque no basta con que las
cosas sean baratas, además es necesario que la gente tenga plata para comprarlas. Y ese
es el objetivo fundamental de este tránsito: volver a poner a trabajar a la Argentina. Ese
es el desafío que tenemos.
Como en todo desafío y todo cambio, tengo el mismo miedo que tienen todos.
Me imagino que es el mismo miedo que tiene cualquier soldado frente a una gran
batalla, a un combate difícil. Pero hay momentos en la vida en que es más importante
tener mayor vergüenza que miedo, porque se trata de la decisión de ser un país o no.
Los pueblos pueden soportar muchas cosas si saben adónde van y tienen un objetivo y
razones por las cuales vivir. Hacer la Patria de nuevo es una razón suficiente para
empezar a soñar otra vez.
Nos esperan días muy duros, en los que hará falta una gran cohesión nacional,
explicar las cosas muchas veces y poner todo a prueba, porque esta pelea no es gratis.
Hay gente que va a perder plata que estuvo ganando en estos años y no lo van a querer
aceptar. Van a intentar poner todo tipo de palos en la rueda. Querrán hacer fracasar el
programa, porque nadie resigna gratuitamente la posición que ha logrado. Por eso es
fundamental el apoyo de todos los sectores de la política, de la producción y del trabajo.
Hay que volver a ser la Argentina que alguna vez fuimos. Hace poco veía la película de
Favio titulada "Sinfonía de un sentimiento". ¡Qué país perdimos los argentinos! ¡Por
qué lo perdimos si éramos capaces de fabricar casi todo y de competir con casi todo el
mundo! ¡Esta es la pelea que tenemos que dar! ¡Seguramente no es menor que la pelea
de San Martín al cruzar el Ande! Debe haber tenido nuestros mismos miedos, pero sabía
que del otro lado estaba la libertad.
Del otro lado de esta pelea está un país que tenemos que construir. Si somos
capaces de aguantar todo lo que viene, lo vamos a hacer. ¡Sabemos que debemos tener
conductas disciplinadas! ¡Que nadie crea que vuelve el "viva la pepa"! ¡Un tipo de
cambio flexible no es inflación! ¡En los primeros tiempos deberemos tener cuentas
fiscales ordenadas a cara de perro! ¡Decir muchas veces que no a cada funcionario, a
cada cual que crea que puede volver a gastar! ¡No se tiene que emitir un sólo peso para
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
financiar el Estado! ¡La emisión tiene que ser para financiar la producción, para que
haya insumos, para que haya trabajadores, para que haya recreación de la riqueza!
¡Los programas monetarios tienen que ser ordenados para financiar la actividad
productiva! ¡Este es el compromiso que tiene que asumir la dirigencia política! ¡Hay
muchos que están esperando que salga el monstruo de la botella y vuelva la inflación,
para después decirnos: "¿Vieron que la única solución era dolarizar?"!
Estos son los caminos difíciles que debemos transitar. Siempre nos tocó tomar
decisiones en momentos difíciles. Algunos pudimos ver los frutos de los aciertos y
también padecer los errores cuando las decisiones fueron mal tomadas. ¡Apostemos a
que este programa resulte! Y para que la apuesta sea con menos riesgos, los
instrumentos con que viene acompañado el proyecto de ley deberán hacer el tránsito
más ordenado.
Seguramente, en un tiempo no muy lejano, cuando se acomoden la variables y la
economía comience a funcionar, llegaremos a un sistema bastante parecido al que tiene
Europa, donde la moneda puede oscilar como el valor de otro bien.
Nos costó mucho lograr la democracia y hay que cuidarla. La estabilidad es un
deseo de la gente. Se vive mucho mejor en estabilidad y no hay que perderla, pero todo
esto sirve si la gente tiene trabajo. Porque si la gente no tiene trabajo, no hay ningún
sistema que funcione. Pongamos un poco de cada cosa; un sistema político que nos dé
la libertad, que nos haga previsibles, pero que fundamentalmente nos contenga.
¡Pongamos proa hacia una Argentina de iguales, donde no haya ricos muy ricos
y desesperanzados sin ningún tipo de posibilidades! Estos quizá sean viejos conceptos
que anidan en cada uno de nosotros, por los cuales tuvimos muchísimas frustraciones,
pero siempre las ganas de volver a empezar. ¡Siempre se puede volver a empezar de
cada caída, aprendiendo de los errores del pasado!
¿Podemos construir este país? Yo creo que sí. ¡Hagámoslo todos juntos, sin
exclusiones, sin divisiones internas, en el marco de una paz social y, fundamentalmente,
de contención de todos aquellos que para el mercado eran sólo números! Para nosotros
ellos tienen que ser la apuesta. Ya no hay números en el mercado: hay hombres y
mujeres que contener. Muchísimas gracias. (Aplausos.)
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contenga a todos y cada uno de los que hoy, con absoluta razón, se sienten excluídos en
esta Nación.
Esa es la magna tarea que tenemos todos nosotros por delante, que nos va a
requerir un gran esfuerzo, un compromiso de deponer todo tipo de actitud subalterna, de
intereses sectoriales e intereses políticos, que nos debe encontrar a todos en el objetivo
de forjar el bien común de los argentinos y el progreso de nuestra querida Argentina.
Señor presidente: venimos a expresar nuestro acompañamiento a esta decisión
del Poder Ejecutivo nacional. Venimos a aspirar y a luchar también para que, con una
actitud patriótica, aportemos con nuestro esfuerzo al objetivo transcendente de forjar
una verdadera unión nacional, que todos nosotros podamos sentirnos realmente
constructores de una Argentina solidaria, una Argentina donde todo nuestro pueblo
pueda sentirse que está avanzando en un proceso de reconstrucción de la Nación,
forjando su progreso, buscando un futuro digno para todos, pero fundamentalmente para
nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. (Aplausos.)
Sr. Gómez Diez. -- Señor presidente: simplemente voy a formular algunas reflexiones,
tratando de ser lo más concreto posible.
Hace algunos días en este mismo recinto debatimos la prórroga de las sesiones
ordinarias de este Congreso. En esa oportunidad me permití señalar que era muy
importante que no nos fuéramos por las ramas sino que abordáramos los temas de fondo
de la realidad argentina. También señalé que era absolutamente imprescindible que
debatiéramos un nuevo programa, un nuevo plan económico porque la corrida bancaria
del 30 de noviembre le había puesto punto final a una época, a un tiempo de la vida
nacional.
Durante meses mantuvimos un sistema con respirador artificial. Fue el tiempo
durante el cual, como lo señaló el miembro informante de la mayoría, perdimos dos
tercios de nuestros reservas, fugándose de los bancos 20.000 millones de pesos o
dólares de ese momento.
Estamos reunidos nuevamente luego de que acontecieran, además, un conjunto
importante de cambios institucionales: dos gobiernos de diferente signo partidario y
diez días durante los cuales tuvimos cinco presidentes. Ahora estamos acá nuevamente,
pero nos falta la discusión y el debate del plan y del programa, porque debatir acerca de
una medida aislada es como pretender construir una casa sin planos. No sólo estamos
debatiendo un punto aislado sino, además, simplemente una delegación en el Poder
Ejecutivo para que diseñe un nuevo sistema cambiario en nuestro país.
El artículo 75, inciso 11 de la Constitución Nacional dice que es atribución de
este Congreso fijar el valor de la moneda y el de las monedas extranjeras. Por lo tanto,
se trata de una atribución nuestra. Se invoca para hacer esta delegación el artículo 76,
que la admite en materia de administración. Está claro que esto no es materia de
administración sino, más bien, actos de disposición porque estamos tocando el
patrimonio de las personas. Entonces, se pone la emergencia para habilitar la
delegación.
La delegación requiere que se fijen sus bases. Pero lo que contiene el artículo 1
del proyecto en consideración son expresiones de anhelo, objetivos, no las bases del
nuevo sistema cambiario que tiene que regir en nuestro país. Esto nos preocupa porque
no tenemos el plan o el programa económico. No hemos tenido contacto alguno con
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Indudablemente, esto no es serio y nos está indicando con absoluta claridad que
no se puede legislar de manera improvisada. No se pueden sancionar leyes económicas
sin dictamen de comisión porque esto hace a la pérdida de credibilidad del Parlamento.
Hace diez días dijimos una cosa y ahora, con la misma situación, suspendemos la
aplicación de la norma por 180 días.
La ley tiene también algo que es una expresión voluntarista de deseos, que dice
que se suspenden los despidos por 180 días. Esto significa que durante 180 días no va a
haber en la Argentina creación de empleo en blanco. Me doy cuenta de cuál es el temor
que lleva seguramente a fijar esta norma; vamos hacia una fuerte caída del producto
bruto en el primer semestre y va a aumentar la desocupación. Va a ser muy difícil la
situación. Por eso, más que nunca, debemos tener en cuenta que la economía es
confianza. ¡No va a haber inversión sin regla de juego claras!
Hoy estamos retrocediendo, estamos yendo hacia un esquema de delegación
legislativa en lugar de ir hacia un esquema de certidumbre para que la gente y los
inversores sepan a qué atenerse y con reglas de juego claras podamos construir la
Argentina productiva que todos ansiamos.
Cuando se pensó este artículo del empleo se debería haber razonado también en
otro punto que no tiene la ley. ¿Qué va a pasar con las empresas argentinas endeudadas
en el exterior en dólares? Esas empresas este año deben pagar en concepto de
amortización e intereses 8 mil millones de dólares. ¿Dónde van a comprar las divisas?
¿En qué mercado y a qué valor? ¿O esas empresas van a caer también en default junto
con el Estado?
Este tema se debería haber contemplado en esta ley dentro de un esquema
general e integral de una nueva economía.
Los tiempos para la Patria son muy difíciles, los partidos nacionales que hoy
tienen responsabilidades de gobierno tienen una tarea muy dura. Nosotros, simplemente,
desde la Argentina federal, desde los partidos regionales y desde el interior del país
queremos ayudar a que la Argentina toda salga adelante. Pero estamos absolutamente
convencidos, y esto se lo queremos transmitir, de que no nos ha ido bien con el esquema
de delegación de facultades. No nos fue bien.
No renunciemos más al rol que nos asigna la Constitución. Nosotros somos los
responsables de legislar y fijar las reglas de juego. En economía cuando no hay reglas
de juego claras y transparentes se paga un precio muy caro.
Ojalá este Parlamento sea capaz de construir un esquema de certidumbres que
permita generar la confianza necesaria para poner en marcha la economía.
Para eso tenemos que legislar nosotros y no delegar facultades.
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comerciales con la Argentina, inclusive como se hizo en Chile con una moneda virtual,
que es ficticia, pero que sirve para moderar los cambios, a fin de que las fluctuaciones
no sean violentas?
Yo no sé si se han analizado todas las alternativas. En el proyecto de ley se prevé
que este mecanismo será seleccionado por el Poder Ejecutivo, por lo que considero
conveniente que se tenga en cuenta este aspecto.
Tememos caer en una inflación descontrolada. ¡Claro que la convertibilidad fue
solución cuando realmente parecía que entrábamos en la anarquía y el caos! Pero esto se
asemeja a otro ejemplo, distinto al de los amortiguadores que mencionaba el senador
Lamberto. Nosotros estábamos en terapia intensiva; el enfermo era la Argentina; estaba
tan grave que necesitaba de urgente atención médica. Entonces, nos pusieron el shock
eléctrico para reaccionar, pero se olvidaron de sacárnoslo y, prácticamente, nos han
carbonizado. Por eso estamos en la situación que hoy vivimos y debemos enfrentar.
Quiero aclarar que los representantes del Movimiento Popular Neuquino, en el
Interbloque Federal del Senado y de la Cámara de Diputados, hemos mantenido
reuniones para tratar de analizar, desde el punto de vista de las provincias productoras
de hidrocarburos, el artículo 6° que está incorporado en el Capítulo I del proyecto que
estamos tratando, a fin de que se respeten los derechos de las provincias patagónicas en
cuanto a la exportación del petróleo, ya que ello podría significar --según la redacción
que tenía-- la pérdida de recursos genuinos y propios de las provincias productoras de
hidrocarburos.
También estamos preocupados por lo que aquí se ha dicho, ya que todas las
provincias estamos endeudadas en dólares. En esta iniciativa no existe ninguna
previsión con respecto al tratamiento que le tenemos que dar a este tema.
Por otra parte, me hago eco de lo que sucederá en las provincias de Río Negro y
del Neuquén. En los próximos días comenzará la cosecha de la pera, la manzana y otras
frutas temporales y ellas no saben de modificaciones en la política económica,
cambiaria ni de decretos o leyes. Lamentablemente no sabemos en qué términos ni en
qué moneda suscribir los contratos para premiar el trabajo de una actividad productiva
que es fundamental no sólo para la economía regional sino también para la nacional.
En aras y en homenaje a la rapidez con que necesita ser sancionada esta
iniciativa, voy a solicitar la inserción en el Diario de Sesiones del discurso que tenía
pensado hacer.
Solamente quiero decir que deseamos apoyar y brindar a este gobierno todas las
herramientas que necesite; sin embargo creemos que este proyecto de ley tiene baches.
Estas últimas experiencias que a los apurones nos han hecho sancionar leyes, como las
mencionadas por mi compañero de bancada el señor senador Gómez Diez, de
intangibilidad de los depósitos --que ahora suprimimos-- o de libre disponibilidad de los
salarios --que ahora prorrogamos porque es imposible de cumplir--, deberían afinar
nuestro ingenio para tratar de encontrar otras soluciones.
Y pongo sobre el tapete lo que durante la gran depresión hicieron en Estados
Unidos con el New Deal: otorgamiento de créditos más baratos, acicateo del consumo y
reactivación de las actividades productivas para procurar salir del bache que se produce
cuando la economía se encuentra, como en nuestro caso, prácticamente paralizada.
Señor presidente: luego de esta breve introducción, tal como señalé
anteriormente, solicito la inserción del discurso que tenía pensado pronunciar. Aclaro
que vamos a participar de la discusión en particular, condicionando nuestro apoyo a las
circunstancias que hemos expuesto en estas pocas palabras. Muchas gracias.
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Sr. Walter. -- Señor presidente: El proyecto de ley que hoy se somete a consideración
no es un simple requerimiento para que el Congreso sancione normas necesarias a los
efectos de sobrellevar esta emergencia ni se trata de un paquete de medidas que de
manera urgente requiera poner en vigencia el país solamente para destrabar los infelices
sucesos ocurridos durante los últimos días.
Digo esto porque, en pocas palabras, bajo el inocente título de ley de emergencia
pública y de reforma del régimen cambiario, se pretende cambiar por completo la
función del Estado argentino con relación a cuestiones fundamentales, como lo son la
emisión de moneda, los mercados de dinero y de cambio y la forma de financiamiento
del propio gasto del Estado nacional, rematándose lamentablemente todo este tipo de
cuestiones con un conjunto de disposiciones que afectan de manera retroactiva a la
totalidad de los contratos vigentes en el país.
A nuestro criterio, el proyecto en cuestión constituye un grave error. Nuestro
bloque desea y está obligado a encontrar, juntamente con las restantes bancadas de este
cuerpo, aquellas medidas o normativas necesarias para intentar salir del cuadro que hoy
se nos presenta. Pero, obviamente, creemos que no es a través de la sanción de este
proyecto que hoy se trae a este recinto, ni mucho menos de la manera acelerada con que
el mismo ha sido puesto en discusión, como vamos a encontrar la salida más feliz a esta
situación.
No se puede alegar urgencia, como se ha hecho en estas últimas horas, porque
una cosa es otorgar capacidades o delegar de modo momentáneo determinadas
facultades al Poder Ejecutivo, para regularizar esta emergencia financiera, y otra muy
distinta es reformar de un plumazo todo el orden jurídico nacional.
El estado actual de paralización financiera y económica en que se encuentra
nuestro país desde hace algún tiempo nos obliga a tomar una serie de medidas para
superarlo y evitar, obviamente, estas corridas bancarias y cambiarias, la propia
proliferación de la desconfianza y la huida de capitales de la Argentina.
Pero la única forma de encontrar una solución, que de acuerdo con nuestro
criterio no pasa por la sanción de este proyecto de ley que hoy se trae a discusión, es
que el Poder Ejecutivo y este Congreso trabajen de manera conjunta.
Ha dicho el señor presidente de la Nación que quiere una Argentina centrada en
la producción, que beneficie y compense a los trabajadores. Por supuesto que todos
estamos de acuerdo y que, sin lugar a dudas, trabajaremos para lograr este objetivo.
Pero, lamentablemente, entendemos que esta iniciativa no es el camino para alcanzar tan
loables fines. Porque con la sanción y posterior vigencia de esta normativa, según
nuestro humilde entender, vamos a destruir una buena parte del ahorro, de la producción
nacional e incrementaremos aún más la desocupación producto del cierre por quiebras
masivas que involucran a muchas de las empresas asentadas en nuestro territorio.
Este proyecto de ley y la filosofía que se desprenderá de gran parte de las
medidas que complementariamente tendrá que adoptar el Poder Ejecutivo, sin lugar a
dudas van a beneficiar a varios sectores. En primer lugar, a toda la economía
subterránea; a esa economía informal de capitales volátiles que, obviamente, no se
asientan en forma permanente y mucho menos pagan impuestos. En segundo término, a
la así llamada en el pasado patria financiera, que se había extinguido cuando en la
década del 90 se empezara a formalizar la banca argentina al amparo de la estabilidad.
Nuevamente han aparecido por todas partes estas mesas de dinero clandestinas que, con
distintos mecanismos, se burlan de los intereses de nuestros ciudadanos obteniendo
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cuantiosas ganancias para su propio beneficio. Basta ver cómo desde estas mesas se
propone y se plantea la extracción de dinero del corralito, en dólares o en pesos; cómo
se ingresa dinero a ese corralito para consolidar ganancias siderales y cómo se compran
acciones en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires para convertirlas y luego
transferirlas a Nueva York como un modo de hacerse de liquidez. En definitiva, cómo a
través de distintos mecanismos, con finalidades muy distintas a las que nosotros
supuestamente pretendemos controlar o aniquilar, terminamos facilitando sus propios
intereses.
Digo esto porque aquellos intereses financieros perjudiciales para nuestro país, a
los que hacía referencia hace pocos días el señor presidente de la Nación, se combaten
solamente permitiendo que todos los argentinos puedan acceder a mercados libres de
cambio y puedan estar bajo un sistema bancarizado generalizado y con libertad de
transferencia.
¡Y ni hablar del tercer gran problema que se va a presentar y que va a generar
todo un sistema de regulación intervencionista por parte del Estado, como es la
corrupción!
Para poner en marcha el aparato productivo, del que tanto se ha hablado en estos
últimos días, no hace falta anular la convertibilidad ni mucho menos decretar tipos de
cambio artificiales dirigidos por la voluntad de una sola persona o de un Poder
Ejecutivo, porque en un país como el nuestro, altamente dolarizado, sus precios reales
en dólares no bajarán por ninguna de estas medidas.
Menos necesario aún es otorgar al Poder Ejecutivo facultades para que
determine la relación de cambio entre el peso y las distintas monedas extranjeras o para
dictar regulaciones cambiarias, como también se establece a través de este proyecto
inviable para un mundo globalizado como en el que pretendemos insertarnos.
Pero peor aún es dejar abierta la posibilidad de que la base monetaria, de que la
emisión de moneda se expanda de manera caprichosa por los simples pedidos de
remesas por parte de la Tesorería del Estado al Banco Central de la República
Argentina, porque de esa manera lo único que vamos a lograr es dejar seriamente
abierta la posibilidad de caer en la inflación y, por qué no, en la propia hiperinflación.
Quiero hacer unas breves consideraciones acerca de dos temas que inicialmente estaban
incluidos en los primeros borradores y que hoy, en este proyecto de ley con sanción de
la Cámara de Diputados, se dejan de lado. Uno de ellos es el del tan mentado corralito.
Es preciso transmitir la verdad a la gente. Hay que decir claramente a nuestros
ciudadanos que los depósitos no son redimibles, que no son convertibles y que no se
pueden devolver todos juntos, ni acá ni en ningún lugar del mundo, porque al igual que
en cualquier país los depósitos bancarios a veces constituyen un monto mucho mayor
que el de la moneda efectivamente circulante en dicha nación. No hay manera de
devolver lo que naturalmente no existe, por una cuestión técnica. ¡Es una completa
mentira la promesa oficial según la cual se devolverán a la gente los depósitos
intangibles y en la moneda pactada en un breve plazo! Esto no puede hacerse, pero no
por una cuestión de voluntad sino por una imposibilidad técnica y lógica.
Para colmo, si mediante algunas normas como las que en este proyecto se están
impulsando se pretende jubileo de deuda o licuaciones, la cosa es aun peor, porque si
los bancos no pueden cobrar sus acreencias de quienes tomaron créditos, menos aún
podrán devolver la plata a aquellos ahorristas que la han depositado.
En cuanto al default, esta medida anunciada tan alegremente hace pocos días
atrás, que en boca de algunos parece como una avivada argentina, en realidad se trata de
una verdadera torpeza.
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Hasta ahora el tratamiento del déficit fiscal se hizo de ajuste en ajuste, lo que
pesó, básicamente, sobre las espaldas de asalariados y jubilados y ahondó la recesión en
una espiral continua de ajuste. Está también en emergencia la inserción internacional de
la Argentina.
La Argentina, vulnerable por su enorme deuda, fugadora de divisas, importadora
de bienes de valor agregado y exportadora, principalmente, de materias primas y de
"cerebros", de técnicos que en los países centrales aumentan el valor de los productos
que después compramos.
Frente a estos principales puntos de la emergencia corresponde analizar qué
ofrece esta ley y cuál es el eje de la propuesta en tratamiento. Se ha colocado como
centro y primer punto de tratamiento la cuestión del régimen cambiario. Considero que
la relación de cambio entre el peso y el dólar tenía que abordarse, sin dudas, porque la
convertibilidad de hecho está muerta. En este país nadie cambia un peso por un dólar.
Pero creo que esto debía abordarse luego de haber aplicado herramientas sobre los
principales temas que hacían a la emergencia.
La devaluación no puede anunciarse sin el previo tratamiento de la política
fiscal, la política tributaria, el sistema cambiario y, fundamentalmente, sin proveer las
medidas necesarias que en el proyecto aparecen como insuficientes para compensar los
efectos negativos que tiene la devaluación, principalmente, sobre los salarios y sobre las
jubilaciones.
En un momento tan difícil y tan grave como el que vivimos los argentinos, yo
hubiese querido acompañar con mi voto favorable, positivo, la primera ley que envía
este gobierno, que tiene que encarar una emergencia de esta magnitud, porque sé que
hay una puja desatada entre los sectores que no quieren perder su alta rentabilidad en
dólares y el enorme poder que tienen, y porque sé que el Poder Ejecutivo está
trabajando con la voluntad de enfrentar la codicia de algunos de estos sectores y
también se está trabajando para aminorar los efectos nocivos de la devaluación.
Pero, sinceramente, estimo que el camino elegido parte de un error y mi
convicción me impide acompañar una ley que --entiendo-- invierte temporalmente el
tratamiento de los temas, que conlleva una enorme delegación de facultades en el Poder
Ejecutivo y que concentrará por esto en un puñado de funcionarios de gobierno el poder
de negociación de los grupos económicos concentrados, cuando sería necesario
neutralizar estos lobbies en un transparente debate en el Congreso para los temas en
cuya resolución hoy se están delegando facultades al Poder Ejecutivo.
Para trabajar en la emergencia, el punto de partida --a mi juicio-- era empezar a
fijar un piso distributivo nuevo mediante un sustantivo seguro de empleo y formación
para jefas y jefes de hogar desocupados, protegidos de cualquier tipo de implementación
"clientelística" y sin perjuicio de otras medidas adicionales y alimentarias de asistencia
social; pesificar y desindexar tarifas --esto último contenido en el proyecto--, lo cual es
una importante y muy buena medida; darle solvencia fiscal al Estado, cuya insolvencia
deviene principalmente de la privatización del sistema de seguridad social y del sistema
regresivo tributario; incluir un esquema de eliminación de los mecanismos de elusión y
de la exención del impuesto a las ganancias.
También, una de las medidas posibles era la reimplantación de los aportes
patronales e, incluso, una contribución ante la emergencia del sector bancario,
atendiendo a los balances de los últimos diez años que demuestran ganancias
extraordinarias acumuladas de ese sector.
Se trataba, en suma, de hacer realidad esto que decimos tantas veces: que los
sectores que se beneficiaron en las últimas décadas pagaran el esfuerzo ante la
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emergencia y no hacer pesar una parte importante del esfuerzo en los sectores cuya
supervivencia depende de un salario en pesos.
