Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Ü Þ þÿÿÿ Ò Ó Ô Õ Ö × Ø Ù Ú Û
ÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿ
ÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿ
ÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿ
ÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿ
ÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿÿ
ÿì¥Á € ð¿ gv bjbjææææ
¢ú „Œ „Œ ík
l ÿÿ ÿÿ ÿÿ · ú ú A A o
H Û ë ÿÿÿÿ ÿ ÿ ÿ 8 7 Œ à „ ÿ nq ’ G G G
G G þ &
íp ïp ïp ïp ïp ïp ïp $ t ¢ ¢v ^ q A .
¿. Ü " þ Ý. ñ.
q A A G G • (q ½Z ½Z ½Z ý. x" A
G A G íp ½Z ¿.
íp ½Z ½Z V õb @
¹c G ÿÿÿÿ þβ]É ÿ uQ H 5c
Ùp >q 0 nq Ac x w ½R L w ¹c
w · $ ¹c
2 ‚ ´! 8 ½Z ì$ ” €' ? 2 2 2 q
q Y ´ 2 2 2
nq ¿. ¿. ¿. ¿. ÿÿÿÿ ÿÿÿÿ ÿÿÿÿ ÿÿÿÿ ÿÿÿÿ
ÿÿÿÿ ÿÿÿÿ ÿÿÿÿ ÿÿÿÿ ÿÿÿÿ ÿÿÿÿ ÿÿÿÿ ÿÿÿÿ ÿÿÿÿ ÿÿÿÿ ÿÿÿÿ
ÿÿÿÿ w 2 2 2 2 2 2
2 2 2 ú
:
$
Tratamos de alcanzar de todas las formas posibles, en todas partes, alivio para el tedio
y la lucha por la vida cotidiana; y, sin embargo, la mayor parte de nosotros continuamos
en la búsqueda. ¿Por qué? ¿Cómo es posible que no hayamos encontrado el secreto de
llevar una buena vida, sin importar lo que eso signifique para nosotros? ¿Cómo es que
continuamos "rasgándonos las vestiduras" para obtener lo que deseamos, si desde siempre
la clave para hacer realidad nuestros deseos ha sido tan elemental como la vida misma?
Se ha planteado la invitación a ver la vida con una manera diferente de enfocarla, con
una nueva conciencia, cambiar las viejas creencias, que las cosas llegan por un golpe de
suerte, buena o mala, por accidente o coincidencia, o porque te has dedicado a "picar
piedra", que para obtener algo que valga en la vida requiere gran cantidad de esfuerzo y
muchas veces acompañada con sufrimiento.
Sin embargo muchos se encuentran, con que no ha cambiado nada. Como si Dios dijera tú
si, tú no. Pero la pregunta flota desesperadamente en el aire ¿Qué falta?
¿Alguna vez te ha parecido grotesco que nuestras vidas sean tan difíciles, aunque seamos
tan talentosos? Aquí estamos, esta especie tan inteligente, capaz de desintegrar
átomos, de volar a la Luna y crear a los Picapiedra; y sin embargo, todos andamos
corriendo de un lado a otro, sufriendo ataques al corazón o muriéndonos de hambre. Eso
no tiene sentido. ¿Cómo nos metimos en este lío? ¿O se trata, simplemente, de la
condición humana?
Todo empezó de manera inexplicable, hace una eternidad, con la primera declaración
falsa de aquellos que deseaban el poder, quienes proclamaban que nuestras vidas giraban
en torno y eran resultado de circunstancias sobre las cuales no teníamos ningún control,
incluyendo ser dominados por otros. Puesto que esto es lo que todos creyeron durante
una eternidad, es lo que seguimos creyendo en la actualidad.
Así es como nuestros padres, antes de nosotros, y los suyos antes de ellos, y sólo Dios
sabe hace cuántos cientos de años, hemos luchado, nos hemos esforzado y nos hemos
atormentado, hasta morir antes de tiempo a causa de las exigencias innecesarias de la
vida. Creemos que todo eso forma parte de la condición humana, de la desafortunada
aflicción que hemos dado en llamar "realidad". Pero la condición humana es un mito y,
por tanto, también lo es eso que llamamos realidad. La verdad, en simples y sencillas
palabras, es que nosotros tenemos la sagrada habilidad de manejar eso que llamamos
"nuestra vida" para que sea lo que queramos que sea. ¡De cualquier modo! ¡Sin que
importe nada! Desde una familia feliz hasta la capa de ozono.
Entonces, ¿por qué no han servido de mucho los millones de libros que se han publicado
sobre cómo tenerlo todo, cómo hacerle para volverse rico o cómo visualizar el camino
hacia el éxito, y cómo, mediante el pensamiento positivo, lograr salir por nosotros
mismos del lío en que estamos metidos? ¡Muy sencillo! Todos esos libros dejaron fuera la
clave más importante para lograr todo en la vida:
Esto es cierto, logramos lo que tenemos por la forma en la que sentimos, y no tratando
de poner las cosas en su lugar o de controlar nuestra mente. Todo accidente
automovilístico, ascenso en el trabajo, amante sensacional o desastroso, cuentas
bancarias llenas o vacías, nos llegan por medio de la más elemental ley de la física: “Lo
semejante atrae a lo semejante”. Y como por lo general no sentimos gran entusiasmo por
lo que hemos tenido al alcance la mayor parte de la vida, nos hemos vuelto verdaderos
maestros, dotados en el arte de atraer hacia nosotros circunstancias que preferiríamos
no tener. ¿Quieres un automóvil nuevo? ¡Lo puedes tener! ¿Quieres trabajar con éxito
por tu cuenta? ¡Puedes hacerlo! ¿Deseas cerrar ese negocio? ¿Ganar más dinero? ¿Tener
una relación' fuera de serie? ¿Vivir sin temor? ¿Llevar una vida espiritualmente
satisfactoria? ¿Gozar de buena salud? ¿Disfrutar de tu libertad e independencia? Puedes
tenerlo, si sabes como atraerlo a tu vida.
Todo en este mundo está hecho de energía: tú, yo, la piedra, la mesa, el pasto. Y como
la energía es vibración, eso significa que todo lo que existe vibra. ¡Todo! Incluyéndonos a
ti y a mí. Los físicos de nuestra época han llegado finalmente a la conclusión de que
energía y materia son la misma cosa, lo que nos lleva de regreso al punto de partida:
todo vibra, porque todo -visible o no- es energía. Energía pura, vibrante, de flujo
continúo. Pero aun cuando sólo hay una energía, ésta vibra en formas distintas. Tal como
el sonido que surge de un instrumento musical, hay energías que vibran con mayor
rapidez (como las notas altas), que provienen de frecuencias altas, y otras que vibran en
forma lenta (como las notas bajas), procedentes de frecuencias bajas. No obstante, a
diferencia de los tonos de un instrumento musical, la energía que fluye de nosotros
procede de nuestras más profundas emociones del subconciente, para crear patrones de
energía de ondas electromagnéticas altamente cargadas, lo que nos convierte en imanes
vivientes las 24 horas del día, muy poderosos, pero volátiles.
Eso está muy bien, pero, ¿a quién le importa? Bueno, si quieres descubrir por qué has
estado luchando tan duramente toda tu vida, ¡te interesará saberlo! Si quieres saber
cómo cambiar tu vida para que se vuelva exactamente como tú quieres que sea, será
mejor que te importe, porque las vibraciones electromagnéticas que envías cada segundo
de cada día son las que han producido -y continúan produciendo-, todo lo que te ocurre,
grande o pequeño, bueno o malo. ¡Todo, sin excepción!
INTRODUCCIÓN A
LA LEY DE ATRACCIÓN
Hacia los años treinta, dos célebres hombres en Oriente lograron fotografiar las
vibraciones del pensamiento. iY vaya que lo lograron, a través de muros de acero, en un
experimento que ha sido repetido muchas veces desde entonces!!
Pero demostraron algo más, tal vez más importante: encontraron que cuanto más cargado
de emoción estaba un pensamiento, ¡más clara se veía la imagen! Fueron quizá los
primeros en demostrar que existe energía magnética dentro de nuestros pensamientos, y
que nuestras emociones son impulsadas por los pensamientos. (Ver comentario en Word.)
Sin embargo, lo que pasaron por alto es que, debido a que las ondas de vibración
(emociones) que enviamos están cargadas magnéticamente, somos literalmente imanes
vivos, y que atraemos constantemente cualquier cosa que este en la misma frecuencia de
longitud de onda.
Por ejemplo, cuando nos sentimos bien, con el ánimo en alto, llenos de alegría y gratitud,
nuestras emociones envían vibraciones de alta frecuencia, que atraerán lo bueno hacia
nosotros; es decir, cualquier cosa que coincida con lo que estamos enviando. Lo
semejante atrae lo semejante. En cambio, cuando experimentamos cualquier cosa que no
nos cause satisfacción, como temor, preocupación, culpa, o hasta un pequeño disgusto,
enviamos vibraciones de baja frecuencia.
Debido a que las bajas frecuencias son tan magnéticas como las altas, atraen cosas
desagradables hacia nosotros; es decir cosas que nos harán sentir (vibrar) de una forma
tan poco grata como lo que estamos enviando. Desagradable de ida, desagradable de
vuelta. Es siempre una vibración semejante.
Así que, ya sea que enviemos acciones de alta frecuencia, de satisfacción, o vibraciones
bajas, de preocupación, las que enviemos en cada momento serán las que atraigamos de
regreso a nosotros mismos. Somos generadores de vibraciones, por tanto, somos los
imanes, la causa. Nos guste o no, nosotros hemos creado esas vibraciones y seguiremos
haciéndolo.
Somos de carne y hueso, pero ante todo y sobre todo, somos energía ¡energía
magnética!, lo cual nos convierte en imanes vivientes que respiran. (¿No te encanta la
idea?), independiente de lo que estudiaste, ó en lo que trabajas, eres, en realidad, ¡un
imán viviente! (¡Vaya pequeño detalle!). Por descabellado que parezca, ha llegado el
momento de despertar ante el hecho de que somos seres electromagnéticos y de que
vamos por la vida con esa abrumadora capacidad de magnetizar (atraer) hacia nuestra
vida todo cuanto deseamos, con sólo controlar los sentimientos que provienen de nuestros
pensamientos.
Sin embargo, debido a que vivimos en este planeta, en un campo de energía en el que
predomina la baja frecuencia, procedente de más de seis mil millones de personas que
vibran con sentimientos más de tensión y temor que de alegría, admitimos
involuntariamente esas vibraciones y reaccionamos ante ellas, lo cual significa que hasta
que aprendamos a sobreponernos conscientemente a esas frecuencias negativas que nos
invaden todo, y en las cuales vivimos, seguiremos reciclando sus desagradables efectos
en nuestra vida cotidiana, después de un tedioso día. Es algo semejante a nadar en agua
salada, si no enjuagamos los residuos de la sal en nuestro cuerpo, tarde o temprano nos
sentiremos incómodos.
No hay de otra: la forma en que sentimos determina lo que atraemos, y con mucha
frecuencia esos sentimientos proceden de nuestros pensamientos, los cuales
instantáneamente producen reacciones electromagnéticas en cadena que, finalmente,
hacen que sucedan, que sean creadas, obtenidas o destruidas las cosas.
Así que, una vez más: nuestros sentimientos surgen de nosotros en forma de ondas
electromagnéticas. La frecuencia que se emita atraerá automáticamente a otra
frecuencia idéntica; provocará que ocurran las cosas, buenas o malas, al encontrar
empatía en la vibración.
Se trata del mismo principio que el del diapasón: haz sonar un diapasón en una habitación
donde hay varios más, todos afinados en diferentes tonos, y sólo los que estén afinados
en: la misma frecuencia del que hiciste sonar, sonarán al unísono, como sonarían aunque
se encontraran en los extremos opuestos de un estadio de fútbol. Las fuerzas similares
se atraen.
Bien, he aquí lo irónico: son esos sentimientos de desesperación precisamente los que nos
mantienen siempre con problemas económicos. ¿Por qué? Porque lo que sentimos es lo que
nos hace vibrar, y lo que nos hace vibrar es precisamente lo que atraemos hacia
nosotros. Es una ley universal, no hay más.
Cuanto más nos concentrábamos en lo que no teníamos, más fluían y crecían nuestras
energías negativas, atrayendo hacia nosotros más deudas, junto con menos ingresos para
saldarlas.
El proceso es semejante al de un boomerang, uno de esos objetos que arrojas lejos, pero
que traza un círculo y vuelve hacia ti, para que lo detengas (o te golpee si te descuidas).
Lo que enviamos -las vibraciones- es lo que vuelve a nosotros. Así que mientras no
cambiemos nuestras vibraciones, seguiremos recibiendo lo mismo que lanzamos. En otras
palabras, si no dejamos de sentir y enviar vibraciones de baja frecuencia, ¡todo lo que
vuelva a nosotros serán circunstancias negativas! Obtenemos aquello en lo que nos
enfocamos emocionalmente.
Enfoquémonos con insistencia en lo que queremos, ¡y listo! Iremos por buen camino.
Concentrémonos en todo aquello que no queremos con esa misma pasión (preocupación,
angustia, etcétera), iy listo! También hará que regrese a nosotros. Al universo no le
importa si queremos algo o no lo queremos, funciona estrictamente apegado al principio
físico que llamamos la Ley de la Atracción. Simplemente, enviamos los sentimientos
magnéticos y el universo los devuelve obedientemente. No reacciona ante nuestras
súplicas; sólo responde a nuestras vibraciones, las cuales provienen por completo de
nuestros sentimientos.
Pero volvamos al tema de las cuentas. Digamos que has estado pensando demasiado en lo
mucho que detestas tener que pagarlas. Cada uno de tus pensamientos (que está lleno de
vida) está cargado de una vibración emocional, algo así como una firma, de cuando lo
pensaste y probablemente sintonizarás otras vibraciones idénticas. Cuando dos
pensamientos de la misma intensidad emocional se juntan, adquieren mayor fuerza, a una
frecuencia más elevada y más rápida que cada uno de ellos por separado.
Así que ahora, en lugar de un pequeño y viejo pensamiento insignificante que tenías sobre
las cuentas por pagar, tienes otro mucho más profundo y poderoso, porque cada vez que
te concentras en tus cuentas, se van anexando los pensamientos que habías enviado
antes. iAh!, pero eso no es todo. No sólo tienes tus propios pensamientos pesimistas
acerca de las cuentas que se acumulan, y que se vuelven más grandes y más poderosos
con cada nuevo sentimiento de derrota que envías, sino que éstos se unen a otros
pensamientos, también pesimistas, que proceden de otras personas pero que están en la
misma frecuencia, y a los que yo llamo "bombas de basura". Sintonizan en frecuencias
similares de temor y ansiedad y pueden dirigirse fácilmente a ti, a menos que sepas
cómo sacarles la vuelta para rehuirlos emocionalmente. En otras palabras, tarde o
temprano, una o más de estas bombas de basura, conteniendo todo tipo de material
corrosivo procedente de las preocupaciones de todos los demás, se dirigirán hacia ti y te
sacudirá con fuerza, si tú todavía estás vibrando en la misma forma y transmitiendo tus
ondas en la misma frecuencia.
Si ése es el caso, tendrás un verdadero problema en tus manos: más cuentas por pagar
que antes, al tiempo que vivirás muchas otras circunstancias desagradables más, que
pueden tener que ver o no con el pago de esas cuentas. Tu automóvil se descompondrá
fácilmente y no tendrás dinero para arreglarlo. La lavadora dejará de funcionar. Tus
hijos romperán el vidrio de la ventana del vecino. Tu perro atacará a un inocente que
pase junto a él, y el domingo de la final del fútbol, con la casa llena de amigos, se te
descompondrá la televisión.
Ahora centrémonos en otro tema más agradable, como un nuevo automóvil. Si te enfocas
en el automóvil que quieres y logras mantenerte concentrado en él, será tuyo. Pero si te
enfocas en el hecho de que ese automóvil todavía no lo tienes, o en que no podrás
pagarlo, entonces eso es exactamente lo que atraerás hacia ti: una cuota más de "no
coche". Así que si dices: "Bueno, al diablo, eso sólo demuestra que este asunto no tiene
sentido. Me he estado enfocando por años en lo que quiero; o sea, en ganar más dinero
y todavía no lo logro". ¡Correcto! Ante todo, existe el asunto del dinero, y después el de
la falta del mismo. ¿Y adivina qué? El 99.9 por ciento de nosotros nos hemos estado
enfocando en el dinero la mayor parte de nuestra vida. ¡Correcto, de nuevo!
Si pensamos con frecuencia que deseamos una casa nueva y logramos "sentimos" dentro
de ella, ya estamos en camino. Pero si pensamos constantemente: "No quiero seguir
viviendo más en este lugar", nos quedaremos en él algún tiempo más.
Si pensamos emocionalmente en algo lo suficiente, ya sea en lo que deseamos o en lo que
no deseamos, llegará a nuestro mundo, nos guste o no.
Lo que viene hacia nosotros no está asociado con lo que estamos haciendo físicamente,
con lo valiosos que somos, con lo buenos que somos o con cuál pudiera ser nuestro
destino, no inexorable. ¡Tiene que ver solamente con la forma en que vibramos! Lo que
significa sentir. Lo que significa atraer. ¡Punto!
Así que aquí hay algo que papá y mamá no nos dijeron nunca, porque no lo sabían. Aquí
está lo que todo libro sobre pensamiento positivo o sobre motivación han estado
promocionando con espíritu romántico, aunque ninguno había llegado al meollo del asunto,
porque honestamente tampoco sabían cómo hacerlo.
He aquí los cuatro pasos para la creación premeditada, los cuatro pasos que te
garantizan -y esa es la palabra correcta: garantizan- traer a tu vida aquello que tanto
deseas y mucho más. La garantía es que se trata de una ley universal, los principios
básicos de los que ha surgido toda la creación. Si lo deseas, serán tuyos.
He aquí. Eso es todo. A medida que te adentres en esta nueva e importante aventura;
las cosas empezarán a cambiar mágicamente en todas las áreas de tu vida. Las
preocupaciones, inquietudes, dudas y temores dejarán de ser una pequeña y constante
molestia cotidiana, para convertirse, en unas cuantas semanas, en un fenómeno raro en
tu vida, y tú lo podrás constatar y sentir día tras día.
Es posible que nos hayan enseñado, y que por tanto lo hayamos creído, que vivimos a
merced de otros, del destino, de la suerte, o de la casualidad; ciertamente eso es lo
que la mayor parte de la gente que habita este planeta cree, y vive conforme a ello.
Pero una vez que empieces a ver cómo funciona la Ley de la Atracción, acabarás por
comprender que las víctimas no existen, que nunca han existido y que jamás existirán.
No hay buena ni mala suerte, no hay buena fortuna, ni coincidencias. No existen el
destino, la suerte o la providencia.
No hay ningún gran juez en el cielo que nos lleve la cuenta de qué "tan bien o mal nos
portamos. No hay un karma de vidas pasadas, ni penitencias que cumplir; todos son mitos
creados en torno a las víctimas. Y no hay víctimas entre nosotros; sólo hay creadores de
pensamientos y sentimientos, poderosos imanes que atraen, como la miel atrae a las
abejas, la frecuencia similar de las vibraciones que fluyen constantemente de nosotros.
Ya no necesitarás creer más que las circunstancias externas controlan tu vida. Nunca
más tendrás que pensar que es malo desear algo. Nunca más tendrás que creer en algún
gran poder fuera de ti mismo que maneja los hilos de tu vida, o que algo o alguien
diferente a ti tiene el control. Nunca más sentirás miedo de que algo o alguien te haga
daño, sin importar quién o qué pueda ser, a menos que tú se lo permitas.
Así que, ¿cómo fue que nos metimos en este lío? ¡Tú lo hiciste! Más de seis mil millones
de personas (más las que han existido a lo largo de incontables siglos) han nacido
vulnerables a las vibraciones de baja frecuencia, llenas de temores y angustias y se han
enfocado tanto en lo que no quieren, que han obtenido dosis adicionales de esas mismas
carencias.
Nunca hubo la intención de que ocurriera de esa forma; pero en nuestro afán y
necesidad de encontrar la razón por la que no suceden las cosas como quisiéramos,
imaginamos que la culpa era de algún factor ajeno a nosotros: el gobierno, la economía,
nuestro jefe, nuestro matrimonio, nuestro ambiente, nuestra educación, nuestra mala
suerte, e incluso Dios, tal vez, pensamos que no éramos lo suficientemente valiosos, que
no estábamos "a la altura", que estábamos llenos de pecados, que no habíamos sido
completamente puestos a prueba o, que de una u otra manera no habíamos pagado
nuestra correspondiente "cuota".
La realidad -la verdadera realidad- es que somos dignos, que no hay prueba que pasar,
y que el pecado no es más que una aberración creada por el hombre para ejercer control
sobre otros.
La verdadera realidad es que hemos venido a este mundo para desarrollarnos
plenamente, para prosperar y vivir la gran experiencia humana con alegría, con el
corazón ligero, sin carga, y no en una lucha constante y dolorosa. Hemos venido al mundo
a divertirnos mientras aprendemos a crecer sin sufrir ya alimentar nuestros deseos con
la convicción absoluta de que podemos tenerlo todo, una vez que aprendemos cómo
manejar nuestras energías... lo que significa... nuestras emociones.
Llegamos a este mundo con la garantía del libre albedrío, que forma parte de la propia
naturaleza de nuestra existencia. Ha llegado el momento de que ejerzamos ese derecho
que tenemos desde que nacimos. No estamos atrapados en la red de nadie. No estamos
sometidos a las circunstancias. No somos víctimas de condición alguna. Más bien, somos
seres que poseemos la sagrada habilidad de llevar a cabo cualquier extravagante deseo
que nuestras mentes ilimitadas puedan concebir, porque contamos con una libertad de
elección sin restricciones ni condiciones, sin importar lo que hagamos.
Es tiempo de despertar. Es tiempo de que recordemos cómo hacer para que nuestras
elecciones se realicen. Es tiempo de sacar la cabeza de la tierra y aceptar que no es
accidental lo que obtenemos en la vida. Es tiempo de que dejemos de crear
circunstancias desagradables, y de recordar los secretos de la vieja sabiduría ancestral
a la que alguna vez tuvimos acceso, sabiduría que nos permitió llevar a la realidad
nuestros deseos con sólo intentarlo. Ya es tiempo.
Tú lo mereces todo. Mereces que se realicen todas tus aspiraciones, sin importar cuáles
sean, basta con que lo desees y lo sieeentas y una nueva vida de extraordinaria felicidad
será tuya. No "puede ser": ¡será! Es una garantía cósmica.
EL GENIO INTERIOR.
LEY DE ATRACCIÓN
El proceso de creación es el mismo para todo, bien se trate del sistema solar o de unos
pantalones vaqueros. Piensa en algo a lo que le hayas infundido el sentimiento
adecuado..., el cual producirá las vibraciones adecuadas…………., y vendrá. El Universo,
no nos da lo que solicitamos, lo que merecemos ó lo que se supone estamos destinados a
tener; el Universo nos da precisamente –y nada más que eso- lo que vibramos en cada
momento del día. Nada más, nada menos.
Ni todos los pensamientos positivos del mundo marcarán alguna diferencia, ni ser una
persona buena con un corazón generoso, ni rezar, ni visualizar y meditar hasta el
amanecer, ni siquiera golpearse la cabeza contra innumerables paredes de piedra en
nuestro febril intento por llevar a la realidad los sueños de toda la vida: nada de lo que
hemos mencionado creará realmente algo, hasta que no fluyan de nosotros las vibraciones
magnéticas necesarias para impulsar esos sueños, dentro de nuestro infalible genio
maravilloso llamado sentimiento, que es realmente la autoridad electromagnética de la
que están hechos los sueños.
Puedes acudir a cuanto libro se haya escrito sobre el tema de los sentimientos y las
emociones; a cuanta clase se haya impartido sobre los oscuros misterios freudianos de la
mente, o a cuanto grupo de consejeros que haya alguna vez intentado ponernos en
contacto con ese oscuro niño interior que todos llevamos dentro, o a cualquier otro que
esté intentado mostrarnos cómo liberamos de esas cosas terribles que llamamos
sentimientos, y condensar todas las técnicas raras en un sencillo remedio para crear
abundancia y satisfacción plena en la vida:
Aprende a distinguir un sentimiento bueno de otro malo.
Eso es todo: aprende a hacer esto último y habrás tomado todo el curso. Puedes crear
cualquier cosa que tu corazón desee.
Ése es el secreto que nos convierte en verdaderos creadores, en lugar de en creadores
por casualidad. Ése es el poder que transforma los sueños en realidades: el simple arte
de identificar un buen sentimiento y distinguirlo de otro malo. Eso es todo. Aquí acaba la
lección.
No te preocupes. Ninguno de esos sentimientos tiene que ver con la tarea de hurgar en
la basura de tu pasado, o de enfrentarte a cualquier monstruo que pudiera estar
residiendo en tu armario emocional. Son simplemente la variedad de sentimientos que
tenemos a lo largo del día. Pero una vez que aprendas a seguir la pista de los que te
hacen sentir bien, y diferenciarlos de aquellos que te hacen sentir mal, adquirirás
confianza.
Ésa es la clave de la vida. En eso consiste la "buena suerte" de la que tanto hemos oído
hablar. ¡Eso es lo que permite cerrar las grandes ventas, conseguir la casa frente a la
playa, fomentar la buena salud, brindar satisfacción espiritual y ahorrar cómodas sumas
de dinero en el banco! Sólo aprende a distinguir los sentimientos maravillosos de los que
no lo son, todos los días, y observa cómo surge la magia.
TRAGAR VIDRIO
Los sentimientos, aquello de lo que todos estamos tan temerosos si resulta que son
negativos, no son más que cargas electromagnéticas de energía que recorren nuestro
cuerpo, activadas por nuestros propios pensamientos. La única razón por la que llegamos
a tales extremos para evitarlos, es que algunas de esas emociones negativas nos hacen
mucho daño. No nos gustan las sensaciones que nos provocan. Así que las ocultamos en lo
más profundo de nosotros mismos, donde creemos que no tendremos que lidiar más con
ellas, y donde, francamente, están provocando un infierno con nuestro magnetismo.
Por ahora, sólo echemos una mirada a aquellas que estamos conscientes de que no han
quedado escondidas, empezando con nuestro tradicional hábito diario de: "Siéntete mal".
Eso podría significar cualquier cosa, desde la inercia (que es nuestro estado normal
cotidiano de ni hacia arriba ni hacia abajo, sino sólo existir), o un ligero decaimiento en
nuestro estado de ánimo, hasta un estallido de furia incontrolable.
Nos sentimos mal cuando tenemos cualquier tipo de pensamiento que no tiene que ver con
la alegría, como: culpa, soledad, enojo, resentimiento, preocupación, duda, frustración,
estrés e, incluso, una leve inquietud. Todos esos son pensamientos; basados en el temor,
que vibran con nosotros a una frecuencia extremadamente baja, la cual provoca que no
nos sintamos bien. son totalmente contrarios a nuestro estado natural de alta
frecuencia.
Por otra parte, nos sentimos bien cuando generamos pensamientos que se asocian con la
alegría, como: aprecio, deleite, placer, exaltación, entusiasmo, reverencia, admiración,
gratitud, amor y todas esas emociones cálidas con las que nos deleitamos cuando las
sentimos. La razón de que esos pensamientos nos hagan sentir tan bien es que vibran a
alta frecuencia, la cual, definitivamente, es nuestro estado natural.
Nadie puede tragar pedazos de vidrio y esperar sentirse bien; sin embargo, eso es
precisamente lo que hacemos todo el día con nuestros pensamientos y sentimientos
sombríos. Literalmente bañamos nuestro inconsciente de energía negativa (tanto de
nuestros propios pensamientos, como de los pensamientos de los demás)... lo cual es
totalmente contrario a nuestro estado natural de alegría... y eso explica por qué tan
raras veces nos sentimos con mejor ánimo. No podemos hacerlo. No, mientras estemos
vibrando todo el día en la baja frecuencia que pensamos que es nuestro estado normal.
Así, esto se convierte en un círculo vicioso: ambos, los sentimientos conscientes y los
inconscientes que tenemos todos los días y que creemos que son normales, están enviando
vibraciones negativas que van en contra de nuestra naturaleza a través de nuestro
cuerpo..., que nos hacen sentir deprimidos, indiferentes, o como si simplemente
existiéramos o no tuviéramos sentimiento alguno. Puesto que todos estos sentimientos
constituyen diversos grados de flujo de energía de baja frecuencia, y ya que todo lo que
estamos enviando son vibraciones de baja frecuencia, sólo atraemos eventos
desagradables o no muy afortunados. Lo cual nos hará sentir con el ánimo bajo..., y a su
vez enviará más vibraciones de baja frecuencia..., atraerá más circunstancias de baja
frecuencia..., y eso nos hará sentir con el ánimo bajo... Y así seguiremos
interminablemente.
¿Nunca has sentido que existe una parte oculta dentro de ti que sabe todo lo que hay
que saber, pero que nunca asoma la cabeza? La hay. Es una parte más amplia, más
vieja, más sabia, que se halla en cada uno de nosotros y que se comunica con nosotros en
la única forma que conoce... ¡por medio de los sentimientos!
Esta extensión de nosotros mismos, a la que solamente nos podemos introducir con
vibraciones, se sentiría como el nirvana, muuuy por arriba en la escala de frecuencia. De
hecho, esa parte de nosotros no podría identificar una vibración de carencia o de estrés,
aun cuando tropezara con ella en un agujero negro. Pero si nosotros vibráramos esa
frecuencia, no podríamos existir físicamente, así que lo único que podemos hacer es
tratar de acercarnos tanto como podamos a las vibraciones más elevadas de la más pura
alegría, emoción, apreciación, excitación, y en general a esas maravillosas sensaciones
que nos producen felicidad y bienestar, lo cual se explica porque estamos vibrando más
cerca de nuestro verdadero ser. Tú y tu ser no físico están en perfecta sintonía,
conectados a esa espléndida alta frecuencia con todo lo que ella puede ofrecer.
Así que cuando nos sentimos bien, vibramos más rápidamente que en la forma en la que
originalmente fuimos creados para hacerlo. No estamos reciclando ninguna vibración baja
basada en el temor, y que puede ser tan ajena al cuerpo. Estamos en ese espacio en el
que podemos obtener respuestas y guía, pues ahora vibramos emocionalmente y
caminamos de la mano con el ser que somos en realidad.
Por la misma razón, si estamos enviando vibraciones de carencia y preocupación, del tipo
de las que nos hacen sentir cualquier cosa menos alegría, nos desconectaremos de ese
compañero invisible y todo funcionará en forma adversa creándonos malestar. Es como
dar a un niño un enorme oso de peluche y después quitárselo. El niño no se sentirá nada
bien al verse separado del juguete que le causó tanta alegría.
Así que cuando nos sentimos bien, estamos conectados, vibrando más cerca de la alta
frecuencia de nuestro Ser expandido. Cuando nos sentimos mal o deprimidos, o cuando no
nos sentimos bien por alguna razón, estamos desconectados y fluyen vibraciones ajenas,
negativas, de baja frecuencia, por todo nuestro cuerpo. En otras palabras, si no
hablamos de cosas positivas, sino siempre de lo negativo y, por tanto, si no son
vibraciones positivas, habremos tragado "pedazos de vidrio".
La buena noticia es que no tenemos que vigilar nuestros pensamientos cada segundo del
día para llevar nuestra vida de regreso al buen camino. ¡Vaya, nos volveríamos locos!
Todo lo que necesitamos hacer es permanecer sintonizados con nuestros sentimientos,
elevados o bajos, buenos o malos.
Cuando tenemos buenos sentimientos respecto de cualquier cosa, significa que estamos
avanzando hacia el cumplimiento de nuestro propósito original, que es sentirnos bien, ser
felices y vibrar en alta frecuencia, que estamos en camino hacia algo que deseamos
desde hace mucho tiempo, o que apenas hemos empezado a desear. De cualquier modo,
el que eso llegue, a nosotros nos hará felices. Estamos de camino hacia algo que creemos
que enriquecerá nuestra vida y que, por tanto, nos hará sentir mejor, lo cual a su vez
elevará nuestras frecuencias y nos acercará más a nuestro estado natural, que es el
verdadero reto de estar aquí.
Así que esta es la clave: el propósito original se manifiesta siempre como deseo...,
deseo de cualquier cosa que despierte nuestro interés, lo mismo si es un flamante
Ferrari rojo, o vivir en armonía con todo lo que nos rodea. Podría revelarse como un
nuevo deseo el tener la cochera limpia, aprender un baile típico o poseer y manejar una
ferretería en el campo. O podría ser el viejo deseo de vivir en la playa, o de aprender a
tocar el piano. De cualquier modo es un deseo, algo que queremos.
El problema es que en ocasiones dejamos de estar en contacto con nuestros deseos, o los
dejamos ir debido a que dependiendo de la naturaleza de éstos, la sociedad encuentra la
forma de llamarnos egoístas porque los perseguimos. Sin embargo, si a pesar de eso
seguimos realmente nuestros sentimientos que nos harán felices simplemente porque
creemos que así será- estaremos persiguiendo el propósito original de divertirnos
mientras estamos aquí y aprenderemos aquello que hemos venido a aprender en una
vibración positiva y no en conflicto. Eso difícilmente se puede considerar egoísta.
Pero la presión de la sociedad es implacable, y con mucha frecuencia, nos hace sucumbir
a nuestros "deberías", dirigiéndonos en dirección opuesta a los deseos que nos harían
felices. Yeso es lo que lamentablemente nos ocurre a la mayoría de nosotros, casi todo
el tiempo. Nos hemos alejado del propósito original y vibramos en la baja frecuencia de
la conciencia social basada en el temor. Aun cuando esa frecuencia negativa no nos hace
sentir terriblemente mal, seguramente tampoco nos hace sentir felices. No podríamos
estarlo. Una frecuencia nos baja el ánimo (conciencia social), la otra nos lo eleva
(propósito original). Nunca se podrán mezclar.
Así que, si decidimos seguir en esa frecuencia negativa, haciendo a un lado nuestra
propia alegría, exigiéndonos nobleza y privándonos del propósito original, nos uniremos a
las multitudes que siguen fielmente sus odiados "deberías" de baja frecuencia, en lugar
de sus alegrías de alta frecuencia no es necesario agregar que el resultado de todo ese
flujo de implacable energía en este planeta no nos ha traído nada bueno.
Pero, ¿dónde diablos está el auto? Siempre lo has anhelado. Has pensando en él durante
años enteros. Así que, ¿por qué no está todavía en tu cochera? He aquí el porqué:
Un día que vas paseando por la calle, por supuesto, ahí está, enfrente de ti, el auto de
tus sueños. Estás que te mueres de envidia porque piensas que no puedes comprar un
auto así. Empieza el anhelo. Miras el auto sintiendo un gran deseo de poseerlo, sacudes
la cabeza y te dices a ti mismo: "¡Hombre, sí que sería sensacional tenerlo!". Pero lo
dices con desaliento. En lugar de sentirte emocionado al ver el auto de tus sueños, te
sientes deprimido, con esa sensación de que te tiemblan las rodillas y entonces dices:
"¡Diablos! ¡Olvídalo!".
Tú estás enfocándote en la falta del automóvil, más que en la alegría de tenerlo. Estás
emitiendo tal cantidad de vibraciones negativas de "sentirte mal", que tu Ser expandido
está agitando enormes banderas rojas y gritando: "¡Hola, amigo! te estás sintiendo tan
mal porque te estás enfocando en el hecho de que no tienes el auto. Sigue pensando así
y ten la seguridad de que seguirás recibiendo más de lo mismo, es decir, un montón más
de: 'No Auto' Si realmente lo quieres, empieza por sentirte bien cuando pienses en él, y
entonces observa lo que sucede".
Esa sensación deprimente, es una bandera roja, una señal de que la manera en la que
está fluyendo tu energía (lo que estás pensando y sintiendo acerca de ello) garantiza que
no vas a obtener el automóvil. Así que ahora todo lo que tienes que hacer es cambiar tu
manera de pensar y de sentir acerca de ese auto (tu deseo) y será tuyo.
Emitimos ese tipo de energía, de sentimientos negativos, todo el día, lo cual explica por
qué obtenemos tan poco de lo que esperábamos conseguir. Vemos algo que hemos
anhelado toda la vida (que puede ser cualquier cosa, desde un costoso auto rojo, hasta
entender la física cuántica) y, desde nuestra posición de carencia, que significa que no lo
tenemos y que no estamos seguros de poder tenerlo alguna vez, nuestro enfoque y
nuestros sentimientos se concentran en lo que no tenemos. Así, eso es lo que
atraemos...: más "no tengo". La ley física nunca cambia: obtenemos todo aquello en lo
que nos enfocamos.
En nuestro ejemplo inventado del automóvil rojo, si lo que estás sintiendo y pensando
acerca de él no te produce algún tipo de emoción intensa y feliz, si no sientes que se te
pone "la carne de gallina" o que te invade una cálida y grata sensación de urgencia, o un
deleite de cualquier tipo, entonces estás sintiendo y proyectando lo contrario:
vibraciones negativas a partir de tu frustración por no tener el automóvil.
Desde nuestro enfoque en la carencia de algo, jamás podremos atraer lo opuesto. Para
atraer lo que sea que deseamos en nuestra vida, tenemos que modificar nuestro enfoque,
el cual cambiará a su vez nuestros sentimientos, y éstos nuestras vibraciones.
CONSIGUE TU AUTOMÓVIL
Muy bien, ahora desenmarañemos todo el asunto, para que ese automóvil rojo pueda ser
tuyo. Volvamos a nuestra fórmula original:
1. Identifica lo que NO quieres. (No quieres más no tener el auto.)
2. Identifica lo que SÍ quieres (eso es más fácil).
3. Colócate en el lugar del sentimiento de lo que quieres. (ahí es donde estamos ahora).
4. Espera, escucha y permite que suceda.
De hecho, con esas vibraciones cada vez más altas que estás emitiendo, te conviertes en
un verdadero imán de alta frecuencia, lo cual te hará sentir extraordinariamente bien,
ondeando banderas verdes de "sentirse bien" por doquier. Tus sentimientos irán de
acuerdo con tu intención original de satisfacción. Habrás dejado de atraer más de lo que
no quiero y ahora estarás atrayendo, muy en serio, lo que quieres.
Si, por otro lado, te permites entusiasmarte al pensar, en el auto de tus sueños, e
insistes ante ti mismo en que las cosas ya están en proceso de realizarse -sin importar
que lo que tengas a la vista sea totalmente opuesto-, entonces, esos pensamientos
positivos finalmente atraerán como un imán tus deseos. Deben hacerlo, es la física del
universo.
Recuerda, son los sentimientos los que lo harán, no nada más los pensamientos. Son los
sentimientos los que crean el magnetismo y la vibración en las ondas que enviamos. Son
los sentimientos, los sentimientos, los sentimientos..., ¡que provienen de nuestros
pensamientos!
Hace algunas noches, mientras preparaba la cena, encendí la televisión para oír las
noticias y casi me vomito antes de haber siquiera probado el primer bocado.
En primer lugar, transmitían el informe de la más reciente epidemia de una nueva y
extraña gripe, tan exótica, de hecho, que era dudoso que aun las mejores vacunas
pudieran combatirla. "En el pueblo X, a 1,500 millas de distancia, se ha encontrado que
tres de cada cinco residentes han sido gravemente afectados por este nuevo virus
incontrolable."
¡Terrible! Ahora, probablemente cuatro de cada cinco televidentes que estaban viendo el
programa empezarían a enfocarse en sus temores y en las emociones de "no querer" a
este pegajoso bicho raro, lo cual asegura, sin duda, su crecimiento y difusión, de modo
que podrá invadir fácilmente a cualquiera que esté en una frecuencia afín de temor. Los
que podrían haber sido sólo unos cuantos estornudos más en el pueblo sin el informe de la
televisión, ahora sencillamente provocarán un desastre.
Por esto te recomiendo que hagas la prueba y dejes de ver un mes cualquier noticiero y
periódico y observes como te sientes sin tu generador de baja frecuencia. Lo escuchamos
todo el tiempo en los medios de comunicación: otro bombardeo, otro incendio intencional,
otro salpullido provocado por un bicho terrible. Así que todos nos enfocamos en lo
terrible de lo sucedido, lo cual sólo sirve para atraer más de lo mismo.
¿En 1865 llevaban los jóvenes pistolas en las escuelas?, hasta la pandillas de violadores,
edificios destruidos por una explosión y pirómanos en serie? No, porque no se contaba
con los medios de comunicación para crear el efecto que provocan las vibraciones que lo
producen en masa. En cambio, se publicaban noticias en los periódicos y carteles
ofreciendo una recompensa por ladrones de trenes y asaltantes de bancos; así que lo que
se multiplicaba eran los ladrones de trenes y los asaltantes de bancos.
Créeme, la Ley de Atracción estaba tan activa en tiempos de Billy the Kid como lo está
ahora, porque es la ley fundamental de la creación en todo el universo. Concentrémonos
con repetida e intensa emoción en algo que no queremos (o que queremos) y, tarde o
temprano, ese algo estará junto a nosotros.
Cada vez que pensamos en algo hacemos fluir algún, tipo de energía, positiva o negativa
(sentimiento), hacia lo que sea que estamos pensando. Y la tonada nunca cambia: como
pensamos, sentimos; como sentimos, vibramos; y como vibramos, atraemos. Entonces,
tenemos que afrontar las consecuencias.
Pero, ¿cómo llegan realmente a nosotros esas "consecuencias"? ¿Cuál es la ruta que
provoca que nos encontremos con algo en lo que habíamos estado pensando? Cada vez que
pensamos seriamente en algo, ocurren dos cosas: primero está la vibración producida por
el sentimiento que evoca ese pensamiento (felicidad, tristeza, etcétera). La segunda es
la activación, producida por nuestras emociones y conformada de pequeños trocitos de
pensamiento, que yo llamo pensamientos-partícula. Una vez que esas partículas
magnéticas son activadas por nuestros sentimientos, se programan de manera instantánea
para atraer cosas, según lo que sea con lo que hayamos estado vibrando.
Siempre que pensamos en algo, y pensamos un poco más, y hablamos sobre ello, y le
damos vueltas al mismo pensamiento al día siguiente y al otro, entonces surgen tantos
pensamientos de la misma frecuencia flotando por ahí, que empiezan a unirse como
bolitas de la misma masa. Cuantos más pensamientos emitamos de la misma clase, mayor
irá siendo el cúmulo de ellos, hasta que se extienden y se convierten en algo gigantesco,
con enorme poder de atracción, lo suficientemente grande como para formar sus propios
remolinos de energía magnética extraordinariamente poderosos, ya sea de naturaleza
positiva (felicidad) o negativa (tristeza).
Esos centros de poder, los remolinos de una monumental energía magnética, atraen hacia
sus propios centros giratorios todo lo que tenga vibraciones similares -incluyéndote a
ti"-, lo cual en el transcurso del tiempo provoca acontecimientos. Antes de que te des
cuenta de lo que está sucediendo, te encontrarás en el centro mismo de algún suceso,
que tú mismo iniciaste con tus pensamientos y sentimientos recurrentes. Podría ser el
mismo asunto en el que te has estado enfocando, o podría ser algo completamente
diferente y, sin embargo, formado por las mismas vibraciones. Aunque ciertamente
podemos hacer fluir sentimientos sin pensamientos, en nuestro ejemplo ha sido el
pensamiento repetitivo el que ha provocado los sentimientos repetitivo s que pusieron a
rodar la bola magnética.
Lo que debemos recordar aquí principalmente es que cuanto más pensemos acerca de
cualquier cosa, ya sea algo que deseemos en nuestra vida o algo que no deseemos, con
mayor rapidez lo atraeremos a nuestra experiencia. Ésa es, en concreto, la Ley de la
Atracción, la ley universal que reza: "Lo semejante atrae a lo semejante".
TU PROPIO PODER
Hemos crecido en una sociedad que ha estado produciendo energía variada y caprichosa a
lo largo de muchos siglos, que se ha dejado absorber sin dirección alguna, y mucho menos
dirigida hacia donde queríamos ir. Aquí no hay víctimas, sólo flujos de energía. En
nuestro caso, hemos fluido directamente al desafortunado olvido de que siempre hemos
tenido el poder para crear nuestras propias vidas y nuestro propio mundo, sin importar
cómo se nos haya ocurrido que fuera. En cambio, a partir de nuestra incapacidad para
comprender lo que significa el flujo de energía, nos hemos convertido en expertos en
dejar que las cosas sucedan por negligencia.
Pero no tenemos que asimilar solos todas estas novedades, porque no somos los únicos en
este viaje. Cada uno de nosotros tenemos un compañero profundamente amoroso, con
gran sabiduría, belleza y poder, un gran Ser expandido, un ser interno/externo, con
quien estamos irrevocablemente unidos en este viaje físico, un ser cuyo apoyo decidido
nunca nos abandona, cuya guía es tan tangible como las últimas emociones que acabamos
de experimentar, y cuyas piedras preciosas son aquellas que llamamos sentimientos,
sentimientos, sentimientos, el genio mágico de toda creación.
NO, ESO NO.
1ER. PASO LEY DE ATRACCIÓN
La mayoría de nosotros hemos ido creando nuestros días desde que asistíamos al jardín
de niños, a enfocarnos en todas las cosas que no nos gustaban ni queríamos, y que nos
hacían sentir impotentes, al tiempo que observábamos cómo empeoraban. Hemos vivido
una vida en la que la mayor parte del tiempo nos sentimos a merced de fuerzas que
operan fuera de nuestro control.
Las víctimas, como lo hemos sido todos en uno u otro momento, que ven al mundo como el
resultado de incontables circunstancias sobre las cuales creen no tener control. Todos
hemos estado ahí, o estamos todavía. Sólo es cuestión de cuánto del mito de la víctima
hayamos escogido para vivir. Pero no tenemos por qué quedamos ahí. De hecho, una vez
que empieces a constatar realmente los efectos del magnetismo, te será muy difícil
pasar por alto esta evidencia que brilla intensamente: nuestras vidas han sido moldeadas
por el diario fluir de nuestra energía, no por la suerte, el destino, las circunstancias o
un tío rico. Si analizas que hemos pasado décadas enteras tratando de hallar todo lo que
está mal y, por tanto, enfocándonos en todas las cosas de nuestro mundo que no nos
gustan, no queremos, o quisiéramos cambiar, no es de asombrar que hayamos atraído
tantas desdichas y desventuras. Ningún ser humano puede estar tan continuamente
desconectado de su fuente de energía y llegar a donde sea que quiera ir.
Así que aquí va un rayo de luz: “Vivir la vida continuamente como víctima de las
circunstancias, enfocado siempre en lo malo que hay en todo y en todos, jamás nos
proporcionará la existencia que deseamos. Sólo nos traerá una cosa: más de aquello que
queremos tan desesperadamente cambiar”.
Sólo toma dieciséis segundos enlazar nuestras vibraciones ron aquello en lo que nos
estamos enfocando. Así es, sólo dieciséis segundos de pensamiento puro, enfocado,
bueno o malo, negativo o positivo. En ese breve tiempo, empezamos a vibrar en la misma
frecuencia de lo que estamos pensando emocionalmente, lo que significa que estamos
listos para atraer eso mismo que pensamos.
No es necesario decir que todos hemos tenido un montón de cosas en las que hemos
pensado una y otra vez, en repetidos segmentos de dieciséis segundos, todos ellos con
vibraciones de frustración, tensión y preocupación, sobre las incontables rosas que no
queremos, que no nos gustan y no sabemos cómo manejar, o que pensamos que no
podemos soportar. Lo anterior explica por qué durante la mayor parte de nuestra vida
hemos estado atrayendo continuamente más de lo mismo. . Hasta ahora, ésa ha sido la
manera fundamental en que hemos construido nuestra vida, produciendo una incesante
corriente de tensión negativa, de la cual podríamos prescindir.
¡Eso es espléndido! Pero, ¿de dónde te van a llegar todas esas rosas maravillosas? ¿Te
van a caer del cielo, o serán un regalo de m ángel guardián? No, van a salir de ti mismo.
Para poder obtenerlas, todo lo que tienes que hacer es desearlas con una intensidad que
proceda de lo más profundo de tu ser, con una intensa vibración de "sentirte bien".
Lo que ha ocurrido en nuestra vida es el resultado directo del lugar en el que ha estado
nuestro enfoque. Y la mayor parte de nuestro enfoque procede de creencias anticuadas,
de esas filosofías que huelen a rancio y que nos metieron en la cabeza, o que hemos
aceptado a pie juntillas como la realidad, desde que éramos bebés. Nos atiborraron con
ellas y todavía están ahí: patrones arcaicos de pensamiento sobre lo que consideramos
que es la realidad, patrones de pensamiento que francamente deberían estar en el bote
de la basura.
Los psicólogos las llaman introyecciones, suena como inyecciones ¿verdad? Y casi así nos
fueron inculcadas, se identifican fácilmente porque son creencias que tenemos que
comienzan con: “Tengo que…..” a diferencia de aquellas que comienzan con “Quiero
que…”. En términos generales, las primeras son del tipo de viejas creencias
enmohecidas, son nuestro mayor obstáculo para crear ciertas situaciones que nos
proponemos, porque aparecen y nos detienen cada vez que pensamos que nos gustaría
tomar otra dirección.
Otras proceden de nuestro autoconcepto, que por cierto también aprendido de lo que nos
dijeron que valíamos Ya sabes a lo que me refiero: tú piensas que te gustaría conseguir
un nuevo empleo, y entonces surge el reclamo del pensamiento, cargado emocionalmente,
de: "Pero no puedo, porque......, ó un automóvil nuevo: "Pero no puedo, porque...", ó
una nueva relación: "Ay, no, no, REALMENTE no puedo," porque...
"Tengo que arreglar esto, tengo que arreglar aquello, tengo que arreglar esto; no lo
quiero de esta manera; no me gusta de esta manera; tengo que arreglar esto." Es un
enfoque de vida basado en que las cosas están mal y hay que arreglar como visión de
vida. Sin embargo, tal vez nuestras creencias más perniciosas son las que más nos
agradan, como la de echar la culpa de todo lo que nos sucede a los demás, a nuestros
empecinados dirigentes, a nuestros familiares alcohólicos o a nuestros antipáticos jefes.
Culpamos, con la constancia del sol naciente, pensando que no hay nada de malo en eso
porque así es como funciona el mundo. Estamos convencidos de que culpar nos hace sentir
mejor y nos libera de los desastrosos resultados, así que lo seguimos haciendo todavía
más, sin tener idea de cuán destructivas han sido -y están siendo- dichas vibraciones
negativas para nuestra vida.
Pero aquí están las buenas noticias: sin importar lo que el desfile actual de psicólogos y
consejeros digan en contra, no tenemos que hurgar en toda esa inútil basura para hacer
que la vida funcione a nuestro favor. Con unos cuantos sencillos trucos del oficio y la
conciencia de que realmente no hay más dificultad que prestar atención a cómo estamos
sintieeendo, aprenderemos fácilmente a superar esas viejas ideas, anticuadas, que nos
mantuvieron prisioneros durante tanto tiempo, viviendo una ida difícil que siempre
pensamos que era perfectamente normal.
“NO QUIERO"
Existe sólo un lugar de donde procede toda la energía negativa: de nuestros "no quiero".
Algunas veces los llamamos complejos de culpa, otras veces les decimos temores,
remordimientos, preocupaciones, o dudas. Pero por ahora, para poder descartar toda la
palabrería que usan los psiquiatras, los llamaremos simplemente "no quiero".
Aunque resulte difícil de creer, la mayoría de nuestros pensamientos cotidianos -y, por
tanto, de nuestros sentimientos- son acerca de cosas que no queremos, grandes y
pequeñas, de aquí y de allá, que vuelven del pasado o que se contemplan en el futuro.
Este tipo de pensamiento es interminable, la mayor parte de él es automático e
inconsciente, pero terriblemente limitante. Te invito para hacerlo práctico que le
preguntes a una persona de tu confianza: ¿qué quieres de la vida?
Te aseguro que en más del 90% de los casos te darán una larga explicación de lo que NO
quieren, pero cuando insistes, bueno ya se lo que no quieres, ahora dime ¿Qué SI
quieres?. Lo más probable será como respuesta un largo silencio, ¿checas?. Veamos:
No queremos tener que conducir el auto hasta el trabajo cuando hay mal tiempo. Llegar
tarde al trabajo. Disgustar al jefe. Que continúen nuestras carencias. Vernos mal.
Que dañen a nuestros hijos. Que nos dé gripe. Que nos despidan. Hacer largas
filas. Levantarnos temprano por la mañana. Más cuentas por pagar. Vivir en un
clima tan frío. Que se ponga la luz roja. Divorciarnos. Sufrir. No tener dinero
suficiente. Fallar en el examen, etcétera, etcétera.
Ahora bien, de la lista anterior algunas nos parecerán más intrascendentes que otras, sin
embargo enfócate en cualquiera durante cierto tiempo y la verás frente a ti hecha
realidad, antes de que sepas cómo ocurrió.
Lo que es peor aún, el poder colectivo de todos los conscientes e inconscientes "no
quiero" que esparcimos enérgicamente durante todo el día, se convierte en la suma de
vibraciones que produce nuestro mundo individual. Nos guste o no, esa mezcla es
normalmente negativa. ¿Te das cuenta el contaminado ambiente de energía negativa en
que estamos inmersos?
Por ejemplo, revisemos esas viejas telarañas de nuestro pasado que comienzan con el "si
tan sólo":
Si tan sólo hubiera tenido otros padres.
Si tan sólo hubiera podido ir a la universidad.
Si tan sólo no me hubiera casado con esa persona.
Si tan sólo hubiera aceptado ese trabajo.
Si tan sólo no hubiera desviado mi ruta.
Si tan sólo, si tan sólo, si tan sólo...
Los "si tan sólo" son sencillamente el tiempo pasado de los "no quiero". "Yo no
quería realmente esos padres". "Yo no quería tener que buscar trabajo sin tener un
título universitario". "Yo no quería un matrimonio desventurado". "Yo no quería un empleo
con tan bajo salario". "Yo no quería tener un accidente automovilístico, pero cambié de
carril." Y entonces aparecen todos esos tramposos "quiero" que no son más que "no
quiero" disfrazados:
Quiero ponerme bien.
