BIENESTAR IPASIÓN

¿ Se pueden tener relaciones

sexuales con esa gran panzo-
ta? ¿Existen riesgos para el
feto? ¿Esa criatura que vive dentro
del vientre sentirá algo durante la
actividad sexual? ¿El sexo durante
el embarazo podría causar un parto
prematuro? ¿O quizá un aborto es-
pontáneo? Como estas y otras, las pre-
guntas van y vienen. Sin duda, este es
un tema que se las trae pues existen
muchos prejuicios y mitos con respec-
to a la sexualidad en el embarazo.
Lo mejor que podemos hacer es res-
ponder de una vez por todas, esas du-
das, no vaya a ser que nos censuremos
del placer por nueve meses.
Si la futura madre tiene un embarazo
normal y saludable, entonces, no hay mo-
tivo alguno para dejar el sexo de lado.
Según el sexólogo clínico argentino
Ezequiel López, nunca se ha demostrado
que un aborto espontáneo haya sido pro-
ducto de una actividad sexual. Al ingresar
el pene a la vagina, es improbable que este
llegue a tocar el cuerpo del útero. Recor-
demos que entre la vagina y el cuerpo del
útero (donde se encuentra el feto) se en-
cuentra el cuello uterino, el cual mide
aproximadamente tres centímetros.

Sexo
¿Beneficios? Claro que los hay. Empe-
cemos por las ventajas usuales de los con-
tactos sexuales deseados: aumenta el rit-
mo cardiaco oxigenando cada rincón del
cuerpo, el contacto físico, el calor huma-
no, el afecto y la compenetración con la
otra persona aumenta nuestra autoesti-
ma, nos hace sentir especiales y queridos.
Si a todo eso le sumamos que du-
rante el embarazo puede prepa-
rar al útero para el trabajo del
parto pues se liberan endorfi-
nas que reducen los dolores

en el embarazo
Claro que se vale, claro que se puede, claro que se goza.
y tensiones musculares,
entonces el sexo es un
antídoto casi que obli-
gatorio .

ALGUNAS PRECAU-
Esos nueve meses pueden ser un periodo de aprendizaje, CIONES
experimentación, cariño entre la pareja y muchísimo placer. Por supuesto, hay
que tener algunas aten-
POR MÓNICA MORALES / FOTOS GERMÁN FONSECA ciones especiales, en es-
pecial cuando el embara-

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 zo es de cuidado. El sexo puede llegar a ser
peligroso cuando se presenta alguna de
las siguientes condiciones:
■ Hay signos de sangrado vaginal, dolor o
pérdida de fluido amniótico.
■ Existen antecedentes de abortos espon-
táneos durante el primer trimestre.
■ En el último trimestre si se trata de un
embarazo múltiple.
■ En las últimas semanas si existieran ante-
cedentes de parto prematuro.
Asimismo, debemos evitar ciertas prác-
ticas durante el embarazo para proteger
al feto y a la madre.
■ Evitemos el soplado vigoroso de aire
en la vagina, ya que puede provocar una
embolia gaseosa y por la tanto la muerte
del feto y la madre.
■ Mantener relaciones sexuales sin preser-
vativo con alguien portador de una infec-
ción de transmisión sexual, pues puede
ocasionar defectos, enfermedades o la
muerte en el feto.
SEXO MES A MES
Durante el embarazo, tanto la madre
como el padre se enfrentan a cambios de
ánimos y una situación completamente
nueva. Ella experimenta cambios hormo-
nales y físicos. Ambos ven variar mes a
mes sus ganas sexuales.
Los investigadores Masters y Johnson
describen los siguientes cambios en la se-
xualidad de los nuevos padres, dividida
en tres trimestres.
PRIMER TRIMESTRE: Es frecuente
encontrar una disminución del deseo y la
actividad sexual. Se relaciona con síntomas
desagradables (fatiga, insomnio, nauseas,
vómitos), el miedo de interrumpir el emba-
razo o dañar al feto, la mayor actividad me-
tabólica (que aumenta hasta el 25 %) y los
cambios físicos y síquicos a los que la madre
y su pareja deben adaptarse.
SEGUNDO TRIMESTRE: Suele au-
mentar la actividad y reactividad sexual, in-
cluso a veces superando al deseo y reactivi-
dad de la vida sexual anterior. La adapta-
ción a los cambios iniciados en el primer tri-
mestre, el mayor flujo sanguíneo por au-
mento en la concentración de estrógenos y
progesterona, el mayor deseo por aumento
de la testosterona, el aumento de la conges-
tión genital y la gran sensibilidad en pechos
y órganos sexuales, lleva a algunas mujeres
que nunca habían tenido un orgasmo a ex-
perimentarlo, a veces de manera múltiple.
El orgasmo suele ser más intenso y el
periodo de resolución más largo, ya que la
congestión genital demora más tiempo
en ceder. También puede darse una ma-
yor excitación del hombre por los cam-
bios físicos en su pareja (el aumento del
tamaño de los pechos, las curvas e incluso
su elevada capacidad de excitación y or-
gasmo).
TERCER TRIMESTRE: Encontramos
una nueva declinación. El malestar físico,
estrés, fatiga y cansancio corporal; la inco-
modidad a la hora de practicar el coito; los
cambios en el cuerpo que pueden desfavo-
recer el deseo sexual al sentirse la mujer me-
nos femenina y, por lo tanto, con sentimien-
tos tales como vergüenza y temor al recha-
zo; la preocupación por los cambios cotidia-
nos que se vienen (cuidado del bebé, eco-
nomía, trabajo, modificación de la vivien-
da).
CONSEJOS PARA UNA SEXUALIDAD
SALUDABLE DURANTE EL EMBARAZO
Es muy importante dialogar con la pa-
reja acerca de los cambios y sensaciones
que ambos tienen. Comentar cuales son
las preocupaciones actuales y futuras,
buscar alternativas y eventualmente in-
formación para resolverlas, y despejar los
malos entendidos por no conversar los su-
ficiente y pretender adivinar los pensa-
mientos de tu pareja o esperar que le adivi-
nen a usted las ideas; una mala práctica
muy frecuente. Si suponemos que el otro
piensa o siente algo, no nos quedemos
con la suposición, preguntemos.
Por otro lado, es fundamental tener en
cuenta que el sexo es mucho más que geni-
tales. Por lo tanto, si por algún motivo no
podemos o no queremos practicar el coi-
to, hay muchas otras alternativas que nos
pueden dar placer a nosotros y a nuestra
pareja. Solo se trata de poner en marcha la
creatividad. Muchas parejas, por evitar el
coito y el intercambio físico, terminan ais-
lándose afectivamente y sintiéndose muy
lejos el uno del otro.
Por último, veamos cuales son las pos-
turas amatorias más apropiadas:
La que los orientales llaman "el ciervo"
con el varón por detrás y la mujer arrodi-
llada sosteniendo su cuerpo con almoha-
dones debajo de los pechos, así no hace es-
fuerzos; de costado con el varón por de-
trás (la famosa postura de “cucharita”), la
mujer sentada arriba del varón, que a su
vez está sentado en una silla. Se deben evi-
tar las posturas frontales que presionan
sobre el abdomen. k P
FUENTE: LIC. EZEQUIEL LÓPEZ PERALTA , SICÓLOGO Y