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Publicado en XVII Reunión Anual de Etnología, pp. 33-40.

Museo Nacional de Etnografía y Folklore, La Paz. 2004.

DANIELA VALENZUELA1, CALOGERO SANTORO2, ÁLVARO ROMERO1, VIVIEN 5TANDEN2

Arte Rupestre Inka e integración estatal. Valles


de Arica, Norte de Chile3
Este trabajo busca comprender el proceso de expansión del Estado Inka hacia las áreas
periféricas del sur de los Andes, particularmente en los valles costeros de Lluta y Azapa del
extremo norte de Chile. Este proceso es analizado desde el arte rupestre, un registro material
con un fuerte componente ideológico, pero que ha sido escasamente considerado en las
reconstrucciones prehistóricas de la zona. Nuestro objetivo central es explorar el rol del
arte rupestre –en tanto soporte material de transmisión de ideología– en el proceso de
integración que experimentaron las poblaciones locales ante el arribo de la influencia incaica en
los valles de Lluta y Azapa. Hablamos de proceso de integración porque involucró diferentes
entidades sociales (grupos locales, grupos de tierras altas y el estado Inka), que interactuaron en
un mismo espacio, con sus propios intereses y necesidades, insertas dentro de un proceso
político mayor vivido a nivel regional. De allí que las relaciones sociales involucradas en este
complejo proceso debieron desarrollarse a distintos niveles, más que constituir relaciones
unilaterales entre la población "local" y el Estado Inka.

En este contexto tratamos de responder a las siguientes preguntas: ¿Existe en el área de


estudio un arte rupestre que pueda ser reconocido como Inka? Si existe ¿cómo se relaciona
con el proceso de expansión del estado? ¿O este arte rupestre fue una expresión ideológica
local?

Para responder estas preguntas analizamos comparativamente tres sitios habitacionales del
extremo norte de Chile ocupados durante el período Tardío (1400-1530 d.C): Millune y
Vinto en el valle de Lluta y Achuyo en el valle de Azapa. Estos tres sitios corresponden a
poblados de estructuras de piedra con presencia de bloques grabados, que presentan los
siguientes componentes sociales que interactuaron en el período Tardío:
1) Grupos locales de tierras bajas caracterizados por los tipos cerámicos de la cultura
Arica: San Miguel, Gentilar, Pocoma (Dauelsberg 1995 [196C1; Unbe 1999)
2) Entidades de las tierras altas integrados por Charcollo un tipo cerámico de origen
serrano y los tipos negro sobre rojo de origen altiplánico (Santoro et al. 2002).
3) El estado Inka propiamente tal, representado por los tipos Saxamar (o Inca-
pacaje) e Incas (decoración cuzqueña) (Romero 2002; Schaedel 1957).

Sin embargo, estos componentes no son excluyentes. Así, Millune y Achuyo (dos de
los sitios que integran este estudio) son sitios esencialmente de tradición local pero que
incorporan gradualmente elementos de tierras altas dentro de su repertorio material. En
Vinto, el tercer sitio de este estudio, en cambio, el componente local es
prácticamente inexistente mientras que hay una clara tendencia de integración de
elementos altiplánicos e Inkas.

1
Departamento de Arqueología y Museología, Universidad de TarapacS, Casilla 6-D, Arica. Chile.
dvalenzu@uta.cl, aromero@uta.cl
2
Centro de Investigaciones del Hombre en Desierto y Departamento de Arqueología y Museología,
Universidad de Tarapacá. Casilla 6-D, Arica, Chile, csantoro@uta.cl, vstanden@uta.cl
3
Proyectos Fondecyt 1000457 y 1030312
34 Reunión Anual de Etnología • ARQUEOLOGÍA, PALEONTOLOGÍA Y ARTE RUPESTRE

Para el análisis consideramos las siguientes variables: ( 1 ) características del


arte rupestre; ( 2 ) condiciones de emplazamiento del arte rupestre, ( 3 )
características arquitectónicas y de organización espacial de los poblados; (4)
componentes culturales de los asentamientos (a partir de muestreos de cerámica
superficial).

