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Ignacio Ortega
INDICE
PRESENTACIÓN
PRÓLOGO
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………. Pági-
na 4
Marco de la investigación
Metodología de la investigación
I.ESPECTÁCULOS PRECINEMATOGRÁFICOS………... ………………Pági-
na 8
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Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
FO……………………………………………………….. Página 52
Contexto general
La década dorada del cine en Almería
Un nuevo medio de comunicación: Radio Almería
Teatro frente a cinematógrafo
Grandes producciones de cine
Los Pathé-Baby, un lujo reservado
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Pero antes, mucho antes, el cine, como nuevo entretenimiento, masivo y barato,
había llegado a la lejana Almería, por los mismos años en que llegaba el ferrocarril, éste con
medio siglo de retraso y tras hacerse mucho esperar. Más puntual, el cine. Sólo con una
reconstrucción minuciosa de la época, a través de las hemerotecas y los archivos, depósitos
de ignorados tesoros, de memorias y todo tipo de testimonios, incluida la publicidad y aque-
llos programas de mano que se repartían en todas las ciudades andaluzas cada mañana a la
puerta, por ejemplo, del mercado, podemos hacernos cabal idea de la influencia que el
nuevo invento, el pronto séptimo arte, tuvo en la vida cotidiana de los habitantes de una
ciudad pequeña y tranquila como Almería, del impacto que la popularización del cine supuso.
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vedad lúdica del siglo XX. En los años que Ignacio Campos nos describe no ha
aparecido la pequeña pantalla y el fútbol, al menos en Almería, tiene una limitada
incidencia. El cine va a reinar pronto como principal entretenimiento para mayores y
pequeños en esta ciudad dorada de caciques y sueños dormidos.
Muestra el autor, además, la doble virtud, que como periodista tanto aprecio,
de la amenidad y de la concisión. De ahí que sea ésta una obra que se lee con inte-
rés y ante la que uno tiene la sensación de que nada sobra, nada hay que sea su-
perfluo para componer ese marco caleidoscópico de la ciudad de Almería en el
paso del siglo XIX al XX y en el primer tercio del siglo pasado, hasta los trágicos
días de la guerra civil. Puede, como bien dice el autor, quedar algún vacío, puede
producirse algún olvido, es inevitable, pero será muy secundario, porque el panora-
ma que traza es suficientemente rico para que no sólo percibamos el impacto del
nuevo medio, sino que a través de su historia tengamos verdadera cuenta de lo que
era esa ciudad, sus limitaciones, sus afanes, desmenuzados en múltiples detalles
que quizá muchos historiadores antaño despreciarían, pero que hoy valoramos por-
que perfilan verdaderamente la vida cotidiana de la ciudad, incluso mejor que algu-
nos grandes acontecimientos.
Cada nuevo invento nos maravilla, nos parece superar a todo lo precedente.
Es lo que se reitera en nuestros días con Internet. Más lentamente, pero no menos
profundamente, el cine entra en la vida de los almerienses en esos años difíciles del
siglo XX hasta hacerse para una mayoría imprescindible, les da sueños y alegrías,
sorpresa, evasión y risa, se hace espectáculo que congrega a toda la familia, pero
es al mismo tiempo profundamente individual porque cada miembro de esa familia
ve en la misma película algo distinto a sus acompañantes. Es lo que nos describe y
nos descubre esta obra y hay que agradecerle a su autor la paciencia recopiladora,
la ecuanimidad y la habilidad en reconstruir ese peculiar pasado que es la historia
cinematográfica de una ciudad.
Ignacio Ortega, con modestia, no titula su obra “Historia del Cine”, sino “Cró-
nica social del Cine”. El valor y el resultado es el mismo, pero ese título responde
muy bien a lo que busca el autor, que nos describe salones y cafés, barrios y pa-
seos de una ciudad más pequeña, sin duda también más entrañable que la de hoy.
Pero todo ello en función siempre de que enmarquemos la irrupción del cine, del
medio y de su público. De los locales que van surgiendo a veces con nombres ex-
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traños –¿qué lleva a poner a un cine como nombre el de Katiuska, sino una disfrazada
admiración por la revolución rusa?- y sobre todo esa paulatina consolidación del nuevo
arte, primero los ambulantes, luego la mezcla de cine y teatro, de inmediato los prime-
ros cines estables y finalmente esos grandes locales a los que se aplica el calificativo
de lujosos.
Como toda historia que se precie, el ser humano está aquí siempre presente. La
galería de personajes que pululan en torno al cine en Almería en esos 40 años es larga
y a veces sorprendente. Ahí están personas tan interesantes como ese Victoriano
Lucas, fotógrafo, pintor y temprano realizador de los primeros films locales,
minipelículas más bien, casi un Lumière local. Personajes cuya pista se pierde, y todo
historiador local sabe ese drama de que desaparezcan las huellas de una persona que
ha llegado a interesarnos o incluso a apasionarnos. Negociantes oportunistas, románti-
cos del celuloide, más de un arruinado por el cine y algunos, pocos, que prosperan gra-
cias a él, todos desfilan como en una nueva Amarcord felliniana por las páginas de
esta obra.
Los últimos capítulos del estudio de Ignacio Ortega son, a mi juicio, especial-
mente significativos, porque retratan las dificultades en la implantación del sonoro, la
debilidad por lo general del empresariado cinematográfico, el retraso en disponer de
películas habladas en español,
Hoy, cuando tanto ha cambiado la recepción del cine, el negocio del séptimo
arte, Almería y el cine siguen fascinándonos. Si en 800 balas Alex de la Iglesia reivindi-
ca, a su modo, aquellos años en que el desierto almeriense, pero no sólo él,
ambientaba cada año doce o quince películas, en Poniente la granadina Chus
Gutiérrez, se acerca a la Almería de la inmigración y los cultivos intensivos. Nos sigue
atrayendo el drama con fondo almeriense, como en Contra el viento, de Francisco
Periñán, y comprendemos que el cine tienda a ver el Cabo de Gata almeriense como
un último paraíso europeo, sea por el Alan Tanner de El hombre que perdió su sombra,
sea la Pilar Miró de El pájaro de la felicidad.
I.INTRODUCCION
Durante años se ha venido contando en España una historia del cine llena
de incorrecciones y olvidos con respecto a quienes se encargaron de darlo
a conocer, y Almería no está excluida de este desamparo. Las investigacio-
nes más recientes han ido demostrando que las informaciones tienen mu-
chas similitudes en todo el país y, lo que es más importante, las personas
que se ocuparon del negocio del cine en sus primeros tiempos han ido de-
jando rastro de múltiples lugares que, casi siempre, pueden ir conectándo-
se entre sí para contar una historia completa y nueva. Este libro pretende
narrar los comienzos del cine en la Almería finisecular, sus precedentes y
evolución hasta la Guerra Civil y cómo se desarrolló en un lienzo la ciencia
convertida en arte. Hemos podido identificar a algunos de los responsables
de aquellas proyecciones iniciales que restituyen algunos eslabones a esa
antigua cadena de olvidos y extravíos. Pero siempre quedarán vacíos, lagu-
nas y documentos por descubrir y desvelar hasta completar esta narra-
ción.
El cine es un fenómeno complejo que puede ser analizado desde diversos
puntos de vista. Por un lado, el punto de vista del cinéfilo que lo considera
el séptimo arte y, por otro lado, el del empresario que, lamentablemente
en ocasiones, prostituye el arte con el fin de conseguir la mayor rentabili-
dad económica de forma industrializada gracias a este medio artístico.
El cine –permítasenos este breve recorrido por sus inicios para situar y
comprender nuestra historia local- nació como un medio de comunicación
de masas en la sociedad basándose en la fotografía, ya que ésta era el re-
flejo más icónico de la realidad desde el comienzo del siglo XIX. El inconve-
niente de esta representación era que, plasmada en un papel, carecía de
movimiento real. Así Peter Mark Roget llegó en 1824 a la conclusión de que
todo movimiento se podía descomponer en una sucesión de imágenes fijas.
Gracias a él, los fotógrafos de la segunda mitad del siglo XIX se dedicarán a
investigar en la creación de distintos aparatos que irán perfeccionando hasta
conseguir esa sensación o ilusión de movimiento.
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Marco de la investigación
La historia del cine, muchas veces, se ha situado al margen de la investiga-
ción histórica al ocuparse exclusivamente del cine, sin tener en cuenta el
contexto social en el que se ha desarrollado. Este hecho ha sido causa de
disfuncionalidades que ha repercutido en los objetivos, metodología desde
donde abordar los estudios cinematográficos y ámbito. Esta falta de rigor
ha dado como consecuencia planteamientos generalistas que ha venido do-
minando en la historiografía cinematográfica. De ahí que creamos que un
enfoque sectorial de la historia del cine sea más certero pues es capaz de
situar en unas coordenadas más precisas, geográfica y cronológicamente,
por sus resultados mucho más documentados y fiables de lo que son capa-
ces de alcanzar las visiones generalistas. Las ventajas de la historia local
son valoradas por Robert C. Allen y D. Gomey en el libro Teoría y práctica
de la historia del cine, obviamente referidos al caso norteamericano, pero
esta reflexión se puede hacer extensiva también a nuestro país:
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Dice Txomin Ansola González 2 que El camino para lograr ese objetivo pasa
inexorablemente por considerar los estudios sobre la historia del cine como
una parcela más de la investigación histórica (...) En este sentido la elabo-
ración de trabajos sectoriales y de corte local (...) constituye un terreno
excelente para abordar desde una perspectiva más productiva la compren-
sión del hecho cinematográfico en las diferentes realidades en que tiene
lugar. Y Luis Estepa en la revista El Urogallo dice que la historiografía lo-
cal, como un paso más del movimiento de recuperación histórica de la me-
moria del séptimo arte en nuestro país, es absolutamente necesario por-
que hasta ahora el trabajo se ha centrado en los núcleos urbanos más im-
portantes, pero el cine de los pueblos es un deber que los historiadores
locales deben cumplir antes que se desvanezca el recuerdo y la ilusión de
las gentes. 3
Metodología de la investigación
Este volumen constituye un recorrido por ese fascinante mundo de los pri-
meros años del cine a través de la catalogación de cerca de cinco mil pelí-
culas exhibidas en nuestra ciudad. Centrándonos en el campo de la exhibi-
ción cinematográfica local, se han utilizado elementos informativos de la
época; no sólo noticias sino también publicidad del momento, de gran utili-
dad para el seguimiento de las primeras manifestaciones del cinematógra-
fo en Almería. Es un estudio geográfico concreto, Almería, durante un pe-
ríodo de tiempo que corresponde a los primeros cuarenta años del cine en
nuestra ciudad: 1896-1936.
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En los últimos años del siglo XIX llegaron a los veranos almerienses una
serie de extraños aparatos con nombres sonoros y rimbombantes que per-
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cino de Albacete,
al Ayuntamiento
de Almería a fin
de que se digne
concederle sitio
preferente para
montar un barra-
cón teatro conoci-
do por Los Espec-
Linterna Mágica de la Marimore- tros vivos e impal-
na, un espectáculo muy `popu-
lar a finales del siglo XIX. pables, que mide 6
metros de ancho
por 20 de largo y,
además, solicita
que el terreno que
se ubique dispon-
ga de conexión
para gas, ya que el espectáculo de lujo y el gran éxito que le precede así lo
requería. No sabemos si los almerienses pudieron disfrutar esa feria de tan
tentador espectáculo, pero suponemos que no sería el único. 8 Este apara-
to estaría dotado con iluminación interior para poder ver, con todo su color,
las placas de la linterna mágica que producía espectros vivientes, que se
usó por toda la geografía española entre finales del siglo XIX y principios
del XX, así como los cristales que, mucho más tarde, cobrarían el nombre
de diapositivas. Don Antonio de la Rosa, presente también en Almería, pa-
seó por media España también un Teatro de los Espectros con el que ofre-
cía funciones nocturnas de espectros o demostraciones espectrales, re-
producciones disolventes y fantasmagorías pantomímicas.
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tubo receptor venían al oído por los conductores de goma que rodean al
aparato. Además tiene un amplio portavoz por cuyo medio puede oír el pú-
blico la música, cantos, discursos etc., contenidos en las placas del apara-
to, sin necesidad de aplicar al oído los tubos de cauchout. 12 Este fonógrafo,
después de recorrer varios pueblos de la provincia, se volvió a exponer al
público de la capital en la calle de la Glorieta, 13 cobrando el promotor el
precio de la audición de cada pieza de música o canto, a 15 céntimos de
peseta, 14 un precio verdaderamente alto para la época.
Al año siguiente los almerienses, que tenían sobrado conocimiento del fo-
nógrafo y otros artilugios similares que tanto sorprendían y acogían con
entusiasmo, en la primavera de 1895, vuelven a tener noticias de otra
revelación de la técnica moderna, el Fonógrafo de Edison, con el que se
oirían ahora veinticuatro secciones en una sola pieza 16 sincronizado en es-
cena con las comedias en un acto de De matute y El beso representadas
por varios conocidos aficionados de esta capital. El espectáculo fue consi-
derado por la prensa local como un verdadero acontecimiento nuevo en
esta ciudad que fue anunciado en el Teatro Apolo la noche del 25 de enero,
aunque su representación se realizó 17 dos días después, donde se pudo
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Es oportuno recordar aquí que, en sus orígenes y primeros pasos, los es-
pectáculos precinematográficos, entre ellos el sonido, los espectros impal-
pables o los cuadros disolventes, no fueron sino precursores del cinemató-
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Una muestra de lo dicho fueron los cuadros ilusionistas expuestos por Mr.
H. Kaurt en el Teatro Novedades la noche del 27 de junio, donde se repre-
sentaron Exposición de París de 1889, Gran Batalla de Waterloo jun-
to a exhibiciones de estatuas, monumentos artísticos y cuadros ideales. 29
Durante los días sucesivos los almerienses pudieron admirar también El
incendio del Banco de Londres, El Faro del Puerto de Nápoles, La
Dolorosa y El Divino Rostro. 30 Los días sucesivos se presentaron
títulos como El incendio de la casa del Dr. Renato Darelé, El vapor
correo cruzando el estrecho e imágenes del restaurante del vapor,
El Carro de la Aurora anunciando un nuevo día, Bote salvavidas
partiendo de Liverpool y El Teatro de la Gran Ópera de Paris.31
Fantasmagorías
Tres meses después don José Álvarez contrató para el Café Méndez Núñez,
de su propiedad,33 un Museo de pinturas y Panorama Universal que un tal
Mr. Luis Estrada Bardot venía paseando por toda Andalucía y que era real-
mente un acontecimiento visual para el bullicioso público almeriense. Aque-
llos almerienses debieron quedar embobados ante las maravillas presen-
tadas, como la última Exposición Universal celebrada en París. 34
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Café Méndez Núñez o Cantábrico, era punto de reunión del Círculo Literario
y había sido restaurado recientemente por su propietario. Fue acondicio-
nado por don José Álvarez para ofrecer espectáculos de flamenco, varietés
y fantasmagorías. Disponía para tal fin de una gran sala de cerca de 500
varas cuadradas, con una gran galería que prestaba adorno y derramaba
luz sobre el salón, con una enorme techumbre sostenida por cuatro colum-
nas de hierro de gran diáme-
tro labradas en los talleres del
almeriense Sr. Oliveros. Las
paredes estaban repletas de
cuadros de lienzo, obras de los
pintores almerienses Carlos y
Ramón López Redondo. Los
cuadros eran alegorías al
café, al telégrafo, al té y al li-
cor. Además, las paredes es-
taban profusamente revesti-
Fantasmagorías. Placa de 1891 elaborada para una das con pinturas decorativas
linterna mágica. al temple, con cuyas filigranas
se adornaban los recuadros,
esquinas y plafones. El alum-
brado de todo el edificio, de
potentes focos eléctricos, es-
taba repartido entre las co-
lumnas y encima de unos lujo-
sos espejos traídos de Madrid por su propietario. 35
El Salón Méndez Núñez competía con los también prestigiosos Cafés Sui-
zo, regentado a finales de siglo por los señores Campos y Linares; 38 Café
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El Paseo del Príncipe, conocido por El Boulevard, en 1896 a la llegada del cinematógrafo
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Estos años a los que nos referimos son para los almerienses un período
decisivo en el paso a la modernidad de una ciudad, conocida como la ceni-
cienta de España, que ve llegar expectante unos aparatos curiosos y nue-
vos inventos óptico-sonoros entre los que se encontraba el cinematógrafo,
del que fluía un poder capaz de influir en la vida social y cultural de la ciu-
dad. A principios de siglo, en 1902, año en que un joven Antonio Machado
acaba de publicar su primer libro, «Soledades», del que no me resisto a
entresacar unos cuantos versos que podrían ayudar a retratar al pueblo
llano de aquella Almería rural que estrenaba siglo, en unas pinceladas que,
sin cambiar ni una coma, bien podían aplicarse a las múltiples generaciones
que le habían precedido en los siglos pasados:
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que invertir el ocio y el tiempo libre. Todo pasaba por el tamiz de la aristo-
cracia y la floreciente burguesía almeriense, que fue la receptora de los
primeros balbuceos del cinematógrafo en la ciudad. Ellos fueron los crea-
dores e impulsores de los Juegos Florales en 1896, justo el año que los
almerienses descubrieron el nuevo invento.
A finales del siglo XIX, Almería estaba comunicada con el exterior a través
de telégrafo, por donde circulaba la información local, nacional e interna-
cional que después se traducía en los periódicos locales y éstos, a su vez,
daban cuenta en las tertulias de los cafés.
La Almería que presenció la llegada del cinematógrafo era una ciudad con
un bajo nivel de desarrollo económico, social y cultural. La vida cultural de
la ciudad se hallaba condicionada por las actividades que organizaba la cla-
se dirigente. Una gran parte de la población dependía de la agricultura sin
que tuvieran otros medios de vida que los productos de la tierra .46
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A principio de 1915, la capital pasaba por su crisis más dura agravada por
las pertinaces sequías y cuyos recursos agrícolas -las uvas de embarque,
las naranjas y el esparto- y cuyo valor de producción agrícola total de
veintiséis millones menos de pesetas que en la campaña de 1914 no llega-
ron a cubrir ni los gastos del cultivo. Por otra parte, ya se empezaba a
visualizar que, en la próxima campaña, por el cierre de los mercados y por
la escasez y enorme subida de los fletes, un porvenir oscuro. A esto había
que agregar la interrupción de las remesas de los emigrantes de América,
que importaban una regular suma.
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que a la larga o a la corta ha dado sus frutos. Claro es que sería mejor y
más cómodo no empeñarse en esa lucha que pide sacrificios y constante
actividad y tensión de los ánimos; mas aquí no hay más remedio que luchar,
porque no tenemos la fortuna que tienen otros pueblos de haber dado con
administradores celosos, emprendedores y abnegados, que han sacrifica-
do la tranquilidad del hogar al engrandecimiento, a la salud, a la cultura, al
bienestar general de sus coterráneos...51
Con el Desastre del 98, llegó a Almería la ola de regeneracionismo del gabi-
nete Silvela-Polavieja. La doctrina de la regeneración arraigó tanto en los
conservadores almerienses, como entre los republicanos. A la mencionada
situación política respondía una pobre realidad sociocultural, basada en las
tradiciones populares (ferias, bailes de sociedad, carnaval...) y en los esca-
sos espectáculos (toros y teatro, básicamente, y ocasionalmente espectá-
culos de fantoches y precinematográficos.
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año, hasta que los relojes de bolsillo pudieron ser objeto de adquisición de
las clases populares. El alcalde, Sr. Muñoz, antes de despedir el año 1902 y
despedirse de la alcaldía, quería dejar colocado en la fachada del Ayunta-
miento el reloj antiguo, encomendando la tarea al prestigioso relojero de la
ciudad don Antonio Ferrer, hijo. La hora, medir el tiempo, saber en qué
momento se vivía parecía una cuestión vital para la ciudad, tanto que la
prensa recoge la incredulidad de la gente en unas estrofas:
Ya empieza el movimiento.
Pronto sonorá la campana.
Se ha propuesto el Alcalde que tenga-
mos la hora del meridiano y la
tendremos.
¡Vaya si la tendremos¡
Tic, tac, tic, tac.
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Sea como fuere, cuando alguno no daba la hora causaba un enorme perjuicio
a quienes no tenían reloj de bolsillo, que era la inmensa mayoría de la
población, ya que por este reloj se regía todo el mundo. Sus frecuentes
averías se encargaban al otro conocido relojero de la ciudad, don Juan
Navarro Llorente,54 que se desentendió del problema harto de no cobrar
las deudas que el Consistorio le adeudaba, o a don Antonio Ferrer (hijo). El
alcalde se fue sin poner el reloj y a finales de 1903 sólo existía un reloj en
toda la ciudad, motivo por lo que se le recuerda al nuevo alcalde, Sr.
Fernández Burgos, que ponga en la ciudad un reloj público, “pues el único
que existía de la iglesia de San Sebastián se estropeó. ¿O es que V.S. se ha
propuesto que Almería, para olvidar penas, no se acuerde de la tierra en
que vive?55 Dos años después vuelven los mismos problemas y el
Ayuntamiento, ante la presión social, finalmente, instaló uno nuevo cuyo
montaje fue encomendado a Canseco, un celebre relojero madrileño.
Años después la situación volvía a repetirse. Ahora eran los usuarios del
tren que se quejaban del reloj de la Estación porque siempre se encontraba
entre las nueve y veintidós lo que ocasionaba un grave perjuicio a los
viajeros.56 Seis años después vuelven las mismas quejas, pues el reloj de
la Catedral marcaba un cuarto de hora de retraso con respeto al de la
Estación y ocasionaba perjuicio a los viajeros que no lo sabían, pues era el
único reloj público que tenemos y debe ponerse en hora.57
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Durante los Carnavales de 1911, como una atracción más, los almerienses
pudieron contemplar desde la Puerta Purchena, por primera vez, cómo un
aeroplano descendía con majestuosidad y se posaba cerca de allí. Ni que
decir tiene que la plaza se puso intransitable por el inmenso público que se
agrupó para observar el mencionado pájaro.
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Por San Juan se daban serenatas que duraban toda la noche, hasta que en
1911 el alcalde, Moreno Gallego, las limitó hasta la una de la mañana 64 y en
la verbena de San Pedro, una tradición de más de doscientos años, se
divertía el vecindario viendo a los viudos y viudas cruzar por todas las vías
hasta en las más principales 65 y algunas viudas se atrevían incluso a
participar en los bailes populares que se organizaban.
Cada barrio tenía su fiesta y cada fiesta su Patrón. Pero la fiesta de todos
era- nos cuenta Manuel del Águila- la Feria de agosto, que se cubría de
confetis, serpentinas, puestos del turrón; se vendía el popular aguanieve;
se instalaban tómbolas de caridad, donde las empingorotadas señoras, casi
inmóviles y sofocadas por la crueldad del corsé y la ampulosidad de las
mangas de jamón, miraban a los transeúntes y sonreían con casta brevedad,
invitándoles a comprar las papeletas enrolladas, puestas en mazo junto al
recipiente con agua, y antifaces, muchos antifaces.
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más que plaza, vivo corazón urbano de la vida local- se prolongaba en Feria
hasta la Plaza Circular, donde, poco a poco, se empezó a sustituir los faroles
de gas por artísticos adornos de luz eléctrica que se extendían hasta el
Malecón. La compañía de electricidad Lebón en 1897 iluminaba, de julio a
septiembre, todo el tramo desde la Puerta Purchena al Paseo del Príncipe,
pero el resto del año la iluminación eléctrica era la que irradiaban las
luminarias eléctricas del Café Suizo, la Cervecería Suiza, Circulo Minero y
Café Universal, quedando el Paseo iluminado a trozos. 66 Todavía en 1905
los faroles de gas iluminaban el centro de la ciudad que parecen candiles de
los años 20 y las lámparas eléctricas no alumbran la tercera parte de lo
que debieran.67 Los comerciantes, ante la desidia municipal por traer la
electricidad a la zona comercial de la ciudad, ofrecen al Presidente de la
Comisión de Fiestas, Sr. Oña, iluminar durante los nueve días de Feria los
laterales del Paseo del Príncipe. Para cubrir los gastos llegaron incluso a
recaudar fondos para este fin, pero las compañías Lebón y Mongemor no
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La Almería finisecular era ya una ciudad distinta a aquella vieja Almería cercada
por la Rambla de los Hileros en el Levante, la de la Chanca en el Poniente, la
Alcazaba y San Cristóbal en el Norte, bordeada por el mar al Mediodía. La ciudad
comenzó a crecer y se empezó a asentar en los lechos de las ramblas de Regocijos
y Alfares. Una manzana de casas recién construida contenía las aguas de la
rambla Alfareros desviándola a la calle Regocijos, que terminaba en un enorme
tapón de casas que impedía la salida natural de las aguas y las desviaba a la
calle las Tiendas, con los problemas de inundaciones que ello provocó. Los
constructores de aquella Almería no respetaron la eficacia de la ciudad construida
por los musulmanes, que supieron respetar sus ramblas naturales.
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El cine fue recibido por la burguesía local como un fenómeno curioso, uno
de tantos inventos que se prodigaban por la geografía peninsular en aquella
Almería finisecular. Pero la mayoría de la prensa local, fiel testigo de la
vida cotidiana en otros nimios acontecimientos, se hace eco, sí, de su llegada
pero con cierto desdén, sin intuición, sin pulso, reseñando en una breve
gacetilla el acontecimiento novedoso, científico, curioso y llamativo con el
que entretener una monótona noche más de aquella Almería cenicienta.
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Ahora bien, fueren cuales fueren las líneas maestras del campo perceptivo
que dominaba la burguesía almeriense, lo cierto es que la vida en la ciudad
va ofreciendo lentamente un nuevo material a los sentidos: el alumbrado
público (primero el petróleo, luego el gas, finalmente la electricidad); la
intensificación del campo sonoro (carretas, carruajes de todo tipo, los
primeros automóviles, el bullicio del público...); la sensación de velocidad
que transmiten las aglomeraciones humanas en constante movimiento
(aquellas calles de las viejas fotografías con un número casi imposible de
peatones, las modalidades del ocio moderno como el cinematógrafo...); la
rapidez con la que los almerienses ven transformarse físicamente su ciudad
van trazando los perfiles de un nuevo y dinámico escenario responsable de
una modalidad de experiencia subjetiva desconocida hasta entonces.
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Aquellos viejos aparatos ópticos que tenían un lugar reservado entre los
ilusionistas y magos de feria, noches de verano y tertulias, serán sustituidos
por espacios acotados, pabellones y barracas para presentar los cuadros
disolventes del cinematógrafo. El cinematógrafo empieza a hacerse
itinerante y popular. Llegará a todas esas gentes que son siempre atraídas
por una publicidad vociferante que intentaba arrastrarles hacia sus
espectáculos. Ante las fantasmagorías, panorámicas,zootropos,
kinetoscopios, hombres elefantes y apariciones y desapariciones, el nuevo
invento ofrece únicamente unas imágenes que se mueven sobre un lienzo
blanco, en el que se presentaban un sinfín de cuadros en movimiento, de
apenas unos minutos, que se harían más o menos graciosos si la continuidad
del paso de manivela se ralentizaba o aceleraba.
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Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
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El público
La reconstrucción histórica de la noción de público, y en particular del perfil
del espectador implica la consideración del mismo como un consumidor
cultural. Las relaciones entre origen social, posición económica y el valor
asignado a la cultura muestran un estrecho vínculo con la trayectoria de
las salas cinematográficas. La arquitectura, la capacidad, la distribución
del público dentro de las salas y sus propuestas culturales son factores
importantes de legitimación para reflexionar sobre la participación del
público almeriense en los espectáculos de cinematógrafo y varietés.
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Los sectores sociales medio y bajo asisten con mayor asiduidad, durante la
primera década, al coliseo Variedades y, luego, al Trianón. En este cine se
advierte la existencia de un público formado en su mayoría por obreros
portuarios, mientras que el primero conforma un público como forma de
ejercer una práctica social dentro de los grupos de identidad de la ciudad.
Preferencia estaba ocupada por un público para quien el cine le sirve como
acto de presencia en los días que la prensa anunciaba el estreno de
determinadas películas, dándose el caso que algunos exhibidores locales –
siguiendo el modelo teatral- llegaron a organizar sesiones de abono y, en
otros casos, se les permitía reservar sus entradas en forma anticipada a
determinadas familias de la sociedad bien.
Nuestro exhibidores locales se acogen a estrategias de promoción que son
elaboradas por las casas exhibidoras de cintas, entre las que se destacan el
Día de la moda, las funciones a benéficas de alguna entidad para recaudar
fondos, la inauguración de nuevas secciones como, por ejemplo, la Sección
Vermouth en el Apolo, Los Jardinillos y Variedades, y la organización de
rifas con la compra de la entrada en las que se sorteaba desde un Citröen
hasta balones, patines o bombones patrocinados por firmas comerciales
locales que pretenden introducirse entre el gusto de los consumidores.
Los salones de cine de Almería mantuvieron un funcionamiento irregular,
discontinuo y oscilante en su oferta de espectáculos cinematográficos hasta
la segunda decena de siglo; ello respondía a una carencia de políticas
culturales definidas y adecuadas en materia cinematográfica. Los
exhibidores locales desempeñan una gestión en la que predomina la
contratación de cintas de tendencia comercial. Además, se producen
aperturas espontáneas y cierres definitivos (Triunfo, Salón Ideal,
Variedades, Trianón) o reformas de las salas que producen vacíos
cinematográficos (Teatro-Circo Variedades o Hesperia), así como
transformaciones paulatinas de teatros en cinematógrafos y la aparición
de las terrazas de verano desde 1934.
