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Augusto José Jaramillo Múnera

Universidad Central de Venezuela


Facultad de Humanidades y Educación
Escuela De Historia
augusto.jaramillo@gmail.com

EL JUEGO DE GARROTE: FORMA DE DEFENSA PERSONAL


VENEZOLANA

“El juego de palos es uno solo, porque todos los palos van pa`l cuerpo y el cuerpo es
uno solo”
Don Mercedes Pérez Amaro (1914-2002) Maestro del Juego de Garrote.

Palabras clave: Juego, garrote, Venezuela, arte, defensa, identidad.


Resumen.

El presente trabajo representa un primer acercamiento del autor al juego de


Garrote venezolano, en el que se analizan algunas nociones básicas sobre su probable
procedencia, su evolución, la naturaleza de su práctica y la probable relación con ciertos
rasgos identitarios colectivos del venezolano.

Esta investigación forma parte de mi trabajo de licenciatura de grado en historia


de la Universidad Central de Venezuela, para la realización del mismo se consultó el
material bibliográfico existente sobre el tema en Venezuela y realizamos un bosquejo de
categorización a nivel epistemológico, con el fin de proponer un método de trabajo para
el estudio de este tipo de manifestaciones.
EL JUEGO DE GARROTE: FORMA DE DEFENSA PERSONAL
VENEZOLANA

“El juego de palos es uno solo, porque todos los palos van pa`l cuerpo y el cuerpo es
uno solo”
Don Mercedes Pérez Amaro (1914-2002) Maestro del Juego de Garrote.

INTRODUCCIÓN

Queremos iniciar esta exposición haciéndonos algunas preguntas: ¿que es lo que


hace que una forma de pelea se convierta en un arte marcial?, ¿Las practicas de lucha o
formas de pelea de una región o localidad pueden considerarse fuentes históricas que
nos remitan al pasado? Y la no menos importante de ¿Es posible descubrir rasgos de la
identidad de un pueblo a través de sus formas de lucha?

La primera pregunta resulta sencilla de responder para el promedio de las


personas quienes, apelando al sentido común, pueden decir que las formas de pelea se
transforman en artes marciales al convertirse en deportes, otros tal vez como
consecuencia de lo anterior, podrían decir que le agregamos normativas, se organizan
competencias y se estructura su enseñanza y/o práctica en grados o niveles, cosa que
parece bastante lógica. Mas respuestas a esta pregunta podrían girar en torno a la
fundación de escuelas y organizaciones donde se agrupe a los practicantes de una
disciplina, inclusive me he topado con respuestas de lo más pintorescas como decir que
un arte de pelea es marcial por su marcialidad, valga agregar su porte, elegancia de
movimientos o la vistosidad de piruetas o acrobacias.

Pero ¿que sucede cuando nos topamos con una forma de pelea que no proviene
de lejanas latitudes sino de acá mismo, de Venezuela? Una forma que además de
resultar muy poco conocida, carece de la mayoría de estas características que son al
parecer tan ampliamente aceptadas, ¿Cómo podemos enfrentar el estudio y comprensión
de un hallazgo como este? En primer lugar realizaremos el trabajo descriptivo
respectivo con el fin de realizar el primer acercamiento a nuestro objeto de estudio,
posteriormente y con la ayuda de cierto arsenal teórico nos adentraremos en la
naturaleza de esta practica para finalmente, realizar algún aporte teórico que nos permita
relacionar nuestro objeto con la que consideramos la parte fundamental de nuestro
estudio: sus caracteres identitarios presentes y como los relacionamos con la
idiosincrasia propia del venezolano en aspectos muy específicos; todo esto sin perder de
vista el hecho de que el presente es un conjunto de resultados preliminares, un
acercamiento inicial que no pretende ser una obra terminada y reconoce el estar en
pleno desarrollo.

Refiriéndonos a la segunda interrogante planteada al inicio, es importante


contextualizar el hecho de que, las practicas de lucha son muestras representativas del
pasado en tanto, mantienen elementos en su estructura -digamos por ejemplo sus
tradiciones- que evidencian la época de la que proceden. Por otra parte, si somos
capaces de hurgar en sus fuentes orales, sus anecdotarios y sus contenidos simbólicos,
seremos así mismo capaces de hallar vestigios que nos remonten a posibles
reconstrucciones del pasado, adentrándonos en los recuerdos individuales y colectivos
de épocas recientes (los llamados presentes-pasados). Latinoamérica, con su historia
llena de episodios bélicos y un sinfín de coyunturas, con una naturaleza generosa en sus
dones pero en ocasiones inhóspita, un continente donde se produjo un enorme cruce de
diversidad de culturas que produjo un no menos importante mestizaje, es el lugar
perfecto para iniciar o continuar, desde la perspectiva de la disciplina histórica, los
estudios de la identidad, una identidad que parece diluida o substituida por los modelos
que intentan homogenizar lo cultural e insertarlo en una globalidad sin rasgos
distintivos en ninguna parte; el estudio y la vivencia de las formas de lucha venezolanas
y por extensión latinoamericanas, constituyen en si una vía, un vehiculo para acercarnos
al entendimiento de las bases de esa identidad, para ayudarnos tal vez a reconstruirla.

DEFINICIONES PRELIMINARES

Dos de las dificultades iniciales con las que nos topamos al tratar temas
relacionados con las formas de pelea o las artes marciales en general giran en torno a las
referencias que tiene n, una enorme cantidad de personas, sobre ciertos tópicos de las
mismas. En primer lugar, está la tendencia a generalizar los conceptos básicos, y en
segundo lugar, existe una suerte de acuerdo conceptual generalizado que expresa que
toda forma de defensa personal proviene históricamente del Lejano Oriente. Si bien hay
un poco de verdad en estas ideas, también es cierto que su aceptación total acarrea la
exclusión o no aceptación de otras; creemos conveniente entonces, y aunque pueda
parecer un tanto oneroso, referenciar algunas definiciones.

Según el DRAE la palabra marcial significa (Del lat. martialis, de Marte). Adj:
Perteneciente o relativo a la guerra, la milicia o los militares. Así mismo la palabra arte,
en las acepciones que más tocan al tema que tratamos significa: arte. (Del lat. ars, artis,
y este calco del gr. t????). amb. Virtud, disposición y habilidad para hacer algo. || 2.
Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y
desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o
sonoros. || 4. Maña, astucia. || 5. Disposición personal de alguien. Buen, mal arte. || ~
bella. f. Cada una de las que tienen por objeto expresar la belleza, y especialmente la
pintura, la escultura, la arquitectura y la música. U. m. en pl. Academia de Bellas Artes.
|| ~ militar. amb. Conjunto de preceptos y reglas para la organización y empleo de los
ejércitos.||~noble.f.artebella.||. Continuando encontramos: || ~ popular. m. El cultivado
por artistas, con frecuencia anónimos, y fundado en la tradición. || ~s marciales. f. pl.
Conjunto de antiguas técnicas de lucha de Extremo Oriente, que hoy se practican como
deporte. U. t. en sing.1

Al buscar en otro diccionario la palabra deporte encontramos: “Pasatiempo,


diversión practicada por lo común al aire libre (...) se ejercitan la fuerza física y la
agilidad tanto como la inteligencia, la astucia y el compañerismo. Existen dos
modalidades: el de aficionados, o <amateurs>, y el profesional; en el primer caso, los
practicantes lo son por mero placer y satisfacción personal, mientras que en el segundo
el deportista, por su calidad de tal, tiene una retribución pecuniaria (...) existen deportes
individuales o en equipo”.2

No es nuestra intención hacer acá un tratado sobre semántica ni mucho menos,


esto sería materia de un estudio extensivo y de otra índole. Lo que si pretendemos es
1
Tomado del DRAE en su edición digital (2008)

2
Diccionario de las Américas.
establecer el hecho de que muchas veces aquellas cosas que aceptamos como verdades
dependen enteramente de nuestro punto de vista. Si hemos prestado atención a ciertos
detalles de estas definiciones podemos notar ciertos aspectos relevantes: por una parte
esta su marcado euro centrismo; por ejemplo, categorías como “Lejano Oriente” tienen
un ascendente histórico que data de la época de los grandes imperios comerciales
europeos; otro tanto encontramos en los significados de “Bellas Artes”, que reivindican
sólo aquellas expresiones relacionadas con la pintura o la escultura, concepción
típicamente euro céntrica también. No podemos por supuesto pasar por alto “Arte
marcial” calificada de entrada como únicamente proveniente del antes mencionado
“Lejano Oriente”. Si aceptamos ciegamente estas definiciones, difícilmente podríamos
encajar en la idea de que muchos otros “pueblos” del mundo, a lo largo de su historia,
han creado, recreado y transmitido de generación en generación, sus propias formas de
de combate cuerpo a cuerpo. Para poder adentrarnos con la mente despejada en este
tema necesitamos redefinir varios conceptos: 1) lógicamente Arte marcial y forma de
pelea, 2) Por extensión, lo que se ha entendido por tradición popular o “cultura
popular”.