Descripción General del Área de Estudio


Los valles de Lluta y Azapa son típicamente valles de la vertiente occidental de los
Andes en el extremo norte de Chile, de características desérticas sin precipitaciones
locales. La disponibilidad de agua depende exclusivamente de lluvias generadas en la ;
alta cordillera y vertientes de aguas subterráneas que afloran a lo largo de los valles. Los
"espacios de ocupación prehispánica se restringen a pequeñas terrazas ubicadas en forma
discontinua a lo largo de estos valles, asociadas a vertientes.

Nuestro estudio se centra en el sector ecológico que denominamos valle intermedio o


chaupi yunga (sensu Santoro et al. 2002): un ambiente pre-serrano que se ubica
aproximadamente entre 950 y 1800 metros de altitud y entre 50 a 85 km. de la costa.
Este ambiente es ideal para productos de clima cálido y seco, como cocales y maíz.

Descripción de los Sitios


Millune (Lluta-21)
Se ubica a 80 km. de la costa, sobre una terraza alta, amplia y suave pendiente
delimitada por profundas cárcavas laterales que le dan una protección natural a este
asentamiento. Se asocia a terrazas y vertientes que mantienen una vegetación localizada.
Características arquitectónicas de Millune:

Es un poblado de organización compleja, sin rasgos arquitectónicos incaicos, compuesto


por recintos socavados, con pircado de doble hilada. Presenta sectorización funcional de
áreas habitacionales, de almacenaje, funerarias y públicas a modo de "patios". Los bloques
con arte rupestre se ubican dispersos entre los recintos en la parte este del poblado.
Componentes culturales de Millune:

Durante el período Inka, Millune fue habitado por población Arica o local, dada la
mayoritaria presencia de cerámica correspondiente a estos estilos (52%). Destaca además,
una alta incidencia de componentes del altiplano representado por cerámica Negro sobre
Rojo (29%) y componentes de la sierra, representados por cerámica Charcollo (5%).
Presenta en cambio una baja incidencia de componentes incaicos (6% estilos Saxamar e
Incas). Consecuentemente se puede considerar que este poblado no estaba bien integrado
a las redes de redistribución del estado, no obstante se vinculaba con poblaciones
altiplánicas y serranas.

Arte rupestre de Millune:

El arte rupestre se restringe a escasos y pequeños bloques aislados, ubicados en el área


habitacional de la parte este del poblado. Particularmente, los bloques se ubican fuera de
los recintos, no forman parte de las estructuras mismas. En este poblado, se registraron
sólo tres bloques en muy mal estado de conservación.
35 Reunión Anual de Etnología • ARQUEOLOGÍA, PALEONTOLOGÍA Y ARTE RUPESTRE

El arte rupestre comprende grabados sobre las caras laterales y superiores de los bloques. Se
compone totalmente de una variante simple de un patrón de arte rupestre que
denominamos patrón abstracto de horadaciones y líneas caracterizado por la
combinación de horadaciones circulares y lineaturas sinuosas o rectilíneas con
bifurcaciones. En la variante simple, las horadaciones y líneas se disponen sin formar
motivos definidos. No existen motivos figurativos en este poblado.

Vinto 1-2 (Lluta-92)


Se ubica a unos 4 km. al este de Millune a 84 km. de la costa, en una explanada
discontinua levantada 5 m. sobre una terraza fluvial de uso agrícola y asociada a vertientes
de agua dulce.

Características arquitectónicas de Vinto:

Vinto 1-2 es un pequeño asentamiento disperso compuesto por un área habitacional


sin rasgos arquitectónicos incaicos, un área funeraria, un espacio público a modo de "cancha" y
un área de petroglifos que incluye nueve bloques grabados. Este espacio esta seccionado por
pequeños muros longitudinales y un muro perimetral que cubre parcialmente el borde sur
del poblado. A diferencia de Millune, los recintos de planta circular no están socavados y son
de pircado simple. Destaca la presencia de un espacio no delimitado, aplanado y despejado
(ca. 250 m2), que definimos como "cancha", de posible uso público, donde registramos
mayor presencia de cerámica Saxamar y Negro s/ Rojo.

