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CAZA DEL TESORO

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INTRODUCCION 

PREGUNTAS 

RECURSOS 

LA GRAN PREGUNTA 

EVALUACIÓN 

CRÉDITOS 
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ELECTRICIDAD

 
INTRODUCCION 

Esta  Caza  de  Tesoro  tiene  la  finalidad  de  introducir  a  los 

alumnos de 3er año del Secundario al conocimiento de los 

principios básicos de la electricidad. 

 
PREGUNTAS 

1. Definir la Corriente Eléctrica 

2. ¿Cuáles son sus unidades de medida? 

3. ¿Qué instrumentos de medición se utilizan? 

4. ¿Qué son los conductores eléctricos? Tipos. 

5. ¿Cuáles son las manifestaciones de la electricidad? 

Responder en el documento Respuestas 

 
RECURSOS 

• Electricidad 

• Medidores Eléctricos 

• Conductor Eléctrico 

• Efectos de la Corriente Eléctrica 

 
LA GRAN PREGUNTA 

¿Qué  acciones  podríamos  realizar  como  consumidores 

responsables  para  optimizar  el  uso  de  la  energía  eléctrica 

en nuestros hogares? 

Respuesta a la Gran Pregunta 

 
 

EVALUACIÓN 

Responder en el documento Evaluación 

 
 

CRÉDITOS 
 
 
1) Microsoft ® Encarta ® 2008. © 1993‐‐2007 Microsoft Corporation.  

2) www.profesorenlinea.cl 

3)www.monografias.com 
CONDUCTOR ELÉCTRICO 
 
Conductor  eléctrico,  cualquier  material  que  ofrezca  poca  resistencia  al  flujo  de  electricidad.  La  diferencia 
entre un conductor y un aislante, que es un mal conductor de electricidad o de calor, es de grado más que 
de tipo, ya que todas las sustancias conducen electricidad en mayor o en menor medida. Un buen conductor 
de electricidad, como la plata o el cobre, puede tener una conductividad mil millones de veces superior a la 
de un buen aislante, como el vidrio o la mica. El fenómeno conocido como superconductividad se produce 
cuando al enfriar ciertas sustancias a un temperatura cercana al cero absoluto su conductividad se vuelve 
prácticamente infinita. En los conductores sólidos la corriente eléctrica es transportada por el movimiento 
de los electrones; y en disoluciones y gases, lo hace por los iones. 
 
CABLE ELÉCTRICO 
Cable  eléctrico,  medio  compuesto  por  uno  o  más  conductores  eléctricos,  cubiertos  por  un  aislante  y,  en 
ocasiones, por un revestimiento o vaina protectora, utilizado para transmitir energía eléctrica o los impulsos 
de un sistema de comunicaciones eléctrico. 
Para la transmisión de energía eléctrica en los circuitos de alta tensión se utilizan cables de tres alambres 
revestidos  de  plomo  y  rellenados  con  aceite  bajo  presión.  Las  líneas  de  distribución  secundarias  suelen 
utilizar cables aislados de un solo conductor. En el cableado eléctrico residencial se emplea el cable B‐X. Este 
tipo  de  cable  contiene  dos  conductores  aislados,  rodeados  de  capas  de  aislante  adicionales  cubiertas  con 
una  banda  metálica  enrollada  helicoidalmente  para  su  protección.  El  cable  de  encendido  utilizado  para 
transportar  corriente  de  alta  tensión  a  las  bujías  de  un  motor  de  combustión  interna  es  un  cable 
monoconductor. Está cubierto de tela impregnada en laca para aislarlo. 
En los sistemas de comunicaciones, los cables suelen consistir en numerosos pares de alambres aislados con 
papel y rodeados de un revestimiento de plomo. Los pares de cables individuales están entrelazados para 
reducir al mínimo la interferencia inducida con otros circuitos del mismo cable. Para evitar la interferencia 
eléctrica  de  circuitos  externos,  los  cables  utilizados  en  la  transmisión  de  radio  suelen  estar  blindados  con 
una  cobertura  de  trenza  metálica,  conectada  a  tierra.  El  desarrollo  del  cable  coaxial  representó  un 
importante avance en el campo de las comunicaciones. Este tipo de cable está formado por varios tubos de 
cobre, cada uno de los cuales contiene un alambre conductor que pasa por su centro. El cable íntegro está 
blindado en plomo y, por lo general, se rellena con nitrógeno bajo presión para impedir la corrosión. Como 
el  cable  coaxial  tiene  una  amplia  gama  de  frecuencias,  es  muy  apreciado  en  la  transmisión  de  telefonía 
portadora de corriente.  
LOS EFECTOS DE LA ELECTRICIDAD

