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El cristianismo (del griego Χριστός, Christós, Cristo, literalmente 'ungido') es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas atribuidas a Jesús de Nazaret, presentadas en el canon bíblico y otras escrituras del Nuevo Testamento. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó tres días después de su muerte.
Algunos de los escritos sagrados cristianos son compartidos con el judaísmo. El Tanaj constituye, junto con la Biblia Septuaginta (más antigua que el Tanaj en su forma actual), la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las diferentes Biblias cristianas. Por este motivo el cristianismo es considerado una religión abrahámica, junto con el judaísmo y con el islam.
Titre original
art2-eca-707. Valor fuerza de trabajo. El Salvador
El cristianismo (del griego Χριστός, Christós, Cristo, literalmente 'ungido') es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas atribuidas a Jesús de Nazaret, presentadas en el canon bíblico y otras escrituras del Nuevo Testamento. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó tres días después de su muerte.
Algunos de los escritos sagrados cristianos son compartidos con el judaísmo. El Tanaj constituye, junto con la Biblia Septuaginta (más antigua que el Tanaj en su forma actual), la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las diferentes Biblias cristianas. Por este motivo el cristianismo es considerado una religión abrahámica, junto con el judaísmo y con el islam.
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El cristianismo (del griego Χριστός, Christós, Cristo, literalmente 'ungido') es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas atribuidas a Jesús de Nazaret, presentadas en el canon bíblico y otras escrituras del Nuevo Testamento. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó tres días después de su muerte.
Algunos de los escritos sagrados cristianos son compartidos con el judaísmo. El Tanaj constituye, junto con la Biblia Septuaginta (más antigua que el Tanaj en su forma actual), la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las diferentes Biblias cristianas. Por este motivo el cristianismo es considerado una religión abrahámica, junto con el judaísmo y con el islam.
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797 Mat riz insumo-product o y anlisis int ersect orial
Volumen 62 Nmero 707
eca Est udios Cent roamericanos Palabras clave: actividad econmica, capitalismo, desarrollo econmico y social, marxismo, precios, salarios, sectores productivos, teora econmica, trabajo. Mat riz insumo-product o y anlisis int ersect orial: inst rument os de planificacin del desarrollo en la economa solidaria * Beatriz Escobar** * Este artculo se ha elaborado con base en la tesina La matriz insumo-producto como instrumento de plani- cacin del desarrollo econmico en comunidades organizadas de los pases pobres: el caso del Grupo Bajo Lempa en El Salvador. Tesis para optar al grado de Mster en Desarrollo Econmico, Universidad Carlos III de Madrid, Espaa, 2006. ** Catedrtica del Departamento de Economa, UCA. Correo electrnico: bescobar@buho.uca.edu.sv. Resumen Este trabajo forma parte de una i nvesti gaci n ms ampli a sobre este tema; aqu se i ncluye nicamente la aproximacin terica desarrolla- da. Losobjetivosque han motivado este texto han si do bsi camente dos: por un lado, con- tri bui r a rescatar el anli si s i ntersectori al y la aplicacin de losinstrumentosde planificacin de la producci n en tanto expli can la reali dad econmica y arrojan informacin para la toma de decisiones; y, por otro, aportar con ese res- cate al desarrollo de la econom a soli dari a. Volumen 62 Nmero 707 eca Est udios Cent roamericanos 798 Mat riz insumo-product o y anlisis int ersect orial Losobjetivosque han motivado este traba- jo han sido bsicamente dos: en primer lugar, contribuir a rescatar el anlisisintersectorial y la aplicacin de losinstrumentosde planificacin de la produccin, como el modelo insumo-pro- ducto de Leontief en desuso en los ltimos aos , resaltando su capacidad de explicar la realidad econmica y de arrojar informacin importante para emprender accionesconcretas; y en segundo