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Documento marco para la discusión–Congreso Ideológico

Un Nuevo Tiempo: bases ideológicos de la Nueva


Democracia Social
Propuesta del
Centro de Formación Política y Ciudadana (CFPC–UNT) y de la
Coordinación Nacional de Políticas Públicas (CNPP–UNT)
Realizado por:
Ysrrael Camero
José Gregorio Contreras
Carlos Luna

Con la coordinación de:


Carlos Tablante y Heliodoro Quintero

Esquema
1. Un mundo en crisis: agotamiento de un modelo de desarrollo.
2. Venezuela rota y amenazada por pretensiones neototalitarias.
3. Un Nuevo Tiempo: instrumento de liberación de los venezolanos.
4. Los valores y principios ideológicos de la nueva Democracia Social:
construyendo la Venezuela futura.
a. Libertad como desarrollo pleno de capacidades.
b. Igualdad y equidad: construyendo un nuevo bienestar.
c. Solidaridad y corresponsabilidad, la construcción de la res pública y
la deliberación democrática.
d. Paz y orden consensual: por la resolución pacífica de los conflictos.
e. Progreso y compromiso intergeneracional.
5. La Democracia Social: un nuevo modelo de desarrollo humano para
Venezuela.
a. Una sociedad de bienestar y oportunidades: por la inclusión y el
progreso social.
b. Una economía socialmente productiva para el desarrollo humano.
c. La profundización de la democracia social y descentralización como
garantía del buen gobierno: construyendo ciudadanía.
d. Una sociedad activa e innovadora: inserción en la economía del
conocimiento y en la revolución científico tecnológica.
e. Un desarrollo ambientalmente sustentable para las generaciones
futuras.
f. Venezuela activa en la construcción de un mundo sostenible y
pacífico.
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Documento marco para la discusión–Congreso Ideológico


Un Nuevo Tiempo: bases ideológicos de la Nueva
Democracia Social
Propuesta del
Centro de Formación Política y Ciudadana (CFPC–UNT) y de la
Coordinación Nacional de Políticas Públicas (CNPP–UNT)
Realizado por Ysrrael Camero, José Gregorio Contreras y Carlos Luna
Con la coordinación de Carlos Tablante y Heliodoro Quintero

Un mundo en crisis: agotamiento de un modelo de desarrollo

Existe actualmente un consenso unánime en torno a que nos encontramos


sumergidos en una profunda crisis económica global. Esta percepción se alimenta
de datos concretos de volatización de capitales, de cierre de empresas, de
destrucción del empleo y aumento del hambre y de la pobreza, aunado a esto
tenemos los problemas de calentamiento global, amenazas a la biodiversidad y
pérdida de ecosistemas, agotamiento de las pesquerías, deforestación, déficit
hidrológico, seguridad y contaminación de los mares, enfermedades infecciosas que
afectan los cinco continentes. Desde diferentes instancias internacionales y
gobiernos, se comienza a desarrollar un conjunto de respuestas políticas a la
presente situación.

En el plano económico la mayoría de las reflexiones sobre la presente coyuntura


crítica la vinculan de manera, casi exclusiva, con una crisis de los mercados
financieros, derivada del derrumbe de las subprime y de la desaparición masiva de
capitales, que se ha venido trasladando a la economía real, con la subsiguiente
destrucción del empleo. Estos fenómenos derivan de las prácticas de un
capitalismo prebendario, sin criterios éticos, que privatizaba las ganancias y
socializa las pérdidas. Este esquema está superado.

Pero, si pretendemos atender la coyuntura con una perspectiva progresista,


debemos ir más allá, no debemos perder de vista que la actual crisis financiera es
también la última etapa de un proceso de crisis estructural de la economía global,
cuyos orígenes podemos rastrearlos hasta principios de la década de los setenta del
siglo XX.
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El modelo de desarrollo de la posguerra, vinculado a las actuales instituciones de


Bretton Woods, se encuentra sumergido en una crisis integral y sistémica. Desde
los años setenta la expansión de una economía corporativa transnacional, cada día
más integrada, más globalizada, fue superando la capacidad efectiva, tanto de los
Estados, como de las instituciones públicas económicas multilaterales, para regular
y supervisar un mercado planetario. Por esta razón es que atender la coyuntura
implica un rediseño de la arquitectura económica mundial, para ajustarla a las
nuevas características de la economía y de los problemas comunes que afectan
nuestro planeta.

Más allá de la especificidad de cada contexto histórico, la crisis económica no es


inédita, hay precedentes de los cuales extraer valiosos aprendizajes. Con
posterioridad a la I Guerra Mundial, y con más fuerza luego del crack de 1929, una
corriente de políticas nacionalistas y proteccionistas pretendió ser una respuesta a
similar coyuntura crítica. Pero el proteccionismo y el nacionalismo económico, la
respuesta aislada de un determinado país, demostró, no solo ser insuficiente, sino
ser un factor que pudo agravar en muchas ocasiones las consecuencias globales de
la debacle económica.

En la actualidad, fruto de este aprendizaje, existe la convicción generalizada de que


ningún Estado particular tiene capacidad efectiva para responder de manera
exclusiva a una crisis global. Toda respuesta supone la creación de mecanismos de
cooperación y coordinación económica entre los Estados. Las respuestas que han
dado diversos gobiernos han mostrado una positiva voluntad de colaboración y
coordinación económica entre los diversos actores estatales.

El auxilio financiero estatal para atender a la crisis económica es un tardío


reconocimiento de la necesidad de una mayor presencia del Estado en el manejo de
la economía. Este auxilio debe dirigirse de manera preferente a los sectores más
vulnerables de la sociedad, y debe tener como objetivo a mediano plazo, evitar la
pérdida de los empleos y generar nuevas fuentes de trabajo decente. De igual
manera, se debe evitar la tendencia general corporativa a socializar las pérdidas y
privatizar las ganancias, este tipo de respuesta no puede permitirse ni repetirse.
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La respuesta continental ha obedecido a las características específicas de cada


sociedad, a las condiciones de las estructuras económicas de los Estados, y a la
política económica establecida por los gobiernos, por lo que se nos presenta un
abanico de respuestas nacionales. Es imperiosa la necesidad de que estas
respuestas se articulen a nivel del bloque latinoamericano, así como también en
conjunto con los instrumentos y mecanismos globales. El cuerpo institucional,
derivado del proceso de integración de América Latina, es un espacio adecuado
para la tan necesaria, coordinación de las políticas macroeconómicas de los Estados
latinoamericanos y de actuaciones colectivas y cooperadas para hacer frente a los
problemas globales que nos atañen.