Un hecho real es que todo objeto se compone de átomos y cada átomo posee igual número de electrones y
protones
La electricidad o energía eléctrica se produce porque la materia se puede cargar eléctricamente. ¿Qué
significa esto?
Veamos: los electrones poseen una carga negativa y los protones una carga positiva. Estas cargas se
contrarrestan unas a otras para que el objeto resulte neutro (no cargado). Pero al frotar, por ejemplo, un globo
sobre un polerón los electrones saltan del polerón al globo y éste se carga de electricidad. El globo pasa a
tener más electrones que protones y se carga negativamente; mientras el polerón, con más protones que
electrones, se carga positivamente.
¿Qué ha pasado? Hemos producido electricidad
Ahora bien, la electricidad se puede trasmitir de un punto a otro conduciéndola a través de distintos objetos o
materiales.
Todos los cuerpos pueden trasmitir energía eléctrica, pero existen unos que son mejores trasmisores de
energía eléctrica (conductores, como los metales) que otros, a los cuales les cuesta más o simplemente no
permiten el paso de ella (aisladores o malos conductores).
Para generar energía eléctrica necesitamos de motores eléctricos, pilas, generadores, los cuales hacen que se
pueda cargar un objeto y así poder transferir la electricidad.
Los efectos de la electricidad son múltiples y en la actualidad, conocidos y controlados, se ocupan para
muchos usos.
Magnético (Electroimanes)
Mecánico (Motores)
Químico (Electrólisis)
Luminosos
Calóricos
Sin embargo, a lo largo de la historia, el hombre ha atribuido explicaciones de carácter místico o religioso a
determinados fenómenos naturales como el rayo, los fuegos de San Telmo o la piedra imán.
Los primeros descubrimientos de los cuales se tiene noticia en relación con los fenómenos eléctricos, fueron
realizados por los griegos en la Antigüedad. El filósofo y matemático Tales de Mileto en el siglo V antes de
Cristo observó que un trozo de ámbar, después de ser frotado con una piel de animal, adquiría la propiedad de
atraer cuerpos ligeros (como trozos de paja y pequeñas semillas).
Tuvieron que pasar varios siglos antes de que William Gilbert publicara en 1600 su obra De Magnete, en la
que realiza el primer estudio científico del magnetismo. Este científico observó que algunos otros cuerpos se
comportan como el ámbar al frotarlos, y que la atracción que ejercen se manifiesta sobre cualquier otro
cuerpo, aun cuando no sea ligero.
Como la designación griega que corresponde al ámbar es elektron, Gilbert comenzó a usar el término
“Eléctrico” para referirse a todo cuerpo que se comportaba como el ámbar, con lo cual surgieron las
expresiones “Electricidad”, “Electrizar”, “Electrización”, etc...
Éste fue el punto de partida de la historia de la electricidad, cuyo estudio y desarrollo durante los siglos XVII
y XVIII se limitó únicamente a los fenómenos electrostáticos. Ya en la época moderna surgieron los gabinetes
de física y con ellos los primeros modelos de máquinas eléctricas, fuentes productoras de grandes cantidades
de carga eléctrica.
Desde que Otto von Guericke construyó en la segunda mitad del siglo XVII su máquina eléctrica, primer
ingenio de estas características, son numerosos los modelos y diseños que los diferentes investigadores
llevaron a la práctica con éxito.
Dos investigadores aportaron una contribución esencial a la electrostática: Stephen Gray (1670-1736)
descubrió la electrización por influencia (por frotamiento) y la conductividad eléctrica; por su parte, Du Fay
(1698-1739) reveló la existencia de dos electricidades de diferentes naturalezas, que llamó “resinosa”
(negativa) y “vítrea” (positiva). Un discípulo suyo, el abate Nollet (1700-1770), se hizo famoso popularizando
experimentos de electrostática: hacía que las chispas crepitaran en los salones de la alta sociedad, donde las
damas hacían cola para ser electrizadas por el abate. El entusiasmo se desbordó cuando apareció el primer
condensador eléctrico, capaz de almacenar la misteriosa energía: una simple botella con agua con tapón
atravesado por un clavo, la Botella de Leiden. Este dispositivo parece haber sido inventado simultáneamente,
en 1745, por Ewald G. von Kleist (1700-1748) y Petrus van Musschenbrock (1692-1761), profesor de la
Universidad de Leiden.
Años después, en el siglo XVIII Benjamín Franklin, un científico norteamericano, propuso una teoría para
explicar los fenómenos eléctricos que se derivaban del frotamiento. Cuando se frota una sustancia como el
vidrio, dicho cuerpo gana “fluido eléctrico” y queda cargado positivamente (+). En el caso del ámbar, pierde
“fluido eléctrico” y queda cargado negativamente (-). Franklin fue, entonces, el primero en hablar de cuerpos
cargados positiva y negativamente. La explicación actual del fenómeno se basa en la Teoría atómica de la
materia. Los electrones –partículas cargadas negativamente– giran alrededor del núcleo del átomo,
específicamente en la corteza o envoltura del átomo. El átomo puede ganar o perder electrones. Si pierde
electrones su carga será positiva, por pérdida de partículas negativas; si gana electrones, su carga será
negativa, por ganancia de partículas negativas.
El electrón fue descubierto por Joseph J. Thomson.
En el siglo XIX aparece una nueva forma de electricidad. Alessandro Volta consiguió en 1800, gracias a su
pila, producir corrientes eléctricas de manera continua. Éste es el origen de la electrodinámica, con el que se
abre todo un mundo de experiencias. En 1820 Hans Christian Oersted demostró experimentalmente la
relación entre electricidad y magnetismo. Es en este momento cuando surgen las primeras nociones acerca del
electromagnetismo, cuyo desarrollo ha permitido algunos de los mayores avances tecnológicos de la
humanidad.
El ovoide prolongado es un aparato de metal que sirve para mostrar la distribución de la carga eléctrica en su
superficie; el electroscopio de Volta, de gran importancia en la historia de la electricidad, se trata de un
dispositivo utilizado para estudiar los mecanismos de adquisición de carga eléctrica en los distintos cuerpos;
en el granizo eléctrico observamos cómo la conexión de dos placas metálicas a una diferencia de potencial
causa el revoloteo de unas pequeñas bolitas de médula de saúco; el campanario eléctrico se vale de un efecto
similar al anterior para hacer que dos bolitas golpeen una campana en un proceso continuo de carga-
repulsión/descarga-atracción; el efecto eléctrico en puntas demuestra la acumulación de cargas en los
extremos de los objetos metálicos, lo que ocasiona el giro de las aspas al ionizar el aire de su entorno.
La generación de carga eléctrica en abundancia se consigue por medio de las máquinas electrostáticas, con las
que se conseguían diferencias de potencial suficientes para efectuar determinados experimentos.
Para almacenar la electricidad producida por estas máquinas se contaba con las botellas de Leiden, cuya
forma varió a lo largo del tiempo. Otro sistema de almacenamiento de carga eléctrica era el condensador de
Aepinus.
El estudio de la electricidad pronto trajo consigo la observación de las "chispas". Cuando dos conductores a
diferente potencial se situaban a corta distancia, era posible hacer saltar una chispa entre ambos. Existen
distintos aparatos que hacen uso de esta propiedad con finalidades diferentes.
