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Índice
Pagina
1_Introducción 3
2_Enclave territorial 5
3_Contexto histórico 7
4_Contexto artístico, social y cultural 9
5_Urbanismo Úbeda y Baeza. 14
6_Urbanismo_ sector_ entorno. 18
7_Referencias tipológicas 24
8_La pieza: usos y funciones. 30
9_La pieza: Estructura general_
soluciones formales_ aspectos constructivos 32
10_Arquitectos_ clientes_ fundadores. 35
11_Evolución del edificio_ fases constructivas. 38
12_Bienes Muebles_ detalles arquitectónicos. 39
13_Rehabilitaciones_ situación presente 40
14_Conclusiones. 45
_Bibliografía 45
_Otros recursos 46
_Anexo documental 47
En el urbanismo del renacimiento (siglo XVI) se reforman los espacios públicos y las calles para
abrir y ornamentar los ejes viarios y hacerlos más funcionales. Las nuevas plazas serán las
señales más claras del poder representativo en lo civil y lo eclesiástico. Se conciben las ciudades-
señoriales, episcopales como Guadix o Baza, o ducales como Arcos de la Frontera, Osuna, Alcalá
de los Gazules, Medina Sidonia, Marchena, Niebla y Bornos. Todas ellas solían tener como
características más evidentes la plaza principal con el Ayuntamiento o la Parroquia formando
parte de sus fachadas abiertas. Serán espacios públicos obligados al boato y a la celebración de
fiestas rituales y ceremonias religiosas.
La pintura renacentista, al igual que la escultura, aun cuando se basa en modelos clásicos,
plasma fundamentalmente temas religiosos, mediante frescos, óleo y temple utilizando como
soportes tablas, lienzos, techos y paredes. Se aprecia un estudio detallado de la luz y del
claroscuro aun cuando es la composición la que domina sobre otros recursos.
En julio de 2003 Úbeda y Baeza fueron catalogadas como Patrimonio Cultural de la Humanidad
por la UNESCO.
Red viaria en Andalucía a partir de la guía de Villaga. Según Jurado Sánchez que guarda un
cierto interés por ser cruce de caminos a su paso hacia Granada, con la importancia que ello
trajo tanto en la conquista Castellana como los posteriores flujos de artistas que contribuyeron
al esplendor del renacimiento en Granada.
Altimetria
Pendientes.
Contexto histórico
El reinado de los Reyes Católicos significó el tránsito del mundo medieval al mundo
moderno en España. Con su enlace se consiguió la unión, en la dinastía de los Trastámara, de las
Coronas de Castilla y de Aragón.
Los Reyes, apoyados por las ciudades y la pequeña nobleza, establecieron una monarquía fuerte
frente a las apetencias de poder de eclesiásticos y nobles. Con la conquista de Granada, Navarra,
Canarias, Melilla y otras plazas africanas consiguieron la unión territorial bajo una sola corona
de la totalidad —exceptuando Ceuta y Olivenza que entonces pertenecían a Portugal — de los
territorios que hoy conforman España.
Los Reyes establecieron una política exterior común marcada por el carácter diplomático de
Fernando el Católico, que supondría la hegemonía hispánica en Europa durante los siglos XVI y
XVII. El descubrimiento de América en 1492 supuso un hito en la historia mundial.
Esta circunstancia abrió enormes posibilidades a la economía, a la ciencia y acentuó la expansión
atlántica que continuaría en los siguientes siglos.
Una vez que Fernando se afirmó en el trono de Castilla, reanudó la conquista del reino nazarita
de Granada. Aprovechando que dicho reino se encontraba en una crisis dinástica entre el sultán,
su hermano el Zagalin y su hijo Boabdil, comenzó la guerra por la conquista de Granada. Se
distinguen varias fases:
El inicio del contacto con América por los castellanos y su mantenimiento hasta el final del
período colonial, se hizo casi exclusivamente desde Andalucía. La razón de la importancia del
fenómeno americano para Andalucía radica en que todo el tráfico con el nuevo continente se
convirtió en un monopolio, jurídicamente castellano, pero físicamente andaluz. Andaluces en su
mayoría fueron también los protagonistas de los denominados "viajes menores o andaluces", que
acabaron con el monopolio del almirante Colón en los viajes hacia América. Esta es una época de
esplendor y gran auge para la región, que se convierte en la más rica y cosmopolita de España y
una de las regiones más influyentes a nivel mundial. La campaña de expansión castellana en
América durante el siglo XVI causará un periodo de esplendor en Andalucía Occidental,
especialmente en Huelva, Sevilla y Cádiz, debido a su situación como puerta de salida hacia
América.
El Reino de Granada, por el contrario, tenía sus intereses en el Mediterráneo, por lo que sus
contactos con las colonias americanas fueron bastante menores. Sin embargo, el siglo XVII es
desastroso para Andalucía, por las epidemias de peste que sufrió. Se produce asimismo una
nueva señorialización de las tierras, con el consiguiente perjuicio para los campesinos andaluces.
Un hecho clave en el territorio de la actual Andalucía fue la Guerra de las Alpujarras de 1570-72.
Al final de la misma, la inmensa mayoría de la población morisca fue expulsada de la tierra
donde había vivido durante generaciones. En un primer momento fueron redistribuidos en el
interior de Castilla, para luego ser expulsados totalmente en 1609. Muchos de estos andalusíes
terminaron en ciudades del norte de África como Fez o Tetuán, donde su descendencia se
prolonga en el tiempo hasta el día de hoy. La merma a la población que supuso esta expulsión no
fue subsanada hasta las repoblaciones de mediados del siglo XVIII.
El 30 de noviembre de 1227 Fernando III, el Santo, conquistó Úbeda y Baeza. El rey dota a
Baeça del Fuero Conquense, con la pretensión de atraer a población de territorio cristiano del
norte. Enrique II hace grandes donaciones a sus seguidores en la región y así la oligarquía
consolidó su poder. Es la época en la que dos poderosas familias, los Benavides y los Carvajales
se enfrentan entre sí en lo que casi se puede denominar "guerra civil baezana", cuyo fin estuvo
determinado por la actuación decisiva de Isabel la Católica, que mandó demoler el Alcázar de la
ciudad, sito en el cerro homónimo. La economía se hace fuerte por la gran cantidad de
producción cerealística, de harinas, vid y olivo, además del peso de la ganadería que proyecta
una gran industria de paños y curtiduría con el consiguiente comercio de estas manufacturas. A
mediados del XVI la demografía de Baeza se duplica con respecto al siglo anterior.
Al ser conquistado Úbeda y Baeza por Castilla en 1227 y 1233 se convierte en una frontera con el
territorio Islámico. Al tratarse de zonas de importantes conflictividad bélica recibe por parte de
de la Corona de importantes privilegios que se ven acompañados de unos estatutos de libertades
colectivas dadas su convivencia de las tres culturas monoteistitas: islámica, judía y cristiana.
Esta mezcla dejara importantes sellos culturales en las dos ciudades. Por un lado en su carácter
arquitectónico representado por las figuras mozárabes y por la entrada del humanismo, de
escasa relevancia en la península hispana, a través de los judeo conversos que fundan la
Universidad de Baeza. Todo ello dio como resultado la afluencia de nuevos pobladores y la
defensa frente a la corona y la nobleza del estatuto de privilegios que tenían.
