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Zigzaguean en autopistas y no conciben que alguien se atreva a andar a menos de 60 kilmetros por hora. Con gafas oscuras y la silla un poco recostada, manejar un automvil es un deporte extremo para ellos. Gozan viendo la cara de terror en sus pasajeros que conduce su vehculo superando los lmites de velocidad establecidos. Llevan sus propios rcords y cuentan, eufricos y cada vez que pueden, su ltima hazaa automovilstica. Los lmites de velocidad son solo paisaje: ellos van a su propio ritmo (generalmente al doble de los dems).Lo que ellos no saben, ni tienen en cuenta, es que, a pesar de sus destrezas, tienen un enemigo en comn con el resto de los mortales: la fsica. No son concientes de que, mientras conducen su vehculo, estn transformando grandes cantidades de energa cintica que al final, si no es controlada, se entrega, deliberadamente, en forma de un accidente de trnsito. Una frmula matemtica es la que, en realidad, explica por qu en las grandes ciudades y autopistas del mundo se controla la velocidad de los vehculos que las transitan: mv^2, o 1/2 de la masa por la velocidad al cuadrado. Quiere decir que, a mayor velocidad, mayor energa cintica llevar el vehculo. Como la masa de un vehculo es poco variable (solo cambia por el nmero de pasajeros o carga que pueda llevar) las autoridades se centran en regular la velocidad de los vehculos, que s es un factor controlable por parte de los conductores.