El excitador de Henley se utilizaba para estudiar los efectos de las descargas eléctricas en objetos, seres vivos
incluidos, colocados entre los dos conductores; el perforador de tarjetas se utilizaba para un fin análogo: se
colocaba un naipe o una tarjeta entre los dos conductores, de manera que al saltar la chispa, la tarjeta quedaba
perforada; el termómetro de Kinnersley permitía probar el desprendimiento de calor en las chispas; el cuadro
mágico y la pirámide centelleante son ejemplos de juegos científicos de carácter experimental: en ambos
casos las descargas producían efectos visuales y la formación de figuras brillantes.
Los tubos de Geissler consisten, por lo general, en un fino tubo de cristal que contienen un gas enrarecido en
su interior. Al producirse una descarga de alta tensión, tienen lugar diversos efectos radiantes, dependiendo
del gas y la presión a la que esté sometido. Algunos de estos tubos están coloreados y producen efectos
ópticos especialmente llamativos.
William Crookes, al igual que Geissler, empleaba condiciones de vacío y descargas de alta tensión en tubos
de vidrio. Sus experimentos le llevaron a identificar la naturaleza eléctrica de los rayos catódicos, fuente de
otro tipo de radiación completamente distinta, a la que Röntgen denominó rayos X, debido a su carácter
desconocido. Röntgen los descubrió accidentalmente al observar un haz de electrones (radiación catódica) que
incidía en la superficie de vidrio de un tubo de descarga.
La necesidad de controlar la corriente eléctrica llevó a la creación de las cajas de resistencias, que permitían
controlar la intensidad de la corriente. El reóstato de Wheatstone es una resistencia variable que hace uso de la
buena conducción eléctrica de unas piezas gruesas de metal.
La medida de la corriente eléctrica se realiza utilizando fenómenos eléctricos y magnéticos. El multiplicador
de Schweigger es una aplicación de la experiencia de Oersted, en la cual una aguja imanada es desviada por
una corriente. Es el primer galvanómetro de la historia, ya que el ángulo de desviación está relacionado con la
intensidad de la corriente. Los demás galvanómetros son instrumentos similares, pero más precisos y
probablemente más complejos.
Si con la pila de Volta y otros generadores como el de Faraday se conseguía corriente continua, ahora la
corriente alterna podía conseguirse con las máquinas magnetoeléctricas, como por ejemplo la de Gramme.
El movimiento de unas bobinas en un campo magnético fijo induce una corriente alterna, que puede utilizarse
como tal o transformarse en corriente continua con facilidad. El transformador de corriente alterna nace de la
necesidad de transportar energía eléctrica a grandes distancias. Desde los primeros aparatos destinados a
elevar la tensión como la bobina de Ruhmkorff o el resonador de Oudin, antecesores de los actuales
transformadores, este tipo de instrumentos han sufrido no pocas modificaciones, si bien en esencia su
funcionamiento se basa en los mismos principios que llevaron a Michael Faraday a enunciar, en 1832, su ley
de la inducción.
En la actualidad sabemos que todas las sustancias pueden presentar un comportamiento similar al del ámbar;
es decir, pueden electrizarse al ser frotadas con otra sustancia. Por ejemplo, una regla de plástico se electriza
cuando la frotamos con seda y puede atraer una bolita de “plumavit”; un peine se electriza cuando se le frota
contra el cabello y luego puede atraer a éste, o bien, a un hilo de agua; la ropa de nailon también se electriza al
friccionarse con nuestro cuerpo; los automóviles en movimiento adquieren electrización por su rozamiento
con el aire, etc...
Hoy la electricidad se define como un flujo continuo de electrones a través de un conductor.
Importancia de la electricidad
La electricidad, junto con el vapor, ha sido un gran agente de transformación en la industria y en el comercio.
A fines del siglo XIX se transformó en una fuente de luz, de calor y de fuerza motriz, dando origen, junto con
el empleo del petróleo, a un impulso de la industria tan considerable que se ha dicho que en la última parte del
siglo XIX, el mundo experimentó una segunda revolución industrial.
El invento de la dínamo-eléctrica, que transforma el trabajo mecánico en energía eléctrica, fue el
acontecimiento más importante. Poco después se combinó esto con el aprovechamiento de las caídas de agua
(energía hidroeléctrica).
La electricidad ha hecho posible el telégrafo (1833), después el teléfono (1876) y, posteriormente, la
telegrafía y la telefonía sin hilos, con la trasmisión de la palabra. El sabio alemán Gauss sacó de los
descubrimientos teóricos de Ampere y de Aragó la telegrafía eléctrica. El primer aparato práctico fue
construido en Estados Unidos por Morse; el aparato y su alfabeto todavía son de uso universal. El teléfono
fue inventado por el francés Bourseul, un empleado de telégrafos; pero no fue utilizado, sino mucho más
tarde (1876), gracias al norteamericano Graham Bell. (Ver Cronología de la electricidad)
Desde 1836 Inglaterra y Estados Unidos empezaron a construir su red telegráfica.
Más tarde se inventó la telefonía sin hilos, que no tardó en industrializarse y ser usada en la vida diaria,
disminuyendo las distancias y poniendo rápidamente en comunicación a todas las personas de nuestro planeta.
Y suma y sigue.
Resultaría monumental la tarea de seguir describiendo los avances hasta el momento en materia de
electricidad o de sus posteriores aplicaciones tecnológicas. Pero no sería exagerar si dijéramos que la
civilización actual volvería a un estado primitivo de no existir el conocimiento de esta forma de energía.
Imagine su propia vida sin electricidad. Desde ya no habría luz eléctrica, ni teléfono o cualquier modo de
comunicación a distancia que no sea la imprenta. No habría computadoras, ni cine. Tampoco automóviles
porque para ello se necesitó del paso de la pistola de Volta, precursor de las bujías. La medicina retrocedería a
sus orígenes, sin rayos X, resonancia magnética, ecografías, etc. El mundo de la alimentación sufriría un gran
embate sin la refrigeración. Sin satélites de comunicación ni computadoras la meteorología sería incapaz de
predecir huracanes o fenómenos como la Corriente del Niño. Si no hay automóviles, tampoco habrá máquinas
de construcción. ¿Habría edificios, puentes, túneles? Tal vez muy pocos. Es verdad, no tendríamos que vernos
con los problemas que acarrearon estos avances. ¿Pero, a qué precio?
Imagine un mundo así. No se trata de ver si ese mundo sería mejor o peor, eso es muy difícil de evaluar, tan
solo se trata de notar la diferencia.
Obtención de la electricidad
La electricidad se obtiene a gran escala a través de las Centrales Hidroeléctricas o Termoeléctricas, fuente
de energía térmica (combustibles, geotermia, energía solar, energía nuclear) o energía mecánica (energías
eólica, hidráulica, mareomotriz), la cual acciona unos aparatos motores, por ejemplo, turbinas. Las turbinas,
acopladas a alternadores, convierten su energía mecánica en energía eléctrica, que luego es distribuida a la
red. En la actualidad, las únicas instalaciones de gran potencia son las centrales termoeléctricas (que
funcionan con combustibles como carbón, petróleo o gas) y las centrales hidroeléctricas (que funcionan por la
fuerza de la caída de aguas en las grandes represas o los caudales de ríos).
 