En América Latina los objetivos parecen ser bastante claros, en primer lugar, evitar
que la crisis se convierta en retroceso social y económico, por lo que es imperativo
reducir el impacto de la crisis sobre el nivel de pobreza, sobre los trabajadores y el
mercado laboral en general, incrementando la inversión pública generadora de
empleo y en programas sociales comprometidos con el desarrollo de las
capacidades, garantizar el acceso al crédito para mantener la actividad productiva.

Tal situación ha llevado al mundo a una evolución ideológica dentro de la cual


nosotros estamos insertos, y que además obliga a una reflexión acerca de la nueva
relación que debe darse entre sociedad, mercado y Estado; este es el reto que
tenemos por delante.

Venezuela rota y amenazada por pretensiones


neototalitarias

La Venezuela del 2009 es un país empobrecido, desinstitucionalizado y por ende


vulnerable al autoritarismo; con una economía no diversificada y por lo tanto débil
frente a los impactos externos de la economía global, que se encuentra sumergida
en una crisis planetaria. Un país que se ha ido cerrando al mundo, que ha perdido
la senda del progreso. Ambientalmente frágil como una de las consecuencias de su
subdesarrollo.

La sociedad venezolana está siendo sometida a la implantación de un proyecto


personalista de control con rasgos totalitarios, que niega la libertad y la autonomía
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de los ciudadanos, que ha pretendido no sólo destruir el cuerpo institucional del


Estado, sino que pretende asimismo acabar con los espacios de autonomía,
económica, política y cultural, de la misma sociedad.

Además, Venezuela es hoy un país cada vez más violento e inseguro para sus
habitantes. Esa violencia generalizada, que afecta a todos los venezolanos, en todas
las clases sociales, tiene sus victimas mortales principales en los jóvenes de los
sectores populares, y es la evidencia más dramática de la profunda crisis que
atraviesa la sociedad venezolana y del fracaso de su Estado en una tarea que le es
primordial.

La causa fundamental de todo este deterioro ha sido la caída del ingreso nacional
que no ha podido ser revertida, contribuyendo a la creación de un círculo vicioso de
pobreza y destrucción institucional, de tal manera que la misma pobreza se ha
convertido en un ancla para el crecimiento, mientras que la falta de crecimiento, y
la inequidad que se reproduce, no hace sino hacer más profundo el proceso de
empobrecimiento.

Todo esto ha destruido la confianza de los venezolanos en el futuro y en las


posibilidades de progreso real. Los venezolanos de hoy se sienten sin un futuro
cierto, ni para ellos ni para sus hijos. Los venezolanos se encuentran hoy sometidos
a distintas formas de opresión y sometimiento, oprimidos por el hambre, por la
pobreza, por las enfermedades, por la extensión de los escenarios de la violencia y
el espectro de la inseguridad, enfrentando un proceso de aplastamiento de sus
capacidades por parte de un poder que pretende imponerse hegemónicamente
acabando con la diversidad.

Pero, al mismo tiempo, Venezuela es un país con enormes potencialidades para


avanzar hacia el progreso y el bienestar de todos sus ciudadanos: recursos
humanos y naturales como pocos países del mundo y una importante
infraestructura física construida durante la segunda mitad del siglo XX. Esta es una
sociedad de emprendedores, de gente que echa para adelante, que necesitan y
buscan una oportunidad para crecer y progresar. Asimismo, y a pesar de sus
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conflictos y tensiones sociales, Venezuela sigue siendo una sociedad


fundamentalmente pacífica.

En las presentes circunstancias, el actual régimen y su pretensión totalitaria se han


convertido en el gran obstáculo para el progreso y el avance de nuestra sociedad.
Los venezolanos se debaten hoy entre dos visiones. Venezuela está siendo
amenazada por un proyecto autocrático construido desde el poder del Estado,
concentrador y excluyente, con una vocación abiertamente totalitaria, destructor de
toda institucionalidad democrática, que se nutre de la división del país y de la
exacerbación del conflicto. Frente a esta amenaza antidemocrática, avanza en la
sociedad la necesidad de un proyecto plenamente liberador y democrático, de
modernidad e inclusión, comprometido con la profundización del proceso de
descentralización, que sea compartido por todos los venezolanos, basado en la
tolerancia, el consenso, el bienestar y la paz .

El actual régimen ha estado caracterizado por la confiscación del poder soberano,


la propiedad y la libertad, clara muestra de que lo único que le interesa al actual
Presidente de la República es el control del poder, mostrando una clara pretensión
por el control de la sociedad, confiscando en definitiva la autonomía y libertad de
nuestros ciudadanos.

Un Nuevo Tiempo: instrumento de liberación de los


venezolanos

Nuestro partido surge como una necesidad ante la crisis del sistema político
venezolano en el que se perdió la capacidad de respuesta del Estado; los partidos
políticos dejaron de ser agregadores de intereses de los ciudadanos y el pueblo
perdió la confianza en sus líderes, situación que se ha agravado aun más con el
presente gobierno, que en vez de poner en práctica un modelo político orientado
hacia el progreso y desarrollo de la nación, muy por el contrario, ha estado
orientado en una visión retrógrada de la política.

Un Nuevo Tiempo es una organización progresista con vocación popular, al servicio


de la liberación democrática del pueblo venezolano, comprometido con la
redención de los sectores más empobrecidos y desposeídos, con los trabajadores y
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trabajadoras de todas las clases y sectores, en su búsqueda de progreso con equidad


social. Igualmente, valoramos a los sectores medios, profesionales, intelectuales y
empresarios sin los cuales no es posible el desarrollo de ninguna sociedad hacia la
prosperidad y la justicia social.

Un Nuevo Tiempo aparece como una organización para la verdadera


modernización de Venezuela, es decir para la liberación de los venezolanos y de las
venezolanas, al servicio del progreso del pueblo, entendido como su crecimiento
equilibrado y su pleno desarrollo humano. Un Nuevo Tiempo es expresión
organizativa, suma de voluntades democráticas, de un proyecto liberador de
modernidad incluyente para todos los venezolanos, por lo que proponemos un
cambio profundo en el rumbo futuro de nuestra nación: la construcción de la
Nueva Democracia Social.

Un Nuevo Tiempo es una organización abierta y federal, flexible, deliberante y


propositiva, inserta en medio de un movimiento democrático nacional, que articula
plenamente la capacidad de proponer de la sociedad democrática venezolana, de
discutir en libertad, de comunicar ideas y proyectos, generando espacios de
encuentro racional y libre para la construcción de lo público, para la participación
ciudadana. De allí se deriva que Un Nuevo Tiempo se propone avanzar en la
creación y fortalecimiento de las redes ciudadanas, como profundización de la
transformación democrática en la sociedad, desde la comunidad.

Asimismo, nos definimos como un partido de centroizquierda, policlasista,


progresista e incluyente, creyente en la vigencia del diálogo democrático. Los
cambios que proponemos serán posibles mediante reformas, consultas, acuerdos,
por vías pacíficas, todas enmarcadas en la democracia.