A los fines de este estudio, y para posibilitar el abordaje desde el punto de vista
histórico del Juego de Garrote venezolano diremos que Arte Marcial la entendemos
como “un conjunto de técnicas de combate cuerpo a cuerpo, que en algún momento de
su devenir histórico fueron empleadas para/o en la guerra”, esto sin necesidad de
agregarle la coletilla de en el lejano oriente ya que, es un hecho que la guerra es un
fenómeno presente en la historia de todos los pueblos del mundo. Así mismo conviene
aclarar que si bien, en la actualidad las llamadas artes marciales son consideradas
deportes, no siempre como puede notarse, fue así; su transformación fue producto de
una elaboración cultural que ha justificado -entre otras cosas- la aparición de formas de
competencia, grados y clasificaciones diversas; y la grave desaparición de la mayoría de
sus aspectos tradicionales en beneficio de su difusión masiva y comercial.

Parafraseando al Maestro de garrote Eduardo Sanoja3: las artes de pelea


tradicionales, con toda su riqueza, han sido substituidas por paquetes comerciales que
ofrecen al comprador “filosofía, salud, y deporte; todo en uno”. En lo tocante al
concepto de cultura, y su diferenciación de la cultura popular, creemos que lo más
resaltante a destacar aquí es el hecho que, porque una manifestación o una practica no
pertenezca al cerrado círculo de las “bellas artes”, no debe dejar de ser considerado arte
o pueda pensarse que se encuentra en un lugar inferior en la escala de las
manifestaciones de nuestra civilización. En palabras de Martha de la Vega la cultura: “...
existe dentro del mismo marco en que se dan otras actividades productivas; ella implica
siempre un trabajo, y se desarrolla como parte y dentro del mismo proceso definido por
el sistema global de producción social. La cultura es inseparable de las condiciones
sociales y técnicas de producción en que ella tiene lugar porque cultura es producción
social”4. Por ende, todas las manifestaciones de la civilización humana deben
considerarse al mismo nivel y debemos suprimir esas creencias y modelos de
pensamiento que han encerrado a muchas de estas manifestaciones en círculos elitescos
calificándolas como superiores a otras. Este proceso de “desintoxicación ideológica”
consideramos que es crucial para poder adentrarse en el estudio y comprensión de las
3
Maestro venezolano de esta forma de pelea e investigador que ha buscado a lo largo de varios años su
rescate.
4
CARMELO, Vilda. “Proceso de la Cultura en Venezuela” (1995)
artes, prácticas y manifestaciones de los habitantes presentes y pasados de nuestro
continente.

Continuando; no creemos tener una opinión contraria o muy distinta a las


definiciones que normalmente hemos podido encontrar de lo que es llamado “cultura
popular” y “cultores populares”, mismas que hemos mencionado ya con anterioridad y
que se ajustan a criterios mas universales, aplicables a una amplia gama de contextos y
fenómenos.

Remitirse al pasado

Toda forma de pelea responde en su ascendencia a una de las necesidades más


básicas del ser humano: la supervivencia, la protección de la propia vida frente a otros
peligros o agresiones. A lo largo de su historia, el hombre ha usado los elementos de la
naturaleza que ha tenido a su alcance para garantizar este fin; en primera instancia,
usando su propio cuerpo, primero de forma instintiva y luego cultivándolo a fin de
poder evadir/esquivar cualquier ataque de otro adversario, y en segunda, el empleo de
objetos, a modo de extensiones del cuerpo, que proporcionan una mayor protección y
una eventual mayor ventaja ofensiva; de todos estos objetos, es la madera, convertida en
palos, punzones, etc., el objeto históricamente más empleado por el simple hecho
cultural de la facilidad de su transformación, además de su presencia en prácticamente
cualquier región del planeta.

En la actualidad entendemos que, en esencia, el proceso de


enseñanza/aprendizaje/transmisión de todo sistema de pelea, defensa personal o arte
marcial se basa en el conocimiento, reconocimiento y entendimiento de la propia
capacidad defensiva y ofensiva (del cuerpo), por lo tanto, el aprendizaje de las técnicas
y el proceso de formación, están fundamentalmente en función de lograr desarrollar lo
que podríamos llamar una cierta <inteligencia corporal> y, en la medida en la que se
desarrollan las habilidades, va llegándose progresivamente a mayores niveles de
desarrollo y reflejos, y puede responderse con mayor rapidez ante situaciones de
agresión/confrontación donde sea necesario el uso de la fuerza o las habilidades físicas a
fin de poder salir bien librado de una situación difícil, esto claro, siempre y cuando las
condiciones no sean desfavorables o las emociones humanas desbordadas no propicien
desenlaces distintos al primer objetivo de la sobrevivencia, dicho en términos mas
contemporáneos, la defensa personal.

Rasgos identitarios

Tomando las palabras de Martha de la Vega, no es posible separar una practica


del contexto en el cual esta se desarrolla, si bien esto es cierto para el presente, podemos
perfectamente tomarlo para los tiempos pasados; con esto explicamos el hecho de que
las practicas actuales fundadas en algún tipo de tradición constituyen testimonios
dinámicos/vivientes del pasado; el problema surge de cómo podemos interpretar los
vestigios que nos muestran sin caer en lo posible en miradas contemporáneas y sin
dejarnos seducir por construcciones artificiales.5

5
Como la mencionada anteriormente de confundir esta practica del Juego de garrote con un deporte o un
arte marcial deportiva, conceptos que ya hemos explicado con anterioridad.
La herencia histórica, expresada en las costumbres, los modos sociales y los
códigos de interrelación personal a diferentes niveles, constituye para la antropología,
esa parte de los elementos de base de la llamada “cultura inmaterial”, ese grupo de las
manifestaciones de la civilización que no son visibles por no ser físicamente tangibles,
pero que son reconocibles y, en alguna medida, estudiables y que se encuentran
formando parte del edificio cultural en un nivel digamos, inmediatamente inferior a las
manifestaciones físicas como por ejemplo, la vestimenta. La cultura inmaterial forma
parte de las llamadas “estructuras de larga duración” ya que tienden a cambiar de forma
más lenta que las ya mencionadas manifestaciones materiales tangibles.

Ahora bien, estas estructuras de larga duración actúan como una suerte de
capsulas del tiempo, ya que mantienen inamovibles ciertas partes de su funcionamiento,
a modo de ejemplo pongamos los modos o maneras en las que se organizan y se llevan a
cabo los actos conmemorativos de alguna celebración patria o se celebra una fiesta
popular, en ambos, hay un conjunto de códigos de conducta, valores, formas de
relacionamiento y rituales que son transmitidos de generación en generación y así
sucesivamente. Para los miembros de una cultura o grupo tales modos, costumbres y
rituales son aprendidos durante el proceso de la enseñanza familiar o colectiva y son
entendidos y practicados conformando así, junto con otros caracteres y practicas
colectivas, parte del andamiaje de la cultura y por supuesto, de la identidad colectiva.