Electricidad
1 INTRODUCCIÓN
Electricidad, categoría de fenómenos físicos originados por la existencia de cargas eléctricas y
por la interacción de las mismas. Cuando una carga eléctrica se encuentra estacionaria, o
estática, produce fuerzas eléctricas sobre las otras cargas situadas en su misma región del
espacio; cuando está en movimiento, produce además efectos magnéticos. Los efectos eléctricos
y magnéticos dependen de la posición y movimiento relativos de las partículas con carga. En lo
que respecta a los efectos eléctricos, estas partículas pueden ser neutras, positivas o negativas
(véase Átomo). La electricidad se ocupa de las partículas cargadas positivamente, como los
protones, que se repelen mutuamente, y de las partículas cargadas negativamente, como los
electrones, que también se repelen mutuamente. En cambio, las partículas negativas y positivas
se atraen entre sí. Este comportamiento puede resumirse diciendo que las cargas del mismo
signo se repelen y las cargas de distinto signo se atraen.

2 ELECTROSTÁTICA
Una manifestación habitual de la electricidad es la fuerza de atracción o repulsión entre dos
cuerpos estacionarios que, de acuerdo con el principio de acción y reacción, ejercen la misma
fuerza eléctrica uno sobre otro. La carga eléctrica de cada cuerpo puede medirse en culombios.
La fuerza entre dos partículas con cargas q1 y q2 puede calcularse a partir de la ley de Coulomb

según la cual la fuerza es proporcional al producto de las cargas dividido entre el cuadrado de la
distancia que las separa. La constante de proporcionalidad K depende del medio que rodea a las
cargas. La ley se llama así en honor al físico francés Charles de Coulomb.
Toda partícula eléctricamente cargada crea a su alrededor un campo de fuerzas. Este campo
puede representarse mediante líneas de fuerza que indican la dirección de la fuerza eléctrica en
cada punto. Para mover otra partícula cargada de un punto a otro del campo hay que realizar
trabajo. La cantidad de energía necesaria para efectuar ese trabajo sobre una partícula de carga
unidad se conoce como diferencia de potencial entre ambos puntos. Esta magnitud se mide en
voltios. La Tierra, un conductor de gran tamaño que puede suponerse sustancialmente uniforme
a efectos eléctricos, suele emplearse como nivel de referencia cero para la energía potencial. Así,
se dice que el potencial de un cuerpo cargado positivamente es de tantos voltios por encima del
potencial de tierra, y el potencial de un cuerpo cargado negativamente es de tantos voltios por
debajo del potencial de tierra.

2.1 Propiedades eléctricas de los sólidos


El primer fenómeno eléctrico artificial que se observó fue la propiedad que presentan algunas
sustancias resinosas como el ámbar, que adquieren una carga negativa al ser frotadas con una
piel o un trapo de lana, tras lo cual atraen objetos pequeños. Un cuerpo así tiene un exceso de
electrones. Una varilla de vidrio frotada con seda tiene una capacidad similar para atraer objetos
no cargados, y atrae los cuerpos cargados negativamente con una fuerza aún mayor. El vidrio
tiene una carga positiva, que puede describirse como un defecto de electrones o un exceso de
protones.
Cuando algunos átomos se combinan para formar sólidos, frecuentemente quedan libres uno o
más electrones, que pueden moverse con facilidad a través del material. En algunos materiales,
llamados conductores, ciertos electrones se liberan fácilmente. Los metales, en particular el
cobre y la plata, son buenos conductores.
Los materiales en los que los electrones están fuertemente ligados a los átomos se conocen
como aislantes, no conductores o dieléctricos. Algunos ejemplos son el vidrio, la goma o la
madera seca.
Existe un tercer tipo de materiales en los que un número relativamente pequeño de electrones
puede liberarse de sus átomos de forma que dejan un ‘hueco’ en el lugar del electrón. El hueco,
que representa la ausencia de un electrón negativo, se comporta como si fuera una unidad de
carga positiva. Un campo eléctrico hace que tanto los electrones negativos como los huecos
positivos se desplacen a través del material, con lo que se produce una corriente eléctrica.
Generalmente, un sólido de este tipo, denominado semiconductor, tiene una resistencia mayor al
paso de corriente que un conductor como el cobre, pero menor que un aislante como el vidrio. Si
la mayoría de la corriente es transportada por los electrones negativos, se dice que es un
semiconductor de tipo n. Si la mayoría de la corriente corresponde a los huecos positivos, se
dice que es de tipo p.
Si un material fuera un conductor perfecto, las cargas circularían por él sin ninguna resistencia;
por su parte, un aislante perfecto no permitiría que se movieran las cargas por él. No se conoce
ninguna sustancia que presente alguno de estos comportamientos extremos a temperatura
ambiente. A esta temperatura, los mejores conductores ofrecen una resistencia muy baja (pero
no nula) al paso de la corriente y los mejores aislantes ofrecen una resistencia alta (pero no
infinita). Sin embargo, la mayoría de los metales pierden toda su resistencia a temperaturas
próximas al cero absoluto; este fenómeno se conoce como superconductividad.

2.2 Cargas eléctricas


El electroscopio es un instrumento cualitativo empleado para demostrar la presencia de cargas
eléctricas. En la figura 1 se muestra el instrumento tal como lo utilizó por primera vez el físico y
químico británico Michael Faraday. El electroscopio está compuesto por dos láminas de metal
muy finas (a, a_) colgadas de un soporte metálico (b) en el interior de un recipiente de vidrio u
otro material no conductor (c). Una esfera (d) recoge las cargas eléctricas del cuerpo cargado
que se quiere observar; las cargas, positivas o negativas, pasan a través del soporte metálico y
llegan a ambas láminas. Al ser iguales, las cargas se repelen y las láminas se separan. La
distancia entre éstas depende de la cantidad de carga.
Pueden utilizarse tres métodos para cargar eléctricamente un objeto: 1) contacto con otro objeto
de distinto material (como por ejemplo, ámbar y piel) seguido por separación; 2) contacto con
otro cuerpo cargado; 3) inducción.
El efecto de las cargas eléctricas sobre conductores y no conductores se muestra en la figura 2.
Un cuerpo cargado negativamente, A, está situado entre un conductor neutro, B, y un no
conductor neutro, C. Los electrones libres del conductor son repelidos hacia la zona del
conductor alejada de A, mientras que las cargas positivas se ven atraídas hacia la zona próxima.
El cuerpo B en su conjunto es atraído hacia A, porque la atracción de las cargas distintas más
próximas entre sí es mayor que la repulsión de las cargas iguales más separadas (las fuerzas
entre las cargas eléctricas son inversamente proporcionales al cuadrado de la distancia entre las
cargas). En el no conductor, C, los electrones no pueden moverse libremente, pero los átomos o
moléculas del mismo se reorientan de forma que sus electrones constituyentes estén lo más
lejos posible de A; el no conductor también es atraído por A, pero en menor medida que el
conductor.
El movimiento de los electrones en el conductor B de la figura 2 y la reorientación de los átomos
del no conductor C proporciona a esos cuerpos cargas positivas en los lados más próximos a A y
negativas en los lados más distantes de A. Las cargas generadas de esta forma se denominan
cargas inducidas.

3 MEDIDAS ELÉCTRICAS
El flujo de carga, o intensidad de corriente, que recorre un cable conductor se mide por el
número de culombios que pasan en un segundo por una sección determinada del cable. Un
culombio por segundo equivale a 1 amperio, unidad de intensidad de corriente eléctrica llamada
así en honor al físico francés André Marie Ampère. Véase el siguiente apartado, Corriente
eléctrica.
Cuando una carga de 1 culombio se desplaza a través de una diferencia de potencial de 1 voltio,
el trabajo realizado equivale a 1 julio, unidad llamada así en honor al físico británico James
Prescott Joule. Esta definición facilita la conversión de cantidades mecánicas en eléctricas.
Una unidad de energía muy usada en física atómica es el electronvoltio (eV). Corresponde a la
energía adquirida por un electrón acelerado por una diferencia de potencial de 1 voltio. Esta
unidad es muy pequeña y muchas veces se multiplica por un millón o mil millones, abreviándose
el resultado como 1 MeV o 1 GeV.

