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Revista trimestral de literatura Ediciones del Tábano, año II nº6 / PVP: 2.50 euros.

Ediciones del Tábano- c/El Pozo nº 94 (bajo)-AlicanteCP:03004


e-mail: editabano@hotmail.com
ÍNDICE
Cuaderno abierto Taller de textos
Un día cualquiera.
Paco Alonso MeneloCurti__________________pág.16
Algo que hay Cómo debe ser un poema.
Búsqueda________________pág.3 Quirón Herrador_______________pág.17
Javier Valero Usted se llama.
Boceto__________________pág.4 Quirón Herrador______________pág.19

Sección temática El sótano.


La violencia___________pág.5 Luis García Montero_______pág.21

La tirada inicial de este número es limitada:


guarde celosamente su ejemplar;
en el futuro será pieza de coleccionista.

Redacción: Menelo Curti, Quirón Herrador,


Las posibles colaboraciones
Francisco Alonso, Juanma Agulles. deberán ser enviadas a
editabano@hotmail . com , en
Ilustración portada:
Germán Yujnovsky formato word o a la dirección
postal C/ del Pozo, 94 (bajo).
Ilustraciones interior: 03004-Alicante.
Leo Sarralde, Chema, Germán Yujnovsky.

Fotografías:
Nenúfera

Maquetación:
Gabriela Jeifetz.

Apoyo técnico-informático: Cuadernos del Tábano es


David Vilariño una revista independiente. Y ,
Apoyo nocturno: ¿ qué quiere decir eso
Boris Garcés exactamente?, se preguntará
alguien. Pues quiere decir que
Colabora en este número:
Javier Valero
no respondemos a ningún
interés comercial o editorial y
Edita:A.J. «El tábano» que cualquier colaboración en
este sentido (venga desde el
Depósito Legal: A-571-2004
ámbito público o privado), será
ISSN: 1698-4706 exclusivamente como
aportación desinteresada al
Imprime: CEE Limencop S.L. desarrollo de nuestro proyecto.
Y punto.
CUADERNO ABIERTO
Algo que hay Un golpe sucio de calor y esperma,
un alarido de palabra rota,
una puerta con todas las membranas de un cuerpo.
Un golpe de sangre contra
las derruidas paredes,
Sin embargo qué noche,
los asfaltos de alquitrán,
qué caballos rompiendo sus pulsos en el vidrio,
los corazones en luto.
qué ventanas al grito y al galope de cascos
Un galope de caballos
y herraduras,
contra las estrellas rojas,
qué frío avanza con la sangre y los muros de tiempo.
contra los muros de humo,
contra un cielo sin recuerdos.
Un estertor profundo de silencios y lunas,
un reflejo en el agua de rostros y caminos,
Ni más ni menos que un golpe de sangre,
una página turbia de ignorancias y daños.
que una fuerza terrible de caballos y lunas
o un abismo de ojos donde duerma la piedra,
Un galope de sangre,
donde solloce el agua.
un golpe de caballos contra la primavera,
contra todas las hojas y granizos,
Nada más que una puerta
contra el invierno crudo,
donde repose el hierro
contra el amor y el odio y el desamor y el llanto,
allí: donde los siglos van a dormir de pie.
contra el hambre y la sed y la angustia y la muerte,
contra el hombre que araña cuanto hay en sus uñas,
Un golpe de sangre y de sudor y llanto
contra la honda mujer que se duerme en la tierra.
cuando las cordilleras dialogan con el ángel,
cuando la rosa muere en un rumor de espuma,
Paco Alonso
cuando los calendarios se quedan sin domingo.

Búsqueda
A espaldas de mi noche siempre estuve
mi gravilla de sueños cosechando
y mis anchas palabras.
Allí, en el quicio de mi biografía,
supe que el cielo siempre fue una hoja
de silencio y nube.
No supe desde entonces nada y nunca
buscar la huella en la arena fría
de mi pasado roto
o la estrella perdida que me canta
en el hombro dormido.

Que la canción diurna


de la hora primera yergue el pulso
sonoro y frío y rojo de esqueleto
en la súbita alma
y arena como piedra de diamante
duerme en la esquina seca de mi llanto,
con la oración y el gesto más terrible
de mi sangre y mi lágrima. P.A.

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Cuaderno abierto
BOCETO ¿Qué significado tiene la locura?
¿Es hablar sin saber observando lo abstracto?
Turbulentas meditaciones azotan ¿Cuando todo tiene nombre y
la ya desgastada luz de mis imágenes, las letras varias acepciones?
síndrome que me arrastra al delirio Locura es lo que siento,
del pensar... real irracional. pues no sé qué pasa
Me desahogo en contemplar y me siento como un loco.
la confusa mirada del espejo
que me admira y sólo ellos lo saben. Apresado por el encarcelamiento
Y yo no lo puedo asegurar a nadie. y procesado por mí lógicamente.

Canto y sólo la identidad lo escucha, Catador de sensaciones


D.N.I. sin fotografía, herido y sonriente
y mucho más de este mundo. preso de sus sonrisas
sangriento sentir,
Arranco con la rutina rebelde las letras
después de hablar con la luna aún más la imaginación
tengo miedo, ven de nuevo. perdedor de salidas
vía marginación.
Hablo, no, vomito,
ruidos, vocablos, metáforas... Desdichados pesares
trascendental resulta oscuro pasado
desear comunicarme. depresión.
Soy yo mi mejor enemigo
puedo resultar vulnerable ¿Qué eres que no me abandonas?
lo sé
pero lo quiero ignorar. Latiendo y vivo
sigues aquí
Canto y sólo la identidad lo escucha concentrado
D.N.I. sin fotografía, y tan ligero
y mucho más de este mundo. vertiginoso
como fugaz
Enciendo una dosis de placer trátame suave
que me aísla de lo común, aniquilador.
me interrogan trabalenguas mentales
siendo inconsciente. Juego contigo y sin ti
Ojeo al pasado déjame un café
sin espejo delante y volverás.
y el cristal delata
mi esencia en harapos, mi vida. Trato de acariciarte dócilmente
y qué si otro intento fallido
Quiero escapar de la soledad acompañada únicamente deseo retenerte
ésta que se diluye lo soñaré aunque mi memoria yerre.
pero no cesa. Eres mi amor,mi expresión,
eres también arte e idioma,
Por alguien es susurrado mi corazón a mis espaldas. eres historia y revolución
Aún más atrás de lo que mires,no reniegues de lo que eres eres mi pensamiento,locura.
date miedo... .
Eres lo que no hay
Miedo,¿miedo?. pero resides en mí
No entiendo de esa sensación. dentro de mí.
Sí,lo tengo por no sentirte
pero es imperceptible, Grave existo por doquier
terror y cólera desencadenada hecho imposible
por no sentirte. hasta fuera de lo humano
Siento mirando al cielo empuña un corazón y avanza
vértigo. parásito de mi vivir
me digo a quien yo no soy
inerte no respondió
mi inspiración... . Javier Valero
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t e m a
La guerra y la santidad.
Si la guerra pudiese ser entendida como el paréntesis de algo denominado «paz», cuando deviene
en norma, en el habitual paisaje de las portadas de los periódicos, ¿no se acaba convirtiendo en algo
inquietantemente familiar?, ¿en algo que se parece mucho al terror continuo en que se basaba el régimen
totalitario de la novela 1984?
Orwell había descrito perfectamente este mecanismo perverso de la pugna entre el Bien y el
Mal como forma de atenazar las conciencias, de imposibilitar el matiz, el pensamiento, y anteponer la
toma de postura (con nosotros o contra nosotros) a cualquier tipo de reflexión. Y con ello habló del estalinismo,
pero también del Tercer Reich de Hitler y, si me apuran, de la historia de la humanidad, escrita en su
mayor parte a sangre y fuego.
¿Cabría pensar entonces que la guerra es la norma y lo excepcional la paz? ¿O habría que
aceptar que ambos términos son inútiles para expresar la realidad y aceptar — como rezaban los lemas
de las fachadas en los ministerios de 1984— que «la guerra es la paz», «el amor es el odio», etc.?
En esto hay pocas dudas: la guerra, la confrontación violenta, es algo que ha acompañado casi
inevitablemente al desarrollo de las potencias humanas. Bajo el esplendor de civilizaciones enteras se
encuentran las ruinas de pueblos vencidos, saqueados y exterminados. El peligro está en que empiece
a no sorprendernos, en que lo asumamos como la más conocida cara de nuestra desgracia, nuestra
inevitable pasión por la contemplación de los escombros ajenos. Ése es el primer paso para consentir
en una lógica maniquea que nos pone a salvo, que nos resguarda del absurdo implacable que supone la
muerte del otro y nos reclama como justos portadores de la verdad. Hay que ser capaz, como Malraux,
de ver, en medio de la destrucción, la irresistible fuerza de lo vivo. «Qué poca cosa es la Historia ante la
carne viva, todavía viva…», decía en La esperanza con una fuerza conmovedora.
Pero, ¿qué decir ante alguien con la suficiente determinación, con la suficiente desesperación,
como para entregar su vida (o la de los demás) por lo que cree una misión histórica? Es precisamente
el argumento contrario (qué poca cosa es la vida ante la Historia), el que se impone. En ese caso, tan efectivo
es contar con el ejército más poderoso del mundo como con unos kilos de dinamita. El poder de la
renuncia sigue haciendo frente a la tecnología de la guerra, David y Goliat siguen librando su batalla, la
dialéctica entre el Imperio y los Mártires es hoy tan importante como hace dos mil años.
Recordando otra vez a Malraux me viene a la memoria Chen —de La condición humana—, quien
a medida que se convence de la necesidad de su inmolación para asesinar a Chang Kai Shek y hacer
triunfar la Revolución, se debate en la contradicción de sentirse tanto más lejos de los hombres como
cerca de su ideal de fraternidad humana:
«Abajo, muy abajo, las luces de medianoche, reflejadas a través de una bruma amarilla por el
macadam mojado, por las pálidas rayas de los rieles, palpitaban con la vida de los hombres que no

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La violencia
matan. Eran millones de vidas y todas ahora rechazaban la suya; pero, ¿qué significaba su condenación
miserable, al lado de la muerte que se retiraba de él, que parecía deslizarse fuera de su cuerpo a grandes
oleadas, como la sangre del otro?»
«Era preciso que el terrorismo se volviese místico. Soledad, desde luego: que el terrorismo
decidiese por sí solo y ejecutase solo; toda la fuerza de la policía está en la delación; el criminal que obra
solo no corre el riesgo de denunciarse a sí mismo. Soledad última, porque le es difícil al que vive fuera
del mundo encontrar a los suyos. »

