Vous êtes sur la page 1sur 5

Valor social de las matemáticas

Dentro de mi formación docente, especialmente en el ámbito de la didáctica de la


matemática, han ido surgiendo interrogantes como: ¿qué son las matemáticas? y ¿para qué
sirve hacer matemática? las cuales si cada profesor las responde y tiene plena conciencia de
la razón por la cual está entregando un contenido o concepto matemático puede, es lo más
probable, que genere en el estudiante una verdadera visualización y contextualización del
objeto de estudio, haciendo más cercana a su realidad estas ideas abstractas. Como dice
Chevallard (1997): “La presencia de las matemáticas en la escuela es una consecuencia de
su presencia en la sociedad...”(1), ante esto puedo responder a la primera interrogante,
atreviéndome a afirmar que la matemática es un constructo social, creado para satisfacer las
necesidades de las personas con el fin de mejorar la interacción social y la calidad de vida
de cada persona que integra la sociedad. De este modo, volviendo a la cita anterior, es un
error ver la matemática de la escuela como una isla completamente ajena de nuestra
realidad, donde se considera que la sociedad está subordinada a esta enseñanza, por lo que
se convierte en una razón para aprender matemáticas el hecho que se de en la escuela. Este
error es llamado:"enfermedad didáctica", y es producto de la forma axiomática en que el
profesor enfoca sus clases, dejando de lado cualquier tipo de aplicación en la cotidianeidad
de los conceptos estudiados. Pues bien, si consideramos que el trabajo de los matemáticos
es el de cubrir las necesidades de los demás, es válido pensar que si ellos son capaces de
entender y trabajar con simbología matemática en pos de un beneficio general, entonces
cualquier persona que tiene sólidas bases matemáticas podría realizar también esta
importante labor, y es aquí donde entramos en juego nosotros : profesores de matemática,
pues somos nosotros los formadores de estas bases. De forma más simple aún, es esencial
que los estudiantes asuman este rol de matemáticos, con la finalidad que puedan
comprender la importancia social que tiene esta ciencia y así puedan adquirir pensamiento
matemático, con lo que estaríamos respondiendo a sus inevitables preguntas acerca de para
qué les sirve hacer o aprender un determinado concepto; esta labor claramente, necesita
imperiosamente de profesores capacitados para guiar a "los pequeños matemáticos" pues
tratar de generar pensamiento crítico, reflexivo, inferencial y sobre todo experimentador en
un curso diverso en todos los sentidos, es sin duda complejo y mucho más difícil que el de
pasar la materia de forma conductista, como ha sido "la" táctica usada hasta ahora.
Aun así, me asalta una duda, si supongo que la manera conductista de hacer clases (clases
meramente expositivas, Enseñanza tradicional) es el camino fácil de cumplir como
profesor, no quiero decir que apoyo esta práctica pedagógica pues está claro que no ha
conseguido la finalidad que tiene la educación (la de conseguir aprendizaje en las distintas
áreas por parte de los estudiantes), pero no ha funcionado, entonces ¿cómo se supone que
haremos para que una nueva praxis pedagógica, que requiere la utilización de niveles
cognitivos superiores, por ende mucho más complejo de alcanzar, garantice y asegure el
éxito en el ámbito del aprendizaje de la matemática? esta interrogante, es sin duda una de
las más recurrentes en nosotros futuros profesionales de la educación en esta área y por lo
mismo, considero pertinente que seamos concientes de esta dificultad, para poder abordarla
con la mayor claridad e intencionalidad con el fin de alcanzar estos objetivos considerados
de orden superior y que son importantísimos en el momento en que los estudiantes creen
matemática: "todo aquel que hace matemáticas participa de alguna manera en un trabajo
creador" (1). Ahora sólo resta pensar en las propias necesidades, y motivaciones que
tenemos nosotros pedagogos para poder influir positivamente en la vida académica de los
educandos, para llegar a ser los instructores y facilitadores de un conocimiento que están
por descubrir...