El proyecto en consideración tiene aspectos positivos, cuyo articulado voy a
acompañar en la votación en particular. Se pesifican las deudas hipotecarias, prendarias
y los créditos personales menores a 100.000 dólares en su origen. Se ha mejorado el
texto en el tratamiento en la Cámara de Diputados, manteniendo el valor 1 dólar = 1
peso aun cuando el valor del crédito hipotecario fuese mayor a los 100.000 dólares en
casos de vivienda única y familiar y para las micros, pequeñas y medianas empresas.
Sin embargo, se ha dispuesto por cinco años la facultad de establecer retenciones a las
exportaciones de hidrocarburos aplicándolas a una garantía para compensar el impacto
en las entidades financieras por el efecto de la devaluación y la pesificación. De este
modo, se establece un ingreso adicional en dólares al sector financiero. Destaco que es
pertinente la retención a las exportaciones petroleras, que se verán beneficiadas con una
renta extraordinaria por sus ingresos en divisas. Lo que no parece pertinente es que esos
derechos se transfieran al sector bancario.
¿Cuál es el esfuerzo que va a hacer el sector bancario, sobre todo el de la banca
extranjera? Cuando se concentró y se extranjerizó la mayor parte de la banca, la
explicación fue que frente a una crisis de pagos en el sistema bancario, las casas
matrices de los bancos extranjeros que actúan localmente y que concentran el mayor
número de depósitos, aportarían los recursos necesarios para enfrentar la crisis. En su
suma, se dijo que sustituirían al Banco Central como prestamista, en última instancia.
Esto no ocurrió. De hecho, no trajeron un solo dólar ni en el "goteo" ni en la corrida
bancaria para honrar sus depósitos y restituir confianza en el sistema bancario. Toda la
apuesta la hicieron a la protección del corralito, que ha dejado de rehenes a gran parte
de los argentinos con sus esfuerzos, sus ahorros, sus indemnizaciones.
No parece justo que hayan quedado excluidos de la pesificación de sus deudas
hasta 100.000 dólares los deudores de las cooperativas y de las mutuales. Si el problema
es de financiamiento, podría acudirse a otras fuentes, tales como retenciones a los
sectores exportadores de recursos naturales, del sector agropecuario, en su mayor parte
sectores económicos muy concentrados que también tendrán mayores rentas por causa
de la devaluación. En este caso, la retención se justificaría por dos motivos. El sector
agropecuario tiene estrecha relación con los productos básicos de la canasta familiar.
Las mayores ganancias que les permite la exportación, porque les genera cobro en
dólares, significa que les conviene exportar antes que vender en el mercado interno. En
este marco sólo será negocio vender en el mercado interno si aumentan los precios al
mismo valor en que se fije la diferencia del cambio monetario. Imponer retenciones a
estas exportaciones en forma temporal y ante la emergencia significa evitar que
aumenten los precios de la canasta familiar, además de generar divisas al sector público
que bien podrían financiar el tratamiento igualitario de las deudas asumidas con las
cooperativas y mutuales.
Respecto del corralito, que se ha incluido nuevamente en el tratamiento en la
Cámara de Diputados, el proyecto habla de una protección genérica del capital,
incluidos los depósitos efectuados en divisas, dando autorización al Poder Ejecutivo
para la reestructuración de las obligaciones originales en modo compatible con la
evolución de la solvencia del sistema financiero. No existen mayores certidumbres al
respecto, ni respecto de los plazos ni de las tasas de interés.
En todo caso asumo la gravedad del tema porque efectivamente sabemos que el
dinero lo han fugado y hoy no está en el sistema financiero.
De todos modos, creo que era preferible que el tratamiento del tema no quedara
exclusivamente en manos del Poder Ejecutivo, y que su resolución y tratamiento se
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Sr. Baglini. -- Señor presidente: como lo decía el señor miembro informante el senador
Lamberto, la situación personal para encarar este debate es muy curiosa, pues ambos
estuvimos en el nacimiento de la convertibilidad en el seno de la Cámara de Diputados.
Nos tocó representar a los respectivos bloques en la discusión del nacimiento de esta
ley; y ahora estamos teniendo que resolver, no sin dolor, la finalización del régimen de
convertibilidad.
De aquel debate en esos días de marzo de 1991, me queda la certeza de que
ambos cometimos equivocaciones. Yo tenía la íntima convicción de que no iba a
alcanzarse una situación fiscal suficiente para estabilizar y, sin embargo, la
convertibilidad fue una herramienta extraordinariamente útil como elemento de
estabilización. Él tenía la convicción de que la convertibilidad no iba a traer aparejados
problemas de competitividad, que sin embargo se dieron en el tiempo.
Por eso, creo que lo importante para este debate sería --desde el punto de vista
personal y también desde la experiencia como legisladores, de los partidos que han
tenido vicisitudes en el gobierno y del propio, que acaba de fracasar-- aprender de los
errores y contribuir a un debate para aportar soluciones a los problemas de la gente.
Me ha tocado personalmente sostener posiciones en la Cámara de Diputados en
el último año, con la convicción de que una vez entrados en la convertibilidad era muy
difícil encontrar una salida no traumática, no dolorosa, no dificultosa y no de altos
costos. Incluso, se corría el riesgo de regresar a la selva, dicho en los más crudos
términos políticos, económicos y sociales.
Tal es la dificultad del intríngulis de cómo se sale de la convertibilidad, a la que
alguna vez comparamos con una jaula en la que nos encerramos y arrojamos lejos la
llave --jaula en la que por cierto no solamente hay humanos sino también leones--, que
el propio presidente electo en la anterior Asamblea Legislativa, el doctor Rodríguez Saá,
dijo que había que mantener la convertibilidad. Y en la discusión de la Cámara de
Diputados, y tal vez en ésta, se escucharon voces --y pueden escucharse hoy--
sosteniendo la necesidad aún de mantener la convertibilidad, pese a que está cuando
menos con un respirador artificial en una situación de una dificultad tan extrema que el
solo retiro del respirador artificial ocasiona su deceso.
Como aquí se ha dicho, formalmente uno retrocedería hasta el día 4 de
diciembre para ver cuando aparece la dificultad terminal de la convertibilidad. Pero
funcionalmente --ya no en situación personal-- hay cuatro preguntas básicas que uno
debe hacerse en este debate, si existe el ánimo de contribuir, como honestamente existe,
para mejorar en lo posible las soluciones, aun dentro de un esquema en el que esta
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ya a cepillar gastos superfluos, sino a sacar astillas de la madera, ejemplo que podría
ilustrar cómo se redujo el exceso sobre el Estado.
La Argentina ha tenido en cinco años 18 por ciento menos de inflación que los
Estados Unidos. Aquí hay que hablar de deflación, en realidad. Es decir un 18 por
ciento menos que uno de los países más estables de la Tierra en un ciclo, como no se
conoce, de crecimiento y de estabilidad en los Estados Unidos.
El debilitamiento de la actividad política, al que no es ajeno el gobierno que
acaba de fenecer, la fisura política en el seno de la coalición, el efecto de la recesión
prolongada, la deflación de los precios y salarios, la pérdida de competitividad, la
insolvencia, por fin, del sector público, desembocaron en una crisis de financiamiento
externo e interno y también de liquidez y de solvencia en el sistema bancario y
financiero. Esto vino acompañado en el plano social por la agudización de los
desequilibrios que ya existían pero que fueron aún más marcados, aumentando los
niveles de desempleo, la marginalidad, la pobreza y la brecha existente entre los ricos y
el resto de la sociedad.
Y en este final, cuando ya hay que adoptar medidas respecto de la disponibilidad
de fondos en el sistema financiero --el corralito y el control de cambios--, se acentúa
incluso la intolerancia hacia el sistema político y económico por parte de los afectados y
hace eclosión en una sucesión de "cacerolazos", saqueos, muertes, renuncia de
presidentes y sacudimiento de las instituciones. Cinco presidentes en dieciséis días;
repito: cinco presidentes en dieciséis días. Esperemos que la lista haya terminado por
largo tiempo.
Frente a esto, señor presidente, discutir si se puede mantener el sistema
cambiario parece superfluo. Entonces, hay que cambiarlo. Y acá estamos realmente
frente a un intríngulis. Ha habido una larga queja en el debate de anoche y también en el
de hoy, sobre el uso de las facultades delegadas que contiene el artículo 2°, relacionadas
con el establecimiento del sistema cambiario.
Pero queda en claro que en 1991 hubo una atipicidad y que la marcamos en el
debate. El Congreso es el que fija el valor de la moneda y es el custodio de su valor,
pero no es quien ejecuta la política cambiaria ni quien tiene a su cargo la política
monetaria, que también va en combinación. En 1991 decíamos que era una barbaridad
que al Congreso, que no tenía responsabilidad integral sobre la política fiscal, que no
determinaba la política de aranceles, que no establecía subsidios a través de los bancos
públicos, que no manejaba prácticamente ningún otro resorte de la economía en forma
integral --más allá de determinar los niveles de recursos y gastos en la ley de
presupuesto--, se le entregara la llave de uno de los aspectos centrales de la política
económica, como iba a ser la convertibilidad, principal punto del sistema cambiario y
monetario.
Entonces, señor presidente, ahora es muy difícil salir de esta situación después
de diez años de tipo de cambio fijo, sin pensar que no hay que buscar esquemas que
vayan modificándose en la medida en que las condiciones lo permitan.
Sería difícil salir con una banda de flotación de inicio, porque es muy posible
que, sin divisas suficientes para sostener la flotación, sin credibilidad y sin apoyo
internacional, tuviésemos la experiencia que tuvieron México en 1984, Chile en 1982 y
Brasil en 1998, donde fue arrasada la política de flotación, en un caso en horas, en otro,
en días y en el caso más prolongado, que fue Chile, en términos de semanas.
Entonces, es posible y razonable que el Ejecutivo necesite la flexibilidad
suficiente, y confiamos en el sano juicio con que va a utilizarla para establecer una
devaluación que resulte lo menos lesiva a los intereses del conjunto pero que, a su vez,
sea sostenible.
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Hay herramientas, entonces. Y hay vocación, que tiene que ser complementada
por la propia actitud de la población de no dejarse imponer remarcaciones absurdas. A
veces, en el esquema mental de los argentinos, que todavía tienen dormida una parte de
su conciencia acostumbrada a situaciones de alta inflación, se producen remarcaciones
que no tienen razón de ser.
Cuando ocurrió la devaluación en Brasil, en 1998, en todos los diarios de ese
país apareció en primera plana una noticia sobre una ferretería que, con una devaluación
del 10 por ciento, el primer día había remarcado el 65 por ciento. Y tuvimos la
desagradable noticia de que se trataba de un argentino radicado allí el que había
producido esta remarcación, tal vez acostumbrado a los mecanismos automáticos de
agarrar la ametralladora, que es la máquina de remarcar, con la que en realidad no se
termina solamente matando al público sino también suicidando el comerciante, que
quizás al comienzo no lo sabe.
Señor presidente: no hay ningún margen para una caída adicional de los
depósitos. Es la tercera de las condiciones del éxito. Por eso hemos requerido en algún
momento y con toda humildad a la Cámara que fuéramos muy prudentes en la norma
del levantamiento del corralito. Y muchos de los señores senadores recordarán las
expresiones que vertimos al respecto en el sentido de que era loable poder disponer de
todos los salarios pero, si los argentinos sacábamos cuatro mil millones de pesos --que
es la masa salarial de un mes-- de los bancos y salíamos despavoridos a comprar
dólares, se produciría el efecto "puerta 12" del estadio de River y habría muchos más
que los setenta muertos que hubo durante aquel episodio.
Necesitamos comprender que las molestias transitorias tienen la finalidad de
ordenar una salida y se requiere ganar confianza. Cuando se logre esa confianza se
habrá ganado mucho más de la mitad de la batalla, porque se va a remonetizar la
economía por dos vías. Porque se van a liquidar divisas, es decir que van a traer dólares
los exportadores, que ahora están en mejor situación con un nuevo tipo de cambio, y
porque además todos nosotros, el conjunto de la sociedad ha hecho que se reduzcan las
reservas del Banco Central. La sociedad argentina se metió en el bolsillo --los que
pueden, que desgraciadamente no son tantos--, 15 mil millones de dólares, que están
debajo del colchón. Y, de alguna manera, si se restablece la confianza, van a ser usados,
algunos, para solventar gastos de subsistencia, otros --que sería lo deseable-- para bienes
de consumo durables y para inversión.
El último punto, o la última pregunta, señor presidente, es ¿qué ingredientes
adicionales podríamos extraer de la experiencia para que un programa económico se
vuelva consistente y sustentable?
Yo quiero enmarcar esto en tres frases, señor presidente. La primera es: los
problemas acumulados hicieron insostenible la convertibilidad, pero no se superan por
el solo abandono de la convertibilidad. La segunda frase es: ya que esto fue inevitable,
no lo convirtamos en un velorio: transformémoslo en una oportunidad. Y la tercera es:
esto que va a pasar a ahora, a partir de la sanción de la ley por el Congreso, tiene que ser
volver al futuro y no volver al pasado. Voy a tratar de dar una sucinta explicación, señor
presidente.
Los problemas hicieron insostenible la convertibilidad, pero la salida de la
convertibilidad no supera de por sí los problemas. Aquí, en el fondo de esto, flota la
idea de que hemos llegado al fondo del pozo y no podemos estar peor; entonces, los
problemas vienen y se superarán solos, porque llegamos al fondo del pozo.
Seriamente, señor presidente, no hay ninguna garantía de que hayamos llegado
al fondo. La patria de mis abuelos, varios de ellos libaneses, fue una patria de progreso
y un ejemplo de organización económica, social y financiera. Le decían "la Suiza del
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monetice de otra manera a fin de que --como lo señalamos--, los exportadores liquiden
divisas y llegue dinero que se transforme en depósitos en el sistema. ¿Para qué? No para
cumplir el sueño de algún economista, sino porque mientras más rápido se monetice la
economía más rápidamente también vamos a poder levantar el corralito y devolver los
depósitos; porque mientras más rápido se monetice la economía, más rápidamente se
normalizará el crédito para las empresas, fundamentalmente para las pequeñas y
medianas, y también para el Estado, que lo tendrá que usar juiciosa y racionalmente.
Reforma política y reducción del costo de la política para recrear la legitimidad.
Está claro, como también se dijo anoche en el debate, que si suprimiéramos este
Congreso nacional, la totalidad de las legislaturas provinciales y el ciento por ciento de
los concejos deliberantes --los clausuráramos, los quemáramos y echáramos a sus
empleados-- estaríamos haciendo un ahorro del 1 por ciento de la deuda externa de
nuestro país. Pero está claro que no podemos hacer oídos sordos al reclamo de la
población de ajustar el gasto político y de hacer una reforma política que mejore la
legitimidad.
Presupuesto equilibrado. El ministro no se llama más Jorge Remes Lenicov, sino
Jorge Tupac porque estará tensionado y sus brazos serán tironeados por los bancos, por
las empresas privatizadas, por la gente y, probablemente mucho más lo será en la otra
extremidad que le queda, por las ansiedades que se darán en el seno del propio Poder
Ejecutivo y de este Congreso para solucionar urgencias sociales que, en muchos casos,
han agotado sus tiempos. Hay que entender que tiene una tarea que realizar y para la
cual lo mejor que podemos hacer es colaborar con él no imponiéndole más pesadas
cargas de las que ya tiene.
Salir del default con negociaciones rápidas y racionales que resuelvan el
problema de la deuda. El default no es un estado idílico. El default equivale a la cama
de clavos del faquir. El faquir puede estar allí algún tiempo, pero no todo el tiempo. Lo
mismo ocurre con cualquier país o con cualquier persona. Es decir, si cualquier persona
se viera sometida a estar acostada en la cama de clavos durante todo el tiempo, aunque
fuera esmirriada y hubiera recibido algún entrenamiento por parte de sus ancestros para
padecer la pena del desierto, como podría ser el señor senador Menem (risas),
seguramente recibiría lesiones a las dos o tres horas de permanecer en esa posición. Ni
explico en cuántos segundos me lesionaría yo. (Risas.) Así que imaginen lo que
sucedería con un cuerpo deteriorado económica, social y políticamente como la
República Argentina, en caso de tener que resistir mucho tiempo una situación de
default. Por ello, hay que salir de ella. Desde luego, debemos salir con la mejor
negociación, que garantice la posibilidad de ahorrar recursos.
Sostenibilidad del sistema previsional. Se trata de un tema que da vueltas en las
discusiones de la Argentina desde hace más de cinco años. Hay que resolverlo. El
sistema previsional debe ser sostenible; no puede seguir acumulando déficit o dejando
una generación espontánea de juicios cuyas sentencias el Estado tiene que seguir
apelando a pesar de que sabe que, inexorablemente, va a perder ante los tribunales
judiciales.
Régimen de coparticipación federal. En este caso se va a tener que incluir una
revisión de los conceptos de solución de las deudas de las provincias, tema que hemos
tratado hace muy pocos meses en el último Pacto Federal. Está claro que dicha situación
se ha agudizado y, ahora, con el esquema de default en que nos encontramos, se debe
contemplar incluso alguna solución, o, por lo menos, sería bueno que lo hiciéramos con
respecto a aquellas que han emitido bonos internacionales, que no son tantas, ya que el
default nacional arrastró al default de los bonos de esas provincias, lo que les está
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Sr. Alperovich. -- Señor presidente: soy uno de los senadores que asumió el 10 de
diciembre. Vine con mucha esperanza de mi pueblo, de mi provincia, Tucumán, para
poder solucionar los problemas, fundamentalmente relativos a la falta de trabajo.
Cuando estudiaba la situación sabía que no era fácil salir de esto. También sabía que el
modelo anterior ya estaba agotado y no le brindábamos ningún tipo de esperanza a la
gente.
Nosotros no estamos saliendo de la convertibilidad. En realidad, la
convertibilidad se ha roto hace mucho tiempo. Hoy tenemos que tomar una medida
trascendental, que no tengo dudas de que va a tener un costo tremendo. No tengo dudas
de que en un primer momento va a haber problemas con el salario de la gente. No tengo
dudas de que va a haber problemas con el famoso corralito. ¡¿Qué presidente no
quisiera devolver el dinero de dos millones de personas?! No tengo dudas de que vamos
a tener problemas en nuestras provincias sabiendo que estamos endeudados en dólares,
lo cual va a producir un desajuste que debemos tratar.
Cuando era ministro de Economía de mi provincia decía que cuando se gasta
más de lo que entra, cuando se rompe esta relación, siempre pagan los que menos
tienen. Pero también es cierto que en los momentos cruciales es muy fácil no tomar
decisiones. Estoy dispuesto a pagar un costo político por estas decisiones, porque la
gente no se va a sentir bien en los primeros tiempos.
También es cierto que cuando yo recorría mi provincia, en un pueblo como
Santa Ana, donde Alpargatas estaba cerrada, la gente me miraba a los ojos como
diciendo: "No nos falle, haga algo por nosotros"; y yo sabía que no les podíamos dar
solución. Cuando veía a los empleados de la industria azucarera y ya no había crédito,
yo sabía que en ese momento no había una solución y que este costo se iba a producir.
Por eso digo que no va a ser fácil esta decisión. Pero quiero confiar en este
presidente. Voy a confiar en este presidente. Las provincias seremos los primeros
"lobbystas" para solucionar realmente los problemas regionales.
Cuando era ministro decía: "No me vengan con los números del Producto Bruto.
La gente sabe que está bien cuando tiene trabajo, la gente sabe que está bien cuando
puede ir a un hospital y conseguir remedios; la gente está bien cuando los chicos pueden
ir a estudiar a la escuela primaria, y no sólo a comer."
Señor presidente: seguramente nos vamos a equivocar. Seguramente en este
Senado podremos rectificar muchas de las cosas que hoy estamos diciendo. Pero tengo
claro que esta crisis nos debe dar una oportunidad, y esa oportunidad es la alianza con el
sistema productivo para dar trabajo a la gente.
Por eso no voy a hacer lo que hacen los representantes de otros partidos
provinciales, que dan mensajes --porque cuando yo recibí la provincia de Tucumán
teníamos un déficit de 160 millones de dólares y lo llevamos a 13 millones-- y nos dicen
que hay que bajar el gasto público que no bajaron cuando gobernaron sus provincias.
Cuando se habla de los bancos --y lo escuchaba recién al senador Baglini--, creo
que hay que apoyar al Banco Nación y a las instituciones que realmente se han jugado,
pero la semana que viene vamos a votar una ley para que el Banco Central sea
prestamista de última instancia. Espero que el Banco Central sepa diferenciar a quién le
va a dar esos préstamos, si a los banqueros "vivos" que han hecho negocios con
nosotros, o a los bancos nacionales, provinciales o cooperativos, que realmente han
apostado por nuestro país.
Por eso, señor presidente, nos vamos a jugar y apoyaremos esta medida. Tengo
la absoluta confianza de que después de una transición, que será muy difícil,
empezaremos a pensar en un país en serio, en el que se desarrolle la industria para dar
trabajo a lo largo y a lo ancho de nuestra Nación.
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arbitrario como fijar un tipo de cambio y que, en todo caso, eso es una vestimenta para
presentar una decisión apresurada que debemos tomar en situación de emergencia.
Yo no creo que sea así, señor presidente. No lo creo porque esta no es una idea
improvisada. El 18 de abril de 1995, en un debate por televisión con el entonces
ministro Domingo Cavallo, propuse pasar de la relación con el dólar a una relación con
una canasta de monedas integrada por el dólar, las divisas europeas y el real. Porque se
trata de vincular nuestra moneda a las oscilaciones de las monedas pertenecientes a
nuestros principales socios comerciales. También propuse en esa ocasión un
Bundesbank, un banco central independiente que atenuara los efectos sobre los precios
internos, habida cuenta de la perversa relación que existía, y existe aún, entre precios
internos y dolar en la República Argentina.
Esa idea fue rechazada tajantemente por el entonces ministro que en el año 2001,
seis años más tarde, la tomó tardíamente, aunque sin incorporar el real, lo que era
fundamental a los efectos de que la canasta resultara viable.
Creo que de haberse adoptado el sistema nos habríamos ahorrado penurias y
retrocesos en la Argentina. Pero esa canasta es hoy aún más útil que entonces. Y así es
porque cuando estamos saliendo del sistema que creaba confianza a costa de recesión y
desempleo, cuando necesitamos un régimen que permita crecer, aunque sin generar una
incertidumbre que lo desbarataría todo, esa combinación de monedas nos permitiría
cumplir ambos objetivos.
Si se apunta a que el valor del peso sea 0,741 --es lo que corresponde al valor
1,35-- o 0,714 --es lo que corresponde a 1,40--, hay que reconocer en primer término
que el real es la moneda de nuestro principal socio comercial, cuya variabilidad más
afecta a la competitividad argentina, y la moneda del país con el cual aspiramos a
construir una unión regional que idealmente debe concluir también en una unidad
monetaria. Por eso, mi planteo era que el peso específico del real en esa canasta debía
ser mayor al del dólar y el euro; es decir, debía ser del 40 por ciento.
Esa canasta hoy día, según las cotizaciones del viernes pasado, daría
aproximadamente un valor de 1,36 --exactamente 1,35900217-- y, según los mercados a
futuro, en un año estaría dando 1,40 --exactamente 1,40244587--, con la virtud de
eximirnos o de relajar la necesidad del control de cambio y con la posibilidad de
adelantar los tiempos del posible levantamiento del corralito. Porque el riesgo está en
que la percepción o la anticipación sobre el valor futuro del dólar siga presionando
sobre los depósitos de una manera tal que, como lo señalaba el señor senador por
Tucumán, haga imposible su retiro masivo de los bancos.
Ese retiro masivo no se justifica sino por una predicción o anticipación del valor
futuro de la moneda que hace que la gente quiera cubrirse. Si ese temor o esa presión no
existiera, habría menor necesidad de restricción y tanto más rápido sería su
levantamiento, ya que su permanencia implica un severo castigo al consumo. Además,
una devaluación producirá un agravamiento de las condiciones porque, sin duda,
afectará el poder adquisitivo.
Creo además que a esto se podrían añadir otras medidas cuando se estuviera en
condiciones de levantar ese corralito --sería pronto con este sistema-- como, por
ejemplo, el desaliento tributario al retiro temprano de depósitos, implicando esto que
habría libertad para retirar a un precio impositivo y que habría un premio --también
impositivo-- para quien tuviera mayor paciencia o posibilidades de retener los
depósitos.
