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Voluntad procreacional,
una propuesta.
Junio de 2009
Voluntad procreacional,
una propuesta.
Héctor A. Mendoza C.
Doctor en Derecho con especialidad en Bioderecho
Catedrático de la Universidad Autónoma de Nuevo León
Miembro de la Asociación Nacional de Profesores de
Derecho Internacional Privado
5
nuevos estatutos, confrontando el recientemente
añadido “derecho a la vida desde la concepción”
con el criterio en vigor “persona” y b) replantear
la discusión conceptual respecto al derecho a
la vida desde la concepción, incorporando la
noción jurídica voluntad procreacional, como
se propone y analiza a continuación, desde la
obligada perspectiva interdisciplinaria de la
bioética y la biojurídica. La figura propuesta es
una ampliación del concepto jurídico tradicional
voluntad y debe entenderse como una expresión
práctica de las libertades consagradas en nuestra
Constitución, mismas que serán explicitadas
más adelante. Lo anterior permitiría depurar
el quehacer legislativo para hacer posible la
necesaria reinserción del trabajo parlamentario
en el marco legal vigente.
6
Bioética y biojurídica
7
Así por ejemplo, el siglo pasado concluyó con
una noticia importantísima: la obtención de la
secuencia del genoma humano2, que ha permitido
empezar a escudriñar los secretos fundamentales
de la estructura responsable de la evolución y
supervivencia de la vida humana. Este hecho
por sí solo, marca un hito en la historia de la
humanidad.
8
la creación de embriones con fines exclusivos para
la investigación o experimentación, el diagnóstico
preimplantatorio, la selección de embriones con
propósitos de mejoramiento genético o para la
elección del sexo del producto, la creación de
seres híbridos (mezcla de genes humanos con
otras especies), la maternidad subrogada (o de
alquiler), y desde luego los estudios orientados
a la realización de la clonación humana
reproductiva, entre otros.
9
derecho. Los nuevos enfoques transdiciplinarios
deberán contribuir a llenar los grandes vacíos
o deficiencias legislativas en relación a la
aplicación de las biotecnologías, permitiendo una
revisión de antiguos dilemas que ahora deben ser
examinados a la luz de los nuevos conocimientos
y las teorías de vanguardia.
10
Castigar para defender la vida
¿Es la penalización el instrumento idóneo
para la defensa de la vida de los no-nacidos?
11
vs. Wade, otorgó derechos totales a las gestantes
para decidir si continuar o interrumpir el
embarazo durante el primer trimestre, derechos
parciales en el segundo y finalmente derechos
totales a los productos en el último trimestre,
salvo situaciones excepcionales. Sin embargo, la
resolución de los jueces no se basó en el análisis
de los derechos del producto; en cambio, se
sustentó en el derecho a la intimidad, su ejercicio
y las limitaciones posibles a este derecho. Tal
vez el punto más notable que se hace evidente
en dicho dictamen es la notable moderación
que los juristas mostraron, en relación a las
intromisiones del derecho en el ámbito íntimo de
la procreación4.
12
veces instigados por una mal entendida filiación
religiosa. Por otra parte, no es despreciable la
influencia que las ciencias médicas han tenido en
la percepción del problema, con la divulgación
cotidiana de imágenes de embriones y fetos in
útero5. No obstante lo anterior la gran mayoría,
tanto en México como en el país vecino, desea
que el dilema permanezca y sea resuelto en la
intimidad por aquellos directamente involucrados
y en el libre ejercicio de su libertad de conciencia,
manteniendo al mínimo la intromisión del
Estado.
13
De hecho, la encuesta mostró que sólo el 9% de
las y los mexicanos entrevistados favorece dichas
sanciones7.
14
efectuados por organizaciones defensoras de
los derechos humanos en nuestro país, en el
estado de Guanajuato se registraban más de
130 mujeres presas, 90 en Baja California y
30 en Sonora, a principios del mes de junio de
2009.8 Considérese que estas mujeres no han
llegado a la cárcel por inducirse un aborto,
sino por haberlo efectuado en condiciones de
alto riesgo, asociadas a prácticas utilizadas por
quienes carecen de recursos económicos y/ o de
información básica. La experiencia indica que
ellas suelen llegar a los hospitales asistenciales
o institucionales con graves complicaciones
(principalmente hemorragias e infecciones
generalizadas) y de allí se les lleva a las cárceles.