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Cinematógrafos itinerantes
El cinematógrafo, hasta su consolidación como salas estables, tenía un
carácter esporádico y solía aparecer durante los días de feria y desaparecer
al terminar ésta en un ir y venir en gira por la ciudad, alternando con
espectáculos de varietés en destartalados pabellones. Los pabellones
solían tener dos o tres peldaños a la entrada, por los que se accedía a un
porche sostenido por columnas a lo largo del frontal de salón. Dos puertas
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Si hasta hace poco las salas de nuestros cines eran fruto apetecido del
boom especulador inmobiliario para reconvertirse en discotecas o grandes
superficies comerciales, en la primera década del siglo XX son los teatros
de nuestra ciudad los que se reconvierten en cinematógrafos. Estos
cinematógrafos ofrecían cine al principio o al final de las varietés. Luego,
la programación se centra exclusivamente en proyecciones
cinematográficas, ya que sus propietarios descubren que mientras con una
obra de teatro, una ópera o una zarzuela pueden darse un máximo de tres o
cuatro representaciones al día, el cine, que entonces ofrecía sesiones de
una hora, permitía el doble de sesiones y de beneficios. Si a esto se añadía
que era mucho más barato adquirir un proyector y alquilar películas que
mantener durante días una compañía, la elección era segura.
Este desplazamiento del dinero del teatro hacia el cine justifica muchas
quejas de almerienses por la escasez de teatro en nuestra ciudad y artículos
de prensa airados contra el cine al que achacaban todos los males de la
escena. Por eso, suponía un alivio, una vez terminada la larga temporada
de cine, el anuncio de una compañía de teatro en la ciudad. Pero los
empresarios argumentaban que, gracias a los beneficios que les dejaba el
cine, podían seguir financiando funciones teatrales. Realmente el teatro
estaba muy arraigado entre la clase burguesa de nuestra ciudad, y prueba
de ello fue la fidelidad del empresario del Teatro Cervantes a las grandes
representaciones líricas y musicales hasta bien entrados los años treinta, a
través de una gerencia que controló todos los espectáculos de la ciudad a
través de la Empresa de Espectáculos de Almería S.A., administrada por el
Sr. Gómez Navarro
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Casi dos años después la propuesta del Sr. Bosch, incansable, seguía
adelante en su proyecto de un nuevo teatro, máxime cuando el vetusto
Teatro Novedades estaba siendo demolido para siempre y la gente se
preguntaba qué se iba a construir en ese hermoso solar.82 Poco tiempo
después ya fue efectiva una reunión en el despacho de D Francisco Jover
los señores que componen la propiedad del teatro Cervantes. 83
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El Teatro-Circo Variedades
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El cine Hesperia
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A los dos años sólo había 109 acciones. Se pensó que el sitio más adecuado
para el nuevo teatro era una de las nueve manzanas existentes en el barrio
conocido de la Puerta del Sol, que era como una prolongación del Paseo del
Príncipe, en el solar de lo que fue la Plaza de los Frailes que formaba un
rectángulo de 30 por 60 metros cuadrados. Se adquirieron por 8.140 reales
unos 1.000 metros cuadrados del Estado; 1.636 metros cuadrados a don
José Pulmovich, a 27 reales la vara, y 2.341 varas más por escritura que
otorgó don Mariano Toro. En definitiva, la planta ocuparía una gran manzana
delimitada por el Boulevard, Plaza de Pablo Cazard, Sagasta y calle del poeta
Villaespesa
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arquitecto, pero los honorarios eran muy elevados. Por expreso deseo de
la Sociedad se trasladó a París, donde conoció a Garnier, el arquitecto del
Teatro de la Opera de París. Garnier aceptó el encargo del proyecto, junto a
un arquitecto español que preparaba allí un monumento a Colón. Ambos
arquitectos quedaron de acuerdo en la redacción del proyecto del Teatro
Cervantes de Almería al precio de 2.000 francos. Comenzaron las obras el
14 de julio de 1866,103 pero el teatro no se terminaría hasta 45 años después
debido a dificultades internas de la Sociedad.
Para octubre de ese mismo año López Rull terminó su redacción, pero las
obras seguían paradas por falta de liquidez presupuestaria. En esto que un
empresario catalán lo tomó en arrendamiento con el compromiso de
terminarlo en una época determinada, pero fracasó en su propósito. Después
se rescindió el contrato con aquél industrial catalán.
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Ptas. y aún quedaban 150.000 Ptas. sin cubrir. Nueva emisión que cubrieron
40 bonos más, pero rechazados -según Plácido Langle- por ser insuficientes.
Los promotores recurrieron al Banco Hipotecario que les ofreció 40.000
Ptas. para entregarlas cuando se firmara la escritura y otras 50.000 para
cuando se certificara su terminación. Estas condiciones, en opinión de
Langle, equivalía a que con 40.000 Ptas. teníamos que hacer una obra que
costaba 150.000 y, después de realizar el milagro, recibiríamos otras
50.000 para acabar de construir un teatro que ya debía estar construido.
Las negociaciones quedaron interrumpidas. Se pensó en emitir nuevas
obligaciones; se habló de solicitar un préstamo a la Unión Almeriense...
Por fin, la Sociedad propietaria del Teatro Cervantes, por acuerdo del
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Consejo de Administración de
Verbena de la Paloma, La (1921) fecha 30.5.1920, abrió
Director:
José Buchs
concurso para el
arrendamiento del futuro
Guión: teatro por un tiempo máximo
José Buchs de 10 años, en que se obligaba
Ricardo De la Vega al arrendatario a dar durante
Intérpretes: Elisa Ruiz Romero, José María
el año representaciones de
Alonso Pesquera, María Anaya, Felisa opera, zarzuela, varietés o
Lázaro,Julia Lozano, José Montenegro, cine. Todo, menos circo.111 El
Ricardo Quilez, Florián Rey, Leopoldo precio del arrendamiento
Suárez. anual sería de 22.500 pesetas
Nacionalidad: España
como mínimo. En 1931 fue
Color: Blanco y negro arrendado por diez años más
Sonido: Muda a una nueva empresa que
respondiera más a criterios de
calidad que de cantidad.. 112
Finalmente, el 15 de julio de
1921 se fijó su inauguración,
Con La Verbena de la Paloma se inauguró el cine en
el teatro Cervantes el 18 de marzo de 1923. Fue, pues, pero no pudo ser porque la
la primera película proyectada en este teatro, aunque Compañía del Sr. Morano no
la cinta había sido ya proyectada en el Variedades dos
meses antes. llegó para el 15 y se pospuso
En el Cervantes existía una excelente orquesta que llegó al día 16 con la comedia de
incluso a dirigir el maestro Bretón, hijo, poniéndole música al
estreno de esta película
Serra La calle de la Montera,
dirigida por el primer actor
Francisco Moreno. El
programa de apertura, además, llevaba un diálogo a cargo de don David
Estevan titulado La sombra de Cervantes. Al día siguiente se escenificó una
obra de don Jacinto Benavente, El collar de estrellas. A lo largo de esta
temporada el Teatro Cervantes dedicó casi exclusivamente su actividad al
teatro.
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El primer dato del que tenemos constancia se refiere a don Rogelio Castillo
Zea que en 1905 abre el Café España, lugar de encuentro de una escogida
representación de todas las clases sociales de Almería, 120 y en julio solicita
autorización para instalar un cinematógrafo en el lugar que corresponde al
Cervantes. Era un solar al aire libre, rodeado de jardín con valla y una
puerta central y, alrededor, sillas de madera o anea que el café disponía
para sus parroquianos mientras contemplaban el paso de la gente. Pues
bien, este local era conocido por Café de los Jardinillos y don Rogelio Castillo
Zea, empresario hábil e imaginativo, retomó esta terraza para instalar en
su interior un cinematógrafo a la intemperie que hiciera más llevaderas las
calurosas noches del verano almeriense; un cinematógrafo del que se decía
que es de los mejores conocidos hasta hoy. Desde primeros de julio comenzó
a funcionar esta terraza de verano con el nombre de Cinematógrafo Iris,
que daba tres secciones de seis cuadros cada y el precio de cada sección
era por consumo. 121
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En aquella terraza de verano todos los días de verano, desde las diez de la
noche hasta la una de la madrugada, se podían escuchar desde audiciones
gramofónicas124 hasta ventrílocuos, autómatas y duetistas,125 funciones
benéficas de cine 126 y rifas, pasando por varietés, canzocenistas y
cantaores. Suponemos que la competencia del Trianón -mejor
acondicionado- obligaría a Los Jardinillos a cerrar el verano de 1911. Seis
años de espectáculos con los que cada temporada se transformaba para
acoger a los distintos nombres de cinematógrafos que encerraba:
Cinematógrafo Iris, La Luz, Circo de Verano, Los Jardinillos...
Los Jardinillos fue en realidad el primer cine de verano que dispuso la ciudad
desde principios de siglo. Más tarde apareció la terraza Trianón Verano y, a
partir de los años treinta, se multiplican y consolidan en nuestra ciudad las
terrazas de verano como el Trianón Verano en la Plaza Circular, a final del
primer decenio de siglo, y la terraza de verano instalada por don Juan
Rumí el 27 de junio de 1925 en la calle de los Cámaras que, en realidad,
era un amplio local, convenientemente acondicionado que reunía
inmejorables condiciones.127 Este cinematógrafo debió ser el primero que
instaló el Hesperia en el verano –del que no tenemos constancia documental
en los archivos municipales- y que el Ayuntamiento concertó con su
propietario para su actividad anual de Cinematógrafo Público que organizó
un ciclo de cine con los actores cómicos del momento y reposiciones de
títulos que habían alcanzado éxito en la temporada de invierno en el salón
Hesperia. A estas les sucedieron en los años treinta la terraza Hesperia,
Versalles, la Iris Park o el Tiro Nacional.
Las iniciativas del alicantino don Carlos Jover eran un alivio para las
tediosas tardes almeriense. Derrochaba toda su capacidad de imaginación
en el Balneario Diana, en la playa de las Almadrabillas. Este Balneario,
conocido desde 1853 con el nombre de El Recreo o Los baños de Jover,
arrancaba del puente sobre la Rambla, pasaba por debajo de los arcos del
embarcadero de Alquife y terminaba en lo que se llamó Avenida de Vivar
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Téllez, es decir, según lo describe José Juan Oña, al final de la calle Real,
hacia poniente, entre las calles Real y Reina. Antes de ser Balneario funcionó
un teatro conocido por Teatro Recreo Crítico, de ahí el primer nombre de
Baños El Recreo, donde se representaron espectáculos
precinematográficos.
Don Carlos Jover, que era amigo personal del director de la banda municipal
de música, don Zósimo Santamaría, le convenció para que estrenara en
este local una marcha militar compuesta por él, titulada Uest. Los conciertos
por la tarde, desde 1918 hasta el año 1930, eran punto de reunión de la
sociedad más distinguida de Almería y pueblos de la provincia que venían a
tomar los pintorescos y clásicos nueve baños que comprendían desde la
Virgen del Carmen hasta la Asunción, el 15 de agosto, después de la
preceptiva purga de aceite de ricino y revisión médica. El Balneario –cuenta
José de Juan Oña- se puso de moda y se convirtió en pasarela de trajes de
baño de las señoras, mientras los pollos de las familias bien se paseaban
repeinados a lo garçón con pantalones a lo chanchullo o charlestón en este
obligado punto de reunión
que el poeta Juan Gutiérrez
de Tovar y Martínez satirizó
con unos versos:
Yo, verlas llegar deseo
con vaporosos trajes
y bajar del carruaje
a los baños del Recreo.
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Los herederos, Carlos Jover y Vidal y su hermana, casada con don Alfredo
Pérez Hita, fueron capaces de desbordar la imaginación y la intuición
empresarial de su antecesor al tomar la iniciativa de instalar un cine en
1925 con el nombre de Cine Diana, con varietés incluidas y, al año siguiente,
por San Juan, junto a los bailes de sociedad en la mismísima explanada de
la playa instaló un cinematógrafo con el
El Balneario Diana desarro- nombre de Cinematógrafo en la playa,
lló actividades culturales organizando un servicio de autobuses desde
durante el verano entre las
la Puerta Purchena. El día de la apertura de
que no faltaron proyeccio-
nes del cinematógrafo los baños proyectó El tesoro de los piratas
y Los hijos de Paris. En medio de las
proyecciones se quemaban castillos de
fuegos artificiales, junto a conciertos y
orquestas que hacían las delicias del
público.129 El temporal horrible que asoló la
ciudad el 12 de abril del 27 arrasó parte de
las instalaciones del balneario, aunque para
la noche de San Juan ya tenía organizados
los bailes hasta la madrugada y serenatas
de Juanes y Juanas en su recinto, hasta que
en 1930 terminó funcionando como cabaret.
130
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norma fue una Orden del Marqués de Vallido, en la que éste mandaba que
se inspeccionasen todos los cinematógrafos para clausurar aquellos locales
que no reuniesen las condiciones por el vigente Reglamento de Espectáculos
Públicos. 133
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Una vez pasada la novedad científica del invento en 1896 la prensa local se
centra en detallar las innovaciones técnicas que se van produciendo -
claridad, fijeza, coloración, titileo etc.- y lo novedoso termina por hacerse
cotidiano para los ávidos lectores almerienses, hasta el punto que se produce
una sequía informativa en 1900. La localización de datos sobre el
cinematógrafo se hace difícil –cuando aparecía- pues se incluía información
en páginas pares, diluidas entre asuntos varios informativos.
El invento, en sus primeros años de vida, está supeditado a ser una atracción
más de los pabellones de feria. Por eso resultaba más atractivo para la
prensa informar sobre la actuación de un duetista, un ventrílocuo, una
actuación circense, un malabarista o una cancionetista que lo que pudiese
ofrecer al público un aparato como el cinematógrafo que ensordece con su
ruido.
Por regla general las referencias a las bondades del proyector desaparecen
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poco a poco para centrarse en las cintas exhibidas, especialmente las que
hacían referencia a temas novedosos como corridas de toros, paradas
militares y especialmente a todo cuanto se refería al exotismo de cintas
que recrean paisajes y costumbres lejanas o avances científicos. Como
ejemplo de lo que decimos puede servir la nota aparecida con el estreno de
un documental titulado Proyecto Gigantesco, sobre un camino de hierro
debajo del océano que pondrá en comunicación Europa con América.150
Otras veces se utiliza como reclamo publicitario de una cinta la referencia
a su visión por los Reyes de España o el Sumo Pontífice o la capital de reino,
como en el caso de la proyección Christus, proyectada en el Variedades
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Otras veces nos encontramos al redactor local perdido, sin saber qué decir
de una película, pues no ha tenido ocasión de conocer la cinta. Presentar
sólo el título de la película parecería insuficiente. Al principio del
cinematógrafo podría tener explicación. Pero, a medida que el público es
más exigente, también le exige al redactor más rigor informativo. Es
entonces cuando éste comienza a enriquecer textualmente la cartelera
informativa cubriéndola de elogios –rara vez aparece un comentario adverso
a la cinta- y adornándola con frases tópicas extraídas de comentarios
generales o directamente del propio exhibidor que se las facilita.
El creciente interés del público atraído, como se ha dicho, por las las cintas
de seriales y del film d´art obliga al redactor a cubrir referencias de las
mismas en las páginas de los periódicos El Heraldo, Popular o La Crónica
de Almería las novedades más relevantes de la industria cinematográfica
internacional, especialmente las relacionadas con las primeras
superproducciones que llegan a nuestra ciudad. A propósito de la película
El misterio del millón de dólares en el cine Casanova, se dice: Tiene
24.000 metros. El triunfo de esta empresa corresponde por derecho propio
a la marca Tanhouser, que ha invertido en su realización 200.000 dólares.
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A finales de los veinte, cuando el cine español hizo furor, la prensa comenzó
a recoger los detalles más relevantes de la producción nacional, como en
La hermana San Sulpicio de la que se dice: La popularísima novela de
Palacio Valdés ha sido llevada a la pantalla sin perder ni un solo detalle de
lo que atesora el libro, en la que su protagonista, Imperio Argentina, es la
Hermana San Sulpicio y en la que también está muy acertado el galán
Ricardo Núñez. La dirección de Florián Rey está acertadísima y la fotografía
de Beltrán insuperable.157 O en Viva Madrid que es mi pueblo de la que
se dice : La película constituye un gran paso en la cinematografía española
con el beneplácito de muchos espectadores que anoche la presenciaron (...).
La película encarna perfectamente en nuestra modalidad de españoles y
eso, unido a la perfecta confección de ella, nos recuerda al detalle la
impresión grata y amable de nuestros mozos estudiando en la corte. 158
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y las colas a las puertas del Hesperia que causó El trío de la bencina,
título aún recordado por los que vivieron aquella época. Esta marca se
consolidó tanto en nuestra ciudad que el Hesperia anunciaba en el 36:
Semana UFA, que es tanto como decir selección de selecciones.161
Otros, gente curiosa que había oído hablar del curioso invento, no querían
dejar pasar la oportunidad de ver aquella ingeniosidad y acudieron aquella
noche del lunes 23 de noviembre de 1896 al viejo teatrón construido en
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1883 162 gracias a la iniciativa del empresario Ricardo Mosquera. Tan sólo
once meses transcurrieron desde la que había sido considerada la primera
proyección cinematográfica (28 de diciembre de 1895, Salón Indio del Gran
Café, París), hasta la primera exhibición en Almería. Realmente no pasó
demasiado tiempo. El referente más inmediato le venía de otras provincias
donde se había presentado en un teatro, obviamente porque era el espacio
más adecuado en concordancia con el acontecimiento y de mayor capacidad
de la ciudad y en él se intuía que el público respondería con denodado
entusiasmo, concurriendo a ver el cinematógrafo. La pauta venía dada por
las indicaciones en otras provincias y, sobre todo, por la exhibición con
carácter experimental que se solía hacer para la prensa.
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Creemos que no se trató del invento de los Lumière, sino de una variante
del nuevo sistema patentado por Edison y copiado en Europa en versiones
mejoradas. El aparato presentado era probablemente el mismo que se
presentara al público madrileño el 12 de mayo en el Teatro-Circo Parish,
por Edwin Rousby, el animatógrafo, un aparato fabricado por Robert William
Paul, pionero del cine ingles, a partir del kinetoscopio de Thomas Alva
Edison.166
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Sea como fuere, y aun sin poder certificar el modelo de proyector utilizado
en esta primera aparición del cine en Almería, sí descartamos la posibilidad
de que fuera el cinematógrafo de los Lumière. Aunque podemos afirmar
que el público almeriense tuvo un precoz acceso al espectáculo más popular
creado por el hombre.
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Al encaminarse allí
Mi único objeto era ver
Las lindas vistas del
Cinematógrafo Lumière
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Fueron duros los inicios del cine en nuestra ciudad, alejada geográficamente
de los puntos clave del desarrollo del cinematógrafo en el país. Para que
Almería llegara a la consolidación de la exhibición en salas estables en la
segunda década del siglo, hubo de pasar por una primera integración en el
mundo de la feria y de las varietés, una vez que remitió la novedad.
Por otra parte, aunque a comienzos de siglo la popularidad del cinematógrafo
en la ciudad era innegable, grandes capas de los barrios quedaban todavía
excluidas del juego en virtud de su limitada capacidad adquisitiva, a pesar
la bajada paulatina de los precios y las ofertas de los exhibidores locales. El
cinematógrafo no era barato. Que el cine fuera más barato que otros
espectáculos que se celebraban en la ciudad no significaba necesariamente
que estuviera al alcance de todos los bolsillos. A falta de un estudio
pormenorizado sobre la evolución de los precios de los cinematógrafos en
las distintas provincias españolas, ciertos datos apuntan sin embargo a que
la entrada a los mismos era con frecuencia prohibitiva para muchos
ciudadanos, razón que sugiere a los exhibidores una progresiva disminución
en los precios durante la primera década del siglo.
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De estas proyecciones se dice que “... los cuadros que se exhiben son de un
gran efecto, destacándose principalmente la cinta Choque de trenes, 202
mutilada, según cuenta el historiador Paco Ignacio Taibo: La primera versión
de La Cenicienta de Meliès fue mutilada por los productores, con el
consiguiente enfado de su autor, pudiéndose considerar un curioso
antecedente de lo que después sería la censura comercial. Es de imaginarse
la proyección ante un público compuesto esencialmente por señoritas
ataviadas –como nos expresaba zumbonamente el escritor, periodista y
compositor musical almeriense Manuel del Águila- con su enormes y
vaporosos sombreros acompañadas de sus familias de la buena sociedad
almeriense contemplando Aladino y la lámpara maravillosa (Pathè,
1901), que fue una primera versión del tema oriental, compuesta por 45
cuadros y 230 metros, con una duración de 25 minutos.
Pero los comentarios de esos días también girarían en torno al nuevo teatro,
inaugurado con el pomposo nombre de Teatro-Circo Variedades, donde las
cartelas expuestas en la puerta anunciaban el próximo estreno de Electra
en cinco actos y en prosa original de Pérez Galdós, al precio de dos reales,
mientras el precio del kilo de pan de segunda estaba al mismo precio.
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Este aparato es el que exhibió durante varios días don Antonio al precio de
0,30 preferencia y 0,15 general. Dos años después sabemos del éxito
obtenido en Córdoba con el nombre de Salón Cronofotograf Mágico.207 Otro
nuevo nombre inventado por el imaginativo La Rosa, pero idéntico con el
que los almerienses se ilusionaron aquellas noches de feria.
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precinematográficos y
La película es una adaptación del cuento de Las
mil y una noches. El fim está realizado todo en
cinematógrafo en gran parte de la
interior y tomada en siete planos, equivalente a geografía española. En 1888 ya
siete cuadros. Los espectadores almerienses pu- se anunciaba con un barracón en
dieron ver por primera vez escenas de danzas orien-
tales ejecutadas por bailarinas profesionales de la
el que presentaba (…) los más
Ópera de París con fondos de escenarios hechos grandes adelantos de la ciencia
por el prestigioso decorador francés Albert Collas. moderna. Maravillas y asombros
del siglo XIX” entre los que incluía
un espectáculo La Metmpsicopis -
espectáculo que también exhibía en
Alí Babá y los cuarenta ladrones (Ali Baba et
les quarante voleurs),.Francia, 1902. las ferias del norte peninsular Don
Dirección Ferdinand Zecca. P: Pathè Frères. Enrique Farrús, conocido
Color: Blanco y negro, cinta coloreada a mano. popularmente en otras poblaciones
Duración: 190 m.
por “Farrusini”-.
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arte de Daguerre
conjugar los oficios
de pintor y fotógrafo.
No sabemos con
quién o quiénes
aprendió el arte
fotográfico pero en
1898 nos los
encontramos, con
veintiocho años,
establecido en el
bajo de una casa del
Paseo del Príncipe, 43, donde disponía de un Centro Artístico y prestigio
profesional en la ciudad. Sabemos de fotógrafos ambulantes en nuestras
ferias locales de Almería, Berja, Cuevas o Dalías transportando la cámara
y fotografiando en plena calle, colocando una sábana blanca a modo de telón
de fondo en los retratos. Probablemente tuviera algún contacto con alguno
de aquellos pioneros ambulantes. También es probable que aprendiera en
el estudio que don Juan Alonso poseía en la calle Granada, donde se vendía
también material fotográfico y la revolucionaria cámara Kodak. 222
Si la aristocracia laica y eclesiástica almeriense había monopolizado el
retrato pictórico como arte áulico, a partir de la popularización de la
fotografía la burguesía local formada en torno al negocio uvero, encontró
en esta modalidad una posibilidad de hacerse con un medio que reprodujera
su imagen de forma rápida y barata como clase social pujante. Es el
momento de replantearse don Victoriano su actividad artística y acomodar
la pintura a la fotografía y crear no un negocio de fotografía, ni una tienda,
ni un laboratorio sino un Centro Artístico donde trabajar todos los géneros
especializados y de todos los tamaños conocidos. Desde la tarjeta de visita
a la de salón y ampliaciones de busto.
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Don Victoriano Lucas nació en Gérgal en 1870. Al morir sus padres, siendo
aún adolescente, se trasladó a Almería con unos parientes. Allí obtuvo una
plaza de Auxiliar de Delineante de Obras Públicas, actividad que
compatibilizaba con la pintura. Su carácter emprendedor y decidido le llevó
a abandonar el empleo de Delineante para dedicarse exclusivamente a la
pintura y la fotografía en 1897.
Con 27 años decidió abrir nuevos horizontes e instaló en los bajos del Paseo
del Príncipe su propio estudio, al que se incorporó poco después, a finales
de siglo, don Antonio Mateos, como aprendiz en el estudio fotográfico quizás
más importante de Almería de don Victoriano Lucas y que, a principios de
siglo, los encontramos colaborando conjuntamente en diversas actividades
cinematográficas.
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La gerencia del Pabellón estaba a cargo de don Primitivo Vidal para que
dirigiera el espectáculo, dotándolo de capacidad operativa y versatilidad
para trasladarlo a otras localidades de la provincia232 y, siguiendo su ráfaga,
también en otras provincias en 1903, como Málaga,233 y muy
probablemente, durante la Feria de la Salud de 1903, en Córdoba.
La Sociedad del Cinematógrafo Luz fue pionera del cine en Almería gracias
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Don Primitivo Vidal, con un fino sentido del espectáculo, sugirió a don
Victoriano Lucas el rodaje y grabación de las corridas de feria almeriense
de 1904 para su exhibición posterior en el Pabellón La Luz.243 Las corridas
de toros formaron parte inexcusable de las primeras películas que se
impresionaron en España cuando los Lumière enviaron operadores a
nuestro país. 244
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de que
impresionara en
Arbolote la
llegada del
primer tren
botijo que hiciera
el recorrido
A l m e r í a -
Arbolote. 246
La película
filmada por don
Victoriano
sobre la que se
g u a r d a
constancia fue Gran corrida de toros de Almería de la que se decía: Es
una verdadera obra de arte y al servicio de ella ha puesto el artista todas
sus excepcionales facultades. Se puede asegurar que, mañana por la noche,
como de costumbre, se verá en extremo concurrido el Cinematógrafo Luz.
247
Como es de suponer el éxito estaba asegurado. Los propios almerienses
ahora tenían la posibilidad de ver y reconocer a propios y extraños que
concurrieron esos días a la feria y que podían ser identificados
perfectamente en las imágenes, ya que la película está perfectamente
impresionada demostrando una vez la competencia del señor Lucas. 248
Otra cinta realizada por don Victoriano fueron escenas de la fiesta dada
por el Cinematógrafo La Luz el día de su inauguración y que nuestro
fotógrafo había ido montando a lo largo de los últimos años. Eran escenas
de ambiente ferial que el proyector Pathè de La Luz exhibió ante un público
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Una nueva exhibición de las cintas de don Victoriano Lucas. En esta ocasión
se le pide la proyección de sus cintas desde el Círculo Mercantil. Una vez
terminado el baile de sociedad, organizado con motivo de la Feria, el Circulo
solía organizar alguna función de varietés a la que acudía “la clase
distinguida de Almería”, ausente de los espectáculos de barraca de feria.
Pero en esta ocasión la Junta Directiva acordó que las funciones fuesen a
cargo del cinematógrafo en el sitio habitual: el Circulo Mercantil o el
Variedades. Allí, en sesión privada para los socios, se exhibieron las cintas
filmadas con motivo de la feria de aquel año.
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Conclusión
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fotografía. Como también estuvo entre nosotros Lucien Roisin Besnard, uno
de los fotógrafos más significativos en la historia de la fotografía catalana
y española, tomando imágenes de la Puerta Purchena.
No podemos pasar por alto este estudio sin recordar a otros fotógrafos
locales que, en mayor o menor medida, pudieron contribuir al desarrollo
del cinematógrafo en nuestra ciudad, como el fotógrafo Pedro Balonga,
fotógrafo del elegante Pabellón La Montaña instalado en el Real de la Feria,
junto al Jardinillo de Novedades; 250 Juan Alonso, que nos dejó el recuerdo
de las primeras fotos de la Estación de Ferrocarril recién terminada desde
su estudio y laboratorio fotográfico instalado en la calle Granada, número
53, desde tiempos atrás, además de un comercio donde vendía material
fotográfico, como las cámaras Pocket-Kodak-Plian251 o Juan Morales,
establecido en la calle Álava, que reflejaron con el estilo imperante de
popularizar entre el público las imágenes de las ciudades a la medida de los
gustos burgueses, quizás sin saberlo, una especie de conocimiento vicario
de la ciudad.
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El viejo Teatro Principal, dirigido por don Carlos Jover, es seducido también
por el cinematógrafo y arranca la noche del 24 de mayo con las primeras
proyecciones a las que asistió numerosa concurrencia y, al domingo
siguiente, organiza una función dividida en seis secciones programadas a
las 7,30 en punto en la que los almerienses pudieron ver sorprendentes
cuadros en colores y de larga duración. Estas exhibiciones las alternaba
con actuaciones de magia blanca, ilusionismo y prestidigitación. 259
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en alguna que otra ocasión –sin venir a qué- se formaran revuelos entre el
público de general, amparados en la oscuridad; otras veces el público
protestaba, justificadamente, con silbido o pateos que retumbaban en el
suelo de madera e iban dirigidos contra el que proyectaba, a quien culpaban
de presentar cuadros cinematográficos que el público consideraba estaban
muy vistos. 280
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y cintas cinematográficas.
¡Ah¡ Pasqualini
Guadagna molti cuatrini
Porque tiene un cinematógrafo, que
Ya quisieran los demócratas para regalárselo
A los republicanos.287
Terminó el año 1905 con el Pabellón de don Joaquín Ferry Jordá instalado
en la calle Aguilar de Campoo, esquina al Paseo del Príncipe, con el nombre
de La Linterna Mágica, según cuenta el Sr. Oña,289 aunque ese dato no
hemos podido contrastarlo.
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del cine como espectáculo no se hace sólo con la creación de nuevas salas
sino que los empresarios locales, como la Sociedad La Luz, se hacen
itinerantes dentro de la misma localidad, contratados por empresarios
locales, contribuyendo así a la consolidación del espectáculo
cinematográfico, junto a las actuaciones de artistas y varietés. Tal fue el
caso de La Luz actuando en el Variedades.
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Otra vez vuelven las quejas al Teatro-Circo Variedades. Eran quejas –se
decía- de muchos ciudadanos de bien que asisten regularmente a las
funciones instalados en Preferencia. Pero los de galería y butacas, que era
la parte menos noble del coliseo, cada vez que les parecían, protestaban
por determinados cuadros que no eran de su agrado, por la música o por las
dificultades técnicas propias del proyector o las cintas. Las protestas se
traducían en gritos, chillidos, frases impropias de un coliseo.316
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y Hesperia, respectivamente.
