Vous êtes sur la page 1sur 7

Dimensión pedagógica-didáctica

Mtra. Elsa López

PRESENTACIÓN

Es un momento, en el cual la incertidumbre, el desconcierto,


están removiendo estructuras tradicionales, que definían escenarios pedagógicos
estables. Esta estabilidad, si bien en su momento, brindó a los agentes educativos
“certezas”, “comodidades” estaban y están aún insertos en “los paradigmas de la
simplicidad y de la seguridad"

El gran desafío hoy, es considerar las salidas de esas estructuras tradicionales


para identificar la complejidad del hecho educativo. Complejidad entendida parafraseando
con E.Morín como un caminar en espiral, que debería permitir un caminar de pensamiento
y de acción, que pueda remembrar lo que estaba mutilado, articular lo que estaba
disyunto, pensar lo que estaba oculto. Es esta una de las posibles líneas de cómo abordar
la educación sexual tema a tratar en forma sistemática por la educación formal.

Las y los docentes comparten con el resto de la sociedad los mismos estereotipos
de género y creencias respecto a la sexualidad, por este motivo, abordar la dimensión
pedagógica –didáctica en educación sexual empieza por una revisión de las propias ideas
y actitudes sexuales, así como la revisión de las prácticas educativas reproductoras de
inequidades y estereotipos de género.

Conceptos claves: educación- educación sexual, modelos pedagógicos, rol de la


escuela, metodología didáctica y cualidades docentes.

En la educación en general y en la educación sexual en particular, variados


paradigmas aportan luz en su propuesta teórica a las prácticas áulicas, donde es
importante que exista una correspondencia dialógica entre ellas. Este diálogo entendido
como una retroalimentación continua produce una sensación de incompletud, que
mantiene activa una postura crítico-reflexiva en todos los agentes educativos.

Noción de educación

Con claridad Phillipe Meirieu (2001) sostiene “educar es, precisamente, promover
lo humano y construir la humanidad…ello en los dos sentidos del término, de manera
indisociable: la humanidad en cada uno de nosotros como acceso a lo que el hombre ha
elaborado de más humano, y la humanidad entre todos nosotros como comunidad es la
que comparte un conjunto de lo que nos hace más humanos. Por esta razón, el decidir –o
simplemente aceptar- privar de forma deliberada, aunque fuera a un solo individuo, de la
posibilidad de acceder a las formas más elevadas del lenguaje técnico y artístico, a la
emoción poética, a la comprensión de los modelos científicos, a los retos de nuestra
historia y a los grandes sistemas filosóficos, es excluirlo de la humanidad, y excluirse a
uno mismo de ese círculo. Es, en realidad, romper el propio círculo y poner en peligro la
promoción de lo humano”

Esta visión humanista de la educación fue silenciada en la década de los 90,


influenciada por las propuestas de la CEPAL, en la que se aprecia la necesidad de
transformaciones productivas en las sociedades latinoamericanas, condujo a considerar a

1
la educación como el apuntalamiento del cambio bajo el lema “educación y conocimiento
eje de la transformación productiva con equidad”. En este marco se concibieron discursos
pedagógicos tecnocráticos en los que se invisibilizan la noción de igualdad. Como sostiene
Pablo Martinis “…. de hecho se estableció una equivalencia discursiva entre igualdad y
equidad, la cual penetró profundamente en el sentido común del debate sobre la
educación” En el ámbito pedagógico la igualdad1 es el punto de partida de la noción
educativa, es una convicción en la que se admite al otro un igual y no como resultado de la
acción educativa, sino por su condición de posibilidad. Es también nombrar lo educativo
desde su particularidad: procesos a través de los cuales se distribuyen conocimientos
socialmente valiosos. Se trata de ubicar la posibilidad de la educación como vía hacia la
humanización.

Al pensar la educación como la promoción de lo humano, es imprescindible


revelar la importancia de lo afectivo en todos los aspectos de la vida de las personas.

Interesa descubrir la influencia de los sentimientos en el aprendizaje y la


convivencia escolar. Se desea abrir la reflexión sobre la necesidad de ocuparse
educativamente del mundo emocional para alcanzar el pleno desarrollo de los/las niños/as
como personas y como ciudadanos/as, cuya dimensión afectiva muchas veces se relega.

No se debería olvidar que el núcleo emocional es el verdadero motor de los


cambios y del compromiso educativo, que es intelectual, pero también sentimental y ético.
Los receptores de la reflexión son los alumnos y las alumnas pero, también y quizá sobre
todo, los agentes de la educación. Cuando se habla de la educación que incluya la
afectividad se esperan planteamientos y estrategias para la acción educativa. Las mismas
deben comprender el establecimiento de un clima de confianza, respeto y de promoción de
vínculos saludables.