Un mundo donde los cadáveres de niños y mártires se mezclan, cae exactamente en ese mismo
absurdo demoledor en el que se movía Chen, y al que muy pocos están dispuestos a mirar de frente.
En estos últimos años, la religiosidad creciente de todas estas guerras justas y necesarias, ha tratado
de hacerlas inaccesibles a la razón. Si unos hablan del Bien contra el Mal y de Dios, otros lo hacen de
Alá y de la venganza a través de sus mártires. Otros hablan de la Esencia de un Pueblo y los de más allá
de la sacrosanta Unidad Nacional. En todos estos discursos la verdadera víctima es el entendimiento
humano. Entendimiento conflictivo, imposible muchas veces, irreconciliable y violento, que quizá debiera
tener como límite ese lugar en que la
vida desaparece, se difumina en
lugares donde pierde cualquier
sentido puesta en manos de Dios
(con sus múltiples nombres) o el
Destino Histórico.
La justificación de la guerra
es siempre mesiánica: promete la
paz perpetua más allá, en un
después eterno que pasa sobre los
muertos de hoy. Y la consecuencia
más inmediata es que muchos
estén dispuestos a dejar de pensar
para empezar a creer, a cambio de
que alguien les prometa que es
imposible la derrota o, sobre todo,
que no les sucederá a ellos.
Educados en la violencia,
llevando a las espaldas siglos de
guerras y exterminio, obligados a
una lucha desigual por la
existencia, ¿cómo negarlo?, ¿cómo
no dar lugar a la rabia?, ¿cómo no
aceptar, en determinado
momento, que nuestra causa es
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La violencia
la justa, que nuestra espada caerá sobre la cabeza acertada?
En esto hay que descreer profundamente del pacifismo cristiano que hemos heredado y que
niega la violencia con una admonición, casi por una inconveniencia estética.
La figura de un Jesucristo misericordioso y manso, es una estafa monumental. En el mejor de
los casos —y como se ha venido demostrando desde hace medio siglo— se puede decir que fue un
ajusticiado político por su rebeldía contra el imperio romano instalado en Judea. Un personaje más de
los muchos mesías, iluminados del desierto, y guerrilleros que afrontaron una existencia miserable al
punto de sentirse completamente separados del resto de los hombres; suficientemente desesperado
como para despreciar la vida y afrontar una lucha que sólo conduciría a la muerte. De ahí la mal
entendida frase «Mi reino no es de este mundo», que suele leerse como una renuncia a la confrontación,
cuando tiene toda la intensidad de una llamada final a las armas.
Había que poner la otra mejilla, sí, pero después de la segunda bofetada que estalla en la
correspondiente segunda mejilla, ahí, el mensaje era claro: «el que no tenga espada, que venda su manto
y se compre una».
Los santos y los mártires de todo signo cumplen un papel esencial en la reproducción de la
violencia. Su semilla profunda brota siempre en las condiciones en que la brecha entre los seres humanos
se ahonda; y aquí la religión y quienes detentan el poder deben diferenciar claramente las actitudes
«violentas» de unos y otros. Para los que sufren, para los desposeídos: paciencia, mansedumbre y sumisión
cristiana. Para los que están del otro lado, a la sombra del poder y aplican «la justicia»: expiación de la
culpa, bendición y moral. Ésta es la religiosidad pacífica y salvaje que ha regido y rige los destinos del
mundo.
La lógica del Imperio necesita de esa guerra abierta y constante o no sería tal Imperio. Los
santos y los mártires, surgidos del calcinante desierto, reclaman con fuerza su hora, la hora del mesías
vengador.
El pacifismo cristiano olvida recurrentemente a Jesucristo entrando con ira en el Templo de
Jerusalén, azotando con un látigo a los cambistas e incitando más tarde a tomar las armas contra los
romanos. Las ideologías dominantes pretenden soterrar así las raíces más profundas, milenarias y a
veces inevitables de la violencia, y que pueden, en determinado momento, ser perfectamente legítimas.
Mientras tanto, en las periferias, entre los escombros de las innumerables «tierras quemadas»
que jalonan el planeta, seguirá habiendo lugar para la idea de atentar contra el César o cualquier miembro
de su séquito, al precio que sea, pagando con la vida si es preciso.
La tragedia que nos tiene que seguir doliendo, que no podemos olvidar, es que para quien no
tiene ya nada que perder porque todo lo que intenta construir es demolido, cualquier destrucción en
sentido inverso se convierte en una victoria.

Juanma Agulles

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La violencia
Asedio es una fiebre
que quiere manosear lo que deseo;
Ángeles raquíticos no voy a darme,
sobrevuelan no,
las crismas de los árboles, aunque los libros
anochece estén siendo
y otras cosas triturados por los muros,
se van poniendo negras. no queda más que salvar un poco de dolor,
Las paredes no quieren verme dormido lo que se pudo amar sobre la tierra.
y se ensimisman para echarme,
pero afuera hay perros De las fosas salen dedos
que no aprendo a combatir. convencidos de su rumbo,
Tienen lenguas esas bestias las papeleras, las cloacas, los ataúdes
difíciles e inagotables, son lugares luminosos,
saltan todos salieron a comer
desde absurdas nubes y el límite no cede
vaticinando dioses y cada vez más apretados
que hace tiempo con más dientes y más solos;
se alejaron no puedo salir,
de mi viaje; aunque parezca mi habitación
van a tironearme la panza de una araña,
si salgo, aunque la luna diga adiós
lo sé, y se desplome,
querrán que vaya junto a ellas no puedo irme y dejar solos
hasta donde los cuadernos y lo poco más que dijo sí.
dicen
vive la verdad. Anochece
y no es tremendo,
Manchas de carbón en las ventanas, un candado absurdo me desea,
paredes veo el hocico de una fábula.
que me aprietan más
cada vez Menelo Curti
y no consiguen ahuyentarme,
porque la ciudad,
cómo decirlo,

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La violencia
VIOLENCIA/LITERATURA/ONETTI

La violencia es una bestia vieja que ha viajado de libro en libro, de historia en historia, desde el
comienzo. La Biblia es un conjunto de relatos con un importante fondo violento, la Ilíada una
guerra narrada minuciosamente, con cabezas perforadas y vísceras que caen todavía vivas en la
tierra. La lista es larga y continúa.
Estos ejemplos evidencian que como tema, como eje
incluso de la literatura, es válida, ineludible en ciertos
casos.
El problema empieza cuando se cree que por poner a
un personaje abriéndole la crisma a otro ya se está por
el buen camino, ya se atrapa al lector, ya basta. Y, para
desgracia de muchos de los escritores más vendidos de
la actualidad, no es así.
La Ilíada no es una obra descomunal por sus cabezas
cortadas y sus dientes, sino porque la escribió un tipo
que puso la vista más allá. Con la Biblia sucede lo
mismo: el hecho de que en el Antiguo Testamento haya
asesinatos y violaciones no garantiza absolutamente
nada; su fuerza está en otro lado, en un lugar que no se
llama “anhelo de Dios” ni “religión” sino, tal vez,
seguramente: ARTE.

Hay una especie de morbo, regodeo, de pataleo tonto


alrededor de esta cuestión. Fastidia leer poemas que
parecen tratados contra el machismo, novelas con
violaciones al amparo de plenilunios, más poemas y
poemas y poemas en rechazo a guerras que dejan de doler de tan nombradas.
La ausencia de variantes: eso cansa sobre todo; el temor a destruir lo “cierto”, lo palpable, para
levantar lo mismo pero de manera diferente.
Y aquí es cuando voy a nombrar a Onetti, ese mago, malabarista de ruinas.
Resulta que este tipo escribió allá por el sesentaypoco “Tan triste como ella”: un cuento, una
novela de treinta páginas.
Esto es para mí más trágico, más doloroso que muchas de las crónicas leídas sobre destrucción,
maltrato, exterminio.
Hay un hombre, un grupo de hombres, y una mujer que había nacido allí, se había criado allí. Y
cuando el mundo vino a buscarla, no lo comprendió del todo, protegida y engañada por los
arbustos caprichosos y malcriados, por el misterio a luz y sombra de los viejos árboles
torcidos e intactos, por el pasto inocente, alto, grosero.
Entonces “el hombre” y “ella”, tras un período nunca contado, dudoso, de deseo, comienzan a
matarse: “Durante aquellas mañanas él no trataba, en realidad, de mirarla; se limitaba a mostrarle
los ojos, como un mendigo casi desinteresado, sin fe, que exhibiera una llaga, un muñón”.
“Y estuvo pensando, hasta el primer llanto del niño, que él lo había intuido, que quiso privarla de
lo único que le importaba en realidad. Destruir el jardín, continuar mirándola manso con los ojos
claros y ojerosos, jugar su sonrisa, indirecta, ambigua”.
Éstas son algunas de las numerosas maneras que Onetti saca de debajo de su manga para evitar lo
pueril, el movimiento fácil.

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La violencia
Allí están dos personas tanteando
maneras de destruir lo que a lo
mejor todavía quieren o tal vez
nunca quisieron; y esto no pasaría
de ser un argumento más, con
olor a repetido, si no fuera porque
al leerlo uno siente estamparse de
lleno en la raíz, en lo que sostiene
al hecho, lo difícil de narrar:
"Muy lento, casi gimiendo, logró
desprenderse del asiento y anduvo
rengueando hacia la mujer. La
encontró sin esperanza, más
infantil que nunca, casi tan
liberada del mundo y sus
promesas como él mismo".

