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MANIFIESTO

17 DE MAYO DE 2009

Este 17 de Mayo, es hoy en España, especialmente dulce después de que el pasado 6


de mayo el Congreso de los Diputados aprobara por unanimidad, instar al Gobierno
para que declare el día 17 de mayo como Día contra la Homofobia, la Transfobia y la
Bifobia y también para que impulse el reconocimiento internacional de esta
conmemoración a través de la ONU, sumándose así a los Estados que luchan porque
sea reconocido este día como símbolo de la lucha por la igualdad de lesbianas, gays,
transexuales y bisexuales.

En España la igualdad legal nos hace creer en ese otro mundo posible pero somos
conscientes de que aún estamos en el camino para alcanzarlo. La discriminación por
motivos de orientación sexual e identidad de género sigue siendo un obstáculo en ese
camino con forma de miedo, odio o desprecio hacia la diversidad afectivo sexual.

En una sociedad como la nuestra, que trabaja por la igualdad y pretende acabar con la
discriminación tránfobica, homofóbica y bifóbica, la intervención en el ámbito educativo
es irrenunciable, pues la educación en valores, en el respeto a la diversidad, es una
herramienta básica para acabar con el problema de raíz.

Porque es el desconocimiento, la ignorancia sobre la realidad LGTB, la que fomenta la


mayor parte de las discriminaciones. La incorporación de la diversidad afectivo-sexual y
familiar en la educación, asegurarían un espacio de respeto e igualdad. Nuestros y
nuestras menores, nuestros y nuestras jóvenes, se ven acosados en las escuelas y
centros educativos, quebrantándose así, la garantía del libre desarrollo de su
personalidad y del bienestar superior de los y las menores.

Por eso conmemoramos este 2009 como Año de la Diversidad Afectivo-Sexual en la


Educación. Pero no podemos quedarnos en las escuelas, debemos trabajar también
con las personas adultas y hacer pedagogía social. Porque cuando una persona
descubre su homosexualidad, su bisexualidad o su transexualidad no debe temer por la
reacción de los suyos, y tal y como constata el informe “Jóvenes LGTB”, realizado por
la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales, el 22% de
nuestros y nuestras jóvenes sufren violencia psicológica o física en el seno de sus
familias.

Debemos denunciar alto y claro que la homofobia y la transfobia en el ámbito familiar


es otra forma de maltrato infantil. Los padres o madres no pueden imponer a sus hijos
e hijas una educación que contribuya a la discriminación, lesionando así la autoestima
de transexuales, lesbianas, gays o bisexuales.

Pero hoy no podemos quedarnos sin mirar también fuera de nuestras fronteras.
Queremos destacar especialmente, que todos los días, y en todo el mundo, las
personas transexuales se enfrentan diariamente a la violencia, abuso, violación, tortura
y crímenes de odio, tanto en sus hogares como en el espacio público. Aunque la mayor
parte de los casos nunca llega a documentarse, sabemos que sólo en las primeras
semanas del 2009, han sido asesinadas mujeres trans en Honduras, Serbia y los
Estados Unidos. Asimismo, los hombres trans son víctimas de discriminación más allá
de su frecuente invisibilidad social y cultural.

Los derechos humanos básicos de las personas trans son ignorados o negados en
todos los países por ignorancia, prejuicio, temor u odio. Las personas trans enfrentan
discriminación cotidiana, que resulta en exclusión social, pobreza, atención de salud
deficiente y escasas perspectivas de trabajo digno.
Entre los factores que contribuyen a esta situación se encuentran las clasificaciones
internacionales sanitarias, que todavía consideran a todas las personas trans
mentalmente “trastornadas”. Esta visión anticuada, es insultante y errada, y es
utilizada para justificar la discriminación y la estigmatización cotidianas, presentes en
todos los aspectos de la vida de las personas trans.

Es por lo que este 17 de mayo pedimos:

A la OMS, que deje de considerar la transexualidad como transtorno mental, y


promueva el acceso a la atención de salud y el apoyo psicológico adecuados, tal y
como demandan.

Que los Organismos de Derechos Humanos de Naciones Unidas examinen las


violaciones a los derechos humanos que enfrentan las personas trans en todo el
mundo, y que tomen medidas concretas para combatirlas.

A los países del mundo, que adopten los Principios de Yogyakarta, y que garanticen
una atención de salud adecuada para las personas trans, incluyendo la reasignación de
género, si fuera deseada; que les permitan adaptar el status civil a su género de
preferencia, y vivir su vida social, familiar y profesional sin ser expuestas ni expuestos
a la transfobia, el prejuicio y los crímenes de odio, siendo protegidos y protegidas por
la policía y los sistemas judiciales frente a todo tipo de violencia, física o no.

Es importante recordar que a nivel internacional la homofobia, la transfobia y la bifobia


pueden tener forma de ley que condena las relaciones sexuales entre personas del
mismo sexo, como ocurre en 80 países, o incluso de pena de muerte, como pasa en 8
naciones del mundo.

Debemos trabajar porque la discriminación por motivos de orientación sexual o


identidad de género sea erradicada, y trabajaremos, desde la FELGTB, como entidad
miembro del ECOSOC, dentro de Naciones Unidas, y con Naciones Unidas, para
conseguir que el 17 de Mayo sea al fin considerado Día Internacional contra la
Homofobia, la Transfobia y la Bifobia.

Otro mundo es posible, pero este otro mundo sólo es posible con nosotras y nosotros.

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