¿QUÉ ES Y COMO SURGE EL JUEGO DE GARROTE?

¿Qué sucede cuando nos topamos con una práctica realizada por un grupo de
personas limitado? El Juego de garrote siempre fue y ha sido conocido y cultivado por
pocas personas6, el conocimiento de sus técnicas fue trasmitido de generación en
generación a un grupo limitado de discípulos y esto se debe a una razón elemental:
desde finales del periodo colonial y durante el turbulento siglo XIX venezolano 7, era un
asunto de vida o muerte que una persona, conocedora de estas artes de pelea, diera a
conocer sus técnicas a muchos otros, poniendo en riesgo su propia vida. Decimos esto
porque hablamos de una época y un contexto social donde, saber defenderse bien
garantizaba la supervivencia y ser un “guapo”8 era una forma de distinción social.

La palabra garrote deriva del francés garrot y esencialmente se usa para designar
un palo grueso y fuerte que puede manejarse a modo de bastón. Inicialmente
definiremos el Juego de garrote como una forma de pelea basada en un tipo de esgrima
que se ejecuta con palos que oscilan entre los 60 y 80 centímetros de longitud y de 1 a 2
cms de espesor. El garrote es un palo mas grueso en un extremo que en el otro, lo cual
garantiza la posibilidad de poder lanzar golpes mas contundentes o simplemente más
rápidos de acuerdo al extremo que se emplee, también esta la “vara” que, a diferencia
del garrote, es mas pareja y ligeramente mas larga. Existe también la varita, más
delgada aún y sin ninguna preparación especial que se usa hasta que se rompe. Las
maderas empleadas en la elaboración de los garrotes son por lo general maderas duras
6
A pesar de los esfuerzos de personas como Eduardo Sanoja y, en menor medida otras personas, esta
practica sigue siendo ampliamente desconocida en Venezuela en la actualidad.

7
Época de la que provienen algunos de los testimonios orales de tercera mano, contados por los maestros
8
“guapo” es un venezolanismo usado para designar a toda persona cuyo carácter es valiente o bien,
pendenciero.
aunque flexibles y en su fabricación intervienen una serie de elementos trasmitidos
generacionalmente como, por ejemplo: las fases de la luna en las que deben ser cortados
los maderos para los garrotes, el proceso de “templanza” de la madera una vez cortada,
y el hecho de que un buen garrote no es producto de la rama de un árbol sino de su tallo,
lo que garantiza una mayor flexibilidad, dureza y un peso liviano.

Los maderos una vez cortados, son asados al fuego para poder ser descortezados;
posterior a este proceso, son untados con alguna grasa animal, vegetal o mineral y
dejados al sol y al sereno nocturno por un periodo de tiempo que oscila entre los 30 y 40
días al término de los cuales, la madera ha cogido un temple específico que la hace no
solo muy dura sino liviana. Una vez lista la madera para ser trabajada se procede a
alisarla y posterior a esto se destina su uso a la práctica o a fines ornamentales; en el
primer caso un garrote puede llevar empuñadura o no, la empuñadura o “empate”
básicamente es un tejido realizado en el extremo mas delgado del garrote o en uno de lo
extremos de una vara; el tejido se realiza a mano con cordón de algodón (llamados
pabilo, pita o sedalina) o cuero muy fino y puede hacérsele bien sea un simple anillo o
una empuñadura completa, el hilo se teje con una aguja y normalmente es untado con
cera de abejas para darle mayor consistencia al tejido que, una vez terminado es muy
sólido y difícil de quitar; normalmente el tejido de una empuñadura se hace con hilos de
varios colores para adornar aunque también puede hacerse de un solo color Las partes
de un garrote son: la punta, el cuerpo, el empate y el cubo (parte de espacio que queda
entre el final de la empuñadura y la otra punta del garrote) se dice que cuando un
garrote tiene empuñadura está “encabuyado”. Los artesanos que elaboran garrotes
practican además la talla de la madera y el pirograbado lo que evidencia la presencia de
un interesante arte de bastonería o arte de elaboración de bastones muy logrado y
hermoso.

Pasemos ahora a considerar algunos de los elementos de la práctica del arte en


si. Hay un conjunto de aspectos visibles que forman parte de la disciplina, en lo tocante
a los ataques y las defensas, estos se hallan profundamente imbricados entre si, pero los
desglosaremos acá con fines explicativos.

• El patio: por tradición, se designa de esta manera al lugar donde se practica el


juego de garrote. Para explicarnos mejor: en la cultura japonesa está el “Dojo” o
gimnasio que es un lugar cuya finalidad es el entrenamiento en las artes
marciales así, nosotros tenemos nuestro patio. No se trata de una construcción
especialmente hecha con ese propósito sino mas bien es cualquier lugar donde se
practique. Antiguamente estas prácticas se realizaban en los patios de las casas
rurales o en el campo lleno de vegetación, donde se evitaba la mirada de los
curiosos y se podían mantener en secreto la transmisión de las técnicas, así
mismo, por transmisión oral nos ha llegado la información de que, durante el
siglo XIX cuando un experto retaba a otro a un combate singular para demostrar
quien tenia mas habilidad (estos retos normalmente no eran a muerte) el combate
era realizado a puerta cerrada, precisamente en el patio central de una casa de
campo. La pertenencia a un patio genera una identidad grupal muy fuerte entre
los alumnos de un mismo maestro o jugador que los instruye.

• El cuadro: es una de las partes mas importantes de la enseñanza del juego de


garrote; en palabras simples es un dibujo esquemático de una figura que se traza
en el piso (o simplemente se muestra imaginariamente) con el fin de enseñar al
discípulo de manera simplificada el sistema de posiciones, guardias y los
principios de desplazamiento para el ataque y la defensa, junto con aspectos
como la correlación de distancias, la “pisada” y los “momentos” para cada
acción. Aunque no manejamos la procedencia de esta forma de esquematización,
la consideramos uno de los mayores fuertes de algo tan complejo como lo es el
sistema de movimientos de este arte, el cuadro es sabiduría simplificada que
consideramos de un nivel de abstracción y esquematización sencillamente
sorprendentes. Durante el aprendizaje, uno de los aspectos importantes que se
debe cuidar el discípulo es “mantener el cuadro” que, traducido en otras palabras
implica mantener la atención concentrada en todos los elementos que hemos
descrito anteriormente al punto en que la mayoría sino todos, se logren
hacer/saber de manera prácticamente automática.

• Golpes: los golpes del juego de garrote son esencialmente cuatro a saber 1)
Franco; Que se realiza con el garrote en trayectoria vertical o diagonal
descendente, 2) Revés o “al revés”: con la misma trayectoria del franco pero
usando el brazo en sentido opuesto, 3) Puya o puyón: un golpe ejecutado con la
punta del garrote buscando el área abdominal esencialmente aunque no
exclusivamente 4)Barrecampo: golpe en trayectoria ascendente y diagonal que
busca el área del muslo, la rodilla o la espinilla. Junto a estos existen otros
muchos golpes que si bien no son digamos, muy diferentes en sus principios a
los cuatro principales, sus nombres se han ido trasmitiendo de generación en
generación producto de la intencionalidad que llevan cuando se ejecutan, así por
ejemplo el “huevero”, que revela claramente hacia donde va dirigido en
trayectoria vertical ascendente, o “pescuecero” que va dirigido hacia el pescuezo
o parte de atrás de la nuca.

• Quites: los quites son las técnicas de desplazamiento del cuerpo con o sin la
ayuda de las manos, brazos o piernas que tienen por objeto esquivar un golpe;
dependen en gran medida de la rapidez de movimientos y de la practica o
entrenamiento de las habilidades de respuesta rápida. Cuando un practicante
esquiva un golpe se dice que se “quitó” y, si este movimiento es realizado sin la
ayuda de ninguna parte del cuerpo –como un manoteo por ejemplo- entonces
decimos que el quiete fue “en limpio”.