Quiero salir de deudas.
Quiero bajar de peso.
Quiero dejar de fumar.
Quiero que mejore nuestro desastroso matrimonio. Quiero que mi cónyuge obtenga un
mejor trabajo.
Quizá pienses que estás siendo positivo puesto que no estas empleando los "no quiero",
pero, ¿en qué te estás enfocando? El uso de los "quiero" disfrazados tampoco es muy
recomendable, porque no nos permite obtener lo que en verdad deseamos, ya que en
realidad hace que nos concentremos en los "no quiero" y puesto que recibimos aquello en
lo que nos enfocamos..., ¿qué crees?, ahí aparecen tus "no quiero" para encontrarse
contigo.
Digamos que en tu trabajo hay algo que no te gusta, o que te ves obligado a conducir un
automóvil destartalado, o que tienes una pareja que te está volviendo loco. Y supongamos
que piensas en estos "no quiero" una y otra vez. Cada vez que vuelves al mismo tema y
añades otros dieciséis segundos a él, con una buena dosis de emociones, no sólo lo estás
aumentando y acrecentando su poder, sino que estás facilitando el pensar en él.
Cuando piensas en el mismo problema una y otra vez, se vuelve tan fácil pensar en él,
que casi no puedes apartarlo de tu cabeza. Y antes de que te des cuenta, precisamente
lo que no quieres que suceda..., ¡ocurrirá! Si vives constantemente preocupado porque no
quieres que alguien raye tu automóvil nuevo, te convertirás en el blanco perfecto de
vibraciones que atraerán hacia tu auto al tipo loco que está en el estacionamiento.
Si estás obsesionado con no tener vecinos desagradables como los que vivían en la casa
de al Iado, lo más probable es que estés listo para atraer a gente odiosa, con perros
que ladran toda la noche, y no lograrás jamás sacarlos de ahí. Si no quieres más
problemas con las cuentas por pagar, con seguridad esos problemas empeorarán. Si
no quieres pasar solo estas vacaciones..., bueno, ya te imaginas cuál será el resultado.
Todo aquello que incluyas en tus vibraciones, durante dieciséis segundos o más, será
atraído hacia ti, te guste o no te guste. Así que, cuando empieces a evocar todas esas
cosas que no quieres, y fluyan de ti dieciséis segundos de sentimientos cada vez que
hablas del asunto, éste se volverá parte de tus vibraciones diarias. Y muy pronto lo
estarás viviendo..., aunque no te guste..., lo estarás vibrando..., hablando de ello...,
quejándote de ello..., dándole vueltas..., y haciendo que coincida más todavía que al
principio con tus vibraciones diarias. Estarás vibrando precisamente con aquello que no
quieres.
Esas vibraciones no pueden irse tan fácilmente. Son parte de ti. ¡No importa cuánto te
preocupes o te quejes al respecto, no se irán! Están incluidas en tu vida y cuanto más las
vivas, re enfoques y reflexiones en ellas, más fuertes se volverán y retendrán en tu vida
esa circunstancia de la que tanto deseas librarte.
Además, hay otro problema: ¿recuerdas los diapasones que estaban dentro de una
habitación, y que sólo sintonizaban con los que sonaban en la misma frecuencia? Lo mismo
sucede con nuestros pensamientos. Cuanto más pienses en algo, no sólo atraerás más de
aquello en lo que estás pensando, sino que también estarás haciendo sonar y atrayendo
cualquier otra cosa -cualquiera- que casualmente esté en una frecuencia similar.
El resultado podría ser desde un caso grave de gripe, hasta ser despedido de tu empleo,
cuando lo que estabas pensando realmente era en que no tenías dinero para arreglar el
techo con goteras. Ahora, de pronto tienes ese lindo paquete de sorpresas de la misma
vibración -aunque no sean la misma cosa de tus "no quiero" nada agradables. Al pensar
sólo en uno de ellos, estás extendiendo una invitación para cualquier cosa que pueda
estar "saltando" dentro de la misma frecuencia. Si coincide con tu vibración, puede ser
tuya, sin importar si estás o no enfocado en ella.
¿No has notado que cuando empieza a salir mal una cosa todo lo demás sale igual de
mal? Eso se debe a que las vibraciones que estás enviando están coincidiendo con todo
tipo de otras cosas con la misma longitud de onda. Al estar pensando en algo, una y otra
vez, creas una espiral de pensamiento, que se vuelve considerablemente más grande con
sólo Dios sabe qué más, que comienza a girar alrededor de tu centro magnético y se
encamina hacia ti.
Por ejemplo, si te concentras demasiado tiempo en lo que te disgusta del trabajo que
realizas, automáticamente harás que pasen cosas como que le den un golpe a tu auto,
que se tape el fregadero, que pierdas las llaves, que el refrigerador deje de funcionar y
que te tropieces y te lastimes el dedo gordo del pie. Y todo por estar pensando una y
otra vez en un solo "no quiero" que, por cierto, ahora será peor que antes.
Los "no quiero" pueden ser muy importantes o triviales, pero de cualquier modo, cuando
nos enfocamos en uno, o en un centenar de ellos, hacemos que emitamos vibraciones que
seguramente atraerán todo tipo de cosas que no se relacionen en lo absoluto con algo
agradable. N o pueden hacerlo. Están en una frecuencia totalmente diferente.
Dos cosas son ciertas: 1) piensa durante suficiente tiempo en algo que no quieras, y tú
mismo lo atraerás, o eso te atraerá a ti, y 2) piensa en un "no quiero" con verdaderos
sentimientos atrás de él, y automáticamente atraerás otros sucesos desagradables de
frecuencia similar.
Así, pues, ¿qué hacemos con todo esto? ¿Cómo cambiar? Seguramente no podremos
controlar todas y cada una de las cosas que decimos, hacemos o pensamos a lo largo del
día, por pequeñas que éstas sean, nos volveríamos locos tratando de hacerlo.
No te preocupes, ésa no es la idea. Todo lo que necesitamos hacer es volver a nuestro
genio mágico, los sentimientos, y aprender a reconocer cómo se siente vibrar con "esta"
y con "aquella" energía, e identificar cuándo estamos en alta o en baja frecuencia,
cuándo nos sentimos mal o bien, y sintonizados con sentimientos negativos o realmente
positivos.
Ahora, volvamos al asunto de las vibraciones. Absolutamente todo en el universo
responde a las vibraciones; eso es una ley. Así como los sentimientos de alegría, pasión,
amor o cualquier otro tipo de auténtica felicidad, son nuestra interpretación de ciertos
tipos particulares de vibraciones, cuando sentimos ansiedad, culpa o resentimiento,
también estamos interpretando cierta clase de vibraciones. Y no olvides por qué con un
tipo de vibración te sientes mejor que con otro: uno está más cercano a nuestra fuente;
el otro, no.
Todos y cada uno de nosotros somos extensiones físicas de muchísimo más de lo que
vemos, extensiones de un ser más amplio, un ser no físico (nuestra fuente de energía),
que se está expresando a sí mismo justo ahora, en un cuerpo humano. Cuando vibramos
en sincronía con esa energía, nos sentimos bien; y, al contrario, cuando nos sentimos
deprimidos y mal, significa que estamos vibrando fuera de sincronía, aunque lo hagamos
con esa misma energía pura y positiva.
Los "no quiero" significan que estamos fuera de sincronía. Cuando vemos algo y decimos:
"No quiero esto", suceden dos cosas. Primero, no hay la menor posibilidad de que el "no
quiero" sé vaya, porque lo estamos reteniendo en nuestra vibración al centrar la atención
en él. Y segundo, nos sentimos mal, deprimidos, abatidos, vacíos, o con cualquier otro
tipo de sentimiento, menos el de felicidad.
Por tanto, cuanto más estemos en sincronía con la energía de nuestra fuente original,
mejor nos sentiremos. Y cuanto más alejados estemos de esa sincronía, peor nos
sentiremos. En otras palabras: sentirse bien es lo que debe ser natural, aunque no es lo
normal para nosotros, al menos por el momento. Cualquier situación diferente a ésa no es
natural, pese a que por ahora, lamentablemente, sea lo normal para nosotros.
PERO, ¡CUIDADO!
Nuestro principal problema con las emociones negativas es que muy pocas veces somos
conscientes de que las tenemos. Sin embargo, si estuviéramos emitiendo la alta
frecuencia de la alegría todo el tiempo, en lugar de vibraciones más bajas que no tienen
nada que ver con la alegría, tendríamos tal prosperidad, lujos y éxitos -para no
mencionar felicidad, salud perfecta y bienestar-, que nada de esto nos importaría.
Ésta es, pues, la clave de ese estado que llamamos normal, el cual ocupa
aproximadamente el 99 por ciento de nuestro tiempo, y que no es otra cosa más que
vibraciones negativas. Las vibraciones negativas de cualquier tipo, de cualquier
intensidad, con cualquier excusa, significan que nosotros mismos nos hemos alejado de la
vida. Estamos existiendo, pero no viviendo. ¡Una gran diferencia!
Las vibraciones negativas significan que nos hemos desconectado de nuestra fuente.
Las vibraciones negativas se presentan cuando nos negamos a permitirnos siquiera pensar
en todo aquello que nos hace felices.
Las vibraciones negativas surgen de vivir con los "no quiero". Y ése es el único lugar de
donde provienen. Las vibraciones negativas significan que hemos cerrado las puertas de
nuestra "juguetería".
Ninguno de nuestros más acariciados anhelos puede manifestarse mediante vibraciones de
"no quiero". Estos "no quiero" forman parte de una frecuencia diferente llamada
"alegría", que permanece lejos de nosotros, muy distante, hasta que la llamamos por
medio de las vibraciones más altas del "sentirse bien".
Así de simple: nuestros "quiero" sólo se sincronizan con las vibraciones positivas de
nuestro "Ser interior/Ser expandido", y no con nuestras vibraciones negativas. Debido a
que nuestros "quiero" nos traerán placer -de cualquier tipo-, la única vibración con la
que coinciden es con la de nuestra "intención original" de estar en armonía.
Por tanto, básicamente hemos estado destruyendo nuestros propios propósitos durante
todo el tiempo. Al pensar que era importante preocuparse por cualquier cosa, como las
cuentas por pagar, los niños, la abuela, la situación mundial, lo que hemos estado
haciendo ha sido generar un constante flujo de energía de baja frecuencia, que retiene
la mayor parte de lo que deseamos para nosotros mismos, para otros y, también, para el
mundo.
Estamos preocupados por perder a alguien o algo, así que estamos temiendo la ausencia
-la carencia- de ese alguien o algo.
Nos provocan temor ciertas cosas que "andan por ahí", por que carecemos del
sentimiento de seguridad. Nos justificamos y lo racionalizamos, porque nos hace falta la
aprobación de alguien (¡incluyendo la nuestra!). Nos sentimos deprimidos, puesto que no
tenemos algo que queremos, aunque sólo sea el sentirnos bien.
Nos sentimos ansiosos, ya que carecemos del tiempo y los recursos para producir.
Cada sentimiento negativo en el diccionario, procede de una carencia. ¡Y doy gracias a
Dios por eso! ¿Qué estoy diciendo? Sí, ya sé que eso suena a locura. Pero, ¿cómo
podrías reconocer lo que QUIERES, si no sabes primero qué es lo que NO quieres? No se
puede. Sólo a partir de un "no quiero", es posible identificar un "quiero", lo cual significa
que toda experiencia desagradable, todo acontecimiento negativo, todo momento des-,
afortunado, y cualquier pequeña preocupación, es una oportunidad que nos brinda la vida.
Un "no quiero" es una llamada a despertar, una llamada a salir del escondite, a cambiar
de velocidad y a atraer la "vida real". Así que bendice. Todas las emociones negativas
que hayas tenido, o que estés teniendo ahora, sin importar lo desagradables o
frecuentes que éstas sean. Son las herramientas más valiosas con las que cuentas, tu
trampolín al bienestar.
Cierto, es difícil hacerse a la idea de alegrarse por algo como el estrés; pero, si has
logrado identificarlo (¿y quién no?) y puedes admitirlo y sentirlo, has dado el primer
paso, y el más importante, para aprender a ser un verdadero creador.
Existen dos clases de "no quiero": los universales y los personales; los universales son los
más comunes y fáciles de identificar. Los "no quiero" universales son los que a todos nos
disgustan, las cosas que nadie quiere en el planeta como, por ejemplo, cuentas bancarias
vacías, enfermedades, malas relaciones, trabajos insatisfactorios, cuerpos mal
formados, baja auto estima, techos con goteras, automóviles descompuestos, robos,
asaltos, accidentes terribles y hasta el calentamiento global. Esto es suficiente para
empezar.
Los "no quiero" personales son las cosas levemente desagradables de la vida, que sólo nos
molestan a nosotros y no necesariamente a los demás, son cosas que, de manera
personal, preferiríamos evitar, como el tener que pronunciar un discurso en una junta,
matar arañas, coser agujeros en los calcetines de los niños o actuar como jurado en
largos juicios. Ocurren con menor frecuencia que los "no quiero" universales, porque no
estamos tan a la expectativa de que se presenten, y en consecuencia, no suceden. Por
ejemplo, digamos que estás realmente furioso con tu jefe (un "no quiero" personal).
Los "no quiero" personales generalmente no son tan graves, por lo menos al principio.
Vienen de nuestro deseo innato de experimentar las cosas bellas de la vida, mientras que
los "no quiero" universales tienen raíces más profundas, y proceden casi siempre de
temores e inseguridades humanas.
OBSÉRVALO
Por ejemplo, consideremos el pensamiento: "No quiero que me dé gripe". Aun cuando lo
que estás diciendo es que quieres sentirte bien, ¿en qué te estás enfocando? Lo estás
haciendo precisamente en lo que no deseas, así que de ese modo es como estás vibrando.
De acuerdo con la Ley de Atracción, vibras y das vida a aquello en lo que te concentras,
en este caso, a la gripe.
O bien, considera la siguiente frase: "No quiero seguir conduciendo este viejo automóvil"
. Lo que tú quieres es un automóvil nuevo, pero te estás enfocando en el viejo. No sólo
estás vibrando en armonía con tu "no quiero" (conducir tu viejo auto), lo cual aleja la
posibilidad de que se vuelva realidad tu deseo de tener un nuevo automóvil, sino que ese
enfoque probablemente provocará que ocurran todo tipo de cosas desagradables a tu
pobre auto viejo. Y si sólo te enfocas en el dinero que te falta para comprar un auto
nuevo, o para arreglar el viejo, observa cómo las dos cosas se atraen como abejas a la
miel: el viejo auto se descompondrá y no habrá dinero en el banco para arreglarlo.
Un fuerte sentimiento de: "No quiero que me multen por exceso de velocidad”, es una
buena invitación vibratoria para que el agente de tránsito escondido detrás del árbol que
está cavilando en: "Voy a alcanzar a ese tonto como sea". Las mismas vibraciones'
negativas se unen. Un fuerte sentimiento de: "No quiero reprobar este examen" es un
tipo de enfoque del que deberías prescindir si realmente quieres aprobarlo. Un fuerte
sentimiento de: "No quiero que mi hijo resulte lastimado" es un gran preludio vibrátil de
un accidente.
"No quiero que me roben."
"No quiero enfermarme cuando sea viejo.".
"No quiero que se descomponga mi automóvil."
"No quiero vivir así." .
"No quiero pagar tantos impuestos."
"No quiero cometer un error."
"Odio la guerra."
Todas son cosas que quieres cambiar, pero que con tu en foque, las has incluido en tus
vibraciones. Enfócate en los "no quiero" y obsérvalos crecer.
Asimismo, resulta engañoso enfocarte en el "quiero", cuando en realidad estás vibrando
en un "no quiero" como en los siguientes casos:
"Quiero terminar con esta relación."
"Quiero un empleo con mejor sueldo."
"Quiero al gobierno fuera de mi vida."
"Quiero salir de deudas."
"Debemos detener la destrucción de los bosques."
¿En dónde está tu enfoque? En cada uno de esos casos, está en lo que no quieres, no en
lo que sí quieres. Si al pensar en ellos tienes un pensamiento pasajero sobre un "no
quiero", no hay problema. Pero si prestas demasiada atención a algo que realmente no
quieres -aun cuando pienses que es algo que quieres- tarde o temprano crecerá y te
alcanzará.
VUÉLVELO ACOGEDOR
Obviamente, nadie se detiene a analizar cada pensamiento que tiene, para ver si esa
tontería es un "quiero" o un "no quiero". Nos volveríamos locos en cinco minutos. No, no
tenemos que hacer eso. Todo lo que tenemos que hacer, es prestar atención a cómo nos
hace sentir un pensamiento.
Si lo que estás diciendo o pensando te hace sentir rumbo al cielo, lleno de alegría, estás
en un "quiero" (bandera verde). Si, en cambio, sientes que has entrado a una nube
oscura y húmeda, estás en un "no quiero" (bandera roja). De hecho, si te produce
cualquier tipo de sentimiento que no sea, agradable, tienes un "no quiero" en acción.
Simplemente vuelve a pensarlo, usa otras palabras, otro enfoque, y vuelve a sentirlo
hasta que hayas encontrado una forma acogedora en un cálido y suave "quiero" y estés
vibrando ahí, seguro ya salvo.
Muy bien, ahora di: "Quiero que la felicidad que tengo en este momento en mi vida se
extienda, y se convierta en una alegría continua e interminable". ¿Cómo te sientes con
eso? Mucho mejor, ¿verdad?
"Quiero salir de deudas." No hay necesidad de preguntarte cómo te hace sentir eso.
Mejor repite: "Quiero usar mi talento en una forma que sea positiva, satisfactoria y
realmente remuneradora. Sé que puedo hacerlo". O: "Intento tener más tiempo para
dedicarme a proyectos agradables, novedosos y que me produzcan dinero". O: "Me siento
lleno de vida cuando soy creativo", lo cual marca una enorme diferencia con el
sentimiento de: "Quiero salir de..."
Así que a continuación te presentaré tus opciones: o aprendes a identificar una vibración
positiva de una negativa y tomas el control de tus "quiero" y "no quiero", o seguirás en
ese negativo mar de basura, para andar a ciegas, como casi todo el mundo, el resto de
tus días. Forcejeos, desacuerdos, conflictos, enfermedades y muy poca felicidad, serán
tu recompensa.
¡Quizá son palabras duras, pero eso se puede remediar fácilmente volvámonos
generadores de pensamientos, en lugar de receptores de los mismos! De ese modo
estaremos en otro juego, y ya no tendremos que vivir sometidos al capricho de las
emociones ajenas. Dejaremos de ser el pasajero vulnerable e indefenso y pasaremos a
ocupar el asiento del conductor o las fuerzas exteriores son irrelevantes. El pasado ya
no tiene importancia. Finalmente estaremos saliendo del ambiente que no podemos
controlar. Nuestra vida, de aquí en adelante, será la que escojamos.
EL FINAL DE LA HISTORIA
Hace tiempo solicite un préstamo que fue rechazado. Bueno, tan pronto como me dijeron
analice y me di cuenta de que me había hundido en serios "no quiero" que no solo había
arruinado el préstamo, no me tomó mucho tiempo cambiar el interruptor de "sentirme
mal" a "sentirte bien". Y me mantuve firme en ello, a pesar de que el préstamo había
sido rechazado. Aun cuando no parecía haber esperanzas, me negué a considerarlo así, y
me puse a trabajar en cambiar mi enfoque, mis sentimientos, mis vibraciones y hasta mi
ropa cuando llegué a casa (aunque esto último fue llevar las cosas demasiado lejos). A la
mañana siguiente, el prestamista me llamó por teléfono para decirme que habían
solucionado el problema, que el préstamo por fin estaba aprobado y que el dinero me
sería entregado en unos cuantos días.
¿Fue suerte? ¡Para nada! Fue un deliberado y propositivo cambio de sentimiento y por lo
tanto de flujo de energía. Ya había recibido lo que no quería, así que no fue muy difícil
identificar mi "quiero", cambiar de sentimiento, tenerlo y fluir, y fluir. No siempre
resulta sencillo "darle la vuelta" a un no quiero" después de que se ha saltado del avión
sin paracaídas, pero en este caso funcionó.
"¿Cómo es que nunca hemos llegado ahí, ni hemos logrado subir hasta allá?". ¡Está bien!
Lo está, realmente. Lo hermoso hecho perfectamente. Sin nuestros "no quiero", jamás
habríamos alcanzado nuestros "quiero". Ahora, sólo tenemos que aprender cómo dar
vuelta a las cosas deliberadamente, en lugar de hacerlo por casualidad.
Así que si sientes que de pronto te ha envuelto una horrible y espesa nube negra
recuerda que está fluyendo energía negativa de ti. Sencillamente salta de ella y ponte a
hurgar buscando algún tipo -cualquier tipo- del agradable "sentirse mejor". Ahora estás
ondeando banderas verdes en tu camino de atraer tus más amados profundos y
acariciados anhelos, que en principio, es a lo que viniste a este mundo.
SI, ESO SI.
PASO 2. LEY DE ATRACCIÓN.
Una vez que hemos aprendido que el empleo constante de nuestros "no quiero" es lo que
rige la mayor parte de nuestra vida, tratemos de entender lo que son realmente los
"quiero" y qué podemos hacer con ellos cuando los hayamos descubierto. Suena tonto,
¿verdad? Todos saben lo que desean en la vida, desde luego. Entonces si el mismísimo
Dios se les apareciera frente a ustedes y les ofreciera concederle un deseo, sabrían de
inmediato que decir, ¿verdad?
¡Pues no! Los "quiero" son los más temibles malentendidos y descuidados elementos de
toda la raza humana, y yo podría apostar que para la mayoría de la gente el sólo pensar
en ellos resulta aún más aterrador que el sillón de un dentista al que se le han terminado
los anestésicos.
Pero antes de que nos adentremos en el inquietante campo de los "quiero", es importante
que entendamos qué provoca alegría y pasión en nuestras vidas, y hace a la vida digna de
vivirse. De manera extraña, lo que nos da felicidad es precisamente aquello que
pensamos que más nos gustaría evitar, o sea, lo opuesto. Gustos y disgustos, queremos y
no queremos.
Aunque esta lógica parezca insólita, sin los opuestos probablemente nos volveríamos
locos. Para ilustrar mejor este concepto tan complicado, ven a volar conmigo en un viaje
imaginario sobre un pueblo ficticio, en un planeta también ficticio llamado Similitud.
Está ahí, justo debajo de nosotros. El área es muy parecida a la de cualquier lugar de la
Tierra. El mismo tipo de terreno, la misma clase de gente, lo mismo de todo. Todo
parece idéntico a lo que hay en nuestro planeta, excepto por una espantosa condición,
todo es gris: el panorama, los edificios, los automóviles, los animales, los cuerpos. Todo
es del mismo color, ¡hasta del mismo tono! La gente no parece tener ningún entusiasmo,
porque todo a su alrededor es lo mismo, no hay en su vida reto alguno, ni cargas, ni
obstáculos, ¡no hay contrastes!
¿A quién le gustaría vivir en un lugar así? ¿Qué caso tendría? No habría nada que
superar, nada que desear, no habría diferencias que apreciar, nada que inspirara
entusiasmo. Simplemente un lugar de aburrimiento infinito, que es precisamente lo que
venimos a evitar en este planeta Tierra. Venimos a buscar diversidad y diferencias.
Venimos, extrañamente, por el contraste, por los opuestos. Eso es lo que nos ofrece
nuestro tridimensional planeta Tierra: un cuerno de la abundancia de alternativas y
opciones, un campo de entrenamiento para ayudamos a determinar qué cosas no nos
gustan, para que podamos dar vuelta a la situación y -¡afortunadamente!- para crear el
tipo de cosas que nos gustan. Como ha dicho alguien: si el único helado que hubiera fuera
de vainilla, la vida sería bastante aburrida.
Así que tenemos opciones, muchísimas alternativas entre las cuales elegir, que nos
ofrecen las oportunidades de vivir y disfrutar de todo cuanto deseemos en este mundo
de la abundancia; pero, también, tenemos la oportunidad de descubrir cuánta tortura y
privación estamos dispuestos a soportar, antes de permitir que esos deseos formen parte
de nuestra vida.
La vida estaba destinada a ser: "No me gusta esto, sí me gusta esto otro"; en cambio,
se convirtió en: "N o me gusta eso, pero supongo que tengo que soportarlo". Entonces
nos retorcemos, nos enfurecemos, protestamos y nos quejamos de todo a lo que nos
hemos resignado, lo cual, por supuesto, nos mantiene más adheridos al centro' mismo del
lugar donde no queremos estar.
Así que, ¿qué quieres? ¿Lo sabes? ¿Te atreves a soñar? ¿Te atreves a desear? ¿Te
atreves a dejar que tu imaginación (el don más divino y poderoso de la raza humana) se
desplace por la fantasía? ¿Qué quieres? ¿Qué es lo que quieres, real y sinceramente?
LA TORTURA DE DESEAR
Vemos todas las cosas que nos gustaría tener, pero que no tenemos; todos los lugares en
los que nos gustaría estar, pero en los que no estamos; las escaleras que nos hubiera
gustado ascender, pero por las que no subimos. Cuando muy pocas de las cosas que nos
hubiera gustado tener y hacer han aparecido en nuestra vida, como si hubiéramos elegido
deliberadamente que nada de lo que nos gusta sucediera, nos preguntamos: "¿Por qué
empezar a querer ahora?". Empleamos aquel viejo dicho de: "Entre más quiero, menos
obtengo", junto con el otro lado de la misma moneda que dice: "Claro que tengo muchos
deseos y muchos 'quiero', pero de ningún modo pero conseguirlos ahora". Es triste
decirlo, pero nos han "lavado el cerebro" para hacernos creer que la mayor parte de los
"quiero" no sólo son egoístas y autocomplacientes, sino absurdamente imposibles.
Aun antes de eso, cuando eras un pequeño que empezaba a caminar y disfrutaba
explorar, te dirigiste tambaleante hacia el brillante florero en el mueble de la televisión
y te gritaron: ¡No, no, eso no se toca!" No sólo una vez, ni un centenar de veces, sino
unas sesenta mil veces (según dicen los investigadores), durante un periodo de tres años;
te dijeron: "¡No, niño malo, eso que quieres no es tuyo!". Para cuando cumpliste cuatro
años, lo pensabas muy bien antes de querer mucho algo. Querer equivalía a ser "malo". Y
eso no termina con los primeros años: "no" a esto, "no" a aquello, "absolutamente no" a
lo de más allá..., parece que todo esto fue lo que escuchaste durante tu crecimiento.
Para cuando llegaste a la preparatoria, te resultaba muy difícil desear realmente algo
que fuera más allá de lo socialmente aceptado, como adquirir tu primer auto, asistir al
baile de graduación y conseguir trabajo por horas mientras estabas en la universidad. Y
que no se te ocurriera desear conocer el mundo mientras encontrabas algo mejor que
hacer. Ni se te ocurriera convertirte en millonario al año siguiente. "¡Ridículo! ¡Deja de
estar en las nubes!". Así que la mayoría de nosotros hacemos nuestros anhelos a un lado,
mientras penetramos en los dogmáticos "deberías" y "tienes que" de la vida adulta.
Hemos asimilado el gran dogma que afirma: cuanto más queremos algo que no está en el
"libro de reglas de la sociedad", lo más seguro es que no lo consigamos. Soñamos, pero
nuestros sueños nunca se hacen realidad. Soñamos un poco más, pero no pasa nada.
Pronto nos inclinamos ante la ficticia verdad de que soñar en algo, o querer algo fuera
de lo normal (y con frecuencia, hasta dentro de lo normal), no es algo que esté bien
visto. Cuanto más lo queremos, peor nos sentimos por no obtenerlo.
Finalmente, a excepción de los pequeños sueños, los que sabemos que son prudentes y
accesibles, al paso de los años cejamos de soñar completamente. Y ahí nos quedamos: en
el desolado santuario de Similitud, protegidos por la creencia errónea de que si soñamos
poco, y no sucede nada, no saldremos demasiado lastimados. ¡Santo cielo, qué forma de
vivir hemos escogido!
Al principio, terminar con una vida de privaciones programada puede provocar un poco de
miedo, porque significa cambiar. Pero debemos destruida si queremos convertimos en
auténticos creadores, en lugar de seguir siendo creadores por casualidad. Y
honestamente, aprender a querer productivamente (y descubrir que está bien) no es tan
complicado como parece, una vez que aprendemos cómo querer, en lugar, de cómo no
querer.
Existen tres tipos básicos de "quiero", cada uno con su propia intención, en nuestro
archivo de sueños.
Si tienes sobrepeso y quieres adelgazar, dices con toda inocencia: "Quiero estar
delgado", ése es un "quiero" negativo y nunca, jamás, lo sentirás como una grata
sensación que te reconforte. Proviene de anhelar, de añorar o de un desear vacío, todo
ello de energía negativa. Surge de la necesidad, la cual implica temor, y no del deseo,
que es emoción. Naturalmente, tú no estarías queriendo algo si lo tuvieras; pero si
solamente te enfocas en el hecho de que no lo tienes, jamás llegará. Y no podrás
conseguirlo porque tu enfoque está en su ausencia.
Con los "quiero" correctos, finalmente sacamos del clóset los "deberías" y los "tienes
que”, para lanzamos a vivir la vida... ¡nuestra propia vida! Con los" quiero" correctos,
aceptamos el hecho muy real de que no sólo es correcto y adecuado, sino esencial para
nosotros querer: cualquier cosa..., en cualquier parte..., de cualquier tipo..., en
cualquier cantidad..., en cualquier forma..., en cualquier grado..., y en el momento en
que lo deseemos. ¡Cualquier cosa! Cualquier cosa de todo cuanto hay sobre la faz de la
Tierra, siempre y cuando sea algo que nos permita liberar nuestra vida, salir de
Similitud y empezar a vibrar más cerca del canal de alegría de nuestro Ser verdadero.
Ésta es la única razón por la que tenemos los "quiero", para hacemos sentir bien cuando
los tenemos.
Sí, yo sé que esto suena cruel, indiferente a los demás y hasta cierto punto egoísta.
Pero, por favor, tenme paciencia antes de llegar a sacar una conclusión, y te darás
cuenta de cómo este atrevido enfoque de la vida será profundamente benéfico para
todos los que te rodean y dependen de ti.
Yo te digo: "Muy bien, ¿qué quieres?" Y tú me dices: "Oh, eso es fácil. Quiero
suficiente dinero para pagar mis cuentas, cuidar a los niños, tener una linda casa en
donde vivir, un trabajo que me guste, una pareja amorosa con la que compartir todo, y
una salud perfecta. Además, tampoco me disgustaría tener un auto nuevo".
Eso es un comienzo, y muy bueno, pero eso es todo lo que es, simplemente, ¡un comienzo!
De hecho, para la mayor parte de los que vivimos en este mundo, tener todas esas cosas
evidentemente maravillosas ¡sería como vivir en el paraíso! N o obstante, si vamos a
liberar ese poder que llamamos pasión, para poder aproximarnos y finalmente vivir más
cercanos a la frecuencia de nuestro Ser natural con profunda alegría, tenemos que ir
más allá de lo evidente..., ¡mucho más allá!
Así que, ¿qué más? ¿Qué más quieres? Sí, por supuesto, los "quiero" cambian con los
años. Probablemente has pasado ya de la época en la que querías un pastel y para tu
cumpleaños (y entonces, ¿de nuevo...?), o quizá ya no desees tener un espectacular
convertible para recorrer con él el centro de la ciudad el sábado por la noche. Y, sin
embargo, todavía hay dentro de ti un asombroso inventario de fantasías, desde hace
mucho tiempo olvidadas. ¿Cuáles son? ¿Cuánto tiempo hace que no te atreves a disfrutar
de su tentador sabor, o de participar en las exóticas aventuras en tu soñar despierto?
¿Cuáles son tus deseos más pequeños, más grandes, más antiguos o más nuevos, tus
deseos más profundamente ocultos, tus ambiciones, tus aspiraciones..., las que son tan
remotas, tan imposibles, tan improbables, que nunca te has atrevido a hablar de ellas en
voz alta, ni siquiera en un susurro..., a nadie..., ni siquiera a Dios? ¿Cuáles son? ¿Qué
te has permitido dejar de querer?
¡Este planeta no es Similitud! Venimos aquí por el contraste, por los opuestos. Venimos
aquí para aprender a manifestar nuestros deseos. Venimos a aprender a discernir y a
cultivar ese extraño arte de querer, que equivale a manifestar. En cambio, nos
encontramos atrapados en la inútil habilidad de coleccionar diligentemente los "no
quiero".
Venimos a aprender cómo crear nuestros deseos, cómo realizar nuestros sueños, cómo
prosperar y cómo llevar esta maravillosa experiencia llamada "ser físico" hasta su propio
zenit.
Venimos a experimentar lo bueno, junto con lo malo, de tal forma que podamos aprender
a seleccionar lo que nos gusta, por encima de lo que nos disgusta. ¡Aprovéchalo! Saca tus
tan ansiados sueños de ese clóset viejo y atiborrado, sacúdelos un poco con amoroso
cuidado, y examina atentamente cada uno de ellos.
Ahora, te tengo buenas noticias: no necesitas ser merecedor de ninguna maldita cosa
para obtener tus deseos.
No necesitas probar, demostrar o declarar algo, ni aprobar un examen de moral.
No tienes que explicar tus razones, ni disculparte con tu familia, contigo mismo o con
Dios.
No tienes que ser más merecedor, digno, confiable u honrado de lo que ya eres ahora.
Sólo tienes que tomar una decisión..., sólo una..., y es la de ser feliz.
Pero nunca podrás emprender ese camino, hasta que permitas a tus "quiero" -tus sueños,
tus deseos, tus anhelos-, salir del clóset, no sólo asomarse un poco, sino ¡salir por
completo!
Como cualquier talento oculto, que consciente o inconscientemente sabías que estaba ahí
pero que no te sentías cómodo mostrándolo, una vez que asimiles el hecho de que querer
forma parte de ti, de que hacerlo es totalmente adecuado, practicarlo se convertirá en
una diversión. Comenzará a fluir la alegría y empezarás a vibrar en forma diferente,
porque cuando estás alegre con la vida ya no puedes vibrar negativamente y, por tanto,
no puedes atraer cosas negativas, sólo positivas.
Cuando estás en armonía con la vida, no puedes sentirte inseguro, avergonzado, indigno,
culpable o inferior en ninguna forma, pues no estás vibrando de ese modo. N o puedes
sentir carencia de ningún tipo, ni puedes atraerla.
La única cosa que harás cuando empieces a abrir la llave de tus "quiero" será emitir
mayor alegría, y más abundancia, y sentir más libertad en tu experiencia. ¿N o dirías
que es pequeño el precio de tus sueños? y no importa lo que decidas soñar. Elige un
sueño que te haga feliz, y estarás vibrando en esa frecuencia. Sueña el sueño de la
alegría; sueña el sueño de la plenitud; sueña el sueño de la frivolidad, pero ¡SUEÑA!
Tener deseos -quererlos- no es mayor pecado que respirar. Nunca más pienses que
tienes que justificar tus "quiero". ¡Simplemente no lo hagas! N o puedes justificar,
defender o racionalizar -todo lo cual es energía negativa- y mantenerte conectado con
tu energía fundamental.
Tú no necesitas disculparte de nada, con nadie, ni con ninguna autoridad, de alto o bajo
rango, por tus deseos. Ciertamente, tampoco con Dios. Hacerlo es darle la espalda a tu
energía más elevada, negando así tu existencia misma, tu divino derecho a vivir.
Contrariamente a las enseñanzas comunes, obtener felicidad es un sagrado derecho que
tienes desde que naciste.
Así que déjate llevar y sueña. Tú ya estás creando tu vida cada momento de cada día,
de acuerdo a la forma en la que piensas y vibras, por lo que bien puedes hacerlo de la
manera que te gustaría que fuera.
Una de las mejores maneras de descubrir algunos de esos "quiero" escondidos durante
tanto tiempo, es imaginar. Recuerda, todo lo que necesitas para obtenerlos -sea "lo" que
sea- es quererlos y sentirlos, sin explicaciones, excusas, disculpas o razones.
El reto ahora es cómo ahondar lo suficiente para traspasar las rígidas capas de los
"deberías", "no deberías" y "no no", hasta la largamente olvidada emoción de -y pasión
por la vida.
Imagínate que es la época navideña (esto no es cuestión religiosa, así que no importa qué
religión profeses). Tú eres el Santa Claus del centro comercial, de abundante barba
blanca y barriga de almohada. Escuchas a todos recitar su larga lista de "quiero",
socialmente aceptables, pero un rato después, decides esparcir tus polvos mágicos para
que los niños de cualquier edad revelen algunos de sus "quiero", menos aceptados
socialmente.
Se te acerca una chiquilla de unos seis años, salta sobre tus rodillas y empieza a darte
su lista: unos cuantos juguetes especiales que vio en la televisión y un par de peticiones
tradicionales, como una muñeca y un perrito. Eso es todo. Nada nuevo.
Así que tú esparces un poquito de tus polvos mágicos y aparecen en la lista de pedidos:
un gran columpio en el patio trasero, un papá que esté más tiempo en casa, una mamá
que disponga de más tiempo para jugar, alguien -cualquiera- que crea en los lindos
ángeles que hay en su recámara y alguien más, que haga que todas las cosas siempre
salgan bien. ¡Ah!, y muchos hermanitos y hermanitas, por favor. Entonces, la niña baja
de un salto y se va muy contenta. (¿Recuerdas cuáles eran tus "quiero" escondidos a los
seis años de edad?).
Después, se presenta una chica alta y delgada de unos 18 años, divertida con la
idea, y muy dispuesta a seguir el juego. "Muy bien ¿qué te gustaría que te trajera
Santa Claus?". Una vez más, aunque la muchacha alegremente entra en el espíritu de
esta broma, su lista resulta extremadamente corta. "Bueno, acepto ese automóvil nuevo
que tienes oculto en el saco, Santa. Y no me importaría que dejaras unos cuantos miles
de dólares en mi bota para mis caprichos. Y si tienes por casualidad un tórrido romance
por ahí, guardado para mí en tu trineo, ¡sería estupendo!".
Finalmente, llega el adulto que se sienta feliz en tus rodillas de Santa Claus, mientras
los niños lo observan y sonríen burlones. "¿y qué te gustaría pedir, mi amigo?" preguntas,
expectante. Descubres, con desolación, que esta persona tiene la lista más corta de
todas hasta entonces, como si todas sus esperanzas y sueños de antaño hubieran volado
hacia otra galaxia. ¡Oh!, ahí se fueron la casa nueva, el flamante automóvil y el fugaz
deseo de sacarse la lotería; pero así son las cosas. Con rapidez, esparces tus polvos
mágicos. Nada. Esparces un poco más. Todavía nada. Le vacías la bolsa la bolsa encima
a la persona. Con lentitud, al principio, como si tuviera que sacarse de las profundidades
más oscuras del océano, surge un comentario sobre tener una pastelería y otro sobre
aprender a tocar el piano. Una pausa, y brinca a otro acerca de tomar un curso de
horticultura en la universidad local, y otro sobre construir un tipo único de velero. De
repente, surgen uno tras otro los deseos: cómo ayudar financieramente a un amigo para
abrir una escuela de danza, tener una puerta eléctrica en la cochera y vivir en una casa
muy elegante con vistas hacia las hermosas aguas de una isla del Caribe.
Si yo tomo todos mis "no quiero" (que me hacen sentir mal) y centro la atención en mis
"quiero" (que se supone que deben hacerme sentir muy bien), terminaré con algo que yo
sé que no tengo (lo cual seguramente no me hará sentir bien) y añoraré algo que, de
cualquier modo, probablemente nunca conseguiré, ¡lo que me hará sentir peor que antes
de empezar con esta estupidez!
LA CLAVE
La clave para conseguir lo que más deseas desde el fondo de tu corazón -sin límite
alguno-, es descubrir una forma de sentirte bien con tu "quiero", pues este "quiero" no
se hará realidad si al desearlo, o suspirar por él, te sientes desalentado, en lugar de
sentirte bien. (Recuerda, la carencia proviene del temor; el deseo proviene de la
emoción. Son los extremos opuestos del polo vibratorio). Así que nos encontramos ante
un dilema: estamos queriendo algo, lo cual generalmente nos hace sentir mal, porque no
sólo no tenemos lo que queremos, sino que no tenemos la menor idea de cómo conseguido.
Por otra parte, si comienzas a sentir aunque sea un poco de emoción, o un agradable y
cálido murmullo, has dado en el blanco.
Así que la pregunta es cómo podemos ir de abajo hacia arriba cada vez que pensamos en
un "quiero", porque, en cuanto estamos arriba, anulamos las vibraciones que provocan
esos sentimientos deprimentes, que aparecen cuando estamos enfocados en el hecho
evidente de que nuestro "quiero" no se encuentra a la vista.
CÓMO ENTUSIASMARSE
Ya sabemos que la clave para convertir un "no quiero" en un "quiero" es encontrar formas
para sentimos espléeendidamente acerca de ese "quiero", en lugar de desalentarnos. Sin
importar si se trata de un viejo sentimiento de los "quiero" que ha estado encerrado en
el clóset desde siempre, o de un deseo reciente, el proceso es el mismo.
He aquí cómo hacerle para sentirnos bien -de hecho, muy bien- al querer algo que no
tenemos, o que creemos que nos es imposible obtener, que no merecemos tener, o que
nunca estaría a nuestro alcance, y que a nuestro cerebro le resulta demasiado
complicado y cansado resolver. Éste es el componente más importante de la Ley de la
Atracción, que garantiza atraer los "quiero", en lugar de los "no quiero":
Una vez que sepas lo que quieres, debes encontrar el SENTIMIENTO que provoca tener
ese "quiero "y, al mismo tiempo permanecer fuera del sentimiento que provoca el no
tenerlo. En otras palabras, seeentir (conseguir entusiasmarse), lo que sería nadar (si no
sabes hacerlo), en lugar de sentirte avergonzado cuando todos corren al agua, menos tú.
Siéeentete (lograr entusiasmarte), feliz en tu nuevo trabajo, en lugar de sentirte
constantemente deprimido -y atrapada- con el que tienes ahora.
Siéeentete (lograr entusiasmarte) orgulloso por subir al estrado a recibir tu bien ganado
grado académico, aunque todavía no hayan empezado las clases.
Siéeentete (lograr entusiasmarte), con cómo quieres que rea tu nueva pareja y lo
maravilloso que será estar juntos.
Siéeentete (lograr entusiasmarte) con lo que sería poseer la camioneta de tus sueños, y
el placer y el orgullo de viajar con tus amigos y tu familia a todas partes.
Ahora estás vibrando en armonía con tu más grande Ser. Tus deseos son felizmente
incluidos en tus vibraciones, y se magnetizan y crecen más cada vez que sieeentes que
son realidad durante sólo dieciséis segundos. Has eliminado las vibraciones negativas de
la conciencia social para vivir en -y vibrar en-las únicas energías capaces de atraer
hacia ti esos "quiero", las más elevadas, benditas frecuencias de "sentirte bien”.
Una vez en ese espacio, tú y tus "quiero" estarán literalmente unidos. En lugar de
ondear banderas rojas y unirte en armonía con la carencia de tu deseo (lo cual significa
que estarás atrayendo más carencias), estarás ondeando banderas verdes de "sentirte
bien" y de estar en armonía con tener lo que anhelas, sea que eso ya exista, o que aún
no.
Desde el momento en que piensas en todos los porqué de querer algo, empiezas a
conectarte con ello en sentimiento. Te sientes más sintonizado, más entusiasmado y
estás creando numerosos intervalos de dieciséis segundos que fluyen plenamente cargados
de energía magnética hacia lo que deseas, en lugar de sólo murmurar un impreciso: "Esto
es lo que quiero".
Así que al declarar tus por qué, estás dando a ese "quiero" el impulso de despegue
necesario. Así como un automóvil sin batería no va a ninguna parte hasta que no se carga
de energía, y si no hay carga no camina, si no hay entusiasmo en tu "quiero" no habrá
magnetismo, y sin magnetismo no conseguirás lo que quieres.
Pregúntate a ti mismo, una y otra vez, por qué quieres algo, y continúa preguntándotelo,
muchas veces, aun cuando pienses que ya no tienes más respuestas. Muy pronto estarás
en un mundo de ensueño, sintiéndote ma-ra-vi-llo-sa-men-te-bien, precisamente donde
necesitas estar para atraer hacia ti ese deseo.
A estas alturas, querrás invocar tu fuerza de voluntad para permanecer en esa vibración
tanto como te sea posible, tal vez media hora o, quizá, el día completo. Pero aunque sólo
sea un par de minutos, ¡magnífico!, será suficiente para despertar el torrente de
energía. Recuerda, sólo necesitas dieciséis segundos para hacer que los mismos
pensamientos de vibración se conviertan en un remolino de energía, enseguida suma otros
dieciséis segundos y otros más. Si de pronto te sorprendes diciendo: "Olvídalo, ése es
sólo un sueño imposible", en medio de tu condición elevada, simplemente cambia de
velocidades de vibración, piensa en algo que te haga sentir bien, acelera el motor de
nuevo y anula rápidamente la-vibración de bandera roja.
Antes de que te des cuenta, el universo comenzará a responder a tus vibraciones con
pequeñas señales aquí y allá, con asombrosas pequeñas "coincidencias"; todas las piezas
mágicas que se necesitan para atraer lo que deseas seguirán llegando, y llegando, hasta
que todo esté en su lugar, contigo en el centro, viviendo lo que una vez fuera tu sueño
"imposible".
Pero tú tienes que probarlo, olerlo, sentirlo y asombrarte ante él, antes de que suceda.
Debes hablar de él y sentir que lo estás viviendo, y volver a hablar de él, hasta que
esos sentimientos que se han despertado, el elemento fundamental del paso tres, lleguen
a ti con facilidad.
Esa corriente de energía no física es lo que realmente somos, una fuerza incalculable de
alegría, abundancia y seguridad. La mayor parte del tiempo nos mantenemos separados
de esa gran corriente de energía. ¿Cómo? Con nuestra energía negativa de válvula
cerrada.
Pero cuando nos sintonizamos, nos conectamos y nos sentimos bien, abrimos esa válvula
mágica para dejar fluir la corriente de vibraciones de alta frecuencia a través de
nosotros. Ahora nos sentimos vivos, elevados, vibrantes, llenos de energía, emocionados,
sintonizados..., con lo mejor de lo que conocemos como felicidad.
Como la presión del agua, en nuestra manguera imaginaria la energía está siempre ahí,
pero tenemos que dar pasos deliberados y propositivos para abrir la vieja válvula ya
oxidada, si queremos que fluya la energía de alta frecuencia de nuestra fuente.
Tener la válvula abierta (sentirse bien) significa que la energía positiva está fluyendo a
través de nosotros, y desde nosotros, y que estamos creando intencionalmente.
Tener cerrada la válvula (cualquier cosa que no sea sentirse bien) significa que estamos
haciendo fluir energía negativa, que nos estamos resistiendo al fluido natural y que
estamos creando las cosas por mera casualidad.
Lo anterior no significa que debamos andar por el mundo siempre felices, funcionando a
alta frecuencia y volando como una cometa todo el día. Todo lo que tenemos que hacer
es tener abierta nuestra válvula, aunque sólo sea un poco, y permitir que se vaya
ensanchando gradualmente para liberar esa corriente llena de vida. Si podemos encontrar
formas de sentirnos un poco mejor que antes, y aumentar el sentirnos bien cada vez
más, pronto empezaremos a invertir las atracciones negativas que hemos tenido toda la
vida.
PROPÓNTELO
Una vez que has empezado a conseguir tus "quiero" abiertamente, hay un paso más que
te ayudará definitivamente, y es el de convertir tus "quiero" en propósitos. Debido a que
la palabra "quiero" podría causarte en este momento ciertas inquietudes emocionales,
probablemente te sentirías mejor simplemente "proponiéndote" hacer ciertas cosas.
Las intenciones diarias nos brindan nuevas alternativas para que la energía fluya más
fácilmente. Cuantas más cosas intentamos, más estamos usando la energía de alta
frecuencia, que muy pronto se convierte en un camino de doble sentido; es decir, cuanto
más usamos esa energía, más la recibimos. Esto crea una especie de cubierta protectora
alrededor de nosotros, semejante a un chaleco de seguridad que nos protege de caer en
viejas creencias que continúan atrayendo cosas que no queremos.
En cuanto a otros asuntos más grandes e importantes, si tu propósito para ese día es
sentir alegría, no deberás sintonizar un sólo programa en la televisión que te inquiete. Si
tu propósito es que te instalen la nueva cocina sin mayor problema, así se hará, a menos
que cierres la válvula debido a otra cosa. Si tu propósito es terminar a tiempo la cena,
observa lo fácil que es lograrlo.
Debes sentir la fuerza cuando hagas estas declaraciones. Siente la autoridad, la fuerza
del mando, la potencia muscular detrás de la energía que sale de ti. Todo debe estar
completo. Pero úsalo con precaución. Un propósito es una dinamo en sí mismo, del cual no
se debe abusar y nunca convertirlo en un hábito ocioso.
ATRÉVETE A QUERER
Verifica qué es lo que te gusta y lo que te disgusta de tu vida actual. Luego, sobreponte
al sentimiento de culpa que te produce querer algo, y acelera el motor de ese "quiero"
porque hacerlo te proporcionará el impulso necesario; eso te traerá alegría; la alegría te
traerá más "quiero" y en ese momento estarás creando deliberadamente. Tú eres el
inventor y el realizador de todo; eres ambas cosas en una sola persona (no te preocupes
por ser el ingeniero diseñador hay una inteligencia infinita dentro de ti conectada que
habrá de encontrar cómo ensamblar una cosa. Ése ya no es tu trabajo).
Desde luego, persigue cosas materiales para ti mismo, pero también solicita cosas
universales o intangibles tales como:
Quiero que la alegría irradie de mi corazón.
Quiero que toda mi familia se sienta contenta.
Quiero saber que siempre todo marcha bien.
Quiero tener un mayor sentido de libertad.
Quiero saber que tengo alternativas.
Me propongo buscar más opciones.
Me propongo confiar en que todo marcha bien en el mundo. Me propongo aprender a
crear deliberadamente.
Me propongo aprender a manejar la energía.
Me propongo darme cuenta de mi resistencia.
Me propongo darme cuenta de mis sentimientos.
Me propongo disfrutar de la vida al máximo.
Me propongo divertirme más.
Me propongo mostrarme más entusiasta.
Me propongo tener una conexión más fuerte con mi fuente.
Lo importante es que te sobrepongas al mito de querer y hacerlo. Atrévete a querer
cualquier cosa que exista en este mundo que te produzca placer, porque querer es
hacerse cargo de las cosas.
Mejorar ú obtener lo que deseamos en nuestra vida, implica cambiar. Para lo cuál
tenemos en contra los hábitos y creencias del pasado. No todo lo aprendido ha sido
malo, hay cosas que cumplieron su objetivo y en el presente son un lastre que
necesitamos eliminar ó cambiarlas por otras, así como requerimos adquirir otras nuevas.
Esto es requisito previo para usar todo el poder que encierra la Ley de Atracción. Es la
razón de éste capítulo; entender que hay modos de pensar y actuar aprendidos que
tendremos que eliminar, que están bloqueando la manifestación en nuestra vida lo que
queramos.
Los pensamientos que te han traído hasta aquí, no
son los mismo que necesitas para llegar a otra parte
Stephen Covey.
Al igual que yo, sabes que nuestra forma más común de pensar es más o menos así:
"Cuando suceda tal o cual cosa, entonces podré ser feliz", o "cuando tenga el cuerpo
adecuado, entonces podré sentirme bien conmigo mismo". "Cuando gane más dinero,
entonces me liberaré del estrés". Esta vieja práctica podría llamarse el síndrome de
cuando-esto-pase-seré-feliz. Sin embargo, ha sido precisamente ese modo de pensar lo
que ha vuelto tan difícil nuestra vida.
Cuando las circunstancias no nos favorecen (lo cual ocurre la mayor parte del tiempo),
nuestra primera reacción es, por lo general, buscar remedios físicamente agresivos para
tratar de liberarnos, repararlo, o corregirlo. Después de todo, somos criaturas físicas.
"¿No te gusta eso? No hay problema". ¡Vamos, lo único que tienes que hacer es:
arreglarlo!.
Entre lo que Luís había dejado, unos cuantos ahorros, y lo que sus hijos le pudieron
prestar, Liz había reunido el dinero suficiente como para sobrevivir aproximadamente un
año. Pero cada vez que hablábamos, me decía: "Caramba, no he vendido nada todavía.
No sé si esto me vaya a funcionar o no. Tengo que vender algún cuadro pronto, o no sé
qué voy a hacer".
Liz no estaba estudiando el flujo de la energía, ni le interesaba hacerlo. Escuchaba
atentamente mis sugerencias, no siempre muy amables, de que dejara de enfocarse en su
actual situación negativa (la falta de ventas) y empezara a concentrarse seriamente en lo
que quería y en cómo la hacía sentir ese deseo. Hablamos una y otra vez, y el mismo
número de veces, Liz me dijo: "No creo que pueda soportar esta situación mucho tiempo
más. Me estoy poniendo tan nerviosa que no puedo siquiera concentrarme en lo que estoy
pintando. ¿Qué voy a hacer? Estoy aterrada".
Un día no pude resistir más y actuando con verdadero "amor apache" hacia una
queridísima amiga, empecé a hablar en voz baja, lenta y muy firme. "De acuerdo, amiga
mía, si quieres hundir tu propio barco, está bien. Yo me lavo las manos. Disfruta tu
desgracia, pero no vuelvas a llamarme para contarme tus problemas. Tú podrías darle la
vuelta en un santiamén si dejaras de quejarte, así que cuando estés lista para ello,
llámame. Y lo digo en serio, no más llamadas, hasta que estés lista para tomar el
control". Me sentí como un villano, pero me negaba a convertirme en un eslabón más de
su Cadena de Dolor.