En el Salón del Gran Café Nuevo, antigua Cervecería Suiza, desde principios
de años se venían celebrando conciertos y el Casino se preparaba para los
bailes de traje, mientras el Variedades anunciaba el estreno de la obra
cumbre del año: Aída. Almería siempre ha sentido un gran entusiasmo por
la música; una ciudad que, pese a no disponer de Conservatorio de Música y
forzar a quien se sintiera inclinado por esta carrera a estudiar en los Reales
Conservatorios de Cádiz o Málaga, es capaz de organizar una Sociedad
Sinfónica –presidida por don Alfonso Delgado Castillo- con el objeto de
fomentar la enseñanza musical y a tomar parte en toda clase de
espectáculos, 331 con una Orquesta que hizo su debut en el Variedades a
beneficio de los soldados almerienses heridos o muertos en la campaña de
Melilla. En el intermedio de la función benéfica se proyectaron seis
escogidos cuadros del cinematógrafo y la velada se cerró con otros seis
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El debut fue el día 28 de mayo y entre las películas más notables que se
exhibieron figuran los cantes del tenor Caruso en I Pagliessi y la de la
romanza de Pilar de Gigantes y Cabezudos, cuyo remake sonoro se
proyectaría en la pantalla del Cervantes en 1933. Este cinematógrafo
Casanova prolonga sus proyecciones hasta el 28 de junio, para dar paso a
una compañía de bailarines de Los Hermanos Lere, procedentes del Salón
Venecia, de Madrid, que alternaban con otro gran cinematógrafo con
películas de gran novedad. Entre las cintas que se proyectaron causó
sensación Los sucesos de Barcelona,338 que narraba con bastante
exactitud los resultados de los desórdenes de aquellos días sangrientos, en
que un pueblo exaltado por una política mal entendida, sembró el luto en
Barcelona, dando la página más negra que la historia ofrece en la vida de
los pueblos. Se vieron (...) edificios destrozados por un voraz incendio,
estatuas yacentes destrozadas, ataúdes abiertos en las calles ofreciendo
a la vista de todos los cuerpos medios carcomidos de los que fueron
sorprendidos por las turbas en su eterno sueño de muerte. Esto es lo que
se ve en la película estrenada anteanoche en el Cine Casanova. 339
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Otro motivo de debate fue la necesaria reforma del Paseo del Príncipe que
en invierno es un lodazal y en verano imposible de respirar a causa del
viento. Finalmente, el día 5 de diciembre de ese mismo año salió a subasta
en el Boletín Oficial la ansiada reforma del Paseo para transformarse en lo
que sería el futuro Boulevard, bajo el tipo de 23.554,60 ptas. y una fianza
de 1.181,93 ptas. Las obras, realizadas por obreros enviados por la casa
inglesa para colocarlos, comenzaron al año siguiente - justo un mes antes
de comenzar la Feria- y se invirtieron 140 toneladas de losas. 352
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de bienvenida y la ciudad, a
principios de año, está tomada por
150 guardias civiles que se alojan
en la Audiencia y el Instituto
Provincial y otros 276 procedentes
de Málaga y Murcia distribuidos por
el ferrocarril desde Fiñana a
Huércal mientras la policía
especial venida de Madrid va
tomando nota de los edificios
deshabitados en las vías que
atravesará el Rey. También está
preparado un enorme arco
colocado en el Paseo del Príncipe
Solar de don Antonio González Egea, junto a la Plaza
Circular, donde se instaló el cinematógrafo Trianón hecho de pacas de esparto, cajas
de naranjas, barriles de uva y
minerales con la inscripción: A.S.M.
el Rey Alfonso XIII, el Círculo
Mercantil e Industrial.
Conclusión
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El año 1910 fue de consolidación del cine en nuestra ciudad. Lejos quedaba
aquél tiempo de tanteo entre los empresarios venidos de fuera y nuestros
empresarios locales por abrirse un espacio propio. Esa competencia fue
también un estímulo hacia el impulso y consolidación del espectáculo
cinematográfico en nuestra ciudad, aunque fuese en detrimento del teatro.
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Pero las sesiones de cine del Salón Victoria empezaron a languidecer ante
la fuerte competencia del Variedades y la anunciada aparición de un nuevo
local frente a la plaza de Emilio Pérez, justo en la margen derecha del
Boulevard, dedicado especialmente al cine. Esta situación orientó al
empresario a readecuar su actividad hacia el cante andaluz y para su inicio
trajo a los cantaores Juan Breva, Niño de la Isla, Niño de Marchena, Carmen
la Malagueña, La Espiga de Oro e Irene Malaña junto a los tocaores Manuel
Clemente (Macada) y Eduardo Melgar (Melgadillo) que, junto a este cartel
de lujo, siguieron el Niño de la Isla y Medina, Carmen la Carola y,
nuevamente, Macaca, al que se le apreciaba y conocía en la ciudad. Nunca
más se volvió a tener noticias de proyecciones cinematográficas en este
local.
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El cambio de siglo los espectáculos que más público convocaban, y con mayor
regularidad, eran el teatro y los cafés-teatro y todo el universo de
actividades teatrales y parateatrales que proliferaron en este momento.
En general, el teatro era un espectáculo de clases altas y medias al que
también accedían las clases populares a través de las localidades baratas
situadas en el patio de butacas y en el paraíso. En Almería, el teatro por
excelencia eran el Teatro Principal y el Novedades, hasta finales de siglo, y
el Variedades hasta la apertura del Cervantes en siglo XX. En ellos el público
almeriense tenía ocasión de asistir a los grandes acontecimientos
dramáticos de la temporada gracias a las compañías teatrales en gira por
provincias. No eran estos acontecimientos sólo las obras de los grandes
dramaturgos de la época, sino que más bien triunfaban en este momento la
zarzuela y el género chico.
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Por aquel entonces, balbuceaba el que estaría llamado a ser el gran medio
de entretenimiento popular del siglo: el cinematógrafo. El cine pronto
empieza a figurar entre las distracciones favoritas de las masas, tanto por
su baratura cuanto por su capacidad de ensoñación.
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El Salón Principal estaba compuesto por una gran sala de arca de quinientas
varas cuadradas, con una gran galería que prestaba adorno y derramaba
luz sobre el mismo, cuya inmensa techumbre la sostenían cuatro columnas
de hierro de gran diámetro, labrada en los talleros de Oliveros.
Los cuadros de lienzo que disponía el café eran obra de los prestigiosos
pintores y decoradores Carlos y Ramón López Redondo. Estos cuadros
adornaban el techo y las paredes. Había un cuadro de ramas de castaño y
otro que le hacía pareja de telégrafo, otro de la alegoría del café, el té y el
licor. Eran modelos de pintura decorativo al óleo. También había pinturas
decorativas a temple, con cuyas filigranas se adornaban los recuadros,
esquinas y plafones.
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El Café Imperial, propiedad de los señores Roche y Sr. Morales, 371 estaba
en el Paseo del Príncipe, 54 y ofrecía actuaciones musicales esporádicas
(en diciembre fue traspasado a don Miguel Espinar), conciertos de piano
los lunes, martes, miércoles, viernes y sábados de 8,30 a 12 horas y los
domingos de 2 a 5 de la tarde.372 Cerca de este café estaba el restaurante
Miramar, propiedad de El Ruso, donde igualmente se ofrecían pequeñas
actuaciones musicales.
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X. PERÍODO CINEMATOGRÁFICO
1911-1920
Aquella Almería dormida de la década anterior, que
vivía abochornada por el reciente crimen del
sacamantecas de Gádor, empezaba a dar signos de
recuperación a pesar –y precisamente por eso- de
la sangría emigratoria. El puerto era punto de salida
de emigrantes provenientes de la provincia.382 Se
acometen algunas obras de embellecimiento en el
Paseo del Príncipe y se arrancaron sus feos plátanos
americanos; se tendieron 22 kilómetros más de vía
electrificados en la línea Linares-Almería y se
empezó a iluminar la ciudad con 500 bombillas y
1.000 farolas eléctricas, que no llegaban a los
barrios.
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Se daban dos pases: uno a las 6 de la tarde y otro a las 9 de la noche. Las
entradas de Preferencia estaban numeradas, pero las de General no tenían
numeración y los domingos y festivos se formaban unas enormes colas que
había que soportar durante más de una hora. El Trianón se inauguró el 11 de
agosto de 1912 y proyectó cine ininterrumpidamente, junto a otros
espectáculos. Sólo durante los meses de septiembre a diciembre de 1919
hubo de cerrar sus puertas con el fin de adecuar su vieja instalación
eléctrica que amenazaba incendios a la Real Orden Art. 90 del Reglamento
de Policía de Espectáculos de 19 de octubre de 1913 sobre estado de los
edificios y estado de higiene de los mismos.
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Una vez cubierta la temporada teatral, cada vez más corta, se volvieron a las
varietés con bailarinas, excéntricos, etc., junto a proyecciones del
cinematográfico Pathè 415 en las que ya empezaban a incluirse informaciones
de Actualidades Gaumont que cubría la información de Sport, información
general, modas y actualidades. 416
Durante los cuatro años que duró la Primera Guerra Mundial España había
conocido un floreciente esplendor económico y, en consecuencia, una
estabilización del mercado cinematográfico junto a un movimiento de
proliferación de salas cinematográficas que, a comienzos de los años veinte
llegaron a contabilizarse más de un millar las existentes. Un fenómeno similar
empezó a registrarse en gran parte de Europa y los Estados Unidos. Según
René Clair,417 al principio de los felices veinte se repartían por el mundo
alrededor de cuarenta mil salas de cine, la mitad de las cuales estaban
ubicadas en los Estados Unidos con una producción en 1920 de 796 películas,
Italia con 220, Francia con unas 100 y España con apenas 12 películas al
año.418 Datos que anticipan la brutal colonización que sufriría el cine español
durante el franquismo.
El comienzo de la I Guerra Mundial en 1914 419 ocasionó algunas dificultades en
el abastecimiento de películas, aunque no frenó la actividad cinematográfica
desarrollada en los años anteriores. La crisis que afectó a Almería en este
período no redujo la asistencia del público a las salas, ya que el cine fue una
magnífica forma de evadir y olvidar la crisis.
Los almerienses pronto empiezan a familiarizarse con las estrellas del celuloide
a través de las grandes producciones históricas y las adaptaciones literarias de
los clásicos que tanto agradaban a la burguesía, descubriendo en ellas un aliciente
para asistir al cine.
En este período llegaron las primeras cintas de Charlot. Las divas del film d´art
y las cintas italianas de factura teatral, que debían ser objeto de apasionados
comentarios entre los aficionados al cine, pero aquellas películas y seriales
cinematográficos contribuyeron a crear la emoción y el suspense. Fue un período
de influencia del teatro en el cine mudo; corto, pero suficiente como para que la
gente se interesara aún más por el cine.
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fructífera. Tanto que fue copiada posteriormente por múltiples países, entre
ellos España a través de la productora Hispano Films, que rodaría textos de
José Zorrilla (Don Juan Tenorio, 1908) Tamayo y Baus (Locura de amor, 1909)
y Juan Eugenio Hartzenbusch (Los amantes de Teruel, 1912)
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Al cine en 1915, aunque ya era un hecho cotidiano que estaba presente en la vida
de la ciudad, le quedaba un largo recorrido para consolidarse como espectáculo
único y como forma de entretenimiento masivo de la población almeriense. Pero
lo que sí fue evidente es que, desde los primeros días de enero, los cines
Variedades y Trianón estaban a rebosar. Arrancan su programación de cine en
el preciso momento en que está a punto de iniciarse la transición que nos
conducirá al apogeo de las grandes producciones, tendencia que se completará
en años sucesivos hasta culminar con las películas de largo metraje. Pero es el
Variedades, de momento, el que marca la iniciativa cinematográfica de la ciudad
con el desembarco de producciones norteamericanas. La política programada
por el gerente del Variedades era llenar la pantalla de comedias, películas de
acción y cortos cómicos norteamericanas y de epopeyas históricas en forma de
series traídas de Europa; mientras que el poco cine nacional que se veía quedaba
reducido a reportajes taurinos con Cocherito de Bilbao, Gallito y Belmonte en la
Plaza de Barcelona que causaban tanta atracción entre el público. La prensa
almeriense aseguraba que no podían darse veladas más divertidas viendo
corridas de toros con tan poco dinero (…) porque ¿quién por sólo sesenta
céntimos dejará de ver esa monumental, incomprensible y arriesgada faena del
“Gallo” en el quinto toro de la corrida de Beneficencia? Pues no digamos de la
aparatosa y sensacional cogida de Belmonte. 422
Almería empieza a vivir una auténtica fiebre por el cine.423 Los estrenos se
sucedían a diario en los dos cines que competían por agradar más al público,
encontrándonos con una gran variedad de títulos, entre los que aparecen el film
francés, de 44 minutos de duración, Protea (Victorin-Hippolyte Jasset, 1913),
autor también de Vida, pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo. Fue
estrenada el 22 de enero de 1914 en el Variedades; Ocaso, de 1.800 metros de
viraje, se publicitaba de la acreditada Sociedad Cerliot de Roma,424 que era tanto
como asegurar su calidad, o El modelo de la Virgen, anunciada de 1500 metros
y en dos partes en la que debutaba en un programa de varietés, junto al notable
artista de maquietismo Rafael Arcos y las simpáticas bailarinas Sevilla-Marina,
(...) la señorita Mariscal, fenómeno científico.
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Para 1915 la prensa se hace eco ya del rudo golpe que el cine ha asestado a otro
tipo de espectáculos, como el teatro. Ya era evidente entre los empresarios de
salas y cafés que el cine, por su baratura y capacidad de entretenimiento,
respondía cumplidamente a sus intereses y a los del público, y que entre otras
ventajas ha creado la afición a los espectáculos.
Muchas familias, cuya costumbre era retirarse al anochecer a sus casas hasta el
día siguiente, ahora no pueden pasar sin acercarse al Trianón, el Variedades o el
Hesperia para ver alguna cinta de cine americana o conocer la última cinta de la
casa Pathè, que era la que más novedades ofrecía. Los aficionados al teatro en
la ciudad son ya una pequeña minoría. Todas las clases sociales de Almería se
vuelcan con el cine. Hasta el punto que algún medio de prensa expresa su
desconcierto asegurando que el cine constituye una enfermedad que ataca a
todas las clases sociales, pues ahora el público –se decía- prefería una película
de Kri-Kri, Kri-Kri gentil hombre, Kri-Kri Odalisca… en el Salón Ideal, el
Trianón o Variedades a las exquisiteces de una obra de Benavente, por ejemplo.
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pantallas almerienses ríos de lava erótica, de amor loco y pasión selvática como
Lyda Borelli, conocida entre el público almeriense por Perla Blanca, Dorotea
Philips, Frank Whitson, Pina Menichelli... Aquellas mujeres se adueñaban de un
varón, lo tentaban, se burlaban de él; le concedían al fin, como se decía entonces,
una hora de locura; luego, lo desechaban con una sonrisa cruel; y para la película
siguiente se procuraban otro candidato. El fuego sensual de aquellas criaturas,
herederas de las vamp danesas (más sombrías) constituía para los jóvenes
almerienses, en la época del amor idealista y de la moral pacata, una verdadera
revuelta que reivindicaba el derecho de la pasión contra un rígido mundo de
convenciones. Hoy, cuando sus films resultan delirantemente ridículos, -pues el
triángulo amoroso con el que se nucleaba la historia se convertía en la estructura
narrativa dominante de estas películas-, las poses lánguidas o tormentosas de
esas mujeres, sus miradas febriles y sus ofrecimientos y esguinces siguen
teniendo una poderosa fascinación. Pero la que merecía nicho aparte en esta
abigarrada galería que hizo soñar a nuestros bisabuelos fue la gran amante,
Eleonora Duse. 434
Los almerienses fueron un público muy fiel a este tipo de proyecciones, razón
que llevó a los empresarios a explotar hasta la saciedad este modelo. En realidad
era un modelo en clara sintonía con lo que estaba ocurriendo en el conjunto del
territorio nacional. Esto motivó un impulso para la definitiva consolidación del
cinematográfico como espectáculo de masas. Es digna de destacar la serie Las
peripecias de Paulina (L.Gasnier, 1914), protagonizada por la antigua
mecanógrafa y rutilante estrella Peral White (1889-1938), mezcla de ecuyere y
heroína cinematográfica, que ocasionó la noche del 13 de febrero de 1916 grandes
discusiones entre los aficionados por las difíciles situaciones que presenta. 435
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La programación de uno y otro cine, por otra parte, sufre una modificación a
partir de l918 pues los espectáculos de trouppe y varietés ya no se cierran con
proyecciones cinematográficas sino que aquéllas pasan a la segunda función,
perdiendo cierto protagonismo pero asegurando su consolidación en todas las
representaciones438 con novedades cinematográficas, como Juana la maldita,
en tres partes, que durante varias noches actuó con éxito en el Cine Casanova
del Variedades. 439
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ambos cines fue durísima y cada cual luchaba por ofrecer los mejores títulos.
Pero el Variedades de 1916, construido en 1900 con precipitación y sin
planteamientos estructurales perdurables, empieza a recibir las quejas del público
por su incomodidad y pésimas condiciones. Y a punto estuvo de ser clausurado
ante las implacables denuncias recibidas del público y del periódico “Arpón”
acerca de las malas condiciones de seguridad del teatro. Esta situación provocó
que se reuniera urgentemente la Junta de Teatros, compuesta por Monterreal,
Mazetti y Lopez Rull. Una inspección giró visita y acordó autorizar su apertura
mientras se redactaba un informe de viabilidad –informe que nunca concluyó-,
aunque se autorizó su uso por no observarse ningún peligro inminente ni
observar nada que pueda ofrecer motivos para suspender las funciones. 440
El 28 de mayo de 1916 el cine Ideal abrió sus puertas con una zarzuela de la
Compañía Nogales en un acto: La trapera; El contrabando y Los chicos de la
escuela. La entrada era de 30 céntimos Preferencia, 15 General, niños y militares,
10 céntimos en funciones desde las nueve en punto. Los jueves y domingos
presentaba una sección vermouth y el resto de la semana zarzuelas, y una oferta
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Al Sr. Becerra, propietario del cine Ideal, el negocio cinematográfico por metros
no debió irle muy bien porque al año siguiente es adquirido por don Miguel
Gómez Navarro, gerente del Variedades, que solicita permiso al Gobierno Civil
para celebrar funciones cinematográficas en el local donde estaba el Salón Ideal,
que pasó a llamarse Salón Bertini, en la calle Sagasta, transversal al Paseo del
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El Variedades inicia por primera vez, imitando el modelo de los cine madrileños,
la sección continua. A través de estas largas y continuas sesiones de cine los
almerienses se familiarizaron con las actrices y actores del momento y la prensa
local hacía guiños de complicidad con los espectadores recordándoles detalles
de las actrices, los nombres y su interpretación o adjetivando las cualidades de
sus interpretaciones anteriores en películas ya proyectadas en la ciudad. Los
nombres de María Luisa Derval, la italiana Lydia Quaranta que en la película -se
decía como reclamo femenino- El vértice del pecado llegó a lucir 22 vestidos;
la genial artista norteamericana Maria Walcamp y el descomunal Polo que tan
popular se hizo en el papel de Roleux de La moneda rota; Diana Karren en Lea
o el popular atleta Polo.
Fue una aflictiva y mísera situación que vivieron las clases más humildes de la
capital, tanto por la aguda crisis de trabajo que sufren los obreros, como por la
agobiadora carestía de los artículos de primera necesidad que en general se
viene padeciendo.455 Esta situación provocó revueltas populares y un incremento
considerable de robos456 que la guardia civil no podía controlar. Era famoso en
la ciudad un tal Vargas a quien se le encomendaba por las personas que habían
sufrido robos, tan frecuentes en una época de graves desigualdades, las
pesquisas para alcanzar al delincuente, pues Vargas –ironizaba La Crónica
Meridional- era quien todo lo averiguaba en estos tiempos de renovación
española.457
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revisión inmediata de los precios regulados por la Junta Provincial, a la que los
acaparadores no hacían caso.458 La situación llegó a tal extremo que la Junta
de Autoridades, presidida por el Obispo, don Vicente Casanova, recorría las
tiendas y casas particulares de la ciudad para recaudar fondos con destino a la
gente necesitada.
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La programación de 1920 fue organizada por don Miguel Gómez Navarro del
siguiente modo: mientras el Trianón comenzaba la temporada de cine desde
primeros de año, el Variedades ofrecería representaciones operísticas, teatro
y zarzuela hasta el 20 de febrero de 1920. El primer dia del año el Variedades
inició su temporada cinematográfica de la mano de la casa Pathé con La casa
del odio, en 11 episodios,465 que fue un éxito rotundo.
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Civil, con el fin de donar un aguinaldo a los soldados que pelean en Marruecos,
proyectándose el drama cinematográfico El Rey del mar. En los intermedios
de las cuatro partes de la película actuaron la Banda Municipal de Música, el
ilusionista Antonio Muñoz Linares y la Sociedad Romea, que interpretó un cuadro
artístico dirigido por Ramón Cruz, presidente entonces de la Sociedad Osiris.
4
Contexto general
España vivía entonces un clima político inestable. Había una inquietud social
enrarecida por un clima político destacado por el asesinato del presidente del
gobierno, Eduardo Dato, y las derrotas de las tropas españolas en Marruecos,
ambos hechos reproducidos a través del cinematógrafo. Todo ello
desencadenará los sucesivos cambios de gobierno, la dictadura de Primo de
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Fueron con los films d´art del cine francés con los que el público almeriense
aprendió a vestirse a la usanza europea y estableció nuevos estándares de
belleza; con las cintas americanas aprendió a desmitificar algunos viejos fetiches,
nueva forma de establecer relaciones, además de que su influencia llegó más
allá, internándose en lo más intimo de los hogares: dentífricos, hojas de rasurar,
water closet, etcétera. Con la narrativa norteamericana llegaba, pues, también
un modo de vida diferente. Los hombres empiezan a llevar el pelo corto a lo
garçon, la brillantina va sustituyendo al sombrero y las señoritas y damas de
Almería, finalmente, han desterrado la costumbre de portar sus sombreritos en
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En los cafés, en las tertulias, se comentan las noticias del momento gracias a
que empieza a haber una mayor difusión de la prensa escrita, e incluso
irrumpen tímidamente las primeras audiciones radiofónicas. Es decir, a la
capital llegan genéricamente los lugares comunes propios de lo que podría
llamarse “las grandes noticias”. Todas las clases sociales, reciben esta imagen
de la realidad más distante a la cotidiana. El cine aprovecha esta rica veta de
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apretaba sus manos sobre el pecho, hasta que en pocos segundos cayó como un
fardo sobre las tablas del escenario. El público creía que formaba parte de la
representación pero, al mismo tiempo, se sentía confuso por el ruido de los
disparos hasta que, poco a poco, se dio cuenta del suceso. El autor de los disparos
fue Carlos Verdugo Boti, esposo de la actriz y en proceso de divorcio, que se
trasladó a Almería la noche antes utilizando un nombre falso para colarse en los
camerinos. Consiguió acceder desde el Hotel Colón, colindante con el teatro, y
esconderse tras el rojo cortinaje del escenario desde donde disparó. Luego
intentó suicidarse, sin conseguirlo. Toda Almería y el mundo del teatro se volcó
en el entierro de la actriz que, además, uno de los disparos alcanzó
accidentalmente a un joven de 16 años aficionado al teatro que, finalmente,
falleció.
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Por la tarde se podía ver una película principal, generalmente el capítulo de una
serie y, acompañando a esta serie, se proyectaban películas cortas, de dibujos
animados, muy apreciados por los espectadores almerienses, y de carácter
cómico. En la sesión de noche se volvía a exhibir la película de la serie o se
estrenaba alguna nueva. Durante el verano eran complementadas con números
de varietés, como en el Trianón Verano, donde se pasaba un rato muy agradable
porque es deliciosa la temperatura que allí se disfruta... Parece –decía el
comentarista- como si los elementos se asociaran para hacer más grata la
estancia. Es un espectáculo al aire libre, se vive en plena naturaleza, sin molestar
el humo del tabaco, sin los malos olores que se padecen en algunos locales
cerrados... ¡y sin sudar¡. Acariciados por los suaves resplandores de la luna,
sentándonos cada uno donde la plazca.475 La empresa de este local, situado en
la Plaza Circular, durante el período estival rebajaba los precios para estimular
la asistencia: 0,33 Preferencia y General 0,12 céntimos.
El verano era la época propicia para rellenar las carteleras del Trianón y
Variedades con series norteamericanas, remakes, películas de dibujos animados,
comedias y superproducciones con los actores de moda: Lida Bovelli, Pina
Menichelli, Helena Colmes (la rival de Polo), Carlyle Blackwall o Dromio Jacobini
lli alternando, como de costumbre, el cine con las varietés. Esta constante se
repite a lo largo del resto del año.
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modas. Los coches y camionetas van sustituyendo, poco a poco, a los viejos carros
de madera con ruedas enormes tiradas por burros y mulas. A la ciudad llegan
revistas de moda dirigida al público femenino. En el cine las damas se
entusiasman ante los reportajes de actualidad que ofrecen las productoras
Verdaguer, Gaumont, Paramount o la Fox Movietone donde se ponen al día de la
última prenda, el nuevo estilo de peinado o el maquillaje adecuado para las jóvenes
de rostros pálidos, ojeras profundas y boca de cerecita. La indumentaria de los
hombres varía poco. En verano se utilizaba el clásico mil rayas y la capa da paso
a la trinchera, mientras el sombrero va desapareciendo con dificultad.
Las grandes estrellas del público eran los cómicos, destacando entre todos ellos
el más grande de todos los tiempos, Charlot y su interminable serie que ocupaba
las sesiones infantiles: Charlot empleado de banca, Charlot y la policía,
Charlot patinador, Charlot quiere casarse, La varietés de Charlot,
Charlot en Carmen, Charlot en el Balneario... Al citar las películas cómicas
de este período es preciso detenerse en las películas protagonizadas por Larry
Semon, un cómico norteamericano que los espectadores almerienses conocían
con el nombre de Tomasín, rivalizando con Charlot, muy admirado por el público
almeriense desde 1924 como lo demuestran los títulos exhibidos en la cartelera
de la capital: Tomasín camarero mayor, Tomasín detective, Tomasín en
el disloque... Otro artista cómico del momento que rivalizó desde 1919 con
Charlot fue Fatty. Las cintas de Fatty entusiasman a todos -decía la prensa- y
cuando faltaba una de Charlot se suplía con Tomasín o Fatty y así encontramos
una larga lista del genial cómico en Cogida de Fatty, La boda de Fatty,
Charlot y Fatty en el boxeo...
Pero no sólo se exhibían documentos de corte histórico, sino que en las pantallas
de la capital los almerienses quedaban perfectamente informados sobre las
últimas tendencias de la música y el sonido a través de revistas musicales o
sobre el mundo del sonido en la Revista Fox Folliers, la Arco Iris y la The Broadwy
Melody o documentales de carácter científico o del mundo natural. Así pues,
los acontecimientos sociales o históricos en Almería fueron marcando el devenir
de lo que acontecía en el mundo y en nuestro país. También del cine. A través
de la pantalla los almerienses se enteraban de cada uno de los cambios que el
cine iba experimentando: ensayos de color, intentos por lograr el sonido,
publicidad comercial, nuevos actores, emergencia y apogeo del deporte,
corridas de toros o inventos nuevos, como la radio y la televisión.
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algunos ciudadanos
almerienses en defensa de la
radio local, antes de que
cierren la Estación por no
poderse costear. 478
No tenemos datos de la
El actor Hoot Gibson, admirado por la chi- respuesta a la llamada
quillería de Almería en los años veinte. aunque sí conocemos que, a
mediados de abril del año
siguiente, la estación
acometió un plan de reformas para colocarla entre las mejores de España y, a
tal fin, se desplazó a la ciudad un técnico de Madrid para ajustar la potencia de la
estación y proceder a la modificación de la antena y el resto de la estación.
479
Finalmente, la radio cerró durante un tiempo y, nuevamente, volvemos a saber
de este medio cuando el Obispo de la diócesis el 7 de marzo de 1928 bendijo los
aparatos y estudio de nuestra estación. Coincidiendo con tal acto la festividad
de Santo Tomás, el programa de la Estación estará a cargo de los Estudiantes
Católicos de Almería.480 Pero a finales de abril la señal, por razones técnicas,
se había perdido y tuvo que trasladarse desde Madrid un especialista, don Matías
Martín, para recuperar la emisión. 481
En enero de 1934 fue concedida a don Miguel Soto una nueva emisora local. El
modelo elegido para Almería era del tipo Marconi, con 200 W de potencia, capaz
de oírse en toda la provincia. La idea inicial del Sr. Soto era retransmitir las
obras teatrales y conciertos. Incluso contempló la posibilidad de contar con
orquesta propia. La emisora se puso inmediatamente en pruebas. Finalmente,
Almería pudo disponer de una emisora de forma oficial a través de la concesión
otorgada con la denominación de EAJ 60 Radio Almería, cuyo concesionario era
don Miguel Soto Román. Su inauguración fue incluida en el programa de feria de
1934, pero se aplazó al mes de septiembre, aunque funcionando en período de
pruebas. 482
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Sin embargo – nos relata Manuel del Águila- existía una gran afición al teatro
en aquella Almería de mi infancia. De tal manera que las compañías se sucedían
y las señoras se preparaban para la llegada de las grandes compañías. Las
señoras no iban al cine, que era más propio de la gente del puerto. Cuando había
estreno de teatro aprovechaban la ocasión para lucir sus trajes, sus sombreros
que no abandonaban ni durante la representación y que entorpecía la visión de
los de atrás, de tal modo que el teatro era un mar de pamelas vaporosas.
