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Basado
en
investigaciones
realizadas
por
John
W.
Welch
La maldicin que Alma pronunci sobre Korihor, "En el nombre de Dios quedars mudo de modo que no podrs expresarte ms" (Alma 30: 49), presenta similitudes con una antigua prctica griega consistente en maldecir a un litigante para que quedara mudo. Cuando la maldicin se hizo efectiva, la falta de aprobacin divina se hizo tan patente que Korihor no tuvo ms remedio que abandonar su litigio. Las maldiciones de este tipo eran comunes en el antiguo mundo mediterrneo, sobre todo en el mbito legal. En dcadas recientes, se han hallado ms de cien maleficios hechos con el fin de refrenar a otros -maldiciones inscritas sobre pequeas lminas de plomo, plegadas y atravesadas con un clavo- en tumbas, templos y ms concretamente en pozos cercanos a los palacios de justicia, donde se colocaban con la esperanza de que una deidad del mundo subterrneo los recibiera y ejecutara. Se conoce este tipo de sortilegios con el nombre de defixiones debido a que se pretenda que sus palabras y poderes sirvieran para frenar o poner trabas (latn "defigo") a un oponente. En la antigua Grecia, podan ser objeto de estos maleficios los rivales en el comercio, en las competiciones atlticas, en el amor, o los adversarios en un litigio.