Durante tres semanas, se mantuvo en silencio mi conexión telefónica con ella. Cuando
llegó la llamada, sentí ganas de llorar: "Está bien. Tú ganas. Me doy por vencida. ¿Qué
tengo que hacer?". Primero la hice hablar de todas las cosas que no quería. Eso fue
fácil: no quería perder la casa, no quería perder el respeto de sus amigos y de sus hijos,
ni la oportunidad de pintar profesionalmente.
Entonces, empezamos con los "quiero", uno por uno. Nos centramos primeramente en la
casa, que era lo más apremiante y continuamos con todo aquello para lo que requería
dinero. Liz no podía hablar de nada más porque en el dinero era en lo que había estado
pensando todo el tiempo. Sus cuadros no se estaban vendiendo, así que todo el dinero se
había estado yendo en la dirección equivocada..., ¡y se había acabado! "Muy bien, Liz, lo
primero que tenemos que hacer es que te sientas bien, para que vibres de manera
diferente."
"¿Sentirme bien? ¿Bromeas? ¿Cómo puedes esperar eso de mí, cuando estoy perdiendo
todo lo que Luís y yo logramos reunir durante toda la vida? Por eso te estoy llamando,
para que me digas cómo puedo vender mis pinturas. Si empezaran a venderse, todo se
arreglaría y yo me sentiría tan bien como quieres que me sienta."
Ése era precisamente el problema. Todo lo que Liz podía ver frente a ella era la
carencia de lo que quería. Cuanto más miraba a su alrededor lo que no tenía y todo lo
que parecía que no iba a llegar nunca, peor se sentía. Y cuanto peor se sentía, más
desesperadamente corría en círculos, y cuando trataba de cambiar las cosas, se sentía
peor y menos se vendían sus cuadros. Estaba enfocada entera y continuamente en las
sombrías condiciones del momento, creyendo que eran la suma total de su realidad. Los
hechos eran hechos. Su intento de sostenerse ella sola; por medio de su trabajo
artístico, no estaba funcionando. "Tengo que enfrentarme a la realidad", me dijo
suspirando con resignación.
Pero yo insistí, y finalmente logré que aceptara que habláramos sobre por qué quería
conservar la casa, aunque a ella le pareció que era un enorme disparate hablar en esos
momentos sobre cómo se sentía al respecto. "Muy bien, muy bien, quiero conservar la
casa para no tener que mudarme." (Ése era un "no quiero", pero decidí no confundirla
con esos detalles.)
"¿y por qué no quieres mudarte?". De pronto, pareció suavizarse al decir: "Bueno, porque
Luís y yo amamos este lugar y siento que mientras viva yo aquí, él seguirá a mi lado".
(Su resistencia a sentir energía positiva parecía disminuir). "Nada de esto tiene que ver
con cómo me siento..., excepto cuando Pienso cómo voy a pagar las deudas." Poco a
poco, Liz comenzó a trabajar más en su amor por la casa, hasta que oí en el tono de su
voz un sentimiento de alegría. Se estaba sintiendo bien y algo más: su válvula comenzó a
abrirse por completo.
-iLiz detente! Justo en este momento quiero que sientas lo que estás diciendo.
-¿Qué quieres decir?
-¿Cómo te sientes con lo que me estás diciendo? -Bueno, ¡maravillosamente, desde luego!
Me siento protegida, cuidada... ¡Dios mío, me siento segura! ¡Oh, sí! ¡Me siento contenta
y segura!
-¡Bien! ahora, mantén ese sentimiento. ¿Lo tienes? -Sí, ya lo tengo.
-Se siente bien, ¿verdad?
-Seguro, se siente sensacional.
-Muy bien. Desde ese lugar de seguridad, desde ese sentirte tan bien, piensa cómo te
sentirás cuando puedas pagar la casa con toda facilidad. No te preocupes de cómo vas a
hacerlo. No te preocupes si no puedes hacerlo ahora mismo. Hacia dónde vayas no tiene
nada que ver con punto en el que estás ahora. ¡Nada! Tienes que recordar eso. Esta
condición en la que te ves ahora no significa nada. De una vez por todas, cambia tu
enfoque y retira tu atención de eso porque no te está permitiendo llegar a donde quieres
ir. ¿Lo entiendes?.
-Creo que sí, pero, ¿cómo?
-iNo te preocupes por el cómo! Tu único trabajo es encontrar formas de sentirte bien, y
olvidar todo lo malo que está sucediendo. Trata de encontrar formas de sentirte un poco
mejor, y un poco mejor, y un poco mejor, hasta que te sientas completo, cuando te
sientas completamente bien, en ese momento piensa en hacer con facilidad esos pagos de
tu casa. ¿Puedes hacer eso?
-No sé...
-Muy bien, ¿Cómo te sientes al saber que puedes hacer esos pagos?
-¡Sensacional!
-Por supuesto. Piensa en la gran emoción de vender tus cuadros, pero no lo hagas desde
el sitio: "Tengo-que-hacerlo; tengo-que- hacerlo", sino con un: "¡Lo ESTOY haciendo!".
Al pensarlo desde esa perspectiva, ¿cómo te sientes? Aquí hubo una larga pausa.
Entonces me dijo:
-Oh, caramba, más libre que nunca. ¡Me siento en el cielo! -¡Muy bien! ¡Ése debe ser el
sentir! Eso es lo que quiero que continúes haciendo..., siente así las cosas..., todo el
tiempo. Liz, deja de enfocarte en las condiciones negativas actuales. Deja de
mirarlas, deja de pensar en ellas, eso sólo te hace sentir peor. Tienes que recordar que
tu único trabajo es sentirte bien. ¡Punto! Entonces, deja que el universo se encargue de
lo demás.
Liz se sintió tan maravillosamente bien al pensar en su casa y en cómo Luís y ella la
habían amado, que pudo recrear ese sentimiento con toda facilidad. De cualquier modo,
fue así como ella empezó.
Transcurrieron tres meses y el pago de una cuenta de teléfono que habría matado a
cualquiera. Al final de ese tercer mes (que coincidió precisamente con el final del año
que Liz se había puesto originalmente como plazo para demostrar que podía ganarse la
vida pintando), mi amiga no sólo había vendido suficientes cuadros como para quedar
protegida por algún tiempo más, sino que tenía un entusiasta promotor de obras de arte
que le estaba ayudando a preparar su primera exposición en su ciudad, y había recibido
como adelanto una cuantiosa suma de dólares, para pintar un pequeño mural en un
edificio de oficinas privadas.
Liz entendió el mensaje y ahora es muy cuidadosa respecto de la energía que produce y
que fluye de ella. En realidad, no estoy muy segura de quién de nosotros dos se sintió
más emocionada con el resultado.
A todos nos ha sucedido. Cuando las cosas se ponen difíciles, o nos dedicamos a
lamentamos por lo que sucede, o nos apresuramos a buscar formas de ejercer el control
sobre los daños causados. Se trata de arreglar las cosas, de mejorarlas, de rectificar
los posibles errores. Quién de nosotros no ha murmurado: "Si sólo pudiera cambiar las
cosas, ¡todo estaría mejor!".
Nos encanta arreglar cosas, estamos adecuadamente entrenados para responder a las
condiciones que aparecen frente a nosotros. Pero arreglar las cosas es resistirse a
nuestra energía natural. Arreglar las cosas es una válvula cerrada. Arreglar las cosas es
producir energía negativa.
El reto es desviar el enfoque del objeto que nos causa ansiedad o enojo, y sustituirlo por
un sentimiento más feliz de lo que queramos. En otras palabras, necesitamos dejar de
arreglar y empezar a sentirnos bien.
Por ejemplo, supongamos que el techo de tu casa está viejo y necesitas cambiarlo, pero
no tienes el dinero para hacerlo, al menos por el momento. No obstante, se acerca la
temporada de lluvias y el problema se vuelve apremiante. Además, tienes problemas con
el automóvil y el pago de impuestos atrasados. Por tanto, estás en un bache de
condiciones desagradables, ninguna de las cuales te va a hacer sentir particularmente
feliz cuando pienses en ellas. Pero si piensas en ellas, y sigues pensando en ellas de
cualquier modo, desde luego, se volverán más grandes.
Todas esas condiciones negativas a las que llamamos cariñosamente "problemas", no son
más que molestos "no quiero", pero tan comunes para todos nosotros, que forman parte
de nuestro mundo, los asumimos como si fueran una parte de la vida. De hecho, los
llevamos como placas de identidad, una especie de reconocimiento en el lamentable juego
de quién puede ser la peor víctima. Y; naturalmente, cuanto más nos lamentemos o nos
jactemos de ellos, más grandes se volverán.
Algunas condiciones negativas son problemas serios, otras son simplemente molestias
menores; sin embargo, sin importar lo que sean, todas prevalecen en nosotros y
contaminan cuanto hacemos, hasta que se vuelven una forma de vida. No obstante, las
condiciones negativas no son más que el resultado de nuestro enfoque en el pasado..., y
de nuestros sentimientos..., y la energía fluye. Eso es todo lo que son. El fluido de
energía negativa fue la causa, y las condiciones desagradables son el efecto.
Sólo hay una forma de detener el desastre que hay en tu vida, e impedir que se vuelva
peor: deja de enfocarte en los problemas. Si puedes aceptar -desde lo más profundo de
tu ser- que tus problemas no son causados por tu pareja, tus inquietos hijos, los
impuestos que tienes pendientes, o el alcohólico que te encontraste en la calle, entonces
tendrás la oportunidad de borrarlos de la misma forma en que los atrajiste: mediante tu
fluido de energía. Sólo que esta vez a través de una vibración realmente diferente.
Por ejemplo, digamos que estás viviendo en un cuerpo que no te gusta mucho. ¿Tú llamas
a eso realidad, lo que significa que no puede cambiarse y debe ser aceptado? O digamos
que estás viviendo en una precaria situación económica que está afectando tus ingresos.
¿Tú llamas a eso realidad; es decir, a una situación potencialmente desastrosa sobre la
cual no tienes control?.
"Así es la vida, ¡acéptalo!"
"Así son las cosas."
"No puedes pelear contra el gobierno."
"Deja de golpearte la cabeza contra la pared."
''Así es el mundo."
“Aprende a aceptar la vida en sus propios términos."
"En la vida de todos hay un poco de sufrimiento".
"Baja de las nubes y pon los pies en la tierra"
"La vida no es justa."
“Hay que sufrir para lograr lo que uno quiere”.
"Abre los ojos y enfrenta la realidad."
“No todos nacimos para ser ricos, a ti te toco una familia pobre, acéptalo”
“La vida es un reto”.
¿Alguna te sonó familiar? He aquí lo esperanzador: no tenemos que enfrentarnos a nada,
ni soporta nada. Todo lo que tenemos que hacer es aprender a que nuestra energía fluya
en forma diferente, porque nada -nada- afecta a nuestra experiencia, excepto la forma
en que fluye nuestra energía. ¡NADA!
Con algunas cosas de nuestra vida, las que nos parecen agradables, nuestra válvula se
abre de manera natural. Debido a que estas condiciones nos satisfacen, nuestra energía
positiva atrae más cosas positivas.
Pero cuando damos prioridad a la gran cantidad de condiciones negativas (problemas) que
nos rodean, nuestra válvula se cierra bruscamente. La conexión con nuestra energía
original apenas alcanza para que respiremos, y no reconoceríamos la vibración de alegría
aunque nos golpeara la cara.
Estamos molestos con esto, furiosos por aquello, preocupados por lo de más allá, nos
preguntamos cómo corregir esto, nos quejamos de aquello, tememos sabe Dios qué,
estamos deprimidos por todo y vibramos con tantas corrientes de incesante energía
negativa todo el tiempo, que es sorprendente que a pesar de todo tengamos siquiera
algunos momentos de alegría.
Sólo porque estás viviendo la realidad de una época en la que el trabajo escasea, no
significa que no puedas conseguir un empleo sensacional.
Sólo porque las casas no se están vendiendo, no significa que no puedas atraer un buen
cliente que se sienta encantado de comprar la tuya.
Sólo porque tu cuerpo no es tan fuerte como el de otros, no significa que no puedas
lograr la fortaleza suficiente para ganar la carrera de los 400 metros.
Sólo porque tú nunca has incursionado en ese ámbito, no significa que no puedas tener la
habilidad que se requiere para triunfar en él.
Sólo porque nunca has podido dejar de fumar, no significa que no puedas tener la
disposición para dejar de hacerlo hoy mismo.
Sólo porque te has divorciado dos veces, no quiere decir que estés condenado a otra
relación catastrófica.
Sin importar en qué desastre (o en qué felicidad) estemos viviendo en este momento, ya
sea como individuo, familia, nación o planeta, ese desastre es el resultado, único y
directo, de cómo nos hemos estado sintiendo -y del fluido de energía que hemos estado
produciendo- ayer, antes de ayer y los años anteriores también. La Ley de la Atracción
no funciona un poco aquí y un poco allá. Simplemente es para ti, para mí, para el
cosmos. Atraemos magnéticamente lo que vibramos, y nosotros creamos todo, desde las
defensas sumidas del auto hasta las guerras globales.
Así que, a partir de este momento, nunca, jamás aceptes la realidad como algo a lo que
debes resignarte. Lleva tus pensamientos más allá de lo que está frente a tu nariz, más
allá de lo que no te guste, y colócalos exactamente en lo que te gustaría que sucediera.
Si no lo haces así, eso que tú llamas realidad no cambiará nunca. Cierto, habrá algunas
cosas desagradables que están claramente frente a ti en este momento, o que te están
amenazando, o que parecen no tener solución, pero recuerda que no están grabadas en
piedra. No deben tolerarse, ni siquiera un poco.
La realidad desagradable no es más que un efecto causado por flujo de energía negativa.
Podemos vivir con esos efectos y sufrir con ellos, o evadirlos y tratar de que no nos
afecten.
Sólo recuerda que la parte más importante para cambiar las condiciones no deseadas es
simplemente: no tienes que cambiar nada, lo que tienes que hacer es dejar de pensar en
ello. Todo lo que se necesita es que estés dispuesto a dar el salto.
CONSEJO 1: Cambia el enfoque. ¡Ahora!
En el momento en el que reconozcas que te estás enfocando en la dirección que echa a
andar tu motor-de-la-preocupación (o de la culpa, o de la vergüenza), busca algo más,
cualquier otra cosa en la cual pensar, algo que te haga sentir, aunque sea ligeramente,
mejor de lo que te estás sintiendo ahora. ¡Y encuéntralo ahora mismo!
Cambia tus pensamientos y dirígelos hacia tu pareja (si tienes una relación buena), hacia
tu casa, hacia una canción, hacia tu perro, hacia tu nueva camisa, hacia un helado de
chocolate, hacia hacer el amor, hacia tus próximas vacaciones, tus últimas vacaciones,
un restaurante especial, tu hijito dormido, hacia ¡CUALQUIER COSA! Oblígate a hacerlo;
y quédate ahí hasta que puedas sentir que tu estado de ánimo empieza a modificarse -lo
que significa que la vibración de tu energía ha cambiado-, sin importar qué tan
lentamente lo hagas. .
Una vez que cambies tu forma de sentir, empieza a hablar de lo que quieres, en la
medida en que te sea posible (pero fíjate que sea un "quiero", y no un "no quiero") en
lugar de pensar en lo que no deseas. En cuanto lo consigas, tu enfoque dejará de estar
centrado en la situación adversa, en su lugar empezará a funcionar tu motor de
propósitos y habrás abierto tu válvula lo suficiente como para que funcione. Y; por
favor, no te preocupes de que el "quiero" que utilizaste como sustituto parezca imposible
de realizar. Sólo concéntrate en él y olvídate del "cómo lograrlo".
Si por alguna razón no puedes adentrarte en el sentimiento propositivo del "quiero", no
te preocupes. Sólo mantén tu enfoque en el sentimiento de algo agradable tanto tiempo
como te sea posible. Cuanto más tiempo (y más frecuentemente) puedas mantenerte en la
frecuencia más alta, con mayor rapidez empezará a disiparse lo que no deseas. Por el
contrario, cuanto más retengas tu enfoque en lo que te molesta, más tarde lograrás
permanecer en la frecuencia adecuada.
Muy pronto podrás vibrar algo así como el 50 por ciento respecto de lo negativo y el 50
por ciento en algo más agradable. Ahora realmente estarás tomando el control de tu
vida, lo que deseas cambiar comenzará a aparecer por todas partes.
¡Ah!, pero la verdadera diversión empieza cuando llegas al punto de cambiar energías
instantáneamente en cuanto te das cuenta de que éstas se han vuelto negativas.
Entonces habrás logrado saltar al 60-40 (60 por ciento con altas frecuencias y 40 por
ciento en forma "normal") y finalmente llegar al 70-30, o hasta el 80-20. En ese
momento, exactamente frente a tus ojos, empezarás a notar nuevos acontecimientos,
personas y circunstancias que aparecerán en tu vida como por arte de magia, una tras
otra, para crear los nuevos acontecimientos que tan profundamente deseabas. No está
mal, para haberlo logrado con sólo sentirte bien.
Sólo recuerda que la rapidez con que tu "quiero" se haga realidad dependerá
directamente de la rapidez (y la constancia) con la que puedas DESCONECTAR tu
enfoque en lo que te está manteniendo en una vibración negativa, y CONECTARLO en
donde quieres estar. Sin importar lo terrible que pueda parecerte tu situación por el
momento, no es permanente ni está pegada a ti. Sólo tienes que decidir lo que quieres en
su lugar, y adentrarte en la frecuencia de "sentirte bien", que favorecerá la creación de
cosas más positivas.
Y por favor, no te martirices porque tienes muchos problemas, ni trates de resolverlos
todos a la vez, intentando proyectar una variedad de "quiero" increíbles. Todos nos
hemos involucrado en múltiples desastres personales; con un poco de práctica sobre cómo
controlar nuestro flujo de energía, podemos salir de ellos. ¡Te lo garantizo!
Insiste en que harás todo lo que sea, todo lo que puedas, para encontrar -y conservar-
toda la energía necesaria para "sentirte bien". Y recuerda, el único poder que tienen las
circunstancias negativas sobre nosotros es el que nosotros mismos les demos. Es
entonces cuando nos sentimos atrapados y, francamente, lo estamos.
Pero ninguna circunstancia está fuera de tu control. Lo que está sucediendo en tu mundo
en este momento, no significa nada. Es sólo un resultado, eso es todo lo que es. Sin
importar lo terrible que te parezcan las circunstancias, siempre podrás producir y dejar
fluir energía de "sentirte bien" -y hasta de "sentirte mejor"- en torno a ellas, para
cambiarlas. Si aceptas eso desde lo más profundo de tu ser, el resto de esta creación
reflexiva será real.
BENDÍCELOS A TODOS
Reconozcamos y enfrentemos esto: siempre habrá contrastes, lo cual implica que siempre
habrá cosas que no nos gusten. Eso fue lo que aceptamos y, francamente, es lo que más
disfrutamos.
Pero si es Godzila el que viene hacia nosotros, o el piquete de una pulga, sin importar
qué tan mala o molesta pueda parecemos la situación, no merece más que la atención
suficiente para advertirnos que estamos produciendo energía negativa. ¡Eso es todo! No
es el fin del mundo.
Cuando una sensación de alarma te invade como respuesta a una situación específica, y
sientes que te tiemblan las rodillas como respuesta al síndrome del Llanero Solitario, sólo
tranquilízate y relájate. Eso cambiará tu pensamiento y modificará tu sentir, y éste a la
vez a tu vibración, y todo ello permitirá que el universo y tu Ser expandido se hagan
cargo de la situación.
Y así, contrariamente a la creencia popular, no tendrás porque recibir un golpe tras
otro, antes de que te permitas a ti mismo sentirte bien. Lo único que tienes que hacer
respecto de cualquier situación negativa es dejar de pensar en ella (después de todo, no
es más que una tontería), dejar de responder a ella, y encontrar alguna forma de
sentirte mejor.
Los hábitos de toda una vida -y siglos de heredarlos- no se vencen con facilidad. Será
mejor que recuerdes, simplemente, que lo que estás viviendo ahora es sólo resultado del
fluido de energía del pasado.
Así pues, da un paso atrás y aléjate de la situación, para que puedas contemplarla desde
una perspectiva más amplia.
Recuerda que si "necesitas" que algo cambie, siempre fluirá energía negativa de ti, lo
que provocará que ese "algo" se aferre a ti. Encontrar una forma de entusiasmarte por
lo que realmente quieres cambiar, traerá consigo un flujo de energía positiva y hará que
se inicien los cambios que deseas.
Deja de sentirte tenso y presionado por todo. En lugar de ello, repítete a ti mismo, con
toda delicadeza, que sin importar lo desagradables que puedan parecerte las condiciones
en estos momentos, no van a controlarte, y que puedes encontrar formas de abrir tu
válvula, sin importar lo que esté sucediendo. ¡Y lo harás!
Entonces llegarán tus respuestas. Llegarán las oportunidades, y pronto encontrarás más
formas para cambiar tu situación de las que te imaginas.
Así que bendice a todas esas situaciones adversas, si es que puedes, porque sin ellas no
habrías podido detectar lo que no quieres. Dirige tu pensamiento hacia lo que puede ser,
en lugar de hacerlo a lo que es, y lánzate de lleno a todos los maravillosos sentimientos
-no a los anhelos- de lo fantástico que será llegar hasta ahí. De esa forma, lo que está
ahí vendrá desde aquí.
CONTROLAR EL SENTIR.
PASO 3 LEY DE ATRACCIÓN
¡HUUUYYY!
Yo empecé a manipular el flujo de energía aproximadamente un año antes de descubrir
las enseñanzas de la Ley de la Atracción. No tenía ni la menor idea de lo que estaba
haciendo, pero era divertido y me ayudaba a pasar el tiempo mientras conducía mi auto.
El mercado de financiamiento de hipotecas estaba en pleno auge y yo, como agente,
estaba dentro de él, con mi propio negocio de una sola persona, manejándolo desde mi
casa. Así que cuando recibía una solicitud de alguien que buscaba algún tipo de
financiamiento para su casa, acudía a visitarlo en lugar de la usual rutina de que me
vinieran a ver. De esa manera resultaba divertido. Salía de casa, resolvía mis asuntos
pendientes al mismo tiempo y conocía ciertas partes de mi ciudad que ni siquiera sabía
que existían.
Para pasar el tiempo, mientras conducía de un lado a otro en mi auto para acudir a mis
citas, empecé a manipular mi energía: Para entonces ya sabía cómo entrar rápidamente
en un estado de ánimo intenso de "sentirse bien", algo breve y divertido que yo llamaba
"manejar mi energía". Sencillamente, provocaba en mí cualquier sentimiento positivo, y
casi inmediatamente mi cuerpo empezaba a vibrar como respuesta a esa frecuencia,
también sabía que si envolvía un deseo en esos sentimientos elevados (es decir, pensar en
el deseo mientras me sentía tan animada), abría una buena posibilidad de que el deseo se
hiciera realidad. ¡Pero eso era todo lo que sabía! Frecuencias, vibraciones, flujo de
energía negativa/positiva, Ley de la Atracción, sólo entendía un poco de esas cosas.
Cuanto más manipulaba mi energía, más cuenta me daba de ese fenómeno extraño que
solía ocurrir en cuanto empezaba a sentirme con el ánimo en alto, o con un
estremecimiento, como yo lo llamaba. Exactamente en la boca del estómago, en ese lugar
donde se pierde el aliento cuando recibes un golpe, percibía un sentimiento de
¡HUUUYYY!, como si fuera de bajada en la montaña rusa a una velocidad capaz de
romperme el cuello. En ocasiones, esa sensación duraba sólo una fracción de segundo;
pero en otras, si me concentraba en ello con extremo cuidado, podía prolongarla durante
varios minutos.
Entonces comprendí que este ¡HUUUYYY! era del mismo tipo del sentimiento de ¡UFFFF!
que se siente cuando tienes que virar bruscamente para evitar chocar contra otro auto.
O como la sensación que tuve hace muchos años en el preciso momento en el que mi jefe
me dijo que estaba despedida. ¡HUUUYYY!, exactamente en la boca del estómago.
Al principio no sabía qué hacer con ello, o cómo relacionarlo. Eran situaciones totalmente
diferentes, que provocaban las más diversas reacciones, igualmente poderosas; sin
embargo, todas parecían terminar físicamente en el mismo lugar: la boca de mi
estómago. De repente, se hizo la luz en mí. Nuestras emociones se registran primero en
nuestras glándulas suprarrenales, por lo cual cuando nos sobresaltamos o nos asustamos,
experimentamos algo parecido a un golpe en la boca del estómago, o en el plexo solar,
precisamente donde están localizadas estas glándulas.
Cuando el miedo nos invade, las glándulas suprarrenales son sacudidas por un repentino
estallido de energía electromagnética, lo que causa la inmediata liberación de adrenalina
que experimentamos en forma de ¡HUUUYYY! Así que, ¿por qué no iban las glándulas
suprarrenales a responder de la misma forma ante una intensa producción de energía
proveniente de la alegría? Después de todo, la energía es energía, sin importar lo que la
haya provocado. Sea que sintamos la embestida de pánico extremo, o de sublime alegría,
la energía fluye a través de nuestro plexo solar, estimula las glándulas suprarrenales y
hace que experimentemos una sensación física muy notoria: ¡HÚUUYYY!
Este asunto me tenía realmente intrigada, por lo que empecé a experimentar todavía
más. Por supuesto, descubrí que podía controlar qué tan intensas podían ser mis
vibraciones de "sentirme bien", de acuerdo con la intensidad del ¡HUUUYYY! que sentía
en la boca del estómago, y viceversa: podía controlar la intensidad y la duración del
¡HUUUYYY!, dependiendo de cuánta vibración de "sentirme bien" podía generar.
¡Era fantástico! Menos ¡HUUUYYY! significaba "sentirse bien " con menor intensidad,
aunque no había demasiado cambio en las vibraciones.
Pero un gran ¡HUUUYYY!, o un golpe en mi plexo solar, significaba que realmente mis
vibraciones habían cambiado a algún tipo de sentimiento positivo: excitación, deleite,
profundo aprecio, o lo que fuera. Significaba que volaba alto, sin estimulantes químicos,
y lo comprobaba en cada ocasión. El golpe nunca aparecía sin que sintiera algún tipo de
alegría. Y nunca, jamás, llegaba esa sensación mientras me sentía "apagada", esto es, ni
bien ni mal, sino simplemente sobreviviendo.
¡Estaba tan entusiasmado, que pensé que había descubierto el secreto de la vida! Tal vez
lo había hecho, pero sólo en parte. Todavía no sabía cómo dirigir la energía o enfocarme
en los "quiero" o "no quiero". Todo lo que sabía hasta entonces era que cuanto más
dirigía el "sentirme bien" hacia una sacudida corporal, más atraía mis deseos. Era en
comienzo sensacional, pero, ¡oh!, cómo desearía haber sabido "el resto de la historia".
Al principio era yo como Mickey Mouse en la película de Disney Fantasía, que jugaba con
el sombrero mágico del brujo sin conocer sus poderes. Me estaba volviendo una experta
en fabricar sentimientos positivos y en lograr un ¡HUUUYYY! Podía hacerlo en un abrir y
cerrar de ojos, incluso mientras escuchaba alguna desastrosa noticia, anunciando la
muerte de alguna encantadora ancianita. ¡HUUUYYY! Llegaba ese sentimiento a mi
estómago mientras yo mismo provocaba la alegría, seguida en momentos por una especie
de un sentimiento suave y acogedor, o de estremecimiento en todo mi cuerpo.
Cuanto más me estremecía, más negocios conseguía, así que me estremecía todavía más.
Era mágico. El dinero fluía tan rápidamente, que hasta dejé de contarlo. Hacer fluir mi
energía se convirtió en tal pasatiempo de rutina, que casi podía predecir cuántos negocios
llegarían, por la intensidad y frecuencia de mi estremecimiento.
Aunque tenía razón al pensar que las altas frecuencias que estaba originando atraían mis
deseos, equivocadamente pensé que eso era todo. "No hay problema, sólo elevo mis
frecuencias lo más alto posible, hago fluir mi energía y me como al mundo. "
¡En lo absoluto! Lo que no sabía entonces era que aun el más ligero cambio de enfoque,
dirigido hacia cualquier cosa desagradable, no sólo arrastraba consigo consecuencias no
deseadas, sino que instantáneamente ponía una barrera entre el flujo de cosas buenas y
yo, incluyendo el dinero. Una pequeña lección que no tardaría en aprender.
Durante varios meses, sin embargo, no hubo una sola situación negativa a mí alrededor.
¡Estaba de maravilla! Hacia donde quiera que volviera la vista, las cosas estaban a mi
favor. Mi negocio de intermediario hipotecario estaba de maravilla, del cuál obtenía altos
ingresos. Sólo me mantenía observando de manera inconsciente las cosas buenas que me
rodeaban, haciendo correr mi energía y atrayendo más. ¿Qué más podía pedir?
Entonces, las cosas empezaron a salir mal. El mercado cambió y junto con él mi enfoque.
Cuando empezaron a subir las tasas de interés, el negocio comenzó a bajar. Ahora toda
mi atención estaba concentrada en: "No, no, por favor, no dejen que suban las tasas de
interés. No dejen que se hunda el mercado. No dejen que este increíble tren se
estrelle". Si alguien me hubiera dicho en ese momento que "lo que es" es sólo la
plataforma desde la cual lanzas tu siguiente creación, le habría roto la nariz con gusto.
Estaba verdaderamente preocupado, así que, desde luego, el problema continuó
empeorando.
Debido a que estaba tan preocupada con el giro negativo de los acontecimientos, había
dejado de sentirme emocionado. En cambio, había modificado mi enfoque completamente
hacia lo que no quería (que el mercado empeorara aún más), en lugar de pensar que se
podían establecer otras relaciones (muchos negocios, a pesar del mercado). Pero eso no
lo sabía. Cuanto más empeoraba el mercado, peor me sentía. Y cuanto más mal me
sentía, peor marchaba mi negocio. En lugar de escribir otro argumento para mi historia,
y encontrar el sentimiento feliz de cómo quería que sucedieran las cosas, mi temor
estaba produciendo aún más temor. El problema me estallaba en la cara en proporciones
mayúsculas.
El mercado andaba por los suelos, no tenía ningún nuevo préstamo en perspectiva y
todavía tenía deudas que pagar, que había contraído al lanzar la nueva empresa.
¿Necesito decir más? Las condiciones en las que estaba enfocando mi atención se
encontraban lejos, lejísimos de ser de mi gusto..., y el creciente temor que había detrás
de ese enfoque hacía que las cosas empeoraran en todos los sentidos.
Pedí dinero prestado para sobrevivir. Me lancé a cuanta acción desesperada se me
ocurrió, como contratar a un vendedor que estaba en un estado de carencia peor que el
mío (naturalmente, en mi situación eso fue todo lo que pude atraer), envié volantes fuera
de mis puntos de venta tradicionales, a poblaciones cercanas y, en términos generales,
me moví con desesperación de un lado a otro buscando nuevos negocios. Los negocios no
llegaron. Me había echado de cabeza en la creación negativa mediante un enfoque del
mismo tipo, concentrando el 100 por ciento de mi tiempo en todo lo que no quería. Había
atrincherado tanto esos "no quiero" en mis vibraciones, y los había convertido en una
parte tan predominante en mí, que lo único que logré con ello fue abrir la puerta a cosas
todavía más desagradables. No fue una buena época.
Pensando que todavía tenía el secreto, traté de estremecerme de nuevo. ¡Inútil! Con tan
apasionado enfoque negativo, en todas las situaciones sombrías que me rodeaban no había
podido provocarlo aunque de ello dependiera mi vida (lo real, a esas alturas, era casi
así). Mi pobre Ser expandido probablemente estaba diciendo: "¡Olvídalo!", mientras
partía a unas largas vacaciones a otro universo, hasta que yo recuperara la razón. Mi
vibración predominante era negativa, e igual de negativo era todo lo que estaba
recibiendo ¡por montones!
Fue en algún momento, en medio de ese flujo emocional, cuando un grupo de mis
entusiastas amigos empezó a insistir en que leyera todo el material que habían recopilado
acerca de la Ley de la Atracción. Yo estaba tan hundido en mi tristeza, que realmente
no me importaba si habían descubierto un cargamento repleto de lámparas de Aladino,
pero para "quitármelos de encima" y poder volver a mi solitaria desventura, accedí.
Cinco minutos fue todo lo que necesité para percatarme de por qué estaban tan
entusiasmados. Por fin aquí estaba "el resto de la historia", todas las piezas que durante
tantos años no me había dado cuenta siquiera de que faltaban. En ese momento, mi
entusiasmo no habría sido mayor si alguien me hubiera regalado 50 millones de dólares.
En un día diseñé -e inicié con profunda emoción- mi programa de 30 días, descrito el
capítulo 103, el último capítulo de la serie de la Ley de Atracción.
La peor derrota de una persona es cuando pierde su entusiasmo.
H. W. Arnold
Sin embargo, las cosas no empezaron a cambiar de la noche a la mañana; me había
convertido en un verdadero "adicto a identificar lo negativo. El cambio financiero
favorable fue lento, pero absolutamente firme, y un torrente de ideas empezó a invadir
mi cerebro con las más fabulosas maneras de aumentar los negocios de una forma fácil y
divertida. Lo que más me alentaba, sin embargo, era darme cuenta de la, ventaja con
que contaba al tener conocimientos sobre el flujo de energía, sobre el correr de la
energía. Ya sabía cómo provocar, cómo fabricar sentimientos positivos y conservarlos
durante largo tiempo; incluso sabía cómo engañarme a mí misma para pensar que me
estaba sintiendo bien, hasta que realmente lo conseguía.
Lo que con toda seguridad ignoraba antes, era la regla básica de la Ley de la Atracción
que dice: "¡En lo que te enfocas, por supuesto, es lo que recibes!". Todo lo que tenía que
hacer era desviar mi enfoque del derrumbe del mercado, de mi carencia de dinero en el
banco, de que no tenía préstamos en perspectiva, de mis deudas y, en cambio, tomar el
control exacto de mi enfoque y zarpar hacia la lejanía al atardecer. ¡Sí, claro!
Me tomó algo más que un poco de tiempo, pero finalmente funcionó. Me convertí en uno
de los pocos agentes locales que no cerró el negocio, y continué ganando buen dinero en
un mercado en ruinas. ¡Qué alegría! Yen el curso del tiempo, gracias a mi persistente
atención en mi enfoque, pude convertir mi negocio de una sola persona en una empresa
de éxito, con operaciones en tres Estados del país.
ESTREMECIMIENTO POR COMANDO
El arte de sentirse bien no es exactamente algo en lo que hayamos avanzado mucho, así
que la meta es aprender a hacerla sobre la marcha.
En ocasiones, ese cambio requiere de un poco (o mucho) de esfuerzo, otras veces
descubrirás que puedes hacerla en un abrir y cerrar de ojos. Pero, sin importar lo que
se necesite hacer, es fundamental hacerla, cambiar, subir, aunque sea un poco, del lugar
donde te encuentras. ¿Cómo? Volvamos a nuestro costal de los trucos mágicos.
Hay tres formas básicas para empezar a sentirse bien, y ya hemos hablado de dos de
ellas. Una es buscar, mirar o pensar en algo, en cualquier cosa que nos produzca placer.
La otra es hablar con uno mismo hasta lograr un cambio de vibración. La tercera, que es
la que exploraremos ahora, se llama "estremecimiento", el cual provocará en ti un cambio
de vibración EN ESTE MOMENTO.
Estremecerse es una de las formas más fáciles y rápidas que existen para elevar tus
vibraciones. Naturalmente, diferentes ocasiones requieren de diferentes técnicas. En
ocasiones cierta actitud lo produce; otras, se requiere de dos o tres métodos para
abandonar nuestra adicción a las emociones negativas. Estremecerse es sólo una manera
de hacerlo, pero es una técnica. He encontrado que puede ser dinamita pura; la uso casi
todos los días de mi vida, aunque sólo sea por un momento o dos.
Una de las razones por las cuales aprender a estremecerse es tan fácil, es porque se
puede emplear un impulso para lograrlo. Lo que anhelamos, parte de un sentimiento que
emana de las profundidades mismas de tu ser. Una vez que está activada (una sensación
que puedes lograr en menos de un segundo), todo tu cuerpo habrá encendido motores
para vibrar en una frecuencia mucho más alta. Tu válvula está completamente abierta, la
fuerza de la vida creativa a la que estaba conectado sólo por un hilo -apenas para
mantenerla funcionando- ahora fluye a través de ti. Está en absoluta alineación con tu
Ser interno/Ser expandido..., y..., puedes sentir la sensación, ¡precisamente en la boca
de tu estómago!
Eso es lo que hace tan divertido al estremecimiento. A través de la emoción, estás
creando una innegable sensación física para usarla como un indicador del cambio de
vibraciones en tu cuerpo. El proceso completo no es más que un rápido uno-dos y,
¡LOTERÍA!, lo has conseguido.
EL IMPULSO PARA ARRANCAR
Puesto que somos una especie de batería que permanece inerte hasta que nos cargamos,
descubrí que la manera más fácil de provocar el estremecimiento era haciendo algo físico
que me impulsara hacia un sentimiento agradable. Así que, a falta de cables, ¡recurrí a
una sonrisa!
Así es, una pequeña y significativa sonrisa del tipo que nos hace derretimos como la
mantequilla en un bollo caliente; la clase de sonrisa que uno no puede evitar al ver a un
grupo de gatitos recién nacidos que se revuelcan uno sobre otro, o a un bebé que se ríe
sólo por reírse. No una sonrisa fingida, sino una tierna y amorosa, como cuando un niño
te enseña su tesoro más preciado. Es una sonrisa externa, sí, pero que se origina en un
valioso sentimiento de cariño e interés que está en nuestro interior.
Mientras experimentas ese sentimiento y lo atraes desde tu interior, podrás sentir cómo
sonríes desde lo más profundo de tu ser. Ahora tienes la que yo llamo la "gentil sonrisa
interna", una sensación cálida, encantadora, que se percibe como un suave
estremecimiento, o como un delicado remolino. Tal vez percibas un leve cosquilleo aquí y
allá.
¡Vamos, por favor! No intentes encontrar una explosión de gozo. El sentimiento va a ser
muy sutil al principio. No esperes un huracán que te sacuda y te haga dar vueltas, sólo
un delicado -pero notorio- cambio. Sentirás que ese cambio procede de tu interior.
Algunas veces sentirás que te sale de atrás de las orejas, otras de tu corazón, otras,
de tu plexo solar, otras más de lo alto de tu cabeza, y algunas más de todo tu cuerpo.
Si no lo sientes inmediatamente..., mantente relajado y no te preocupes. Sólo declara tu
deseo al universo (para sentir el estremecimiento) como un "quiero", o como un propósito.
Te garantizo que llegará.
Así que, aproximadamente en uno o dos segundos, habrás logrado que el estremecimiento
siga a la "gentil sonrisa interna" (créeme, lo sabrás cuando la tengas) y que tu energía
cambie radicalmente. Es un "sentirte bien" instantáneo y también una instantánea
elevación de tu frecuencia, que inicia ron una cálida sonrisa externa que proviene de esa
también cálida y suave "gentil sonrisa interna".
ENAMÓRATE
¡Ah!, "el único" ha llegado finalmente a tu vida. Flotas por el aire, con la cabeza en las
nubes, consumido por un sentimiento eufórico que desafía cualquier descripción. ¡Estás
enamorado!
Nada te molesta. El mundo es dulce, el día es glorioso, es primavera a la mitad del
invierno. Incluso los desconocidos son hermosos. Flotas en el aire, ¡estás enamorado!
¿Sabías que puedes provocar ese sentimiento a voluntad? no me refiero a las intensas
sensaciones sexuales, sino al estremecimiento emocional, a la sensación de mareo. Puedo
asegurarte que si estás enamorado, nada, absolutamente nada, te hará sentir tan bien
como eso, ni nada elevará tus vibraciones tan rápidamente como eso.
De ese modo puedes permanecer en esa vibración todo el día, con la convicción de que
estás atrayendo tus "quiero", o de que puedes Colocar un "quiero" específico
exactamente en el centro de ese sentimiento que te hace estar en las nubes. En este
caso tu energía renovada hará que se realicen tus deseos.
¿Recuerdas tu primer amor, y cómo hacía que te pareciera que todo estaba en su lugar?
Los problemas resultaban triviales, comparados con el mundo lleno de novedad en el que
sentías que tocabas el cielo.
Ve ahí de nuevo. Enamórate, y te sentirás intensamente vivo. Lo único que te faltará
será el aspecto sexual; fuera de eso, todo lo demás será una réplica de las cosas
reales, porque se trata de una cosa real. Eso es lo que tú eres, todo lo que estás
haciendo es conectarte de nuevo. Además de eso, es muy divertido soñar. Y mientras
estás metido en ello, disfruta del estremecimiento que sacude todo tu cuerpo y de ese
suave aletear en la boca de tu estómago.
SIEMPRE LA DULZURA
Cuando todo falla, cuando has intentado todo, sin éxito, para sentirte aunque sea un
poco mejor, he aquí algo que debes recordar.
Seas hombre o mujer, dentro de ti existe una dosis de ternura, una gentileza, una
dulzura tan sublime, que si pudieras tocarla llorarías conmovido. Agresivos o tiernos,
mendigos o millonarios, todos la tenemos porque eso es lo que somos. Esa dulzura no
tiene nada que ver con la personalidad. No se trata de ser débil, o fuerte; de ser un
inútil cualquiera en lugar de un poderoso líder. Tiene que ver contigo, se trata de lo que
tú eres.
Para despertar esa presencia (generalmente oculta), sólo necesitas pedirla. Conviértela
en un "quiero", o en un intento, y después espera, escucha, percibe y permítete tener la
experiencia. Una vez que hayas sentido esa dulzura, ese precioso don dentro de ti,
podrás evocar esa misma sensación en cualquier momento, donde quiera que lo desees.
Sin embargo, se necesita mucho valor para que tú mismo te permitas vivirla, porque en
ese agradable lugar se encuentra la vibración más elevada de todo lo que tú eres. Una
vez que hayas encontrado ese estado natural, habrás llegado a casa, a ti mismo. Tu
mundo nunca volverá a ser el mismo, porque tú nunca volverás a ser el mismo. Y tampoco
tus vibraciones.
Hace unos cuantos años, cuando era yo mucho más joven y acababa de llegar a
California, conducía mi auto todos los días del Valle de San Fernando, a lo largo del
hermoso Cañón Coldwater, hasta Beverly Hills, donde tenía un detestable empleo en las
oficinas corporativas de una importante empresa aeroespacial. Me gustaba el recorrido,
pero no el trabajo. Sin embargo, no era el momento adecuado en mi vida para "quemar
las naves". Durante dos años conduje por el Cañón, busqué cosas que hacer en mi trabajo
hasta que me aburrí.
Una hermosa tarde, mientras disfrutaba del recorrido, de vuelta al Valle de San
Fernando, al pasar frente a las preciosas casas de Beverly Hills, dije en voz alta,
dirigiéndome al poder que yo entonces pensaba que estaba fuera de mí: "Muy bien, Poder
Superior, veamos qué tan bien funcionas. Estoy aburrida con este trabajo y quiero hacer
otra cosa. Dame una idea. De hecho, si sólo dame las semillas, yo me encargaré de
plantarlas".
Sin darme cuenta, estaba en ese lugar perfecto del sentimiento, donde mi frecuencia
era tan alta como una cometa en el aire. Me encantaba el recorrido, disfrutaba del
panorama, me sentía en paz con el mundo, aunque un poco impaciente con mi básico
concepto de aquellos días que llamamos el Poder Superior. Mi afirmación era sincera y se
lanzó como cohete a las alturas, magnetizada por las elevadas vibraciones de un
incipiente "sentirse bien".
Al otro día, camino a mi trabajo, realicé la misma rutina: "Sólo dame las semillas, yo las
sembraré". Hice lo mismo durante el regreso a casa. En ese momento no sabía nada
sobre vibraciones ni flujo de energía, y desgraciadamente, tampoco sobre mi propio
poder, tenía la vieja concepción de que el poder de "allá arriba" y yo aquí abajo, ni
pensar que éramos una misma cosa. En lo que a mí se refiere, suponía que ese "jefe de
jefes" estaba separado de mí; esa sabia fuerza de Dios, estaba segura, era lo que
conducía mi vida. Todo lo que estaba haciendo era, sin saberlo, enfocándome
poderosamente en un "quiero" y poniendo a prueba a mi Poder Superior para ver si
estaba ahí en realidad, con su mano extendida para ayudar.
Así pues, un día, mientras me dirigía a casa, cuando subía la cuesta que conducía a lo
alto de la colina, donde la vista se extasiaba ante la contemplación de un espléndido
panorama que parecía perderse en el infinito, la idea me golpea y lo digo literalmente:
me golpeó. Sentí como si el cosmos me hubiera dado un latigazo. La idea era formar una
compañía editorial de tipo educativo, usando la innovación verdaderamente revolucionaria
de producir cintas de audio. Era 1965. La mayoría de la gente no había oído hablar de
cintas grabadas, y yo no tenía la menor idea de cómo formar una compañía o hacer que
las cosas se echaran a andar.
No importaba. Todos los días, al volver a casa y subir la colina, me repetía: "Muy bien,
Poder Superior, tú sigue dándome las semillas y yo encontraré la forma de sembrarlas."
Y por supuesto, todos los días sin falta, al subir la colina para ir a trabajar, saltaban
ideas de mi cabeza, como palomitas de maíz tostadas. Imaginé guías turísticas grabadas
en cinta para escuchar en el automóvil mientras se recorrían los parques nacionales,
programas de capacitación para vendedores y programas para estudiantes. Mientras
seguía haciéndolo, las ideas parecían envolverme, porque en tanto siguiera ahí y
permaneciera en un lugar de "sentirme bien", mi válvula estaba abierta y era fácil
alcanzar la inspiración.
Éramos la primera compañía que producía cintas de audio para recorrer en auto los
parques nacionales, y todo ello resultó un fiasco. Fuimos la primera compañía en producir
una revista mensual de negocios, para escucharse en cinta grabada. Fracasaron todos los
proyectos en sólo un año. Fuimos la primera compañía en ofrecer cintas con información
de negocios para escuchar con audífonos durante los vuelos transcontinentales, y también
fracasamos. Fuimos también uno de los primeros negocios en ofrecer capacitación de
motivación para lograr la excelencia para vendedores, en forma de paquete, a varias
industrias. Otro fiasco. La fórmula era sencilla: siempre estuvo presente el temor
dentro de mí de que esos negocios no funcionaran, ¡y así fue!
Todo lo que yo podía pensar era: "¿Qué más puedo hacer-hacer-hacer para que las
cosas sucedan?". Cuanto más arduamente trabajaba, más temerosa me volvía. Y; desde
luego, cuanto mayor era mi temor, más resistencia ponía a la energía del bienestar, por
lo que atraía ventas cada vez más bajas.
La guía intuitiva había salido volando por la ventana. No había ni el más pequeño
resquicio por el que pudiera saltar mi Ser expandido con los fantásticos e incesantes tips
que alguna vez había recibido. Le reclamaba constantemente a ese llamado Poder
Superior diciéndole a dónde podía irse, y vibraba tan lejos de mi conexión con Él, que
parecía que no existía. Por mi parte, mi persona era la representación fiel de aquella
vieja expresión de "ir de mal en peor". ¡Cuán cierto era esto en mi caso!
Las cosas continuaron así durante trece años, hasta que, exhausta y desconectada en
absoluto de cualquier cosa remotamente parecida a una fuente de bienestar, vendí la
compañía y traté de huir a algún lugar solitario y lejano de la costa, junto al mar. En
lugar de ello, llegué directamente a la etapa más triste, más dolorosamente
desconectada, de mi vida. Desde ese lugar oscuro me llegó el fuerte deseo de lo que ya
no quería y a partir de ese momento empezaron a florecer los años que habrían de
convertirse en los más fantásticamente bellos de mi vida, mientras empezaba a descubrir
a mi Ser expandido.
Con otras palabras, si lo único que queremos es un cono de helado, obtenerlo requerirá
de un mínimo esfuerzo de nuestra parte. En cambio, si queremos ser el Director de una
Empresa, tendremos que llegar a un nivel de esfuerzo personal completamente diferente,
que requerirá de luchar y esforzarse arduamente, muchas, muchas horas de trabajo,
olvidarnos de vacaciones y amigos, etc…. De hecho, siempre hemos creído que acercarnos
siquiera a la posibilidad de obtener las cosas más importantes que deseamos, algo más
que los conos de helado, implica tener que "exprimirse el cerebro" y estar dispuestos a
dar todo nuestro esfuerzo físico hasta conseguirlo, o simplemente olvidarse del asunto.
Pero "exprimir nuestro cerebro" significa que estamos usando técnicas dignas del Llanero
Solitario, con acciones intrépidas y sin inspiración alguna. Significa que estamos
funcionando desde una posición estrictamente física, que presiona. Significa que estamos
atorados en los "tienes que" y en los "deberías". Significa, en concreto, que estamos
tratando de navegar contra corriente, a ciegas, y sin la guía de nuestro propio guía
superior. Significa que estamos funcionando con válvulas muy cerradas, lo que provoca el
tipo de tensión interna y el flujo de energía negativa que no produce, en lo absoluto, los
resultados que deseamos.
Pareciera entonces que la forma lógica de dirigirnos hacia donde queremos llegar, o
hacer que las cosas sucedan como queremos, es funcionar con inspiración guiada, en lugar
de hacerlo con las vibraciones negativas del estrés procedente de la conciencia social.
¿Cómo lo podemos hacer? ¿Por dónde empezamos? ¿Cómo podemos dejar de
lamentarnos?.
Bueno, primero viene la inspiración, las ideas. Surgen cuando logras pasar más tiempo en
esas altas frecuencias de "sentirte bien" (o de "sentirte mejor"), estremeciéndote y
conectándote.
Así que, iguau!, algo sensacional empezará a ocurrir si crees en esto y logras la conexión
interior que hablamos en el capítulo 91. Sin importar qué tan complicadas te hayan
parecido las ideas, descubrirás que todas están insertadas en su lugar exacto y que
están avanzando con la facilidad y la tranquilidad con fa que corren las aguas de un
arroyo. ¿y por qué no? Tus ideas fueron inspiradas, y ahora también lo están tus
acciones, para traerlas a la realidad; todo procedente de tu flujo de energía de alta
frecuencia.
Digamos que un día estás saltando de alegría, sintiéndote sensacional porque tienes una
idea. Es una idea fantástica, del tipo exacto de las que sabes que funcionarían, si sólo
supieras cómo concretarla, o si tuvieras suficiente dinero, suficiente educación...,
suficiente apoyo..., o suficiente...
Sólo hay dos caminos que podrías tomar cuando te caigan encima las toneladas de
ideas que te envía tu guía. Puedes decir: "Oh, esto es una locura..., tal vez sea una
buena idea, pero...", y cerrar inmediatamente la válvula. O puedes decidir callarte,
escuchar y confiar en lo que estás logrando.
Así que cuando te llegue la inspiración, o una idea para hacer avanzar tu "quiero",
empieza a pensar en: "Lo puedo hacer", en lugar de: "Sí, pero..."; y no te preocupes de
cómo lograrlo: se te ocurrirá una vez que te relajes y entres en una frecuencia más
alta. Recuerda que los instructivos siempre acompañan a la inspiración.
Ahora empezará a fluir tu energía positiva. Lo que tomaría años a una persona
desconectada, tú lo realizarás en unos cuantos meses, orientado por tu completamente
jubiloso Ser expandido hacia las actividades más productivas.
Justo a la mitad de ese año, después de mucho tiempo en que el negocio de las hipotecas
y mi ingreso personal fluían con tal abundancia que casi era cosa de risa, se me ocurrió
una idea. Realmente no necesitaba ideas en ese momento, ya que mis "quiero" se estaban
realizando con tanta rapidez que casi no tenía tiempo de disfrutarlos. De cualquier modo,
tuve una idea que me dejó perpleja.
Se me ocurrió cuando estaba en la regadera, una noche en la que, por alguna razón que
no recuerdo, me sentía llena de entusiasmo. Y tengo que confesarles que mi primera
reacción fue exclamar en voz alta: "¡Dame un respiro! ¡Debes estar bromeando!".
La idea era hacer un infomercial (un comercial de media hora para televisión), para un
producto de autoayuda, sumamente extenso y complejo, que todavía no había creado, en
el que nunca jamás había siquiera pensado, y acerca del cual no tenía ni la más remota
idea de cómo y dónde empezar. Todo el concepto era completamente descabellado e
ilógico.
A los cuatro meses -¡cuatro meses!- después de que se me ocurrió la idea..., obtuve una
cuantiosa cantidad de dinero para pagar la lujosa producción del producto..., y las sumas
requeridas para la producción del programa de televisión de gran categoría..., los
suficientes dólares que se necesitaban para comprar el extenso tiempo de televisión de
costa a costa..., al tiempo que yo misma escribía, narraba, actuaba y producía todo,
filmando en locación con un gran equipo profesional. ¡Sólo se necesitaron cuatro meses!
Para marzo del año siguiente, ya estaba en el aire promoviendo Curso de vida 101, el
monumental audiovisual que ofrecía un curso para tomar en casa sobre crecimiento
interno, del cual yo era la autora. ¡Asombroso!. Realizaba el trabajo de una docena de
personas: manejaba una empresa y creaba otra, mientras escribía y producía un nuevo
programa para televisión muy complicado..., yo sola..., y a una edad más que madura.
Para ser franca, la mayor parte de mis amigos pensaban que me había vuelto loca.
iAh!, pero lo que ellos no sabían era con qué poco esfuerzo estaba materializando todo
aquello. No había acciones desesperadas, ni esfuerzos titánicos, ni lucha constante. Esta
vez estaba .conectada. Todo se deslizaba como si fuera arrastrado por un trineo bien
lubricado. Las piezas caían en su lugar como por arte de magia. En cuanto me
preguntaba cómo haría alguna cosa, las respuestas me llegaban de la nada. Realizaba
fácilmente lo que tenía que hacer. Sin fricciones, sin preocupaciones y sin la menor duda
en el mundo. En realidad, la estaba pasando muy bien.