“Al teatro –nos relata Manuel del Águila- acudía la gente de élite y la gente que
sentía admiración por la música y la declamación. Muchas señoritas de Almería
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El teatro era reserva de los que éramos gente bien, de la gente chic; el cine era
otra cosa, porque dentro del cine se podía
permitir ocurririera de todo y ningún
comportamiento antisocial escandalizaba. A
mí ese contraste social entre cine y teatro
me inclinaba por el cine. Había mucho ruido,
mucho pateo..., cosa improbable en el teatro.
Recuerdo las orquestas que no eran
orquestas, eran cuartetos o quintetos, pero
lo recuerdo de mayor. En las películas de
tarde donde íbamos los niños, ahí no había
músicos. Allí no había más que zapatazos.
Más adelante, de mayor, con el cine mudo ya
de última hora sí las recuerdo. Había un
sexteto o un cuarteto, que recuerde, en el
Cervantes y en el Hesperia. Antonio Cuadra
tenía un cuarteto, creo, con el maestro Rafael
Barco487 y Paco Gómiz. Los instrumentos
eran bajo, violín, piano... Antes había un
sexteto, el Sexteto Sánchez, de Paco Sánchez
de las Heras. Y es que en Almería había una
gran afición musical. En todas las casas de
medio postín había un piano. La gente
aprendía música en la Escuela de Arte, pero
Desde 1923 observamos la presen-
aparte había muchos profesores particulares
cia en las carteleras almerienses de que enseñaban aparte y eran también
proyecciones producidas en Espa- profesores de la Escuela de Arte. Yo tuve
ña y el interés manifestado por el
público por estos títulos; se advier-
aquí, en mi casa, a don Antonio Alonso,488 por
ten también los primeros síntomas ejemplo, que fue profesor mío. Éramos una
de una serie de cambios en los gus- sociedad de bien. Teníamos hasta discos de
tos del público almeriense al des-
cender el interés por los seriales
pizarra de una sola cara, guitarra, radios.
cinematográficos, que habían cau- Recuerdo que cuando estalló la guerra
sado admiración a finales del se- escuchábamos por la radio Viva la Republica
gundo decenio del siglo XX. digna. Arriba los corazones. No eran los de
izquierdas, era Queipo de Llano desde
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Sevilla”.
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Una muestra de la intensa afición que los almerienses sentían por el teatro fue
la Sociedad Jacinto Benavente, creada en 1910 con el fin de fomentar la cultura
teatral en la ciudad. Esta sociedad organizó diversas iniciativas culturales y
literarias. Tuvo un cierto tiempo inactiva, pero en 1915 volvió a resurgir con
una nueva Junta directiva, presidida por don Carlos López Fernández. Esta
Sociedad, a pesar de ser exclusivamente teatral y haber criticado la afición de
los almerienses al cinematógrafo, en 1922 organizó una actividad
imcomprensible: una verbena de proyecciones cinematográficas públicas, a la
intemperie, por los distintos barrios y calles de la ciudad, desde la calle Cucarro,
Rodríguez Sampedro, Ramós, Plaza San Pedro y Restoy, hasta otras del distrito
quinto, 492 actividad que redundó en el prestigio de la sociedad y en el aumento
de nuevos asociados.
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Este documental sobre Almería había sido encargada por la empresa a la casa
Gaumont durante la visita del Rey a la ciudad. En la película aparecía una extensa
información gráfica sobre nuestra ciudad y de los actos más interesantes del
Rey. En uno de ellos aparece el Rey imponiendo la Medalla Militar al Regimiento
La Corona. 496
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Con esta película la empresa del Cervantes inicia un recorrido con títulos de
producción española, cosa sorprendente hasta el momento, y hasta organiza
un Gran Concurso Cinematográfico.
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Más tarde se volvió a presentar otro documental local sobre Las uvas de
Almería, que recogía la actividad de la faena uvera, construcción de carriles,
selección, emborronado y exportación. La película fue filmada en el parral de
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la viuda de Baeza, así como en la barrilería de don Juan González Ramírez. 502
C ar c e l e r as , u n a p r o d u c c i ó n d e
Atlántida, se proyectó en el Hesperia
en julio de 1924. Las salas almerienses
estaban repletas de estreno y éxitos que
se vean correspondidos con una masiva
afluencia del público almeriense a to-
das ellas, a pesar de la crisis que atra-
vesaba la ciudad.
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Conclusión
De esta década, en general, podemos decir que si durante los dos o tres primeros
años de los veinte las exhibiciones habían disminuido considerablemente, a partir
de 1924 la avalancha de títulos cinematográficos sube espectacularmente,
producida sobre todo por la penetración de Hollywoodd en el mercado español y
por la especialización del Cine Hesperia, mientras que los otros teatros
continuaban con su programación tradicional: cine y varietés, el Variedades;
grandes representaciones teatrales o musicales en el Cervantes, siendo el teatro,
la ópera y la zarzuela las representaciones más comunes, quedando el cine
relegado a un segundo plano.
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Desde los inicios del cine, pero también desde el teatro 511 y de cualquier otro
espectáculo, siempre han existido grupos de personas que han buscado la forma
de reglamentar y vigilar la moralidad que ellos puedan presentar a todo el
público que asista a las funciones. Para Ramiro de Maeztu, un intelectual que
había iniciado sus trabajos periodísticos en España y en el extranjero, sin
embargo el nuevo espectáculo era considerado para él, desde un sentido en
extremo ético y severo, como un efecto negativo para la sociedad y hasta con
cierta misoginia compara a la mujer fatal del romanticismo con las vampiresas
del cine, cuya misión es perder a los hombres, explotarlos, deshonrarlos y
abandonarlos finalmente.
La preocupación del poder local por las fisuras que el cine pudiera crear en el
orden moral tuvo su correspondencia, aunque menos intensa, en el terreno
político. La razón podría encontrarse en que el cine producido y exhibido en
España, al menos en la etapa muda, no se caracterizó precisamente por su
oposición al sistema. Pero tampoco había que acudir al cine subversivo para
echar mano de la censura legislada como el celo demostrado por el gobernador
civil interino de Almería, en plena época de libertades, el 25 de marzo 1933,
haciendo enviar circulares a los exhibidores locales recordándoles
insistentemente las prohibiciones y censura que pesaban sobre determinadas
películas de contenido político. Tal fue el caso de Los cuatro jinetes del
Apocalipsis que el gerente del Hesperia ya tenía en su poder y se proponía
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exhibir.
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Variedades o al Apolo, además de algún que otro domingo por la tarde con los
otros tres niños granadinos que don Antonio tenía alojados en su casa. Durante
la estancia de Lorca en Almería don Antonio cuenta: Un domingo por la tarde les
dio mi esposa dinero para que fueran a ver la función que ponían en el Apolo;
pero como eran muchos y pequeñitos, les encargó que sacaran las entradas de
gallinero, como llamaban al paraíso, por ser las más económicas. Fueron los
cuatro, y según nos contaron habían pasado una tarde deliciosa. Repetía Federico
con énfasis y gracia pasajes de la obra y gestos de los cómicos. Nos hizo reír
esta observación suya: Dña. Mercedes, el gallinero está muy limpio: ¡ no hay ni
gallinas, ni gallinazas. Yo quiero ir todos los domingos al gallinero. Iremos muy
temprano para ver si encontramos huevos.515
El único cine al que pudo asistir aquel año de 1908, donde el maestro sitúa la
anécdota, era el Ena-Victoria, instalado en el Apolo, que había acometido obras
de reforma en su interior dividiendo el aforo en Principal y Paraíso. La apertura
de este cine se comentaba mucho pues, además de ser el primer cine estable
que aparecía en la ciudad a finales de enero, una proyección de los primeros
cinematógrafos siempre era un acontecimiento en la ciudad. Y hasta es probable
que la cinta proyectada y a la que asistiera el joven Federico los primeros días
de febrero -al precio de 10 céntimos en cada una de las cuatro secciones que
programaba- fuera El aprendizaje de Sánchez, una película altamente cómica
y muy celebrada por el público, que se mantuvo durante varios días en la ciudad.
En este cine también tendría ocasión de recoger el joven Federico algún periódico
gratis publicitario que repartía la empresa donde se daba cuenta del trabajo de
los artistas de las compañías teatrales y de los que semanalmente hacían su
debut en el Salón Ena Victoria.
Dentro de este ambiente ingenuo, sin que revistiera peligro moral, es probable
que don Antonio permitiera a Lorca y sus hijos asistir a otras sesiones
cinematográficas en este coliseo, dada la amistad que poseía con el propietario
o el gerente del local pues, según relata el escritor almeriense Juan José Ceba,
citando datos de la prensa almeriense, junto a este coliseo don Antonio impartía
clases nocturnas de adultos. No todos los días, como ahora, había proyecciones
pero sí surgiría la ocasión algún día que el mismo don Antonio, o el joven Lorca,
advirtiera el anuncio puesto en la cartela a la puerta del teatro donde se
anunciaba la proyección de cintas del cinematógrafo que llamaran vivamente
su atención.
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Sólo cuando el cine descubre la fuerza narrativa que supone contar historias
ciertos sectores de la sociedad almeriense empiezan a observar el
cinematógrafo con recelo. Eran los mismos que en los inicios del séptimo arte
se acercarían a los pabellones y barracas para contemplar admirados la
sucesión de imágenes ante una cámara fija. No había historia que contar: sólo
imágenes que transcurrían en sucesión continua. Allí se encontraban las más
bellas señoritas, tocadas con hermosos sombreritos, señores y señoras de la
sociedad de bien almeriense y gentes de las distintas sociedades culturales de
la ciudad. Pero el cinematógrafo, poco a poco, fue evolucionando en su forma
de comunicar. Fue descubriendo la pasión del inmenso público que le seguía y
empezó a contar historias. También cambiaron los espacios físicos y las
personas. Aquella pequeña burguesía almeriense, que no era distinta a la
jiennense, granadina o murciana, se cansó de la monotonía y la repetición de
las mismas situaciones cinematográficas y se alejó del espectáculo para volver
a las grandes representaciones de zarzuela y teatro, ocupando su espacio un
público bullanguero y popular.
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bajo), más que por una obligación moral, por una obligación social: había que
perfeccionar a la sociedad mediante normas de comportamiento, tratando de
moralizarla. Y no faltó, desde luego, algún comentarista almeriense que
recogiera la opinión de aquella selecta sociedad: (…) es necesario tener en
cuenta que el cinematógrafo tal como se le cultiva y explota en el espectáculo
público, puede producir y produce graves perjuicios en el orden moral. Sobre
todo para los niños y para los jóvenes su influencia puede ser perturbadora y
perniciosa. Son ya numerosos los casos de niños y jóvenes que, influenciados
por las películas de policías y ladrones, quisieron imitar las hazañas de éstos y
se dedicaron al robo y hasta constituyeron “bandas” terribles”(...) esos niños
perturbados por el cine y víctimas de la codicia de los empresarios, pertenecen
a las clases más acomodadas…517
Pese a las limitaciones expresivas propias del cine silente, los jóvenes y niños
almerienses quedaban imantados por los mensajes invisibles enviados desde
la pantalla. La sencilla liturgia contenida en un acto tan sencillo y rutinario como
era el de penetrar en una sala oscura transformaba el viejo espectáculo de
barraca en un ritual que situaba a todos en la siempre difícil frontera encargada
de la separación entre la ficción y la realidad. Y en esa frontera, en efecto, el
mundo infantil, aprendiz de un lenguaje nuevo, era incapaz de diferenciar la
fantasía encerrada en las historias narradas de la realidad de los hechos vividos.
Si a ello añadimos el afán de los empresarios cinematográficos por sorprender
día a día a los espectadores con unas innovaciones que transformaron el clásico
concepto de las primeras ingenuas proyecciones. Tampoco faltó quien
arremetiera contra estos empresarios cinematográficos almerienses que no
cumplen las sanas disposiciones, atentos su negocio, campan por sus respetos
y se burlan de todos los mandatos legales”, apelando a la Guardia Civil, al alcalde
y a la Junta de Protección de la Infancia.518 El cinematógrafo se presentaba
como un espectáculo moralmente peligroso porque, cuando se hacía el oscuro,
el diablo siempre acechaba, y no tardaron en verlo así las clases bienpensantes
de Almería que empezaron a condenar el cinematógrafo como espectáculo y
muy especialmente algunas de sus cintas. Los almerienses de la segunda década
de siglo recibieron el inevitable reclamo del nihil obstat para acudir a un
espectáculo moralmente limpio.
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Otro artículo de 1923, firmado por Enrique Pina, para fundamentar la necesidad
de la censura cinematográfica, invoca la opinión que el culto catedrático de la
Universidad de Zaragoza, Sr. Lasala, sostiene sobre el cine, la censura y los niños
y en su artículo hace un recorrido por los países de Europa que han legislado la
censura cinematográfica y las medidas adoptadas.521 Quince días después
aparece en La Crónica Meridional otro artículo con el título Los niños no pueden
ir al cine donde se recoge las medidas adoptadas por el gobierno de Lituania,
que prohibía a todos los niños menores de 16 años asistir a las representaciones
ordinarias de cinematógrafo, y se castiga con fuertes multas a los empresarios
que los admitan. Se exhiben –continúa-, sin embargo, películas para los niños;
pero deben pasar de antemano por la censura del ministro de Educación. 522
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Presonorizaciones cinematográficas
Otros títulos -ya sin publicidad engañosa- ilustraron el final de los años veinte
con títulos tan aplaudidos por los almerienses como La Cruz de la
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La cinta fue exhibida en el Teatro Cervantes con la orquesta que dirigía el Sr.
Sánchez de las Heras y fue un rotundo éxito de público, al igual que ¡Viva Madrid
que es mi pueblo (Fernando Delgado, 1928) Muchos almerienses pasaron
durante tres días por el Cervantes para ver esta película silente con temática
taurina y ambiente nostálgico musicada por la orquesta que este teatro tenía
contratada siguiendo la partitura especial para acompañamiento de Daniel
Montoso, pues (...)la película constituye un gran paso en la cinematografía
española (...) y encarna perfectamente en nuestra modalidad de españoles y
eso, unido a la perfecta confección de ella, nos recuerda al detalle la impresión
grata y amable de nuestros mozos estudiando en la corte.526 Sin embargo, la
cinta exhibida a final de esta década, Rejas y votos, anunciada como netamente
española rodada en el campo andaluz, estrenada en el cine Hesperia el 28 de
marzo de 1930, producida y dirigida por el levantino Rafael Salvador, causó
decepción entre el público, a juzgar por los comentarios de prensa.
a la Paramount, o gran estreno Fox, para indicar que eran signos de calidad.
Pero, en realidad, esta leyenda lo que encubría era una estrategia comercial de
las ya poderosas productoras internacionales con la que los exhibidores locales
se obligaban a contratar películas por lotes que empezó a perjudicar la exhibición
y difusión del cine español, de tal modo que cada lote incluía varias docenas de
títulos de las distribuidoras citadas, eso explica el incremento considerable de la
exhibición cinematográfica, el descenso de la calidad, el recorte de la exhibición
nacional, la aparición de los Diarios Fox como marca publicitaria a mediados de
año y la Revista Paramount a finales de año. Un año relleno con películas de
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lote, entre la que cabe destacar una cinta de aventuras y romances, La máscara
de hierro (Alla Dwan, 1929), interpretada por Belle Bennett y el admirado Douglas
Fairbanks en el papel de D’Artagnan.
Un gran acontecimiento de 1929 fue Metrópolis (Fritz Lang, 1927) que puso en
el cartel del Hesperia la noche del nueve de octubre el cartel de No hay billetes.
Esta película de la casa UFA –se decía- es una maravilla de técnicas, superior
aún a Varietés, de la misma casa. En “Metrópolis” no se sabe que admirar más,
si la técnica, el lujo, la magnificencia con que se presenta, o los artistas que
interpretan la colosal producción.527 Otros acontecimientos locales de aquél
año fue la colocación en el Cerro de San Cristóbal del monumento al Sagrado
Corazón; el año que se inauguró el puente sobre el río Andarax y se empezaba a
soñar con una línea área Almería-Granada-Sevilla-Madrid -condicionada a la
conversación entre el presidente de la Diputación, Sr. Madariaga, y el director
general de Unión Aéreo, don José María Espinosa-; el de la construcción de la
Escuela de Artes y Oficios, por el arquitecto Joaquín Rogi; el año que se asfaltaba
la calle que conducía al Zapillo, futura arteria vial de la ciudad, y se proyectaba
la construcción de la urbanización de Ciudad Jardín, al estilo de la urbanización
El Limonar en Málaga, con casas que oscilarían su venta entre las 14.000 y
29.000 ptas. y las sociedades obreras exigían que se construyese con obreros y
materiales de Almería.
Desconocemos los motivos, aunque nos hemos interesado vivamente por esta
costumbre ya perdida. El cronista, que firma con E.B., también se preguntaba
por qué ha de ser esta sola fecha la de ver a Don Juan pisando los escenarios; y
lo más raro es, que lo mismo en Madrid que en provincia, acude el pueblo llenando
los teatros (...) antiguamente se representaba en nuestra capital todos los años,
no sólo en los salones de sus respectivas sociedades, sino también en los teatros
Principal y Novedades, terminando su reflexión lamentando que este año no
veremos a Don Juan.529 Reflexión oportuna del comentarista que, posiblemente,
serviría para que el empresario del Hesperia agilizara la reposición de un Don
Juan en ocho partes a primeros de noviembre, aunque ya se había exhibido a
primeros de año una versión del “Don Juan” titulada Tenorios endemoniados.
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costumbre y hasta un vicio local. Todas las generaciones pasadas han venido
coincidiendo en el entusiasmo ante el drama fantástico-religioso y puntualmente
aparecía en estos días de octubre-noviembre al que el público acudía con unción
a beber las palabras de aquellos, estableciendo comparaciones en cotas de
perfección para interpretarlo. Mucho se escribió sobre este personaje. En
cambio, poco o casi nada se ha comentado acerca de las razones por las cuales
aquella obra que llenaba cada vez que llegaba, primero los teatros y, después,
los cines al aproximarse el día de los Santos, cayó en el olvido y la indiferencia
de las gentes. Hoy desconocemos el porqué de esta ausencia. Quizás el juego de
contrastes entre la simpática picardía de Don Juan, la rigidez moral de su padre
y su frustrado suegro Comendador, junto al dulce canto de Doña Inés, queden ya
al margen de los usos, aunque los rasgos de proxenetismo de la dueña y los
criados sigan siendo vigentes.
Fue el último año del período estudiado, objeto de esta investigación, que se
representó en los cines almerienses la versión del Tenorio sentimental y granuja
que el cine silente, como en el teatro, supo dar al don Juan popular y fascinante.
El cine sonoro, de la mano de la Universal, trajo a Almería el Don Juan
diplomático y, más tarde, El temible Don Juan, en versión animada, luego
llegaría en 1934 Dos mujeres y un don Juan, hablada y en español, que se
repetiría en 1935, pero ya aquellas versiones sonoras carecían de la fuerza
expresiva heredada del teatro de los don Juan del cine mudo.
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según se nos cuenta, en efectos (sonoros) hechos con ruidos que daban la
impresión de ser reales. En el Cervantes se hacían alguna vez comentarios a las
películas mudas; otras veces ponían un pianista y era el encargado de darle
efectos al galope de un caballo y la mayoría de las veces era la orquesta del cine
que tenía a veces cuatro y a veces diez o doce músicos. 533
Podríamos asegurar que, desde las primeras imágenes del celuloide en los albores
del siglo, siempre existió en los cinematógrafos almerienses una mínima banda
sonora. Si el cine aspiraba a provocar en el espectador el efecto de realismo,
cómo no abarcar los sentidos básicos (vista y oído) para representar galopadas
de caballos o ruidos ya que todos reconocemos las cosas por su imagen y la
pregnancia de su sonido. Por eso, nuestros cinematógrafos tenían que impregnar
a esas sombras mudas que se deslizaban por la pantalla vida por medio pasos,
golpes, estornudos, puertas, cascos de caballos...
Era inevitablemente necesario que se oyeran esos sonidos descriptivos para dar
credibilidad a la visión. Y si no, pensemos si sería posible que el cine en sus inicios
no hubiese conectado espiritualmente con el espectador sin transmitirle las
emociones necesarias de aquellas sombras junto al dramatismo de la acción y al
dinamismo de los personajes. Aquellas necesidades permitieron igualmente el
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Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
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Luego harían época las primeras películas españolas como "Nobleza batu-
rra", "Morena clara", "Rosario la cortijera", "El cura de la aldea" y el tan
admirado por los almerienses, Angelillo, en "Centinela alerta", de la que la
gente salía tarareando el pasodoble "Chiclanera".
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oferta iría en aumento y las exhibiciones se hicieron rentables. Eran los tiempos
de los coliseos repartidos por todo el territorio nacional, también en Almería, al
Novedades o al Teatro-Circo Variedades se les conocía como coliseos.
Pues bien, en estos coliseos en los que se alternaban otro tipo de espectáculos -
que también requerían la presencia de una orquesta o banda- las exigencias del
público cuando ésta dejaba de tocar se dejaba notar, lo que permitía que fueran
compartidas entre cinematógrafo y varietés para hacer más rentable el negocio,
de tal modo que hacia finales de los años veinte, las diferencias entre unas salas
y otras consistían en el aforo, los servicios y la presencia de músicos.
Una duda que nos surge era: ¿Qué tipo de música interpretarían estos sextetos,
agrupaciones o músicos solitarios, su calidad y el acompañamiento a la narración
fílmica a la que presumiblemente apoyaban? Hemos de suponer, debido al escaso
número de días que permanecía en cartel una película, que el acompañamiento
musical tenía poco que ver con la trama argumental de la cinta, tomando
derroteros inesperados motivados por la más genuina improvisación; y esto
cuando no se dedicaba a repetir una y otra vez las mismas piezas musicales con
la que el público almeriense estaba familiarizado. Claro que, el hecho de recurrir
a música conocida para amenizar las veladas cinematográficas motivó un pleito
con la Sociedad de Autores, situación que llevó al Salón Hesperia a suprimir la
orquesta y los contratos de varietés mientras subsista por parte de la Sociedad
de Autores el acuerdo de elevación de derechos.535
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Siguiendo la misma fuente oral se nos relata que existía una forma de injerencia
directa en la proyección de la película por parte de la música. Es decir, se
presentaban, previo a la proyección y más adelante durante los descansos, una
serie de números musicales tras los que se iniciaba la proyección del film mudo
que correspondiera sin que la mayoría de las veces la música subrayara la acción
narrativa.
Pero no sólo eran orquestas las que acompañaban las proyecciones de nuestros
cines sino que también se prodigó la presencia de pianistas o sextetos, como el
sexteto Sánchez,538 muy habituado a actuar en los Cafés de prestigio de nuestra
ciudad desde que comenzara su andadura en el Teatro Novedades en 1890. El
teatro Cervantes disponía de un piano, al igual que primero el Novedades y el
Variedades. Esta versatilidad del piano vale por sí para justificar la elección de
este instrumento en las ocasiones más modestas, o también en las que eran
necesarios elementos sonoros descriptivos durante la proyección como
acompañante, momentos en los que eran necesarias ciertas dotes de
improvisación.
Hemos dicho que las primeras cintas eran de poca duración. Pues bien, para estas
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Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
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Figura indispensable debía ser el explicaor (un recurso que pervive conocido
como voz en off), sobre todo cuando las películas no tenían rótulos o los mismos
no sabían ser leídos, si tenemos en consideración la existencia de un alto grado
de analfabetismo en nuestra ciudad que impedía leerlos.
Las películas mudas exhibidas suponían, cada vez más, un esfuerzo de las casas
editoras al empezar a realizar cintas en varios episodios que los exhibidores
locales se empeñaban en acompañarlas con efecto sonoros y música según el
prospecto enviado por la productora, como en La Malquerida (Ricardo
Baños,1915), exhibida en El Variedades el 21 de febrero de 1917 y, sobre todo, La
vida de Cristóbal Colón (Ch. Drossner,916), proyectada en nuestra ciudad el
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Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
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A lo largo de 1928 y 1929 los grandes éxitos del cine mudo siguen atrayendo al
público. Cintas españolas como Boy, de Benito Perojo, o Ben Alí, que se
proyectaba con acompañamiento de orquesta, no encontraban rival en los
escarceos de cine sonoro que se intentaron en la ciudad. El año 30 comienza
con una curiosa producción, Historia del caucho, un documental de la United
Status Rubber Company, patrocinado por don José María Artero Pérez, agente
exclusivo para la provincia de Almería de los neumáticos U.S. Royal Cord, en la
Plaza de San Sebastián. La película fue muy publicitada y, en efecto, llamó la
atención este documental publicitario y gratuito ofrecido en el Hesperia porque
llevaba incorporado una audición sonora, sin que podamos especificar más. Le
siguieron títulos que, de una manera u otra, llevaban incorporados dispositivos
sonoros, 542 como El gaucho (1927), precedido por el interés que a los
aficionados almerienses le otorgaba su estrella favorita Douglas Fairbanks; Por
la muerte del general Primo de Rivera, que se anuncia como un
acontecimiento social en el Hesperia; El demonio y la carne (Clarence Brown,
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Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
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1926) con la inefable y admirada del público almeriense Greta Garbo y John
Gilbert; una película española, de las pocas que se veían por las pantallas
Crónica Social del
almerienses, Elcine en Almeria (1896-1936)
Guerrillero (Julio Buchs, 1928), El carnaval de Venecia (1927),
Ignacio Ortega
en 12 partes, de la que los espectadores debieron salir asombrados por las
escenas a color presentadas por primera vez gracias al sistema Pathé-Color, y
La alegría del Batallón (Maximiliano Thous, 1924), una zarzuela muda con
rótulos rodada parte de ella en Guadix, Murcia, Elche, Peñíscola y Sagunto; El
suceso de anoche (León Artola, 1929), Moulin Rouge (1928), del francés Ewald
André Dupont y la divina Garbo, de la mano del genial Fred Niblo en The Lady
Mysterious, conocida en España como La Dama misteriosa.
Una producción española más basada en una novela de Blasco Ibáñez, La Bodega
(1930) fue realizada por Benito Perojo, con María Luz Callejo y Joaquín Carrasco
en los papeles principales, exhibida en el Hesperia en su versión muda en
noviembre. Desconocemos si la versión sonora de Perojo en los estudios
franceses fue proyectada en nuestra ciudad, aunque suponemos que sí, dada la
afición del momento al cante flamenco y a la admiración de los almerienses a
Conchita Piquer, que luce su arte en aquella película. También se pudo admirar
un drama de Fred Niblo, Redención (1930), producida por la Western Electric
Sound System e interpretada por John Gilbert.
Pero sin duda el film mítico por excelencia fue la versión del no menos mítico
libro de R.L. Stevenson: La isla del tesoro, de Víctor Fleming (1934), proyectada
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Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
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en el Cine Versalles días antes de que estallara la guerra civil, y tantas otras
que se exhibieron seguidas fielmente por un público donde el mar siempre
fue futuro e incertidumbre.
Muchas de estas obras se repetirán más tarde en otros formatos, tal fue el
caso de Violetas imperiales, exhibida en el Hesperia en 1924 y 1935. El
propio José Buchs, defensor del costumbrismo como señal autóctona, se
repite en Carceleras, estrenada en el Tiro Nacional en 1935, cuya versión
fue la primera película totalmente sonora de España.
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Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
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Una pequeña estadística, cuyas cifras son harto elocuentes, nos ayudará a
comprender la penetración del sonoro: de 1929 a 1931 los films sonoros exhibidos
son escasos, alrededor del 40 por ciento, pero en 1933 el porcentaje sube al 10
por ciento (de un total de unos 800 títulos, en números redondos) y en 1936 es
ya del 90 por ciento, año en que las salas Cervantes, Versalles, Katiuska, Iris-
Park y Tiro Nacional de la ciudad tienen todas instalados equipos permanentes
de proyección sonora.
Los datos mostrados aquí, correspondientes al período de republicano1931-
1936, nos permiten observar el incremento paulatino del número de funciones
cinematográficas –aunque no se declaraban todas-, gracias a la incorporación
del sonoro, cuyo incremento se
corresponde con el
retroceso de comedias
teatrales, varietés y
óperas musicales que en
1913, por ejemplo, fueron
de 258.
Si en un alarde de
imaginación
extrapolásemos los
datos de las 782
funciones de cine
habidas en la capital
durante 1935, con una
media hipotética de 350
espectadores por
función, arrojaría una cifra aproximada a 300.000 espectadores de cine,
mientras que a fecha del 2000 el número de espectadores de toda la
provincia de Almería es de 1.109.049 y una recaudación de 4014 millones de
euros, equivalente a 668.997.324 de las antiguas pesetas, equivalente a más
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Lamentablemente la guerra civil interrumpió estos años dorados del cine español.
El conflicto bélico paralizó la producción de largometrajes en España y desplazó
la realización de otros hacia estudios extranjeros –Roma y Berlín, especialmente-
. Así Florián Rey y Benito Perojo dirigieron en dichos centros películas como
Carmen la de Triana (1936), La canción de Aixa (1938) o Los hijos de la noche
(1939). El bando franquista se quedó sin recursos, mientras que los republicanos
dispusieron de la infraestructura necesaria como para poder abordar una relativa
producción, aunque no fueron capaces de impulsar proyectos que alcanzaran
resultados satisfactorios. Sin embargo, sí hubo una intensa actividad en el campo
de los reportajes y noticiarios, con abundante información ideológica y
propagandística. También hubo una notable presencia de directores extranjeros
filmando activamente imágenes del conflicto y dirigiendo alguna película
testimonial como Tierra de España (Spanis Herat,1937), de Joris Iven, y Sierra
de Teruel (L´espoir, 1939), de André Malraux.
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Marco general
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Almería, durante los meses posteriores a 1928, 1929 y temporada de 1930 siguió
proyectando cine silente, aunque otras ciudades andaluzas disfrutaban ya de
las primeras proyecciones habladas en sus salas.
El 9 de enero de 1931 se exhibió la primera proyección sonora, no hablada, con
un proyector arrendado555 por la Western Electric Sound System . El Hesperia
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Puede resultar extraño que, hasta muy entrado 1932, el público almeriense
admite películas sonoras en idiomas que, desde luego, son absolutamente
minoritarios, y por tanto desconocidos para gran parte de los espectadores.. Es
decir, en un primer momento, el público se sitúa frente a una mera yuxtaposición
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Poco a poco la fidelidad del público empieza a verse recompensada con una
mayor frecuencia de versiones habladas, como en Cuatro de Infantería
(Westfron 1928), que gozó de enorme aceptación y éxito taquillero en la ciudad.
