CATEDRA LIBRE

LA PLATA-CIUDAD CAPITAL
Universidad Nacional
de La Plata
Edición Especial / Año ll

Una reflexión sobre ternacional

27 de Abril de 2009

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de
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la identidad cultural.

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Vista aérea de la
ciudad de La Plata.

En el marco del Día Internacional de los Monumentos y Sitios, publicamos este Boletín Especial, conteniendo
los artículos que escribieran el Arq. Rubén Vera, Director Provincial de Patrimonio Cultural y el Arq. Alfredo
Conti, Presidente de ICOMOS Argentina, para nuestra Catedra Libre La Plata Ciudad Capital.

“…No es posible separar el problema de
identidad cultural, para una sociedad
contemporánea, del proceso de protec-
ción de sus huellas del pasado… la
identidad es un problema de conciencia,
de hecho todas las sociedades, tanto
como los individuos, solo son iguales a sí
mismos, pero para darse cuenta de ello,
es necesario experimentar la búsqueda,
...donde hay restauración hay conciencia
de identidad, y la acción de proteger
bienes culturales, al garantizar perma-
nencia de las pruebas objetivas del
conocimiento histórico, fomenta y
refuerza la convicción de la individuali-
dad cultural propia, que se proyecta al
futuro abriendo la puerta a la posibilidad
de lograr o prolongar la madurez
sociocultural…”1 una madurez que
como sociedad nos cuesta mucho llegar,
esa personalidad o identidad está expre-
sada en la misma realidad que lo repre-
senta, así como está, en las condiciones
en que se encuentra. Si nos detenemos
en nuestros paisajes urbanos, nos guste
o no, esa es nuestra identidad.
No podemos, ni debemos mirar para
otro lado, no podemos edulcorar la
mirada en la realidad de nuestras ciuda-
des. Ricardo (Dick) Alexander, ha trabaja-
do durante largo tiempo sobre la Degra-
dación Urbana, ha escrito artículos, dicta-
do cursos y un sin número de conferen-
cias, donde proponía esta mirada crítica
de nuestra realidad urbana.
Sin lugar a dudas, hemos aprendido
mucho de él, también ha dejado muchas
preguntas y otras tantas puertas por abrir,
hecho que hace más rica cada una de sus
exposiciones. Con la ayuda de un centenar
de imágenes nos mostraba lo más caótico
y las incorporaciones de carteles, marque-
sinas más agresivas que padecen los
centros comerciales de las ciudades de
nuestro país, con sumo detenimientos
ilustraba los deterioros más característicos
de los antiguos edificios, las intervencio-
nes modernizadoras de las viviendas
antiguas, señalando que estos casos son
propios de la degradación urbana, que
esta degradación trae aparejado un
empobrecimiento cultural que nos lleva
irremediablemente a la pérdida de la
identidad.
Dice que “…El panorama que ofrecen, al
respecto, las ciudades argentinas, es deso-
lador por la magnitud con que la degrada-
ción se ha universalizado, sin ser privativa
de las grandes urbes. Desde la Capital
Federal y las capitales de provincias hasta
los pueblos más pequeños del interior,
todos sufren de ese malestar que
pareciera demostrar, casi en términos
de una ecuación, que la incoherencia
de la estructura formal urbana es
equivalente a la incoherencia cultural
de la sociedad que la sustenta…”2
Con el término Urbanicidio señala al
suicidio histórico cultural que estas y
otras actitudes han causado sobre el
patrimonio arquitectónico. Por ejem-
plo esas intervenciones de lavado de
cara o modernización que tantas
veces hemos visto en aquellas casas
italianizantes, en aras de la moderni-
dad o estar a la moda. La actitud
argentina del cambio constante, no
tener una mirada respetuosa de nues-
tra historia, no apropiarse desde una
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Autoridades
Presidente de la UNLP
Arq. Gustavo Azpiazu
Director de la Cátedra
Carlos Bonicatto
Secretario
Pablo Autino