• Tapas: las tapas son bloqueos que se realizan con el bastón o garrote para evitar
ser golpeados con otro garrote u otra arma, apoyan el aprendizaje y
reconocimiento del garrote como una extensión del cuerpo además de aprender a
emplearlo no solo para el ataque, sino para la defensa.

• Mezquinos: podríamos definirlos como “amagues”, ataques que, al encontrar


una defensa son rápidamente abortados para realizar otra acción ofensiva o
defensiva.

• Reparto y registro: mas que grados de maestría o niveles catalogables con


cintas o cosas por el estilo, estos nombres corresponden a formas de aprendizaje
en las que ciertamente, puede lograrse maestría o una gran habilidad cuando son
desarrolladas. El reparto es un practica básica donde una persona armada de un
garrote va lanzando palos a otro desarmado con la finalidad de que este ultimo
practique sus quites o “salidas”; estos palos son “avisados” para que el
practicante sepa que tipo de quites va a practicar. En le registro el practicante
desarmado busca quitarse unos golpes que prácticamente van sin ser avisados,
también se hace registro cuando dos expertos se “tientan” mutuamente con
diversos ataques defensas y escaramuzas con el fin de medir la habilidad del
oponente.

• Juego: “jugar” en un sentido estricto, es la expresión que se utiliza para


designar una practica a un nivel mas experto. Para jugar garrote como es debido,
los contrincantes deben poseer un dominio de las técnicas para poder
desenvolverse bien ante diversas situaciones ofensivas y defensivas. En una
definición mas amplia, el juego de puede definirse como el conjunto total de
técnicas que maneja una persona, así hablamos del juego de esta persona o el
juego de esta otra, refiriéndonos a la forma en que las mismas demuestran sus
técnicas y se desenvuelven. La finalidad de jugar no es ganar o perder, más bien
es compartir y procurar aprender y corregir los errores con el compañero con el
que se esté practicando, lo que puede dar paso al lucimiento de las técnicas
siendo posible apreciar desde afuera la belleza y estética de sus movimientos.
Aparte de ser una forma de defensa personal, el Juego de Garrote tiene un
carácter recreativo, de este carácter deriva tal vez el hecho de que sea llamado
“juego”.El llamarlo juego fue tal vez una forma de lograr que la práctica del
mismo adquiriera un carácter lúdico, con lo que se lograba un aprendizaje más
rápido y una mejor disposición a la práctica. El término juego adquiere
probablemente con el tiempo ese carácter que le damos hoy que no es mas que el
darle nombre al conjunto de técnicas, a la vivencia de la práctica9 En el juego
puede llegarse con constancia y entendimiento profundo de sus técnicas y
códigos, a ser un experto “jugador”. De uno de los libros de Eduardo Sanoja
hemos tomado una descripción que puede servir para complementar esta
información y que a continuación transcribimos (los escritos dentro de
paréntesis son notas nuestras)

1. los contrincantes inician la pelea sin adoptar ninguna posición


predeterminada. (Aunque esto es cierto, también existen un conjunto de
posiciones de “guardia” que el practicante aprende)
2. El arma (palo) cambia constantemente de una mano a la otra.
3. La mano vacía también ataca, bien sea con puños, cachetadas o simulando
un cuchillo.
4. Sus desplazamientos son circulares.
5. Los adversarios pueden erguirse, encorvarse, agacharse e incluso arrodillarse
o acostarse, ya que cada quien adopta la postura que más le convenga.
6. Puede practicarse con un solo palo; es decir uno armado y el otro
desarmado.10

• La riña: los juegos de riña son conjuntos de técnicas cuya finalidad esencial es
conocer y saber atacar los llamados “puntos nobles” del cuerpo humano, zonas
donde un golpe con un palo causa un daño mayor. Por extensión la riña no es
juego (en sentido literal) una riña es una situación de pelea real donde, o esta en
juego la propia integridad o se busca claramente lastimar o causar daño a la del
otro(s)
9
vivencia que le abroga el ser una disciplina que permite un “aprendizaje natural” armonioso,
10
SANOJA, Eduardo. Juego de palos o juego de garrote, guía bibliohemerográfica para su estudio. P 36.
Dentro del mundo del juego de garrote, no existen, como de hecho si existen en las
artes marciales deportivas modernas, los grados, los uniformes ni las jerarquías como
son entendidas en estas disciplinas; un maestro es reconocido en atención a su
experiencia, al grado de humildad que muestra y a la capacidad de enseñar, aparte de la
habilidad y el dominio de las técnicas, claro está. Por otra parte si habláramos de
grados, estaríamos hablando ya de un deporte o una práctica de otra naturaleza regida
por otros paradigmas o modelos. El juego de garrote en tanto practica encierra un
conjunto de códigos que lo convierten en lo que hemos denominado un Cajón cultural 11,
en él perviven un conjunto de preceptos, principios, códigos y rituales que lo hacen ver
como un representante legitimo del pasado, de la época de la que procede. Por tradición
oral nos han llegado hasta nuestros días, relatos de peleadores célebres, maestros que
por su gran habilidad, fueron reconocidos y en ocasiones, temidos, entre ellos citamos a
Clarencio Flores, personaje del cual no tenemos otra referencia hasta el momento sino
la que nos han contado los practicantes actuales del juego12 y que se refieren a un
hombre que se hizo célebre a finales del siglo XIX por su gran habilidad y por la fama
de imbatible que tuvo, adicionalmente se le atribuye el haber llevado un estilo y unas
técnicas en particular a la población de El Tocuyo en el Estado Lara-Venezuela, y haber
iniciado una suerte de “línea sucesoral” que llega hasta nuestros días con una parte de
los actuales practicantes.

Determinar una procedencia concreta del juego es, como podrá verse, un
compromiso innecesario, no solo por el hecho de que esa necesidad de determinismo, de
buscarle un origen concreto a todo, no se corresponde con la realidad de la dinámica y
la evolución constante de nuestras manifestaciones culturales, sino que existen además
otras dificultades, como el hecho de la documentación antigua que se ha hallado hasta
ahora corresponde a fechas dispersas y, algunas de las publicaciones que se han dado
sobre el tema adolecen de ser poco sistemáticas, aisladas y/o poco difundidas lo que
dado pie muchas veces al surgimiento de afirmaciones basadas en la especulación sin
una adecuada sustentación.

Por otra parte somos de la idea de que, cualquier conclusión a priori que se hace
de algo, cualquier inferencia que no ha pasado por el adecuado proceso de reflexión,
corre el riesgo de convertirse en elemento ideológico mas que en conocimiento
científico; sirva de ejemplo ilustrativo la polémica o la mala interpretación que surgiría
de declarar, sin sustentación, la preeminencia de un origen étnico particular en la
conformación de este arte; la contribución de una determinada <raza> al juego de
garrote; o el afirmar por ejemplo que “así” se luchó en la Independencia. Aparte de la
manipulación que con diversos fines puede hacerse de estas afirmaciones, no se ha
logrado hasta ahora, un conocimiento histórico serio.

Sin embargo, y a pesar de estos problemas, todos necesitamos de algún marco


referencial para poder orientarnos en la compleja relación hombre-espacio-tiempo, creo
conveniente entonces esbozar una opinión teórica individual que pueda servirnos de
punto de partida para buscar su procedencia. Es obvio que toda nuestra cultura
11
Esta categoría la explicaremos más adelante.
12
Esta información en particular la escuchamos la primera vez de Daniel Perales, de
quien aprendemos este arte. La mayoría de los actuales maestros vive en el Estado Lara
unos 200kms al suroeste de la capital Caracas en Venezuela.
tradicional, o una buena parte de ella, es resultado del mestizaje, de allí que, en lo que
respecta a la posible procedencia del Juego de Garrote, aunque oscuro por las razones
antes expuestas, debe de haber surgido en un determinado contexto y bajo unas
condiciones más o menos regulares que facilitaron su evolución y la transmisión de su
practica.