Se castigan, entonces, la pobreza, el miedo, la
ignorancia, mientras que quienes cuentan con lo
recursos necesarios pueden seguir adelante con
sus vidas. Se trata entonces de una penalización
15
que ahonda e ignora la brecha trazada por las
condiciones nacionales de injusticia social.
16
así como de protección social y económica de la
maternidad.9 También esclarecedor, a la vez que
irónico, resulta el hecho de que tanto Stalin como
Hitler establecieron una prohibición absoluta del
aborto en sus regímenes respectivos. Es obvio que
la penalización del aborto no necesariamente va
de la mano del respeto al derecho a la vida y en
general, del respeto a los derechos fundamentales
de los seres humanos.
17
Resulta incontrovertible que el derecho, en lo
que hace a la penalización del aborto, entendida
como antítesis de un supuesto derecho absoluto
a la vida desde la concepción, no ha disminuido
su práctica, es decir, no ha contribuido a
defender la vida de los no nacidos. Coincidimos
con Tamar Pitch en que “el conflicto en torno a
cuestiones como el aborto, tanto ayer como hoy
es particularmente agrio por razones culturales
y simbólicas, más que prácticas”.11 De ahí que
el lenguaje de los símbolos sea un instrumento
para el ejercicio del poder y el sometimiento
de las conciencias ante el peso de discursos
que apelan a imágenes simbólicas cultivadas
ancestralmente.
18
derechos fundamentales de cada persona de los
abusos del poder público y/o de las coacciones
de los grupos sociales hegemónicos o de las
facciones del poder fáctico. Ciertamente, no
es su función imponer los valores de una ética
de convicciones ni los planteamientos de un
dogma metafísico o religioso, sino resguardar
responsablemente el marco de derecho que
hace posible el ejercicio de esos mismos valores,
principios o dogmas en el ámbito privado. De
lo contrario se favorecen las condiciones para
generar, o bien un estado religioso, o un régimen
autoritario.
19
las sociedades democráticas, transculturales y
diversas de la posmodernidad y específicamente
en el estamento laico del Estado mexicano. Importa
enfatizar, dadas las ríspidas condiciones del
debate— tanto a nivel mundial como nacional—
que las conclusiones deben fundamentarse en una
reflexión jurídica seria y mesurada, orientada por
un genuino y responsable interés en la defensa,
protección y garantía de la vida y de la calidad
de la misma para cada ciudadana y ciudadano
del país.
20
inicio de la vida humana a fin de dilucidar si
existe, o no, un derecho absoluto a la misma o si
éste se encuentra condicionado por la voluntad
de la gestante.
21
concepción, entendida como la unión de los
gametos masculino y femenino. En este punto
se produce un distanciamiento de las ciencias
médicas, que ubican la concepción en el útero
materno al llevarse a cabo la implantación del
producto. No obstante, en épocas recientes
su argumentación zigzaguea entre los avances
genéticos y la metafísica, es decir, entre el
conocimiento fáctico y el conocimiento que
queda más allá de la ciencia. Sus planteamientos
se presentan en la bioética personalista del
Vaticano14 y en ella se equipara la aparición
de un nuevo genoma humano con una nueva
vida humana y sucesivamente con una persona
humana, lo que implica así mismo, la presencia
de un alma humana. Estos grupos se autodefinen
como “pro-vida” o como “defensores de la
cultura de la vida”.
22
La argumentación se sustenta en la consideración
de que el nuevo genoma implica la manifestación
de una esencia o alma humana en el sentido
platónico y que por ende, este nuevo genoma no
puede devenir sino ser humano; en consecuencia,
debe ser considerado como una persona en
términos legales. Lo anterior es irrefutable
como dogma de fe o precepto de una ética de
convicciones, pero no como fundamento de una
normal legal.
23
Aquí15 es preciso puntualizar que genoma
humano no es sinónimo de vida humana en
términos científicos, ya que si bien el genoma
humano es único e irrepetible en cada individuo
-con la excepción de los gemelos idénticos- este
código genético se encuentra presente en todas
y cada una de las células de los seres humanos
(nacidos o no nacidos), las cuales, sin embargo,
no pueden reputarse como expresión de vida
humana cuya defensa jurídica deba asumirse a
toda costa y mucho menos pueden éstas devenir
personas con derechos formales (salvo en el
remoto caso de que se realizara exitosamente
una clonación humana). Adicionalmente, la
simple presencia de ambos elementos tampoco
podría ser considerada como equivalente de
persona humana en términos legales, como ya se
explicó antes.
