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The Bulletin of School of High-Technology for Human Welfare Tokai Univ., Vol.

18 (2008) 11-20 11

〔論文〕

身体理解への前段階
──ミシェル・アンリの『身体の哲学と現象学』における存在論的・現象学的識別──

バリエントス・ロドリゲス ジョン・ダビッド
沼津外国語教育センター

Approximation to the Corporality


─ Ontological and Phenomenological Distinctions in Michel Henry’
s
Philosophy and Phenomenology of the Body ─

John David BARRIENTOS RODRÍGUEZ


Foreign Language Education Center, Numazu Campus

(Received Oct. 27, 2008; Accepted Dec. 8, 2008)

Abstract
This paper shows some philosophical distinctions which are preliminaries for the development of phenomenological
ontology. In this sense it shows an approximation to the corporality which permits itself to think its original situation
and its first condition in manifestations of all. I’ll analyze Philosophy and Phenomenology of Body: Essay about
Ontology of Maine de Biran written by French phenomenologist Michel Henry. One of the things he deals with in
this book is to show a critical exercise which investigates the body, the soul, “I” and the world with the intention
of establishing priority of corporality in the area of knowledge. Henry tries to complete Biran’s project to propose
an ontological base according to subjectivity reading critically Biran’s works. Considering this, I would like to point
out that the body, the soul, “I” and the world are, before all, bounded to subjective life as corporality. Through
the philosophical distinctions, considering also Henry’s reading of Descartes, it is evident that the corporality is
ontologically outside of empiricism, sensualism and idealism.

Para este artículo me detengo a estudiar algunos todo? Esta pregunta encontró su interlocución en un
puntos del pensamiento de Michel Henry presentados 1
pensamiento que ha sido ocultado, el de Maine de Biran
en el libro Filosofía y fenomenología del cuerpo. Ensayo “heredero único del cogito de Descartes” 4 y el único en
sobre la ontología de Maine de Biran2 (que en adelante reconocer la pregunta decisiva: “¿Existe una apercep-
citaremos como: FFC). FFC es uno de los primeros ción inmediata interna?” 5. Preciso que en este artículo
escritos de Henry, redactado durante los años 1948-1949 sólo me detendré a proponer descripciones y análisis de
como un capítulo de su tesis L´essence de la manifesta- aproximación en la crítica de Henry a Descartes, y de las
tion , dedicado a estudios sobre el ego y la subjetividad;
3
valoraciones que a partir de ahí hace a Biran.
y excluido de la misma por su extensión. Contando con Michel Henry, en una buena parte de FFC, se ocupa
esto, el valor de FFC radica en que pone bases feno- en poner a la vista la ausencias e imprecisiones ontológi-
menológicas que permitirán el despliegue de las futuras cas que distorsionaron el sentido y el estudio de la cor-
tesis de Henry. Considero que FFC corresponde, en el poralidad. Esas ausencias o imprecisiones también con-
caso de Henry, a esa valiosa experiencia de todo filósofo dujeron al ocultamiento de la subjetividad. Por eso parte
que una vez filosofando se pregunta: ¿Cómo estoy yo del trabajo de Henry será el de establecer distinciones
parado sintiendo, conociendo el mundo y conociéndolo que correspondan más al aparecer de la unidad subjetiva.

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Casi paralelamente, a los vacíos ontológicos, Henry va relación entre el sujeto y el objeto; exponiendo una y
proponiendo el nuevo estatuto de la subjetividad y plan- otra vez el problema del conocimiento en la modernidad.
teando una inmanencia de la corporalidad respecto al yo El asunto para Henry consiste en revisar en quién se
y al aparecer del mundo. da, y cómo se da, el conocimiento del yo y del mundo
Para ese ejercicio, de señalar omisiones o distor- (del sujeto mismo y del mundo de las cosas, de los obje-
siones ontológicas, Henry se referirá una y otra vez a tos), confirmando así sus apuestas ontológicas y fe-
Descartes, en lo que llamaré la vía de distanciamiento nomenológicas. Básicamente Henry considera que no tiene
de Henry en su crítica a Descartes. Es decir, en FFC el sentido plantear el problema del conocimiento a partir
acento, cuando se toma postura respecto a Descartes, de una relación sujeto-objeto que responda a modelos
está puesto en distinguir los errores en la concepción representacioncitas, idealistas, materialistas, o que en
cartesiana del cuerpo, así como en señalar un doble dua- todo caso proponga el aparecer del mundo, por ejemplo,
lismo: el del cuerpo y el alma, y el del ego y el mundo. según aquello que un sujeto pueda conocer, o no, en el
En este doble dualismo Henry intenta desenmarañar las afuera del mundo.
confusiones que han impedido ver, no sólo el lugar y sen- Para explicar este asunto y otros pertinentes, en
tido de la corporalidad y la subjetividad, sino además los FFC, Henry va a Descartes. Afirma las consecuencias
alcances de la filosofía de Maine de Biran. de plantear el conocimiento, según el afuera del mundo
Henr y presenta, valiéndose de Biran, sus aproxi- como extenso. Es decir, respecto al yo, el mundo, las
maciones al cuerpo, al alma, al yo y al mundo. Siempre cosas extensas están aquí, ahí, o allí, están distantes de
tiene como punto de partida y regreso la subjetividad mí, trascienden mi yo y mi conciencia. En la crítica de
absoluta. En FFC Henr y se comprende dentro de un FFC el yo cartesiano es más yo verdadero hacia dentro
perfeccionamiento del proyecto de Biran, quien a su vez del sujeto, haciendo posible un conocimiento del mundo
estuvo empeñado en proponer una base ontológica según extenso según el pensamiento y la conciencia; y tam-
la subjetividad, hasta el punto de plantear para su proyec- bién es menos yo verdadero en su distancia respecto al
to filosófico la necesidad de una ideología subjetiva. Así mundo y a las cosas en su materialidad.
Henry permite hacer, en FFC, una nueva lectura crítica Para llegar a esto Henr y par tirá de un estudio
de los trabajos de Biran. De ahí que en las distinciones sobre la corporalidad en el que sitúa la concepción car-
sobre la corporalidad, a partir de Biran, indique insis- tesiana del cuerpo, verá en Descartes una tendencia a
tentemente que están atadas a la vida subjetiva; de modo poner ontológicamente el cuerpo a la altura de las cosas
que la corporalidad y la subjetividad serán anteriores extensas del mundo, de la materia física, del afuera, del
a todo posible empirismo o sensualismo, y al margen mundo-objeto. Ante lo extenso está el sujeto pensante ya
de cualquier idealismo; reafirmando que no cabría, en establecido proponiéndose el conocimiento. Este sujeto
ningún sentido, un afuera de la vida subjetiva. que puede conocerse, y conocer el mundo, en realidad es
Así entonces, quedamos en el umbral de pensar a un ego con alma y cuerpo. En ese marco Henry afirmará
partir de un Henry animado por Biran lo siguiente: un primer dualismo cartesiano: el dualismo alma-cuerpo.
1. La vía de distanciamiento de Henry en su crítica a Este primer dualismo constatado por Henr y en
Descartes. Descartes, consiste en confirmar que el cuerpo aparece
2. La subjetividad anterior a una hipótesis del yo prácticamente como un añadido al alma. Algo así como
como alma y cuerpo. decir: “es evidente que tengo cuerpo y, en comparación
3. La inmanencia de la corporalidad. con el mundo, es lo más parecido que tengo a lo que
veo, a lo que me pregunto, a lo que pretendo conocer de
ese afuera” . El cuerpo termina por ser una consecuencia
1. La vía de distanciamiento de Henry en su crítica en mi pensamiento del conocimiento extenso que tengo
a Descartes de él. Descartes pondrá, ontológicamente, el cuerpo a la
altura de las cosas extensas, las del mundo; y antepondrá
En la obra posterior de Henry se verá su insistencia las posibilidades del cogito, para explicar y describir lo
en criticar una aproximación al conocimiento según una extenso (incluido el cuerpo).