Sobre esto esbozamos lo siguiente:

“El Juego de Garrote nace en un contexto de mestizaje cultural y social bajo


condiciones geohistóricas particulares, donde se dio el contacto, entre elementos de
formas de pelea, provenientes de varias culturas. Con el devenir del tiempo, dicha
fusión encontró las condiciones para que su práctica se extendiera o fuera conocida
en buena parte del territorio de lo que hoy es Venezuela, permitiéndose inclusive
que la efectividad de esta forma de pelea mestiza, se mostrara en situaciones de
confrontación bélica real; logrando que, una construcción proveniente de los
aportes colectivos, resultara en una entidad propia, que evolucionó de la mano de
la misma inventiva y temperamento de sus practicantes, transmitiéndose de
generación en generación con lo que se incorporaron nuevos elementos y
variaciones”.

En este punto es necesaria otra aclaración: si bien hemos dicho que esta práctica
fue siempre conocida por pocas personas, ello no excluye el hecho de que una parte de
sus técnicas hayan sido difundidas a un mayor número de personas en circunstancias
particulares, a este respecto el investigador venezolano Argimiro González nos cuenta
que “en le mes de abril de 1929, los tocuyanos comprometidos en las conspiraciones,
marcharon hacia Guanare (estado Portuguesa) donde les esperaba el general José Rafael
Gabaldón para la célebre batalla que deja constancias de hazañas victoriosas en desigual
combate contra el numeroso ejercito bien equipado del general Juan Vicente Gómez
(1857-1935) (…) Para este levantamiento, fue solicitada la colaboración de varios
expertos en el manejo del garrote, quienes viajaron desde El Tocuyo (León Valera) y
Sanare (Martín Fernández), a enseñar con el garrote, varios tiros de machete a los
revolucionarios (…) quienes en corto tiempo debían trasmitir estos conocimientos al
ejército de La Gabaldonera.”13. Vemos aquí como, el contexto de la guerra bien sirvió de
uno de los vehículos de preservación de este arte aunque no necesariamente de todo su
conjunto.

Intentaremos ahora aportar algunos elementos de sustentación a la afirmación


teórica que expresamos anteriormente. Para esto, extraigamos algunas conclusiones: en
primer lugar si esta forma de pelea nace en un contexto de mestizaje cultural y social no
podemos hablar entonces de un inicio único; es lícito pensar por tanto que este conjunto
de técnicas de pelea cuerpo a cuerpo (juegos) han sido tan dinámicos en sus orígenes y
desarrollos; como dinámico ha sido el proceso de mestizaje en sí y, muy probablemente,
lo largo de su “historia” ha recibido múltiples influencias con lo que sus técnicas de
pelea se han ido modificando, apareciendo y desapareciendo, creándose y recreándose,
dando lugar a un inmenso número de combinaciones y retro-interacciones posibles. En
segundo término, si hablamos de una época donde el mestizaje cultural y étnico se dio
con más intensidad o violencia, estaríamos refiriéndonos claro esta a algún momento en

13
González Argimiro. El juego de garrote. (2006), p 62.
el devenir del llamado periodo colonial venezolano, mismo donde se dio el intercambio
entre los elementos constituyentes de la actual cultura venezolana.

Por supuesto, no estaríamos sugiriendo el llegar a una ubicación cronológica y


espacial de unos hechos que nos lleven a determinar con “precisión” donde y cuando
surgió el Juego; mas bien estamos sugiriendo que estamos a la búsqueda de una
ubicación contextual. En otras palabras, no se trata de encontrar unas fechas o un
conjunto de hechos, mas bien buscamos un proceso o un conjunto de ellos, que nos
puedan llevar a encontrar ciertos contextos donde, muy probablemente, y en diferentes
ocasiones, se dieron estos intercambios culturales que conformarían algunos de estos
“inicios” o “comienzos” del juego.

Una tercera observación se extrae del hecho de que hasta la fecha, el Juego de
Garrote y en general la forma de pelea vernácula latinoamericana, constituyen una parte
de nuestra idiosincrasia muy desconocida. En principio creemos que tal cosa sucede por
una negación sistemática, que a lo largo del tiempo, se ha dado a ciertas prácticas
sociales consideradas “vulgares”, “atrasadas”, “bárbaras” y otros muchos apelativos que
las han relegado a lugares social y geográficamente secundarios, esto nos hace pensar
que el Garrote no ha sido parte de la llamada “cultura de la ciudad”. El Juego de Garrote
es pues, un desconocido para muchos, pero con una fuerte identidad propia que surge en
contextos de mestizaje.

Categorización

Como complemento a lo ya expuesto a nivel teórico y, producto de la reflexión


alrededor de este tema, vamos a acuñar una categoría que nos servirá mas adelante para
explicar algunos de los elementos intangibles de esta práctica: se trata de la categoría
Cajones culturales, un cajón cultural lo hemos definido como; “el conjunto de rituales y
modos14, que utiliza una cultura o subcultura, para individualizarse y enfrentar la
otredad, perviviendo o existiendo simultáneamente con otras manifestaciones en un
lugar y en un lapso de tiempo determinable o determinado”. Los “cajones culturales” no
son distinguibles por la simple observación o recolección de datos, ellos pueden hallarse
en ocasiones, formando parte del tejido de base de la estructura sociocultural. Son
submundos, contenedores con significantes y significados propios bien diferenciados.

Para acceder a estos cajones debe conocerse la ubicación física o geohistórica de


estos contenedores y las “claves” que permiten acceder a su interior. Los cajones
culturales pueden mantener un hermetismo relativo al poseer una forma propia de ser
accedidos, logrando preservar sus contenidos durante amplios periodos de tiempo
siempre y cuando, no desaparezcan producto de la poca difusión o la poca
14
Entendemos “modo” en su acepción del DRAE , definido como: “procedimiento o
conjunto de procedimientos para realizar una acción” es la forma en que por tradición o
practica consuetudinaria se hacen ciertas acciones dentro de una cultura, en este
particular nos referimos a aquellas acciones vinculadas directamente con la cultura
material. Y entendemos ritual como todo el grupo de modos con los que se realizan
acciones que buscan o logran de alguna manera la vinculación de los seres humanos
entre si, en lapsos o intervalos de tiempo determinados bien sea que estos lapsos se
hallen o no bien delimitados.
interacción/retroalimentación con otros factores o actores culturales proporcionándonos
una vía, un posible método que eventualmente nos permitiría no solo conocer los
presentes-pasados sino un importante grupo de los componentes y rasgos identitarios
profundos del presente; Es como si se tratase de un método para estudiar fósiles
vivientes.

Sintetizando pues lo mas importante de todo lo anteriormente expuesto, y como


introducción a la siguiente parte de esta exposición, decimos entonces que el Juego de
Garrote es una forma de pelea venezolana, una practica con una antigüedad probable
que se remonta a finales del periodo colonial venezolano, que ha preservado íntegros
muchos de sus contenidos, códigos, rituales y modos de transmisión, lo cual la hace
merecedora de la categorización de cajón cultural. Esta práctica ha transitado a lo largo
de diversas coyunturas del devenir histórico de Venezuela y ha resistido a diversos
procesos de elitización y “empaquetado” de las manifestaciones populares venezolanas,
con lo que se convierte en un testigo viviente del pasado de nuestro país y una vía para
conocer una parte de las raíces de nuestra identidad nacional.