Violencia elocuente, sin la bajeza de nombrarla; espesa, certera. Eso es (y mucho más) “Tan triste
como ella”; por eso hablo siempre de este cuento, porque sigue sucediendo con su desesperanza
crónica y sus personajes acabados, inasibles.
Un tiempo en el que lo trágico es la cara de todos los periódicos necesita de otros planos, de un
viaje hacia los pies, hacia la raíz del golpe que estremece al hombre.
Menelo Curti

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La violencia
eligiese otra forma de estar en el mundo. No sé
ENCUENTROPero primero tomemos otra copa.
si me explico.
Aquí están las copas.
Seguramente usted lo esté buscando por mil Así lo creo. No hay nada glorioso en el
buenos motivos más importantes que ser humano y, sin embargo, sólo tenemos esa
entretenerse aquí. Si le soy sincero, a mí ya no condición. Puede pensar que hay cierto cinismo
me apremia nada. No me entienda mal: le en aceptar la compañía del prójimo sin depositar
ayudaré en lo que pueda, pero las cosas, sobre demasiada fe en ella, como obligado por las
todo las cosas que se cuentan, tienen su ritmo. circunstancias. No voy a negárselo. Pero al final
¿Una cerveza? No la tienen muy buena, pero el siempre se trata de algo parecido. Un amor, o
mar está cerca y —habrá podido observar— el dos, la amistad, las ideas grandilocuentes y al
ruido de la calle parece filtrarse entre los poros final una muerte más o menos tonta. La partitura
de las paredes. De alguna manera es imposible no es sencilla y, sin embargo, hay quien tocando
beber solo en este lugar; y eso me gusta. toda la vida de oído, parece conocer todos los
Yo apenas lo conocí. Tiene usted mala resortes de la felicidad. No sé si son los que mejor
suerte al encontrarme en estos días en que uno saben vivir, pero desde luego lo aparentan, que
empieza a aceptar, sin demasiada resistencia, que es lo más importante en muchos casos. Él era
ha conocido muy poco, que quizá aquello que uno de ésos. Uno de los que, en algún momento,
pasó por sus manos tendría que haberle quemado perdieron la partitura pero se empeñaron en
profundamente para dejar una huella más viva. seguir tocando.
Quizá años antes le hubiera dicho que supe algo En la época de estudiantes, cuando todos
de él, que interpreté profundamente esta o aquella nos creímos inmortales, andaba por los pasillos
actitud; que descubrí, de la facultad vestido con traje y corbata, como
por casualidad, en un un aparecido del
gesto cotidiano, el año 30, con su
brillo oculto de la media sonrisa,
maldad. Ahora le puedo asegurando que
confirmar que somos había perdido el
únicamente ese gesto, miedo porque,
esa actitud. No deje que después de
me ponga filosófico, noventa años, en
pero le diré que si hay el mejor de los
algo que nos separa de casos, íbamos a
las cosas es nuestra morir todos; por
actitud hacia ellas. muy guapos que
La forma en fuésemos. Y lo
que usted fuma, su manera de cruzar los brazos peor es que tenía razón. Algunos creían que era
y apoyar la espalda contra la silla mientras me superficial, pero en su provocación había cierto
escucha, ya no pueden decirme nada más sobre aliento de autenticidad, un empeño en circular
usted. Ni siquiera me interesa saber cómo ha tangencial a todo que lo hacía terriblemente
llegado hasta mí. Se lo aseguro. Alguien me dijo atractivo. Por lo menos para cierto tipo de mentes
una vez que dejar de juzgar es una forma cobarde condenadas a abrazar el absurdo sin hacer
de perder el miedo. Puede que sea cierto, pero muchas preguntas, propensas a la vagancia y a
—verá— aquí, por las noches, el mar guarda un pasar las horas de clase en un café, jugando a las
silencio desesperante del que hay que huir a toda cartas o filosofando hasta el amanecer.
costa, y vivir entre el ruido humano sin pretender Se formó un nutrido grupo de aquellos
juzgarlo es la única alternativa que he encontrado especímenes en torno a él. Eran sonadas las
para mí. Creo que para él, en algún momento, peleas en el café del centro, los gritos, la orgullosa
también fue así, aunque durante mucho tiempo juventud airada que nos recorría las venas.