Los valores y principios ideológicos de la nueva Democracia


Social: construyendo la Venezuela futura

En Un Nuevo Tiempo nos inspiramos en la concepción de una nueva Democracia


Social, como evolución de la socialdemocracia, adaptada a las realidades del Siglo
XXI, que integre valores esenciales como la libertad, la igualdad de oportunidades;
condiciones y progreso en la calidad de vida y bienestar para los ciudadanos en el
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marco de la vigencia plena de la democracia, el respeto y la promoción de los


derechos humanos, la seguridad individual y la seguridad social, el progreso
económico ambientalmente sustentable, que implique productividad con equidad y
justicia social, la solidaridad y la corresponsabilidad como pilares éticos de la
creación de riqueza a través de la iniciativa individual y social, así como el combate
sin cuartel contra la corrupción.

El cuerpo de valores que desarrollamos a continuación constituye el núcleo central


de toda nuestra reflexión ideológica, es nuestra brújula para la toma de decisiones
políticas en medio de escenarios dinámicos y fluidos. En el proceso de adecuación
de medios y fines en política, un cuerpo axiológicamente sólido es garantía de que
la respuesta política a coyunturas diversas podrá preservar tanto la eficiencia
coyuntural como la coherencia ideológica. Centrar la toma de decisiones a un
cuerpo sólido de valores, facilita la innovación política, al desatarse de
dogmatismos.

El enunciado de los siguientes valores ha sido asumido por diversos movimientos


políticos a lo largo de nuestra historia, por lo que el imperativo actual nos obliga a
que la reflexión sobre los mismos deba ser desarrollada en el marco del debate
ideológico contemporáneo, obedeciendo al contexto de las deliberaciones más
recientes.

Libertad como desarrollo pleno de capacidades

La política progresista tiene un carácter fundamentalmente liberador, lo que se


nutre de la convicción en el valor de la libertad, entendida como vigencia plena de
la autonomía humana en cada uno de los ciudadanos.

Esta libertad tiene dos niveles e implica una doble reflexión respecto a la relación
entre el poder y los ciudadanos. En primer lugar, defendemos la preservación de
una libertad humana frente al poder, por ejemplo, la defensa de la separación de
poderes, así como de la estructura de garantías de los derechos individuales, se
desprenden de la convicción de que la libertad humana tiene que ser protegida del
abuso y la arbitrariedad del poder.
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Pero, de igual manera, una concepción positiva de la libertad, de carácter


profundamente progresista, implica que los ciudadanos tienen que desarrollar
plenamente sus potencialidades y capacidades, el poder ha de ser dirigido y
funcionar, democráticamente, para la liberación de dichas potencialidades y
capacidades. La lucha contra la ignorancia a través de una educación para la
libertad y para la autonomía, la lucha contra el hambre y la pobreza, contra las
enfermedades, contra las privaciones y contra todo aquello que se convierte en
opresión para este desarrollo pleno de las capacidades es un eje axiológico
fundamental de todas las políticas que sostenemos.

Hay que ampliar, desarrollar, las libertades de todos y cada uno de los venezolanos,
para crecer juntos como individuos y como comunidad, para elegir de manera
autónoma entre distintas opciones de vida. Entendida como desarrollo, es
susceptible de ser potenciada, con vistas a profundizar una verdadera autonomía
humana.

Supone la lucha contra cualquier forma de sumisión y dependencia, contra todo


aquello que evita que cada quien desarrolle su proyecto de vida. Esta libertad
efectiva es producto de un proceso de liberación de todas las cadenas del hambre,
del miedo, de la opresión política y de la enfermedad.

Igualdad y equidad: construyendo un nuevo bienestar

Defendemos la Equidad y la Igualdad de oportunidades y capacidades para todos


y cada uno de las venezolanas y venezolanos, para que tengan la posibilidad real de
desarrollar sus respectivos proyectos de vida, para ellos y para sus hijos. La equidad
y la igualdad suponen la lucha contra los privilegios, contra la discriminación de
cualquier tipo, la explotación, la impunidad, la injusticia, la arbitrariedad y contra
la consolidación de la pobreza, el hambre, la ignorancia y la enfermedad.

De la convicción en la vigencia plena del valor de la equidad se desprende nuestra


defensa de una concepción liberadora de las políticas sociales, concebidas como
potenciadoras de las capacidades humanas, una intervención activa del Estado en
la construcción de una sociedad más justa y equitativa, de la lucha contra los
privilegios, contra la explotación y contra la opresión.
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La lucha por la construcción de una sociedad justa y equitativa, se inicia con la


vigencia del Estado de Derecho, en la defensa de la igualdad frente a la ley, pero se
profundiza en la búsqueda de una mayor igualdad de oportunidades, de
capacidades y de condiciones de vida, y una búsqueda continua de una mayor
equidad económica y social, propiciando el desarrollo pleno de las capacidades
humanas de cada uno de los ciudadanos y ciudadanas de nuestra sociedad,
luchando activamente contra las múltiples privaciones que limitan la búsqueda de
la felicidad de cada uno de los venezolanos y venezolanas.

Estas políticas de equidad, para tener un carácter liberador, deben desarrollarse


como mecanismos de superación social, de “igualación hacia arriba” , rechazando
desviaciones que producen más bien el empobrecimiento de la sociedad y la
igualación en la miseria, evidencia de opresión social y de nuevas formas de
sumisión.

La política de convergencia y progreso social de los trabajadores venezolanos, de la


vigencia plena de los derechos sociales, económicos, junto con los políticos, se
desprende de estos valores. Lo mismo señalamos respecto al reconocimiento de la
pluralidad social, de la búsqueda de una mayor igualdad de género, sin ningún tipo
de discriminación por razones de preferencia sexual, diferencias étnicas, culturales
o raciales, etc.

La construcción de la sociedad debe centrarse en la plena libertad cultural, en que


cada quien pueda escoger y desarrollar libremente sus opciones culturales de vida.

En lo que se refiere al sistema de justicia progresista, la existencia del gobierno de


las leyes, del Estado de Derecho, por encima del gobierno de los hombres, del reino
del voluntarismo y la arbitrariedad, se convierte en un elemento sustancial de las
políticas que defendemos desde Un Nuevo Tiempo.

Solidaridad y corresponsabilidad, la construcción de la res pública y la


deliberación democrática

Reivindicamos la Solidaridad como la defensa de lo público, de aquello que nos es


común. La posibilidad de crecer junto al otro y ayudar al otro a crecer. La
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solidaridad como valor de comunidad, como la capacidad que tenemos de


reconocernos en el otro. Ser ciudadanos de una República, implica siempre la
defensa solidaria, la verdadera calidad de vida se desprende de una vivencia plena
en comunidad, su construcción cotidiana.