Procedencia histórica

Tal y como hemos expresado, los resultados que esta investigación ha ido
arrojando han ido, son y serán, el resultado del análisis y la imbricación de un cada vez
mas vasto complejo de vestigios; algunos de ellos documentales, pero la gran mayoría
de carácter oral, y decimos vestigios porque cada testimonio encontrado hasta el
momento, bien sea oral, trascrito o encontrado en algún documento antiguo, nos dan la
idea de algo que pareciera que es, y al mismo tiempo no es, algo que existe pero de lo
que se sabe muy poco; es una de las características que ha revestido el Juego desde
tiempos inmemoriales. Siempre o casi siempre pareció tener un carácter secreto, de
hecho era común en tiempos remotos, según nos cuenta Eduardo Sanoja, que un
maestro tuviera uno o cuando mucho dos discípulos en toda su vida. Este secretismo se
debía al riesgo ya mencionado que comportaba para la propia vida el permitir que
mucha gente conociera las técnicas de defensa propias (conocer el juego), aunque a esta
razón perfectamente válida podemos agregarle otra muy común también: la negación
sistemática de nuestro gentilicio, además del carácter violento de la práctica del juego
en ciertos contextos, pero de esto hablaremos mas adelante.

En base a los indicios y pesquisas hechas, tenemos algunos referentes ubicables


a finales del período colonial, en los que se menciona o se sugiere la existencia del
garrote; uno de ellos, que podría especialmente llamar la atención se encuentra en la
propia autobiografía del General José Antonio Páez14, quien cuenta un episodio de su
vida cuando contaba 17 años, y era un habitante de los llanos; haciendo el relato corto,
en una ocasión un grupo de asaltantes pretenden robarle un dinero y en medio del lance,
Páez observa que uno de ellos está armado con “El Garrote”. Este episodio tuvo lugar
en 1807 y según cuenta el mismo protagonista, lo gra salir airoso gracias a un arma de
fuego. De aquí hay una observación que extraemos y que forma parte aun hoy en día de
la tradición del juego: el Juego de Garrote y la riña han sido por lo general asociados
siempre con el llano, una amplísima extensión geográfica que perfectamente pudo haber
sido ese laboratorio geohistórico donde se dio el contacto entre los diferentes
ingredientes culturales que dieron vida a esta forma mestiza de pelea.
Otro indicio documental más antiguo lo hemos encontrado en el archivo de la
Academia Nacional de la Historia, en Caracas Venezuela, pesquisando en la sección de
“judiciales” nos topamos con un documento que data de 1788, una causa criminal
seguida en Caracas contra un pulpero de nombre Francisco Manduca por haber dado
palos con un garrote a José Maria Bergolla, mulato libre, el episodio en breves cuentas
ocurre cuando el pulpero acusa al mulato de no haber pagado un bulto de carbón y, al
negar éste la deuda, le propina unos palazos. La palabra garrote es mencionada al menos
en tres ocasiones en el expediente de 28 folios.
El historiador alemán Matthias Rohrig, hace referencia en un articulo publicado
en la Revista de Indias15 a varios documentos fechados entre 1825 a 1829, provenientes
todos del Archivo Histórico del Registro Principal de la ciudad de Barquisimeto (estado
Lara16) donde se relatan diversos episodios de confrontaciones o peleas donde tanto el
14 __. Autobiografía. Caracas, (1990) p 99
15 REVISTA DE INDIAS.Enero-abril, 1999 p 69-85
16 Estado o división político-administrativa que pertenece a los llanos occidentales de
Venezuela
uso del garrote como del cuchillo y otras armas blancas como el sable aparecen
mencionados, dicho artículo es el resultado de la estadía de este investigador en
Barquisimeto y del tiempo que pasó no solo indagando en los registros documentales
sino practicando esta forma de defensa. Estos documentos y sus trascripciones y
aquellos que han sido hallados por el autor de esta ponencia constituyen en si evidencia
documental suficiente para demostrar, en primera instancia que el garrote es un arma
cuyo uso es conocido desde hace al menos dos siglos en Venezuela.
En otro orden de ideas, pero siguiendo esta indagación sobre su procedencia,
existe un contexto geohistórico que posee también ciertas características que nos hacen
pensar que bien pudo haber existido una sección de ese inmenso laboratorio
geohistórico mencionado antes (los llanos venezolanos); un contexto donde el contacto
y el consecuente mestizaje cultural se da, bajo ciertas condiciones, de forma mas o
menos estable durante un largo periodo de tiempo; nos referimos por supuesto a Las
plantaciones; los grandes sembradíos de cacao, añil, etc...Dispersas en una buena
porción del norte del territorio de la Provincia17. “los casos del Maculele y del Kalinda
muestran que en las sociedades de plantaciones era frecuente entre esclavos practicar
juegos de palos amistosos asociados con música”18 . Agreguemos a estos indicios el
hecho de que, parte del carácter simbólico presente en su práctica nos evidencia su
ascendencia antigua, este punto lo trataremos más adelante cuando describamos la
naturaleza de su práctica.
El mismo Eduardo Sanoja nos habla de las incursiones piratas en el territorio de
la entonces Provincia de Venezuela, y que de alguna forma pudieron permitir cierto
contacto entre estos y los pobladores rurales del centro del país, aunque se trata de un
argumento osado, esta abierta pues la posibilidad de indagar al respecto. Así mismo
existen afinidades entre técnicas del juego de garrote y el llamado “palo chico” de
Canarias, entre el juego de garrote y el esgrima de bastón francés, y es sabido que los
juegos de palo son comunes en prácticamente toda América; como ejemplos adicionales
mencionaremos el denominado Stick figting de Trinidad, el Relancino de Colombia y
otras como la Capoeira del Brasil.
17 Nos referimos lógicamente al antiguo nombre que recibía el actual territorio de
Venezuela en tiempos
coloniales: Provincia de Venezuela y, posterior a 1777, Capitanía General de Venezuela.
18 REVISTA DE INDIAS.Enero-abril, 1999 p 64
En lo que respecta a fuentes orales hay un conjunto de materiales audiovisuales
filmados por Eduardo Sanoja, y varios particulares desde los años ochenta del siglo
veinte que hemos reunido y trataremos de presentar junto con la exposición de esta
ponencia y que posteriormente incorporaremos al formato electrónico de la misma,
estos testimonios constituyen valiosos documentos que atestiguan la practica del juego
a finales del siglo XX y dan referencias, a través de entrevistas (algunas transcritas) de
su devenir durante el siglo XX, agreguemos además que algunos documentalistas
venezolanos19, se han interesado en estos últimos 3 años en el tema del Juego de
Garrote con lo que empieza a emerger y reconocerse la importancia de esta practica. Así
pues el Juego de Garrote si bien no tiene un inicio cronológico concreto, una
identificación étnica peculiar, o una única influencia en lo tocante a sus técnicas, si ha
estado asociado a las clases sociales menos favorecidas aunque no por ello deja de ser
un arte maestro, como bien lo explica el historiador Matthias Rohrig “…se tendría que
relacionar más la discusión de los orígenes de los juegos de palo con el contexto
socioeconómico
y cultural” 20
En resumen, todos estos elementos indiciarios reunidos nos hablan de una
práctica que ha estado presente, aunque manifiesta de formas distintas y en diferentes
contextos en el devenir histórico de Venezuela. Existe un postulado teórico en
antropología que explica que podemos presumir que una practica es antigua, cuando
evidenciamos su difusión; el juego de garrote, especialmente durante el siglo XIX
venezolano, evidenció esta difusión de la mano de sus cultores y aprovechando las
coyunturas bélicas que se sucedieron durante todo el periodo que abarca desde 1810
hasta bien entrado el siglo XX. Existen testimonios de protagonistas de estas
coyunturas, referenciados por distintos historiadores, que nos relatan episodios bélicos
donde se informa de la gran habilidad en combate de los hombres originarios de los
llanos venezolanos. Esta forma de pelea de origen mestizo, hacen al Juego de garrote
portador de contenidos identitarios provenientes de todas esas influencias y coyunturas