4 CORRIENTE ELÉCTRICA
Si dos cuerpos de carga igual y opuesta se conectan por medio de un conductor metálico, por
ejemplo un cable, las cargas se neutralizan mutuamente. Esta neutralización se lleva a cabo
mediante un flujo de electrones a través del conductor, desde el cuerpo cargado negativamente
al cargado positivamente (en ingeniería eléctrica, se considera por convención que la corriente
fluye en sentido opuesto, es decir, de la carga positiva a la negativa). En cualquier sistema
continuo de conductores, los electrones fluyen desde el punto de menor potencial hasta el punto
de mayor potencial. Un sistema de esa clase se denomina circuito eléctrico. La corriente que
circula por un circuito se denomina corriente continua (c.c.) si fluye siempre en el mismo sentido
y corriente alterna (c.a.) si fluye alternativamente en uno u otro sentido.
El flujo de una corriente continua está determinado por tres magnitudes relacionadas entre sí. La
primera es la diferencia de potencial en el circuito, que en ocasiones se denomina fuerza
electromotriz (fem), tensión o voltaje. La segunda es la intensidad de corriente. Esta magnitud
se mide en amperios; 1 amperio corresponde al paso de unos 6.250.000.000.000.000.000
electrones por segundo por una sección determinada del circuito. La tercera magnitud es la
resistencia del circuito. Normalmente, todas las sustancias, tanto conductores como aislantes,
ofrecen cierta oposición al flujo de una corriente eléctrica, y esta resistencia limita la corriente.
La unidad empleada para cuantificar la resistencia es el ohmio (Ω), que se define como la
resistencia que limita el flujo de corriente a 1 amperio en un circuito con una fem de 1 voltio. La
ley de Ohm, llamada así en honor al físico alemán Georg Simon Ohm, que la descubrió en 1827,
permite relacionar la intensidad con la fuerza electromotriz. Se expresa mediante la ecuación ε =
I × R, donde ε es la fuerza electromotriz en voltios, I es la intensidad en amperios y R es la
resistencia en ohmios. A partir de esta ecuación puede calcularse cualquiera de las tres
magnitudes en un circuito dado si se conocen las otras dos. Véase Medidores eléctricos.
Cuando una corriente eléctrica fluye por un cable pueden observarse dos efectos importantes: la
temperatura del cable aumenta y un imán o brújula colocado cerca del cable se desvía,
apuntando en dirección perpendicular al cable. Al circular la corriente, los electrones que la
componen colisionan con los átomos del conductor y ceden energía, que aparece en forma de
calor. La cantidad de energía desprendida en un circuito eléctrico se mide en julios. La potencia
consumida se mide en vatios; 1 vatio equivale a 1 julio por segundo. La potencia P consumida
por un circuito determinado puede calcularse a partir de la expresión P = ε × I, o la que se
obtiene al aplicar a ésta la ley de Ohm: P = I2 × R. También se consume potencia en la
producción de trabajo mecánico, en la emisión de radiación electromagnética como luz u ondas
de radio y en la descomposición química.

5 ELECTROMAGNETISMO
El movimiento de la aguja de una brújula en las proximidades de un conductor por el que circula
una corriente indica la presencia de un campo magnético (véase Magnetismo) alrededor del
conductor. Cuando dos conductores paralelos son recorridos cada uno por una corriente, los
conductores se atraen si ambas corrientes fluyen en el mismo sentido y se repelen cuando
fluyen en sentidos opuestos. El campo magnético creado por la corriente que fluye en una espira
de alambre es tal que si se suspende la espira cerca de la Tierra se comporta como un imán o
una brújula, y oscila hasta que la espira forma un ángulo recto con la línea que une los dos polos
magnéticos terrestres.
Puede considerarse que el campo magnético en torno a un conductor rectilíneo por el que fluye
una corriente se extiende desde el conductor igual que las ondas creadas cuando se tira una
piedra al agua. Las líneas de fuerza del campo magnético tienen sentido antihorario cuando se
observa el conductor en el mismo sentido en que se desplazan los electrones. El campo en torno
al conductor es estacionario mientras la corriente fluya por él de forma uniforme.
Cuando un conductor se mueve de forma que atraviesa las líneas de fuerza de un campo
magnético, este campo actúa sobre los electrones libres del conductor desplazándolos y creando
una diferencia de potencial y un flujo de corriente en el mismo. Se produce el mismo efecto si el
campo magnético es estacionario y el cable se mueve que si el campo se mueve y el cable
permanece estacionario. Cuando una corriente empieza a circular por un conductor, se genera
un campo magnético que parte del conductor. Este campo atraviesa el propio conductor e induce
en él una corriente en sentido opuesto a la corriente que lo causó (según la llamada regla de
Lenz). En un cable recto este efecto es muy pequeño, pero si el cable se arrolla para formar una
bobina, el efecto se amplía ya que los campos generados por cada espira de la bobina cortan las
espiras vecinas e inducen también una corriente en ellas. El resultado es que cuando se conecta
una bobina así a una fuente de diferencia de potencial, impide el flujo de corriente cuando
empieza a aplicarse la diferencia de potencial. De forma similar, cuando se elimina la diferencia
de potencial, el campo magnético se desvanece, y las líneas de fuerza vuelven a cortar las
espiras de la bobina. La corriente inducida en estas circunstancias tiene el mismo sentido que la
corriente original, y la bobina tiende a mantener el flujo de corriente. Debido a estas
propiedades, una bobina se resiste a los cambios en el flujo de corriente, por lo que se dice que
posee inercia eléctrica o autoinducción. Esta inercia tiene poca importancia en circuitos de
corriente continua, ya que no se observa cuando la corriente fluye de forma continuada, pero es
muy importante en los circuitos de corriente alterna (véase más adelante el apartado Corrientes
alternas).

6 CONDUCCIÓN EN LÍQUIDOS Y GASES


Cuando fluye una corriente eléctrica por un conductor metálico, el flujo sólo tiene lugar en un
sentido, ya que la corriente es transportada en su totalidad por los electrones. En cambio en los
líquidos y gases, se hace posible un flujo en dos sentidos debido a la ionización (véase
Electroquímica). En una solución líquida, los iones positivos se mueven en la disolución de los
puntos de potencial más alto a los puntos de potencial más bajo; los iones negativos se mueven
en sentido opuesto. De forma similar, en los gases —que pueden ser ionizados por radiactividad,
por los rayos ultravioletas de la luz solar, por ondas electromagnéticas o por un campo eléctrico
muy intenso— se produce un movimiento de iones en dos sentidos que produce una corriente
eléctrica a través del gas. Véase Arco eléctrico; Iluminación eléctrica.

7 FUENTES DE FUERZA ELECTROMOTRIZ


Para producir un flujo de corriente en cualquier circuito eléctrico es necesaria una fuente de
fuerza electromotriz. Las fuentes disponibles son las siguientes: 1) máquinas electrostáticas, que
se basan en el principio de inducir cargas eléctricas por medios mecánicos; 2) máquinas
electromagnéticas, en las que se genera corriente desplazando mecánicamente un conductor a
través de un campo o campos magnéticos; 3) células voltaicas, que producen una fuerza
electromotriz a través de una acción electroquímica; 4) dispositivos que producen una fuerza
electromotriz a través de la acción del calor; 5) dispositivos que generan una fuerza
electromotriz por la acción de la luz; 6) dispositivos que producen una fuerza electromotriz a
partir de una presión física, como los cristales piezoeléctricos (véase Efecto piezoeléctrico).