Desde luego, tenía mucho trabajo, pero era trabajo fácil de hacer porque recibía ayuda
constante e inesperada de mi guía. Cualquier problema que surgía se resolvía casi tan
pronto como aparecía. Todo -en ambas compañías- marchaba a la perfección, y yo
estaba en la corriente misma de la vida. Nunca cuestionaba una nueva idea o una nueva
dirección, pues las indicaciones de cómo hacer las cosas me llegaban siempre
inmediatamente después de la idea. Y en ningún momento me sentí agobiado, ni
deprimido.
Estaba asombrada por lo que estaba sucediendo; sin embargo, todo lo que estaba
haciendo -sin saberlo siquiera- era fluir la energía positiva de "sentirse bien", y llevar a
cabo las ideas inspiradas que me llegaban, como una corriente continua. No se requiere
nada más excitante que eso.
Pero no necesitas estar iniciando un nuevo negocio para tener ideas, corazonadas o
presentimientos. Así, tu "quiero" puede ser sortear el tráfico del centro de la ciudad
para llegar a tiempo a tu oficina, lo mismo que encontrar una nueva pareja. Todo lo que
tienes que hacer es prestar atención a las señales que harán que eso suceda..., ¡y
aprender a confiar en ellas!
Poco después de que me embarqué en este nuevo camino de creación deliberada, iba
rumbo a Pórtland en mi viejo y querido Mercury Monarca modelo 77, un auto que había
sido reparado muchas veces, porque era un modelo que me encantaba. Un nuevo motor,
nuevo esto, nuevo aquello. Pero, debido a su edad, mi mecánico me había recomendado
que usara aceite sintético para reducir el desgaste de sus piezas. Eso estaba muy bien,
excepto que en ese tiempo los aceites sintéticos no eran nada comunes, y la marca que
yo usaba tenía que pedirse expresamente para que la enviaran a la población donde yo
vivía.
Durante mucho tiempo yo no había salido de casa más allá de la tienda de abarrotes, así
que el recorrido de dos horas que tenía que hacer para llegar a Pórtland, me resultaba
muy atractivo. Puse la música que elevaba mi estado de ánimo y estaba en la cima misma
de la alta frecuencia que produce la felicidad, una hora más tarde, fluyendo energía
positiva, cuando recordé que no había puesto al auto el aceite que tanto necesitaba.
Generalmente cargo con dos litros del extraño aceite en mi auto; pero eso se me había
olvidado también y la posibilidad de encontrar el aceite -que además tenía que mezclarse
con cualquier otro- en ese trecho de tierras de cultivo, en la autopista del sur de
Washington, no sólo era remota, sino absolutamente impensable.
Avancé unos cuantos kilómetros más, preguntándome qué podría hacer, cuando sentí el
impulso repentino de desviarme en la siguiente salida. Puesto que en esa época seguía mis
corazonadas sin vacilación, me encogí de hombros y me salí de la autopista en cuanto
pude para tomar un desolado camino local, a no más de un cuarto de kilómetro ge la
autopista.
Lo que encontré parecía un viejo pueblo minero abandonado, un pueblo fantasma, lleno de
construcciones ruinosas o semi-derruidas y en condiciones deplorables. Todas estaban
tapiadas, y tan deterioradas que se veían ladeadas. No se veían señales de vida por
ninguna parte, pero, por alguna razón, detuve el automóvil y bajé de él, extrañamente
consciente de que no estaba cuestionando mi decisión o pensando en cosas como: "¿Qué
diablos hago aquí?", sino sólo siguiendo mi corazonada.
Entonces lo ví, y mis ojos no podían creerlo. A unos veinte metros frente a mi auto
había otro deteriorado edificio con un letrero apresuradamente pintado a mano, que
decía: "Refacciones para auto". No sé cómo no me había fijado en él al detenerme; pero
ahí estaba, exactamente frente a mí. Atolondrada, entré y pregunté si tenían aceite
sintético. Sí, lo tenían, pero sentían mucho que sólo tenían de la marca Blurp, ¡que era
exactamente la marca que yo necesitaba! "¡Sí, señor, nos quedan los dos últimos litros!".
¿Cómo sucedió? ¡Quién sabe! y, después de todo, ¿a quién le importa? Basta con confiar,
con actuar de acuerdo con lo que sientes, y las cosas saldrán bien.
La mayoría de nosotros nos resistimos a creer que las cosas pueden suceder, a menos
que podamos ver de antemano cómo encajarán las piezas. Así que empieza a observar las
pistas que se te ofrecen. Observa la forma maravillosa en que las cosas se unen, y verás
cómo las partes que faltan toman forma y empiezan a colocarse en su lugar como por
arte de magia.
Ahora has entrado al extraño mundo de la sincronía; estás conectado a tu fuente original
de energía y te dejas llevar por el flujo de ella. Pero nunca lo verás, ni aprenderás de
ello, si no te vuelves observador.
SIN VACILACIONES
Con la posible excepción de la oración, que es con mucha frecuencia una súplica que
procede de una válvula más cerrada que abierta, pocos de nosotros aprendimos a
introducirnos en lo más profundo de nuestro interior, ya no digamos siquiera a escuchar
lo que esconde, y mucho menos seguirlo. Pero, ¿seguir qué? Escuchar, ¿a quién?
¡Tonterías! Mejor toma una pastilla. Todo eso es mera imaginación. No tiene sentido. No
existen datos intelectuales o empíricos para apoyarlo.
Me encanta cómo afirmamos que algo no existe, le damos la vuelta y le ponemos nombre.
Nos mostramos despectivos ante la "guía divina", pero, de manera curiosa, le damos una
amplia gama de nombres, como: corazonada, motivación, presentimiento, intuición,
inspiración, impulso, urgencia, premonición, deseo o imaginación. Todo esto es resultado
de lo que nos indica la guía, el tú real que te está enviando mensajes desde la
inteligencia infinita. Tú estás haciendo todo lo que te ofrece este poder, en forma de
ideas o direcciones que debes seguir antes de cerrar otra vez la válvula.
La guía es tu alma que habla, Dios que habla, tu ser interno que habla, tu Yo expandido
que habla, tu acompañante cósmico que habla. Tu guía hace lo necesario para atraer tu
atención, y para ayudarte a entrar en tus "quiero", de la misma manera si se trata de
un nuevo automóvil que de un nuevo peinado, o de un cabello radiante. Pero para hacer
que esto funcione, debes aprender a confiar en lo que estás eligiendo en esa situación.
Una pareja que eran mis clientes en el negocio de las hipotecas, y a quienes llamaré
George y Sally, se mostraban un poco confundidos cuando llegué a su casa una noche
para recoger su solicitud de préstamo. Cuando les pregunté qué les pasaba, George dijo
que él y su esposa acababan de salvarse de una grave carambola de ocho automóviles en
la autopista, y que todavía se sentían realmente alterados por la impresión, según lo
expresó él.
Pero cuando realmente empieces a jugar el juego de "sentirte bien", te aseguro que será
todavía mejor que pasar un día completo en Disneylandia. Escucha, y sigue escuchando, y
actúa obedeciendo a tu guía sin vacilación.
Así que si tienes docenas de amigos y familiares que te dicen que tienes que hacer
"esto", pero en el fondo de tu ser sientes un profundo impulso de hacer "aquello",
siempre, sigue tu impulso (¡si hacerlo te hace sentir bien!). ¿Por qué? Sólo inténtalo unas
cuantas veces y verás por qué. El sistema aplicado por tu guía lo está haciendo todo,
sabe cómo llevarte a donde quieres ir, para seguir tu intuición original. Así que date la
oportunidad. Conéctate bien y escucha, pues ese Yo expandido sabe lo que está
haciendo.
EL PASO FINAL
Eso significa que no es necesario golpear algo para ponerlo en su lugar, y hacer
que suceda. Significa, por el contrario, que debemos sintonizarnos y escuchar a nuestro
guía. Asimismo, significa que debemos seguir las instrucciones que recibimos, sin
vacilación.
Significa que debemos dejar de averiguar cómo podríamos hacer que nuestro "quiero" se
realice, porque no somos quienes debemos saber cómo lograrlo. Todo lo que tenemos que
hacer es actuar de acuerdo con la inspiración que nos llega de nuestro Yo expandido,
mantener abierta nuestra válvula, esperar lo que nuestro "quiero" nos traiga, hacernos a
un lado y dejar que el universo haga lo que le corresponde, manteniéndonos al margen de
todo, sin impaciencia, guardando la calma tanto como sea posible. (En ese sentido, trata
de conservar la paciencia, porque perderla significa cerrar la válvula, y en el caso de que
esté abierta, nuestra energía se enfocará en lo que no ha sucedido.)
El universo es un organizador mejor de lo que tú soñarías serlo nunca, así que dale la
oportunidad de que te lo muestre y trata de no estorbar. Tú le has dado una tarea: le
has enviado tu energía magnética; ahora, hazte a un lado y permite que se produzca la
manifestación.
PERO, ¿DÓNDE DIABLOS ESTÁ?
Muy bien, estás manteniendo en alto tus frecuencias, te conservas sintonizado con la
estación de tu guía, estás escuchando, recibiendo tUs corazonadas, observando la
sincronía de los acontecimientos; pero ¿dónde diablos está ese sensacional "quiero"?
De todos modos, no lo estás haciendo mal; tampoco has perdido el instructivo. El flujo
deliberado de energía positiva nos es tan extraño, que con frecuencia parece una tarea
imposible, mientras que los sentimientos de resistencia a los que estamos acostumbrados
-y que, por tanto, nunca notamos continúan dominando nuestra vida.
Es entonces cuando ha llegado el momento de dejar que las cosas marchen bien -deja
que lo hagan- cuando tu "quiero" no se ha presentado todavía. Tú sabes que lo hará,
pero es perfectamente normal que no lo haya hecho..., por el momento.
La meta final, desde luego, es dejar de estar en un sube y baja, con las válvulas
abiertas; es decir; cerrar válvulas, abrir válvulas, volverlas a cerrar. Es como decirle a
un perro que se vaya y que se quede al mismo tiempo. Todo se atasca y acaba por
detenerse. ¿Cómo, entonces, puedes controlar tu gran deseo de obtener algo que no se
ha presentado aún, o que no ha sucedido?
Ante todo, verifica hacia dónde va tu flujo de energía. N o tiene mucho caso que hagas
fluir tu energía hacia alguno de tus "no quiero" y dejes que se manifieste todavía más.
Después, verifica tus repeticiones. ¿Con qué frecuencia te sientes impulsado por tus
"quiero"? Si tienes un gran comienzo y lo mantienes funcionando durante varios minutos,
pero después no vuelves a pensar en ello durante mucho tiempo, tal vez logres que
suceda algún día (lo cual es muy dudoso). Pero si te muestras constante al pensar y
hablar sobre lo que quieres durante todo un día, aunque sólo lo hagas para ti mismo, si
repites y embelleces la historia constantemente, no sólo estarás manteniendo la fuerza
del impulso, sino aumentándola.
Aunque dieciséis segundos son todo lo que se necesita para impulsar ese tornado que se
está formando, si te mantienes bien enfocado y entusiasta sobre tu deseo durante diez
o quince minutos todos los días, se realizará ante tus ojos antes de que te des cuenta,
siempre y cuando conserves tu enfoque verdaderamente apartado de la idea de carencia.
Hay otro factor presente que puede intervenir para que lo que deseas se haga realidad o
no, pero que he dudado en mencionarlo porque puede convertirse en la excusa perfecta
de por qué algo no ha sucedido o no se ha presentado: la oportunidad.
Puedes haber estado haciendo fluir energía en grandes cantidades hacia un tema en
particular, con una válvula completamente abierta, llevando a cabo todo lo que tu guía te
dice que debes hacer para fluir con la fuerza de una nave espacial, y aun así no tener
nada en las manos. ¡Hazlo con oportunidad! Quizá lo que ocurre es que no se ha
presentado el mejor momento para que se realice ese "quiero", y eso te esté distrayendo
de todo lo demás que deseas.
Como ése podría ser el caso, entonces es mejor que retrocedas un poco, te relajes y
dejes que el universo y tu guía hagan las cosas. La Ley de la Atracción no es
inconsistente. El universo te dará lo que quieres en el momento oportuno. ¡La clave es
-siempre- el enfoque!
Esas grietas son nuestra resistencia, nuestra crítica interna o nuestros prejuicios,
nuestras viejas ideas de lo que es correcto e incorrecto en el ámbito social, nuestra
antigua frecuencia baja, que nos dejan sin protección cuando quedan al descubierto por
frecuencias más altas.
Cuanto más grande es nuestro deseo, mayor es la energía que estamos dirigiendo hacia
él, como si fuera el poderoso chorro de agua de la manguera, que descubre un mayor
número de grietas. De repente, nos sentimos inseguros, vulnerables, expuestos a los
elementos sin protección, como si lo que había estado oculto hasta entonces surgiera y
luchara por sobrevivir. A final de cuentas, lo que había estado oculto morirá,
desaparecerá, pero no se dará por vencido fácilmente. Eso puede hacer que algunos
tengamos trayectos emocionales llenos de baches.
Pero no te preocupes, hay un camino rápido para salir. En el momento, en que te des
cuenta de que te estás sintiendo un poco tembloroso o desubicado, pregúntate a ti
mismo: ¿Qué me ha estado molestando?, Y sigue insistiendo hasta hallar la respuesta. La
encontrarás.
Mientras lo discutes contigo mismo, cualquiera que haya sido la causa descubierta para
que resurgieran esos desagradables sentimientos, se mostrará a sí misma en la forma de
una vieja creencia, de un viejo temor, de un antiguo "no quiero". Una vez que descubras
lo que es, te tomará sólo tres minutos al día hablar contigo mismo para convencerte de
cómo salir del asunto o cómo reducir el problema al mínimo (recuerda hablar con
ternura), habla, habla y habla, hasta lograr que se disipe ese temor, dentro de los
siguientes treinta días, junto con la resistencia inconsciente que ha estado impidiendo
que se realice tu "quiero".
PASIÓN ES CREACIÓN
Pasión. Hemos hablado mucho de ella. Es una de esas palabras que suenan sensacionales,
pero, ¿qué significa?, ¿cómo la obtenemos?, y ¿realmente la necesitamos?
La pasión proviene de la emoción que provoca tener algo en proceso. La satisfacción, por
otra parte, es el resultado de mirar algo que ya se realizó. La satisfacción es energía
positiva, cierto, pero no es un combustible y no te llevará a ninguna parte. No es la
energía de la creación.
Si piensas que te falta el más sublime de los sentimientos, la pasión, analiza si todavía
estás hablando de un "no quiero", o enfocándote en él. No existe algún "no quiero" en el
universo que pueda evocar pasión, porque todos los "no quiero" provocan energía negativa,
válvulas cerradas, gran resistencia y más "no quiero".
Así que esa es otra razón para dedicar más tiempo a tus "quiero", pues cuanto más
tiempo les dediquen, más apasionado te volverás. Y la pasión es creación.
La pasión no significa gritar ¡hurras! como una porrista, o saltar muros como loco. Por
supuesto, la pasión tiene diversos grados de excitación y entusiasmo, pero lo más
importante es que es una fuente de conocimiento interno. Es la confianza absoluta de
que la vida ya no tiene que traerte de las orejas, y de que el tigre que estás deteniendo
por la cola en realidad eres tú mismo.
¿Quieres más pasión? Entonces, ¡déjate llevar por tu alegría! Huele más rosas, observa
más atardeceres, encuentra más campos que puedas recorrer descalzo, visita más
seguido tus restaurantes favoritos, ríe más, encuentra más lugares que explorar, más
juegos de pelota que ver, más obras de teatro que disfrutar, practica más pasatiempos
que te diviertan, sé más espontáneo, juega más golf, escucha más música, encuentra más
lugares para divertirte, sonríe más y diviértete. Ahora estás vibrando con la válvula
abierta de la pasión. Y la pasión es creación.
DÉJALO LLEGAR
¡Yaya, no vas a lograr que me enfrasque en una discusión contigo! Todo este asunto de la
energía entraña un cambio total de como estamos acostumbrados a vivir y a ser, así que
hay que darle tiempo. No te impacientes. Si has leído hasta aquí, hay cambios
importantes que están ya en camino.
Algunas veces resultará fácil. La mayor parte del tiempo al principio no lo será, y ésa es
la razón por la cual es esencial observar eso que llamamos coincidencias. Son la
comprobación de que algo está realmente sucediendo, lo que te mantiene en actividad.
Si inviertes un poco de tiempo todos los días hablando sobre cada uno de tus "quiero",
sin preocuparte de si se cumplirán o cuándo lo harán, sin tratar de forzar los cómo de
su realización, y permaneces conectado con tu guía y lo obedeces sin vacilación, esos
"quiero" vendrán. Debido al poder que tienes, lo harán.
No estás separado del poder del bienestar infinito. No estás separado del poder y de la
fuerza de la vida creativa. N o estás separado del poder universal de Todo lo que Es.
Ese poder es tuyo, porque el poder eres tú y tu poder, como las leyes divinas que lo
gobiernan, es absoluto.
DINERO, DINERO DINERO
LEY DE ATRACCIÓN
Cada palabra que pronunciamos, lleva consigo su propio sello de vibración peculiar acerca
de lo que estamos hablando. Dependiendo de cómo nos educaron, y de la perspectiva de
la vida que hayamos adquirido individualmente, cargamos cada palabra que decimos con
una vibración exclusiva y personal. La palabra "Dios", por ejemplo, puede provocar una
respuesta de vibraciones intensamente positivas o profundamente negativas, dependiendo
de quién la diga -y quién la escuche-, del ambiente en el que se diga y de aquello con lo
que la asociemos.
Tenemos una enorme carga de esas asociaciones de palabras en nuestro lenguaje, pero
sólo hay una palabra que puede reclamar el derecho de ser consistentemente merecedora
del Premio a la Palabra más Negativa del Mundo. Esa palabra es "dinero". La palabra
dinero es la más cargada de emoción, en cualquier idioma que se utilice. De verdad ya no
se que es más un tabú en nuestra sociedad: El sexo ó el dinero.
Para la mayoría de nosotros, las creencias relacionadas con la palabra dinero son tan
increíblemente intensas, que en el momento en que la decimos, pensamos o escuchamos,
enviamos un cúmulo de vibraciones negativas por todo el lugar. Desde luego, lo único que
logramos con ello es crear un muro impenetrable a nuestro alrededor, que garantiza que
bloqueemos la más buscada comodidad que con tanto ahínco hemos querido tener en
nuestra vida. Tan sólo al pronunciar ese tonto conjunto de sonidos, estamos alejando la
cosa que más deseamos.
Pero, ¿cómo es eso? Después de todo, es un asunto muy claro, ¿no? Oro, plata,
monedas, billetes, documentos, ¿a qué suenan, entonces? Más que a otra cosa, a algo
como a "toda esa miseria". Desde que éramos niños, la mayoría de nosotros aprendimos
que la palabra dinero equivale a lucha: "deberías", "tienes que", "tengo que", "debo".
Aprendimos lo importante que era el tema para mamá y papá, los tíos y las tías, así
como para los amigos adultos de la familia.
Aprendimos también a sentir la ansiedad que rodea a la palabra, así como la angustia que
provoca.
Aprendimos, la mayoría de nosotros, que era el principio y el fin de lo que creemos que
es la vida; así que lo mejor era asegurarnos de tenerlo, ¿o no?
Debido a que nunca aprendimos acerca del flujo de energía y del tener vibraciones
negativas, pasamos la vida con válvulas herméticamente cerradas sobre ese tema,
sosteniendo una batalla que nunca podemos ganar, hasta que nos sentimos tan cansados,
tan desalentados, tan deprimidos, que nuestro cuerpo finalmente responde al eterno
negativismo y morimos. ¡Vaya dulce vida!
La buena noticia es que no tenemos que quedarnos ahí, y que podemos desenterrar todas
esas viejas creencias, ya caducas, para permitimos que fluya la abundancia; por fortuna,
simplemente tenemos que contrarrestar el cúmulo de ideas negativas acerca del dinero
que durante décadas la sociedad ha creado y respaldado; creencias tan injustas como:
Lo que nos confunde es que pensamos que el dinero tiene que ganarse, que se tiene que
luchar por él y que se tiene que trabajar arduamente para obtenerlo. Y; sin embargo, el
dinero, como todo lo demás, no es más que energía. Y atraerlo, como sucede con todo lo
demás, sólo requiere de un proceso de flujo de energía. ¡Ha llegado el momento de
escribir un nuevo guión!
Estás actuando como el resto de nosotros, batallando contra esas viejas creencias
limitantes que han estado cerrando tus válvulas toda la vida, que te desesperan, y que
acabas de cerrar definitivamente. Tu deseo de tener dinero para construir el patio te
hace sentir tan mal, que dejas de pensar en el asunto.
No necesito decirlo, esto fue antes de que supieras acerca del flujo de energía. Así que
digamos qué piensas en ese nuevo patio, ¡ahora! Con seguridad, todavía te quedan algunos
sentimientos de energía negativa de los de antes; sólo que en este momento puedes
detectarlos porque estás prestando atención a cómo te hacen sentir tus pensamientos.
Esta vez, en lugar de estancarte en ese viejo pensamiento de "¡olvídalo!", crea un nuevo
guión con vibraciones renovadas y positivas para suplir el anterior.
Crear un nuevo guión no es sino hacer realidad un pequeño "sueño", que a la vez es
grandioso, e introducirse en él emocionalmente. Sin embargo, lo importante es que
emocionalmente te induzca en tu sueño, o sólo estarás perdiendo el tiempo.
Sólo recuerda que debes seeentir la pasión que hay detrás de cada palabra. Si no la
sientes, no obtendrás lo que deseas porque sin esos nuevos sentimientos, no habrá un
cambio en tus vibraciones. Son esas enriquecedoras, excitantes, embriagantes emociones
que hay detrás de tus palabras, las que causan las vibraciones positivas, necesarias para
permitirte lograr lo que anhelas. Aunque-tú-no-lo-creas, estás creando un nuevo
remolino magnético dentro de ti, con nuevas imágenes y sentimientos apasionados.
Simplemente, no escribas tu guión de forma tan rebuscada que no seas capaz de
sentirlo, o le habrás dado al traste a tu propósito.
Cuando el tornado empieza a crecer después de los dieciséis segundos de feliz relato, de
los siguientes dieciséis segundos y de los que siguen, las vibraciones elevadas que fluyan
de ti, comenzarán a eliminar las vibraciones negativas que han estado fluyendo, para
contrarrestar completamente tus actuales "qué es". Cuando se realice ese cambio a una
frecuencia más alta, que es todo lo que necesitas para traer a la realidad ese pequeño
sueño que habías estado contando -incluso a ti mismo- éste será atraído entonces hacia
el nuevo tornado.
Por supuesto, al principio tal vez te sientas un poco loco al hablar en voz alta con una
persona imaginaria -contigo mismo- sobre la fantasía que estás viviendo, pero ése es
sólo un pequeño precio que tienes que pagar por los grandes dividendos que recibirás.
Sólo empieza a hablar, y describe todas las satisfacciones y alegrías que te han traído
esos 25,000 dólares. Hazlo con lentitud, dándote el tiempo suficiente para seeentir las
palabras y las imágenes conforme vayas avanzando, y date tiempo,- también, para
permitir que surjan más ideas sobre cómo aprovechar el dinero. Aunque todo esto es
"pretende-como-si" por el momento, si tu narración es tan real como para saborearla,
olerla, sentirla, tocarla y vivirla, muy pronto será una realidad.
Hay dos formas para hablar de tu enorme fantasía. La primera es similar a conversar
con un amigo, y la segunda es una suerte de susurro para ti mismo. Así, una
conversación sobre los 25,000 dólares podría parecerse a una plática con un amigo
mientras toman una taza de café (en voz alta, pero suave). "Tú sabes, mi esposa y yo
estamos encantados con el patio que acabamos de terminar. Teníamos años de estarlo
deseando, aunque nunca habíamos considerado que debíamos gastar ese dinero. Pero,
bueno, decidimos que ya era tiempo de darnos ese gusto, y tan pronto como tomamos
esa decisión, el dinero llegó como por arte de magia."
"Ya está completamente construido y, ¡oh!, de verdad que nos fascina. Nos encanta
disfrutarlo después de cenar. Nos sentamos ahí afuera los dos solos (tú estás...
sintieeendo cada frase..., saboreando cada detalle, mientras... lo... vas... diciendo...)
bajo las estrellas. ¿Y sabes que esto nos ha hecho sentir más cerca uno al otro? ¡Oh!,
fue un desastre al principio, pero ahora hasta los niños lo están usando después de la
escuela. Les compramos su propia mesa y sus sillas, así que se sientan afuera a hacer su
tarea. Te aseguro que ese patio es lo mejor que hemos hecho en muchos años". Y así...,
una y otra vez, sintiendo leeentamente cada nuevo detalle del mismo tema, que revele
cada delicioso momento de tus descripciones.
Si quieres cambiar el guión, aunque no el enfoque, di en voz alta, para ti mismo: "Estoy
ansioso de que llegar a casa esta noche. Mi esposa tendrá lista su cena favorita para
que comamos en el nuevo patio. ¡Vaya!, estoy taaan feliz de cómo disfrutamos convivir en
familia ó con amigos reuniones en el patio. Adoro en especial las magníficas losetas que
encontramos para el piso. Y mañana, por fin, voy a salir a buscar las nuevas plantas...
Creo que iré a..." (sí, estás describiendo algo nuevo que vas a hacer, pero que está
dentro y forma parte de tu fantasía completa -el patio terminado- que estás viendo
ahora, en este momento).
Tienes que dirigir ese dinero a algún lugar hacia donde fluir, así que mañana habla sobre
cómo te sientes cuando estás sumergida en la bañera, y al día siguiente, habla sobre las
nuevas plantas que acabas de comprar, etcétera. Deléitate y disfruta de cada nuevo
detalle del que hablas y sieeente, habla y siente
Has tomado el antiguo guión de "sentirte mal", los 25,000 dólares requeridos para tu
patio, y has creado una flamante y nueva historia acerca de donde colocarlos, una
auténticamente inundada con toda clase de creencias de "sentirte bien", aun cuando
todavía sea sólo una fantasía.
Sí, puedes jugar este juego con tu pareja, siempre y cuando ambos estén sintonizados en
la misma frecuencia, deseando el mismo tipo de cosas. El que ambos estén haciendo eso,
multiplicará diez veces la energía y hará brotar muchas nuevas ideas de las cuales
hablar, en todas las formas posibles, para lograr tus propósitos.
Mi perra Lucy me estaba volviendo loco, subía y bajaba a todo correr la larga barda del
frente y ladraba a cuanta cosa se movía. Era irritante para mí, molesto para las
personas que pasaban junto a mi casa y crispante para mis vecinos. Probé cuanta
maniobra sugería el instructivo para educar perros, pero nada parecía funcionar.
Finalmente, cansada y realmente preocupada (lo cual sólo causaba más ladridos) decidí
cambiar mi forma de hablar al respecto:
"Me encanta ver la libertad de espíritu con la que esa perra corre, desenfrenada como
el viento, cómo sube y baja por la cerca del frente. Y casi no puedo creer cuando
parece que pisa el freno y se sienta en la orilla de la barda, muy quietecita, viendo
pasar a la gente, callada, atenta, bien portada. Francamente, me asombra, después de
la forma en que solía actuar. Lo mejor del asunto es que puedo ver que Lucy todavía se
encarga de cuidar la casa, y eso es lo que hace ahora, sentada, vigilando todo en
silencio. ¡Caramba, cómo me gusta eso!".
Repetir eso se convirtió en mi rutina de todos los días, me seeentía alabando realmente
a Lucy por subir y bajar corriendo por la barda para detenerse bruscamente cuando veía
algo en la calle, y después sentarse para contemplar en silencio lo que ocurría.
Transcurrieron cinco semanas antes de que viera la primera señal. ¡Lucy no corría!
Estaba sentada en el sendero de la entrada, contemplando en silencio a una persona que
pasaba trotando. ¡Se quedó sentada ahí, sin moverse! En total, el proceso tomó
aproximadamente tres meses, lo que demuestra lo arraigadas que estaban mis viejas
creencias de que no podría reeducar a aquella perrita testaruda. Pero no me di por
vencida, insistí, y hasta este momento al menos, somos dos seres muy felices.
Sin embargo, en lo que se refiere al dinero, mis primeros intentos por reescribir el guión
no tuvieron, ni remotamente, ese éxito. Intentaba con tal intensidad obtenerlo a través
de imágenes surrealistas acerca de proyectos que producirían muchísimos dólares, que me
encontraba hundida bajo una montaña de historias totalmente increíbles. Podía sentir a
mis viejos sistemas de creencias asomar sus vacilantes cabezas con argumentos como:
"¿Me puedes decir cómo vas a lograr eso? ¿De dónde vas a sacar el tiempo que se
necesita? ¡Ni en sueños, olvídalo!". Dudas y más dudas, dudas.
Me conté a mí misma nuevos giros de las mismas historias, durante semanas enteras,
creando nuevos personajes y nuevas circunstancias para mantener vivos los relatos.
Cuando nada de lo que deseaba parecía estar sucediendo, me sentí desalentada..., me
pregunté qué era lo que me había ocurrido..., comprendí que estaba de regreso a lo
negativo..., suspiré profundamente..., y comencé a escribir una nueva historia.
Así que si tienes la inquietud de viajar, no te preocupes sobre cómo vas a obtener el
dinero para hacerlo; sólo empieza a hablar (o a escribir) sobre tu fantasía y a lanzar
corrientes de energía de "sentirte bien" hacia el lugar al que quieres ir, como si ya
estuvieras ahí ahora. Siente la brisa, saborea la comida, siente tu nuevo bronceado. Si
siempre deseaste tener un caballo de carreras, no te preocupes de cómo vas a conseguir
el dinero para comprarlo. Empieza a hablar en voz alta de tu historia (la del caballo) y a
fluir energía de "sentirte bien" hacia el tipo de caballo que quieres..., como si ya lo
tuvieras ahora, junto con el entrenador, el lugar donde vas a tenerlo y los aplausos del
público que te verá correr. Siente su crin, el olor del caballo mismo, ponte la corona de
laureles.
Si tú y tu cónyuge siempre han deseado llevar una vida más sencilla, administrando un
hotelito de "cama y desayuno" en el campo, entonces sueña con el lugar perfecto,
recorre los caminos vecinales, maravíllate del aire fresco, habla con el contratista que
los está ayudando a remodelar la casa, selecciona el lindo papel tapiz, busca
antigüedades, disfruta a tus felices huéspedes, prepara para todos un regio almuerzo.
Eso es todo lo que tienes que hacer. Sustituye las viejas vibraciones negativas de tu
guión de: "No puedo, no sé cómo, estoy en la ruina", con las de una nueva y positiva
historia que te lance al disfrute de tenerla ya. Ahora.
Habla de ello y siéeentelo, tal como quisieras que sucediera si estuvieras viviendo tu
fantasía en este mismo momento, desarrollando una aún más amplia variedad de la
historia, saboreando nuevas descripciones hasta que sientas que todo el asunto hace una
especie de click y se vuelve real. Te has involucrado tanto en tu fantasía, en tu
ensueño, que es como si lo estuvieras viviendo ya, en este momento. Has dejado de
reaccionar sólo a las condiciones que se te presentan; te has convertido en creador de
condiciones.
Al parecer, el principal problema no era tanto que no estuvieran funcionando las ventas,
sino que sus vendedores tampoco parecían estar funcionando. Estaban sumidos en una
coladera en algún lugar, con las válvulas completamente cerradas, sintiendo profunda
compasión por ellos mismos. Culpaban a la economía de lo que sucedía y creaban enormes
agujeros negros grupales de carencia, lo que significaba una garantía absoluta de que la
compañía seguiría su descenso hacia la ruina, hasta que llegara a su total desaparición.
Así que sugerí a Chuck que volviera a reunir a su gente para hacerles notar que, puesto
que nada hasta entonces les había funcionado, no tenían mucho que perder si probaban
este nuevo proyecto que se les iba a sugerir.
¡Funcionó! Debo admitir que me sentí un poco inflada mi vanidad mientras lo escuchaba
responder anhelante: "Continúa...".
Le sugerí que hiciera que cada uno de sus vendedores eligiera la cantidad de dólares que
le gustaría ganar en los siguientes tres meses, y que después la triplicara. (Chuck gimió:
"¡Oh, Dios, vamos a lo mismo otra vez!", pero yo no hice caso). Entonces, le recomendé
que cuando ya todos tuvieran esa cifra en la mente, preguntara a cada uno por qué
quería el dinero. Debía hacerlo de uno en uno, trabajar con una sola persona a la vez
hasta terminar el proceso, porque una vez que el primer vendedor aprendiera la rutina,
el resto sabría cómo continuarla. (Su expresión de dolor cambió a un gesto a más suave
que parecía decir: "¡Humm, suena interesante!").
Chuck no estaba entendiendo muy bien la idea, así que lo hice hablar preguntándole el
porqué.
-Muy bien, amigo mío, ¿dime qué quieres, en este momento?.
-Quiero pagar mis cuentas.
-¿Por qué?
-Para sentirme mejor.
-¿Por qué?
--Porque detesto estar "apretado" de dinero.,
-¿Por qué?
-Porque eso me hace sentir mal (nos estamos acercando).
-¿Y cómo preferirías sentirte?
-¡Libre! ¡Quiero sentirme libre! ¡EUREKA! ¡Ya lo tenemos! -Muy bien. Afírmalo así.
-Quiero tener 60,000 dólares para poder sentirme libre. -¡Maravilloso! Ahora, ¿cómo te
sientes?
-¡Oh!, muy bien por un momento, pero, ¡cielos! ¿De dónde vaya sacar ese dinero, con la
situación como está?
-Olvida el dinero. Es sólo un sucio montón de papeles. Háblame de lo que harás con el
dinero, una vez que hayas pagado las cuentas.
Poco a poco una colección de sueños, por largo tiempo escondidos, salió a relucir: él y su
esposa, Sara, deseaban ir a las Bermudas, donde siempre habían querido investigar la
posibilidad de establecerse cuando se jubilaran. Llevarían a sus nietos en un crucero, a
alguna parte. Convertirían el sótano de su casa en un salón para oír música
estereofónica. Y así, una cosa tras otra.
Pero noté que lo que más le entusiasmaba era pensar en las Bermudas, así que le pedí
que se concentrara en eso. Puse la cara más seria que pude, me incliné a lo largo de la
mesa y dije: "Cuéntame detalladamente lo que piensas de eso, Chuck. Cuéntame cualquier
detalle por pequeño que sea sobre los sueños que Sara y tú tienen de irse a las
Bermudas."
Exactamente en medio de esa fantasía, le dije: "¡Espera! Precisamente a ese lugar del
sentimiento donde estás ahora es al que quiero que lleves a cada uno de tus vendedores.
Diles que se olviden de los billetes de papel que han especificado, y que en cambio,
empiecen a enfocarse en las cosas que esos dólares les proporcionarían. Enseguida,
sugiéreles que dejen que su energía fluya hacia esas cosas, hasta que lleguen al estado
de pasión que tú estás experimentando. De esta forma los estarás ayudando a
escabullirse por la puerta trasera, para llegar a 'sentirse bien'. Al evitar cualquiera de
las connotaciones negativas usualmente asociadas con el dinero (especialmente cuando no
lo tienen) inconscientemente permitirán que las ganancias sean atraídas hacia ellos.
"Tu gente quiere lo que todos queremos, Chuck: no los tontos pedazos de papel que
llamamos dinero, sino las experiencias que trae consigo tenerlo. Hazlos prometerte que
pensarán en esto durante treinta días, cuando menos una vez al día, todos los días, de
diez a quince minutos."
Para mi total agrado, Chuck me llamó unas seis semanas después con las primeras buenas
noticias. Su gente estaba tan desesperada, que no tuvo ningún problema en convencerlos
de que participaran en su pequeño experimento.
Pero eso no me sorprendió demasiado, porque le había enseñado a Chuck cómo preparar
bien el terreno. Le dije que visualizara esa junta inicial con sus vendedores, primero en
su mente, tal como quería que fuera -incluyendo que todos estuvieran abiertos y bien
dispuestos- y que hiciera fluir esa energía elevada hacia la reunión. Así lo hizo y cuando
por fin se realizó la junta, no se mostraron tan resistentes a la idea como lo hubieran
estado si Chuck no los hubiera ayudado con vibraciones.
Todos habían tenido algún tipo de cambio, suficiente como para que no hubiera modo de
pensar que se trataba de meras coincidencias. En medio de una de las peores crisis que
el negocio de bienes raíces había experimentado en su historia, estos vendedores
encontraron que podían sortear las condiciones y responsabilizarse de su propio destino.
Todos los días, este grupo se había conectado con su Ser interno/Ser expandido y se
habían sentido inspirados por primera vez después de muchos meses. Estaban enviando
oleadas bien cargadas de energía positiva al universo con sus listas individuales de
pedidos, y el universo les había respondido con circunstancias, incidentes, ideas y
motivaciones que estaban de acuerdo con sus grados de intensidad. Lo mejor de todo es
que eso se volvió contagioso, y al parecer todavía lo es. (La persona a la que no le
interesó participar en el experimento terminó por retirarse del negoció. Lo último que
supimos de él era que vivía de la pensión de jubilación de su esposa).
Una vieja creencia -o cualquier creencia- no es otra cosa que un hábito de vibraciones al
que respondemos como focas amaestradas. Dicho de otro modo, nuestros encantadores y
fuertes apegos (creencias) nos fueron transmitidos y son más fuertes de lo que nos
imaginamos. Sin embargo, estas viejas creencias a las que tanto nos aferramos, y a las
que respondemos con tanta facilidad, no son más que la forma en la que estamos
acostumbrados a pensar que funciona la vida como, por ejemplo, el tener que luchar.
Por ejemplo, algo surge en nuestro mundo, evoca una vieja creencia, y empezamos a
vibrar negativamente sobre lo sucedido por simple hábito. ¡Sólo por hábito! Así que
nuestra meta debe ser encontrar cualquier cosa que nos permita romper esos viejos
patrones de pensamiento, los cuales se convierten en vibraciones habituales. He aquí una
pista: se agrupa en la misma categoría de necesitar un buen número de salidas por las
que fluya el dinero, lo que significa que debemos dar a la energía del dinero diversas
salidas por las cuales fluya, antes de que pueda empezar a fluir a nuestro alrededor. A
juzgar por mi propia experiencia, así como la de mis amigos, ésta es una forma segura
de ganar.
Consigue un billete de cien dólares -o el billete de mayor denominación que puedas (no
escatimes)- y pégalo en tu cartera. Ahora, vete de compras. Si puedes ingeniártelas
para pasar el día completo, maravilloso. Si no, ve a almorzar en el centro comercial más
cercano, o en algún lugar donde haya muchas tiendas. Estás en busca de todo lo que
quisieras comprar con esos cien dólares. Puede ser un walkman, unos pantalones, un balón
de fútbol, un nuevo vestido, algunas herramientas, o una colcha; cualquier cosa que se te
ocurra que te gustaría poseer.
Todavía tienes esos cien dólares en el bolsillo, así que repítete a ti mismo (mientras
sieeentes ese deleite): "¡Guau, podría comprarme eso con mis cien dólares, sin
problema!". "¡Oh, sensacional, podría comprar esto otro!". "¡Caramba, eso es justo lo que
siempre he deseado y tengo el dinero para comprarlo!".
No tienes que buscar cosas y sumarIas hasta hacer el total de los cien dólares. Debes
buscar cosas individuales que cuesten esa cantidad y que a ti te gustaría tener, si lo
quisieras. Para cuando hayas encontrado alrededor de mil cosas que podrías comprar,
observa lo que ha pasado. Has gastado emocionalmente cien mil dólares que recorrerán
un largo camino para ayudarte a seeentir próspero, contrarrestando un montón de esos
viejos modelos de pensamiento en los que existen vibraciones de carencia.
Joselyn pasó casi todo el día entusiasmadísima con este simple juego. Se obligó a sí
misma a enfrascarse realmente en él, a relajarse, a divertirse ya" gastar, gastar,
gastar" emocionalmente. Finalmente, exhausta pero llena de las vibraciones de una
válvula abierta por la emoción de buscar cosas que comprar, al volver a casa se encontró
con (¡lo juro..., es una historia real!) un mensaje de su hermano ofreciéndole ayuda
financiera; otro mensaje de una amiga ofreciéndole lo mismo, y uno más en el que le
avisaban que el préstamo que había pedido sobre su casa -y que le habían negado dos
veces por el tipo de casa poco común en que vivía- ya había sido aprobado y recibiría el
dinero en unos cuantos días. Además, mientras volvía a casa había tenido una idea para
dar un nuevo enfoque a su negocio, y hacer que empezara a dar dinero. No era un mal
resultado para las horas de juego que había invertido.
Este sistema es muy similar al de escribir un nuevo guión, sólo que menos complicado. Es
una estrategia breve y rápida. Cuando te acostumbres a "acondicionar" detalles pequeños
o de manera cotidiana, comenzarás a aplicar las técnicas en asuntos más importantes en
tu trabajo (como con un cliente con el que tengas dificultades, o con una venta que no
logre realizarse). Invierte un poco de tiempo visualizando y sintieeendo la forma en la
que quieres que se desarrolle la junta o se firme el contrato; visualizando y sintieeendo,
visualizando y sintieeendo, en una serie de rápidos chispazos a lo largo del día.
Un amigo mío puso a prueba la técnica con un caso judicial al que se estaba enfrentando,
y el cual estaba seguro de que perdería. En lugar de verse a sí mismo ganando el caso,
cosa que no podía imaginar (con mucha razón), vio y sintió a todos convirtiéndose en
ganadores, estrechándose las manos, dándose palmaditas en la espalda, etcétera. Por
supuesto, el asunto se arregló a satisfacción de todos unos días antes de que se
presentara ante el tribunal.
Otra amiga -muy joven por cierto- tenía un jefe que la criticaba mucho por su modo de
vestir. Aparentemente al jefe no le gustaban las minifaldas y mi amiga tuvo la "mala
pata" de ser una de las primeras en usarlas. Realmente fastidiada por la actitud de su
jefe, finalmente usó la técnica de acondicionar, y obtuvo un resultado muy gracioso. En
lugar de que su jefe dejara de observar su atuendo, tal como mi joven amiga estaba
visualizando y sintiendo, él cambió por completo su actitud acerca de la indumentaria
cuando otras tres jóvenes de la misma empresa llegaron con atuendos similares. ¡Vaya!,
de cualquier modo, resultó.
Los negocios van lentos y te gustaría generar más ganancias. Tal vez estás pensando en
que deberías aumentar las ventas, asociarte con otra empresa, conseguir un mayor
presupuesto para publicidad, y todas las otras viejas alternativas de siempre para
resolver el mismo viejo problema: cómo generar más dinero.
Aquí está una sugerencia: obtén un poco de energía de grupo y ponla a funcionar. A
diferencia de los vendedores de Chuck que se enfocaron en resultados individuales, tu
grupo deberá elaborar un guión, o una historia, acerca de tus deseos para la compañía
(los cuales finalmente también serán para ellos mismos).
Así, pues, si puedes lograr que todos y cada uno de los miembros de tu grupo sientan el
deseo de obtener un buen contrato, que se sientan orgullosos por haber conseguido una
firma, que vean/sientan a un número considerable de clientes en la tienda, que vean
cómo llega el éxito mientras sienten el valor que ha significado su propia contribución a
ese éxito, la fuerza expuesta a este tipo de magnetismo será colosal. Cambiará para
siempre la forma en la que hagas negocios.
SÓLO RECUERDA...
1. No se trata de dinero, sino de ver cómo estás haciendo fluir tu energía. El dinero
llegará cuando dejes de pensar en lo que te falta. No puedes pensar en: "no tengo
dinero suficiente" y sentir otra cosa que no sea una emoción negativa que interrumpe el
flujo. Así que busca más maneras de abrir tu válvula.
3. Gasta emocionalmente todo el dinero que quieras, una y otra vez, para dar a tu
energía nuevas salidas. No puedes decir: "Denme una cantidad de dinero y entonces
decidiré qué hacer con el". Decide primero lo que vas a hacer con él; esto último es lo
que permite que la energía se mueva. La energía del dinero necesita salidas. Si no hay
salidas, no hay dinero.
4. Créate el hábito de gastar dinero emocionalmente. Observa todas las cosas que se
ofrecen en los aparadores y di: "¡Me gustaría eso!" "¡Oh, me gustaría eso, también!"
"¡Oh, miren eso, es ideal para mí!" ..., y así sucesivamente, mientras te introduces en el
sentimiento de tenerlo. De esa manera, tendrás funcionando a toda velocidad el impulso
de "quiero". Te encontrarás inmerso en circunstancias que atraerán el más intenso de
esos deseos a tu realidad, o que abrirán las puertas a nuevas posibilidades.
5. ¡Ábrete para recibir! Coloca letreros como éste en toda tu casa: "¡ABIERTO PARA
RECIBIR!" Coloca tu intención de que vas a eliminar todos los "deberías" y "no deberías"
y de que vas a aprender cómo recibir. Conviértelo en un "quiero". "Quiero aprender a
recibir". Entonces sobreponte al sentimiento de culpa y al de ser víctima, que dicen que
tú sólo eres buena persona cuando das, y descártalos como la basura dogmática que son.
7. Si tienes demasiada gente negativa en tu vida que en estos momentos está hundida
profundamente en el sentido de carencia, eso indica claramente en qué frecuencia estás
aún sintonizado. Será mejor que revises tu situación.
8. ¿Quieres evaluar cuánta negatividad hay en tu vida? Verifica cuánto dinero estás
recibiendo. Para aquellos de nosotros que hemos tenido que luchar por el dinero la mayor
parte de nuestra vida, la salida de tan considerable cantidad de energía negativa
significa la entrada de muy pocos dólares. Para nosotros, el dinero viene, o se mantiene
lejos en proporción directa a la energía negativa que estamos o no emitiendo.
9. Y; finalmente, recuerda siempre que lo que has sido hasta ahora ¡no tiene nada que
ver con lo que puedes ser! Si has tenido tiempos difíciles toda tu vida, ahora tienes las
herramientas para transformar por completo la situación. Si no has logrado cerrar las
ventas que querías, si no has recibido salario, el reconocimiento, el éxito, la paz, la
felicidad y la prosperidad total que te hubiera gustado tener, todo está listo para que lo
cambies.
¿Qué tan rápido? Sólo tienes que empezar a fluir de manera diferente y con
regularidad, y un nuevo mundo te seguirá tan certeramente como la noche sigue al día.
Tienes que hacerlo. Es una ley cósmica, la física del universo.
RELACIONES Y OTROS TESOROS
LEY DE ATRACCION
Sea como sea, a continuación presento las reglas básicas para crear relaciones
importantes mediante el flujo de energía, ya que el proceso no difiere del de crear
cualquier otra cosa en cualquier momento en el que tenemos una alianza, sin importar qué
tan estrecha sea, con alguien o con algo. Eso constituye una relación. Así que aquí
vamos.
Las relaciones de cualquier tipo, con amigos, la pareja, cónyuge ó socio de negocio, han
sido, como todo lo demás en este mundo de acuerdo a como estemos vibrando. Proviene
de cómo nos estemos sintiendo. ¡Punto!
Esto es así, y no se necesita ser un genio para descubrir que si estamos sintiendo
cualquier cosa que no sea paz con nosotros mismos, así como absoluta aceptación y
aprecio por nuestra pareja (¡buena suerte!), nuestras vibraciones van a empezar a
destruir esa relación, aunque estemos absolutamente convencidos de que, puesto que no
hay nada malo en nosotros, la culpa debe ser de la otra parte. Si estamos, verbal o
mentalmente, acusando, menospreciando o desaprobando cualquier cosa, estamos vibrando
de forma negativa.
Dalo por hecho. Cuando dos personas están involucradas ambas están vibrando, y pocas
veces éstas coinciden. De todas maneras, nosotros somos únicos y exclusivos creadores
de nuestras experiencias; no lo son nuestra pareja, ni nuestros padres, ni siquiera el
jefe que acaba de despedirnos.
Así que, aunque parezca muy difícil de asimilar, estamos hablando de que se trata de un
asunto de mirar hacia nuestra propia válvula, nuestras propias reacciones, nuestro propio
enfoque, nuestro flujo de energía, porque mientras estemos mirando insistentemente
hacia alguna otra parte, sea del pasado o presente, sobre todo lo que no nos gusta, no
sólo recibiremos más de lo mismo, sino que estaremos bloqueando todas las cosas buenas
que nos gustaría ver en su lugar.
El asunto es que si nuestra pareja o cualquier otra persona con la que tengamos una
relación, tiene ciertos hábitos que nos disgustan ("no quiero") y nos enfocamos en ellos,
incluso con válvulas moderadamente cerradas, todo lo que estamos haciendo es perpetuar
esos hábitos que nos gustaría borrar, porque los estamos reteniendo en nuestra
vibración.
Por tanto, la causa de toda la espiral descendente que se produce en cualquier relación
que haya existido y que se haya deteriorado, es la insistente atención -aunque
seguramente inocente- que prestamos a las situaciones desagradables, sin importar lo
insignificantes que éstas puedan parecer. Así es como cualquier agravio pequeño, sin
importancia, empieza a rodar como una bola de nieve y poco a poco se convierte en algo
mucho más importante, debido a nuestro enfoque persistente y al flujo de energía
negativa lanzado hacia él; el resultado es que comenzamos a atraer otras cosas
negativas en esa misma dirección, además de agrandar el pequeño problema original del
que nos estábamos quejando.
Eso significa no sólo que esa infame tapa de la pasta dental nunca volverá a quedarle al
tubo, sino que el enojo tiene el potencial suficiente, debido a nuestro constante enfoque
negativo, para aumentar hasta convertirse en un indeseable romance extra marital, una
defensa abollada, un despido o hasta un divorcio.
"Cuanto peor es, peor se vuelve”, ¿recuerdas? Un constante flujo de disgusto acerca de
cualquier cosa, tarde o temprano se volverá muy desagradable. Y tiene que ser así,
porque lo semejante atrae a lo semejante.
Con toda seguridad, cuando alguien "aprieta nuestras tuercas", cada gramo de nosotros
desea apretar las suyas como revancha. Pero no se trata de que lo que hacemos en una
relación equivalga a lo que recibimos. ¡Nunca! Ni siquiera de cómo está fluyendo la
energía de nuestra pareja. Como todo lo demás en nuestro mundo, sea lo que sea que
tengamos frente a nosotros, ha llegado directamente de cómo nosotros mismos hemos
estado sintiendo, fluyendo y vibrando. No hay otra forma de decirlo: si quieres cambiar
las condiciones de tu relación, vas a tener que cambiar tus vibraciones.
EL ACUSADO ES EL CULPABLE
¡Oh, seguro, la mayor parte de las veces probablemente nuestras acusaciones estén
justificadas! ¿y qué? No hay un ápice de bienestar que pueda introducirse a través de la
baja y gruesa vibración de la culpabilidad, lo mismo si está justificada o no. De hecho,
la energía electromagnética de la culpabilidad está cargada en forma tan potente, que
fluye de nosotros hacia otras personas, de modo que puede hacer que quienes suelen ser
generalmente muy seguros, se confundan, lo revuelvan todo y lo pongan de cabeza. Y;
desde luego, enviar energía de culpabilidad a alguien que está siendo grosero, tonto,
abusivo o borracho, sólo aumenta la condición que a ti te gustaría cambiar.
Mientras más entrechocaba las rodillas con llameante furia, más cosas se desmoronaban
ante mis ojos. Entonces, comprendí lo que estaba haciendo y cambié mi actitud hasta
sentir aprecio por el personal normalmente eficiente con el que estaba tratando, y en
menos de ¡quince minutos! me llamaron para pedirme disculpas. Todo estaba ahí; el
préstamo había sido aprobado.
Una amiga que conozco, no podía dejar de culpar a su esposo por lo que ella percibía
como la causa de que sus gemelas tartamudearan. Después de que aceptó de mala gana
asistir a un programa sobre '”aprecio al marido" que se impartía diariamente durante
unas horas. Me llamó aproximadamente seis meses más tarde para contarme lo difícil que
había sido para ella al principio, y cómo poco a poco empezó a incorporarse al espíritu
del programa y aprendió a detenerse cuando se iniciaba dentro de ella un ataque de
culpabilidad, y a abrir su válvula lo suficientemente para que fluyera algo de aprecio
tanto hacia las niñas, como hacia el marido. En su última llamada, me comentó que las
niñas ya casi habían vuelto a hablar normalmente, pero nunca supe qué pasó con el pobre
marido.
El asunto es que la energía de la culpa siempre provoca que una mala situación empeore.
¡Siempre!
Digamos que hay una serie de cosas en la relación de pareja que no nos gustan; algunas
de ellas son graves y otras más son pequeñeces, trivialidades que tal vez pensemos que
estamos pasando por alto. Pero las "pequeñeces" no existen, y muchas veces constituyen
los problemas más grandes. Lo mismo si alguna cosa es lo bastante grande como para que
la etiquetemos como tal, que si la calificamos como una pequeñez, sin haber forma de
decir si la estamos "pasando por alto" o la estamos aceptando, nos enfocamos en esa
maldita cosa de manera tan evidente, que hacemos fluir energía hacia ella y la
agrandamos.
La cuestión principal es que si algo nos está molestando, tanto si esa molestia es
justificada como si no, estamos vibrando negativamente, ¡así son las cosas! Puede parecer
sólo un leve desacuerdo sobre la forma de colgar la ropa. O puede ser algo tan terrible
como el temor al maltrato. Pero sin importar la intensidad emocional que tenga, esa
atención negativa a "lo que sea", siempre causará problemas más grandes, porque así es
el guió no la historia que estamos escribiendo.
Cierto, no podemos pintar en el lienzo de otra persona si ella no quiere que lo hagamos.
Si alguien no quiere cambiar, escribir un nuevo guión o apreciar algo, probablemente no
lograremos demasiado, a menos que nuestra propia válvula se abra. De hecho, una vez
que emitimos energía positiva, existe una enorme posibilidad de que la otra persona
reaccione como un potrillo enojado y no quiera tomar parte en lo que le ofrecemos, lo
cual podría muy bien significar que estamos buscando una forma de separarnos.