Desde la conquista, ambas ciudades se regirán mediante el fuero de Cuenca lo que le permitirá
según el ordenamiento jurídico asignar la mayoría de los cargos públicos en el consejo y la
Asamblea comunal. Este estatuto le otorgaba capacidad en asuntos públicos, repartos de tierras,
la administración de bienes comunales, educación, normas sanitarias, talleres artesanales,
mercados y demas asuntos locales. Esto trajo la posibilidad de acceder a la propiedad de bienes
y el acceso al régimen de señorío que como decimos dio la posibilidad de mejoras a los nuevos
pobladores.
Durante este periodo las ciudades albergan importantes comunidades judías y musulmanas que
son reconocidas en el Fuero de Cuenca y al que se otorgan libertades muy superiores al momento
histórico en que se desarrollan.
Estas comunidades con mayoría cristiana dejan un importante valor a su identidad propia en el
contexto humanista de la época renacentista en España del S. XVI.
Como punto destacable de la influencia judía podemos destacar la Universidad de Baeza, de
1538, que dio origen a un enclave permanente del humanismo influenciado por el judeo converso
que es en gran mayoría su equipo docente.
El fundador que posibilitó la creación de la Universidad gracias a sus donaciones fue D. Rodrigo
López, clérigo baezano judeo converso residente en Roma, mientras que el fundador ideólogo fue
San Juan de Ávila, sacerdote también judeo converso, procesado y absuelto por la Inquisición en
Sevilla. Éste, ante una población mayoritariamente cristiana con minorías moriscas y judeo
conversas, se propone la instrucción de todos, independientemente de su ideología política o
religiosa, buscando una formación integral humana y espiritual, siguiendo las proclamas de
Erasmo (simbiosis entre la erudición clásica y cristiana). Pretendía dar a la Universidad de
Baeza un signo diferente y reformador, más liberal y acorde con un humanismo más avanzado.
De hecho, la Universidad de Baeza fue, a juicio de la Inquisición, foco y matriz de alumbrados,
sospechosos de erasmismo, siendo procesados bastantes de sus alumnos que posteriormente se
convirtieron en profesores en sus aulas.
Por tanto la Universidad de Baeza se convierte en centro de atención dada la relevancia de los
alumnos que se forman en ella y su ambiente humanista. Gaspar Becerra, escultor y pintor de
Felipe II, Juan Huarte de San Juan, médico autor del famoso Examen de Ingenios con 70
ediciones nacionales e internacionales (francés, italiano, inglés, alemán, holandés y latín)
iniciador de la psicología diferencial, Antonio de Raya, catedrático y rector en el Colegio de
Bolonia y Obispo del Cuzco en Perú, entre otros.
En definitiva, la vida cultural de Úbeda y Baeza, su posición geográfica fronteriza y la
confluencia de las comunidades cristiana, judía e islámica durante largo tiempo producen una
particular emergencia donde las libertades y las influencias culturales favorecieron un clima que
permitió y singularizó un espléndido florecimiento cultural y urbano en el siglo XVI.
Tendríamos que referirnos al año 1492, en que tiene lugar la reconquista y por consiguiente la
pérdida de poder del último reino islámico de la península el descubrimiento de América donde
La influencia en la nueva conquista se sitúa por la influencia de su aporte humano como por la
obra manifestada de Andrés de Vandelvira y la propia Universidad de Baeza.
Varias de las obras americanas que forman hoy parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad
(como las catedrales de México, Puebla, Sucre y Lima) son influenciadas de acciones cuyo origen
se identifica claramente con los procesos histórico- culturales sucedidos en las ciudades de Úbeda
y Baeza. Lo original de esta participación es que ninguna de las dos ciudades se encuentran en
ruta de paso hacia ultramar y aun así como territorio de fronteras se embarcan:
En las expediciones descubridoras participan entre otros Alonso Sánchez de Carvajal, regidor
de Baeza y hombre de confianza de Colón al que acompañó en su segundo y tercer viaje;
Luis y Francisco del Molino, miembros de la expedición que circunvaló la Tierra por vez
primera con Magallanes.
Entre los religiosos destacan Alonso de Barzana, estudioso de las lenguas indígenas (Catecismo
y doctrina cristiana quechua y española), fundador de los Colegios de Cuzco y Arequipa;
Antonio de Raya, rector del Colegio de San Clemente de Bolonia y posteriormente obispo de
Cuzco; Cristóbal de Molina, estudioso del mundo inca (Relación de las fábulas y mitos de los
Incas); Francisco Toral, primer obispo de Yucatán; Francisco Vico, que viajó a las Indias junto
a Bartolomé de las Casas, donde escribió en las lenguas indígenas (Teología para los Indios en
lengua de Verapaz, Seis artes y vocabularios de las diferentes lenguas de los Indios...).
En la alta administración colonial destaca Pedro de Toledo y Leyva, marqués de Mancera,
Virrey de Perú con Felipe IV.
El personaje más influyente fue el ubetense Francisco de los Cobos, secretario del emperador
Carlos V, que a partir de 1524 comienza a manejar los asuntos de ultramar a través del Consejo
de Indias. Su posición le facultaba para recibir el 1% de todo el oro y la plata producido en
América, lo que contribuyó notablemente al engrandecimiento de su ciudad. Sin embargo, la
más duradera aportación de las creaciones renacentistas de Úbeda y Baeza es la materializada
en sus influencias sobre algunas de las más importantes edificaciones religiosas y en la difusión
de la cantería en la América Española.
El término plateresco aparece por primera vez en la obra de Ortiz de Zúñiga en el siglo XVII, a
partir de ese momento se va afianzando hasta que es aceptado, para definir la arquitectura del
primer tercio del siglo XVI en España.
La Monarquía, como expresión de su poder y de la nueva unidad religiosa y política conseguida
por los Reyes Católicos, codificará una arquitectura unificada y característica, mediante una
serie de recetas, que se va a imponer en todo el territorio peninsular, y en la que se van a
desarrollar una serie de nuevas tipologías de edificios, como es el modelo de Hospital.
Al ser un arte oficial, válido para la afirmación política, y no el desarrollo de una serie de
estudios y ensayos teóricos, como había ocurrido en Italia, los elementos renacentistas se
incorporan más como un criterio decorativo y ecléctico.
Pero el centro del plateresco por excelencia va a ser la ciudad de Salamanca, tanto por el número
de edificios que en ella se construyen, como por la finura de su decoración, hecho en el que
influye la excelente calidad de la piedra.
Uno de sus primeros edificios es la Casa de las Conchas dentro de la tradición gótica de vivienda
y con una decoración plenamente renacentista. El arquitecto que llena todo el primer tercio en
esta ciudad es Juan de Álava, constructor del Convento de San Estaban, donde partiendo del
modelo de iglesia de San Juan de los Reyes, del gótico final, plantea una fachada, interpretada
como un gran paño decorativo, con portada de grandes dimensiones.
Dentro de esta misma ciudad se encuentra el Claustro del convento de las Dueñas, realizado por
Gil de Hontañón, las Fachadas de la catedral nueva o la del Colegio de los Irlandeses iniciada
por Diego de Siloé y terminada por Juan de Álava.