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En ese sentido Henry señala la evidente preferen- al alma, supeditada al cedazo del cogito; y el otro tipo
cia de Descartes por el yo pensante y con ello del alma, presentan el cuerpo, explícitamente, en el marco com-
a diferencia del cuerpo que aunque haga parte de mi prensivo de lo extenso, en lo que cabe por ejemplo una
condición de sujeto difícilmente podrá ser fuente de representación mecánica de la materia y del cuerpo. En
verdad, de claridad y distinción. La claridad en el cono- ambos tipos de descripciones se ha de comparecer ante
cimiento sólo se hace posible por el cogito, en este caso, el cogito ya sea para aclarar lo oscuro de una sensación,
reflexivo hacia el mundo y las cosas, y del cual la noticia o de una experiencia; o para formalizar, matemáticamente
más inmediata que tengo viene de mi cuerpo. En defini- por ejemplo, una descripción física o corporal.
tiva mi cuerpo, al modo cartesiano, hace parte de ese Vayamos a un par de ejemplos. En el primer tipo
afuera de los cuerpos extensos, de la materia, del mundo podríamos decir “siento miedo” y hacer con ello consi-
que conozco y me represento. deraciones que hacen parte de una afectividad indetermi-
Como podemos ver, y según se anota en FFC, este nada, todavía oscura para mí y representada como algo
dualismo no está explicitado en la relación yo-mundo, o extraño a mí. Ante esta extrañeza, desconocimiento y
sujeto-objeto, sino propiamente en el sujeto, al interior duda en mi experiencia, Descartes propone una búsque-
del sujeto, del yo; en una pretendida unidad de cuerpo da de claridad que sólo puede venir por el cogito. Aquí el
y alma al interior de la vida del sujeto. Enfatizamos esto cogito viene en auxilio de mis experiencias, y de aquello
porque mostrará que en realidad es el cogito, al modo que afectivamente considero que es mi miedo. En el
cartesiano, en sentido fuerte, la condición para el cono- segundo tipo, puedo decir que tengo un corazón y que
cimiento del yo (sujeto) en su inmanencia, hacia dentro en su funcionamiento habitual tiene un número de lati-
de sí. En ningún sentido esa condición la tendrá de modo dos por minuto, y que late más aprisa cuando digo tener
paralelo, o análogo, el cuerpo. Es aquí donde, a mi pare- miedo. En este caso se trata de una descripción fisiológi-
cer, se sitúa el nacimiento de las dos vías críticas (una de ca de una parte de mi cuerpo que tiene más latidos por
corroboración y otra distanciamiento) de Henry a partir minuto y desarrolla las funciones que le corresponden
de Descartes. como sistema físico y material; cuyo comportamiento
En FFC se expone la vía crítica de distanciamiento excepcional no tendrá credibilidad, o conexión alguna, si
de Henry respecto a la filosofía cartesiana. Henry dejará se intenta comprender según la inmediatez de mi experi-
ver una triple distorsión ontológica, en Descartes, de la encia de miedo.
corporalidad respecto a la vida subjetiva. La primera se Aunque el mismo Henr y reconoce el intento de
refiere a que el cuerpo tendrá un carácter prácticamente Descar tes por situar y dar cabida a las experiencias
funcional y de valor agregado en el sujeto, en lo que (Erlebnisse, según las llama Henry) y afecciones en una
tiene que ver con la experiencia propia. La segunda com- tercera naturaleza simple primitiva, la unión del cuerpo y
pete a la situación ontológica del cuerpo respecto al alma, el alma, eso no significará que las tesis cartesianas dejen
donde, para efectos de conocimiento, el cuerpo secunda de tener su centro gravitatorio en el cogito; y menos aún
al alma, o es un medio supeditado al cogito. Una tercera que los esfuerzos por situar el cuerpo en conexión inme-
distorsión ontológica se ve al plantear que el cuerpo es diata con el alma, gracias a la condición de la conciencia
el que nos permite el contacto material con el mundo, del yo, libren al cuerpo de una consideración más que
sin intervenir necesariamente en el conocimiento cierto segunda en la tarea del conocimiento. Para Henry, en
que podemos tener de sí mismos y del mundo; porque Descartes, la comprensión del cuerpo se tratará precisa-
en realidad esta confianza estará depositada, a través del mente de eso, de una comprensión extensiva del cuerpo
alma, en el cogito. Prevalecerá lo que Henry denomina: máquina, a modo de partes y extra partes, en un esfuer-
“el prejuicio cartesiano e intelectualista” según el cual el zo explicativo de las pasiones del alma. Detengámonos
pensamiento no es afectividad. un poco más en este punto.
Así, al interior del sujeto, del yo, a par tir de Henry explicará que Descartes tendrá como base
Descartes, se dan dos tipos de descripciones para situar tres naturalezas simples: la extensión, el pensamiento,
ontológicamente el cuerpo respecto al alma: un tipo y la unión del cuerpo y el alma. La tercera, la unión
de ellas propone una suerte de afectividad más atada del cuerpo y el alma, sale al paso del dualismo carte-