Defendemos la construcción común y libre de vínculos históricos entre los


ciudadanos, el compromiso cívico. La vigencia plena de la solidaridad social, la
búsqueda de la organización libre y autónoma es un valor que contribuye a la
realización plena de la ciudadanía, como espacios de construcción de lo público.

Paz y orden consensual: por la resolución pacífica de los conflictos

Asimismo, somos creyentes en la Paz como la condición suprema para el ejercicio


pleno de la libertad, el desarrollo completo de la personalidad, la búsqueda de la
felicidad y para alcanzar el verdadero bienestar. No hay libertad plena, no hay
equidad ni igualdad de oportunidades sin la paz.

El valor de la paz es consustancial con la sociedad venezolana contemporánea. Más


de un siglo sin guerras civiles, toda nuestra historia republicana sin participación
activa en conflagraciones bélicas internacionales, en medio de un siglo XX
particularmente violento a nivel mundial, nos habla de las profundas convicciones
pacíficas de los venezolanos.

Del valor de la paz, como preservación de la libertad y de la equidad de los


venezolanos, se desprende una concepción pacífica de nuestra política exterior,
pero también de las políticas de construcción de la seguridad personal cotidiana de
nuestros ciudadanos.

La construcción de la democracia desde la libre deliberación pública, la


administración del disenso a través de medios pacíficos, la vocación progresista
para la construcción de una red amplia de consensos sociales, políticos y
económicos, la exclusión de la violencia para la resolución de los conflictos
políticos, forman parte medular de los valores que defendemos desde Un Nuevo
Tiempo, valores compartidos plenamente por la sociedad venezolana.
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Progreso y compromiso intergeneracional

Porque creemos que hay un futuro posible y deseable, para nosotros y para
nuestros hijos, para cada uno de los venezolanos, somos creyentes en la posibilidad
real de progreso para todos. Es la convicción del progreso una fuerza que
impulsa nuestra lucha por la equidad, por la libertad de todos y cada uno, por una
comunidad mejor en un futuro.

Somos depositarios de un legado democrático, y así como somos administradores


de una herencia, es nuestra responsabilidad la entrega de este legado de progreso,
de desarrollo, de modernidad, a las generaciones futuras. De allí, que nuestra
confianza en el progreso pleno para todos los ciudadanos implica un compromiso
con un desarrollo humano plenamente sustentable.

La política ambiental que sostenemos se desprende de este compromiso


intergeneracional, que se expresa de idéntica manera en nuestra visión de la
economía, de las políticas de desarrollo, de las políticas sociales y de nuestra
convicción frente a la necesidad de una seguridad social universal
intergeneracional.

Estos valores no constituyen compartimientos estancos y retóricos de la vocación


política liberadora que sostenemos, sino que han de funcionar de manera dinámica,
integral y transversal en todas y cada una de nuestras líneas políticas y
programáticas, tanto en los niveles locales, municipales, regionales y nacionales.
Unos valores se convierten en soportes que le otorgan sustentabilidad y sentido a
los otros, construyendo una imbricación ideológica que expresa una nueva
concepción de ciudadanía, vinculada con la construcción de la nueva Democracia
Social, y finalmente con la liberación de todos y cada uno de los venezolanos y
venezolanas.

Bien sabemos que los valores de la libertad, igualdad, solidaridad, paz y progreso
forman parte de un dilatado legado histórico de la modernidad, reconocemos que
otras fuerzas y movimientos han pretendido hacer vigentes los mismos, recogemos
críticamente, a efectos de inventario, el profundo déficit social de pasadas
experiencias. Nuestro acercamiento a estos valores se nutre y se enmarca en una
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reflexión crítica sobre las transformaciones del mundo actual, porque a los retos
del presente, les respondemos con una mirada puesta en el futuro.

La Democracia Social: un nuevo modelo de desarrollo


humano para Venezuela

Una sociedad de bienestar y oportunidades: por la inclusión y el


progreso social

Los venezolanos nos hemos venido empobreciendo a lo largo de las últimas


décadas, el escaso crecimiento se ha distribuido socialmente de manera
profundamente desigual, estas inmensas desigualdades han llenado nuestras
comunidades de miseria y pobreza, mermando las oportunidades reales de
progreso para el pueblo.

La Nueva Democracia Social coloca en el centro de su acción política la lucha


contra la pobreza, contra las privaciones y contra las desigualdades, finalmente, la
lucha para acabar con la inmensa deuda social de Venezuela. Al ser la liberación
social con equidad el centro de la política para la construcción de la Nueva
Democracia Social, todas las áreas de la acción del Estado, en conjunto con una
sociedad activa, confluirán alrededor de este objetivo.

La política económica, el fortalecimiento de las instituciones democráticas, tendrán


permanentemente como norte la construcción de una Venezuela equitativa, con
oportunidades crecientes para todos y todas. Es hora de atender la pobreza y las
inmensas desigualdades de manera decidida, dentro de un plan integral, la política
social inclusiva y progresista será la máxima prioridad en la transformación futura
de Venezuela.

Sostenemos que la vigencia de los derechos civiles y políticos, las libertades


fundamentales de los ciudadanos, es tan importante como el cumplimiento efectivo
de los derechos económicos, sociales, y culturales, procurando la creación de una
sociedad más equitativa y justa, en la que los venezolanos no padezcan de
privaciones ni de opresión, para que ningún venezolano se vea obligado a “inclinar
la cabeza frente a otro”.
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La acción social del Estado debe tener fundamentalmente dos sentidos: por un lado
asegurar la universalización del acceso a los bienes sociales, tales como la
educación, la salud, la seguridad social, etc., y por otro lado, establecer políticas de
incorporación activa y preferente a los sectores más empobrecidos e históricamente
desfavorecidos.

Con Un Nuevo Tiempo el eje de la política social será invertir con equidad en la
vida y en la libertad de la gente. El compromiso con la equidad, imperativo para
garantizar el desarrollo, no puede depender exclusivamente de la acción estatal,
sino que conlleva un sentido de corresponsabilidad social, la articulación de
diversas iniciativas, surgidas desde el sector privado y lo que se conoce como tercer
sector.

Venezuela necesita de un gran plan de inversión social en Desarrollo Humano para


la liberación de los venezolanos, erradicando la pobreza y reduciendo, de manera
gradual pero decidida, las profundas desigualdades. Invertir en Desarrollo
Humano, en educación, en salud, en seguridad, en vivienda, en infraestructura de
servicios sociales, es finalmente invertir en la libertad efectiva de la gente, en su
capacidad para crecer y progresar de manera autónoma, sin dependencia, sin
privaciones. Para Un Nuevo Tiempo la inversión social, enfocada desde la
autonomía, implica entonces construir ciudadanía.