Página 11
La violencia
Llegamos a firmar algo parecido a un manifiesto «Pruebe a pensar», dejando sobre la mesa un
por la promiscuidad total: no había fidelidad revólver. Supongo que entonces nos pareció
soportable para el ser humano. Todas las ataduras genial, una vuelta de tuerca inesperada. Lo que
eran, de por sí, despreciables. Adorábamos a las vino después ya no fue tan gracioso. Porque no
prostitutas, eran para nosotros como un es que el tal Ubaldo no tuviese límites —eso
estandarte, el símbolo imperecedero de la supondría que alguna vez pensó en ello—; sus
rebeldía. Sin dinero, muchas veces, acabamos reacciones puramente venales y su orgullosa falta
en un callejón, con la amenaza de dos puños de cerebro ni siquiera eran una cuestión de
macizos sobre nuestra cabeza y la soñada principios. Quizá por eso, sosteniéndole la
promesa de unas medias negras. En un momento, mirada, agarró el revólver y volviéndolo contra
fieles a nuestra promiscuidad, decidimos él dijo: «No siento ninguna curiosidad por la
abandonar la idea de las meretrices y muerte, pero si a usted le interesa tener alguna
mantuvimos, durante un tiempo, que la castidad idea...». Tranquilamente él se acercó y, sonriendo,
era el verdadero camino de la libertad. También alojó el caño frío en su boca, sin apartar la mirada.
escribimos entonces una especie de panfleto que Le juro que en esos instantes algo se desgarró,
él se encargó de difundir, donde sosteníamos que algo físico que podría haberse escuchado crujir,
las putas sólo eran superadas en promiscuidad algo que estaba en la mirada de él y en la mano
por las vírgenes. firme del otro, en el dedo sobre el gatillo que
Al final era eso: pura apariencia y exceso comenzaba a ceder, en el clic del percutor al que
verbal, fuegos artificiales. No es que yo lo juzgue siguió un estruendoso silencio.
así ahora: él mismo me lo confesó tiempo Cuando poco después le pregunté si se
después. Aunque no me lo dijese entonces, sé había asegurado antes de quitar todas las balas,
que todo cambió después de Ubaldo. dijo: «Y, ¿qué importancia tiene eso ahora?».
Ubaldo apareció un día, haciendo mucho
ruido y dejando la sensación de estar ante uno ¿Tiene un pitillo? Gracias. Nunca he
de esos idiotas con suerte que se mueren intentado dejarlo. Mi abuelo murió a los ochenta
tranquilos sin haber conocido nada. Su frenética con más de cincuenta años de fumador sobre sus
actividad nos arrolló a todos e incluso lo eclipsó pulmones y, en su lecho de muerte, antes de
un poco a él. Boicoteamos reuniones políticas volver los ojos hacia el techo definitivamente,
de barbudos pensantes que parecían crecer en la me pidió que le encendiera un cigarrillo para
penumbra de los sótanos de la facultad, pasar el trance. ¿Cómo dice? Sí, perdone, no deje
extendimos rumores sobre nosotros mismos y que le entretenga con mis digresiones. No. No
nuestras hazañas, tergiversamos todo lo que caía lo volví a ver hasta mucho tiempo después. No
en nuestras manos, y siempre, por encima de apareció más por la facultad ni por el café.
todo, competimos por ver quién llegaba más lejos Una tarde, mientras paseaba por el puerto
en la provocación. Un día de exaltación, mientras de una ciudad que no es ésta, lo volví a encontrar.
discutía con él, Ubaldo dijo: «Pensar no vale la Estaba sentado en un muelle y, ya en la distancia,
pena. El único pensamiento interesante es el que le distinguí su altura flaca y su perfil afilado. Sólo
surgiría en el mismo instante de pegarse un tiro me impresionó, al acercarme, verlo vestido como
en la boca». Si él, al principio, podría haber cualquiera, sin distinción alguna; pensé que debía
suscrito algo así para finalizar una discusión haber colgado el traje para pasar desapercibido,
(poner el punto final donde sabía que estaba como si quisiera ser transparente después de un
exactamente el final), en aquel momento se debió tiempo de vivir expuesto a todo. Estuvimos
cortar algún hilo, algún sostén fundamental de charlando un buen rato, viendo salir los barcos
la farsa. El caso es que, unos días después, él se por la bocana del puerto y perderse, suavemente,
apareció en el café con una mirada acuosa, con en la línea del horizonte. ¿Quiere saber lo que
el personaje descompuesto. Interrumpió la me dijo en aquella ocasión? Me dijo que, sin
conversación y se dirigió a Ubaldo, inmerso en saber muy bien por qué, había decidido optar por
lo que parecía una furia contenida, y le dijo: la bondad y se había propuesto una meta cercana
a la santidad: compartir su vida con una mujer y
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La violencia
amarla sin condiciones. Le puedo asegurar, por mientras damos un paseo.
extraño que le parezca, que aquello no me
sorprendió en absoluto. De alguna forma, había Durante el crepúsculo la playa es más
cambiado su fidelidad a la promiscuidad por la hermosa. Me impregna algo así como una
fidelidad misma. Pensé que era una reducción melancolía de arena; ¿no le sucede a usted? Los
brillante que se daba demasiado a menudo y que graznidos de las aves que nos sobrevuelan, ¿no
él no había podido evitar. La búsqueda de la le parecen una invitación a la huida, como un
provocación constante lo había consumido y a canto de alas en fuga? ¿No le pasa que el olor de
su cansancio le siguió aquella ternura inédita por las algas lo devuelve de un golpe a su infancia y
el mundo. Suele pasar. Recuerdo que sus uñas ahí, precisamente, se da cuenta de que no ha
estaban comidas hasta el borde mismo de los cambiado en nada, que su maldad sigue siendo
dedos y que siempre que intentaba mirarme a la misma maldad de entonces, cuando ataba latas
los ojos, por algún motivo, su mirada se desviaba vacías a la cola de los gatos para que reventasen
unos centímetros más arriba, hacia mi frente. Me corriendo en su huida sin fin; que sus miedos,
dijo algo así como que durante aquellos años sus «mamá, yo no he sido» y su destreza para
había pretendido ser el reflejo ondulante de los mentir se encuentran en el mismo lugar: más o
barcos en el agua y que ahora quería ser el barco menos en el centro del pecho? No, claro, por qué
mismo. En ese momento, pasaba un carguero con iba usted a sentir todas esas cosas.
bandera noruega cortando el agua con su casco Ya sigo, no me distraigo más.
corrompido por el óxido. Pensé: «bien, puede Hasta aquella última vez, todos nuestros
llegar a ser ese barco y hasta hundirse sin el encuentros habían sido casuales, sin necesidad
menor ruido en el más frío océano si se lo de citas ni fechas. Nunca imaginé escuchar,
propone; puede hacer cualquier cosa, menos detrás del último timbrazo del teléfono, su voz.
engañarme a mí.» Créame: entonces pretendía Advertí entonces cierta desesperación blanda en
conocerlo muy bien y podía hacer ese tipo de sus palabras, como si hablase a pesar suyo,
juicios. impulsado por una necesidad testamental. Vivía
Nos despedimos allí mismo. Antes de alquilado en un ático desde hacía dos años y
separarnos, dijo: necesitaba verme, fue todo lo que dijo.
—Ven a cenar a casa esta noche. Así Me recibió sin ninguna efusión, casi
conocerás a Julia. resignándose a mi presencia. No pude imaginar,
Nunca asistí a aquella cita. No me en ningún momento, qué tipo de vida se
pregunte por qué. Supongo que, entonces como desarrollaba en aquella casa, cómo pasaba los
ahora, no estaba hecho para contemplar la días allí ni cómo sobrevivía. Recuerdo que en la
felicidad ajena. Siempre he creído detectar cierto desolación de las paredes desnudas una
asomo de estupidez en la sonrisa complaciente fotografía me llamó la atención: era el primer
de alguien que se dice feliz. No, yo no lo he sido plano desenfocado de una cara con los ojos
nunca; he puesto toda mi atención en evitarlo. Y cerrados y un gesto que parecía besar la cámara.
creo que él, a pesar de aquella charla, tampoco Creí que era la imagen de una mujer, pero no me
lo llegó a ser. Por algún motivo, su cara flaca y acerqué para comprobarlo. Él se dejó caer en el
cierto gesto con las cejas al hablar, reflejaban sillón y me miró de arriba a abajo con una
para mí su particular condena a ser siempre un expresión que no le había visto antes.
intérprete de aquello que decía ser. Un tiempo —¿Te va bien? —preguntó.
después, llegué a la conclusión de que no era —Según se mire.
nadie especial y que simplemente aparentó estar —Claro. ¿Te has fijado cómo la vida se
más allá de la muerte hasta que casi la encontró, ensancha y se estrecha dependiendo del
y aparentó disfrutar de la vida en plenitud hasta momento? Si los márgenes se acercan demasiado
que la vida misma le cayó encima con todo su te asfixian y si los pierdes de vista te quedas sin
peso y su tedio. Aunque eso lo pensé después de asidero, con cara de idiota ante algo inabarcable.
nuestro último encuentro. —No sé —contesté—, últimamente no
Si le parece podemos continuar la charla
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La violencia
tengo ese tipo de revelaciones. hablaba ahora, sólo veía a un cobarde en busca
—Mejor —se incorporó, como si le de un confesor que lo indultase. Créame: ahora
animase mi indiferencia—, yo he tratado de vivir ya no suelo practicar la compasión, pero entonces
sin eso, pero no puedo. Después de la última vez me dio pena; pensé que si me proponía que lo
que nos vimos he tratado de hacer todo el daño ayudase a terminar de una vez con la farsa, no
de que he sido capaz. Creo que a veces, a tendría más remedio que hacerlo.
determinada gente, he conseguido hacérselo. —Estaba aquí cuando alquilé el piso —
Ahora no estoy orgulloso, pero tampoco me dijo.
arrepiento. He viajado, he conocido gentes —¿Qué?
extrañas y he hecho cosas que nunca imaginarías. —La fotografía. Estaba ahí colgada
Mi vida se ensanchó entonces: cabía cualquier cuando llegué y no he querido quitarla. Es rara,
posibilidad. He visto amanecer en lugares ¿verdad?.
insólitos, he traficado con mujeres y he pasado Nos quedamos callados un rato,
días enteros aturdido por drogas de las que ni observando la imagen de aquella cara borrosa,
siquiera puedo pronunciar el nombre. Pero, hasta que el silencio empezó a incomodarnos.
sabes, ahora creo que mi vida se está estrechando, Traté de marcharme de allí cuanto antes,
hay movimiento pero no se dirige hacia ningún con la esperanza de no volver a verlo. Estaba
lugar. Todo parece estar metido hasta el cuello hundido de nuevo en el sillón, como aplastado
en ese latido que encoge y ensancha por un peso brutal que a ratos se le venía encima.
mecánicamente. Es una sensación muy extraña. Me levanté, sin mayores preámbulos, y me dirigí
Me he dado cuenta de esto hace poco y he llegado hacia la puerta en silencio. Antes de salir, me
a la conclusión de que no puedo ser del todo volvió a hablar:
humano: hay algo que me lo impide, algo que —Hay mucha gente con buenísimos
me lleva a repetir como un autómata todos mis motivos para querer verme muerto. Pero no les
aciertos y todos mis errores. voy a dar el gusto. Hubo un tiempo en que nada
—No eres muy original. existía si yo no concedía la gracia de fijar mi
—Y además me doy cuenta todo el mirada en ello. Era un dios soberbio y cínico,
tiempo. pero al fin y al cabo un dios que reinaba sobre su
Seguimos hablando durante horas, sin existencia totalmente ciego y feliz. Me quise
que me dijese nunca el motivo de su llamada ni perdonar luego, y perdoné al mundo, y me volví
lograse explicarme para qué estaba yo allí. mucho peor, te lo aseguro. Todo pasó a existir
Oscureció y encendió la bombilla que colgaba entonces y todo en el mundo era justificable
del techo. Una corriente fría parecía recorrer la porque yo perdonaba y miraba hacia otro lado.
casa. Desde la penumbra aquella fotografía Quise practicar una coherencia sólida y acabé
ejercía una atracción incómoda que me llevaba por convertirme en un solemne idiota. Un día —
a desviar la mirada hacia ella a cada instante. quizá el día que nos vimos en el puerto— me
Mientras, él seguía hablando de sus viajes, de cansé de ser Dios; me miré en el espejo y no me
las mujeres que había dejado y de las que había reconocí; comprendí que el mundo estaba
tenido que huir. Me contó que una noche, durante demasiado bien hecho para los imbéciles como
una pelea a la salida de un bar en Marrakech, yo, y opté por comenzar a hacer daño, causar
creía haber matado a un hombre. Todo se dolor para no sentirme solo, hundirme en la
confundía en su delirio, sin que pareciese ya notar mierda hasta que pudiese ofrecer, al final, algo
mi presencia, cuando me ofreció un té y bueno al mundo: mi aniquilación. He vivido
desapareció un rato en la cocina. Al volver pude borracho durante algunos años, creo que maté a
verlo en otra distancia. Tenía cuarenta años pero un hombre; pero veo mucho más claro ahora que
parecía haber vivido dos vidas de ochenta. Lo cuando la luz divina me asistía. En aquel primer
recordaba en los pasillos de la facultad, diciendo tiempo de soberbia y desenfreno, y después,
que nos íbamos a morir todos y que él había cuando juzgué y perdoné a la humanidad, no
perdido el miedo, y le juro que, mientras me podía creer seriamente en Dios porque en el
fondo imaginaba que era yo. Después de todo
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La violencia
este tiempo he comprobado que existe lejos de ¿Cómo dice? ¡Ah!, claro, sospechaba que
mí y que es un miserable. Creo tenerlo enfrente diría algo así. Es posible. Sería una jugada
cada día, reprendiéndome por mi conducta, pero maestra, ¿no es cierto? Sin embargo, no puedo
sin querer juzgarme del todo: aún deposita en responderle a eso. Está en su derecho al pensar
mí su fe, el pobre iluso. Es un demente que él no era más que yo o que yo nunca dejé de
incorregible. Yo insisto en retorcerlo todo más, ser él, y que todo esto ha sido una farsa más,
causar más daño, hacerme peor, y espero otro discurso ingenioso con el que ganar tiempo
impaciente su plaga y su venganza. Será lo único ante usted. Pero yo no sé quién es usted. Ya le
bueno que haga antes de desaparecer para mí. dije al principio que no tenía intención de saberlo.
Y eso fue todo. Nunca más supe de él. No me interesa. ¿Qué quiere que le diga? Incluso
Conforme me alejaba de su casa, de su edificio, si fueran ciertas sus sospechas, no veo la
de su barrio, me parecía alejarme de todo lo que relevancia que pueda tener. ¡Ah, sí!, claro que lo
representaba, tomando una distancia definitiva. he visto: permítame que no me impresione. No
Oscuramente me sentía el depositario de una se ofenda. Haría mejor guardándolo. Si está
confesión que no había querido escuchar, el dispuesto a hacer lo que imagino, es que está
testigo mudo de un desplome inevitable, del plenamente convencido de encontrarse ante él.
hundimiento de aquel barco corroído hasta las En ese caso, amigo, cometería un terrible error.
entrañas por un óxido implacable. Su mano se convertiría en la mano implacable
A medida que caminaba todo volvía a mi de Dios, la plaga que esperaba y que daría sentido
mente con una viveza desesperante. La a todo. Si acepta ese papel, le será muy difícil
misantropía —pensé entonces— era un juego salir de él. Si de verdad cree que él soy yo, sin
muy sencillo. ¿Qué más puede hacer uno después fisuras, sabrá que le hablo por experiencia. Pero
de acusarse, juzgarse y condenarse sin apelación? ya empieza a dudar, ¿no es cierto? Quizá sería
No cabría más que la decisión razonable de mejor hacerlo ahora, de una vez, sin buscar
pegarse un tiro. Sin embargo, él esperaba al certeza alguna. No es fácil, lo entiendo. Cualquier
ejecutor de su sentencia, aceptando que su pasado animal puede matar; el ser humano es el único
volvería para ajustar cuentas. Si después de su que necesita una justificación para hacerlo. Y
confesión hubiese salido a la calle a por tabaco usted no es un animal, de otra forma no hubiera
y, cruzando la avenida, un autobús lo hubiese escuchado todo esto esperando el argumento que
arrancado del asfalto, toda su construcción habría lo avale. ¡Hágalo de una vez!, si está decidido,
volado con él. Habría interpretado, otra vez, en pero no espere que le dé mi bendición; no sea
vano. estúpido. En este momento usted es
No, no he pensado demasiado en aquella completamente libre: no puedo oponer
charla, hasta hoy. Dejó de preocuparme al día resistencia. Es un peso insoportable, a veces, pero
siguiente, puede creerme. Mire ahí, observe si va a ejercer su papel tendrá que asumirlo. No
cómo el crepúsculo da al horizonte un aspecto puedo ayudarle en nada más, de modo que me
de muro enladrillado. A veces es paralizante, ¿no voy a ir caminando lentamente por la orilla,
es verdad? Pareciera que deja fuera cualquier dándole la espalda, si eso se lo hace más fácil.
pensamiento. Creo que a estas cosas se refería Si no es capaz de resolver, de decidirse por
cuando mencionaba la sensación de estar ante salvarlo a él y condenarse con tal de llegar a eso
algo inabarcable. Lo cierto es que no es nada que usted llama justicia, será mejor que vuelva
sencillo. Cuesta mucho aprender a contemplar por donde ha venido y olvide para siempre cada
algo que somos nosotros y a la vez está tan lejos una de mis palabras.
de nosotros, sin querer atribuirselo a un tercero
o destriparlo de un navajazo. Pero perdone, lo Juanma Agulles
he vuelto a hacer: estoy juzgando. Sin duda tengo
predilección por la toga y el mazo. Si he de serle
sincero, preferiría que estuviese muerto. Por su
bien.

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Estos trabajos han sido leídos y comentados durante las reuniones literarias de nuestro grupo
que tienen lugar los viernes a partir de las 21:30 horas en la calle El Pozo nº94(bajo), Alicante.
Aprovechamos para invitarte a compartir con nosotros alguna charla literaria: ven cuando quieras.