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siano entre el pensamiento y la extensión, abordando la su estatuto fenomenológico y ontológico…el car-


condición del hombre. Descartes reconoce unos hechos tesianismo establece entre ellas una jerarquía que
en el hombre que vendrían a ser las experiencias. De no puede basarse sino en consideraciones de otro
estas Erlebnisse, ahora reconocidas por Descar tes, orden, a saber, de orden axiológico. A pesar de la
Henry dirá: identidad de sus respectivos estatutos fenomenológi-
cos, la concepción matemática se considera superior
En efecto, los hechos que Descartes refiere a la a la pasión8.
tercera naturaleza primitiva no son sino Erlebnisse
de un carácter particular: definen dentro del cogito Es evidente que en el caso car tesiano no cabría
una zona de existencia sui géneris que parece ser el esa solicitud de Henry. Ya Descartes ha introducido la
reino de la afectividad y que netamente se distingue tercera naturaleza y con ella a confirmado sus apuestas:
del pensamiento puro del matemático que se ocupa, la primacía del cogito en cuanto al aparecer primero
por ejemplo, de resolver una ecuación . 6
del fenómeno, en orden al conocimiento; en el mismo
sentido una primacía del cogito, en orden al estatuto
Esto sólo podrá ser pensado, porque el cuerpo ontológico; y como tercera apuesta, la introducción de
termina compareciendo ante el alma. Una vez que el una permixtio, mezcla, de la extensión y el pensamiento
cuerpo ya ha entrado al ámbito del pensamiento puro, en el hombre, que tendrán su correlato de unidad a
el alma, como expresión más inmediata del cogito en través de la pretendida unión entre cuerpo y alma.
el hombre, se encuentra dando razón de determinadas Esa tercera apuesta, la permixtio, expuesta insistente-
experiencias y afecciones. Estas Erlebnisse se estudiarán mente por Henr y, será particularmente problemática,
comprendidas bajo el lente del pensamiento puro y con porque ya de antemano rompe con la unidad subjetiva y
una versión reducida de la corporalidad, entendida desde ontológica que ofrece la corporalidad. Esto se debe a que
la extensión del mundo. Henry señalará que Descartes las experiencias no aparecerán según el hecho, y el fenó-
ve prácticamente las afecciones como algo traído por meno, en la inmediatez del cogito; sino que ellas tendrán
una suerte de invasión del cuerpo en el ámbito del pensa- una determinación segunda en el suelo del pensamiento
miento puro. En palabras de Henry, Descartes afirmará puro, a consecuencia de la ingerencia del cuerpo en el
estas Erlebnisse como “una confusión resultante de la pensamiento. De ese modo las afecciones, por ejemplo,
intervención del cuerpo en el dominio del pensamiento llegan a ser determinaciones específicas del cogito, pero
puro, intervención que consiste en una acción del cuerpo no en cuanto a las posibilidades que da el cogito para
sobre el alma, y que presupone a su vez la unión como estudiarlas, sino ante todo como afecciones supedita-
condición de toda posibilidad” .
7
das al cogito; en ese sentido cualquier consideración
Efectivamente habrá distinciones al interior del ontológica de las afecciones tendrá que pasar por afirmar
yo donde a través del cuerpo, Descartes, dará pie para la intromisión de lo extenso, en este caso mi cuerpo, en
pensar que hay una unidad entre el cuerpo y el alma, el pensamiento puro. De ahí que Henry haya afirmado
en concreto cuando reconoce y se propone estudiar que nuestras Erlebnisse, en Descartes, son consideracio-
algunas afecciones específicas. Supuestamente ellas nos nes de orden axiológico.
permitirían hablar de algunas sensaciones de la vida afec- Henry no objetará en Descartes las descripciones
tiva, por ejemplo, en relación con la corporalidad. Aún específicas que se puedan hacer de las afecciones, a
así Henry precisa que esas descripciones fueron presen- partir del cuerpo y de las experiencias propias; más bien
tadas por Descartes, según un orden axiológico, pero en la crítica de Henry consiste en mostrar que el estatus
ningún sentido son o pueden ser la explicación de par- ontológico del cuerpo se presenta prácticamente como
tida para proponer el estatuto ontológico del cuerpo en un añadido, tanto en la intromisión del cuerpo en el
la vida del yo, en la vida subjetiva. En este punto Henry pensamiento puro, como en lo que atañe a la pretendida
dirá que: unión del cuerpo con el alma. En realidad, el cuestio-
namiento fundamental que hace Henry a Descartes, nace
Si bien todas nuestras Erlebnisse son iguales en de ver que no hay una base fenomenológica para esta-