Una economía socialmente productiva para el desarrollo humano

El modelo de desarrollo venezolano construido a lo largo del siglo XX se ha venido


agotando desde fines de la década de los setenta, la incapacidad para superarlo ha
sumergido a la sociedad venezolana en un horizonte de empobrecimiento, tanto
material como institucional. El fracaso estrepitoso de las políticas económicas
autoritarias de la última década se refleja en su incapacidad para generar un
modelo que rompa con la dependencia que tiene el pueblo venezolano, casi
exclusivamente, del flujo de recursos provenientes de la riqueza petrolera,
administrados a través de un Estado mermante en su capacidad efectiva y en crisis
recurrente.
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En Un Nuevo Tiempo estamos convencidos de que Venezuela ha de convertirse en


una sociedad productiva para crear empleo decente y capital social, por lo que, para
avanzar en materia económica, se deben construir un conjunto de acuerdos sociales
fundamentales, que hagan compatible la política económica con la política social
para luchar contra la pobreza, reduciendo la desigualdad. De este modo,
contribuiremos a la creación un modelo económico centrado en el ser humano.

La Nueva Democracia Social que hemos de construir implica un aparato


productivo que genere autonomía efectiva y capital social para todos los
venezolanos, de esta manera la transformación económica acompaña la
profundización de la democracia en la sociedad, a la erradicación de la pobreza y la
continua reducción de las desigualdades. Una sociedad más equitativa, más justa,
será también una sociedad más productiva, lo que hará de este modelo un esquema
sostenible. El aparato productivo debe generar empleo decente para todos los
venezolanos, incrementando asimismo nuestra inserción en la economía mundial
en mejores condiciones que las actuales.

Eso nos lleva a transformar profundamente la relación entre sociedad, Estado,


mercado y recursos petroleros. A lo largo del siglo XX el desarrollo venezolano
estuvo determinado por el petróleo, pero a principios del siglo XXI éste recurso ha
demostrado ser insuficiente, por sí solo, para generar calidad de vida. Debemos
pasar de ser una economía petrolera a convertirnos en una economía productiva,
éticamente responsable. El petróleo se debe poner al servicio del crecimiento
equitativo de la economía, tanto en lo que se refiere a la diversificación económica
como en el desarrollo aguas debajo de los hidrocarburos .

Construir conjuntamente unas nuevas relaciones se encuentra en el centro de


atención de la Nueva Democracia Social. El objetivo económico fundamental está
centrado en la liberación de las inmensas capacidades de todos y cada uno de los
venezolanos, la Venezuela futura requiere de una sociedad que sea equitativa y
justa, productora de capital social, educada e institucionalmente fortalecida.

El Estado tiene un papel muy importante en el desarrollo económico, no solo a


través de la creación de un buen clima para los negocios, sino también regulando,
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más no entorpeciendo, la acción privada, los flujos financieros, propiciando el


funcionamiento socialmente eficiente y responsable del mercado, en defensa de los
intereses colectivos, invirtiendo en infraestructura energética y de servicios, y,
finalmente, incorporando y fortaleciendo a los excluidos, brindando oportunidades
efectivas de progreso individual y social.

La acción económica del Estado, bien sea inversora, reguladora, promotora o de


otra índole, debe ser una acción liberadora, centrada en el fortalecimiento de la
autonomía de la sociedad, un inversos en el progreso social equitativo, en la
potenciación de las capacidades de cada venezolano, reduciendo los niveles de
vulnerabilidad y ampliando el horizonte efectivo de oportunidades. Para que esta
acción del Estado sea efectiva no solo es imperativa la existencia de una política
impositiva y tributaria progresiva, sino que se debe establecer una alianza entre las
iniciativas estatales y las acciones de la sociedad civil organizada.

Reconocemos que el mercado es esencial, más no suficiente, para generar bienestar


económico, porque cuando no existe una regulación pública adecuada puede
someter a las sociedades a graves riesgos, entre los cuales cuenta la apertura de
brechas sociales a veces insalvables. Hoy mas que nunca debemos conformar un
triángulo equilibrado entre una economía productiva y ética, con protección social
y regulación política, que garantice desarrollo humano.

En la dimensión económica nuestra prioridad será estimular la inversión


socialmente productiva, lograr un crecimiento económico elevado, diversificado y
sostenido que genere más empleos dignos y más innovación tecnológica, con valor
agregado que fortalezca nuestra economía, en plena inserción con los flujos
globales, aumentando equilibradamente y de manera regular el consumo por parte
de la sociedad. En el largo plazo debemos propiciar la construcción de una nueva
infraestructura productiva, fortaleciendo la actividad industrial privada con sentido
ético, invirtiendo en el mejoramiento y actualización permanente del pueblo
trabajador.

En Un Nuevo Tiempo consideramos que, para lograr reducir las profundas


desigualdades de la sociedad, el crecimiento económico debe ser más elevado entre
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aquellos ciudadanos más pobres, lo que se traduce en una mayor igualdad, y en la


erradicación de la pobreza. Este crecimiento “pro–pobres” hará posible un
desarrollo pleno que se sostenga en el tiempo y se convierta en una mejora de la
calidad de vida y en un mayor bienestar para todos los venezolanos. Este es nuestro
compromiso económico.

Un crecimiento económico elevado y sostenido necesita un fortalecimiento general


del sector privado, un crecimiento en la producción de las empresas, un
crecimiento en las inversiones socialmente productivas. Para esto, construiremos
una gran alianza público–privada en torno a un modelo de desarrollo que se
convierta en bienestar y autonomía creciente.

Con altos estándares de solidaridad, ética y cooperación entre los sectores público y
privado, se debe propender a trabajar en materia económica para la conformación
de una nueva economía mixta, donde el sector privado se dedique a producir,
mientras que el Estado regule e intervenga en la economía para subsanar “las
fallas” que el libre juego de oferta y demanda no logre controlar; al tiempo que se
creen “emprendedores sociales” a través de los sistemas de cooperativas, cogestión
y autogestión, por medio de los cuales los ciudadanos se organicen para realizar
trabajos productivos, dependiendo cada vez menos del poder y más de sus
capacidades innovadoras.

En Un Nuevo Tiempo apostamos por el empleo digno y sostenible, que es la mejor


manera de salir de la pobreza. Una economía diversificada, productiva, que no
dependa únicamente de la renta petrolera y donde todos participemos a la hora de
generar y redistribuir la riqueza social de la nación. Una economía que sea
competitiva, tendiente a la calidad y que se convierta en palanca para impulsar la
construcción, el turismo, la pequeña y mediana industria, la agricultura que genere
empleos para poder superar definitivamente la pobreza y la exclusión.