En cambio, en el artículo 2° se va a votar que el Poder Ejecutivo tendrá la
facultad de decidir cuál será el tipo de cambio y el régimen cambiario. Sin perjuicio de
la aprobación en general, anticipo que voy a votar en contra del artículo 2° y espero que
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eso --junto con las manifestaciones realizadas por otros señores senadores-- sirva como
una señal al Poder Ejecutivo en cuanto a la necesidad de que se adopte un criterio y no
un número. Si bien ese criterio no contará con la fortaleza que tendría si estuviese
consagrado por un instrumento legal, es importante que el Poder Ejecutivo asuma --a
través de un decreto y del compromiso político que éste representa-- la necesidad de
establecer un procedimiento que permita prever la evolución del valor de la moneda y
no que establezca un número que puede ser uno hoy y otro dentro de quince, treinta o
ciento ochenta días, ya que nadie sabe cuál puede ser el resultado de los tironeos que ese
Tupac-Amaru va a recibir.
Sr. Terragno. -- ...ya que la parte principal ha quedado expuesta con lo que acabo de
decir.
Sr. Gallia.-- Señor presidente: los sólidos argumentos esgrimidos por el miembro
informante de mi bancada, las calificadas apreciaciones de otros colegas senadores
sobre la delicada situación que padece el país, la certeza de que estas medidas son las
correctas y la convicción de que quienes las van a llevar delante --esto es el Poder
Ejecutivo, el señor presidente-- merecen mi confianza, me desligan de mayores
argumentos. Por lo tanto, adelanto mi apoyo a la norma que estamos considerando.
Pero sí quiero dejar sentada una posición clara con relación a un instrumento
previsto por esta iniciativa, que es el impuesto a las exportaciones hidrocarburíferas.
Todos saben que quien les habla proviene de una provincia como Neuquén, que aporta
el 37 por ciento de la producción nacional de petróleo y el 66 por ciento del gas natural
que se produce en el país. De estas cifras, casi el 40 por ciento son exportaciones. Por
ello, el impacto en nuestro presupuesto provincial es del orden del 35 por ciento con
relación a las regalías. No es poca cosa. Es más que relevante.
En consecuencia, quiero fundamentar el hecho de que sean hoy las empresas
dedicadas a los hidrocarburos quienes en este proceso de crisis que vive el país hagan su
aporte con el objetivo de resolver el grave problema de los pequeños deudores. El
fundamento simple y sencillo es que hay pocos sectores de la economía o actividades
económicas en el mundo que generen una rentabilidad como la que producen las
empresas de hidrocarburos. En este país, alrededor del 80 por ciento es renta para las
empresas petroleras y gasíferas. Por lo tanto, está más que justificado que en esta difícil
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instancia --como dije anteriormente-- sea justamente este sector de la economía el que
colabore a mitigar el impacto que genera la devaluación en los pequeños deudores hasta
100.000 dólares, tal como está previsto en la norma que estamos tratando.
Deseo resaltar con muy buen agrado que en el tratamiento en la Cámara de
Diputados se ha receptado una modificación al artículo 6 de esta norma orientado a
generar un reaseguro para las provincias petroleras, como nosotros las denominamos. A
través de esa modificación la liquidación de las regalías queda a resguardo, ya que se
plantea que el valor de boca de pozo es el que será respetado para tales liquidaciones,
devengado luego el impuesto previsto para mitigar el impacto de los pequeños
deudores.
Por último, quiero realizar una exhortación al Poder Ejecutivo --que estoy
seguro de que contemplará con la misma tolerancia con que el señor presidente ha
receptado este resguardo de la liquidación de las regalías en nuestras provincias, debido
a su propia capacidad de entender estas situaciones-- : solicito que en las normas
reglamentarias que hoy estamos delegando en el Ejecutivo la alícuota correspondiente al
monto que en definitiva las empresas de hidrocarburos van a tener que pagar como
retención a las exportaciones no se superen los límites de la razonabilidad, lo que podría
implicar desinversión, pérdida de puestos de trabajo o, lo que es más grave aún, una
disminución de los ingresos en las alicaídas economías provinciales y, en forma
indirecta, también a las municipales. Gracias, señor presidente.
Sr. Passo. -- Señor presidente: deseo comenzar expresando que alguna vez escuché
decir algo que me quedó grabado: que en realidad la convertibilidad creyó que la
riqueza en la Argentina era el sistema monetario y que éste es sólo el valor en que se
mide la riqueza. La riqueza es el trabajo y la producción de un pueblo, y es
precisamente eso lo que la convertibilidad fue matando poco a poco durante todo este
tiempo.
Durante la convertibilidad triplicamos nuestra deuda, vendimos todos nuestros
activos públicos, privatizamos todas nuestras empresas y tuvimos los aumentos más
nefastos en materia impositiva. Hubo inventos fiscales de claro origen argentino:
ganancia mínima presunta y 15 por ciento en los intereses sobre el stock de la deuda,
para pegarle una puñalada mortal a la producción argentina.
Escucho con preocupación cómo se tiran señales de alarma sobre los
trabajadores diciendo que hay que tener cuidado de que esta "ametralladora" a la que
hacía referencia el señor senador Baglini pueda golpear sobre el salario de los
trabajadores. Es preciso decir, para infundir fe a los trabajadores, que la "ametralladora"
de la convertibilidad tuvo un silenciador, porque mientras los salarios estaban
estabilizados, en la Argentina hubo una suba del IVA del 13 al 21 por ciento que,
combinado con el aumento de las tarifas públicas, produjo la rebaja salarial más dura de
la historia. Para citar un ejemplo, quien ganaba 400 pesos, que por supuesto no tenía
capacidad de ahorro, e iba a un hipermercado, cuando pasaba por la caja descubría que
ganaba 320: 80 se lo llevaba el IVA más alto de la Tierra. Es decir que si estamos
abandonando un largo proceso histórico, tenemos que hacerlo sin miedo.
No coincido con el miembro informante. Para abandonar un largo proceso
histórico hay que tener fe y hay que transmitírsela a la ciudadanía argentina, porque si
no lo hacemos es imposible que un plan económico transite por buena senda. La
convertibilidad tuvo esa virtud sobre la base de la estabilidad de sus primeros tiempos y
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Lamberto continuaba diciendo también que todo esto tiene que venir de la mano
de otras cosas, como por ejemplo la baja de la tasa de interés. En la Argentina no había
posibilidad alguna de producir bienes y servicios, bajo ninguna condición, con tasas
usurarias, que eran la forma habitual de que las entidades financieras regían la plaza y el
mercado. ¿Qué significa que un país tenga un horizonte de estabilidad y tasas de interés
racionales? Significa que vuelve el gran desaparecido de la economía a la Argentina: el
crédito comercial, el de mediano y largo plazo. Es necesario abaratar los insumos y las
máquinas. Es necesario que se reconvierta la industria, que sea competitiva y
tecnológicamente avanzada y que brinde al ciudadano bienes y servicios en condiciones
similares a las vigentes en otras partes.
Y seguía diciendo dicho legislador: venimos a proponer a la sociedad argentina
este plan, y que ante todo es importante hacer notar que esta sociedad ya había aceptado
el plan antes que nosotros mismos al haber decidido estar en dólares.
Señor presidente: como usted puede comprobar, el mismo discurso del entonces
diputado Lamberto lo hemos venido escuchando hoy, a pesar de que vamos a aprobar
una devaluación, que es una medida exactamente contraria a la que en aquella
oportunidad se proponía a través de la fijación de una paridad cambiara entre el peso y
el dólar.
Entonces, la primera pregunta que se me ocurre es la siguiente. ¿Cómo puede ser
que dos discursos iguales resulten funcionales ante dos situaciones diferentes? ¿Cómo
puede ser que un discurso resulte funcional para la aplicación de una medida que es
exactamente contraria a la otra? ¿No será que, tal vez, el problema en la Argentina no
radique en una cuestión monetaria? Porque la lógica argumentativa me indica que
tendríamos que estar exponiendo los argumentos exactamente contrarios.
Esto tiene que ver con otra cuestión, que es la del modelo. Algunos confundieron
modelo con sistema monetario. La convertibilidad, en definitiva --también lo dijo en
otra parte de su discurso Lamberto-- no iba a ser más que el compromiso de la
Argentina de no emitir moneda para financiarse.
Pero había que hacer, además, un proyecto de país. Porque lo que observo a
través de los discursos es que tanto los que dicen que la convertibilidad fue la causante
de todos los males como los que afirman que dicho esquema fue maravilloso es que
ninguno se refiere a la gestión que llevaron adelante los gobiernos durante estas
décadas.
¿Cómo puede ser posible que alguien agite un fetiche concibiendo que la política
monetaria es la única causal de nuestras desgracias o de nuestras futuras bondades y
virtudes? ¿Y de las gestiones no hay nada que decir? Brasil ha devaluado varias veces y,
sin embargo, nunca pasó lo que ocurrió en la Argentina.
Entonces, me parece que es importante hablar del modelo. Y, para ello, quiero
referirme al proyecto y a lo que sostuvo el presidente de la República.
Creo que lo que debemos discutir en serio los argentinos es un modelo. Nunca
creí en un modelo de apertura indiscriminada y de desregulación que no contemplara los
intereses de los usuarios y de los consumidores, porque consideraba que ello iba a
devenir finalmente en esta situación en que nos encontramos. Pero también quiero hacer
una advertencia sobre el modelo que me quieren presentar ahora.
Se dice que debemos volver al modelo anterior, al de la sustitución de las
importaciones. Sin embargo, el país --no sé si felizmente o no-- se enfrenta hoy con un
mundo diferente al que alumbró el modelo de sustitución de importaciones que
inauguró el peronismo en 1945. Entonces, voy a hablar de los intereses nacionales,
porque no quiero que detrás de la banderita se vuelvan a colar los vivos que vendían sus
empresas y colocaban sus dineros en otra parte. Nunca me imaginé a un Agnelli, por
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ejemplo, vendiendo la Fiat y poniendo el producido a plazo fijo o, como sucedía con
industriales nacionales, bajando de un auto importado en las reuniones a donde van a
agitar la banderita. O que, cuando eran industriales, importaran su producción de otra
parte.
Quiero que hablemos en serio y que me entiendan con un ejemplo. Hace pocos
días, ayer precisamente, fui a comprar a una farmacia nacional, porque es la que está
enfrente de mi casa...
Sr. Presidente (Maqueda). -- Perdón, señora senadora: el senador Zavalía le pide una
interrupción.
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popular y la incompetencia del gobierno que se cayó echado por la gente, no por el
peronismo-- también le vaya bien.
Mis hijos quieren seguir viviendo acá y yo quiero seguir viviendo acá y todo lo
que tengo, lo tengo acá, en la República Argentina. No me gustan esos discursos de los
dirigentes que dicen: "Estamos dispuestos a pagar el costo político." ¡Cinismo!
¡Cínicos!
¡Me gustaría saber si les sacaran la plata del bolsillo a ellos como se la han
sacado a la gente, si estarían dispuestos a pagar tantos costos! ¡Cuando uno vive bien es
fácil hablar de pagar costos políticos! Disculpe tal vez la vehemencia, señor presidente,
pero se dicen muchas cosas. Con nuestros defectos, nuestras miserias, nuestros errores,
tenemos la convicción de que ejercer la representación política es algo más que un
discurso vacío.
Sr. Busti. -- Señor presidente: ¿de dónde surge el marco de legitimidad objetiva para
que el presidente, doctor Eduardo Duhalde, instrumente estas medidas? El marco de
legitimidad surge de una realidad en la cual en el año 2001 ha habido un déficit de
11.000 millones de pesos; donde este Estado nacional que recibe Duhalde tiene una
deuda flotante de 5.000 millones de pesos; donde la banca nacional le debe al Banco
Central de la República Argentina 8.000 millones de pesos; donde hay una situación de
alta conflictividad; donde enluta a la sociedad argentina la muerte de muchos
compatriotas.
Argentina, como dijo el doctor Duhalde, es un país fundido, quebrado, donde
quedó muy atrás la ilusión del blindaje de 39.200 millones de enero de 2001 que iba a
solucionar el 90 por ciento del pago de la deuda en el año 2001 y el 70 por ciento de la
deuda pública en el año 2002; o del sospechado megacanje del ex ministro Cavallo, de
30 mil millones que, por supuesto, agudizó la caída del gobierno del doctor de la Rúa.
Por supuesto que sería incorrecto si esta ley de emergencia pública y de reforma
de la política cambiaria fuera "el plan". Pero no es "el plan"; es parte de un plan. Junto a
esta iniciativa la semana próxima viene la modificación de la Carta Orgánica del Banco
Central para hacerlo prestamista de última instancia. Viene el nuevo presupuesto, con
una política fiscal muy controlada para que la emisión de la moneda vaya al sector
privado, no para el gasto público, para crear puestos de trabajo en el sector privado de la
República Argentina. Viene la reformulación de la deuda externa, pero en serio,
denunciando ante los organismos supranacionales por que la Argentina está en una
situación de emergencia prescripta en el artículo 27de la Convención Americana de
Derechos Humanos, con denuncias ante la OEA y la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos para defender el país y haciendo en el Parlamento una comisión
bicameral en serio para estudiar toda la historia de la deuda externa, que en su mayor
parte la contrajeron tres o cuatro vivos economistas al margen de este Congreso y de la
sociedad argentina.
También es parte de este plan --estoy seguro y convencido porque así nos lo ha
dicho a todos el presidente-- un plan social en serio para dar cobertura a un millón de
familias desocupadas. Además, desde el lunes se comienza a pagar a todas las
provincias las deudas que vienen del anterior gobierno para ponerlas en regla y
permitirles pagar sus sueldos. También hay un compromiso con la austeridad y la
reducción del gasto público que está reclamando la sociedad argentina.
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Sr. Prades. -- Señor presidente: en primer término, adhiero a las expresiones vertidas
por el señor presidente de mi bloque y especial y particularmente a las del colega
Baglini, que realmente nos ha dado una brillante y cuasi catedrática exposición de la
situación económica del país y de la posible salida a través de esta iniciativa.
En segundo lugar, y para mi tranquilidad de conciencia, hago hincapié en que la
delegación de facultades que se le está dando a través de este proyecto de ley al Poder
Ejecutivo está amparada en las expresas prescripciones del artículo 76 de la
Constitución Nacional, que autoriza --en casos de emergencia-- a que el Congreso
nacional faculte al Poder Ejecutivo a tomar determinadas medidas para salir de la crisis.
Quiere decir que el apoyo tiene tipicidad constitucional y, obviamente, legal.
En tercer término, con relación a lo manifestado en este recinto acerca de los
dobles mensajes y de la crisis que vive el país --de la que en alguna medida somos
corresponsables--, quiero señalar que esos dobles mensajes los tienen algunos pícaros
que buscan aprovecharse demagógicamente de la crisis para sacar réditos mezquinos e
intereses personales, en contra de los intereses nacionales que defiende mi partido.
Esta crisis que vive el país --salvando las distancias--, me hace acordar a una
profunda crisis económica que vivió mi provincia. Fue en 1991 cuando un mal gobierno
que administró incorrectamente las arcas del erario público provincial provocó y generó
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con nuestra participación --de la Unión Cívica Radical-- la destitución del gobernante de
turno, a través del procedimiento de juicio político.
Y luego vino el actual gobernador --reconozco y doy fe de que había una grave
crisis económica en la provincia-- quien a través del decreto 309 --si mal no recuerdo--
se quedó con los sueldos y el aguinaldo de los empleados públicos provinciales.
Obviamente, quienes éramos del partido opositor recurrimos a los mecanismos legales y
judiciales en contra de ese decreto, que avasallaba intereses y derechos,
fundamentalmente el de propiedad, de todos los empleados públicos provinciales y
municipales. Ahora bien, a pesar de las oposiciones judiciales y legales, ese decreto fue
convalidado por la ley 2347 --si mal no recuerdo--, también inconstitucional.
Esta ley de 1993 le quitó a todos los empleados públicos provinciales y
municipales de Santa Cruz --fundamentalmente a los que trabajaban en los entes
autárquicos-- los convenios colectivos de trabajo; y esto lo digo con expresa autoridad,
porque fui y sigo siendo abogado laboralista. Muchísimos trabajadores de la provincia
todavía hoy están cobrando en cuotas sus salarios por una ley de emergencia pública,
que fijó el pago a 16 años a través de un bono, que además nunca se emitió.
¿Por qué digo esto del doble discurso? Porque como integrante de un partido que
tal vez tenga corresponsabilidad en todo lo que pasa --tal vez, no; la tiene y la asumo--,
me preocupa esta situación. Pero aquí estamos para tomar las decisiones que la gente
espera; no estamos para esquivarle al bulto. Y por eso estamos hoy aquí comprometidos
con la unión nacional. Como decía el ex presidente que hoy tenemos el honor de que
forme parte de este cuerpo, todos debemos trabajar por la unión nacional. En ese
sentido, y con ese propósito, estamos hoy aquí y estoy yo presente.
Adelanto mi opinión de que voy a votar en favor de esta iniciativa, pero quiero
señalar tres preocupaciones. Una de ellas es que mi provincia tiene su principal recurso,
es decir, la columna vertebral de su presupuesto, en las regalías petrolíferas. En
consecuencia, si el Poder Ejecutivo no ejerce con racionalidad las facultades que se le
otorgan, puede tal vez traer serios problemas a la economía de Santa Cruz.
Y fundamentalmente digo esto no porque esté en juego el derecho que tienen las
empresas petroleras extranjeras y la posible disminución de sus ingresos, a través de la
aplicación de este tributo, sino por los numerosos contratistas argentinos, pequeñas y
medianas empresas, que trabajan para estas empresas petroleras nacionales o
internacionales de mayor capacidad económica; y que hoy están realmente muy
preocupados.
Yo no respondo a ningún lobby nacional o internacional; soy un simple
ciudadano de una provincia periférica de la Patagonia Argentina que no quiere ver
acrecentada la incertidumbre social que produjo la privatización de YPF, a la cual nos
opusimos desde el radicalismo.
Por lo tanto, desde aquí sugiero, pido y requiero que el Poder Ejecutivo, en uso
de estas facultades, atienda esta situación para evitar que pequeños y medianos
empresarios, que contribuyen como subcontratistas a la actividad petrolera, y que
además son argentinos, no se vean perjudicados por esta situación.
Otra preocupación que tengo está dada en que este proyecto de ley, con acierto y
claridad, defiende a los deudores en dólares hasta 100 mil pesos. Esa misma claridad no
la percibo respecto de cómo se les va a devolver el dinero a los ahorristas.
Entonces, pido, sugiero y exijo que el Poder Ejecutivo, a través de las facultades
que se le otorgan, determine con mayor precisión el procedimiento, el modo y la forma
en que los ahorristas, que son protegidos por el proyecto en consideración, van a tener la
posibilidad de recuperar sus dineros depositados.
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Para terminar --y pido disculpas por haber abusado del tiempo--, quiero señalar
que mi conciencia al votar este proyecto de ley se queda absolutamente tranquila,
porque actúo con convicción, sigo los lineamientos que casi unánimemente ha decidido
mi partido y, fundamentalmente, porque podré decir a mis hijos que ante la grave crisis
que vive el país hice algo por ella y no que no hice nada. Muchas gracias, señor
presidente. (Aplausos.)
Sra. Avelín. -- Señor presidente, señoras y señores senadores: San Martín solía decir
una frase muy importante: "Si somos libres; todo nos sobra." Y vaya si nos sobra en la
Argentina. Tenemos de todo. Tenemos un país con 3 millones de kilómetros cuadrados,
casi despoblado ya que no llegamos a los 40 millones de habitantes; con todos los
elementos productivos en su potencialidad de desarrollo para convertirnos en una
Nación totalmente competitiva y del primer mundo, como tantas veces se ha
proclamado.
Si bien todo el sector productivo está esperando, hay que agregar algo
sumamente importante: la Argentina es un país que no tiene problemas raciales ni
religiosos, como tantas otras naciones del mundo, posee una plataforma submarina de
un millón de kilómetros cuadrados que contiene una riqueza ictícola admirada por todos
los países del planeta y una enorme potencialidad agrícola, ganadera y minera.
Todo está dispuesto para ser explotado y desarrollado. También nuestro país
posee recursos humanos excelentes. Quién puede desconocer que en la Argentina la
capacidad y la inteligencia de nuestros cerebros son requeridos en todo el mundo. Desde
el obrero hasta el profesional y el científico gozan de la mayor credibilidad en todos los
lugares del planeta.
Señor presidente: a pesar de que tenemos todo lo que he descripto, hoy nos
encontramos debatiendo el proyecto de ley en consideración.
Durante la década del 90 arribó a la Argentina un modelo económico y social
que tuvo tres patas fundamentales: la convertibilidad, la privatización de todas las
empresas del Estado y la apertura económica y la liberación financiera, que abrieron la
puerta a la usura internacional. Ese fue el modelo. Se lo mostró exitoso y con la
posibilidad de desarrollar grandemente al país. Sin embargo, hoy pagamos las
consecuencias. Atravesamos la crisis más profunda que vive la Argentina. Una crisis
económica de todo el sector productivo. Todas las Pymes están completamente
agobiadas, sin la posibilidad de acceder a créditos blandos, sin producir y, muchas de
ellas, al borde de la quiebra, el remate o los concursos.
Nuestros productores no saben cómo levantar las cosechas porque sus productos
no valen; tienen altos costos que no les permiten competir, el consumo interno está
paralizado y los servicios privatizados son totalmente caros.
Esta es la crisis económica, pero hay un elemento nuevo que deja el modelo: la
crisis financiera que, precisamente, no provocó pérdidas para ese sector. En efecto,
nunca fue afectado por las crisis y, por lo que vemos en el articulado del proyecto,
tampoco correrán riesgos de ser afectados por las futuras medidas.
Señor presidente: estamos ante una crisis financiera que implica que, además de
tener una deuda pública de más de 150 mil millones de dólares, se ha permitido la fuga
de más de 120 mil millones de pesos o dólares en un país con un déficit anual
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Sra. Avelín. -- A todo esto también le tenemos que agregar la crisis más dolorosa: la
social, que es la que afecta al ser humano que habita en este país: hombres, mujeres,
niños y jubilados.
Ya existen 15 millones de pobres en la Argentina. Yo quisiera que los
tecnócratas --que tantas veces nos han hablado del modelo, de los números y del
Producto Bruto-- me expliquen cómo salimos de ese número o cómo incluimos en este
país a esos 15 millones de pobres, brindándoles igualdad de oportunidades. ¡Cómo
hacemos para que no haya 4.800.000 personas, entre desocupados, subocupados y
quienes --gracias a Dios-- tienen un trabajo, aunque sea totalmente precarizado, con
sueldos bajos y con una reducción salarial de un 13 por ciento! ¡Cómo hacemos para
que los jubilados no sigan deambulando, porque en el último tramo de su vida, luego de
haber ahorrado y aportado dignamente, en vez de tener una jubilación decorosa, se
encuentran sin poder acceder ni siquiera al medicamento que es esencial para su salud!
¡Y frente a esos jubilados nos encontramos con los otros, los de privilegio, que nos
deben avergonzar a los argentinos; y que le cuestan al país 800 millones de dólares!
¡Gente que con 40 ó 45 años de edad se ha jubilado! Yo me pregunto: ¿qué aporte han
hecho al país para que gocen de esa situación?
Por otra parte, debemos decir que frente a toda esta crisis económica financiera,
social y política también hemos atravesado una crisis institucional. Todo esto
desencadenó en el retiro de un gobierno ahogado por el reclamo popular. El clamor del
pueblo decía y dice "basta de políticas de ajuste". Entonces, basta de que el hilo se siga
cortando por los que menos tienen, por los más débiles del sistema, por los que muchas
veces no tienen voz pero que esta vez se hicieron escuchar.
Esa realidad nos llevó a la situación de acefalía. Y hemos logrado solucionar de
alguna manera esta situación, porque más allá de que el actual presidente no fue electo
por el voto popular sino por una Asamblea Legislativa, hoy tenemos tranquilidad en el
orden institucional.
Pero ahora resulta ser que a partir de esa situación, el primer proyecto o medida
importante que envía el Poder Ejecutivo para que sea debatido en este Parlamento no
radica en cómo cambiamos el modelo, respecto del cual ahora sí nos hemos puesto
todos de acuerdo en que nunca sirvió y está agotado.
Entonces, en lugar de hablar acerca de cómo revertimos este modelo, de cómo
encaramos un país con un modelo nacional, de la industria nacional, de cómo hacemos
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
para darle valor agregado a la materia prima para industrializar la República, a fin de ser
competentes y poseer un mercado interno, de un proteccionismo selectivo frente a la
apertura indiscriminada que arrasó con la industria nacional, con los mejores productos
que tenemos --como la lana, que la exportamos para que luego nos vendan ya todo
elaborado; o como el cuero, que los italianos nos lo venden ya industrializado luego de
haberle incorporado valor agregado y darle trabajo a su gente--; en lugar de todo esto,
en el primer proyecto debemos hablar de devaluación.