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blecer una ontología que presente al hombre como unión cartesianos, “la teoría del cuerpo subjetivo, tomada en su
de cuerpo y alma. Así en Descartes, la afectividad, por conjunto” 10.
ejemplo, es una consecuencia de la intromisión del cuer-
po en el pensamiento puro; por eso la afección es inferior
al pensamiento y “no puede pertenecer a la esencia del 2. La subjetividad anterior a una hipótesis del yo
pensamiento” .
9
como alma y cuerpo
Es decir, claramente para Henr y, el hombre no
es, en su manifestación corporal, una consecuencia de La alternativa que está detrás de esta vía crítica que
la unión del cuerpo y el alma; tal unidad no es un dato venimos señalando será indicada desde el principio de
inmanente dado por la propia corporalidad, por la sub- FFC, consiste en plantear cuál es la situación del alma en
jetividad. Henr y quiere llevar hasta las últimas conse- la subjetividad a partir de los estudios sobre el ego y el
cuencias, este dualismo de cuerpo y alma; un dualismo cogito según Biran. En la presentación de Henry sobre
que, de cabo a rabo, dejará ver el dualismo anterior entre este asunto está incluida la vía crítica de distanciamiento
pensamiento y extensión. Es en ese sentido que men- que acabamos de exponer y también se anuncia una de
cionábamos el doble dualismo que evidencia Henry en las apuestas más fuertes de Henry, una nueva lectura
Descartes. También este será un punto que le permite del cogito cartesiano explícitamente tomado del proyecto
a Henry situar, aún más, el cuerpo subjetivo de Biran, biraniano.
para proponer una unidad ontológica que tenga asidero En las primeras líneas de nuestro trabajo decía que
en la inmanencia de una corporalidad radicalmente sub- hay dos vías críticas de Henry respecto a Descartes: una
jetiva que esté a su vez en inmediata unidad con la vida de corroboración y otra de distanciamiento. En la de dis-
absoluta. En este último aspecto de la inmanencia de la tanciamiento, como hemos visto, Henry se mete a hacer
corporalidad me detendré más adelante. distinciones que despejen el camino para que luego
Quiero señalar que el método seguido por Henry aparezca mejor la transparencia del fenómeno original y
para abordar la unidad subjetiva, en esta crítica a primero en el conocimiento, el aparecer, el ver. En ese
Descartes, no consiste en tratar de llevárselo a su terre- contexto Henry arremete contra todo lo que pueda hacer
no para evidenciar los vacíos cartesianos. La pretensión naufragar la unidad de la vida subjetiva y que en el caso
de Henry en FFC es llevar al límite las posibilidades de de FFC tiene tres puntos: el asunto de alma según la ter-
una ontología cartesiana a partir de la tercera naturaleza cera naturaleza cartesiana; la extensión cartesiana, como
simple, y de la comprensión que en ella se tiene del anticipo, a medio camino, de las siguientes negaciones
cuerpo. En esta vía crítica de distanciamiento respecto de la subjetivad en clave de exterioridad; y el tema de la
a Descartes, Henr y se propuso mostrar varias contra- alienación ontológica tomado directamente de Biran y
dicciones en el contenido y en el método de los dobles que le facilitará las distinciones ontológicas.
dualismos, los cuales al parecer tendían a una búsqueda En cuanto a esa vía crítica de corroboración respec-
de cierta unidad ontológica. El énfasis de Henry estará to a Descartes, en FFC, Henry se detendrá en el ego y
en esa tercera naturaleza, porque es en ella en la que se en el cogito cartesiano, asimismo en las lecturas que de
aborda una pretendida unidad del hombre, tomando en estos hace Biran para situar ontológicamente la subjetivi-
consideración el cuerpo. dad. Esto se debe a que si bien la pretensión de FFC es
Ese es el vacío fundamental que encontrará Henry detenerse en la corporalidad esta no se puede compren-
en Descartes, es decir, la ausencia de unidad de la subje- der sin la subjetividad “dado que este cuerpo, en su natu-
tividad, de la corporalidad. Incluso la unidad de cuerpo y raleza originaria, pertenece a una esfera de existencia
alma en Descartes es planteada como algo prácticamente que es el de la subjetividad misma” 11. A la vista de Henry
ar tificial, tanto al interior de su pensamiento, como está la pretensión de una filosofía primera que hable de
en la manifestación de las pasiones en la subjetividad. un “ser real y encarnado” 12. A continuación pensemos
Considero que será este mismo vacío de unidad subje- un poco de qué se trata esta vía, contando en este caso,
tiva, el que le permitirá proponer a Henry, como alter- además de Descartes, con las explicaciones que Henry
nativa al dualismo ontológico, derivado de los dualismos hace de Biran.