La importancia de esta asignatura

Es difícil escribir cuando tenemos un universo tan amplio para hacerlo, “cualquier cosa…
lo que quieran”, fue lo especificado por la profesora, claro que lo hizo con una intención,
supongo que es la de poder analizar libremente lo que nos pareció o no de lo que hicimos
durante el semestre, para ver si de este modo, podemos expresar realmente lo que pensamos
y sentimos de este curso tan especial denominado Didáctica de la especialidad o para
analizar lo que realmente rescatamos de él.
Pero, ¿qué tiene de especial este curso? Este curso, junto con las otras didácticas que he
tenido, han sido significativamente importantes porque han ido desarrollándose de tal
modo, que yo sin siquiera imaginarlo he descubierto lo primordial que son para nuestra
formación pedagógica, he encontrado un “aliado” para entender que nosotros los profesores
no estamos solos en el mundo, y no somos los que debemos inventar cómo enseñar, sino
que existe un campo que se preocupa de ello, así como se preocupa la misma matemática
de crecer y ser cada vez más eficiente en su búsqueda de solucionar preguntas y responder
las necesidades sociales que se van produciendo conforme crece y avanza la sociedad. Así
también existe una ciencia que se preocupa de estudiar un fenómeno tan complejo que es el
de cómo enseñar para que los demás aprendan, qué sucede en este proceso de enseñanza
aprendizaje, ¿por qué es tan difícil aprender matemáticas?, ¿qué hacer para soslayar este
problema?, ¿qué herramientas necesitan los profesores para hacer bien su trabajo?, ¿qué
debe hacer el profesor en el aula?, ¿cómo se construye en conocimiento matemático?, en fin
son innumerables las interrogantes que quienes estamos interesados en este tema nos
hacemos, que son respondidas por la didáctica de la matemática, siendo ésta la que nos da
las herramientas para ejercer la docencia, pues ante todo seremos Profesores de Educación
Matemática y no Matemáticos perdidos en el mundo que llegamos a una sala de clases por
error, sin más conocimiento que el disciplinar. Con esto quiero enfatizar lo crucial que es la
impartición de esta asignatura, por sobre las demás que son meramente matemáticas, pues
es según lo que aprendamos de ella lo que, nosotros como profesores, vamos a hacer en el
aula. Es claro que la instrucción en la disciplina es importante, pero lamentablemente, y
como ya lo he comentado en reflexiones anteriores, nuestra formación universitaria ha
preponderado prepararnos en estas lides, más que para hacer de educador, lo que nos genera
un problema, pues nos está incentivando a que reproduzcamos el modelo de ser los típicos
profesores que saben mucha matemática, pero no saben enseñarla.
En fin, este curso se ha transformado en un recordatorio constante de las innumerables
tareas que debemos preocuparnos, y que me preocupa hacer mal, pero sobre todo se ha
enfocado de hacernos un llamado a gritos sobre la importancia que tiene que nosotros
seamos profesores con espíritu de cambio, transformación, innovación, pendientes del
estudiante en todo momento de su aprendizaje, que llevemos al aula la necesidad de querer
jugar a hacer matemática, y ¿por qué no? Hacer matemática con los estudiantes, para que
ellos aprendan por si mismos. Donde dejemos de lado el egocentrismo que caracteriza al
profesor de matemática, que se especializa en tratar de demostrarle al mundo lo hábiles que
son con esta importante y “complicada” ciencia, donde muy pocos tienen acceso;
traspasando el protagonismo al estudiante.
A modo de conclusión, quiero decir, que la instancia de poder expresarme a través de este
blog, aunque de forma obligada, me gustó, es difícil aunque grato tener que tratar de
verbalizar lo que pienso, lo que podría pensar y comunicar, dándome cuenta que con un
poco de voluntad y predisposición pude generar una opinión de algo que pensé que no la
tendría, sacándome un poco (creo que todos los cambios son graduales) de mi postura algo
neutra de lo que leo, escucho y veo, postura que estábamos acostumbrados, siendo
demasiados pasivos hasta en el pensamiento. No digo que ahora no lo sea, sino que esta
forma de obligarnos a decir “algo” es un buen paso que me ha llevado, a anticiparme y a
tratar de generar opinión de lo que ocurre a mi alrededor, cosa que considero positiva, pues
como profesora, debo ser un ente crítico, con una opinión fundada y sobre todo con una
postura clara acerca de cómo enfrentaré mi profesión, tanto dentro como fuera del aula.
Espero que este sea sólo un primer paso y no quedar estancada aquí con las manos
cómodamente atadas, creo que la idea de tener una opinión clara es para poder defenderla y
crear cambios aunque sean mínimos, dentro del pequeño mundo educativo en que me
desenvuelva. Por todo esto y por generar en mi conciencia y preocupación por mi futura
labor docente es que le doy las gracias a la profesora que impartió esta asignatura, porque
además no es fácil tratar de generar un pensamiento crítico y reflexivo en perdonas tan
cuadradas como nosotros, que la gran mayoría es absolutista y poco amigos de las
innovaciones.