24
2)Hominización gradual o progresiva: Preconiza
que no se puede afirmar la existencia de un
derecho a la vida desde el momento mismo
de la concepción porque la vida es un proceso
continuo y la “hominización” o humanización
del producto es gradual: del planteamiento
anterior, se adjudican derechos que van de
nulos a parciales o totales, dependiendo del
grado de desarrollo prenatal del producto de
la fecundación. Los derechos otorgados suelen
aumentar en proporción al desarrollo del sistema
nervioso central y en particular de la corteza
cerebral, por considerarse indispensables para
conceder la calidad de humano o al menos
de potencialmente humano a un producto en
desarrollo.
25
la animación gradual. La conocida definición
de Boecio indica que persona es la “sustancia
individual de naturaleza racional”, de ahí que,
desde esta línea de razonamiento, la persona
deba poseer una serie de cualidades cognitivas
o racionales, o por lo menos, los indicios de
los órganos que habrán de hacer posibles tales
capacidades. Sin ahondar en el tema, cabe señalar
que antes de 1869 la mayoría de los teólogos
apoyaban la teoría de la animación mediata
o gradual. Así, se aseguraba que el embrión o
feto no era un ser humano con alma humana
sino hasta 40 días después de la concepción
tratándose de hombres, y 80 a 90 tratándose de
mujeres.16 Consecuentemente, para el nasciturus,
antes de los plazos señalados, no existía derecho
a la vida. Por lo mismo, en un aborto practicado
antes de los 40 días no se consideraba que se
estuviera eliminando una vida humana.17
26
Margarita Valdés nos remite en este respecto a uno
de los teólogos católicos contemporáneos más
reconocidos, Jacques Maritain, quien adoptando
un razonamiento tomista expresó que “admitir
que el no nacido humano, desde el momento de
la concepción recibe el alma intelectiva mientas
la materia no está todavía en nada dispuesta, es a
mis ojos, un absurdo filosófico”.18
27
que se calla sin considerarlo siquiera digno de ser
insertado en el estudio del problema: las mujeres,
las gestantes y sus derechos fundamentales.19 Lo
no dicho constituye una proclama sobre la no-
libertad de las mujeres, impuesta y mantenida
desde una filosofía, una ética tradicional, una
teología y un derecho que conceden a un
óvulo fecundado aquello que le niegan a un
ser humano adulto de género femenino. Por lo
anterior y en virtud de una aspiración legítima a
la reivindicación de los derechos de las mujeres,
se añadió en el siglo XX un reclamo por el
reconocimiento de los derechos de las mujeres a
una maternidad libremente elegida.
28
análisis de valores máximos aplicados a la vida
del producto, pero invisibilizados o expropiados
en el caso de las mujeres gestantes. En su revisión
sobre el tema del aborto, la bioeticista Rosemarie
Tong sintetiza los cuestionamientos feministas en
una pregunta central: ¿Puede considerarse ético,
bajo cualquier circunstancia, el obligar a una
mujer a gestar un hijo en contra de su voluntad?20
Su cuestionamiento denuncia la violencia y la
ilegalidad implícitas en una maternidad forzada,
que coarta el derecho de las mujeres a recibir
un trato equitativo conforme a las libertades
constitucionales. “Si una mujer no es dueña
de su cuerpo, entonces, ¿de qué es dueña?”
preguntaba con su certera agudeza la filósofa
mexicana Graciela Hierro.
29
privilegiando la abstracción teórica, mientras la
realidad vivida por las mujeres, que son quienes
deben asumir la gestación durante nueve meses,
así como las responsabilidades de la crianza,
continúa siendo ignorada. Es lamentable que, al
mismo tiempo que las legislaciones en defensa del
derecho a la vida desde la concepción proliferan,
sean tan escasos los esfuerzos para procurar una
verdadera justicia social que resguarde a las
futuras madres y a sus hijos.
30
La compromete personalmente, teniendo que ser
la persona responsable ante todos los problemas
que implica la maternidad.21
31
meros contenedores, o aún como adversarias
del feto, pero en cualquier caso, responsables
penalmente.