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Esta vía crítica de corroboración pasa por la expe- el fundamento del ego en algo trascendente a este, el
riencia inmediata y primera del cogito, en la que afirmo mi trascendente por nombrar dependerá del carácter del
existencia: “pienso”, “yo pienso”. Este cogito, dirá Biran, filósofo, ya que el trascendente “x” hará parte de la alie-
es un poder, pues más que de un “yo pienso” se trata de nación ontológica, y no de una fenomenología que abre
un “yo puedo”. Esto se verá más claramente cuando las a una ontología de la subjetividad, o a una ideología de
posibilidades de este cogito originario le sean concedi- la subjetividad, ya anticipada por Biran; y que es conce-
das a la subjetividad, al cuerpo subjetivo. La afirmación- bida, en toda regla, como un conocimiento individual. De
experiencia de este “poder”, está situada al interior de ese modo el monismo ontológico, por ejemplo, sería una
mi subjetividad, como también lo están las posibilidades expresión más de la formulación de un trascendente “x”
explicativas que contiene, en una posible ontología de la que está más dotado de la significación que el filósofo
subjetividad. Es en ese sentido que Henry afirma que, le dé a una sustancia primera, por ejemplo, que de una
para Biran, la vida de la conciencia sólo puede dársenos ontología con contenido. La ontología será tal en su con-
“en una experiencia interna trascendental” 13. Digamos tenido sólo si parte de la inmanencia de un ego sin dis-
que es de ese tronco, de la experiencia interna trascen- tancia de sí. Aquí no se trata de un ego constituido por
dental, y del despliegue explicativo de dicha experiencia, algo previo a él, por ejemplo, sino de un ego transparente
inmediata e inmanente, del que deviene la diferencia a sí en su aparecer, en su experiencia propia. Para Biran,
ontológica; así como lo que abordaremos a continuación dice Henry, el ser del ego, tiene una identificación con
sobre el alma. el ser del conocimiento ontológico, sólo si esta identifi-
El alma, decíamos antes, tiene un carácter pro- cación es “formulada dentro de una problemática de la
blemático y prácticamente artificial respecto al yo, al ego, subjetividad” 15.
cuando está comprendida en una dialéctica con el cuerpo Lo anterior quiere decir que cualquier desarrollo
extenso; debido a ese reclamo explicativo que surge al ontológico que prescinda de la mencionada inmanencia
afirmar la intromisión del cuerpo en el pensamiento. del ego, en tanto experiencia propia e individual, termina
Para Biran en su corrección car tesiana el alma será por ser una ontología vacía, requiriendo algún trascen-
reconocida como el ser del ego, es decir, el alma estará dente “x”. Hasta aquí, podría pensarse que la crítica fun-
al interior de la subjetividad, en ningún sentido será algo damental de Biran haría parte de una crítica más al sus-
trascendente al ego, ni en su situación ontológica, ni en tancialismo que, según dice Henry, muchos han visto en
su posible tematización. Detengámonos un poco en esto. Descartes. Sin embargo la crítica fundamental de Biran
Al explicar el ego, Henry enfatiza que en Biran “el al cartesianismo, dirá Henry, “se inicia en el momento
término absoluto no se aplica a la esfera de inmanencia que interviene el alma . . . para designar el ser del yo iden-
que nosotros denominamos absoluta, sino que designa tificado con el pensamiento” 16. Para Henr y, Descartes
lo que ya no pertenece a esta esfera, lo que está fuera de no será objetado por Biran en la identificación del yo
ella y ocupa su lugar en el ser trascendente” . En lo que
14
con el pensamiento. En realidad la vía de corroboración
atañe al alma, eso querrá decir que el ser del ego, en el a Descartes, por parte de Henry y de Biran, está pre-
caso cartesiano, es un término trascendente, es decir sente en la experiencia de esta identificación del yo con
fuera del ego. Aunque se establezca luego la relación el pensamiento por el cogito. Es una afirmación del ser
del alma con el pensamiento, esta apunta más a una del yo, de mi subjetividad según mi experiencia interna
correspondencia según la permixtio, mezcla, según la trascendental, inmanente; sin atisbo de trascendente “x”
cual el alma tiende al pensamiento y el cuerpo a la exten- alguno.
sión; ambas situaciones son trascendentes a la experien- El punto de distanciamiento de Biran respecto a
cia del yo, o del cogito originario. Prácticamente el alma Descartes, también suscrito por Henry, consiste en ese
encuentra su explicación primera, en Descartes, como paso en falso, que da Descartes desde la subjetividad a
determinación de un absoluto, no inmanente al ego, en la consideración de un alma que es parte de la tercera
un trascendente “x”, Dios; al que estarán también referi- naturaleza y sitúa al ego distante de sí, contraviniendo
das las tres naturalezas cartesianas. esa identificación del yo con el pensamiento, lograda en
Asimismo Henry explica que una vez que se busca la inmanencia subjetiva de la experiencia interna trascen-