¿Es lo mismo hablar de Educación Matemática y de Didáctica de la


Matemática?

Este blog o edublog está dedicado a la asignatura denominada: Didáctica y Evaluación de la


Matemática y como lo dice su nombre es menester conocer lo referente a La Perspectiva de
la Didáctica de las Matemáticas como Disciplina Científica de Juan D. Godino. En este
trabajo se mencionan dos posturas; la primera donde se diferencian claramente lo que es
Didáctica de la matemática con lo que es Educación Matemática y la segunda postura la
cual es adoptada por el autor en este texto, que se refiere a la Educación y Didáctica de la
Matemática como sinónimos. De forma responsable y autónoma, tengo razones para apoyar
o considerar más válido la postura que sostienen Rico, Sierra y Castro (2000) para quienes
Educación Matemática es “todo el sistema de conocimientos, instituciones, planes de
formación y finalidades formativas” y Didáctica de la Matemática es descrita como “la
disciplina que estudia e investiga los problemas que surgen en educación matemática y
propone actuaciones fundadas para su transformación” (1). Ante esta definición se puede
inferir que los autores consideran distintos ambos conceptos aunque complementarios, por
lo que se puede afirmar que el término de Educación es mucho más amplio y más complejo
que el término de Didáctica puesto que ponen a ésta última al servicio de la educación al
mencionar que investiga y estudia sus problemas. Es por ello que se pude considerar a la
Didáctica como uno más de los aspectos presentes en la Educación de esta ciencia, dado
que todo lo que concierne al proceso de enseñanza, al cómo enseñar, tema que nos
preocupa a nosotros futuros docentes, es propio de la denominada ciencia experimental o
didáctica de la matemática, de forma específica y claramente pertenece, de forma más
genérica, a lo que es la Educación de esta disciplina.
La educación es un término tan complejo y a la vez tan genérico que es necesario establecer
indicadores más específicos que sean capaces de describir las distintas modalidades que
educación contiene, algunos de ellos son: el ámbito curricular (qué enseñar), el ámbito
didáctico (cómo enseñar) y el ámbito evaluativo (cómo evaluar), además tiene otras
ciencias a su servicio como los son: La Orientación Educacional, Gestión Educativa,
Psicología educacional, Historia Educacional, Sociología educacional, entre otras. He
especificado los distintos aspectos que la Educación contiene, con la finalidad de crear en
usted (lector) una amplia visión de la complejidad mencionada por mi, anteriormente, ante
ello no está demás recalcar una vez más que en esta especificación se ve claramente en que
lugar está la didáctica respecto a la educación de la Matemática, cabe destacar, que esto no
significa que no sea importante, pues la Didáctica es esencial para el quehacer pedagógico
y más aún es esencial para llevar a cabo el proceso de enseñanza – aprendizaje, pues la
didáctica se preocupa principalmente de lo que ocurre dentro de la sala de clases, siendo
aquí donde todo lo que rodea y perfila a la educación debe llegar a término y efecto.
En conclusión la Educación matemática no puede ser vista como un sinónimo de didáctica
de ella, pues se estaría limitando sólo a un nivel de los ya mencionados. Ante me surge una
duda, ¿por qué estudiosos de esta materia mucho más preparados en el tema que yo, no
consideran estos aspectos, es más los ignoraron, pues consideran a la didáctica y la
educación de la matemática cómo una sola? ¿Acaso el Sr. Godino consideró estos
conceptos como sinónimos como parte de un proceso de simplificación en su trabajo, que
por cierto pertenece a un curso de doctorado “teoría de la educación matemática”? ¿o
quizás existen otros fenómenos que simplemente no mencionó?

La importancia de la buena aprehensión de conceptos matemáticos

En clases de didáctica de la matemática, esta semana, he descubierto la importancia de la