Componentes culturales de Vinto:

Vinto, a diferencia de Millune, presenta una fuerte vinculación con el Inka, en la


medida que la cerámica Inka y Saxamar son mayoritarias (47%: Inca Policromo, Inca
Bicromo, 28%, Saxamar 19%). A esto se agrega la alta incidencia del estilo altiplánico
Negro sobre Rojo (32%). La cerámica Arica, en cambio, es bajísima (6%). Esto indicaría
que este asentamiento, posiblemente de origen altiplánico, estaba más integrado a la
esfera del estado Inka.

Arte rupestre de Vinto:

El arte rupestre de Vinto comprende once paneles reunidos en nueve bloques,


agrupados principalmente en el sector oeste de la "cancha". Un bloque forma parte del
muro exterior del sitio.

Todos los paneles son grabados que abarcan las caras superiores y laterales de los
bloques. Los motivos incluyen las dos variantes de lo que denominamos patrón abstracto de
horadaciones y líneas.

La primera corresponde a la variante simple caracterizada por líneas sinuosas con


ramificaciones, asociadas a horadaciones circulares unidos o separados de estas líneas;
las horadaciones y las líneas se combinan sin formar motivos definidos.

Aparece también la variante compuesta del patrón abstracto de horadaciones y


líneas que, de acuerdo con Luis Briones, denominamos "motivo chacra" (Briones et al.
1999). Consiste en campos rectangulares o semirectangulares formados por líneas sinuosas
paralelas y perpendiculares asociadas a horadaciones circulares. Esta variante, a diferencia
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de la variante simple, forma a partir de las horadaciones y líneas un motivo regular y más
estandarizado, "chacra", que se repite sin grandes variaciones en diferentes soportes e
incluso sitios del área.

Esta variante no aparece representada en los sitios Millune y Achuyo, lo que junto a la
alta incidencia de cerámica de filiación Inka y la asociación del arte rupestre a espacios
públicos, le da un sello diferente a este sitio.

Achuyo (Az-58)
Se ubica en el valle de Azapa a unos 80 km. de la costa. Se emplaza en una terraza alta
delimitada por barrancos abruptos, lo que otorga un pleno dominio visual del sector y
permite que el poblado no sea visible desde el fondo del valle.

Características arquitectónicas de Achuyo:

Como Millune, Achuyo es un poblado de organización compleja, sin rasgos


arquitectónicos incaicos, de recintos socavados y pircados de doble hilada, con sectores
habitacionales, de almacenaje, funerarios y públicos. Destaca sobre la ladera abrupta
contigua una serie de ocho terrazas estrechas. Los bloques con petroglifos se dispersan entre
los recintos del área habitacional.

Componentes culturales de Achuyo:

El poblado de Achuyo, al igual que Millune, presenta un fuerte predominio de


componentes Arica (61,5%) y componentes de la sierra y altiplano (cerámica Charcollo
12,8% Negros/Rojo 13,7%). Destaca la baja incidencia Inca (6%). Consecuentemente se
puede considerar que este poblado, de filiación local, no estuvo bien integrado a las redes
de redistribución del estado.

Arte rupestre de Achuyo:

Comprende 24 bloques, todos grabados en mal estado de conservación. Los bloques se


distribuyen dispersamente entre los recintos habitacionales, y hay algunos que forman parte
de los muros de las estructuras. Por lo general se trata de bloques de mayores dimensiones
que los presentes en los sitios del Lluta.

La mayoría del arte rupestre de Achuyo corresponde a grabados de la variante simple del
patrón abstracto de horadaciones y líneas, consistentes en lineaturas sinuosas con
bifurcaciones sucesivas, unidas a horadaciones circulares. Estos rasgos se presentan con
diferentes grados de complejidad y elaboración y ocupan frecuentemente superficies
convexas de las rocas. Una composición recurrente es el grabado de lineaturas que
descienden verticalmente desde la cima de la roca por todos sus lados. El mayor uso de
superficies convexas en desmedro de superficies planas, parece ser una decisión ex profeso por
los artífices con el objeto de lograr un efecto tridimensional.