Pero la gran obra del plateresco, es la Fachada de la Universidad de Salamanca, de autor
desconocido, constituida como un paño decorativo, independiente del edificio, donde los temas
decorativos, de flores, medallones, escudos y grutescos, ofrecen un inusitado ritmo. De este
mismo periodo son La Escalera Dorada de la catedral de Burgos realizada por Diego de Siloé y
la fachada de San Gregorio de Valladolid.
En Andalucía se inicia el programa de Hospitales Reales de Enrique Egas, cuyos símbolos serán
el Hospital Real de Granada y el Hospital de la Sangre de Sevilla. Andalucía será el lugar más
importante del Plateresco español, consolidado por el impulso político de los Reyes Católicos.
El llamado Renacimiento Purista se produce a partir del segundo tercio del siglo XVI. En 1528,
Granada es el emblema de la idea imperialista de Carlos I. Sevilla y Jaén, por su parte, serán los
otros dos lugares de propaganda urbanística y monumental.
En Granada, Pedro Machuca (Palacio de Carlos V) y Diego de Siloé, serán los auténticos
artífices del Purismo. Este último influirá decisivamente en Andalucía Oriental. A él se deben los
modelos de las Catedrales de Málaga, Granada capital y Guadix, así como múltiples iglesias.
En Jaén y provincia, será Andrés de Vandelvira el primer artista continuador de los modelos de
Diego de Siloé.
En Sevilla, la triada de arquitectos: Hernán Ruiz I, II y III, consolidarán los nuevos proyectos.
De éstos, Hernán Ruiz II (de origen cordobés), será el más importante y el iniciador del
Manierismo. La fase Herreriana se concentrará en el último cuarto del siglo XVI y tendrá
modelos muy visibles en la Casa de la Lonja de Sevilla, la Puerta del Puente de Córdoba, las
obras en Martos de Francisco del Castillo y la arquitectura Contrarreformista de Granada:
Santa María de la Alhambra, la Abadía del Sacromonte y la Chancillería.
El desarrollo del plateresco andaluz se produce –como decimos- en el primer tercio del siglo
XVI. El palacio de Carlos V de Granada fue mandado construir por el rey Carlos I (emperador
de Alemania) con la intención de establecer su residencia en la Alhambra granadina. Ya los
Reyes Católicos habían habilitado salas después de 1492, pero la intención de Carlos era la de
dotarse de una residencia estable a la medida de un emperador.
El proyecto fue asignado a Pedro Machuca, figura extraordinaria que la Historia no ha sido
capaz de explicar con solvencia. En una España en la que el estilo imperante era el plateresco, y
que no se había despegado totalmente del gótico, Machuca construyó un palacio que corresponde
estilísticamente al manierismo, estilo que estaba dando sus primeros pasos en Italia. Aún
aceptando las versiones que sitúan a Machuca en los talleres de Miguel Ángel, cuando comienzan
las obras del Palacio en 1527 éste no había realizado todavía lo más representativo de su
producción arquitectónica.
Las primeras creaciones platerescas granadinas surgen en la esfera de Enrique de Egas, y aún en
obras suyas, pero no por propia creación. Así ocurre en la Lonja (desde 1518), que erigió
estorbando la ya angosta Capilla Real, cuya fachada integra en su adornada arquería gótica una
portada de no menos decorativas formas renacientes que es obra de García de Praves. En esta
misma línea están las cuatro ventanas frontales del Hospital Real, que iniciara el toledano,
asignables en parte al mismo García de Praves, aunque las más expresivas han de ser de Juan de
Marquina, autor por otro lado de las portadas de la Universidad (curia), de San Andrés y San
Cecilio, y del Colegio de las Niñas Nobles. De factura ya postsiloesca es la fachada de la Casa
Castril, obra asignada a Sebastián de Alcántara, marcada por un fuerte sentido acumulativo y
ornamental, en el que se han visto influencias puntuales de Covarrubias.
La llegada de las formas platerescas a Sevilla va unida a la del trasmerano Diego de Riaño, cuya
labor parece fluctuar entre obras del más absoluto goticismo, en buena parte heredadas, y
creaciones de marcada impronta italianizante cuya erección final escaparía a su competencia,
por lo breve de su actividad. Comenzadas en 1526 y sembradas de adiciones y reformas que
Pero en el urbanismo la situación es más compleja. Al igual que en Europa al tratarse de una
corriente de unos pocos su implantación en la mayoría de la ciudad era dificultosa a menos que
las mismas se produjeran de manera drástica (como las propuestas para Gubbio), porque ello
implicaba un cambio global de la cultura ciudadana, cosa que no era posible.
Si tenemos en cuenta que tanto Úbeda como Baeza contaban con una operativa bastante
autónoma con príncipes y consejos locales con bastante autonomía, la operativa se tornaba aun
más difícil.
Es obligado citar en Úbeda la casa del regidor, el palacio Torrente, las casas del Caballerizo
Ortega y de la calle Gradas, la Casa de los Salvajes, el palacio del Obispo Canastero entre otros.
En Baeza el palacio de los condes Garciez, el de los Sánchez Valenzuela, la casa de los Acuña, el
caserón de los Cabrera entre otros.
Aunque estos edificios se insertan en la estructura medieval respetando sus alienaciones y sin
crear ningún tipo de restructuración urbana es evidente que regeneran un cambio cualitativo en
su entorno con nuevos estilos compositivos, estilísticos y con cambios sustanciales en la escala de
la arquitectura residencial de su entorno entrando en competencia con la arquitectura
monumental de las iglesias aminorando de esta manera las influencias que de manera creciente
significaba su hegemonía.
Desde finales del cuatrocientos se desarrolla en España una práctica urbana consistente en la
apertura de plazas o placetas ente los nuevos edificios públicos o residenciales de cierta entidad,
estableciéndose una relación entre la arquitectura singular y el espacio frontal sin importar su
tamaño y que refuerza el prestigio de los edificios. Ejemplos representativos los encontramos en
el palacio de Jabalquinto y la casa de Benavides.
De la época podemos encontrar ejemplos significativos en la Alhóndiga que los Reyes Católicos
ordenan derribar o posiblemente de la familia más renacentista de Sevilla, los Duques de Alcalá
que abren una plaza delante de la casa Pilatos de Sevilla. Rodrigo Caro alaba estos nuevos
espacios considerando que desahogan, adornan y descubren majestad en los edificios. Otro
comentario del licenciado Peraza cuando afirma que no hay caballero en Sevilla que no tenga
una placeta o dos ante su casa, viene a confirmar esta incidencia o práctica que será extensible a
todos los tejidos urbanos medievales.
La focalización.
En Baeza en la plaza de Santa María se levanta la casa de los Cabrera –un edificio gótico tardío
que en principio fue exento- que se constituye en cuanto a fin de perspectiva en la calle san Felipe
Neri que en aquella en términos funcionales era una de las mas significativas de la ciudad-
anteponiéndose a la catedral que relega a un segundo plano. En el caso de Úbeda la que se
conoce como Casa de los Salvajes, se opta por disponer la portada en un pequeño chaflán que
suaviza la esquina mas aguada. Esta medida supone la renuncia a la simetría de las plantas a
favor de una mayor presencia urbana conseguida en términos de máxima economía. El ejemplo
mas nítido se produce en el convento de San Juan de la Cruz de Úbeda, en el que se lleva a cavo
una operación binaria muy delicada, por un lado se produce un pequeño retranqueo, generando
una dilatación minima de la calle, por otra la fachada de un nivel compositivo mínimo se traza
de acuerdo con el je de la calle San Juan de la Cruz.