Eso es magnetismo. Si estás con alguien que no está dispuesto a cambiar, y tú sí deseas
hacerlo, probablemente la física universal los separará y los mantendrá así. Sí, eso
puede parecer terrible, pero pregúntate a ti mismo por qué ibas a querer permanecer
con alguien que crea su vida a través de un flujo de energía negativa.
Así que no te preocupes por la válvula de tu pareja. De hecho, ¡nunca te preocupes por
tu pareja! Dirige tu enfoque hacia lo que está ocurriendo a tu alrededor, e insiste
contigo mismo en que lograrás abrir tu propia válvula, de cualquier forma que puedas, sin
importar cómo. ¡SIN IMPORTAR CÓMO!
La única forma en la que puedes tener una relación como a ti te gustaría que fuera, es
escribiendo tu historia o guión de ese modo y cumplirlo fielmente, hasta que se
desarrolle tal como lo quieres, ya sea con tu pareja actual o con otra con la que tengas
mayor armonía de vibraciones (lo que significa, si es que todavía no lo adivinas, ser
mucho más feliz).
Si eres alguien que sufre en silencio, como lo era yo, ¡buena suerte! Sin importar cuál
sea la razón por la que estás sufriendo, ésta crecerá como una mala hierba bien
alimentada. Lo mismo ocurrirá si eres una persona controladora, regañona, preocupona o
alguien que disfruta complaciendo a la gente. Tienes que desconectar tu enfoque
destructor de la relación, sea lo que sea que esté cerrando tu válvula, y conectarlo a lo
que deseas en la vida.
En otras palabras, desvía la atención de tus "no quiero", ponla en tus "quiero" y
mantente ahí.
Si tienes un borracho a tu lado, abre tu válvula y escribe tu nuevo libreto.
Si tienes una pareja desempleada a tu lado, abre tu válvula y escribe una nueva
historia.
Si tu pareja y tú pelean por dinero, abre tu válvula y escribe una nueva historia.
Empieza hablando con tu pareja sobre lo que quieres y por qué, no de lo que no quieres y
por qué. Ya sé, estoy sonando muy condescendiente al respecto, como si fuera cualquier
cosa este asunto de ignorar las acciones de un necio, el cual tú estás convencida de que
es el responsable de tu vida miserable. La culpabilidad es nuestro juego, y señalar con
dedo acusador a alguien, o a nosotros mismos, siempre ha resultado inútil.
Cuando iba a la mitad de la redacción de este capítulo, decidí tomarme un descanso para
hacer algunas compras de comestibles y tal vez ir al sauna para aclarar mis ideas.
Quería olvidarme del tema durante un tiempo para asegurarme de que estaba hablando
de lo más esencial ¿Olvidarlo? ¡Sí, claro!. Mientras me dirigía en mi automóvil hacia la
tienda, empecé un monólogo interior muy desagradable con la gente a la que rentaba la
casita que había dentro de mi propiedad. No habían podido pagarme la renta en los
últimos dos meses, y mi atención estaba centrada en esa falta de pago. Era un
pensamiento recurrente que en el mejor de los casos se estaba volviendo abrumador. De
cualquier modo, el automóvil era un lugar ideal para enfurecerme, así que eso estaba
haciendo con todos los falsos tonos de compasión y comprensión acostumbrados. Con
franqueza, hervía de coraje, olvidando por completo lo que estaba provocando con mis
vibraciones, y que estaba escribiendo precisamente sobre eso, ¡por amor a Dios!
Al principio me sentí molesta conmigo misma, entonces me enojé todavía más porque no
lograba salir de mi mal estado de ánimo. Terminé mis compras y me dirigí hacia el baño
de vapor con la esperanza de que eso mejorara mi estado de ánimo. Mientras seguía
conduciendo mi auto, me sentí lista para escribir un nuevo guión.
Lo primero que hice fue sentir un poco de aprecio por ellos: "Son buenos muchachos y es
agradable tenerlos, cerca". No era exactamente un ¡hurra!, pero eso era mejor que
nada. Podía sentir cómo mi resistencia se iba reduciendo... un poco.
"Gracias a Dios, estaban ahí para cuidar de los perros, mientras yo me ausentaba.
Ninguno de mis otros inquilinos había hecho eso nunca. Y ninguno de 'mis otros inquilinos
me había ofrecido ayuda para darle la retocada anual a la pintura de mi casa, como ellos
lo habían hecho." Eso se sentía mejor.
"Y realmente adoran su hogar, y yo lo he arreglado lo mejor posible." Para entonces, mi
válvula estaba lo bastante abierta como para iniciar el nuevo guión, así que me dirigí a la
alberca vacía, donde podía hablar en voz alta, tranquilamente, sin que nadie me
sorprendiera. "¿Ambos consiguieron nuevos empleos? iGuau! ¡Eso es fantástico! Me siento
realmente feliz por ustedes. Yo sé que han deseado comprar algunos muebles, así que
ahora podrán hacerlo”.
Continué así, visualizando la imagen que quería, apoyando mi idea tan lejos como pude y
hasta donde me sentí cómoda. Presionaba y avanzaba conforme me iba sintiendo bien. No
habían pasado más de diez minutos de haber llegado a casa cuando los muchachos se
acercaron a mí, sonriendo de oreja a oreja. No tenían todavía un nuevo empleo
permanente, pero habían encontrado una forma de pagarme e iban a empezar a hacerlo
inmediatamente. ¡Acción rápida, por decir lo menos!
EL PING-PONG VIBRATORIO
Uno de mis primeros empleos después de que salí de la universidad fue en trabajando en
una grande empresa del mundo de fotografías para catálogos. Ahí se tomaban todas las
fotos del mundo de la moda y la mayoría de las fotos fijas para tiendas importantes de
ropa y departamentales. La mejor parte de mi trabajo era con las estilistas, las
muchachas que tenían que asegurarse de que la ropa quedara perfectamente, de arreglar
todo, desde los pasadores para el cabello hasta las latas de cerveza, y que todo quedara
en su lugar.
Día tras día, los modelos más famosos del momento, hombres y mujeres, pasaban por
nuestros estudios. Yo no les prestaba mucha atención, pero había una pelirroja,
extraordinariamente alta y delgada, que parecía ser el blanco constante de los chistes y
bromas de todos los demás. Cada vez que llegaba, desde que entraba hasta que estaba
lista para irse, una nueva tanda de chistes circulaba por la oficina, antes de que ella
cruzara siquiera la puerta.
Parece que esta chica cambiaba de novio constantemente, tanto que cada vez que se
presentaba a una sesión de fotos, cosa que sucedía varias veces a la semana, se
lamentaba del último que había tenido, o hablaba maravillas del nuevo. Era como una
pelota de ping-pong que quedaba en cada ocasión en diferente lado de la red.
"¡Ese infeliz! No ha devuelto ninguna de mis llamadas telefónicas. Es como todos los
demás, tan enfrascado en su mundito, que no tiene tiempo para el mío. Eso sí, siempre
tiene tiempo para sus otras chicas." Todo lo que sabía hacer era culpar, culpar, culpar,
y atraer así mucho más clones tan rápidamente, que se convirtió en el chiste permanente
de toda la compañía. Alguna que otra vez, alguien sentía una leve compasión y decía algo
así como: "¿Cómo es posible que una chica tan hermosa como ella tenga una cadena tan
larga de mala suerte? Con todo lo que ella tiene que ofrecer, ¿cómo es posible que eso
suceda?".
¿Larga cadena de mala suerte? No. La muchacha, joven y hermosa, estaba atrayendo, a
partir de su antiguo guión vibratorio, su vieja forma habitual de ver a los hombres. Su
libreto nunca cambió. Ella sabía que podía atraerlos como la miel a las abejas, y lo
hacía, pero todos terminaban siendo de la misma clase: hombres seducidos por las
vibraciones que ella emitía continuamente.
Ninguno de estos pobres clones tardaba mucho tiempo en extinguirse, mientras ella
atraía a otro, como si fuera una letanía de negativos "no quiero" que atrapaban al
siguiente. Puesto que su vibración dominante respecto de sus ex novios era siempre de
ese "tipo podrido", todo lo que atraía era otra réplica de un "tipo podrido". La
culpabilidad que ella mantenía en sus recuerdos enviaba vibraciones tan poderosamente
imantadas, que nunca había una oportunidad de activar un tipo diferente de relación.
Perdonar es... ¿qué?
Primero viene la culpabilidad y después viene ¿qué?... ¿El perdón? Tal vez sí, tal vez no.
No se necesita decir que la elegante actitud del perdón sólo se produce después de
haber culpado a alguien o a algo. Lo cual significa que la forma en que la vemos al
perdón no es muy diferente de la forma en que vemos a la culpabilidad. Por tanto, muy
raras veces perdonamos sinceramente.
Algo sucede, alguien dice algo y entonces, como las focas entrenadas que somos,
respondemos agresivamente con vibraciones. Si dejáramos las cosas en ese punto,
estaríamos en paz. Pero continuamos permitiendo que nuestras emociones se esparzan por
todas partes y ¡PUM!, nuevamente caemos en el sentimiento de culpabilidad.
Ahora, digamos que hemos decidido perdonar a alguien. Muy bien. Esto es lo que
ocurrirá: el perdón significa liberar nuestra resistencia a la energía positiva, no a la del
trasgresor a quien estamos dirigiendo tan benevolentemente nuestra sonrisa de perdón.
El perdón consiste en olvidar lo que sucedió en aquel fatídico lugar. ¡Jaja!
Si hay necesidad de perdonar, tiene que haber' un juicio o una culpabilidad que preceda
a esa necesidad, porque de otra manera no habría razón para perdonar. Y el juicio o la
culpabilidad significan que estamos enfocándonos en un "no quiero". Así que el primer
paso para el perdón (y esto probablemente no te va a gustar) es exonerar el sentimiento
de culpa, lo que significa la capacidad para decir... y decido con sinceridad: "¿A quién le
importa? ¿A quién le importa un bledo? Tal vez el idiota hizo algo terrible, algo
realmente de mal gusto. ¿Y qué?".
Significa: "No necesito condiciones para ser feliz. No voy a prestar atención a tus malos
hábitos, porque no necesito que todo sea perfecto para que fluya más amor hacia ti".
"Puedes ser grosero, puedes decir cosas horribles que lastiman mucho, pero tu elección
no afecta mi elección, la cual es mantener mi válvula abierta y sentirme bien. Ya no
culpo a ninguna circunstancia negativa, ni a tus hábitos negativos por la forma en que me
siento". Seguro, yo sé que eso suena casi imposible, pero ¿y qué, si eso es precisamente
lo que nos va a llevar a permitirnos ser felices? Lo mejor de alcanzar ese espacio de:
"Me importa un bledo lo que haces o lo que hiciste, mi válvula permanece abierta de
cualquier modo", es que automáticamente permites que llegue la clase de circunstancias
que tú quieres (definitivamente, el objetivo del juego) y dejas de experimentar la vida en
función de las acciones de los demás.
¿Estoy diciendo que debe perdonarse a una persona que maltrata? No, no en el antiguo
sentido, nunca. Perdonar como antes lo hacías significa que estás todavía reteniendo la
ofensa en tu vibración, e invitando a tener más de lo mismo. Estoy diciendo que lo
olvides, que tengas abierta tu propia válvula, que escribas un nuevo guión y que vibres de
tal modo que puedas salirte de ese lío.
¿Estoy diciendo que debe perdonarse a un adúltero? No, no como antes. Si el acuerdo
entre ustedes dos fue de monogamia, estoy diciendo que lo olvides y abras tu válvula si
no quieres que el problema se repita en esta relación, no en la siguiente. Tú tienes que
atraer las vibraciones de tu deseo, en armonía, o en una nueva pareja.
¿Así que estoy diciendo: "no perdones"? Por supuesto que no, al contrario, estoy
señalando que perdones lo antes que puedas. "¿Lo perdono? Por supuesto, ¿ahora qué
sigue?". Eso está muy, muy lejos de: "Bueno, no sé, cariño, eso que hiciste fue una cosa
horrible".
Incluso un pequeño grado de perdón funcionará en cierto momento; luego un poco más y
un poco más todavía, si es la única forma como puedes hacerlo. Pero de una cosa estoy
segura: a menos de que quieras más de lo mismo, perdonar, a fin de cuentas, significa
olvidar. El hecho cierto es que si te enfocas en lo que no quieres que suceda en una
relación, nunca vas a lograr lo que sí quieres.
Nunca, ni en un millón de años, porque para que una relación cambie a tu gusto,
necesitas:
Enfocarte fuera de la situación.
Enfocarte en abrir la válvula, la tuya.
Ésa es la única forma como las circunstancias no deseadas cambiarán, y la única forma
como tu relación sobrevivirá.
Así que, ¿cómo ayudar? El primer paso es colocarte en un sitio que te haga sentir bien,
y lograr así que tu propia válvula se abra antes de poder pensar siquiera en la otra
persona. Entonces, puedes inspirar -no asegures, sólo inspira- esa misma apertura de tu
válvula en la persona en la que estás pensando. Ya no estás intentando pintar en el lienzo
del otro, sino que sinceramente estás ofreciéndole pinturas y pinceles.
Por otra parte, si sigues pensando en lo terrible que es que alguno de tus conocidos
tenga cáncer, esté sin trabajo o que su casa se haya incendiado, esa terrible vibración
permanecerá para reforzar las malas vibraciones en las que él se encontraba.
En lugar de eso, mientras piensas en ellos, visualízalos en la forma en que desearías que
estuvieran. Si hay algo dentro de su ser que desea ir a hacia delante, tus impulsos de
energía positiva, amorosa, tendrán una poderosa influencia en su pensar, sentir y ser. Es
por eso que las oraciones para los enfermos raramente funcionan. Cuando vemos a aquel
por quien se ofrece la oración como a alguien necesitado en alguna forma, partimos de un
estado de carencia. Estamos viendo a esas personas como discapacitadas, cuando de
hecho tienen tanto poder como cualquier ser en el universo. Simplemente lo han olvidado
temporalmente, igual que los que están rezando por ellos.
Tengo una amiga cuyo padre estaba muriéndose completamente solo, a 3,000 kilómetros
de distancia, en la costa opuesta. Todas las noches, cuando se iba a dormir, ella enviaba
a su padre pensamientos de sanación con la esperanza de ayudarlo a reaccionar. Pero en
su propio estado de tristeza, le enviaba la propia soledad de él, la imagen patética de un
hombre sin amigos, sin familiares, sin voluntad de vivir, y el hombre seguía empeorando.
El rompimiento
"¿Debería-no debería?", "¿debería-no debería?". Todos hemos pasado por eso. Por ese
perturbador periodo cuando sabemos que es tiempo de hacer algo, pero las respuestas
simplemente parecen no llegar. O no queremos aceptarlas.
Primero que nada, tenemos aquí una más de esas palabras emocionalmente cargadas con
la que es preciso lidiar. Esta vez es "relación". Sin duda, no ocupa uno de los primeros
lugares en la lista de "sentirse bien" para la mayor parte de la gente. Sólo piensa que
esa palabra ejerce casi tanta fuerza negativa como "dinero". Tal vez se inició con
nuestra propia familia, o quizá lo hizo con nuestra conflictiva relación de pareja, o con
ambas cosas. No importa. La misma palabra "relación" evoca un puñado de anhelos y
estremecimientos mezclados en el mismo suspiro.
Así que es razonable (antes de volvemos creadores reflexivos) que cuando tenemos un
rompimiento, nos enfrentemos a esa posibilidad, o incluso si ya hemos pasado por una, la
idea de involucrarnos en otra nueva enredada telaraña no siempre nos resulte atractiva.
Y sin embargo, eso es lo que hacemos, nos lanzamos de nuevo a formar otro dueto con el
mismo patrón, u otro peor. Sólo cambian los actores.
¡Tenemos que transformar el libreto! Si queremos que sea diferente, lo mismo ahora que
con la próxima relación, tenemos que verlo y sentirlo de manera diferente. Si queremos
algo diferente, tenemos que cambiar el libreto.
Digamos que tú te has salido de eso y ahora estás viviendo solo. Estás disfrutando de
esa rutina que creaste deliberadamente y, por tanto, has decidido que estás listo para
una nueva aventura, con una nueva pareja. Pero, ¿qué es en lo primero que piensas? ¡En
la anterior! Y nueve de cada diez veces, ese pensamiento viene saturado de pesadas
vibraciones negativas. Igual que la atractiva modelo que no podía conseguir el tipo de
pareja que quería, quedas atrapado de nuevo al estar atrayendo un clon de tu relación
anterior, o algo peor.
Tienes que cambiar el libreto y enviar esas vibraciones a las que te has aferrado...
¡Fuera! Tienes que fabricar, de algún modo, un sentimiento distinto acerca de tu ex. Si
no lo haces, si sigues aferrado, como si en ello te fuera la vida, a los resentimientos,
las furias y los enojos, tu próxima relación no podrá ayudarte, sino que será del mismo
tipo que las anteriores o incluso peor, porque ésa es la vibración que estás produciendo:
resentimientos, furias y enojos. Lo que tú vibras es lo que recibes. No puedes vibrar con
pensamientos de regreso a "otra vez lo mismo" y esperar obtener algo totalmente
diferente, "mucho mejor".
Esto podría no ser una buena noticia para ti; pero las relaciones nunca mueren. Nunca
cesan. En virtud de que los dos (o los tres, o los veinte) han estado juntos en una casa,
en una oficina, en un club, tienen una conexión vibrátil que nunca cesa. Así que si dejas
que uno de esos lazos siga siendo negativo... bueno, ya sabes el resto. Esa vibración
irradiará por siempre de ti buscando otras semejantes. Tal vez viviste con un
golpeador, o con un simple chiflado; si no quieres más de lo mismo, tienes que encontrar
algo que te guste de ese tipo, algo que puedas apreciar, para que rompas la conexión con
sus vibraciones negativas.
De otro modo, sin importar qué tanto esperes entre una pareja y otra, sin importar qué
grado de "curación" pienses que has logrado, atraerás las mismas cosas desagradables
que no te gustaban de tu ex, porque sigues enfocado en ellas, protestando por ellas,
hablando con tus amigas de cuánto te alegra haberte liberado de ellas, sin mencionar el
hecho de que todavía estás furioso contigo mismo por haberlas soportado tanto tiempo.
Si estás pensando en eso, y sintiéndolo, estás vibrando todavía con ello, así que eso es
lo que vas a atraer.
Así que ámalas, lo mismo si merecen tu amor o no; aprécialas, sin importar qué tan
justificado pueda estar .clavar alfileres en la muñeca de vudú que las representa. Rompe
la cadena de atracción negativa, y entonces podrás encontrar tus respuestas a si debes
irte o quedarte así. Y si te vas, no atraerás un clon en la misma frecuencia negativa.
CADENA DE DOLOR
Tenía una amiga que solía hablarme, más o menos un mes sí y otro 110, desde
diferentes Estados del país, para descargar en mí sus problemas, que eran muy graves.
La mayor parte de esto sucedió antes de que supiera algo sobre absorber -y ser atraído
por-las vibraciones negativas de otra persona. Esta rutina continuó durante años, una
interminable sucesión de los mismos viejos problemas que se hacían cada vez más grandes
a medida que pasaba el tiempo.
Sin saberlo, no sólo estaba fomentando su negatividad, sino que la estaba enganchando
energéticamente alrededor de mí. Era horrible y no sabía cómo detenerla; mucho menos
decirle que ya no me llamara más, pues no tenía el corazón para hacerlo. Para empeorar
las cosas, incluso cuando no estaba hablando con ella por teléfono, la imaginaba en medio
de sus desastres, rodeada de carencias, una bomba de tiempo caminando en espera de
explotar en otro enredado predicamento.
Finalmente, un día me llamó, me saltó un rosario de quejas por estar en desacuerdo con
ella, me llamó cruel, despiadada, egoísta y unas cuantas coloridas joyitas más, que no
me molestaré en repetir. En cierta manera, tenía razón, ya que yo no estaba dispuesta
a unirme más a su cadena de dolor. Tenía que dejar que se hundiera o me hundiría con
ella de nuevo, algo que yo ya no estaba dispuesta a hacer. No he vuelto a saber de ella
desde entonces, pero continúo viéndola dentro del mejor libreto que puedo imaginar. Tal
vez algún día.
Por más que lo intentemos, los paquetes de "arréglalo" no funcionan. Cuando decidimos
que alguien necesita "arreglo" (como lo. estaba haciendo con mi amiga), todo lo que
estamos haciendo es verlos como "mal", transmitiéndoles más energía negativa.
En cambio, si podemos encontrar algo -cualquier cosa que apreciar en ellos y plantamos
las semillas para que -germine en ellos un nuevo y potencial crecimiento con nuestras
vibraciones positivas, abriremos la posibilidad de un cambio.
Toda persona en este planeta tiene en su interior su propia guía para encontrar su propio
camino, si así lo elige. Pero algunas veces tenemos que dejar que se hundan si ésa es su
decisión, o nos hundiremos con ellos también, conectados por medio de vibraciones a su
cadena de dolor.
¿FAMILIA Y ARMONÍA?
De todos modos, empezaron a realizar reuniones familiares para hablar de sus "quiero".
Como era de esperarse, muchos de los primeros intentos emergieron como una larga lista
de "no quiero" de todos, especialmente del hijo. Pero después -mucho tiempo después-
todos empezaron a contestar sus "quiero" abierta y entusiastamente.
El siguiente paso era llegar a los "por qué". ¡Bravo! En cuanto lo hicieron, los verdaderos
colores del deseo empezaron a volar. Todos querían sentirse mejor de lo que se estaban
sintiendo, así que eso se convirtió en su intento conjunto. A partir de ahí, los milagros
empezaron a brotar.
Por primera vez, como nunca antes, todos querían realmente estar juntos, hacer cosas
juntos, ir a lugares juntos, que sé que cualquier cosa que pase será buena". Si alguna
vez hubo un tiempo y un lugar para trabajar en aspectos positivos, ¡es con la familia!
Y hay otra ganancia extra en valorar a los familiares: una vez que tu válvula se haya
abierto, permanecerá abierta a todo, no sólo a la familia. Puedes estar con tu pareja,
presente o pasada y, de pronto, ¡obtienes un nuevo empleo! Puedes ser un padre soltero
que valora a sus hijos, y de repente, ¡una nueva pareja, aparece!, puedes estar
valorando tu hogar, ¡tus hijos problemáticos cambian su actitud!
Todo es energía, todo es vibración que parte de cómo te estás sintiendo. Así que escribe
tu nuevo guión, no te preocupes de los “cuándo” o los “cómo”, no importa si todavía no ha
sucedido, mantén tus ojos lejos de la válvula cerrada ajena, y encuentra formas de abrir
la tuya. Antes de que lo sepas, sin importar qué esté haciendo cualquiera en su casa o
en el planeta, tú ya no responderás. Ahora serás un creador consciente.
Sólo abre tu válvula, ¡NO IMPORTA A QUÉ! El resto vendrá por sí solo. Te lo garantizo.
TU CUERPO, VIDA Y
LA LEY DE ATRACCIÓN
Espero haber dejado muy claro, a estas alturas, que no camino sobre el agua, que no
tengo dinero a manos llenas, ni poseo media docena de villas de descanso con vista al
mar Caribe, a las que huyo en uno de mis cuatro Lamborghinis, cuando me canso de mis
propiedades llenas de sirvientes.
¿Ha cambiado mi vida desde que aprendí a dirigir mi flujo de energía? ¡Completamente!
Por supuesto que todavía tengo una gran cantidad de viejas creencias que hacen que mis
tambaleante balanza se incline hacia un enfoque negativo, sentimientos negativos, una
válvula cerrada y malos estados de ánimo..., hasta que los descubro y les doy la vuelta.
Algunas veces el proceso es rápido y electrizante; en otras ocasiones es tan lento, que
parece que pasa una vida entera antes de que logre hablar conmigo misma lo suficiente
como para salir de algo que me deprime.
Hay, sin embargo, un área de mi reciente fluido vital de energía que mejoro
extraordinariamente aplicando los principios de la Ley de Atracción que me ha
proporcionado un placer mayor que la libertad del dinero, o las otras mejoras de mi
bienestar, y que es mi cuerpo. Antes de conocer todo lo expuesto en estos capítulos, me
encontraba en mi peor etapa de sentirme víctima, tenía la espalda terriblemente mal.
Algunas veces no podía levantarme de la cama en toda una semana. Otras ocasiones los
espasmos que me daban eran tan intensamente dolorosos, que lanzaba gritos que se
podían escuchar en el Estado vecino. Aunque lograba meterme en el auto y llegar de
algún modo al trabajo, pasaba el día de pie, o arrodillada ante mi escritorio, porque
sentarme resultaba demasiado doloroso.
Tan pronto como empecé a tener bajo control ese desastre, mediante una estricta rutina
de ejercicios, me lancé a visitar a innumerables doctores para averiguar por qué mi
corazón bailaba la rumba todo el día, en lugar de bailar un tranquilo vals. Un doctor,
especialista en medicina, holística, finalmente me diagnosticó un severo caso de
hipoglucemia (bajo contenido de azúcar en la sangre) "probablemente producido por
estrés". Un diagnóstico ligeramente limitado en comparación con la verdad.
Después, eran mis articulaciones las que no querían moverse; tenía exceso de peso, falta
de energía, mala vista, mala dentadura y mi cabello me estaba diciendo adiós; todas
eran señales de..., ¿de qué? ¿Del envejecimiento normal? No, todo eran signos seguros
de una vida que se estaba viviendo con una válvula mucho más cerrada que abierta, que
estaba más desconectada que conectada a mi Fuente de energía; una vida que
proyectaba mucho más vibraciones negativas que positivas, aunque, no obstante, también
eran señales de envejecimiento.
Pero, ¿por qué me había cerrado de ese modo? ¿De dónde venía toda esa negatividad
que se había vuelto tan destructiva para mi cuerpo? Yo no era un ogro odioso, ni una
persona cruel y malvada que llevaba mi negatividad pegada a mí. En realidad, había
crecido en un ambiente común de una familia disfuncional de clase media alta. Había
hecho todas las cosas correctas, había ido a los colegios correctos, había usado la ropa
correcta, había tenido los empleos correctos y vivido en los lugares correctos, todo ello
con infalible actitud agradable y las sonrisas oportunas en mi rostro. Sin embargo, ese
tono básico de negatividad "normal" era mi compañero constante y cuanto más pasaban
los años, más florecía.
¿Algunas veces me había divertido? ¿Algunas veces había sido feliz? ¡Nunca!, ni en un
millón de años; sin embargo, no me hubiera considerado una persona negativa, como
tampoco lo hacían mis amigos. Por el contrario, me consideraban como la personificación
misma del optimismo y la alegría. Y sin embargo, siempre estaba preocupada por todo.
Con una sonrisa forzada en el rostro y una palabra amable siempre en mis labios, mi
enfoque constante era en las carencias, tanto en las propias como en las ajenas. Al igual
que sucedía con todas las personas que conocía.
Ahora, después de varios años de trabajar con la Ley de la Atracción, nunca me he visto
mejor, me he sentido mejor, me he movido mejor o he estado mejor. Ni siquiera cuando
era adolescente tenía esta fortaleza, y tendría yo que retroceder hasta otra vida, en la
que no estoy segura de querer hurgar, para encontrar este tipo de pasión por la
existencia y por vivir.
En estos tiempos, casi todo el mundo sabe que el estado de salud física está
íntimamente relacionado con el estado de salud mental. ¡Hasta los médicos empiezan a
afirmarlo! Los científicos someten a ratones a un exceso de estrés y después observan
cómo, se desarrollan en ellos células cancerosas. Privan a un chimpancé bebé del pecho
de su madre y observan cómo su cuerpo genera diabetes. Toda la comunidad
científica/médica sabe perfectamente que hay algún tipo de unión entre la mente y el
cuerpo, sólo que no están seguros de cuál es..., todavía. Y vaya que se van a llevar una
sorpresa cuando descubran que no es otra cosa más que nuestra propia energía.
La enfermedad, en cualquiera de sus formas, no es más que nuestra energía negativa que
sofoca buena parte de nuestro flujo de vida -esas altas frecuencias que son nuestro
estado natural lo cual se convierte en daño celular. Las culturas orientales afirman que
los desbalanceos de energía (el Ky) son la causa de la mayoría de las enfermedades,
siendo provocado este desbalanceo por nosotros mismos por nuestros estilos de pensar,
sentir y de vivir.
¡Oh!, por supuesto, siempre estamos unidos energéticamente, cuando menos por un hilo, a
esa fuerza de vida, o no estaríamos ya aquí. Pero una cuerda muy tensa (válvula
cerrada) y otra válvula abierta que nos hace sentir bien porque permite que la energía de
la fuerza vital fluya libremente a través de nosotros, son dos cosas muy diferentes. Una
mantiene al cuerpo hambriento de su natural fuerza vital y de la energía que da vida,
mientras que la otra lo alimenta. Se deduce, entonces, que si se mantiene un estado de
vibración más alto que el usual, y de forma regular, la enfermedad simplemente no se
puede presentar ni se puede mantener. Sería imposible.
Después de todo, el cuerpo no está separado del universo, así que cuando tenemos un
pensamiento, las vibraciones corren por todo el cuerpo, al igual que por todo lo demás.
Esto lo afirma Deepak Chopra quién afirma que el cerebro no es la única parte del
cuerpo que guarda información, cada una de nuestras celular sabe cómo nos sentimos,
que nos sucede y han aprendió a cómo reaccionar a eventos externos. Si esas vibraciones
están en armonía con la programación intrínseca de tu cuerpo, que incluye el bienestar
(la válvula abierta de "sentirte bien"), entonces las células sobreviven.
La enfermedad existe sólo por una razón: alguien ha emitido más energía de baja
frecuencia que de alta. Lo cual, desde luego, es la razón de que exista tanta
enfermedad. Busca a una persona que generalmente sea feliz, que continuamente esté
motivando un estado de ánimo elevado y liberándose de emociones negativas, y
encontrarás a una persona saludable. ¡Siempre! La gente que está enferma se ha aislado
de algún modo de su línea de la vida. Esto puede no resultar muy evidente al exterior,
pero de una manera u otra, han cerrado su válvula a la fuente de energía, mediante la
preocupación, la culpabilidad o cualquier otra cosa.
La gente enferma está mal informada, como todos nosotros. Pueden ser ciudadanos
devotamente religiosos, honestos y valiosos, pueden ser amigos queridos y dignos de
confianza, pero si no están permitiendo que fluya suficiente cantidad de su propia
energía positiva hacia sus vidas, no están dando paso a la vida. De hecho, sin excepción,
la enfermedad es el rechazo de esa energía más elevada y la manifestación final de una
emoción negativa interminable de uno mismo.
SI ESTÁS ENFERMO
Por siglos nos hemos aferrado a la doctrina de que causa y origen de TODO esta fuera
de nosotros, para que se entienda claro todo es que pensamos que la oportunidades, la
riqueza, la felicidad, el amor, ganar dinero, bueno hasta Dios esta fuera, esta
estructura de pensamiento de estar enfocados hacia el exterior, es la causa de tan
pobre valoración nuestra como seres humanos, carentes del poder para cambiar lo que
vivimos en el exterior, dependientes sólo de algo que está fuera de nosotros mismos
puede mejorarnos, así que hasta que aprendamos a sobreponernos a esta arcaica y tonta
creencia limitante, no sólo mejorará nuestra autoestima, sino que encontremos la
conexión a nuestro guía interior a Dios dentro de ti. Esto por si sólo desde luego que
provoca transformaciones en la vida de cualquiera que lo acepte. La ley de atracción es
parte de este mecanismo que no tiene que ver con religión, sino con la energía con la que
funciona tan perfectamente el Universo, y Tú eres parte de él, si no lo sabes en tu
cuerpo hay polvo de estrellas, ¡eres parte de esta mágica creación¡ No estas aquí por
casualidad, ni para sufrir, sí crees eso adelante, nada lo impide que lo logres, pero si
estas leyendo este material es porque algo dentro de ti te ha atraído a leer esto, evita
pensar en la suerte la coincidencia, somos seres creadores reflexivos y este material
pretende que entendamos cómo usarlo.
Grábatelo por favor. No nacimos para enfermarnos no se infelices, esto es otra vieja
creencia limitante; estamos diseñados para vivir 106 años en condiciones de funcionalidad
aceptables, envejeciendo 1% a partir de los 30 años como lo expone Deepak Chopra.
Pero las estadísticas demuestran que el mayor número de infartos ocurre entre los 50 y
54 años ¡esto es media vida del diseño! Ni siquiera es en las etapas altas de vejez. Ya te
imaginaras la respuesta: Algo tiene que ver con la satisfacción y logros de media vida.
Es resultado de lo que hemos hecho con nuestra libre decisión de vida y desde luego la
baja energía vibracional.
Si durante la primera parte de nuestras vidas hemos vivido como nuestro exterior nos
dijo, (familia, escuela, religión, amigos, vecinos, sociedad, etc...) ¿No crees que ahora
tenemos la oportunidad conciente y el derecho de vivir como queramos para lograr una
vida más plena?. No lo tomes como un dogma de mi parte, pero……. ¿y que tal si la
promesa de un cambio interno te trae otra vida?, al menos yo en tú lugar lo intentaría,
por que no hay nada que perder, más que cosas viejas y si mucho por ganar, demasiadas.
La razón más poderosa de no lograrlo, no es por lo que nos falta saber, sino por
nuestras viejas creencias que no podemos dejar.
Sin embargo si estás enfermo, te pido que trates de aceptar desde de lo más profundo
de tu ser que toda enfermedad es reversible. Aunque probablemente no hay tarea más
difícil en este mundo que tratar de sentirte con el ánimo elevado cuando estás
físicamente mal, no sólo es posible, si no que se ha hecho muchas, muchas veces.
Norman Cousins lo hizo. El un famoso editor de libros americano, que estaba muriendo de
cáncer, declaró: "No puedo negar que me estoy yendo", y decidió pasar el tiempo riendo
constantemente. Sabía instintivamente que si lograba revertir las frecuencias en su
cuerpo, éste se curaría por sí mismo. Así que, desde su cama de hospital, vio sólo
películas divertidas, sólo leyó libros graciosos, pidió a sus amigos que le contaran chistes
y así se curó solo, completamente, del cáncer que había invadido a su cuerpo. Entonces
escribió un libro acerca de ello. Tengo que reconocérselo. Es un alma comprometida... y
un maestro.
Ahora, obviamente, la cosa más espontánea que hacemos cuando nos ataca una
enfermedad, sobre todo alguna que consideramos grave, es lanzarnos a la acción, correr
a un doctor y no apartar en ningún momento nuestro pensamiento de esa condición.
Estamos asustados y, desde luego, así es como reaccionamos. Y sin embargo, con nuestro
constante enfoque negativo en la enfermedad, nos estamos alejando del ingrediente más
importante de que disponemos para invertir la mala condición: el poder curativo de
nuestras frecuencias más elevadas.
Si, por ejemplo, has tenido un serio accidente, no sucedió de pronto, ni salió de la nada.
Si analizas los años anteriores, ¿podrías decir que tu patrón de pensamiento ha ido
siempre hacia las bajas frecuencias: enojo con la familia, circunstancias desagradables,
deseo doloroso de ser aceptado, temor al fracaso, culpabilidad, preocupación por las
finanzas, culpa oculta sobre lo que sea? Tuvo que ser así, o de otra manera no habrías
tenido el accidente. Ese impulso negativo se construye a lo largo del tiempo hasta que
finalmente entras en el tornado creado por ti mismo, con alguien más que ha afinado su
diapasón en la misma forma que tú. Y los dos se atraen, hasta que chocan.
La energía de baja frecuencia es la causa; el daño al cuerpo -ya sea por accidente o por
enfermedad- es la consecuencia, lo mismo si se ha estado forjando durante unas cuantas
semanas, que durante varias décadas. Y entonces, está el asunto de la intensidad. La
gente que conoce de magnetismo lo explica de esta manera: Tiene el mismo efecto un
baja intensidad de energía por largo tiempo que una alta en un corto período es
simplemente jugar con las dos variables: tiempo e intensidad. Así es que un mal
carácter, una inconformidad continua, tibia, una negatividad durante un periodo de años
sigue siendo una vibración negativa, que tu cuerpo responde a ella en la misma forma,
con un problema benigno, tibio, sin grandes tragedias pero no logras tener el ingreso que
desearías, las vacaciones que quieres ó necesitas no las puedes tener ó pagar, el puesto
que deseas se lo dan a otra persona, maltrataron tu árbol a la entrada de tu propiedad,
etc…. Pero por la misma razón, un gran fluido negativo de tu energía, al paso de los años
(o de los meses) un día producirá una grave enfermedad o un accidente de tamaño
considerable. Pero, sin importar cuál pueda ser el problema físico, sino que es el
resultado de un exceso de vibraciones del cuerpo, un resultado que puede deshacerse
mucho más rápidamente de lo que se tardó en crearlo.
ENGAÑA AL ADULTO
Para eliminar la enfermedad, una vez más nos inclinamos hacia formas ingeniosas de
convencer a la mente de que cree las vibraciones más altas que se requieren, para que
las células empiecen su proceso de regeneración. Esto no es un cúralo todo, nada lo es,
porque sólo un cambio total en la energía traerá esa transformación. Ésta es sólo una
técnica que puede llegar a hacer maravillas.
Esta estrategia se parece mucho a la de escribir un nuevo libreto; pero con algunos
cambios importantes que deben añadirse para deshacernos de viejas creencias ya
caducas. Vamos a jugar un juego de niños llamado "Pretendamos" y yo te prometo que si
te entregas a él de corazón y juegas de principio a fin, tu válvula se abrirá. Muy bien;
aquí está la primera parte. Pretendamos, primera parte: "Qué tal si... "
Métete de lleno en el juego y vívelo tanto como puedas, hasta seeentir que la diversión y
el entusiasmo fluyen a través de ti. (Si te estás sintiendo como un tonto, es un buen
indicio de que estás atorado en una rígida imagen adulta, lo que significa generalmente
vibraciones negativas).
No puedes estar pensando que no deseas tu enfermedad y esperar abrir tu válvula hacia
el bienestar al mismo tiempo; como tampoco puedes ver que no tienes suficiente dinero y
sentirte bien al respecto. Tiene que ser una u otra: válvula abierta o válvula cerrada.
Sentirte bien y permitir que la fuerza de vida fluya a través de ti para llevarte al alivio,
o continuar con la fuerza disminuida de vida y perpetuar la enfermedad. El cáncer nunca
ha sido causa de muerte para el cuerpo; pero cortar la fuerza de vida por medio del
temor, la furia, la culpabilidad o cualquier otra vibración negativa, lo hará todo el
tiempo.
Si padeces algún dolor, espera el momento en que el dolor haya disminuido y después
entra al mundo curativo de "Pretendamos". Ve a él con tanta frecuencia como puedas.
Entonces, sal de tu propio camino, lo que significa que habrás de mantener tu enfoque
lejos de lo que no ha sucedido toda vía, y deja que el universo haga su parte.
CAMBIA TU APARIENCIA
Unos amigos me preguntaron (como sucede casi siempre) cómo llegar a ese lugar del
sentimiento de "estar delgado", cuando puedes ver claramente que estás gordo. Fue otro
caso de "pretendamos", sabiendo que no puedes pensarte delgado -mucho menos llegar
ahí-cuando te estás sintiendo gordo. Una amiga había querido perder demasiados kilos,
hizo todas las acostumbradas dietas y bajó, pero volvió a recuperar su antiguo peso
varias veces, como nos ha pasado a todos los que hacemos dietas. Finalmente, entró en
un programa de visualización, pues le pareció una buena idea; pero no llegó a ninguna
parte, hasta que decidió poner algo de emoción detrás de las imágenes. Entonces
empezaron a suceder todo tipo de cosas.
El secreto para revertir cualquier cosa dentro del cuerpo es desviar tu enfoque de lo que
no quieres, encontrar la forma de poder introducirte en el sentimiento de lo que quieres,
y saber con certeza que las leyes del universo están funcionando, y que deben llevar la
visión sentida a la realidad, siempre y cuando tú no la aplastes.
LO QUE ESTÁ MAL, NUNCA ESTÁ BIEN
No tiene sentido realmente mantenerte alejado de los médicos, si tus creencias dicen
que los médicos funcionan. Aunque yo le he dado un giro completo de manera drástica a
la salud y a la forma de mi cuerpo, sé lo que mi mente permite o no en este momento;
así que todavía hago visitas ocasionales a un médico, o a un dentista. Pero piensa en esto
un minuto: ¿para qué se preparan los médicos? ¿Para curarte? Por supuesto, ése es el
objetivo, tan pronto como descubren lo que está mal en ti.
"Lo que está mal" es su negocio, su razón de ser. Sí, quieren ayudar, pero si no
encuentran algo malo, ¿cómo pueden, ayudarte? Puesto que lo que están buscando es "lo
que está mal" -y es lo que tú esperas que encuentren- eso es precisamente lo que ellos
-y tú- van a atraer: algo que está mal. ¿No has notado que con los médicos siempre
estamos a punto de contraer algo, o tenemos ya un pie en la tumba? Somos o
precancerosos, o no tenemos la menor posibilidad de salvación. No estoy atacando a la
profesión médica; son un enorme y formidable grupo, que precisamente ahora está
empezando a entender el proceso de la manera adecuada, muy lentamente por desgracia.
Pero no debemos unirnos a ellos en atraer más de lo que queremos deshacernos, y, sin
duda, no tenemos que visitarlos con ese temor que cierra nuestras válvulas.
Si a ti te han dicho que estás en algún tipo de "pre" condición, y eso te ha asustado
mucho, tranquilízate y echa una mirada a lo que estás creando. Has cerrado tu válvula al
volverte temeroso; estás atrayendo cosas en forma negativa y ahora vas directamente
hacia el inevitable cumplimiento del dictamen del médico. Todo médico que se encuentra
en la faz de este planeta sabe que la enfermedad remonta, una vez que se da 'el
diagnóstico. ¡Imagínate!
De todas maneras, acude a tu médico, pero vigila tus reacciones, tus temores, tus
creencias, tu negativa, lo que significa que vigiles tu válvula. Haz a un lado el diagnóstico
de las enfermedades llamadas incurables, junto con todas las otras estadísticas lúgubres
que existen sobre la enfermedad. De esta forma, puedes recurrir a tu médico como un
medio para llegar al fin que deseas, en lugar de hacerlo la causa de que tus temores se
agudicen.
Hemos estado hablando mucho acerca de la auténtica energía positiva que crea
universos, la energía a la cual siempre estamos conectados, pero que rara vez está
abierta. Si nuestro cuerpo es una extensión de esa fuerza de vida básica, entonces,
¿por qué morimos?
Supongamos que eres un actor y que estás en el escenario, vestido para el papel que vas
a representar, y experimentas la diversión de ser un personaje en la obra. Cuando ésta
termina, dejas el atuendo y el personaje a un lado, pero sigues siendo tú.
Lo mismo sucede con tu Yo expandido. Está aquí, actuando con un cuerpo (el tuyo) por la
mera experiencia de hacerlo, por aprendizaje, por diversión. Cuando se canse, hará otra
cosa; pero no se extinguirá como una vela. No puede. Es energía pura y la energía no se
apaga de un soplido.
¡Ah! pero la energía más negativa tampoco puede ser aplastada, aun cuando nuestras
vibraciones negativas sí pueden aplastar a las células físicas, una práctica que permitimos
con asombrosa vitalidad. Enfocar con temor una condición del cuerpo que no queremos,
reduce tan drásticamente nuestra unión con esa energía más grande que realmente somos
y la comprime a tal punto, que las células empiezan a encogerse por falta de energía de
vida. El cuerpo se reduce entonces a condiciones de escasa supervivencia, hasta que por
fin muere debido a la sofocación implacable de sus células. Pero sólo el cuerpo muere, no
la fuerza de vida que eres tú.
En ese estado de sofocación, las pobres células, que deben recibir un constante
abastecimiento de fuerza de vida, se ven obligadas a responder de manera diferente a
las vibraciones negativas que recorren todo el cuerpo. Como su propio bienestar ha sido
comprometido por la falta de esa energía fundamental, tus células no tienen otra
alternativa que dar paso a la enfermedad. Si continúa la reducción de la fuerza de vida,
las células ya no pueden reproducirse a sí mismas. En ese momento termina su existencia
física, y simplemente se reciclan para convertirse de nuevo en la energía positiva pura,
de bienestar, de donde provienen. Tú haces lo mismo.
A eso es a lo que llamamos muerte, pero lo único que deja de existir es tu presencia. No
tú.
En la actualidad, los científicos saben que el cuerpo puede continuar con vida muchos más
años de los que vive ahora. Sin embargo, a pesar de los increíbles instrumentos que
existen para lograrlo, ninguno de ellos tendrá éxito si no hay combustible: así que si
alguien ha perdido el entusiasmo por la vida, y la energía deja de fluir a través de él,
ocurrirá lo que llamamos muerte. Pero sólo se morirá tu cuerpo físico.
Deja que esa fuerza de vida fluya a través de todas tus células, de manera libre y
constante, sin restricciones ni limitaciones, y podrás beber cianuro todos los días en el
desayuno sin que siquiera te dé hipo.
Así que, ¿no es interesante que el mayor temor con el que continuamos vibrando, y que
reservamos para seguir vibrando todavía más, sea el temor a la muerte? El temor a la
muerte es una deplorable respuesta aprendida, que adquirimos hace mucho tiempo de un
puñado de fanáticos hambrientos de poder, religiosos y no religiosos, que querían jugar el
juego de "controlemos a las masas", y lo hicieron en forma brillante. Haz que un puñado
de gente tema algo, como la muerte, y las tendrás comiendo de la palma de tu mano
donde tú quieras.
Así es como surgieron todos esos mitos sobre los demonios, el mal, el infierno y un gran
juez en lo alto del cielo, que se vale del temor como un medio de control. Pero, puesto
que la energía no puede morir y, sin duda alguna, todos nosotros estamos hechos de
energía, el temor a la muerte no es más que un monumental desperdicio de tiempo, que
sólo evoca energía negativa. Lo triste del caso es que nos han enseñado con tanta
habilidad a temer a la muerte, que hemos olvidado por completo cómo vivir.
Sin embargo, aun cuando al morir cambias de hábitos, lo que sucede no es más que el
abandono del ser físico, una desconexión del cuerpo; el "Tú" que eres, nunca se retira.
Esa parte de ti está conectada por siempre y para siempre a la percepción consciente,
eterna: Tú.
Así que eso que llamamos erróneamente muerte, es un simple cambio de enfoque, un bip
que indica un cambio de una frecuencia a otra. ¿Volveré a ser Juan Pérez otra vez? No,
¿y te gustaría serlo?; pero no cesas de existir. ¡No puedes hacerlo! Tú eres la energía
continua de vida que anda saltando por aquí ahora, en este particular campo de juego.
Tú eres la energía positiva pura del bienestar ¡y no puedes matar la energía!
La forma más fácil de obtener esa salud es dejar de temer a ese mito atroz creado por
el hombre, y concentrarnos totalmente en elevar nuestras frecuencias hacia la parte más
grande de nuestro ser, que es la esencia misma de todo lo que existe. Entonces aquí, en
nuestro pequeño mundo, tendríamos todo lo que pudiéramos anhelar del cielo,
precisamente como era la intención original.
Hace muchos años, la madre de una de mis más íntimas amigas se mató en un absurdo
accidente automovilístico. Cuando se dirigía junto con su esposo hacia un puente que
había en la autopista, algún muchacho irresponsable arrojó una enorme piedra desde lo
alto del puente. La piedra chocó contra el parabrisas y cayó sobre el asiento del
pasajero, matando en forma instantánea a la señora T. Parece una de esas terribles
coincidencias, ¿no es así? Mala suerte. Un mal tiro de dados. No, nada de eso. Fue una
co-creación.
¿De quién era la vibración responsable de lo sucedido? ¿Era de los muchos años de
pesimismo oculto de la señora T? ¿O era del muchacho? Como siempre, en cualquier
accidente, fueron las vibraciones de la señora T las que acabaron con ella, pero aun así,
fue una co-creación. Ella estaba sintonizada en una frecuencia en particular y atrayendo
todo lo que tenía una vibración similar, que, en este caso, no le fue muy favorable. Es
física elemental; tú tocas un diapasón y todos los demás diapasones que estén en el
mismo tono responden.
Digamos que en una escala del uno al diez -con el diez para una válvula completamente
abierta-la vida de preocupación de la señora T le había causado vibrar emocionalmente
en un destructivo cuatro durante algún tiempo. Por otra parte, el chico, como joven que
era, tenía sólo unos cuantos años de sentirse inferior a sus compañeros y estaba enojado
con la vida. Sin embargo, eran tan fuertes sus sentimientos -y, por tanto, su atracción
magnética- que él también había alcanzado el destructivo nivel cuatro. Su ruta estaba
trazada. Tarde o temprano iba a encontrarse con otra persona que vibrara en la misma
escala, aderezada con las mismas vibraciones de poca valía. Para la señora T, si no
hubiera sido la piedra, habría sido cualquier otra cosa igualmente devastadora,
procedente de otra persona en su misma escala de vibraciones.
Como un buzo cuyo cable de oxígeno se ha cortado, este desesperado chiquillo estaba
buscando cómo dar salida al dolor ya la furia de estar desconectado de su fuente
energética. A su manera, la señora T se sentía igual. Finalmente, cada uno en medio de
su propia corriente de dolor, habían sido absorbidos, uno en el otro, en un ejemplo
perfecto de co-creación. Ella había atraído su destino; él había atraído el suyo.
Si en un accidente están involucradas dos o más personas, significa que fue un ejercicio
conjunto de atracción negativa. Si fue un accidente que involucró a niños demasiado
pequeños para desarrollar su propia emoción negativa, entonces significa que esos niños
captaron las vibraciones de su medio ambiente. Si se trata de un avión que se estrelló,
quienes iban a bordo, de todas las edades, se magnetizaron a sí mismos hacia el suceso.
Podría continuar con más ejemplos, pero insistir en todo esto equivale a cerrar la válvula.
En lo que quiero insistir es en que nada, nos sucede por casualidad. ¡NADA!. Lo que
ganamos en la lotería, nuestros nuevos amores, nuestras enfermedades, un fenómeno de
la naturaleza, un accidente, todos estos sucesos han sido atraídos
electromagnéticamente a nosotros, por nuestros sentimientos y nuestras vibraciones.
Nada en este mundo nos ha llegado nunca, ni nos llegará, excepto por nuestra invitación
vibrátil.
Ahora bien, no te dejes arrastrar por el pánico si has vivido toda tu vida como una
canasta agujereada. Ése no es un pase automático al cáncer. Podría serIo, ¡pero no es
automático! Sólo tienes que encontrar tu alegría, y esa vibración de válvula abierta
contrarrestará años de desaliento y pesimismo. Lo que hace falta es simplemente un
instante de decisión y no años de meditación. Tal vez tengas algunos incidentes de
abolladuras pequeñas en tu auto, pero eso será todo. Nada grave. O tal vez sufras un
leve resfriado. Nada grave. Sólo pequeños recordatorios de que todavía te estás
resistiendo a la frecuencia del bienestar.
Por tanto, ¿quiénes son los principales imanes? Nosotros, ¡siempre! Son nuestros
sentimientos, nuestra válvula, nuestra resistencia. Nadie nos está provocando nada. Si
estamos atrayendo en forma negativa, es porque estamos vibrando negativamente,
atrayendo algunas cosas, o algunas otras, a nuestro espacio en la danza eterna de la co-
creación.
La conclusión de todo esto es que, después de todo, no tenemos por qué demonios estar
enfermos, tener accidentes, envejecer, ni siquiera morir; pero mientras continuemos
apagando nuestro interruptor de bienestar e impidamos que nuestras células reciban su
abastecimiento vital, debido a nuestras emociones negativas, siempre ocurrirá algo. Y lo
más grave es que hay gente, ¡mucha gente! ¡Que piensa que esto en la vida es normal que
suceda.!!!!!!!
Así que tal vez quieras analizar cómo te estás expresando de ti mismo. Si estás
diciendo: "Quiero estar bien", pero tu vibración predominante está diciendo: "¡Socorro!
No quiero estar enfermo", ¿qué es lo que estás atrayendo?
Si estás enfermo y dices: "¡Por Dios!, voy a vencer esta enfermedad, voy a ganar esta
batalla" desde una posición defensiva, ¿en qué crees que te estás enfocando?
Sin importar cuántas personas te amen, sin importar cuánto dinero des a los pobres, sin
importar qué tan bien manejes tu negocio, ni lo encantador y agradable que seas como
persona, ni que te sientas merecedor, ni lo que hayas sufrido, si tienes vibraciones
negativas de cualquier tipo, incluso en tu modo de hablar, irremediablemente vas a
atraer algún tipo de problema.
Por más que las vibraciones fundamentales de la conciencia masiva están alrededor de
nosotros, y son una fuente interminable de poderosa energía negativa que permitimos que
nos gobierne, que nos golpee como una tormenta a un barco sin timón y que haga difícil
la navegación, eso no tiene por qué ser" así. Tú no tienes por qué ser una víctima de la
conciencia de las masas o de la energía negativa de otra persona, ni la de tu médico, tu
familia, tus amigos, tu pareja o los grupos que te rodean.
Limítate a declarar tus "quiero" todos los días, escribe (y después habla) nuevos guiones
o historias acerca de tu cuerpo, tu salud, tu apariencia, tu vida. Y desea. Introdúcete
en el lugar del sentimiento de lo que estás deseando, y vuélvete decididamente uno solo
con quien estás deseando ser, haciendo fluir tu propia energía y vibrando en la
frecuencia de la alegría, de tal modo que puedas vencer lo que tú -y cualquier otro-
pueda haber estado fluyendo antes. No sólo tu cuerpo responderá gozosamente, sino que
no habrá más accidentes.
¿Es fácil? No, no es nada fácil cambiar de enfoque, alejarnos de la enfermedad que
estamos padeciendo, o de un dolor, o de un peso indeseado, de las viejas creencias de
una vida. Pero puedes hablar contigo mismo para convencerte un poco cada vez. Puedes
abrir esa válvula un poco cada vez, e invertir la dirección de tu cuerpo.