La película estaba dirigida por Georg Wilhelm Pabst en la que narra la historia
de un grupo de soldados de infantería alemanes de la I Gran Guerra luchando
en las trincheras francesas. Uno de ellos, Kart (Gustav Diessl) vuelve a casa
con un permiso temporal y descubre las desgracias y pobreza en las que vive
su familia a causa de la guerra, pero tiene que volver al frente, justo en el
momento para afrontar un ataque de las tropas francesas. Aquella noche el
teatro Cervantes estaba a rebosar, siendo ocupadas hasta las primeras filas
de butacas debido, sin duda, a la expectación que produjo en el público el anuncio
de esta película. En realidad no defraudó al público que acudió en busca de
emociones fuertes, puesto que hay en ella escenas de una trágica grandeza
que da una idea muy aproximada de lo que fue la gran guerra. Es un grito de la
humanidad contra la barbarie de las guerras y la mayor propaganda que se ha
hecho a favor de la paz. 566
A ésta le siguió una versión sonora, Fantasía del porvenir (Just Imagine,
1930), traducida por el cronista de la prensa local con el título 1980, una obra
musical de ciencia- ficción dirigida por David Butler con música de Manderson
y la participación de El Brendel, Maureen O´Sullivan, John Garrick, Marjorie
White, Frank Albertson, Hobart Bosworth... de la que se dijo ser una grandiosa
y espectacular visión del porvenir que la Film Corporation ha realizado donde
nos muestra cómo amarán las juventudes futuras y nos dará una exacta visión
de la vida que en aquella época se llevará;567 Zalacaín el aventurero (1928),
en nueve partes, recibida en el Hesperia con expectación está basada en la
conocida novela de Pío Baroja, quien asistió a su propio rodaje. La película no
logró el éxito esperado pero fue, sin embargo, la primera película española,
adquirida por la firma extranjera, la Metro Goldwin, para su distribución en otros
países. El escritor interpretó el papel de Jabonero, un coronel carlista, y su
hermano Ricardo Baroja hizo el personaje de Tellagorri, rodándose el film en
espacios naturales vascos y navarros.
Los films pioneros del sonoro eran proyectados sincronizados con discos, de
modo que cuando faltaba alguna parte del mismo, el disco perdía la
sincronización, produciendo algún que otro efecto desagradable y el rechazo
del público. Por otra parte, la maquinaria no estaba todavía suficientemente
perfeccionada y existían abundantes deficiencias. Con el tiempo los equipos
sonoros perdieron todo su misterio, desaparecieron los ingenieros que
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Para adecuarse a los nuevos modelos sonoros el Sr. Vértiz acondicionó el cine
Hesperia con una nueva instalación de cine sonoro y parlante, que supera a todo
lo conocido hasta el día. Se trataba, en efecto, del proyector Ideal Sonoro
Gaumont, pero no del modelo sencillo –se decía- que hasta ahora se utilizó en
muchos teatros importantes, sino del equipo doble, que llena todas las exigencias
y aspiraciones. Este aparato tenía la posibilidad de proyectar cualquier tipo de
película muda y sonora que llevaba incorporado el sonido en la misma cinta,
solucionando así el problema de la sincronización y de la ínter cambiabilidad.
Con este proyector se estrenaría en Almería la primera película sonora hablada
en español. Este aparato era alimentado con un motor de arrastre especial con
patente Gaumont que permiten a voluntad la velocidad constante para los films
parlantes y la velocidad variable de 14 a 40 imágenes para las películas mudas.568
Además, el aparato adquirido por el Hesperia llevaba incorporado un dispositivo
de variación de tonalidad de los altavoces instalados en el local con un mando
que controlaba el volumen del sonido e incluso estaba dotado de la posibilidad
de conexión de micrófono para comunicaciones verbales dentro del salón. 569
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En abril, justo cuando se anuncia la llegada del sonoro a la ciudad, a raíz de unas
elecciones municipales, se proclamó la II República y en diciembre se promulga
la nueva Constitución. La República trajo, entre otras novedades, la aparición en
las pantallas almerienses de algunas muestras de cine soviético. Decimos algunas,
porque otras continuaron prohibiéndose como lo habían estado durante la
Dictadura. Permítasenos, una vez más, salirnos de los específicos límites del
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El cambio político también tuvo su repercusión en Almería que se tradujo en la
permuta de los cargos políticos, pero no los económicos, pasando a desempeñar
Manuel Ruiz de Maya y Miguel Granados el puesto de Gobernador Civil y el
puesto de Presidente de la Corporación Municipal, respectivamente575 Almería
quedaba definida como una sociedad dividida entre republicanos y
conservadores que, a medida que transcurría el tiempo, se acrecentaba más y
más, representado ideológicamente en el recién creado semanario “Justicia”,
de ideal republicano, y “La Crónica” de toda una tensión política que duró hasta
el estallido de la Guerra Civil. Por su parte el nuevo ayuntamiento contribuyó a
crispar a los monárquicos y conservadores al acordar revisar la gestión de los
anteriores ayuntamientos y la negativa de prestar ayuda económica a la
parroquia de San Antonio para las fiestas de su Patrón, una costumbre hecha
tradición por los monárquicos. La exhibición cinematográfica, tan fuerte en los
años precedentes, se consolida definitivamente en Almería durante estos años
e incluso llegó a incrementarse.
C ue v a s d e A l me r í a e n
1932.Almería, a la llegada de
la República, tenía tres pro-
blemas a resolver que clama-
ban una solución urgente.
Eran, según un diario de la
é po ca , a ba st ec imi en to d e
aguas, el alcantarillado y la
supresión de las cuevas.
La ciudad en 1931 estaba próxima a los 54.000 habitantes, unos 8.000 habitan-
tes más que a la llegada del cinematógrafo, y más de la mitad de su población no
sabía leer ni escribir. Se dice que uno de los principales indicadores de
modernización de una sociedad es, evidentemente, el nivel de instrucción
educativa de sus habitantes y su comparación con la media nacional. Pues bien,
el índice de analfabetismo en la ciudad, especialmente el femenino, se había
estancado situándose a la llegada de la II República en más del 55%, muy por
encima de la media nacional, y donde la población femenina atraía la más alta
tasa de analfabetismo. Por eso, cuando se reclama más cultura para el pueblo
en un artículo en la prensa alguien, de repente, descubre que ni existen
bibliotecas públicas en la ciudad ya que las del Casino y el Círculo Mercantil eran
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Plano de la ciudad de
Almería.La ciudad en 1931
estaba próxima a los 54.000
habitantes, unos 8.000
habitantes más que a la lle-
gada del cinematógrafo, y
más de la mitad de su pobla-
ción no sabía leer ni escribir.
monopolio de los socios, la del Instituto estaba abierta dos horas en el centro y
el obrero, al llegar la noche, sólo encuentra el placer del cine a la taberna.576 El
Círculo Republicano disponía de una biblioteca que utilizaban los obreros que
asistían a las clases. Este centro llegó a ser un foco de cultura popular que dirigía
su atención a las clases obreras, dotándose de un Orfeón, un cuadro artístico
que representaba obras de teatro e incluso organizaba ciclos de conferencias
desde principios de siglo entre los que participaron Miguel de Unamuno, Pablo
Iglesias, Nicolás Salmerón... Una poesía recogía todas las esperanzas de ocio y
cultura que demandaba el pueblo almeriense:
Pronto tendrá el campesino
en cortijadas, en pueblos
donde la vida es más triste
de noche que un cementerio,
gramófono, cine y radio,
y bares para recreo,
bibliotecas y deportes
y cabarets y conciertos 577
Hemos dicho que, desde mediados de abril de 1931, los almerienses disfrutaban
con la exhibición de películas ¿sonoras? Desde 1929 a 1931 las diferencias entre
unas salas y otras consistían en el aforo, servicios y la presencia de músicos en
mayor o menor medida. A lo largo de los años sucesivos todos los cines que se
abrían llevaban incorporados los nuevos y rudimentarios sistemas ópticos.
Y junto al sonoro llega a Almería la moda del martini que, acompañado con
unas gotitas de ginebra, haría las delicias de las tardes veraniegas en el café
España del Paseo o el Balneario Diana. El sonoro ya se ha impuesto y el Hesperia
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Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
El Cervantes, desde 1931 hasta 1934, continuaría con el formato de cine mudo.
La empresa tenía perfectamente definida su política empresarial. Hasta el verano
de 1934 el cine sonoro no tendría una programación estable en el Cervantes.
Incluso enfantizaba su comienzo con un cartel colocado en la puerta que decía:
Hoy se inaugura la temporada de cine mudo. Por este teatro pasaron tardíos
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Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
estrenos y reposiciones de la etapa muda, aferrado a los seriales mudos de los
años veinte que tenía su público de espectadores en la ciudad. Merecen
destacarse Gigantes y cabezudos (con Carmen Viance), Rasputín, El
sargento Malacara, en diez partes, Ana Karenina, anunciando a bombo y
platillo que en la película actuará la genial Greta Garbo, La mujer divina, Hay
una mujer, en siete partes, de Producciones Cinces...
-251-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
Noticias en la ciudad de la suspensión la Compañía de Irene Barroso a principios
de 1936, por disolución de la misma, confirma esta situación lamentable y
dolorosa que arranca de los años veinte a causa del cinematógrafo, donde los
teatros ya no se ven concurridos y el público “por razones conocidas, esto es,
que tienen fácil explicación o que no nos las explicamos, toma un derrotero, es
inútil pensar que las reflexiones se hagan contra sus gustos o tendencias puedan
alcanzar alguna finalidad.579 Los astros cinematográficos –se escribe- han llegado
a la pantalla procedente de la escena, en tanto que son relativamente pocas las
estrellas que han tenido experiencias en las tablas (...) sin que los altos
funcionarios de la Metro Goldwin Mayer que analizaban esta situación pudieran
explicarse el motivo.580 Muchos aficionados conocían, gracias a la poderosa
publicidad americana, los nombres de Lionel Barrymore, Wallace Beery, Nelson
Hedí, Clark Gable o Charles Laughton antes de que pudiesen ver alguna de sus
películas en la ciudad; Otros mitificaban a sus estrellas favoritas y comenzaba el
culto a las celebridades de la poderosa industria cinematográfica norteamericana
que introdujeron en los hogares affiches de Greta Garbo, Mirna Loy, William Powel,
Spencer Tracy, los hermanos Marx y el gordo y el flaco que llevaban varios años
haciendo reír al público almeriense.
Los inicios de la República trajeron, entre otras novedades, la aparición en las
pantallas comerciales de algunas muestras de cine soviético; algunas, porque
otras continuaron prohibidas como lo habían estado durante la Dictadura. Una
de las muchas contradicciones propias de aquella época convulsa, en pleno control
proletario, era que las estrellas y las películas elegidas por los almerienses
procedían de la industria norteamericana -la industria más capitalista del mundo-
con las dobles versiones y el technicolor. Se estrena en el Hesperia Hay que
casar al príncipe, La noche es nuestra, El embrujo de Sevilla, La canción
de París o Río Rita (1929), muy comentada esta última, dada la novedad del
sonido y las escenas en technicolor581 aunque, por otra parte, disguta al público
dado que fuera hablada en inglés y con subtítulos en español. Otra cinta muy
aplaudida en el Cervantes fue El precio de un beso (1930), una zarzuela de
gran fantasía y colorido en la que los espectadores disfrutaron oyendo y
entendiendo lo que José Mojica dice y canta. Los aficionados almerienses le
apodaban el perdigacho ya que nada más salir en pantalla se ponía a cantar.
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Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
A final de enero se proyectó otra curiosidad del cine sonoro de aquel momento
en el Hesperia cual fue la proyección del posiblemente primer vídeo-clip de la
historia: La Paloma, anunciada cantada en español, estaba basada en la famosa
canción del maestro cubano Iradier (si a tu ventana llega una paloma, trátala
con cariño que es mi persona...) Tuvo este corto tal éxito entre los espectadores
almerienses que, a fuerza de ¡otra vez, otra vez¡ obligaron a la empresa del
Hesperia a proyectarla por segunda vez.
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Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
con la casa Filmófono fue realmente de lujo: Cazadores furtivos, Piratas de
Shangay, El tío Ernesto, La vida de los Cartujos, Campeón de mi amor,
Atletismo, Amoríos, de la productora Cinaes, un film musical Danubio Azul,
de la productora Carlos Estella, La hermana blanca o Torero a la fuerza.
Algunas de ellas pudieron estrenarse en nuestra ciudad, otras no superaron la
censura del gobierno republicano, que venía actuando casi con los mismos
criterios que los gobiernos anteriores de la Dictadura, y a final de octubre de
1933, el Hesperia contó con la presencia del actor Juan de Landa que se trasladó
a Almería para promocionar su película El Presidio (Ward Wing, 1930), una
versión en español de The Big House supervisada por Egar Neville.
El primer arrendatario del Tiro Nacional cine fue la Empresa Cuevas que, al año
siguiente, traspasó a don Isidoro Vértiz Iturregui, oficial del ejército llegado a
Almería con destino al conflicto de Melilla en los años veinte y, posteriormente,
afincando en el Cuartel de la Misericordia. La Ley Azaña le obligó a la jubilación
prematura del ejército y se afincó en nuestra ciudad, casándose con la joven
viuda doña Jacobina, emprendiendo diversas actividades empresariales
cinematográficas en la ciudad.
Don Salvador Durbán, junto a otros accionistas, traspasó el Hesperia a don Isidoro
Vértiz y puso al frente de la gerencia a don Luis Iribarne. Por su parte, don
Miguel Gómez Navarro se traslada a Sevilla y, con la autorización del Círculo
Mercantil, traspasa el Cervantes al señor Vértiz, quedando éste con el control
de la exhibición cinematográfica en la ciudad, a la que añadiría posteriormente
la Terraza Hesperia, instalada en un solar de la Huerta de los Cámara, donde
compró un solar a cinco pesetas el metro cuadrado.
Parece ser que antes del Tiro Nacional funcionó otro cine de verano, según
Martínez O´Connor, llamado Terraza España en la calle Eguiler que fue antes
un local de almacén tradicional de duelas y arcos para barriles cuyo propietario,
Sr. Martínez, llevaba la representación del jabón Lagarto, la Casa Ramoneda
S.A. de Barcelona y, al morir, los herederos vendieron a don Isidro Vértiz para
establecer un cine provisional.586
La terraza de Verano del Tiro Nacional, como el resto de las salas, tenían al
frente a los operadores cinematográficos que eran los responsables de las
proyecciones; personajes conocedores de todos los secretos, dueños de las
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Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
Un tal Sr. López fue el primer operador cinematográficos del que tenemos
referencia en 1911 en el teatrico de Los Jardinillos. A él le sucedieron toda una
saga de operadores, auxiliares, acomodadores, taquilleros... Juan Antonio
Almécija, taquillero del Trianón por las noches y de día recadero del Garaje Inglés
de don Adolfo Téllez; Juan Panza, capaz de pegar los textos anunciadores de
las representaciones teatrales, a pesar de no saber leer, sin error. Pero sobre
todo famoso en la ciudad porque se atrevió a meterse solo en una jaula de leones.
Le sucedió Nicolás Mañas, que desde los tiempos del Variedades pegaba con
tachuelas las cartelas de las películas y funciones teatrales en la Puerta Purchena
y Barrio Alto, también era el avisador, encargado del alojamiento de las
compañías teatrales y llevar el café. Le sucedió don Gregorio Dioni que, además,
portaba la publicidad de las películas al Diario de Almería en la calle Las Tiendas
y a Radio Almería en la calle Arapiles a cuyos periodistas se les permitía entrar
de gañote al cine. De los Segado y Pepe Nieto aprendió tan bien el oficio de
operador cinematográfico que don Isidoro Vértiz le dio de alta en la perra gorda
en 1936 años; Juan Álvarez incansable repartidor de cientos de programas de
mano alargado confeccionados en la imprenta Peláez, de la calle Murcia; Isabel
Martorell, la taquillera del Hesperia y el montador Diego Plaza, a quien don Isidoro
encomendó el montaje de los decorados cuando de alguna actuación teatral se
trataba; Juan Ruiz, que confeccionaba con tinta china y acetato vistosas
diapositivas de anuncios de las próximas películas del Hesperia y la publicidad
previa a las proyecciones de los Comercios Plaza, El Buen Gusto, el coñac Garvey,
que representaba don Ulpiano Díaz o los Muebles París-Madrid, de don Rogelio
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Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
Ferrer; Pepe Montero que, cuando terminaba su trabajo de ordenanza del
Catastro, se vestía con el uniforme de portero del Hesperia, y Pedro Céspedes,
del Cervantes; Antoñico, de día repartía con un
carro agua de Enix y, de noche, se convertía
en el acomodador del Hesperia. Hasta el to-
rero Julio Gómez, Ralampaguito, trabajó en el
billetaje del Cervantes y el Hesperia. A estos,
después de la Guerra Civil, les sucederían
Antonio Carreño, Fernando Ortuño, Pepe
Márquez, José Ruano, Demófilo, Virginio,
Jimmy...
Esta película fue proyectada numerosas veces por don José Nieto Amate en el
cine Hesperia e Imperial (antes Versalles), después de la Guerra Civil, a diversas
familias de la capital que se lo solicitaban, ya que en la cinta se podían reconocer
familiares ya fallecidos que, por ser autoridades en aquel tiempo, aparecían en
primeros planos en el acto de recepción al Rey, como la señora doña Adela Pérez,
esposa del Sr. Cassinello, o doña María Jiménez García. Estas proyecciones
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Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
espontáneas y desinteresadas se exhibían siempre al término de las sesiones
habituales en estos cines y los asistentes, familiares y amigos salían emocionados.
El depositario y propietario de esta cinta era don José Nieto, -jefe de cabina del
Cervantes junto al operador don Nicolás Mañas y el ayudante don Gregorio Dioni,
también operadores del Tiro Nacional y Versalles- que se la dio don Miguel Gómez
Navarro, junto con otros objetos, como compensación de una deuda –nos cuenta
su hijo- que el gerente del Cervantes tenía con él, aunque según nuestros datos
don José Nieto no llegó a trabajar con don Miguel Gómez Navarro, sino con Vértiz.
La cinta fue guardada en casa hasta el año 1967 que decidió entregársela al
entonces príncipe don Juan Carlos. Para ello, aprovechando un viaje de su hijo a
Madrid, el joven José Luis se dirigió al diario ABC, para ver si me podían informar
qué es lo que que tenía que hacer para hacer llegar la película a la Zarzuela. Esto
fue una ingenuidad por mi parte –nos comentaba lleno de indignación-. En la sede
de ABC fui recibido por un señor que dijo ser Secretario de don Juan de Borbón
y le aconsejó que la película debería recibirla don Juan de Borbón, por ser éste
hijo del fallecido don Alfonso XIII y que él podía hacerla llegar a su destino. Yo
accedí a la petición y le entregué la película a este señor, que me aseguró recibiría
notificación de la llegada a su destino. Pero esta carta nunca llegó.
Martínez Sierra y José López Rubio; con Lilian Harvey en Pez de tierra. Pero,
sobre todo, las nuevas novedades de la UFA como Dilema, Órdenes Secretas,
etc., dentro de la programación semana UFA de este cine de la que se decía que
las semanas de cine sonoro UFA eran referente de calidad cinematográfica en
la ciudad. Estas semanas UFA se prolongaron después de 1939, junto a sus
famosos documentales encabezados por el rótulo Ojo y oídos del mundo.
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Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
Operación que se hacía dos o tres veces por sesión, según duración de la cinta.
El proyector más antiguo era el KRUPP alemán, un viejo armatoste que no
superaba la calidad de los Gaumont franceses. Pero eran aparatos de la época
del cine silente que funcionaban también con el sonoro gracias a la habilidad
técnica de los operadores. Parece ser que para la adaptación sonora se llamó a
un técnico almeriense de Albox, don Francisco Navarrete, que trabaja en Jaén
con don Manuel Rubio, representante único para Jaén, Almería y Granada de la
casa Philips. El intento no debió prosperar porque poco después nos encontramos
nuevos proyectores con adaptación sonora Tobis-Klangfilm.
En los cines, y especialmente en las terrazas de verano, aparte del ambigú del
que disponían, en los descansos unos espectadores aprovechaban el momento
para comenzar las incidencias de la película y otros se hacían eco de la llamada,
cansina y repetitiva, del Yimi, portador de una vasera con 7 u 8 vasos que repetía
monótonamente: ¡Hay agua y refrescos¡. El agua del Yimy era del grifo, pero la
gaseosa blanca la adquiriría primero en el establecimiento de refrescos del
popular don José el del Porvenir, que los hacía ajarabados coloreados de naranja,
limón y menta.
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Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
Ahora, desde el cine sonoro del Teatro Cervantes los almerienses empiezan a
conocer a Edward G. Robinson en su eterno papel de gánster con una cinta del
género policiaco, Fuera de la ley (1930) pero también los noticiarios sonoros
de la Fox Movietone que se anunciaba con un rótulo dando vueltas en el que se
leía Habla por sí mismo. La producción cinematográfica nacional escaseaba en
nuestras pantalla pero, cuando se producía el estreno de una cinta española el
éxito estaba asegurado, como en el caso de la película dirigida por Benito Perojo,
El hombre que se reía del amor (1932), que durante varias noches se mantuvo
en cartel y cuya interpretación corrió a cargo de la archiconocida Antoñita
Colomé, que gozaba de admiradores locales, Rosita Díaz Gimeno, María Fernanda
Ladrón de Guevara, Ricardo Muñoz y Rafael Rivelles, le precedían siempre la
revista sonora Fox Movietone y, en esta ocasión, con un documental sobre la
Alhambra de Granada junto a una producción de la Western Electric Sound
System, La hermana blanca, dirigida por Victor Fleming y en la interpretación
el admirado Clark Gable y Helen Hayes, censurada previamente por el Gobernador
Civil y autorizada finalmente en la capital; El puente de Waterloo (1931, de
James Whale, con Douglass Montgomery y Mae Clarke; Fuera de la ley; Leslie
Howard, interpretando el exquisito romance de La llama eterna (1932), junto
a Norma Shearer y Fredric March, dirigidos por Sidney Franklin.
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Pero la crónica cinematográfica del cine español no se agota aquí sino que,
sorprendentemente, a las pantallas almerienses empiezan a llegar muchas
producciones nacionales. Desde principios de año se venían proyectando con
enorme éxito títulos como La hermana San Sulpicio (1934), de Florián Rey,
interpretada por Ana Adamuz y la admirada María Anaya, en doble sesión con El
hombre mecánico de Mackey, una película de dibujos animados que tan del
agrado del público almeriense resultaban; Sor Angélica (1934), de Francisco
Gargallo, estrenada en abril en el Hesperia y en reposición en la Terraza de Verano
del Hesperia en agosto. Durante su estreno en la puerta del cine y en la prensa
se anunciaba: Se pone en conocimiento de los señores que tienen encargos de
localidades para Sor Angélica, en las funciones de hoy domingo, que no les serán
reservadas por exceder los pedidos del número de butacas que la sala no tiene.
La taquilla se abrirá a las 11 de la mañana; 589 Viva la vida (1934), dirigida por
José María Castellví y guión del propio Castellví; Del mismo barro, en versión
en español de la cinta dirigida por Víctor Fleming y proyectada en dos ocasiones,
una en mayo en el Cervantes y julio en el Hesperia. En su reparto encontramos
los nombres de los cordobeses Rafael Valverde y Carlos Villarías, éste volvería
a las pantallas almerienses durante la feria de agosto del 35 con Drácula, una
película de la Universal; La Dolorosa (1934), del francés Jean Grèmillon, primera
película producida por la empresa valenciana Producciones Cinematográficas
Españolas Falcó y Cia. con argumento netamente español e interpretada por
Rosita Díaz Gimeno y el tenor Agustín Godoy, un argumento muy conocido del
público almeriense pero que no resultó del agrado general. Otra producción que
llamó la atención fue la producción norteamericana sobre el líder de la revolución
mejicana, ¡Viva Villa! (1934), de Jack Conway, interpretada por Wallace Beery
en el papel de Pancho Villa.
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interesantes películas españolas casi al mismo tiempo que en el resto de los
cines de otras provincias como Córdoba, Sevilla, Murcia o Málaga. En el Hesperia
se estrenaba El niño de las monjas (José Buchs, 1935), Currito de la Cruz,
El genio alegre (Fernando Delgado, 1936), Casta diva (1935), una producción
alemana de la casa Ufilms que, casi con toda seguridad, venía acompañada de
un noticiario de la misma nacionalidad en el que aparecía Adolf Hitler. Los
almerienses ya tenían referencias del líder nazi a través de la prensa y otros
informativos porque tuvieron ocasión de conocer la historia del pueblo alemán
cuando se proyectó la película Del Kaiser a Hitler en el Hesperia, el 18 de junio
de 1935.
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El Iris Park se abrió con una vieja Gaumont el día 21, domingo, a las 10,15 de la
noche con La viuda negra. Pero el proyector se averió y hubo de suspender las
funciones del lunes y martes.
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impactante Adiós a las armas (1932), proyectada unos días antes del golpe
de Estado, con las star-system del momento Helen Hayes, Gary Cooper, Mary
Philips y Adolphe Menjou. Para tal fin don Isidoro Vértiz adquirió un magnífico
aparato modelo AEG alemán.
Las terrazas de verano del Tiro Nacional y el Versalles estaban equipadas con soni-
do óptico 1 Tobis Klangfilm y dos proyectores situados a una distancia grande de la
Al final de esta época que nos ocupa, la disyuntiva que alguna vez se planteó
entre cine mudo y cine sonoro dejó de existir. El teatro Cervantes, férreamente
anclado a una programación estable de cine mudo se inclinó ante la presión social
de los aficionados y la prensa local, cada vez más especializada, a propósito de
Tiempos modernos, asegura que el público entendido se rinde ante una nueva
concepción del arte cinematográfico sonoro.
El cine, hasta 1936, había conseguido un alto nivel. La presencia masiva, los llenos
a rebosar, la afluencia de público etc. son expresiones constantes de los medios
informativos almerienses que avalan la consolidación del cine en nuestra ciudad
y, especialmente, del cine español que se encontraba en su mejor momento y
que los espectadores almerienses acogían con verdadero entusiasmo. Así lo
manifestaban títulos como Santa Juana de Arco (Das Mädchen Johann, Gustav
Ucicky,1935), de la productora Ufa, interpretado por Angela Salloker y Heinrich
George, exhibida el 14 de febrero en el Hesperia; El rey de los gitanos,
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cine, el cine español, tardaría muchos, muchos años en despegar. 598
Conclusión
El cine, en fin, tuvo una gran influencia en nuestros antepasados, quizás más
que en otras ciudades. Les enseñó a ver las cosas de otra manera, a invertir el
ocio –se decía- de una ciudad monótona. De ellos heredamos nuestra
capacidad para desarrollar una percepción especial en el ser humano y educar
nuestra sensibilidad a través de los ojos y a punto estuvimos de convertirnos
en un plató que fuese instrumento expresivo e industrial, si la imaginación
política local hubiese aprovechado la potencialidad que el momento le brindó.
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AGRADECIMIENTOS:
Don Esteban Blanco, Doña Rosario Lucas Martínez, Doña Carmen
López-Gay y familia, Doña Jacobina Vértiz, Don José Nieto, Don
Julio Matarí Sánchez, Don Gregorio Dioni, Archivo Municipal de
Almería, Archivo Histórico Provincial, Biblioteca Villaespesa,
Filmoteca de la Generalitat de Catalunya, Diario La Verdad de
Murcia, Diputación Provincial de Cádiz, Biblioteca de la Diputación
Provincial de Almería, Archivo Municipal del Ayuntamiento de
Albacete.
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Ignacio Ortega
1
(Robert C. Alle y D. Gomey (1995): Teoría y práctica de la historia del cine. Bar-
celona, Paidós, pp. 245-246)
2
(T. Ansola González, Universidad del País Vasco, Del Taller a la Fábrica de sueños
(1904-1937)
3
(Luis ESTEPA (1995) Paisaje en blanco y negro del cine impreso, en El Urogallo,
Madrid, núms. 108/109, mayo-junio)
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Ignacio Ortega
4
(J.E.VAREY (1959): Títeres, marionetas y otras diversiones populares de 1758 a
1859, Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, p.5)
5
(Archivo del Territorio Histórico de Álava, DH, 1931-16)
6
(REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (1990): Diccionario de Autoridades, Edición facsímil
de la edición de 1726 del Diccionario de la lengua castellana, Madrid, Gredos, tomo
2, p. 631, y tomo 3, p. 310, respectivamente).