Para que nos entendamos, quiero aclarar que recién hemos podido tener acceso a
este proyecto hace escasas horas. Entonces, ¿de qué consenso estamos hablando? ¿Se
han convocado y han consensuado todos los sectores? ¿Cuál es el debate que se ha
podido establecer si prácticamente el proyecto que ha enviado el Poder Ejecutivo es el
mismo que ha sido aprobado en la Cámara de Diputados, pese a las largas horas de
debate y a las propuestas enriquecedoras que han hecho los distintos sectores? Y ahora
nos enteramos, porque lo han dicho algunos senadores, que no se va a modificar nada de
este proyecto sino que se va a votar tal como ha venido de la Cámara de Diputados.
Señor presidente: quiero decirle que yo no estoy dispuesta a levantar la mano en
esas condiciones. Acá se debió profundizar el consenso y conocer acabadamente todas
las medidas.
No voy a detenerme en tecnicismos, a citar muchos números o a aludir a la
paridad cambiaria; hablaré con una terminología muy sencilla para que la gente me
entienda.
Sra. Avelín. -- Estamos hablando de devaluación. ¿Qué significa devaluar? ¿Qué les va
a suceder a los argentinos luego de la sanción de esta iniciativa? Porque aquí se ha
hablado tanto de la credibilidad y de la confianza del nuevo sistema, que nosotros
queremos saber si realmente la gente va a tener confianza en él.
La devaluación es caída de los salarios, de los ya magros salarios que cuentan
con un 13 por ciento de descuento y que se dice que no será reintegrado.
Sra. Avelín. -- Es decir que a los ya magros salarios de los trabajadores la devaluación
le significará una nueva caída en picada. ¿Y quiénes son los trabajadores en el país? Los
docentes, los empleados estatales, los que se desempeñan en el sector de Salud, los
jubilados. ¿Por qué no decimos que la devaluación traerá como consecuencia que las
jubilaciones caigan?
De modo que el poder adquisitivo de los distintos sectores del país también va a
salir perdiendo, con el agravante de que mientras caigan los salarios y las jubilaciones,
aumentarán los precios, tal como ya está sucediendo, puesto que hay sectores que tratan
de preservarse y otros que, con mucha especulación, están remarcando precios y, lo que
es más grave, están contribuyendo al desabastecimiento, como sucede en el caso de los
medicamentos y, especialmente, con la insulina, privándose de ella a enfermos que tanto
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
la necesitan. Esto no es lo que va a pasar sino lo que ya está pasando. Antes de devaluar
ya se está produciendo esta situación.
Entonces me pregunto...
Sra. Avelín. -- No, señor presidente. Pido disculpas, pero creo que es importante que
podamos redondear las ideas.
Sra. Avelín. -- Producir estas medidas de ajuste en este marco de recesión --aunque no
se hable de ajuste-- va a significar, en el efecto y en la consecuencia, un ajuste en los
salarios, en las jubilaciones y en las pensiones. Entonces, en este marco de recesión y de
hiperinflación, ¿cómo se va a decir que hemos cambiado el modelo?
Acá vemos que muchos sectores de la especulación tienen aseguradas sus cosas.
Fíjense que acá se habla tanto del corralito. Me he devanado tratando de encontrar cómo
lo habían resuelto en la Cámara de Diputados, ya que tanto se dijo que era la clave para
descomprimir la situación, pero hasta ahora sólo sé que seguiremos como estamos; es
más, algún diario nacional titula que no solamente no se liberan los depósitos sino que
siguen atrapados y, además, se refuerza aún más el corralito de Domingo Cavallo que
todos criticamos.
Sra. Avelín. -- Parece que a algunos señores senadores no les interesa lo que estoy
diciendo.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Para finalizar, con todo respeto a las distintas posiciones que aquí se han
expuesto --espero ser respetada de la misma manera--, quiero recordar que acá se ha
dicho que no podemos salir sin dolor --lo hemos escuchado también en la Cámara de
Diputados--; que no se pueden tomar medidas ni resolver esta situación sin que exista
dolor. Creo que todos hemos coincidido en eso. Ahora, la pregunta que yo me hago y
cuya respuesta ha fundamentado mi voto, es la siguiente: ¿a quién va a impactar más el
dolor que va a provocar esta medida? ¿Quién va a sufrir más las consecuencias de todas
estas medidas que vamos a tomar? No me cabe duda, señor presidente, de que a partir
de la devaluación el mayor dolor de muchas de estas medidas lo van a seguir soportando
quienes menos tienen. Esto lo digo a partir del artículo 6, donde claramente se indica
que al Poder Ejecutivo se le da la facultad de establecer medidas compensatorias que
eviten desequilibrios en las entidades financieras comprendidas.
Las entidades financieras comprendidas no van a tener desequilibrios
financieros, porque el Estado las va a compensar. Yo pregunto: ¿con qué vamos a
compensar los desequilibrios de las familias sanjuaninas y de las demás provincias
argentinas cuando no puedan ni siquiera comprar el pan? Porque no hay un IVA
diferenciado, señor presidente. No hay un IVA diferenciado para la canasta familiar,
para los elementos indispensables de cada familia.
De modo tal que para terminar, reiterando la frase de San Martín, "si somos
libres, todo nos sobra". Me parece que falta tener bien en claro quién nos impide ser
libres; quién tiene la llave del candado; quién es el dueño de la cadena que nos tiene
esclavizados como Nación.
Repitiendo las sabias palabras de la Iglesia, señor presidente, queremos y
tenemos la obligación de luchar para ser una Nación, pero en los momentos en que
vivimos nuestra mayor responsabilidad es proteger a los que menos tienen. (Aplausos.)
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
que luego éstos queden prisioneros dentro del "corralito." Es algo grotesco, que no
resiste el más mínimo análisis. Se trata de una medida que va a perjudicar, ya para
siempre, la confiabilidad en el sistema financiero argentino. Si hoy sancionamos la
norma tal como está proyectada, no se quién pasará por la vereda de un banco. Desde
ya, ni hablo de quién depositará allí sus ahorros en el futuro.
Por eso, se trata de una norma que, necesariamente, tenemos que modificar para
que el país pueda seguir existiendo. De lo contrario, ¿quién va a confiar mañana en
nosotros? No lo harán los de adentro ni los de afuera. Nuestra seguridad jurídica ya será
absolutamente nula. Ni el Congreso ni nosotros podemos ser cómplices de una
maniobra defraudatoria al pueblo argentino, a los ahorristas que creyeron en esta
supuesta intangibilidad.
Pero eso no es todo. Para terminar de referirme a este tema adelanto que voy a
proponer una modificación de la última parte del artículo 6, a fin de que dicha norma
exprese lo siguiente: "Los depósitos a la vista y a plazo fijo que hayan sido afectados
por el decreto 1570/01 serán devueltos a sus legítimos titulares en la misma moneda en
que fueron efectuados y en plazos escalonados, no superiores a un año, dando prioridad
proporcionalmente a los ahorristas de menor cuantía según lo reglamente el Poder
Ejecutivo nacional, que asimismo deberá reglamentar la entrega a dichos ahorristas a
partir de la vigencia de la presente ley de títulos o documentos que acrediten la
respectiva tenencia de sus ahorros transferibles a terceros a efectos de otorgar mayor
liquidez al mercado."
Es decir, propongo que brindemos al Poder Ejecutivo la facultad reglamentaria,
pero en la medida de lo necesario. Por el contrario, dejar en manos de dicho poder el
respeto de aquella ley de intangibilidad que nosotros hoy estamos "borrando con el
codo" es un sarcasmo del Congreso al pueblo argentino que no se puede tolerar. Es
demasiado grosero, es grotesco, es inaceptable.
También propongo otra modificación para apoyar en general la ley. Esta
modificación se refiere al 4 del Título III, sobre modificaciones a la ley de
convertibilidad, incluyendo al final del artículo 3° de la ley 23.928, el siguiente texto:
"En ningún caso el total de la emisión monetaria podrá exceder el valor de la totalidad
de las reservas del Banco Central, a fin de evitar cualquier expansión inflacionaria de
los medios de pago."
Esto es imperiosamente necesario porque si no lo hacemos así, si autorizamos
lisa y llanamente a emitir sin ninguna clase de cortapisa, estaremos por alentar una
hiperinflación que va a redundar en perjuicio principalmente, como aquí bien se
señalara, de los sectores de menores recursos y fundamentalmente del sector asalariado.
Entonces, con estas pequeñas modificaciones que son fundamentales y eliminando el
artículo 15, que se refiere a la suspensión de la ley de intangibilidad, podríamos
sumarnos en un esfuerzo de flexibilidad para el entendimiento y el consenso. Queremos
sumarnos --insistimos--, queremos hacerlo, pero sin esto es absolutamente imposible.
Queremos sumarnos porque creemos que hoy más que nunca la República necesita del
concurso, del esfuerzo, de la colaboración de todos los sectores políticos y creo que si
no se presta debida atención a esta reflexión, corren el riesgo los dos sectores
mayoritarios del Congreso Nacional, en ambas cámaras, de ser arrastrados a su final
político por total falta de credibilidad.
Quiero llamar a la reflexión desde este modesto bloque del Partido Liberal de
Corrientes a los sectores mayoritarios, a los bloques justicialista y radical. Esto es
cuestión de muy poco tiempo; yo sé que la crisis es exigente y que cuanto antes tengan
los instrumentos, mejor, pero es demasiado grave lo que se va a hacer. Creo que con el
tema del "corralito", con la burla, con el "pito catalán" que hacemos a los ahorristas,
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
corremos el riesgo de que nos prendan fuego con el edificio del Congreso y todos los
legisladores adentro.
Sr. Chiappe. -- Pido un cuarto intermedio muy breve para conversar porque nosotros --
lo digo una vez más, a fuer de ser cargoso-- quisiéramos sumarnos a este proyecto con
todos los reparos que tenemos por la delegación de facultades, por esa delegación tan
larga de dos años. Tenemos una experiencia reciente de una delegación parecida, de la
que el Congreso tuvo que arrepentirse. Esta delegación es más importante, más larga y
más comprensiva. Podríamos acotarla y entre todos contribuir a dar una solución a esto
que preocupa demasiado al pueblo argentino.
Si no se accediera a aceptar ciertas modificaciones, lamentablemente tendré que
votar por la negativa en general a este proyecto.
Sra. Seguí. -- Señor presidente, señoras y señores senadores: tratamos hoy el proyecto
de ley del Poder Ejecutivo a través del cual se pretende poner un marco a la solución de
los primeros y más graves problemas con los que se ha enfrentado en la conducción del
Estado.
Como sabemos, este proyecto fue elaborado en tiempo récord, en momentos en
que el país atraviesa su más profunda crisis. He intentado analizarlo en profundidad para
colaborar desde mi conciencia política y desde mi saber jurídico a que esta norma fuese
lo más justa posible, lo más equitativa y lo más perfecta, especialmente en la
distribución entre los distintos sectores de los costos de la no querida medida de la
devaluación.
Enterados mis pares del bloque Justicialista del texto de mis modificaciones, fui
encomendada para consensuarlas con el bloque de mi partido en la Honorable Cámara
de Diputados de la Nación. Compruebo hoy que la norma sancionada por la Honorable
Cámara de Diputados carece en gran medida de las modificaciones propuestas.
La gravedad de la crisis nacional y el profundo dramatismo de la hora me
obligan a votar juntamente con mi bloque la norma sancionada por la Cámara de
Diputados, con una expresa salvedad. El primer día hábil legislativo voy a proponer a
este Honorable Senado la sanción de dos proyectos de ley que considero vitales y que
paso a exponer.
El primero se refiere a lo siguiente. La ley de convertibilidad no sólo implicó la
introducción de una paridad 1 a 1 y la posibilidad de la conversión del peso al dólar en
la economía argentina, sino que también importó algo de gran significación en la vida
de la comunidad argentina: el abandono del sabio sistema que el Código Civil traía para
las obligaciones en moneda extranjera. El régimen de los artículos 617, 619 y 623 del
Código Civil fue dejado de lado por la ley de convertibilidad. En efecto, nuestro Código
había dispuesto considerar moneda de curso legal en la Argentina a la emitida en el
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
territorio de nuestro país. Y por otro lado dispuso para las obligaciones en monedas
extranjeras considerar a las mismas como obligaciones de dar cantidad de cosas.
La ley 23.928 introdujo una modificación sustancial. A partir de ella, las
obligaciones en moneda extranjera son en la Argentina obligaciones de dar sumas de
dinero. Esto implicó en los hechos otorgarle un virtual carácter de moneda de curso
legal en la Argentina a la moneda extranjera, y más concretamente, al dólar
estadounidense. Facilitó también en la práctica la proliferación en la vida de nuestra
comunidad nacional de los contratos celebrados en dólares y en moneda extranjera. Ello
permitió una ficción: la de que los argentinos --en su gran mayoría-- se vieran obligados
a pactar las obligaciones a plazo y las pagaderas en cuotas, en dólares estadounidenses.
Vale decir, en billetes inexistentes en cantidad suficiente en nuestro país.
En la última década, los argentinos nos hemos obligado a entregar cosas que no
existen en la Argentina. Y eso ha ocurrido no sólo en el sistema bancario, sino también
en la vida corriente y en las relaciones privadas entre argentinos.
El artículo 5 de la ley que se sancionará mantiene intactas y reafirma las
modificaciones introducidas por la ley de convertibilidad a los artículos 617, 619 y 623
del Código Civil. Vale decir que preserva para el futuro la vigencia plena en nuestro
país de las contrataciones en dólares y en moneda extranjera.
Quiero que se detengan en este punto. Si por un lado, a través de esta ley que
seguramente vamos a sancionar, declaramos --con dolor-- rota la paridad entre el dólar y
el peso en la Argentina, y, por el otro, mantenemos abierta la posibilidad para que los
argentinos sigan endeudándose en dólares, corremos el riesgo de que los que más tienen
en la Argentina, obliguen a los que menos tienen a contratar en dólares todas y cada una
de las obligaciones que los que menos tienen tengan necesidad de contratar.
Volver hoy al sistema sabio de nuestro Código Civil es proteger a los que tienen
menos frente a los poderosos, implica ejercer un acto de soberanía y nada más y nada
menos que consolidar nuestra moneda. Si no lo hacemos, solamente habremos
devaluado sin pesificar, salvo en los casos estrictos en los que la que ley que
sancionamos prevé la pesificación, que son dos y que no quiero dejar de mencionarlos:
por un lado los de las tarifas, y por el otro, todo lo que se refiere a los créditos de hasta
cien mil pesos que los deudores mantienen con el sistema bancario argentino. Si no lo
hacemos, estaremos también ante otro riesgo: el riesgo de que las empresas privatizadas,
que seguramente van a renegociar con el Estado, puedan pretender en este segundo
paso, el de la renegociación después de la pesificación, imponer nuevamente un contrato
en dólares al Estado nacional.
El segundo aspecto que yo había advertido es que el presente proyecto de ley
guardaba silencio ante a la situación de las provincias que se encuentran endeudadas en
dólares frente a la banca nacional. Acá vale hacer la mención de que las provincias
argentinas --como la que represento, Tucumán-- se han visto obligadas a contraer
deudas en dólares como consecuencia de las importantes transferencias que han
realizado al Estado nacional a través de los distintos pactos fiscales de los últimos años,
con la expectativa de los aumentos en la recaudación que se les ofrecieron. Luego,
cuando esas expectativas no se vieron cumplidas, las provincias argentinas tuvieron que
contraer estas deudas. Si nosotros no sancionamos una ley que contemple también
compensaciones frente a esas situaciones, hoy habremos acrecentado también la deuda
de las provincias argentinas en un 40 por ciento.
Son muchas más la modificaciones que consideré preciso hacer, pero ninguna
tan importante como estas dos que acabo de mencionar. Pido, entonces, a los señores
senadores que me sepan interpretar. Voy a votar acompañando a mi bloque en el
proyecto íntegro de ley que hoy se pretende sancionar, con la expresa mención de que
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
hoy dejo solicitado a este cuerpo el acompañamiento de ustedes para la sanción de los
dos proyectos de ley que me propongo presentar mañana mismo en este Honorable
Senado.
Sra. Colombo. -- Señor presidente: hoy nos encontramos como en marzo del año
pasado frente al pedido del Poder Ejecutivo nacional formulado ante este Congreso de
delegar poderes para que pueda afrontar la grave coyuntura por la que atraviesa nuestro
país. Pero esta vez la diferencia es sustantiva. En el marco de esta tragedia institucional
y social que ha vivido la Argentina en estos últimos días no hay margen para el fracaso.
Por eso creo que la delegación de poderes que plantea este proyecto remitido por el
Poder Ejecutivo nacional es, a mi criterio, demasiado amplia, pues a diferencia de lo
que sucedía en marzo, aquí se establecen amplias materias en las que efectuamos
delegaciones legislativas sin dictar al mismo tiempo pautas precisas que guíen al poder
administrador a la hora de ejercer estas facultades delegadas.
No obstante ello, confío en las palabra del presidente de la Nación ante la
Asamblea Legislativa celebrada el 1° de enero, que voy a repetir. Dijo que el
denominador común que tienen las naciones que han progresado en la Tierra es la
defensa de los intereses nacionales, la defensa de su pueblo, la defensa de su trabajo.
Entonces, creo que sobre la base de estas premisas, el presidente de la Nación, pese a la
falla de este proyecto --que, reitero, no incorpora pautas claras para que el poder
administrador ejerza esta delegación de facultades--, deberá acompañar a la legitimidad
de origen de su designación, que a mi criterio fue inobjetable pues fue efectuada ante
una doble acefalía por la Asamblea Legislativa bajo el paraguas de la Constitución
Nacional y las leyes, la legitimidad en el ejercicio de estas facultades.
Con relación a ello, creo que subyace la definición del rol del Estado argentino
en este esquema de economía mixta.
En este momento, el señor presidente de la Nación juntamente con su gabinete, a
la hora de decidir estas cuestiones y de decir qué vamos a producir, cómo lo vamos a
hacer, para quiénes, cómo se va a distribuir y cómo se van a tomar las decisiones
fundamentales, deberá asumir responsabilidades trascendentes vinculadas al rol del
Estado, a cómo se organizan sus actividades y a cómo estas repercuten en el sector
privado.
En el primer aspecto, creo que las decisiones debieran lograr una ruptura con el
pasado y la consolidación del equilibrio fiscal en el país.
Por otro lado, se debe proceder a la discusión de la relación Nación-provincias
en el marco...
-- Murmullos en el recinto.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sra. Colombo. -- ...en el marco del dictado de una nueva ley de coparticipación federal
de impuestos.
También debe decidirse cómo se va a financiar el sistema previsional en la
Argentina.
En síntesis, hay que decidir todo lo vinculado a las actividades del Estado y
cómo éstas se organizan en los distintos niveles de gobierno de nuestro país. Por otro
lado, hay que tomar decisiones que permitan fortalecer la banca, la industria y la
producción nacionales, y que posibiliten la inclusión social de millones de argentinos
que hoy están excluidos.
Realmente, creo que debo volver al principio. La legitimidad de ejercicio de los
poderes que hoy el Congreso delegará al presidente de la Nación, a mi criterio,
dependerá de que se hagan las cosas que he puntualizado.
Hoy más que nunca el Estado debe evitar un comportamiento pendular. Vamos
del Estado de bienestar al fundamentalismo de mercado. Pero ese comportamiento
pendular del Estado argentino debe servir para que, aprendiendo de los errores, se pueda
refundar un nuevo Estado que vaya del utilitarismo, en el que prácticamente se ha caído,
a priorizar las acciones que pongan la legitimidad y la fuerza del Estado al servicio de
permitir que estén mejor los que hoy están peor. Y los que hoy están peor son esos
catorce millones de pobres que, sin duda, con esta devaluación aumentarán en número.
También los que están peor son los productores, los industriales y los que vieron bajar
las persianas de sus fábricas. Las economías regionales están destruidas como resultado
de un modelo económico que lesionó de muerte la competitividad de la producción
argentina.
Los que hoy también están peor son los asalariados y los depositantes o los
ahorristas de la clase media, que tienen sus dineros inmovilizados en los bancos.
También está mal la banca nacional, mientras la banca extranjera, que "hizo la vista
gorda" a la fuga de capitales, y las empresas privatizadas, que tuvieron tasas de
rentabilidad que jamás hubieran imaginado en otro lugar de la Tierra, hoy están
volcando su presión y haciendo un movimiento de pinzas para que este Congreso no
haga lo que está por hacer.
Considero que lo que hoy vamos a aprobar comenzará a devolver la credibilidad
en el Congreso de la Nación y hasta diría --más allá de que algunos piensan que no está
afectada nuestra legitimidad-- que servirá para que los ciudadanos vuelvan a creer en
sus instituciones. A partir de hoy, el ejercicio de estos poderes delegados al presidente
de la Nación deberá ser efectivizado con la legitimidad de ejercicio. Y en esa tarea el
Congreso debe cumplir un rol fundamental. La limitación a la delegación de poderes
está planteada entre las disposiciones del artículo 29 de la Constitución Nacional, que
califica de "infames traidores a la patria" a los que ejerzan la suma del poder público.
Este Congreso, a través de la comisión de seguimiento de las facultades delegadas,
deberá efectuar en forma constante y con permanente referencia a ambas Cámaras, un
control del uso de esas facultades.
Para finalizar, voy a leer lo que dije en mi intervención durante la sesión
realizada en el mes de marzo, cuando le otorgamos las facultades delegadas al ex
presidente de la Rúa. Entonces, decía: "Señor presidente, señores legisladores: he
querido fundar mi voto afirmativo al requerimiento efectuado por el Poder Ejecutivo
nacional no sin antes dejar claramente asentada mi posición personal. Pero también
entiendo el llamado del titular del Poder Ejecutivo nacional, a quién en definitiva
otorgamos la delegación que requiere, como el compromiso a adicionar la legitimidad
del poder emergente de las urnas con la legitimidad de ejercicio.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sr. Menem. -- Señor presidente: quisiera saber de cuánto tiempo dispongo para hablar.
Sr. Presidente (Maqueda).-- Hemos atribuido quince minutos por cada orador.
Sr. Menem. -- Voy a hacer que me agradezcan hablando menos de ese tiempo.
Señor presidente, distinguidos colegas: creo que a esta altura del debate ya se ha
expuesto un amplio espectro de las exposiciones de las distintas bancadas y de los
senadores sobre la opinión que les merece la norma y el momento que se vive.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Recuerdo que hace once años, un sábado por la tarde, en este mismo recinto,
extendimos la partida de nacimiento a la convertibilidad. Once años después, un
domingo, le estamos extendiendo la partida de defunción.
Muchos han dicho con razón que la convertibilidad ya había muerto, que estaba
clínicamente muerta o que se encontraba con respirador artificial; algunos le atribuyen a
la convertibilidad una serie de males; y otros la han comparado a una ametralladora con
silenciador.
Lo cierto es que no vamos a hacer el velatorio de la convertibilidad, como decía
el señor senador Baglini. Pero a veces conviene decir algunas cosas a la hora de hacer
un funeral cívico.
La convertibilidad no ha sido la causa de los males que vive el país. Muy por el
contrario, en su momento fue un instrumento muy útil para sacar al país de una
situación gravísima que se vivía como consecuencia de la hiperinflación que hizo
estragos en nuestro país --esa es la palabra: estragos--.
La convertibilidad no murió por causas naturales sino que se la fue matando en
los últimos tiempos. Se la mató cuando se atacó una institución fundamental para
mantenerla, como es la autonomía del Banco Central; cuando discrecional y
arbitrariamente se cambiaron las autoridades de dicho organismo que estaban en
defensa de la convertibilidad. Se puso en duda su vigencia cuando se le introdujo otra
moneda, como el caso del euro --aunque supeditada a que alcanzara el valor del dólar,
pero igualmente se puso en duda su vigencia--; y se la puso en duda cuando, con alguna
complacencia en el manejo de las reservas, se empezó a permitir que se fueran reservas
del Banco Central, que habían alcanzado uno de los niveles más extraordinarios en la
historia del país.
A la hora de atacar a la convertibilidad se ha olvidado que fue uno de los
instrumentos que permitió la estabilidad económica en el país durante diez años; que
posibilitó que se acumularan reservas por más de 30 mil millones de pesos o de dólares;
que posibilitó uno de los índices de crecimiento más grandes que tuvo el país en las
últimas décadas --cerca del 60 por ciento--; y, en definitiva, que posibilitó que hubiese
credibilidad y previsibilidad.
Es cierto que si en determinado momento se creyó que la convertibilidad tenía
que dejarse de lado eso debió haberse hecho en una forma más ordenada y no como lo
estamos haciendo ahora. Y aclaro que no soy un enamorado de la convertibilidad ni
creo que sea la solución mágica de todos los problemas, pero sí que ha sido un
instrumento formidable para la estabilidad y el crecimiento del país que --repito-- llegó
a ser de cerca del 60 por ciento en una década.