Un día cualquiera
Un día cualquiera,
digamos un viernes gris,
con ganas de lluvia en su tejado,
tendrás al levantarte
la misma sensación
que en amaneceres anteriores,
pero la taza de café
(y no me preguntes los motivos)
no podrá aliviarte de la mordedura del invierno
…qué le vas a hacer,
son cosas que pasan,
que tienen que pasar un día cualquiera
en que después del desayuno,
bajo una luz todavía torpe
e indecisa,
te darás cuenta
de que nadie en la ciudad
necesita esquivarte
para caminar delante tuyo,
o que al entrar en la oficina
las manos y los gestos
no se mueven
en respuesta a tu saludo.
Después,
y siempre sin salirnos de ese día cualquiera,
al apretar un nombre en tu teclado
ninguna letra lo subirá al papel,
y así sucederá
con los balances y las cifras
sin que pueda yo decirte los motivos
…qué le vas a hacer,
son cosas que pasan,
que tienen que pasar.
y por la noche,
cuando el viernes hipotético y grisáceo
se oscurezca,
habrá festejos,
pero el vino no te prestará
su mueca alegre
y ni siquiera un tramo de su risa,
se levantarán los vasos
pero no por tu salud precisamente
…qué le vas a hacer,
son cosas,
cosas que te pasarán
un día cualquiera. Menelo Curti

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Taller de textos

CÓMO DEBE SER UN POEMA


Mira, Menelo, decirte por qué me parece malo ese «Un día cualquiera» que escribiste sería
algo excesivamente frívolo por mi parte. Los lectores no saben por qué; será cuestión de dar unas
cuantas explicaciones, muy brevemente. Más que a hablar del poema me veo obligado a contar las
—para mí— equivocadas razones por las que lo escribiste; ya ves hasta qué punto has conseguido
que me rebaje: me convierto aquí, a petición tuya, en delator.
Lo que ha de saber el lector de estos cuadernos es que todo empezó con un excelente relato
que llegó hasta nuestras manos vía Juanma Agulles, y que cuando le preguntamos —por lo menos
yo lo pregunté, despistado como siempre— que si era suyo él aclaró que no, que era de una chica
que se lo había mandado y que no sabía su nombre. El relato se titulaba «Un atípico 13 de junio para
José Evaristo Ron». Quisimos publicarlo y le pedimos a Leo Sarralde que dibujara algo para
acompañar. Agulles escribió a la autora para decirle que queríamos publicarlo. Ella dijo que no, que
más tarde pensó enviarlo a un concurso y que debía mantenerlo inédito (la maravilla de los concursos
literarios). A esas alturas Leo ya había hecho el dibujo, y era magnífico.
Y aquí es donde entra en juego Menelo Curti.
Porque Menelo Curti estimó que el dibujo debía publicarse —estimación acertada— y que,
invertidas las reglas del juego, habría que escribir algo que acompañase al dibujo.
Y se puso a hacerlo.
Y, probablemente, lo hizo en una tarde.
—Aquí está —me dijo un día de tantos en su casa; tabaco, cafés y charla, como suele ocurrir
desde que nos conocemos— , ya escribí el poema.
Pero entonces opiné, y sigo opinando, que «Un día cualquiera» no está a la altura de aquel
relato con que empezó todo. Más aún, que ese poema que escribió, que escribiste, Menelo, ni
siquiera sirve de apoyo literario al dibujo que hizo Leo. El dibujo habla de lo que hablaba el relato;
tu poema habla de otra cosa que escribiste a marchas forzadas, y sin saber muy bien hacia dónde
iban los versos.
Así que ya cometiste dos errores: primero, forzarte tú mismo a escribir algo que no necesitabas
escribir; segundo, irte por las ramas y no ceñirte a lo que el dibujo exigía de ese poema en ciernes.
En tu favor he de reconocer que te impusiste una tarea muy dura.
En tu contra he de acusarte de no haberla llevado a cabo con éxito, con el agravante de
escucharte decir que tú estabas satisfecho con el resultado.
A mí me da la sensación de que escribiste el poema en una tarde; quizá en unas pocas horas.
Naturalmente, esto no es un buen argumento para justificar que no me guste. Es sólo que no me
gusta y que sospecho que el origen de mi decepción está en que no le dedicaste el tiempo necesario.
Percibo eso en la propia estructura del poema. Es como si lo hubieses escrito sobre una
plantilla, como si hubieses dado por hecho de antemano que de ahí iba a salir un poema. Fíjate que
empiezas y acabas con el mismo verso, lo cual es algo muy útil cuando no se sabe cómo empezar el
poema y, llegados a la hora de querer acabarlo, ponerle un broche de los que ya tenías guardados en
el cajón de recursos. Contando maravillas de Juan Carlos Onetti —autor que tú tanto admiras—,
Augusto Monterroso dice acerca de su manera de contar: «La verdad es que nadie sabe cómo debe
ser un cuento. El escritor que lo sabe es un mal cuentista, y al segundo cuento se le nota que sabe,
y entonces todo suena falso y aburrido y fullero. Hay que ser muy sabio para no dejarse tentar por el
saber y la seguridad». Por supuesto, Monterroso no incluye a Onetti entre esos malos cuentistas que
saben «cómo debe ser un cuento». Y ése es uno de los principales problemas de tu poema: que
parece que sabías desde un principio cómo debe ser un poema y que te limitaste a escribirlo desde
una posición de cierta seguridad. Da la sensación de que quisiste escribir ese poema sin inclinarte

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Taller de textos
apenas sobre lo que tenías que contar, que tenías miedo de caerte al pozo si te inclinabas demasiado.
Por eso encuentro interesantes en el poema sólo cinco fragmentos: cuando hablas de la
sensación que se repite al amanecer y de la mordedura del invierno, cuando cuentas que nadie
necesitará esquivar al destinatario del poema por las calles, cuando ve que nadie lo saluda, cuando
la escritura no le responde, los vasos que se levantan ajenos a él. El resto es paja, una repetición
constante de que son cosas que le pasarán un día cualquiera. Sucede que cuando un poema no tiene
rima —¿para qué iba a tenerla?— necesita de otros recursos para darle ritmo, y dos de los más
importantes son la repetición y el paralelismo. De ahí que recurras tanto a la repetición del comodín
«son cosas que te pasarán un día cualquiera» y que lo prolongues a lo largo de tres o cuatro versos:
«son cosas que pasan, / que tienen que pasar un día cualquiera» (versos 11 y 12), «y siempre sin
salirnos de ese día cualquiera» (verso 25), «... qué le vas a hacer, / son cosas que pasan, / que tienen
que pasar» (versos 31-33), «... qué le vas a hacer, / son cosas, / cosas que te pasarán / un día
cualquiera».
A mí toda esa insistencia me parece de relleno.
Acabaré esto denunciando dos carencias más: por más que pretendas que sea un poema
narrativo —como tú mismo dices que quieres escribirlos últimamente— el narrador no asoma por
ningún lado, es más, se esconde; y el destinatario es una mera hipótesis. El poema, con esto que te
digo, se queda flotando en el vacío: no viene de ningún lado y no va a ningún lado. El narrador
aparece sólo para excusarse y pedir disculpas: «(y no me preguntes los motivos)», en el verso
octavo, al que no hemos de olvidarnos de sumar la variante «sin que pueda yo decirte los motivos»
del trigésimo verso. Esto en sí no supone delito; pero delata que fuiste tú quien no quiso molestarse
en averiguar esos motivos para no complicarte contándolos. Otra manera de evitarte complicaciones
es negarle al destinatario de lo que dices la oportunidad de una duda que le confiera existencia.
Vamos, que en el poema lo das todo por hecho; hasta la cuestión misma de si es o no es un poema.
Para resumir, creo que al poema le falta desarrollo y le sobra paja.
Y no voy a extenderme más en estas cuestiones. Es injusto. Sólo tendría derecho a criticarte
todo esto si yo mismo me hubiese tomado el trabajo que te tomaste tú en escribir ese poema;
aunque me dé la impresión de que lo escribiste en una tarde, y sin demasiados riesgos. Además,
ambos estamos de acuerdo en que la labor del crítico es criticar, y no pretender que él pudo escribirlo
mejor: la posibilidad del fracaso, que siempre está ahí, lo haría caer demasiado bajo.
Por eso lo hice.
Me llevó varias semanas en un infierno que no imaginas.
Qué riesgo conlleva haberlo hecho va más allá de esta página y no lo explicaré aquí.
Sé que además me expongo a una réplica. La espero.
Un abrazo hasta entonces.

Quirón Herrador

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Taller de textos
Usted se llama será mejor no equivocarse.
Llevarás hasta el balcón la duda
Ocurrirá en viernes; y verás que es un viernes gris
pero cualquier otro día también sirve, con ganas de lluvia en los tejados.
porque cuando te despiertes Y en el balcón verás la jaula,
no recordarás nada: el pájaro,
ni quién eres, distancias tan cortas entre los alambres;
ni dónde está tu nombre. quién
Sólo sabrás pudo hacer eso.
que también fue así en amaneceres anteriores, Basta con abrirle la puerta
y que es culpa de ese reloj y meter tu mano de dios en el templo.
que no para de dar gritos, Para su libertad
que no te deja pensar, basta con que tú abras el puño.
que grita para que no pienses, Para caer en picado doce pisos,
que trepana tus tímpanos para que no para reventarse el pico en el asfalto,
pienses, para dejar de ser un pájaro
que repite arriba arriba arriba con no haberlo sido basta.
para que no pienses, Pero tú no has dejado de ser nada;
que repite es sólo
para que no pienses, que no te acuerdas.
para que no hagas memoria, Si te hubieras molestado en poner tu nombre
para que todo lo que estabas soñando en la puerta de entrada.
se te vaya, Bajarás doce pisos pensando que te llamas
para que levantes primero el brazo doce derecha.
y después ya todo tenga que levantarse. En el panel de buzones
Será la hora. no eres el único sin nombre;
Y será demasiado tarde para preguntarlo: doce derecha,
sólo recordarás ahí estás,
que también fue así en amaneceres anteriores pero sólo en la hipótesis
y que con levantarte de un doce derecha.
poco a poco irá regresando todo: Puede pasarle a cualquiera.
tu vida, Pero te pasará a ti.
tu nombre, Serás tú quien vea pasar a un perro
lo que tenías que hacer hoy, con un pájaro muerto en la boca.
viernes, Será un viernes gris
día laborable. con los dientes del invierno sobre tu paraguas.
Así que Puede ocurrir cualquier día;
te romperás la cara con agua pero estoy seguro
para ver quién hay debajo; de que será un viernes gris,
y no recordarás nada, que nada podrás contra ese invierno,
ni siquiera tu nombre. que no encontrarás refugio
Lo buscarás por toda la casa ni en el café
y renunciarás a él ni en un nombre que puedas no ser tú
para no llegar tarde al trabajo; en la sección de necrológicas.
quizá ni siquiera es tuya Por el infinito de las avenidas
la casa. nadie necesitará esquivarte.
Verás rostros de paso en los estantes; Por el infinito de los pasillos
y pensarás no te saludará nadie
que más que gente en la oficina.
son tiempo, Ahí trabajas,
que no tienes ya tiempo, redactando necrológicas.
que llegas tarde. Así te llamas:
Verás un paraguas colgando del pomo de la puerta, Santiago Navarro.
y dudarás: Lo averiguarás
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Taller de textos
cuando ocupes ese escritorio vacío Santiago Navarro?».
que te estaba esperando, Santiago. «Supongo —dirás—; eso dice la placa».
¿Creías Y entonces te seguirá preguntando
que no ibas a encontrar nunca tu nombre? que qué haces ahí,
Todo llega con las horas. que si no has leído la página,
Alzarás esa placa de metal que llevan todo el día
(cada astilla de la mesa lo estará esperando) esperando tu cuerpo,
y pronunciarás: que tarde o temprano
«Señor se darán cuenta de la estafa,
Santiago Navarro»; que tu esposa no sabe ya
y verás cómo entretenerlos.
tu rostro reflejarse al fondo, Y te dirá:
cómo tu nariz se asoma «Sube,
tímidamente en la terraza ya está
entre «Santiago» y «Navarro», todo dispuesto,
cómo cabe apenas, hasta han quitado la barandilla;
para respirar, sólo tendrás que dar
en ese espacio que le respetaron un paso.
a alguna letra que no existe; Tú ahora mismo tendrías que estar
y tus ojos verán que los estás mirando, ahí arriba,
que ves dando ejemplo.
cómo quieren desorbitarse Para ti no es más
y saltar que un pequeño paso,
por sobre la tapia de ese nombre, y abajo ya están todos esperando».
alambrada en donde seis sílabas Y para cuando quieras
te custodian no llamarte Santiago
letra en mano ya estarás arriba, al borde de tu nombre,
y gritan: con un señor dándote palmaditas en la espalda
«¡Alto, señor: y diciendo:
usted se llama «Ánimo, Santiago».
Santiago Navarro!». Varios pisos más abajo
Así que festejos,
por no enterrarle el nombre a otra gente, tragos de vino
para que todo sea voluntario, que dejarán su nota oscura en las gargantas,
querrás ser tú miradas que se levantarán,
el primero de la página, vasos que se levantarán,
querrás ser tú pero no por tu salud precisamente.
el último que escriba tu nombre Para ser Santiago Navarro,
para mañana. para que digan que fuiste
Pero cuando lo aprietes sobre el teclado Santiago Navarro
te darás cuenta con un paso basta.
de que ninguna letra lo sube al papel,
que no te queda espacio ahí Quirón Herrador
donde caerte,
cementerio de balances y de cifras,
fechas
de nacimiento y muerte.
Alguien se acercará a tu mesa
y verá cómo ahora
pruebas con otros nombres;
y tendrá que preguntártelo:
«Alto, señor:
¿Es usted