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posición crítica de las tradiciones, hace
que no se instale en la comunidad un
grado de conciencia sobre los bienes
culturales.
Reflexionemos sobre las conductas
cotidianas, en relación a la falta de
limpieza de las ciudades, responsabili-
dad que nos incumbe a todos, al ciuda-
dano común por arrojar papeles o
residuos en la vía pública y a las autori-
dades comunales por no proveer
recipientes adecuados en los espacios
públicos; el elevado nivel de contamina-
ción sonora que se genera por el uso
indiscriminado de ruidos molestos; la
falta de solidaridad, es común encontrar
vehículos estacionados frente a rampas
de discapacitados o salida de cocheras
privadas, y así se podrían señalar una
cantidad importante de conductas que
ilustran con suma claridad lo que somos
y el sentido de apropiación que cada
habitante tiene de su entorno, con su
propio espacio y que directa o indirecta-
mente coadyuvan a la conformación del
paisaje.
Para que una persona llegue a corregir
su conducta, primero debe advertir que
esa no le agrada, para ello tiene que
ponerle palabras, luego tiene que
internalizarla –como verán es casi como
El papel del patrimonio
en la identidad de La Plata
El concepto de patrimonio es hoy suma-
mente amplio. Restringido en principio a
obras maestras del genio creativo
humano, como templos o palacios, en la
actualidad el patrimonio incluye
también a edificios modestos, a barrios o
sectores de ciudades que tienen un
ambiente o una atmósfera particular, a
jardines históricos y parques urbanos, a
instalaciones industriales o a edificios
modernos. Además, nuevas categorías,
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Edición Especial / Año ll
el proceso de terapia psicoanalítica- y
posiblemente después de largo tiempo
podrá corregir esa conducta que tanto lo
disgustaba.
Aquello que Dick Alexander señalaba
como Degradación Urbana, a mi parecer
es un gesto de optimismo, eso que tanto
tiempo le llevó recopilar, que con tanto
esmero observó y lo tradujo en apasiona-
das teóricas que atentamente tratábamos
de aprender, eso no es Degradación
Urbana, sino que es Identidad Cultural.
La identidad de nuestro país, no se refleja
en los monumentos más relevantes, no es
solo la Casa de Tucumán, el Cabildo de
Buenos Aires, el Obelisco o algunas de las
tantas hermosas iglesias que habitan en el
noroeste argentino, o los cascos de estan-
cias de la Provincia de Buenos Aires, o los
maravillosos parques nacionales que
tenemos a lo ancho y largo del país. Es en
realidad todo eso, incluso lo que no nos
gusta, que es ni más ni menos lo que Dick
indica como Degradación Urbana.
Estamos convencidos que si nosotros,
como grupo social, no vemos la realidad
de esta forma, difícilmente podamos
corregir algo, sino ponemos las palabras
adecuadas a esta realidad, sino lo interna-
lizamos como comunidad, no podremos
cambiar nuestro paisaje. Cambiar el paisa-
como los paisajes o los itinerarios cultura-
les, extienden la noción de patrimonio a la
escala territorial. A todo esto se suma la
consideración por el patrimonio inmate-
rial, como el idioma, la música, las prácticas
sociales y los conocimientos tradicionales.
Todo esto hace que el concepto actual de
patrimonio implique un sistema complejo
de componentes materiales e inmateriales
que, en su conjunto, definen la identidad
cultural de una comunidad.
je implica cambiar conductas, y las
conductas se cambian a partir de la
concientización. En este sentido las
actividades que se proponen desde el
Instituto Cultural de la Provincia de
Buenos Aires, a través de la Dirección
Provincial de Patrimonio Cultural,
como la celebración del Día Interna-
cional de los Monumentos o la del Día
Internacional de los Museos, confor-
man acciones tendientes a compartir
con la comunidad los valores de nues-
tro patrimonio cultural.
¹ Carlos Chanfón Olmos - Fundamentos
Teóricos de la Restauración – Universidad
Nacional Autónoma de México – Año 1988 –
Pag. 123 y 124
² Ricardo J. Alexander – Calidad de Vida –
Summarios 59
Arq. Rubén Eduardo Vera
Director Provincial de Patrimonio
Cultural
Abril 2009
Además de su papel como referente
de la identidad cultural, el patrimonio
tiene importancia en el campo econó-
mico. Los bienes patrimoniales con
que cuenta una ciudad o región
constituyen recursos económicos,
tanto por su capacidad de adaptarse a
usos y funciones vinculados con la
satisfacción de requerimientos y nece-
sidades actuales de la sociedad como
por su papel como atractivos turísti-
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de La Plata
cos, que convocan a visitantes deseosos
de conocer los sitios que caracterizan a
la comunidad anfitriona. En su relación
con el turismo, actualmente primera
actividad económica en el ámbito
mundial, el patrimonio contribuye a la
obtención de beneficios, la generación
