Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Tarso Genro
El método más complejo y más rico para explorar la relación Etica y Desarrollo es
hacerlo de forma conectada con la relación Etica y Política, ya que la propia naturaleza del
desarrollo elegido sólo puede ser pensada a partir de los medios e instrumentos (políticos)
capaces de realizarla. Usa como referencia dos categorías que pueden hacer la “conexión”
entre las dos esferas, “insatisfacción” y “espontaneidad”, para discutir el tema “Etica y
Desarrollo”, y sus derivaciones en la esfera de la Política.
La salida más fácil seria presentar y fundamentar, con juicios políticos “puros”, un
recetario genérico sobre el cual no habria ninguna discordancia: la defensa de los derechos
del individuo y de las comunidades pobres como finalidades de desarrollo humanista y
democrático; la interdependencia necesaria entre fines y medios, como fundamento de la
moralidad política para un proceso de desarrollo justo (recuerdo, a propósito, que Stalin
llegó a alcanzar un crecimiento económico de 20% al año, y que los actuales modelos de
crecimiento del liberalismo radical sólo se realizan con un brutal proceso de encubrimiento
de los derechos y, en ambos casos, no se puede hablar de un “desarrollo” con ética); y,
finalmente, la necesidad de reglas consensuales y legítimas para que las personas, clases y
grupos sociales, disputen sus demandas económicas en la escena pública, con el fin de
repartir la riqueza socialmente producida.
Las dos categorías a las que me refiero tienen, tanto una dimensión material -
objetiva, como una dimensión ideal - subjetiva.
- Insatisfacción en el sentido de carencia oriunda de los deseos no respondidos y
también en el sentido de sensación física o psíquica, derivada de las condiciones materiales
de vida: insatisfacción provocada por un deseo “arbitrario”, oculto, e insatisfacción ante la
ausencia de lo básico para la comodidad de una vida buena.
Enfrentemos ahora estas dos reflexiones a través de preguntas que serán respondidas
en el campo de la política democrática: cómo superar la “forma moderna” de
insatisfacción, que se reproduce siempre como una insatisfacción más grande,
precisamente en quien goza los frutos del desarrollo? Cómo democráticamente
racionalizar la espontaneidad, para que ésta pueda aproximarse a una libertad “general”
para todos los individuos, así combatiendo la pobreza y la exclusión?
Lo que se coloca - a partir de estas preguntas - como cuestión teórica de fondo para
avaluar la verdadera práctica de la democracia (cuestión no exenta de consecuencias
políticas) es, entonces, la siguiente: en el mundo de hoy, con la sociedad de mercado
plenamente realizada, con la reducción de la fuerza normativa del Estado, con la sumisión
de los Estados nacionales al imperio de la deuda pública, con el proceso galopante de
criminalización de la política (que deriva de este cuadro sociopático universal) - en este
mundo - es posible conciliar ética y desarrollo? O mejor: cuáles son las reformas que
apuntan para esta posibilidad?
Pero es extraño que los ciudadanos belgas, en relación a los ciudadanos alemanes
(aunque sometidos a protecciones constitucionales con cargas normativas distintas), no son
“menos” ciudadanos. O mejor, no son ciudadanos más puramente formales o más
distantes de una ciudadanía substantiva que los ciudadanos alemanes. El sistema social
como un todo, el Estado en cuanto totalidad, y la permeabilidad de sus instituciones a las
demandas plebeyas, es que posibilitan, en ambos casos, relaciones sociales e económicas
más ecuánimes. Proporcionaron grados de satisfacción aceptables, por parte de los
individuos y grupos sociales: porque sometieron la “espontaneidad” de sus agentes
económicos a regulaciones mucho más próximas del interés general.
Norberto Bobbio, recordando Max Weber, constata que “no hay teoria moral que no
considere la distinción entre acciones finales y acciones instrumentales, o sea, que la
misma acción puede ser “juzgada de modos diferentes, según el contexto en el cual se
desarrolla y la intención con que fué cumplida”9. El núcleo de la política moderna, sin
embargo, para el mismo Bobbio, seria la comprensión de que la distinción entre moral y
política es que ésta (la política) tiene finalidad instrumental, debiendo ser juzgada no en sí
misma, “pero con base en su mayor o menor idoneidad en la realización del objetivo”10.
_____________________
11
COMPARATO, Fábio Konder. “La Humanidad en el siglo XXI: la gran opción”. Publicación de
Conferencias en la Facultad de Derecho de Coimbra - 1999/2000, Universidad de Coimbra, Coimbra Editora,
Stvdia Ivridica 48, Colloquia - 6