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NUBES NEGRAS Y PALABRAS
Menelo Curti

Por la mañana, mientras bromeábamos alrededor del café y de los cigarros, el sol con
entusiasmo de verano parecía burlarse del periódico que pronosticaba nubes preñadas y truenos y
al final un parto multitudinario de gotas que agujerearían el viento y un recital al aire libre que
teníamos previsto.
Había horas (y dentro de las horas innumerables posibilidades de que todo sucediera)
separando ese momento de risa y desayuno de la conferencia que un poeta granadino daría en la
universidad.
Una semana antes supimos que vendría: y entonces la catarata de libros y la lectura apresurada
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El sótano
y opiniones chocando, mezclándose en el humo, en los vasos de cerveza, en el mal vicio del
trabajo, en todo tiempo; García Montero recibiendo nuestro hambriento manoseo y escapando
por la voz de uno que lo recitaba o de otro que, de una punta a otra de la mesa, lanzaba un libro
con un título propuesto para que el destinatario lo leyera. García Montero caminando entre nosotros,
sentándose enseguida en nuestra cantera de palabras, en la fiebre.
Del otro lado ya del mediodía entramos en la sala: silencio; agua y ordenadores en la mesa;
solemnidad de vidrio, seca.
Por suerte, una mujer tumbó el ordenador, y ese hombre que con acento sur comenzó a
narrar su aventura literaria hizo otro tanto con la solemnidad.
“Mi padre era militar. Tenía un volumen de Las mil mejores poesías en lengua castellana;
cuando niños, nos ponía firmes y empezaba recitar. Cierta vez fui a la escuela sin estudiar la lección
y me llamaron a la pizarra para que hablase de Campoamor. Yo sabía de memoria sus poemas
gracias a las lecturas de mi padre, por lo que me lancé a recitar. Entonces el profesor me interrumpió:
Niño, déjate de versos y vamos a lo que importa: fecha y lugar de nacimiento”.
Allí quedaron varias risas y un sistema educativo en tela de juicio.
Pero en fin, no voy ahora (entre otras cosas porque no puedo) a resumir o desglosar su
charla. Que se lamenten los que no asistieron ese jueves con sol rotundo y amenazas de
tormenta.
Luego comimos, y ahí sí que manipulamos y repetimos y no nos cansamos de divagar sobre
lo escuchado.
No recuerdo bien, pero creo que las que obligaron a virar el tema de conversación fueron
las primeras nubes de panza sucia que lentamente se instalaron entre el sol y nuestra mesa.
"Me parece que el recital se va al demonio", comentó alguno, y los demás miramos hacia
otro lado.
A las cinco, a las cinco en punto de la tarde, el viento era un toro lleno de cuernos y gotas
finas, filosas.
Ni equipo de sonido ni más público que esos amigos y parientes que no se hartan (o lo
disimulan) de oírnos y decir “muy bien, ánimo muchachos, cada vez sale mejor, tiren pa’lante”.
...Pero a veces el destino, o la casualidad, ponen buena cara y hacen que la ventisca disminuya,
aparezca una furgoneta cargada de altavoces, y se acerque la gente a curiosear. Y también de tanto
en tanto, ese destino o lo que sea, se pasa de generoso, y trae entre la gente a un tipo tranquilo, de
gestos mansos y palabra clara, que se llama... pongamos que García Montero.
Así que recitamos con público, cerveza, y unos nubarrones que, aburridos de escucharnos,
buscaron otro cielo.
Más tarde, el hombre de Granada, del sur, o tal vez del verso, contestó a un asedio de
preguntas.
Una grabadora se bebió su voz, nosotros después se la dimos al papel y ahora a ustedes:
tomen la posta, lleguen al relevo, y que su palabra continúe.

Recortes de una charla con Luís García Montero


Poética: Yo apuesto por una poesía de poetas que no se visten de poetas. De poetas que
no se creen elegidos ni se tienen que disfrazar, ni van con corbata; sobre todo en el
vocabulario, porque lo peor de «vestirse de poeta» es que el vocabulario también adopta
el traje y parece que uno no puede pronunciar una palabra sin que tenga corbata, sin
que vaya peinada con brillantina. Hay una toma de postura en eso y me alejo de aquellos
poetas que se creen portadores de una verdad esencial para apostar por la poesía de
alguien que tiene conciencia.

La conciencia: Para mí la conciencia tiene que ver con el ejercicio del conocimiento y la
reflexión; y un intento de interpretar la realidad y mantener una actitud crítica con las
situaciones que se dan en ella a partir de la defensa de la conciencia individual. Esa es la
poesía que me conmueve, más que la poesía de los Grandes Iluminados.

Ser poeta: Siempre supe de pronto (y digo siempre y de pronto porque se dieron las dos
cosas a la vez) que me gustaba la poesía. Yo creo que eso nos pasa a todos. Nos
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El sótano
acercamos, empezamos a leer, nos utilidad y es que lo podamos leer y
emociona la poesía de los demás y un día disfrutarlo, ahí la poesía se justifica en sí
empezamos a escribir, sin plantearnos que misma. A parte de eso, creo que la poesía
vamos a dedicarnos a la poesía, y de pronto tiene también un papel más trascendente
te descubres siéndolo y sintiendo que el y es la reivindicación de la conciencia
género tiene mucha autoridad. Es un individual y del matiz, en una época que
descubrimiento que uno hace al acercarse está imponiendo la prisa, que es una forma
a algo que le apasionó como lector. Yo me de totalitarismo, un tiempo al que no le
acerqué a la carrera de Filosofía y Letras gustan los matices ni las conciencias
porque quería escribir poesía. La autoridad individuales porque tiende a la
que el género tiene en mí vino antes. homologación. Los individuos parece que
Pasa que uno un día da una buena clase, o sólo están cómodos cuando se diluyen en
termina un artículo para una revista por una idea mayoritaria. Esas operaciones
motivos profesionales o incluso, para más triunfos que se basan en la forma de la
desgracia, escribe una tesis doctoral o encuesta, en la que uno se siente triunfador,
aprueba una oposición, y al terminar, no por la argumentación de su propia
enseguida se tiene que poner a trabajar en perspectiva, sino cuando gana la opción
otra cosa porque si no haces nada estás mayoritaria que se ha elegido. Eso, en el
incómodo. Sin embargo, el día que me sale fondo, está convirtiendo la sociedad en un
un poema que a mí me parece que está karaoke.
medianamente bien y lo doy por terminado, Además, cuando se reivindica la
de pronto tengo la sensación de haberme individualidad desde el punto de vista del
ganado el derecho a estar quince días de consumo, del sujeto posesivo, del egoísmo,
vacaciones; y si estoy diez días sin hacer ahí se está apoyando una manera concreta
nada, recuerdo que acabé un buen de ver la realidad. La poesía reivindica la
poema y no tengo ningún tipo de mala individualidad no desde ese sujeto posesivo,
conciencia. Creo que eso tiene que ver con sino desde el diálogo con el otro. Porque
lo que uno se siente y yo me siento poeta. un poeta es alguien que, inevitablemente,
quiere establecer una relación con quien
El papel del poeta en el siglo XXI: Estaría casi lo oye o lo lee.
tentado de decir que ninguno. La sociedad
da poco papel a la poesía. Lo que sí diría Arte y comunicación: Creo que no existe
es que nuestro trabajo tiene un significado arte sin comunicación y que no existe
y tiene un significado que se puede leer en comunicación literaria sin arte. A mí el arte
varios niveles. Para quienes nos gusta la que no crea sentido y que no establece una
poesía quien escribe un poema ya tiene una relación dialéctica con la realidad y con el
otro y que no es una búsqueda
emocional de la verdad, me
acaba oliendo a cerrado y se
convierte en un jeroglífico más que
una obra de arte. Por supuesto la
comunicación, desde el punto de
vista estético, necesita de unos
recursos, un oficio que tiene que ver
con el arte (que es artificio) para
ser posible. Yo no creo que se
pueda distinguir en el fondo entre
conocimiento y comunicación o
entre arte y comunicación, porque
la comunicación que procura la
poesía es inseparable del arte y no
me interesa el arte que no sea
Granada, 1985, con Ángel González y Juan García comunicación con el otro.