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dental. Ahora el alma es un trascendente “x” respecto al desde el empirismo, sino del hombre que soy yo, de
ego, el alma no podrá ser explicada en Descartes a partir mi cuerpo. Enfatizará que el ego estudiado en la subje-
de una posible ontología del ego, como ser del ego, por tividad, no puede ser algo exclusivo de las ideas en su
ejemplo; pues se ha situado fuera de la experiencia inter- formulación, sino que estas deben atender a la realidad
na trascendental, está fuera del ego originario, de la sub- encarnada y existencial del hombre.
jetividad. Recordemos que el alma se encuentra en esta No hacer esto, trae consigo no abordar al hombre
situación, en el caso cartesiano, desde la formulación de en su totalidad; sería una comprensión exclusiva del
la tercera naturaleza, al tener como propia la tarea del pensamiento y excluyente del cuerpo en su aparecer
pensamiento, en su esfuerzo por explicar las Erlebnisse. originario; es poner al ego a pensar el cuerpo, pero sin
Las experiencias y afecciones fueron consideradas, cuerpo. Por otro lado, al abordar a este hombre que soy,
como vimos, desde la óptica de la extensión a partir de corporalidad, según mi existencia y mi sentir, permite
la intromisión del cuerpo en el ámbito del pensamiento presentar al hombre, en su manifestación primera, como
puro. Aquí el ego termina alejado de sus posibilidades subjetividad, como mi subjetividad corporal. Esto impli-
ontológicas propias, y aparentemente dotado de ser por cará que este cuerpo mío deba afirmarse en el plano
dos trascendentes “x”: la sustancia y el alma. Así dirá ontológico, expresándose en ello su aparecer primero
Henry de este ego: como subjetividad, porque “este cuerpo, en su naturale-
za originaria, pertenece a una esfera de la existencia que
. . . ya no es, según Biran, aquel que el cartesianismo, es la subjetividad misma” 18.
en su profundidad infinita, había reconocido primiti- Henry muestra como el cuerpo, tradicionalmente,
vamente: un ser determinado fenomenológicamente ha sido situado filosóficamente como extensión u objeto,
según un aparecer, cuya originariedad absoluta pero en ningún sentido en su condición originaria según
exigía que una ontología fenomenológica cir- el aparecer de la vida subjetiva. Centra su crítica en un
cunscribiese un ser dotado de originariedad absoluta, a cuerpo que no es subjetivo, es un cuerpo como el que
saber, el ser del ego17. se presenta objetivado por la biología, o como el cuerpo
cartesiano, expuesto hace algunas líneas. Como se verá,
Es entonces, la objeción a favor del aparecer origi- en esta problemática del cuerpo, es comprensible que se
nario y de la inmanencia radical del ego, lo que se pre- asocie el conocimiento de mi cuerpo, con el afuera de mí.
senta aquí en el horizonte de la búsqueda filosófica. El Parece que mi cuerpo es la parte de mí que está situada
ego en su manifestación primera de sí no requiere de más afuera de mí, situado espacialmente con el mundo,
trascendente alguno en su originariedad. Las condicio- y con las cosas, con lo trascendente. Incluso, cuando lo
nes están dadas para continuar su indagación radical del pienso como algo inmanente, es como si fuese necesario
aparecer primero: el alma, trascendente al yo, no es ni que lo trajera a mis pensamientos y sentimientos inte-
ego, ni alma; el cuerpo, extenso respecto al ego e instru- riores para poder conocerlo, como si fuese casi ajeno a
mentalizado por el alma para ser comprendido, no es mi mí.
cuerpo, y es ajeno al ego. Hablo de mi cuerpo como aquello que me pone en
contacto con el afuera, con lo que está fuera de mí. Al
nombrar mi cuerpo digo de él según una dinámica del
3. La inmanencia de la corporalidad conocimiento que tiene su certeza en el objeto puesto,
objetivado. De ahí que pueda llegar a comprender el
Una de las razones que aduce Henry para explicar el cuerpo desde esa perspectiva que deposita su con-
motivo de estos estudios sobre la corporalidad, parte de fianza, para este asunto, en la objetividad descriptiva de
su interés por conocer la realidad del hombre, en quien mi cuerpo, como si en ella estuviese lo originario de mi
el cuerpo está implicado directamente en el conocimien- corporalidad. Esta confianza se establece porque he podi-
to, según su situación real, encarnada y de sentido. Para do poner al cuerpo como otro objeto de estudio, según
Henr y no se tratará del hombre del idealismo, según el ámbito de las ciencias de la biología, por ejemplo. El
dice, o de aquel que hace parte de un análisis específico, cuerpo está aquí situado en el afuera de mi conciencia