lugar, aportar con ese rescate al desarrollo de esa nueva economa en formacin llamada economa solidaria , en tanto alterna- tiva real del modo de produccin capitalista. Este art culo i ni ci a con una breve exposi - ci n de algunos de los elementos pri nci pales que caracteri zan a la econom a soli dari a, y su relaci n con la teor a marxi sta de la sub- sunci n i ndi recta del trabajo en el capi tal 1 . Lo que se busca con este pri mer apartado es poner en evi denci a la uti li dad del anli si s i ntersectori al y de la plani fi caci n producti va para el desarrollo de la Econom a Popular. Una vez mostrada su relevanci a, pasamos a revi sar los planteami entos ms i mportantes, hechospor distintosautores, acerca del anlisis i ntersectori al, presente a lo largo de la hi sto- ri a del pensami ento econmi co. Fi nali zamos esta parte con la descri pci n del modelo de Leonti ef, obra en torno a la cual convergen los desarrollos previ os y posteri ores sobre el tema. Lo anterior nospermitir sostener, en las reflexionesfinalesde este artculo, por qu des- de nuestro punto de vi sta este ti po de anli si s esno solo ti l, si no tambi n necesari o para la expansi n o reproducci n en escala ampli ada de las experi enci as de econom a alternati va, expansin que hace mspalpable y posible su carcter de alternati va real. 1. La economa solidaria y el problema de la subsuncin indirect a del t rabajo en el capit al 1.1. Algunos element os caract erst icos de la economa solidaria Como sabemos, de acuerdo a M arx, las contradi cci ones entre el desarrollo de las fuerzas producti vas y las relaci ones soci ales de producci n, al i nteri or de los modos de producci n, expli can y causan el paso de un si stema a otro. Y aunque este paso i nexorable nos garanti za un estadi o de desarrollo supe- ri or al anteri or, en tanto mayor desarrollo de las fuerzas producti vas, no nos asegura que el si gui ente si stema contenga las condi ci ones materi ales e i nsti tuci onales necesari as para asegurar la reproducci n de la vi da, y msen concreto, la reproducci n de todaslasvi das. Siguiendo esta idea, el capitalismo podra ser si no peor, en tanto mayor amenaza de la vida, al menos igual que el feudalismo. En este ltimo, si bien la vida del siervo estaba en manos del seor feudal, exista cierta protec- cin institucional para posibilitar su existencia: se le permita y exiga el uso y usufructo de los medios de produccin para producir mediosde vida para l y su seor feudal; de la misma manera en que losgremios, a pesar de la falta de libertad para ejercer cualquier oficio, significaban alguna forma de seguro para la vida de los artesanos y los aprendices. En el capitalismo, con la emancipacin de lossiervos y la disolucin de losgremios, lostrabajadores quedaron libres jurdicamente, lo que se en- tiende y esnecesario entenderlo as, en tanto esto garanti za el funci onami ento del nuevo sistema como una emancipacin humana . Pero adems, quedaron liberados de medios de vida y de mediosde produccin, de tal for- ma que se vieran obligadosa vender lo nico que posean: su capacidad para trabajar. Con la apari ci n de la fuerza de trabajo como mercanc a, la explotaci n dej de em- plear mtodos violentos y qued encubierta con contratos jur di camente defendi dos. La i gualdad jur di ca, as como el derecho a la vi da, se hi ci eron presentes, y con ellos la li - bertad qued transformada en algo vali oso, y por ende, defendi ble, i nterpretada como un avance humano fruto del nuevo sistema ( dan- do lugar, a la par, a las luchas rei vi ndi cati vas propi as de la nueva clase obrera, los si ndi ca- tos, losparti doslaborales, etc., y en defi ni ti va 1. Ver Montoya, A. Economa crtica, San Salvador: Editores Crticos, Captulo 8. 