Una diferencia notoria con los sitios del valle de Lluta es la presencia de camélidos
esquemáticos de 4 patas, de trazos toscos y gruesos, algunos de líneas más rectas, propios del
arte rupestre local del período Intermedio Tardío (cultura Arica). Asimismo, una porción
de bloques (25%) presenta exclusivamente grabados de cuadrúpedos esquemáticos del mismo
tipo anterior.
37 Reunión Anual de Etnología • ARQUEOLOGÍA, PALEONTOLOGÍA Y ARTE RUPESTRE

Discusión
Con relación al rol del arte rupestre en el proceso de integración de las poblaciones de esta
zona al estado Inka, podemos concluir lo siguiente de acuerdo a nuestras preguntas de
investigación. Considerando al Tawantinsuyu como una entidad política dinámica que
empleó distintas estrategias de expansión (D'Altroy 1992; Hyslop 1990; Niles 1993; Uribe
y Adán 1999, 2003), los sitios analizados formarían parte de un contexto particular de
influencia incaica, que parece ser común a los valles bajos y costa de Arica. Se trata de
sitios de origen local que presentan sólo material mueble de filiación incaica.

Distinta es la situación en la sierra y altiplano de la zona, o en las tierras altas de la 2ª


Región de Chile, donde la presencia del Estado es más "visible" espacialmente, ya sea a
través de asentamientos de planificación y construcción Inka que sirvieron al
funcionamiento del Estado, como por ejemplo el tambo y las colqas de Zapahuira en la
sierra de Arica (Muñoz y Chacama 1993); o a través de asentamientos de origen local
con rasgos arquitectónicos incaicos que irrumpen en la instalación urbanística previa,
como por ejemplo Saguara 2, en los altos de Camarones (Schiappacasse y Niemeyer
2002) o Pukara de Turi en el río Loa (Castro y Cornejo 1990; Castro et al. 1993).

Los sitios Millune y Achuyo presentados en este trabajo corresponden a instalaciones


Arica, o sea de tradición local, que durante el período Tardío presentan una leve intrusión
de rasgos muebles típicamente incaicos, como la cerámica Saxamar e Inca.

El sitio Vinto, en cambio, exhibe rasgos y características que demuestran una mayor
articulación con el Estado, aun cuando no presenta arquitectura incaica:

1) Por un lado muestra una muy alta incidencia de cerámica de filiación Inka en
desmedro de lo local.
2) En tanto el arte rupestre incluye el "motivo chacra" que puede considerarse de
filiación Inka.
3) Además, el arte rupestre se despliega en Vinto en un espacio público, en este caso
una especie de cancha, mientras que en Millune y Achuyo los grabados se ubican
en espacios más privados, ubicados entre las unidades domésticas.

El "motivo chacra", registrado tanto en petroglifos como en geoglifos de los valles del sur
peruano y norte chileno, se interpreta sobre la base de información etnográfica como
representaciones de cochas, acequias y campos de cultivo, a modo de imágenes votivas y
prefigurativas para la fertilidad de la tierra y la producción agrícola (Briones et al. 1999).

Este motivo podría ser una derivación de las rocas modeladas en el área del Cuzco
que autores como Hyslop, Gallardo, Vilches y Uribe las describen como parte de la
arquitectura de asentamientos Inkas (Hyslop 1990; Gallardo et al. 1999; Uribe y Vilches
1999; Van de Guchte 1999; Vilches 1999), como los ejemplos de Kenko en Cuzco o
Samaipata en Bolivia.

En la cuenca del Salado en el Loa Superior, los grabados denominados "maquetas"


caracterizados por pronunciados bajorrelieves, también se interpretan como
representaciones de campos de cultivo y sistemas de regadío, y se adscriben al período
Inka en virtud de su asimilación é los afloramientos rocosos modelados incaicos (Gallardo
38 Reunión Anual de Etnología • ARQUEOLOGÍA, PALEONTOLOGÍA Y ARTE RUPESTRE

et al. 1999; Uribe y Vilches 1999; Vilches 1999). La misma conexión sugiere Podestá para
Antofagasta de la Sierra en el NOA (Podestá 1997). Para el caso particular del río Loa, se
plantea que el arte rupestre en el período Tardío funcionó como un emblema de dominio
del Tawantinsuyu (Uribe et al. 2000; Uribe y Vilches 1999).