No creo que la convertibilidad haya sido la causa de la recesión. La recesión en
nuestro país, en esta economía globalizada, y en los países emergentes, fue producto de
las crisis que hubo en otras partes del mundo. La convertibilidad posibilitó soportarlas a
pie firme, aun cuando a causa de esas crisis empezó un proceso de recesión.
Las crisis del tequila, la del sudeste asiático, la de Rusia, la de Turquía, la del
Brasil, todas pudieron ser aguantadas a pie firme por nuestro país, porque teníamos ese
instrumento de estabilidad que era la convertibilidad. Y hoy la estamos por dejar. Es
una decisión política y la respeto como tal.
No estoy muy convencido de lo que estamos resolviendo hoy. Voy a apoyar la
iniciativa por disciplina partidaria, porque creo que la razón de la mayoría seguramente
debe ser más poderosa que lo que uno piensa en particular. La voy a votar
afirmativamente como una expresión de confianza en el nuevo gobierno de la Nación,
encabezado por el presidente Eduardo Duhalde, a quien en el año 99, cuando fue
candidato presidencial, en mi provincia -lo digo como presidente del Partido
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Sr. Falcó. -- Señor presidente, colegas senadores: ante tanta muerte de modelos y tanto
nacimiento de nuevos modelos viene a mi memoria el hecho de que cuando una persona
está por morir hay que tomar determinadas actitudes, hay que poner a disposición de la
persona los mejores recursos que tiene la medicina para mantenerla con vida.
Ante tanta muerte de modelos debemos hablar de poner lo mejor de nosotros; y
no sólo lo mejor sino lo que más queremos, que es la idea de Nación. Ante tanta muerte
y nacimiento de modelos viene a mi mente que cuando una persona nace el equipo de
médicos debe poner a disposición los mejores recursos para que esa criatura viva en
salud.
Nosotros tenemos que poner lo mejor de nuestro consenso -- repito, de nuestro
consenso -- y no de nuestros acuerdos espurios ni de nuestros claroscuros, que no
existen. No podemos permitir que en la Cámara de Senadores de la Nación se haga
gatopardismo. Aquí no hay matices sino personas que quieren mejorar el estado
deplorable de una Nación.
Por ello, cuando una persona está intoxicada los médicos deben poner, no sólo
en el diagnóstico sino en su terapéutica, lo mejor de sí para saber cómo tratarla. Aquí,
ante un modelo intoxicado desde hace muchos años, me permito con todo respeto
disentir con algunos de los que piensan que ha habido atentados. Por supuesto que ha
habido atentados; ha habido intoxicación de un modelo cuando el endeudamiento
asumido irresponsablemente, la política fiscal errática y la política cambiaria sin rumbo
intoxicaron a la convertibilidad.
Somos senadores que representamos a las provincias y, por lo tanto, sabemos --
porque tanto en las provincias como en el territorio de la Capital se lo sufrió -- lo que
significó un modelo intoxicado. Por supuesto, ese modelo dio sus frutos contra la
inflación, pero hubiera dado más frutos si hubiese sido bien manejado. Pero los políticos
tenemos una culpa que pagar, y lo digo desde el dolor de quien representa a un partido
que acaba de irse del gobierno, sabiendo que tenemos que decirle a la Nación que
fracasamos. De cualquier manera, en las provincias sabíamos que había
hiperconcentración del capital, rapiña y especulación y un impuesto del 60 ó del 70 por
ciento a las exportaciones. Nosotros sabíamos que se estaba promocionando el
contrabando, ¿o me equivoco? ¿O no sabíamos que se estaban subsidiando las
importaciones? ¿O no sabíamos que estábamos creando un sistema financiero que
estaba de espaldas a la gente? ¿O no sabíamos que había un desempleo del 17 ó 18 por
ciento? ¿O no sabíamos que había un tejido social desgarrado?
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Por estas razones, me parece que hoy estamos presentando un marco que
necesita mucho cepillo, pero a partir del cual debemos construir entre todos. A raíz de
ello venimos a acompañar en parte esta decisión del Poder Ejecutivo. Por supuesto, nos
hubiera gustado que algunas cosas estuvieran mucho mejor presentadas de lo que están
en este proyecto. Pero, de todas maneras, tenemos que solucionar la desigualdad social,
el desempleo, la política cambiaria, la política fiscal, la política de solidaridad social con
nuestra gente. Por eso queremos formular algunas preguntas ante esta Cámara de
Senadores. ¿Estamos seguros de que juntos vamos a dar previsibilidad fiscal con este
sistema? ¿Estamos seguros de que vamos a delinear con consenso y entre todos las
políticas públicas que ayuden a la gente? ¿Estamos seguros de que con este marco
vamos a reconstruir la seguridad jurídica? Tenemos que caminar; si no, apelo a su
memoria, señor presidente. No queremos volver a recrear el Tartufo, de Molière; no
queremos hacer un análisis de la hipocresía. Queremos rechazar la política de los
hipócritas, que tanto mal nos ha hecho a los argentinos y que tan desprestigiados tiene
hoy a los políticos --no a la clase política, que no existe--. No somos todos iguales. Por
ello, me parece que tenemos que preguntarnos muchas cosas.
Hay una responsabilidad de la hora, que todo el país está necesitando. No los
políticos, sino la gente. Por eso, también le tengo miedo a las maquinitas remarcadoras.
Porque, ¿saben qué representan? La desconfianza en los políticos. No nos tienen
confianza y no tenemos credibilidad. Esto sólo la recuperaremos en la medida en que
este modelo nazca bien nacido. Por ello, todos tenemos que trabajar para que este
modelo sea bien nacido. La gente nos reclaman grandeza y patriotismo. Tenemos que
caminar en esa dirección.
Por último, quiero traer como reflexión final un pensamiento de Albert Camus,
quien afirmaba que la derrota no es el resultado de los fracasos, de los traspiés, de los
tropezones y de las incertidumbres. La derrota surge, exclusivamente, de que a veces no
sabemos por qué luchamos. Es más, a veces no sabemos ni siquiera si hay que luchar.
Entonces, hay que exhortar a los políticos de la Argentina para que luchemos.
(Aplausos.)
Sr. Cafiero. -- Señor presidente, señores senadores: voy a intentar cambiar un poco el
sesgo de este debate. Creo que ya se ha discutido bastante sobre el articulado del
proyecto de ley que estamos considerando. Advierto que se están reiterando conceptos,
pero que estamos dejando de lado, tal vez, una de las cuestiones más importantes que
está añadida en el proyecto de ley.
Voy a hablar en nombre del peronismo, de aquel que viví, respetando todas las
expresiones políticas que se encuentran reunidas en este recinto.
¿ Por qué voy a hablar en nombre del peronismo? Porque otra vez el destino lo ha
colocado frente a la enorme responsabilidad histórica de cambiar el rumbo del país. Es
la tercera vez que ocurre en la historia.
Los peronistas cambiamos el país y produjimos una profunda transformación en
la inmediata postguerra, en la décadas del 40 y del 50. Fue entonces cuando trajimos a
la Argentina una idea universal, que en ese entonces se expresaba en el Estado del
bienestar, e incorporamos fórmulas económicas basadas en un pensamiento llamado en
ese momento keynesiano, que hablaba de la necesaria intervención del Estado en la
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debería estar condicionado a lo que ocurre en el mundo, pero cuando baja el precio del
petróleo en el mundo no se modifican los precios en el mercado local, pero cuando sube
sí se modifican. Eso solo hubiera justificado la existencia de retenciones a las
exportaciones.
El hecho de que por primera vez haya un gobierno que diga que esa ganancia
excepcional queda en poder del Estado para darle el uso que este crea más conveniente,
es una revolución frente a la política de mercado libre que veníamos practicando,
cuando hemos dicho que la usura internacional fue otra de las causantes de nuestra
decadencia y lo hemos pregonado en todas las tribunas y en todas las bancas. ¿Qué
gobierno ha tomado la decisión de decir "no pago la deuda, voy a renegociarla"?...
¿Me pide una interrupción, señor senador?
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
En la ley número 32, el autor recuerda que Venecia --que era una de las ciudades
más prósperas del Medioevo-- entró en decadencia. ¿Por qué? Porque el comercio
marítimo comenzaba a hacerse con España y Portugal y ya no pasaba por el Adriático.
Entonces, Venecia cayó en la ruina y el senado veneciano no encontraba la
forma de decirle a los nobles y a los ricos que tuvieran confianza, que ya la prosperidad
vendría.
Fue en ese momento que alguien recordó que en la ciudad de Brescia había un
alquimista al que llamaban "il Bragadino", quien decía tener un método para
transformar las piedras y los hierros en oro, a través de una sustancia que sólo él
conocía.
Entonces, el senado veneciano dijo "esto es muy fácil, acá no tenemos que
pedirle ningún sacrificio al pueblo. Traigamos a Bragadino".
Lo trajeron y lo pusieron al frente de las finanzas de Venecia. Bragadino pidió
como condición que no lo molestaran. Era un hombre irritable, muy convencido de su
propia fortaleza y talento...
Sr. Cafiero. -- ...No sé si era pelado, pero podría haberlo sido. (Risas.)
Bragadino empezó a experimentar y los senadores venecianos a sentirse
nerviosos, porque pasaban los meses, no aparecía el oro y la ciudad se seguía
endeudando. Y la deuda externa --como dirían los venecianos de entonces-- seguía
creciendo.
Entonces un día el senado veneciano se reunió y dijo "esto no puede seguir así;
hay que llamarlo a Bragadino y decirle que si no nos ofrece en un breve plazo resultados
concretos y no utiliza bien los poderes y facultades extraordinarias que le hemos
delegado, le vamos a pedir la renuncia".
Bragadino se enfureció, se anticipó, le tiró la renuncia al senado veneciano y se
fue a trabajar con el duque de Baviera, que era otro personaje de aquella época que
también había entrado en la ruina. Este alquimista le ofreció lo mismo y el duque de
Baviera lo compró. Pero a los tres meses, cuando se dio cuenta de que Bragadino no
producía el oro y no le daba solución a sus problemas, ordenó colgarlo. Entonces, en
1592 Bragadino terminó en la horca.
Que cada cual haga su paralelismo. Como dice este libro: "tan grande es el poder
de las fantasías que echan raíces en nuestra mente, sobre todo en tiempos de escasez y
decadencia. Si Bragadino hubiese llegado a Venecia armado de un detallado análisis de
las causas de la decadencia económica de la ciudad y de las duras medidas que debería
tomar para revertir la situación, todos se habrían burlado de él. En cambio, la fantasía
era fácil de comprender e infinitamente más agradable. Para acceder al poder... [dice el
autor] nunca prometa una mejora gradual mediante un gran esfuerzo. Prometa, en
cambio, la Luna, la gran transformación repentina, la vasija llena de monedas de oro."
Esta es una conclusión a la que llegan los autores de un libro que, como dije
hace unos momentos, mencioné en ocasión del reingreso de Domingo Cavallo a la
administración del país.
Sé que el camino que vamos a transitar es muy difícil. Pero mirado en
perspectiva, preguntaría: ¿no fue acaso más difícil la situación del 45? Sé que tengo el
privilegio, que no tiene ninguno de ustedes, de haber vivido esa situación. ¿Pero acaso
será más fácil que la situación de 1990, donde en los primeros años del gobierno de
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sra. Müller. -- Alfonsín hace así. [La señora senadora hace un gesto de silencio.]
Sr. Zavalía. -- Señor presidente: no tenía pensado hacer uso de la palabra en virtud de
mi reciente incorporación a este honorable cuerpo. Pero la trascendental e importante
situación que vive la Patria, me obliga moralmente a expresar no sólo lo que pienso y
siento sino también a realizar una reflexión que nos puede ser útil para los tiempos que
nos toca vivir.
En este recinto hay encumbrados legisladores que han transitado gran parte de la
historia institucional del país ocupando grandes cargos en los tiempos democráticos que
vivimos desde 1983 a la fecha y que, por ende, pueden dar testimonio de mi reflexión.
Lo cierto es --y este es mi parecer-- que los argentinos tendríamos que dividir y
reconocer que hay dos etapas en la vida del país a lo largo del Siglo XX y comienzo del
Siglo XXI, mirando no solamente el contexto nacional sino también el internacional y,
sobre todo, la experiencia de los países subdesarrollados que, como nosotros, han vivido
situaciones parecidas a las que hoy nos toca pasar.
En el caso nuestro, las dos etapas podríamos encasillarlas de la siguiente forma:
de 1946 a 1966 y de 1966 a la fecha. ¿Qué es lo que fundamenta las diferencias de estas
dos etapas? Es nada más y nada menos que el cuestionado y perverso sistema financiero
y monetario que nos impusieron los grandes del Norte, muy especialmente Estados
Unidos e Inglaterra, logrando desplomar nuestras economías pujantes en el mundo para
convertirnos nuevamente en colonia.
Pero a partir de 1966 comienza el gran endeudamiento externo, logrando la total
y absoluta dependencia política y económica de nuestro país. Y el instrumento genocida
para esto fueron y son los famosos bonos, títulos y acciones falsos con los que se ha
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Sr. Presidente (Maqueda). -- Tiene la palabra la señora senadora por Santa Cruz.
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de qué se trata y no haber vivido del Estado ni de cargos públicos, como no hemos
vivido ni Kirchner ni yo!
También se dijo en este recinto, sobre la administración del gobernador
Kirchner, que habíamos hecho descuentos a los salarios de los trabajadores en Santa
Cruz. Es cierto, y lo hemos dicho nosotros en reiteradas oportunidades. En 1991,
cuando Kirchner asume la gobernación "en llamas", recibida de un gobernador de
nuestro propio partido, a quien echamos por medio de un juicio político por no saber
administrar y ganamos las elecciones, entonces se hicieron descuentos a los sueldos. En
ese año esa medida fue casi un sacrilegio. Sin embargo, señor presidente, luego de dos
años de administración restituimos los sueldos descontados: todos, no solamente los que
habíamos descontado nosotros, sino los que se les adeudaban a los trabajadores por
parte de anteriores gobiernos. Y lo hicimos sumando los intereses por el tiempo que los
otros gobiernos se los habían debido y por el tiempo que nosotros se los descontamos.
¿Y sabe cómo les pagamos a los empresarios, a los que también otros gobiernos les
debían? Con bonos a 16 años. Porque se pueden hacer ajustes, pero ¿saben cuándo un
ajuste es inequitativo? Cuando lo pagan los que menos tienen. Les pagamos en efectivo
y al contado a los trabajadores y con bonos a los empresarios.
Hoy mi provincia paga en efectivo todos los sueldos, aguinaldos y asignaciones
familiares. Esa es la administración de Kirchner, mientras otros, que acusaron de ciertas
cosas aquí, mientras otros, que en otras épocas, cuando Kirchner y yo estábamos presos
o perseguidos durante la dictadura, eran intendentes del proceso en mi provincia.
Lamento mucho tener que decir estas cosas en este recinto, cuando además se
dicen mentiras, porque media verdad es exactamente lo mismo que media mentira.
En cuanto a los fondos que hoy garantizan el pago a los empleados del sector
público en mi provincia, quiero decir que si fuera por los fondos de coparticipación que
no nos mandaba el gobierno y la administración del doctor de la Rúa, no hubiésemos
podido hacer esos pagos. Pudimos garantizar el pago con esos fondos que, reitero, son
de la provincia de Santa Cruz. Y menos mal que no los trajimos, porque de haberlo
hecho estarían dentro del "corralito".
Durante veinte años la Unión Cívica Radical de mi provincia nos estuvo
diciendo cómo teníamos que administrar a Santa Cruz. Hemos ganado todas las
elecciones y no lo digo por un afán de legitimidad del que gana, sino porque esta es la
legitimidad de la democracia: cuando la sociedad se pronuncia acerca de la gestión de
un gobierno y de la única manera en que suelen pronunciarse los pueblos, en
democracia y a través del voto.
En la última elección hemos obtenido el 62 por ciento de los votos, que no son
votos míos sino de un proyecto político del cual formo parte y del que solamente soy su
cara en Buenos Aires pero que tiene raíces de administración en Santa Cruz.
Por eso, porque el país necesita administradores como los que hay en mi
provincia, tal vez de esa forma las cosas estarían bastante mejor.
Al señor senador preopinante lo conocemos porque anda a caballo y por haber
emitido bonos para que los empleados municipales pagaran su campaña política.
--Manifestaciones en el recinto-.
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Sra. Fernández de Kirchner. -- Lamento mucho traer esta situación al recinto. Jamás
hago este tipo de cosas, porque las discusiones provinciales deben darse en las
provincias; si no, estaríamos discutiendo hasta lo que sucede en los municipios de cada
una de las jurisdicciones provinciales. ¡Pero no voy a tolerar la mentira y la difamación!
El Banco Central tenía reservas, pero no conocen ni los más elementales sentidos de la
administración. Cuando hay una provincia que cuenta con los fondos en efectivo se las
trata como si fueran pequeños bancos centrales de pequeños países y las reservas se
administran de esa manera. Eso hace al buen sentido y a la buena administración. Pero,
claro, ¿qué les voy a pedir que sepan de administración y de gestión a los integrantes de
un partido que en poco más de una década han tenido que irse dos veces del gobierno en
forma anticipada? Y no por conspiraciones internacionales...
Sr. Presidente (Maqueda). -- Tiene la palabra el señor senador Terragno por haber
sido aludido.
Sr. Terragno. -- Muy brevemente, ya que no corresponde hacer una discusión histórica,
porque he sido aludido y solamente para que quede registrado en la versión taquigráfica,
quiero señalar que las regalías son un porcentaje del precio del petróleo.
Cuando se produjo la caída brusca del precio internacional del petróleo, que
llegó a 11 dólares el barril, el entonces presidente Alfonsín acordó con los gobernadores
de las provincias petrolíferas que las regalías se liquidarían indexadas según los precios
internos conforme el índice del INDEC.
Desde luego que no hay relación entre los precios internos de nuestra economía
y el valor del petróleo, pero era una manera de contribuir en un momento de una brusca
caída de los ingresos por regalías.
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Después, la aplicación de ese régimen llevó a YPF a una situación tal en la que
le convenía no producir, porque por efecto de la inflación era mayor la regalía que debía
pagar que el precio que percibía. Entonces se produjo la desindexación, medida a la que
aludía la senadora por Santa Cruz.
Simplemente quería dejar registro de esto.
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Sra. Negre de Alonso. -- Voy concluyendo, porque quiero cumplir con la palabra de
que iba a ser brevísima.
Sr. Presidente (Maqueda). -- Para una interrupción, tiene la palabra la señora senadora
Avelín.
Sra. Avelín. -- Agradezco a la señora senadora que me haya concedido esta breve
interrupción.
Señor presidente: no sé si me he expresado mal o si la señora senadora no me interpretó
bien, pero yo no me he referido al presidente Duhalde. Yo he dicho que lo que hay que
modificar son las jubilaciones de privilegio y lo que ellas le cuestan al país.
Sr. Presidente (Maqueda). -- El señor senador Pichetto le solicita una aclaración, ¿le
concede la interrupción?
Sr. Pichetto. -- Es importante clarificar algo a la sociedad porque este debate está
siendo televisado en directo y la gente nos está mirando. Por ende, como se habla de
jubilaciones de privilegio, la gente puede creer que están vigentes. En ese sentido, es
importante esclarecer que en 1991 las jubilaciones de privilegio que comprendían al
sector político, a los ministros del Poder Ejecutivo y a los legisladores --senadores y
diputados -- han quedado definitivamente derogadas. Están vigentes las anteriores al
año 1991, pero no hay más jubilaciones de privilegio. Para acceder al beneficio
jubilatorio hay que cumplir los requisitos que exige la jubilación ordinaria: o sea, 65
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
años de edad y el cómputo de determinada cantidad de años de trabajo, como ocurre con
cualquier ciudadano.
Es importante aclarar esto porque, si no, se aumenta el desprestigio y se
distorsiona la realidad. Acá debemos hablar con la verdad. (Aplausos.)
Sr. Morales. -- Señor presidente: en rigor de verdad, coincido plenamente con lo dicho
y creo que este debate no daba para agregar mucho después del informe y de las
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
palabras expuestas por el señor miembro informante. De todos modos, me parece que es
bueno realizar algunas observaciones, porque aquí se han dicho muchas cosas.
Nosotros acabamos de recibir un proyecto enviado por la Cámara de Diputados -
-adonde fue girado por el Poder Ejecutivo-- que plantea el otorgamiento de
determinadas facultades. Desde el bloque de la Unión Cívica Radical ya se ha
explicitado la posición que vamos a adoptar: estamos dispuestos al llamado y a la
convocatoria de la gente para conformar un gobierno de unidad nacional. A mí me
preocupa cuando se "hiperperonizan" algunos discursos y, en definitiva, se plantean
algunas cuestiones que no tienen que ver con el momento que vivimos.
Desde la Unión Cívica Radical venimos, con mucha humildad, reconociendo el
fracaso de nuestra gestión. El presidente de nuestro partido ha dicho --y yo lo reitero en
este recinto-- que la Unión Cívica Radical, seguramente, tiene que pedir perdón al
pueblo argentino.
También estoy convencido de que nuestro partido, la Unión Cívica Radical, va a
saber reconciliarse con el pueblo y acercarse nuevamente a las cuestiones que tienen
que ver con sus principios históricos. Pero será una tarea nuestra. Quedará para el
justicialismo y para las otras fuerzas políticas dilucidar sus respectivas
responsabilidades, a pesar de que acá he visto un campeonato para ver quién se
desvincula más de la realidad que vivimos y para ver quién le pasa más la
responsabilidad al otro. Incluso he escuchado a referentes de partidos provinciales --que
han tenido y tienen a su cargo gobiernos y responsabilidades en sus respectivas
provincias-- hacerse los distraídos con respecto a la situación que vive todo el país. Me
parece que estamos en un contexto en el que todos los senadores que estamos en este
recinto nos tenemos que hacer cargo de algunas cosas. Cada uno tendrá que ver cuál es
su responsabilidad histórica con relación a las cosas que han pasado en el país y en las
distintas provincias.
Así pues, desde la Unión Cívica Radical venimos, con mucha humildad, a
contribuir en este momento para aprobar este proyecto de ley por el que se otorgan
facultades al Poder Ejecutivo.
En efecto, en el artículo 1 de dicha iniciativa --me parece que es el centro de la
cuestión, junto con los artículos 2 y 6-- se plantea el otorgamiento de facultades al
Poder Ejecutivo para proceder al reordenamiento del sistema financiero y bancario, para
reactivar el funcionamiento de la economía y para crear condiciones de crecimiento,
cuestiones que son naturales a la gestión de dicho poder. El gran debate gira en torno
del punto 4. del artículo 1, es decir, con el hecho de reglar la reestructuración de las
obligaciones, en curso de ejecución, afectadas por el nuevo régimen cambiario
instituido en el artículo 2, que es el que ha generado una gran atención en el debate y
que tiene que ver con la modificación total de la ley de convertibilidad que ha venido
rigiendo hasta hoy.
Señor presidente: no tengo un modelo econométrico que me informe
exactamente cuál debería ser el tipo de cambio. Lo que no me parece correcto es que el
Congreso sea quien tenga que definirlo. A tal fin, el proyecto de ley en consideración
devuelve las facultades al Poder Ejecutivo, que es el encargado de conducir la política
económica y manejar las variables macroeconómicas. Estoy convencido de que con
relación a la ley de convertibilidad estamos haciendo lo correcto, sin tener --como dije
recién-- un modelo econométrico acerca de por qué han ocurrido tantas cosas en nuestro
país. Sólo veo la realidad de mi provincia, en la cual como en muchas otras del norte
argentino --incluso en algunas más ricas-- se viven situaciones bastante complejas.
Por ejemplo, en mi provincia, en el marco de la ley de convertibilidad, ha venido
cayendo la producción, como decía el señor senador Lamberto. Se importan artículos y
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Sra. Escudero. -- Señor presidente: yo también solicito autorización a esta Cámara para
hacer uso de la facultad de abstenerme de votar este proyecto que estamos analizando.
Voy a fundar brevemente las circunstancias que me obligan a tomar tal decisión.
Quiero dejar aclarado que me siento muy orgullosa de pertenecer al Partido
Justicialista y de que haya sido él quien asuma la responsabilidad de la crisis en estas
horas tan dramáticas que ha vivido el país. He aplaudido de pie al ex presidente
Rodríguez Saá, cuando con total valentía declaró la cesación de pagos...
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sra. Escudero. -- Voy a acompañar y a apoyar al presidente Duhalde, que con total
valentía está buscando una salida de la convertibilidad como un bien para todos los
argentinos.
Pero quiero aclarar que este texto que hoy se ha puesto en consideración no sólo
no constituye un programa económico, sino que realmente avasalla la Constitución que
en esta sala he jurado respetar y hacer respetar. Y cala tan hondo en mis convicciones
personales que voy a explicar brevemente el porqué.
