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Suplemento especial de
Página/12
LA PALABRA dejar ya este texto pero sepan que se perde- siasta en su estética nac & pop de barrios late-
“OBSTINACIÓN” rán una de las historias más fascinantes de rales como Villa Lugano, con nenita oscurita
i rondamos brevemente en América latina) es todo lo que dijimos que y pobre incluida en foto incómoda), hombre
III
eran “Europa”. “Europa” podía ser, acaso, la cuerpo a tierra junto a soldados argentinos, Departamento de Trabajo, pronto trastrocado en
riqueza, lejanamente la cultura o el abecedario, el ensuciándose el vistoso y ultracondecorado uni- Secretaría de Trabajo y Previsión. Los del GOU se
saber leer. Y era “la guerra”. Algo que apenas forme prusiano pero formando a ese ejército pro asombraron y hasta sonrieron con cierto desdén:
podían imaginar. Buscaban sobrevivir. Habían germánico y joven. ¿qué le dio a Perón? (Así se llamaba el tipo raro;
dado el primer paso: escaparle al patrón de la El 4 de junio cae el proyecto oligárquico y pro- que era raro, desde el vamos, por el puesto que
estancia feudal y expoliadora. Llegar a la ciudad. británico del fraude: se pensaba imponer como pidió.) ¿La Secretaría de Trabajo y Previsión? ¿Y
Y, para colmar la dicha, trabajar. Apenas sabían Presidente a Robustiano Patrón Costas. No: los qué podía hacer desde ahí?
que había, para ellos, sindicatos. Que tenían milicos salen a la calle y toman el poder. ¿Quié- Hablar con los migrantes. Saludar a los negri-
derechos políticos. Que, en algún momento, nes eran? Habían abandonado el proyecto que tos. Sonreírles. El coronel tenía una sonrisa que
deberían votar. Nada de esto los atraía. No encarnara en la década anterior (ésa a la que José ni la de Gardel. Cincuentón, pintonazo, entra-
encontraban “dónde” poner esas cosas. No Luis Torres llamó “infame”) el general Manuel dor. Usaba un lenguaje pintoresco. Rosas le
encontraban un partido político que los convoca- A. Rodríguez, ministro de Guerra de Justo. Un explicaba a Santiago Varela, representante del
ra, que supiera hablarles. Los sindicalistas tradi- tipo, Justo, que siempre sonreía. Un gordito con Uruguay, que se había tenido que hacer gaucho
cionales tenían para ellos las únicas palabras que pinta de general sosegado que veía una cámara y para ganarse el favor de esa clase, de esos hom-
tenían y que honestamente les entregaban, pero decía “cheese” o “whisky”. Osvaldo Bayer dice bres de la pampa. Perón les pone el cuerpo a los
esas palabras eran tan tradicionales como ellos. que cuando a él le sacan una foto y quiere salir obreros. Les habla con palabras de ellos o decidi-
“Socialismo”, “comunismo”, “anarquismo” no sonriendo dice: “anarquía”. Para sonreír es lo damente nuevas. O no tanto: venían de FORJA,
decían mucho para un cabecita negra del ’43. mismo, pero sólo para eso. El general Manuel del radicalismo antialvearista. Dice Década Infa-
Tampoco la palabra “líder” les era cercana. Eso Rodríguez solía declarar cosas como ésta: “Des- me, cipayos, vendepatrias, semicolonia, explotación.
fue, sin embargo, lo que encontraron: un líder. graciado el país en que los militares puedan Llama compañeros y muchachos a sus amigos, con-
También el líder los encontró a ellos. Porque los expresar sus ideas políticas; en él habrá de con- tras a sus enemigos, bolichero al comerciante,
buscó. cluir la disciplina del Ejército”. (Nota: Alberto peliagudo a lo difícil, queso a lo que ambicionan
Ciria, Partidos y poder en la Argentina moderna los políticos, cuento chino a la mentira, pan comi-
LOS DEL GOU (1930-46), Jorge Álvarez, Buenos Aires, 1968, p. do a lo fácil, bosta de oveja a lo indefinido.