Igualmente, bienvenidas son en Un Nuevo Tiempo, todas las formas de


organización y acción social: las cooperativas, las bancas populares de
microcrédito, las redes de ayuda y solidaridad, los modelos de producción
alternativos y complementarios, como la cogestión y la autogestión. Todas ellas
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contribuyen, -si son eficientes y no son usadas como instrumento político al


servicio del poder-, con el capital social de la nación y con su potencial productivo.

Uno de nuestros grandes problemas como país es que Venezuela tiene una balanza
social totalmente desequilibrada. Mientras importa casi todo lo que consumimos,
pagando a los empleados de otros países, nuestra población sufre la crisis del
desempleo. Todo se compra fuera del país y lo único que vendemos es petróleo. La
renta petrolera es usada caprichosamente por quien ostenta el poder, convertido en
el único gran capitalista y gestor de su modelo de propiedad. Es por esta razón que
queremos un país donde la actividad económica e industrial privada con
responsabilidad social y ética sea motor del progreso económico y de la
democratización de la propiedad.

Por ello, para alcanzar una sociedad de bienestar, debemos ser tan productivos
como equitativos, razón por la que una relación constructiva de cooperación
Estado-Sector Privado es indispensable para con ello generar riquezas y en lo
sucesivo puestos de trabajo que generen excedente, traducido en exportaciones no
tradicionales, mas allá del petróleo.

La profundización de la democracia social y descentralización como


garantía del buen gobierno: construyendo ciudadanía

Se ha de reestablecer plenamente la democracia venezolana, pero además se


impulsarán y profundizarán las formas fundamentales de una democracia
moderna, fortaleciendo su carácter deliberativo, basado en la libre participación de
la ciudadanía, en la alternabilidad real, en la efectiva división de poderes, la
transparencia en la gestión pública, la rendición de cuentas, la profundización de la
descentralización, la búsqueda de la igualdad de género, un fortalecimiento de la
representatividad y la vigencia efectiva del control civil democrático sobre los
sectores militares.

La Nueva Democracia Social implica la existencia de un unas instituciones


democráticas sólidas y profundamente imbricadas con la vida del pueblo
venezolano. La vivencia de la libertad y de la participación se profundizará desde la
consolidación de la democracia desde lo local. La profundización de la
19

transformación democrática en la sociedad será un objetivo vital para la


consecución de la democracia social venezolana. Participación en libertad, con
autonomía, en el marco de una institucionalidad democrática fortalecida en todos
los niveles, descentralizada y efectivamente federal, hará imposible el retorno a
cualquier forma de autoritarismo. Esta transformación implica construir una nueva
relación entre un Estado Democrático y Social, que sea un Estado de Derecho,
puesto al servicio de la sociedad.

La Democracia Social considera que el Estado de Derecho (dominio de la ley,


igualdad jurídica de los ciudadanos, garantía de los derechos humanos y cívicos,
etc.) forma parte de la civilización universal. Sin duda, en la medida en que crezcan
la justicia y la igualdad social, el Estado de Derecho se enriquecerá con nuevas
facetas de participación ciudadana, sin cuestionar su validez fundamental.

Se ha de construir un nuevo Estado Democrático, al servicio del progreso de todos


los venezolanos y no de una parcialidad. La construcción de este nuevo sistema
implica avanzar en la democratización del sistema político institucional, creando
mecanismos que eviten nuevos accesos a tentaciones autoritarias. Para alcanzar
esto, es vital construir un Poder Judicial autónomo –tanto operativa como
financieramente–, fuerte, estable, despolitizado y moderno, bajo el principio rector
de la autonomía e independencia de los jueces, con el objetivo de fortalecer el
Estado de Derecho.

En Un Nuevo Tiempo sostenemos que la acción política tiene fundamentalmente


un carácter de pedagogía cívica, de construcción de ciudadanía. Esta convicción se
articula con la necesidad de darle a nuestra democracia un carácter crecientemente
deliberativo, dialógico. El desarrollo de una efectiva Democracia Deliberativa
fortalecería los procesos de construcción de lo público, de abajo hacia arriba,
democratizando la democracia.

La construcción de una democracia deliberativa, que profundice en la


institucionalidad liberal representativa, articulándola con elementos crecientes del
paradigma participativo, nos permite construir una ciudadanía democrática más
plena y autónoma, y más volcada en la construcción de lo público.
20

El elemento clave de la pedagogía política en pos de una cultura cívica, se halla en


el empoderamiento del individuo para que dependa cada vez en menor medida del
Estado en la satisfacción de sus necesidades, brindándole herramientas para que
éste ejerza plenamente su libertad tanto individual como colectivamente.

El empoderamiento en la era de la globalización, donde se transforman las esferas


de lo público y lo privado, así como de lo “nacional y lo internacional”, hace que las
fronteras entre los conceptos y los pueblos se hagan cada vez más difusas y porosas,
redefiniendo la autoridad gracias a los vínculos de comunicación y a las tecnologías
de la información, lo que implica un desplazamiento, del tradicional debate
ideológico entre Estado y mercado, a una situación en la que los individuos
organizados se agrupan para controlar el poder en función del bien común.

Procuramos el fortalecimiento y profundización de la descentralización no solo


como un proceso de transformación política, sino como un proceso de cambio
cultural y de profundización de la democracia desde lo local.

En este momento en Venezuela es fundamental defender la descentralización,


actuar contra las amenazas de retroceso trazadas desde la Presidencia de la
República. La Constitución de 1999, aprobada y ratificada por el pueblo, es el
contrato social y político de los venezolanos, donde se establece como uno de los
principios fundamentales: el Estado Federal y Descentralizado. Nuestro reto y
compromiso es defender el camino del respeto a la Constitución, cuyos postulados
han sido “secuestrados” por un retrocentralismo militarista. La integración
democrática sólo se alcanza con la distribución de las competencias y la
corresponsabilidad entre los niveles de gobierno, no concentrando el poder en una
sola persona, así como abiertos a la libre interrelación con una sociedad pluralista y
dinámica.

Cuando los poderes nacional, regional y municipal están articulados a través de la


descentralización, la búsqueda de propósitos comunes es lo que verdaderamente
fortalece la acción de los poderes públicos en sus distintos niveles, y hace más
activa a la sociedad, porque las instancias de participación ciudadanas están más
cercanas.
21

Sólo en el sistema de Estado Democrático, Federal y Descentralizado se logra


equilibrar lo político y lo económico, lo colectivo y lo individual. Se alcanza un
mercado creativo y productivo, con eficacia y eficiencia para conquistar un alto
índice de solidaridad social.

La lucha de los venezolanos es propiciar un modelo de Estado donde se garantice el


desenvolvimiento democrático de la sociedad, con una amplia seguridad jurídica al
servicio de los Derechos Humanos. Se trata de activar la conciencia, la
participación de las grandes mayorías, para involucrarlas en la construcción de una
visión común de país, pero con absoluto respeto a la diversidad y el pluralismo.