buena enseñanza de los conceptos matemáticos, más aun, he clarificado el método para la
óptima enseñanza de ellos. No quiero sonar incompetente al dar a entender que hasta ahora
he descubierto esta importancia; sino que me dispongo a recalcar que la buena o mala
educación de los conceptos predispone irremediablemente al éxito o al fracaso del
aprendizaje de la matemática, considerándose, ésta uno de los principales motivos para que
se produzcan los llamados: Obstáculos Didácticos en el aprendizaje de estas ideas (Un
concepto es una idea (1)). Los obstáculos didácticos son aquellos que están asociados a los
procesos de enseñanza, responsabilizando en gran parte al profesor en esta materia, pues
como aparece en “La Educación Matemática en la Enseñanza Secundaria” (1997): “un
obstáculo es un conocimiento adquirido, no una falta de conocimiento”, por lo que,
considerando que el gran gestor del conocimiento es el Profesor, entonces interpreto que es
su deber (o digo mejor) es Nuestro deber o responsabilidad la de sobrellevar estos
obstáculos y qué mejor manera que la de evitarlos. No pasa de igual modo con los errores
en que habitualmente pueden caer los estudiantes, pues los errores son fundamentales para
el propio aprendizaje de los escolares, porque como dice el dicho “echando a perder se
aprende” (esta frase sólo la limito para los que son estudiantes de un aprendizaje en
particular, no así los profesores, quienes tienen pocas chances de equivocarse, pues sus
errores en la enseñanza son cruciales y decisivos en la vida de sus estudiantes y pocas veces
aprenden de ello), ya que los errores nos otorgan pistas acerca de cómo va progresando
cada estudiante, y cómo va aprendiendo, información que es útil a la hora de buscar
estrategias para terminar con los errores y para detectar falencias y dificultades en los
educandos.
Sin embargo, la tarea de realizar una buena enseñanza de los conceptos matemáticos no es
sencilla, teniendo como base la de evitar los obstáculos de tipo didáctico, pues encontrar
estrategias metodológicas para educar acerca de ideas tan abstractas, como lo son las ideas
matemáticas, suponen un verdadero desafío de índole intelectual a los profesores que se
disponen a realmente lograr una aprehensión de estos conceptos y no una llana
memorización y aplicación axiomática de ellos. Para ello, y tomando en consideración la
compleja naturaleza matemática, es claro destacar que la dificultad de ella radica en que la
matemática es un constructo humano, y por ende no existe nada concreto con lo que pueda
explicarse qué es matemática y peor aun, no se podría explicar, por este camino, los
conceptos que son parte de la formación de esta ciencia, es por ello que para explicarlos es
necesario de la utilización de otras ideas que muchas veces se tornan tan abstractas como la
principal. He aquí donde el profesor debe poner en práctica, no sólo sus conocimientos
específicos matemáticos, sino que su docencia, es decir sus habilidades educativas, sus
estrategias, es en esta labor, donde la entrega del contenido debe ser significativa, y que
mejor manera que la de darles ejemplos que sean significativos para los estudiantes,
ejemplos que supongan un interés y motivación en el tema, y que les den las pistas (a los
estudiantes) hacia dónde está enfocado el problema, y sobre todo cómo puede llegar a ser la
definición de tal concepto. Es importante centrarse en que los conceptos básicos estén bien
interiorizados en el estudiante, pues siendo así los nuevos conceptos son más proclives al
éxito en su enseñanza, no así si el concepto no fue madurado correctamente por el
estudiante, quien si no comprendió bien un concepto base, difícilmente podrá seguir
construyendo aprendizaje.
La tarea es clara, somos nosotros los futuros pedagogos, los llamados e terminar con la
reproducción de segunda clase de ejercicios sacados de textos, haciendo una especie de
traspaso de un lado a otro (de un texto al cuaderno de los estudiantes), donde consideramos
a los estudiantes como seres pasivos o cómo computadoras que sólo transcriben y deben dar
resultados positivos, pues bien, me pregunto, si los profesores que llevan años en el sistema
escolar chileno, hubieran percibido la importancia de una buena educación de los conceptos
matemáticos, ¿nos hubieran hecho clase de la manera conductista en que nos formaron? Yo
creo que no, pues este modo de concebir la matemática y sus conceptos no admiten un
modo estructural de enseñanza sino que permite y exige al profesor que atienda la
diversidad intelectual de un curso que es rico precisamente en diversidad, tanto económica,
social, política, religiosa como cognitiva. “Una respuesta posee más significado para quien
antes ha formulado la pregunta” (1),es decir, el profesor deberá crear instancias para que los
alumnos reflexionen y tengan necesidades que se reflejen en múltiples dudas, sólo así podrá
ser un tema significativo para el estudiante ¿pero el profesor debe adelantarse a las
necesidades que potencialmente se producirán en ellos, o deberá esperar a que los
estudiantes las formulen?
http://carolmaster-1001.blogspot.com

Vous aimerez peut-être aussi