No se podría pasar por alto un aspecto singular de la focalización que la esquina y la torre. La
esquina en cuanto a ser la arista donde convergen varias visuales. Esta práctica singular de la
arquitectura española renacentista se puede ver reflejada en palacio de Velas Cobos de Úbeda
en la posibilidad de rentabilizar ciertos ángulos en cuanto a soportes de composiciones más o
menos complejas.
La torre de clara ascendencia medieval será otra forma de emparentar la focalización
cuidadosamente reformulada en el seno de la arquitectura civil renacentista.
En Úbeda 1507 estalla la ―guerra‖ especialmente virulenta entre los Molina que ocupan el
Alcazar mientras que los Cueva se hacen dueños de la ciudad y el Cabildo.
Cuando se acaba la contienda se procede a demoler la mayor parte de la cerca que separaba la
―ciudadela‖ excepto el tramo situado ante la colegiata de Santa María. Con los escombros
resultantes es rellena la vaguada por donde discurría el ―arrollo de Azacaya‖. La importancia
de tal operación supone un cambio cualitativo en la organización de la ciudad siendo integrada
la ciudadela a la población real.
Como consecuencia de ese rellenado se genera lo que se llama la explanada conocida como ―llano
de Santa María‖ y después ―llano del Salvador‖. Este amplio vacío es bastante insólito en las
estructuras medievales.
Al igual que en el conjunto de Baeza, es un Renacimiento con señas de identidad propias. Estas
ciudades aportan una autentica recopilación de las ideas, soluciones y prácticas del urbanismo
renacentista, formulados por los tratadistas italianos del s. XV, pero adecuándolas a una realidad
sociopolítica cultural muy distinta a la italiana. La lección de urbanismo que ofrece la ciudad
trasciende lo regional y nacional, valorándose entre el urbanismo más innovador del
Renacimiento Español, y que tras ser reelaborado, tendrá una nueva proyección en
Iberoamérica.
Apertura de Placetas: ante los nuevos edificios públicos o residenciales de cierta entidad.
Arquitectura focalizando visuales: en línea con el fin de perspectiva y con la teoría renacentista
de "calle cerrada".
Soluciones de esquina: torres y brillantes composiciones desarrolladas en aristas de ángulo que
contribuyen muy eficazmente a la recualificación de la ciudad mudéjar heredada.
Una operación urbana inédita en España, la Plaza Vázquez de Molina: además de por su
extraordinaria calidad arquitectónica, supone una intervención que complejiza la organización
urbana para representar el nuevo recinto del poder, concreción espacial y formal de la
aristocracia política y económica que se configura durante la etapa renacentista.
Muralla
La ciudad esta configurada por un elemento defensivo que forma la muralla. Almohade fue el
último señor de Baeza, el emir Abd Allah Al-Bayyasi, independizado del rey sevillano en 1124,
pero que cayó rápidamente en el área de influencia de Fernando III, convirtiéndose en su
vasallo. Por tanto la muralla que heredaron los cristianos fue almohade si bien tampoco se sabe
si fueron sus antiguos constructores.
La ubicación de Bayyasa es extraordinaria. Sobre un cerro rocoso, tres cuartas partes de su
perímetro son casi inaccesibles debido a la considerable altura de las tierras colindantes. Por
tanto una sólida muralla era más que suficiente y no como otras ciudades fortificadas que
necesitaron de fosos para su mejor defensa.
Las puertas estaban situadas no de manera azarosa sino coincidiendo con las principales vías de
comunicación del territorio en el que confluían en su acceso a la ciudad. En el plano podemos
observar que las diferentes puertas: Úbeda, Toledo, Jaén, Puerta de Bedmar y de Granada.
En el grafico siguiente podemos ver el esquema de los accesos a los que hacemos referencia.
Posteriormente es muy posible que las autoridades cristianas abrieran nuevas puertas en función
de cargas fiscales, control de personas, sanitarias, de mercaderías concretas aun cuando la
ciudad original árabe solo tenía cinco puertas.
Pero a la pregunta de si solo existió una muralla o varias, propio de los recintos amurallados que
han ido creciendo en su dimensión urbana. La respuesta encontrada es que si, hubo dos murallas
la de los restos hoy conservados y otra interior que atravesaba la ciudad en el siglo XIII de por
medio. Por tanto de las investigaciones efectuadas y documentadas por un grupo de
historiadores podemos llegar a la conclusión que la ciudad musulmana que inicialmente se
pensaba se extendía por toda la extensión de la muralla externa ahora se vería reducida a
prácticamente la mitad.
Alcazar.
Dentro del recinto amurallado de cualquier ciudad amurallada musulmana es parte
importantísima la ciudadela o alcazaba, lugar donde resida el poder político y todos los servicios
que derivaban de el. Suele ser la parte fortificada última donde es más difícil acceder y donde en
última instancia el poder defensivo se hace más fuerte y contundente.
La alcazaba de Bayyasa ocupaba casi la mitad de la antigua superficie cercada.
Argote de Molina escribe una crónica que sirve de base para las escritas con posteridad, el
Alcazar no existe desde que Isabel la Católica mandara arrasarlo, y como hemos visto
documentalmente nunca más volvió a levantarse.
Desde mitad del siglo XVI se produce una actividad descentralizadora acentuada durante
el siglo XVI, poniéndose en marcha un proceso de revalorización de sectores de la periferia,
convertidos desde ese momento en espacios urbanos susceptibles de ser ocupados por las
clases altas, planteando un nuevo concepto del ensanche. Con ello se produce también una
salida de funciones urbanas hacia los barrios exteriores. Así, el polo económico se traslada a la
―ciudad baja‖, fuera de las murallas, centrándose en la Plaza del Mercado y sus aledaños, donde
surgen las nuevas construcciones civiles (Escribanías Públicas, Carnicerías, Alhóndiga, La
Cárcel y Casas de Justicia, la nueva sede del Ayuntamiento, etc.). Al tiempo, el centro de la
ciudad, el núcleo medieval, queda reducido, y a la vez definido, como espacio fundamentalmente
religioso y educativo (la Catedral, el Seminario, la Residencia del Obispo, numerosos templos
parroquiales, conventos, edificio de la Universidad y el Colegio de la Compañía de Jesús). De
esta forma, al concluir la etapa renacentista se ha formulado un modelo de ciudad
estructuralmente muy distinto del medieval. ―Ciudad alta‖ y ―ciudad baja‖, diferenciadas en sus
atributos y funciones componen un sistema cercano a la idea de ciudad del Humanismo que
preconizase Alberti: abierta , en expansión, construida por fases, reestructurada de acuerdo con
las nuevas necesidades y, sobre todo, densamente poblada de bellas arquitecturas expresivas de
la nueva cultura.
La zona histórica de Baeza en donde se encuentra Las Casas Consistoriales se puede secuenciar
dentro de la arquitectura renacentista del Siglo XVI en tres tipologías definidas:
Edificios Gótico final y protorenacimiento o Plateresco
1. Palacio Sánchez Valenzuela o Cerón.
2. Palacio de Salcedo o Condes de Garcíez.
3. Palacio de los Ponce de León.
4. Palacio de Jabalquinto.
5. Casas Consistoriales Altas.
6. Hospital de San Antonio Abad.
7. Iglesia de El Salvador.
8. Iglesia de S. Andrés.
9. Iglesia de S. Antonio.
10. Puerta de Jaén y Arco de Villalar.
Edificios PostVandelvirianos.