799 Mat riz insumo-product o y anlisis int ersect orial Volumen 62 Nmero 707 eca Est udios Cent roamericanos a la posi bi li dad de parti ci par) . Si n embargo, si bi en la nueva clase obrera di spon a de tal li bertad y de la i gualdad jur di ca frente a lospropi etari osde losmedi osde producci n, converti dosen clase capi tali sta, no di spon an, como ya se dijo, ni del usufructo de losmedios de producci n ni de la organi zaci n gremi al para garantizar la reproduccin de su vida. Tal emanci paci n fue, paradji camente, la clave para la dominacin definitiva del capital sobre la vi da del trabajador 2 . Con esto slo queremos traer a cuenta la i dea de M arx, presente en la obra La con- cepcin materialista de la historia, de que el cambi o de si stema no necesari amente nos conduci r, de forma automti ca, a una soci e- dad en la que losmalesde la actual ( desigual- dad, exclusi n, pauperi zaci n, devastaci n ambi ental, etc.) hayan si do superados. Para que as sea, es necesari o hacer que as sea, lo que i mpli ca la necesi dad de construi r o de ensayar alternati vas. Con la cri si s de acumulaci n de los aos setenta, y el consecuente cambi o de modelo la supresi n del Estado de Bi enestar , so- brevi ene tambi n un cambi o de concepci n: el rescate del li berali smo, y con l una nueva relaci n de la soci edad ci vi l con el Estado, una nueva i dea de movi mi ento soci al, que se profundi za en la dcada de los noventa. En Amrica Latina, y a nivel de poblacionesy co- muni dades, este cambi o fue i mportante, pues marc el i ni ci o de una nueva forma de actuar frente al Estado y de concebi r el desarrollo, de establecer relaci onesde poder 3 , etc. Se di o apertura as a la creaci n de organi zaci ones soci oeconmi cas, plurales y vari adas, con el 2. Aparece la posibilidad de apropiacin de los medios de produccin de unos pocos y de la consecuente re- duccin de los otros, sea a la simple subsistencia, sea a la pauperizacin y hasta a la muerte [] Aparece pues la posibilidad de la explotacin y de la dominacin. Acaparar y concentrar medios materiales de vida es destruir las posibilidades de vida del otro, ya que lo que se concentra y se quita no son simples riquezas sino medios de vida [] ninguna dominacin puede ser denitiva sin el manejo de la distribucin de los me- dios materiales de vida. Hinkelammert, F., Crtica de la razn utpica, Bilbao: Editorial Descle de Brouwer, 2002, p. 323 (las cursivas son nuestras). 3. Ver Montoya, A. La necesidad de construir relaciones de poder popular: el caso de El Salvador, Rebelin, marzo de 2005. Disponible en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=12281. 4. Este tema ha sido tratado a profundidad en otras publicaciones. Ver, por ejemplo, Departamento de Econo- ma de la Universidad Centroamericana Jos Simen Caas, Economa solidaria. Grupo Bajo Lempa, San Salvador: UCA Editores, 2005. objeti vo i nmedi ato de reduci r lasnecesi dades i nsati sfechas de sus mi embros. No son stas estrategi as de sobrevi venci a de ti po pali ati vo, como lo ser a el sector i nformal e i ncluso la emi graci n, cuya exi stenci a est determi nada por la duraci n de lo que amenaza la subsi s- tenci a de las personas, si no estrategi as con carcter de permanenci a e i ntegrali dad, estra- tegi as de vi da. Estos movi mi entos, presentes en muchos pa ses y que parten de un si nf n de modali dades, son los que se han veni do llamando econom a popular , econom a del trabajo , econom a comuni tari a , y en defi ni ti va, econom a soli dari a . Creemos que estas experi enci as son en reali dad el germen de algo que podr a llegar a constituirse en un nuevo sistema econmico ( comuni tari o, comuni sta si se qui ere) , di sti nto y opuesto al capi tali smo; que son verdaderos ensayosde alternati vas. Por ello, estudi arlasy estudi ar aspectos que aporten a su desarrollo es una labor i mperati va e i mportante una vez comprendi do el funci onami ento del si stema domi nante. Aunque nuestro i nters aqu no es hacer una exposi ci n ampli a de lo que se enti ende por econom a soli dari a y de los elementos que la conforman, hay algunos aspectos que s vale la pena menci onar, al menos de forma breve, en aras de ubi carnos en el tema 4 . Lasexperienciasde economa solidaria son, si n duda, una forma nueva de organi zaci n popular, en la cual convergen acti vi dades producti vas con espaci os de convi venci a y parti ci paci n, si ndoles propi o un alto grado de autonom a e i ndependenci a; en ello radi ca parte de su novedad: lossujetosson en efecto Volumen 62 Nmero 707 eca Est udios Cent roamericanos 800 Mat riz insumo-product o y anlisis int ersect orial sujetos, y no merosactoressi gui endo gui