Tú eres mucho más poderoso que tu cuerpo, así que nunca dudes de que puedas hacer
eso. Ríete más por cualquier cosa y sé menos solemne. Hay una sola cosa que necesitas
hacer para tener el cuerpo que deseas: encontrar formas de ser feliz; al principio, será
poco a poco, hasta que no importe nada más en tu mundo -ni tu cuerpo, ni tu familia, ni
tus viejas dudas-, sólo tu enfoque en ser feliz. En eso, en última instancia, es en lo que
consisten la salud y el bienestar.
TU BIENESTAR Y
LA LEY DE ATRACCIÓN
Washington es un Estado con muchos árboles, para decir lo menos. Debe haber más
árboles que conservan su verdor todo el año que insectos. Aunque soy más partidaria de
los árboles que pierden sus hojas en otoño, y cambian su ropaje en cada estación que de
los que están siempre verdes, me he encariñado mucho con estos magníficos seres vivos
que adornan mis cinco acres.
Cuando vienen personas que nunca habían estado en mi propiedad, sus primeros
comentarios son siempre acerca de lo maravilloso que se siente el lugar y lo excepcional
que son mis árboles gigantescos, diferentes a todos los que hay en muchos kilómetros a
la redonda, con fascinantes grupos de la misma especie, o de especies mezcladas que
crecen del mismo tronco. Hasta los pocos árboles de las especies comunes que pierden
las hojas en otoño, y que bendicen el lugar, son impresionantes por su altura y su diseño.
Pero mis amigos especiales, muy especiales, eran unos árboles pequeñitos que estaban del
lado exterior de mi barda, próximos al camino. A lo largo de todas las carreteras y
caminos de Washington hay interminables agrupamientos de nuevos y pequeños brotes que
hacen todo lo posible por prender y crecer, y yo tenía una fabulosa larga hilera de ellos.
Crecieron rápidamente y después de unos tres años aproximadamente de haber llegado
yo a ese sitio, los árboles habían crecido lo suficiente como para crear una considerable
barrera contra el ruido del tráfico.
Me encantaban. No sé realmente por qué. Tal vez era por su persistencia, por su firme
determinación de crecer casi a un lado de la tierra elevada o de sobrevivir en un suelo
que se encontraba en las peores condiciones. No sé por qué, pero yo los adoraba.
-Mientras estaba yo siguiendo algo similar a un camino espiritual en esos primeros años
en Washington, me encontraba aún muy lejos de tener abierta mi válvula. Culpaba al
clima de casi todos mis estados de ánimo. Me preocupaba lo remoto del lugar en el que
se encontraba mi propiedad. Echaba de menos a mis amigos de California. Y aunque
estaba disfrutando al escribir mi primer libro, me enfocaba constantemente en mi falta
de dinero, inclinando la balanza considerablemente más hacia las vibraciones negativas
que hacia las positivas, y creando una invitación abierta a alguna forma de desastre.
Entonces un día, un memorable día soleado que nunca olvidaré, oí los ruidos de equipo
pesado afuera. Me asomé por la ventana y me topé con una enorme máquina taladora que
avanzaba hacia los árboles de mi calle. Como impulsada por un resorte, me levanté y salí
gritando a la calle, pero era demasiado tarde. El último de los hermosos árboles que yo
había visto crecer desde bebés hasta que habían alcanzado dos metros de altura o más,
había caído. No recuerdo nunca haber gritado con tanta angustia. Acababan de destruir
a mi bienamada familia y yo me sentía desolada.
Durante los siguientes dos veranos, más árboles prendieron y crecieron. Por más que
traté de no encariñarme con ellos, lo hice. Estaba muy orgullosa de su energía, así como
asombrada de su tozudez. N o habían crecido lo suficiente como para que fueran una
preocupación para la ciudad todavía, así que sentí que estarían seguros algunos años más.
Cuando los árboles alcanzaron una altura de casi dos metros, comprendí que nos
estábamos acercando de nuevo a la época en que los tirarían. Pero ahora yo ya tenía
conocimiento de la Ley de la Atracción y mantenía una válvula abierta lo mejor que me
era posible. Había muy poco temor en mi mundo, ninguna aprehensión sobre la seguridad,
una nueva apreciación y un cariño recién descubierto por el clima húmedo, frío y
pegajoso de Washington. Mi balanza de vibraciones se había inclinado hacia lo positivo.
Yo me sentía feliz, mi válvula estaba más abierta que cerrada y yo sabía sencillamente
sabía que mis jóvenes y resistentes amigos estarían a salvo mientras yo viviera ahí.
Por supuesto, un día de verano oí de nuevo el ruido del equipo pesado, y salí. No había
pánico en mí; sólo salí. Los taladores acababan de terminar de echar abajo la larga fila
de árboles que mi vecino tenía junto al camino. Entonces dieron la vuelta alrededor de mi
propiedad, la pasaron sin tocarla, y empezaron a cortar los árboles de la propiedad que
seguía. Yo me dirigí hacia el conductor y le pregunté por qué no habían tocado mis
árboles: "Oh, no sé, señora, pero se ven muy bonitos aquí. Pensé que tal vez usted
quisiera quedarse con ellos. ¿Quiere que los corte?".
Nuestro Yo expandido vibra en una frecuencia que llamaríamos -si pudiéramos sentirla-
pura, no adulterada, de verdadero éxtasis (¡debe ser maravillosa!). Ojalá pudiésemos
entender esto: la mayor parte de nuestro ser está operando en una frecuencia, o en un
ritmo de vibración desconocido para nosotros en esta época, lo que podríamos llamar
reeealmente feliz. Puesto que la felicidad y el bienestar son sinónimos, eso significa que
hay una parte de nosotros -la más grande que no conoce otra cosa más que el bienestar
eterno e incondicional, porque si tienes una (alegría de alta frecuencia) por las leyes de
la física debes tener la otra (bienestar).
Lo único que esa parte más grande de nosotros conoce es la alegría inexplicable, el
poder, la despreocupación, la ligereza y la seguridad infinita, porque lo que realmente
es, es el bienestar infinito. Y eso es lo que somos realmente como su expresión física: el
bienestar puro e interminable. ¡Todo lo que tenemos que hacer es damos a nosotros
mismos una oportunidad de que sea así! Si crees que estoy insistiendo mucho en eso,
tienes razón, porque aquí estamos hablando de "la buena vida". Cuando estamos
conectados con esa energía de alta frecuencia, libres de temor y basados en la
felicidad; cuando no estamos produciendo emociones negativas de preocupación,
amargura, duda o culpabilidad, nos conectamos automáticamente con la buena vida del
bienestar, donde nada puede nunca hacemos daño físicamente. ¡Así es! ¡Nada puede
hacernos daño nunca! Ni siquiera el asaltante local, ni nuestro viejo auto, el borracho
tonto de la autopista, ni siquiera la Madre Naturaleza.
¿Un terremoto? Tal vez tu hogar podría sufrir daños, pero si sólo hubiera una ligera
inclinación en la balanza hacia lo positivo, tú estarás a salvo. Si no lo estás, será mejor
que verifiques tu válvula (cuando te recuperes). Siempre puedes evaluar el grado de tu
conexión con la Fuente de energía, y la apertura de tu válvula por el grado de
destrucción de tu hogar, tu cuerpo, tu auto o tu empleo..., con lo que sea. ¿Un robo en
tu casa? ¿Una enfermedad grave? ¿La destrucción que provoca un gran tornado? ¡Es que
la válvula está muy cerrada!
Y; por favor, "válvula cerrada" no significa grosero o perverso. Sólo porque alguien murió
en un huracán o en un atentado terrorista, eso no implica en modo alguno que no fueran
personas cálidas y amorosas; simplemente significa que se habían envuelto ellas mismas,
inconscientemente, en vibraciones negativas de la conciencia masiva que hacen que
nuestra, vida sea tan difícil.
Pero cuando la válvula está abierta y nuestra balanza de vibraciones se inclina incluso con
el peso de un cabello hacia lo positivo más que hacia lo negativo, literalmente nos
cubrimos con un traje, con una armadura divina. Así que cuando estamos conectados,
entusiasmados, y el flujo de energía de alta frecuencia está circulando libremente, no
podemos siquiera estar preocupados por aquello que habitualmente nos preocupa, lo cual,
desde luego, sólo servía para atraer más de lo mismo.
Cuando tu válvula está abierta, cuando tomas la decisión de estar contento con la vida,
sin importar cómo, automáticamente te pones el atuendo de un bienestar absolutamente
impenetrable, en el cual nada malo puede sucederte nunca. Es simplemente una
imposibilidad de emitir vibraciones de que "algo malo" pueda sucederte en esa alta
frecuencia.
Pero, independiente de las grandes cosas terribles de las que nos protegemos al vibrar
en nuestras altas frecuencias, hay toda clase de pequeños detalles que empiezan a
suceder, como el de que se hayan salvado mis preciosos árboles.
Por ejemplo, si tienes topos bajo la tierra, sólo saldrán de ella cuando nadie pueda
verlos, o no saldrán, pero nunca lo harán en el jardín que adorna el frente de tu casa.
Las ardillas se irán tras la comida para pájaros de algún otro, pero no tras la tuya.
En tu casa puede haber cucarachas, pero pronto se irán a otra parte.
Una intensa tormenta puede tirar los árboles en la casa de tu vecino, pero en la tuya
permanecerán intactos.
Algunos perros sueltos pueden aparecer en el patio de tu vecino, pero no en el tuyo.
Tus amigos pueden ser sorprendidos por una tormenta de nieve, pero tú llegarás a casa a
salvo.
Tu zona puede ser blanco de robos a buzones, pero al tuyo no lo tocarán.
Si tu auto se queda sin gasolina a cientos de kilómetros de algún lugar habitado, alguien
llegará a rescatarte.
Si el virus de la gripe está atacando a todos, a ti no te tocará. Y siempre perderás el
avión que va a estrellarse.
Todo esto -y mucho más- es fruto de estar arropado dentro de tu propia energía de
"sentirte bien", la frecuencia que garantiza nuestro bienestar.
LO MALO
Cada vez que hablo ante un grupo acerca del flujo de energía, salen a la superficie,
siempre, preguntas acerca de los conflictos mundiales y todas las cosas terribles que
están sucediendo o que han sucedido. "¿Cómo es que hay tanta gente muriéndose de
hambre?", "¿qué me dice de Hitler?", "¿qué decir sobre los indios?", etcétera.
Y ¡vaya!, no es que yo sea una sádica de sangre fría que sugiere en los siguientes
párrafos que es posible ver a alguien apalear a otro y sentirse ajeno a ello, como
diciendo: "¡Caramba, qué barbaridad!", ante las atrocidades que suceden alrededor del
mundo de hoy.
Todo lo que estoy tratando de decir aquí es cómo es que esto surge. Porque cualquier
cosa que esté ocurriendo siempre regresa por la misma ruta: cuando nos sentimos bien
(felices, complacidos, entusiastas o amorosos) como individuos o como grupo, estamos
invitando a nuestra vida buenas experiencias. Cuando nos sentimos mal (amargados,
culpables, resentidos o agobiados) como individuos o como grupo, estamos invitando a las
malas experiencias. Así es el asunto en todas partes y para todos.
LA VIOLACIÓN
Una persona está pensando temerosa sobre lo que no quiere. En alguna otra parte, otra
persona está vibrando en la misma frecuencia negativa, pero con hostilidad, más que con
temor. La segunda persona piensa acerca de lo que cree que apaciguará su furia y
llenará su vacío. Una persona emite vibraciones de temor; la otra emite vibraciones de
furia interna. Por sus propias frecuencias similares se convierten en co-creadoras de un
evento desafortunado.
Si tú no le prestas atención a las cosas que no quieres, no podrán volverse parte de tu
experiencia, porque no estarán incluidas en tus vibraciones. Sólo puedes atraer al
violador, al asesino o al ladrón, pensando emocionalmente en ser esa víctima, o -{)-
vibrando con otras emociones negativas que resulta que coinciden con la frecuencia del
atacante. Todas y cada una de tus emociones crean las experiencias de tu vida.
EL PREJUICIO
No necesito decir que hay muchas clases de prejuicios: de raza, religión, color, sexo,
peso corporal, educación, etcétera. Sin embargo, el que siente el prejuicio en su contra
es el más poderoso en esta co-creación, al emitir vibraciones negativas de persecución,
de no gustarle a los demás, de ser ofendido o de ser víctima.
LOS NIÑOS
¿Qué decir de los niños que son violados, que nacen con malformaciones, que se están
muriendo de hambre en África o que perecen en las guerras religiosas? Es muy triste
decir que generalmente han captado las vibraciones negativas de su gente, antes siquiera
de nacer.
Esas vibraciones se quedan en ellos y crecen en relación directa con las vibraciones de
los adultos que los están criando, hasta que ellos crecen lo suficiente para decidir que no
quieren experiencias desagradables en sus vidas. Estos niños, automáticamente, se han
convertido en víctimas.
¿Cómo ayudar aunque sea un poco a un pequeño que está muriéndose de hambre al otro
lado del mundo, o a un pequeño en la casa que ni siquiera entiende todavía las palabras?
Sostenlos, ya sea físicamente o en tus pensamientos, con vibraciones tranquilizantes,
tales como: "Todo está realmente bien, va a pasar, eres muy amado, etcétera",
cuidándote de no culpar a nadie o a algún grupo, lo cual sólo contribuye a generar más
energía negativa para el abusador (o la situación), así como para la víctima.
El mayor problema proviene de las personas que llegan a la edad adulta y continúan
reviviendo las vibraciones de sus traumas infantiles, por ejemplo, el maltrato de sus
padres, de su medio ambiente, etcétera. Sólo sobreponiéndose a esas viejas reacciones
moldeadas con odio y desconfianza, una persona puede tener alguna esperanza de no
repetir en sus años adultos lo que vivió de niño. Obtenemos aquello en lo que enfocamos.
Enfócate en un pasado triste, y ese pasado será atraído al presente y al futuro. '.
LOS ADOLESCENTES
Suicidios, accidentes automovilísticos, embarazos, drogas, armas de fuego. Cuando los
adolescentes son educados con energía negativa (que rara vez se muestra en la
superficie) y aprenden sólo a ser cautelosos, desde que nacen funcionan principalmente
en un estado de temerosa vulnerabilidad. Se sienten fuera de control, y viven a base de
querer lo negativo, mientras buscan maneras de reconectarse con la energía positiva de
su vida. Optan por las drogas, el sexo y otros tabúes para llenar el vacío que sienten,
procedente de una vida vivida con poca o ninguna conexión con su Fuente de energía.
Los aparentemente inocentes muertos en accidentes de auto, que parecen prevalecer
tanto en el mundo actual, pueden o no ser producto de esa vulnerabilidad desconectada,
pero su causa nunca es accidental. La efervescente joven que vuelve a casa, el popular
jugador estrella de fútbol americano, los muchachos que sólo iban de paseo en el asiento
de atrás. Una vida de temores ocultos, presiones y ansiedades de algún tipo, finalmente
se manifestó al atraer esas co-creaciones tan dolorosas.
LA ECONOMÍA
En los malos tiempos, la gente habla de ello, dondequiera que esté, y todo es malo-
malo-malo. Sin embargo, aun en los buenos tiempos parecemos impulsados a atacar algo:
los precios de las cosas son demasiado altos, las empresas son demasiado codiciosas, los
empleos demasiado especializados, el presidente no juega todas las cartas, el gobierno
no cumple con su trabajo y es corrupto hasta la médula.
El señalar algo -cualquier cosa- con esa vibración negativa de culpa, o de: "¿No es
terrible...?", hace fluir esa misma energía hacia el tema de atención, haciéndolo más
grande, más fuerte y más peligroso de lo que era antes de que tú empezaras a
expresarte mal de ello.
Si quieres que la economía, el gobierno o cualquier otra cosa cambie, antes de poder ser
feliz, podría pasar un largo tiempo de espera. Pero no tienes que unirte a la queja, lo
cual no solamente aumenta el problema, ya grande en sí mismo, sino que, como sabes, tú
tienes la opción de cerrar tu válvula completamente.
Cuando te involucras en ese tipo de sombría y negativa charla social, puedes elegir, ya
sea entrar en la conversación con tu enfoque fuera de eso y cambiar el tema, o
alejarte. Cuando ya estés solo y quieras realmente provocar un cambio, emite un poco de
energía de "sentirte bien" hacia el gobierno, visualiza cómo te gustaría que fuera: hacia
la presidencia, e imagina también cómo te gustaría que funcionara; hacia las grandes
empresas, en la forma en la que gustaría que trabajaran.
Así que observa y siente las cosas en la forma en la que te gustaría que fueran. Con tan
sólo unos cuantos de nosotros haciendo esto en forma regular, es posible iniciar los
cambios deseados. Un propósito noble, y que a la vez impide que las cosas estén peor de
como están, es omitir la expresión: "!Qué terrible!" respecto de la situación que quieres
cambiar.
Cuando las válvulas están abiertas, ninguna ley de pandilla, ningún ultimátum
gubernamental ni alguna otra cosa negativa será suficientemente fuerte para poner a
nadie en contra de su hermano, incluso dentro del contexto del antiquísimo conflicto de
Oriente Medio.
CUESTIONES MORALES
El aborto, la matanza de delfines, la deforestación de los bosques, la capa de ozono, los
derechos de los animales, el engaño para obtener dinero a expensas de la religión, las
especies en peligro, etcétera, etcétera... Si continúas prestando atención a ello, viendo
sólo el horror, sintiendo las transgresiones, sobrecogido por la alarma y uniéndote a
todos los demás en el síndrome de: "!Qué terrible!", simplemente estarás haciendo más
grande el problema.
Si quieres cambiar algo, tienes que modificar la forma en la que estás pensando acerca
de ello. Eso es todo. La razón de que todas estas cosas se estén saliendo de nuestro
control, es que los medios de comunicación se enfocan en ellas con voracidad y, por
tanto, también lo hacemos nosotros.
"¡Oh, cielos!" "¡Oh, Dios, no!" "¡No lo puedo creer!" "¡Qué terrible!" "¿Qué vamos a
hacer?" "¿Cómo pudieron?" "¡Espantoso!" "¡impresionante!". Y cuanto más nos involucramos
todos en ello, más grande se vuelve.
ASESINATOS EN MASA
Está bien, deprimámonos un poco. Genocidios, baños de sangre, holocaustos, masacres:
llámalos como quieras, los humanos han estado azuzando a los humanos desde el principio
de los tiempos. ¿Cesará eso alguna vez? N o, no hasta que dejemos ir nuestros
sentimientos internos de persecución, los cuales cargamos como si fueran una noble
tradición familiar.
Pero, ¿cómo podemos olvidarnos y vivir felices para siempre, si sabemos que en todo el
mundo se llevan a cabo tantos actos detestables? ¿Cómo podemos permitir que continúen
las injusticias? ¿Cómo podemos ser felices cuando hay tanto sufrimiento? ¿Cómo podemos
darles la espalda y pretender que no nos importan?
Esto quizá provoque cierto resquemor, pero la respuesta es que cada uno de nosotros
está aquí para tener las experiencias necesarias que nos lleven a aprender nuestras
diversas lecciones, sea que estemos desempeñando el papel del muchacho bueno, o del
malo. Una injusticia de cualquier tipo siempre-siempre- es una lección para las partes
involucradas.
De alguna manera, por algo, no importa qué devastación o pérdida pueda llegar a
nuestros hermanas y hermanos de todo el mundo, es esencial que lleguemos a aceptar
que las co-creaciones suceden en todas partes para que los seres humanos aprendamos lo
que necesitamos aprender, es decir, todo aquello que está relacionado con la forma en la
que está vibrando nuestra energía. Por apabullantes que puedan parecernos sus
circunstancias, si nos unimos a su dolor lo estaremos reforzando, junto con las causas
que lo provocaron; además de que con ello nos estamos preparando nosotros mismos para
algo muy desagradable.
Puedes estar pensando cuán detestable es que permitamos que la gente muera de
hambre, y ese cerrar de tu válvula podría estar llevándote hacia un accidente de auto, y
mientras tanto, la desnutrición va en aumento.
Puedes estar pensando qué horrible es que todavía tengamos pruebas nucleares en el
mundo, y ese cerrar de tu válvula podría estar llevándote a que te constipes.
Puedes estar sintiéndote horrorizado por el despiadado trato de un país hacia otro, y
ese cerrar de tu válvula podría estar llevándote hacia una ponchadura de la llanta de tu
auto.
En cambio, podrías estar visualizando y sintieeendo a esa gente que muere de hambre
como los seres saludables y felices que sabes que tienen derecho a ser, yen ese
momento abrir tu válvula, lo cual podría ayudar a que tu nuevo empleo llegue más
rápidamente, mientras estás ofreciendo a quienes cobijas en altas frecuencias las
indispensables pinturas y pinceles. (Nunca podremos pintar sus cuadros por ellos: sólo
podemos ofrecerles nuestra ayuda energética.)
No podemos eludir nuestra responsabilidad por lo que sucede hoy alrededor del mundo,
porque el planeta refleja la vibración predominante que lo rodea. No podemos decir que
lo terrible es simplemente resultado de la maldad, de los errores, ni siquiera de la
ignorancia de otros. Lo que le sucede a nuestro planeta y a la gente que habita en él ha
sido causado sólo por una cosa: las vibraciones de nuestros propios pensamientos y
sentimientos. ¡Las de todos! No sólo las de los Hitler, los Custer, los Hussein o los Kahn
(todos los cuales han sido aberraciones creadas por la energía en, masa). ¡Se trata de
las vibraciones de todos!
Así que en lugar de: "¡Qué horror!", cuando finalmente empecemos a decirnos: "Nada es
más importante para mí que sentirme bien", podremos empezar a romper esos
destructivos patrones negativos de conversación. Entonces, ¡gracias a Dios!
verdaderamente comenzaremos a lograr un cambio en lo que sucede alrededor del mundo.
Por ejemplo, pensemos en la tala inmoderada de los bosques o en lugar de coincidir con
todos acerca de lo lamentable que es su destrucción, y fluir más animosidad hacia
quienes llevan a cabo dicha tala, ama la belleza de los bosques que permanecen. Expresa
tu aprecio por la vida que alimentan, por el oxígeno con el que todavía están
contribuyendo en el planeta y permanece fuera de la energía de: "¡Qué horror! que se
engullirá nuestro suministro de oxígeno más rápidamente de lo que miles de termitas
podrían hacerlo con árboles. Si tan sólo unos cuantos de nosotros lo hiciéramos, ¡pronto
cesaría la tala! y luego, está nuestra creciente escasez de recursos de energía, por la
cual todos están muy preocupados, y la disminución de abastecimiento de agua, de
madera, de aire puro ¡y de Dios sabe qué más!.
Con toda razón deberíamos estar preocupados, porque enfocamos esas cosas de la misma
forma en la que lo hacemos con el dinero. "¡Oh, Dios!, se nos está acabando". "¡Oh,
Dios!, no hay suficiente circulando". "¡Oh, Dios!, ¿cómo conseguiremos más cuando se
acabe?".
Si es la gente lo que te preocupa, abre tu válvula al mayor amor que puedas reunir, y
espárcelo entre todos aquellos seres que te preocupan. Visualízalos en sus estados de
perfección, más que de carencia. Visualízalos felices y satisfechos, sin estar sufriendo
más por la guerra, la peste o la hambruna. Esto contribuirá mucho más a socorrer a los
más necesitados, que todos los aviones repletos de artículos que siempre parecen ir en
otro rumbo, porque ayudará a esa gente a salir de su papel de víctima (si ése es su más
profundo anhelo) hacia sus propios primeros pasos de atraer bienestar. Les ofrecerá
"pintura y pinceles"; Una vez que se ofrece realmente esa invitación de vibraciones, si
todos los que participan desean sinceramente un cambio, sucederá. Entonces caerán los
muros, los países harán las paces, disminuirán las pandillas, los terroristas
desaparecerán y los terrenos desaprovechados prosperarán con alimentos para todos.
Si son los desastres del planeta lo que te preocupa, visualiza a éste saludable, no
enfermo, pues ha estado cubierto de enormes capas de energía negativa, y eso ya ha
sido demasiado como para añadirle más, por estar hablando de todas esas terribles
cosas que hacemos para empeorarlo. Habla acerca de lo que está bien en él, no de lo que
está mal. Renuncia a la energía del: "¡Qué horror!". De esta forma, los delfines se
multiplicarán, los bosques crecerán, la capa de ozono se recompondrá, las aguas se
aclararán y los océanos sanarán.
Visualiza a tu mundo, y a todos los que viven en él, como abundante y sano, y lo
ayudarás a llegar ahí. Velo en paz, y ayudarás a producir la paz.
La única cosa que impide que nuestros deseos globales florezcan en este planeta, es la
gran masa permanente de fuerza vibrátil negativa, la cual nos desconecta a todos de la
original fuerza de vida y de bienestar. Esa fuerza de energía es tan completa, tan
absoluta, que si sólo unos pocos mantuviéramos esta visión, respaldada con la alegría
vibratoria suficiente como para convertirla en realidad, esa fuerza suprema y positiva
contrarrestaría las terribles vibraciones de millones, y este planeta presentaría su mejor
cara ¡rápidamente!
Sin embargo, son miles las estadísticas que nos dicen lo contrario. Nuestros medios de
comunicación nos bombardean diariamente con atemorizantes cifras de desastres para
mantenernos nerviosamente enfocados -y sintonizados en-las horribles condiciones que
existen a lo largo del mundo.
"Un x porcentaje de la economía mundial se está colapsando." "Un x porcentaje de la
población mundial ya tiene Dios sabe qué, y está aumentando un x porcentaje
mensualmente."
"Un x porcentaje de adolescentes abortan y se suicidan." "Un x porcentaje de niños
portan armas en la escuela." "Un x porcentaje de nuevas enfermedades son incurables."
"!Terrible! ¡Espantoso!" ¡Olvida las malditas estadísticas!, son simplemente el resultado de
muchas de nuestras energías, las cuales fluyen temerosas ante lo que vemos y
escuchamos. Si no quieres ser otra estadística más, ¡olvídate de ellas! Mientras estés
dentro de la energía de "sentirte bien", ninguna economía, ningún bicho, ningún arma,
ninguna inundación, ningún avión va a caerte encima. No, a menos que tú emitas
vibraciones invitándolo a que lo haga.
Por increíble que pueda parecer, el sufrimiento que vemos y del que oímos hablar es una
parte infinitesimal del bienestar completo; simplemente es el resultado magnético de
alguien, o de algún grupo, que está entorpeciendo las vibraciones hacia el bien, que
podría pertenecerles si sólo supieran cómo conectar el canal de bienestar.
El mensaje es claro: si cerramos nuestra válvula a alguna cosa, la cerramos también para
lo que nosotros mismos queremos. Si cerramos nuestra válvula de bienestar por cualquier
cosa, sean niños muriendo de hambre o especies extinguidas, cerraremos nuestro
bienestar completo en todos los aspectos de nuestra vida.
O quizá cierres tu válvula porque estás cansado de estar esperando algo, porque te
entregaron la pizza equivocada, o porque tus antepasados perdieron la vida en el
Holocausto.
¡No importa! Cerrarla es cerrarla, y dejar automáticamente afuera todo aquello que trae
consigo esa energía más alta, de abundancia de salud, de felicidad fuera de lo común.
De veras, ¿realmente vale la pena sufrir tan enorme privación por una molestia estúpida,
o por algún viejo resentimiento de toda la vida?
En medio de un divorcio, al perder a alguien a quien amas, o al enfrentar alguna
tragedia, tuya o de otros, te sentirás mal. Pero toma la decisión de sentirte mal sólo
durante un periodo corto. Luego, repítete a ti mismo que con eso es suficiente. Es
momento de dejar fluir sobre ti, y sobre cualquier otro afectado por los sucesos,
mensajes de amor y aprecio. Es hora también de encontrar razones por las cuales
sentirse bien y seguir adelante.
En cuanto tomes de verdad la decisión de cambiar tu energía, sea de tristeza por un
divorcio o de enojo por la contaminación de los lagos, el universo entero se unirá en ese
instante, como en una cascada de bienestar sobre tu existencia física hasta el lugar más
apartado. Cae sobre ti, alrededor de ti y a través de ti. La única cosa que tienes que
hacer es decir ¡SÍÍI! a todo eso, y a la vida, y verás lo bien que se siente sentirse bien.
Entonces sabrás, desde lo más profundo de tu ser, que todo está realmente muy bien.
No importa cómo pueda verse; no importa cómo parezca; no importa lo que los medios
puedan reportar en contra, tú y este valioso planeta y la mayoría de los que estamos en
él, siempre estaremos muy bien.
30 DÍAS PARA IMPLEMENTAR
LA LEY DE ATRACCIÓN
Cuando encuentro una cura milagrosa en treinta días en alguno de los libros que suelo
comprar, generalmente lo descarto en ese mismo instante. No soy partidaria de los
planes de treinta días. Sin embargo con el éxtasis del maravilloso poder de la Ley de
Atracción, era evidente que necesitaba un plan para realizar tantos cambios que debía
hacer en mi vida, pensé que si lo dejaba sin un objetivo límite de tiempo, pasarían
semanas y quizá meses envuelto en el querer cambiar. Dicho esto, tengo que confesar,
que aunque esos treinta días increíbles dieron un giro completo a mi vida al comprobar
que el cambio es posible, los primeros diez fueron una pesadilla.
De hecho, trabajar durante esos días fue ", la cosa más difícil que he llevado a cabo,
desde dejar de beber, dejar de fumar, hasta terminar con alguien, pero los resultados
fueron asombrosos y aún más que asombros, o de lo contrario no habría continuado.
Nunca había imaginado siquiera la posibilidad de vivir una vida sin algún grado de
preocupación, para no mencionar un estrés excesivo, o un verdadero pánico. Y sin
embargo, eso era precisamente lo que estaba sucediendo. Estaba aprendiendo a vivir sin
preocupaciones. Era maravilloso. Parecía haber encontrado una forma de vivir en un
estado completamente opuesto al que yo creía que era el normal.
Aunque ahora pongo en práctica los cuatro pasos de la creación reflexiva casi
todos los días, para cosas tan simples como pedir encontrar un lugar de estacionamiento
cerca de la puerta, si no hubiera sido por este programa de introducción de treinta días
que yo mismo diseñé, dudo que hubiera continuado, el problema no es el concepto de la
Ley de Atracción, el problema somos nosotros acostumbrados a vivir con nuestras viejas
creencias, aunque nos hagan sufrir. Mi adicción a la emoción negativa estaba demasiado
interiorizada en mí, era ya una forma de vida como para renunciar a ella en un abrir y
cerrar de ojos. No habría sabido cómo empezar o cómo seguir, sin importar qué tan
grandiosa considerara esta enseñanza.
Esos primeros treinta días me proporcionaron un comienzo tan importante para aprender
a asumir y a controlar mi flujo de energía, que habría podido destruir cualquier temor
que hubiera tenido alguna vez conocido o desconocido y hacerlo desaparecer de mi vida.
Por supuesto, no busco lograr una vida de súper héroe de los comics, simplemente
disfrutar de la vida y dar gracias por ello. Todavía se me complica un poco hablar a mi
favor en situaciones íntimas, así que sólo lo hago cuando sé que mi válvula está abierta y
entonces me resulta muy fácil. Algunas veces cierro mis puertas con llave, si eso me
hace sentir mejor en días en los que mi ánimo anda bajo. Pero el temor de que vayan a
entrar en mi casa a robarme no existe.
¿Y el dinero? Ahora está cayendo en cascada, con facilidad, y desde hace algún tiempo;
pero aprendí, al principio de mi programa, que el dinero vendría y se quedaría, o se iría,
en proporción directa a mi flujo de energía. Si no había estado entrando dinero, yo
sabría que mi válvula estaba cerrada por la preocupación y el temor. Cuando el dinero
era más abundante, sabía que mi válvula se había abierto un poco. Cuando el dinero no
llegaba, tenía que trabajar mucho más en lo que yo llamo "cambio rápido", que consiste
en alterar con rapidez nuestra energía y transformarla de negativa a positiva.
Pasar rápido de sentirme mal (energía de baja frecuencia) a sentirme bien (energía de
alta frecuencia). Tenía que encontrar formas de salir del hábito de preocupación en el
que me hallaba inmersa y abrir esa válvula. Así, pues, mientras mantuviera mi válvula
aunque fuera un poco más abierta que cerrada, el dinero llegaría, pero sólo en proporción
a cuánta energía de "sentirme bien" fuera capaz de generar.
Obviamente, de cuando en cuando caigo en el enfoque negativo, pero sólo por poco
tiempo: unos pocos minutos, un par de horas, algunas veces hasta un día o dos si
realmente quiero sentirme como en los viejos tiempos. Pero entonces, cuando he tenido
suficiente, doy un giro completo yo misma. Ya no estoy dispuesta a sacrificar todos mis
"quiero", mis sueños y mi bienestar por la aceptación de los sentimientos negativos sobre
algún estúpido suceso negativo. Y ya no me lanzo, como el Llanero Solitario, contra
condiciones no deseadas, para tratar de arreglarlas. En verdad, los perros viejos
seguramente pueden aprender nuevos trucos.
Pero, perro viejo, perro joven, o algo de los dos, no hay una sola razón bajo el
sol, ni una sola excusa en todo el universo, por la que tú no puedas hacer eso también, si
quieres. Una vida llena de libertad te está esperando, más allá de cualquier capacidad
que yo pueda describir; una libertad enorme, que sólo puedes conocer dentro del propio
placer de vivirla.
Estoy hablando de crear tu propia utopía, no el año próximo, no la próxima década, sino
ahora.
Ahí es a donde me llevaron esos primeros treinta días, aunque no de un solo golpe. Este
proceso siempre está en progreso, y lo estará, mientras yo esté en este cuerpo. Algunos
días son mejores que otros, pero todos los días tienen más alegría permanente de la que
nunca pensé que fuera posible, porque tengo las claves para que así sea. Usarlas o no, es
mi elección, pero una cosa es cierta: ya no tengo más excusas en las cuales apoyarme.
Hace poco, hablando sobre la Ley de la Atracción y la creación reflexiva ante un grupo
muy numeroso de integrantes de Alcohólicos Anónimos, encontré una fascinante
contradicción. Por una parte estaba una fácil aceptación de los principios de la Ley de
Atracción, hasta un grado de excitación. Sin embargo, por la otra había un evidente
temor de "soltar" la necesidad de necesitar. Una muchacha dijo: "Creo que lo que dice
es maravilloso, pero ha pasado por alto una cosa: yo necesito seguir viniendo a estas
reuniones para mi propio crecimiento. Necesito a esta gente, o me hundiría otra vez. Yo
no tenía mi válvula abierta cuando llegué aquí hace seis años, y estas personas me
ayudaron a abrirla. Si me fuera ahora..., bueno, me daría miedo hacerlo. Me daría
miedo quedar únicamente a mis expensas de ese modo".
Por otra parte, existe de manera generalizada el concepto erróneo que tenemos muchos
de nosotros de que, antes de que pueda haber una recuperación confiable de cualquier
adicción o desorden emocional, debemos desenterrar toda la dolorosa basura que
alojamos en nuestro interior durante nuestros primeros años de vida. Otra persona dijo:
"No veo cómo se puede usted sentir mejor sin regurgitar (¡sus palabras exactas!).
(alusión al regreso a la boca de alimentos ya deglutidos pero no digeridos provenientes
del esófago). Todo ese horror por el que tuvimos que pasar mientras crecíamos". Un
hábito de pensamiento negativo, convertido en necesidad.
Nuestra necesidad de dolor emocional para sentirnos vivos, o cuando menos levemente
incómodos, es la mayor adicción que ha conocido nunca la humanidad. Desde luego, muy
probablemente jamás dejaremos de tener reacciones negativas, porque el contraste es
precisamente lo que significa ser criaturas físicas; pero, sin duda, podemos aprender a
permitir en nuestras vidas el contraste, nuestros gustos y aversiones, sin tener que
sentir y fluir con tanta negatividad.
Pero yo no había aprendido nada de eso todavía. Así que cuando las tasas de interés
subieron, y mi negocio de las hipotecas prácticamente desapareció, me volví totalmente
loco. Los préstamos fueron suspendidos de la noche a la mañana. Y de la noche a la
mañana también, yo cambié de positivo a negativo, culpando a las situaciones externas
-el maldito mercado- de mi estado de ánimo y de mi condición mental. Pasé de:
"¡Hombre, esto está sensacional!" a: "Dios, ¿qué hago ahora?".
Como había sucedido la mayor parte de mi vida, mi adicción a los problemas una vez más
se convirtió en mi "cobijita" de seguridad. El único lugar en el que me sentía seguro era
envuelto en las familiares vibraciones negativas. Traté de regresar al estado de
estremecimiento que había aprendido a manejar, pero estaba demasiado inquieto y éste
se apagó rápidamente. Ni una sola vez escribí otro guión; no sabía que podía hacerlo.
Todo lo que hice fue perder horas de sueño, beber mucho café, gritar a los perros y
sentirme más y más aterrada por las impresionantes cantidades de dinero que había
gastado, junto con las no menos considerables sumas de dinero que no estaban llegando.
Entonces, llegaron los:" ¿Qué tal si...?" ¿Qué tal si el infomercial no funcionaba? ¿Qué
tal si había gastado el equivalente al ingreso de cinco años y no recibía suficientes
pedidos para con vez estaba creando una espiral poderosamente cargada, muy magnética
y muy negativa, que crecía con cada segundo que pasaba, con cada pensamiento temeroso
que proyectaba. Seguía tratando de creer que las cosas no habrían marchado tan bien
como el año anterior, en el que había ganado tanto dinero mientras producía el programa
y la serie, si el programa no hubiera estado "destinado a" ser un éxito. iSí, si...!
El comercial de media hora salió al aire durante un largo fin de semana en veinte
diferentes mercados, de Hawaii a Nueva York y todos los puntos intermedios. No tengo
que decir lo que pasó. No había un "quiero" en el Universo que hubiera podido atravesar
las gruesas vibraciones de mis "no quiero''', que suplicaban: "No quiero que esto falle;
¡oh, por favor, no quiero que esto también falle!". Mi válvula estaba completamente
cerrada. La puerta a mi juguetería estaba cerrada, con candados, y mi resistencia a lo
que se pareciera siquiera remotamente al bienestar, era más grande que la Vía Láctea.
Aunque estaba muy entusiasmada con las nuevas enseñanzas, lanzarme de lleno a los
cuatro pasos de la Ley de la Atracción, al principio me habría sido imposible. Estaba
demasiado sumergida en el temor. Con dieciocho horas al día de ansiedad siempre
creciente, estaba tan inmersa en un enfoque, pensamientos y vibraciones negativos, que
sin un programa de impulso, sé que me habría dado por vencida antes de empezar. Así
que me dije: "Muy bien, esto no debe ser tan difícil, sólo tengo que encontrar la forma
de dejar de pensar en lo que me pone tensa. No es gran cosa. Dejo de pensar en ello
durante treinta días, y entonces sí, puedo ocuparme del resto de los cuatro pasos".
¡Iluso! La mía era una meta muy grande. Pero con una motivación que provenía de querer
estar en la cumbre de nuevo, y no tener nada más hacia dónde volverme, me lancé y me
negué a darme por vencido. Si realmente deseas embarcarte en este maravilloso viaje de
convertirte en un creador reflexivo, que fue a lo que viniste a este mundo, te invito a
que, con fuerza y urgencia, te lances a experimentar esos treinta días antes de probar
cualquier otra cosa. Si te decides, esos treinta días te permitirán identificar qué tan
profundos son tus hábitos negativos y te darán un valioso punto de partida desde el cual
volar. Cuando menos, así fue para mí. Tenía que establecer dónde estaba, antes de
planear el camino a seguir. ¡Oh, y vaya que encontré dónde estaba!
Así que ese fue mi inicio. Mi propio afán -aunque totalmente ingenuo- empezó a sacudir
los grilletes de vibraciones negativas a los que había estado encadenada durante tantas
décadas, sin siquiera saberlo. Este es el programa de treinta días que diseñé,
precisamente el mismo día que recibí el material de la Ley de la Atracción. Te voy a
explicar, tomándolo directamente de mi diario, cómo funcionó para mí y qué podrías
esperar si decides seguirlo.
En mis primeros treinta días no hablé conmigo misma, ni escribí nuevos libretos; eso me
resultaba muy complicado al principio. Sin embargo, si quieres, tranquilízate a ti mismo
en voz alta, o escribe un nuevo guión y realízalo. Sólo recuerda que en esos primeros
treinta días es muy importante tener un tema a tu disposición inmediata hacia el cual
puedas cambiar tus vibraciones rápidamente. Ésa fue la única forma que encontré de
empezar a vencer a mi insidioso hábito de lo "negativo”.
2. Establece un tema de cambio rápido para cada día, y encuentra algo nuevo que
apreciar en ti mismo.
El tema para cambio rápido lo puedes elegir día con día. Tenlo listo de antemano para
que lo uses en cuanto descubras que te sientes ansioso, un poco decaído o más o menos
desalentado. Es un tema que habrás elegido previamente para tenerlo a la mano, y para
que no tengas que buscar desesperadamente en qué pensar para abrir tu válvula. No
pienses que encontrar algo que puedas apreciar por ti mismo es "coser y cantar".
Créeme que es difícil. Sin importar cuál pueda ser nuestra posición en la vida, la mayor
parte de nosotros sentimos tanta aversión a reconocer nuestros propios atributos y
talentos, que sólo pensar que tenemos que encontrar uno distinto para cada uno de los
treinta días puede ser realmente inquietante. Afortunadamente, es justo esa
aversión lo que hace tan valioso este ejercicio porque el proceso de sacar a la superficie
un nuevo tema cada día, junto con el considerable esfuerzo necesario para mantenernos
enfocados en ese asunto, o nos absorbe de tal modo mientras refunfuñamos por eso, que
a final de cuentas nos olvidamos de nuestras preocupaciones externas.
Así que, ¿qué es lo que hay que apreciar? Bueno, ¿qué te parece tu cabello, lo limpio de
tus uñas, tu voz para cantar, tu habilidad con los números, tu amor a los pájaros, o tu
cuerpo sensacional, tu capacidad como líder, tu talento para la actuación, tus fuertes
manos, lo fantástico que eres con tus hijos, tu eficiencia para un deporte, tu puesto de
trabajo en la compañía, o tu habilidad como vendedor?
Aun cuando creas que no puedes encontrar treinta cosas que puedas apreciar de ti
mismo, encuéntralas, de cualquier manera. Entonces, cuando alguna preocupación habitual
se entrometa en tu día y te sorprendas a ti mismo en ese hipnótico estado de enfocarte
-al parecer irremediablemente- en lo que te preocupa, tendrás algo aleteando en
espera, para contrarrestarlo de inmediato. Cambia la conexión instantáneamente a tu
tema del día.
Ahora bien, esto es importante: permanece con el tema de apreciación que hayas
seleccionado para ese día, sin importar lo absurdo que pueda parecerte. En otras
palabras, no saltes de un lado a otro con tu tema diario de autovaloración, sólo porque
te hace sentir tonto, o porque te gustaría haber encontrado algo mejor. Con la ayuda
siempre presente de tu guía, o. lo escogiste por alguna razón, así que será tuyo durante
veinticuatro horas. ¡Consérvalo!
Así, pues, piensa en tu tema de valoración del día, cuando no sientas temor. Piensa en él
cualquier minuto del día en el que recuerdes hacerlo. Ese tipo de enfoque de vibración
alta y concentrada, contribuirá a romper tu vibración de preocupación más rápidamente
de lo que te puedas imaginar.
Sin embargo, durante los primeros tres días no había desarrollado el proceso de
cambio rápido y fueron terriblemente difíciles. Estaba atrapado en la profundidad y
duración de mis periodos de atención negativa. Encontré que caía en la preocupación en
un abrir y cerrar de ojos. Estaba constantemente tenso. No entraba dinero y, en
cambio, salía mucho. Son momentos que te pasa por la mente pensamientos que te dicen
¿será verdad todo esto?, y ¿si son puras palabrerías?. Me parece crítico el proceso de
tener fé en estas circunstancias ya que tienes mucho por ganar y nada por perder, es
más si tiras la toalla simplemente es como empezar a cavar el hoyo de tu sepulcro. Tú
decides si lo mejor de tu vida ya paso ó esta por venir.
Mis anuncios no funcionaban, como tampoco mi nuevo vendedor, a quien había contratado
por pánico y que tenía más carencias que yo mismo (obvio). Traté de imaginar lo que
quería, pero continuaron llegando los "no quiero", así que no cambié esa rutina hasta que
fui más consciente de lo que estaba haciendo.
Parecía que ese constante tono de preocupación nunca se iría, ni siquiera cuando sonreía
a la gente o hablaba alegremente por teléfono. Colgaba el teléfono e inmediatamente me
preguntaba de dónde llegaría el siguiente préstamo; entonces comprendía lo que estaba
haciendo y trataba desesperadamente de encontrar algo -cualquier cosa- en la cual
pensar. Como eso no funcionaba, me sentía realmente abatido.
Las horas pasaron muy lentamente durante esos primeros tres días. Me sorprende
cuántas veces en el día me enfocaba en mis carencias, un hábito del cual me era muy
difícil liberarme puesto que apenas unos meses antes el dinero caía sobre mí como si
fueran las Cataratas del Niágara. Pero ahora tenía la clave, así que, de algún modo,
encontraría la manera de usarla adecuadamente.
Para el día tres, había descubierto que probablemente el 97 por ciento de mis días
estaban dedicados a la preocupación, la angustia, la ansiedad y el temor. Tomar
conciencia de eso me deprimió completamente y después me enfureció, lo cual
seguramente no me ayudó. No tenía idea de que me había estado preocupando en forma
tan rutinaria, y sin darme cuenta. Hablar conmigo mismo era inútil y escribir un nuevo
guión era imposible, dado mi esquema mental. Fue entonces cuando supe que tenía que
encontrar algo que estuviera ya listo para conectarme con un enfoque fácil y agradable,
con una buena y alta vibración. Gracias a mi guía seleccioné la autovaloración, pensando
que con esa herramienta me sería muy fácil alcanzar lo que me proponía. ¡Oh, claro! No
sólo fue más difícil de lo que había anticipado, sino que descubrí que la parte más
complicada era permanecer ahí una vez que había llegado. Sin embargo, todo ello me
llevó a que decidiera continuar.
Para el día cinco, comprendí que las cosas empezaban a cambiar. Algo estaba
funcionando -lentamente, pero sí- funcionando. Aunque sólo podía llegar a un lugar de
sentimiento realmente elevado durante una cuarta parte del día, el resto de éste
transcurría con facilidad, sin ese incesante y sombrío enfoque en la carencia. Durante
los primeros diez días, no creí que fuera a lograrlo, pues cuanto más cambios rápidos
hacía, más deprimida me sentía de que esta persona llena de vitalidad (yo) a la que la
gente siempre había considerado tan positiva y tan feliz, no fuera más que una aprensiva
común y corriente, ¡exactamente el tipo de persona que yo mismo solía recomendar a la
gente que dejara de ser!
A medida que los días transcurrían, empecé a dudar de poder llegar alguna vez al
momento anhelado, de realmente pasar de dieciséis a dieciocho horas sin ningún asomo
de ansiedad. Algunas veces me llegué a sentir tan desalentada que habría gritado al
universo; me echaba a llorar y metía las manos en los bolsillos para salir malhumorada a
caminar, llena de autocompasión. De hecho, muchas veces durante esos primeros días, la
posibilidad de aprender a vivir sin esa familiar y hasta reconfortante vibración de
angustia, que había sido mi aliada la mayor parte de mi vida, parecía más allá de toda
esperanza. Lo que me causaba todavía más angustia era descubrir con desconsuelo que,
para empezar, había dentro de mí un gran miedo. Bueno, había vencido otras adicciones
y, ¡maldita sea!, vencería esto, sin importar lo que requiriera para ello.
El sexto día (no, no voy a recorrer los treinta), sin razón aparente, me hundí en una
profunda depresión y me eché a llorar. Me sentía frustrado y enojado y no sabía
siquiera por qué. (Posteriormente descubrí que se debía a un cambio químico en mi
cuerpo.) Finalmente, salí y fui a sentarme bajo uno de mis árboles favoritos durante un
rato, para calmarme, de modo que pudiera cambiar mi conexión a la valoración del día.
Pasaron unos cuarenta y cinco minutos antes de que pudiera conectarme, pero lo logré, y
para mi deleite, no hubo más sentimientos perturbadores el resto del día.
El noveno día era otra vez tiempo de pagar cuentas y estaba inquieto. ¿Cómo debería
sentirme? ¿Podría mantenerme sin temor y alejada del sentimiento de carencia? ¿Podría
cambiar rápidamente mi enfoque? Con la firme decisión de prestar atención a mis
sentimientos, me dirigí a mí escritorio. Por fortuna, el proceso mensual de pagos fue más
fácil que de costumbre, aunque aun así, encontré difícil saltar a -y mantenerlo así- un
enfoque de apreciación. Así que me puse a cantar. ¿Por qué no? Cualquier cosa era válida
para romper ese viejo hábito, duro de vencer, de temer el décimo día del mes. Funcionó
muy bien, pero terminé saliendo al campo a disfrutar de la tranquilidad del ocaso y poner
a funcionar mi estremecimiento. No hubo más sentimientos negativos el resto de la tarde
y en la noche. ¡En mi diario, esta última frase está subrayada!
Sabía que estaba donde debía estar. Las ideas brotaban por todas partes. En forma
deliberada, traté de empujarme yo misma hacia un sentimiento negativo ¡y encontré que
no podía hacerlo! Pero cuando alguno trataba de introducirse furtivamente, sonreía para
mí misma como el gato de Cheshire de la película de Alicia en el país de las Maravillas, y
me daba una palmadita en la espalda por reconocer el sentimiento, y con un cambio
rápido de velocidades ponía el freno de vibraciones.
Finalmente llegó el día, ese día tan largamente esperado, en el que supe que estaba
completamente tranquilo en relación a los ingresos (aunque todavÍa no tenía ninguno),
hasta el grado de estar sinceramente despreocupada. ¡Dios mío, qué maravilloso
sentimiento era ése!
Después de años de hábito, como es de suponer, encontré que todavía tenía que cortar
amarras de declaraciones negativas como: "No, lo siento, no puedo ir contigo, estoy
pasando por una mala racha, y no tengo suficientes ingresos". Desde luego, me sentía
deprimido en cuanto algo así salía de mi boca, pero a partir de ahí, no me tomaba mucho
tiempo descubrir lo que había causado el sentimiento (siempre un "no quiero") y hacía el
cambio rápido para salir de él.
Día a día, todos difíciles, observaba cómo se iba disolviendo toda una vida de
pensamientos negativos inconscientes y de emoción negativa. Estaba venciendo una
adicción tan honda, tan arraigada, que ni siquiera sabía que la tenía. Sin duda, cambiar
mi enfoque y mis sentimientos no sólo no era imposible, sino que estaba sucediendo.
Esperé impacientemente a ver los resultados, ¡algo realmente tonto!
Los siguientes veinte días fueron una montaña rusa. En los días de optimismo, de fácil
estremecimiento, se me ocurrían ideas fantásticas para aumentar sustancialmente mis
ingresos. Pero en los días de pesimismo, no sólo me deprimía un poco, sino que eran días
en que parecía estar en el fondo del Gran Cañón, con un nuevo, extraño y exagerado
estado de malhumor. Nadie me había hablado -y tampoco a nadie de los que tratábamos
de controlar nuestras energías- de esta desagradable, aunque al parecer muy frecuente,
situación que parece presentarse cuando empezamos a atraer más energía de alta
frecuencia a nuestro cuerpo.
(Ahora sabemos que estos cambios ocurren porque el cuerpo tiene que adaptarse a los
prolongados periodos de vibraciones más altas, que a su vez causan un drástico cambio en
la constitución química del organismo. Puesto que la emoción -que es negativa y física, a
diferencia del sentimiento, que -- es positivo y etéreo- es inducida químicamente, los
cambios en el estado de ánimo son solamente ajustes químicos que se están presentando.
Algunas personas han experimentado estos cambios de humor con bastante profundidad;
otras, en cambio, lo han hecho sólo moderadamente; pero todas parecen tener algo que
decir al respecto. Por fortuna, esto es pasajero. De hecho, puedes sentir que el
problema disminuye al cabo de aproximadamente seis semanas y que, casi siempre,
desaparece por completo en tres meses.)
Pero, sin importar en qué estado de ánimo me hubiera quedado el día anterior, había un
ritual matutino que creé, que me encantaba y que no dejaba de hacer nunca. Era
empezar cada mañana con una amorosa conversación con mi Ser interno/Ser expandido:
de rodillas, a modo de reverencia ante la vida que soy (y para mantenerme sujeta a un
lugar mientras lo hacía), bosquejaba mis "quiero" para el día la semana, o la década; sólo
me detenía lo suficiente en cada “quiero" como para permitir que su tono de sentimiento
me reconfortara. Eran momentos reverentes, humorísticos y agudos,"Y los atesoraba
como parte de mi programa diseñado. (Noto un vacío, y una falta de dirección, cada vez
que dejo ese ritual a un lado, lo cual hago algunas veces con mucha frecuencia.)
En los días elevados, podía conectarme en alta frecuencia en un abrir y cerrar de ojos,
y deslizarme con facilidad en el lugar del sentimiento de apreciación que había elegido
para ese día. En los días negativos, hacerlo me llevaba un poco más de tiempo; pero lo
que más me entusiasmaba era que -estuviera yo en alta o en baja frecuencia- el temor
de cualquier tipo lo estaba dejando cada vez más atrás. Los días bajos no tenían un
enfoque específico en un "no quiero", o en el estrés, sino sólo en la monotonía. Había un
impulso renovado en mi modo de caminar, una canción en mi corazón y en mis labios, una
sonrisa casi constante en mi rostro, una emoción y un asombro ante la vida y la creación,
que no había experimentado desde..., desde quién sabe cuándo.
Ahora entendía que "conectarme" significaba, primero que nada, quitar mi atención de los
"no quiero". Ya sea que fluyera hacia verdaderos "quiero", hacia el objeto de mi
apreciación de ese día, o por la simple diversión de hacerlo, comprendí que por fin
estaba dejando de producir el flujo de atracción automática. Me estremecía, sentía
amor (todavía uno de mis sentimientos elevados favoritos), estaba encantada con la vida
y sentía la energía de un gran gozo extenderse por todo mi cuerpo.