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como algo pensado por ella, o reconocido por ella en bir un par de páginas más.
un segundo movimiento, que no incluye la apercepción Todas las afirmaciones que he hecho en torno, o
inmediata, del ego en su inmanencia. El cuerpo está a partir del hambre que siento, se fundan en mi sentir
excluido en su origen de la vida del ego, termina por ser hambre, y primariamente en mi experiencia interna sub-
un añadido, del ego, por comprender o un instrumento jetiva de mi hambre. Estas afirmaciones, sobre el hambre
para comprendernos en nuestra relación con el mundo. que siento, están anticipadas respecto a las afirmaciones
Mi conciencia conoce del mismo modo y con las mismas mismas, y a su expresión lingüística, por el aparecer de
facultades el cuerpo propio, o de otros, y el mundo. Mi ellas en mi subjetividad, como afirmaciones, juicios y
ego incluso en su inmanencia más radical, como dijimos, alternativas, entorno al hambre.
en un segundo acto de presentación al entendimiento y Un segundo ejemplo. Si digo: “tengo sueño”, estaría
a la conciencia, reconoce al cuerpo como algo que estará mintiendo, porque ahora no tengo sueño, no siento
en condiciones de ser objetivado por mí. sueño. Aunque sí es cierto que sé perfectamente a qué
Esto que describimos es la omisión que entraña me refiero cuando digo tener sueño. En este ejemplo
un estudio del ego y la subjetividad cuando no termina estoy seguro de dos cosas, en orden al conocimiento y a
de considerar, en el primer plano del conocimiento, al la manifestación del fenómeno del sueño: estoy seguro
cuerpo. Es claro que en el uso del lenguaje, escrito u oral de recordar, de saber, por mi memoria subjetiva corporal,
especialmente, por ejemplo, establecemos una distancia qué quiero decir cuando digo que siento sueño; y eso
respecto a la propia experiencia interna transcendental. me permite afirmarlo cuando lo tengo, e incluso mentir,
Esta “distancia” es establecida por mi propio pensamien- respecto a tener sueño, o no, a sabiendas de que no es
to que está en condiciones de explicar articuladamente, cierto que tenga sueño; aún así sí sé a qué me refiero en
lógicamente, mi propia experiencia trascendental. Por mí al hablar sobre mi tener sueño. La segunda cosa de la
esto resulta razonable el desplazamiento del cuerpo en que estoy seguro es de la experiencia que se está dando
el orden ontológico. A continuación mencionaré un par en mí en este momento, intentando poner este ejemplo;
de ejemplos, para señalar, más concretamente, lo que se incluso me pregunto ahora si alguna vez he mentido
cuece tras esta omisión; y para ver un poco la necesidad diciendo que tenía sueño aún cuando no lo tuviese.
del carácter fundador e inmediato del cuerpo en el ámbi- En el primer caso, del segundo ejemplo, en cuanto
to del conocimiento. a la certeza propia de saber en carne propia qué es el
Yo ahora siento hambre, ya en mi afirmación “siento sueño, Henry tomará las explicaciones sobre el cuerpo
hambre”, parece que contengo la inmediatez de mi expe- que hace Biran respecto a la memoria y el hábito. En el
riencia de hambre, en un día de verano en Tokio, aquí, segundo caso del mismo ejemplo, se trata de mí mismo
en una biblioteca de la ciudad de Chofu, al lado de esta inmerso de lleno poniendo un ejemplo, emitiendo juicios
ventana. Sin embargo la primacía de la experiencia no a la inmediatez de dicho aparecer. En el primer caso para
se la debo a la posibilidad que tengo ahora de decir de Biran, leído por Henry, mis afirmaciones son juicios in-
ella, a través del lenguaje, en este caso escrito. Esta expe- tuitivos, cuya expresión, según Henry, “señala muy opor-
riencia mía de hambre se debe a sí misma. Aún así, hay tunamente que el juicio reposa sobre algo anterior a él y
que prestar atención a que la experiencia del hambre más primitivo” 19. En el segundo caso, aquello primitivo
no es algo ajeno a mí, sino que precisamente es todo lo sobre lo cual reposan mis afirmaciones, juicios intuitivos,
contrario. Este hambre que siento no se debe al juicio: es, según Biran: “la intuición inmediata”, o la “apercep-
“siento hambre”, más bien dicho juicio se debe a mi ción inmediata”; para Henry, es “la experiencia interna
sentir hambre ahora, contando con que está a punto de trascendental”; y según mi ejemplo, se trata del aparecer
caer una tormenta de verano; ahora caigo en la cuenta de de mi experiencia interna e inmediata poniendo un ejem-
haber olvidado ayer mi paraguas en un restaurante y de plo sobre la corporalidad en la inmanencia del ego.
no haber traído otro, mis alternativas ahora son: seguir Así, retomando lo que decíamos antes de los dos
escribiendo; ir a comer antes de la tormenta; ir a comer ejemplos, mi cuerpo en ningún sentido me es extraño,
cuando me plazca, confiando que no habrá tal tormenta; o es algo fuera de mí, respecto al aparecer primero e
o mojarme si cae la tormenta, una vez termine de escri- inmediato de mi subjetividad. La confusión viene cuando

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バリエントス・ロドリゲス ジョン・ダビッド/身体理解への前段階 19

yo propongo el juicio, la afirmación, como aquello que solicitud del pensamiento, del ego.
hace posible el hambre que siento. Así, la verdad sobre La situación de extensión prácticamente al nivel de
mi hambre, tal cual la siento, a veces intenta establecerse la exterioridad del mundo, hace del cuerpo un compo-
por el juicio emitido sobre ella, o incluso sin contar con nente de compuestos, parte de la maquinaria del mundo.
mi experiencia de hambre y según mi “estar sintiendo Como tercer motivo está la insuficiencia de un cuerpo
hambre”. que pretende unirse a un alma que es un trascendente
Asimismo se antepone el juicio, la afirmación, a la “x”; el alma no aparece originariamente en la vida del
inmediatez del aparecer de mi experiencia, en lo que ego, en la inmediatez de la experiencia interna trascen-
toca al conocimiento, a las consideraciones ontológicas y dental y originaria, en la apercepción inmediata. Cabe
lógicas. En primer lugar se margina el aparecer primero anotar que esta apercepción es el punto de par tida
de todo, según mi experiencia interna trascendental. Ya común para Descartes, Biran y Henry (lo que he llamado
de golpe, se ha prescindido del carácter real del hombre la vía crítica de corroboración en Descartes, a partir de
encarnado; de ese ego que soy: yo sintiendo, comiendo, Henry) en sus respectivos proyectos filosóficos.
hambriento, soñoliento, cansado, riendo, bailando, Es claro que la puesta en escena fenomenológica
enfadado. En definitiva al anteponer el mero juicio, a la que corresponde con la condición ontológica ego, tiene
al aparecer del fenómeno, y de la experiencia interna su fortín en el aparecer primero del ego, en la expe-
trascendental, este no sólo no contiene una presentación riencia primera de saberme siendo como agente y dador
de la realidad del hombre, por ejemplo, sino que además, de esa certeza, apercibiéndome de que soy. Este “darse
en su formulación, es ajeno a la vida subjetiva, a mi cor- cuenta de sí” no es propiamente un haber sido notificado
poralidad, es un juicio vacío respecto al aparecer primero de algo por alguien, sino que se trata de mi condición
y a la manifestación de los fenómenos. El fracaso está de agente y testigo protagonista de mi propio aparecer.
anunciado, pues el juicio es incapaz de fundar origina- En ese sentido se explica la apercepción inmediata del
riamente, por sí mismo, algo que no puede contener en “yo pienso” cartesiano, es la identificación del yo, con
modo alguno en su formulación: el aparecer primero de mi estar viviendo mi yo como pensamiento. Las críticas
los fenómenos. anteriores, de Biran y Henry, al cartesianismo vinieron
El vacío señalado respecto al conocimiento del precisamente de las distancias que se fueron establecien-
cuerpo, muestra cómo se prescinde de la corporalidad do en el conocimiento del ego respecto a sí y al mundo,
en su condición originaria en la vida del ego; también a partir del propio ego; de esto se trataban los dobles
indica cómo se intenta hablar del cuerpo propio, como dualismos señalados: al interior del ego, y entre el ego y
algo supeditado a presentaciones segundas que hace el el mundo.
mismo ego sobre el cuerpo; en tercer lugar se considera Las objeciones a Descartes vendrán porque acusó la
confiable, en el conocimiento de mi cuerpo, afirmar que ausencia de una radicalización de dicha experiencia pri-
tengo cuerpo porque puedo proponerlo en juicios que mera del yo, en lo que se refieren al yo como poder en
anticipan, tanto su aparecer trascendente, como su apa- el caso de Biran, y en el sentido de la autoafección en el
recer originario. caso de Henry. Ambos anunciaron en el “yo puedo” y en
El modo como Henr y sitúa ontológicamente el “la autoafección”, respectivamente, el carácter originario
cuerpo, a partir de Biran, tiene como presupuesto las de la corporalidad en la experiencia privilegiada del apa-
dos vías de críticas cartesianas que estudiamos antes. recer del ego, ya sea por mi apercepción inmediata, o por
Henry encontrará muchas razones desde Biran para pro- mi experiencia interna trascendental, a decir de Henry.
poner el carácter originario del cuerpo, y para identificar Finalmente, aunque en estas líneas no haya abor-
el cuerpo con el ego; esto se verá cuando se detiene a dado el alcance de estas consideraciones presentadas, es
exponer puntos que permiten, desde Biran, proponer claro que permiten anunciar, como aproximación prelimi-
una ontología de la subjetividad. Para Henry, volviendo a nar a la corporalidad que es, una parte de distinciones
Descartes, el cuerpo no es realmente conocido, por dos necesarias para presentar una fenomenología con nuevas
motivos que hemos visto: el cuerpo es concebido como lecturas que puedan llevar al límite las tesis fundamen-
un instrumento para aclarar en el alma y es tan sólo una tales de Michel Henry, una vez se pase por el estudio