He vivido, como todos los argentinos, con enorme conmoción estos hechos que
se llevaron ya dos presidentes en la Argentina. Esto me ha hecho recordar otros hechos
violentos que sucedieron en el mundo, como aquellos que a fines del siglo XVIII
hicieron rodar la cabeza de Luis XVI. Ese hecho violento marcó el fin de la monarquía
y el nacimiento de la República. De ese violento nacimiento de la República nos llegan
dos principios. Primero, que el poder reside en el pueblo y que el pueblo lo delega en
sus representantes. Y, segundo, que esa delegación se ejerce a través de tres poderes.
Dice Montesquieu que cuando esos tres poderes no existen, la democracia, la República,
está en peligro.
En este texto que ha sido sometido a consideración, y que lamentablemente no
he tenido la oportunidad de introducirle correcciones o modificaciones que eran muy
fáciles de hacer, en el artículo 1 se avasallan facultades del Poder Legislativo; en el
artículo 2 se avasalla al Banco Central; y en el 19 se avasallan facultades de los jueces.
Por eso es que no puedo votar este proyecto y este texto.
Quiero dar pocos ejemplos para demostrarles a mis pares y a quienes me están
escuchando el porqué de esta responsabilidad. Por ejemplo, quiero aclarar el sentido del
inciso 4. del artículo 1, por el que se faculta al Poder Ejecutivo a reglar la
reestructuración de las obligaciones. Les recuerdo que las obligaciones que reglan a los
argentinos están legisladas en el Código Civil, en el Código de Comercio y en las leyes
complementarias. Estaríamos dando una carta blanca para que el Poder Ejecutivo
modifique códigos que llevan más de cien años de vigencia, y que gracias a Dios, se
sostienen y son el pilar de la seguridad jurídica que todavía queda en la Argentina.
Me preocupa también enormemente el artículo 2, que avasalla al Banco Central.
Les recuerdo que en 1991, en esta sala, se aprobó la modificación de la Carta Orgánica
del Banco Central. Quien hoy es gobernador de mi provincia fue el miembro informante
de dicha modificación. En esa ocasión se sentaron las bases para crear un ente
autárquico, independiente del poder político, responsable de custodiar nuestro sistema
cambiario y monetario. Considero que esta delegación en el Poder Ejecutivo, tal como
está planteada, implica un salto al vacío.
Creo que hay que salir de la convertibilidad, pero hay que hacerlo en forma
ordenada y con certeza, y no quedando librados a la absoluta discrecionalidad del Poder
Ejecutivo.
También me preocupa el artículo 6, que tiene mucho cuidado de proteger al
sector financiero, y por el que se establece un bono que se va a pagar, justamente,
afectando a la producción de hidrocarburos. ¿Qué les voy a decir a mis
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Sr. Presidente (Maqueda). -- Para una interrupción tiene la palabra el señor senador
Baglini.
Sr. Baglini. -- Señor presidente: es para preguntar --y discúlpenme los compañeros
justicialistas si a las 16 y 50 introduzco una nota humorística-- si está previsto que algún
otro miembro del bloque federal se abstenga. En ese caso, vamos a tener que recurrir al
algún senador enfermo del radicalismo para lograr el número.
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Cuestión de privilegio
Sr. Fernández de Kirchner. -- Pido la palabra para una cuestión de privilegio, ya que
se está ajustando al Reglamento...
Sr. Presidente (Maqueda).-- Para una cuestión de privilegio tiene la palabra la señora
senadora Kirchner.
Sra. Fernández de Kirchner. -- Señor presidente: voy a tratar de hacerlo muy breve y
calmamente, porque no voy a tolerar chicanas referidas a mi partido. Yo me abstuve y
no integro ningún bloque Federal sino el bloque del Partido Justicialista en
representación de la provincia de Santa Cruz.
Tengo mucho respeto por los partidos políticos y también por sus internas,
porque las diferencias internas en los partidos políticos, que ha tomado peyorativamente
el señor senador preopinante, hacen a las diferencias muchas veces de ideas. ¿Y sabe
qué? A mí me parece importante que se puedan expresar las diferencias de ideas. Así
que yo voy a rogar que no se atribuyan los votos a un alineamiento que además no
corresponde a eso. Es de público y notorio las diferencias que sostuvimos entre los
integrantes de los distintos agrupamientos internos y dentro de ese pretendido bloque
federal, que menciona el señor senador preopinante.
Pero es bueno que tengamos respeto por todos y confío que los propios
militantes del peronismo, por alineaciones que les conviene en el momento, no pierdan
de vista las cuestiones que tienen que ver con el respeto al otro. ¡Al otro!
Yo formé parte de este bloque antes de esta etapa y realmente es horrible vivir
en partidos y en situaciones en que nos reprochan cómo uno piensa. ¿Sabe qué pasa?
Uno puede pensar y estar muy equivocado. Pero ¿saben qué es la democracia? El
derecho a equivocarse y que nadie le recrimine por equivocarse, porque la tolerancia es
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
parte del sistema democrático argentino y no es bueno tomar en broma estas cuestiones.
Yo jamás tomo en broma la política. ¡Jamás! Siempre he tratado de actuar,
equivocadamente o no, con lo que uno piensa.
Por eso, ante las alusiones que hace el señor senador preopinante y las
afirmaciones de algunos compañeros de mi bancada les recuerdo, por favor, que todos
respetemos las ideas del otro por sobre todas las cosas, porque esto es básico para
cualquier sistema democrático.
Sra. Colombo. -- Señor presidente: respeto también las internas de todos los partidos
políticos, pero no puedo ocultar mi preocupación por tantos pedidos de abstenciones
que se advierten en este recinto, sobre todo cuando la memoria reciente nos indica que
las internas de los partidos políticos han estallado en el centro mismo de gravedad de
uno de los poderes del Estado: el Poder Ejecutivo nacional.
Entonces, en homenaje a la sinceridad para con mis convicciones y frente a estas
consideraciones que aquí se han formulado, no podía dejar de expresar lo que acabo de
decir.
Sr. Colazo. -- Señor presidente: en honor a la gente que nos está viendo por televisión
en todo el país, voy a ser breve. Voy a hacer dos o tres apreciaciones porque creo que la
gente necesita ver las obras y los hechos que hoy le hacen falta, y no pelearnos y ver
esto por televisión como lo están haciendo. Me parece que le está haciendo poco bien a
la democracia.
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La gente de Tierra del Fuego nos dio un mandato para que defendiéramos y
defendamos los intereses de cada uno de los fueguinos y de cada uno de los argentinos.
Considero que con esta ley de emergencia pública y de reforma del régimen cambiario
vamos a hundir aún más a la gente más necesitada, más pobre, a todos los empleados.
Creo que esto es lo que el electorado de Tierra del Fuego le ha dado a los tres senadores
que de ahí venimos. Por eso, con el permiso que me merece el presidente de nuestro
bloque, al que fui a consultar hace unas horas en su oficina, le planteé que voy a votar
negativamente el proyecto de ley en consideración porque pienso que va en contra del
pueblo y de los más necesitados.
Quiero agregar que al presidente de la Nación, doctor Eduardo Duhalde, le
deseamos que le vaya muy bien. Lo vamos a acompañar como a un argentino más y
vamos a tratar de que le vaya bien porque si a él le va bien, nos beneficiaremos todos.
Pero, no obstante ello, sostengo que si se vota negativamente el proyecto de ley en
consideración se hará un bien a todo el pueblo argentino.
He escuchado algunas cosas sobre mi partido, la Unión Cívica Radical, y pienso
al respecto que será el tiempo el que dirá si estuvimos bien en los dos gobiernos en que
debimos irnos. Pero estoy orgulloso porque todo lo que he sido en política --concejal,
intendente en dos ocasiones y ahora senador nacional-- se lo debo a la Unión Cívica
Radical.
Reitero que, por esta razón, me siento orgulloso y también porque sé que
tenemos hombres y mujeres de muy alta moral en el partido.
En definitiva, señor presidente, agradezco la oportunidad de poder expresarme y
para comprometerme con el pueblo de mi provincia, adelanto mi voto por la negativa al
proyecto de ley en consideración.
Sr. López Arias. -- Señor presidente: no iba a hacer uso de la palabra, pero escuché
muchas manifestaciones de las que todavía no salgo de mi asombro porque pareciera
que discutimos si vino algún espíritu malévolo que, de pronto, decidió eliminar la
convertibilidad e instalar la inflación o desatar un proceso devaluatorio.
Señor presidente: digamos las cosas con toda claridad. Estamos en el funeral,
pero el muerto falleció hace rato. La convertibilidad hace mucho que dejó de existir. En
realidad, feneció cuando comenzamos con el feriado cambiario permanente que impidió
que la regla básica de la convertibilidad --cambiar un peso por un dólar-- pudiera ser
aplicada con total libertad. Hace muchas semanas que eso no existe más. Además, la
cosa se agravó con el corralito bancario, que terminó de secar la plaza e impidió
definitivamente la posibilidad de que haya cualquier tipo de operación de esa
naturaleza.
Entonces, señor presidente, la convertibilidad hace rato que dejó de existir en la
Argentina. Lo único que hacemos con el proyecto de ley en consideración es dar
constancia de un hecho y tratar de morigerar los efectos negativos de algo que ya se da
en la realidad. Para comprobarlo, pregunte a cuánto viene cotizando el dólar a futuro
desde hace algunas semanas para saber exactamente de qué estamos hablando.
Esta es la realidad. La convertibilidad no existe más y, más allá de las
expectativas de la población que ya se están desatando con remarcaciones de precios,
con el proyecto de ley en consideración lo único que se hace es ordenar la salida de un
sistema que, como he dicho, dejó de existir. Y se trata de hacer de una forma
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equilibrada. Se está tratando de proteger a los deudores, a los productores y de que cada
uno cargue con su culpa porque con la pesificación de algunos créditos se busca que el
sistema financiero también asuma parte de los costos de esta decisión.
Obviamente, todo esto se acabará de ver cuando avance la aplicación de la futura
ley. Por eso es que también se crea una comisión que controlará el funcionamiento y la
aplicación de los mecanismos previstos y, en ese sentido, tendremos que ser muy
exigentes en el sentido de que los principios contenidos en el proyecto, que tratan de
darle equidad y orden a la salida de la convertibilidad, realmente sean cumplidos. Es
decir que se proteja a los endeudados, a los productores y a los trabajadores, poniendo la
carga donde corresponde; o sea, en aquellos sectores que se han enriquecido en los
últimos años, tal el caso del sector financiero.
Señor presidente: creo que estamos en una situación de emergencia que nos
obliga a votar favorablemente y sin demasiadas disquisiciones el proyecto de ley en
consideración. Creo que el debate no da para más. Además, como he dicho hace
instantes, mediante la comisión que se crea por el proyecto de ley exigiremos su estricto
cumplimiento y que no haya sectores económicos favorecidos ni "lobbies" que busquen
proteger sus intereses.
Ante una situación dada debemos dar una salida ordenada y lo más equitativa
posible, a fin de atender a los distintos sectores de la población, ya que todos sabemos
que no hay devaluación que no sea dolorosa. Y eso es un hecho concreto: la
convertibilidad no existe. Con esta medida lo único que tratamos es de ordenar y dar un
poco de equidad a esta situación que vivimos y donde tenemos la responsabilidad
institucional de contemplarla de la forma más rápida posible.
Sr. Mayans. -- Señor presidente: el hombre que llega al gobierno --decía Perón-- tiene
dos objetivos fundamentales o debe trabajar para alcanzarlos: son la felicidad del pueblo
y la grandeza de la Patria.
Hay que tener cuenta que es mejor vivir en un pequeño país de hombres felices y
no en un imperio de hombres esclavos. Por eso la lucha de todos los políticos tiene que
estar dirigida a alcanzar la justicia social, para que cada persona viva con dignidad y con
respeto. Estas son las bases fundamentales.
Cuando el doctor de la Rúa llegó al gobierno, el país tenía un Producto Bruto
Interno de casi 290 mil millones de pesos, una reserva de 34 mil millones de pesos,
depósitos en el orden de casi 80 mil millones de pesos o dólares, una desocupación que
estaba marcada por un índice del 12,7 al 13 por ciento y un déficit de 6.500 millones de
pesos. Hoy, después de que ha pasado el tiempo y vemos los resultados, creo que no
podemos compartir el hecho de que toda la responsabilidad fue de la convertibilidad.
Observamos también la autocrítica de la Unión Cívica Radical durante la Asamblea
Legislativa en las voces del doctor Alfonsín, del doctor Baglini y de otros hombres de
ese partido. Considero que la autocrítica le hace mucho bien a la democracia argentina.
Por lo menos, se ha sabido decir a la gente que uno se ha equivocado y, por ende,
darnos cuenta que si no queremos tener los mismos resultados no podemos ir sobre los
mismos errores.
Cabe recordar que el gobierno comenzó su gestión tratando de eliminar el déficit
con una receta que implicaba la rebaja de los salarios y el aumento de los impuestos. Se
lo denominó "impuestazo", y trajo dificultades a la economía nacional. También hubo
270
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
pactos entre las provincias y la Nación; pero luego porque no se pudo, no se quiso o no
sé por qué otra razón, esos pactos no se cumplieron. Las provincias tuvieron serios
problemas. Nosotros veníamos advirtiendo que había que cambiar el rumbo por un
verdadero gobierno de unidad nacional.
En ese sentido, considero que los gobernadores colaboraron muchísimo con el
gobierno del doctor de la Rúa para tratar de sostener la gobernabilidad del país.
Lamentablemente para los argentinos, las circunstancias quisieron que el doctor de la
Rúa se fuera del poder de la manera en que lo hizo. Nadie puede estar contento con el
fracaso de otro argentino, que desembocó en los hechos que son de público
conocimiento. Ha sido una tristeza para todo el país; más aún, vivir momentos tan duros
en los que perdieron la vida treinta argentinos, entre otras personas que manifestaron su
dolor. Realmente creo que todo esto llama a la reflexión.
Perón hablaba de la democracia integrada y decía que en este tiempo nadie
puede darse el lujo de "politiquear" y de hacer una oposición sistemática y negativa.
Son tiempos de democracias integradas en los cuales cada uno conserva sus principios y
sus ideologías, pero lucha con el objetivo común de trabajar por la grandeza de la
Nación. En ese sentido, tengo que agradecer la colaboración creo que de la totalidad del
bloque de la Unión Cívica Radical que, en este momento tan incierto y difícil que vive
el país, se juega a acompañar a un gobierno que hoy es tal por las circunstancias por las
que ha atravesado la Nación.
El compañero Duhalde llega al gobierno siendo uno de los argentinos más
votados, ya que obtuvo casi dos millones y medio de votos, o sea que tuvo un consenso
muy importante en su provincia. Quien está a cargo de la Presidencia de la Nación no es
cualquier persona, es una persona que ha tenido un fuerte respaldo. No es poco tener la
voluntad de dos millones y medio de argentinos en una provincia y tener el apoyo de
gran parte de la Asamblea Constituyente.
Cuando las circunstancias se ponen de esta forma hay que asumir las
responsabilidades; en ese sentido, creo que el compañero Duhalde asume una
responsabilidad que, de por sí, es una carga muy pesada.
Hay muchos conceptos acerca de cómo tiene que solucionarse la crisis
económica de los argentinos. Algunos hablan de la dolarización, otros de mantener la
convertibilidad con una tercer moneda y otros de variar la paridad cambiaria, tal como
lo viene promoviendo el proyecto de ley que se encuentra en consideración y que
seguramente será sancionado, porque veo que cuenta con el apoyo de la mayoría de los
legisladores que componen este cuerpo.
En el bloque al que represento manifesté mi preocupación, fundamentalmente
por el tema de las deudas de las provincias que no tuvieron un tratamiento como el que
debería tener una cuestión tan importante, ya que la Nación es la suma de las provincias;
primero están las provincias y después la Nación.
En su momento los gobernadores acompañaron al doctor de la Rúa para
conseguir la refinanciación de la deuda externa argentina, pero este hecho no fue
recíproco para la refinanciación de las deudas provinciales. Y hay que tener en cuenta
que las deudas de las provincias, que en este momento alcanzan a casi 22 mil millones
de pesos o de dólares, tendrán un incremento de su valor en pesos de casi 8 mil
millones; es decir que serán alrededor de 30 mil millones de pesos.
Pero hay gestos de parte de los compañeros que componen los distintos bloques
para trabajar en este tema con el fin de aliviar la situación de los distintos estados
provinciales. He tenido la oportunidad de conversar con algunos senadores de otros
partidos políticos y creo que hay predisposición para poder resolver esta cuestión de
271
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
modo tal que los estados provinciales también puedan pagar sus obligaciones en tiempo
y forma.
Esperando que realmente nos vaya bien, creo que debemos ser capaces de
revertir esta situación. Hace mucho tiempo una persona nos enseñó que primero hay que
ocuparse del Reino de Dios y su Justicia y lo demás vendrá por añadidura. Nosotros,
como justicialistas, correspondemos a un movimiento profundamente humanista y
cristiano. Dios existe y hay que tener en cuenta que no se puede tener la felicidad de la
Patria si hay 15 millones de argentinos angustiados por la necesidad y la pobreza.
Hay que solucionar este problema cueste lo que cueste y tenemos que hacerlo
con todas nuestras fuerzas; los empresarios, los trabajadores, los políticos, todos
tenemos que abocarnos a esta tarea. Y cuando en forma conjunta resolvamos estos
problemas básicos, como lo establece la democracia integrada, buscando la grandeza de
la Nación, seguramente volveremos a tener un gran país.
El país no es sus calles, ni sus árboles, sino las personas. Y un país de 36
millones de habitantes, donde casi la mitad está excluida, es un país triste. Hemos
asistido a escenas muy tristes que tenemos que tratar de que no se repitan.
En este plan de gobierno está la mejor intención de recrear el esquema
productivo e industrial argentino. Creo que vamos a poner toda nuestra capacidad entre
todas las fuerzas políticas, para cambiar este rumbo de miseria que tiene la Argentina.
Nuestro país es inmensamente rico sobre todo por la gente que tiene. Y los argentinos
no merecen atravesar esta situación porque, a veces, no tenemos la grandeza para
resolverlo.
Hay cosas en las que no estoy de acuerdo. Pero, solidarizándome con nuestro
bloque y siguiendo una disciplina partidaria, voy a votar favorablemente este proyecto,
acompañando la propuesta del presidente de la Nación y tratando de que, en ese camino,
podamos conseguir aquello que nos pidiera Perón a los que llegamos al gobierno, la
felicidad del pueblo y la grandeza de la Patria.
Sra. Halak. -- Señor presidente: deseo expresar algunas consideraciones acerca de este
proyecto de ley. Este instrumento legal, que declara la emergencia pública, si bien
puede ser perfectible, es lo posible en este dificilísimo momento que vive nuestra
Nación.
Quiero recordar y recordarles que también lo mejor suele ser enemigo de lo
posible. Hoy los argentinos están esperando una solución y este es el instrumento que
creemos posible.
Cuando estábamos analizando estas medidas y este proyecto, recibí una llamada
de una compañera de mi querida Córdoba, llorando. Y a propósito de ello les quiero
transmitir que le he llevado tranquilidad, porque al leer este proyecto, como mujer,
como madre preocupada, le dije que vamos a cuidar de nuestra familia y, sobre todo,
amparar a quienes hoy están acongojados porque no saben qué va a ser de su futuro, de
sus hijos, de su marido, de sus deudas, de su vivienda única.
Quiero darles un mensaje de tranquilidad y decirles con suma firmeza a nuestras
queridas mujeres madres, a nuestros hombres trabajadores, a nuestros hijos, que tengan
confianza y tranquilidad.
Este es el instrumento que pensamos posible. Repito, esto es lo posible en la
dificilísima situación que estamos viviendo. Pedimos para ello mucha colaboración,
272
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sr. Pichetto. -- Muchas gracias, señor presidente. Voy a tratar de ser breve.
En primer lugar, quiero decir que no voy a votar por disciplina partidaria. Voy a
votar con convicción este proyecto de ley. Es la propuesta de mi gobierno. Una
propuesta de salida a una crisis profunda que en los últimos tiempos llevó al país a tener
cinco presidentes; una situación de caos, de anarquía y de falta de autoridad; una
profunda conmoción social que requiere hoy de respuestas. Y creemos que este
proyecto de ley --que es un marco referencial que luego el Poder Ejecutivo
implementará por aplicación de los decretos que esta norma le va a facilitar-- puede
iniciar un camino de recuperación de la economía en la Argentina. Por eso digo que la
voy a votar con toda convicción.
Hubiera esperado --y lo digo con sinceridad; no quiero ofender a nadie-- que en
el debate en este Senado se escucharan palabras más prudentes y de mayor comprensión
frente a esta crisis profunda institucional que pone en juego, incluso, al propio sistema
político y a las propias instituciones de la Argentina. Algunos casi hablaron con
expresiones como las de los profetas del Apocalipsis: "Lo que viene va a ser peor.
Vamos a vivir horas más dramáticas." Otros hablaron ajustándose a principios de
juridicidad, cuando a lo mejor en sus provincias se violentan situaciones institucionales
porque tienen y están acostumbrados a fuertes modelos hegemónicos.
273
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Yo digo que con esta norma estamos delegando facultades, dentro del marco de
la Constitución y en función de su artículo 75, de manera acotada y precisa, a efectos de
brindar al Poder Ejecutivo instrumentos que le permitan llevar adelante la tarea de la
reconstrucción.
Creemos también, como bien se dijo reiteradamente, que el modelo de la
convertibilidad estaba agotado; que en los últimos años nos llevó a un profundo
desprestigio de la política y de las instituciones.
Muchas veces, frente a situaciones planteadas desde el ámbito económico, este
Congreso tuvo que votar leyes que fueron lesionando y mellando la credibilidad política
e institucional. Y esto no ha ocurrido solamente en la Argentina; esta concepción del
pensamiento único también lo viven y lo han vivido los países modernos.
Muy recientemente he leído un libro del catedrático español Ramoneda, que
habla de la muerte de la pasión política. ¿Qué dice? Que en España, un país moderno y
desarrollado, esa distancia que muchas separa a la política y a las instituciones, cuando
se ven obligadas a someterse a los criterios económicos del pensamiento único y de las
líneas del mercado, va provocando un fuerte deterioro.
Creo que eso es lo que se quiere revertir. Así lo dijo muy bien nuestro presidente
al asumir: no solamente significa terminar con la convertibilidad sino también con un
instrumento que en un momento de nuestra historia fue positivo. Entiendo que durante
los primeros cinco o seis años de la década del 90 la Argentina tuvo un instrumento que
nos dio estabilidad y crecimiento y al que luego, indudablemente, habría que haberle
efectuado correcciones para poder seguir avanzando en el crecimiento y en el
desarrollo. Es por ello que hoy la realidad nos lleva a esta toma de decisiones.
Por eso sostengo que era importante que el Senado, los mensajes y un accionar
con prudencia alentaran la esperanza y una expectativa mejor y no que nos ajustáramos
a criterios que, muchas veces, pueden alimentar las dudas y esta sensación de fracaso y
de frustración que está arraigada hoy en muchos argentinos.
Yo quiero dar un voto de confianza a mi gobierno, a mi presidente. Quiero
respaldar plenamente esta voluntad política que se ha puesto en marcha, que también
significa terminar con una alianza que ha nutrido los últimos tiempos en la Argentina,
que es la alianza con el sector financiero y avanzar decididamente hacia una alianza con
los sectores de la producción y del trabajo.
Por todo esto, voy a votar favorablemente el presente proyecto de ley. Muchas
gracias, señor presidente.
Sr. Moro. -- Señor presidente: ha sido tal la variedad de expresiones y opiniones que
hemos escuchado en el recinto que parece bueno recoger el mérito de esta confluencia
de actitudes y de reflexiones políticas.
Digo esto porque, en efecto, así como nos cabe participar en la tarea
propiamente legislativa y realizar funciones de control, posiblemente la más profunda
modernidad legislativa pase por el hecho de que estos recintos se conviertan en una fiel
caja de resonancia de las opiniones, de los intereses y de las visiones --a veces,
contradictorias-- que tiene la sociedad y que se manifiestan a través de nosotros, sus
representantes.
274
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Claro está que aun admitiendo el mérito de esa variedad de opiniones, nos
permitimos la posibilidad de elegir algunos caminos de análisis.
Sr. Moro. -- A mi juicio, no son estos momentos para habilitar una especie de
cuadernos de dolencia, aquellos de la Asamblea Francesa en los que se asentaban las
quejas, que son importantes si las expresa el pueblo y la ciudadanía; esta es una vivencia
imposible de inhibir y una riqueza de la democracia.