Es afortunadamente hoy una realidad, que las instituciones y especialmente el


Estado hayan asumido este compromiso, ya que el derecho a la educación y a la
educación de la sexualidad, es un derecho inalienable del ser humano, así como también
los son el derecho a la vida, al trabajo, a la libertad, a la justicia social y a la salud. Y así
entendido, se ha puesto en marcha el sistema educativo formal integrando la educación
sexual en el currículo explícito a través del Programa de Educación Primaria. Se necesita
la integración de toda la sociedad a través de sus instituciones para cumplir con estos
cometidos, pero la mayor responsabilidad deberíamos asumirla todos aquellos que somos
agentes de la educación.

Concepto de educación sexual

Para entender mejor de lo que se habla es necesario retomar el concepto de


educación de la sexualidad del cual se parte. Se pretende apuntar a una concepción
integral de la educación de la sexualidad, que se oriente a la promoción del desarrollo
pleno y enriquecedor de niños y niñas, en un marco de ética y derechos humanos. Una
educación sexual que comienza a desplegarse desde el momento de la concepción del
nuevo ser, siendo ésta una decisión consciente y responsable de ambos padres. Porque
es el hogar el agente educativo primario, el grupo de referencia más constante y resulta

1
Aludimos a la igualdad entendida como el acto de reconocimiento político que aseguran que ninguna
diferencia será la base, ni la excusa, ni el argumento justificatorio de una distribución que pondría en una
orilla a los herederos y en otra a los desheredados de antemano. Graciela Frigerio (2005)

2
ineludible en la formación de patrones y modelos de conducta en materia de Educación
Sexual.

En el hoy, y en las situaciones de vertiginosos cambios, así como con la influencia


de los medios masivos de comunicación, esos modelos y patrones se han transformado, y
muchos se encuentran en situaciones de vulnerabilidad que no siempre resultan fáciles de
identificar.

Modelos pedagógicos que son factibles de apuntalar a la educación sexual

Se es conciente que este transitar de la educación sexual en el sistema formal es


muy joven aún, por lo que lejos de justificarlo se hace necesaria su integración en forma
gradual y sostenida, porque adecuadamente los agentes educativos demandan formación
y expresan miedos e incertidumbres. Expresiones que lejos de ser molestas, son
tranquilizadoras porque son los indicadores primarios de que el motor se puso a andar. Se
está en crisis de los fundamentos y ante el desafío de la complejidad de lo real todo
conocimiento necesita reflexionarse, reconocerse, situarse, problematizarse.

Los distintos modelos con los cuales se ha intentado abordar el tema de la


educación sexual, determinan escenarios diferentes y posibilidades distintas para las niñas
y niños. Alicia Fernández (2008) sostiene que cuando las prácticas educativas se centran
en el poder del conocimiento científico, se refuerza la dependencia al saber de los otros,
incidiendo negativamente en la autonomía de las personas respecto de la salud. Es
necesaria la articulación entre el conocimiento y el saber personal (construcción de
teorías personales que permitan la apropiación del conocimiento.) Por ejemplo cuando al
tratar el tema de la reproducción humana, se limita a mostrar como producto del
organismo (procesos biológicos) dejando fuera, el deseo, la elección, (de un hombre y una
mujer al respecto) y las repercusiones de los distintos escenarios en el futuro del todos/as
los involucrados se lo esta despojando de los esencialmente humano.

Por otra parte la omisión de información sobre cambios que acontecen en la


pubertad por ejemplo (entre ellos la menstruación, las primeras eyaculaciones) contribuye
al sentimiento de extrañeza corporal. El cuerpo es vivido como incontrolable y una caja de
sorpresas dónde suceden hechos imprevistos, este tipo de vivencias se traducen con
diversos malestares.

Dicha autora propone que para que haya una situación de aprendizaje se necesita
una relación entre enseñante y aprendiente y de cada uno de ellos con el conocimiento
.Advurtuebdi que cuando el enseñante toma una actitud de exhibir el conocimiento,
promueve la inhibición cognitiva, el aprendiente deja de pensar, queda encandilado por lo
que recibe. Si en cambio el eneñante oculta, esconde, eso genera un problema de
aprendizaje y un síntoma, el aprendiente busca aprender espiando, pero sintiendo culpa
por ello, y experimentando la ilegalidad de ciertos aprendizajes que tampoco se va a
permitir revelar..El camino más enriquecedor sería el de un aprendiente que mira (en tanto
búsqueda y selección ) y un enseñante que responde a las inquietudes pero sabe que
puede guardar que no es necesario decirlo todo y mostrarlo todo. Sabe que conoce pero
también que desconoce y en este sentido esta abierto a la escucha de los saberes que los
aprendientes tienen.