La descentralización es la democracia de doble vía: de abajo hacia arriba con la


ciudadanía involucrándose en el poder, participando en la elaboración de los
presupuestos de obras públicas, actuando como contralores, estableciendo
prioridades y aportando ideas y soluciones fundamentadas en la
corresponsabilidad Estado-Sociedad y; de arriba hacia abajo donde distintos
niveles de gobierno interactúan, discutiendo las vías idóneas para alcanzar
propósitos comunes, buscando el consenso, la armonía, la justicia social para
alcanzar a construir el bienestar a la gente.

La Democracia Social moderna requiere de un proceso de Descentralización con


ciudadanos comprometidos, no desde la añoranza del pasado, sino asumiendo los
desafíos de un nuevo tiempo. Una sociedad civil capaz de defender los principios y
valores, como herramientas pacíficas para la resolución de los conflictos.

Una sociedad activa e innovadora: inserción en la economía del


conocimiento y en la revolución científico tecnológica

En Un Nuevo Tiempo estamos convencidos que en el mundo se están generando


profundos cambios científicos y tecnológicos, con un destacado impacto en la
creación de nuevos modelos de desarrollo, la Venezuela futura no puede estar
aislada de estos cambios.

La nueva Democracia Social refleja un compromiso con una modernidad


incluyente para la Venezuela del siglo XXI, concebida, en primer lugar como el
22

ejercicio pleno de la ciudadanía democrática, constructora de autonomía y


autorrealización, y, por otro lado, en su versión tecnológica, asumiendo la
incorporación de la sociedad a la transformación tecnocomunicacional, a la
democratización en la generación de conocimiento para el bienestar.

A efectos del mundo futuro, una noción real de progreso implica la inserción plena,
y activa, en la revolución científico tecnológica, que vivimos en el tiempo presente,
vinculada con la construcción de una sociedad global del conocimiento, con las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación, de estructuras de
innovación, centradas en el desarrollo pleno del capital humano y de capital social.

Un Nuevo Tiempo propiciará la generación de un sistema nacional de innovación,


investigación y desarrollo, que este articulado con los flujos de conocimiento
global, que propicie la transferencia tecnológica y de conocimiento, en colaboración
con la diversidad de la sociedad y con el aparato productivo, para brindar respuesta
a los problemas del pueblo venezolano, contribuyendo a retomar una senda de
progreso integral. Hay que caminar hacia una mayor autonomía científica y
tecnológica, romper patrones de dependencia monopólicos, pero no se puede
pretender aislarse del cambio, una mayor autonomía pasará por la incorporación
activa al proceso de creación de conocimiento.

Un desarrollo ambientalmente sustentable para las generaciones


futuras

Nuestro compromiso se extiende a las próximas generaciones, un modelo de


Desarrollo Humano que pueda sostenerse en el tiempo, en el largo plazo, tiene que
tener claro que heredamos lo que tenemos, y de acuerdo a como lo administremos
hoy, así será el legado que dejaremos a las próximas generaciones. Por eso
entendemos que el desarrollo tiene que ser ecológicamente responsable para con
las generaciones futuras, propugnamos entonces un Desarrollo Sustentable, que
coloque a la interrelación equilibrada entre el mejoramiento de la calidad de vida
ser humano y el sostenimiento del hábitat y del ambiente en el centro de nuestras
preocupaciones.
23

La Nueva Democracia Social será ecológicamente sustentable como parte de un


compromiso de transformación de Venezuela para las futuras generaciones. Un
país democrático, equitativo y justo, con ciudadanos efectivamente libres, ha de
tener clara conciencia de la responsabilidad que para con el futuro tienen las
generaciones presentes. El compromiso con un modelo sustentable de desarrollo
pleno de las potencialidades de Venezuela se convierte en un eje transversal de la
política que propugnamos en Un Nuevo Tiempo.

Venezuela activa en la construcción de un mundo sostenible y pacífico

La Democracia Social persigue objetivos internacionales heredados de la tradición


socialdemócrata, tales como son la búsqueda y mantenimiento de la Paz; la
vigencia del Derecho Internacional Público, la Solidaridad Internacional y la
Complementariedad entre los pueblos, para que estos no solo giren alrededor de la
lógica del Poder, la maximización de ganancias y minimización de costos, sino que
la misma voluntad de los pueblos en su avance hacia la civilización, conlleve a la
consecución de un cambio social internacional donde se respete plenamente la
Soberanía, pero al mismo tiempo, la Autodeterminación de los Pueblos y la No
Intervención.

La Democracia Social como avance o estadio superior de la socialdemocracia


incorpora como principios fundamentales, la lucha por el respeto de los Derechos
Humanos, la dignidad humana y los temas de agenda de desarrollo sustentable,
vinculados al Medio Ambiente, así como la búsqueda de democratización de las
instituciones internacionales.

No puede desatenderse de modo alguno los problemas derivados de la


Globalización, tales como los movimientos de personas entre los países
subdesarrollados y los países desarrollados en procura de mejores condiciones de
vida y su sucesivo sometimiento a formas novedosas de esclavitud, bien para que
salgan de las fronteras de un determinado país desarrollado, o porque han sido
victimas de características perversas de la sociedad global como son las Redes de
Delincuencia Organizada Transnacional.
24

Por otro lado, los Estados promotores de la Democracia Social deben trabajar en
pro de procesos de Cooperación Internacional estables y duraderos para prevenir
mayores daños ambientales tales como el Efecto Invernadero, Calentamiento
Global, Mayor generación de CO2 a la atmósfera, etc.

En política internacional apoyamos la reconstrucción de la institucionalidad


económica mundial, lo que implica un nuevo pacto democrático global. Esta nueva
arquitectura debe garantizar la transparencia, favorecer el comercio justo y libre
para el progreso social global, reconociendo y corrigiendo las inmensas asimetrías
entre las economías del norte y del sur, en la búsqueda de patrones globales de
equidad, estableciendo mecanismos permanentes e institucionalizados de
cooperación entre los Estados en torno al principio de crecimiento con justicia
social, atendiendo a la reducción de las profundas asimetrías de nuestras
sociedades.

La nueva arquitectura de la economía mundial debe incluir políticas que faciliten la


transferencia tecnológica y de conocimiento. Estas nuevas instituciones públicas
económicas, una superestructura pública global, han de sostenerse sobre un
proceso de democratización internacional, concebido dentro de la creación de un
orden democrático mundial.

Es también un compromiso nuestro impulsar el establecimiento de normas de


comercio justo y estabilidad financiera, incorporando la lucha contra el hambre y el
deterioro medioambiental, para alcanzar un desarrollo sustentable.