Junto a esto habrá intervenciones menores en portadas de templos y así, la portada sur de
San Andrés de Baeza prácticamente enlaza las últimas capillas intervenciones góticas en la
misma iglesia, visible en la torre anexa, mientras que dislocadas superposiciones de columnas
clásicas se insertan en estructura de portada medieval en el convento de San Antonio de Baeza.
Un siglo, que se cierra con la amplia proyección de los fermentos experimentales de Vandelvira y
sus émulos (edificio de la Universidad de Baeza) y que se prolongaría en gran parte del S.XVII
(Palacio de Mancera y del Marqués de Guadiana en Úbeda) y hasta el S. XVIII (Palacio del
Marqués de Contadero, en Úbeda), sellando así una singular perdurabilidad de un momento
histórico excepcional a través de la arquitectura. Finalmente, -como se analiza en otro informe-
las huellas de la escuela de Andrés de Vandelvira y algunas obras de Diego de Siloé fueron
tomadas como modelo y referencia en América. La primera, presente por lo menos en las
catedrales de México, Puebla, Oaxaca, Mérida, Guadalajara, Lima y Cuzco; y, aunque de fecha
Conjunto Monumental Renacentista de Baeza. Plaza de Santa María y Cuesta de San Felipe.
Por otro lado nos gustaría resaltar el carácter mas original de las dos ciudades tienen en común
un pasado ligado a la transición del mundo islámico al cristiano. Todo ello reflejado en el
sincretismo cultural que refleja la sociedad mudéjar.
La propia identidad que caracteriza su entorno urbanístico y arquitectónico singular se adentra
en el siglo XVI en el modelo de renacimiento de interpretación local con lenguaje propio e
innovador asumiendo sus valores medievales como transito a estas nuevas formas
reinterpretadas. De esta manera el sustrato islámico sienta bases para un estilo nuevo dentro de
la propia gramática renacentista.
Algunas de las más significativas construcciones renacentistas se asientan sobre las viejas
ciudadelas musulmanas con adarves y casas que denotan en su escala, construcción y motivos la
huella musulmana.
Las operaciones de renovación urbana se llevan a cabo asumiendo el pasado, de forma sutil e
inteligente, incorporándolo al nuevo lenguaje del Clasicismo renacentista. El pasado inmediato
medieval de Úbeda y Baeza se nos presenta bajo fórmulas de hibridación gótico-mudéjar:
La obra de Vandelvira centran parte de las referencias tipológicas mas frecuentes en el entorno
de Úbeda y Baeza y ya en fase avanzada de su obra en Jaén. El cruce de caminos de estas dos
ciudades deja su impronta en una arquitectura a modo de frontera entre dos caminos: el
musulmán, límite de frontera en estas dos ciudades y el medieval origen de la evolución posterior
Las innovaciones que caracterizan las obras de Vandelvira quedan reflejadas en el libro sobre
Estereotomía que no sólo dejan reflejo en su obra material, sino que son recogidas en un tratado
denominado Libro de Traças de cortes de piedra, que redacta su hijo Alonso. Se trata de un libro
que refleja toda la experiencia en la cantería en su fase constructiva de Úbeda y Baeza. El libro
no llego a publicarse pero esta demostrado que llego a imitarse y copiarse. Tal y como dice Jean
Marie Pérouse de Montclos, su riqueza es la mejor representación de la fecundidad de la
arquitectura española del siglo XVI. No será hasta el siglo XVII que no habrá nada en la teoría
francesa que pueda igualársele. Solo frente a los 51 ejemplos que aporta Philibert De l´Orme en
su tratado, Alonso de Vandelvira desarrolla 151 soluciones estereotómicas.
Capilla de El Salvador
Andrés de Vandelvira, arquitecto al que se le atribuyen –entre otros--Las Casas Consistoriales de
Baeza recibe una esmerada educación en Granada, donde se inicia como cantero y se especializa
como arquitecto. Se presenta como el sucesor de Diego de Siloé. Su tendencia al clasicismo y la
serenidad, inscriben su obra dentro de las pautas renacentistas. El Monasterio de Uclés y la
iglesia de El Salvador de Úbeda encabezan su producción. En Úbeda prosigue los planos que
había trazado Diego de Siloé, aunque introduce algunas modificaciones. La capilla funeraria de
San Francisco de Baeza es otra de sus obras emblemáticas. Su último trabajo fue la dirección de
la catedral de Jaén, cuyos planos iniciales correspondían a Diego Benavides. En la localidad de
Baeza dejó la capilla de San Francisco y la Torre del Reloj. Dentro del género civil destaca el
Palacio de Vela, el Palacio de Cobos y el de Vázquez de Molina de Úbeda. Intervino en la
catedral de Málaga.
En su biografía no se conoce exactamente quiénes fueron sus padres, ya que a pesar del
testamento, no se habla en él de sus padres y sólo sabemos el lugar de su nacimiento en Alcaraz,
en la actual provincia de Albacete. Lo más probable es que su padre fuera un maestro,
seguramente entallador, llegado del norte de Europa, quizás de Flandes. El apellido Vandelvira
puede ser una forma castellanizada de ―Van-der‖ claro prefijo norteuropeo.
En algunos documentos históricos se habla de un tal Pedro de Vandelvira sin en cambio no
existen pruebas suficientes que lo aseveren. El padre de Vandelvira pudo ser el autor de la
portada de la fachada de la Trinidad de Alcaraz, que revela en su imaginería rasgos nórdicos.
Era frecuente que estos maestros itinerantes llegados del extranjero fueran ocupados en diversas
obras en una época en la que en España se vivían momentos de plenitud y tanto la iglesia como
Andrés de Vandelvira, aparece por primera vez trabajando como modesto cantero en las obras
del Convento de Ucles. El año 1530 aparece su nombre con motivo de un pleito promovido
contra el Prior por algunos operarios. Según las fechas más ciertas, tendría Andrés en este
momento 21 años. Después su nombre vuelve a desaparecer y surge de nuevo en el año 1536, con
motivo del contrato para construir la Iglesia del Salvador de Úbeda. Junto con Vandelvira
Alonso Ruiz, que luego no vuelve a aparecer y del que carecemos de otras noticias.
Los constructores se obligan a seguir los planos y condiciones debidos a Diego de Siloé, el gran
maestro escultor y arquitecto burgalés.
En esta obra se consolida la personalidad del joven arquitecto, amparada no sólo por la figura de
Diego de Siloé, sino por la de un escultor que allí trabaja inicialmente y que se llama Esteban
Jamete. Se puede decir que la primera etapa de su arte se centra en dos monumentos muy
característicos, el Salvador de Úbeda y la Capilla Mayor del Convento de San Francisco de
Baeza, fundación de la familia Benavides.
El Salvador de Úbeda es fundación de D. Francisco de los Cobos, secretario del Emperador
Carlos I y hombre de su confianza en materia hacendística. Luego D. Francisco de los Cobos va
a alcanzar una enorme prepotencia durante los años en que reinó el Emperador y sirvió al estado
en múltiples asuntos y cargos de responsabilidad.