8 CORRIENTES ALTERNAS
Cuando se hace oscilar un conductor en un campo magnético, el flujo de corriente en el
conductor cambia de sentido tantas veces como lo hace el movimiento físico del conductor.
Varios sistemas de generación de electricidad se basan en este principio, y producen una forma
de corriente oscilante llamada corriente alterna. Esta corriente tiene una serie de características
ventajosas en comparación con la corriente continua, y suele utilizarse como fuente de energía
eléctrica tanto en aplicaciones industriales como en el hogar. La característica práctica más
importante de la corriente alterna es que su voltaje puede cambiarse mediante un sencillo
dispositivo electromagnético denominado transformador. Cuando una corriente alterna pasa por
una bobina de alambre, el campo magnético alrededor de la bobina se intensifica, se anula, se
vuelve a intensificar con sentido opuesto y se vuelve a anular. Si se sitúa otra bobina en el
campo magnético de la primera bobina, sin estar directamente conectada a ella, el movimiento
del campo magnético induce una corriente alterna en la segunda bobina. Si esta segunda bobina
tiene un número de espiras mayor que la primera, la tensión inducida en ella será mayor que la
tensión de la primera, ya que el campo actúa sobre un número mayor de conductores
individuales. Al contrario, si el número de espiras de la segunda bobina es menor, la tensión
será más baja que la de la primera.
La acción de un transformador hace posible la transmisión rentable de energía eléctrica a lo
largo de grandes distancias. Si se quieren suministrar 200.000 vatios de potencia a una línea
eléctrica, puede hacerse con un voltaje de 200.000 voltios y una corriente de 1 amperio o con
un voltaje de 2.000 voltios y una corriente de 100 amperios, ya que la potencia es igual al
producto de tensión y corriente. La potencia perdida en la línea por calentamiento es igual al
cuadrado de la intensidad de la corriente multiplicado por la resistencia. Por ejemplo, si la
resistencia de la línea es de 10 ohmios, la pérdida de potencia con 200.000 voltios será de 10
vatios, mientras que con 2.000 voltios será de 100.000 vatios, o sea, la mitad de la potencia
disponible. Véase Generación y transporte de electricidad.
En un circuito de corriente alterna, el campo magnético en torno a una bobina varía
constantemente, y la bobina obstaculiza continuamente el flujo de corriente en el circuito debido
a la autoinducción. La relación entre el voltaje aplicado a una bobina ideal (es decir, sin
resistencia) y la intensidad que fluye por dicha bobina es tal que la intensidad es nula cuando el
voltaje es máximo, y es máxima cuando el voltaje es nulo. Además, el campo magnético
variable induce una diferencia de potencial en la bobina de igual magnitud y sentido opuesto a la
diferencia de potencial aplicada. En la práctica, las bobinas siempre presentan resistencia y
capacidad además de autoinducción. Véase Inducción (electricidad).
Si en un circuito de corriente alterna se coloca un condensador (también llamado capacitor) la
intensidad de corriente es proporcional al tamaño del condensador y a la velocidad de variación
del voltaje en el mismo. Por tanto, por un condensador cuya capacidad es de 2 faradios pasará
el doble de intensidad que por uno de 1 faradio. En un condensador ideal, el voltaje está
totalmente desfasado con la intensidad. Cuando el voltaje es máximo no fluye intensidad,
porque la velocidad de cambio de voltaje es nula. La intensidad es máxima cuando el voltaje es
nulo, porque en ese punto la velocidad de variación del voltaje es máxima. A través de un
condensador circula intensidad —aunque no existe una conexión eléctrica directa entre sus
placas— porque el voltaje de una placa induce una carga opuesta en la otra.
De los efectos indicados se deduce que si se aplica un voltaje alterno a una bobina o
condensador ideales, no se consume potencia. No obstante, en todos los casos prácticos los
circuitos de corriente alterna presentan resistencia además de autoinducción y capacidad, y se
consume potencia. Esta potencia consumida depende de la proporción relativa de las tres
magnitudes en el circuito.

9 HISTORIA
Es posible que el filósofo griego Tales de Mileto, que vivió en torno al 600 a.C., ya supiera que el
ámbar adquiere la propiedad de atraer objetos ligeros al ser frotado. Otro filósofo griego,
Teofrasto, afirmaba en un tratado escrito tres siglos después que otras sustancias poseen esa
propiedad. Sin embargo, el primer estudio científico de los fenómenos eléctricos no apareció
hasta el 1600 d.C., cuando se publicaron las investigaciones del médico británico William Gilbert,
quien aplicó el término ‘eléctrico’ (del griego elektron, ‘ámbar’) a la fuerza que ejercen esas
sustancias después de ser frotadas. También distinguió entre las acciones magnética y eléctrica.
La primera máquina para producir una carga eléctrica fue descrita en 1672 por el físico alemán
Otto von Guericke. Estaba formada por una esfera de azufre movida por una manivela, sobre la
que se inducía una carga cuando se apoyaba la mano sobre ella. El científico francés Charles
François de Cisternay Du Fay fue el primero en distinguir claramente los dos tipos diferentes de
carga eléctrica: positiva y negativa. El condensador más antiguo, la botella de Leyden, fue
desarrollado en 1745. Estaba formado por una botella de vidrio recubierta por dos láminas de
papel de estaño, una en el interior y otra en el exterior. Si se cargaba una de las láminas con
una máquina electrostática, se producía una descarga violenta si se tocaban ambas láminas a la
vez.
El inventor estadounidense Benjamin Franklin dedicó mucho tiempo a la investigación de la
electricidad. Su famoso experimento con una cometa o papalote demostró que la electricidad
atmosférica que provoca los fenómenos del relámpago y el trueno es de la misma naturaleza
que la carga electrostática de una botella de Leyden. Franklin desarrolló una teoría según la cual
la electricidad es un ‘fluido’ único que existe en toda la materia, y sus efectos pueden explicarse
por el exceso o la escasez de ese fluido.
La ley de que la fuerza entre cargas eléctricas es inversamente proporcional al cuadrado de la
distancia entre las cargas fue demostrada experimentalmente por el químico británico Joseph
Priestley alrededor de 1766. Priestley también demostró que una carga eléctrica se distribuye
uniformemente sobre la superficie de una esfera metálica hueca, y que en el interior de una
esfera así no existen cargas ni campos eléctricos. Charles de Coulomb inventó una balanza de
torsión para medir con precisión la fuerza que se ejerce entre las cargas eléctricas. Con ese
aparato confirmó las observaciones de Priestley y demostró que la fuerza entre dos cargas
también es proporcional al producto de las cargas individuales. Faraday, que realizó numerosas
contribuciones al estudio de la electricidad a principios del siglo XIX, también desarrolló la teoría
de las líneas de fuerza eléctricas.
Los físicos italianos Luigi Galvani y Alessandro Volta llevaron a cabo los primeros experimentos
importantes con corrientes eléctricas. Galvani produjo contracciones musculares en las patas de
una rana aplicándoles una corriente eléctrica. En 1800, Volta presentó la primera fuente
electroquímica artificial de diferencia de potencial, un tipo de pila eléctrica o batería. La
existencia de un campo magnético en torno a un flujo de corriente eléctrica fue demostrada por
el científico danés Hans Christian Oersted en 1819, y en 1831 Faraday demostró que la corriente
que circula por una espira de cable puede inducir electromagnéticamente una corriente en una
espira cercana. Alrededor de 1840, James Prescott Joule y el científico alemán Hermann von
Helmholtz demostraron que los circuitos eléctricos cumplen la ley de conservación de la energía,
y que la electricidad es una forma de energía.
El físico matemático británico James Clerk Maxwell realizó una contribución importante al estudio
de la electricidad en el siglo XIX; Maxwell investigó las propiedades de las ondas
electromagnéticas y la luz y desarrolló la teoría de que ambas tienen la misma naturaleza. Su
trabajo abrió el camino al físico alemán Heinrich Hertz, que produjo y detectó ondas eléctricas
en la atmósfera en 1886, y al ingeniero italiano Guglielmo Marconi, que en 1896 empleó esas
ondas para producir el primer sistema práctico de señales de radio.
La teoría de los electrones, que forma la base de la teoría eléctrica moderna, fue presentada por
el físico holandés Hendrik Antoon Lorentz en 1892. El primero en medir con precisión la carga
del electrón fue el físico estadounidense Robert Andrews Millikan, en 1909. El uso generalizado
de la electricidad como fuente de energía se debe en gran medida a ingenieros e inventores
pioneros de Estados Unidos, como Thomas Alva Edison, Nikola Tesla o Charles Proteus
Steinmetz.
 