32
sí le corresponde establecer, frente a situaciones
antagónicas, cuál de ellas debe prevalecer.24
33
al valor asignado a la vida humana basadas en
la consideración señalada anteriormente de que
la vida, más que iniciarse en un momento dado,
es un continuo. Los seres humanos (las personas,
como dice el derecho) somos apenas un medio
para que la vida “humana” se conserve en
nuestro planeta. De lo anterior se concluye que
para otorgar derechos a una entidad particular,
es necesario que ésta cumpla con los atributos
establecidos en el concepto legal de persona....
o por el contrario, la definición de persona debe
ser modificada.
34
pretenden o desean para sí. En consecuencia,
podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que
no existen derechos absolutos.
35
Desde la óptica jurídica, el concepto de persona
es - además de una ficción - un concepto
altamente tecnificado. Actualmente la persona
jurídica es abordada por la mayoría de las
legislaciones civiles, las que coinciden en afirmar
que es persona, aquella entidad dotada por el
derecho de existencia jurídica y por ende, sujeto
y no objeto de derechos, clasificación esta última
reservada para las cosas.
36
Pero la persona física es la personificación de
las normas reguladoras de la conducta de un
hombre; así como la persona jurídica es la
personificación de las normas reguladoras de
la conducta de una pluralidad de hombres...
La libertad o autonomía de la persona física,
la forma jurídica del dogma ético del libre
albedrío, quedan descartadas del ámbito de
la teoría del derecho: son pura ilusión.”27
37
la vida desde la concepción en el concepto de
persona ofrecido por la legislación civil; esto
es imposible de sostener, ya que la legislación
civil regula los aspectos de la vida de los seres
humanos en sociedad, es decir civiles: contratos,
matrimonio, divorcio, filiación, herencia, entre
otros.
38
En la misma línea, si se admitiera que un
embrión es persona desde el momento mismo
de la concepción, cabría preguntarse cuál
sería el estatuto de aquellos embriones que se
encuentran criopreservados en instituciones
públicos y privadas, para fines de reproducción
asistida. Bajo esta hipótesis cabría la posibilidad
de que tales prácticas llegaran a ser encuadradas
en el tipo penal de privación ilegal de la libertad
o secuestro. Como suele ocurrir en estos casos
existe una cara opuesta y feliz en cuanto a la
criconservación: miles de seres humanos deben
su existencia a estos procedimientos que ahora
se cuestionan, y ciertamente ni ellos ni sus
familias han perdido un ápice de “dignidad”
humana como algunas corrientes de pensamiento
aducen.
39
persona y que tenga un irrestricto derecho a la
vida desde la concepción. Adicionalmente, las
probables implicaciones legales de la adopción
de este concepto en el derecho mexicano son
muy preocupantes y en nuestra opinión, podrían
resultar regresivas.
40
Artículo 1.-
41
Tercer párrafo.- Queda prohibida toda
discriminación motivada por origen étnico o
nacional, el género, la edad, las capacidades
diferentes, la condición social, las condiciones de
salud, la religión, las opiniones, las preferencias,
el estado civil o cualquier otra que atente contra
la dignidad humana y tenga por objeto anular
o menoscabar los derechos y libertades de las
personas.
42
Realmente no existe justificante para que el
Estado (o si se quiere la sociedad) deba de tomar
decisiones que competen única y exclusivamente
a quienes están en posibilidades de dar vida.
Independientemente de si ello se deriva de una
cuestión biológica o divina. El hecho es que
solamente las mujeres están en posibilidades de
proveer vida y, en consecuencia, sólo ellas deben
tener la capacidad para decidir interrumpir ese
proceso.
43
una vida en potencia), provocaría un acto de
discriminación en contra de la mujer embarazada
ya que ésta goza – desde el punto de vista social
y legal - de una vida en acto, no en potencia, una
vida real y tangible y no una posible.
44
tienen un carácter negativo, lo que contraviene
los más elementales principios de igualdad
y libertad consagrados en la mayoría de las
constituciones modernas.
Artículo 4.-
45
no establece ningún derecho del varón sobre
la mujer, ni mucho menos, de éste sobre el
nasciturus.
46
Toda persona tiene derecho a decidir de manera
libre, responsable e informada sobre el número y
el espaciamiento de sus hijos.