La Capilla del Salvador es una capilla funeraria, tema que era muy frecuente durante el siglo
XV y buena parte del siglo XVI. Muchas ilustres familias se hacían labrar monumentales y
suntuosas capillas unidas a templos ya existentes. Tal es el caso, por ejemplo, de la Capilla del
Condestable en la Catedral de Burgos, fundada por la familia de los Velasco, y la Capilla de
Santiago en la Catedral de Toledo, que se hizo labrar D. Álvaro de Luna, aunque no pudo verla
construida, y esto corrió a cargo de su mujer. De la misma manera, otra gran capilla del estilo
gótico naturalista es la de los Vélez, en la Catedral de Murcia.
En otras ocasiones estas capillas se hacían no adheridas a templos existentes, sino organizándose
como templos independientes. Tal es el caso del Salvador de Úbeda, capilla funeraria que
constituye una pequeña iglesia por sí misma. No vamos a hablar de todo el lujo desplegado en
esta extraordinaria fundación de D. Francisco de los Cobos y en la que tanta parte tomo el
entallador Esteban Jamete y más adelante, labrando el retablo, el gran escultor castellano Alonso
de Berruguete. Aquí se despliega el arte de Vandelvira en su primera etapa, en la etapa que
podemos llamar plateresca. Es cierto que la concepción general del edificio corrió a cargo de
Diego de Siloé, pero una vez iniciadas las obras con sus trazas fueron los maestros ejecutantes los
responsables de su desarrollo, y ya se sabía que en aquella época el desarrollo no era una
repetición exacta de unas trazas recibidas, sino una creación por sí misma. Las trazas o
condiciones no podían tener una gran exactitud y el maestro tracista tampoco podía viajar a
menudo para controlar su seguimiento. Por lo tanto, quedaba a cuenta de los ejecutantes mucho
de la interpretación, en la que intervenía su gusto personal.
Se puede ver claramente en la Iglesia del Salvador, donde Vandelvira y Jamete fueron los
intérpretes libres de una obra pautada. Sobre todo en las portadas y en la parte de imaginería
esto es evidente. La portada principal del Salvador sigue más o menos las líneas de la puerta del
Perdón del crucero de la Catedral de Granada, pero es distinto el tratamiento y varían
naturalmente las dimensiones. La obra de Úbeda es más fina y delicada, y la gloria de sus
elementos escultóricos, algunos bellísimos, pertenece a Jamete.
En la fachada principal existen dos hermosos escudos sobre una especie de urnas sepulcrales, y
Pero todavía nos queda la magnífica decoración, en la que vemos muchos temas que continúan
los iniciados en la Capilla del Salvador y donde debió existir la misma colaboración de Esteban
Jamete. De los costados principales de esta capilla nos queda uno casi entero, con el escudo de los
Benavides sostenido por Atlantes, mientras que el otro ha desaparecido casi por completo.
Encontramos aquí el mismo gusto por la decoración delicada, pero lujosa, y la misma tendencia
a utilizar la figura humana no sólo en relieves alusivos, sino en grandes figuras, con la de los
susodichos Atlantes.
Este período y esta manera de Vandelvira se pueden detectar en otra serie de obras, como son la
portada de la Iglesia de San Nicolás de Úbeda y algunas otras en las que no vamos a detenernos.
Pero Andrés de Vandelvira, cada vez dueño de una formación más sólida, se enfrenta con temas
de mayor envergadura, como es, sobre todo, el de la Catedral de Jaén, y entonces el maestro
abandona lo que pudiéramos llamar el estilo plateresco y el gusto por el ornato delicado, bien
basado en la figura humana o en elementos tomados de los grutescos, del primer renacimiento,
en busca de soluciones arquitectónicamente de una creación verdaderamente genial. Este estilo,
eminentemente arquitectónico, se impone en la misma catedral, que Andrés de Vandelvira no
pudo ver realizada más que en una mínima parte, pero para la que dejó trazas y modelos
suficientes para que la obra se continuara a través de los años según sus deseos y proyectos.
También a este segundo estilo corresponden palacios como el de Vela de los Cobos o como el de la
marquesa de Rambla, que, si son severos, mantienen un nexo con el pasado al mantener los
escudos heráldicos con ayuda de figuras humanas de gran tamaño.
Parecería que la obra de Vandelvira ya iba a adquirir una firmeza y continuidad dentro de este
estilo, en el que la riqueza escultórica ha sido sustituida por las líneas arquitectónicas, pero
todavía le quedaba a Vandelvira dar un último paso en su estilo y en su manera de concebir la
arquitectura, y este paso lo da fundamentalmente cuando construye en la misma ciudad de
Úbeda su verdadera pieza artística, el famoso Hospital de Santiago, fundado por Don Diego de
los Cobos, Obispo de Jaén y sobrino de don Francisco de los Cobos, por lo tanto perteneciente a
esta ilustre e influyente familia.
Pasa por tres etapas. La última menos desarrollada, por que no tiene
ocasión de desplegar sus ideas y porque pronto le alcanza la muerte;
pero a través de la Iglesia del Hospital, de su Sacristía, del gran techo
de la inmensa escalera.
La primera, la fase plateresca y florida, donde la escultura ornamental
es el principal exorno arquitectónico, y otra en la que la arquitectura triunfa por sí misma y
donde prevalecen sus líneas estrictas y severas, para llegar, por último, a una solución que está
dentro de las grandes creaciones del Renacimiento italiano, en las que la pintura mural alcanza
una significación de primera magnitud.
Catedral de Jaén
Grafico 1
Corresponde a la parte de Técnicos Municipales a la zona de mayor transito del ayuntamiento
situándose de esta manera en la planta baja del edificio con mayor accesibilidad. Este es el
departamento de obras y urbanismo. Además de la sala de los partidos políticos y otras
dependencias como archivos y aseos.
Grafico 2
La entrada principal situada a la derecha corresponde con la zona más noble del edificio y que
da acceso a la escalera principal y a la planta primera. Claramente dichos usos corresponden a
la parte más institucional que alberga y su equipo de gobierno, despachos y salas de reuniones
Los distintos despachos que lo componen tienen acceso a través de pasillos adyacentes al patio
principal y patio trasero y otro formado en la parte central de la primera crujía lateral del
edificio.
En general se pueden diferenciar los dos accesos con múltiples interconexiones entre las distintas
funcionalidades del edificio.
Representativo ejemplo del plateresco andaluz, se compone de dos cuerpos separados por una
imposta acanalada y posee dos puertas: la de acceso a la antigua cárcel y la antigua entrada a la
Casa de la Justicia. En el cuerpo superior se encuentran cuatro balcones originales y uno
posterior. El Salón de Plenos tiene un formidable artesonado renacentista policromado que fue
trasladado desde el convento de San Antón.
En el cuerpo superior hay cuatro balcones ordenados al modo serliano (Serlio fue un arquitecto
y tratadista italiano del Renacimiento). Entre los cuatro balcones están distribuidos los tres
escudos que se repiten por toda la ciudad: escudo de Felipe II, escudo del Corregidor Juan de
Borja y escudo de la ciudad. La cornisa está decorada con grandes ovas, sofitos o tableros y con
ménsulas de volutas con figuras de niños, enanos, esfinges, quimeras águilas, chivos alados, hojas
de acanto. En el vestíbulo, yeserías renacentistas.
Las pilastras, frisos y arcos son de minuciosa labra, y desarrolla una cornisa de imaginativos y
variados canecillos.