Evaluación

Trabajo Grupal: ¿CÓMO LO HICIMOS EN GRUPO? 

Nombre del Docente: ……………………………………………………..  
 
Grupo:     __________________________________________________________ 
Categoría  muchas veces Algunas veces pocas veces  nunca
Cada  uno  de  nosotros  contribuyó  con 
       
ideas. 
Nos  escuchamos  entre  nosotros  y 
       
aceptamos la opinión del otro. 
Nos dimos ánimo mutuamente ante las 
       
dificultades. 
Producimos  y  creamos  a  partir  de  las 
       
ideas de todos los demás. 
Respetamos  los  turnos  y  realizamos 
       
nuestras responsabilidades. 
Para mejorar nuestro trabajo podríamos:
 
 
 
 
 

Trabajo Individual: ¿CÓMO LO HICE SOLO?

Nombre del Docente: ……………………………………………………..  
 
Alumno:     __________________________________________________________ 
Categoría  muchas veces Algunas veces pocas veces  Nunca
Contribuí con mis ideas. 
       
Escuché  a  mis  compañeros  y  acepte 
sus opiniones.         
Acepte la opinión de los otros.  
       
Di  ánimo  a  mis  compañeros  en  las 
dificultades.         

Produje y cree mis ideas a partir de las 
ideas de los demás.         

Respeté  los  turnos  y  realice  mis 


       
responsabilidades. 
Para mejorar mi trabajo podría: 
 
 
 
 
 
Medidores eléctricos
1 INTRODUCCIÓN
Medidores eléctricos, instrumentos que miden magnitudes eléctricas, como intensidad de
corriente, carga, potencial, energía, resistencia eléctrica, capacidad e inductancia. El resultado
de estas medidas se expresa normalmente en una unidad eléctrica estándar: amperios,
culombios, voltios, julios, ohmios, faradios o henrios (véase Unidades eléctricas). Dado que
todas las formas de la materia presentan una o más características eléctricas es posible tomar
mediciones eléctricas de un elevado número de fuentes.

2 MECANISMOS BÁSICOS DE LOS MEDIDORES


Las magnitudes eléctricas no se pueden medir por observación directa y por ello se utiliza alguna
propiedad de la electricidad para producir una fuerza física susceptible de ser detectada y
medida. Por ejemplo, en el galvanómetro, uno de los primeros instrumentos de medida que se
inventó, la fuerza que se produce entre un campo magnético y una bobina por la que circula una
corriente eléctrica produce una desviación de la bobina. Dado que la desviación es proporcional a
la intensidad de la corriente se utiliza una escala calibrada para medir la intensidad de la
corriente eléctrica. La acción electromagnética entre corrientes, la fuerza entre cargas eléctricas
y el calentamiento provocado por una resistencia conductora son algunas de las propiedades de
la electricidad utilizadas para obtener mediciones analógicas.

3 CALIBRACIÓN DE LOS MEDIDORES


Para garantizar la uniformidad y la precisión de las medidas de los medidores eléctricos se
calibran de acuerdo con los patrones de medida aceptados para una determinada unidad
eléctrica, como el ohmio, el amperio, el voltio o el vatio.

4 PATRONES PRINCIPALES Y MEDIDAS ABSOLUTAS


Los patrones principales del ohmio y el amperio se basan en definiciones de estas unidades
aceptadas a nivel internacional y basadas en la masa, la longitud del conductor y el tiempo. Las
técnicas de medición que utilizan estas unidades básicas son precisas y reproducibles. Por
ejemplo, las medidas absolutas de amperios implican la utilización de una especie de balanza
que mide la fuerza que se produce entre un conjunto de bobinas fijas y una bobina móvil. Estas
mediciones absolutas de intensidad de corriente y diferencia de potencial tienen su aplicación
principal en el laboratorio, mientras que en la mayoría de los casos se utilizan medidas relativas.
Todos los medidores que se describen en los párrafos siguientes permiten hacer lecturas
relativas.

5 MEDIDORES DE CORRIENTE

5.1 Galvanómetros
Los galvanómetros son los instrumentos principales para detectar el paso de una corriente
eléctrica y para medir su intensidad. El mecanismo del galvanómetro está diseñado de forma
que un imán permanente o un electroimán produce un campo magnético que genera una fuerza
en una bobina cercana al imán cuando por ésta circula una corriente eléctrica. El elemento móvil
puede ser el imán o la bobina. La fuerza inclina el elemento móvil en un grado proporcional a la
intensidad de la corriente.
En los galvanómetros de imán móvil se aprovecha el par de fuerzas que ejerce la corriente
estudiada sobre un pequeño imán móvil. En los galvanómetros de cuadro móvil se utiliza la
acción de un imán fijo sobre una bobina móvil recorrida por una corriente desconocida.
Un ejemplo de galvanómetro de cuadro móvil es el galvanómetro de inclinación de D´Arsonval.
En este galvanómetro la corriente que se trata de medir circula por una bobina formada por
varias espiras de alambre muy fino, que puede girar en el campo de un imán por estar
suspendida de un alambre muy delgado. Cuando una corriente eléctrica circula por esta bobina
experimenta la acción de un par de fuerzas proporcional a la corriente. Este par hace girar la
bobina hasta que se equilibra por el par recuperador proporcionado por el alambre al retorcerse.
El ángulo de giro se mide por la desviación experimentada por un haz luminoso que incide sobre
un pequeño espejo unido a la bobina móvil y que es reflejado hacia un dial.
Los galvanómetros tienen denominaciones distintas según la magnitud de la corriente que
pueden medir.