que, con el paso del tiempo, se han amalgamado para constituirse en una herencia única,
con una identidad propia que es en nuestra opinión, el resumen de algunos contenidos
19 En particular Aldrina Valenzuela : http://ciudadhumeda.blogspot.com/ quien produjo
un documental
en 2007 llamado “El Patio de Sanoja”, y Manuela Blanco actualmente estudiando en la
Escuela
latinoamericana de Cine.
20 REVISTA DE INDIAS.Enero-abril, 1999 p 59-60
identitarios de nuestra cultura tales como, nuestro concepto de la hombría, la valentía e
inclusive parte de ese “temperamento” criollo.
En su devenir, Juego de Garrote ha resistido y sobrevivido a los procesos de
elitización y transformación de las visiones que, sobre cultura popular y tradiciones,
hemos sufrido a lo largo de nuestra historia, por ejemplo la ocurrida durante el periodo
de Antonio Guzmán Blanco, (últimos 30 años del siglo XIX) tal y como lo afirma
Vilda Carmelo: “la cultura francesa modifica el gusto y estilo de vida de la burguesía -
comerciantes y banqueros que durante el período guzmancista llegaron a acumular
dinero y poder- pero no llega más allá de los salones literarios, de las discusiones
parlamentarias, conferencias académicas y conversaciones de los clubes sociales. La
Venezuela rural, la mestiza, la mayoría nacional permanece incólume”21.
LA IDENTIDAD
Resulta complejo adentrarse sin la adecuada preparación en los estudios
antropológicos pero, no por esta razón vamos a dejar de establecer un ne xo entre lo que
significa y ha significado la práctica del juego para quien escribe y el entendimiento que
ha generado sobre su propio gentilicio. Los productos ideológicos de la globalización
nos enseñaron –y eso es prácticamente de dominio público- que toda nuestra
civilización iba progresivamente hacia una homogenización donde desparecerían en
algún momento las diferencias locales, las fronteras y las identidades propias de cada
país y sus habitantes, Ya el detrimento de la educación había allanado el camino al
enseñarnos una historia mitificada, llena de héroes que son parte de nuestra tierra en
tanto no lo son, y en tanto no nos representan, seres sobrenaturales sin casi incapaces
de sentir emociones humanas, capaces de grandes hazañas y prácticamente inmortales,
moralmente intachables, en otras palabras, una suerte de dioses del olimpo.
Pero el descubrir estas artes criollas nos ha hecho plantearnos algunas preguntas
que compartiremos con ustedes y creemos que ayudaran finalmente a establecer la
conexión que hemos estado tratando de explicar en las líneas anteriores. Si estos
grandes hombres fueron grandes guerreros: ¿no necesitaban ejércitos de grandes
guerreros también? La utilización de garrotes, machetes, cuchillos en episodios bélicos
durante el transcurrir del siglo XIX está documentada, ya que son las armas más
21 CARMELO, Vilda. “Proceso de la Cultura en Venezuela II (1810-1908), 1995, p38
empleadas en aquel entonces debido al alto coste de las armas de fuego y de las
municiones. Por otra parte, el hecho de que las llamadas “montoneras”, tropas
guerrilleras constituidas casi enteramente por hombres del campo hayan dado tanto que
hacer a tropas profesionales provenientes de Europa no es posible que se haya debido
únicamente a una valentía y arrojo inusitados, estos elementos por si solos habrían
bastado para lograr dar una buena pelea pero ¿habrían bastado para vencer?,
¿especialmente en condiciones de armamento y número claramente inferiores? Ante
estas interrogantes basta usar el sentido común para saber que es obvio que estos
hombres eran hábiles combatientes ya que, en una provincia mas del vasto imperio
español ¿Qué formación militar profesional podría esperar tener la gente de a pie,
especialmente los habitantes del campo?, la respuesta es también obvia : el campesino
venezolano había creado y recreado desde mucho tiempo antes de las guerras de
independencia y caudillescas del siglo XIX sus propias formas combativas. Este es
pues nuestro primer elemento identitario: el espíritu guerrero, la capacidad combativa
del hombre humilde venezolano.
La difusión que obviamente se da durante el siglo XIX, tiene que haber llevado
de la mano influencias externas e internas directamente asociadas. A lo externo, en una
sociedad que se vio por mas de 70 años convulsionada por toda suerte de guerras
civiles, alzamientos, motines, revoluciones y movimientos políticos violentos, debió de
ser útil el conocimiento de alguna forma de combate cuerpo a cuerpo y decimos esto sin
el menor sarcasmo. La guerra de independencia y la separación de la Gran Colombia
rompen definitivamente y por un largo periodo de tiempo, los nexos con España y en
menor medida con otras partes del mundo, sirva esta explicación para demostrar el
hecho de que las artes de pelea criolla se desarrollan en un ambiente aislado de
influencias culturales externas que pudiesen haber llegado por la vía de la imposición o
la transculturización, si bien aceptamos que hubo influencias, estas llegaron mas bien
por la vía de la aportación. La larga guerra y la posterior separación de la confederación
de Repúblicas grancolombianas dejan a la recién formada Venezuela en una situación
financiera precaria, los fondos públicos no alcanzan para cubrir las demandas nacionales
y esto repercute en inconformidades internas que se acumulan y son la excusa para el
surgimiento de caudillismos regionales; he aquí otra razón de peso para necesitar
hábiles combatientes, y entre estos, algunos maestros de las artes de pelea criollas. En el
contexto de la guerra el juego de garrote se recrea y llega a un desarrollo apreciable
como arte de combate. En este punto es donde lo definimos también como un arte
marcial en su sentido histórico.
A nivel interno, la práctica del juego de garrote tiene un conjunto de elementos
de riesgo que son vestigios de la época en la que se desarrolló y evolucionó mas
rápidamente –el mencionado siglo XIX- El juego de garrote se practica hasta hoy en
día sin ningún tipo de protectores corporales y, hay un nivel determinado en su
performance que puede llegar a revestir una gran peligrosidad por la rapidez y
contundencia de los ataques y las defensas, esta peligrosidad es parte de la practica y no
llega a convertirse en una pelea real, ya que los practicantes están concientes de ello y
procuran no llegar a lastimar al compañero de practica, o simplemente bajan la
intensidad de la misma con el objeto de continuarla manteniendo el objetivo principal
de pulir sus habilidades, en el juego no hay afán de competencia.
Este arte esta orientado a enseñar rápidamente un conjunto simplificado de
técnicas que, por una parte, pueden ser utilizadas inmediatamente una vez aprendidas, y
por otra parte, están hechas y son trasmitidas de una forma no simulada sino por el
contrario, lo mas parecido a una situación real; este es claramente otro elemento
identitario que nos habla de la antigüedad de las técnicas del garrote ya que, si te
preparan para la guerra, debes practicar como si estuvieras en el campo de batalla,
argumento simple, aunque contundente. Sobre este particular creemos conveniente
explicar algunas características de la práctica que son menos técnicas pero resultan
importantes para entender aspectos ocultos del Juego de Garrote.
El desarrollo de la malicia y de la astucia son elementos centrales en la
práctica del garrote, gracias a ellas pueden hallarse caminos de habilidad en la
ejecución de ciertas técnicas, pueden hacerse variaciones sobre otras e inclusive puede,
en una situación de riña, vencerse al contrincante con menor dificultad. No deben
malinterpretarse estas afirmaciones, tanto una como la otra son “artes” y el problema
estriba en emplearlas mal, en buscar siempre el daño del otro sin necesidad. Este y
otros elementos propios de lo que podríamos llamar nuestra “idiosincrasia
históricamente heredada” pueden perfectamente merecer un estudio mas extenso solo
que en esta ocasión nos limitamos a puntualizar este hecho y a contrastarlo con la
percepción usualmente negativa o “moralmente cuestionable” que hemos tenido los
venezolanos, y por extensión los latinoamericanos sobre varios estos y otros aspectos de
nuestra idiosincrasia.
Juntemos ahora los vestigios identitarios que hemos venido identificando; El