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El sótano
la poesía amorosa tiene mucha tradición y
se ha hecho grandísima literatura amorosa.
Entonces la tradición te puede aplastar. En
ese sentido también significa intentar
actualizar una tradición muy fuerte. Para mí,
en ese diálogo con la tradición, me
planteaba que un poema de amor ahora,
tenía que significar tomar conciencia de
que el amor es un tema que se va
transformando también y permite que la
antorcha siga. Seguramente nuestros
padres no se enamoraban como nosotros
porque no eran las mismas circunstancias.
Yo, por ejemplo, si escribo un libro de amor
lo haré desde la perspectiva de una
persona divorciada que tiene un hijo de su
primer matrimonio y que se vuelve a casar
con una mujer divorciada que también
tiene un hijo anterior y luego tenemos un hijo
juntos y, además, vivimos en ciudades
distintas porque trabajamos en ciudades
distintas y que sólo se pueden ver cuando
es viernes, por eso el título de
Completamente viernes. Mi interesó tomar
ese mundo, que parece anecdótico, para
tomar conciencia de que la Historia no sólo
pasa por una huelga obrera, o por un
acontecimiento político o por una
Constitución, sino que pasa también por las
relaciones de pareja, y que la Historia pasa
por la intimidad tanto como por los asuntos
públicos. Eso me planteé en
Completamente Viernes: el carácter
histórico de la intimidad y, en ese sentido, la
debilidad que hay en la separación de lo
privado y lo público, porque lo público entra
de lleno en lo privado y lo privado nos
marca a la hora de habitar lo público. Es un
El amor: Para mí el tema del amor significó tema que me interesaba porque, primero:
un reto. Yo quería escribir un libro sobre la soy un convencido defensor del paradigma
felicidad y sobre la felicidad como ética, de la modernidad y creo que hay que
por eso la cita del libro (Completamente reivindicar muchos de los valores de la
Viernes) es de Madamme de Chatellette, ilustración que se han olvidado, con todas
la que fue amante de Voltaire y que fue una sus contradicciones; hay que volver a
mujer ilustrada muy inteligente. Su libro El tomarse en serio palabras como libertad,
discurso sobre la felicidad, me parece que igualdad y fraternidad; y por, segundo:
hace de la felicidad una ética; no sólo estoy convencido de que un poeta puede
privada sino también pública, una ser comprometido a la hora de escribir un
reivindicación de la autoridad del ser poema sobre la sexualidad tanto como al
humano sobre su destino. Y para mí era escribir un poema sobre una huelga obrera.
hacer un libro que convirtiese una vez más Eso pensé cuando me planteé la temeridad
en tema de prestigio no la tragedia sino la de escribir un libro de amor.
felicidad. Por otra parte es un reto porque

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La tensión entre el lenguaje común y la Borges: Me gusta Borges y no sólo como
propia mirada: Existe una tensión entre las cuentista sino como poeta. Borges tiene una
ganas de comunicar y el defender tu propia evolución que a mí me parece excelente,
mirada. Normalmente cuando se habla de que lo llevó del ultraísmo y la vanguardia
los poetas que llegan de una manera muy radical hacia una poesía muy serena e
clara al lector, los puristas dicen: «Eso es que intensa que me parece conmovedora. Un
está haciendo una poesía muy barata por poeta que demostró que la poesía no está
el deseo de gustar o por el deseo de tener reñida con la inteligencia, que la cultura no
éxito y eso es algo muy poco complejo y significa pedantería, que se pueden tratar
muy poco profundo»; y en el fondo yo creo los grandes temas sin elevar mucho la voz y
que el quedarse ensimismado y sin relación sin ser grandilocuente; y eso me interesa
con el lector y con la realidad, se vuelve un mucho. Lo cual supuso para mí durante
peligro para el género. Ningún género mucho tiempo una contradicción, porque
puede sobrevivir si se mantiene encerrado. Borges se convirtió en un reaccionario y
Hay mucha poesía que tiene mucha políticamente lo era, a veces, y yo que me
erudición, pero que huele a cerrado. No llevo muy mal con los reaccionarios lo pasé
basta con quedarse ahí, porque así la mal.
poesía muere como obra de arte viva. Por Conocí a Borges en el año 83, recién
otra parte, a veces también cuesta trabajo terminado el proceso en Argentina. Tuve la
encontrar los medios de expresarse y de oportunidad de ir a Buenos Aires y un amigo
expresar la realidad. Por eso yo creo que, me presentó a Borges, al que yo admiraba
más que nada, el proceso de creación es mucho, pero al que temía como a una vara
un proceso de tensión y búsqueda: de qué verde porque no me gustaban sus opiniones
manera puedo ser yo, explicando lo que políticas y sabía que tenía una lengua
siento y de qué manera puedo llegar a los asesina. Además Borges le tenía mucha
demás sin manía a García
traicionarme a mí Lorca (poeta al
mismo ni a lo que que yo quería
quiero decir. Más mucho) y
que optar por siempre decía
una cosa o por que el buen
otra (y optar por poeta no era
una cosa o por Federico sino
otra siempre es lo Cansinos Asens y
fácil) yo creo que barbaridades de
c u a n d o ese tipo. Así que
escribimos fui con mucha
estamos en el filo admiración y
de una tensión, y m u c h a
ahí estamos en un precaución.
terreno de En casa de Joaquín Sabina (de izquierda a derecha: Sin abrir la boca
contradicciones, Joaquín Sabina, Juan Vida, Antonio Muñoz Molina y me pegó el
y en ese filo creo Luis García Montero) primer palo,
que está la porque el amigo
exigencia de la poesía. A mí me gustan muy que me llevó a la casa (Roberto Alifano) le
poco los poetas que se miran al ombligo dijo: «Te voy a presentar un joven poeta
creyendo que cualquier acercamiento al español, de veintitrés años», y el viejo dice
otro es una traición a su individualidad, pero «Ah, qué bien, yo alguna vez tuve veintitrés
me gustan muy poco también aquellos que años; no sé si fui poeta». Después estuvo muy
se creen portavoces del Todo y que tiene simpático, lo que ocurre es que, al final, hizo
que hablar de la consigna que les da el uno de sus comentarios -él se moría por una
sacerdote de turno porque creen que frase célebre- y dijo que estaba
hablar de la intimidad es reaccionario. preocupado porque iban a ir a leerle un
cuento de un escritor que había

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El sótano
desaparecido en el proceso y entonces Críticos de arte: Creo que la autoridad la
comentó «Espero que la calidad de la tiene que dar la propia obra de arte,
literatura no justifique su desaparición». En desconfío de cierto arte contemporáneo
su momento me sentó muy mal, creo que donde tú ves la obra y piensas que es una
ahora no me resulta nada contradictorio tontería, pero es una teoría que está
que no me gusten muchas cosas de la justificada por una teoría estética que
actitud política de Borges y que, sin supone quince páginas de un catálogo
embargo, lo admire como escritor. donde te explica todo el proceso artístico
e ideológico que hay detrás de un señor
Vida y obra: A las personas hay que que hace una tontería y te dicen que es un
aprender a juzgarlas por su vida y a los gran avance para la Historia del Arte.
autores hay que aprender a diferenciar. De Muchos críticos, también en literatura, se
la biografía que levante acta un notario; el dedican a decir lo que el autor debería
juicio de la obra es asunto de los lectores. haber hecho y no se paran a analizar lo que
Se da el caso de gente muy «progre» que el autor ha hecho. De cualquier forma, la
hace una literatura verdaderamente opinión de la crítica es importante; te
reaccionaria (en el enfoque, en la mentiría si te dijese que yo mañana si saco
perspectiva, en el uso de los recursos un libro de poesía no me importa lo que
literarios) y, sin embargo, otra gente digan los críticos, eso es una tontería. Sí tu
biográficamente muy reaccionaria -estoy haces cualquier cosa y al día siguiente sale
pensando en Eliot- que a la hora de escribir en el periódico de tu pueblo o tu país una
podía hacer un poema como "La tierra crítica donde te pegan un palo, creo que
baldía" que iba a cambiar el curso de la lo honesto es admitir que te amargan el día,
poesía contemporánea. por lo menos el día.
Lo que uno no puede es traicionarse a sí
Tradición: Al ser profesor de literatura, tengo mismo escribiendo buscando el halago de
la deformación profesional de un crítico. Eso es escribir al dictado de
apasionarme con muchos poetas. Me alguien. Fíjate que se habla mucho de la
gustan los poetas clásicos, me gusta San situación de la literatura española y yo creo
Juan de la Cruz, me gusta Garcilaso mucho, que la poesía española está en un buen
me gusta la tradición romántica, el momento; y no sólo porque haya nombres
romanticismo representado por Leopardi, consagrados que estén escribiendo y estén
esa lucidez fría a la hora de ajustar cuentas dando buenos libros, sino porque hay un
con la realidad y de tomar conciencia de tono medio general muy bueno, y hay
las contradicciones. gente joven que está escribiendo muy bien;
De los poetas contemporáneos, soy lector incluso, aunque tenga menos repercusión
de Bécquer y de un sucesor que lo superó que la novela, pienso que desde el punto
como Rubén Darío, después Juan Ramón de vista de la calidad literaria, la poesía
Jiménez y Machado, más tarde los autores tiene una calidad superior en España a la
latinoamericanos que superaron el novela. Ahora, eso sí, el tono medio de los
modernismo -estoy pensando en César críticos literarios sí es de poca calidad. Si
Vallejo-. También soy muy lector de la cuando los suplementos literarios dicen
generación del 27. "Crisis en la literatura española" me
Los más cercanos a mí, aquí en España, han preguntasen qué es lo que anda peor en la
sido los de la generación del 50: Ángel literatura española, tendría la tentación de
González o Jaime Gil de Biedma o los decir que los suplementos literarios.
poetas de la tradición latinoamericana que
han sabido mezclar intimidad y compromiso Análisis literario e intromisión (al hilo de una
político: Ernesto Cardenal o Benedetti pregunta sobre las notas al pie en alguna
también me han ido formando. Ésa es la edición de sus poemas): Creo que hay que
tradición que yo he elegido y, en el fondo, distinguir entre la lectura y lo que es leer
la que está flotando en Completamente filológicamente. Desde luego yo
Viernes y en estos poemas de amor. recomendaría leer sin las notas al pie. Las
explicaciones que quisiera dar el autor ya