En su fachada lateral presenta un claro desnivel en su calle con un remate poco coincidente en su
extremo lo que origina un desenfoque en la unión entre la arquitectura elaborada de Vandelvira
y el nuevo edificio adosado tipo cuartelón o casona muy propio de bien entrado el XIX. En esa
parte del edificio lateral podemos ver una clara inclinación de la línea de fachada hacia su
extremo interior deformando su aspecto cuadrangular y haciendo irregular el edificio.
En la sección longitudinal del edificio justo por la escalera imperial se puede apreciar los dos
tipos de arquitectura yuxtapuestos en su primer tramo con labrados hasta en sus techos, arcos y
montera -cúpula acristalada cerrando un patio interior de luces- y la parte trasera y lateral que
presenta un aspecto mas funcional.
Autoria.
Se han manejado varias hipótesis en cuando a la autoria del edificio y su fecha de construcción.
Tal y como señalamos en el apartado siguiente el edificio se construye entre 1520 y 1523 y entre
las hipótesis de su autor figuran el propio padre de Vandelvira (Pedro), Francisco del Castillo y
el propio Andrés de Vandelvira. Además de las enumeradas por el arquitecto Chueca que
referimos a continuación.
Tal y como señala este último (Pág. 243 de su libro Vandelvira), el concepto del edificio y sus
detalles se separan de las obras documentadas de Vandelvira. La fecha de su construcción que
figura en su fachada, esto es 1559, es un edificio retrasado en veinte o veinticinco años de las
normas platerescas de ese periodo. Aun así, señala, que la puerta de medio punto flanqueada por
cariátides, que se despegan del resto de la fachada y que parecen añadidos posteriormente, en el
que es muy posible la intervención posterior de Vandelvira. El piso superior, las esplendidas
ventanas de composición paladiana tratadas de manera andaluza, con frágiles columnillas, la
cornisa y luego en la planta baja los pequeños huecos con guarnición plateresca, parecen de la
primera época. En cambio las dos puertas del piso inferior parecen posteriores, posiblemente
ampliadas o abiertas a posteriori. De todas maneras es un edificio que en la actualidad se
encuentra en fase de rehabilitación y posiblemente en estudio arqueológico de su subsuelo y
partes demolidas. La propia tesis resultante de Chueca es que esta ultima parte se debe a un
maestro formado en la escuela granadina de Juan de Marquina o de Sebastian de Alcántara, que
tomara los huecos paladéanos, quizás del palacio de Carlos V, reinterpretándolo de una manera
popular y plateresca y que llegado a Baeza adoptara allí ciertos elementos regionales que
constituyeran un vinculo o parentesco con las obras locales. Esta fusión de elementos un tanto
contradictorios se encuentra en la propia cornisa del edificio. Según Juan Moya una de las
cornisas mas esplendidas del Siglo XVI en España, tanto por sus proporciones como la
decoración tallada que cubre sus miembros, sus grandes vuelos van apeados por ménsulas de
distinto decorado cada una, así como con las tabicas y los sofitos respectivos, sin que esta
variedad perjudique a la unidad del conjunto, sino antes bien realzándola.
Si tenemos en cuenta que Chueca es uno de los mas prolíficos escritores sobre Vandelvira y que
el comentario que de modo escueto hace en su paginas del libro mencionado, solo podemos
pensar que las diversas fases del edificio y sus posibles ampliaciones se han producido de manera
determinante en el año 1559 para darle la configuración esencial de su fachada principal.
En realidad esta tesis encaja con aspectos más tipológicos en los cuales queremos incidir. En
primer lugar del estudio cronológico de los datos que nos sitúan a Vandelvira en Úbeda y de la
aproximación de sus padre como preceptor de la figura de su hijo.
El primer dato relevante es que se presenta como el sucesor de Diego de Siloé, así lo hace constar
por escrito. Lo más probable es que su padre fuera un maestro, seguramente entallador, llegado
del norte de Europa, quizás de Flandes. El apellido Vandelvira puede ser una forma
castellanizada de ―Van-der‖ claro prefijo norteuropeo. El padre de Vandelvira pudo ser el autor
de la portada de la fachada de la Trinidad de Alcaraz, que revela en su imaginería rasgos
nórdicos.
Andrés aparece por primera vez trabajando como modesto cantero en las obras del Convento de
Ucles el año 1530 aparece su nombre con motivo de un pleito promovido contra el Prior por
Se puede decir que la primera etapa de su arte se centra en dos monumentos muy
característicos, el Salvador de Úbeda y la Capilla Mayor del Convento de San Francisco de
Baeza, fundación de la familia Benavides.
Así es que en 1536, tras haber adquirido por el Comendador un solar al Hospital de San
Salvador, junto con otras casas particulares, por un importe de 1.500 ducados, Cobos encarga el
proyecto de la obra a Diego de Siloé, quien entrega trazas y molde de la misma; quedando
comprometido el maestro burgalés a completar todo tipo de condiciones para la fábrica. Estas
condiciones publicadas por Don Manuel Gómez Moreno en «Las Águilas del Renacimiento»- son
altamente exhaustivas y básicamente ajustadas a la posterior realidad física de la iglesia.
El templo queda contratado por Andrés de Vandelvira y Alonso Ruiz el 18 de septiembre de
1536, adquiriendo el compromiso de subir la fábrica quince pies en seis años, por lo que
recibirían la cantidad global de 12.800 ducados.
«En la noble e muy leal cibdad de ubeda a diez y ocho días del mes de setiembre año del nascirniento
de nuestro salvador íhu. xpo. de mill e quynyentos e treynta e seys años, por presencia de alonso rruyz
cantero vecyno de la dicha cibda e andres de vandelvira vecino de la cibdad de alcaraz, estypulan de
hazer la obra de la yglesya de nuestro salvador en la dicha cibdad en el sytio... conforme a las
condiciones e a la traza questá firmada de los dichos... así mesmo fyrmada de diego de syloe cantero
vezino de granada... el dicho syloe la a de dar acabada conforme a las dichas condiciones e a lo que
el dicho diego de syloe tiene platicado con los dichos alonso rruyz y andrés de vandelvira».
Desentendido Siloé de la obra, Francisco de los Cobos lo manda suspender «por algunos
respetos», en 1539. De este modo el Comendador volvía a hacer contrato de la misma en 1540,
recayendo ya toda la responsabilidad de la construcción sobre Vandelvira, tras licitar al encargo
con los maestros Francisco del Castillo el Viejo y Domingo de Tolosa.
«Sepan quantos esta carta vieren como yo alonso rruyz y yo andrés de vandelvira, canteros, vezinos
que somos de la muy noble e muy leal ciudad de ubeda dezimos que por quanto nosotros nos ovimos
obligados de hazer la yglesia de san salvador de la dicha ciudad que el yllustre señor don francisco de
los covos mandó hazer en cierta forma e traza que para ello nos fue dada, la cual nosotros
prencepiamos a hazer e agora su señoría a acordado de acabar la dicha yglesia... nos obligamos de
hazer la obra conforme a la muestra con que primero estavamos obligados y de mas la puerta
prencipal de los pies de la yglesia de la nave e forma de la que siloe a fecho en la yglesia mayor de
granada, con que no se eche mas costa aunque en algo se dyferencie; as¡ mesmo arriós de hazer otras
dos puertas en los lados de la yglesia comunicando con el señor dean el tamaño e ornato que le
pareciere... a doce días del mes de junio de mill e quinientos e cuarenta... testigos que fueron
presentes... luis de vega maestro de obras de su majestat vezino de madrid... por alonso rruyz lo firmo
un testigo porque dixo que no sabía escrevir».