3
Se está frente a situaciones de cambios profundos, esto conmociona al sujeto,
conmociona al grupo, a las instituciones, a los modelos, a los relatos y a la cultura. Estos
cambios nos vuelven frágiles, proclives a la desconfianza y a la duda sobre lo que deviene.

No se debería instalar en esa imagen de “congelamiento” o de “parálisis”, es


responsabilidad de todos aquellos que educamos (familia, escuela, comunidad, Estado),
correr el riesgo de aventurarnos a la posibilidad, por más que se esté insertos en
escenarios complejos.

Rol de la escuela

Se considera relevante recuperar la dignidad de la escuela. Esta dignidad


deviene por su tarea que le es identificante: reconocer la dignidad del hombre, de todos los
hombres, precisamente porque educa, y educar no es otra cosa que tomar en serio la
dignidad humana y comprometerse a realizar efectivamente lo que supone de derecho
inalienable.

La dignidad tiene valor y no precio. La escuela puede ser cuestionada porque no


responde a los mandatos productivos de los discursos globales hegemónicos, pero no
debería nunca renunciar ni negociar lo que la define: el espacio público de la convivencia,
el deseo de saber, el tiempo de reconstruirse, el convencimiento de la posibilidad. Son
tiempos en los cuales no se la debería considerar omnipotente, y aseverar que ella (la
escuela) lo puede todo. Esta noción lleva a considerarla como una institución viva, posible
de creación de alternativas, formada por sujetos que “ponen el cuerpo” diariamente como
alumnos y como docentes en la rica tarea de enseñar y aprender.

Dentro de las posibles alternativas que la harán más digna por los valores puestos
en juego, es pensar la institución tejiendo redes, saliendo de sus aulas y proyectándose en
su entorno, así como también incluyendo lo que los entornos en sus voces de ciudadanía
autónoma reclaman de ella. Unos de los tantos ejemplos de ello es el Programa de
Maestros Comunitarios, la integración de los directores a las redes comunitarias locales,
que como líderes pedagógicos de las instituciones que tienen a su cargo, forman parte de
la comunidad con el fin de articular acciones y compartir saberes que luego socializa con
su colectivo docente, con las familias y con sus alumnos.

Y es en ella donde se aplicará un nuevo programa de educación primaria, en el que


se incluye la educación sexual donde se contemplan los objetivos mencionados por la
Comisión de Educación Sexual que se desempeña en órbitas del CODICEN2

Metodologías didácticas

¿Cuáles serían las adecuadas? Todas aquellas que sean dialógicas, participativas,
reflexivas y problematizadoras Es importante tener en cuenta que la educación sexual
hace parte de la educación general, por ello se parte en este documento de la definición
de educación. Esta es la razón por la cual no se espera que se “dicten clases” de
sexualidad, sino que la aborden desde una perspectiva multi pluri e intradisciplinaria.
Desde esta perspectiva no se olvida que en otras áreas como las ciencias sociales y
2
Cerruti ,Stella “Educación Sexual: su incorporación al Sistema Educativo” ANEP (págs. 58 a 60)

4
naturales, la literatura, la educación artística, la educación física y otros, son espacios
desde los cuales se hace necesario tratar la educación de la sexualidad.

Se considera el taller como una estrategia metodológica participativa muy potente


para orientar la tarea educativa en la educación sexual. Permite la construcción y de-
construcción de saberes en forma colectiva, permite recorrer caminos laberínticos, abierto
a los espacios personales, se promueve el diálogo, la acción. Resulta una instancia
generadora de ideas, de vínculos, de sentimientos, de producciones. Para ello no se
debería olvidar que permite planificar la acción como proceso, y que permite un análisis
crítico de dicho proceso.

Según J.Carlos Lespada el taller “Es una estructura pedagógica de acción en la


cual tanto la enseñanza como el aprendizaje conforman un marco de fuerte compromiso
personal, en base a propuestas específicas….a realizarse sobre un proyecto concreto de
trabajo en grupo”.