El 4 de junio es el día del golpe militar. Ese 241.) Rodríguez pasa a la historia como “El hom- La situación es así: tenemos que analizar el
Ejército que sale a las calles tiene unos cascos bre del deber”. ¿Cómo no iba a ser fiel un liberal proceso de construcción de poder al que se entrega
que (sobre todo vistos desde hoy, en algunos a los militares liberales si eran éstos los que Perón. Aquí, las categorías de “bueno” o de
noticiosos de la época) apestan de tanto que se gobernaban? Una farsa. “malo” son insustanciales. Se trata de un análisis
parecen a los de los soldados alemanes. Era así: Nada que ver con el profesionalismo los ofi- despojado de juicios morales. Los actores socia-
esos militares nacionalistas se habían educado ciales del GOU. Ya que estamos: ¿qué significa les de esa coyuntura histórica eran los siguien-
con los textos de los grandes teóricos prusianos GOU? Si lo dijimos, lo decimos de nuevo. La tes: A) La oligarquía. Era aliadófila. La aliadofi-
de la guerra. Sobre todo con Karl von Clause- definición más usual es Grupo de Oficiales Uni- lia fue el gran obstáculo para descubrir al nuevo
witz, a quien también leerán minuciosamente los dos. Pero es demasiado sensata. La mentalidad sujeto político de la etapa. Ser aliadófilo era
Montoneros, sobre todo en la peor etapa de su germano industrialista y la tendencia al exceso mirar hacia Europa. La suerte del entero mundo
extravío: entre 1975 y 1980. Falta mucho para de muchos de sus integrantes torna más verosí- se jugaba ahí: las democracias occidentales
esto. Clausewitz nace en 1780 y muere en 1831, mil la que propone Carlos Fayt en La naturaleza enfrentaban al Eje y de su triunfo dependía el
el año en que muere Hegel, Rector de la Univer- del peronismo (libro prescindible, avejentado): futuro de la Humanidad. La oligarquía, además,
sidad de Berlín para entonces, el gran cuadro Grupo Obra de Unificación. Me inclino por la no necesitaba descubrir al nuevo sujeto político.
intelectual de Federico Guillermo de Prusia. imperativa que propone Puiggrós en El peronis- Lo había explotado en sus estancias. Ahora se le
Clausewitz había leído al maestro de Jena y mo: sus causas (creo que se ha reeditado reciente- aparecía en las ciudades. Fue –como más tarde
había estudiado las batallas de Napoleón. Nació mente: es un libro que conserva su valor): se dijo– un aluvión. Traducido al presente, a
en el momento justo. Dirigió la Escuela Alema- ¡Gobierno! ¡Orden! ¡Unidad! Los oficiales de nuestra historicidad de hoy, a la oligarquía de
na de Guerra. Escribió el voluminoso Sobre la escuela prusiana vivían entre signos de admira- los cuarenta le pasó lo que quieren evitar los
guerra, cuya influencia en el campo de la estrate- ción. Imponen la violencia expresiva de las órde- porteños de hoy: que la chusma se les venga
gia y la táctica guerreras es inabarcable. Dijo que nes. “¡Atención soldados!” O si no: “¡Avancen encima. Y no sólo los porteños: los ciudadanos
cualquier consideración de humanidad volvería a sobre el enemigo!” (Que no es tal: son otros gru- de las grandes orbes del mundo también. Los
cualquier ejército más débil ante un enemigo pos de soldados que juegan a ser el enemigo: parisinos que eligen a Sarkozy le requieren dure-
más sanguinario. “¿No matarás?” El hombre no cuando el Ejército Argentino, no el nacionalista za con los musulmanes (aunque tengan tres
sólo mata sino que hace del supremo arte de sino el mayormente liberal y genocida de la generaciones de franceses detrás), dureza con la
matar –la guerra– una ciencia que se enseña en “guerra sucia”, se encontró con un enemigo “en Banlieue, con la periferia, con la negritud que
las academias militares. (Nota: Acaba de apare- serio” –Malvinas– no se caracterizó por el valor los rodea, con la barbarie. También el Muro de
cer, editado por la Universidad de Córdoba, un ni la eficacia. Más bien sacrificó a sus tiernos, Bush cumple esa función: que los desastrados
grueso volumen que recoge todas las polémicas inexpertos, jóvenes soldados, muchachos de las del mundo no vengan a comer de nuestro pro-
que giraron alrededor de una Carta inesperada, provincias en su mayoría, cuyas vidas –en dolo- pio plato. Hay un temor de las ciudades y es un
un grito sin esperanzas del filósofo Oscar del roso número– arruinó, conduciendo a muchos, a temor viejo, añoso: la invasión de los bárbaros.