Por otra parte, sabemos cómo en este mismo contrato se le encarga a Andrés de Vandelvira la
realización de una Sacristía, cuya originalidad ya nada tiene que ver con el inicial proyecto de
Siloé. También sabemos que Luis de Vega, arquitecto real, supervisa las trazas y nuevos modelos,
1 2 3
Aquí podemos observar las referencias tipológicas en cuanto a su autoria en la fachada de la
capilla de El Salvador 1, su portada 2 y algunos detalles de su cornisa 3
Otra autoria referida a Francisco del Castillo el Mozo que fue un arquitecto manierista español
(Jaén, 1528 – Granada, 1586). Hijo del también arquitecto Francisco del Castillo el Viejo, a los
17 años es enviado por su padre a Italia para su formación, colaborando junto al maestro
Vignola en la Villa Julia de Roma hacia 1552, hecho que marcaría su estilo posterior. Trabaja en
Martos en la década de 1570; suya es la portada de la antigua cárcel y la denominada Fuente
Nueva. En Jaén, participa en el Convento de Santa Clara, en La Guardia en el Antiguo Convento
de Santo Domingo, y en Huelma en su iglesia parroquial. Asimismo es autor de la fachada de la
Real Chancillería de Granada.
La casa consistorial de Martos, antigua cárcel y cabildo, es considerada una joya del manierismo
andaluz. Se construyó en 1557 por Francisco del Castillo "El mozo".
Es su grandiosa portada lo que la hace única. Se destacan las columnas dóricas fajadas con
sillares almohadillados, estatuas como la de la Justicia y la Prudencia (decapitadas), sus enormes
puertas, así como los diversos escudos entre los que destacan el de los Austrias, el de Martos, y el
de la Orden Calatrava.
En su fachada lateral se
conservan numerosas
inscripciones latinas
halladas en la acrópolis de la
antigua ciudad ibera y
romana de Tucci, como era
conocida Martos en la
época.
En cuanto a los promotores que eran delegados del Rey a modo de Corregidores existe una
amplia documentación sobre las políticas seguidas en torno al traslado de la cárcel a la zona
externa del casco histórico, que era un asunto conflictivo por cuanto la seguridad de los presos,
los amotinamientos y demás cuestiones practicas en aquel entonces. Lo que si es generalizado es
la unión de las Casa de los Corregidores con la Cárcel y Casa de Justicia en toda España. Es
decir, la justicia la administraba el corregidor en nombre del rey y la cárcel y su propia casa del
corregidor deberán estar juntas.
Por tanto esta veracidad unida a la afirmación acertada de Chueca Goitia de que el estilo se
corresponde con veinte o treinta años antes del señalado en la fachada, atestiguan su situación
cronológica exacta y su ubicación estilística adecuada a los usos de su periodo.
La primera reforma y ampliación se supone ya en la fecha señalada en la fachada 1559 en donde
se compran casas colindantes y se produce la primera transformación.
13_Rehabilitación_situación presente.
El edificio ha iniciado la primera fase de rehabilitación al amparo del concurso de arquitectura
que se convocó a tal efecto por parte de la Junta de Andalucía y el Excmo. Ayuntamiento de
Baeza en Abril del 2001.
El objetivo del concurso es destinar a las oficinas del ayuntamiento la totalidad del edifico ya que
la anterior ubicación en la planta baja de los juzgados serán trasladados a una nueva ubicación.
De este modo el programa de usos planteado debería dar respuesta a los requerimientos
funcionales del ayuntamiento y, resumiendo, comprender las siguientes áreas: policía municipal,
área administrativa, área política, servicios de obras y urbanismo, servicios generales, sala de
exposiciones y usos múltiples y aparcamiento.
La historia del edificio, recopilada minuciosamente por diversos historiadores principalmente D.
José Policarpo Cruz Cabrera y Dña María Dolores Higueras, se caracteriza por las numerosas
reparaciones y obras de reformas de que ha sido objeto a lo largo del tiempo y que se debieron
tanto a los deterioros de sus estructura , amenazando ruina en varias ocasiones, como a las
necesidad de conservación y modernización de las diversas condiciones higiénicos-sanitarias, de
Estas obras de adaptación se inician en 1859 con la instalación de una estación telegráfica dentro
de la casa de corregidores, en la que el ayuntamiento cede un local, prosiguen en 1862 con la
cesión de nuevas habitaciones para el mismo uso en la planta baja y culminan en 1867
disponiéndose el traslado del ayuntamiento al edificio. Probablemente en estas obras se ejecuta
la escalera imperial.
En 1903 se levanta una torre para el reloj en la fachada del edificio pero, considerada la obra
antiestética y peligrosa, en el mismo año se determina su demolición.
En 1916, a petición del Ayuntamiento y vecinos de Baeza se incoa expediente para declarar el
edificio monumento nacional dictándose, 1917, una real orden que declara el edificio como tal,
pero limitándolo a la primera crujía.
El proyecto ganador plantea la demolición del edificio a excepción de la parte histórica con el
siguiente sistema de funcionamiento:
Lo existente: la parte histórica que contiene la parte representativa y política (sala de
plenos, alcaldía, grupos políticos, sala de exposiciones y conferencias…)
Lo nuevo: contenedor de oficinas, zonas de uso común y atención al publico (área
administrativa, obras y urbanismo, servicios generales…)
El vacío: contenedor de un nuevo espacio publico, distribuidor y lugar de espera y
estancia.
Conclusiones
Como conclusión a la autoria ya que la fecha parece cierta en primera instancia –es decir—en la
primera edificación que data de 1520-23 Andrés de Vandelvira tenia 11 años, si bien las
topologías traídas sobre su primeras obras conocidas en el año 1536 de la Iglesia del Salvador
proyectada por Diego de Siloé nos hacen suponer que existió una figura previa que canalizo --
posiblemente el propio padre, Pedro de Vandelvira-- de ahí la propia confusión y atribución que
bien podría haber rematado el propio Andrés en el año 1559. Cuando se transforma la planta
baja del edificio para darle mayor suntuosidad a las puertas y hacer el añadido de la derecha de
la fachada principal. En cualquier caso parece lógico que de la fama que traslada el propio
Vandelvira y de lo esmerado del edificio se pueda adivinar la atribución popular que se le hace
Bibliografía
Otros Recursos
http://www.urbipedia.org/index.php/Portada
Andrés de Vandelvira y sus tres estilos. Por Fernando Chueca Goitia, artículo publicado
en el Boletín Informativo "Cultural Albacete", marzo de 1985 (número 14).
Vicente Lampérez y Romea, articulo publicado en la RAH 1917, Tomo 70 pags 207-210,
Sobre la Casa de Corregidores y Cárcel de Baeza.
Agradecimientos:
A Dña Josefa Inés Montoro de Viedma -Archivera de la Biblioteca Pública Municipal de
Baeza- que amablemente me remitió el artículo de la que es autora sobre el año de la
construcción de la Casa de Corregidores y Cárcel de Baeza (incorporado como anexo 1)
ANEXO 1