7
(Almería piedra a piedra. Volumen II. Edita Unicaja, 1992: «Cuando se hizo la plaza
de Abastos y se abrió la calle Aguilar de Campoó, entonces calle Nueva y después
del Mercado, quedó un muy amplio solar que se extendía desde la esquina del Paseo
donde hoy está la Joyería Regente. En él sólo una parte, precisamente ésta de la
esquina, tenía una modesta edificación y allí estuvo instalada la Linterna Mágica. No
era sala ni mucho menos salón; era una habitación amplia con filas de bancos for-
mados por tablas sujetadas al suelo por pies fijos. No tenía pantalla y las veces de
ésta las hacía la pared del fondo blanqueada con cal. Al otro extremo de la habita-
ción estaba la máquina, que era la Linterna y proyectaba sobre la pared la imagen
que consistía en un cuadro tal como una fotografía grandísima (un mural de hoy),
naturalmente muda e inmóvil, pero un pregonero que hoy llamaríamos locutor, iba
ilustrando lo que el cuadro representaba)
8
( A.H.P.A., Sección Municipios, Albacete, Leg. 445. Publicado en la Revista “Cul-
tural Albacete” del Excmo. Ayuntamiento de Albacete)
9
(Jesús GARCIA RODRIGO y José Fidel LOPEZ ZORNOSA: La aventura del cine. Di-
putación de Albacete.1995)
10
(La Crónica Meridional, 17.9.1894)
11
(La Crónica Meridional, 25.12.1894)
12
(La Crónica de Almeria, 12.11.1894)
13
(La Crónica de Almería, 20.12.1894)
14
(La Crónica de Almería, 24.12.1894)
15
(ESTRELLA, Fermín.Claro. Cristal del Tiempo. Antología Poética. Colección Alhu-
cema, nº 11. Almería. Verano 2001. Prólogo de Juan José Ceba)
16
(Probablemente fueran las interpretaciones grabadas obras de Bretón, “Dolores”,
y del maestro Echevarría con “Gaviota”, “Capricho”, “Intermezzo”, etc., que for-
maban parte del repertorio habitual del Sexteto almeriense de Paco Sánchez. Este
sexteto gozaba de mucho prestigio en la ciudad y estaba dirigido por don Francisco
Sánchez de las Heras, pianista y director del Orfeón Osiris La Crónica Meridional,
17.4.1895)
17
(NOTA DEL AUTOR: Este teatro se llamó anteriormente Teatro Calderón, tiene en
sus arcos de medio punto un estilo característico del Historicismo fin de siglo, con
óculos en el ático, muy frecuente en edificios públicos almerienses. Situado en la
esquina formada por las calles Calderón, hoy Obispo Orberá, calle Apolo, actual
Juan Lirola.)
18
(La Crónica Meridional, 27.1.1895)
19
(La Crónica Meridional, 5.3.1898)
20
(El Regional, 5.12.1899)
21
(Es probable se tratara del ambulante Cinematógrafo Luz, que solía desplazarse
a otros puntos de la provincia)
22
(El Regional, 17.12.1899 y 28.28.12.1899)
23
(Los fantoches corresponden a funciones de títeres que son “manipulados por los
dedos del artista” ( J.E. VAREY (1957): Historia de los títeres en España. Madrid,
Revista de Occidente, p.3) Un espectáculo similar de títeres serían las figuras de
movimiento, aunque con esta denominación Varey alude también a los “teatritos de
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Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
marionetas o a veces sombras chinescas” (J.E.VAREY (1995) op.cit., p.8) Ambos
medios contribuyeron a ensanchar el horizonte visual de los almerienses al acceder a
contemplar unas imágenes que les descubrían lugares, personas y ambientes diferen-
tes a los suyos. La fascinación que las imágenes suscitaban venía determinado no
tanto por lo que mostraban sino por su poder de representación. “La mimesis de la
realidad por un aparato mecánico era lo que realmente asombraba al público en estos
aparatos ópticos, mas que el contenido mismo de las imágenes. Esta recomposición de
la realidad por procedimientos artificiales estaba ocurriendo en un momento histórico
en el que la realidad estaba cambiando brutalmente como consecuencia de la revolu-
ción industrial. El sujeto tenía una necesidad psicológica de reproducir la realidad,
precisamente cuando se estaba disolviendo. Pero no se trataba de recrear la realidad
tal cual, sino de simular sus principales características por procedimientos mecáni-
cos. En un mundo en el que todos los aspectos de la vida estaban siendo alterados por
la máquina, el sujeto tenía la necesidad de reconceptualizar la realidad a través del
filtro de máquina, es decir, tenía que aprender a ver el mundo a través de una máqui-
na” (Daniel CANOGAR (1993) “La realidad virtual y la sociedad del espectáculo”, en
Marcelo EXPÓSITO y Gabriel VILLOLTA (eds): “Plusvalías de la imagen. Anotaciones
para una crítica de los usos de la imagen, Bilbao, Rekalde. Pág. 87)
24
(Archivo Municipal.Comercio.Leg. nº 2.Doc. 91)
25
(La Crónica Meridional, 25.7.1904)
26
(La Crónica Meridional, 28.8.1904)
27
(La Crónica Meridional, 28.10.19049)
28
(Deac ROSSEL (1997): “Trescientos años de entretenimiento cinematográfico”.
Archivos de la Filmoteca, Valencia núms.. 25-26, febrero-junio, p.225)
29
(La Crónica de Meridional, 27.6.1896)
30
(La Crónica Meridional, 28.6.1896)
31
(La Crónica Meridional, 30.6.1896)
32
(Archivo Municipal.Comercios. Leg. 2. doc. 86) y café-teatro con representacio-
nes coreográfico excéntricas y mímica)
33
(Posteriormente, en 1906, lo adquirió en traspaso a don Modesto Hernández el fa-
moso Café Diván Modesto (La Crónica 1.8.1906)
34
(La Crónica 20.9.1896)
35
(El Salón Méndez Núñez pasó a llamarse posteriormente “El Cantábrico”, en
1902, adquirido por D. Gregorio Mazarrosa, ex alcalde de Santander, que puso al
frente del negocio a don Francisco Jiménez de Haro, que posteriormente lo vendería
a D. Rogelio Castillo Zea y pasó a denominarse Gran Café España, inaugurado el 30
de enero de 1905 con dos magníficos conciertos. En diciembre el Sr. Zea acondicio-
nó en el salón un suntuoso teatro, donde a partir de mayo ofrecía conciertos y
proyecciones de cinematógrafo periódicamente. Más tarde don José Álvarez adqui-
riría en 1906 el Diván Modesto, propiedad de don Modesto Hernández, situado
frente al Mercado nuevo (La CrónicaMeridional, 1.8.1906)
36
(La Crónica Meridional, 24.10.1894 y 25.10.1894)
37
(La Crónica Meridional, 11.8.1899)
38
(La Crónica Meridional, 22.6.1896)
39
(La Crónica Meridional, 24.6.1896)
40
(La Crónica Meridional, 30.9.1895)
41
(La Crónica Meridional, 8.6.1895)
42
(Sandro MACHETTI SÁNCHEZ (1995): op.cit., p.88)
-275-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
43
(La Crónica Meridional, 3.6.1911)
44
(La Crónica Meridional, 25.7.1911)
45
(La Crónica Meridional, 2..11.1934)
46
(La Crónica Meridional 27.4.1997)
47
(La Crónica Meridional 5-4-1915/14.8.15)
48
( NOTA DEL AUTOR: Se inicia la mejora en los medios de transporte a través del
servicio de automóviles entre Almería-Adra-Berja por la Sociedad “Spanish Motor
Transport Cº , Ld” cuyas oficinas se establecieron en los solares de la calle
Sagasta, 1 , propiedad de doña Margarita García Blanes. Los vehículos, que llegaron
en el vapor Cabo Roca eran de gasolina con capacidad para 17 viajeros y casi 600
kilos de equipaje con una velocidad de 20 km/h. (aunque podían correr a 50 km/h.)
tardándose 3 horas en cubil la distancia de 60 Km. a Berja. Los coches salían a las
8 de la mañana y a las 5 de la tarde, respectivamente, de Almería y Berja. Los pre-
cios oscilaron entre 6 y 7 pesetas. Este servicio se obtuvo gracias a la influencia de
don Francisco de Lázaro Ruiz de Castellón, que era el Director en España, cesado
posteriormente el 31 de julio de 1907 y sustituido por Mr. Enri Cávalo (La Crónica
Meridional, 1.8.1907) Los vehículos fueron conducidos por el Sr. Charles Wolf,
Mathieu Monssy y Francois Moquetier. El primer automóvil salió el día 12 de mayo –
en aplicación de la Ley que obliga a hacer un servicio de prueba antes de trasladar
pasajeros- por la carretera de la Bajamar (La Crónica Meridional, 13.5.1908) El día
18 salió otro a las 6,30 horas de la mañana para “hacer un viaje de prueba por la
carretera de Granada llegando hasta el sitio nombrado Puente de Los Tempribles” y
conocer el estado del camino. En el viaje estuvo presente don Francisco Lázaro y
su señora y al regreso descansaron en Gádor y, desde allí, tardaron 65 minutos
hasta Almería. (La Crónica Meridional, 18.5.1908) Posteriormente el día 19 de mayo
volvió a salir en pruebas acompañando en el viaje el Ingeniero Jefe de Obras Públi-
cas, don Ignacio Virnaga, que regresaron cerca de las 9 de la noche (La Crónica
Meridional 20.5.1908). Oficialmente los coches salieron “desde Almería a Los Impo-
sibles a 3 Ptas.; desde el empalme de Alhamar, 2,50; desde Gádor, 1,50 y 1 Pta.
Desde Benahadux y 0,50 desde Los Callejones” El viaje era diario y tres veces al
día” (La Crónica Meridional, 21.5.1908) Sin embargo, el estado de las carreteras, al
poco tiempo, hace inviable el proyecto por “el calamitoso estado de las carreteras
que hacen de todo punto imposible los itinerarios que se estudian” (La Crónica Me-
ridional 27.5.08) Al final todo quedó reducido a salidas diarias desde la Puerta
Purchena a los Baños “El Recreo” y a la Estación al precio de 15 céntimos.)
49
(La Crónica Meridional, 12.2.1914)
50
(Pablo Fábregasl. Prof. Escuela de Ingenieros de Minas. Semanario “España”. Feb.
1915. Madrid)
51
(El Regional, 13.10.1903)
52
(La Crónica Meridional, 11.7.1897)
53
(El Radical, 11.12.1902)
54
(La Crónica Meridional, 20.10.1895)
55
(El Regional, 11.11.1903)
56
(La Crónica Meridional, 17.1.1915)
57
(La Crónica Meridional, 22.7.1921)
58
(La Crónica Meridional, 14.2.1924)
59
(El Regional, 31.12.1899)
60
(La Crónica 6.7.1906)
61
(El Popular 23.11.1910)
-276-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
62
(Regional 20.11.03)
63
(La Crónica 26.8.1911)
64
(Información 22.6.1911)
65
(La Crónica de Almería 29.6.1927)
66
(La Crónica Meridional, 20.7.1897)
67
(El Regional, 11.1.1905)
68
(La Crónica Meridional, 21.8.1907)
69
(La Crónica Meridional, 21.7.1911)
70
(La Crónica Meridional, 24.8.1907)
71
(La ciudad iba a disponer, por fin, de un campo de football de hierba, dotado
incluso de pista para carreras de cross, y una Preferencia cubierta a todo lo largo
de la Tribuna. Ahora, ocho años después, se renovaba la expectación de aquel 1923
con la próxima inauguración del campo. La sede del club estaba establecida en la
Avda. de la República, 73, y el día de su inauguración, el 27 de julio, la Banda
Municipal se vistió con su mejor gala y desde la Puerta Purchena hasta la Plaza
Circular, pasando por las calles Avenida y Boulevard de la República, desfiló para
animar el encuentro del equipo local contra el Málaga F.C. El resultado fue a favor
del Málaga (El Heraldo 26.7.1931). Pero también el boxeo alcanzó aceptación en la
ciudad, destacando un tal Góngora, que recientemente había triunfado en Sevilla,
obteniendo para la ciudad el campeonato de Andalucía de peso gallo)
72
(La Crónica de Almeria 31.8.1914)
73
(La Crónica 9.6.1905)
74
(Regional 20.10.1899)
75
(El vacío cultural. Memorias de Almería.La Voz de Almería, 31.12.2000)
76
(Urbanismo y Arquitectura en la Almería moderna. EMILIO ÁNGEL Villanueva
Muñoz. Tomos I y II, Editorial Cajal. 1983)
77
(Información 6.8.1911)
78
(Este teatro, adquirido por don José Rodríguez Ramón, fue empezado a demoler
en el mes de noviembre de 1906 y en él se proponía construir un edificio de
importancia. La Crónica Meridional, 23.11.1906. Una vez demolido los señores
Rodríguez construyeron una casa con bajos comerciales, en donde se estableció el
prestigioso peluquero Ricardo Moratón, de corte modernista, donde la joven
burguesía almeriense acudía. La Crónica 10.6.1909)
79
(El Ferrocarril 13.1.1898)
80
(La Crónica Meridional, 25.12.1894)
81
. (La Provincia, 19.4.1897)
82
(El Ferrocarril, 3.12.1898)
83
(Regional, 31.12.1899)
84
(Ferrocarril 1.6.1998 )
85
(La Crónica Meridional, 6.7.1906)
86
(La Crónica Meridional, 9.2.1908)
87
(La Crónica Meridional, 23.1.1908)
88
(La Crónica Meridional, 16.7.1909)
89
(La Crónica Meridional, 1.2.1908)
90
(La Crónica Meridional, 18.7.1908)
91
(La Crónica Meridional, 8.8.1908)
92
(La Crónica Meridional, 28.29.9.1908)
93
(La Crónica Meridional, 8.8.1908)
-277-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
94
(La Crónica Meridional, 12.8.1908)
95
(La Crónica Meridional, 25.8.08)
96
(Archivo Municipal, Comercio, legajo 693, Leg. nº 2, doc, 52)
97
(Archivo Municipal, Comercio, legajo 693, Leg. nº 2, doc.,52)
98
(La Crónica 10.9.1923)
99
(Adolfo Iglesias, Especial cines Hesperia, La Voz de Almería. 26.6.1998)
100
(J.A.Ángel Tapia Garrido: Almería piedra a piedra. Edita: Unicaja. 1992)
101
(La Crónica 7.12.1923)
102
(La Crónica Meridional 9.9.1929)
103
(A.M.A. leg. 734, doc 29)
104
(Existe una copia de la planta de plateas del teatro Cervantes en los archivos del
Colegio Oficial de Arquitectos de Almería)
105
(El Ferrocarril, 27.7.1898)
106
(El Radical, 10.12.1902)
107
(La Crónica Meridional, 22.12.1909)
108
(El Popular, 14.7.1915)
109
(...tenía como novedad que el piso de su patio de butacas, naturalmente
inclinado, podía, mediante mecanismo apropiado, levantarse para ponerlo a nivel del
escenario, quedando así un inmenso salón, donde la sociedad del Círculo Mercantil
celebraba importantes fiestas, muy especialmente los bailes de carnaval)
110
(La Crónica Meridional 11.1.1920)
111
(La Crónica Meridional, 7.6.1920)
112
(La Crónica Meridional, 11.8.1931/15.9.1931)
113
(José Buchs se caracterizó como un activísimo director-productor
cinematográfico que, a lo largo de casi cuarenta años, dirigió más de medio
centenar de largometrajes, muchos de ellos escritos, producidos e incluso algunos
interpretados por él mismo. Su primer gran éxito popular le vino precisamente con
esta película)
114
(Blas Torres dirigíó la orquesta del Teatro Cervantes desde 1922 hasta 1924.
Esta orquesta llegó incluso a ser dirigida por el maestro Bretón, hijo, en 1923
cuando se desplazó desde Madrid para la proyección de una película de Julio Busch,
El abuelo, sobre una novela guionizada para el cine de Pérez Galdós y Flor de
España. Al año siguiente dirigió la orquesta en Rosario la cortijera de la que el
maestro hizo su propia adaptación musical)
115
(La Crónica Meridional, 16.11.1923)
116
(La Crónica Meridional, 18.1.1923)
117
(La Crónica Meridional, 19.1.1923)
118
(La Crónica Meridional, 21.3.1933)
119
(UTRERA, Rafael. “Literatura cinematográfica, cinematografía literaria”. Sevilla:
Ed.Alfar, 1987, Pág. 39)
120
(La Crónica Meridional, 31.1.1905)
121
(La Crónica Meridional, 11.7.1905)
122
(La Crónica Meridional, 19.6.1911)
123
(La Crónica Meridional, 18.7.1908)
124
(El Regional Meridional, 11.1.1905)
125
(La Crónica Meridional, 5.9.1905)
126
(La Crónica Meridiona,l 30.6.1906)
127
(La Región 2.7.1925)
128
(Almería y su Historia. Tertulias y Sociedades Recreativas. J. De Juan Oña)
129
(La Crónica Meridional, 21.8.1917)
-278-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
130
(La Crónica Meridional, 30.1.1930)
131
(El Regional, 18.3.1905)
132
(Gaceta de Madrid, 13 enero 1906, Pág. 144)
133
(El Liberal, Murcia, 3.3.1907
134
(Gaceta de Madrid, 17-2-1908, Pág. 679)
135
(Gaceta de Madrid, 8 de septiembre de 1909, p. 1.186)
136
( Gaceta de Madrid, 30 de diciembre de 1910, p. 755)
137
(La Crónica 22.4.1897)
138
(La Crónica 9.6.1905)
139
(La Crónica 29.3.1906)
140
(La Crónica 29.3.1906)
141
(La Crónica 10.2.1914)
142
(Gaceta de Madrid, 17 de febrero de 1908, p. 679)
143
(La Gaceta de Madrid, 28 de noviembre de 1912, p.552)
144
(A.H.P. GC232-234)
145
(La Crónica Meridional, 22.8.1907)
146
(Información, 22.6.1911)
147
(A.H.P. GC232-234)
148
(La Crónica Meridional, 4.6.1927
149
(Se les exigía la aplicación de la Circular nº 2802, de fecha 2 de septiembre de
1925 (BOP 21.9.1925), y Reales Órdenes de 22 de febrero y marzo de 1927 para que
revisaran los extintores y avisadores allí instalados y que habían caducado. Se les
advertía, igualmente, que se ajustaran a los términos técnicos prescritos de dichos
aparatos avisadores de incendios, que les obligaba a instalarlos de la marca
Thermosonu.. Por cierto, una concesión administrativa del Ministerio con la marca
que los empresarios habían de sufragar).
150
(La Crónica Meridional, 28.5.1919)
151
(La Crónica Meridional, 15.4.1916)
152
(La Crónica Meridional, 11.2.1922)
153
(No ha sido posible encontrar programas de mano suficientes para hacer un estudio
publicitario de los mensajes utilizados para atraer la atención del espectador. De
hecho estos programas eran una forma de publicidad utilizada por las empresas
productoras, distribuidoras y propietarios de las salas de proyección. Tanto los
programas como los carteles tenían mucha importancia ya que, en una época sin
medios de comunicación audiovisuales, la decisión final de entrar o no a una sala
estaba motivada por la pregnancia icónica de estos programas. De hecho, la mayor
parte de la información era suministrada en una pizarra que se exponía a la puerta del
cine escrita por los operadores cinematográficos del local.
Los primeros programas, la mayoría de las veces hechos con papel de escasa
calidad y sin imágenes, daban notoriedad a la proyección de las películas,
asignándoles el carácter de acontecimiento y limitándose a informar de la película
en cuestión, así como del lugar y fecha de su proyección. Hacia los años veinte
empiezan a aparecer las primeras imágenes en los programas de mano y, con la
llegada del sonoro, se produce su evolución y apogeo. Las pautas para su
elaboración estaban marcadas por el fenómeno del star-system, ya que la industria
del cine impone las reglas estilísticas y compositivas para los carteles, pero no para
los programas de mano, sujetos a criterios del exhibidor local.)
154
La Crónica Meridional, 23.4.1917)
155
(El Popular, 12.9.1915)
156
(La Crónica Meridional, 5.4.1919)
-279-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
157
(La Crónica Meridional, 2.3.1928)
158
(La Crónica Meridional, 6.4.1929)
159
(La prensa cinematográfica en España, antes y después del período mudo, había
llegado a tener crédito en los grandes centros del cine mundial. Y que era negocio
lo demostraba la considerable cantidad de revistas semanales y mensuales
especializadas, que ofrecían las exclusivas a sus lectores. Una a una, sin embargo,
fueron cayendo, por distintas razones económicas casi siempre, aunque, en pocos
casos, se agotó el ingenio y la capacidad de inventiva de los primeros números, para
caer en un periodismo cinematográfico baldío y nada atrayente para el pueblo.
(Revista Cinema 2002, agosto 1980, núms. 65-66)
160
(“Cinelandia al día. Acerca de “El gato montés”. No es noticias nueva –era demasiado
trascendental en nuestro cine para que dejara de divulgarse en seguida- que “El gato
montés”, la famosa ópera del celebre maestro Penella, ha sido llevada al celuloide.
Una obra como ésta, dotada de un argumento tan apasionante que se desenvuelve en
un marco propicio a la filmación de escenas llenas de sabor local, no podía renunciar
a una experiencia cinematográfica. Y comprendiéndolo así, sus realizadores no han
vacilado en llevar a cabo este asunto, una nueva producción que será, sin duda-
presentada por Cifesa, en breve- uno de los mayores éxitos de nuestra cinematografía.
Para el rodaje de algunas escenas de la película, era imprescindible situar la acción en
la popular plaza de toros de la Maestranza de Sevilla. Pero surgía la dificultad de que,
no habiendo terminado aún la temporada taurina, seguían celebrándose corridas en
aquella plaza y la empresa, por ello, no se avenía a dejarla a los efectos de la filmación.
El tiempo apremiaba y a pesar de las constantes gestiones, no se lograba resolver la
situación. El maestro Penella, hombre de grandes recursos, no se amilanó por estos
obstáculos, y pocos días después estaba terminada de construir, en la calle de Cortes
de Barcelona, por orden suya, una plaza de toros que era copia exacta de la famosísima
de la capital andaluza.
El cine español cuenta también, al igual que el extranjero, con algunos actores
infantiles de verdadero valor. En “El gato montés” los papeles de Soleá y Ruanillo
corren a cargo de una pareja admirable de simpáticos “peques”. Como seguro
vaticinio, damos aquí los nombres –Enrique Castellón y Eugenia G. Roca- que muy
pronto se harán famosos, ante los públicos, por su excelente actuación en esta
cinta”. La Crónica de Almería. Marzo, 1936)
161
(La Crónica Meridional, febrero 1936)
162
(El Novedades “no era ni teatro ni cosa que se le parezca” –escribía el
cronista de La Provincia-. Y añadía: “Prueba de lo que decimos que eso no es
teatro sino una podrida armazón destartalada, incomoda, fea, con las infinitas re-
formas, tapas y medias suelas que lleva eso desde que con bastante mal acuerdo se
permitió construirlo. Lo que procede es derribar y derribar pronto esos puntales
inseguros, esas techumbres podridas y toda esa fealdad peligrosa” (La Provincia
19.4.1897)
163
(La Crónica Meridional, 23.11.1896)
164
(La Crónica Meridional, 26.11.1896)
165
(SEGUIN, Jean-Claude y LETAMENDI, Jon: “El sistema Lumiére en España (1896-
1897)”, en DE LA MADRID, Juan Carlos (coord.): “Primeros tiempos del
cinematógrafo en España, Trea, Gijón, 1997, Págs. 25 a 49)
166
(El kinetógrafo era, según el Diccionario del Cine de Larouse, el aparato tomavistas
ideado en 1890 por Edison y Dickson, y que fue la primera verdadera cámara de la
historia del cine) “artilugio que expone una larga tira de una película transparente en
la que unas a continuación de otras, se hallan una serie de fotografías obtenidas por
el procedimiento instantáneo y que corresponden a las diferentes posiciones que
ofrece durante el intervalo de un minuto el movimiento de un objeto, tomadas estas
posiciones a pequeños intervalos. La tira en cuestión se realiza con rapidez delante
de una linterna mágica y en el cuadro transparente que ve el público se proyectan
-280-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
aquellas fotografías en orden y sucesión rápida (de treinta cincuenta por segundo);
de manera que como la impresión que produce en la vista del espectador cada una de
dichas fotografías no se ha borrado cuando llega otra a presentarse del mismo modo y
después otra y otra, la imagen parece continua y en movimiento (La Crónica Meridional,
23.11.1896). “Gustaron extraordinariamente los cuadros de la Danza serpentina y las
Vistas de París” (La Crónica Meridional, 24.11.1896).
167
(Eduardo ALAMINOS LÓPEZ (1988): “Diversiones y espectáculos en el Madrid de
1896: la llegada del cinematógrafo”, en Villa de Madrid. Madrid. núm. 96, p.10)
168
(Luis ESTEPA (1995): “El cine nació en el circo y quiso hablar”, en El Urogallo,
Madrid núms. 108-109 (mayo-junio), p.43)
169
(“El baile serpentina”, en La Ilustración Española y Americana, Madrid, 15 de
abril de 1893, Pág. 243. También hacen referencia a esta cinta J.Letamendi y Jean-
Claude Seguín sobre el cinematógrafo en Vitoria de la que se dice que es una
“danza de serpentina en colores de efecto extraordinario”, pero ubica estas vistas
cinematográficas dentro de sesiones cinematográficas. La cita proviene del diario El
Anunciador Vitoriano, Gasteiz (Vitoria), 4 de noviembre de 1896)
170
(Antonio J. FERREIRA (1986): A fotografía animada em Portugal
1894,1896,1897, Lisboa, Cinemateca Portuguesa)
171
(X. RIPOLL en su aportación al trabajo colectivo “La llegada del cinematógrafo a
España”, Págs. 97-103)
172
(Vid. La aportación de Xavier Ripio en “La llegada del cinematógrafo a España”
op.cit.)
173
(SAIZ VIDADERO, J.R. Cine Español. PPU. Barcelona, 1996)
174
(Diario de Córdoba, 30.9.1896 y “El cinematógrafo en la provincia de Jaén”,
ORTEGA CAMPOS, Ignacio, 1999.2ª Edición. Fundación Unicaja).
175
(A. VIDEIRA SATOS (1990): Para historia do cinema em Portugal, do diafanorama a
os cinematógrafos de Lumière e Joly-Normandin, Lisboa. Cinemateca Portuguesa)
176
(MASALEGRE., La Crónica Meridional, 1.12.1896)
177
(La Crónica Meridional, nº 11.330),
178
(La Crónica Meridional, 4.12.1897)
179
(La Crónica Meridional, 4.12.1897)
180
(“La poesía publicada en la prensa almeriense del siglo XIX”, Pág. 347. Poema
247
Gines Bonillo/Olga Cruz. También en: El Ferrocarril 20.8.1898)
181
(“El Cinematógrafo, cuento de fin de siglo”, reproducido por Catalina Pulido
Corrales en “Inicios del cine en Badajoz (1896-1900)”, Editora Regional de
Extremadura, Mérida 1987, pp. 79-82)
182
(Aquí conviene saber que Promio, un técnico francés enviado a España por los
hermanos Lumière, filmó en escenas de panoramas portuarios barceloneses, vistas
urbanas madrileñas, desfiles militares y escenas taurinas)
183
(La Opinión, 8.12.1899)
184
(La Crónica Meridional, 10.11.1894)
185
(Archivo Municipal. Comercios, Doc. 99 Leg nº 2)
186
(El Regional, 27.11.1899)
187
(ARCHIVO MUNICIPAL Comercios, Doc, 99 Leg. nº 2)
188
(El Regional, 5.12.1899)
-281-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
189
(La Opinión 8.12.1899)
190
(El Regional 28.12.1899)
191
(I.ASIMOV (1987): “Momentos estelares de la ciencia”, Madrid, Alianza, pp. 91 y
93)
192
(La Crónica Meridional, 22.5.1900)
193
( La Crónica Meridional, 17.11.1900)
194
(El cinematógrafo del Sr. Suárez formaba parte de una notable compañía de
varietés junto al Sr. Ramírez que exhibían cuadros con el Cromofotgraph
ambulantes por distintos puntos de la geografía andaluza, entre ellos en Córdoba en
1903)
195
(La Crónica Meridional, 21.12.1900)
196
(R. UTRERA y J.F. DELGADO ,“Cine en Andalucía”, Argantonio, Ediciones
Andaluzas, Sevilla 1980)
197
(J.M.CAPARRÓS LERA, “Memoria de los pioneros”, C.I.L.E.H.,Madrid, 1992)
198
(La Crónica Meridional, 27.5.1909)
199
(M. VÁZQUEZ MONTALBÁN (1974): “Cien años de canción y music-hall, Barcelona,
Seix-Barral)
200
(Anuario de Almería, Año 1925)
201
(Regional 26 marzo 1901)
202
(NOTA DEL AUTOR: ¿Podría tratarse de la cinta de Segundo de Chomón? La fecha
datada por algunos historiadores cinematográficos para la cinta Segundo de Chomón
es 1902.¿Entonces, podría tratarse de otra cinta similar a la de Chomón? Parece
probable aunque, de momento, nos mantenemos en la duda de que la cinta pueda ser
de Chomón. Tampoco descartamos esta hipótesis. Segundo de Chomón fue pionero
del cine español. Introdujo en el cine innovaciones muy útiles en diferentes terrenos:
iluminación, trucos, movimientos de cámara. Instaló en Barcelona un taller para el
coloreado a mano de películas. Pathè le contrató en 1906. Junto con Mèlis fue el gran
especialista en trucajes del cine primitivo. Fue también operador de Viaje a la luna
(1903) y proyectada en Almería en el cine Triunfo en 1912, Cabiria (1914), El hotel
eléctrico (1910), Pulgarcito (1913), La guerra de Momi (1916) y Los guapos (1918);
Batalla de nieve, Escamoteador de niños y La Cenicienta (Mélies, 1899): El filme relataba
el popular cuento de Perrault con las siguientes escenas: Cenicienta en la cocina; El
hada, las ratas y los lacayos; Transformación de la rata; La calabaza convertida en
carroza; El baile en el palacio del rey; La medianoche; La alcoba de Cenicienta; La
danza de los relojes; El príncipe y los zapatitos; La madrina de Cenicienta; El príncipe
y la Cenicienta; Llegada a la iglesia; La boda; Las hermanas de Cenicienta; El rey, la
reina y los nobles; El cortejo nupcial; El baile de la novia; Las esferas celestes; La
transformación y El triunfo de la Cenicienta. En esta cinta Mèlies desarrolló, por
primera vez, su famoso método de las escenas artificialmente dispuestas basado en la
selección, previa al rodaje, del argumento y las escenas. El propósito que este método
perseguía era el de posibilitar el control del realizador sobre el material y la organización
del rodaje a fin de obtener una continuidad narrativa, basada en la organización
adecuada y sucesiva de los cuadros en movimiento, que confiriera un efecto homogéneo.
El método supuso un avance significativo en la realización puesto que la mayoría de
los directores no organizaban sus escenas. En el filme destacan, además, elementos y
recursos propios de la escenificación teatral, como el uso del vestuario, la escenografía
y la utilización de actores profesionales.
La película, que en inglés se presentó como Cinderella, tuvo un enorme éxito. L.