Si se analiza el Programa de Educación Primaria, se beneficiaría con las


sugerencias de la innumerables y ricas estratégicas metodológicas para concretizar la
educación de la sexualidad. 3

Cualidades necesarias para un buen trabajo de los/las maestros/as que se


desempeñen en educación sexual

Ser humilde4 y a la vez auténtico, saber reconocer sus limitaciones, y con actitud
proactiva buscar e investigar para mejorar su formación. La humildad entendida como un
acto de valentía, para reconocerse y respetarse en la diferencia. Condición que demanda
un saber escuchar no como un acto de condescendencia, escuchar con atención a quien
nos busca sin importar su condición sexual, es un deber humano y es práctica de la
democracia. Quien está dispuesto/a a no llenarse de sí mismo y renunciar a creer que el
único círculo de verdad es el propio no se pierde la oportunidad de conmoverse y de ser
auténtico para aprender y enseñar.

“Es que la humildad no florece en la inseguridad de las personas sino en la


seguridad insegura de los cautos.”5

Ser consciente que su relación vincular con sus alumnos/s lo determina “el amor
pedagógico”. Amar con valentía, no sólo a sus alumnos sino también al proceso de
enseñar y aprender, ya que éstos perderían significado sin ese amor. Ello implica no
renunciar a provocar los conflictos tan necesarios en educación sexual. Conflictos que
posibilitarían el cuestionamiento de mitos, tabúes, preconceptos. Ellos hacen nacer la
conciencia, sin ellos se renunciaría a la experiencia vital y social de la vida. A ello se le
suma la valentía para defender respetuosamente y con argumentos válidos el acto
político de educar, ya que cuando se reflexiona críticamente se enfrenta al poder
dominante, porque dichos mitos son expresiones de ese poder, de su ideología.
3
http://www.anep.edu.uy/
4
De las cualidades indispensables para el mejor desempeño de las maestras y los maestros progresistas.
En, Paulo Freire, Cartas a quien pretenda enseñar.
Siglo XXI Editores, Décima edición en español, ps. 60-71

5
Ibídem

5
Ser tolerante y recatado para mantener discreción con respecto a las situaciones
que afloran en la expresión de sentimientos y experiencias de vida, en las prácticas
áulicas. Implica aceptar la diferencia y convivir con ella, aprender de ella y requiere
disciplina, ética y respeto. Demanda paciencia, renuncias y anuncios pero no omisión de
las tomas de decisiones que le competen al adulto.

La discreción es otra virtud que debería cultivar el docente que aborde la


educación sexual, para crear ámbitos de confianza. En las escuelas circulan comentarios
burlescos cargados de juicios de valor, mencionando las situaciones y nombrando a los
implicados en cualquier lugar. Los niños, las niñas, las familias no son sordos a estos
comentarios librescos, por lo que los y las docentes deberían buscar los espacios y
tiempos adecuados para abordar estos temas cuando las situaciones lo ameriten.

Saber derivar a otras instituciones y/o profesionales, aquellas situaciones que por
sus características, no se sienta competente y autorizado a resolver.6

BIBLIOGRAFÍA

• ANEP-CIDICEN-PROGRAMA DE EDUCACIÓN SEXUAL, Educación


Sexual: su incorporación en el sistema Educativo.2008. Uruguay,
Comunidad del Sur, Nordan.

• Bazán Campos, Domingo, El oficio del pedagogo. 2008. Rosario:


Argentina. Homo Sapiens.

• Belgich, Horacio, Los afectos y la sexualidad en la escuela.2001. Rosario:


Argentina. Homo Sapiens.

• Cullen, Carlos. Perfiles éticos-políticos de la educación. 2005. España.


Paidos

• Fernández, Alicia. La inteligencia atrapada de la señorita maestra.1990.


Bs.As. Argentina. Nueva Visión

• Freire, Paulo. Cartas a quien pretenda enseñar.2005.Siglo XXI Editores

• García de Ceretto, Josefa. El conocimiento y el currículum en la escuela. El


reto de la complejidad. 2007. Rosario. Argentina. Homo Sapiens.

6
Ver “MAPA DE RUTA” Situaciones de maltrato y abuso sexual en niños, niñas y adolescentes en el ámbito
escolar.

6
• Greco, María Beatriz. La autoridad (pedagógica) en cuestión. Una crítica al
concepto de autoridad en tiempos de transformación.2007. Rosario:
Argentina. Homo Sapiens.
• Meirieu, P. La opción de educar. Ética y pedagogía, 2001. Barcelona,
Octaedro.

• Santos Guerra, Miguel Angel. Arqueología de los sentimientos en la


escuela.2006. Buenos Aires Argentina, Bonum

Vous aimerez peut-être aussi