También es cierto que podríamos llenarnos de historias y de profecías. Pero creo
que estamos en una hora de construcción. Y en ella recuerdo, a pesar de las horas
transcurridas, el poderoso alegato hecho por el señor senador Lamberto, acompañado
por el señor senador Baglini, por el presidente de nuestro bloque y por otros señores
senadores, con relación a la importancia de la modestia, de la autocrítica, del esfuerzo y
de la tolerancia.
Esa línea de análisis me hizo pensar, quizá caprichosamente, en uno de los
mayores pensadores que ha tenido nuestro país, a quien las personas mayores
seguramente recordarán. Me refiero a Eduardo Mallea, quien en algunos de sus libros
trató de radiografiar a la Argentina visible, distinguiéndola de la Argentina profunda. En
ese sentido, el senador Lamberto habló de la desmesura de la soberbia y, por eso, dije
que habló de la modestia.; y por su parte, el senador Baglini se refirió a la importancia
de reconocer los errores.
Aquel escritor nos decía que teníamos que hacer un esfuerzo por superar la
frivolidad del momento, la superficialidad de las cosas y calar hondo en el sentimiento
nacional de las actitudes elementales de la vida de los que trabajan, de los que sudan, de
los que lloran y de los que se alegran, pero al compás de la propia naturaleza.
Por eso, voy a tratar de seguir el hilo de reflexión que habilitó ese llamado, esa
convocatoria que he recibido de mis colegas.
Efectivamente, estamos acuciados por estremecimientos de tiempos históricos,
por dolores muy profundos para el pueblo argentino, para nuestras instituciones y para
el futuro. Y hoy, más que nunca frente a dicha situación, es necesario rodearnos de
confianza, pero no en una confianza fútil sino en la que retempla el espíritu para
afrontar las mayores adversidades y lograr avanzar hacia el futuro.
Nosotros, los radicales --como ya se ha dicho-- hemos reconocido la legitimidad
esencial o, si se quiere, la del derecho del momento para que hasta 2003 gobierne la
República el justicialismo.
También hemos dicho que reconocemos nuestro deber civil de colaboración; con
buena fe y con positivismo, tanto en la crisis como en la búsqueda de grandes comunes
denominadores que nos sirvan para cultivar la unión nacional que estamos necesitando.
Porque si algún problema tienen las desarmonías de los pueblos --y nosotros las
venimos arrastrando desde hace ya bastante-- es que ellas conducen a la pérdida del
poder de decisión, a la ausencia de la posibilidad de marchar tras un horizonte acotado
por una idea de país que, además, no es solamente imaginaria sino que resulta de las
vivencias heredadas por la historia de nuestro pueblo y por las expectativas de futuro de
nuestra gente.
Entonces, hoy venimos otra vez, como lo hiciéramos en la Asamblea Legislativa
recientemente celebrada, a cumplir con este acto de responsabilidad de colaboración;
275
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sr. Moro. -- Se dice también que la mejor política económica es una buena política
social que alcanza a todos los estratos de un pueblo y que, en definitiva, definen su
calidad de vida.
Y ¿qué es el rumbo nuevo? Es esa alianza con la producción, de la que habló el
presidente, pero también --y en concreto-- es ayudar al trabajo, a las economías
regionales, a reconstruir la industria nacional, a desarrollar nuestras pymes, a atender el
mercado interno, el salario, el consumo, la educación como valor estratégico.
Esta es la convocatoria que realmente estamos recibiendo. Si el llamado hubiera
sido diferente, si hubiera sido para no cambiar nada, sólo por responsabilidades o
corresponsabilidades no hubiéramos concurrido del modo en que lo hacemos. Estamos
aquí, porque aun desde la distancia del sitio en que el tiempo histórico nos adjudica,
queremos ser protagonistas, a nuestro modo, de este momento importante para el país,
que muchas veces necesitó de algo así.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sr. Yoma. -- Señor presidente: comprendo que algunos distinguidos colegas hayan
planteado sus dudas e, inclusive, la posibilidad de abstenerse en la votación, porque
realmente no fue un tema que pudimos debatir intensamente en nuestra bancada. Por lo
tanto, es razonable que algunos compañeros legisladores manifiesten sus dudas y ante
ellas prefieran abstenerse.
Pero yo no he venido a hablar de mis dudas sino de mis certezas y
convencimientos. Si fuese por las dudas, no vengo. Reitero que vengo por mi
convencimiento y mis certezas.
La primera de ellas es que es cierto que estamos en presencia de una delegación
de facultades legislativas al Poder Ejecutivo, en el marco de una emergencia; y en este
sentido estoy convencido de la juridicidad y de la oportunidad política de estas
facultades que le damos al Poder Ejecutivo.
Tengo el mismo convencimiento que cuando dije que no era conveniente --y
voté en contra--, la delegación de facultades legislativas en el gobierno del doctor de la
Rúa, porque sabía que no se las dábamos al Poder Ejecutivo, al presidente, sino al
ministro de Economía.
Hoy, estoy convencido de que se las damos --con todo el poder y la energía-- a
un presidente, que va a saber usar esas facultades legislativas.
Por eso y en el marco de esta emergencia --tal como lo marca la Constitución--, tengo
pleno convencimiento de la justicia, la oportunidad y la legalidad de la delegación
legislativa en el poder administrador.
También hay otras circunstancias que difieren de las anteriores facultades
extraordinarias. En este caso, los dictámenes de la comisión ad hoc que se creará para el
control de esta delegación legislativa, deberán pasar invariablemente por este recinto.
No sucederá como en la anterior comisión de seguimiento que se creó en virtud de la ley
de facultades extraordinarias otorgadas al ministro Cavallo, cuyos dictámenes no
pasaban por este cuerpo.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Es decir que las medidas van a tener publicidad, serán debatidas y el Congreso
podrá ejercer en plenitud las facultades de control. Pero no en toda la plenitud que
marca la Constitución. Y respecto de eso espero que la próxima ley que consideremos
aquí, sea la que crea y reglamenta las comisiones bicamerales de seguimiento de las
facultades legislativas, de los decretos de necesidad y urgencia, de la legislación
delegada --que es lo que estamos haciendo ahora-- y de los vetos parciales, que la
Constitución prevé para determinados casos de emergencia. Espero que la próxima ley
que votemos sea para que el Congreso, en plenitud, pueda ejercer esas facultades de
control.
Además, es saludable que en esta oportunidad hagamos uso de ese marco
constitucional y deleguemos en el Poder Ejecutivo determinadas atribuciones; y que el
Congreso ejerza el control.
Es imposible fijar por ley --no resulta razonable fijar nuevamente por ley-- el
tipo de cambio. Tenemos que facultar al poder administrador a ejercer la política
económica y monetaria, a fin de establecer un régimen de emergencia, de urgencia, que
nos ayude a salir de la manera más ordenada posible, de acuerdo con las variables
económicas diarias y coyunturales, de este derrumbe del régimen monetario al cual
estamos asistiendo.
También vengo con otra convicción y otra certeza. No estoy devaluando el peso
argentino con mi voto. No estoy terminando con la convertibilidad con mi voto. Vengo
a votar una ley que proteja a los argentinos del derrumbe de la economía y del sistema
monetario que se determinó en la Argentina hace ya más de 30 días.
Esta ley que vamos a votar no es la del fin de la convertibilidad, es la ley de
protección de los argentinos, de los ahorristas. Vengo a decirles a los pequeños
ahorristas que van a poder tener derecho --como dijo el presidente Duhalde-- a disponer
de sus depósitos en la moneda en que los hicieron. Vengo a decirles a las pequeñas y
medianas empresas argentinas deudoras en dólares que no van a tener que pagar los
costos del derrumbe del sistema monetario, porque el Estado va a protegerlos
pesificando sus deudas en dólares; lo mismo respecto de los deudores de créditos
prendarios. Vengo a decirles además a los pequeños comerciantes, a los pequeños
agricultores y a los pequeños productores que el Congreso hoy votará una ley que
protege sus intereses y que además, si el Estado ejerce el poder de policía que le
corresponde impidiendo remarcaciones absurdas de los precios, esto puede configurar
hasta un aumento real de sus ingresos. Porque si se pesifican tarifas en dólares en el
marco de un aumento del precio del dólar y se pesifican las tarifas de servicios públicos,
cambia sustancialmente la estructura de costos, por ejemplo, de los productores
vitivinícolas de mi provincia que extraen agua utilizando pozos electrificados y que la
factura de energía que se ajusta por cláusula dólar significa el componente más alto de
su costo de producción.
Vengo a decir, además, que esta norma habrá de proteger también a aquel
ciudadano que celebró contratos privados en dólares, tanto al locatario como al locador
de alquileres. Y ante el derrumbe del sistema monetario del cual ellos no tienen la culpa,
permitirá establecer un marco para que puedan renegociar las nuevas condiciones de los
contratos en virtud de la nueva realidad de la Argentina.
Hoy venimos a proteger a los argentinos con esta ley. No venimos a devaluar.
No venimos a quitarle valor al peso ni al salario. Hoy venimos a decirle al pueblo
argentino con toda verdad que el régimen cambiario, el régimen monetario, el sistema
económico de la Argentina se derrumbó hace más de un mes.
Los que nos dicen que tienen dudas de votar esta ley --lo digo con enorme
respeto-- porque no quieren devaluar, ya saben la historia de las remarcaciones. ¡Qué
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
fue sino una devaluación sistemática, injusta y arbitraria los siete impuestazos que se
votaron durante la gestión del gobierno anterior y que han ido carcomiendo el salario
real de los trabajadores argentinos, quienes día a día perdían el valor adquisitivo de ese
salario!
¡Qué fueron sino devaluaciones esos recortes salariales, primero del 12 por
ciento y luego del 13 por ciento! ¿Y por qué todavía no se votó el presupuesto de este
año? O no nos acordamos de que el ministro de Economía que derrocó el pueblo estaba
previendo un recorte en los salarios públicos y las jubilaciones del 50 por ciento para
poder sostener un régimen cambiario llamado de convertibilidad, ficticio; el 1 a 1 que
no existía más.
¡Cuánto iba a tener que seguir pagando el pueblo argentino con su salario, los
productores con su producción, para sostener un régimen cambiario que no existe más
en la Argentina, que no se puede sostener! ¡Cómo nos pueden decir que tenemos dudas
de salir de la convertibilidad, como si esta existiera en este momento!
Y el que piensa que todavía existe y hay posibilidades de salvarla, que vaya y
abra las puertas de los bancos para que los ahorristas puedan retirar sus depósitos. ¡A
ver si todavía existe la convertibilidad!
Hace treinta días que los bancos están cerrados y los argentinos no pueden
disponer libremente de sus depósitos y ahorros. Pero eso sucede porque se cayó el
régimen monetario, el tipo de cambio y el sistema económico.
¿Cuánto más va a crecer el índice de desempleo para seguir sosteniendo un
régimen ficticio que no existe más en la Argentina? ¿Qué va a hacer el Congreso si no
votar el proyecto en consideración, si es que pretende proteger los ahorros, el poder
adquisitivo y los intereses del pueblo argentino, que ha confiado en un régimen y en un
Parlamento que en su momento votó la ley de convertibilidad, que ahora no tiene la
culpa de que aquel régimen cambiario se haya derrumbado?
Hoy venimos a proteger a los argentinos. No venimos a devaluar. Les decimos a
los productores, y lo hago en forma personal, como representante de los riojanos, a los
productores olivícolas, que otra vez vamos a poder sentarnos con el Brasil a rearmar y
reconstruir el Mercosur para que podamos volver a exportar. Lo mismo podría decir
respecto de los productores viñateros de La Rioja. Nuevamente, podremos ir a competir
y a ganar premios internacionales en Francia o en México, tal como ocurrió hace años,
lo que debimos abandonar por la falta de competitividad de nuestros productos y por la
sobrevaluación de nuestra moneda.
Venimos a decir que se abre un panorama distinto y que el Congreso va a
proteger la producción y el trabajo.
Acá se dijo seriamente que no será fácil. Pero de ahí es que le exigimos al
Estado nacional y a los Estados provinciales que hagan uso de todo el poder de policía
que poseen para sancionar severamente a quienes efectúan actos de pillaje remarcando
productos de consumo familiar o desabasteciendo medicamentos. Deben volver a
funcionar las secretarías de Comercio de las provincias y de la Nación en defensa del
ingreso y de la tranquilidad pública de los argentinos.
Estoy seguro de que tener un doble tipo de cambio no es la solución;
seguramente que no lo es. Pero no tengo dudas de que vamos a llegar a un régimen
permanente con una canasta de monedas, tal como lo planteó el señor senador Terragno,
porque es lo más saludable en una economía globalizada. Pero, previo a ello, el Estado
debe dirigir el proceso que conduzca a recrear la confianza, la estabilidad y la
tranquilidad de los argentinos.
¿Acaso se piensa que en las actuales circunstancias se pueden abrir las puertas
de los bancos y establecer que flote el tipo de cambio? El Estado debe estar orientando,
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
dirigiendo y sancionando severamente al que pretenda lucrar con la crisis y con los
problemas de los argentinos.
Estoy convencido de que votaremos un proyecto justo y necesario. De lo contrario, qué
será de los ahorristas, de los que tienen deudas en dólares y de los argentinos que hoy
no tienen trabajo.
Cuando asumió el anterior gobierno, el índice de desempleo alcanzaba al 13 por
ciento y ya estábamos en recesión, con un nivel de reservas de 33 mil millones, que
todavía daban sustento a la convertibilidad. Pero han pasado dos años, perdimos casi
dos tercios de las reservas, se han votado siete aumentos de impuestos y dos recortes
salariales y la tasa de desempleo aumentó del 13 al 23 por ciento. Entonces, ¿cuánto
más tendrá que seguir pagando el pueblo argentino para sostener un régimen cambiario
que se murió?
Señor presidente: es por estas razones que estoy convencido de votar
afirmativamente el proyecto de ley en consideración. No tengo dudas porque estoy
convencido de que la futura ley le devolverá la tranquilidad a los hogares argentinos.
Además, vengo como militante peronista a hacerme cargo de mi gobierno, del
presidente que hemos designado, y a fortalecer la autoridad del presidente. Quizás uno
de los problemas más serios que tuvo el anterior gobierno haya sido la falta de autoridad
política y de respaldo. Y lo digo con una honesta crítica a los sectores de lo que fue la
Alianza gobernante. Nadie se hacía cargo del presidente que habían elegido.
Hoy venimos a hacernos cargo de este presidente, venimos a apoyarlo no sólo
por disciplina partidaria sino porque además lo merece. Porque fue nuestro último
candidato a presidente, porque gobernó dos veces la principal provincia argentina,
porque fue vicepresidente de la República, porque en las últimas elecciones fue uno de
los ciudadanos de mayor legitimidad popular. Y cómo no vamos a apoyar a un
presidente que tiene tamaño gesto de grandeza, que en lugar de echar culpas por la
herencia recibida y de la que se tuvo que hacer cargo --y vaya si tendría razón de hablar
de lo recibido--, convocó a la unidad nacional, apeló a quienes por propias palabras, con
mucha hidalguía y humildad --lo reconozco-- confesaron su fracaso en la gestión de
gobierno.
Y este presidente, que el peronismo apoyó y que se designó desde el Congreso
Nacional, en vez de hacer uso del artilugio político que todo gobierno entrante tiene,
que es echarle la culpa al anterior para obtener un poco de crédito, no tuvo una sola
palabra en desmérito del gobierno que se había retirado tristemente del poder. Al
contrario, convocó a los miembros del anterior gobierno a la unidad nacional.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sr. Alfonsín. -- Señor presidente: hace cinco minutos que están reunidos en los
respectivos templos todos los credos argentinos para elevar una oración por la Patria y
cantar el Himno Nacional. Daría la impresión de que hay una comprensión cabal de lo
que sucede, que provoca en los distintos sectores espirituales que a veces se encuentran
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
en posiciones muy diferentes, la necesidad de rogar a Dios para que tengamos éxito y
para que trabajemos con sentido de unión nacional.
No quiero decir que esta tarde se haya trabajado con otro sentido en el Senado,
pero pienso que seguramente no hemos dado el ejemplo que quienes nos están viendo
por televisión esperaban de nosotros en todos los casos.
Creo que en primer lugar tenemos que comprender que esto es sólo un principio.
Daría la impresión de que algunos señores senadores suponen que esto es todo y,
entonces, formulan críticas porque no tienen una concepción definitiva de todo el
proceso económico; algo imposible de lograr.
Además, daría la impresión de que todos los credos argentinos comprenden las
dificultades que estamos viviendo, de lo que nos estamos salvando, de lo que nos hemos
salvado, diría yo: de un baño de sangre. Porque coincido con lo que dijo el señor
senador por Jujuy en el sentido de que aquí no hemos ido a la guerra civil porque no
había bandos en contra pero que estábamos en el caos, en la anarquía o muy cerca de
ella. También pienso que estas circunstancias, que se me ocurre que son comprendidas
por todos los argentinos, primero que nadie deben ser comprendidas por quienes
intentamos representarlos, nada más y nada menos, que en el Congreso de la Nación.
Desde luego, entonces, este es un principio y tendrá que ser complementado,
como lo señaló también muy bien el señor senador por Mendoza cuando habló de las
soluciones a todos los problemas sociales que debían ponerse en marcha. Y esto es
urgentísimo, señor presidente. Este es el principio y esta misma semana tienen que estar
en marcha soluciones indispensables para nuestro pueblo vinculadas con programas
alimentarios y, si se quiere, con la atención de más de 260 mil jefes de familia
desocupados, de los cuales 60 mil son mujeres, y de los niños de esos hogares, menores
de quince años, tal como estaba previsto por nuestro gobierno.
No voy a hacer, como mi distinguido colega de la provincia de Buenos Aires, un
discurso radical tal como él lo hiciera por el peronismo. Por eso, en aras de este sentido
que quiero darle a mis palabras, no voy a contestar diciendo todo lo que hizo mi partido
en su historia por el país, no voy a decir que esperen el balance de algunas cosas buenas
que también se hicieron durante el gobierno del presidente de la Rúa, ni me voy a referir
--ya que tendré seguramente otra oportunidad para hacerlo-- a la decisión que tomé, de
carácter democrático y que la historia algún día aplaudirá, de dejar el gobierno después
de que se había elegido presidente y cuando se reclamaba esa anticipación por todos los
partidos del [Frejuli] y por el propio presidente electo.
Se ha señalado que la política es el arte de lo posible. Otros dicen que es el arte
de hacer posible lo imposible. Son frases ingeniosas, señor presidente, pero poco más
que eso. La política es la necesidad de contestar a los problemas de la realidad con la
mayor urgencia y, sobre todo, es no considerar a lo probable como ineludible.
Aquí se han dicho todas cosas razonables. Todos se han expresado con alguna
razón en las distintas posiciones. Pero la razón fundamental es que estamos frente a la
necesidad urgente de resolver los problemas de la Patria. Eso es lo que junta a las
iglesias argentinas. Cómo no nos vamos a saber juntar los políticos argentinos para
encontrar soluciones que den la posibilidad a todo nuestro pueblo de superar los
problemas más afligentes.
Se ha dicho de todo acá. Y es cierto. La devaluación puede producir una
disminución, que yo creo que es muy pequeña, del salario real. Pero tengo el
convencimiento de que este proyecto hace al incremento de la producción nacional, lo
que significará sin duda alguna disminuir la desocupación y, en consecuencia --también
sin duda alguna-- aumentar el poder de compra del pueblo. Las familias tendrán más
empleados y encontraremos la forma más rápida de salir de los gravísimos problemas
283
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
que teníamos cuando estábamos encerrados en una ley de convertibilidad que sólo
permitía al gobierno, carente de la posibilidad de realizar cualquier medida cambiaria,
monetaria o financiera, la única posibilidad de hacer ajustes para seguir manteniendo
ese tipo de política.
Desde luego que hay cosas que nos gustaría que hasta en la redacción fueran
distintas. Pero resulta necesario comprender algunas cuestiones y quiero ser muy breve.
¡Qué extraño, señor presidente! ¡Qué extraño que se pueda sostener que esta ley atenta
contra los sectores populares argentinos y que, al mismo tiempo, el presidente de la
Nación haya tenido que resistir con valentía los lobbies de todas las empresas
privatizadas... (aplausos) ...de las petroleras y de los bancos! (Aplausos.) ¡Parece que es
una contradicción extraordinaria!
Esto me ha hecho acordar a un libro que leí hace tiempo. Era de Erich Fromm y
creo que se llamaba Podrá sobrevivir el hombre. Él señalaba que así como había
enfermedades en las personas, también las había en la política; y que una de las
enfermedades características de las personas era confundir lo posible con lo probable.
Eso se llama paranoia, humanamente. ¡Todo es posible! Es posible que a mí, por
ejemplo, me pase que termine con una serie de improperios, que me llame a la reflexión
el señor presidente y que me tenga que ir de esta sala. ¡Es posible, porque todo es
posible, pero es absolutamente improbable! Entonces, lo que creo es que aquí también
nosotros no tenemos que confundir lo posible con lo probable.
¡Todo es posible, incluso los desastres! ¡Es posible que tengamos que seguir
tolerando --y yo no coincido para nada-- que el justicialismo haya sido un partido
político que logró una definición conjunta con el neoliberalismo! ¡No puede ser, porque
no sería el justicialismo que hemos conocido durante todo este tiempo! El
neoliberalismo se basa en el mercado autorregulado, en el Estado mínimo, en la
democracia elitista; en la definición de Schumpeter que nos dice que la democracia no
es nada más que la competencia de los partidos políticos por el voto del pueblo, cuando
la democracia es una forma de vida, es una forma de luchar por la dignidad, es tomar las
libertades negativas de la república para hacerlas positivas a través de los derechos
sociales. Y en eso coincidimos todos. Entonces, ¡no caigamos nosotros también en la
confusión paranoica de decir que todo puede ser posible. ¡Y, sobre todo, digamos que lo
probable no es ineludible si hay unión nacional! Incluso, se puede expresar al revés la
frase, así como lo dijo un autor cuyo nombre no recuerdo y por eso no lo cito: lo
improbable tampoco es ineludible.
A lo mejor, algunos piensan que en esta globalización "insolidaria" que vivimos
es improbable que recuperemos nuestra capacidad de decisión nacional. Pero si sabemos
estar juntos, si sabemos superar nuestras diferencias menos graves, si mantenemos la
voluntad de ser cada uno sin caer en homogeneidades ni en extremismos que impidan
considerar el argumento del otro, sin ultras de un lado ni del otro, que en definitiva se
van a juntar --porque hemos visto que son los ultras de la izquierda junto con los ultras
de la derecha los que están en contra del pueblo argentino, llevándonos a la
desesperanza y diciendo que todo se ha terminado en la Argentina y que será imposible
resolver los problemas--, tengan la certeza de que daremos el ejemplo de esta unión
fundamental. Y de nuestra parte lo vamos a dar, señor presidente, evitando yo en este
momento la tentación de hacer otro tipo de defensa de nuestra acción o de caer, quizás,
en las críticas que de ninguna forma es necesario producir en este momento a los que
gobernaron anteriormente. Aquí trabajamos con sentido de unión nacional o dejamos de
ser una Nación. Aquí tenemos que trabajar juntos por nuestra identidad nacional y
cultural. Esto ya se está llamando capital social. Así lo dice Kliksberg y varios
economistas que sostienen que ya está medido econométricamente ese capital social que
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
es la confianza que se tenga el pueblo o una sociedad entre sí, unos con otros. Es la
posibilidad de participar, la voluntad de comprometerse. Eso es lo que debemos
fomentar entre todos y no lo vamos a hacer, desde luego, si seguimos echándonos la
culpa de todo lo que pasa, desacreditándonos nosotros mismos hablando del gasto
político, como si el gasto político fuera la razón de lo que ocurre en la Argentina. Desde
luego que necesitamos una conducta extremadamente austera, pero no porque sea
definitiva para la solución de los problemas sino por la ejemplaridad que tiene que dar
la política en estos momentos, demostrando que es ella la que más se debe esforzar y
sacrificarse --si es necesario-- para encontrar la solución de los problemas del pueblo
argentino.
Entonces, con toda certeza debemos saber que luchamos con este criterio de
unión nacional que nos pone de pie a todos juntos, no solamente a justicialistas o
radicales sino a todos los partidos provinciales y a todo el pueblo argentino. Porque
todos hemos comprendido que cuando la miseria golpea una puerta no pregunta si la
familia que vive adentro es peronista, radical, frepasista o de cualquier otro partido, sino
que golpea y entra nomás. Porque todos, además, hemos comprendido que para llevar
adelante todo lo que queremos debemos ser una Nación que proclame ante todos los
pueblos del mundo que los argentinos queremos seguir siendo esa Nación y nos vamos
a resistir a ser una colonia. (Aplausos en las bancas y en las galerías.)