Ituarte y J. Letamendi, “Antología.Los inicios del cine”. Ediciones del Serbal, 2002)
203
(Véase cómo algunos de estos títulos aparecen en el norte del país,
-282-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
concretamente en Álava, citado por Jon Letamendi y Jean-Claude Seguin en “Los
orígenes del cine en Álava y sus pioneros (1896-1897), entre las que data Choque
de Trenes en 1902, fecha que, sorprendentemente, ya había sido exhibida en
Almería en 1901)
204
(Al almeriense don José Casanova volvemos a encontrarlo posteriormente en
junto a don Felipe Burgos con un cinematógrafo instalado en el Teatro Variedades
desde 1909 hasta 1915. También en 1909 nos lo encontramos organizando las
exhibiciones del cinematógrafo público en la Feria que, por cierto, fueron anuladas
por la Comisión de Fiestas e indemnizado por el Ayuntamiento con 125 pesetas.)
205
(El Regional, 17 agosto 1902)
206
(El Regional, 20,21,22,23,24 agosto 1902)
207
(R. JURADO ARROYO, “Los inicios del cinematógrafo en Córdoba”. Filmoteca de
Andalucía, Consejería de Cultura, 1997, Pág.179).
208
(Op. Citada R. Jurado Arroyo)
209
(Archivo Municipal. Comercios, Leg nº 2, doc, 72)
210
(Archivo Municipal, Leg.nº 2.Doc 74, Comercios)
211
(La Libertad, 10.5.1885. Año III)
212
(A.H.M, Leg. 361)
213
(El local al que se hace referencia es el antiguo Tiro de Pichón donde el 27 de
noviembre de 1899 también se exhibió un Cinematógrafo Mágico, que aseguraba ser
el último invento pues los cuadros que se podían ver eran de colores. Además allí
se exhibió un Gram-o-phom del que también se aseguraba ser la última novedad
pues no tenía cilindro y emitía una voz natural, clara y voluminosa)
214
(El Regional, 3.11.1903
215
(El Regional, 9.11.1903)
216
(El Regional, 12.11.03),
217
(Es una adaptación del cuento de Las mil y una noches realizada por el director
francés Ferdinando Zecca para la productora Pathè
Frères. La cinta fue rodada totalmente en estudio en siete planos, habilitando un
cuadro para cada plano. Esta cinta fue reeditada en 1905. Las escenas de danzas
orientales fueron ejecutadas por bailarinas profesionales de la Ópera de París. En la
producción destacan, además, los hermosos decorados diseñados por el famoso
decorador francés Albert Collas, la exquisita coloración manual de los escenarios y la
bella e impresionante apoteosis final (…).
La película narra la historia de Alí Babá en siete cuadros: ¡Ábrete Sésamo¡: un decorado
rocoso, con un árbol a la derecha abre la primera escena. Por la izquierda aparece Alí
Babá con su asno, entretenido en comer hierba mientras el muchacho recoge unas
ramas del suelo. De pronto escucha algo y arrima la oreja al suelo. A continuación se
aleja con el asno y vuelve para ocultarse tras el árbol. Por la derecha se acerca un
hombre a pie que lleva las riendas del caballo sobre el que monta el jefe de los
bandidos. Este eleva los brazos, pronuncia las palabras mágicas, y las rocas se abren
dejando ver la entrada de la cueva. Los cuarenta ladrones llegan, entonces, cargados
con sacos y cofres. El jefe desmonta del caballo y besa la mano de una mujer a la que
acaban de traer montada sobre una trona. En ese momento entran todos en el interior
de la cueva y desde dentro el jefe de los ladrones levanta la mano y ordena el cierre
de las puertas. Alí Babá sale, entonces, de su escondite y palpa con curiosidad la
pared rocosa, pero enseguida vuelve a esconderse. La cueva vuelve a abrirse y de su
interior sale el jefe acompañado de la bella mujer seguido por el resto de los bandidos.
La mujer vuelve a montar en su silla y se aleja con los demás. Los últimos en marchar
son el jefe y el encargado de cerrar la cueva. Alí Babá abandona, entonces, su escondite,
y va en busca de su asno. Eleva el brazo y pronuncia las palabras mágicas que le
facilitarán la entrada en la misteriosa cueva. El segundo cuadro representa el tesoro
de los ladrones. Zecca sitúa la cámara dentro de la cueva que muestra la entrada de
-283-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
Alí Babá acompañado de su asno. A la izquierda yace un reluciente tesoro. Alza el
brazo y ordena cerrarse a la cueva; se dirige hacia el tesoro y carga y carga sobre el
asno dos pesados sacos. Ordena abrirse a la cueva y sale.
-284-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
película dentro- a la fábrica Kodak, devolviéndola cargada de nuevo con las
correspondientes fotografías hechas antes)
223
(La Crónica Meridional, 15.7.1927)
224
(El personaje en cuestión era el prestigioso consignatario de buques y Presidente
en 1902 de la Cámara de Comercio, don José López Guillén, que también fotografió
a sus dos hijos, Eduardo y José López-Gay. López Guillén autorizó la exposición de
su foto ampliada debido a la amistad personal y a la proximidad ideológica
republicana de ambos)
225
(Nació en 1896 en Almería, en la calle del Volante, que el Ayuntamiento le
dedico en 1935. Hizo los primeros estudios en la Escuela de Artes e Industrias y en
la Academia de Bellas Artes de Don Joaquín Acosta. Presenta dos bodegones y un
retrato en una exposición celebrada en Almería y obtiene el segundo premio. En
1921 expone 31 cuadros en el Saloncillo del Ateneo de Madrid y en la primavera de
1924 celebra otra exposición en Madrid, en el Salón de Arte Moderno. En el verano
de 1927 celebra una exposición en el Casino de Almería y le obsequian con un
banquete. El 10 de noviembre de 1933 el Ministro de Instrucción Publica, Don
domingo Barnes Salinas, inaugura en el Circulo de Bellas Artes de Madrid otra
exposición de paisajes, entre los que resalta Fuente de la Palmera, y bodegones de
Moncada. En agosto de 1934 presenta 30 cuadros en la Escuela de Artes de Almería
y en agosto de 1935 celebra una nueva exposición en el Circulo Mercantil. En 1939
se instala en Barcelona y vive allí durante algunos años. En junio de 1942 expone en
la sala de la Exposición Nacional de Bellas Artes de aquella ciudad. Se recogió a su
tierra, y entre su casa de Almería y su cortijo de Alhama compartió su tiempo
creador. En el verano de 1975 el Ateneo le ofreció un homenaje con una Exposición
Antológica de parte de su obra en el salón del Banco de Bilbao y la publicación de
un libro, al tiempo que el Ayuntamiento le declaraba hijo predilecto.)
226
(La Crónica Meridional 17.11.1900)
227
(En el homenaje que Izquierda Republicana dedicó en el 2003 a los 514 militantes
históricos del republicanismo español recordó a los dos hijos republicanos de don
Victorianos Lucas: LAGUARDIA DARÍN, JUAN.— I.R. ALMERÍA ,LINARAS LÓPEZ, JUAN.—
P.R.R.S. ALMERÍA,LIROLA RUBIO, ANTONIO.— I.R. DALIAS (ALMERÍA),LIROLA
TERRES, JOSÉ MARÍA.— I.R. DALIAS (ALMERÍA),LOBREGAT GARCÍA, RAMÓN.— ACC.
REP. FÉLIX (ALMERÍA), LOLA IBÁÑEZ, FELIPE.— ACC. REP. FÉLIX (ALMERÍA),LÓPEZ,
MANUEL.— I.R. ILLAR (ALMERÍA),LÓPEZ AGUILERA, GABRIEL.— P.R.R.S. ROQUETAS
de MAR (ALMERÍA),LÓPEZ AGUILERA, BENITO.— P.R.R.S. ROQUETAS de MAR
(ALMERÍA),,LÓPEZ ARIAS, JOSÉ.— I.R. SERÓN (ALMERÍA),LÓPEZ BAYONA, J..—
P.R.R.S. ROQUETAS DE MAR (ALMERÍA),LÓPEZ BRIK, LUIS.— P.R.R.S. ALMERÍA,
LÓPEZ BURGOS, JUAN.— I.R. ALMERíA (ALMERíA),LÓPEZ CASTILLO, FRANCISCO.—
P.R.R.S. ALMERÍA (ALMERÍA),LÓPEZ CASTILLO, CRISTÓBAL.— I.R. ALMERíA
(ALMERíA),LÓPEZ CERVANTES, ANTONIO.— I.R. MOJACAR (ALMERÍA),LÓPEZ
CERVANTES, JUAN.— I.R. MOJACAR (ALMERÍA),LÓPEZ FUENTES, ALBERTO.— P.R.R.S.
ROQUETAS de MAR (ALMERÍA),LÓPEZ GARADA, JESÚS.— P.R.R.S. (ALMERÍA),LÓPEZ
GARCÍA, JUAN.— I.R. ALMERíA (ALMERíA),LÓPEZ GARÍN, DOMINGO.— P.R.R.S.
ALMERÍA (ALMERÍA),LÓPEZ GIL, JOSÉ.— I.R. SERÓN (ALMERÍA),LÓPEZ GUTIÉRREZ,
LUIS.— P.R.R.S. ROQUETAS de MAR (ALMERÍA),LÓPEZ LÓPEZ, LUIS.— I.R. ALMERÍA
(ALMERÍA),LÓPEZ LÓPEZ, FRANCISCO.— I.R. ALMERíA (ALMERíA), LÓPEZ
MORRENILLA, FERNANDO.— I.R. SERÓN (ALMERÍA), LÓPEZ MUÑOZ, DOMINGO.— I.R.
ALMERIA (ALMERÍA), LÓPEZ NAVARRO, GUSTAVO.— ACC.REP. ALMERÍA (ALMERÍA),
LÓPEZ OLIVER, DOMINGO.— I.R. ALMERíA (ALMERíA), LÓPEZ PÉREZ, ANTONIO.—
P.R.R.S. ALMERÍA (ALMERÍA), LÓPEZ PICÓN, MANUEL.— P.R.R.S. SANTA FE DE
MONDÚJAR (ALMERÍA), LÓPEZ PINTOR, JUAN.— I.R. ALMERíA (ALMERíA), LÓPEZ
PINTOR, ANTONIO.— I.R. ALMERíA (ALMERíA), LÓPEZ RIVAS, JOAQUÍN.— P.R.R.S.
ALMERÍA (ALMERÍA), LÓPEZ RIVAS, ANTONIO.— ACC.REP. ALMERÍA (ALMERÍA),
LÓPEZ RODRÍGUEZ, FRANCISCO.— P.R.R.S. ROQUETAS de MAR (ALMERÍA), LÓPEZ
RODRÍGUEZ, JOAQUÍN.— P.R.R.S.ALMERÍA (ALMERÍA), LÓPEZ RODRÍGUEZ, JOSÉ.—
-285-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
P.R.R.S. ALMERÍA (ALMERÍA), LÓPEZ RUIZ-MORÓN, LUIS.— P.R.R.S. ALMERÍA
(ALMERÍA), LÓPEZ SALVADOR, JUAN.— P.R.R.S. ALMERÍA (ALMERÍA), LÓPEZ
SÁNCHEZ, DIEGO.— I.R. ALMERíA (ALMERíA), LÓPEZ SÁNCHEZ, JUAN.— I.R. ALMERíA
(ALMERíA), LÓPEZ SÁNCHEZ, FRANCISCO.— P.R.R.S. GÉRGAL (ALMERÍA), LÓPEZ
SEGURA, JOSÉ.— I,R. SERÓN (ALMERÍA), LÓPEZ SUÁREZ, JUAN.— I.R. ALMERÍA
(ALMERÍA), LÓPEZ ÚBEDA, JUAN.— P.R.R.S. ALMERÍA (ALMERÍA), LÓPEZ VEGA,
ANTONIO.— I.R. PURCHERA (ALMERÍA), LORENZO RODRÍGUEZ, JOSÉ.— I.R. SERÓN
(ALMERÍA), LORSIANO MARTÍNEZ, JUAN.— I.R. ALMERÍA (ALMERÍA), LOZANO,
ALFONSO.— I.R. CANTORIA (ALMERÍA), LUCAS ESPINOSA, VICTORIANO.— P.R.R.S.
ALMERÍA (ALMERÍA), LUCAS ESPINOSA, JOSÉ.— P.R.R.S. ALMERÍA (ALMERÍA), LUQUE
IBÁÑEZ, JOSÉ.— I.R. ALMERÍA (ALMERÍA).
Fuente: http://www.izqrepublicana.es/documentacion/l.htm)
228
(El Regional, 17.6.1902)
229
(El Regional, 17.6.1902)
230
(Es posible que se refiera al Sr. Vidal que actuaba en la ciudad desde 1897 con
la compañía Vidal gimnástica y acrobática dirigida por él mismo y don Enrique
Moscardó. Realizaban actuaciones de trapecio y saltos mortales, percha escalera y
tres barras fijas. Creemos que el Sr. Vidal, por razones que desconocemos, se
estableció en Almería)
231
(Archivo Municipal, Leg. nº 2, doc. 95.Comercios)
232
(El Regional, 8. 10.1902)
233
(JOSE de Juan Oña.”Cien años de cine en Almería”.Extraordinario de Feria.
1997)
234
(Don Esteban Viciana Viciana fue uno de los primeros almerienses de la capital
que solicitó al Gobierno Civil autorización para su coche automóvil con motor de
gasolina nº 1779 serie T, adquirido a la casa Ford Motor Company)
235
(Archivo Municipal. Leg. nº 2, doc. 87.Comercios)
236
(Regional 23.5.1903)
237
(La cinta es un cuento de hadas. La princesa Azurine es prometida en matrimonio
al príncipe Bel Azur en la corte y las hadas que depositan sus regalos. Una bruja, que
no había sido invitada a la boda, ejecuta su venganza raptando a la princesa. El
príncipe sale en su busca, pero su barco naufraga. Gracias a la ayuda de la reina de
las profundidades, él y sus soldados logran salvarse y, tras algunas escenas en las que
se muestra el fondo del mar y la vida submarina, vuelven a la superficie dentro de una
ballena que les sirve de transporte. Con la ayuda del hada Aurora, el príncipe rescata
a la princesa, y tira a la bruja por un precipicio dentro un barril. La bruja muere
ahogada y la pareja se casa felizmente. La obra cinematográfica es presentada por G.
Mèlies en 30 cuadros, utilizando decorados espléndidos, en especial el del Palacio de
las Langostas, el de la habitación de la princesa y el del castillo del diablo.
Mélies –según Leire Ituarte y J. Letamendi- utilizó todo el repertorio de su saber
cinematográfico: Las famosas paradas por sustitución –utilizadas para las
apariciones de las figuras diabólicas, las del carruaje de fuego en la habitación de la
princesa y la de la bruja, así como para la desaparición del genio en la sala de
armas, entre otras-, las trampillas del acceso al escenario utilizadas en las escenas
submarinas en las que se sobreimpresionan peces y otros animales marinos sobre las
imágenes mostradas-, los fundidos encadenados entre las escenas, la utilización de
los decorados situados a diversos niveles (…) Otro aspecto destacable es el efecto
conjunto de la tormenta y el hundimiento del barco, que combinaba el uso de una
maqueta sobre un estanque de agua en movimiento, con el decorado de las nubes
que se desplazaban hacia la derecha, y el cambio de iluminación que confería mayor
realismo a la escena. La película fue estrenada en septiembre de 1903 y en Almería
en septiembre de 1904, gracias al Cinematógrafo almeriense La Luz).
238
(El regional, 6.10.1904)
-286-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
239
(El Regional, 10.10.1904)
240
(El regional, 7.10.1904)
241
(Desconocemos si las filmaciones hechas por la misma fecha por don Victoriano
Aguilar Jiménez sobre Vistas de la ciudad (de Almería) guardan alguna relación con
las efectuadas por don Victoriano Lucas o formaban, simplemente, de un esfuerzo
más de competencia entre exhibidores)
242
(Regional 23.5.1903)
243
(La Crónica Meridional 26.8.1904)
244
(AA.VV. “Historia del cine español”, Cátedra, Madrid. 1995)
245
(La Crónica 26.8.1904),
246
(Este tren-botijo salió de Almería el 10 de junio a las 9 de la noche, y no cabe
duda que constituyo un acontecimiento. JOSÉ de Juan Oña. “100 años de cine en
Almería”, Extraordinario de la Feria de agosto. 1997)
247
(Regional 23.9.04)
248
(El Regional 27.9.04)
249
(Historia de la fotografía en España. Un enfoque desde lo global hasta lo local.
E.L. Lara López. Universidad de Jaén. I.E.S Sierra Sur)
250
(La Crónica Meridional, 22.8.1895);
251
(La Provincia, 18.3.1899),
252
(La Crónica Meridional, 27.9.1904)
253
(El 14 de julio de 1904 se inauguró el CAFÉ NUEVO, justo en el sitio donde
estaba la Cervecería Suiza, propiedad de don Pedro Tortosa y don José Álvarez. El
local estaba decorado por los pintores Antonio Fernández Navarro y Emilio García
que lo decoraron al mas puro estilo modernista, con un salón de nueve enormes
espejos de lunas “sangoven” (El Regional, 13.7.1904)
254
(AHM, Leg. nº 2, doc,74, Comercios)
255
(Archivo Municipal, Leg. nº 2, doc 95, Comercios)
256
(AHM. Leg 2c, doc 97. Comercios)
257
(AHM Leg. nº 2, doc. 73, Comercios)
258
(El Regional, 6.8.1904)
259
(La Crónica Meridional, 8.6.1905)
260
(La Crónica Meridional, 23.6.1905)
261
(NOTA DEL AUTOR: Seguramente la prensa quería referirse al Gaumont, aunque
no descartamos otro nombre debido a las muchas denominaciones para los aparatos
proyectores que traían los empresarios. Todos, dentro de su competencia,
aseguraban tener el mejor. Pues bien, estas denominaciones hacen referencia a las
patentes, a los distintos mecanismos de funcionamiento de los aparatos o a los
inventores. Se podrían identificar el Lumière, que hace referencia al Cinematógrafo;
el Gaumont, que hace referencia al sistema del Cronofotógrafo; el Mélies-Reulos, al
Kinefotógrafo; el Pathé, al sistema Ecnotógrafo; Edison, al Vitascopio; Robert
William Paul - que exhibía Erwin Rousby desde 1896- al Animotógrafo; el
cinematógrafo parlante Coyne E incluso coexistían otros aparatos de fabricación
nacional como el Monvógrafo del madrileño Ramón del Río, que era a la vez
proyector y tomavistas, llegando incluso a aplicar colorido a las fotografías y el
fonógrafo a las proyecciones en su salón de Actualidades)
262
(El Regional 25.6.1905. Sin embargo, de este aparato Girmand, otro medio
informativo asegura que este cinematógrafo estaba destinado al Teatro Variedades
y que “por sus especiales condiciones puede calificarse de superior a cuantos se
han visto en Almería” (...) “Su constructor, Mr. Girmand... es exclusivo para España
con patente de invención”, asegurando, además, que sólo existían en el país siete
máquinas de este aparato y Almería era uno de los puntos privilegiados que le
-287-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
cabía el honor de presentar “las últimas novedades” (El Regional, 23.6.1905) La
confusión de la prensa del momento nos sumerge en un mar de confusiones, sin que
podamos precisar exactamente en cuál de los dos teatros se produjo la instalación
del cinematógrafo)
263
(La Crónica Meridional, 8.6.1905)
264
(El Regional, 26.5.1905)
265
(La Crónica Meridional, 24.5.1905),
266
(La ilusión óptica del cromatismo, en los primeros tiempos de la industria
cinematográfica, se conseguía mediante el coloreado a mano, fotograma a
fotograma, de las películas, y consistía en un trabajo laborioso y lento para el que
los laboratorios empleaban mano de obra femenina. “Un antecedente del color y del
sonido: el salón de Actualidades”. J.Molina)
267
(La Crónica Meridional, 24.6.1905)
268
(El Regional, 10.3.1905)
269
(La Crónica Meridional, 9.6.1905)
270
(Creemos que este Cinematógrafo corresponde al Royal Cinematógrafo de don
Antonio Bernado de Quirós, representante del Royal Cinematógrafo Escudero que,
año tras año, iba modernizando su pabellón con nuevas portadas y vestíbulos y un
amplio repertorio de películas. Nos consta que este pabellón fue modernizado para
su actuación en la Feria de Sevilla de 1908)
271
(El Regional, 25.6.1905)
272
(La Crónica Meridional, 25.6.1905)
273
(La Crónica Meridional, 6.7.1905)
274
(La cinta está inspirada en un número de abanicos vivientes presentado, en 1899,
dentro del espectáculo Le Prince Soleil. Destaca la gran belleza plástica de la
producción, el efecto de disolución de la imagen –utilizado, por ejemplo, en la aparición
de la fuente-, así como las diferentes ocasiones en las que se realiza la ya conocida
parada por sustitución –que tuvo lugar en las transformaciones de las mujeres del
abanico-.
La historia relata que un vendedor de abanicos quiere mostrar al rey de Francia
Luis XV un abanico extraordinario para lo cual ha solicitado la supervisión del
chambelán. Al fondo se muestra un decorado que representa los jardines de
Versalles. Por la izquierda aparece un viejo vendedor de abanicos seguido de un
grupo de sirvientes que transportan al chambelán sobre una silla de mano. Una vez
acomodados, el vendedor manda traer el prodigioso abanico que los criados
transportan guardado en una enorme4 caja. Una vez los sirvientes abandonan la
sala quedan a solar el chambelán, el vendedor y el abanico. Las cuatro tablas de la
caja caen y queda a la vista un es espléndido abanico que, a una orden del
vendedor, se despliega ante el chambelán. De cada uno de los compartimentos que
componen el magnífico abanico surgen, tras otra señal del vendedor, siete mujeres
con trajes de gala. Otro chasquido del vendedor, hace desaparecer el abanico. Las
siete mujeres se mantienen en la posición que estaban aparentemente sin soporte,
sobre una órbita de media circunferencia rodeada de estrellas. Las damas
comienzan a bailar un minuet acompañadas por un grupo de hombres. De pronto el
cuadro se esfuma para dar paso a una fuente de la que surgen siete mujeres. La del
centro tiene en su hombro un ánfora de la que sale un chorro de agua. Finalmente el
maravilloso escenario y sus intérpretes desaparecen por sí solos, como por arte de
magia, y el abanico regresa a su caja que se cierra automáticamente. El chambelán
se aproxima a examinarlo pero de pronto, el abanico se abre y cae sobre él.)
275
(El Regional, 29.6.1905)
276
(El Regional, 25.6.1905)
277
(El Regional, 2.7.1905)
278
(El Regional, 12.8.1905)
279
(El Regional, 7.7.1905)
-288-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
280
(El Regional, 9-8.1905)
281
(Fructuoso Gelabert, un pionero catalán del cinematógrafo escribía: “Por aquellos
tiempos el deseo de negocio hizo que muchos empresarios montaran unos
barracones, algunos de ellos de gran capacidad, con grandes, sonoros y llamativos
órganos que recorrían todas las ferias y fiestas mayores” Cita de J.M Caparrós
Lera en “Memoria de dos pioneros, C.I.L.E.H., Madrid, 1992, en Pág. 122)
282
(La Crónica Meridional, 5.9.1905)
283
(El Regional, 25.6.1905)
284
(El Regional, 5.8.1905)
285
(El Regional, 3.7.1905)
286
(El Regional, 9.7.1905)
287
(El Regional, 22.8.1905
288
(R. Garófano, “El cinematógrafo en Cádiz”, Instituto Municipal de Cultura, 1982)
289
(Extraordinario de la Voz de Almería de 1997:Cien años de cine en Almería. La
Feria de 1905)
290
(El Radical, 15.1.1906)
291
(La Crónica Meridional 14.1.1906)
292
(La Crónica Meridional 7.3.1905)
293
(La Crónica Meridional 7.7.1906)
294
(La Crónica Meridional12.7.1906)
295
(La Crónica Meridional, 11.7.1906)
296
(La Crónica Meridional, 26.7.1906)
297
(La Crónica Meridional, 30.6.1906)
298
(El Radical, 10.7.1906)
299
( El Radical, 1.7.1906)
300
(El Radical, 4.8.1906)
301
(El Radical, 2.8.1906)
302
(La Crónica Meridional, 3.8.1906)
303
(La Crónica Meridional, 12.8.1906)
304
(La Opinión, 28.8.1906)
305
(La Crónica Meridional, 22.10.1906)
306
(La Crónica Meridional, 18.12.1906)
307
(El Radical, 16.7.1906)
308
(El Radical, 25.8.1906 y 10.9.1906)
309
(El Radical, 2.7.1906)
310
(El Radical, 13.8.1906)
311
(El Radical, 4.7.1906)
312
(La Crónica Meridional, 25.2.1907)
313
(La Crónica Meridional, 5.3.1907)
314
(Noticiero Canario 2.4.1906, aparecido en La pantalla de papel..Febrero 1998)
315
(La Crónica Meridional, 10.5.1907)
316
(La Crónica Meridional, 15.5.1907)
317
(La Crónica Meridional, 12.6.1907)
318
(La Crónica Meridional, 13.6.1907)
319
(La Crónica Meridional, 4.1907)
320
(La Crónica Meridional, 22.6.1907)
321
(La Crónica Meridional, 7. 6.1907 y 26.6.1907)
322
(La Crónica Meridional, 23.7.1907),
-289-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
323
(La Crónica Meridional 9.8.1907)
324
(La Crónica Meridional 6.8.1907)
325
(La Crónica Meridional 18.8.1907)
326
(La Crónica Meridional 25.7.1907)
327
(La Crónica Meridional 18.7.1907)
328
(La Crónica Meridional 27.7.1907)
329
(La Crónica Meridional, 24.4.1909)
330
(El desastre del Barranco del Lobo tuvo su origen en la oposición indígena a la
explotación de los yacimientos de hierro por compañías extranjeras. El 27 de julio de
1909, murieron un general, cinco jefes, ocho oficiales y cerca de 200 soldados, algunos
de ellos de Almería, resultando heridos más de 50 jefes y oficiales y unos 600 soldados.
A estas víctimas hay que agregar los 100 muertos, 300 heridos y medio millar de
detenidos a causa de la Semana Trágica de Barcelona, promovida por la protesta
obrera contra los embarques hacia Marruecos de reservistas activos que eran en su
mayoría hombres casados y con hijos pertenecientes a las clases más humildes. Los
trabajadores catalanes no querían seguir muriendo en los barrancos y desfiladeros de
Marruecos para que los accionistas de dos compañías mineras continuaran cobrando
sus dividendos)
331
(Se creó una Sociedad Sinfónica cuyo objeto era fomentar la enseñanza musical
en la ciudad y participar en toda clase de espectáculos. Su primer presidente fue
don Alfonso Delgado Castillo y vicepresidente don Luis Sánchez Punzón. Esta
Sociedad disponía de una orquesta que tenía previsto hacer su primer concierto en
el Teatro de Los Jardinillos, pero no fue posible, y debutó posteriormente en una
gala benéfica. Esta Sociedad estaba dirigida por los señores Barrenas y Sánchez
Punzón (D.A.) En la función benéfica que organizó la Junta de Damas de Almería,
bajo el Patronato de la Reina Victoria, hubo sesiones de cine, además de las
interpretaciones orquestales de dicha Sociedad a cargo de don Antonio Sánchez
Punzón (profesor de piano y propietario de una tienda de pianos en la calle Marco,
número 6) con Gran Marcha de Concierto, de Verdún, que había sido Primer Premio
del Certamen Internacional de Obras Musicales celebrado cuando la coronación de
Zorrilla. (La Crónica Meridional, 7.9.1909/10.10.1909)
332
(La Crónica Meridional, 10.10.1909)
333
(En 1911 se creó la Sociedad Teatral Juventud, formada por jóvenes de la capital,
representando obras como Marino en tierra, De asistente a capitán o Venganza
española. La Crónica Meridional, 19.6.1911)
334
El articulista se queja de esa “ocupación” de los cines y reflexiona cómo en otras
ciudades como Paris o Nueva Cork también se ve cine, aunque “estos espectáculos
se edifican casa propia” para el cinematógrafo, cosa que no ocurre en España y
tampoco en Almería. “Desde luego –continua- es digno de elogio ese auge del cine en
tales capitales, y más aún porque en ellas no dañan en lo mas baladí el arte escénico
pues, repito, que funcionan salones construidos para tales fines, no ocupando, por
tanto, casi ningún teatro para la exhibición de sus películas”.
Es en el teatro “donde sienta sus reales la película y las obras teatrales tienen que
relegarse a la galería de sus autores, aburridas y empolvadas... como arpas viejas”.
Finalmente, sugiere que se busquen “formulas que ahuyenten al cine del teatro,
reivindicando el prestigio de la clásica dramaturgia española, y las autoridades vean
la forma de desgravar alto, de aligerar de impuestos a espectáculo tan culto y
beneficioso” pues, concluye, “Todo es aceptable menos que nos pongan en el dilema
de: o cine o nada”)
335
(La Crónica Meridional, 16.7.1909)
336
(La Crónica Meridional, 15.1.1910)
-290-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
337
(La CrónicaMeridional, 27.5.1909)
338
(Creemos que la información de prensa se refiere a la cinta Semana trágica de
Barcelona (José Gaspar Serra, 1909)
339
(La Crónica Meridional, 10.10.1909)
340
(La Crónica Meridional, 11.10.1909)
341
(La Crónica Meridional, 10.11.1909)
342
(El Popular, 17.1.1910)
343
(El Popular, 7.3.1910)
344
(La Crónica Meridional, 6.1.1910)
345
(El Popular , 18.4.1910)
346
(El Popular, 20/23.4.10)
347
(La Crónica Meridional, 15.2.1910)
348
(La Crónica Meridional, 26/27.8.1910)
349
(La Crónica Meridional, 20.8.1910)
350
(El Popular.28.8.1910)
351
(El 26 de septiembre se terminaron los trabajos “de levantar la vía en todo el
Malecón“ y “anteayer comenzaron los trabajos para su reforma”. “Con estas obras
va a desaparece aquel paseo en su forma actual” “Primero se destruyeron aquellos
dos largos bancos de cantería que le daban un aspecto apoblachado al Malecón.