Añadí a mi lista de "quiero" una clase especial de chamarra deportiva para uso rudo que
las tiendas aparentemente habían descontinuado, y tres semanas más tarde tuve la idea
de ir a una tienda de descuentos muy alejada de mi casa, para comprar papel de fax.
¡Lotería! Mi chamarra estaba colgada sola, en exhibición, y era ¡la única que había en la
tienda!
Aunque yo no como mucha carne, un día sentí un deseo intenso de comer una jugosa
hamburguesa; de repente, se me ocurrió ir a una nueva tienda de cómputo y encontré
que un nuevo mercado, flamante, acababa de abrirse en la puerta de al Iado con la más
deliciosa y fresca carne molida que jamás había probado. Una y otra vez constaté que
vivir en frecuencias más altas realmente estaba funcionando. Era como si el Universo me
complaciera con la canción que quería.
Mi promedio mensual, que solía ser de 30/30 (treinta días de cada treinta días con
preocupación), se había vuelto ahora más como 17/0/13 (diecisiete arriba, cero con
temor o ansiedad real y trece en un extraño ánimo bajo), un gran adelanto de todos
modos.
Pero mi ansiedad por obtener rápidamente las recompensas me estaba agotando. Cuando
vuelvo la vista atrás, puedo ver que en la etapa inicial de dos semanas estaba buscando
los resultados en forma de dólares, lo cual era algo realmente tonto, puesto que todo lo
que mi actitud lograba era mantener mi enfoque en lo que no había.
Finalmente llegó el Día Treinta. ¿Dónde estaba mi desbordante cuenta bancaria? ¿Por
qué no recibía incesantes llamadas telefónicas para comunicarme que tenía algún
préstamo que me sacaría de apuros? ¿Por qué tomaba tanto tiempo llevar a cabo mis
nuevas ideas? Ahí estaba yo otra vez, sintiéndome desilusionada por lo que no había
pasado. Mis continuos: "¿Dónde está?" "¿Dónde está?", eran el mismo gastado enfoque
negativo, sólo que vestido con un traje diferente. En realidad, el dinero estaba
empezando a llegar, aunque lo hacía a cuentagotas. Yo observaba fascinada. Esta
extraña corriente constante de un poco aquí, un poco allá, estaba de manera evidente en
proporción directa con mi enfoque de vibraciones. Cuando menos, con mi válvula un poco
más abierta que cerrada, ¡no iba para atrás! Mi cuenta de cheques se mantenía en el
mismo estado (no sé cómo) o crecía ligeramente. ¡N o había vuelto a retroceder! Todo
esto en sí ya era un milagro.
Me tomó varios meses poder permitir que se abrieran las compuertas una vez más, pero
lo conseguí. No todas al mismo tiempo, pero sí gradualmente. Un "quiero" tras otro
encontraba el camino a mi puerta, algunos de ellos muy grandes y muchos otros,
pequeños y divertidos.
Y; sin ayuda alguna de mi parte, excepto la profunda apreciación por ese sensacional
producto que yo había logrado producir de algún modo, Curso de Vida 101 -el programa
audiovisual al que había creado en un momento de inspiración antes de conocer la Ley de
la Atracción- empezó a despegar, como fuegos artificiales, en diferentes partes del
mundo.
Me encantaría decir que todos mis viejos hábitos desaparecieron en treinta días, pero,
francamente, no fue así. Aún ahora, con el dinero fluyendo en abundancia, requiere de
toda mi concentración recordar que lo que logro no es debido a mi arduo trabajo, ni a lo
lista que soy, sino a cómo fluye mi energía. Así que sigo escribiendo libretos, hablando
constantemente conmigo mismo y cambiando de conexión. Ahora, en lugar del tema de
"apreciación-del-día", tengo un "quiero-del-mes" en el cual apoyarme y que sirve a dos
propósitos: crea un tiempo mucho más prolongado de vibraciones -por tanto, más pasión-
para que el flujo de energía se dirija a un deseo específico, y me da esa red de
seguridad de tener siempre algo listo volando, en espera de fluir cuando más lo necesito.
EN ENTRENAMIENTO CONSTANTE
¿Resulta más fácil? ¡Claro que sí! Pero, si te decides a tomar el control de tu vida y a
tener las cosas que quieres, a hacer las cosas que quieres, a ser la persona que quieres
ser ya vivir como quieres, con la gente que quieres, hay algo que más te vale aceptar:
¡estarás en entrenamiento siempre! Tendrás días elevados, días bajos, días fantásticos,
días escabrosos, días profundamente emocionales y días en los que te sentirás listo para
"tirar la toalla". Sin embargo, apostaría que no lo harás, no ahora; no al saber lo que ya
sabes. Te guste o no, dudo que nunca más puedas sentir siquiera una leve emoción
negativa, sin saber que has cerrado todas las puertas a todas las cosas que has deseado
en la vida, sean materiales, físicas, emocionales, espirituales o todo lo anterior junto.
Así que, en efecto, ésta es una empresa para toda la vida y no vas a aprender todo lo
que tienes que hacer en esos treinta días. Puedes liberarte del temor y la preocupación
durante ese primer mes, definitivamente. Pero después, prepárate y lánzate en cuerpo y
alma, conscientemente, a todos los vericueto s de los cuatro pasos hacia la creación
reflexiva, esto es, si lo quieres todo: prosperidad, seguridad, salud, libertad, alegría,
vivacidad, independencia, realización; es decir, si quieres volver a tu natural estado de
ser, a lo que estabas destinado a ser, a la forma en la que puedes ser de aquí en
adelante; si estás dispuesto, en fin, a dedicarle el esfuerzo que requiere.
ES TU TURNO
Este asunto no es de nadie, sino tuyo; siempre lo ha sido, siempre lo será. Nadie te ha
obligado. Nadie ha provocado nunca que tu vida sea de una manera o de otra. Ha sido tu
asunto desde el principio, ha estado diseñado por la forma en la que estaba fluyendo tu
energía, y ha estado diseñado en todo momento, todos los días, conforme a como te
estabas sintiendo.
Ahora, habrás de concretarte a lo que quieres hacer durante el resto de tu vida y a
saber qué tan dispuesto estás a echar a andar el esfuerzo-sentimiento para conseguirlo.
Así que a continuación te presento algunas estrategias, una forma rápida de hacer
resaltar los puntos sobresalientes que debes tener en cuenta mientras entras a este
nuevo y excitante mundo de la creación reflexiva. Primero, los pasos principales:
Paso 1. Identifica qué es lo que no quieres.
Paso 2. Identifica lo que quieres.
Paso 3. Encuentra el lugar del sentimiento de tu "quiero".
Paso 4. Espera, escucha, y permite que el universo haga su parte y (paso cuatro:
¡Mantén tú floreciente enfoqué fuera de esas condiciones en-blanco!).
ES TU BARCO
Todo este asunto de crear nuestras vidas mediante el flujo de energías de más alta
frecuencia que en la que hemos estado vibrando, es increíblemente nuevo para nosotros.
Es un gran reto, una monumental nueva orientación en la vida. Así que sé amable contigo
mismo, tómalo con calma, juega con las energías, vuélvete curioso, ríe más, sonríe más,
experimenta. Ve cuánto puedes sostener un estremecimiento o cuán rápido puedes
activar tu energía. Descubre qué te da alegría; y, entonces, déjala fluir. Juega con tus
"quiero". Juega con todo ello; pero recuerda: todo esto es muy nuevo; así que, por
favor, no te desanimes.
Somos como bebés en andadera que aprendemos a maniobrar en nuestro nuevo mundo.
Todo en ese bebé dice: "Levántate y camina" . Así que lo hace, una y otra vez, sin
importar cuántas veces se pueda caer. A eso se le llama pasión..., y práctica.
La práctica consiste en esta nueva forma de pensar y de ser. Tiene que ser así; es tan
nueva, tan extraña... Exactamente ahora, este concepto no es sino un montón de
palabras en papel que pueden sonar interesantes, pero el sabor está en la prueba. ¡Y eso
significa práctica!
Practica cómo hacer fluir la energía. Practica hacerlo con tus "quiero" o practica
solamente para hacerla fluir. Aprende a activarla a voluntad..., en cualquier situación...,
dondequiera que estés..., con quienquiera que estés..., suceda lo que suceda. Controla
tu vida, al controlar tus reacciones ante ella. Así que... ¡practica!
Después de que recorras tus treinta días, diseña tu propio programa para mantener en
alto el interés. Tal vez una semana de sentimiento de gratitud, una semana de
sentimiento de asombro por todo, de reverencia, de admiración, de entusiasmo. Quizá
una semana de sentimiento de diversión, una semana de optimismo, una semana de estar
enamorado, de sentimiento de: "Dios, es bueno estar vivo", sin importar lo que sucede a
tu alrededor.
Practica en momentos casuales, en el baño, cuando estés atendiendo a tus niños o
haciendo tu declaración de impuestos, al asistir a una junta o cuando estés trabajando
en la línea de producción de la fábrica.
Sí, la vida puede volverse más compleja durante un tiempo porque has incrementado tu
deseo, porque has aumentado tus energías magnéticas. Pero con ese deseo viene la vida
auténtica.
Así que aprende a sentir, sentir, sentir..., bien o mal..., positiva o negativamente. Si un
sentimiento finalmente abre las puertas a los tesoros del universo, ¿qué tan malo puede
ser? Si lo quieres suficientemente, aprenderás a sentirlo.
Entonces, aprende a sentirte bien, sin importar cómo. Este punto de vista tiene que ser
totalmente consciente y deliberado. Las respuestas que te pongan de rodillas tienes que
mandarlas a volar. Si deseas cambiar las condiciones de tu vida, tienes que cambiar
también tus vibraciones, así que practica hasta que puedas transformarlas en un simple
abrir y cerrar de ojos. Si no logras sentir cálidos estremecimientos, significa que estás
por los suelos o que te sientes muy mal. De cualquier manera, estás enviando vibraciones
negativas.
Si tienes algún problema, sácalo de tu vida hablando de él contigo mismo durante diez o
quince minutos cada día. Analízalo en voz alta hasta que hayas encontrado lo que te
inquieta, y verás cómo disminuye al hablarlo. Cada vez que hagas eso, estarás dejando
un poco más de resistencia detrás de ti hasta que finalmente descargues lo suficiente
como para permitir que tus vibraciones -¡y tu experiencia!- cambien.
Sólo recuerda que la forma en la que pienses es la forma en la que sientes; la forma en
la que sientas es la forma en la que vibras; la forma en la que vibres ¡es la forma en la
que atraes!
Así que lo que quieras, siéntelo, siéeentelo hasta que se convierta en un cálido
estremecimiento. Si puedes sentirlo, puedes tenerlo. Puedes tener cualquier cosa que
quieras, siempre y cuando primero puedas sentirlo.
Te puedes comer al mundo de un bocado. Sólo tienes que prestar atención para descubrir
qué viene, en lugar de qué es lo que no está aquí. Una vez que estés cómodo haciendo
eso, por los poderes que son y por el poder que eres tú, empezarás a vivir la vida que
viniste a vivir aquí. Estarás haciendo realidad tu razón de ser.
Todo es energía. Eso es todo lo que este mundo y el universo son. Puedes ser su dueño o
su víctima. Al aprender a controlar el tono y el flujo de tu energía electromagnética,
estarás aprendiendo a tomar el control de tu propio destino, dirigiendo tu barco a donde
desees. Cuando lleguen las tormentas, sabrás qué las creó y qué hacer. Está el control
absolutamente dirigido hacia recargar las maravillosas recompensas de una vida que está
-en toda la extensión de tus posibilidades- ¡finalmente siendo vivída!
!
"
À Á æ Ë æ æ æ æ æ
æ æ ° æ æ æ æ æ
æ æ æ æ $„rÿ„Ådüþ ¤™
1$ 7$ 8$ H$ ]„rÿ`„Åa$gdumì $„rÿ„Ådüþ ¤” 1$ 7$ 8$ H$ ]„rÿ`„Åa$gdumì
$„rÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„rÿ`„Åa$gdumì Á € ‚ û ü - . : ; ‹ Œ q r m n R S + ,
â â É É É É É É
É É É É É É É É
³ ³ É É „rÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]
„rÿ`„Ågdumì $„rÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„rÿ`„Åa$gdumì $
Æ 3 „rÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„rÿ`„Åa$gdumì 9 : a f ö n y z & & —/ ¦/ §/ Ò0 1 1
O1 J2 `2 >: V: W: < §< ôB C ÕC äC ÂC æC YD ïF ùF 7K SK VK xK {K „K ÑN
ìÛÇÛµÛµ£Û£Û ìÛÇÛÇÛÇÛ ìÛÇÛ{Û ìÛµÛÇÛ£f£f£Û)h˜ humì 5 6 CJ OJ QJ ] ^J
aJ &h˜ humì 5 6 CJ OJ QJ ^J aJ &h˜ hã%Í 5 CJ OJ QJ \ ^J aJ #h˜ humì 5
CJ OJ QJ ^J aJ #h˜ humì 6 CJ OJ QJ ^J aJ &h˜ humì 6 CJ OJ QJ ] ^J aJ h˜
humì CJ OJ QJ ^J aJ &h˜ humì 5 CJ OJ QJ \ ^J aJ (, “ ” ø ! Q Ä Ö ÿ ! ¿" Ô" ì" #
# z# {# æ æ æ Ð ² Ð Ð
Ð Ð Ð • Ð Ð Ð Ð
Ð æ $
Æ F „rÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„rÿ`„Åa$gdumì $
Æ F „rÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„rÿ`„Åa$gdumì „rÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„rÿ`„Ågdumì
$„rÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„rÿ`„Åa$gdumì {# 1% 2% Ý& Þ& ( ‘( A* B* ì+ í+ V. W. –/ —
/ §/ ¨/ N1 O1 3 Ž3 O5 P5 ö6 ÷6 æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
Ð æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ „rÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„rÿ`„Ågdumì
$„rÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„rÿ`„Åa$gdumì ÷6 G8 H8 #9 $9 =: >: W: X: L; ²< É> Ê>
@ ž@ .B /B ÔC ÕC ÂC æC ‡E öE G cG æ æ æ æ
æ æ æ æ æ Î Î æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ „rÿ„Ådüþ ¤Î 1$ 7$ 8$ H$ ]
„rÿ`„Ågdumì $„rÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„rÿ`„Åa$gdumì cG âG ÇH ¨H àI áI 6K 7K M
M ÐN ÑN éN ÍN ¿P ÀP ;Q <Q é Ì Ì Ì Ì
³ ³ ³ ³ ³ ³ ³ ³
³ ³ – – $
Æ . „rÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„rÿ`„Åa$gdumì $„rÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„rÿ`„Åa$gdumì
$
Æ < „rÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„rÿ`„Åa$gdumì „rÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„rÿ`„Ågdumì
ÑN ËN éN zP }P ²P µP 9W `W aW Í_ ×_ ¾c Ëc üc d 8d Ad Bd f
f Bh Hh Øm àm ým n "n *n In Qn cn ln ÷o p p Þq ßq àq Üs Âs u ìØdzdzǡ dzdzÇ
ÇìØdzdzdzdzdzdzdzÇìØÇo³Ç³Ç #h˜ humì CJ OJ QJ ] ^J aJ h<6H CJ OJ
QJ ^J aJ #h? humì 5?CJ OJ QJ ^J aJ #h? hã%Í 5?CJ OJ QJ ^J aJ &h? humì 6?CJ
OJ QJ ]?^J aJ h? humì CJ OJ QJ ^J aJ &h? humì 5?CJ OJ QJ \?^J aJ &h?
hã%Í 5?CJ OJ QJ \?^J aJ )<Q yR zR ËR ?T ØT CV DV 8W 9W aW bW wY xY Ñ[ Ò[
þ] ÿ] ` ` Éa â â â â â É É
â ? É É É É É É
É É É É É $?rÿ?Ådüþ 1$ 7$
8$ H$ ]?rÿ`?Åa$gdumì $?rÿ?Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]?rÿ`?Åa$gdumì $
Æ ) ?rÿ?Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]?rÿ`?Åa$gdumì Éa Êa ðb ñb 7d 8d Bd Cd ?e ?e
g
g Çi Èi Ük ök l Ml æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
É ? ?
?rÿ?Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]?rÿ`?Ågdumì $
Æ ?rÿ?Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]?rÿ`?Åa$gdumì $?rÿ?Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]?rÿ`?Åa$gdumì
Ml fl Šl ?l ºl ?l Qm Øm ým "n In cn ?n ?n öo ?o p
p )q *q Is á Ë Ë Ë Ë Ë Ë
Ë Ë Ë Ë Ë Ë Ë ?
? ? ? Ë ? $?rÿ?Ådüþ 1$
7$ 8$ H$ ]?rÿ`?Åa$gdumì ?rÿ?Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]?rÿ`?Ågdumì $
Æ 8?
?rÿ?Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]?rÿ`?Åa$gdumì Is Js pt qt 8u 9u ýv þv žx Ëx dy 2z 3z
Jz ?| ?| ~ ~ 5? 6? 7? 8? æ æ æ æ æ
æ æ æ Ð Ð æ æ æ
µ µ æ æ æ æ æ æ
$?rÿ?Ådüþ ?? 1$ 7$ 8$ H$ ]?rÿ`?Åa$gdumì ?rÿ?Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]?rÿ`?Ågdumì
$?rÿ?Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]?rÿ`?Åa$gdumì ?u ?u |w ?w 3z Iz Jz O~ [~ 6? P? Q? R?
T? U? W? u? v? ?? ?? ÚáÍá??áÍá??á?á?hM5M /hZï 5?6?B*CJ0 OJ QJ \?]?^J
aJ0 ph ÿ 5h? hã%Í 5?6?B*CJ0 OJ QJ \?]?^J aJ0 ph ÿ /h? 5?6?B*CJ0 OJ QJ
\?]?^J aJ0 ph ÿ ,h? häJŒ 5?6?CJ4 OJ QJ \?]?^J aJ4 hZï CJ OJ QJ ^J aJ &h?
humì 5?CJ OJ QJ \?^J aJ &h? hã%Í 5?CJ OJ QJ \?^J aJ &h? humì 6?CJ OJ QJ ]?
^J aJ h? humì CJ OJ QJ ^J aJ h#ø CJ OJ QJ ^J aJ 8? 9? Q? R? }Ä ~Ä
? ? o? p? ?? º? S? U? V? W? X? ?? ?? ?? æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ É É ? ? É ?
$?Ådüþ `?Åa$gdumì
Æ ø% ?ÓÿdÐý 1$ 7$ 8$ H$ ]?Óÿgdã%Í $
Æ ø% ?Óÿ?ÅdÐý 1$ 7$ 8$ H$ ]?Óÿ`?Åa$gdumì $?rÿ?Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]?
rÿ`?Åa$gdumì ?? ?? ?? š? ?? ?? ?? ?? ? ? ? @? K? äÉ??~äm\H4\ &h? humì 6?CJ
OJ QJ ]?^J aJ &h? humì 5?CJ OJ QJ \?^J aJ &h? hã%Í 5?CJ OJ QJ \?^J aJ h?
humì CJ OJ QJ ^J aJ h? häJŒ CJ OJ QJ ^J aJ 5h? hã%Í 5?6?B*CJ0 OJ QJ
\?]?^J aJ0 ph ÿ /hZï 5?6?B*CJ0 OJ QJ \?]?^J aJ0 ph ÿ /hÀ;z 5?6?B*CJ0 OJ QJ
\?]?^J aJ0 ph ÿ 5h? hZï 5?6?B*CJ0 OJ QJ \?]?^J aJ0 ph ÿ 5h? humì 5?6?B*CJ0
OJ QJ \?]?^J aJ0 ph ÿ
?? ?? y? z? ?Œ ?Œ Ž Ž ? ? ? ? J? K? Ñ? Ò? û? ü? d? e? ?? š? š š ? ? $? %? ?œ ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð $„Ådüþ `„Åa$gdumì K” S” ]” )˜ 6˜ ͘ И › #› $›
£ "£ Žª ª ª ¯ª .¨ 3¨ è ר ® 6® D³ G³ ã³ ú³ õ ε Òº îº ðº ¯¾ ¸¾ kÆ rÆ |Æ †Æ
öÆ ¹Ê ÀÊ ÊÐ ÎÐ àÐ áÐ Aã ïÛïÛïÛïdzïÛï¢Ç³ïÛïÛïÛïÛïÛïÛïdzï ïÇydzïÛï¢Ç³ï
,h˜ hã%Í 5 6 CJ OJ QJ \ ] ^J aJ #h˜ humì CJ OJ QJ ] ^J aJ h˜ 5 CJ OJ
QJ \ ^J aJ &h˜ humì 5 CJ OJ QJ \ ^J aJ &h˜ hã%Í 5 CJ OJ QJ \ ^J aJ
&h˜ humì 6 CJ OJ QJ ] ^J aJ h˜ humì CJ OJ QJ ^J aJ ,¸œ ¹œ
¢ ¢ Ť Ƥ +§ ,§ © © ª Žª ª ª ®ª ¯ª Y¨ ¨ è ר ® ® 6® 3¯ ×° Ø° ³ ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð $„Ådüþ `„Åa$gdumì ³ ³ â³ ã³ ú³ “¶ ”¶ ǹ ¨¹ Ѻ
Òº ïº ðº 6¼ 7¼ ¾ ¾ nÀ oÀ ïÁ ðÁ Hà Ià ÿà 8Å 9Å [Å ©Å Æ ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð $„Ådüþ `„Åa$gdumì Æ Æ jÆ kÆ ‡Æ öÆ õÆ DÇ ¡Ç ÷Ç AÈ ùÈ úÈ áÊ âÊ ÄË
ÅË oÍ pÍ †Î ‡Î úÏ ûÏ ÉÐ ÊÐ ËÐ ÌÐ ÍÐ ÎÐ ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
$„Ådüþ `„Åa$gdumì ÎÐ áÐ âÐ àÑ ›Ò œÒ UÔ VÔ QÕ RÕ j× k× ¤Ù ¥Ù pÛ qÛ -à .à
Aã Bã gã hã àä áä 3Â
æ
æ Sæ •Ë ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð $„Ådüþ `„Åa$gdumì Aã Bã
fã gã –Ë Ë ¡Ë
ë %ë äì îì ýì í í "í >î Qî yð ‹ð ð ´÷ ¾÷ Úû îû ðû ö § © Ž Ç [
u
—
˜
™
Ç
¨
ý × æ ! ! ! [! íÛíʶ¢ÊŽÊŽÊŽÊŽÊŽÊÛíʎʶ¢Ê¶¢ÊŽÊ Ûíʶ¢Ê¶¢ÊŽÊ¶¢Ê
hÀ;z 5 CJ OJ QJ ^J aJ &h˜ humì 6 CJ OJ QJ ] ^J aJ &h˜ humì 5 CJ OJ QJ \ ^J aJ
&h˜ hã%Í 5 CJ OJ QJ \ ^J aJ h˜ humì CJ OJ QJ ^J aJ #h˜ hã%Í 5 CJ OJ QJ ^J
aJ #h˜ humì 5 CJ OJ QJ ^J aJ -•Ë –Ë —Ë ˜Ë ¡Ë ¢Ë þÍ ÿÍ %ë 5í 6í ´í µí =ï >ï xð yð
Œð ð ßñ àñ vó wó Òô fõ ÿõ tö ÷ ÷ ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð
$„Ådüþ `„Åa$gdumì ÷ Æø Çø $ú %ú Ùû Úû ïû ðû <ý =ý ßþ àþ F G ‡ ö ¨ © È ¼ î ï Õ Ö
Ð Ñ = > ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð $„Ådüþ `„Åa$gdumì > Z
[
˜
™
¨
"
#
j k h i ó ô ü ý a b Ü Ý Ë Ì ‚ ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð
$„Ådüþ `„Åa$gdumì ‚
5 6 \ ] h i à á ô æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ $„0 „Ådüþ 1$ 7$ 8$
H$ ]„0 `„Åa$gdumì ¤
¦
Ã
Ä
Ô
2
) á ó õ © ¾ Ý ` Ê , - ¯# °# ±# Æ# ïÛÇïµï¡ïÛÇï ï ïµïµïÛÇïyaF
5h˜ h7|† 56
B*CJ0 OJ QJ \ ] ^J aJ0 ph ÿ /h7|† 5 6 B*CJ0 OJ QJ \ ] ^J aJ0 ph ÿ &h¼³
5 6 CJ0 OJ QJ \ ] ^J aJ0 &h˜ humì 5 6 CJ OJ QJ ^J aJ &h˜ humì 6 CJ OJ
QJ ] ^J aJ #h˜ humì 6 CJ OJ QJ ^J aJ &h˜ humì 5 CJ OJ QJ \ ^J aJ &h˜
h`j
5 CJ OJ QJ \ ^J aJ h˜ humì CJ OJ QJ ^J aJ ô õ – — ¾ Ò ` a ‚ Ä Ê Ë h i ë ì
- . Q R U V Q! æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ $„0 „Ådüþ 1$ 7$ 8$
H$ ]„0 `„Åa$gdumì Q! R! ‘" ’" ¯# ±# Ç# Ø# Ù# Ú# Û# Ü# ¼% ½% Ý' Þ' y) z) ˜+ ™+
æ æ æ æ É É É ¹
¦ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ $„Ådüþ 7$ 8$ H$ `„Åa$gdumì $„Å7$ 8$
H$ `„Åa$gdumì $
Æ ø% „Óÿ„ÅdHþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„Óÿ`„Åa$gdumì $„0 „Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„0
`„Åa$gdumì Æ# Ç# ×# Ø# Ù# Ú# Ü#
% % Ê( Ò( j- k- l-
2 )2 äÉ䲡 ¡{¡i¡[J¡6 &h˜ h`j
5 CJ OJ QJ \ ^J aJ h˜ h¼³ CJ OJ QJ ^J aJ humì CJ OJ QJ ^J aJ #h˜ humì
5 CJ OJ QJ ^J aJ (h˜ humì CJ OJ QJ ^J aJ mHsH h˜ häJŒ CJ OJ QJ ^J aJ
h˜ humì CJ OJ QJ ^J aJ ,h˜ humì 5 6 CJ OJ QJ \ ] ^J aJ 5h˜ h7|† 5 6
B*CJ0 OJ QJ \ ] ^J aJ0 ph ÿ 5h˜ humì 5 6 B*CJ0 OJ QJ \ ] ^J aJ0 ph ÿ
™+ Í, ë, k- l- Î- Ï- h. i. ’0 “0
2
2 *2 Û3 Ü3 75 85 k5 …5 ¢5 Ä5 á5 þ5 +6 V6 |6 æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ
$„0 „Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„0 `„Åa$gdumì )2 *2 Ï3 Û3 …5 ‡5 Ã9 õ9 ÷9 : : : ? !? $@
.@ N@ Q@ \@ a@ AA IA JA tA A wG €G ÝK éK ±M ¾M ÷N ýN ™P ØP ¹Q ÃQ ÌQ
ÔQ S *S 2V ìÛÉÛÈÛÉÛ©•ìÛ Û Û Û Ûl ÛÉÛ Û Û Û Û Û Û Û Û )h˜
humì 5 6 CJ OJ QJ ] ^J aJ &h˜ humì 6 CJ OJ QJ ] ^J aJ &h˜ h`j
5 CJ OJ QJ \ ^J aJ #h˜ h`j
5 CJ OJ QJ ^J aJ h¼³ CJ OJ QJ ^J aJ #h˜ humì 6 CJ OJ QJ ^J aJ h˜ humì
CJ OJ QJ ^J aJ &h˜ humì 5 CJ OJ QJ \ ^J aJ )|6 Ê6
7 /7 Ä8 „8 ö9 ÷9 ø9 ù9 : 7; 8; p< q< Ë= Ì= k> l> ]? ^? (A )A ªC ËE ÌE ÒF æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ $„0 „Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„0 `„Åa$gdumì ÒF ÓF ÂH ÃH 9K
:K N N ˜P ™P ÓQ ÔQ íR îR 3T 4T )U *U óV ôV Y Y Z Z
\ \ V^ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ $„0 „Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„0
`„Åa$gdumì 2V QV YY bY ]j ij Xk ^k Wl …l †l x x  ‘ ‘ M— V— 8˜ Z˜ š ¦š ¡ '¡ )¡ Š§ —
§ ô§ ¨ ¨ ¨ h® i® ± $± €± ¢± ¤± º õº öº BÈ È s½ |½ Ç
ÚáÍáÍáÍá¹¥áÍá¹¥áÍáÍáÍá¹¥áÍáÍáÍá áÍṥṥá~áÍá
#h˜ humì 6CJ
OJ QJ ^J aJ (h˜ humì CJ OJ QJ ^J aJ mH
sH
&h˜ humì 5 CJ OJ QJ \ ^J aJ &h˜ h`j
5 CJ OJ QJ \ ^J aJ &h˜ humì 6 CJ OJ QJ ] ^J aJ h˜ humì CJ OJ QJ ^J aJ
h‘2® CJ OJ QJ ^J aJ -V^ W^ þ` ÿ` žb Ÿb šd ›d Ág Âg hi ii Lj Mj Vl Wl †l Àm Ám üq
ýq Ët ét 4v 5v ¯v Ey æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ $„0 „Ådüþ 1$ 7$ 8$
H$ ]„0 `„Åa$gdumì Ey Fy zz {z Ùz { /{ :{ P{ [{ ä{ ”{ Í{ ì{ ?| ¥| } –} —} y€ z€
‚ ‚
… … æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ $„0 „Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„0
`„Åa$gdumì … &† '† ‡ ‡ öö ÷ö bŠ cŠ éŒ ÍŒ BŽ CŽ ä  ‘ ‘ “ “ ¼• ½• Í— ë— #™
$™ › › æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ $„0 „Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„0
`„Åa$gdumì › w x ¡ ¡ (¡ )¡ Á£ )¤ {¤ ¡¤ þ¤ K¥ L¥ ë¥ ì¥ S¨ T¨ ª ª •¨ –¨ h® i® Ì° Í°
± æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ $„0 „Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„0
`„Åa$gdumì ± €± £± ¤± ܲ ݲ ´ ´ „¶ …¶ ¹ ¹ äº Âº öº .¼ /¼ Ö¼ ×¼ D¾ E¾ FÀ
GÀ úÁ ûÁ _Ä `Ä æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ $„0 „Ådüþ 1$ 7$ 8$
H$ ]„0 `„Åa$gdumì `Ä CÅ DÅ íÆ îÆ ²È ³È ”É –É ±É ÂÉ ÃÉ ÄÉ ÎÊ ÏÊ )Ì *Ì DÌ EÌ Í Í
'Ï æ æ æ æ æ æ æ
æ É É º º º º º
º º º º º º
$„Ådüþ `„Åa$gdumì $
Æ ø% „Óÿ„ÅdHþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„Óÿ`„Åa$gdumì $„0 „Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„0
`„Åa$gdumì Ç _Ç “É •É –É °É ±É ÁÉ ÂÉ ÄÉ *Ì CÌ DÌ Ü +Ü -Ü wÍ ÙÍ õ õ õ ¾ Õ × sM
‚M ÄM $[ ìÛÍÛ²—²|kÛYGÛYGÛìÛYGÛYGÛYGÛ #h˜ humì 5 CJ OJ QJ ^J aJ #h˜ h`j
5 CJ OJ QJ ^J aJ h˜ häJŒ CJ OJ QJ ^J aJ 5h˜ häJŒ 5 6 B*CJ0 OJ QJ
\ ] ^J aJ0 ph ÿ 5h˜ humì 5 6 B*CJ0 OJ QJ \ ] ^J aJ0 ph ÿ 5h˜ h7|† 5 6
B*CJ0 OJ QJ \ ] ^J aJ0 ph ÿ h‘2® CJ OJ QJ ^J aJ h˜ humì CJ OJ QJ ^J aJ
&h˜ humì 5 6 CJ OJ QJ ^J aJ 'Ï (Ï §Ï üÏ Ð EÐ œÐ Ð ¾Ñ ¿Ñ ”Ó •Ó õÔ öÔ ´× µ×
ÚØ óØ ÇÙ ÈÙ Ü Ü Ü ,Ü -Ü Þ
Þ ´à µà ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð $„Ådüþ `„Åa$gdumì µà aâ
bâ Fä Gä ôÂ õÂ hç iç vÍ wÍ ÙÍ ÚÍ <í =í ï !ï ñ !ñ kÚ lÚ –ó —ó ÿô õ õ õ õ õ ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð $„Ådüþ `„Åa$gdumì õ Öö 6÷ „÷ ß÷ 5ø 6ø ãù äù
Øý Ùý Hÿ Iÿ Š ‹ z { © ª u v O P ½ ¾ Ö × Í °
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð $„Ådüþ `„Åa$gdumì °
±
ô
õ
b c ã ä Ü ñ L M o p ³ ´ C D ½ ¾ Û Ü ‹ Œ p" ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
$„Ådüþ `„Åa$gdumì p" q" ö# ÷# D% E% N& O& Ø' Ù' 4( U( }( ñ( Ú( ) A) ) Ò) ,* s*
t* ±, ², ]. ^. X/ Y/ û1 ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð $„Ådüþ
`„Åa$gdumì û1 ü1 ¹3 º3 ö6 ä6 ”7 •7 ¤7 ¥7 ö8 ä8 i: j: Ÿ< < 1> 2> ? ? 0A 1A °C
±C 1F 2F QH RH —I ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð $„Ådüþ
`„Åa$gdumì —I ˜I L L rM sM ÄM „M KO LO šP ›P tR uR àS áS ýU þU ÷V øV ÂW æW
Z Z #[ $[ 8[ 9[ H] ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð $„Ådüþ
`„Åa$gdumì $[ 7[ 9[ €f ‘f ’f ¤f ¥f ¸f ¹f ºf ${ E{ G{ u{ É{ Å} Û} Þ} ½~ ä 7‚ I‚ p‚ q†
š† Ù† íÛÊÛ¶›€›€iÊíÛÊUÊCÊCÊCÊCÊCU#h˜ humì 6 CJ OJ QJ ^J aJ &h˜ humì 5 6
CJ OJ QJ ^J aJ ,h˜ humì 6 B*
CJ OJ QJ ^J aJ ph €€ 5h˜ humì 5 6 B*CJ0 OJ QJ \ ] ^J aJ0 ph ÿ 5h˜ h`j
5 6 B*CJ0 OJ QJ \ ] ^J aJ0 ph ÿ &h,)7 5 6 CJ0 OJ QJ \ ] ^J aJ0 h˜
humì CJ OJ QJ ^J aJ #h˜ humì 5 CJ OJ QJ ^J aJ #h˜ h`j
5 CJ OJ QJ ^J aJ H] I] $^ %^ _ ‚_ Ë` Ì` ía îa õb öb ‹d Œd 9f :f ‘f ¥f ¹f ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ×
º $
Æ ø% „Óÿ„ÅdHþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„Óÿ`„Åa$gd,)7 $
Æ ø% „ÓÿdHþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„Óÿa$gd,)7 $„Ådüþ `„Åa$gdumì ¹f ºf Èf Ýg Þg j j &m
'm o o <p =p [r \r $u %u Zw [w Ìx Íx #{ ${ F{ æ Ú Ë Ë
Ë Ë Ë Ë Ë Ë Ë Ë
Ë Ë Ë Ë Ë Ë Ë Ë
Ë Ë Ë $„Ådüþ `„Åa$gdumì
„Ådüþ `„Ågdumì $„x „Ådïþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„x `„Åa$gdumì F{ G{ Ý} Þ} 7‚ 8‚ …„
†„ p† q† Íö ëö Š Ê ÔŠ ÕŠ ëŒ ìŒ j’ k’ ì• í• i˜ j˜ ïš ðš 9œ :œ ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð $„Ådüþ `„Åa$gdumì Ù† Ö‡ -ö dö Íö &ä $Š /Š Š Ê ÓŠ
ÔŠ í• -– nš ïš ü¡ Õ¢ ×¢ ô¢ ö¢ 5£ `¤ ¤ =¦ k¦ m¦ R§ S§ }§ ~§ ¨§ ǧ '¨ ¨ Ž¨ ‘¨ ¡¨ ¢¨
¾¨ ݨ G³ {³ áµ ¶ ¿ ±¿ ïÝïÉïÝïÉï·¥ïÉïÝïÝï·¥ÉïÉïÝïÉïÉïÝ–Ý籠·¥ïvïÝïÝï· hìq• CJ OJ QJ
^J aJ #h˜ hšâ 5 CJ OJ QJ ^J aJ h™8 6 CJ OJ QJ ^J aJ #h˜ humì 5 CJ OJ
QJ ^J aJ #h˜ h`j
5 CJ OJ QJ ^J aJ &h˜ humì 5 6 CJ OJ QJ ^J aJ #h˜ humì 6 CJ OJ QJ ^J aJ
h˜ humì CJ OJ QJ ^J aJ .:œ ¨ž ž È ¼ Õ¢ Ö¢ ×¢ õ¢ ö¢ ¡¤ ¢¤ R§ S§ ¨ Ž¨ ¨ ¨ ‘¨ ¢¨
£¨ )® *® ǯ ȯ Ì° ì° ± +± ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð $„Ådüþ
`„Åa$gdumì +± U± v± Ʊ %² &² F³ G³ {³ áµ âµ ¶ ÿ· ¸ nº oº ç¼ Ë¼ K¾ L¾ œ¿ ¿ ²¿
³¿  ‚ :Æ ;Æ sÇ ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð $„Ådüþ
`„Åa$gdumì ±¿ ³¿ ÅÈ ÂÈ çÈ ÖÊ Ë Ë UË zË ýË wÍ ¾Í ÿÏ mÐ oÐ œÑ Ñ ³Ñ µÑ ôÛ XÜ
ZÜ ¯Ü ¡ß Cà ªâ .㠪 žæ +ç Bç Cç 7é Ké <í ©í 0ó oó ¯ó Ðó +û oû pû wû mü Ðü Ñü þý
ÿý Pþ ‹ÿ ¢ Ã Ä ù ‡ ‡ À
íÜÊíܶܤܤܤܤܤÜÊíܤܤܤܶܶÜÊíܤܤܶܤܶܶܤܤܶܶÜÊíܶܤÜ
#h˜ humì 6 CJ OJ QJ ^J aJ &h˜ humì 5 6 CJ OJ QJ ^J aJ #h˜ h`j
5 CJ OJ QJ ^J aJ h˜ humì CJ OJ QJ ^J aJ #h˜ humì 5 CJ OJ QJ ^J aJ <sÇ
tÇ ÄÈ ÅÈ æÈ çÈ ÕÊ ÖÊ Î Î ÙÏ ÚÏ œÑ Ñ ´Ñ µÑ ¾Ò ¹Ó ºÓ ÙÔ ^× _× ïÙ ðÙ MÚ ôÛ
õÛ ZÜ ±Ü ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð $„Ådüþ `„Åa$gdumì ±Ü ²Ü
…Ý †Ý ß ¡ß ™á šá ©â ªâ Tä Uä ©Â ªÂ *ç +ç Cç Dç Lé Mé øé ùé 'ì (ì Cî Dî Šñ ‹ñ /ó
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð $„Ådüþ `„Åa$gdumì /ó 0ó ‚ô Äô :ö ;ö
+ø ,ø 8ù 9ù Îú Ïú Ðü Ñü Fÿ Gÿ ¡ ¢ £ Ä Å ö ä l m ‡ ö ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð ð ð ð ð ð ð ð
ð $„Ådüþ `„Åa$gdumì ö { | œ æ
ç
À
Â
Ò
æ
ç
Ë
é
[ \ ^ _ ’ “ ’ “ ð ð ð ð ð ð ð
Ó Ó Ó º º º º º
º º º º º º $„>
„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„> `„Åa$gdumì $
Æ ø% „Óÿ„ÅdHþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„Óÿ`„Åa$gdumì $„Ådüþ `„Åa$gdumì À
Á
Â
Ñ
Ò
Â
æ
ç
é
s ˜ ™ ô û" 9# Á$ Â$ ú' ìÔ¹ž¹ž € pa O O @ h˜
hšâ CJ OJ QJ aJ "h˜ humì 6 CJ OJ QJ ] aJ h˜ h`j
CJ OJ QJ aJ h˜ h`j
5 CJ OJ QJ aJ h˜ häJŒ CJ OJ QJ aJ h˜ humì CJ OJ QJ aJ 5h˜ humì 5 6
B*CJ0 OJ QJ \ ] ^J aJ0 ph ÿ 5h˜ h`j
5 6 B*CJ0 OJ QJ \ ] ^J aJ0 ph ÿ /h7|† 5 6 B*CJ0 OJ QJ \ ] ^J aJ0 ph
ÿ &h~c 5 6 CJ0 OJ QJ \ ] ^J aJ0 “ ë ì ( ) … † / 0 r s š › -! .! À$ Á$ Â$ –( —
( ¼* ½* <, =, '. (. Ä/ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ $„> „Ådüþ 1$ 7$ 8$
H$ ]„> `„Åa$gdumì ú' ( –( (. €. “. Ä/ Ÿ/ §/
0 0 Õ3 Ý3 4 4 ™4 š4 £4 ¤4 Â8 *9 ‹: Œ: —: ˜: > > > > J@ K@ T@ U@ |F }F F ŽF
ÅG ÈG ìÜÍÜÈÜÍÈÍÈÍÈͪͪ˜†ÍÜÍvcìͪcìͪcìͪcìͪ %h˜ h`j
5 6 CJ OJ QJ ] aJ h˜ h`j
5 CJ OJ QJ aJ "h˜ humì 5 CJ OJ QJ \ aJ "h˜ h`j
5 CJ OJ QJ \ aJ h˜ humì CJ OJ QJ ^J aJ "h˜ humì 6 CJ OJ QJ ] aJ h˜ humì CJ
OJ QJ aJ h˜ humì 6 CJ OJ QJ aJ %h˜ humì 5 6 CJ OJ QJ ] aJ &Ä/ „/ m0 n0 1 q1 ¶1
#2 x2 ×2 3 3 4 4 ™4 š4 ›4 œ4 ¤4 æ æ æ æ É
É É É É É É É ³
æ æ æ æ æ
„> „Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„> `„Ågdumì $
Æ 8 „> „Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„> `„Åa$gdumì $„> „Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„> `„Åa$gdumì
¤4 ñ5 Ú5 Ž7 7 š8 Š: ‹: ˜: _< `< > > > [? \? J@ K@ ä ä Ë
Ë Ë Ë Ë Ë ° ° Ë
Ë Ë • • Ë Ë $„> „Ådüþ
¤d 1$ 7$ 8$ H$ ]„> `„Åa$gdumì $„> „Ådüþ ¤` 1$ 7$ 8$ H$ ]„> `„Åa$gdumì $„>
„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„> `„Åa$gdumì $„> „Ådüþ ¤n 1$ 7$ 8$ H$ ]„> `„Åa$gdumì
K@ U@ bA …B {D |D |F }F ŽF çH ËH ÕJ ÖJ âJ vL wL öM äM ÆN ÇN ®P ¯P é
é Ð Ð Ð Ð Ð Ð µ
µ Ð Ð Ð Ð Ð Ð Ð
Ð Ð Ð Ð $„> „Ådüþ ¤i 1$ 7$ 8$ H$ ]„>
`„Åa$gdumì $„> „Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„> `„Åa$gdumì „> „Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„>
`„Ågdumì ÈG çH ËH ÕJ ÖJ áJ âJ †K ŒK ‡L ˜L jQ R R CR DR µR T T HT IT ŠU ‹U –
V —V ©V ªV i^ j^ |^ }^ æb çb ñàñà˶ñ¤ñ¤ñ”‚o¤”ñà\oñàñà\oñà\oñà
%h˜ h`j
5 6 CJ OJ QJ ] aJ %h˜ humì 5 6 CJ OJ QJ ] aJ "h˜ humì 5 6 CJ OJ QJ aJ
h˜ humì 6 CJ OJ QJ aJ "h˜ humì 6 CJ OJ QJ ] aJ )h˜ humì 5 6 CJ OJ QJ ]
^J aJ )h˜ h`j
5 6 CJ OJ QJ ] ^J aJ h˜ humì CJ OJ QJ ^J aJ h˜ humì CJ OJ QJ aJ ¯P ´R
µR T T IT ŠU ‹U –V —V ªV zX {X Y ¡Y uZ vZ i^ æ æ æ
æ æ Ë µ æ æ æ š
š æ æ æ æ æ
$„> „Ådüþ ¤Q 1$ 7$ 8$ H$ ]„> `„Åa$gdumì „> „Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„> `„Ågdumì
$„> „Ådüþ ¤| 1$ 7$ 8$ H$ ]„> `„Åa$gdumì $„> „Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„> `„Åa$gdumì
i^ j^ }^ à_ á_ ½a ¾a æb çb c ¾c Ge He €f f äg Kj Lj æ æ Ë
Ë æ æ æ µ æ š æ
æ æ æ æ æ æ
$?> ?Ådüþ ?? 1$ 7$ 8$ H$ ]?> `?Åa$gdumì ?> ?Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]?> `?Ågdumì
$?> ?Ådüþ ?[ 1$ 7$ 8$ H$ ]?> `?Åa$gdumì $?> ?Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]?>
`?Åa$gdumì çb c ?g ?g ?l ?l in un =o Io µz éz Â~ b? g? u? v? Ÿ? ?? Ú? Ü? *Š /Š
MŠ OŠ ?Š ?Š ?Š ?Š 2? >? A? ?? 8Ž =Ž ÜŽ ÝŽ y? ? l? }? 2? 9?
ïàÎàÎàÎàÎà?à?à?à??nàÎàÎàÎàÎàÎàÎàÎà?à?àÎàÎàÎ "h? humì 5?CJ OJ QJ \?aJ "h? h`j
5?CJ OJ QJ \?aJ h? humì CJ OJ QJ ^J aJ h~c CJ OJ QJ aJ h? hšâ CJ OJ QJ
aJ h? humì 6?CJ OJ QJ aJ "h? humì 6?CJ OJ QJ ]?aJ h? humì CJ OJ QJ aJ h?
humì CJ OJ QJ \?aJ +Lj #k Æk {l Kn Ln o p ?r ?r >u ?u ?v ?y ?y µz ?z o{ p{ ï} ð} ??
?? ÁÄ ÂÄ æ æ æ æ æ æ Ð
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ ?> ?Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]?> `?Ågdumì $?> ?Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]?
> `?Åa$gdumì ÂÄ V? u? v? ?? y? z? ?? IŠ ÂŒ ÃŒ Œ? ?? ÜŽ ÝŽ ? É? Ê? â
Ì ? ? ? ? ? ? ?
? ? ? ? ? ? ? ?
$?> ?Ådüþ ?? 1$ 7$ 8$ H$ ]?> `?Åa$gdumì $?> ?Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]?>
`?Åa$gdumì ?> ?Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]?> `?Ågdumì $
Æ 3 ?> ?Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]?> `?Åa$gdumì Ê? ? ? Ã? ? ?? Ÿ? ?? Í? Î? Ï? Ð? i?
j? û? ü? Ñž Òž ??
?
? æ æ æ æ æ æ É
É É æ ? ? ? ? ?
? ? ? ? ? $?õÿ?Ådüþ 1$ 7$
8$ H$ ]?õÿ`?Åa$gdumì $
Æ ø% ?Óÿ?ÅdHþ 1$ 7$ 8$ H$ ]?Óÿ`?Åa$gdumì $?> ?Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]?>
`?Åa$gdumì 9? p? ? '? Ÿ? ?? ?? ?? Ì? Í? Î? Ï? Ð? G? u? /? Í? ?
ñßñÏ?????pñ_N<N<N #h? humì 6?CJ OJ QJ ^J aJ h? humì
CJ OJ QJ ^J aJ h? häJŒ CJ OJ QJ ^J aJ )h? humì 6?CJ0 OJ QJ \?]?^J aJ0
5h? humì 5?6?B*CJ0 OJ QJ \?]?^J aJ0 ph ÿ 5h? h? 5?6?B*CJ0 OJ QJ \?]?^J aJ0
ph ÿ &h?jÀ 5?6?CJ0 OJ QJ \?]?^J aJ0 h? humì 6?CJ OJ QJ aJ "h? humì 6?CJ OJ
QJ ]?aJ h? humì CJ OJ QJ aJ
? ?? ?? (? )? ?? ?? ~? ? ß? ?? š? M? N? m? á? â? ? ? ô? õ? æ æ
æ æ É É æ æ æ æ
æ æ æ æ ? æ æ æ
æ æ $?õÿ?Ådüþ ?? 1$ 7$ 8$ H$ ]?õÿ`?Åa$gdumì $
Æ h ?õÿ?Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]?õÿ`?Åa$gdumì $?õÿ?Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]?
õÿ`?Åa$gdumì ? ? ?? ?? M? N? l? m? ? #? R? h? j? Ë Ë 1Ë 2Ë ÖÒ îÒ Ó zÓ ?Ó
ñÔ ýÔ œÕ ?Õ >Ö KÖ ^Ø ?Ø ÅØ 7à Hà aâ dâ Mã cã dã šã ?ä ]ð fð ªð µð ? ? B
` a Š$ ?$
* ìÛìÛ̺?ÛìÛº?Û?º?Û?ì?ìÛìÛìÛìÛ?ìÛìÛìÛº?Û?ÛìÛìÛìÛº?ÛìÛ #h? humì 6?CJ OJ QJ ^J
aJ &h? humì 5?CJ OJ QJ \?^J aJ #h? humì 5?CJ OJ QJ ^J aJ #h? h? 5?CJ OJ QJ
^J aJ h7|? 5?CJ OJ QJ ^J aJ h? humì CJ OJ QJ ^J aJ &h? humì 6?CJ OJ QJ ]?
^J aJ 3õ? }? ~? Q? R? S? i? j? N? O? Õ? Ö? ?Á ÄÁ áà âà =Æ >Æ [É \É Ë Ë 2Ë 3Ë
ØÍ ÙÍ ÖÐ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ $„õÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]
„õÿ`„Åa$gdumì ÖÐ ×Ð Ò žÒ ÖÒ ‹Ó qÖ rÖ ]Ø ^Ø ÅØ mÚ nÚ ¾Û
Ý Ý ¦Þ §Þ [à %â &â Lã Mã dã æ æ æ Ð Ð
æ æ æ æ æ æ æ æ
Ð Ð æ æ æ æ æ æ
æ æ „õÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„õÿ`„Ågdumì
$„õÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„õÿ`„Åa$gdumì dã ™ã !ä ä Žä oç pç ¢Ë :Í ºë Èë {ï |ï
ZÚ [Ú õ õ rø sø ½ú ¾ú `ü ç Î Î Î Î Î
Î Î Î ¸ Î Î Î Î
Î Î Î Î Î Î Î
„õÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„õÿ`„Ågdumì $„õÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„õÿ`„Åa$gdumì
„õÿ„Ådüþ ¤™ 1$ 7$ 8$ H$ ]„õÿ`„Ågdumì `ü )þ ì í “ ” ç Ë Í
Ü
®
A B a b Ñ Ò ý þ d e e f ` æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ Ð
æ æ æ æ æ æ æ Ð
æ æ æ „õÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„õÿ`„Ågdumì
$„õÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„õÿ`„Åa$gdumì ` a ñ Ú F# G# ¨$ $ |& }& ~' È( É( Ä, „, ”-
ó. ô. 2 2 2 :5 æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
Ë $„õÿ„Ådüþ ¤i 1$ 7$ 8$ H$ ]„õÿ`„Åa$gdumì $„õÿ„Ådüþ 1$ 7$
8$ H$ ]„õÿ`„Åa$gdumì
* * !. 3. 2 2 2 Í7 õ7 ö7
; ; ; 7; <; =; Z; _; `; –; ›; œ; ç; -< .< F< G< H< ¤F ¶F aK iK ¸K ìÛìÛÉ·ÛÉ·Û¢Ž|¢Ž|
¢Ž|¢Ž|ìÛgSìÛìÛìÛ &h˜ h˜ 6 CJ OJ QJ ] ^J aJ )h˜ h˜ 5 6 CJ OJ QJ ] ^J aJ
#h˜ humì 6 CJ OJ QJ ^J aJ &h˜ humì 5 6 CJ OJ QJ ^J aJ )h˜ humì 5 6 CJ
OJ QJ ] ^J aJ #h˜ humì 5 CJ OJ QJ ^J aJ #h˜ h˜ 5 CJ OJ QJ ^J aJ h˜ humì
CJ OJ QJ ^J aJ &h˜ humì 6 CJ OJ QJ ] ^J aJ :5 ;5 é7 Í7 ö7 ÷7 c9 : :
; 7; Z; –; -< .< ä Ë Ë Ë Ë Ë
Ë µ Ë š Ë Ë Ë Ë
$„õÿ„Ådüþ ¤| 1$ 7$ 8$ H$ ]„õÿ`„Åa$gdumì „õÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„õÿ`„Ågdumì
$„õÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„õÿ`„Åa$gdumì $„õÿ„Ådüþ ¤i 1$ 7$ 8$ H$ ]„õÿ`„Åa$gdumì
.< H< Ó< g= > ½> N? @ É@ A 2B ·B äC úC FD ŸD E ·F ZG H “H ìH 9I â
¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾
¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾
¾ ¾ ¾ ¾ ¾ $ $
&
F
Æ á„õÿ„ „Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„õÿ^„ `„Åa$gdumì $
Æ „õÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„õÿ`„Åa$gdumì 9I ¹I ÀJ K ÑK ÍK L dL M žM ÐM ÑM ÍM
xN 0O Û Û Û Û Û Û Û
Û Û Û ¾ ¦
& $
&
F
Æ
Ð „õÿ„ „Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„õÿ^„ `„Åa$gdumì „õÿ„Ådüþ ¤† 1$ 7$ 8$ H$ ]
„õÿ`„Ågdumì $
Æ €„õÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„õÿ`„Åa$gdumì $ $
&
F
Æ á„õÿ„ „Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„õÿ^„ `„Åa$gdumì ¸K ÑK éK ÍK L L ×L ÜL ôL ùL ÑM
éM ÍM þU V -X 9X w[ –[ `] f] k] l] Áe Åe 5g <g Èg ïg Kk €k gm
ìÛìÛìÛìÛìÛƱÛìÛìÛ£Û‘}iÛìÛìÛìÛUÛ &h˜ humì 5 6 CJ OJ QJ ^J aJ &h˜ humì
5 CJ OJ QJ \ ^J aJ &h˜ h˜ 5 CJ OJ QJ \ ^J aJ #h˜ h˜ 5 CJ OJ QJ ^J aJ
h“jÀ CJ OJ QJ ^J aJ )h˜ humì 5 6 CJ OJ QJ ] ^J aJ )h˜ h˜ 5 6 CJ OJ QJ ]
^J aJ h˜ humì CJ OJ QJ ^J aJ &h˜ humì 6 CJ OJ QJ ] ^J aJ 0O ”O fP WQ ÆQ
`R ‘R ñR žS ýS ~T ÑT U ŽU ìU AW bW X PX vX $Y eY ´Y !Z fZ [ Ø Ø
Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø
Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø
Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø
& $
&
F
Æ
Ð „õÿ„ „Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„õÿ^„ `„Åa$gdumì [ _[ ¹[ k\ Ù\ 9] ^] _] `] l] m] ^^ _^
Î` Ï` Äa Åa Ùb 'd (d Ø Ø Ø Ø Ø Ø
  © © © © © ©
© © © © Â $„õÿ„Ådüþ 1$
7$ 8$ H$ ]„õÿ`„Åa$gdumì „õÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„õÿ`„Ågdumì & $
&
F
Æ
Ð „õÿ„ „Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„õÿ^„ `„Åa$gdumì (d Üe ¯f °f Èg £i ¤i Zj Jk Kk fm
gm o o Æo p ¡p æq çq ìs ís ïs ðs Ús ós õs ös æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ æ
æ æ æ æ æ æ æ
ä ß ä ß ä ß ä
gdýJ $„õÿ„Ådüþ 1$ 7$ 8$ H$ ]„õÿ`„Åa$gdumì gm ’m Ëo óo *r Kr ìs ís îs ðs ñs
ós ôs ös ÷s ús ûs Dv Ev ev fv gv íÜÈÜíܽµ±µ±µ±µ±§ §œ±½
hðÔ
hôXö hðÔ j hðÔ 0J UhËqf j hËqf Uh˜ hº" OJ QJ &h˜ humì 6 CJ OJ QJ ] ^J
aJ h˜ humì CJ OJ QJ ^J aJ #h˜ humì 6 CJ OJ QJ ^J aJ ös øs ùs ús Dv ev fv gv
ú ø ø ö ö ø ø
gdýJ , 1 h°‚. °ÆA!°¥"°¥# ä$ ä%° °Ä°Ä
Ä Fðl@ ç/-+2™ 'Äë³øvŠÿÿØÿà JFIF H H ÿþ Created by AccuSoft Corp.ÿÛ C
!"$"$ÿÛ CÿÀ þ ¦! ÿÄ ÿÄ V
!1"AQaq2 ‘#$3BRS’¡±²Á45Cd¢³ÂÑÒ%bers£áEUt‚“ÃÓFT†•–ÄâÿÄ ÿÄ ?