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se hubiera tomado la molestia de darlas. interpretar que estaba hablando de Lorca.
Otra cosa es cuando uno deja la actitud Eso más que un fallo de interpretación es
del lector y pasa a la del estudiante o un fallo mío como poeta, a la hora de saber
filólogo; entonces las notas al pie sí tienen qué iba a funcionar o no en el poema. La
un papel importante. poesía es un género de la ficción y por eso
trasciende; porque se parta de tu biografía.
¿No te ha pasado que interpreten un poema
y no tenga nada Ser poeta de
que ver con lo G r a n a d a
que quisiste después de
decir?: No es que Lorca: Lorca es
pase alguna vez, un poeta con
es que pasa con m u c h a
m u c h a personalidad y a
frecuencia, y quienes nos
sobre todo gusta creo que
cuando son nos conviene ser
estudiosos que muy prudentes a
no están muy en la hora de
contacto con la acercarnos a
realidad o con la Lorca, porque es
cultura o la de esos autores
tradición, bien que si te acercas
porque sea un mucho te
académico que devora. Hay
no pisa mucho la Con Almudena Grandes, leyendo un manifiesto contra la otros autores que
calle o un señor guerra de Irak. Abril de 2003, Rota (Cádiz) los puedes
que trabaja en utilizar, una
Nueva York y no conozca el ambiente perspectiva, un tono, algo, pero si te
callejero; pasa mucho. Y teorías acercas mucho a Lorca, suena a Lorca por
absolutamente disparatadas que parten de todos sitios y puedes acabar siendo un
una confusión se dan con cierta frecuencia. epígono. Suele pasar con los autores que
Incluso en la propia creación. Por ejemplo, tienen un gran mundo personal. Creo que
cuando García Lorca escribe: "las piquetas a estos autores se les puede admirar sin caer
de los gallos cavan buscando la aurora", en una imitación.
está haciendo una metáfora para describir
el amanecer y, de pronto, si tú lees el Poema Poeta en Nueva York: Creo que es el libro
de mío Cid y habla de "quiebran albores", en que Lorca hace de su voz y su persona
te das cuenta de que, probablemente, la crisis del hombre moderno. Es un libro con
Lorca leyó ese poema y no entendió poemas memorables.
exactamente lo que quiso decir el autor y
pensó que los que quebraban albores eran Se puede traducir la poesía: El lenguaje es
los gallos que estaban cantando, cuando el símbolo de la sociedad y la historia. El
eran cosas completamente distintas el gallo lenguaje es el gran espacio público. Creo
que cantaba con el hecho de decir quebrar que el signo lingüístico es la metáfora del
albores para decir que estaba Contrato Social. Nos ponemos de acuerdo
amaneciendo. Así, por una mala lectura, para entendernos y, al margen del lenguaje,
consiguió una maravillosa metáfora nueva. no nos entendemos. Hay toda una tradición
Es un problema en la creación, también el poética que viene a decir que la poesía es
de la interpretación. Yo escribí un poema lo que se siente con anterioridad al lenguaje,
donde hablaba de mi abuelo que era un que lo puro es lo que se vive antes de la
artista granadino que tocaba el piano. Sin historia y que cuando nos hacemos
embargo, me di cuenta que aludiendo a históricos y nos ponemos a hablar lo que
esa figura, la gente, al leerlo, iba a hacemos es manchar una pureza. Así

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parecería que lo verdaderamente puro es poesía del romanticismo, de la creencia en
el silencio. El silencio común al estado de los valores abstractos de la razón y las
una verdad anterior a la propia experiencia verdades absolutas, con la puesta en crisis
del lenguaje. A mí eso me parece una del paradigma ilustrado, a la modernidad.
falacia; no creo que haya otra verdad que Le resulta muy difícil hablar en nombre de
la que surge en el lenguaje y que no hay la Razón Universal; por eso, cuando uno
más realidad que la que se da en la historia. quiere afirmar algo no lo hace en nombre
Uno no tiene un sentimiento que sea de la universalidad de los conceptos que
incompatible con las palabras ni con los utiliza sino que tiene que explicar de qué
demás. Por eso a mí me gusta decir que la experiencia sale su afirmación. De eso
poesía es cuestión de palabras, como todo. hablaba Lambaud en su libro y a Gil de
A mí el silencio me interesa mucho, pero no Biedma le interesó mucho. Entre otras cosas
como un medio de renuncia, sino como una porque, en esos momentos, él era un poeta
forma de expresión. Creo que a la hora de muy comprometido que estaba un poco
escribir es tan importante saber lo que cansado de la poesía social tradicional
puedes y lo que no puedes contar. Cuando donde veías poetas muy burgueses
te callas cosas, lo haces para permitir la hablando del pueblo soberano y la clase
comunicación poética. obrera. Entonces él pensó: "Pero si tú has sido
un hijo de papá que has vivido en una
¿No estarías, entonces, de acuerdo con familia bien, ¿qué sabes de la clase
Flaubert cuando dice “he fracasado, sé obrera?"; quizás el poeta comprometido,
mucho más de lo que he dicho”?: Yo creo más que hablar en nombre de la clase
que, en realidad, sólo sabemos lo que obrera, tiene que intentar hacer examen de
decimos. A veces tú tienes una idea muy conciencia para analizar cuál ha sido la
brillante en la cabeza y en el papel no te mezquindad de su clase social y la
funciona de ninguna manera. Lo que hay educación sentimental que ha recibido.
que hacer es renunciar a esa idea. Ahí, el Creo que el término "poesía de la
silencio se convierte en importante para experiencia" incluso se dio de forma
saber lo que tienes que tirar a la papelera. peyorativa, para clasificar a estos autores
de la mala conciencia y separarlos de la
¿Qué hay de nuevo detrás del concepto reacción culturalista que se dio en la poesía,
"poesía de la experiencia"?: El primero que emparentando profundidad a esteticismo
empezó a hablar de "poesía de la y trivialidad a lo experimentado.
experiencia" en España fue Jaime Gil de Con el tiempo, como suele pasar, los
Biedma. Él leyó un libro de un crítico detractores del concepto "poesía de la
norteamericano, Lambaud, sobre el experiencia" acabaron por hacerlo
romanticismo inglés, que se llamaba La valedero y yo, aunque nunca lo suscribí, le
poesía de la experiencia. Ese es un libro he acabado por tomar cariño.
sobre el cambio de la poesía ilustrada a la

Bibliografía selecta del autor


- Y ahora ya eres dueño del Puente de Brooklyn, Colección Zumaya, Universidad de Granada, 1980.

- Tristia (en colaboración con Alvaro Salvador, bajo el nombre de Alvaro Montero), Rusadir, Melilla, 1982.

- El manifiesto Albertista, (en colaboración con Javier Egea), Editorial D. Quijote, Granada, 1982.

- El jardín extranjero, Adonais, Madrid, 1983.

- Rimado de Ciudad, Ayuntamiento de Granada, Granada, 1983.

- Égloga de los dos rascacielos, Colección Romper el Cerco, Granada, 1984. Segunda edición en Hiperión, Madrid,
1990.

- En pie de Paz, Ediciones del Comité de Paz con Centroamérica, Granada, 1985.

Página 28
El sótano
- Diario Cómplice, Hiperión, Madrid, 1987. Segunda edición en Hiperión, 1988.

- Anuncios por palabras, Plaza de la Marina, Málaga, 1988.

- Canciones, Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería, 1988.

- El jardín extranjero, precedido de Poemas de Tristia, Hiperion, Madrid, 1989.

- Secreto de amistad, Colección Tediria, Málaga, 1990.

- Irene, Publicaciones de la Librería Anticuaria El Guadalhorce, Málaga, 1990.

- Las flores del frío, Hiperión, Madrid, 1991.

- Luna del Sur, Renacimiento, Sevilla, 1992.

- En otra edad, Publicaciones de la Librería Antigua El Guadalhorce, Málaga, 1992.

- Habitaciones separadas, Visor, Madrid, 1994.

- Además, Hiperión, Madrid, 1994.

- Quedarse sin ciudad, El Cantor, Palma de Mallorca, 1994.

- Poemas, Aula Enrique Díez-Canedo, Badajoz, 1994.

- La puerta de la calle, Pre-Textos, Valencia, 1997.

- Completamente viernes, Tusquets, Barcelona, 1998.

- La mudanza de Adán, Anaya, Madrid, 1999.

- Antología poética, Castalia didáctica, Madrid, 2002. Edición de Miguel Ángel García.

- Poesía urbana, Renacimiento, Sevilla, 2002. Edición de Laura Scarano.

- La intimidad de la serpiente, Tusquets, Barcelona, 2003.

- La casa del jacobino, Hiperión, Madrid, 2003.

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(Avda. Ramón y Cajal 4, frente Parque Canalejas. La
asistencia es libre hasta completar el aforo de la Sala.
Existirá un control de firmas y los asistentes a un mínimo
ESTUDIANT de tres sesiones podrán solicitar un certificado al ICE de
ILES
OCIO Y TIEMPO LIBRE la UA.
Información:
CONSELL DE LA JUVENTUT D´ALACANT

Carrer Llauradors, 14/3º- 03002 Alacant Tel: 965-149698 Fax: 965.149.678 www.cjalacant.net cja@cjlacant.net
Opiniones desde el balcón
(literatura de altos vuelos).
Esto es una mezcla de secreto y confesión: al libro
me lo prestaron, y mientras lo leo, tengo su destino
resuelto.
La culpa no puede planear sobre mí, ya que la idea
es del título: “Un milagro en equilibrio”, y el resto
de responsabilidad pertenece a la autora, una tal
Lucía Etxebarría.
Explico a continuación los detalles de la condena:
a) Dentro de un momento caminaré hacia el
balcón, donde el invierno apoya su hocico rabioso.
b) Una vez allí, supongo que con bastante
regocijo, escogeré el tramo más angosto de la
barandilla.
c) Le concederé al ejecutado unos minutos para
que contemple el panorama y prevea, mientras me
fumo un cigarrillo, sus posibilidades de salvación.
(Siempre es elogiable anteponer a las tragedias
cierto humanitarismo).
d) Apoyaré su lomo en el lugar elegido y
comprobaré, durante los minutos que hagan falta,
si el “milagro en equilibrio” era real, o se trataba
de una estafa.
e) El condenado tendrá derecho a permanecer en el canto de la barandilla el tiempo que
desee... o pueda.
f) De caer hacia la ciudad su futuro dependerá del azar; en caso contrario, lo levantaré
del suelo para arrojarlo a la avenida, donde su futuro... también dependerá del azar.
g) La autora únicamente podrá salvar a la víctima ocupando su lugar, o proponiendo a
algún miembro del jurado del Premio Planeta para que lo haga.

Frases que nos ayudan a seguir viviendo


Paco Alonso, durante una de nuestras reuniones: "¡Yo no sé a qué coño venimos a
aquí! ¿Vamos a hablar de literatura o no vamos a habar de literatura?"

Germán Yujnovsky: "¿Vas a leer? No, dejate de romper las bolas.» "

Menelo Curti: "Nuestro delirio tiene una estructura; la cordura de Paco es


desestructurante."

Menelo Curti: "Cada vez tolero menos la soberbia...de los demás"

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