5.2 Amperímetros
Para que un galvanómetro funcione como amperímetro hay que tener en cuenta que por el fino
hilo de la bobina de un galvanómetro sólo puede circular una intensidad de corriente pequeña. Si
hay que medir intensidades mayores, se acopla una derivación de baja resistencia, denominada
shunt, a los terminales del medidor. La mayor parte de la corriente pasa por la resistencia de la
derivación, pero la pequeña cantidad que fluye por el medidor sigue siendo proporcional a la
intensidad total. Al utilizar esta proporcionalidad, el galvanómetro se puede emplear para medir
intensidades de varios cientos de amperios.
Un microamperímetro está calibrado en millonésimas de amperio y un miliamperímetro en
milésimas de amperio.
Galvanómetros de corriente alterna: electrodinamómetros y
5.3 galvanómetros de resonancia
Los galvanómetros convencionales no se pueden emplear para medir corrientes alternas porque
las oscilaciones de la corriente producirían una inclinación en las dos direcciones.
Una variante del galvanómetro, el electrodinamómetro, se puede utilizar para medir corrientes
alternas mediante una inclinación electromagnética. Este medidor contiene una bobina fija
situada en serie con una bobina móvil, que se utiliza en lugar del imán permanente del
galvanómetro. Dado que la corriente de la bobina fija y la móvil se invierte en el mismo
momento, la inclinación de la bobina móvil tiene lugar siempre en el mismo sentido,
produciéndose una medición constante de la intensidad. El electrodinamómetro también sirve
para medir corrientes continuas.
El galvanómetro de resonancia es un galvanómetro de cuadro móvil que se utiliza para detectar
y medir corrientes alternas muy débiles. Las características del aparato se eligen de manera que
el cuadro móvil tenga un periodo de oscilación igual al de la corriente estudiada para que el
galvanómetro entre en resonancia con la corriente.

5.4 Medidores de termopar


Para medir corrientes alternas de alta frecuencia se utilizan medidores que dependen del efecto
calorífico de la corriente. En los medidores de termopar se hace pasar la corriente por un hilo
fino que calienta la unión del termopar. La electricidad generada por el termopar se mide con un
galvanómetro convencional. En los medidores de hilo incandescente la corriente pasa por un hilo
fino que se calienta y se estira. El hilo está unido a un puntero móvil que se desplaza por una
escala calibrada en amperios. Véase Termoelectricidad.

6 MEDICIÓN DEL VOLTAJE


El instrumento más utilizado para medir la diferencia de potencial (voltaje) es un galvanómetro
que cuenta con una gran resistencia unida en serie a la bobina. Cuando se conecta un medidor
de este tipo a una batería o a dos puntos de un circuito eléctrico entre los que existe una
diferencia de potencial, circula una cantidad reducida de corriente (limitada por la resistencia en
serie) a través del medidor. La corriente es proporcional al voltaje, que se puede medir si el
galvanómetro se calibra para ello. Cuando se usa el tipo adecuado de resistencias en serie, un
galvanómetro sirve para medir niveles muy distintos de voltajes. El instrumento más preciso
para medir una fuerza electromotriz es el potenciómetro, que mide esta magnitud al compararla
con una fuerza electromotriz variable y de valor conocido, opuesta a la que se quiere medir.
Para medir voltajes de corriente alterna se utilizan medidores de alterna con alta resistencia
interior, o medidores similares con una fuerte resistencia en serie.
Los demás métodos de medición del voltaje utilizan tubos de vacío y circuitos electrónicos y
resultan muy útiles para hacer mediciones a altas frecuencias. Un dispositivo de este tipo es el
voltímetro de tubo de vacío. En la forma más simple de este tipo de voltímetro se rectifica una
corriente alterna en un tubo de diodo y se mide la corriente rectificada con un galvanómetro
convencional. Otros voltímetros de este tipo utilizan las características amplificadoras de los
tubos de vacío para medir voltajes muy bajos. El osciloscopio de rayos catódicos se emplea
también para hacer mediciones de voltaje, ya que la inclinación del haz de electrones es
proporcional al voltaje aplicado a las placas o electrodos del tubo.

7 OTROS TIPOS DE MEDICIONES

7.1 Puente de Wheatstone


Las mediciones más precisas de la resistencia se obtienen con un circuito llamado puente de
Wheatstone, en honor al físico británico Charles Wheatstone. Este circuito consiste en tres
resistencias conocidas y una resistencia desconocida, conectadas entre sí en forma de diamante.
Se aplica una corriente continua a través de dos puntos opuestos del diamante y se conecta un
galvanómetro como detector de cero a los otros dos puntos. Cuando todas las resistencias se
nivelan, las corrientes que circulan por los dos brazos del circuito se igualan, lo que elimina el
paso de corriente por el galvanómetro. Variando el valor de una de las resistencias conocidas, el
puente se puede ajustar a cualquier valor de la resistencia desconocida, que se calcula a partir
de los valores de las otras resistencias. Se emplean puentes de este tipo para medir la
inductancia y la capacitancia de los componentes de un circuito. Para ello se sustituyen las
resistencias por inductancias y capacitancias conocidas. Estos puentes se suelen denominar
puentes de corriente alterna porque se utilizan fuentes de corriente alterna en lugar de corriente
continua. A menudo los puentes se nivelan con un timbre en vez de un galvanómetro, que
cuando el puente no está nivelado emite un sonido que corresponde a la frecuencia de la fuente
de corriente alterna; cuando se ha nivelado no se escucha ningún tono.

7.2 Vatímetros
La potencia consumida por cualquiera de las partes de un circuito se mide con un vatímetro, un
instrumento parecido al electrodinamómetro. El vatímetro tiene su bobina fija dispuesta de
forma que la atraviese toda la intensidad del circuito, mientras que la bobina móvil se conecta
en serie con una resistencia grande y sólo deja pasar una parte proporcional del voltaje de la
fuente. La inclinación resultante de la bobina móvil depende tanto de la intensidad como del
voltaje y se puede calibrar directamente en vatios, ya que la potencia es el producto del voltaje
y la intensidad de la corriente.

7.3 Contadores de servicio


El contador de servicio es un dispositivo que mide la energía total consumida en un circuito
eléctrico doméstico. Es parecido al vatímetro, pero se diferencia de éste en que la bobina móvil
se reemplaza por un rotor. El rotor, controlado por un regulador magnético, gira a una velocidad
proporcional a la cantidad de potencia consumida. El eje del rotor está conectado con engranajes
a un conjunto de indicadores que registran el consumo total en vatios por hora.
 
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