!1AQaq±"2 ‘¡ÁÑRráð#3BsSb’¢Â$CDÒñÿÚ
? ïŠù§4C¥umÙyË’ ’£„‚O 4µ²¶Ó¹hZ@8$¤€¡¦/±²l
ÿ oŽÃÞö¡iP
BÆFFRzzü)]Ú÷ìYW¦ÓŸ ÇTÄÛoØÿ =ۣ6±“á<Z$¡jPØ…+'
'šAÀ‹Ý¦Ú)A+$¤!eC‚I#ˤ
ÇR¢OAÄšW kmít9ÈÁ
²BIø
ÓÝ9!¢ÂÕc; öMàîüã>YøÒC§˜HWÀŒôÈÆ~´
T
H9Ç#ÎŒ iÅÇÄ"ZU GÇŠ#ÈÃÅ=ÂAÍp¸7 4DfœË??}
{??,qI?nÈœ?5xÎ??ù??çg?æë???ßlìýëDf"ÝÂÉ?
?!-?&!ct?ûGÛ ?sÄÄç\?lfbç[Ph?[Íä?Ñ9?m ??"7Hýc:KD:??
Îv6(Xí???íIð??:Þc?<ä10!)Ë.É;Ç
Álq?&+ÌÝ?é?|ËCVë;ìÏKVÀPãÎeí??????;]qQ9Ç?KtÍ µÖÏ05
ÄÜnºZ?]$????Ã??çKœËY#OüF9?v?ÊâûÛl??}?4XQþÈ*
???\r+ÉI 7(íó?Z??Þ5ªT??5?žC?Pù?ý?IÓ;??W?kX%k,6ÀýX\ï
ªž?Ô58??ŸY?$Þq?;??mžhk?Åí9?#8ÓooV?z
ªÈ9IËx?Gß2??dY?És}Öt?4Ý?) 'Ätehl?$ím<mSÃ
8æÂ{gHÑþ?1???íÕØk?>i3y^ñ{7?v?8??>ÆÛœXÌÐ?W?N*?c??EY?NCŠBKD
ç=T??\g?qš?Ú?i:Ëú?!él5
ž?ÈyIe
I?ð?ð?Õ?pâçäéÈ=mÏ?ÿ 5κ?Ô>??a?[ÛY?
h.Å?[Aø&îVËÖÝg?l6Ð???ìÛ???jÝ!QÙCH*ç+%Kç9ÛÏZ??L?Ey|,??
ébÜŒ(í+BKÎ?:gt?$ŸTcÊš??'ömØ8Ä~Í%RúšfÍ!??$ãwÌ ñðT??*.?Ôö?ÚÔÜ??x3 ï%b:Kn3!Ð
(Þ?PŸ:??IvÙöw&
?PÕ?ÃÏo@}j=ó??g?K??`oùÙÏ<Õ9\ts?áðÔ~Ër?6?f??ýÆDãp6q?<ô??
õV2á??????ß6b?È[?Ü\?CñZŽ?ï:???RàIprq?MÁ?È???O!Û?VÉ?æÅ?Ë?2Òöwn?ø$mqN?(Ñzª?
?ì"eí?mžM???U âšÙÄu_ùZNe, cQ
g,ÚÇe? æ?tËÏ??gÎ?$??WJM
vFM?Ym,8??a?ª1?n9ÎxÆ=j?ÑÅ
Ç~JfÙn?T?eKM?mÄ?NÌœàóÅU?Ôí?-??
í rÑ?wü;ã?2vNöÄuË??7ßÉ<ìKEÑ?2ìKtæ?þùm??ÝO|
GÏPÁÈ=O4ô?ÐæE6ÙQ?ÈŽ@ÊâRâG@9ôãÝQéÙ?v9g??Jjø?H?Pc:?d?=k ?ÚÙÂi?6???3Þ ??
?[îJ????6ç#8#<Sð??øñ?l?n??)v*#!-Ãs``äyÈ??ÒM?6?ºx#} ÂIe ?
<ÜÈ?k<ß??9Û?Q?v?c1R4ä+i+D?g\FB?q9îÖBÀ9rœã=jÅÈà8??ÂK?*B\-???AP
Æ@%)$ ?3Ò??(cclÐÛÛw?????wöµ??PÔKÍÆÄç
9ÛF~ÍLÆ_]µ?:ÌÏkÊY9µ!./Ä??d?vH8>BŸ?û??[Û?â^CoGï ZNR?> zÐÓG
;A
??ºø?d??|Ž?šN??}??Üík&nV??FÑãkjpm{ÛÇ+-?ÍI8ÊO?bœ?
?QÚÄ#q?e;Za????H ŽI5#a?Heh?<^Ê?ëjN)_#Œm7
$Øày?wì?"0%?r!?íE?Ã?C?î?????ghQ'?ÔI6KT?Òc?g?ó3dûKé1Â?ûüÍüep}Ôï??Ag?Ïæš!WNíqJ
æ?lÄÓ#~@íÞ?Õ?Ó<ÈíÙb?ÔÔLû?o?$ä??2?Éà?Ö?=
?/1%Ë(yÈÎXp?IiE;II8â?t?ñ?Íh9ù???ÖJþÚIœçg$ܺO/Ê ?
ÀlR?óõËE'ª??ag?)Ô?Åt4šì?ÈÏÞ?ï9ó??????MRYi8?^ÛÊR a8?ÄÚÒàNú_ä? Dd?A0c?àØ?
??Ùjôª#?ÖŸdU??A6æö?žì`?éŒqYÍ3
ÿ ekö?l5?r?????Tt?JIX^FAÜsäȪ2??d
%?àç?-?
Ö?óC'???q?Õ$ö?.ÃÍ??EŽ???LÄ(?s?^?Vrº#*ö???5)?!ÐÙ[e?kX$?;p???Œ?œöK gº}?Q?
?W;tFBbwm?Í?AN?)
Il8???g?á?@:F?Ò1l?@ Õ\?{Â/lsÈat??Ò?ÖŸ#šñŸñ?oÄ??sdþ?yÆlR?ì??Ü??vú??}œŽÚ*Õ?
??ZPOð
CÑðV?Ô?%A??Œßä?s?ýØÁî>??$žT?ŠáðS?[?[????e?ÒTñ7ÆçÙá??ýa#šöŒØËppùÓ|_
=sŠ?&?ÔZrm?Þ?ãÙãW8)Ø??oØ?Ë#)spÝÔ?(?Sgª?ñµéÝVÚ?Ú??r?[VÈÂF#%ZFJ?$?|
[P0ájÄé\ö;SZ
?söÀ??î|?ªÄŒ6 bse?í??Í9mÍ<?>çÚŒÆ?e?&à`?cÁ?iXßböé7"ËÍ,ì ??mŒU?
`Àäýu*
(ïvofÒÐ/3?,Üa-?>8ÑeEX*ð???šØN@Üž0H?G?yšÐµ?žðÁ?Ó?ñ+/ñN??PNù#µ?M?Ðú?ûj??-
wûc'R$ÏÕZjÀï?=j?71kyÔXaä?????$?ù?Cé?pº*écÕ??Pn0,GŸ
îÚÒËr??xR???ž1î?3œ
ŽZñðpeþbþð???Ž[??? ÍÍ
Alàßt?\ØmW
õž+.3&1ô??Ù?Ç&Gx?Žñ)Ú?n9Úq?)zb5?ó?d^uLü?í3EÁç>ûn-8??üæCm?( F3žsÊlQŒN? žàí
?_$üÔ55µ??gk?â?šÍDzÆ3,ºA$\???fpG???s??Ü&é+DË?Y?? ?
dŒ)J#çäHÁ>óV?úõ??Œ?Ó??{
ü?q????TG?Ùà@ù!B?ªIJ4T a??È??qŽI'?Îzç?5š?nä<óÝÑ4Ë-
0e?7?[ŽÔ??ÍqÔÒ}š???>ÎÏ~AOyÝ?vÎÆyÏ>?u??À4;??ÚÚ?âæÊðNç[?ydÞçIBhÐc",(ìÆŽ?T??
@B=NÑÆO?:??)BR???ì@ J} Úž?B&
Y? :ª?îsŸ#?vI.&ä?nrm??ã!??ÍÝKm?\ JÜJ ù?ž?*?m6??Õsù6œ?I?##?É'~7dŽ
Ï#?FÍh_`æc|Ž}TÑq*Ènb?í$i6{?-
µ??$[a?ä?Å?ÛÞõ??d?=?ØÉŠØiÏ/1?ý"œŸ,Ë??>32???í<Øq
ÁÈÊH à??JM???ÐÖ
k[Ë?ø?kä:w?Ä?N?v=kÞú?3?p?öØi`B?CŒ#?KcºŽ?w*PŠ0<$Ž
Ï?)?pãgÙ?ÅŽNye???*?4ª$üNzÒm,
µ?[l :%'??P??îÕ?Þã|??œä?ž?Q?2????ÛSŽ?Â?
$8??8H?Ä???pMí2ðt<Ã?š
;Þ4?w?Œ??dx?âW?ñÉõ??éÓ?[??Ê'q
?bNÙú???ßã7?ùQàZí??Võ?Û?oºZ?ÆCeHë?í#?Ǻ?2Ïf?/Û%Ú-Òex~ÞôT-Ï eDp
ÆzcŠCO?GÙ?;ÚØS?ŽñFNjET??.ÖíDt&??w-
ÆTÓ??µ?(ä?rI??s?VÖXÂ/Z?Â8hš?9GHqÔ?ÖÚ)QS?d :?NOAÔ|h$~?u,ºgËiäØX
žG?Ë??ÚœÜ??i*Q ?Ï?RhÖ???-INÄ?/'AËO?øÓ ?k?e#éfkËCI??"ýØÊ'??ï?`nñ8ãž|?
ûÅ)µ???'*me
O?Æ9ør9?üDGgïNÚI?uhp9k?Ú.:??(ž6?)^àz???CjI ð2xË=hÄŒ;?1?
??î?d{Uø?>??86ì
??îÂRâ?#ÐQ\Çâá<B9šlÂláÕ??éÜ|9??ÅéÅ)
Ë?[Ü }Šp?Qñ????+Ë&?ãD"?F?=Ê'Ê?&?HBâ?W?S?ÙØP?ß?âŽ2µ\Œÿ ??
>xÍE0vÄ?u50?Ò-??ö???nWµÔKC3ZÄ??Ë}ÓM??IX
?A)8Idäd``rS-?ü???[?$0?27dð6ús?Ì
Ïk*c?ûYtÓÏÂd???
É?u??$þaÄŽw???GvÚO???Ý/Å?ià?SŒ?õx?Ôg?4?OR???B??%!d$?\?GÛs?éÀÇ*CUa?û|ÿ
???pq#Œ?#V?z?Ëâ}\Þ?Õ|
nEößlJ?+z;Ö??Á?je??ñÈWuÝœ?vx??9vŽ?*0Ùx?mp??ãÄÐ8>œdÄÄz*??~?_Â6-??
=âÛfÝO;î??æ?DJB???FTPK@ŸN>ÜNIÚÇNM?(JO{??V??
6|o y??s?Ä?<?ÿ
õš?$Û?}Ú??Äöd2Åßó<çÂÆÀü???Árj?H?Ó(Qe*=Ú?JøÜ?úrGP@À%ì?çZÚÜßîn?x?tñÎE1?y
.oÚðLJñJŽŸÁØ?}%Xý@Uí??íkÃ8ñ2qª? 7?Ë?7?
* ?(ùÂZ8Ò;????66/B?ª[f]Y?qÖ?áÊ?
x???"?9Í}
Ãß?š7Ë[ä?V?2?FŽN>e
uVEçJ??ÈÀÈëEŠk?CEÂÚsŠk?àžIIÈñIqÄ???V?Û9KPJGÄž7R4??4?? ??
#?ô?ÓaÄ/iB???-89ÊOEw=hšB{???PÁó?JÈ=Ô`Ú)Ñ
&??Û??ÎRqæ?sŸ?Õ??jB??OZðÏJà4Üf[ÿ ?Îæ
õž ?áQÛvÝ?Ü~Êz? ??TÓ^ï?ns?Ï??ú5?àéœØÙ?ì??áŒCw?Ø
Ÿº[???> b?_EÁŠ&Æ9 >
ÄÍeídt?I?JÚÅ
?Ed? ?
ð??äiàf?šËñÒ?~9vT7Ah%??V?*JÐPv?È<кäX"fùP?à?Éßt}2]ÞþñÁŽNp?í'jšÉÇÎA#?Ä??p?ï
}Šk?KÍZ?????T
Bü'œcÁâ2ÃÈ?õŽŠ;V늜ÜÚR?vÂJR?$?Ð?)Q6ó?zs-?lf[Kw?[y?í?Ë?ï=ÒR?`)^ ???
ªÈIW3B"q*VÈÀ6Ro?µ(?ã)8ÚÓrž ûfR $???óá#?X ?
bŠÜ???SŽOÒjxØ[º?Ä_úÑsš?1)@?gËë?TuÆq$ª*?ä??Á@gôW%éW?Žã5ð?6Vm}?;Äô=WIËç
.G2f?Fíí?#?ûÚ?Q5CnæSïGû5"+}ÂÉRÕóÖO'ËË?ôÖ?~?OKT*??õ}?Ä|
õ&ÃnCßÉkqïK)ÍiÍ=6vî"ØËÎyŸ;??yúÑ^?s?6Ÿu
Z?$??ÂDëMl&)Ä!kB??I?î^ü?Ÿ?h r?;a?ÿ ïæÃß?sóM6?õNíìŒ2ðþEÏÍ4
O????4ÒÖÞ??;?ImÑÕ??0ÒKo~EÏÍ4@?ª-.Ë?â] Éi@??ÓC*8H$Ÿ 3FÒ-??i!(!Ãüšÿ
4ÑÜüšÿ 4ÒÔÞ?œ?t?;?:?Ö~ 4xpumÁÿ ?ÓÜuBZá?GµÃüšñþÉ?âOT?|Ri?.?=????4$Y
n?hS'HÅ?ºÌû\?b]Ì??ww
)ÜF|kô??éM^ãMº?l!!.'}ñHPJ?# ?Ä?+y?L?jÜr\Ïôÿ ÅÔJ{BÛï? _bZÇ?xÓÍÿ Íþ
1?µž ÄY?ü?ÿ æ?úœ?ÿ Ò?ŸþGÍ?tëzKY?!?Öµ(
?šÄwÍOJPÒzãÊîÂìT ÔàÄÿ J?z>ã?çä~? bü Õìî??ü4?ém|?
@?Œõéýé?þ?Jy Ú??Ôl'wÃ?M???FKKSWðœ?âo???ÈÚ1?Ô[?ô?ý8b6ÿ ?\?Ójß?Hà ?
nG@H# `g?U?ª?0m?ø8|?BË?!$ó?ß2?ÂÅ?ñ?ìú
@ÄûÍ?ô?EciÅÝÜ?Ih???wrAÁ9J?*ü5TÒ?K[Úý?5W
ª?Œ<ÎN@øûÔ?[uÍã7)?UÆÒâ:??e* ?B?1Áh7o?Î,!?\QÚF?Ž?õ)ÿ Gù íý?W{
?ï9óK6?ÒâÏs>ñ?ÿ ܪûÜíaeÄ!ÉÒ?v???^e
?%ó?xW?JI`úQ?z9Î?4_ôÛË?????L??âã?Í????Ä?ñIqËí8??í??N?'?H?FÒl
,ŸZÖ
dx"Š?7Bn?_m`ûT?_?ûk?}?žâéÞ??Šû?HË?ÈÂ?Ç8æ?éÜZØÈü?Ë?z?ÃÜö?c
"?2È??ÞŠö?Ó?u?ÚÓÚT??$àŒ?Ï Ð?avd??GÕYOºv??aÊkyëµ%@}ÝMHkg
?Ù?x?ÊËYÃ?kßÙ?c?kgì?.Ë-þUIi3c\?????6??I
Ï?+}v+ÄEJ?2î
È[ip
ìÎ@<sÅgñ CœÉ-???ÓáPé?H?Ì?ü?6ûÖËÈöhŽ`œ)7??à?3ï?-??Ä6yË>]ÿ ?
MýJ??ù~Ê!ÀÂÂ9ø~Í?
?.ðÅ?+Ò??û?i7!;Ðá?ñ? æ?Ú
Û?á\g|??.0?Ê
ôÉÃ?\?æœ?Ë????M?r0??RÔ;ûÆKŒ?-wvî~a?[Û??µàuhiK?, ,íÞBŽ@ÏSÓ?U(;`?qF8Â
ÂÔ?s?=f??.$ÄzL(ñ?)$-l?HDm$ñ?O'?:ç??\ÛEÕ?J?Ë?`Ìaç$Çh??QÚ2H;N1žy??Aâñí
ýo|7e@&ív?ç?Ë?kÝ:??fÄg ????Û`ž
??@é?Ž+)Û`ûcã?>JÈ#Ï+_44?ÒSÎí?vOS[]8|w?swñ]2ÓüQ
þM?ÍÓR?(î?Z}PP??KU$ŒP4?+?vØq&Iÿ V'ö?PûMÜÂ?ü6ë?ÄØ?ôŸ?æeÿ #ÿ
ÜEi5E?E??gºþ??Û$
?G?n;?ÞÒðIëÄŠ?Ó?#Ì?)ÍkwwÙ?6ú=?IK[??FãÜ
?žGƪ5Õý???w^ß??$ábl~??ñ?ÔÞ4e?ëzEÙÉ?î?Q!m?âÓ?A
J?RIÀÔ)?ä^ï??Ë??Ó?G\?ÝajÀÚFä?*'??Æ?4:?'9ÇØýþ
ñx?fÆÆ?>äû?ç|?7í\ÕžÍä-ŽÈ(JL??Ã=8????îJ?B?ÁÏð?ÿ ??g
20<>?îýÕ)?ë!?Ì1?clÙe4öç{D?É-?Ù?ÁçhSn+ý8?5sK ZÉŽËl)éWGOzHHR??
#œgãWuh???~ª??TRDÇjq?nS??n??ÉRbÚßi??mÀuçž#Ì??îÇ\qÐÒö\Ã?
"ü{?Gf0ÝÁÑ??R??mI)q9Ä?}#ÝUªª?<W ûÖ?á???Ö7i
-Új6ÍBÞÀ???R??µ?1éÂôR?Q@s\Id?{^?Æi{RJU?$dŽ
Z?Ø??È~?9íø?Eµ?4
?[??ßa?9??-Ân%@ø?IÚU?m|w?9Å??Tñ??Ñ9Û?~?HÖ?JÖ?Ñ??Ú?Š??HŒÿ Vš?XGuÑ7Ù
=}Ô)).SŠéIHÍÙ9ÊÂ]?ºeÂlOí.?v?6Þ?<Á?>žíºÝ?úŒý'Ë???wûÄÈ?Ö?Ð?Ë?ÚLÔ]ïVÂ?é.?ÖËjQ
QÊ?q
#9Ë+ŸÛ?i?Íh?'%Ke?BCn???d!*#?vúyÔµr?]{z?ùuj???µqY?Ñ7]ŽÝ
Píñá?8?GŽ?RTœ??? UÊû5ìæ ÇKtŸìÕzSxeþr*ÂH-ª?ÿ
ó â?íS?A/?r#Œ?ÐVöV?ÒI/wzFȵ?qJ}?<?=SÞÖF?>Èøt?gk?Ÿhíî\Þ?ÓvÉh?Nh?|
ÆIÂÛËn??
ÚF
DUÍÛYÚÂ?2{"ñjm?Â?âJxäŸ*?øa\àÚìs?Ùg?ëÍf????{Øôïºì~Õ+Ý
( 9@#ôÖW^Y$ÞäÇ?l?YœyîœnmÃ`)É ?IÝÎI#Óž+2?æ)ËM??d1UFb2ïu??Â?øÑ&.ßn|]
æ+ÂÖùq$aXãUkÚzÚæK$í]# ?2Fv
ý??`Ê?ÚÒOÌ.}?EÙÄ{Ikû??îÏul?'AlXÜmEhmã=hR?????yq??SKí?9?8È??}!K
UL??ºAÀ*Ôô"ŽžÚµ]Íó]:Ú1m??š?ýZjEb??6?RS%??%'
\&&Ë?öÔ~é?Oýš?ÚUEí3Ã?]ä?þíºÝ?zŒý'Ë??ndv???]?
ÃþôþºâÐbJŸ??B?âY?ïµ?œSŠ@J?QÁ)äŒgË5K???dŽp?
+ÜF3$Ñ0?_ÄY[ü?ÚHßmœ?Ž Ï??ŸásÅCÐÚcÂÖ?çKy
EL?.?æ?(?ŒõÇ?]ÅS
Û~VëeE?æ??7O.?o?ñ?Š?Ö0?7éÞ?XÛá?a!ä=ÇR??4??iOs?çëZÕÍ]<?T??!Už7ÿ ??
IKÚÑÙc?ÝkCYC?2Œ?óÜïÉ=*ãw.Ë-ËŒ?KÉZ?î*ýõ@5Å?8ÚMÃÂ???3ýõ4rL
iµ?SÖq8)ðMÅð?üho]µ6ønFŽ?Ž<??!???KÁ 9Î3çZú;?ä_4?O8
Š???0;F??º>OU?Ä?oÏöI?_ì~Úõb-
4ûoÔG???aX?ÂSu???Ý5cwK{PŸŠäÆ%9ºPiÆ?);?µCÄ0œ???
ýE?b>*ûxK#`c?Ä??/ß,i}Ä?z????AI[ÀAäë\Ó?)Qf5)Ør??Ð?í+e{?;ÖqŸ^E*dd?sH*>%QãkXà
N??zÍð ??ÿ Ýšþ?4?&?nµCp?(Th? 'Î??æ?BÂÊûi?4 ?
QúÕVzËMßæ_DÛm???wÚdøf4ÒÛR[BpRáé?A?El
Ù#sö?KÑ??ÊÖ:Ä>þkO?Ô?Zz???Æä?6\u?VYð?îZ Ä??sÇ5ËÑeËP?h?be-
õ)jJÂUÉH$qî?Ëec
?`ÀþsGÄ?Dï?)]?ÏEi?Ce??RÂ[QÜmæ!ÉuAÕlQJ?Hãžsžk7ª-?Û}þTHÒï,?%(KÌ)
Ü??$???sÐ?ñ???óÎLgMÆoÝáâž?j:f6hû@
?H9ðUÂ??<Ü/C?ÆŠsý
z<(nÚfÏbëuuËRaØÒØd ??Ú?? ÐñÍ*ãÝ4d\?
â???Ž@È4Òw'Íkû&ZÝÓsØu]ëMÜ^BpnHIBF?*QÇ?Ôñ??bUÎ?Œy
yà>??ðV?=?;C?ºø?ìÀ"øXYïvKÍœbÏuL??/?z4Ný;*ä?ãž}y??dšÐ{.?ÿ
ìé?Ù?BÍI@s???}?ÜZR7?O/Y?O?[ñ>Ýþ3xÏ{"Ìh ã(ÅI?ë{â?ÚX?ëÑ?
Œq?ãGt?HŒŽ?Ÿð?Ò cëÈ?üm};œ*
ÈmíŽ?ÊE?MFÕÖÆuCw[??\?<b6Ë/??n)VÕ?;?*I#=3ŠÍv?gMŠÛ6žüíÐ??ã?!?2?6ácÃ?ßJš?WI
غÖðE[ÃéãkfclâáÌó+?Â8? 7kú?ÓõŠ?6JM
?J?vâŠ?æšË?vÑ?&v?ìæÁúÕZnÓÐc??$({J3??$ªØi?ÄùÈ.~\ÅUãöXý-?õ%Ö<[Í?]ª
?àp<ëoíxP $?dc8#???ö]H?Ÿ'O?üw\î??ÅL?Ÿšæ
?~>àjqQ
Òº9N3ÍC-Ô?2Hìä?]n{=?Ï?Yd=p
?ËÓ?m{Ä??@?Ð8àã<V+?d%ÍS!µ!+JäEIJ?A(5N???=?k0?*äqm;ùÍo?9?ìEÙñ?Š?A{ÓaFJÒÂ
ÀÁŸsÊzyŒ"Zpl?=?ýU?ÀË@?5
ýÊÄëÿ dqÜ0Ä?^þÂ?ìÞJ?hËìä6?Ä?Ý VpHi?*ëGÍs ?6#ÐDgâ!nmÍÍ?
Èy
v+6XuÉ}ŠÞdÂ??"7mÕ^?Ñ??äÜmw
k!Ô$<ÜÆ\$))*GP@Ç??íÏHÞ?0œŸ:u?Øí`)1Ò?xI;F7'H?tÜ@?ØË{?M ?"Iõäÿ 0?N:ú?=Õ
?óªm??Iid???ì??zI8õ?ZnÑrºØ/FÖÃRdG?%e??.%L
v?^ŒÄŒ?:???Zç?Ä?Êâ^Ø?µãháÍ?X?Öx*uø??1_??Ã?8?)I(9
ÎGCï?ý?
`y[@ÿ ?º jZæ?ÅÐ4È)tHnZð>uœCŒ=köR3?XguÐ?Ü"?L?Dxã?N ???r?ÙÎdÏÿ ?Ûýõ?íC?Oð?ÿ
Tª?hÌÎA`È µR;ÕN???eË?)?ÞB./?an?Ò????`ã??CÔÞ5æÖ`?pc?Í?7 ?šzcŠPÒ
$2jµ?Å?Ó?UÊØûÄ]vŒ?ôø+nÆ??Ì??]Ër>öÕPv??/UIÙÕ/ÆYç%($ýT0Í? Ë|
Ô?Òà?ïÀøat??&\?Ënù?b%çJË1ÛÚI<í
BŠAëŒùñQ%?NB?Í?gº\æ=2C?í? @o=JGCçOuŽsD?X[ŸE
Eo
ÉØ Am?ª?Ú?@ýªkÖËr???Lµ51(o
ÅM?
?#?5mÙÌËvÛÕâEÆS0Ùr#mÇ?µ*!J'Ü
Å?ÄñsÝîJ?7QÕ7ñÍ?&øîæ?ú?T"Ë5?D$ÊmØáðË??8*#ñH#Œç>u?Ô??µ?ËÂ?;Â?Þ{bW?ª
é?zzÔ4ÔW
?W}?û??âŽþä
??ÅÁëîUútçAjÂìÉ?ªºì?Ö??ÍgÝPCMÜ??À
?OSÄÙ?õ}??ä6??Ú`úª?FÔ[???wÄz?..
Lw?qæ?FÅ'rB;?ÀÈ û?*7l3áÜcÎ?Rd4 oH#zŽ9ÈŠ?$í\ ÂÑT??œ3Lr<XŽk?Gþ
ÇÈ?ûžÝXgu?Ý??L??.2=i*Íi!p?Â???eÜ1?à
~úÔv?GÈÐ=Ò? á*µ??@??ÿ
O?ÕEìÖájÄ?S|øQ??2w3!ÔŒ?Jã ùëÅiÕ`?ã
Ó?21ÓäÖz~mgÔ5ì?Þâäõ
fšh?`?(7??L-??Þ?â@/AŠÚQœí$?SÏÍ?ÅÚF??Ì3d1?c?@K????ÀÀÜ
?2>??TÔµ$ c#=oöú?ÊÎ-AÌ3??w
y?"Œä{V? ú???R
D?~îÖÉ#žÉýÕhÅ^9?æª??pY? K~ëa?ì??4Œ?Ö ?äÂ?L?þØB??ÄÀJzà?ó?Eg Ë
Ë??.w??? ?ýç?rhÆSÔ?*ÎŽµÑemÔpÍyÜ?É|
yß?ÙUö?j?T4w??Ö?ÓkîÂTæQÀëÐV?
mñ"?Sæ;}ér,r??ÄvâSœç9ÍO(?Ð?EùìªÓO
SÊð3Ì?5D[Lm
,Ù?[ãÅ}Æ\
HCnñ#w?`ôÆ}ÕWÙ`Ûur?Imë?.8?%œ0qÔdRn?Â;?þÈ\ËÝ_?X?Í?µ??Ó??"ëªW3í?v)-??
Œ$-?W?8%C8ëU}?[#Ú,ÒcFŸ6{/ÛÑ%.Ëms
Ë0?? ÚÏ&?Á4ÎÓªÖ ü?tðÒ?1G?µà^ç?Ü?sXîÇä?û"??I?º ŒgÎ?$úŠ"HÚ?'4??rÞÙ??ÏŒÀh
ßÍ?#wëw?oÅ[j4óh
Ø?œr?p??A{?? ?1?'??û,Êh[1??Åbnš>eµöMÅw?hJÉ&"ZØ?Œ+9ÏË?ÄÛ
ËÙÂ???þ??Ð?ÂLLlàçJ#Ëʪq."
q?Ã=?àßÝ??Öâߪ#úM?WdSöÍEo?;-?ûÐâ
däïZ%Cœ?5?éæ"?Ú??ÂK
>?î2Tæ<D ?0O?Uhx??ºcÅ?œü+ð?ÏßVsc?
ú(7}??ÚÂKbÑ5çYiN%??eøÈÇ?ÌýUÏœŸ????p??ø?Ú??7Œp0ÍÎ>Š??.??{öÂ?ÎñnÝÍì??P;?6Ïr?*
.Ë-.uG{rüM8 +?)5??k&bYáÇ?ǺKšÛ)Cï????UÊ??Ê??ŒÑ
$\æUi8?uR2KæÛxS??V?óÌHew?{Ì??O??ÚŒç%Ä?Aó˪?d?Õ7Ë?O??? ýŠ?
*?``Ò@ï?b?ÏWÁæy?Ì}Ï î?a=??aŽäùO?/ÚC???2?6?ø?ë?ºoNÝ5#s_?.??û9ØqÂ??(?àzS
???'=âæü?[uG?âui ø}ÔMmj?aÓŸ$ÍšÔ?Y?Í?ãAa
ue(H_ N?'µ?|?ŽrEŠ
þ?nÔæ:Ö?wÑ)^çoÑv4}é??hý?NVé*??*4^t??rÎÙrfÍÁÁö&?~Š?í:}ÂøŠ?:TU?Î(œ n
à?Ðý Ö?Z?vAÂâÇÉ`?îcf-
6õÇš?Î?Ç?v~?{wŽËÈ?ÙÌ??FRp?$!=p?ux?U^.z?P??õ+âmÎIÊ???2žv?Ø?5 ?
äšâ+ä.?O ?;?
@#?W2ŠÁ*uŽæÝëOMvÓtc?%Å;?Ë?8ROB?d^Ë??&ÍnÌ,zÂ)fEÁ?$2ÜRÚPój(t
vîIÅ.[ø??lRâÑÈÍWv^?%?^µÔí?%? Ž?äxþ?C^??xœö
Ysç"Ê??Ÿ??Ò+?m%+ðÂoú?œO7?IÚ.6ÏMÖ??Ž??Ù:<"ó?-?Jmm?Nã*Ck<Ú?šFáž
TÍ
N??ÍDy]ç?ã}àSSž#??Š?u
d?^??ÀÊ~Ø
MÛoº?Sz}tuÀ|..?ýJ?ÓºkAßaºü;?K/iÙ?R?,
G!Ì(?AGÈÔ?Š?wI ç????R?8µ?ØŽ?(O[{1eçYrßpÞÒÔ?bDÂ2?AËï?ªf$7WB?h~L[[Fð??Eü$?
+%\yš?
U.k??àŒd,ʪÍ!#
x-9Â_j?(7VdÈ?ÍÜi0;?VÙFOCî4?k#6áË,q?f???Ž??ÜôQ:FK?ì7í]?îÛãù4~È?ÖéQP??HQÍ
H]ºÂ}???|Ìcø5uÚÖÆ?|:?Ëmm?µ??
GLõ?v??0ÍË|?Â|
rHÉÄBç]þi?_ŸäÑtjÜÜYlýÍRŠ??Äb?žó?œ?Û?æ??àÀ)??pµãECÇzõ>ç:??ÛÛ)Ø??ÀÉ5í^ÆâþO:
n~Õl.ÅX**Ì?TTâv?Â?$yàŒÔ?v?_ŸÁsuS<^ØY vM|?.
U!ÆÄŠR?Â%IÜpHÏ8Ú?3ô?????à!?BHB??!Ÿp*Ë+?eu;EÚÛÓû/1þ?Úlú?GB7îÝVF?äM]g?úOz
ÅÎ:AXPRsÈàóéW=???îm4Øj?@ÏLïV*BuT4?*ÚÃBIÀùÔFû7LHË??ÜrBYB]ZXQ
XHÜsÞ?<ùUÂ?Phë3+?h?O?Ó?Ûq?X ÂÂz 8ªî?ª#.xþÊË}$?qÿ WÀ öXïcjí?
B}ÙŒÅ?Nx??Yi{JV?sÎÖ?ïz CÙ???;?ªŽv!eÑ4)?%D?Tvd
Žx8?2OQ?2m|ÿ úzzzfEªvu?r?ûG?Æ?Æ?
?Ò[TüªSÁÕI?áÀ]k@?ÜSŽ?HÄú"?E!?ÆçnAú*?ccsÚÑ`$h]?J1ù4þÈ?3ŽkŸ]2zÐ?Ê=!7B?1Âæ?2
?wçâw?mNÄg??ž3ÈÚ?
;D t?rœžvÏ?Ð?ÄF*a?Öµ?Kôï
?þ?Í9äob]w}??mtÕú???j?Y?ô??$1"@u!\??yñN?Ór?Z?ñh?
i?ã&+KS+#cn?)Ê?ø?s\'??rØ?ªôÞRÍÊf?Aovÿ
@?ËÍ=*ùxfÕISï?2??âZVNÀôÎ~Šö??ÆÓ??ÏOÅ?Ci??F ÄÈ `ñï?à?üUQ
éoŠ??T~Œ???,ßÙÜeþe? þp?î?[mú5ÆÀõâ4y m?æö]+
@ÉNz1?8æºù?]?.
?Š6??K?Ïä??Úý?S?}Lg{?93;?A$ÜôÚëW?ËÆ??%??4ÕÍÒÑ%µµ+ºXËr0H?3Z2ÑÈ\Ç?@?É?
ã?Gcã'$üMúrU??>Æu_óË??txÑc??µ0Úþ8YþÕFi*œs øº?=!?`ÿ
È}?Öç???éçOÍ!.2?4??jt$í)ùªQ?|ª??Î?qÂÄeË?ØÈdwÃ$ž|??OI+d?#?Å??ÍøÅ<??ÆÂ2/?Z-
CvÒš??Ú?ik??ØÂ
VPÈÁ????ËxóÆk)Útænvù?"Â??Ai??á?Lñ?=üR??šÍ{?
š??ŠCS??iPó]?þÇD$~?B?WH?)"Ô??J/:I;tÜëªô??ºÚ-?
$?IhKa.?f?Û?8ÒŠ)WØ??=DÝUg?t#!iQS?SaæSÚ?hý6Ó?Úmö?'7???0??_?ÂÓYJæ?KqùN?Â
??Å??Ä??OÖMp<V?ÕÌ3p<?{Ãé{?7ZT?˺Ã?9uQÜÜÛ?ozÑ?A õÒ?u?Ó?V?û?;t??6-
Mî{?ið:??k??q?5?öYYZH?@V??ùÿ #ÿ :?oµÂ??ì?ÈQá1??ºda;Ž2~œ
ì[;???\\?p6*?Ý?ÜqN?KZTâ?R?Ü??zœŠIÑ8 ðµ?ÿ -_ßR??üÂE?õH:FÄ?íßÓÿ ?
4R??`ñÓÄçÒ?í?äÚ??p@ø$ý?Ë?ÇØÜ`=Ï???Iÿ ?Ý
?œhg?%Èú?_??<ü?Ê??#?B#Ùæ?#O'?Ù?û??öu?ÔÚ?tú@PÁû?OOüÊqWSùþCì?4ñ~@µC : ?
P?PãßB?(ô??3Ka%NmÅ;?DÜÑCLkmµë??hgj>@|
kšJÔW?I5õ?1Æ?ËNÔÅcÂ?>?r?ÁäýUÁqú??DL8æ?þJÖEÚ?ì8ËCxm8H<bœá??w^+
-Ân?2?žjâÑr?E1ÞÂAÉi^$?ûªÄR?8(?`"Å_Æ?[?ý?c&2Ïñ?gõŠbëoS+$
?":W]Âë?_UÛ?W?Pöc[vTÊIõ?ã?ŠéÂÂ?u,t?r??B??Sï?È?ÝFŠ?ÓE?I@?QB?ÅIp?Ò?Ú?
xt??Ä4??n???{S?)TiÆ???mæ[Û|Ô????õÖWN`['+? /ÜJ??oé?2????q^?FÁ
hV)Êá%?îrCm`?UŒþŒÓ.?Þ8Ú?;???q?\põ$?ª??+!Z[ÈZJ?7g'ÓÑÆS?(4ÛjÈPÚAõõ5+NÈHVQ
ÝKðZ??í
FìzVžÈá??Cn)Kr1ØT??c"µød????^ÀË]uM%
#Á õ?ñ?^|ñb?hô?éEu?#TÈP?Ú=)î?æ???ž<Å87I?Ò?>QØ#ÆMZØR}??9þÙV?Â
?ë?;ÞÒ/e| žë?Ë???ý$Ô ørÍ!Â??;%?= î#ô??ÊëÌÿ ?
F?aªÎ??Žs?ÓŽ<sîA#?T8C!?`??È>c?ï?ÎB?a^ÚR??+Ë)9Í<?.?)?Âq?qéœÔÍÅ?g)aÐ?{ñÔ|?
úP}ÁÅVÃG;?\????Ã? ??Ú?DëLÒªÔ6ñ?w&.?ÚáàÔ
ô?ÚœN,Ú??{ 9?ÄI2#š??]çE?
8B.
IY1B?HO??µo?óßóîªÓÿ Œ?? Â
?ö?/ºífÚÃKÃ%?W?`?;?tõyyï?ÒªJ4œ0[HS?[?æVN~ªÚù??Ä?O?Ø
Â6
2WÈ!?$?øRb?6ÈÈÉ
i?Žœã*&ÚÊR?mOw?q{Ëi œì?@Ï?RVH?øW ??XçwQS
?|
ÕmŠCK?Êq+*Z?q?B????qÍyéÖ?:eä??âpKŒŸL??~Ïé??]i{ÔR???e~okŠÏ?º??ZôŠsxÂój?iHC
âŒ?*uP??ÄÓ4ß?8????:üöÛnÚ?ëo8?9íRßaÝ?xpÂKªëá';x&?lÎ??Í6ÊÒátÑTÊY ?
µ????ï>e?;?û=žÂÂM?5Å?ÎÌ}?)õÌ??Å?Ró{J?
Pq*ÙÝ?????žã>ÊÓV
?x?Q)??!S*(eÆÜ@)RÛiõ??$
ÝâIÎBcÏäË?5
ÉøŸºâŠ?W&FPÀô)îSX$??Â?4øôúäT8aWh?Ê?Ú?õæ?uX+EÍÖÇà???í*îl??c?ã!zãŸÓ^[QþCâW
?Eì?wnAT
~S#???ÇÈJ?Ÿ:
K?+C?Ö>ÖójF=zT{ÂÝ?aº ?ã?ã-ä?Ô#Å?à
HÙd?U'fWh7?.ÌŒÍÝî?qKFÜ/nv?pýþúÞÚœ-L?Ê>R?~?qûËáie?Dõ??R6Ö|?
ó?Ú?W?Ò:ñ?æüDi??JNi{F=õh?BÉ
k-ª-ö???E?ãh?ÝdÈ???LÎ?õ$?2????û.~&{µgæçÊ?Ú=?9??9?Ä?p>^+G?[?
ôîÍ:Ùbµ_d?ÛŒiMid?xÐ??Ÿ,HYR]û|GãRJ?Æ?
ç#eÙÞ???þ?!q?hŸªbIa??b[?ŒÛ??)OFŽ?v4Û|?Dn*8ÀðÄš??º
"ÂÌ?&ö?q?EÏÐ\n?IOG6?`?-Ï??Ž?(Iÿ DQÓ?xî?p?O??D?sÒ?túñ ?
CPßP?TFÒ?À?VaËohº??$?y??}m
ýy?K{Í?#)BÒG@R?s^[SÍÈ|JôËOªµPÛÄVðr
})#ì9H4Ä\)Ë?ð8?x?~5w4,9íílV@*IOÖó??Ý`?paÙW
*ŽÃ9hCCªt?çÂT?ð?ÉuL ??ï08Oüé?rn?Ùo5 ÜÞáÎFk0?µé'ûAyÏœ??ÃÍ\!g]6?n8?çoöÙ?k?-
0?ÆÂ6]?µ"P?)Õ?þ7 ?Tp$?*Í#?s5Ça "?c\ö??ÜÚßõi?µ-ÞÛÙ?? ?
f?/CrÍû?\XÒPSmh?%ÃE?ÚÈ9+(Â?Ë#híÄBÍ??Í~ràÊSü;!??bº??w?)q??D???Fpø%/p?{\mÜAÇ
??EŽ? Æ?Ë {Ûeªk??þÈýT ÁÅX?ÂÒhT?#g?+2öÈ|ª?ÃÔ*Å>$
? ??bv?ámD*u??I???øá5Î?TûÔžC}??ŽéÚ? EF~šóz??=àŽ UËð?Â??º6??pžyË?-
Åp+O#<Äú+c|ihéÜ?ÙPÝÍ}*?ÀÊ?Ék
pŒÉ9?Ž? #ÚÚOãL?_9
?i?ß?^//^û?R?MïÃÑÔFR?6m ?íãâº?ô?N???G?æ? 8??Ž???5}ý?#ÿ ŽÂÏ^??n????T ?
>ââÓ??qDO?VA$?ÂÍTÍ?öK?7%]l?W?Üíí??.õ???9?ØR?????Ï ?ì??ÃE??cðSÒÖÅHâùA ?
bßU??Ù???&?Z?U4ä7Ú}??"a*miZ8 q?ŠÞÀ?Þ??&âóá?ží6Ô?îHXEÂm??Ðø@dÕŠÈ*j?d
t'ì~?é8Ç??bÏ]'?d??Ò?ä1@œõ?Ê?Ê)ÓÙ ÿÙ
^
2 À Ð à ð 0 @ P ` p ? ? À Ð à ð 2 ( Ø Ë 0 @ P ` p ?
? À Ð à ð 0 @ P ` p ? ? À Ð à ð 0 @ P ` p ? ? À Ð à ð
0 @ P ` p ? ? À Ð à ð 0 @ P ` p ? ? À Ð à ð 0 @ P ` p
? ? 8 X ø V ~ _HmH
$nH
$sH
$tH
$ @ `ñÿ @
umì N o r m a l CJ _HaJ mH
sH
tH
N A`Úÿ? N
F u e n t e d e p á r r a f o p r e d e t e r . R i óÿ? R
T a b l a n o r m a l ö 4Ö
l 4Ö aö
, k ôÿÁ , S i n l i s t a
B ^@ Ú B
umì
N o r m a l ( W e b ) ?d ?d [$\$ < <
ýJ
E n c a b e z a d o
Æ œ8! B þ? 1B
ýJ P i e d e p á g i n a C a r CJ aJ D '@? AD
6O R e f . d e c o m e n t a r i o CJ aJ D @ RD
6O T e x t o c o m e n t a r i o CJ aJ L j QRL
6O A s u n t o d e l c o m e n t a r i o 5?\?L ? rL
6O T e x t o d e g l o b o CJ OJ QJ ^J aJ PK ! ?Š?ú
[Content_Types].xml??ËjÃ0E??þÄÐ?Ørº(?ØÎ?Iw},Òä?-j??4 Éßwì?Pº-
t#bÎ?{U??ã??óTéU^h?d}ã??ôûî)??*1PÄ'?ô ?
^??WÂî0)??Též9<?l?#?Ü$yi}?Â;À~@?æ?(îŒõÄHœñÄÐuù*
D??zÄÈ/0ŠÇ??ðûù
$??
X?Ç3aZ?ÒÂà,?D0j~Ë3ß?Îbãí~i>ÄØÍ3?\`õ?Í/ç[Ø??Géâ\ Ä!ý-ÛRk.?sþÔ??..???aæ???
ÿÿ PK ! ?Ö?çÀ 6
_rels/.rels??ÏjÃ0
?ï??ÄÑ}QÒÃ%v/??C/?} á( h"ÛëÛOÇ
???ï??=þ??ùá?ç šªÃâC?Ëháv=? ?
É???%[xp??{Ûµ_?PÑ?<Í1?H?0??ÙO?R?BdÑÉÒJEÛ4b$ ??
q_??žà6LÓõR?7`???Éÿ?Ã0ÌžOÁ ?,ÂEn7?Liäb??/ãS???eªÔе?ùÖý ÿÿ PK ! ky?Ä
Š theme/theme/themeManager.xml
ÌM
à @á}?w?Ù7c?(Eb?Ë??ö CœAÇ?ÒŸÛ?ÂãÄ7ÎßÕ?K
Y,œ
ŠeÍ.??ð|,??ÚHÅ,láÇæéxÉ??ßIÈsQ}#Õ???µÝ Öµ+Õ!ï,Ý^?$j=?GWËÓ?)âEë+&
8ý ÿÿ PK ! &lTš R
theme/theme/theme1.xmlìYMoE?#ñF{oc'vGuªØ?HÓF?[Ôãxw?;ÍìÎjfœÔ7Ô??q?7?ÔJ\Ê?
A?úxgfw??IÒFPA}H??Ïûý1ïŒ?^?3tH??<i{õË5?ÄçMÂ?w{Ø??æ!?p`ÆÒö?Dz?6Þ ï*^W?
úD?ã?)??/-I???ÌS?À?11Vð(Â?@à#à??ÂZmu)Æ4ñP?c`;tk<?>ñ6rö=2%õ?ÏÄ@3'M
Ô5BNe? t?YÛI??ûÊC
K/Ú^Í|????Kx=#bjm??o>]F,?"BëýFëÊVÁß ?šÇõz?n?^ð3
ìû`?Õ?Ì?Ñ_?wrž%?ý:Ï?[kÖ.?Ä eNçV?Ói?2],S?_søµÚjcsÙÁ?Å7çð?Îf??Íà
ÈâWçðý+?Õ??7??Ñä`?ÚïgÜ
È??íJøÀ?j|??l(?K?óD-ʵßã?
dXÑ?iJÆØ?<îâx$(Öð:Á?7vÉ?sKZ????j{?jbÆïÕóï_= ŠŽ<;~ðÓñÃ?Ç~?Œªmœ?eª?ß~öçã?
ÑO?yùË?j?,ã ýá?_~þ?Â3SçÅ?O~{öäÅWŸþþÝ?
ø?À?2|Hc"ÑMr?öy
???š??8Å0Â?L???'XK?àßS?Ä?9Å,?Ž?G???#?}T?Oî9
"1Q?BÚN;À]ÎY??J/ìhY%7'IX-\LÊ?}Œ?dwqâÄ?7I?oæiéÞ???æÃ?Â!I?Bú? ?
º??:~Ý??à??ºKQÓJ?
éÈÉ?Ñ6?!.Ó*?!ÞŽovï?gUVo?C U?Y?ÚCÂ7^Ç?ã*?C??Ão`U)9?
?ŒëI? ã?)?hn??ô
?2ì?l?H?ËAÏ?ó2r?t#?UØM?2öy )
ŠÑWUð]îV?~?8àda?ïPâ?ûônp??ŽJ?Ño&BÇZµÓ?cšü];fú?Í??kÇÐ _|ý?"?ÞÖF?
{RU%lŸh??p'?n????ý=w
O?=i>?ñ?k?ïZ??Ÿo??Íù??vÖ[?íÍ?ÁÅfDŽNÈcÊØ@M?!Í?,aŸú??éÌù?'?4??Y_wp?À? ?
>?*D8??îi&?ÌX??\ÂÁÎ,WÚÖxÒ?=6õ?Áö?Õ.ìÚŠ^ÎÏ?Û?æð?
ZÑ
Î*lÂJÆÌ~au?Ô??Õ?j?Õ9Ò
?!?ó?ÁbáM@Œ-àÂU8?kÑp0ÁŒÚïvïÍÃb?p?!??ó?9º7µÝó1ª? Â?bn
w*b?y?x?$??Ù?????,??@\?7?RžÁ?(éº=QŽ,)'KÐQÛk5??ÚqÚöÆp???q
Q?zæÃ,??!_ ?ö???ÚY4[?anÔášÂú}Î`??Bª-,#?æU?,Ñ??þËMpëE`3ý5?XYÄdø?? ?
º?%ã1ñU9Ø?í;û?µR>QD
?à?ØDìc?NU?'??&LGÐp???m^?Í9+ºÚí?ÁÙuÌÒgíV?h^ÉnÍ?ÐÁ<?ÔÛ*u7Æ?ßSÚdJ9?ÿg?Ëýn
V.rFº^Û*âÐ?Ò?ú}ÄÄé?-p
?!?à:ÙüäPÿ?5gy???ŸÚ?!ö# Bö?-?ì;?Y=Û?,K?12URW?Ví9$l?{àªÞÛ=Aª?n?µÄ;?
îsVA?P9ÂzszH??Úø?'[Ì`?Û?Í@?û?P?bWµô?<ß{Ë?Ë?1??W+m??ì_S?snµ?cÍY?ÜÌ?Ä(Î[
?Å@?Â}Ò `ÿ?Âgö? ??ù>ôV?4hf?6?Õ?ìà?tÄ??#œì?M&Íʺ6???ÚÍú?'ÝBî
gkÍÎïs:?Î\qN-^??3;??k
]
?=Y??4Î2&0æG?Ú?N|t??û??I&øMI`=??ø?DCºñ ÿÿ PK !
Ñ?Ÿ? ' theme/theme/_rels/themeManager.xml.rels??M
Â0???wooÓº?&Ý?Ð?Ô?ä5
6?$Qìí
?,.?a??i???Éc2Þ1hª:é?qšÁm?ìŽ@RN?Ù;d?`?Žo7íg?K(M&$R(.1?r'J?œÐŠTù??8??Vä"??A
È?ÐH?u}?ñ?|Å$?b{Õ ?Pšÿ?ý8?g/]þQAsÙ?(?ÆÌà#?ªLÊ[ººÄß ÿÿ PK- ! ?Š?ú
[Content_Types].xmlPK- ! ?Ö?çÀ 6
+ _rels/.relsPK- ! ky?Ä Š
theme/theme/themeManager.xmlPK- ! &lTš R Ñ
theme/theme/theme1.xmlPK- !
Ñ?Ÿ? ' Ÿ theme/theme/_rels/themeManager.xml.relsPK ] š
<?xml version="1.0" encoding="UTF-8" standalone="yes"?>
<a:clrMap xmlns:a="http://schemas.openxmlformats.org/drawingml/2006/main" bg1="lt1"
tx1="dk1" bg2="lt2" tx2="dk2" accent1="accent1" accent2="accent2" accent3="accent3"
accent4="accent4" accent5="accent5" accent6="accent6" hlink="hlink"
folHlink="folHlink"/> H P A u t h o r i z e d C u s t o m e r # ø* gn H A C
*í
H A C ÑHà
?dÌ? ?
í