En este contexto, pensamos que el denominado "motivo chacra", con todas sus variantes
regionales (que presentan similitudes más iconográficas que estilísticas), de mayor o menor
grado de elaboración y monumentalidad, podrían haber constituido uno de los elementos
representativos de la expansión imperial del Inka hacia el sur de los Andes.

Las evidencias presentadas con los tres sitios estudiados permite sugerir la existencia de
un "patrón de arte rupestre abstracto de horadaciones y líneas" que incluye dos variantes:
una variante simple de probable origen local, bien representado en Achuyo y Millune, y en
menor medida en Vinto; y una variante compuesta o "motivo chacra", vinculado al Inka,
presente en el sitio de Vinto.

Nosotros sugerimos que este patrón de grabar bloques con motivos geométricos de
horadaciones y líneas formaba parte de la tradición rupestre local. El Inka lo que hizo fue
tomar este patrón, reacomodarlo según sus propios cánones es tilís tic os y
transformarlo en un motivo mucho más estandarizado (chacras cuadrangulares).
Estandarizado porque aparece recurrentemente bajo las mismas características en
distintos sitios de los valles occidentales Adicionalmente, le confirió un carácter distinto en
la medida que los bloques grabados, si bien se insertaban en un espacio netamente
habitacional (en el asentamiento), con el Inka se trasladan dentro de ese ámbito
habitacional a un espacio de uso público inexistente previamente.

En atención a lo expuesto se puede concluir que la administración del estado Inka en los
valles bajos no se expresó en instalaciones administrativas visibles, lo que D'Altroy (1992),
denomina "estrategias de control territorial". El uso de elementos de corte más ideológico
como el arte rupestre, y de menor visibilidad arqueológica como la cerámica, habla de una
"estrategia de control hegemónico" en los términos del mismo autor, cuyos componentes
comenzamos a dilucidar. Esta administración, sin embargo, estuvo lejos de ser "indirecta"
como pensábamos hasta hace algunos años. Durante este período, el Estado aplicó su sistema
administrativo basado en la contabilidad de los quipus que aparecen en los registros
arqueológicos de Arica y las comunidades locales enfrentaron una serie de cambios que
hemos documentado a nivel de los patrones de asentamiento, uso de bienes de prestigio,
incorporación de nuevas tareas productivas y cambios en la dieta que además afectaron las
condiciones de salud (Santoro 1995; Santoro et al. 2003).

Los resultados de este estudio muestran que el estado también se expresó en el nivel
ideológico, incorporando una serie iconográfica expresada en el arte rupestre, que aunque
pudo ser en algunos casos de origen local, se transformó e integró al sistema ideológico
estatal. En los sitios estudiados el cambio más notorio es el traspaso del arte rupestre de un
ámbito privado a espacios de uso público.

En particular, sugerimos a modo de hipótesis de trabajo que el "motivo chacra" del


patrón abstracto de horadaciones y líneas podría definirse como un indicador iconográfico de
este período. Estos motivos, junto a otros que deberán identificarse en el futuro, se
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desplegaban en sitios públicos, como plazas o canchas donde posiblemente se


llevaban a cabo actos políticos o rituales que sancionaban o ratificaban las
obligaciones de la comunidad con el estado, en el marco de los mecanismos de la
redistribución y la reciprocidad de corte seguramente asimétrica.4
Agosto de 2003

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4
Agradecimientos: Este estudio ha sido financiado por los proyectos Fondecyr Nº 1030312 y Nº IO0O457, y
por el Centro de Investigaciones del Hombre en el Desierto, CIHDE.
40 Reunión Anual de Etnología • ARQUEOLOGÍA, PALEONTOLOGÍA Y ARTE RUPESTRE

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