47
El análisis armónico y sistemático de los artículos
1 y 4 constitucionales, nos lleva necesariamente
al reconocimiento de un derecho exclusivo de
las mujeres a la autodeterminación en materia de
maternidad.
Artículo 10.-
Los habitantes de los Estados Unidos Mexicanos
tienen derecho a poseer armas en su domicilio,
para su seguridad y legítima defensa.
48
Artículo 26.-
A. El Estado organizará un sistema de planeación
democrática del desarrollo nacional que
imprima solidez, dinamismo, permanencia y
equidad al crecimiento de la economía para la
independencia y la democratización política,
social y cultural de la Nación.
49
Así pues, se hace necesario analizar, armónica y
sistemáticamente, el artículo 26 en relación con
el 24 y el 3o. Constitucionales que postulan el
derecho del ciudadano al ejercicio libre de una
religión y la obligación de un Estado laico.
50
inadmisible pretender que un dogma religioso
sea la base de una discusión jurídica seria.
51
e. Negarles el ejercicio pleno de sus derechos
religiosos, de opinión y preferencia.
f. Imponerles una carga que jamás podría ser
impuesta a un varón. Lo que violaría el
principio de igualdad jurídica frente a la ley
de hombres y mujeres.
g. Mediante la acción coercitiva y punitiva
del Estado, desvalorizarlas como personas
reduciéndoseles a meros instrumentos
de procreación, lo que se traduciría en
un acto discriminatorio prohibido por la
Constitución.
h. Desconocer que en el momento actual, única
y exclusivamente las mujeres son quienes
materialmente pueden proveer de vida, lo que
no puede ser impuesto punitivamente por la
vía penal.
i. Desconocer que la propia Constitución
reconoce que no existe un derecho absoluto
a la vida.
52
j. Negarse a admitir que los mexicanos hemos
elegido vivir bajo la forma de un Estado laico y
democrático, en el que no es posible imponer
una sola visión de las cosas, ya sea ésta de
carácter teológico, filosófico o ideológico.
k. Desconocer la pluralidad de la sociedad
mexicana, pluralidad que se traduce en
opiniones divergentes pero todas respetables.
53
Posibles casos paradigmáticos
en bioética y biojurídica
54
Habrá quien diga que se debe a que esa mujer
ha sufrido los estragos de un acto deleznable y
precisamente eso es lo que le da el derecho a
abortar. Insistimos que ese derecho a abortar se
traduce como una negativa al derecho a la vida
del producto en gestación.
55
la compasión de terceros. Consecuentemente, el
derecho a la vida del nasciturus no se encuentra
en las circunstancias en que fue concebido,
sino en la voluntad cierta, de quien está en
posibilidades de darle vida.
56
pueden envolver a una violación, pero estos son
accesorios o accidentales. De hecho, si una mujer
no es maltratada físicamente y le es dispensado un
trato pulcro y cuidadoso, o que sin embargo sea
violada, por ejemplo, mediante el uso de drogas,
la situación sigue siendo la misma: la voluntad
para tener relaciones sexuales y para procrear
no está presente. Siendo así, las consecuencias
jurídicas deben ser las mismas.
57
Pasemos revista de algunas de las posibles
hipótesis relacionadas con el problema que nos
ocupa.
58
o viuda), mayor o menor de edad, con el
uso expedito de su razón o sin él y con o sin
violencia, mediante cualquier forma de artificio
o engaño. Lo primero que hay que resaltar es que
en este caso no existiría el elemento típico del
delito de violación, que es la cópula, aunque no
podemos desconocer que tales hechos podrían
ser considerados como un delito equiparable a la
violación, ya que si bien no existe cópula, existiría
la introducción de un elemento o instrumento por
vía vaginal. En el caso que nos ocupa, el elemento
fundamental a considerar es la voluntad de la
mujer, o mejor dicho la ausencia de voluntad al
respecto. Los medios utilizados para lograr tal
inseminación son accesorios, accidentales; el
meollo del asunto es si la mujer consintió o no
el hecho, y lo más importante, la consecuencia
de ese hecho, es decir, la posibilidad de un
embarazo. En consecuencia, en la medida en
que tales hechos son equiparables a la violación,
59
no existe el elemento voluntad procreacional,
y tomando en cuenta que la violación es una
excluyente para el delito de aborto, queda
ratificado que no existe un derecho absoluto a
la vida por parte del producto de la concepción
y, consecuentemente, la mujer tiene todo el
derecho de decidir interrumpir el embarazo sin
consecuencias jurídicas para ella.