de empleo y la provisión y mejora de
equipamiento e infraestructura. En este
sentido, el patrimonio se considera un
factor clave de las políticas y planes de
desarrollo local.
La Plata puede ser considerada en una
situación de privilegio entre las ciudades
argentinas en cuanto a su patrimonio
cultural. Por las circunstancias de su
fundación, se trata de una ciudad que
fue dotada de significados y valores
especiales aun antes de ser materializa-
da. Su rol de capital provincial, su trazado
rigurosamente planificado, su generosa
provisión de espacios verdes, su arqui-
tectura monumental del período funda-
cional y su puerto, no son más que
algunos rasgos que le otorgan, desde su
mismo origen, una particular identidad.
Con el correr del tiempo, nuevos compo-
nentes enriquecieron la ciudad inicial: la
universidad, diversos edificios que
reflejan la evolución de la arquitectura
durante el siglo XX, los barrios con sus
caracteres diversos, esculturas y ornato
en los espacios verdes, etc.
A estos componentes materiales de la
identidad platense, se agrega la riqueza
de su patrimonio inmaterial: desde las
huellas de quienes llegaban a la nueva
capital con sus sueños y su capacidad de
trabajo como principal capital, pasando
por su tradición científica, su rica vida
artística y cultural y su pasión por el
deporte, hasta llegar a hechos cotidianos
como sus ferias, el sentarse en una plaza
a fines de noviembre a disfrutar el aroma
a tilo o la espera impaciente, el primer
día del año, de la quema de un muñeco.
Todo eso es La Plata.
Edición Especial / Año ll
El desarrollo de la ciudad y su región
durante la segunda mitad del siglo XX y lo
que va del actual hicieron que la ciudad
perdiera parte de su carácter inicial. La
densificación del área central, la irrupción
de nuevos tipos de edificios que disloca-
ron la armonía original, el impacto del
tránsito automotor y los naturales
cambios en los hábitos y costumbres de la
población hacen que la ciudad, concebida
como prueba incontestable de la moder-
nización del país y, sobre todo, como una
ciudad higiénica donde se garantizaban
las mejores condiciones de calidad de vida
de sus habitantes, esté, en parte, en crisis.
Basta un paseo atento por el centro de La
Plata para saber de qué hablamos.
La Plata perdió parte de su carácter, se
parece más que antes a otras ciudades
argentinas, no tan sabiamente planifica-
das. Con cada edificio patrimonial que se
destruye o se altera o con cada árbol que
se tala innecesariamente, se va un pedaci-
to más de su identidad. Pero también es
mucho lo que queda: el trazado urbano
está prácticamente inalterado, están los
parques, las plazas y las plazoletas, esos
pequeños remansos esparcidos por toda
la geografía de la ciudad, están los mejores
ejemplos de la arquitectura fundacional y
también fragmentos enteros de la ciudad
de principios del siglo XX, están los barrios
donde la calidad de vida inicial se empeña
en persistir. Y está la gente, el capital más
rico con que puede contar cualquier
ciudad. La gente no es indiferente a todo
esto; basta un diálogo con un vecino, con
un estudiante o con un comerciante del
centro: pueden no conocer el dato históri-
co preciso, la fecha en que se construyó un
edificio o a qué estilo arquitectónico
responde, pero todos saben que viven en
una ciudad particular.
El patrimonio puede constituir, en La Plata,
una oportunidad para el desarrollo futuro.
Puede porque es una parte esencial de la
ciudad, porque la ciudad nació patrimonio
dado que, desde que se la pensó, se la
imaginó como una ciudad única.
Puede constituir una oportunidad
para el desarrollo porque la calidad de
vida de la población, que el modelo
fundacional tenía como premisa
fundamental, sigue siendo una meta
de cualquier plan de gestión urbana y
porque sabemos que llegan turistas
de todo el mundo, quizás menos de
los que deberían llegar, atraídos por el
urbanismo y la arquitectura de la
ciudad. Puede porque ninguna otra
ciudad argentina está en condiciones
de exhibir tal variedad y riqueza de
espacios públicos.
El patrimonio puede convertirse en
una clave para pensar La Plata del
futuro. Está ahí, a nuestra disposición,
esperando ser adecuadamente
reconocido, valorado, protegido y
conservado. Expresando, a veces en
silencio frente al ruido del falso
progreso, esa identidad particular de
la ciudad. Según se anuncia en
algunas teorías sobre modelos y
métodos de gestión, el primer paso de
la misma es expresar un deseo de
hacia dónde se quiere ir. Quizás esa
sea una pregunta clave para imaginar
el futuro: ¿queremos que La Plata sea
una ciudad más o bien queremos que
continué siendo una ciudad única? Si
se optara por la segunda posibilidad,
el patrimonio puede ser un instru-
mento para conseguir la meta anhela-
da.
Arq. Alfredo Conti
LINTA-CIC.
Presidente ICOMOS Argentina
(Consejo Internacional
de Monumentos y Sitios)