Sr. Presidente (Maqueda). -- Tiene la palabra el señor senador Gioja, que es el último
inscripto en la lista de oradores.
Sr. Gioja. -- ¡Qué difícil, señor presidente! Y digo que es muy difícil porque recuerdo
de la época en que era más joven --allá por la década del 80-- a aquel brillante político
argentino que yo, desde mi querida y pequeña San Juan, admiraba y observaba cómo
elaboraba sus discursos. Tuve pena porque ganó las elecciones de 1983, no obstante lo
cual creo que aprendí mucho de él. Y hoy, por estas cosas de la vida, a aquel joven
provinciano --a lo mejor, con impertinencia-- le toca hablar después de quien, sin duda,
es un patriota de la Argentina, que acaba de exponer antes que yo.
Entonces, digo que me resulta difícil porque cuesta enhebrar algunas ideas.
Había elaborado un montón de reflexiones para hacer en este recinto, pero quiero ser
muy breve para expresar el pensamiento de mi bloque, el justicialista, que debe ser el
mismo de la gran mayoría del pueblo argentino.
En estos últimos catorce días --creo que por primera vez en la historia del país--
quienes somos legisladores hemos tenido que pasar muchas horas para ir encontrando
soluciones ante los momentos dramáticos que hemos vivido. Y creo que la conclusión
de eso es que el justicialismo no compitió para conseguir este gobierno sino que lo
asumió como un servicio patriótico para superar el vacío de poder creado por la más
grave crisis que ha enfrentado la Argentina en su historia. Al respecto, no vale la pena
echar culpas, porque todos tenemos un poco de responsabilidad. Esta es la situación que
hoy enfrentamos y la tarea que por abrumadora mayoría --casi el 90 por ciento de los
votos de la Asamblea Legislativa-- se encomendó al nuevo presidente Eduardo Duhalde.
Es la tarea que creo que tenemos que apoyar todos los que queremos a la democracia y a
la Argentina.
En dicha Asamblea dijimos que nos comprometíamos a brindar al Poder
Ejecutivo los instrumentos y las herramientas legislativas que necesitara. Este proyecto
es, sin duda, la primera de dichas herramientas.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
-- Asentimiento.
Votación
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sr. Lamberto. -- Señor presidente: después del largo debate producido en la Cámara de
Diputados, teniendo en cuenta los tiempos de emergencia que estamos viviendo y el
hecho de que estamos jugando casi contrarreloj, es imposible que esta norma vuelva a
ser considerada en el día de la fecha en la Cámara de Diputados. Algo similar ocurrió
hace once años cuando se votó la ley de convertibilidad, donde a pesar de las
sugerencias, inquietudes y pedidos de los señores legisladores fue imposible introducirle
una modificación, aunque sea una sola coma, en el debate en particular; entendiendo
que hay legítimos reclamos y que va a haber otras leyes en las que podremos incorporar
o analizar este tipo de pedidos.
Por lo expuesto, en mi calidad de miembro informante del proyecto de ley,
anticipo que no vamos a aceptar ninguna modificación en particular. Asimismo les pido
a los senadores la colaboración para que se vote en particular en una sola votación como
contribución al país, para darle la herramienta al presidente para que ya mismo pueda
empezar a encarar los graves problemas que estamos pasando.
López Arias. -- Señor presidente: recién estuvimos haciendo consultas con los titulares
de los distintos bloques y todos tienen la misma inquietud, que es la de tratar de avanzar
en una discusión que ya se ha extendido largamente. Íbamos a proponer --y así lo
estuvimos consultando-- que se realizara una sola votación en particular y que los
señores senadores puedan insertar sus discursos en el que formularan sus observaciones,
planteándose brevemente algún tema puntual, si fuera necesario, a fin de dar por
sancionado este proyecto de ley.
Sr. Avelín. -- Señor presidente: estaba pidiendo la palabra antes de que se pusiera a
votación la propuesta.
Sra. Avelín. -- Quiero dejar aclarado que si bien es cierto que todos pensábamos que no
se modificaría el proyecto, porque esa es la decisión que tienen, sería importante
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
acelerar los tiempos de este debate en particular, pero yo interpreté en la consulta que se
me hiciera que se iba a abreviar el debate pero no la votación individual de cada
artículo, toda vez que hubo legisladores que anticiparon, como la que habla, que hay
elementos importantes en algunos de ellos o cláusulas de interpretación...
Sr. Gioja. -- Señor presidente: aclaro que vamos a votar artículo por artículo. Hemos
propuesto que los senadores puedan insertar, como corresponde, lo que querían decir
respecto de cada artículo. Obviamente que la votación va a ser artículo por artículo.
-- Se enuncia el artículo 6:
Sr. Presidente (Maqueda). -- Tiene la palabra el señor senador Guinle, que la pidió
primero, y luego el señor senador Maestro.
Sr. Avelín. -- Le pido que mire para acá también, señor presidente.Yo también pedí la
palabra.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sr. Guinle. -- Señor presidente: le agradezco el recordatorio, pero esto no lo podía dejar
pasar.
Estoy defendiendo los puestos de empleo y la actividad económica de mi
provincia. No quiero que la renta petrolera se traspase a la generación de empleo y a la
actividad económica, lo que obligaría a otro decreto de necesidad y urgencia para
apagar el incendio.
En consecuencia y en honor a la brevedad, voy a solicitar la inserción de mi
exposición. Y le voy a acercar a la Presidencia de la Cámara un proyecto de
comunicación --respecto del cual pido a los señores senadores que lo acompañen luego
de sancionar el proyecto de ley--, por el que se solicita al Poder Ejecutivo que en la
reglamentación de la ley, en la determinación de la alícuota y en la aplicación de las
potestades que le otorgamos, tenga en claro la salvaguarda de la actividad económica,
productiva y de la inversión, que implican puestos de empleo no solamente en mi
cuenca, sino en todas las demás. Estos aspectos no deben verse agravados por la
afectación que se va a hacer en virtud de este derecho a la exportación, que afectará a
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
las rentas petroleras. Esto no debe ser trasladado a las actividades productiva, de
inversión, y mucho menos a la generación de puestos de empleo derivados de la
actividad petrolera y de sus servicios conexos.
Para finalizar, solicito que una vez sancionado el proyecto de ley, sea
considerado y aprobado el proyecto de comunicación de mi autoría, y remitido al Poder
Ejecutivo.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sra. Avelín. -- Señor presidente: ya que vamos por el artículo 6°, quiero que quede
constancia de mi rechazo específicamente a los artículos 1° y 2°, porque que no tuve
oportunidad de hacerlo en su momento.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
tecnócrata que entre los recursos afectados incluya al Fondo Especial del Tabaco y a los
subsidios a la zona de la Patagonia...
-- Murmullos en el recinto.
Sr. Morales. -- Entonces, dejo aclarado que nuestro voto es afirmativo en el artículo en
consideración, pero conscientes de que desde ningún punto de vista permitiremos que
entre esos recursos queden incluidos el Fondo Especial del Tabaco y los subsidios a la
zona sur del país.
Sr. Moro. -- Señor presidente: deseo formular dos observaciones que luego serán
concretadas, como ha dicho el señor senador por el Neuquén, mediante sendos
proyectos de comunicación a ser considerados por el cuerpo a fin de que, en el marco de
las previsiones estructurales que contiene el artículo, el Poder Ejecutivo considere
especialmente algunas especificaciones.
Una de esas observaciones tiene que ver con el inciso e) del artículo 6 donde no
fue suficientemente aclarado --esto fue parcialmente anticipado por la señora senadora
Ibarra-- que los beneficios del techo que allí se exponen alcancen y comprendan
específicamente a las cooperativas, mutuales, entidades gremiales y productores rurales.
Estas entidades configuran un contexto de situaciones en mi provincia, y supongo que
en el resto del país también, que tienen una fuerte gravitación en la actividad genuina de
los habitantes y una situación comprometida por el arrastre del sistema financiero
nacional. De modo que sería conveniente una mayor clarificación con respecto a los
alcances y beneficios contemplados en el inciso e) del artículo 6.
La segunda cuestión ha sido anticipada por el señor senador por Jujuy, a la que
adhiero totalmente en lo que hace a la problemática de mi provincia. Ella se refiere a
que, de ser posible, debiera haber algún relacionamiento entre las previsiones del
artículo 6° y las que veremos oportunamente en el artículo 11.
El artículo 6 alude a las obligaciones con el sistema financiero y el artículo 11 a
las obligaciones entre particulares. Pero ocurre que hay numerosas pequeñas y medianas
empresas de comercio y de servicios a lo largo del país que suministran gran cantidad
de mano de obra y que tienen una suerte de realidad por dos frentes.
Desde un punto de vista, poseen una gran cantidad de créditos difundidos --algo
propio de la actividad de las mutuales, cooperativas y entidades gremiales-- entre
particulares, por lo que caerían en lo establecido en el artículo 11 al tener que fijar un
sistema de negociación entre partes o eventual arbitraje y resolución judicial y, por otra
parte, también son deudores del sistema financiero por montos superiores a los 100 mil
pesos, monto máximo contemplado por el inciso e) del artículo 6.
Como dijo el señor senador por Jujuy, el impacto que esto puede producir si se
deja librada la suerte de la negociación entre estas pymes de comercio y servicios y
algunas industrias, que por su naturaleza corresponde su tratativa dentro del marco del
artículo en cuestión, y las entidades financieras, conllevaría demasiados riesgos y, por
tanto, sería conveniente que hubiera una previsión moderadora de una negociación que
ponga higiene y una especie de acompañamiento al sistema de acomodamiento futuro
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sr. Presidente (Maqueda). -- La Presidencia le solicita que haga llegar los proyectos
de comunicación a la Secretaría a fin de ser tratados.
Tiene la palabra la señora senadora por Santa Cruz.
Sr. Presidente (Maqueda).-- La señora senadora cuenta con cinco minutos para hablar.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
El artículo 6°, en su primera parte, contiene una primera norma que dice lo
siguiente: "El Poder Ejecutivo nacional dispondrá medidas tendientes a disminuir el
impacto producido por la modificación de la relación de cambio dispuesta en el artículo
2° de la presente ley, en las personas de existencia visible o ideal que mantuviesen con
el sistema financiero deudas nominadas en dólares estadounidenses u otras divisas
extranjeras. Al efecto, dispondrá normas necesarias para su adecuación".
El carácter imperativo de esta primera parte establece protección no sólo para las
deudas inferiores a cien mil pesos sino para todas las personas físicas o ideales
endeudas en dólares. Quiere decir que cualquiera de las grandes 1300 empresas de este
país que están endeudadas en dólares y reclamen al Poder Ejecutivo que le atempere el
impacto que van a tener en el endeudamiento, lo van a poder lograr legalmente y el
gobierno deberá hacerlo porque estamos diciéndole con carácter imperativo --usted es
abogado, señor presidente, como tantos otros senadores aquí presentes-- que: "...
dispondrá normas necesarias para su adecuación".
Reitero, primer párrafo del artículo 6: protección también para las 1300
empresas de mayor nivel de endeudamiento en el país y a cualquier otra, cualquiera sea
el nivel de endeudamiento. Digo esto porque es necesario que precisemos. Somos
legisladores y con nuestros actos facultamos acciones legales que tienen repercusión en
el patrimonio del Estado y, normalmente, en el de los particulares.
Vamos a la segunda parte...
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sr. Presidente (Maqueda). -- Le pido que redondee porque tengo que ser parejo para
todos; es una cuestión de respeto al Reglamento.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sra. Raso. -- Señor presidente: en línea con lo manifestado por los senadores por el
Chubut, los doctores Guinle y Maestro, creo que resulta importante y se hace necesario
realizar una breve consideración para volver a alertar acerca de las graves consecuencias
que tendrán en las provincias productoras de hidrocarburos las medidas compensatorias
que se establecen en este artículo 6.
Seguramente la afectación de la renta de las empresas petroleras va a ser
trasladada a los trabajadores y a las pequeñas y medianas empresas, así como también a
los comercios de la zona.
Si esto es así, no van a ser exclusivamente las empresas petroleras las que
financien este derecho al sostenimiento de los bancos sino también los trabajadores y las
poblaciones de donde se extrae el petróleo.
Es por esto que el Poder Ejecutivo debe prever el impacto social que se va a
producir y atenuarlo, para que la disminución de la renta de las empresas petroleras no
sea trasladada, directa o indirectamente, a los sectores más débiles, como son los
trabajadores y las pymes del área.
Yo nací y me crié en la ciudad de Comodoro Rivadavia, capital nacional del
petróleo. En consecuencia, he visto y sufrido junto con los habitantes de mi pueblo la
desgraciada privatización de Y.P.F. He padecido el desempleo y también la migración
de nuestra gente. Es por ello que hago votos para que aquí, todos juntos, con el gobierno
nacional y los ejecutivos de las provincias productoras, podamos encontrar los
mecanismos adecuados para que los trabajadores petroleros no vuelvan a ser la variable
de ajuste --como lo fueron en su momento-- de los grupos de presión y de las empresas
petroleras. Muchas gracias, señor presidente.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
senador Guinle-- en una propuesta para presentar de manera previa a la sanción que
tuviera en Diputados este proyecto. Como no lo pudimos hacer, hoy le estamos dando
todo el apoyo a la iniciativa que se está haciendo por vía de este proyecto de
comunicación, tratando de ser equitativos.
Hace unos momentos escuchaba el comentario de algún senador que
sarcásticamente hablaba de las provincias petroleras. Es importantísimo el tema que
estamos tratando en este momento, porque para algunas provincias se trata del mayor
recurso disponible y en este proyecto se está planteado claramente que es el primero que
se toca.
Entendemos el momento histórico que estamos viviendo. Entendemos la
necesidad de cambio. Estamos absolutamente comprometidos con esta propuesta y con
este proyecto, pero queremos dejar sentadas las salvedades que tenemos con relación a
él. Nada más, señor presidente.
Sra. Colombo. -- Señor presidente: con relación a las disposiciones de este artículo 6,
quería compartir con la senadora Fernández de Kirchner su interpretación del primer
párrafo en el sentido de que el Poder Ejecutivo debe disponer medidas que disminuyan
el impacto de esta modificación de la relación de cambio para todas las empresas.
A su vez quiero manifestar mi preocupación porque la pesificación, de acuerdo
con lo que dicen el segundo y tercer párrafos de este artículo, alcanza a aquellas
pequeñas y medianas empresas cuyas deudas contraídas en dólares son inferiores a 100
mil pesos. Entonces, mucho me temo que esto dejará la inquietud de trabajar en forma
inmediata sobre aquellas empresas cuyos pasivos sean mayores a este monto y que son
generadoras de puestos de trabajo, tal vez los últimos que quedan en el sector privado en
nuestro país. Por lo expuesto, creo que debemos asumir el compromiso de trabajar para
encontrar una alternativa de solución para este grupo. En segundo término, lamento que
hayan quedado fuera del alcance de las medidas compensatorias que se establecen en el
segundo párrafo --que beneficia a las entidades financieras-- las cooperativas y
mutuales, por lo que creo que esa es también una deuda pendiente de este Congreso, que
deberá buscar los mecanismos de diálogo con el Poder Ejecutivo nacional para que
juntos encontremos una solución a estos problemas.
Desde ya, comprometo nuestro apoyo a los proyectos de comunicación que se
han anunciado en este momento, los que serán presentados para buscar solución a estos
dos problemas cuya resolución queda pendiente en función de la redacción del artículo
6, que vamos a apoyar, pero con las reservas señaladas.
Sr. Walter. -- Señor presidente: en primer término, es a efectos de dejar constancia del
voto en contra en general al proyecto en tratamiento.
En segundo lugar, solicito que se tengan como insertas en el Diario de Sesiones
las observaciones hechas a los artículos 1, 2, 4 y 6 revisados hasta este momento, en
especial en el caso del artículo 1, en cuanto al plazo de duración de las facultades
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sr. Presidente (Maqueda). -- Perdón, señor senador, pero en esto debo ser estricto:
estamos tratando el artículo 6, razón por la cual le pido que se remita puntualmente a
analizar dicho artículo.
Sr. Presidente (Maqueda). -- Sí, pero lo hemos hecho de acuerdo con la votación.
Sr. Walter. -- Simplemente, era para que se tenga en cuenta lo dicho en los artículos a
los que hice referencia.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sra. Gómez de Bertone. -- Señor presidente: con respecto al punto a) del artículo 6 del
proyecto de ley en consideración, referido a los créditos hipotecarios destinados a la
adquisición de viviendas, quiero destacar que existe una gran preocupación en muchos
jóvenes pampeanos que han sacado créditos en el rubro conocido como "créditos
hipotecarios destinados a otros fines".
En ese sentido, deseo destacar que esos jóvenes que han puesto su negocio, su
consultorio o su estudio, han hipotecado su única vivienda propia, bajo el rubro de
"créditos hipotecarios destinados a otros fines".
En consecuencia, con relación a ese aspecto quiero señalar que deseo que se
considere un proyecto de comunicación referido a ese mismo tema.
Por otra parte, deseo adherir al proyecto de comunicación presentado por el
compañero senador, vinculado con la alteración de los niveles de producción de la
cuenca petrolera, a fin de que estos sean tenidos en cuenta y que, de ninguna manera, se
perjudique el empleo de las familias que viven en las zonas petroleras. Nada más, señor
presidente.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sr. López Arias. -- Señor presidente: dado que todos los senadores han solicitado
inserciones y han hablado, me veo obligado a exponer un muy breve telegrama. (Risas.)
En primer lugar, comparto la preocupación de mis comprovincianos Escudero y Gómez
Diez, por lo que sin ninguna duda voy a apoyar el proyecto de comunicación del señor
senador por el Chubut.
Pero hago dos puntualizaciones. En primer lugar, dentro del texto propuesto, en
virtud de gestiones realizadas por miembros de este cuerpo, se incluyó una norma
expresa que resguarda el valor de las regalías. El senador Salvatori lo conoce
perfectamente, por cuanto fue uno de los que gestionó esa idea, pensada con ese
objetivo.
En segundo término, también en virtud de la gestión realizada por diversos
senadores integrantes de este cuerpo, se logró una ampliación en cuanto a la cobertura
del crédito, comprendiendo con mucha amplitud a todas las pequeñas y medianas
empresas y a todos los créditos personales. De manera que creo que la mayoría de las
preocupaciones que se han manifestado en ese sentido han quedado cubiertas con dichas
modificaciones.
Otra breve consideración que deseo formular es la siguiente. A mí, y creo que le
ocurre lo mismo a los demás, me genera grandes dudas el tema de la posibilidad de
ayudar a las entidades financieras a compensar las pérdidas derivadas de la pesificación.
Sin embargo, yo voy a votar a favor por una razón muy sencilla. Si no brindáramos ese
instrumento al Poder Ejecutivo, los primeros bancos que caerían serían los nacionales;
ellos sufrirían el primer derrumbe. Así que creo que hay que otorgar estos instrumentos
para que realmente se puedan utilizar con la prudencia debida.
Pero también insisto en que nosotros estaremos facultados para controlar que
realmente dicha atribución se utilice para resguardar los derechos de quienes deben ser
custodiados y no para engordar a quienes no lo merecen, dado que ya han obtenido
demasiadas ganancias indebidas.
Quiero señalar un último punto. Una de las grandes falencias de este proyecto de
ley es que no están contemplados los títulos de la deuda pública provincial dentro de
esta pesificación. Quiero dejar a salvo este tema, porque al respecto tenemos el
compromiso del futuro señor secretario de Hacienda, senador Lamberto, y entre todos
los integrantes de este cuerpo asumimos la necesidad de sancionar inmediatamente una
ley especial para solucionar este problema, que de no ser contemplado podría significar
la quiebra de muchas provincias argentinas. Gracias, señor presidente.
Sra. Ibarra. -- Señor presidente: después de la intervención del senador Lamberto, que
había advertido que no se iban a aceptar modificaciones, y del discurso del senador
Gioja, yo entendí que íbamos a insertar nuestras propuestas en particular.
Entonces, de aquí en más, en los demás artículos, dejo constancia de que voy a
insertar lo que pensaba decir cumpliendo con el acuerdo al que todos habíamos arribado
y que por algún motivo no se cumplió. (Aplausos.)
302
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sr. Verna. -- Señor presidente: en esta noche en que las discusiones provinciales,
regionales y nacionales han tensado los ánimos, yo quiero distenderlos trayéndoles el
agradecimiento de los chacareros de La Pampa. ¡Por fin por una vez pusieron
retenciones y se olvidaron de ellos!
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Sra. Curletti. -- Señor presidente: solicito que quede constancia de mi voto negativo al
artículo 15 del proyecto de ley.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
TITULO I
TITULO II
TITULO III
ARTICULO 3° — Deróganse los artículos 1°, 2°, 8°, 9°, 12 y 13 de la Ley N° 23.928
con las modificaciones incorporadas por la Ley N° 25.445.
ARTICULO 4° — Modifícase el texto de los artículos 3°, 4°, 5°, 6°, 7° y 10 de la Ley
N° 23.928 y su modificatorio, que quedarán redactados del siguiente modo:
305
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
"Artículo 6° — Los bienes que integran las reservas mencionadas en el artículo anterior
constituyen prenda común de la base monetaria, son inembargables, y pueden aplicarse
exclusivamente a los fines previstos en la presente ley. La base monetaria en pesos está
constituida por la circulación monetaria más los depósitos a la vista de las entidades
financieras en el BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA, en cuenta
corriente o cuentas especiales.
"Artículo 10. — Mantiénense derogadas, con efecto a partir del 1° de abril de 1991,
todas las normas legales o reglamentarias que establecen o autorizan la indexación por
precios, actualización monetaria, variación de costos o cualquier otra forma de
repotenciación de las deudas, impuestos, precios o tarifas de los bienes, obras o
servicios. Esta derogación se aplicará aun a los efectos de las relaciones y situaciones
jurídicas existentes, no pudiendo aplicarse ni esgrimirse ninguna cláusula legal,
reglamentaria, contractual o convencional —inclusive convenios colectivos de
trabajo— de fecha anterior, como causa de ajuste en las sumas de pesos que
corresponda pagar."
TITULO IV
306
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Capítulo I
ARTICULO 7° — Las deudas o saldos de las deudas originalmente convenidas con las
entidades del sistema financiero en pesos vigentes al 30 de noviembre de 2001, y
transformadas a dólares por el Decreto N° 1570/2001, se mantendrán en la moneda
original pactada, tanto el capital como sus accesorios. Derógase el artículo 1° del
decreto 1570/2001.
307
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Capítulo II
Capítulo III
308
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
diferencias. En este caso, la parte deudora no podrá suspender los pagos a cuenta ni la
acreedora negarse a recibirlos. El Poder Ejecutivo nacional queda facultado a dictar
disposiciones aclaratorias y reglamentarias sobre situaciones específicas, sustentadas en
la doctrina del artículo 1198 del Código Civil y el principio del esfuerzo compartido.
TITULO V
TITULO VI
TITULO VII
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
establecidos en el artículo 127, Capítulo XIII, del Título I, de la Ley N° 11.683, t.o. en
1998 y sus modificaciones.
ARTICULO 18. — Modifícase el artículo 195 bis del Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación, el que quedará redactado del siguiente modo:
ARTICULO 19. — La presente ley es de orden público. Ninguna persona puede alegar
en su contra derechos irrevocablemente adquiridos. Derógase toda otra disposición que
se oponga a lo en ella dispuesto.
ARTICULO 20. — Créase a todos los efectos de esta ley la Comisión Bicameral de
Seguimiento la cual deberá controlar, verificar y dictaminar sobre lo actuado por el
Poder Ejecutivo. Los dictámenes en todos los casos serán puestos en consideración de
ambas Cámaras. La Comisión Bicameral será integrada por seis senadores y seis
diputados elegidos por las Honorables Cámaras de Senadores y Diputados de la Nación,
respetando la pluralidad de la representación política de las Cámaras. El Presidente de la
Comisión será designado a propuesta del bloque político de oposición con mayor
número de legisladores en el Congreso.
ARTICULO 21. — El Poder Ejecutivo nacional dará cuenta del ejercicio que hiciere de
las facultades que se le delegan al finalizar su vigencia y mensualmente, por medio del
Jefe de Gabinete de Ministros en oportunidad de la concurrencia a cada una de las
Cámaras del Congreso, conforme a lo previsto en el artículo 101 de la Constitución
Nacional.
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Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Decreto 30/2002
CONSIDERANDO:
Por ello,
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DECRETA:
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Ley 25.561
TITULO I
313
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
TITULO II
TITULO III
314
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
TITULO IV
Capítulo I
315
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
316
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
Capítulo II
Capítulo III
317
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
TITULO V
TITULO VI
TITULO VII
318
Antecedentes Parlamentarios – Ley 25.561
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