紀要開発工学部/第18号(2008)
John David BARRIENTOS RODRÍGUEZ
20 Approximation to the Corporality

detallado de la pasividad originaria y de la autoafección, española del texto de Platón. Salamanca: Sígueme, 2005.
en concreto según los requerimientos que pueden venir —. “Introducción a la teoría de la verdad de Michel Henry”.
de filosofías de la alteridad o de indagaciones a partir del Diálogo Filosófico 38 (1997): 189-202.
Henry, Michel. Filosofía y fenomenología del cuerpo: ensayo
estudio del bien en el ámbito fenomenológico.
sobre la ontología de Maine de Biran. Trad. Juan Gallo.
Salamanca: Sígueme, 2007.
Notes
—. L´Essence de la manifestation, 2a édition, Paris: Presses
1 . Michel Henr y fue un filósofo francés nacido el 10 de
Universitaires de France, 1990.
enero de 1922 en Saigón (Vietnam), entonces colonia fran-
—. Généalogie de la psychanalyse. Le Commencement perdu.
cesa, y falleció el 3 de julio de 2002. Dedicó su vida a la
Paris: Presses Universitaires de France, 1985.
enseñanza y a la investigación filosófica, combinada con la
—. Incarnation. Une philosophie de la chair. Paris: Seuil, 2000.
creación literaria. Su ejercicio filosófico se ha caracterizado
Husserl, Edmund. Lecciones de fenomenología de la conciencia
como una fenomenología radical [sobre su biografía se
interna del tiempo. Trad. A. Serrano de Haro. Madrid:
puede revisar: Michel Henry, Auto-donation. Entretiens et
Trotta, 2002.
conférences (Paris: Prétentaine, 2002). También hay alguna
—. Meditaciones cartesianas. Introducción a la fenomenología.
información biográfica en: http://michelhenry.com/biogra-
Trads. José Gaos y Miguel García-Baró. Madrid: Fondo
phie.htm].
de Cultura, 1985.
2 . Michel Henr y, Filosofía y fenomenología del cuerpo:
—. Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía
ensayo sobre la ontología de Maine de Biran, trad. Juan
fenomenológica. Trad. José Gaos. Madrid: Fondo de
Gallo (Salamanca: Sígueme, 2007). (Philosophie et phénomé-
Cultura, 1949.
nologie du corps. Essai sur l´ontologie biranienne. Paris:
—. La idea de la fenomenología: cinco lecciones. Trad. Miguel
Presses Universitaires de France, 1965.)
García-Baró. Madrid: Fondo de Cultura Económica, 1982.
3 . Michel Henry, L´Essence de la manifestation, 2ª édition
Maine de Biran, Marie-François-Pierre. Oeuvres de Maine de
(Paris: Presses Universitaires de France, 1990).
Biran. Volúmenes III, IV, VIII y IX. Paris: Pier re
4 . FFC, 21.
Tisserand, 1932.
5 . Idem.
6 . FFC, 199.
7 . Idem.
8 . FFC, 203.
9 . FFC, 201.
10. FFC, 216.
11. FFC, 31.
12. Idem.
13. FFC, 41.
14. FFC, 77.
15. FFC, 74.
16. FFC, 75.
17. FFC, 76.
18. FFC, 31.
19. FFC, 47.

Bibliografía
Descartes, René. Les Passions de l´âme. Paris: Le Livre de
Poche, 1990.
García-Baró, Miguel. Edmund Husserl (1859-1938). Madrid:
Ediciones del Orto, 1997.
—. Del dolor, la verdad y el bien. Salamanca: Sígueme, 2006.
—. Ensayos sobre lo absoluto. Madrid: Caparrós, 1993.
—. Introducción a la teoría de la verdad. Madrid: Síntesis,
1999.
—. La defensa de Sócrates. Comentario filosófico y traducción

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