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1.- POR QUÉ Y PARA QUÉ (CAUSA Y FINALIDAD) DEL ESTUDIO Y DEBATE
SOBRE: “LIBRE TRANSMISIBILIAD A TERCEROS DE LAS APORTACIONES A
CAPITAL SOCIAL”
1.1.- Entre las los trabajos del movimiento cooperativo vasco con objeto de formular
propuestas de mejora de la Ley 4/1993, de 24 de junio, de Cooperativas de Euskadi,
figura como una de las propuestas “innovadoras”, aquellas que merecen “especial
atención”, el la “libre transmisibilidad de aportaciones”, abordada desde la perspectiva
de transmisión a terceros, listando algunos aspectos de interés respecto de dicho tema
como son:
La autorización o no de la cooperativa.
1.3.- Por otra parte, el tema cobra significado especial, dadas las restricciones a la
liquidez de las aportaciones, consecuencia de la inclusión en la legislación cooperativa
de las NIC32; lo que ocasiona una nueva regulación del derecho de reembolso, art. 63
de la LVC, el cual deja de ser un derecho absoluto ejercitable en cualquier momento
por el socio, consecuencia de la baja, y que afecta al principio tradicional de libre
entrada y salida (la puerta de abierta pasa a entreabierta y cada vez está más cerrada),
1.4.- No existe al respecto, que se conozca al menos hasta la actualidad, una propuesta
“cerrada y aprobada”, por lo se entiende por los miembros del grupo de trabajo de la
AIDC que concurren suficientes razones de oportunidad, actualidad y novedad que
justifican el análisis y debate del referido tema, de forma que podamos poner en común
con el movimiento cooperativo vasco algunas reflexiones, también no cerradas, en
torno a este asunto de preocupación jurídica y práctica.
2.- METODOLOGÍA.
De ahí deriva la consecuencia, en lo que nos afecta, que solo entre socios o para
adquirir la condición de socio, tiene sentido su transferibilidad.
Esto es, se debe subrayar aquí el aspecto instrumental del capital, que en términos de
Identidad Cooperativa, según lo proclamado por la ACI sobre el principio de la
participación económica de los socios, significa que “las cooperativas funcionan de
forma que el capital es el sirviente y no el dueño de la organización”.
Los posibles derechos que podría incorporar: interés. Retornos y reembolso, son más
bien, expectativas que no puede accionarla el titular derivativo.
En realidad, el que tiene derecho es el socio, art. 23.1. e) y f) de la LVC (no el “título”
ni la “cartilla”), y no siempre; sólo “en su caso”.
El reembolso por su parte, se halla condicionado a la baja del socio como tal (art. 63 de
la LVC) y no siempre (art. 57.1.b) de la LVC, en redacción dada por la segunda
modificación de la LVC).
Se trata más bien, de una forma de acreditar la suscripción del capital social: títulos
nominativos o “libretas o cartillas de participación nominativas”, las cuales reflejarán,
en su caso, las sucesivas aportaciones o actualizaciones y las deducciones practicadas
por pérdidas imputadas al socio.
Situación jurídica favorable respecto del socio ordinario: prelación en el reparto de los
beneficios y en sede de liquidación (art. 4.6).
Y también con determinados límites: tasa de remuneración limitada (no más del 2%
respecto del socio ordinario), limitaciones de cuantía de voto (no más del 1/3 de los
votos sociales cooperadores) y minoría de administradores (art. 4.3).
Si estos son los antecedentes, regulación actual e interpretación legal, dado que el
artículo 62 de la LVC no distingue, ni determina qué tipo de socio debe comprometerse
el adquirente de la aportación susceptible de transmisión, por la naturaleza del capital
en las cooperativas –disociado de los derechos sociales, fundamentalmente el voto- y
porque lo no prohibido expresamente, puede entenderse permitido, si así lo habilita una
interpretación cooperativa y societariamente coherente de la norma, podría el socio
cooperador transmitir su aportación obligatoria a quien se comprometiera a ser socio
colaborador.
En la vigente versión legal vasca, se trata de una obligación (art. 22.f) de la LVC) cuyo
incumplimiento producirá la baja obligatoria del socio (art. 27.1 de la LVC).
Deben precisarse algunas cuestiones prácticas en torno al plazo de los tres meses
previsto por el art. 62.1 de la LVC: modo y contenido de la solicitud a realizar en dicho
período, cómputo del dies a quo, silencio de los administradores en cuanto a la
respuesta, respuesta negativa, etc.
3º.- Suscripción del contrato de colaboración y ejecución del negocio traslativo, con
pago al socio enajenante
3.7.- Precio de la transmisión y retribución de lo transmitido.
En principio, debiera corresponder con el valor real (no especulativo, por ejemplo, el
fijado libremente entre socio y tercero que se compromete a serlo) de las aportaciones,
entendido como aquel equivalente al valor de reembolso de las aportaciones
transmitidas en ese momento; esto es, el valor de reembolso, valor nominal
actualizado, según 61 de la LVC.
Pagar un interés. En tal caso, habría que reconocerles un interés preferente (cobran más
que los socios cooperadores: por ejemplo, un 2% más); dentro del límite legal, art. 60.2
de la LVC.