Después se hizo la reforma del Malecón alto, pero esto ocasionó una “falta de higiene,
de buenos pavimentos, de agua que sentara el polvo, hicieron desterrar a la gente de
un sitio tan delicioso como este. Ahora las reformas son de gran entidad, y como el
agua, merced a un pozo abierto en el Malecón alto, el sitio se convertirá en un
vergel”.
Llevaba el Malecón con ésta tres reformas. Primero llegaba el mar hasta el paseo
alto de San Luis, en cuyo sitio se asentaba la muralla. Corría esta muralla por toda
la playa y a ésta daban acceso dos puertas, la del Socorro y la de la Trinidad, con
sus respectivos cañones. Luego vinieron las murallas a tierra y se hizo el primitivo
paseo del Malecón con dos poyos largos y corrido de mampostería con sus palmeras.
Poco después estos poyos fueron derribados y se arreglaron el paseo alto y bajo.
Ahora, por tercera vez, la piqueta entra y el Malecón se va a convertir en un
Parque; un parque con jardines, cuatro aceras y un paseo asfaltado”. La Crónica
12.12.1914)
352
(La Crónica Mweridional, 8.7.1911)
353
(El teatro y las conferencias eran los únicos medios de comunicación que existían
hasta ya avanzada la década de los años veinte, cuando empezó a conocerse la
radiotelefonía, como se denominó, al principio, a este medio de difusión. En aquella
época de constante establecimiento de Centros Obreros y Casas del Pueblo, la aparición
del cinematógrafo como espectáculo no mermó la afición y el interés por el teatro.
Sacrificando a veces sus escasos medios económicos acudían los obreros a los teatros
cuyas obras presentaban las inquietudes sociales, las injusticias y los sistemas de
dominio que la burguesía de la época tenía implantados. Los cuadros de actores y
actrices que espontáneamente se formaban en las Casas del Pueblo y Centros Obreros
se atrevían a representarlas)
354
(El Popular, 14.6.1910)
355
(La Crónica Meridional, 11.10.1910)
356
(El Popular ,12.10.1910)
357
(La Crónica Meridional, 2.11.1910)
358
(El Popular, 12.10.1910)
359
(La Crónica Meridional, 21.12.1910)
-291-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
360
(El Popular, 23.11.1910)
361
(El Popular, 14.11.1910)
362
(La Crónica Meridional, 7.1.1911)
363
(La Crónica Meridional, 28.12.1910)
364
(La Crónica Meridional, 28.12.1910)
365
(El Popular , 10/17.3.1910)
366
(La Crónica Meridional, 10.10.1910 y 17.10.1910)
367
(La Crónica Meridional, 14.11.1896)
368
(La Crónica Meridional, 30.9.1895)
369
(La Crónica Meridional, 8.6.1895)
370
(La Crónica Meridional, 24.6.1896)
371
(El Radical, 22.7.1906)
372
(La Crónica Meridional, 23.12.1905)
373
(El Regional, 10.8.1905)
374
(La Crónica Meridional, 15.8.1906)
375
(La Crónica Meridional, 11.8.1906)
376
(La Crónica Meridional, 5.9.1905)
377
(El Regional, 11.1.1905)
378
(El Radical, 17.6.1906)
379
(La Crónica Meridional, 5.9.1905)
380
(El Regional, 11.7.1905)
381
(El Regional, 24.8.1905)
382
(Cerca de 11.000 se dieron cita en 1909 con destino a América, unos 20.000 en
1910, 9.000 en 1911, más de 20.000 en 1912, 12.000 en 1913, casi 6.000 en 1914 y
unas 2000 en 1915)
383
(La Crónica Meridional, 23.2.1911)
384
(La Crónica Meridional, 24.2.1911)
385
(El Popular, 18.6.1911)
386
(El Popular, 2.1.1911)
387
(El Popular, 20.5.1911)
388
(La Información, 26.7.1911)
389
(La Crónica Meridional, 22.8.1911)
390
(La Crónica Meridional, 7.3.1911)
391
(La Crónica Meridional, 9.6.1911)
392
(La Crónica Meridional, 19.7.1911)
393
(La Crónica Meridional, 19.6.1911)
394
(El Popular, 16.8.1911)
395
(La Información, 6.5.1911)
396
(La Información, 9.5.1911)
397
(La Información, 12.5.1911)
398
(La Crónica Meridional, 2.5.1912)
399
(La Crónica Meridional, 2.5.1912)
400
(El Popular, 24.4.1911)
401
(La Crónica Meridional, 2.5.1912)
402
(La Crónica Meridional, 25.4.1912)
403
(La Crónica Meridional, 10.6.1912)
404
(La película estaba estructurada en 30 cuadros. Mèlies basó esta obra maestra,
que obtuvo un gran éxito mundial, en su producción anterior La Luna a un metro
(1898) Aunque la película no llevaba rótulo resultó absolutamente comprensible
-292-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
para todos los espectadores. Probablemente el mismo proyeccionista, siguiendo las
instrucciones del catálogo suministrado por la Star Film, iba narrando la evolución
de la historia. (Entre los trucos de la cinta destacan las paradas de sustitución –la
sustitución de los telescopios por las sillas-, el efecto de agrandamiento de un
objeto logrado a través de la aproximación de la cámara al objeto –como el efecto
de aproximación a la Luna por el aumento de su tamaño-, las imágenes dobles –las
escenas oníricas del sueño en la Luna-, los encadenamientos entre planos por
disolución, el movimiento del suelo del escenario –efecto utilizado en la aparición
del planeta Tierra desde la Luna-, entre otro muchos, además de aquellos logrados a
través de los decorados –es el caso de las estrellas con cabeza de mujer- o las
escenas que muestran el fondo del mar a través de un acuario)
405
(La Crónica Meridional, 9.5.1912)
406
(F.Medina: El cine Trianón. La Voz de Almería, 1977)
407
(La Crónica Meridional, 31.7.1912)
408
(Con un escogido programa cinematográfico, anuncia su reapertura nuestro
coliseo del Boulevard, la que tendrá lugar mañana sábado. La empresa ha pedido a
la casa Pathè Frère las mejores producciones en el arte de la cinematografía y en
su afán de agradar al público, ha ultimado contrato con números de varietés de
reconocida fama, los que brevemente harán su debut... (La Crónica Meridional,
31.1.1913)
409
(La Crónica Meridional, 18.6.1912)
410
(La Crónica Meridional, 19.5.1913)
411
(El realizador dotó a la obra de un extraordinario realismo. Los espectadores
almerienses, familiarizados con el lenguaje cinematográfico, pudieron admirar unas
perfectas sobreimpresiones, muy lejanas técnicamente de las de Mèlies, y, sobre
todo, descubrieron por primera vez el travelling lateral y el uso reiterado del flash-
back)
412
(La Crónica Meridional, 22.5.1913)
413
(La Crónica Meridional, 25.8.1913)
414
(La Crónica Meridional, 20.5.1913)
415
(NOTA DEL AUTOR: Es preciso recordar aquí, porque existe una nueva variante
en el modelo de exhibición cinematográfica respecto a las películas que se
impresionaban en los primeros años del cinematógrafo debido a su corto metraje.
Eran vendidas al exhibidor ambulante que las solicitaba realizando una actividad
mercantil un tanto arbitraria, en la que el productor dejaba de participar en las
posibles ganancias y en cualquier tipo de responsabilidad que de ellas se dedujera.
Con la llegada de las películas de más metraje “se imponía el cambio del sistema de
venta por el de alquiler de las copias y resultaba igualmente necesario el controlar
lo más estrechamente posible la circulación de estas copias. En 1907, Charles Pathè
decide cesar la venta de copias y conceder la distribución a filiales suyas en las
distintas regiones” (A. CUEVAS: “Economía Cinematográfica. Maribel. Artes
Gráficas, 1976, Pág. 211). Preciso es saber que por los cines de Andalucía pasaban
al año en torno a unas 3.000 películas de todo tipo y duración que procedían de las
distribuidoras o casas Gaumont, Pathè, Nordisk, Paramount, Selecciones Capitolio,
Eclair, especialmente “Eclair Journal”, etc. Al pasar los primeros años, los
programas de la primera época en los que se servían de 8 a 12 cintas por sesión,
van cediendo para dar paso a otros más sencillos y de duración más larga.
Desconocemos las formas y cómo se efectuaban las contrataciones en estos
primeros años del siglo XX, pero a partir de los años veinte sabemos que las
películas se solicitaban con una semana de antelación a las casas distribuidoras, que
las remitía al exhibidor local con instrucciones escritas en cada saco de rollos
indicando a dónde, una vez terminada la exhibición local, debían devolverlas no a la
casa distribuidora sino a otra localidad o provincia. Esta técnica empresarial
-293-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
facilitaba la rapidez en la llegada de la película, sí, pero también facilitaba la
picaresca que el distribuidor tuviese que repasar las copias en mal estado o
ahorrarse el importe del envío desde la central distribuidora, que en Almería solían
proceder de Sevilla, Barcelona o Madrid. Las proyecciones importantes se exhibían
los sábados, domingos y días festivos y junto a ellas se acompañaban otras películas
de corta duración y que llamaban “de risa” interpretadas por Charlot, Tomasín,
Sandalio o Pamplinas)
416
(La Crónica Meridional, 15.9.1913)
417
(R. Clair: “Reflexiones. Notas para la historia del arte cinematográfico 1920-
1950”, Pág. 91)
418
(Pilar Miró, “El cine que nos hizo soñar”, Revista El Siglo que viene, Dic. 1995)
419
(En vísperas de la guerra la explotación vino claramente a menos. La
competencia extranjera —sobre todo la americana — iba cobrando fuerza... y la
guerra en el continente supuso un duro golpe para el cine. Las productoras
nacionales estaban generalmente concentradas en Barcelona y se dedicaron a
realizar los llamados “film d´art”, comedias y seriales, más no pudieron (¿O no
supieron?) aprovechar la neutralidad de la guerra para conseguir mayor proyección
internacional.
En el terreno artístico, la producción de los años 1914-18 es, en conjunto, mediocre,
aunque cabe señalar dos excepciones: las películas naturalistas de André Antoine, el
animador del Théâtre Libre, tales como El culpable, Los trabajadores del mar, y las
nuevas series de Feuillade (Los vampiros, Judex, ambas exhibidas en el Trianón en
1918), que alcanzaron un enorme éxito de público y suscitaron el entusiasmo de los
jóvenes poetas agrupados primero bajo el estandarte de Dadá y luego del
surrealismo.
435
(La Crónica Meridional, 14.2.1916)
436
(La Crónica Meridional, 16.4.1916)
437
(La Crónica Meridional, 15.4.1916)
438
(“Después de las proyecciones cinematográficas “actuaron La Toledana, al baile;
Fiory “con su portentosa facilidad para la imitación e Italia-Actis que cantó el aria
del pez de Geisha” (La Crónica 13.2.1915)
439
(El Popular 27.2.1915)
440
(El Popular, 10.9.1915)
441
(La Crónica Meridional, 27.4.1916)
442
(En mayo de 1918 se utilizaba para impartir charlas, conferencias o mítines, como
el que dio el Presidente de la Federación de Ferroviarios. La Crónica Meridional
20.5.1918)
443
(La Crónica Meridional, 15.8.1916)
444
(NOTA DEL AUTOR: La empresa encargada de la organización trajo a un
especialista de la Casa Luis Matos, de Barcelona, para dirigir los castillos y fuegos
y figuras de serpientes y mariposas que se desvanecían suavemente sobre la bahía.
Un nuevo espectáculo, tan sorprendente como el del cine, que dejó asombrados a los
almerienses que allí acudieron a ver lo “nunca visto en Almería”.) (La Crónica
Meridional, 31.8.1917)
445
(La Crónica Meridional, 13.8.1917)
446
(La Crónica Meridional 10.91917)
447
(La Crónica Meridional 29.9.1917)
448
(La Crónica Meridional 1.10.1917)
449
(La Crónica Meridional 1.8.1917)
450
(La Crónica Meridional 8.8.1917)
451
.(A.H.P. GC 232. NOTA DEL AUTOR: En 1926 se convirtió también en el
administrador del Teatro Cervantes solicitando al Gobierno Civil autorización para
celebrar la temporada anual “funciones de cine, varietés, zarzuela, comedias,
operetas y espectáculos diversos”(A.H.P. GC 232) convirtiéndose desde esta fecha
Gómez Navarro en el administrador de todos los espectáculos de la ciudad, a
excepción del Hesperia, propiedad de don Antonio Manzano Manzano en 1926 que,
al año siguiente, pasaría a ser gerente D. Luis Iribarne)
452
(La Crónica Meridional, 17.11.1917)
453
(La Crónica Meridional, 24.11.1917)
-295-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
454
(La Crónica Meridional, 15.12.1917)
455
(La Crónica Meridional, 29.1.18)
456
(La Crónica Meridional, 1.2.1918)
457
(La Crónica Meridional, 23.2.1918)
458
(La Crónica Meridional, 12.2.1918)
459
(La Crónica Meridional, 3.11.19)
460
(La Crónica Meridional, 18.3.1918)
461
(La Crónica Meridional, 20.4.1919)
462
(F.Medina. Historias almerienses: El cine Trianón. La Voz de Almería, mayo 1977)
463
(La Crónica Meridional, 22.5.1919)
464
(Renovación, 17.7.1919)
465
(La CrónicaMeridional, 20.2.1920)
466
(La Crónica Meridional, 5.4.1920)
467
(La Crónica Meridional, 26 abril 1920)
468
(La Crónica Meridional, 5.7.1920)
469
(La Crónica Meridional, 3.4.1920)
470
(NOTA DEL AUTOR: El Variedades, para justificar su programación Gaumont
elogia el trabajo de esta productora con sus películas “llenas de arte y más arte, no
como los films presentados por sus competidores, que suelen basarse en los mismos
argumentos (...) optando por un modelo nuevo de cine que no está basado en las
series sino en el cine-novela”. Y ese nuevo estilo es el que inicia el Variedades con
esta película. La Crónica Meridional, 26.11.1920)
471
(La Crónica Meridional, 8.12.1920)
472
(NOTA DEL AUTOR: Algunas localidades que disponían de teatro o cine: Berja,
Dalías, Vera, Macael, Laujar, Cuevas de Almanzora, Vélez Rubio, Vélez Blanco, Huércal
Overa. Otras como Terque, Carboneras, Bacares, Alcontar, Sierro, Uleila, Fines, Cóbdar,
Sorbas, Oanes, Santa Fe, Abla, Lucainena, Pechina etc. no disponían ni de teatro ni de
cine (A.H.P. GC 232)
473
(La familia de Conchita Robles era muy popular en Almería gracias a la fama de
su padre, conocido guitarrista y tramoyista. Conchita había trabajado en la
prestigiosa compañía teatral de María Guerrero. Era una mujer bellísima y, cuando
el suceso, se encontraba en trámites de divorcio de su marido Carlos Verdugo Boti,
comandante de caballería del escuadrón de húsares, viudo de 48 años con dos hijas
de su primer matrimonio que tenía fama de pendenciero. Desde el principio la
convivencia matrimonial resultó difícil para Conchita, que se refugió en sus éxitos
teatrales)
474
(El Diario de Almería, 3.6.1922)
475
(La Crónica Meridional, 22.7.1921)
476
(Se comprenderá el éxito de los documentales sobre la guerra de Marruecos si
comprendemos la actuación del Regimiento de la Corona, orgullo y símbolo de los
almerienses por su participación en el conflicto. Este Regimiento tuvo un
comportamiento brillante cuando las tropas rifeñas de Abd-el-Krim derrotaron la
resistencia española y cercaron la ciudad de Melilla. Aquel Regimiento se componía
de escasos hombres y sin la preparación suficiente, pero expusieron sus vidas
valientemente ante la presión rifeña en esa ciudad, muriendo en la acción el capitán
Villar y, posteriormente, el coronel Barrera Bau, que había mandado el Regimiento de
la Corona nº 71. A pesar de la polémica levantada entre periodistas almerienses y
malagueños sobre quienes fueron los primeros soldados que socorrieron Melilla y
dieron su sangre contra los rifeños, lo cierto es que este Regimiento auxilió en el mes
-296-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
de agosto entró en combate cubriendo los convoyes que iban a Tiza, posteriormente
intervino en la posición de Gareb, en los combates de Beni-Sicar donde este Regimiento
fue ensalzado por el general Berenguer, Alto Comisario en Marruecos; más tarde
participaron en la conquista del Monte Gurugú y en septiembre en la toma de Nador,
además de ayudar a la legión de Sanjurjo en la toma de Seganga y en la toma de la
Alcazaba de Zeluán. Durante la I Guerra Mundial surgió el concepto de seguridad
internacional y Almería pensó, dada su situación geoestratégica, que había llegado el
momento de que la ciudad dispusiera de una unidad permanente de las que el Ministerio
de la Guerra estaba creando. Las fuerzas vivas y la prensa local se unieron para
reclamar la necesidad y asignar a Almería el Regimiento nº 71 de la Corona, que
formaría Brigada con el España nº 45 de guarnición en Lorca, el 17 de agosto de 1918.
El cuartel general de la segunda Brigada, de la sexta División de Cartagena, se
trasladaría a Almería y se nombraba gobernador militar al general José Borreda,
creándose una Comisión de Acuartelamientos que preside el teniente de alcalde, Miguel
Naveros, y el capitán de ingenieros, José María de Acosta habilitando la casa de Juan
Lirola como residencia del Gobernador Militar y para acuartelamiento entre los
almacenes de Terriza, el Ingenio de Montserrat, el campo de tiro de El Alquián. El
Cuartel de la Misericordia alojaba al Segundo Batallón de Córdoba, que sería junto
con compañías de Mallorca, España, Princesa, Vizcaya, Guadalajara y Sevilla, que era
la base del nuevo Regimiento.)
477
(La Crónica Meridional, 10.12.1925)
478
(La Crónica Meridional, 23.11.1926)
479
(La Crónica Meridional, 19.4.1927)
480
(La Crónica Meridional, 6.3.1928)
481
(La Crónica Meridional, 30.3.1928)
482
(La Crónica Meridional, 21.8.1934)
483
(El Fandanguillo de Almería fue una popular obra del maestro Gaspar Vivas
popularizado por Dora la Cordobesita, casada después con Chicuelo, y también por
la Argentinita, con letra diferente. Este genio musical de línea melódica rivalizó con
Borodine y Rimsky Korsakof, representando su labor un acervo de la tonadilla
española. Murió el 17 de mayo de 1936 ante la indiferencia de las autoridades
municipales)
484
(La Crónica Meridional, 21.9.1934)
485
(Rus Morales, BENITO, “El Cervantes”, Monte de Piedad y Caja de Ahorros de
Córdoba, 1992)
486
(El Regional, 26.6.1903)
487
(Barco compuso y estrenó en el Teatro Cervantes el 18 de diciembre de 1935 una
comedia lírica original de Rull y Guijo con actores aficionados de la localidad. La
música compuesta por el maestro Barco fue inspirada y agradó a la concurrencia,
que premió con grandes ovaciones la labor del paisano, haciendo visar varios
números)
488
(D. Antonio Alonso fue un músico almeriense que, desde los primeros tiempos del
cinematógrafo en Almería tuvo una estrecha relación con el invento. Él venía
tocando en el Teatro Variedades acompañando al piano algunas funciones de
varietés. Con frecuencia se solían variar las películas cinematográficas que son
muy del agrado del público y el maestro Alonso, amigo del gerente del Variedades,
Sr. Burgos, era el indicado para animar las tardes de cinematógrafo. A veces las
sesiones cinematográficas eran compartidas con actuaciones de varietés, como la
noche del 21 de mayo con el debut de la notable bandolenista Remedios Sánchez,
acompañada al piano por don Antonio Alonso. Crónica Meridional 21.5.1907))
489
(Se trata del actor Pedro Elvira, que se acreditaba como Pedro Elvira “Pitouto”)
490
(Fue estrenada en el Teatro Cervantes el 2 de mayo de 1926)
491
(proyectada en el Hesperia el 6 de abril de 1929 y el 15 de enero de 1930 en el
-297-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
Cervantes)
492
(La Crónica Meridional, 23.8.1922)
493
(La Crónica Meridional, 26.8.1922)
494
(La Crónica Meridional, 10.11.1922)
495
(La Crónica Meridional, 7.12.1922)
496
(La Crónica Meridional, 29.12.1922 y 6.1.1923)
497
(Creemos que se hace referencia al modelo AEG alemán)
498
(La productora valenciana Cinematográfica Verdaguer S.A. firmaba contratos en
provincias para ocuparse del alquiler y contratación de su material en el que
reflejaba los precios que el exhibidor local debe cobrar por los alquileres de cada
una de las películas que eran fijados por la Cinematográfica Verdaguer, sin que el
exhibidor pueda por su cuenta explotar películas en depósito de C. Verdaguer. El
exhibidor local, por otra parte, estaba obligado a depositar una fianza que sería
devuelta, con intereses de hasta el 6%, a la terminación del contrato suscrito.
PASCUAL, Vera Nicolás. “Empresa y exhibición cinematográfica en Murcia,
Biblioteca Murciana de Bolsillo, 1991.)
499
(La Crónica Meridional, 12.4.1923)
500
(NOTA DEL AUTOR: El verano de 1923 “encerrado en Berja y en Balerma” trabajó
en el desarrollo de “trucos con que simular los balbuceos de la vida”. Con habilidad
para dibujar desarrolló todo el proceso creador que completó después en el
Departamento Poligráfico de San Carlos y la ayuda del Dr. Recassens (hijo) La
película se proyectó el 19 de abril en el Cervantes, a las siete de la tarde, organizado
por el Colegio de Médicos de Almería. La película era de 1300 m estaba realizada
“merced a innumerables e ingeniosos dibujos y trucos cinematográficos originales. La
película mereció el reconocimiento de la Real Academia Nacional de Madrid. La “Presse
Medicale”, de Paris, en el número 4 del mes de junio, firmado por M. Dartignes,
Presidente de la Unión Medica Franco Iberoamericana en reconocimiento al Dr. Torres
Oliveros)
501
(La Crónica 1931.7.23)
502
(La Crónica 2.8.1923)
503
(Jurado Arroyo, RAFAEL, “Los inicios del cinematógrafo en Córdoba. Filmoteca
de Andalucía, 1997)
504
(La Crónica 15.11.1923)
505
(La Crónica Meridional, 2.4.1923)
506
(NOTA: Es conveniente recordar que la empresa de ambos cines era gestionada
en esos momentos por el Sr. Luis Iribarne)
507
(La Crónica Meridional, 14.5.1924)
508
(La Crónica Meridional, 11.2.1924)
509
(J.M., Caparrós Lera “Arte y Política en el Cine de la República (1931-1939).
Universidad de Barcelona, Editorial 71/2SA, Barcelona, 1981, Pág. 276)
510
(NOTA DEL AUTOR: Apenas habían transcurrido veinte años de la aparición del
cinematógrafo, cuando las imágenes en movimiento comenzaron a inquietar a
estudiosos y representantes de diversos sectores sociales. En 1915 Masini y Bidón
incluían al cine como un factor a considerar dentro del campo de las enfermedades
mentales y la criminalidad. En 1926 Macaggi alertaba sobre los problemas sociales
del cinematógrafo. En un artículo de la Revista de Criminología, Psiquiatría y
Medicina Legal de Buenos Aires, en 1929, se llegaba a la conclusión general de que
“el cine hace surgir a menudo la idea del crimen”.
Por mucho tiempo predominó un criterio condenatorio al séptimo arte. El enfoque
simplista de la influencia negativa del cine, al considerarlo como único causante de
grandes males sociales y proponer como la solución una mayor censura y control de
la producción de películas, se apoyaba teóricamente en la combinación de los
factores heredados en la determinación de toda conducta, la esencia irracional o
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Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
emocional de tales mecanismos, la naturaleza humana como uniforme y básica y el
individuo como ser aislado, carente de controles sociales informales. Esta creencia
en un efecto directo de las imágenes fílmicas sobre el espectador, mucho le debía a
los paradigmas del psicoanálisis.
Los partidarios del efecto directo encontraron otro fuerte aliado en el conductismo
que derivó de su clásico esquema “Estímulo Respuesta” la fórmula “Películas de
violencia – Conductas violentas”) Citados por Pablo Ramos. “Violencia al por
mayor”. En Cine cubano nº 119, La Habana, pp. 62-66.
511
(En los círculos ilustrados de la ciudad ya empezó en 1894, para salvar la decencia
y la moralidad, si se debía de abolir el beso durante las representaciones teatrales
con el fin de quitar al arte dramático esta peligrosa escabrosidad. El debate se remató
con unos versos:
524
(La Crónica Meridional, 2.3.1928)
525
(La Crónica Meridional, 25.3.1928) (NOTA DEL AUTOR: Valle-Inclán en 1924, en
la revista “Bufón” había expuesto su opinión sobre el cine. Manifestaba simples
observaciones de espectador, sin reparar en cuestiones técnicas. Dos años después
interviene como actor en esta película y hace el papel de modelo en el estudio del
pintor cordobés Julio Romero de Torres. La película estaba inspirada en la biografía
de Gaona, famoso torero, y en su matrimonio. Los personajes que aparecen en la
película generaron una agria polémica y se tuvo que hacer un nuevo montaje, suprimiendo
las figuras políticas. Este hecho y el que Valle-Inclán dijera que frecuentaba las salas
de cine demuestra su entusiasmo por el séptimo arte y no extraña que dentro de su
producción literaria haya mucho de cinematográfico.)
526
(La Crónica Meridional, 6.4.1929)
527
(La Crónica Meridional, 9.10.1929)
528
(La primera película que vieron los almerienses sobre Don Juan fue esta versión
española proyectada en el Salón Ideal en agosto de 1916, dirigida por Alberto Marro -
-299-
Crónica Social del cine en Almeria (1896-1936)
Ignacio Ortega
aunque regularmente se la atribuyó a su operador Ricardo Baños-. La segunda película
proyectada sobre Don Juan Tenorio, Tenorios modernos, en el Variedades, durante
los últimos días de octubre de 1918. La siguiente registrada fue en el Hesperia, en
1924; 1926, en el Cervantes; posteriormente fue el Hesperia quien proyectaría el Don
Juan en 1928; en 1930 con “Tenorios endemoniados”; otro Don Juan se proyectó el 1
de noviembre de 1930; otra versión sonora, Tenorio entre bastidores, el 2 de septiembre
de 1931; Don Juan diplomático, un film de la Universal, proyectada en el Hesperia la
noche del 29 de octubre del 32 y otro Don Juan, versión muda, en ocho partes, en el
Teatro Cervantes el 1 de noviembre del mismo año, el 1 de diciembre en el Hesperia;
otra versión en el 33 y hasta hubo un Don Juan en dibujos animados, El temible Don
Juan, en el 34)
529
(La Crónica Meridional, 31.10.1930)
530
(La Crónica Meridional, 14.2.1930)
531
(Crónica Meridional, 27.5.1909)
532
(“El Cine, nº 6, marzo de 1913)
533
(NOTA DEL AUTOR: Antonio RUEDA, vecino de Almería, nos cuenta vagos recuerdos
de su infancia de los años veinte cuando él contaba, nos dice, más o menos diez años.
Esta información ha sido contrastada también por otros contemporáneos de don Antonio
Rueda)
534
( “Almería piedra a piedra”. Volumen II. J.A. Tapia Garrido. Edita Unicaja, 1992)
535
(La Crónica Meridional, 2.8.1924)
536
(La Crónica Meridional, 20.10.1925)
537
(La Crónica Meridional, 9.5.1930)
538
(Sexteto de Paco Sánchez de las Heras, que era pianista y director del Orfeón
almeriense Osiris que alternaba con las clases como profesor de la Academia Muni-
cipal de Bellas Artes en la calle Real de Cárcel. Gozaba de mucho prestigio en la
ciudad y no había café-teatro de prestigio en la ciudad que no fuera reclamado. El
sonido de este Sexteto fue recogido por el fonógrafo de Edison que trajo de Paris
don Ramón Lenguesco y que exponía al público en la calle de la Glorieta por lo que
cobraba cada audición a 15 céntimos. Don Ramón hizo una recopilación de 24 obras
de Bretón y Echevarría introdujo composiciones del sexteto de Sánchez de las
Heras en el mes de enero de 1895 en el Apolo. Realizó una intensa actividad
musical en la ciudad hasta el punto que el Sr. Vértiz, y antes el gerente del
Cervantes don Miguel Gómez Navarro, le contrató para que dirigiera su propia
orquesta en el Teatro Cervantes desde 1924 y en 1929 dirigió la partitura musical
que Daniel Montoso había realizado para la película muda “Maruja”)
539
(Francisco Sánchez López (Almería, 1898) estudió música con su padre y su tío,
que también regentaba un cuarteto. Tenían una tienda frente a Correos en la que se
vendían y reparaban instrumentos musicales y, sobre todo, afinaban pianos. Tocaba
el violín, viola y piano. Tocó en el foso de los cines mudos del Hesperia y Cervantes,
alternando con la orquesta de dichos teatros. Durante la visita del Rey Alfonso XIII
a Linares, el cuarteto actuó ante el Rey y éste se sorprendió de que tan sólo con
doce años tocara tan bien el violín. El cuarteto lo formaban su padre, que murió en
1928, el joven Francisco y sus dos hermanos. Al morir su padre fue llamado por el
maestro Rafael Barco, junto a Paco Oña en contrabajo, para formar parte de su
orquesta, actuando en conciertos en la Granja Balear, posterior centro de reunión
de la prestigiosa Tertulia Indaliana)
540
(La Crónica Meridional18.5.1927)
541
(La Crónica 28.2.1928)
542
(Aunque parezca contradictorio, esta fórmula no fue excepcional en los años del
cine silente en nuestra ciudad, ya que algunas cintas se exhibían con el
acompañamiento de discos)
543 -300-
(NOTA: Probablemente el cronista quiso hacer referencia a la cinta Frivolinas
(Arturo Carballo, 1926)
544
(Unamuno, un personaje de la generación del 98, - siguiendo la clasificación