60
de la mujer, es decir, mediante una inseminación
homóloga.
61
heterólogos, es decir, con semen de un tercero.
Esta hipótesis implica dos opciones: una, que tales
hechos sean cometidos por el propio cónyuge o
pareja de la mujer (con o sin la ayuda de otra
persona), y la otra, que sean cometidos por un
tercero, por ejemplo un médico.
62
podríamos concluir que es una obligación de las
mujeres prestar su vientre para la reproducción.32
Recordemos al respecto la máxima kantiana de
que nadie puede ser utilizado como un simple
medio.33
63
centro médico especializado a fin de que, con
material biológico aportado por ella y su esposo
o pareja estable, se proceda a una fecundación in
vitro, a fin de que una vez obtenido el embrión
correspondiente, y cuando así lo autorice, este le
sea implantado.
64
es irrelevante, lo verdaderamente importante,
al igual que en los anteriores supuestos, es la
voluntad o consentimiento de la mujer, que de
nuevo y en el caso que nos ocupa se encuentra
ausente.
65
elementos denigrantes de la misma, sin embargo,
como lo hemos venido sosteniendo, el hecho de
que una mujer pueda abortar sin ser sancionada
no depende de los elementos accesorios sino
del elemento fundamental, que no es otro que la
voluntad procreacional.36
66
relaciones sexuales y queda embarazada, aun
cuando no deseaba embarazarse.
67
realidad bio-científica. Sólo así será posible el
respeto recíproco de posiciones divergentes en el
contexto de un Estado democrático y secular.
68
medios para que pueda subsistir y desarrollarse.
Así, la única persona que puede decidir si existe
un derecho a la vida del embrión es la madre que
lo gesta. Solo ella, en base a sus propios juicios
morales, éticos, religiosos, jurídicos e inclusive
culturales, es quien puede decidir si aborta o no.
69
Notas al pie
1
Al respecto es importante señalar que algunas de estas
modificaciones se han efectuado en el nivel constitucional, lo
que representa un desacierto y un evidente desconocimiento
respecto de las características propias del Derecho
Constitucional. Efectivamente, las constituciones son una
recopilación de principios (normas en un sentido amplio)
y no de reglas (normas en un sentido restringido) En todo
caso es en la legislación secundaria (que se caracteriza por
su especialización, pormenorización y detalle) donde se
deben establecer las reglas particulares. Entonces, la norma
constitucional debe establecer únicamente los principios
generales a los que se puede recurrir en aquellos supuestos en
que la norma regla es insuficiente; la norma/principio tiene
como rasgo característico que es expansiva, permite y facilita
la interpretación armónica y sistemática del orden jurídico en
su conjunto, en tanto que la norma/regla por su naturaleza es
restrictiva, y consecuentemente su posible interpretación solo
puede hacerse a la luz de la norma constitucional. Véase:
Zagreblesky, Gustavo, El Derecho Dúctil, Editorial Trotta,
Madrid, 2003.
2
El genoma humano es equiparable a un gran manual de
instrucciones, con un total de 23 capítulos (los cromosomas),
71
en donde se encuentra la información genética hereditaria
específica de los seres humanos. Este código contiene
órdenes inscritas químicamente, usando el idioma del ácido
desoxirribonucleico (ADN), el cual forma largas cadenas
unidas entre sí por puentes de bases nitrogenadas (las letras
del alfabeto). Cuando se configura una oración tenemos un
gen, considerado como la unidad básica de la herencia.
3
Como se puede ver, y tal y como lo señalamos en una
nota anterior, todos estos aspectos derivados del avance
científico deben ser integrados a nuestro sistema jurídico,
pero no es posible hacerlo en el nivel constitucional, sino
en una legislación altamente especializada, la que para ser
congruentes con nuestro orden jurídico, debe ubicarse en el
ámbito del derecho administrativo, particularmente dentro
del derecho a la salud. Adicionalmente, consideramos que
este tipo de legislación debe revestir un carácter federal, ya
que de no hacerlo así, lo único que se provocaría es tener
diversas concepciones sobre asuntos iguales o similares en un
mismo país. En cuanto a la existencia de legislaciones diversas
o claramente antagónicas (es el caso de la Interrupción Legal
del Embarazo o ILE en el D.F., podría aducirse que es una
respuesta a nuestra diversidad cultural; no obstante, puesto
que la diversidad también se manifiesta al interior de cada
una de las entidades federativas y dadas las implicaciones
72
sociales relacionadas con un supuesto “derecho a la vida
desde la concepción”, consideramos que este tipo de asuntos
deben ser abordados a nivel federal. De lo contrario, cabría
pensar que sólo se trata de una manifestación de la biopolítica
y de un ejercicio lamentable del poder desde las altas esferas
de las facciones ideológicas en pugna.