La construcción de un proyecto global concebido como la base para promover el


imperio de la ley en el ámbito internacional; una mayor transparencia; la
gobernanza mundial a través del rendimiento de cuentas y democracia; un
compromiso más profundo con la justicia social, orientado a alcanzar una
distribución más equitativa de las opciones vitales; y la regulación de la economía
global mediante la gestión pública del comercio y los flujos financieros mundiales,
así como la implicación en la administración empresarial.
25

Tabla de contenido
UN MUNDO EN CRISIS: AGOTAMIENTO DE UN MODELO DE DESARROLLO..............2

VENEZUELA ROTA Y AMENAZADA POR PRETENSIONES NEOTOTALITARIAS..........4

UN NUEVO TIEMPO: INSTRUMENTO DE LIBERACIÓN DE LOS VENEZOLANOS.......6

LOS VALORES Y PRINCIPIOS IDEOLÓGICOS DE LA NUEVA DEMOCRACIA SOCIAL:


CONSTRUYENDO LA VENEZUELA FUTURA.................................................... .....................7

LIBERTAD COMO DESARROLLO PLENO DE CAPACIDADES................................................................................8


IGUALDAD Y EQUIDAD: CONSTRUYENDO UN NUEVO BIENESTAR.......................................................................9
SOLIDARIDAD Y CORRESPONSABILIDAD, LA CONSTRUCCIÓN DE LA RES PÚBLICA Y LA DELIBERACIÓN
DEMOCRÁTICA........................................................................................................................................10
PAZ Y ORDEN CONSENSUAL: POR LA RESOLUCIÓN PACÍFICA DE LOS CONFLICTOS............................................11
PROGRESO Y COMPROMISO INTERGENERACIONAL......................................................................................12

LA DEMOCRACIA SOCIAL: UN NUEVO MODELO DE DESARROLLO HUMANO PARA


VENEZUELA.................................................................................................................... .............13

UNA SOCIEDAD DE BIENESTAR Y OPORTUNIDADES: POR LA INCLUSIÓN Y EL PROGRESO SOCIAL........................13


UNA ECONOMÍA SOCIALMENTE PRODUCTIVA PARA EL DESARROLLO HUMANO.................................................14
LA PROFUNDIZACIÓN DE LA DEMOCRACIA SOCIAL Y DESCENTRALIZACIÓN COMO GARANTÍA DEL BUEN GOBIERNO:
CONSTRUYENDO CIUDADANÍA....................................................................................................................18
UNA SOCIEDAD ACTIVA E INNOVADORA: INSERCIÓN EN LA ECONOMÍA DEL CONOCIMIENTO Y EN LA REVOLUCIÓN
CIENTÍFICO TECNOLÓGICA.......................................................................................................................21
UN DESARROLLO AMBIENTALMENTE SUSTENTABLE PARA LAS GENERACIONES FUTURAS................................... 22
VENEZUELA ACTIVA EN LA CONSTRUCCIÓN DE UN MUNDO SOSTENIBLE Y PACÍFICO.........................................23

TABLA DE CONTENIDO....................................................................................................... ......25

ÍNDICE ANALÍTICO............................................................................................................. .......26


26

Índice analítico
Alianza público–privado17, economía del conocimiento microcréditos..................17
18 ...................................22 migración internacional. .23
autodeterminación de los economía diversificada. .15, no intervención...............23
pueblos.......................23 17 oportunidades 10, 11, 13, 16
autogestión......................17 economía humana...........15 Pacto democrático global24
autonomía.9, 14, 15, 17, 19, economía productiva.......16 participación.......18, 19, 20
22 educación........................14 paz.............................. .6, 11
bancas populares.............17 empleo decente. . .15, 16, 17 pedagogía cívica.............19
bienestar. .5, 6, 7, 11, 17, 21 empoderamiento.............20 petróleo.....................15, 18
calidad de vida......7, 17, 22 emprendimiento social....17 pluralismo...........10, 20, 21
capacidades.....9, 10, 15, 17 equidad. 7, 9, 10, 11, 12, 13, pobreza........5, 9, 14, 15, 17
capital humano................22 14, 18 Poder Judicial.................19
capital social.......15, 18, 22 Estado.............5, 13, 14, 15 política social........9, 14, 15
capitalismo prebendario....2 Estado de Derecho....10, 19 productividad..................18
ciudadanía....12, 14, 19, 21, Estado Democrático........19 progreso........4, 5, 6, 12, 16
22 Estado Democrático y progreso social................10
cogestión.........................17 Social...................... ....19 protección social.............16
comercio justo.................24 ética.................8, 16, 17, 18 proyecto de vida................9
competencia....................17 federalismo.....................19 redes ciudadanas...............7
compromiso cívico..........11 Globalización............20, 23 República........................11
comunidad......................11 gobernanza......................24 responsabilidad social.....18
consenso...........................6 I+D.................................22 revolución científico
cooperativismo................17 igualación hacia arriba....10 tecnológica...........16, 22
corresponsabilidad 8, 14, 21 igualdad.................9, 11, 17 revolución
crisis económica global.....2 igualdad de capacidades....9 tecnocomunicacional. .22
deliberación....................11 igualdad de condiciones...7, salud...............................14
democracia......8, 11, 18, 21 10 sector privado......14, 17, 18
Democracia deliberativa 18, igualdad de género....10, 18 seguridad...................11, 14
19 igualdad de oportunidades socialdemocracia.........7, 23
Democracia Internacional .................................. 7, 9 sociedad civil organizada
...................................23 impuestos y tributación...16 ........................16, 20, 21
Democracia Social.....7, 12, inclusión.........................13 sociedad de bienestar......18
13, 15, 18, 21, 23, 24 infraestructura.......5, 14, 16 sociedad del conocimiento
derechos civiles...............13 innovación................16, 22 ...................................22
derechos culturales..........13 inversión privada............15 sociedad productiva........15
derechos económicos 10, 13 inversión social.........14, 16 solidaridad.8, 10, 11, 17, 21
Derechos Humanos....8, 21, investigación...................22 solidaridad internacional.23
23 justicia...................... .10, 19 superación social.............10
derechos políticos.....10, 13 justicia social.....7, 8, 21, 24 Tecnología de
derechos sociales......10, 13 justicia social internacional comunicación.............22
desarrollo de capacidades. 9 ...................................24 Tercer sector...................14
Desarrollo humano.....7, 12, liberación 6, 8, 9, 12, 13, 15 trabajadores.................6, 10
14, 16, 22 libertad............9, 11, 12, 14 transferencia tecnológica 22
Desarrollo sustentable8, 12, libertad cultural...............10 transparencia...................18
22, 23 libertad negativa...............8 vivienda..........................14
Descentralización.6, 18, 19, libertad positiva................9
20, 21 mercado....................15, 16

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