Barco. La Carta de Del Barco se refiere a la gue- más de doscientos, al suicidio, a morir o a vivir La oligarquía de los cuarenta mal podía elegir a
rrilla de Jorge Ricardo Masetti, quien, al frente con el dolor de una guerra sin gloria, una sus peones súbitamente urbanizados como su
de un grupo de no más de veinte milicianos maniobra de una Junta malherida, desesperada y sujeto político porque los odiaba. Los recibía
creó, bajo la inspiración del Guerrillero Heroico, retirándose malamente, ensayando su último con temor. Habría deseado mantenerlos bajo la
Ernesto Guevara, un foco guerrillero en el manotón de ahogado para legitimar un gobierno égida del capataz, comprando víveres en el
monte salteño, bajo el nombre de Ejército Gue- criminal que se caía irremisiblemente.) Volva- almacén de sus patrones, no con dinero sino
rrillero del Pueblo. No hicieron ningún operati- mos a los soldados del GOU. Sus apellidos con vales, con indignas papeletas. Ahora estaban
vo, salvo que Masetti ordenó fusilar a dos jóve- asombraron a la oligarquía cuando salieron a la aquí. Les violaban la ciudad. Esta oligarquía era,
nes integrantes del grupo. Se habían quebrado, luz: Ramírez, Farrell, Perón, Mercante, Gonzá- además, racista. Para la “negrada” sólo tenía un
no daban más. Los mataron por cobardía. Del lez. ¿Quiénes eran? “Eran los hijos de los inmi- desdén patronal y racial. Desde esta óptica
Barco escribe una Carta a la revista cordobesa La grantes de la laboriosa clase media yrigoyenista –aunque, es cierto, Perón trajo a muchos nazis–
Intemperie. El planteo es extremo. Todos los que que los había introducido a la vida militar bus- el peronismo careció del elemento esencial del
apoyaron las acciones guerrilleras en el país y en cando la ansiada meta del ascenso social. Habían nacionalsocialismo: el racismo biologista. El que
el continente son responsables de esas muertes, participado del golpe del ‘30, habían padecido recibió al “diferente”, al racialmente detestado,
hayan o no hayan empuñado armas. Aclaremos: los años de Justo, eran católicos, nacionalistas, denigrado, fue Perón. No le molestó la “negra-
no de las muertes de los jóvenes que ordenó simpatizantes del Eje más por formación profe- da”. La Sociedad Rural, en cambio, se compor-
Masetti, sino de todas las muertes de los grupos sional que por real identificación política” (JPF, taba con ellos como Alfred Rosenberg con los
guerrilleros. La Carta –editada en el libro No El peronismo y las Fuerzas Armadas, revista Envi- judíos. En agosto de 1944, ante una consulta
matar– parece el delirio culposo de un hombre do, Nº 9, mayo de 1973, p. 8). Los había enfure- que sobre salarios le hace la Secretaría de Traba-
abrumado: Del Barco anda por los ochenta años. cido la defección de Uriburu, su traición incluso. jo y Previsión, responde: “En la fijación de sala-
Propone un imposible: “No matarás”. Sabe que Habían escuchado arengas de Carlés, discursos rios es primordial determinar el estándar de vida
es un imposible pero sabe que es el único princi- de Lugones y Carlos Ibarguren. Habrán incluso, del peón común. Son a veces tan limitadas sus
pio de una actitud responsable frente a la vida el 6 de septiembre de ese año de 1943, de feste- necesidades materiales que un remanente trae
del Otro. Apela a Levinas. En su momento –en jar el golpe del ’30. Se sentían sus herederos. destinos socialmente poco interesantes. Última-
medio de esta historia de muerte en que se irá mente se ha visto en la zona maicera entorpecer-
convirtiendo el peronismo hasta llegar a los picos EL CORONEL Y SU BERRETÍN se la recolección debido a que con la abundan-
de 1974/1975– nos ocuparemos de esa polémi- CON LA CLASE OBRERA cia del cereal y el buen jornal por bolsa, resulta-
PRÓXIMO ca. No se puede hacer una reflexión o una filoso- Había entre ellos un tipo raro. No tenía el ba que con pocos días de trabajo se daban por
DOMINGO fía política del peronismo si no se asume el tema berretín de la siderurgia como sus compañeros de satisfechos, holgando los demás” (Nota: Anales de
de la muerte violenta, de la muerte a manos de armas. Los hombres del GOU, en efecto, eran la Sociedad Rural, agosto de 1944, cursivas
PRIMERA PARTE Otro. La recurrencia al pensamiento de Emma- industrialistas. Buscaban la industria pesada. Se nuestras). En resumen: al nuevo sujeto que aso-
nuel Levinas se hará también insoslayable.) De morían por los Altos Hornos. El tipo raro, no. Su maba en la escena política de la urbe portuaria
Hacia el primer esa ciencia se nutrieron los hombres del golpe berretín era la clase obrera. Los migrantes inter- la oligarquía creía conocerlo bien: venía del
gobierno de Perón del ’43. También leían a Colmar von der Goltz nos. Los negritos que llegaban sin cesar a la ciu- campo, era racialmente inferior y apenas junta-
Perón, un estudio sobre que, incluso, solía venirse por aquí. Autor de La dad. Cuando sus compañeros le preguntaron qué ba unos pesos se dedicaba a la holganza. Un
la construcción de poder nación en armas, hay una foto que lo muestra quería contestó algo que sorprendió a todos: el pésimo encuadre para captar su adhesión.