4
Carbonell, Miguel, Epílogo. Un derecho para todos, en
Tamar Pitch, Un derecho para dos. La construcción jurídica
de género, sexo y sexualidad, Editorial Trotta, Madrid, 2003,
p. 234.
5
Cabe puntualizar que los hallazgos científicos y su
divulgación no son el problema por sí mismos, el problema
estriba en las interpretaciones reduccionistas y los sesgos
propios de las ideologías defendidas a ultranza: Epícteto
dixit.
6
WorldPublicOpinion.org es un proyecto de investigación
conjunto en el que participan centros de diversas partes del
mundo, bajo la administración de “Program on International
Policy Attitudes” (PIPA), University of Maryland.
7
Las cifras correspondientes a los ciudadanos norteamericanos
fueron muy cercanas a las reportadas en México, con solo un
8% que favorece las sanciones carcelarias para quienes se
someten a abortos inducidos.
8
Cimac noticias, Véase: http://www.cimacnoticias.com/
73
site/09060302-En-el-pais-encarce.37933.0.html
9
Lafarga, Juan, S.J. El aborto inducido y el orientador, en
Calidoscopio del aborto, Documentación y Estudios de
Mujeres, A.C., (DEMAC), México, 2001, pp. 41-58
10
Forcano, Benjamín, S.J., Nueva ética sexual, Editorial Trotta,
Madrid, 1996, p. 220.
11
Pitch, Tamar, Un derecho para dos. La construcción jurídica
de género, sexo y sexualidad, Editorial Trotta, Madrid, 2003,
p. 234
12
Sagan, Carl, “Aborto ¿Es posible tomar partido al mismo
tiempo por la vida y por la elección?”, en Miles de millones,
Ed. Liberduplex, Barcelona, 1998, pp. 215- 217
13
Particularmente por La Congregación para la Doctrina de
la Fe, Véase en:
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/
documents/rc_con_cfaith_pro_14071997_sp.html
14
Sgreccia, Elio, Mons., Fundamentos de la bioética en la
“Evangelium Vitae”, Véase en:
http://es.catholic.net/abogadoscatolicos/449/1971/articulo.
php?id=5047
15
Derivado de los avances científicos, hoy nos encontramos
con la paradoja jurídica de que un hombre puede estar
legalmente muerto pero formalmente vivo. Esto es así
74
particularmente en el caso de muerte cerebral, en la que por
ley ese individuo después de que se compruebe mediante
dos encefalogramas planos (y otros parámetros establecidos),
que no tiene actividad cerebral, se le puede declarar muerto.
No obstante, mediante el auxilio de la tecnología, se puede
mantener ese cuerpo con vida.
16
Véase: Peralta Sánchez, Jorge, Pena de Muerte, Aborto y
Eugenesia, Ed. Joaquín Porrúa, México, 1988, p.81.
17
Estas ideas corresponden a uno de los más grandes
pensadores de la Iglesia Católica, Santo Tomás de Aquino. A
la luz de los tiempos actuales, resulta cuestionable considerar
algunas de las aplicaciones del derecho canónigo conforme
a la visión tomista; por ejemplo, en el caso de una mujer que
abortara en el día 60, si el producto abortado fuera hombre,
éste ya tenía un derecho a la vida, en tanto si fuera mujer, tal
derecho no existiría. Así, en la primera hipótesis existiría un
delito, mientras que en la segunda no.
18
Valdés, Margarita, “El problema del aborto y la noción de
persona” en: Rodolfo Vásquez, Del aborto a la clonación,
Fondo de Cultura Económica, México, 2004, p. 53.
19
Ferrajoli, Luigi, Prólogo, en Tamar Pitch, Un derecho para
dos. La construcción jurídica de género, sexo y sexualidad,
Editorial Trotta, Madrid, 2003, pp. 11-12.