En todo caso, habría que establecer una proporcionalidad en relación con el esfuerzo
económico (aportaciones) de unos y otros.
Por otra parte, habría que explorar las posibilidades también reales, de una especie de
“autocartera” aplicando las reglas básicas en el caso de sociedades de capital: límites
cuantitativos, temporales y constitución de reservas compensatorias (en el sentido
establecido por el art. 57.5 de la LVC para la financiación subordinada).
Para las aportaciones voluntarias podría utilizarse el mismo sistema, solo que en este
caso no habría un límite cuantitativo que cubra el mantenimiento de la condición de
socio, como en el caso de las aportaciones mínimas obligatorias mencionadas.
5.1.- Los títulos en que se formalice la financiación subordinada del art. 57.5 de la LVC,
-incluidos aquellos cuyo vencimiento no tenga lugar hasta la liquidación de la sociedad-
, con consideración de valores mobiliarios, (a diferencia de las aportaciones obligatorias
y voluntarias, que no lo son) podrán ser libremente transmisibles (una vez observada la
oferta preferente en cuantía no inferior al 50% a los socios y trabajadores asalariados de
la cooperativa, ex art. 57.5, último párrafo de la LVC), de conformidad con el acuerdo y
condiciones de emisión (en serie), sujetas a la normativa reguladora del mercado de
valores. Esto será precisamente, además de la rentabilidad, lo que hará atractiva su
suscripción.
Pero es que esta posibilidad de hacer líquidas las aportaciones obligatorias (parte de
ellas) y en su caso, las voluntarias, previa autorización expresa del órgano de gobierno,
en aplicación de regulación estatutaria que lo prevea, parece pensado para el supuesto
de contratación individualizada de dichos aportes (no para la emisión en serie), porque
inmediatamente después, se prevé una autorización “genérica”, estableciendo las
condiciones de las mismas de conformidad con la regulación que los Estatutos Sociales
anticipen.
Resultará por lo tanto, difícil cohonestar las condiciones genéricas de una emisión en
serie de aportaciones financieras subordinadas, dirigida no exclusivamente a socios,
con estas otras condiciones, pensadas para los socios titulares de aportaciones
obligatorias o voluntarias; por lo que su eficacia práctica será reducida –además de la
problemática específica de su contabilización-.
6.- HIBRIDACIÓN DEL CAPITAL DE LAS SOCIEDADES COOPERATIVAS
Criterio jurídico sustantivo tradicional, que en el ámbito mercantil se califica como “de
propiedad” (el capital social lo constituyen las aportaciones de los socios que les
confieren a sus tenedores la condición de propietarios de la sociedad), y en el
cooperativo, supone la vinculación entre socio, aportante y capital cooperativo, dado
que la propiedad de la sociedad cooperativa no se basa ni determina por las aportaciones
de los socios.
La norma contable más reciente, Orden de aprobación de los aspectos contables de las
sociedades cooperativas (de aplicación para los ejercicios económicos iniciados desde el
01 de enero de 2011), ha pretendido en este sentido, delimitar los respectivos ámbitos
aplicativos de los mencionados criterios, intentando que cada uno se juegue en su
respectivo campo de aplicación y con los efectos jurídicos propios anudados a la norma
de la que traen causa: la sustantiva cooperativa o la contable.
En este sentido, el punto 1.1.1. de la Orden contable conceptúa el “capital social de una
cooperativa” en los términos del art. 57.1 de la LVC (aportaciones obligatorias y
voluntarias efectuadas con ese fin).
Por todo ello, esta financiación subordinada con vencimiento en la liquidación, no deja
de presentar en realidad, todas las características de una deuda subordinada, en su
conceptuación por la Circular 3/2008, de 22 de mayo, del Banco de España, sobre
determinación y control de recursos propios, norma 8ª.1.j: detrás de los acreedores
comunes y sin vencimiento anticipado; pudiendo existir una deuda de duración
indeterminada.
6.3.- Las participaciones especiales reguladas por el art. 64 de la LVC no dejan de ser
una clase de financiación subordinada, con la que comparten idéntica naturaleza
jurídica, y que se singularizan por la condición de sus suscriptores (art. 64.1 de la
LVC), aunque no siempre (art. 64.4 de la LVC), su vencimiento al menos al cabo de
cinco años desde su emisión y su remuneración, solo en función de los resultados de la
cooperativa (art. 64.1 de la LVC); añadiendo el número 2 del art. 64 de la LVC que en
ningún caso dan lugar a derecho a voto ni participación en el órgano de administración.
Por lo tanto y en función del art. 57.5.2º párrafo de la LVC, podrían tener la
consideración, contable, de capital social si su vencimiento se produjera en la
liquidación
No parece que sea la intención del legislador, pero en todo caso se hace preciso
clarificar.
7.- EFICACIA PRÁCTICA Y ALTERNATIVA INÉDITA.
Esta posibilidad que prevé el art. 136 de la LVC, se constriñe respecto de la parte no
cooperativa, a los titulares de partes sociales con derecho a voto.