espíritu combativo, la aportación de varias culturas, la peligrosidad, simplicidad y
secreto de sus técnicas y la malicia como uno de los ejes/motores principales.
Añadamos a esta receta el contexto de la guerra y el aislamiento cultural durante el siglo
XIX y tendremos una muy formada estructura con una identificación local muy
poderosa que, al haberse conservado prácticamente íntegra en sus contenidos y técnicas,
es un trasmisor fidedigno del pasado. Cabe preguntarse ahora como interpretar lo que
esta practica y su sabiduría centenaria nos quiere decir sobre nosotros mismos. Finalizo
con una cita del maestro Sanoja que dice así: Usted a lo mejor piensa que lo que voy a
decir es mentira, pero es una verdad del tamaño del sol. El juego de palos tiene una
música secreta que sólo la pueden oír aquellos a los que el juego se les ha metido en la
sangre. Por eso cuando vea a dos hombres jugando como es, echándose recio y al
cuerpo, quédese calladito como si estuviese en una iglesia, esos hombres están como
transportados a otro mundo, cada vez que los garrotes chocan, cuando zumban
cortando el aire, cuando soplan la carne tan de cerquita que da grima, en fin , cuando
uno llega a imaginarse si será que los palos tienen vida y se mueven solos como si en
vez de ser dos hombres jugando palos fueran dos palos jugando hombres o como si esos
hombres respiraran por los garrotes, son momentos sagrados...todo eso hace que el
garrotero sienta por dentro un canto mágico que es como una mezcla antiquísima de
gritos de guerra, ondear de banderas, rechinar de cadenas, silencio de muertos. Es un
eco que surge de lo mas puro de la sangre: conquistas, colonias, esclavitudes,
libertades, dictaduras, cárceles, guerrillas, muertes, sobrevivir, sobrevivir, sobrevivir...
es una reminiscencia ancestral de las violencias que han forjado las patrias....y eso es
sagrado”722
CONCLUSIONES
Con este trabajo hemos tenido la pretensión de asentar dos posturas: la primera,
de cuestionamiento de los moldes ideológicos impuestos desde la transculturización de
22 SANOJA, Eduardo. El Garrote en nuestras letras 1990 (contraportada)
la edad contemporánea; mismos que han deformado o estigmatizado todo un grupo de
valores que, en nuestra opinión, lograban generar un sentido de pertenencia a la tierra
mas fuerte y mas duradero y, en segundo termino estaría entonces el proponer el estudio
profundo de nuestras formas de lucha como manera de redescubrir estos valores
enterrados o estigmatizados y redescubrir, por medio de la vivencia de los mismos,
nuestras perdidas identidades nacionales.
Levis Strauss nos enseñó a través del uso que le dio a la lingüística en la
antropología, a estudiar los significantes y sus significados, para poder entendernos y
hablar en un mismo lenguaje hagamos un cortísimo recuento de lo que sabemos de estos
términos: el significante en tanto entidad es un portador de significados, usando el
ejemplo de la palabras, estas son portadoras de distintos significados social e
históricamente determinados; la palabra “cuerda” por ejemplo puede significar un
objeto material que se usa par lazar, amarrar, escalar, también la asociamos con las
partes sonoras de ciertos instrumentos musicales, y en los coros de voces, suele
identificarse un registro de voz con el nombre de cuerda (Tenor, soprano, etc..) así , el
estructuralismo en su acepción mas simple, es el estudio de la relación o relaciones que
puede haber entre un significante y sus significados.
Tomando como base estas premisas teóricas, hemos creado entonces la categoría
de Cajón Cultural, que usamos para definir, a nivel teórico-metodológico una práctica
como el Juego de Garrote, un portador de significados que fueron imbuidos o
“empaquetados” en una época pasada y que han llegado a nuestros días de forma
prácticamente inalterada. Los Cajones Culturales revisten la ventaja de que la relación
sujeto-objeto se pierde cuando entramos en contacto ellos, no pueden ser por tanto
“cosificados” ya que no es posible acceder a los contenidos profundos de estas
estructuras si no las vivenciamos, valga decir si no experimentamos lo que contienen,
permitiendo que nos sea trasmitido su conocimiento. Una manifestación que pueda ser
catalogable como “Cajón Cultural” no puede ser estudiado desde ese ideal de
objetividad o de “asepsia” intelectual porque no será posible entenderla de forma cabal.
Proponer la “vivencia” del sujeto de estudio, buscando una relación de paridad y mutuo
respeto con aquello que buscamos entender, podría, eventualmente ser empleada para el
estudio de otras formas de lucha tradicionales de Latinoamérica e inclusive, otras
tradiciones culturales de nuestros pueblos. La razón de este argumento es muy simple:
los estudios cosificadores de los llamados “folkloristas” no han logrado ayudar en nada
en la preservación de muchas de nuestras tradiciones y creemos que esto está mas que
comprobado; una manifestación (popular o no) que debe ser entendida como una parte
de nuestra identidad, no puede ser convertida en una pieza de museo esperando que así
se conserve, esto lo único que ha logrado la mayoría de las veces es contribuir a que se
deforme y se extinga. Queda entonces abierta al debate la posibilidad de esta “vivencia
objetiva” como una manera diferente de abordar el estudio de las manifestaciones de
nuestros pueblos.
Con base en los elementos que hemos aportado a lo largo de esta ponencia,
hemos pretendido demostrar seis aspectos fundamentales de esta arte: primero, el juego
de garrote es una practica de pelea cuerpo a cuerpo originaria de Venezuela; segundo,
se trata de una invención de grupos pertenecientes a las clases sociales bajas y propias
de la zona rural; tercero, tiene al menos dos siglos de antigüedad aunque no se pueda
precisar un inicio cronológico o espacial específico; cuarto, a pesar de recibir diversas
influencias en distintas etapas de su devenir, y en la persona de sus practicantes mas
expertos a lo largo del tiempo, el juego de garrote posee una identidad propia producto
de la adaptación y recreación de sus cultores y creadores; quinto, El juego de garrote
puede considerarse como una legitima arte marcial venezolana. pero en un sentido
histórico y sexto, el juego de garrote en tanto concepto es un cajón cultural, un
contenedor que tiene imbuidos todo un conjunto de legados del pasado que hay que
saber evaluar y decodificar para demostrar su veracidad y obtener pistas que nos lleven
a la reconstrucción de otredades pasadas.
Bibliografía consultada
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Ciencias Sociales. Caracas, Fondo Editorial Tropykos, 1990.
2. Diccionario de las Américas. Barcelona, Editorial Plaza & Janés, 1999.
3. DRAE, Edición electrónica incluida en, ENCICLOPEDIA ENCARTA, de
Microsoft corporation, 2006.
4. GINZBURG, Carlo. Mitos Emblemas e Indícios; morfologia e historia. Gedisa
Editorial.
5. GONZALEZ, Argimiro. El Juego de Garrote; historia para conocer la patria.
Caracas, Ministerio de la Cultura, Concejo Nacional de la Cultura, editorial
Corpogáfica, 2006. 195 pp.
6. LEMMO, Angelina. Y tenemos de todos los reinos, opúsculo tentativo sobre la
idiosincrasia del venezolano. Caracas, Fondo Editorial de Humanidades y
Educación UCV, 1986
7. PAEZ, José Antonio. Autobiografía. Caracas: Coordinación de Información y
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8. RORIGH ASSUNÇAO, Mathias. Juego de palo en Lara, elementos para una
historia social de un arte marcial venezolano. S/L, en; Revista de Indias, Vol.,
LIX, num. 215, 1999.
9. SANOJA, Eduardo. El Garrote en nuestras letras. Caracas, Miguel Ángel García
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10. =============.Juego de palos o juego de garrote, guía bibliohemerográfica
para su estudio. Caracas, Miguel Ángel García e hijo, 1996.
11. VARIOS AUTORES. Aportes culturales a la venezolanidad. Caracas, Fondo
Editorial IPASME, 2004.
CURRÍCULO DEL AUTOR
Augusto jaramillo, tesista de la Escuela de Historia de la UCV y Actualmente llevando
como línea de investigación el método venezolano autóctono de defensa personal,
conocido
como Juego de Garrote; partiendo desde la perspectiva teórico-metodológica de la
antropología
visual, la antropología histórica y la historia regional y local.

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