ones preestableci dos o di ctados desde fuera. Es nueva por esto y porque su acci onar va ms all de la si mple lucha rei vi ndi cati va 5 . Aspi ran ms bi en, y en lti ma i nstanci a, a una trans- formaci n radi cal de la vi da y de la soci edad, a modificar la forma en que funciona el modo de producci n domi nante y los problemas que causa. Estn dotados, podr a deci rse, de un verdadero senti do de li beraci n 6 , aunque en el corto plazo su objeti vo sea resolver los problemas i nmedi atos de sobrevi venci a de sus mi embros ( en condi ci ones de pobreza y margi naci n) . Su organi zaci n, adems, es compleja e integral. En ella, cada una de susdimensiones ( econmi ca, soci al, pol ti ca, ti ca, i deolgi ca, cultural, etc.) conforman, juntas, un entrama- do de relaci onesque, aunque en lo pequeo, consti tuyen un verdadero si stema econmi co en senti do ampli o. Nos centraremos en la organi zaci n econmi ca, que esla que por el momento nosinteresa estudiar, pero esnecesa- rio tener presente que dicha organizacin est retroali mentada y permeada por el resto de estructuras, esdecir, que se inserta en un todo y esafectada por losvaloressoci ales, vi si ones de mundo, cultura del todo en cuesti n. Y vi ceversa. No est de ms sealar que la econom a soli dari a es hi j a de la corri ente utpi ca. Su hori zonte es esa soci edad de personas li bres ( que se reconocen mutuamente como tales) , con propi edad colecti va de los medi os de producci n, propi etari as de su trabaj o y de 5. Esto no signica que no participen e incluso organicen luchas reivindicativas; lo diferente es que no se que- dan ah, sus acciones superan la protesta o la exigencia de unos determinados derechos. 6. Como lo entendiera Ellacura en su civilizacin de la pobreza. El verdadero sentido de la economa estara referido justamente a ese componente liberador: reducir el carcter necesitante de las necesidades. Ver Montoya, A., La nueva economa popular. Una aproximacin terica, San Salvador: UCA Editores, 1995, Ca- ptulo 1. 7. Marx, K., El capital. Crtica de la economa poltica, Tomo I, Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 1999, p. 43: Imaginmonos nalmente, para variar, una asociacin de hombres libres que trabajen con medios colectivos de produccin y que desplieguen sus numerosas fuerzas individuales de trabajo, con plena con- ciencia de lo que hacen, como una gran fuerza de trabajo social [] El producto colectivo de la asociacin a que nos referimos es un producto social. Una parte de este producto vuelve a prestar servicio bajo la forma de medios de produccin. Sigue siendo social. Otra parte es consumida por los individuos asociados, bajo forma de medios de vida. Debe, por tanto ser distribuida. los frutos del mi smo, con plena conci enci a de lo que hacen, de la que nos habl M arx en el Tomo I de El capital 7 . De ah que vari os de losautoresque se han dedicado a sistematizar las experi enci as de esta nueva econom a nos recomienden ubicarnos, al enfrentarnosa ella, en la di mensi n de lo posi ble, tratando de apreciar suspotencialidades, lo que puede lle- gar a ser, y no lo que ya es, esto es, tratando de no olvi dar que si bi en es un ensayo, esto no la hace i ncapaz de crecer y desarrollarse. Di cho esto, se enumeran a conti nuaci n algunos aspectos que es necesari o tener en cuenta sobre la organi zaci n econmi ca de estas experi enci as. 1.1.1. Racionalidad econmica Esde acuerdo a la racionalidad econmica que se evala la rentabi li dad y el desempeo de una i ni ci ati va empresari al. Sabemos que, para el caso de las empresas del sector capi - tali sta, la raci onali dad es la maxi mi zaci n de benefi ci os. De modo que una empresa ser consi derada rentable o vi able si es capaz de generar un excedente econmi co, y si este es, adems, el mxi mo que se puede consegui r. No es lo que ocurre con las empresas del sector del trabaj o, cuya raci onali dad es ms bi en la obtenci n de un benefi ci o soci al o humano: generar empleo estable e i ngresos regulares para las fami li as mi embros. Es esta una lgi ca de posi bi li tar la vi da de estas per- sonas, reduci endo lo ms posi ble sus necesi - dades i nsati sfechas, de manera de permi ti r su bi enestar y desarrollo.