20
Tong, Rosemarie, Feminist approaches to bioethics,
75
Westview Press, EE UU., 1997, pp. 125-184.
21
Forcano, Benjamín, S.J., op.cit. p. 231.
22
Thompson, Judith Jarvis, “Una defensa del aborto”, en:
Margarita Valdés, Controversias sobre el aborto, Fondo de
Cultura Económica, México, 2001, pp.187-207.
23
Pitch, Tamar, Un derecho para dos. La construcción jurídica
de género, sexo y sexualidad, Editorial Trotta, Madrid, 2003,
pp. 78-79
24
Voto concurrente formulado por el Ministro José Fernando
Franco González Salas (páginas 3 y 10) así como el de la
Ministra Olga Sánchez Cordero (páginas 4, 6 y 15). Ambos
votos derivados de las acciones de inconstitucionalidad
números 146/2007 y su acumulada 147/2007, falladas por el
Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
el 28 de agosto de 2008.
25
Femenía López, Pedro J., Status jurídico del embrión
humano, con especial consideración al concebido in vitro,
McGraw Hill, Madrid, 1999, p. 83.
26
Hans Kelsen, fue un pensador jurídico y político austriaco
(Praga, 1881- Berkeley, California, 1973) quien tuvo que
emigrar a los Estados Unidos en la época nazi. Defendió una
visión radical positivista del derecho, denominada Teoría
pura del derecho, eminentemente formalista que analizaba
al derecho como un fenómeno autónomo, independiente de
76
consideraciones ideológicas o morales.
27
Kelsen, Hans, La teoría pura del derecho, Colofón, México,
1994, p. 43.
28
Nos referimos al embrión en los términos que lo hace la Ley
General de Salud en su artículo 314, la cual lo define como el
producto de la concepción a partir de ésta, y hasta el término
de la duodécima semana gestacional.
29
Cabe decir que no se estaría obligando a nadie a
interrumpir un embarazo, sino dando la potestad, la facultad
o la prerrogativa.
30
Lo que probablemente tendrá que replantearse en la medida
en que se desarrolle la ectogénesis, es decir, la gestación en
ausencia de un útero materno.
31
De hecho cabe decir, que para efectos de la clonación,
la intervención masculina es irrelevante. Así pues, si bien
se ha considerado que los varones son indispensables en el
proceso procreativo, ante el avance de la ciencia y la posible
clonación de seres humanos, los hombres y su aporte genético,
resultarán irrelevantes, en el caso de las biotecnologías.
32
Vale la pena hacer notar que la Ley General de Salud en su
artículo 466 establece una prohibición desconocida por la
mayoría. Dicho artículo, prohíbe a la mujer casada que sea
inseminada artificialmente sin la anuencia de su cónyuge, sin
embargo, la referida disposición federal carece de eficacia
77
jurídica, pues si bien impone la limitante antes aludida, no
establece sanción alguna. Aunado a lo anterior, este artículo
nada dice respecto de la fecundación in vitro ni respecto al
concubinato.
33
Kant, Immanuel, Fundamentación de la Metafísica de las
costumbres, (traducción de Manuel Garcia Morente), Editorial
Encuentro, Madrid, 2003, p.48.
34
Es de señalarse que esto ya sucede, pero únicamente en
el Distrito Federal, lo que genera una grave situación de
desigualdad entre las mujeres que habitan en la capital de la
república y aquellas que lo hacen en el resto de las entidades
federativas del País.
35
De hecho esta hipótesis fue reportada en Roma, en donde
una pareja caucásica, tuvo unos gemelos de raza negra. Lo
anterior fue documentado por la prensa mundial en el año
de 2004.
36
En todos estos casos, dejamos para otra ocasión el análisis
de otras implicaciones jurídicas. Por ejemplo aquellas relativas
a la filiación de los hijos. Basta recordar que bajo el estado
actual de las cosas, se reputa madre a aquella mujer que da
a luz. Igualmente es de señalarse que desde la perspectiva
civil, todos los hijos que nazcan de una mujer casada se
reputan como hijos del esposo. En ese orden de ideas, por
ejemplo en caso de inseminación e inclusive fecundación
78
in vitro heteróloga, el concepto de voluntad procreacional
tendría diferentes significados, para la mujer, para el esposo e
inclusive para los donantes.
79